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Rocavarancolia Rol
36 participantes
- Rocavarancolia Rol
Calles
11/05/14, 11:24 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Avenidas, plazas, callejas... Todo aquel barrio de Rocavarancolia de nombre y localización indeterminados.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Calles
11/11/14, 12:29 am
Roaxen Tenvrai
El ulterano bufó de incredulidad con las palabras del xenoide y sacudió la ballesta, como si no fuera prueba suficiente de que no estaba en posición de actuar de tal manera.
-Escucha, xenomorfo aviano. No estamos ni en el mejor lugar ni en el mejor momento para que demandes nada a nadie y yo personalmente te diria...-
No pudo seguir, pues Sekk habia saltado tambien a hablar y después de él fue Irianna. Cansado como estaba, Roaxen le habria metido un perno en la cabeza y habrian seguido con su exploración.
-Eso no lo sabemos, Irianna.-ladró Roaxen en respuesta, mientras le señalaba con la punta de la ballesta.-Hay numerosas criaturas que para cazar fingen estar en un estado débil. Y eso solo en el reino animal. No sabemos si quiera que puebla esta ciudad maldita. Bien podria ser fruto de más artes oscuras.-
Asesinaba con la mirada a la criatura. Ahora ya era algo personal. Deseaba verla muerta. Ni en broma queria traerse de vuelta al torreón a otra boca inútil que alimentar cuando podian arreglar ahí y ahora las cosas.
-¿De verdad vamos a regalar comida y refugio a todos los necesitados que encontremos por la calle, Irianna?-le recriminó.-No soy la persona más caritativa, lo admito. Pero tambien creo que tenemos que ser realistas aquí. Ya somos demasiados y seguimos sin saber como fluirán los suministros.-
Parpadeó lentamente y entonces bajó la ballesta, en señal de paz.
-Yo creo que el destino le trajo ahí por un motivo. ¿Quién somos nosotros para alterar la voluntad de este?-intentó negociar.
El ulterano bufó de incredulidad con las palabras del xenoide y sacudió la ballesta, como si no fuera prueba suficiente de que no estaba en posición de actuar de tal manera.
-Escucha, xenomorfo aviano. No estamos ni en el mejor lugar ni en el mejor momento para que demandes nada a nadie y yo personalmente te diria...-
No pudo seguir, pues Sekk habia saltado tambien a hablar y después de él fue Irianna. Cansado como estaba, Roaxen le habria metido un perno en la cabeza y habrian seguido con su exploración.
-Eso no lo sabemos, Irianna.-ladró Roaxen en respuesta, mientras le señalaba con la punta de la ballesta.-Hay numerosas criaturas que para cazar fingen estar en un estado débil. Y eso solo en el reino animal. No sabemos si quiera que puebla esta ciudad maldita. Bien podria ser fruto de más artes oscuras.-
Asesinaba con la mirada a la criatura. Ahora ya era algo personal. Deseaba verla muerta. Ni en broma queria traerse de vuelta al torreón a otra boca inútil que alimentar cuando podian arreglar ahí y ahora las cosas.
-¿De verdad vamos a regalar comida y refugio a todos los necesitados que encontremos por la calle, Irianna?-le recriminó.-No soy la persona más caritativa, lo admito. Pero tambien creo que tenemos que ser realistas aquí. Ya somos demasiados y seguimos sin saber como fluirán los suministros.-
Parpadeó lentamente y entonces bajó la ballesta, en señal de paz.
-Yo creo que el destino le trajo ahí por un motivo. ¿Quién somos nosotros para alterar la voluntad de este?-intentó negociar.
- Daninokuni
Ficha de cosechado
Nombre: Ziack
Especie: Enderth
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia - Instinto animal - Planificación
Re: Calles
11/11/14, 10:35 pm
La presencia de los dos extraños no era algo que Ziack agradeciera, pero las palabras del que parecía llamarse Roaxen dejaban claro un atisbo de precaución... y los depredadores se dejaban llevar por la debilidad antes que por el cuidado.
Era más que probable, aunque por supuesto, nada seguro, que aquellos dos extraños no fueran depredadores.
Pero la mente del enderth no estaba para minucias. Había asuntos importantes que atender.
-Tengo... hambre... y frío...-Dijo, intentando abarcar cuanto pudiera de su cuerpo con su pequeño manto. Al hacerlo, dejó ver durante breves segundos lo que un día fue un brazo.-Os... contaré lo que sea, pero antes...-Se calló, y entonces su tripa tomó la palabra.
Era más que probable, aunque por supuesto, nada seguro, que aquellos dos extraños no fueran depredadores.
Pero la mente del enderth no estaba para minucias. Había asuntos importantes que atender.
-Tengo... hambre... y frío...-Dijo, intentando abarcar cuanto pudiera de su cuerpo con su pequeño manto. Al hacerlo, dejó ver durante breves segundos lo que un día fue un brazo.-Os... contaré lo que sea, pero antes...-Se calló, y entonces su tripa tomó la palabra.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Calles
11/11/14, 11:27 pm
Escuchó a Roaxen sin interrumpirlo pero con el ceño ligeramente fruncido. Estaba claro que el pelimorado sería una de esas personas a las que tendría que confrontar en aquello. En cuanto escuchó de nuevo al ave lo tuvo incluso más claro. Todo en su lenguaje corporal indicaba su malestar y el estómago hizo patente el hambre que sentía. Teniendo en cuenta que no había habido rastro de él hasta ese momento quizás ni siquiera había comido nada en dos días. Como mínimo.
—¿Regalar? Hablas como si nos perteneciese algo. Es de la misma especie que… —titubeó de forma muy breve, no sabía si decir “pájaro” podría ofenderlo o no— el de plumaje blanco que se quedó con el otro grupo, por lo que lo habrán traído aquí igual que a nosotros. En lo que nos respecta, la comida y el refugio es tan suya como nuestra. Sekkeh Reikayame y yo somos los que cocinamos y quiénes sabemos si las provisiones son suficientes o no. Te recuerdo que hoy hemos salido solamente por comprobar que seguían suministrándonoslas porque había todavía más que de sobra. No veo lógicas en absoluto tus “razones” y sobre todo me importa bien poco “el destino”. No pienso aceptar el dejar a alguien aquí tirado sin más.
Irianna estaba bastante segura de que el resto no pensaría como Roaxen, pero si era necesario intentaría hacer entrar en razón a cualquiera que se opusiese.
—¿Regalar? Hablas como si nos perteneciese algo. Es de la misma especie que… —titubeó de forma muy breve, no sabía si decir “pájaro” podría ofenderlo o no— el de plumaje blanco que se quedó con el otro grupo, por lo que lo habrán traído aquí igual que a nosotros. En lo que nos respecta, la comida y el refugio es tan suya como nuestra. Sekkeh Reikayame y yo somos los que cocinamos y quiénes sabemos si las provisiones son suficientes o no. Te recuerdo que hoy hemos salido solamente por comprobar que seguían suministrándonoslas porque había todavía más que de sobra. No veo lógicas en absoluto tus “razones” y sobre todo me importa bien poco “el destino”. No pienso aceptar el dejar a alguien aquí tirado sin más.
Irianna estaba bastante segura de que el resto no pensaría como Roaxen, pero si era necesario intentaría hacer entrar en razón a cualquiera que se opusiese.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Calles
12/11/14, 07:22 pm
No me lo puedo creer, ha vuelto ha pasar de mí. Ni siquiera ha tenido el mínimo respeto de contestar, aunque por otra parte era de esperar. Entonces haré yo lo mismo, no pienso volver a dirigirle la palabra.
Vamos inspeccionando lo que es la ciudad, por raro que parezca necesito ir con ellos. Necesito tomar el aire, no soporto estar en ese refugio más tiempo. La ciudad está desierta, mucho mejor, por el momento no ocurre nada fuera de lo normal, hasta que entramos en un edificio cerca del torreón.
Todo está bastante sucio, como todo en sí claro. Voy bastante alerta en lo que respecta a la exploración. Cada vez que me imagino que nos van a atacar aprieto con fuerza la lanza y mis nudillos se ponen blancos de la presión. Mis nervios no hacen más que aumentar a medida que la exploración se alarga, Irianna nos aconseja que no toquemos nada por posibles derrumbes. De todas maneras no lo iba a hacer, pero al fin y al cabo está bien avisar por si acaso.
Vamos registrando el edificio hasta que se escucha un golpe. Irianna también se ha percatado y se decide a salir para averiguar el origen de tal sonido. La sigo junto con el resto y descubrimos a otro pájaro, como el anterior en la plaza esa. ¿ Será el mismo?¿ Acaso nos intentaba encontrar por el separamiento de ayer? Un poco diferente si que es. Por lo que supongo que es otro. No dejo de agarrar con ímpetu el arma. Siempre hay que ser cuidadoso.
Empiezan a conversar con él y este responde de malas maneras. Encima que le intentamos ayudar...
Roaxen dice que no es buena idea darle comida, diciendo claramente que puede ser otro monstruo. Es cierto que puede ser otro bicho..¿ pero y si no lo es? En mi opinión hay que correr el riesgo, si yo estuviera en la piel de ese desconocido me gustaría que me ayudaran. La idrina le responde a Roaxen, bien que está, no se le puede abandonar así como así. Si resulta ser un engaño y es un depredador de la ciudad no creo que pueda contra todos nosotros.
-Estoy de acuerdo, merece un refugio y alimento como todo el mundo, es lo que podemos hacer por él, pero cuando lleguemos cuéntanoslo todo, estoy deseando saber tu historia-. Digo añadiendo una pequeña sonrisa. Espero que no sea otra arma de Rocavarancolia....
Vamos inspeccionando lo que es la ciudad, por raro que parezca necesito ir con ellos. Necesito tomar el aire, no soporto estar en ese refugio más tiempo. La ciudad está desierta, mucho mejor, por el momento no ocurre nada fuera de lo normal, hasta que entramos en un edificio cerca del torreón.
Todo está bastante sucio, como todo en sí claro. Voy bastante alerta en lo que respecta a la exploración. Cada vez que me imagino que nos van a atacar aprieto con fuerza la lanza y mis nudillos se ponen blancos de la presión. Mis nervios no hacen más que aumentar a medida que la exploración se alarga, Irianna nos aconseja que no toquemos nada por posibles derrumbes. De todas maneras no lo iba a hacer, pero al fin y al cabo está bien avisar por si acaso.
Vamos registrando el edificio hasta que se escucha un golpe. Irianna también se ha percatado y se decide a salir para averiguar el origen de tal sonido. La sigo junto con el resto y descubrimos a otro pájaro, como el anterior en la plaza esa. ¿ Será el mismo?¿ Acaso nos intentaba encontrar por el separamiento de ayer? Un poco diferente si que es. Por lo que supongo que es otro. No dejo de agarrar con ímpetu el arma. Siempre hay que ser cuidadoso.
Empiezan a conversar con él y este responde de malas maneras. Encima que le intentamos ayudar...
Roaxen dice que no es buena idea darle comida, diciendo claramente que puede ser otro monstruo. Es cierto que puede ser otro bicho..¿ pero y si no lo es? En mi opinión hay que correr el riesgo, si yo estuviera en la piel de ese desconocido me gustaría que me ayudaran. La idrina le responde a Roaxen, bien que está, no se le puede abandonar así como así. Si resulta ser un engaño y es un depredador de la ciudad no creo que pueda contra todos nosotros.
-Estoy de acuerdo, merece un refugio y alimento como todo el mundo, es lo que podemos hacer por él, pero cuando lleguemos cuéntanoslo todo, estoy deseando saber tu historia-. Digo añadiendo una pequeña sonrisa. Espero que no sea otra arma de Rocavarancolia....
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Calles
12/11/14, 11:51 pm
Kimbra observó la conversación con curiosidad. El comportamiento del nuevo ser le resultó carente de lógica y no entendía por qué sus compañeros insistían en prestarle ayuda. A su entender, el intercambio inicial había sido el decisivo: un ofrecimiento de ayuda, un rechazo. Fin. Pero, por lo visto, las reglas de actuación de los mundos de sus compañeros dictaban que se debía insistir aun cuando el ofrecimiento había sido rechazado.
Le llamó poderosamente la atención la justificación de Roaxen para con su demostración de agresividad ante el nuevo ser. Su argumento había sido que había depredadores que fingían debilidad para conseguir sus fines. A Kimbra aquella información le resultó bastante confusa, pues no entendía como alguien podía conseguir algo fingiendo debilidad. “Quizás la trampa está en que esa muestra de debilidad le hace creer a su enemigo en un triunfo inminente y haciendo, a su vez, que baje la guardia y resulte más fácil de vencer.” Teorizó la engendro, aunque esa explicación no la convenció del todo. Si ella se llegara a encontrar una bestia débil y malherida la mataría al instante acabando con su sufrimiento y ganando una pieza de caza en el proceso.
Su cabeza buscaba respuesta a aquel comportamiento, ignorando ya la conversación que se sucedía junto a ella, cuando su nariz captó un olor fuera de lugar. Kimbra giró la cabeza con un rápido movimiento orientándola hacia la zona de la que había venido ese extraño olor e inspiró con fuerza. Olía a hierba amarga seca quemada junto a otros materiales cuyo olor desconocía. El aroma no era lo suficientemente fuerte y abundante como para que se tratara de una gran hoguera, pero se percibía lo suficientemente próximo como para saber que no se alejaba de ellos más de veinte pasos. La Hija de Lunas, sin decir nada ni dejar de mirar un pequeño agujero en la pared, lugar que desprendía aquel olor, volvió a cargar su arco y se dirigió al hueco en la roca por el que habían entrado. Antes de traspasarlo, sus iris ya se habían vuelto rojos.
Cuando salió lo primero que vio, a tres pasos de ella, fue la espalda de otro ser, similar a algunos de sus compañeros, alejándose por el lugar por el que ellos habían llegado ahí. Por un momento pensó en ignorarlo y así evitar un enfrentamiento directo en el caso de que esas fueran las intenciones del sujeto, puesto que se veía bastante más amenazante que el ser emplumado del interior; pero lo descartó enseguida al percatarse que la dirección que tomaba le llevaría rápidamente a su refugio y, ya que el grueso del grupo se encontraba ahí y, entre ellos, los más fuertes, la seguridad del torreón y de los que allí habían quedado podía peligrar.
- Quieto- dijo, apuntándole con la flecha cargada, sin levantar la voz, pero firmemente.
El sujeto llevaba entre los dedos un palito banco y marrón del que salía humo, aunque ninguna llama. Kimbra se preguntó si se trataría de algún tipo de energía superior o, por el contrario, era un arma de desconocido mecanismo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Calles
13/11/14, 10:43 pm
Jace había estado más cerca de lo que hubiera querido de tragarse el cigarrillo. Después de los gritos del barrio de antes no esperaba oír una voz humana hasta dios-sabe-cuando.
Si es que a esa chica se le consideraba humana, claro.
El corazón se le aceleró de incertidumbre, miedo y esperanza al escucharla, todo junto. Después de ver como era el mundo al que había ido a parar, le quedaba claro que lo que todo lo que le rodeaba era o podía ser hostil. Que la chica le apuntara con un arco no era lo que se dice alentador.
Obviando ese detalle, se fijó de pasada en su aspecto. Pensó que sería una de esas locas del pop que se pintan el pelo de colores raros y se ponen lentillas, pero aquello iba a más. Sus miembros parecían encajados, como los de una Barbie articulada, pero vestida como lo haría Tarzán si fuera una mujer y con la piel de un muñeco de nieve.
El moreno abrió los ojos como platos y levantó las manos como si fuera un atraco, sin saber que decir. Balbuceó algo similar a "uhm vale lo siento" mientras se quitaba el cigarro de la boca despacio. No quería mostrar debilidad, pero tras el día que había tenido, que era el primer ser inteligente que se encontraba, que le estaban apuntando a la cabeza y que como le dieran un susto más seguramente se desmayaría, resultaba un trabajo bastante complicado. De alguna forma u otra, hizo de tripas -bastante vacías, por cierto- corazón y dio un paso todo lo firme posible adelante. Sus palabras salieron atropelladas, como si hubiera olvidado como era hablar con otra persona.
— ¡E-eeh! Mira no tengo ni zorra idea de como he llegado hasta aquí. Llevo dando vueltas sin nadie unas tres horas o más, ni idea, tengo hambre y quiero volver a mi casa... —su seguridad se desvanecía con la rapidez de un cometa, con la corazonada de que no iba a volver a casa por mucho que lo intentase. Pronto se sintió ridículo.— Y no tengo ningún arco chulo como el tuyo para matar a nadie, y más bien parece que todo en esta ciudad quiere matarme a mi. Ni siquiera sabía que había más gente...
A pesar de todo, Jace se acercó despacio a la recién conocida, intentando verse lo menos amenazador que podía. Soltó una risa nerviosa antes de echarse a temblar: como el digno y fiero punk que era.
Si es que a esa chica se le consideraba humana, claro.
El corazón se le aceleró de incertidumbre, miedo y esperanza al escucharla, todo junto. Después de ver como era el mundo al que había ido a parar, le quedaba claro que lo que todo lo que le rodeaba era o podía ser hostil. Que la chica le apuntara con un arco no era lo que se dice alentador.
Obviando ese detalle, se fijó de pasada en su aspecto. Pensó que sería una de esas locas del pop que se pintan el pelo de colores raros y se ponen lentillas, pero aquello iba a más. Sus miembros parecían encajados, como los de una Barbie articulada, pero vestida como lo haría Tarzán si fuera una mujer y con la piel de un muñeco de nieve.
El moreno abrió los ojos como platos y levantó las manos como si fuera un atraco, sin saber que decir. Balbuceó algo similar a "uhm vale lo siento" mientras se quitaba el cigarro de la boca despacio. No quería mostrar debilidad, pero tras el día que había tenido, que era el primer ser inteligente que se encontraba, que le estaban apuntando a la cabeza y que como le dieran un susto más seguramente se desmayaría, resultaba un trabajo bastante complicado. De alguna forma u otra, hizo de tripas -bastante vacías, por cierto- corazón y dio un paso todo lo firme posible adelante. Sus palabras salieron atropelladas, como si hubiera olvidado como era hablar con otra persona.
— ¡E-eeh! Mira no tengo ni zorra idea de como he llegado hasta aquí. Llevo dando vueltas sin nadie unas tres horas o más, ni idea, tengo hambre y quiero volver a mi casa... —su seguridad se desvanecía con la rapidez de un cometa, con la corazonada de que no iba a volver a casa por mucho que lo intentase. Pronto se sintió ridículo.— Y no tengo ningún arco chulo como el tuyo para matar a nadie, y más bien parece que todo en esta ciudad quiere matarme a mi. Ni siquiera sabía que había más gente...
A pesar de todo, Jace se acercó despacio a la recién conocida, intentando verse lo menos amenazador que podía. Soltó una risa nerviosa antes de echarse a temblar: como el digno y fiero punk que era.
- ♪♫♬:
- Daninokuni
Ficha de cosechado
Nombre: Ziack
Especie: Enderth
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia - Instinto animal - Planificación
Re: Calles
13/11/14, 10:48 pm
Todo estaba dicho ya. Estaba rodeado por tres seres extraños, y de ellos dependía su futuro. Si eran depredadores, ya estaba condenado. Si no... aún quedaba esperanza.
Pero el dolor de un estómago congelado y vacío que parecía quebrar se hizo más fuerte y Ziack tuvo que recogerse sobre sí mismo para darse algo de calor.
El mundo a su alrededor dejó de tener forma. Intentó articular palabra, pero fue inútil.
Ya no podía hacer otra cosa que cerrar los ojos... y esperar.
Pero el dolor de un estómago congelado y vacío que parecía quebrar se hizo más fuerte y Ziack tuvo que recogerse sobre sí mismo para darse algo de calor.
El mundo a su alrededor dejó de tener forma. Intentó articular palabra, pero fue inútil.
Ya no podía hacer otra cosa que cerrar los ojos... y esperar.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Calles
14/11/14, 02:35 pm
El pájaro no era capaz de articular nada coherente, y aunque la oposición sólo parecía formarla una persona, el debate sobre llevarlo o no al torreón se prolongaba. Sekk no tenía paciencia para aquellas cosas, y si hubiera dependido de él se lo habría llevado a cuestas, pero eran un grupo, así que les dejó discutir y se limitó a expresar su opinión tendiéndole a la idrina la bolsa con comida que había traído. Entre todos los alimentos seguramente habría algo que complaciera al enderth.
Fue cuando apartó la mirada del grueso del grupo cuando notó la ausencia de Kimbra, y por inercia se alejó unos pasos en su busca. No tuvo que avanzar demasiado, pues la oyó hablar justo al doblar la esquina, pero lo que no se esperaba era que otra voz distinta le contestara. El ulterano volvió a preparar el arco y se acercó en silencio hacía donde la krabeliense trataba con el extraño, pero lo que entendió de la conversación le hizo relajar un poco la postura antes de avistarlos. La muchacha apuntaba a un chaval alto de pelo negro que tenía las manos alzadas en señal de rendición. Parecía nervioso y estaba temblando, pero tenía el aplomo o la estupidez necesaria para acercarse de frente a un arco cargado.
—¿Interrumpo algo? —preguntó el rubio, bajando su arma y colgandosela a la espalda. La krabeliense era más que suficiente para ensartarlo en caso de amenaza—. Eres un humano, ¿verdad? Te pareces bastante a Devoss, en apariencia quiero decir. Tenéis un aspecto similar… —comentó, observándole detenidamente.
Lo que había dicho tenía bastante sentido, y si era cierto no era más que otro cosechado, como ellos. No lo recordaba de la fuente, sin embargo, y según lo que habían contado algunos de sus compañeros, habían revisado las mazmorras antes de irse y no había quedado nadie atrás. Tenía que tener una explicación, sin embargo, y la manera de conocerla era preguntando.
—Mi nombre es Sekkeh Reikayame, pero puedes llamarme Sekkeh si te resulta más sencillo. ¿Quién eres tú y de dónde sales? —inquirió.
Fue cuando apartó la mirada del grueso del grupo cuando notó la ausencia de Kimbra, y por inercia se alejó unos pasos en su busca. No tuvo que avanzar demasiado, pues la oyó hablar justo al doblar la esquina, pero lo que no se esperaba era que otra voz distinta le contestara. El ulterano volvió a preparar el arco y se acercó en silencio hacía donde la krabeliense trataba con el extraño, pero lo que entendió de la conversación le hizo relajar un poco la postura antes de avistarlos. La muchacha apuntaba a un chaval alto de pelo negro que tenía las manos alzadas en señal de rendición. Parecía nervioso y estaba temblando, pero tenía el aplomo o la estupidez necesaria para acercarse de frente a un arco cargado.
—¿Interrumpo algo? —preguntó el rubio, bajando su arma y colgandosela a la espalda. La krabeliense era más que suficiente para ensartarlo en caso de amenaza—. Eres un humano, ¿verdad? Te pareces bastante a Devoss, en apariencia quiero decir. Tenéis un aspecto similar… —comentó, observándole detenidamente.
Lo que había dicho tenía bastante sentido, y si era cierto no era más que otro cosechado, como ellos. No lo recordaba de la fuente, sin embargo, y según lo que habían contado algunos de sus compañeros, habían revisado las mazmorras antes de irse y no había quedado nadie atrás. Tenía que tener una explicación, sin embargo, y la manera de conocerla era preguntando.
—Mi nombre es Sekkeh Reikayame, pero puedes llamarme Sekkeh si te resulta más sencillo. ¿Quién eres tú y de dónde sales? —inquirió.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Calles
15/11/14, 01:38 pm
El ser se dio la vuelta y levantó sus manos, pero la engendro ni se inmutó y siguió observando fijamente el arma incandescente que portaba. Kimbra entendió lo que el ser quiso decirle a pesar de que no conocía el significado de no tener ni zorra idea ni de la cualidad de chulo. Quiso preguntarle si había llegado ahí con los otros, pero en aquel momento apareció Sekkeh, quien habló por ella. Kimbra quedó entonces en un segundo plano y, aunque su compañero había bajado el arma, ella no lo hizo y no lo haría al menos hasta asegurarse de que el arma que portaba el extraño, o el extraño mismo, fueran inofensivos.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Calles
18/11/14, 11:43 pm
Su instinto de macho le obligó a calmarse al ver aparecer a otra persona, esta vez un chico. El rubio que acababa de aparecer parecía un humano, como él, pero por la forma en la que hablaba hacía sentir a Jace como el raro de los tres, lo cual era algo perturbador cuando una chica blanca —en sentido totalmente literal— de ahora, ojos rojos, le seguía apuntando con un arco de caza directamente a la cabeza.
—¿Acaso tú no eres un humano, tío? —frunció el ceño, alarmado, mientras inspeccionaba al joven de arriba a abajo, en busca de algo distinto.
Solo parecía sacado de un plató de Hollywood de películas sobre piratas. Se mordió la lengua: prefería ignorar la respuesta.
—Genial.—la voz le salió una cuarta más aguda de lo que quería.—Mucho gusto, Seeh... Seeeekkeeh.— asintió despacio mientras trataba de pronunciarlo bien y bajaba de una vez por todas las manos, dando una calada nerviosa al cigarro.—Mi nombre es Jace y hace unas tres horas me desperté medio borracho en un sitio mugriento lleno de mazmorras. Poco más...
Miró hacia atrás, considerando el volver sobre sus pasos antes de echar un vistazo de reojo a la Barbie cazadora.
—Si Miss Muñeca no deja de apuntarme con eso puedo volver ¡No os molesto!—sonó poco convencido. Ser atravesado por una flecha le gustaba más que quedarse solo otra vez. Por si acaso, su estómago hizo un ruido digno de un hipopótamo hambriento, como si no estuviera de acuerdo con ese segundo plan.—
—¿Acaso tú no eres un humano, tío? —frunció el ceño, alarmado, mientras inspeccionaba al joven de arriba a abajo, en busca de algo distinto.
Solo parecía sacado de un plató de Hollywood de películas sobre piratas. Se mordió la lengua: prefería ignorar la respuesta.
—Genial.—la voz le salió una cuarta más aguda de lo que quería.—Mucho gusto, Seeh... Seeeekkeeh.— asintió despacio mientras trataba de pronunciarlo bien y bajaba de una vez por todas las manos, dando una calada nerviosa al cigarro.—Mi nombre es Jace y hace unas tres horas me desperté medio borracho en un sitio mugriento lleno de mazmorras. Poco más...
Miró hacia atrás, considerando el volver sobre sus pasos antes de echar un vistazo de reojo a la Barbie cazadora.
—Si Miss Muñeca no deja de apuntarme con eso puedo volver ¡No os molesto!—sonó poco convencido. Ser atravesado por una flecha le gustaba más que quedarse solo otra vez. Por si acaso, su estómago hizo un ruido digno de un hipopótamo hambriento, como si no estuviera de acuerdo con ese segundo plan.—
- ♪♫♬:
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Calles
19/11/14, 11:16 pm
Roaxen Tenvrai
El capellan abrió los ojos de par en par con las palabras de la Idrina, incrédulo de lo que oia.
-¡Lo hace! Es nuestro por derecho de salvamento: Nosotros lo encontramos y nosotros nos lo quedamos. Que su especie nos sea vagamente reconocible en base a otro ser que no conocimos ni más que unas horas no lo hace mucho más seguro. Y siento revelar que aunque tú y Sekkeh Reikayame proceseis la comida a gusto no tenieis ni pizca ni idea de lo que es una situación de racionamiento, una crisis alimenticia o si quiera que estamos en guerra abierta contra todo y todos los de esta ciudad. Esto incluye a otros desgraciados que como nosotros fueron arrastrados a este mundo. Cuanto antes os deis cuenta, todos, de que esta va a ser la realidad en este agujero infernal, antes podremos aumentar nuestras posibilidades de supervivencia, si es que tenemos.-
Roaxen habia perdido ligeramente los estribos y, aunque hablaba hacia la idrina, esperaba que los demás se dieran por aludidos. No iba a tolerar que el samaritanismo insensato de la idrina (posiblemente apoyada por muchos otros insulsos xenos) les llevase a la ruina y condenación porque simplemente se veian imposibilitados de tomar una decisión dificil.
Suspiró cansado y se quitó las gafas para masajearse el puente de la nariz. Más tranquilo, volvió a colocarselas y habló una última vez.
-No tiene sentido rebatir ese pensamiento si quiera si tan aferrado está que decidis adoctrinaros en él. No sois ni conscientes de en que apuros estamos metidos. Sea asi, si nos lleva a la ruina, solo espero que entreis en razón a tiempo de enmendar lo posible. Mi participación en esta discusión ha acabado y con ella la misma. Haced lo que veais pertinente con el xenomorfo aviano.-
El ulterano dejó de apuntar entonces al ser y se despegó del grupo retomando la tarea de explorar los alrededores del torreón. Casi maldijo haber tomado esa decisión, pero si el recoger a xenos vagabundos y mohosos del pavimentos les ayudaba a revelar si acaso un solo punto focal de peligro, habria merecido la pena. Era el tipo de persona que deseaba estar en peligro tan solo por saber a que se enfrentaba y desde donde golpearia. La espera le estaba carcomiendo por dentro.
No parecia dispuesto a seguir ningún tipo de debate ni discusión. No era sin duda uno si era demonizado hasta estar en el punto de vista solitario, aunque racional y realista.
Desde una mohosa ventana comprobó como la mutante con rasgos de muñeca se movia a una zona muy concreta, zona que ni estaba planeada accederse. Su instinto le llevó a seguirla, a través de ventanales que daban a la calle y es ahí cuando se toparon con un nuevo individuo. Roaxen maldijo por lo bajo.
-Maledicta y mutante ramera... Solo sirves como perro de presa cuando decides buscarnos problemas...-
El nuevo individuo se asemejaba vagamente a una persona. Roaxen apenas podia distingir bien sus facciones desde arriba, asomado al ventanal, pero era consciente (y oia de la conversación pertinente más abajo) de que parecia de tratarse de otro simio temerario en la misma situación que el xenomorfo aviano. Frunció los labios y alzó su ballesta, apuntando con ella al nuevo y ennegrecido ser.
-Ella podrá dejar de apuntarte...-dijo desde la ventana, alzando la voz para revelar su posición (y el acto de apuntarle con su arma) al individuo.-..pero yo no pienso parar hasta que nos aclares tus intenciones, simio.-
El capellan abrió los ojos de par en par con las palabras de la Idrina, incrédulo de lo que oia.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ Muchacha insensata...
-¡Lo hace! Es nuestro por derecho de salvamento: Nosotros lo encontramos y nosotros nos lo quedamos. Que su especie nos sea vagamente reconocible en base a otro ser que no conocimos ni más que unas horas no lo hace mucho más seguro. Y siento revelar que aunque tú y Sekkeh Reikayame proceseis la comida a gusto no tenieis ni pizca ni idea de lo que es una situación de racionamiento, una crisis alimenticia o si quiera que estamos en guerra abierta contra todo y todos los de esta ciudad. Esto incluye a otros desgraciados que como nosotros fueron arrastrados a este mundo. Cuanto antes os deis cuenta, todos, de que esta va a ser la realidad en este agujero infernal, antes podremos aumentar nuestras posibilidades de supervivencia, si es que tenemos.-
Roaxen habia perdido ligeramente los estribos y, aunque hablaba hacia la idrina, esperaba que los demás se dieran por aludidos. No iba a tolerar que el samaritanismo insensato de la idrina (posiblemente apoyada por muchos otros insulsos xenos) les llevase a la ruina y condenación porque simplemente se veian imposibilitados de tomar una decisión dificil.
Suspiró cansado y se quitó las gafas para masajearse el puente de la nariz. Más tranquilo, volvió a colocarselas y habló una última vez.
-No tiene sentido rebatir ese pensamiento si quiera si tan aferrado está que decidis adoctrinaros en él. No sois ni conscientes de en que apuros estamos metidos. Sea asi, si nos lleva a la ruina, solo espero que entreis en razón a tiempo de enmendar lo posible. Mi participación en esta discusión ha acabado y con ella la misma. Haced lo que veais pertinente con el xenomorfo aviano.-
El ulterano dejó de apuntar entonces al ser y se despegó del grupo retomando la tarea de explorar los alrededores del torreón. Casi maldijo haber tomado esa decisión, pero si el recoger a xenos vagabundos y mohosos del pavimentos les ayudaba a revelar si acaso un solo punto focal de peligro, habria merecido la pena. Era el tipo de persona que deseaba estar en peligro tan solo por saber a que se enfrentaba y desde donde golpearia. La espera le estaba carcomiendo por dentro.
No parecia dispuesto a seguir ningún tipo de debate ni discusión. No era sin duda uno si era demonizado hasta estar en el punto de vista solitario, aunque racional y realista.
Desde una mohosa ventana comprobó como la mutante con rasgos de muñeca se movia a una zona muy concreta, zona que ni estaba planeada accederse. Su instinto le llevó a seguirla, a través de ventanales que daban a la calle y es ahí cuando se toparon con un nuevo individuo. Roaxen maldijo por lo bajo.
-Maledicta y mutante ramera... Solo sirves como perro de presa cuando decides buscarnos problemas...-
El nuevo individuo se asemejaba vagamente a una persona. Roaxen apenas podia distingir bien sus facciones desde arriba, asomado al ventanal, pero era consciente (y oia de la conversación pertinente más abajo) de que parecia de tratarse de otro simio temerario en la misma situación que el xenomorfo aviano. Frunció los labios y alzó su ballesta, apuntando con ella al nuevo y ennegrecido ser.
-Ella podrá dejar de apuntarte...-dijo desde la ventana, alzando la voz para revelar su posición (y el acto de apuntarle con su arma) al individuo.-..pero yo no pienso parar hasta que nos aclares tus intenciones, simio.-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Calles
20/11/14, 01:17 am
La respuesta del chico moreno llegó en forma de pregunta, y su expresión de alarma le hizo bastante gracia. Procuró no exteriorizarlo, sin embargo, y terminó de guardar su arma al confirmar que no era peligroso.
—No, no soy humano —le dijo con una media sonrisa, mostrando en parte su afilada dentadura—, y mi compañera aquí presente tampoco —añadió, señalando a la krabeliense—. No tienes de que preocuparte, sin embargo, no somos “bichos con intención de conquistar tu planeta” —aclaró, citando a Devoss con una sonrisa torcida. Irianna le había contado la historia previa al estallido del holandés, y aquel comentario en particular le había resultado curioso—. Hay varios de los tuyos en nuestro grupo, así que puedes venirte si estas solo…
Su voz se fue apagando a medida que soltaba la última frase, y terminó girándose hacia su compañera al concluir que realmente lo que ella pensara al respecto tenía mucho más peso que sus palabras.
—¿Qué opinas tu, Kimbra? —inquirió, mirándola con atención—. Tu te lo has encontrado, a fin de cuentas, deberías tener algo que decir al respecto.
Parecía soprendida por las palabras de Jace, y para ser sinceros el intara también le chocaba la forma en la que se había referido a ella. No parecía haberlo dicho con tono ofensivo, y por eso Sekk no había comentado nada al respecto. La respuesta de la muchacha llegó en cuanto se repuso, y aunque fueron un tanto inseguras,sus palabras estaban cargadas de razón.
Eran un grupo y la decisión les correspondía a todos, y así se lo comunicó al americano secundando las palabras de la krabeliense.
—Lo mejor es que te llevemos con los demás para que puedan opinar… al menos podemos darte algo de comida si tienes hambre —comentó. No pudo añadir más, sin embargo, pues en ese momento el xolnita apareció en una de las ventanas apuntando con su inseparable ballesta al humano. El entrecejo del rubio se frunció en cuanto le oyó hablar, maldiciendole internamente por sus formas desagradables.
—Es el miembro más “precavido” de nuestro grupo —le aclaró a Jace con tono neutro, dejando a continuación que fuera el chico el que se presentara. Las dotes diplomáticas del capellán eran, sin duda, algo digno de admiración.
—No, no soy humano —le dijo con una media sonrisa, mostrando en parte su afilada dentadura—, y mi compañera aquí presente tampoco —añadió, señalando a la krabeliense—. No tienes de que preocuparte, sin embargo, no somos “bichos con intención de conquistar tu planeta” —aclaró, citando a Devoss con una sonrisa torcida. Irianna le había contado la historia previa al estallido del holandés, y aquel comentario en particular le había resultado curioso—. Hay varios de los tuyos en nuestro grupo, así que puedes venirte si estas solo…
Su voz se fue apagando a medida que soltaba la última frase, y terminó girándose hacia su compañera al concluir que realmente lo que ella pensara al respecto tenía mucho más peso que sus palabras.
—¿Qué opinas tu, Kimbra? —inquirió, mirándola con atención—. Tu te lo has encontrado, a fin de cuentas, deberías tener algo que decir al respecto.
Parecía soprendida por las palabras de Jace, y para ser sinceros el intara también le chocaba la forma en la que se había referido a ella. No parecía haberlo dicho con tono ofensivo, y por eso Sekk no había comentado nada al respecto. La respuesta de la muchacha llegó en cuanto se repuso, y aunque fueron un tanto inseguras,sus palabras estaban cargadas de razón.
Eran un grupo y la decisión les correspondía a todos, y así se lo comunicó al americano secundando las palabras de la krabeliense.
—Lo mejor es que te llevemos con los demás para que puedan opinar… al menos podemos darte algo de comida si tienes hambre —comentó. No pudo añadir más, sin embargo, pues en ese momento el xolnita apareció en una de las ventanas apuntando con su inseparable ballesta al humano. El entrecejo del rubio se frunció en cuanto le oyó hablar, maldiciendole internamente por sus formas desagradables.
—Es el miembro más “precavido” de nuestro grupo —le aclaró a Jace con tono neutro, dejando a continuación que fuera el chico el que se presentara. Las dotes diplomáticas del capellán eran, sin duda, algo digno de admiración.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Calles
20/11/14, 07:38 pm
Obviando el hecho de haber sido apuntado con armas más veces de lo que había sido apuntado jamás en toda su vida, Jace estaba de mejor humor que antes.
Los entonces presentes se trataban de extraterrestres, un detalle a tener en cuenta, pero no parecían ir a hacerle daño. Después de haber pasado por la cicatriz de Arax se podía creer cualquier cosa. La muñeca viviente de ojos cambia-color y el pirata de dientes de tiburón eran, dentro de lo que cabe, normales. Ahora, el tipejo que le llamó "simio" estaba el primero en su lista de gente a la que partirle la boca a la mínima excusa y oportunidad de ello. No se calló a la hora de responder a grito que se fuera a tomar por saco él y su peluca lila, pero este se limitó a desaparecer dentro de la estructura. No estaba seguro, pero Jace habría jurado ver una sonrisa por parte de Sekkeh, cosa que le subió la moral. Se ve que no era el único al que no le caía bien Roaxen.
Se contuvo por no dar saltos de alegría en lo que Kimbra bajó el arma. Ya no tenía que andar más tiempo solo por Rocavarancolia si al resto del grupo le parecía bien, y si no había oído mal, pronto podría comer algo. Les siguió dentro de la casa, a pesar de que no le hacía demasiada ilusión entrar en un lugar que parecía al borde del derrumbe, impaciente por conocer al resto: pero sobre todo, a los demás humanos.
Lanzaba vistazos frenéticos a todos lados hasta que apareció de nuevo en su campo de visión el de pelo morado, cuya presencia le hizo bajar toda emoción que tuvo segundos antes para dedicarle otra mala mirada y crujirse los nudillos, algo poco sensato considerando que el otro llevaba un arma mucho más letal que uno de sus derechazos. En seguida se encontraron con el resto de gente.
"Gente".
Tres siluetas hacían un semicírculo entorno a algo en el suelo.
Dos figuras eran humanoides. Una chica (o al menos eso parecía) de color blanquecino, un chaval que parecía enteramente humano y para su asombro, un dragón en miniatura. Tuvo que entornar los ojos para ver al ser, similar a un pájaro, que había tirado en el suelo. Lo primero que pensó es que era una arpía, como las que salían en las pelis de mitología griega, pero pronto se olvidó de esa idea. Se quedó embobado mirando la estampa, hasta el punto de olvidarse del cigarrillo que se le estaba consumiendo en los labios. Una pequeña quemadura le sacó de su ensimismamiento.
—Ho-hola. Yo Jace. Venir en son de paz.
Los entonces presentes se trataban de extraterrestres, un detalle a tener en cuenta, pero no parecían ir a hacerle daño. Después de haber pasado por la cicatriz de Arax se podía creer cualquier cosa. La muñeca viviente de ojos cambia-color y el pirata de dientes de tiburón eran, dentro de lo que cabe, normales. Ahora, el tipejo que le llamó "simio" estaba el primero en su lista de gente a la que partirle la boca a la mínima excusa y oportunidad de ello. No se calló a la hora de responder a grito que se fuera a tomar por saco él y su peluca lila, pero este se limitó a desaparecer dentro de la estructura. No estaba seguro, pero Jace habría jurado ver una sonrisa por parte de Sekkeh, cosa que le subió la moral. Se ve que no era el único al que no le caía bien Roaxen.
Se contuvo por no dar saltos de alegría en lo que Kimbra bajó el arma. Ya no tenía que andar más tiempo solo por Rocavarancolia si al resto del grupo le parecía bien, y si no había oído mal, pronto podría comer algo. Les siguió dentro de la casa, a pesar de que no le hacía demasiada ilusión entrar en un lugar que parecía al borde del derrumbe, impaciente por conocer al resto: pero sobre todo, a los demás humanos.
Lanzaba vistazos frenéticos a todos lados hasta que apareció de nuevo en su campo de visión el de pelo morado, cuya presencia le hizo bajar toda emoción que tuvo segundos antes para dedicarle otra mala mirada y crujirse los nudillos, algo poco sensato considerando que el otro llevaba un arma mucho más letal que uno de sus derechazos. En seguida se encontraron con el resto de gente.
"Gente".
Tres siluetas hacían un semicírculo entorno a algo en el suelo.
Dos figuras eran humanoides. Una chica (o al menos eso parecía) de color blanquecino, un chaval que parecía enteramente humano y para su asombro, un dragón en miniatura. Tuvo que entornar los ojos para ver al ser, similar a un pájaro, que había tirado en el suelo. Lo primero que pensó es que era una arpía, como las que salían en las pelis de mitología griega, pero pronto se olvidó de esa idea. Se quedó embobado mirando la estampa, hasta el punto de olvidarse del cigarrillo que se le estaba consumiendo en los labios. Una pequeña quemadura le sacó de su ensimismamiento.
—Ho-hola. Yo Jace. Venir en son de paz.
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Calles
20/11/14, 08:27 pm
Recogió la bolsa que le pasó Sekkeh en la que había comida, interpretándolo correctamente como un gesto de apoyo a su postura, lo cual agradeció también sin mediar palabra. No sabía a dónde iban Kimbra y el intara, pero no podía acompañarles: tenía una discusión con Roaxen que zanjar de una buena vez. La idrina escuchó al capellán de brazos cruzados y manteniendo la expresión lo más neutra posible, aunque su descontento se coló vagamente en sus facciones a medida que Roaxen trataba de descalificar por completo su forma de pensar. Resopló sin poder evitarlo ante la mención de “guerra abierta”.
—Muy bien, si quieres tomarte todo esto como alguna especie de competición, tú mismo, Roaxen Tenvrai. Ya he dicho que no voy a abandonarlo y tan solo tenemos que comprobar qué opina la mayoría, porque ninguna palabra vale más que otra.
Irianna tenía la seguridad de que nadie más aparte del xolnita podía ser tan cruel como para pretender dejar a una persona que necesitaba ayuda y que se encontraba en la misma situación que ellos allí tirada.
Le tendió la bolsa al ave mientras observaba con desdén como el ulterano se perdía entre las ruinas.
—Coge lo que quieras del interior de esa bolsa, aunque tal vez prefieras esperar a comer más cómodamente en el torreón… ¿Te ayudo a levantarte?
Un tanto indecisa se acercó al pájaro y comenzó a agacharse. No podía estar del todo segura, pero su voz parecía masculina –al menos para su concepción de cómo solían sonar las voces masculinas- y trató de reprimir su inseguridad para centrarse en ayudarlo. Tal vez no fuese el pensamiento más apropiado, pero el hecho de que fuese tan físicamente diferente ayudaba en cierta manera a evitar pensar en él como un hombre. No obstante, no llegó a dar término a sus intenciones cuando la krabelinense y Sekkeh regresaron. Y lo hicieron en compañía pero no en la de Roaxen.
Irianna tan solo detuvo la mirada en el desconocido mientras se presentaba el tiempo estrictamente necesario que dictaba la educación. Aquel sí era claramente un hombre, con evidentes semejanzas con Devoss que lo distinguían como humano. Parecía que iban a tener que volver con otra persona más al torreón y era evidente que no podía, ni realmente pretendía, negarse después de la discusión que había mantenido con el xolnita. ¿Pero por qué tenían que ser hombres los dos? Debido a los derroteros por los que discurrió su pensamiento nada más verlo, la escritora no se dio cuenta hasta unos segundos después de la forma de expresarse tan extraña que había usado el fumador. ¿Tendría alguna deficiencia en el habla?
—Yo soy Irianna —se presentó sin ofrecerle la mano para estrechársela, justificando la omisión mentalmente en que él tampoco había hecho un gesto de saludo y que los separaba relativa distancia—. ¿Tú también… estás solo?
No mucho después el grupo se pondría en marcha de vuelta al torreón con dos nuevos miembros. Tal y como había supuesto nadie más alzó la voz para oponerse a acoger a Jace y al ave, aunque la idrina de todas formas afirmó que si tenían que tomar una decisión, debería incluirse a los que se habían quedado. <<Estupendo, cada vez vas a tener que convivir con más hombres>>. Irianna suspiró internamente y trató de evitar preguntarse por qué no podía opinar igual que Roaxen por una vez.
Sigue en el Torreón Letargo.
—Muy bien, si quieres tomarte todo esto como alguna especie de competición, tú mismo, Roaxen Tenvrai. Ya he dicho que no voy a abandonarlo y tan solo tenemos que comprobar qué opina la mayoría, porque ninguna palabra vale más que otra.
Irianna tenía la seguridad de que nadie más aparte del xolnita podía ser tan cruel como para pretender dejar a una persona que necesitaba ayuda y que se encontraba en la misma situación que ellos allí tirada.
Le tendió la bolsa al ave mientras observaba con desdén como el ulterano se perdía entre las ruinas.
—Coge lo que quieras del interior de esa bolsa, aunque tal vez prefieras esperar a comer más cómodamente en el torreón… ¿Te ayudo a levantarte?
Un tanto indecisa se acercó al pájaro y comenzó a agacharse. No podía estar del todo segura, pero su voz parecía masculina –al menos para su concepción de cómo solían sonar las voces masculinas- y trató de reprimir su inseguridad para centrarse en ayudarlo. Tal vez no fuese el pensamiento más apropiado, pero el hecho de que fuese tan físicamente diferente ayudaba en cierta manera a evitar pensar en él como un hombre. No obstante, no llegó a dar término a sus intenciones cuando la krabelinense y Sekkeh regresaron. Y lo hicieron en compañía pero no en la de Roaxen.
Irianna tan solo detuvo la mirada en el desconocido mientras se presentaba el tiempo estrictamente necesario que dictaba la educación. Aquel sí era claramente un hombre, con evidentes semejanzas con Devoss que lo distinguían como humano. Parecía que iban a tener que volver con otra persona más al torreón y era evidente que no podía, ni realmente pretendía, negarse después de la discusión que había mantenido con el xolnita. ¿Pero por qué tenían que ser hombres los dos? Debido a los derroteros por los que discurrió su pensamiento nada más verlo, la escritora no se dio cuenta hasta unos segundos después de la forma de expresarse tan extraña que había usado el fumador. ¿Tendría alguna deficiencia en el habla?
—Yo soy Irianna —se presentó sin ofrecerle la mano para estrechársela, justificando la omisión mentalmente en que él tampoco había hecho un gesto de saludo y que los separaba relativa distancia—. ¿Tú también… estás solo?
No mucho después el grupo se pondría en marcha de vuelta al torreón con dos nuevos miembros. Tal y como había supuesto nadie más alzó la voz para oponerse a acoger a Jace y al ave, aunque la idrina de todas formas afirmó que si tenían que tomar una decisión, debería incluirse a los que se habían quedado. <<Estupendo, cada vez vas a tener que convivir con más hombres>>. Irianna suspiró internamente y trató de evitar preguntarse por qué no podía opinar igual que Roaxen por una vez.
Sigue en el Torreón Letargo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Calles
25/11/14, 09:05 pm
Varios días después de renombrarse, Saria Omen había empezado a acostumbrarse a pasear a diario. Procuraba estudiar magia en Serpentaria, pero el descubrir que sus capacidades mágicas eran tan inferiores no había ayudado mucho a que aquello se convirtiera en un hábito. Le indignaba haberse quedado en tan poca cosa, como si la Luna hubiera querido reírse de ella, dejándola prácticamente sola con su mal fario. Poco a poco los paseos fueron a más y los estudios a menos y no tardaron en llegar los días en que Saria Omen tan solo fuera a Serpentaria a comer y a dormir.
La mala sombra no buscaba retos, ni enfrentamientos de ningún tipo (aunque en algún momento tuviera que espantar a alguna criatura). Quería sosiego para pensar, quería la brisa enredándole el pelaje y aclarándole las ideas. A veces buscaba un buen paisaje, otras se conformaba con seguir las calles derruidas hacia ningún sitio concreto. Cuando llegó a Rocavarancolia supo ver belleza entre las ruinas, mientras que ahora solo se veía a sí misma reflejada en ellas, pero quería acostumbrarse a aquella imagen.
Durante su último paseo, Saria Omen había acabado adentrándose en los callejones más peligrosos de la ciudad. Su nuevo instinto le pedía que corriera y los números que le asaltaban a la vista eran ligeramente mayores a los que solía ver, pero la nueva ordesa era terca hasta decir basta. El asfalto estaba lleno de basura y en algunos edificios se veían luces encendidas. Se sentía observada y no le gustaba ni gota. Con cuidado de evitar las posibilidades menos favorecedoras del camino, que a veces descansaban sobre personas tiradas sobre el suelo, Saria acabó llegando a un establecimiento en el que no se habría fijado de no ser por lo bajo que era el peligro en su interior.
Un cartel rezaba “Chatarrería” sobre la puerta, grabado en madera vieja y descolorida.
Desde luego el nombre no provocaba ningún interés en la mala sombra, pero la fortuna quiso que esta se asomara al interior y quedara maravillada. A través de los cristales de una ventana, Saria Omen descubrió varios móviles colgados del techo, piezas de armadura y armas viejas convertidas en ornamentación y otras muchas obras de arte que convertían los deshechos en materia prima.
Un sonido proveniente del interior la sobresaltó. Había pisadas acercándose y no le pareció una buena señal, pero los bajos porcentajes no fluctuaban de ninguna manera y aquello la convenció para no huir. La puerta del local se entreabrió y un rostro anciano se asomó al exterior. La ordesa le clavó los ojos, amenazante.
—Jovencito —la llamó aquella extraterrestre vieja, ignorando su gesto. Tenía la cara como una uva pasa pero su expresión era amable y los números que bailaban a su alrededor convencieron a la mala sombra de que era de fiar.
—Soy una mujer —replicó en un tono seco que no llegó a ser desagradable del todo. Su rostro se suavizó ligeramente.
La anciana achinó sus ojos marrones y sonrió a Saria Omen con más amabilidad que dientes.
—Perdona, hija mía… No tengo edad para estudiar los nuevos mundos que se enlazan a la ciudad —la ordesa casi sintió pena por ella. Inclinó la cabeza, aceptando su disculpa, y la dejó continuar hablando—. Te había visto asomarte a la puerta y me preguntaba si querrías pasar. No cobro por mirar, mujer —hizo hincapié en esa palabra—, ni siquiera a aquellos que cargan tal calamidad en sus ojos.
La mujer interrumpió su discurso para tomar el aire, estaba tan vieja que hablar seguido la cansaba, pero también parecía curiosa por ver cómo se tomaba la ordesa el hecho de que la hubiera calado tan pronto. A Saria Omen simplemente le parecía increíble lo bien que se la entendía, a pesar de todos los agujeros que cubrían su boca.
>>¿Cómo te llamas, mala sombra? —añadió de nuevo la mujer, con evidente fatiga tiñendo su voz desgastada.
La mala sombra no buscaba retos, ni enfrentamientos de ningún tipo (aunque en algún momento tuviera que espantar a alguna criatura). Quería sosiego para pensar, quería la brisa enredándole el pelaje y aclarándole las ideas. A veces buscaba un buen paisaje, otras se conformaba con seguir las calles derruidas hacia ningún sitio concreto. Cuando llegó a Rocavarancolia supo ver belleza entre las ruinas, mientras que ahora solo se veía a sí misma reflejada en ellas, pero quería acostumbrarse a aquella imagen.
Durante su último paseo, Saria Omen había acabado adentrándose en los callejones más peligrosos de la ciudad. Su nuevo instinto le pedía que corriera y los números que le asaltaban a la vista eran ligeramente mayores a los que solía ver, pero la nueva ordesa era terca hasta decir basta. El asfalto estaba lleno de basura y en algunos edificios se veían luces encendidas. Se sentía observada y no le gustaba ni gota. Con cuidado de evitar las posibilidades menos favorecedoras del camino, que a veces descansaban sobre personas tiradas sobre el suelo, Saria acabó llegando a un establecimiento en el que no se habría fijado de no ser por lo bajo que era el peligro en su interior.
Un cartel rezaba “Chatarrería” sobre la puerta, grabado en madera vieja y descolorida.
Desde luego el nombre no provocaba ningún interés en la mala sombra, pero la fortuna quiso que esta se asomara al interior y quedara maravillada. A través de los cristales de una ventana, Saria Omen descubrió varios móviles colgados del techo, piezas de armadura y armas viejas convertidas en ornamentación y otras muchas obras de arte que convertían los deshechos en materia prima.
Un sonido proveniente del interior la sobresaltó. Había pisadas acercándose y no le pareció una buena señal, pero los bajos porcentajes no fluctuaban de ninguna manera y aquello la convenció para no huir. La puerta del local se entreabrió y un rostro anciano se asomó al exterior. La ordesa le clavó los ojos, amenazante.
—Jovencito —la llamó aquella extraterrestre vieja, ignorando su gesto. Tenía la cara como una uva pasa pero su expresión era amable y los números que bailaban a su alrededor convencieron a la mala sombra de que era de fiar.
—Soy una mujer —replicó en un tono seco que no llegó a ser desagradable del todo. Su rostro se suavizó ligeramente.
La anciana achinó sus ojos marrones y sonrió a Saria Omen con más amabilidad que dientes.
—Perdona, hija mía… No tengo edad para estudiar los nuevos mundos que se enlazan a la ciudad —la ordesa casi sintió pena por ella. Inclinó la cabeza, aceptando su disculpa, y la dejó continuar hablando—. Te había visto asomarte a la puerta y me preguntaba si querrías pasar. No cobro por mirar, mujer —hizo hincapié en esa palabra—, ni siquiera a aquellos que cargan tal calamidad en sus ojos.
La mujer interrumpió su discurso para tomar el aire, estaba tan vieja que hablar seguido la cansaba, pero también parecía curiosa por ver cómo se tomaba la ordesa el hecho de que la hubiera calado tan pronto. A Saria Omen simplemente le parecía increíble lo bien que se la entendía, a pesar de todos los agujeros que cubrían su boca.
>>¿Cómo te llamas, mala sombra? —añadió de nuevo la mujer, con evidente fatiga tiñendo su voz desgastada.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Calles
11/12/14, 02:15 pm
De las muchas cosas que hicimos durante esos meses tras la Luna, una de esas fueron los entrenamientos conjuntos: Dhelian con sus estirges y yo con mis onyces. Mira que a nuestros dominios les costó tolerarse mínimamente, y aún les costaba, pero ya no parecían intentar siquiera comenzar disputas en nuestra presencia. Que las estirges entendieran a las onyces había sido un palo al principio, pero ya era cosa pasada. En cuanto a mi relación con ellas... Cada comentario suyo sobre mi supuesto poder absoluto tan solo me animaba a entrenar más duro. Si querían una Onyx poderosa, la tendrían.
Sus comentarios seguían siendo igual de tóxicos pero les había encontrado su lógica en lo que a la vida en Rocavarancolia se referían. Con mis amigos y compañeros de Serpentaria seguía siendo la de siempre, pero con el resto me había vuelto mucho más desconfiada, arisca y seca. También había conseguido cambiar mi atuendo a ropas enteramente negras, cuanto más oscuras mejor. Casi podría decir que lo único visible de mí o mis onyces en la oscuridad serían mis ojos verdes. Las había llegado a escuchar diciendo que ese color me quitaba toda la apariencia que me daba el negro, que me hacía parecer blanda, y realmente pensaba en cambiarles el color si había magia para ello, pero por otro motivo. En la Tierra siempre había querido tintarme, ver cómo quedaba, así que quizá cuando tuviera el dinero o los medios, cambiaría el conjunto completo. ¡Era una bruja! Había pensado en ponerme mechones violeta oscuro, por ejemplo. Ahora, la mejor ocurrencia en esos días respecto a la ropa fue usar a las onyces para ello. No que los primeros días saliera en ropa interior a la calle con las sombras como única vestimenta, porque las muy aguafiestas abandonaban sus sitios por fastidiar. Pero había conseguido que no lo hicieran. Era super cómodo y podía conseguir prendas bastante curiosas y elegantes si me esmeraba. No que tampoco lo hiciera a menudo, sino que era más para estar en Serpentaria o para ir de visita a la Sede.
En los entrenamientos con los dominios en la calle, por ejemplo, llevaba lo que se pondría cualquier humanoide para hacer deporte, casi siempre negra o de tonos oscuros y bastante cómoda. El pelo iba recogido por completo para que no pudiera molestar. Llevaba el escudo a la espalda y la espada al cinto como última medida, pues lo mío era la magia. Y las runas. Cuando las descubrimos en la cosecha me chocó lo complejas que eran en contraposición a lo que estaba acostumbrada en juegos terrícolas... Pero después de lo que había visto a Valek hacer con ellas y el hecho de saber que aunque brillara como bruja, físicamente era vulnerable, me dedicaría plenamente a magia y runas. Skarog nos había comentado cosas de algunas y otras runas que animaron a tomar esa decisión... Y otra más. En la cosecha había querido alejarme del típico rol de "mago de apoyo" de los juegos de rol, pero ¿qué tenía de malo? Algunos de mis amigos no podían hacer magia, así que podría echar una mano. Y también las onyces, aunque fueran más reacias a sacrificarse por ellos o por las estirges antes que por mí.
Precisamente eso quería intentar en esas jornadas de entrenamientos conjuntos. En la primera, hoy, pensaba proponer a Dhelian que usara a las onyces de la misma forma que yo hacía a la hora de caminar sobre el aire. Así que cuando llegamos a una calle espaciosa, me puse de brazos en jarras.
—Bueno, a ver... Dhelian, ¿qué te parece empezar dando un paseo? Tú por el aire y las onyces haciendo el camino. Recomiendo que vayas levitando por si acaso.
Inmediatamente, las onyces que me acompañaban se empezaron a agitar, nerviosas. El barullo de voces quejándose me habría sacado de los nervios los primeros días, pero ahora un simple basta sirvió.
—Basta. Haréis lo que yo os diga. Y no, las estirges no os atacarán por tocar a su brugho, ¿verdad? —terminé, mirando al daeliciano.
Sus comentarios seguían siendo igual de tóxicos pero les había encontrado su lógica en lo que a la vida en Rocavarancolia se referían. Con mis amigos y compañeros de Serpentaria seguía siendo la de siempre, pero con el resto me había vuelto mucho más desconfiada, arisca y seca. También había conseguido cambiar mi atuendo a ropas enteramente negras, cuanto más oscuras mejor. Casi podría decir que lo único visible de mí o mis onyces en la oscuridad serían mis ojos verdes. Las había llegado a escuchar diciendo que ese color me quitaba toda la apariencia que me daba el negro, que me hacía parecer blanda, y realmente pensaba en cambiarles el color si había magia para ello, pero por otro motivo. En la Tierra siempre había querido tintarme, ver cómo quedaba, así que quizá cuando tuviera el dinero o los medios, cambiaría el conjunto completo. ¡Era una bruja! Había pensado en ponerme mechones violeta oscuro, por ejemplo. Ahora, la mejor ocurrencia en esos días respecto a la ropa fue usar a las onyces para ello. No que los primeros días saliera en ropa interior a la calle con las sombras como única vestimenta, porque las muy aguafiestas abandonaban sus sitios por fastidiar. Pero había conseguido que no lo hicieran. Era super cómodo y podía conseguir prendas bastante curiosas y elegantes si me esmeraba. No que tampoco lo hiciera a menudo, sino que era más para estar en Serpentaria o para ir de visita a la Sede.
En los entrenamientos con los dominios en la calle, por ejemplo, llevaba lo que se pondría cualquier humanoide para hacer deporte, casi siempre negra o de tonos oscuros y bastante cómoda. El pelo iba recogido por completo para que no pudiera molestar. Llevaba el escudo a la espalda y la espada al cinto como última medida, pues lo mío era la magia. Y las runas. Cuando las descubrimos en la cosecha me chocó lo complejas que eran en contraposición a lo que estaba acostumbrada en juegos terrícolas... Pero después de lo que había visto a Valek hacer con ellas y el hecho de saber que aunque brillara como bruja, físicamente era vulnerable, me dedicaría plenamente a magia y runas. Skarog nos había comentado cosas de algunas y otras runas que animaron a tomar esa decisión... Y otra más. En la cosecha había querido alejarme del típico rol de "mago de apoyo" de los juegos de rol, pero ¿qué tenía de malo? Algunos de mis amigos no podían hacer magia, así que podría echar una mano. Y también las onyces, aunque fueran más reacias a sacrificarse por ellos o por las estirges antes que por mí.
Precisamente eso quería intentar en esas jornadas de entrenamientos conjuntos. En la primera, hoy, pensaba proponer a Dhelian que usara a las onyces de la misma forma que yo hacía a la hora de caminar sobre el aire. Así que cuando llegamos a una calle espaciosa, me puse de brazos en jarras.
—Bueno, a ver... Dhelian, ¿qué te parece empezar dando un paseo? Tú por el aire y las onyces haciendo el camino. Recomiendo que vayas levitando por si acaso.
Inmediatamente, las onyces que me acompañaban se empezaron a agitar, nerviosas. El barullo de voces quejándose me habría sacado de los nervios los primeros días, pero ahora un simple basta sirvió.
—Basta. Haréis lo que yo os diga. Y no, las estirges no os atacarán por tocar a su brugho, ¿verdad? —terminé, mirando al daeliciano.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Calles
11/12/14, 07:44 pm
(tiempo paralelo al salto)
Aquellos meses anteriores a la llegada de la siguiente criba fueron utilizados al segundo. Entre algunas de las cosas que realizo estaba el control de su dominio y de su transformación en general, así como el entrenamiento conjunto con Alice. Su dualidad le hacia se mas fuerte físicamente a un brujo normal pero también dificultaba la parte en la que ejercía control sobre las estirges. Por ello para Dhelian el intento de que estirges y onyces consiguieran tratarse sin intentos de asesinatos de por medio fue un trabajo arduo, pero conseguido al final. Al menos las estirges habían dejado de intentar atacar a las onyces cada vez que hacían algo que les disgustase y mantenían una relación cordial distante entre ellas.
Por otro lado y a un nivel más personal, su control sobre ellas se afianzo así como la confianza. Poco a poco empezó a conocer a cada una de las estirges que pululaban por la ciudad. Conforme iba cogiendo confianza con cada una de ellas, fue más fácil el que aceptaran hacer trabajo en equipo, entre ellas y con las onyces. Para ello y como un modo de tenerlas a todas controladas, uso a las estirges con las que mayor lazo poseía como intermediarias , consciente de que aquellas aves poseían un lazo social realmente fuerte y un nivel de comunicación que solo el podía llegar a entender, por lo que una orden suya era traspasada con facilidad de una a otra. Aquellas aves seguían haciéndole trastadas a menudo pero con el tiempo empezaron a tenerle cierto respeto. Aun mas cuando consiguió cambiarse su nombre, moviéndose a su alrededor siempre en grupos compactos de cinco o seis estirges que en caso de necesidad podían dividirse para llamar a mas de ellas, formando por ordenes suyas una red de información.
Su transformación le permitía tener liberta tanto de enfrentamiento físico como mágico, afianzado aquello con su dominio, pero tampoco podía confinarse pues seguía siendo más débil que un ghoul normal, en términos de fuerza física, y menos habilidoso que un brujo. Por lo que debía prepararse ante cualquier eventualidad y aquella era una de las cosas que podían servirle. Nunca se sabía si algún día el tener a estirges y onyce trabajando juntas podía salvarles la vida a Alice y a él o tal vez, a algún amigo.
-De acuerdo, es una buena forma de iniciar, así ellas también se acostumbran a tener que alzar a alguien más que a ti en el futuro- asintió echando el hechizo de levitación y viendo como sus estirges volaban sobre sus cabezas o se encontraban pasada en los edificios aledaño. Habían escuchado sus palabras claramente y no estaba tan poco muy de acuerdo en que confiase en las onyces, pero ahí estaba la cosa. La pregunta de Alice hizo que sonriera..
-No, no atacaran.- añadió mirando a sus estirges, respondiendo tanto a Alice como dando una orden clara y concisa a estas que se movieron nerviosamente ante el influjo del dominio sobre ellas. Cada vez les costaba un poco mas resistirse a ciertas ordenes-Mientras hacemos esos, pongamos a tus onyces y a mis estirges a trabajar en conjunto. Por ahora se han conseguido mantener cerca, pero nunca se han tocado, por así decirlo. Puedes sernos útil el trabajo en equipo- añadió antes de que observara a las estirges que les rodeaba-¿Qué te parece si mientras hacemos lo de las escaleras, hacemos una cooperación estirges mas onyce para que traigan algo hasta nosotros? Ellas son más rápidas que tus onyce tienen más fuerza conjunta.- añadió escuchado claramente la protesta de sus estirges que graznaron en descontento y alas que Dhelian silencio con un sonido bajo similar a un silbido, que hizo que parasen d graznar. Ya había aprendido que las estirges aceptaban mejor una orden de calma en su propia vocalización por lo que había estado ese tiempo practicando sonidos a emitir. Por suerte para él la lengua daeliciana de sus origines siempre fue musical, y aunque no recordar ni media de esta, emitir ciertos sonidos era más fácil, siempre supiera el significado. Aquel silbido era un simple “callad y obedecer” y era prácticamente el único sonido que sabia emitir correctamente.
Aquellos meses anteriores a la llegada de la siguiente criba fueron utilizados al segundo. Entre algunas de las cosas que realizo estaba el control de su dominio y de su transformación en general, así como el entrenamiento conjunto con Alice. Su dualidad le hacia se mas fuerte físicamente a un brujo normal pero también dificultaba la parte en la que ejercía control sobre las estirges. Por ello para Dhelian el intento de que estirges y onyces consiguieran tratarse sin intentos de asesinatos de por medio fue un trabajo arduo, pero conseguido al final. Al menos las estirges habían dejado de intentar atacar a las onyces cada vez que hacían algo que les disgustase y mantenían una relación cordial distante entre ellas.
Por otro lado y a un nivel más personal, su control sobre ellas se afianzo así como la confianza. Poco a poco empezó a conocer a cada una de las estirges que pululaban por la ciudad. Conforme iba cogiendo confianza con cada una de ellas, fue más fácil el que aceptaran hacer trabajo en equipo, entre ellas y con las onyces. Para ello y como un modo de tenerlas a todas controladas, uso a las estirges con las que mayor lazo poseía como intermediarias , consciente de que aquellas aves poseían un lazo social realmente fuerte y un nivel de comunicación que solo el podía llegar a entender, por lo que una orden suya era traspasada con facilidad de una a otra. Aquellas aves seguían haciéndole trastadas a menudo pero con el tiempo empezaron a tenerle cierto respeto. Aun mas cuando consiguió cambiarse su nombre, moviéndose a su alrededor siempre en grupos compactos de cinco o seis estirges que en caso de necesidad podían dividirse para llamar a mas de ellas, formando por ordenes suyas una red de información.
Su transformación le permitía tener liberta tanto de enfrentamiento físico como mágico, afianzado aquello con su dominio, pero tampoco podía confinarse pues seguía siendo más débil que un ghoul normal, en términos de fuerza física, y menos habilidoso que un brujo. Por lo que debía prepararse ante cualquier eventualidad y aquella era una de las cosas que podían servirle. Nunca se sabía si algún día el tener a estirges y onyce trabajando juntas podía salvarles la vida a Alice y a él o tal vez, a algún amigo.
-De acuerdo, es una buena forma de iniciar, así ellas también se acostumbran a tener que alzar a alguien más que a ti en el futuro- asintió echando el hechizo de levitación y viendo como sus estirges volaban sobre sus cabezas o se encontraban pasada en los edificios aledaño. Habían escuchado sus palabras claramente y no estaba tan poco muy de acuerdo en que confiase en las onyces, pero ahí estaba la cosa. La pregunta de Alice hizo que sonriera..
-No, no atacaran.- añadió mirando a sus estirges, respondiendo tanto a Alice como dando una orden clara y concisa a estas que se movieron nerviosamente ante el influjo del dominio sobre ellas. Cada vez les costaba un poco mas resistirse a ciertas ordenes-Mientras hacemos esos, pongamos a tus onyces y a mis estirges a trabajar en conjunto. Por ahora se han conseguido mantener cerca, pero nunca se han tocado, por así decirlo. Puedes sernos útil el trabajo en equipo- añadió antes de que observara a las estirges que les rodeaba-¿Qué te parece si mientras hacemos lo de las escaleras, hacemos una cooperación estirges mas onyce para que traigan algo hasta nosotros? Ellas son más rápidas que tus onyce tienen más fuerza conjunta.- añadió escuchado claramente la protesta de sus estirges que graznaron en descontento y alas que Dhelian silencio con un sonido bajo similar a un silbido, que hizo que parasen d graznar. Ya había aprendido que las estirges aceptaban mejor una orden de calma en su propia vocalización por lo que había estado ese tiempo practicando sonidos a emitir. Por suerte para él la lengua daeliciana de sus origines siempre fue musical, y aunque no recordar ni media de esta, emitir ciertos sonidos era más fácil, siempre supiera el significado. Aquel silbido era un simple “callad y obedecer” y era prácticamente el único sonido que sabia emitir correctamente.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
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