Avenida Estatuada
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Rocavarancolia Rol
17 participantes
- Rocavarancolia Rol
Avenida Estatuada
03/04/14, 11:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Llena de escombros, todas las construcciones que bordean esta calle son de piedra. Las estatuas a las que Hurza dio vida están reunidas aquí en tal número que hay que abrirse paso entre ellas para poder avanzar. Algunas parecen moverse, aunque nadie sabe asegurarlo a ciencia cierta.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Avenida Estatuada
01/11/16, 09:59 pm
—No es plan de sacrificar corduras ni nada —replicó a Picasso—. Es cuestión de que nadie se tiene por qué portar así —tras decir esto se desentendió del tema, escuchando atenta lo que los sinhadres trataban de explicarle acerca de dos almas, dos partes de un todo o váyase usted a saber el qué. Lo cierto es que lo que le contaron acerca de su estatus la dejó más confusa de lo que pretendía estar, con cara de pez. No era eso lo que preguntaba. ¿No se había explicado bien?
—No, no. Yo me refería a si sois novios. Pareja de hecho, churris. Ya sabéis —hizo gestos con las manos que no explicaban nada y después tuvo una maravillosa idea. Les miró con una mueca pícara—. Si no lo sois deberíais pensároslo. Pegáis de maravilla, y como ya sois la mitad de la naranja…— les guiñó un ojo y chasqueó la lengua.
Pretendía observar la reacción de la parejita pero sus compañeros, hablando de entrar en una casa abandonada, le distrajeron. “¿¡Qué!?” se dijo. “¿¡En serio!? ¡Me toman el puto pelo!”
—No hablaréis en serio —masculló de forma clara y audible. Pero lo cierto es que tenían razón: necesitaban provisiones y encontrar cosas y entender. Sin embargo un escalofrío de miedo sacudió su cuerpo, poniéndole la piel de gallina—. Pues como uno de vosotros, genios, la palme allí dentro me aseguraré yo misma de reviviros y volveros a matar. Y si alguien toca algo tendré que cortarle las manos —trató de bromear con la voz temblorosa.
Fueron entrando, Mónica bien pegada al resto del grupo, los dientes apretados, los ojos muy abiertos, tensa como la cuerda de un arco, sosteniendo su cuchillo del pan como si en ello le fuera la vida. No quiso mirar a nada en particular sino que no dejaba de otear alrededor respirando de forma agitada, tratando de aguzar el oído. Con la tensión a la que ahora estaba sometida, la madrileña empezó a escuchar un leve pitido en sus oídos y a recordar el virote en la cabeza de Nad. La chica se tensó todavía más, con lo que sentía plasmado claramente en su cara. Cuando vio a Cenizo coger un plato con las manos desnudas se le escapó un grito ahogado.
—¿Qué haces, pedazo de burro? —exclamó claramente enfadada Mon mientras le veía comentar inocentemente cosas acerca de la vajilla. La absurdez de la situación (todos ellos moviéndose con cuidado, tomando todas las precauciones posibles, cuidando de no rozar nada y el nublino simplemente cogiendo cosas) hizo que una risa nerviosa le burbujeara en la garganta—. ¡Di que sí! ¡Toquemos cosas! Como este sitio no es peligroso ni nada, como en la última expedición no murió nadie, ¡vamos a plantar bien las manazas en cosas ajenas que justo acabamos de decir que nadie toque! ¡Lógica! —unos cuantos lagrimones comenzaron a rodar por sus mejillas: ya no podía discernirse si la chica reía o lloraba, pero lo que era claro era que estaba en pleno ataque de nervios.
Al girarse de golpe había rozado sin querer uno de los platos, que se tambaleó.
—No, no. Yo me refería a si sois novios. Pareja de hecho, churris. Ya sabéis —hizo gestos con las manos que no explicaban nada y después tuvo una maravillosa idea. Les miró con una mueca pícara—. Si no lo sois deberíais pensároslo. Pegáis de maravilla, y como ya sois la mitad de la naranja…— les guiñó un ojo y chasqueó la lengua.
Pretendía observar la reacción de la parejita pero sus compañeros, hablando de entrar en una casa abandonada, le distrajeron. “¿¡Qué!?” se dijo. “¿¡En serio!? ¡Me toman el puto pelo!”
—No hablaréis en serio —masculló de forma clara y audible. Pero lo cierto es que tenían razón: necesitaban provisiones y encontrar cosas y entender. Sin embargo un escalofrío de miedo sacudió su cuerpo, poniéndole la piel de gallina—. Pues como uno de vosotros, genios, la palme allí dentro me aseguraré yo misma de reviviros y volveros a matar. Y si alguien toca algo tendré que cortarle las manos —trató de bromear con la voz temblorosa.
Fueron entrando, Mónica bien pegada al resto del grupo, los dientes apretados, los ojos muy abiertos, tensa como la cuerda de un arco, sosteniendo su cuchillo del pan como si en ello le fuera la vida. No quiso mirar a nada en particular sino que no dejaba de otear alrededor respirando de forma agitada, tratando de aguzar el oído. Con la tensión a la que ahora estaba sometida, la madrileña empezó a escuchar un leve pitido en sus oídos y a recordar el virote en la cabeza de Nad. La chica se tensó todavía más, con lo que sentía plasmado claramente en su cara. Cuando vio a Cenizo coger un plato con las manos desnudas se le escapó un grito ahogado.
—¿Qué haces, pedazo de burro? —exclamó claramente enfadada Mon mientras le veía comentar inocentemente cosas acerca de la vajilla. La absurdez de la situación (todos ellos moviéndose con cuidado, tomando todas las precauciones posibles, cuidando de no rozar nada y el nublino simplemente cogiendo cosas) hizo que una risa nerviosa le burbujeara en la garganta—. ¡Di que sí! ¡Toquemos cosas! Como este sitio no es peligroso ni nada, como en la última expedición no murió nadie, ¡vamos a plantar bien las manazas en cosas ajenas que justo acabamos de decir que nadie toque! ¡Lógica! —unos cuantos lagrimones comenzaron a rodar por sus mejillas: ya no podía discernirse si la chica reía o lloraba, pero lo que era claro era que estaba en pleno ataque de nervios.
Al girarse de golpe había rozado sin querer uno de los platos, que se tambaleó.
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: ¿Rapunzel?
-Tayron: T-fichas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Avenida Estatuada
01/11/16, 11:58 pm
El traqueteo de unos cascos contra la piedra no tarda en hacerse eco para Siete, Eriel y Mónica; los últimos en pasar. Siete* podrá averiguar, si se esfuerza en hacer oído, que el traqueteo procede del montón de estatuas. La cacofonía se acercará rápido, de forma que no tardarán mucho en escucharla los de dentro.
La velocidad a la que ha avanzado el sonido les deja una única cosa clara: no tienen mucho tiempo para prepararse.
*Por la habilidad Oído musical.
La velocidad a la que ha avanzado el sonido les deja una única cosa clara: no tienen mucho tiempo para prepararse.
*Por la habilidad Oído musical.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Avenida Estatuada
02/11/16, 05:50 pm
Ladeó la cabeza con un "hmm" indefinido ante el apunte de Siete. Tenía sentido.
—Si el hechizo traía suficiente fuerza podría haber roto la pared perfectamente. No parece tener protecciones —añadió. Aun así la estatua había sufrido también desperfectos con el impacto. Barael y Eorlir se unieron al debate y Sox se sintió en la necesidad de añadir una cosa más—. Pero aun si la tomamos por cierta la hipótesis de la petrificación sigue sin encajar del todo. ¿Por qué petrificar a gente de los dos bandos? —había estatuas congeladas en mitad de un claro enfrentamiento.
La explicación de Rádar se le antojó pobre e incompleta. Cabía esperar de un E, supuso Sox, aunque al menos podía atribuirse el dudoso mérito de no haber intentado dárselas de listo sobre un tema sobre el que no tenía ni zorra. Alzó la voz para especificar los detalles que faltaban.
—Hay hechizos detectores, pero hasta que consigamos alguno en este lugar no puedo hacer nada —negó con la cabeza—. Y eso depende del detonador. Los habrá que te frían el brazo igualmente, los más chapuceros tal vez se ceben solo con el guantelete. A simple vista no hay forma segura de saberlo. No tocar nada con pinta obvia de poder estar protegido suena bien.
>>Es posible —contestó a su vez a Since, atento a su descripción del piso de arriba. La casa estaba derruida pero a la vez intacta en sitios extraños. Pero solo venían a buscar materia prima, de todas formas, y no correr riesgos absurdos era de cajó-
Sox no pudo terminar el pensamiento del susto que le dio la voz de Mónica, alzada varios decibelios por encima del volumen en que habían estado hablando todos. Se giró a chistarle que bajara la voz, pero se le olvidó en cuanto vio por qué gritaba. El carabés se apretó el puente de la nariz, frotándose luego un poco el entrecejo como borrando manualmente una migraña.
—Deja eso donde estaba —le dijo a Eriel entre dientes. Lo más obvio ya lo estaba diciendo Mónica—. No querrás encima premio después de una burrada.
No había pasado nada, pero podría haber pasado. Era como si en Carabás les dieran un caramelo de consolación cada vez que suspendieran un examen. Ridículo. Incentivaba a reincidir, no a corregirse.
Su corazón no tuvo tiempo de recuperar el ritmo normal, porque enseguida Siete dio la alarma de que algo se acercaba desde las estatuas. En el intervalo de segundos que tardaron los de dentro en aguzar el oído pudieron oírlo también. Un traqueteo. No, cascos.
Su primer pensamiento fue que el dueño de la casa regresaba. O no. A lo mejor era un bicho, u otro chalado con ballesta pero esta vez patrullando la calle. El pulso se le disparó, de nuevo obligado a pensar bajo presión. Un par de parpadeos, lo justo para ver dos vías de huida rápida. Salir por donde habían venido, o subir al piso de arriba.
Sox no había trepado en su vida salvo en educación física. Aunque estaba mejor preparado físicamente desde que había venido a aquel lugar a vivir, no sería el primero en llegar a la planta alta ni el más ágil en escalar la estatua. Y tardarían más en trepar todos. Pero si lo que fuera que llegase no se dirigía a aquella casa en concreto, tal vez el piso de arriba fuera la opción más segura, en lugar de exponerse a ser avistados fuera.
¡Mierda!
—Since, ¿qué es lo que viene? —preguntó con urgencia a la roquense. Había demasiadas estatuas para sacar la cabeza por una abertura y otear sin estorbos a ras de suelo.
—Si el hechizo traía suficiente fuerza podría haber roto la pared perfectamente. No parece tener protecciones —añadió. Aun así la estatua había sufrido también desperfectos con el impacto. Barael y Eorlir se unieron al debate y Sox se sintió en la necesidad de añadir una cosa más—. Pero aun si la tomamos por cierta la hipótesis de la petrificación sigue sin encajar del todo. ¿Por qué petrificar a gente de los dos bandos? —había estatuas congeladas en mitad de un claro enfrentamiento.
La explicación de Rádar se le antojó pobre e incompleta. Cabía esperar de un E, supuso Sox, aunque al menos podía atribuirse el dudoso mérito de no haber intentado dárselas de listo sobre un tema sobre el que no tenía ni zorra. Alzó la voz para especificar los detalles que faltaban.
—Hay hechizos detectores, pero hasta que consigamos alguno en este lugar no puedo hacer nada —negó con la cabeza—. Y eso depende del detonador. Los habrá que te frían el brazo igualmente, los más chapuceros tal vez se ceben solo con el guantelete. A simple vista no hay forma segura de saberlo. No tocar nada con pinta obvia de poder estar protegido suena bien.
>>Es posible —contestó a su vez a Since, atento a su descripción del piso de arriba. La casa estaba derruida pero a la vez intacta en sitios extraños. Pero solo venían a buscar materia prima, de todas formas, y no correr riesgos absurdos era de cajó-
Sox no pudo terminar el pensamiento del susto que le dio la voz de Mónica, alzada varios decibelios por encima del volumen en que habían estado hablando todos. Se giró a chistarle que bajara la voz, pero se le olvidó en cuanto vio por qué gritaba. El carabés se apretó el puente de la nariz, frotándose luego un poco el entrecejo como borrando manualmente una migraña.
—Deja eso donde estaba —le dijo a Eriel entre dientes. Lo más obvio ya lo estaba diciendo Mónica—. No querrás encima premio después de una burrada.
No había pasado nada, pero podría haber pasado. Era como si en Carabás les dieran un caramelo de consolación cada vez que suspendieran un examen. Ridículo. Incentivaba a reincidir, no a corregirse.
Su corazón no tuvo tiempo de recuperar el ritmo normal, porque enseguida Siete dio la alarma de que algo se acercaba desde las estatuas. En el intervalo de segundos que tardaron los de dentro en aguzar el oído pudieron oírlo también. Un traqueteo. No, cascos.
Su primer pensamiento fue que el dueño de la casa regresaba. O no. A lo mejor era un bicho, u otro chalado con ballesta pero esta vez patrullando la calle. El pulso se le disparó, de nuevo obligado a pensar bajo presión. Un par de parpadeos, lo justo para ver dos vías de huida rápida. Salir por donde habían venido, o subir al piso de arriba.
Sox no había trepado en su vida salvo en educación física. Aunque estaba mejor preparado físicamente desde que había venido a aquel lugar a vivir, no sería el primero en llegar a la planta alta ni el más ágil en escalar la estatua. Y tardarían más en trepar todos. Pero si lo que fuera que llegase no se dirigía a aquella casa en concreto, tal vez el piso de arriba fuera la opción más segura, en lugar de exponerse a ser avistados fuera.
¡Mierda!
—Since, ¿qué es lo que viene? —preguntó con urgencia a la roquense. Había demasiadas estatuas para sacar la cabeza por una abertura y otear sin estorbos a ras de suelo.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Avenida Estatuada
02/11/16, 07:41 pm
-Los insectos que sacaban sangre... Si, es posible que se trate de algo así. -Respondió a Rad. -Y por lo que cuentan las historias y lo que hemos visto dudo que algún rocavarancolés tuviera problemas para petrificar a sus aliados Sox.
Escuchó atentamente la contestación de Sox, necesitaban aprender este tipo de cosas. -Tomo nota. Deberíamos pasar a pensar entonces como un paranoico psicópata con magia y -Cesó de hablar en cuanto escuchó Mónica, preparado para lo peor, para encontrarse con aquella escena absurda.
En un principio el miedo se apoderó por completo de él, helándole las venas y dejándole sin respiración, con los ojos abiertos como platos mientras Mónica hablaba histérica. Su hermano podría haber perdido un brazo o haber muerto directamente por aquella gilipollez, por aquel estúpido plato con la Luna grabada.
Todo por aquel asqueroso fanatismo de su mundo.
-Por el amor de... -El miedo se tornó en enfado, más contra su propio mundo y los rocavarancoleses que para su hermano, pero ahora mismo no tenía nada para enfocarlo. Apretó el guantelete produciendo un sonido metálico, Sox y Mónica ya le habían dicho todo lo que hacía falta. -Ven aquí y quédate cerca nuestra sin tocar nada más. -Su mirada y gestos reflejaban enfado que no ocultaba a los demás.
No pudo calmarse ni decir nada más, aquel sonido no indicaba más que peligro y se iba acercando. Barajó las opciones rápido y soltó la que a su ver cobraba más sentido.
-Crucemos la puerta y escondámonos en algún sitio. Hay que evitar que nos vea y afuera estamos expuestos.
Sinceridad salió para ver que venía saliendo por el agujero del que entraron y el batir de sus alas confirmaba que echó a volar.
Mientras se acercó de una zancada a Mónica y la sacudió por el hombro, no podía dejar que se quedará helada como la otra vez. -Vamos. -Le dijo con firmeza y mirándola a los ojos. En los suyos no había rastro de flaqueza.
Escuchó atentamente la contestación de Sox, necesitaban aprender este tipo de cosas. -Tomo nota. Deberíamos pasar a pensar entonces como un paranoico psicópata con magia y -Cesó de hablar en cuanto escuchó Mónica, preparado para lo peor, para encontrarse con aquella escena absurda.
En un principio el miedo se apoderó por completo de él, helándole las venas y dejándole sin respiración, con los ojos abiertos como platos mientras Mónica hablaba histérica. Su hermano podría haber perdido un brazo o haber muerto directamente por aquella gilipollez, por aquel estúpido plato con la Luna grabada.
Todo por aquel asqueroso fanatismo de su mundo.
-Por el amor de... -El miedo se tornó en enfado, más contra su propio mundo y los rocavarancoleses que para su hermano, pero ahora mismo no tenía nada para enfocarlo. Apretó el guantelete produciendo un sonido metálico, Sox y Mónica ya le habían dicho todo lo que hacía falta. -Ven aquí y quédate cerca nuestra sin tocar nada más. -Su mirada y gestos reflejaban enfado que no ocultaba a los demás.
No pudo calmarse ni decir nada más, aquel sonido no indicaba más que peligro y se iba acercando. Barajó las opciones rápido y soltó la que a su ver cobraba más sentido.
-Crucemos la puerta y escondámonos en algún sitio. Hay que evitar que nos vea y afuera estamos expuestos.
Sinceridad salió para ver que venía saliendo por el agujero del que entraron y el batir de sus alas confirmaba que echó a volar.
Mientras se acercó de una zancada a Mónica y la sacudió por el hombro, no podía dejar que se quedará helada como la otra vez. -Vamos. -Le dijo con firmeza y mirándola a los ojos. En los suyos no había rastro de flaqueza.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Avenida Estatuada
02/11/16, 08:12 pm
Quienes permanecen en el interior de la casa pueden dar a un pasillo interno cruzando la puerta, que se abrirá sin oponer resistencia. Si giran a la derecha, darán con la base de la estatua que permite el acceso a la primera planta y lo que una vez fue un mediocre descansillo. A su alrededor pueden ver los restos de una escalera derruída y un tresillo roto.
-
Sinceridad, por su parte, podrá ver un carnero robusto avanzando a saltos entre las estatuas, con gran habilidad. El animal trota con el tronco envuelto en una nube de humo gris y, de vez en cuando, embiste con fiereza contra las esculturas que se interponen a su avance. El ovino placa con tal fuerza, cuernos por delante, que las estatuas mayores ceden y las más pequeñas se parten.
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Sinceridad, por su parte, podrá ver un carnero robusto avanzando a saltos entre las estatuas, con gran habilidad. El animal trota con el tronco envuelto en una nube de humo gris y, de vez en cuando, embiste con fiereza contra las esculturas que se interponen a su avance. El ovino placa con tal fuerza, cuernos por delante, que las estatuas mayores ceden y las más pequeñas se parten.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Avenida Estatuada
02/11/16, 09:21 pm
El grito de Mónica sobresaltó a Eriel que agarró más fuerte el plato para no soltarlo. El descubrir que los gritos eran para él le sorprendió en inicio, a él nunca se le habrís ocurrido encantar un objeto que se usaba para comer con hechizos letales, le parecía un derroche de magia. Las lágrimas de la humana le hicieron sentirse muy culpable. No había pensado en nada, sólo había actuado por impulso y podía haberlo pagado caro.
-L-lo siento - se disculpó tartamudeando por primera vez en su vida.- Yo... no lo pensé, lo siento - dejó el plato donde lo había encontrado y se acercó un poco a la humana.- Lo siento, por favor no llores. prometo no volver a tocar nada, pero por favor no no llores.
No pudo decir mucho más ya que Siete les avisó de que oía algo fuera. Unos segundos después todos pudieron oírlo, parecía ruido de cascos. A Eriel le había parecido oír algo cuando entraba en la casa pero lo había achacado a una piedra cayendo al suelo. Ahora tenía claro que no había sido aquello salvo que las piedras se pudieran mover.
Sinceridad salió y echó a volar para decirles lo que se aproximaba. <<Eso suena a linac, pero es raro, suelen ser muy pacíficos.>>
-Vamos - instó a la humana cuando vio a su hermano y a Sox internarse en la casa. En aquel momento el interior parecía más seguro que el exterior. Vio al carabés trepar por una estatua y el nublino decidió avisar a la roquense.- ¡Sinceridad, subimos al segundo piso. Mira a ver si puedes posarte ahí!
Eriel trepó por la roca sin demasiadas dificultades. En nubla a veces se escapaba algún linac y, aunque Nubla no era muy escarpada, le había tocado hacer un poco de montañismo.
-¿Alguno necesita ayuda? - preguntó cuando estuvo ya arriba.
-L-lo siento - se disculpó tartamudeando por primera vez en su vida.- Yo... no lo pensé, lo siento - dejó el plato donde lo había encontrado y se acercó un poco a la humana.- Lo siento, por favor no llores. prometo no volver a tocar nada, pero por favor no no llores.
No pudo decir mucho más ya que Siete les avisó de que oía algo fuera. Unos segundos después todos pudieron oírlo, parecía ruido de cascos. A Eriel le había parecido oír algo cuando entraba en la casa pero lo había achacado a una piedra cayendo al suelo. Ahora tenía claro que no había sido aquello salvo que las piedras se pudieran mover.
Sinceridad salió y echó a volar para decirles lo que se aproximaba. <<Eso suena a linac, pero es raro, suelen ser muy pacíficos.>>
-Vamos - instó a la humana cuando vio a su hermano y a Sox internarse en la casa. En aquel momento el interior parecía más seguro que el exterior. Vio al carabés trepar por una estatua y el nublino decidió avisar a la roquense.- ¡Sinceridad, subimos al segundo piso. Mira a ver si puedes posarte ahí!
Eriel trepó por la roca sin demasiadas dificultades. En nubla a veces se escapaba algún linac y, aunque Nubla no era muy escarpada, le había tocado hacer un poco de montañismo.
-¿Alguno necesita ayuda? - preguntó cuando estuvo ya arriba.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Avenida Estatuada
05/11/16, 03:48 pm
Tenía que pasar. Estaba escrito. Donde fuera que mirase, podría ver "los fanáticos acabarán mal". O al menos, uno de ellos. Mónica se le adelantó en gritar, esa cosa tan estridente que hacían aún la dejaba alucinada, así que la roquense se limitó a tirarse de las plumas de la cabeza hacia abajo, aplastándolas. Cuando las soltó, se golpeó las patas con los puños y miró al Quieto. Le temblaba el pico, pero no dijo mucho más. Ahora le llamaría Quieto. Y si realmente existía una entidad invisible que cumplía los deseos que les ponía a sus compañeros, mejor. Que se quedara quietecito.
—La próxima vez que hablemos de que algo pueda ser peligroso, cómetelo. No lo toques, cómetelo, así al menos será divertido ver cómo masticas lámparas o muebles.
Después se alejó del chico todo lo que pudo, con cuidado de no acercarse demasiado a nada que no fuera un compañero. Aquel sitio empezaba a agobiarle. No podía ni quería moverse mucho ni adentrarse y todo podía ser una trampa mágica mortal y... ¿Ruidos extraños fuera?
—¿Qué? Joder, claro que voy, esperad aquí.
Aire fresco, de nuevo, pero por un motivo nada halagüeño. Algo se acercaba a todo correr, provocando un ruido de cascos que no presagiaba nada bueno. Salió por el agujero que habían usado para entrar y aleteó hasta poder localizar qué causaba aquel estrépito. <<¡Por todas mis plumas, ¿qué es eso?!>> Descendió con rapidez para avisar al resto de la forma de la criatura y de que parecía que el edificio estaba en su ruta. Aquello no era un paseo por el campo para pastar tranquilamente. A no ser que "pastase" gente. Los demás decidieron trepar al piso superior.
—Si puede tirar las estatuas, este edificio no me parece muy seguro... Voy a intentar alejarla o distraerla, a ver qué hacéis vosotros —les dijo. Luego volvió al agujero de salida, pero añadió algo más mientras terminaba de salir—¡Ya quisiera ver yo el muro de lanzas contra esta bestia!
De nuevo en el aire, preparó el arco y una flecha, pero no dispararía todavía. Intentaría captar su atención y desviarle de la ruta hacia el escondite del resto. Pero no las tenía todas consigo, pues el humo que desprendía aquella cosa no parecía natural. Y si Sinceridad fuera "ella", no perseguiría a un bicho con alas sino que aplastaría a los demás. <<Maldita sea>> Hizo una diagonal sobre las estatuas, para quedar entre la criatura y el edificio como un triángulo, y aterrizó en una estatua y le gritó:
—¡Eh! ¡Por aquí! ¡Rompe esta si puedes!
—La próxima vez que hablemos de que algo pueda ser peligroso, cómetelo. No lo toques, cómetelo, así al menos será divertido ver cómo masticas lámparas o muebles.
Después se alejó del chico todo lo que pudo, con cuidado de no acercarse demasiado a nada que no fuera un compañero. Aquel sitio empezaba a agobiarle. No podía ni quería moverse mucho ni adentrarse y todo podía ser una trampa mágica mortal y... ¿Ruidos extraños fuera?
—¿Qué? Joder, claro que voy, esperad aquí.
Aire fresco, de nuevo, pero por un motivo nada halagüeño. Algo se acercaba a todo correr, provocando un ruido de cascos que no presagiaba nada bueno. Salió por el agujero que habían usado para entrar y aleteó hasta poder localizar qué causaba aquel estrépito. <<¡Por todas mis plumas, ¿qué es eso?!>> Descendió con rapidez para avisar al resto de la forma de la criatura y de que parecía que el edificio estaba en su ruta. Aquello no era un paseo por el campo para pastar tranquilamente. A no ser que "pastase" gente. Los demás decidieron trepar al piso superior.
—Si puede tirar las estatuas, este edificio no me parece muy seguro... Voy a intentar alejarla o distraerla, a ver qué hacéis vosotros —les dijo. Luego volvió al agujero de salida, pero añadió algo más mientras terminaba de salir—¡Ya quisiera ver yo el muro de lanzas contra esta bestia!
De nuevo en el aire, preparó el arco y una flecha, pero no dispararía todavía. Intentaría captar su atención y desviarle de la ruta hacia el escondite del resto. Pero no las tenía todas consigo, pues el humo que desprendía aquella cosa no parecía natural. Y si Sinceridad fuera "ella", no perseguiría a un bicho con alas sino que aplastaría a los demás. <<Maldita sea>> Hizo una diagonal sobre las estatuas, para quedar entre la criatura y el edificio como un triángulo, y aterrizó en una estatua y le gritó:
—¡Eh! ¡Por aquí! ¡Rompe esta si puedes!
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Avenida Estatuada
05/11/16, 04:38 pm
Un animal. Sox liberó un aliento silencioso, su pulso recobrando una rapidez estabilizada. Una alimaña, no un psicópata o un cultista. Bien.
El carabés se reprendería más tarde por no haber decidido inmediatamente. Ahora mismo se limitó a asentir, e irrumpir en el pasillo junto al resto del grupo siguiendo el mapa mental que les había dado Since anteriormente. La estatua estaba ahí, doblando la esquina, y Sox sentía el cuerpo tan tenso cuando le llegó el turno de trepar que lo notaba hecho de puro alambre.
—¡No! —alzó la voz para que le oyera Eriel, al que oyó preguntar por ayuda una vez arriba. Empezó a trepar justo después y no llegó a ver si alguien llegaba a necesitar que le izaran arriba entre varios como estaba sugiriendo Barael. Había estado entrenando para fortalecerse. Dejarse ayudar cuando no era imprescindible jorobaría aquel propósito.
Los nervios y la novedad hicieron que se llevase algún susto mientras trepaba, la suela de las botas resbalando sobre alguna parte lisa de la piedra. La mera tensión de los músculos fue lo que le mantuvo izado. Le era más natural en aquel momento aferrarse que soltarse. Resopló y se incorporó lo más deprisa que pudo cuando llegó arriba.
Since salió volando. Sin decir nada, Sox se descolgó la ballesta de la espalda y empezó a cargarla. Se alegró de haber trabajado en interiorizar el movimiento (minutos enteros de repetir el movimiento una y otra vez; sin siquiera disparar, sólo cargar), porque ahora le permitió monitorizar la calle en vistazos breves. Una vez terminara la tendría preparada, pero sin apuntar ni disparar aún. Vigilaba cómo iba funcionando la estratagema de la roquense.
El carabés se reprendería más tarde por no haber decidido inmediatamente. Ahora mismo se limitó a asentir, e irrumpir en el pasillo junto al resto del grupo siguiendo el mapa mental que les había dado Since anteriormente. La estatua estaba ahí, doblando la esquina, y Sox sentía el cuerpo tan tenso cuando le llegó el turno de trepar que lo notaba hecho de puro alambre.
—¡No! —alzó la voz para que le oyera Eriel, al que oyó preguntar por ayuda una vez arriba. Empezó a trepar justo después y no llegó a ver si alguien llegaba a necesitar que le izaran arriba entre varios como estaba sugiriendo Barael. Había estado entrenando para fortalecerse. Dejarse ayudar cuando no era imprescindible jorobaría aquel propósito.
Los nervios y la novedad hicieron que se llevase algún susto mientras trepaba, la suela de las botas resbalando sobre alguna parte lisa de la piedra. La mera tensión de los músculos fue lo que le mantuvo izado. Le era más natural en aquel momento aferrarse que soltarse. Resopló y se incorporó lo más deprisa que pudo cuando llegó arriba.
Since salió volando. Sin decir nada, Sox se descolgó la ballesta de la espalda y empezó a cargarla. Se alegró de haber trabajado en interiorizar el movimiento (minutos enteros de repetir el movimiento una y otra vez; sin siquiera disparar, sólo cargar), porque ahora le permitió monitorizar la calle en vistazos breves. Una vez terminara la tendría preparada, pero sin apuntar ni disparar aún. Vigilaba cómo iba funcionando la estratagema de la roquense.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Avenida Estatuada
05/11/16, 05:15 pm
El carnero muerde el anzuelo y aumenta el paso, alejándose ligeramente del camino hacia la casa. En cuanto acorta un pelín la distancia con Sinceridad, la bestia salta con una fuerza desmedida, de cabeza hacia la estatua en la que se encuentra apoyada.
Sea como sea, el ovino pierde el equilibrio y cae al suelo. La nube gris que rodeaba su cuerpo se divide en un enjambre de moscas que emiten humo y se revela la piel del animal: podrida y a medio comer. Las moscas que no han muerto bajo el peso de la criatura no tardan en volver a formar sobre la piel del animal, que lucha por ponerse en pie y emite balidos doloridos.
---
Dentro de la casa, el choque se traduce en un temblor muy, muy leve, pero deja en evidencia la inestabilidad del suelo dañado del edificio, en especial el de la segunda planta.
- Tirada de dado:
1-10: Sinceridad no despega a tiempo. La estatua se rompe en mil pedazos y la roquense sale despedida. Daños graves en un ala, además de las posibles consecuencias de la caída y heridas varias.
11-50: Sinceridad despega a tiempo. Los fragmentos de la estatua vuelan y la golpean en un brazo o una pierna con fuerza suficiente para romper hueso.
51-99: Sinceridad despega a tiempo para evitar el golpe y daños mayores. Pequeños fragmentos de piedra le causan heridas.
100: Sinceridad despega a tiempo y evita cualquier tipo de daño.
Sea como sea, el ovino pierde el equilibrio y cae al suelo. La nube gris que rodeaba su cuerpo se divide en un enjambre de moscas que emiten humo y se revela la piel del animal: podrida y a medio comer. Las moscas que no han muerto bajo el peso de la criatura no tardan en volver a formar sobre la piel del animal, que lucha por ponerse en pie y emite balidos doloridos.
---
Dentro de la casa, el choque se traduce en un temblor muy, muy leve, pero deja en evidencia la inestabilidad del suelo dañado del edificio, en especial el de la segunda planta.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Rocavarancolia Rol
Re: Avenida Estatuada
05/11/16, 05:15 pm
El miembro 'Yber' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 70
'Dado de 100 caras' : 70
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Avenida Estatuada
05/11/16, 11:44 pm
Siete no se había movido de inmediato, siguiendo con los ojos a toda la habitación ¿Que querían hacer? ¿Quien podía necesitar que tiraran de él? ¿Quien había decidido dirección? ¿Huiría alguno, lejos? Una mirada rapida que registró los ojos, el gesto, resbaló a la tensión en sus músculos, y donde estaban sus pies. Luego no se movió porque Sinceridad salía a ver; Siete había sido educado para responder en grupo, y eso hacían. Siguió a Sox piso arriba, que había parecido lo más seguro.
La estatua era menos irregular que las rocas de una bahía, pero no más resbaladiza que algas mojadas. Podía apañarselas. Se acercó a ver, identificar que venía, con el corazón acelerado y contagiado del miedo de otros. Monica había mencionado a Nad, y Siete pensaba rápido en lo que sucedía, en la posibilidad de ver muerte, de morirse él. Ese miedo no necesitaba que se lo prestara nadie.
Y entonces el suelo tembló. Siete abrió los ojos y buscó apoyo en la madera que acaba de moverse, por acto reflejo, contuvo la respiración y se quedó congelado en el sitio como si viniera una ola. Gateó de vuelta a la estatua.
- Salgamos- dijo con urgencia impresa en cada palabra-. Si esto cae, nos aplasta.
Se agarró a la estatua con brazos, la cabeza asomada para que lo siguieran, que nadie se quedase.
La estatua era menos irregular que las rocas de una bahía, pero no más resbaladiza que algas mojadas. Podía apañarselas. Se acercó a ver, identificar que venía, con el corazón acelerado y contagiado del miedo de otros. Monica había mencionado a Nad, y Siete pensaba rápido en lo que sucedía, en la posibilidad de ver muerte, de morirse él. Ese miedo no necesitaba que se lo prestara nadie.
Y entonces el suelo tembló. Siete abrió los ojos y buscó apoyo en la madera que acaba de moverse, por acto reflejo, contuvo la respiración y se quedó congelado en el sitio como si viniera una ola. Gateó de vuelta a la estatua.
- Salgamos- dijo con urgencia impresa en cada palabra-. Si esto cae, nos aplasta.
Se agarró a la estatua con brazos, la cabeza asomada para que lo siguieran, que nadie se quedase.
-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Avenida Estatuada
06/11/16, 01:23 am
Nada más levantarse, el carnero vuelve a la carga. El ovino coge carrerilla y salta empujándose con fuerza, con la intención de golpear a Sinceridad. No llega y, en mitad del aire, redirige la cornada hacia el suelo. La roquense podrá apreciar las runas talladas en los cuernos del animal y cómo estas se iluminan durante unos segundos en cuanto el testarazo cae contra el suelo. Todo tiembla.
El animal sale disparado por el golpe y vuelve a levantarse como si nada. Sin daños visibles y aún más enfurecido. Las moscas siguen con él.
---
Dentro, los cosechados bajan, pero no como Siete se imagina.
Reforzar el suelo de la casa con magia nunca había sido buena idea, pero el dueño no había creído necesitar más. Con la magia ida y, tras la caída de las estatuas, el suelo de aquella casa sufrió demasiado. El peso en el borde de varios de los cosechados y los temblores acaban provocando lo inevitable. La precipitación ocurre en un visto y no visto, comenzando desde el borde del agujero por el que han entrado los macieleros.
Caen los cosechados y con ellos caen baldosas, caen armarios y caen los restos de paredes y techo que ya habían tenido el orgullo de caer años atrás. Cae todo con tanta fuerza, tanto peso, que el suelo de la planta baja decide caer también. Y sin suelo, la estatua acaba por unirse a tal descenso multitudinario, quién sabe si por la envidia o por la fuerza de la gravedad.
Todo lo que ha caído acaba en el mismo sitio: un tunel de Los Bajos Fondos que se encontraba inmediatamente debajo de la casa.
Los macieleros se encuentran en una montaña caótica de polvo, escombros, heridas, fracturas, astillas y joyas desgastadas que han salido de los muebles rotos. Lo que no se encuentran los macieleros es a solas. Antes de poder despejarse, de levantarse si la suerte les ha permitido conservar las piernas, los macieleros escuchan un rugido y un grito desesperado entre toses.
—¡Dana, joder! —el batir de unas alas aleja el polvo y permite a los cosechados ver quien grita: un dragón de dos metros cubierto de una armadura natural de hueso. O eso es lo que les parecerá a ellos la parqia quebrantahuesos que tienen delante.
La transformada, lejos de prestar atención a los caídos, se encuentra inclinada, tomando el pulso a una chica de apariencia humana que acaba de morir aplastada por la estatua.
—¡No, no, no! ¡No puede ser! ¡Respira por favor!
Barael, desde donde esté, sentirá una pulsión nacida de lo más profundo de sus entrañas. Una necesidad de acercarse a la chica muerta que va más allá de cualquier freno racional que trate de autoimponerse.
El animal sale disparado por el golpe y vuelve a levantarse como si nada. Sin daños visibles y aún más enfurecido. Las moscas siguen con él.
---
Dentro, los cosechados bajan, pero no como Siete se imagina.
Reforzar el suelo de la casa con magia nunca había sido buena idea, pero el dueño no había creído necesitar más. Con la magia ida y, tras la caída de las estatuas, el suelo de aquella casa sufrió demasiado. El peso en el borde de varios de los cosechados y los temblores acaban provocando lo inevitable. La precipitación ocurre en un visto y no visto, comenzando desde el borde del agujero por el que han entrado los macieleros.
Caen los cosechados y con ellos caen baldosas, caen armarios y caen los restos de paredes y techo que ya habían tenido el orgullo de caer años atrás. Cae todo con tanta fuerza, tanto peso, que el suelo de la planta baja decide caer también. Y sin suelo, la estatua acaba por unirse a tal descenso multitudinario, quién sabe si por la envidia o por la fuerza de la gravedad.
Todo lo que ha caído acaba en el mismo sitio: un tunel de Los Bajos Fondos que se encontraba inmediatamente debajo de la casa.
Los macieleros se encuentran en una montaña caótica de polvo, escombros, heridas, fracturas, astillas y joyas desgastadas que han salido de los muebles rotos. Lo que no se encuentran los macieleros es a solas. Antes de poder despejarse, de levantarse si la suerte les ha permitido conservar las piernas, los macieleros escuchan un rugido y un grito desesperado entre toses.
—¡Dana, joder! —el batir de unas alas aleja el polvo y permite a los cosechados ver quien grita: un dragón de dos metros cubierto de una armadura natural de hueso. O eso es lo que les parecerá a ellos la parqia quebrantahuesos que tienen delante.
La transformada, lejos de prestar atención a los caídos, se encuentra inclinada, tomando el pulso a una chica de apariencia humana que acaba de morir aplastada por la estatua.
—¡No, no, no! ¡No puede ser! ¡Respira por favor!
Barael, desde donde esté, sentirá una pulsión nacida de lo más profundo de sus entrañas. Una necesidad de acercarse a la chica muerta que va más allá de cualquier freno racional que trate de autoimponerse.
- Orden de los dados:
Barael, Eorlir, Eriel, Ina, Mónica, Rádar, Siete, Sox, Tayron
- Daños:
Barael, por su habilidad de reflejos y por estar en el piso de abajo:
->1-20: Evita caerse al tunel.
->21-50: Cae y sufre heridas leves y torceduras.
->51-95: Cae, sufre heridas graves y roturas.
->96-100: Cae, sufre heridas graves, alguna rotura y además queda atrapado entr los escombros.
(Ninguno de estos resultados anula la pulsión que sentirá)
Ina, Eorlir y Tay, por estar en el piso de abajo:
->1-10: Evitan caerse al tunel.
->11-50: Caen y sufren heridas leves y torceduras.
-51-90: Caen, sufren heridas graves y roturas.
-91-100: Caen, sufren heridas graves, alguna rotura y quedarán atrapados.
Siete, por estar en la estatua en el momento en el que ocurre:
->1-30: se suelta y cae más cerca de la quebrantahuesos. Heridas graves.
->31-90: se suelta y cae más cerca de la quebrantahuesos. Heridas graves, huesos rotos.
-91-100: todo lo anterior más pérdida del conocimiento.
Eriel, Sox, Mónica y Rádar; por estar en el piso de arriba:
->1-20: Heridas leves y torceduras.
->21-60: Heridas graves, uno de ellos, como mínimo (si caen más de dos en este resultado), tendrá el pico de un tablón de madera clavado.
->61-90: todo lo anterior más algún hueso roto.
-91-100: todo lo anterior más pérdida del conocimiento.
- Edit de Naer: informe final de daños:
- -BARAEL: cae, sufre heridas graves y roturas.
-EORLIR: evita caerse al túnel.
-ERIEL: heridas graves. Pico de un tablón de madera clavado.
-INA: evita caerse al túnel.
-MÓNICA: heridas graves. Posible pico de un tablón de madera clavado.
-RÁDAR: heridas graves. Posible pico de un tablón de madera clavado. Algún hueso roto.
-SIETE: heridas graves, huesos rotos, pérdida del conocimiento. Cae más cerca de la quebrantahuesos.
-SOX: heridas leves y torceduras.
-TAYRON: cae, sufre heridas graves y roturas.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Rocavarancolia Rol
Re: Avenida Estatuada
06/11/16, 01:23 am
El miembro 'Yber' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 77, 1, 44, 9, 69, 71, 93, 3, 53
'Dado de 100 caras' : 77, 1, 44, 9, 69, 71, 93, 3, 53
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Avenida Estatuada
06/11/16, 07:08 pm
La roquense apretó el puño derecho brevemente con cierta satisfacción masoquista al ver que su treta funcionaba. El problema es que ahora el bicho iba directo contra su estatua... y no esperaba que fuera capaz de saltar con tanta fuerza, ni mucho menos destrozar la estatua. Sinceridad también saltó, no tan rápido como hubiera querido, sorprendida y oxidada, pero al menos no lo pasó tan mal como el animal... Pudo notar cómo varios trozos y esquirlas de la estatua le golpeaban y cortaban, en las patas y en un brazo. Nada grave ni incapacitante. O lo que fuera aquello, porque mientras aleteaba hacia arriba pudo ver que su cuerpo no era muy normal. Estaba como podrido... <<Ay, joder, duele>> Hacía tiempo que no se hería en una pelea, pero también hacía tiempo que no peleaba fuera de un entrenamiento en el torreón.
La bestia no tardó mucho en levantarse, aunque quejumbrosamente. Mientras evaluaba sus propias heridas, perdió la oportunidad de atacarle... y menudo fallo. Su rival intentó alcanzarle en el aire, pero no lo logró. En su lugar, camino del suelo, golpeó este con su cornamenta <<¿Qué es eso? ¡Brillaba! ... Oh, joder, joder, no...>> No lo sintió, pero sí vio y oyó el temblor. Oyó el derrumbe. Y creyó oír gritos. Tragó saliva. Desde allí no veía más que los restos del edificio. Volvió a situarse sobre otra estatua, pero, precavida, no aterrizó en esta. Si volvía a golpear a algo... o si echaba a correr contra lo que quedaba del edificio, estaban perdidos. No perdió el tiempo y, en cuanto el bicho cayó, le disparó una flecha mientras volvía a gritarle.
—¡¡Aquí, bicho inútil!!
Si era cierto que aquella criatura estaba podrida, no sabía cómo iba a poder matarla. ¡En su cabeza no cabía la idea de matar algo muerto, ni siquiera debía seguir vivo! <<¿Y si la dirijo hacia más estatuas hasta que se abra la cabeza o algún edificio?>> Sobre los demás, solo se le ocurría lo obvio: que te caiga medio edificio encima no es sano. ¿Pero qué podía hacer? Pensar en lo mal que podían estar no serviría de mucho. Estaban mal. Seguro. Pero aún quedaba un problema <<¡Y tampoco puedo acercarme y que me siga! ¿¡Qué hago?!>>
La bestia no tardó mucho en levantarse, aunque quejumbrosamente. Mientras evaluaba sus propias heridas, perdió la oportunidad de atacarle... y menudo fallo. Su rival intentó alcanzarle en el aire, pero no lo logró. En su lugar, camino del suelo, golpeó este con su cornamenta <<¿Qué es eso? ¡Brillaba! ... Oh, joder, joder, no...>> No lo sintió, pero sí vio y oyó el temblor. Oyó el derrumbe. Y creyó oír gritos. Tragó saliva. Desde allí no veía más que los restos del edificio. Volvió a situarse sobre otra estatua, pero, precavida, no aterrizó en esta. Si volvía a golpear a algo... o si echaba a correr contra lo que quedaba del edificio, estaban perdidos. No perdió el tiempo y, en cuanto el bicho cayó, le disparó una flecha mientras volvía a gritarle.
—¡¡Aquí, bicho inútil!!
Si era cierto que aquella criatura estaba podrida, no sabía cómo iba a poder matarla. ¡En su cabeza no cabía la idea de matar algo muerto, ni siquiera debía seguir vivo! <<¿Y si la dirijo hacia más estatuas hasta que se abra la cabeza o algún edificio?>> Sobre los demás, solo se le ocurría lo obvio: que te caiga medio edificio encima no es sano. ¿Pero qué podía hacer? Pensar en lo mal que podían estar no serviría de mucho. Estaban mal. Seguro. Pero aún quedaba un problema <<¡Y tampoco puedo acercarme y que me siga! ¿¡Qué hago?!>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Avenida Estatuada
06/11/16, 07:21 pm
El carnero repite el mismo proceso. Salta con una fiereza contundente y aterriza contra la estatua. De nuevo el leve brillo de los cuernos delata las runas y de nuevo la piedra estalla en mil pedazos. El carnero cae y mueren más moscas del enjambre, aplastadas con su peso. Sin embargo el resto vuelve a aferrarse a la carne en descomposición y el animal berrea angustiosamente. Trata de agitar su cuerpo sin ningún exito, las moscas de humo no se sueltan, y acaba decidiéndose por probar a embestir de nuevo a lo primero que se encuentre por delante.
Sinceridad no tendrá problemas en alejarlo un poco más, a cambio de retrasar la hora de ver qué ha sucedido en la casa; o podrá dejar que la cabra siga la dirección en la que ya ha sido encauzada, asumiendo la posibilidad de que, en algún momento, el animal se de la vuelta y vuelva a la carga.
Sinceridad no tendrá problemas en alejarlo un poco más, a cambio de retrasar la hora de ver qué ha sucedido en la casa; o podrá dejar que la cabra siga la dirección en la que ya ha sido encauzada, asumiendo la posibilidad de que, en algún momento, el animal se de la vuelta y vuelva a la carga.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Avenida Estatuada
06/11/16, 07:47 pm
Innadriel
—¿Y que sentido tendría salir con uno mismo? —replicó a la madrileña mientras entraban en la casa. No entendía a qué venía una pregunta tan absurda, y se hubiera parado a pedir una explicación de no ser porque la tensión se comenzaba a respirar en el ambiente. Todos sabían lo que pasó la última vez que decidieron entrar en una casa —y eso que ella no había estado— y la tensión de Mónica era plenamente palpable. La sinhadre caminaba con pasitos pequeños, medidos, como si fuera tanteando el suelo evitando un posible mecanismo en alguna baldosa que activase una trampa. La mano que agarraba la empuñadura del arma le escocía por los leves cortes de algún entrenamiento, pero lo ignoraba; solo se centraba en respirar lentamente, sin alterarse. La calma le sería más útil si pasaba algo.
Y entonces fue cuando empezó el caos: Eriel tocando los platos como si estuvieran en el torreón y fueran suyos; gritos y lágrimas provenientes de una Mónica histérica. Y la poca tranquilidad que había conseguido reunir se desvaneció mil veces más rápido de lo que había llegado. Se escondió detrás de Eorlir, interponiéndole entre ella y la vajilla por si aquello decidía explotar y llevárselos por delante. Por suerte, no pasó nada, pero la niña seguía con el corazón a mil por hora cuando avisaron de que se acercaba algo. «Monstruo, viene un monstruo. Vamos a morir aquí, encerrados, por haber salido de día y por haber venido a esta ciudad». No le importó que Sinceridad explicase como era: su imaginación lo deformaba hasta convertirlo en un ser aberrante que se los comería a todos.
Empezó a seguir al resto, sin pensar siquiera, manteniéndose todo lo cerca de Eorlir que podía pero teniendo cierta libertad de movimiento, hasta que todo empezó a moverse. Soltó la empuñadura del arma y abrazó a su edeel, arrastrándole con ella. Sus gritos de pánico quedaron ahogados por el estruendo de la caía de suelo, muebles, paredes y compañeros. Ina temblaba contra su edeel, llorando, muy asustada. Cuando abrió los ojos, aún anegados en lágrimas, y fue plenamente consciente de que seguía viva y aparentemente ilesa, miró hacia el agujero. Estaba bastante cerca, y no se creía aún la suerte que tenía de no haberse caído.
Desde su perspectiva veía a sus compañeros entre los escombros, gritando de dolor. Sus ojos asustados recorrieron la escena antes de pegar un chillido al ver a Siete «¿¡ESTA MUERTO!? No, luces, no…». No le hizo falta ver más. Hizo un amago de salir corriendo, lejos, para volver a casa. Fue Eorlir quien la abrazó esta vez, manteniéndola ahí. Ina lloraba desconsolada por lo que acababa de presenciar. Había muerto uno como mínimo, pero no esperaba a muchos vivos después de que la casa se les cayese encima.
—¿Y que sentido tendría salir con uno mismo? —replicó a la madrileña mientras entraban en la casa. No entendía a qué venía una pregunta tan absurda, y se hubiera parado a pedir una explicación de no ser porque la tensión se comenzaba a respirar en el ambiente. Todos sabían lo que pasó la última vez que decidieron entrar en una casa —y eso que ella no había estado— y la tensión de Mónica era plenamente palpable. La sinhadre caminaba con pasitos pequeños, medidos, como si fuera tanteando el suelo evitando un posible mecanismo en alguna baldosa que activase una trampa. La mano que agarraba la empuñadura del arma le escocía por los leves cortes de algún entrenamiento, pero lo ignoraba; solo se centraba en respirar lentamente, sin alterarse. La calma le sería más útil si pasaba algo.
Y entonces fue cuando empezó el caos: Eriel tocando los platos como si estuvieran en el torreón y fueran suyos; gritos y lágrimas provenientes de una Mónica histérica. Y la poca tranquilidad que había conseguido reunir se desvaneció mil veces más rápido de lo que había llegado. Se escondió detrás de Eorlir, interponiéndole entre ella y la vajilla por si aquello decidía explotar y llevárselos por delante. Por suerte, no pasó nada, pero la niña seguía con el corazón a mil por hora cuando avisaron de que se acercaba algo. «Monstruo, viene un monstruo. Vamos a morir aquí, encerrados, por haber salido de día y por haber venido a esta ciudad». No le importó que Sinceridad explicase como era: su imaginación lo deformaba hasta convertirlo en un ser aberrante que se los comería a todos.
Empezó a seguir al resto, sin pensar siquiera, manteniéndose todo lo cerca de Eorlir que podía pero teniendo cierta libertad de movimiento, hasta que todo empezó a moverse. Soltó la empuñadura del arma y abrazó a su edeel, arrastrándole con ella. Sus gritos de pánico quedaron ahogados por el estruendo de la caía de suelo, muebles, paredes y compañeros. Ina temblaba contra su edeel, llorando, muy asustada. Cuando abrió los ojos, aún anegados en lágrimas, y fue plenamente consciente de que seguía viva y aparentemente ilesa, miró hacia el agujero. Estaba bastante cerca, y no se creía aún la suerte que tenía de no haberse caído.
Desde su perspectiva veía a sus compañeros entre los escombros, gritando de dolor. Sus ojos asustados recorrieron la escena antes de pegar un chillido al ver a Siete «¿¡ESTA MUERTO!? No, luces, no…». No le hizo falta ver más. Hizo un amago de salir corriendo, lejos, para volver a casa. Fue Eorlir quien la abrazó esta vez, manteniéndola ahí. Ina lloraba desconsolada por lo que acababa de presenciar. Había muerto uno como mínimo, pero no esperaba a muchos vivos después de que la casa se les cayese encima.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Avenida Estatuada
07/11/16, 12:00 am
A pesar de que ya se figuraba que Mónica no iba a entenderlo del todo bien, Eorlir se volvió a sorprender, esta vez por su comentario directo sobre que deberían ser pareja romántica. Su expresión de extrañeza complementaba la pregunta de Ina a la perfección: eran un solo ser dividido, no tenía sentido lo que proponía la madrileña.
Su nerviosismo por el tema del plato subió unos cuantos enteros cuando empezaron a oír el ruido, aquel ruido que en otro momento y en otro planeta quizás no le hubiera prestado atención, pero que ahí sonaba como un presagio de lo que podía pasarles. Siguió a sus compañeros al interior de la casa mientras Sinceridad salía a investigar. Aunque la roquense tenía la ventaja de sus alas, no pudo evitar pensar que no se volverían a ver. En esos momentos, el pesimismo invadía su mente.
-Ten cuidado... -susurró en voz baja a Sinceridad, aunque probablemente solo le oyera Ina al tenerla al lado.
Miró al resto. Parecía que habían tomado una decisión al unísono. Pretendían dirigirse al segundo piso de la casa. El les siguió, algo rezagado, intentando pensar en qué era más peligroso: si quedarse en el piso de abajo a riesgo de que les cayera encima el edificio, o subir y arriesgarse a caer con él. Y eso le salvó el pellejo: primero notó el temblor y vió que la estructura era muy inestable. Se fijó en que la segunda planta estaba en peor estado de lo que parecía, y apenas le dió tiempo a formar una "O" perfecta con la boca antes de la debacle.
Polvo, piedras, madera y sus compañeros pasaron por delante suyo mientras notaba un tirón por detrás que probablemente había contribuido a evitar que se precipitara con los demás. Pestañeó dos veces, mientras el momento se le hacía eterno y veía pasar delante de sus ojos toda la procesión de objetos y ruina que caía. De pronto, terminó. Miró abajo. Se encontraba al borde de la caída. Una gran nube de polvo le impedía ver bien.
Pasados unos instantes, empezó a distinguir a algunos de sus compañeros. Al primero que vio fue a Sox, que no parecía herido de gravedad. Empezó a respirar tranquilo hasta que vio a los demás.
-Oh. Oh luces. Oh. No. No no no.
Todos ellos o tenían algo atravesandoles un miembro o tenían algo torcido en una posición antinatural. Ya le parecía todo bastante grave cuando se fijó en Siete. Notó como le fallaba un latido. El chillido de Ina justo después le sonó como un mazazo.
-No está muerto. No lo está. Está sólo inconsciente... -murmuraba para sí mismo como una letanía. El pánico le dominó un momento hasta que notó que el primer impulso de Ina fue correr. Instantáneamente la abrazó. En parte tenía miedo de lo que le podría pasar si salía corriendo. La criatura que Sinceridad les había descrito seguía allí afuera. Por otra parte, necesitaría su ayuda para sacar a sus compañeros de allí abajo. La miró fijamente. La pobrecilla estaba llorando desconsoladamente, pero ¿quién podía culparla después de escapar por tan poco de ese derrumbe?
-Ina. Ina. Eh, eh, centrate. Ahi abajo necesitan nuestra ayuda, ahora más que nunca. No sabemos cuantos de ellos podrán siquiera andar y vamos a tener que ayudarles a subir y a volver al torreón. -volvió a mirar y tragó saliva- La caída es muy grande. Vamos a necesitar una cuerda o algo así... una cortina... algo... -su cerebro empezó a funcionar con rapidez- Vamos, vamos...
Miró de nuevo a Siete y, esta vez, vió algo más. Se le heló la sangre en las venas. "Quién... quién... ¿¡QUÉ ES ESO?!" Y, por si la repentina aparición de esa cosa no fuera suficiente, Siete había caído cerca suyo. Demasiado. "Está muerto. Hemos perdido a otro. Hemos..." Movió la cabeza de golpe, negándose a dejarse llevar por el pánico.
-Ina, busca una cuerda o una cortina. -su tono era ahora diferente. Seguía aterrorizado, pero lograba imprimir calma en su voz. Creía poco probable que pudieran salvar a todos sus compañeros, pero no por ello dejaría de intentarlo. Se había empezado a acostumbrar a convivir con ellos y se dió cuenta que les echaría de menos si les pasara algo. Probablemente. También pasó por su cabeza la conversación que habían mantenido hacía una eternidad en la seguridad del torreón sobre trabajar como un grupo. Sox le había mirado muy serio en esa ocasión, cuando le preguntó sobre que haría de presentarse una elección de calibre similar a la que estaban sometidos. Sonrió sin humor al darse cuenta de que, efectivamente, podía huír con Ina si le apetecía y salvarse ambos.
Mientras buscaba, echó un vistazo de nuevo por el agujero y miró a Sox. Se preguntaba si por la mente del carabés también había pasado la posibilidad de que él y su aurva salieran por patas.
Sigue en Bajos Fondos.
Su nerviosismo por el tema del plato subió unos cuantos enteros cuando empezaron a oír el ruido, aquel ruido que en otro momento y en otro planeta quizás no le hubiera prestado atención, pero que ahí sonaba como un presagio de lo que podía pasarles. Siguió a sus compañeros al interior de la casa mientras Sinceridad salía a investigar. Aunque la roquense tenía la ventaja de sus alas, no pudo evitar pensar que no se volverían a ver. En esos momentos, el pesimismo invadía su mente.
-Ten cuidado... -susurró en voz baja a Sinceridad, aunque probablemente solo le oyera Ina al tenerla al lado.
Miró al resto. Parecía que habían tomado una decisión al unísono. Pretendían dirigirse al segundo piso de la casa. El les siguió, algo rezagado, intentando pensar en qué era más peligroso: si quedarse en el piso de abajo a riesgo de que les cayera encima el edificio, o subir y arriesgarse a caer con él. Y eso le salvó el pellejo: primero notó el temblor y vió que la estructura era muy inestable. Se fijó en que la segunda planta estaba en peor estado de lo que parecía, y apenas le dió tiempo a formar una "O" perfecta con la boca antes de la debacle.
Polvo, piedras, madera y sus compañeros pasaron por delante suyo mientras notaba un tirón por detrás que probablemente había contribuido a evitar que se precipitara con los demás. Pestañeó dos veces, mientras el momento se le hacía eterno y veía pasar delante de sus ojos toda la procesión de objetos y ruina que caía. De pronto, terminó. Miró abajo. Se encontraba al borde de la caída. Una gran nube de polvo le impedía ver bien.
Pasados unos instantes, empezó a distinguir a algunos de sus compañeros. Al primero que vio fue a Sox, que no parecía herido de gravedad. Empezó a respirar tranquilo hasta que vio a los demás.
-Oh. Oh luces. Oh. No. No no no.
Todos ellos o tenían algo atravesandoles un miembro o tenían algo torcido en una posición antinatural. Ya le parecía todo bastante grave cuando se fijó en Siete. Notó como le fallaba un latido. El chillido de Ina justo después le sonó como un mazazo.
-No está muerto. No lo está. Está sólo inconsciente... -murmuraba para sí mismo como una letanía. El pánico le dominó un momento hasta que notó que el primer impulso de Ina fue correr. Instantáneamente la abrazó. En parte tenía miedo de lo que le podría pasar si salía corriendo. La criatura que Sinceridad les había descrito seguía allí afuera. Por otra parte, necesitaría su ayuda para sacar a sus compañeros de allí abajo. La miró fijamente. La pobrecilla estaba llorando desconsoladamente, pero ¿quién podía culparla después de escapar por tan poco de ese derrumbe?
-Ina. Ina. Eh, eh, centrate. Ahi abajo necesitan nuestra ayuda, ahora más que nunca. No sabemos cuantos de ellos podrán siquiera andar y vamos a tener que ayudarles a subir y a volver al torreón. -volvió a mirar y tragó saliva- La caída es muy grande. Vamos a necesitar una cuerda o algo así... una cortina... algo... -su cerebro empezó a funcionar con rapidez- Vamos, vamos...
Miró de nuevo a Siete y, esta vez, vió algo más. Se le heló la sangre en las venas. "Quién... quién... ¿¡QUÉ ES ESO?!" Y, por si la repentina aparición de esa cosa no fuera suficiente, Siete había caído cerca suyo. Demasiado. "Está muerto. Hemos perdido a otro. Hemos..." Movió la cabeza de golpe, negándose a dejarse llevar por el pánico.
-Ina, busca una cuerda o una cortina. -su tono era ahora diferente. Seguía aterrorizado, pero lograba imprimir calma en su voz. Creía poco probable que pudieran salvar a todos sus compañeros, pero no por ello dejaría de intentarlo. Se había empezado a acostumbrar a convivir con ellos y se dió cuenta que les echaría de menos si les pasara algo. Probablemente. También pasó por su cabeza la conversación que habían mantenido hacía una eternidad en la seguridad del torreón sobre trabajar como un grupo. Sox le había mirado muy serio en esa ocasión, cuando le preguntó sobre que haría de presentarse una elección de calibre similar a la que estaban sometidos. Sonrió sin humor al darse cuenta de que, efectivamente, podía huír con Ina si le apetecía y salvarse ambos.
Mientras buscaba, echó un vistazo de nuevo por el agujero y miró a Sox. Se preguntaba si por la mente del carabés también había pasado la posibilidad de que él y su aurva salieran por patas.
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