Avenida Estatuada
+13
alpeca
LEC
Jack
Bellota
Reifon
Zarket
Naeryan
Seth
Aes
Yber
Dal
Giniroryu
Rocavarancolia Rol
17 participantes
- Rocavarancolia Rol
Avenida Estatuada
04/04/14, 01:23 am
Recuerdo del primer mensaje :
Llena de escombros, todas las construcciones que bordean esta calle son de piedra. Las estatuas a las que Hurza dio vida están reunidas aquí en tal número que hay que abrirse paso entre ellas para poder avanzar. Algunas parecen moverse, aunque nadie sabe asegurarlo a ciencia cierta.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Avenida Estatuada
02/08/18, 09:23 pm
La advertencia de Étrame no fue suficiente para frenar al guerrero, sin embargo la de Irianna se lo dejó más claro. Parte de su cabreo se tornó en miedo y, para su desgracia, se reflejó en su cara mucho más de lo que Cerril habría querido. Se giró y miró a Étrame con cara de "DESHAZ ESTO", pero el chaneque estaba visiblemente afectado por los nervios. Su sudor era mucho más evidente que el de la idrina, pues manchaba su frente de marrón.
—No te atreverás a matarnos, maldita rana —se jactó el guerrero. Sonaba poco creíble, más como una excusa para que el propio Cerril mantuviera la poca dignidad que le quedaba.
—Cerril...
El chaneque se sobrepuso lo suficiente como para recordar el hechizo, pero las dudas que ya arrastraba se hicieron más fuertes. Un paso mal dado, nunca mejor dicho, y sus cabezas serían lo único que quedaba de ellos. Cerril mientras tanto guardó silencio, mirando con incipiente nerviosismo a Irianna para tratar de descubrir sus intenciones. ¿Cómo podía estar tan tranquila una mocosa recien parida, como quien dice? ¿Cómo podía haberles burlado con tanta facilidad? Cerril empezaba a ver que la habían subestimado; tarde, como siempre.
—Escucha, niña —fue Étrame quien habló primero, en esta ocasión. Le temblaba la voz—. Valoro mi vida lo suficiente como para saber que nos has ganado. —Aquellas palabras le dolieron tanto al chaneque como al guerrero. Étrame alzó sus brazos largos y delgados—. Te prometo que te dejaré marchar.
Cerril le dirigió una mirada iracunda al traidor de su compañero, pero no dijo nada. Al fin y al cabo, él también se planteaba alzar las manos en son de paz. Si Irianna los mataba ahora, no podrían vengarse luego.
—No te atreverás a matarnos, maldita rana —se jactó el guerrero. Sonaba poco creíble, más como una excusa para que el propio Cerril mantuviera la poca dignidad que le quedaba.
—Cerril...
El chaneque se sobrepuso lo suficiente como para recordar el hechizo, pero las dudas que ya arrastraba se hicieron más fuertes. Un paso mal dado, nunca mejor dicho, y sus cabezas serían lo único que quedaba de ellos. Cerril mientras tanto guardó silencio, mirando con incipiente nerviosismo a Irianna para tratar de descubrir sus intenciones. ¿Cómo podía estar tan tranquila una mocosa recien parida, como quien dice? ¿Cómo podía haberles burlado con tanta facilidad? Cerril empezaba a ver que la habían subestimado; tarde, como siempre.
—Escucha, niña —fue Étrame quien habló primero, en esta ocasión. Le temblaba la voz—. Valoro mi vida lo suficiente como para saber que nos has ganado. —Aquellas palabras le dolieron tanto al chaneque como al guerrero. Étrame alzó sus brazos largos y delgados—. Te prometo que te dejaré marchar.
Cerril le dirigió una mirada iracunda al traidor de su compañero, pero no dijo nada. Al fin y al cabo, él también se planteaba alzar las manos en son de paz. Si Irianna los mataba ahora, no podrían vengarse luego.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Avenida Estatuada
08/08/18, 11:27 pm
Las palabras de Kimbra le pusieron nervioso, pues si Irianna había salido y aquellos imbéciles las estaban buscando podía estar en problemas.
—Maldita sea. —masculló para si, subiéndose de un salto al lomo de Feliks antes de alzar el vuelo tras los pasos de la krabeliense para tener una mejor vista desde el aire.
Estaba bastante seguro de que la idrina podía valerse por si misma, pero Cerril y sus perros eran más y podían sorprenderla con la guardia baja. Si le ocurría algo porque él les había provocado en la taberna no se lo perdonaría nunca.
—Ya basta. —dijo para si, frunciendo el ceño y mordiéndose la lengua. Si se ponía en lo peor no vería lo que tenía delante, así que se centro en otear las calles buscando alguna señal de la nebulomante.
Los minutos se deslizaban como el aceite, demasiado despacio, y cuanto más tiempo pasaba sin que la encontraran más angustiado se sentía el griego. De nada le servía tratar de ser positivo, pues sabía de primera mano que el guerrero era rencoroso además de estúpido, y cuantas más vueltas le daba más convencido estaba de que el nombre de la nebulomante estaba en la “lista” de asuntos pendientes que el matón le había mencionado a Étrame.
Al final fue el primero en ver el banco de niebla en la Avenida Estatuada, pues su posición elevada le daba ventaja en aquel aspecto, y suponiendo que la lacustre se estaba defendiendo bajó al nivel de la calle para avisar a Kimbra.
—¡Esta algo mas adelante! —le gritó por encima del viento, señalando la dirección correcta.
Segundos después la demonio y el hado interrumpieron en la Avenida como un vendaval, pero la escena que se encontraron les hizo frenar en seco. Llegaron justo a tiempo para ver caer a Cerril y a su esbirro en la trampa que había preparado la idrina al amparo de su dominio, y mientras la muchacha les amenazaba permanecieron a cierta distancia sin decir palabra.
—Parece que nos preocupábamos por nada —le comentó a la krabeliense en un momento dado con una media sonrisa, visiblemente más relajado que hacía unos minutos—. Es más que capaz de ocuparse de estos idiotas por su cuenta. —añadió, sintiéndose un poco molesto consigo mismo por haber infravalorado las habilidades de la muchacha y prometiéndose no volver a hacerlo.
—Maldita sea. —masculló para si, subiéndose de un salto al lomo de Feliks antes de alzar el vuelo tras los pasos de la krabeliense para tener una mejor vista desde el aire.
Estaba bastante seguro de que la idrina podía valerse por si misma, pero Cerril y sus perros eran más y podían sorprenderla con la guardia baja. Si le ocurría algo porque él les había provocado en la taberna no se lo perdonaría nunca.
—Ya basta. —dijo para si, frunciendo el ceño y mordiéndose la lengua. Si se ponía en lo peor no vería lo que tenía delante, así que se centro en otear las calles buscando alguna señal de la nebulomante.
Los minutos se deslizaban como el aceite, demasiado despacio, y cuanto más tiempo pasaba sin que la encontraran más angustiado se sentía el griego. De nada le servía tratar de ser positivo, pues sabía de primera mano que el guerrero era rencoroso además de estúpido, y cuantas más vueltas le daba más convencido estaba de que el nombre de la nebulomante estaba en la “lista” de asuntos pendientes que el matón le había mencionado a Étrame.
Al final fue el primero en ver el banco de niebla en la Avenida Estatuada, pues su posición elevada le daba ventaja en aquel aspecto, y suponiendo que la lacustre se estaba defendiendo bajó al nivel de la calle para avisar a Kimbra.
—¡Esta algo mas adelante! —le gritó por encima del viento, señalando la dirección correcta.
Segundos después la demonio y el hado interrumpieron en la Avenida como un vendaval, pero la escena que se encontraron les hizo frenar en seco. Llegaron justo a tiempo para ver caer a Cerril y a su esbirro en la trampa que había preparado la idrina al amparo de su dominio, y mientras la muchacha les amenazaba permanecieron a cierta distancia sin decir palabra.
—Parece que nos preocupábamos por nada —le comentó a la krabeliense en un momento dado con una media sonrisa, visiblemente más relajado que hacía unos minutos—. Es más que capaz de ocuparse de estos idiotas por su cuenta. —añadió, sintiéndose un poco molesto consigo mismo por haber infravalorado las habilidades de la muchacha y prometiéndose no volver a hacerlo.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Avenida Estatuada
09/08/18, 09:27 pm
Kimbra corrió a lomos de Ámarok, vigilando que en todo momento el hado estuviera en su campo visual. Él era el que había dado voz de alarma, por lo que sabría exactamente el tipo de amenaza que pendía sobre Irianna.
No tardaron mucho en llegar al lugar y en que el hado localizara su situación desde el cielo, pero, afortunadamente, Irianna tenía la situación debidamente controlada para cuando llegaron.
- No es que desconfíe de sus habilidades y su capacidad para mantenerse segura y protegerse, pero Irianna tiene una tendencia pacifista y un nivel de bondad que no suele casar mucho con la línea general de la ciudad y no puedo evitar preocuparme por ello- le explicó la demonio.
La krabelinense hizo que su montura se acercara ya sin correr a la nebulomante y cuando vio que Irianna se percataba de su presencia, bajó del kerlax.
- ¿Necesitas ayuda?- ofreció mientras Amarok le enseñaba los dientes amenazantes a los mercenarios, pero sin moverse del lado de la demonio.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Avenida Estatuada
09/08/18, 09:47 pm
La idrina se había cruzado de brazos para tratar de reforzar la actitud que pretendía reflejar en su lenguaje corporal. Seguía con el corazón acelerado, aunque al notar sinceridad en la rendición del guerrero se relajó considerablemente. Iba a poder irse sin que le hubiesen tocado un solo pelo y se lo pensarían dos veces antes de volver a meterse con ella. Se disponía a darse la vuelta cuando los vio llegar.
—¡Vac, Kimbra! ¿Cómo es que sabíais que…? —Se giró hacia los mercenarios, todavía en el agujero—. No, gracias, Kimbra, estoy perfectamente —le sonrió a la demonio.
Se giró entonces de nuevo hacia los dos mercenarios y los miró con expresión seria antes de deshacer la barerra de inercia: no creía que la estupidez que habían demostrado fuese todavía más allá e intentasen hacer algo ahora que les superaban en número y, obviamente, en capacidad. Dudó un instante, pero decidió hacer levitar a Cerril fuera del agujero, ya que Étrame podía hacerlo con sus propias alas. Y deshizo la intangibilidad cuando ninguno de los dos corría peligro.
>>Ya os podéis marchar.
La lacustre sonrió para sí y volvió a girarse hacia sus amigos, con una expresión confiada. En esa ocasión, sí la sentía de verdad.
—¡Vac, Kimbra! ¿Cómo es que sabíais que…? —Se giró hacia los mercenarios, todavía en el agujero—. No, gracias, Kimbra, estoy perfectamente —le sonrió a la demonio.
Se giró entonces de nuevo hacia los dos mercenarios y los miró con expresión seria antes de deshacer la barerra de inercia: no creía que la estupidez que habían demostrado fuese todavía más allá e intentasen hacer algo ahora que les superaban en número y, obviamente, en capacidad. Dudó un instante, pero decidió hacer levitar a Cerril fuera del agujero, ya que Étrame podía hacerlo con sus propias alas. Y deshizo la intangibilidad cuando ninguno de los dos corría peligro.
>>Ya os podéis marchar.
La lacustre sonrió para sí y volvió a girarse hacia sus amigos, con una expresión confiada. En esa ocasión, sí la sentía de verdad.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Avenida Estatuada
11/08/18, 01:08 am
Cualquiera que no conociera lo suficiente a Cerril, podría creer que se había transformado en Berserker. Al ver aparecer de nuevo al hado infernal junto a otra novata, su cara se arrugó en un gesto de rabia y se puso rojo. Hasta Étrame, que lo observaba temeroso, creyó que aquella tonalidad no podría ser sana (y le envidió por ello). Mientras que Cerril se ahogaba en su propia cólera mal gestionada, Étrame respiró aliviado al sentir que la barrera de inercia ya no tiraba de él. Seguía con su expresión corporal encogida, asustado, y no respiró tranquilo hasta que sus alas lo alejaron de aquel pedazo de tierra intangible.
Cuando Cerril aterrizó fuera de peligro, le dirigió una mirada asesina al Chaneque. Ambos agacharon la cabeza y salieron corriendo, con el rabo entre las piernas. El guerrero se envalentonó de nuevo en cuanto se alejaron lo suficiente y Irianna, Kimbra y Vac podrían oírle gritando, a lo lejos:
—¡TE JURO QUE ME LA VAN A PAGAR. LA PROXIMA VEZ QUE ME LOS ENCUENTRE LES VOY A PARTIR LA CRISMA A LOS TRES. ¡Y A SUS BICHARRACOS ESOS TAMBIÉN! VAYA UNA SUERTUDA LA ANFIBIA ESA... ¿Y TÚ ERES IMBECIL O QUÉ COÑO TE HA PASADO?...
Cuando Cerril aterrizó fuera de peligro, le dirigió una mirada asesina al Chaneque. Ambos agacharon la cabeza y salieron corriendo, con el rabo entre las piernas. El guerrero se envalentonó de nuevo en cuanto se alejaron lo suficiente y Irianna, Kimbra y Vac podrían oírle gritando, a lo lejos:
—¡TE JURO QUE ME LA VAN A PAGAR. LA PROXIMA VEZ QUE ME LOS ENCUENTRE LES VOY A PARTIR LA CRISMA A LOS TRES. ¡Y A SUS BICHARRACOS ESOS TAMBIÉN! VAYA UNA SUERTUDA LA ANFIBIA ESA... ¿Y TÚ ERES IMBECIL O QUÉ COÑO TE HA PASADO?...
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Avenida Estatuada
13/08/18, 01:09 pm
La nebulomante intercambió con sus amigos miradas y gestos de desaprobación mezclada con diversión al escuchar las amenazas de Cerril.
—Uno diría que ya habrían aprendido la lección —comentó dejando escapar una leve risa en la que se intuía un gran alivio.
Fue solo entonces, al verse libre de aquellos dos y con el subidón de adrenalina ante la situación de peligro más calmado que se dio cuenta de que había un animal junto a Vac que nunca había visto, acostumbrada como estaba ya a la presencia de Ámarok en un principio le había pasado más desapercibido. Un ave enorme de color negro que a la lacustre le pareció muy hermoso. Se acercó a él con curiosidad pero también cautela, ya que no pensaba tocarlo sin preguntar.
>>Qué ave tan bonita. ¿Qué es? —Le preguntó al hado.
—Uno diría que ya habrían aprendido la lección —comentó dejando escapar una leve risa en la que se intuía un gran alivio.
Fue solo entonces, al verse libre de aquellos dos y con el subidón de adrenalina ante la situación de peligro más calmado que se dio cuenta de que había un animal junto a Vac que nunca había visto, acostumbrada como estaba ya a la presencia de Ámarok en un principio le había pasado más desapercibido. Un ave enorme de color negro que a la lacustre le pareció muy hermoso. Se acercó a él con curiosidad pero también cautela, ya que no pensaba tocarlo sin preguntar.
>>Qué ave tan bonita. ¿Qué es? —Le preguntó al hado.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Avenida Estatuada
18/08/18, 10:31 am
Vac escuchó con atención las palabras de Kimbra mientras se acercaban a la posición de la idrina, comprendiendo perfectamente la tendencia pacifista de la muchacha y su alto nivel de bondad. Generalmente solo las criaturas inmorales perdían en gran medida los escrúpulos y la moralidad que se traían de sus mundos de origen, pero en opinión del hado eso no era malo. Aquella ciudad podía ser muy tétrica, por lo que encontrar buenas personas siempre era una grata sorpresa.
Saludó con un gesto de la mano y una sonrisa a la lacustre cuando esta se percató de su presencia, bajandose de un salto de Feliks para acomodarse al lado del fénix.
—Antes se pasaron a hacerme una visita, pero tardé un rato en comprender que a lo mejor también querían verte a ti y en cuanto até cabos fui a avisarte a Serpentaria. Me abrió Kimbra y me dijo que no estabas, así que ella nos guió hasta aquí, pero esta claro que te las sabes apañar bien. —la felicitó riendo, haciendo un gesto hacia los dos mercenarios que se alejaban ya por patas e intercdambiando miradas de diversión con las dos muchachas cuando se oyeron en la distancia los gritos del guerrero.
Cuando la nebulomante se acercó a preguntar por Feliks el fénix inclinó la cabeza para observarla más de cerca, inspeccionándola con una mirada evidentemente inteligente.
—Se llama Feliks y es un fénix negro —les presentó, rascándole el cuello al ave con suavidad—. Podéis tocarlo si queréis, si sois educadas con él no le importara —añadió con una sonrisa, desviando a continuación la mirada hacia Amarok—. ¿Este grandullón es un kerlax? Diurna me ha hablado de ellos, pero nunca había visto uno en persona. —aclaró tras lanzar su pregunta, observando al extraño lobo con curiosidad.
Saludó con un gesto de la mano y una sonrisa a la lacustre cuando esta se percató de su presencia, bajandose de un salto de Feliks para acomodarse al lado del fénix.
—Antes se pasaron a hacerme una visita, pero tardé un rato en comprender que a lo mejor también querían verte a ti y en cuanto até cabos fui a avisarte a Serpentaria. Me abrió Kimbra y me dijo que no estabas, así que ella nos guió hasta aquí, pero esta claro que te las sabes apañar bien. —la felicitó riendo, haciendo un gesto hacia los dos mercenarios que se alejaban ya por patas e intercdambiando miradas de diversión con las dos muchachas cuando se oyeron en la distancia los gritos del guerrero.
Cuando la nebulomante se acercó a preguntar por Feliks el fénix inclinó la cabeza para observarla más de cerca, inspeccionándola con una mirada evidentemente inteligente.
—Se llama Feliks y es un fénix negro —les presentó, rascándole el cuello al ave con suavidad—. Podéis tocarlo si queréis, si sois educadas con él no le importara —añadió con una sonrisa, desviando a continuación la mirada hacia Amarok—. ¿Este grandullón es un kerlax? Diurna me ha hablado de ellos, pero nunca había visto uno en persona. —aclaró tras lanzar su pregunta, observando al extraño lobo con curiosidad.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Avenida Estatuada
20/08/18, 01:36 am
Kimbra frunció el ceño ante la reacción y las palabras de aquellos que habían estado molestando a Irianna mientras huían.
- No parece que tengan un raciocinio decente- comentó la engendro cuando Irianna dijo que deberían haber aprendido la lección-. Sí, lo es. No suele haber especies de mi mundo en la ciudad. Este era mi montura antes de venir a esta ciudad y pude recuperarlo una vez nos transformamos y dama Diurna aceptó acompañarnos a Krabelin. Su nombre es Ámarok. Suele ser reacio al contacto con extraños, pero es disciplinado- indicó. Ámarok resopló con indignación, como si él pudiera ser algo menos que disciplinado-. Son bestias bastante inteligentes, pero de carácter algo complejo- siguió indicando, ignorando el resoplido de su montura, pero claramente haciendo alusión a su comportamiento.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Avenida Estatuada
20/08/18, 12:27 pm
—Vuestros compañeros tienen mayor capacidad de raciocinio que ese grupito, sin lugar a dudas —dijo ante el comentario de Kimbra dejando escapar una leve risa—. Ámarok es encantador una vez le conoces —alabó al kerlax tras la explicación de Kimbra, mientras se acercaba al ave fénix y extendía una mano con cautela—. Hola, Feliks, encantada de conocerte, yo soy Irianna.
Imitando al hado para evitar molestar al gran pájaro, rascó tímidamente su cuello. El ave reaccionó bien, por lo que sonrió hacia sus amigos. A continuación también decidió acariciar la cabeza de Ámarok, con más decisión en ese caso pues ya estaba acostumbrada a la montura de Kimbra.
>>Tú también te lo mereces —le dijo sin dejar de sonreír—. Gracias a los cuatro por venir en mi ayuda. Incluso si al final ya no era necesario.
La nebulomante notaba una sensación cálida en su interior, a pesar de que su cuerpo albergaba una buena cantidad de fría niebla. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan bien y, aunque adivinaba el principio de una jaqueca posiblemente fruto de la calma tras la tormenta, sentía que había dado un paso en la dirección correcta. Sentía que se había estado subestimando demasiado. Y, sobre todo, sentía que ya tenía una respuesta para el extraño idrino que la había visitado en sueños.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Imitando al hado para evitar molestar al gran pájaro, rascó tímidamente su cuello. El ave reaccionó bien, por lo que sonrió hacia sus amigos. A continuación también decidió acariciar la cabeza de Ámarok, con más decisión en ese caso pues ya estaba acostumbrada a la montura de Kimbra.
>>Tú también te lo mereces —le dijo sin dejar de sonreír—. Gracias a los cuatro por venir en mi ayuda. Incluso si al final ya no era necesario.
La nebulomante notaba una sensación cálida en su interior, a pesar de que su cuerpo albergaba una buena cantidad de fría niebla. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan bien y, aunque adivinaba el principio de una jaqueca posiblemente fruto de la calma tras la tormenta, sentía que había dado un paso en la dirección correcta. Sentía que se había estado subestimando demasiado. Y, sobre todo, sentía que ya tenía una respuesta para el extraño idrino que la había visitado en sueños.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Avenida Estatuada
23/04/21, 11:29 pm
Qwara aún no había dejado de dar vueltas sobre sí misma cuando Ulmara sugirió echar una carrera, saliendo disparada antes incluso de terminar la frase. Durante unos segundos la ifrit se quedó traspuesta, pillada totalmente por sorpresa, pero en cuanto se recuperó lo suficiente echó a correr tras la tempestomante con una amplia sonrisa en el rostro.
—¡Eso es hacer trampas! —le gritó a su espalda, golpeando los adoquines mojados con sus zapatillas sin que el miedo a resbalar se hiciera hueco es un tren de pensamientos en ningún momento—. ¡Estar mugrienta no te da derecho a jugar sucio! —aulló riendo, haciéndose una bocina con las manos para que la oyera a pesar de la tormenta.
Mientras la perseguía calle abajo la humana no pudo evitar fijarse en que los rayos en lo alto parecían reaccionar a los movimientos de la cercana, refulgiendo y rugiendo en respuesta a su alocada carrera por la ciudad. «¿Es enserio?» pensó para sí en algún momento con algo de incredulidad, no sabiendo si lo que creía percibir era cierto o solo un desvarío de su mente inquieta. No tardaría en averiguarlo, supuso, así que apartó de su cabeza la razón y la lógica y se dejó llevar mientras aceleraba para dar alcance a su amiga.
—Por la izquierda. —le susurró casi al oído cuando la muchacha aterrizó, parafraseando una película de su mundo mientras la sobrepasaba con una breve carcajada.
Se notaba más rápida y sus zancadas eran mucho más firmes que el día anterior, lo cual era solo una más de la larga lista de cosas que no tenían sentido, pero a pesar de todo no se adelantó demasiado y redujo el paso lo justo para avanzar a la par que la alaí. Quería disfrutar de aquella noche con Ulmara y una competición sin sentido no parecía la mejor forma de hacerlo.
—En el torreón nos van a dar de palos cuando volvamos, ¿lo sabes no? —le preguntó con una mueca divertida, dejando el Barrio de los Mil Dioses atrás para adentrarse poco a poco y sin darse cuenta en una zona de la ciudad que a la sudafricana no le gustaba especialmente.
Los sendarios se habían acercado alguna vez a aquella avenida en sus excursiones de exploración, pero lo cierto es que nunca habían querido ver de cerca las estatuas por resultar demasiado inquietantes. Ahora que estaban rodeadas por ellas, sin embargo, la ifrit no pudo evitar la tentación de detenerse para poder echarles un buen vistazo y averiguar qué era lo que tenían de extraño exactamente.
—Espera un segundo… —le dijo a la bruja, inclinando la cabeza para ver mejor. Se había parado frente a la escultura de una humanoide esbelta, una mujer con astas en forma de ramas floridas y orejas puntiagudas.
La dríade estaba corriendo, al igual que la mayoría de sus compañeros de piedra, y el movimiento era tan realista que parecía a punto de dar una zancada. Qwara no sabía si era la luz rojiza o la cortina de lluvia, pero la ilusión de que todas las efigies en esa calle estaban atrapadas entre dos latidos era muy poderosa.
—Es como si estuviéramos a punto de ser pisoteadas. —murmuró, sintiendo un pequeño escalofrío mientras se apartaba del camino de la figura y se mordía el labio nerviosa.
—¡Eso es hacer trampas! —le gritó a su espalda, golpeando los adoquines mojados con sus zapatillas sin que el miedo a resbalar se hiciera hueco es un tren de pensamientos en ningún momento—. ¡Estar mugrienta no te da derecho a jugar sucio! —aulló riendo, haciéndose una bocina con las manos para que la oyera a pesar de la tormenta.
Mientras la perseguía calle abajo la humana no pudo evitar fijarse en que los rayos en lo alto parecían reaccionar a los movimientos de la cercana, refulgiendo y rugiendo en respuesta a su alocada carrera por la ciudad. «¿Es enserio?» pensó para sí en algún momento con algo de incredulidad, no sabiendo si lo que creía percibir era cierto o solo un desvarío de su mente inquieta. No tardaría en averiguarlo, supuso, así que apartó de su cabeza la razón y la lógica y se dejó llevar mientras aceleraba para dar alcance a su amiga.
—Por la izquierda. —le susurró casi al oído cuando la muchacha aterrizó, parafraseando una película de su mundo mientras la sobrepasaba con una breve carcajada.
Se notaba más rápida y sus zancadas eran mucho más firmes que el día anterior, lo cual era solo una más de la larga lista de cosas que no tenían sentido, pero a pesar de todo no se adelantó demasiado y redujo el paso lo justo para avanzar a la par que la alaí. Quería disfrutar de aquella noche con Ulmara y una competición sin sentido no parecía la mejor forma de hacerlo.
—En el torreón nos van a dar de palos cuando volvamos, ¿lo sabes no? —le preguntó con una mueca divertida, dejando el Barrio de los Mil Dioses atrás para adentrarse poco a poco y sin darse cuenta en una zona de la ciudad que a la sudafricana no le gustaba especialmente.
Los sendarios se habían acercado alguna vez a aquella avenida en sus excursiones de exploración, pero lo cierto es que nunca habían querido ver de cerca las estatuas por resultar demasiado inquietantes. Ahora que estaban rodeadas por ellas, sin embargo, la ifrit no pudo evitar la tentación de detenerse para poder echarles un buen vistazo y averiguar qué era lo que tenían de extraño exactamente.
—Espera un segundo… —le dijo a la bruja, inclinando la cabeza para ver mejor. Se había parado frente a la escultura de una humanoide esbelta, una mujer con astas en forma de ramas floridas y orejas puntiagudas.
La dríade estaba corriendo, al igual que la mayoría de sus compañeros de piedra, y el movimiento era tan realista que parecía a punto de dar una zancada. Qwara no sabía si era la luz rojiza o la cortina de lluvia, pero la ilusión de que todas las efigies en esa calle estaban atrapadas entre dos latidos era muy poderosa.
—Es como si estuviéramos a punto de ser pisoteadas. —murmuró, sintiendo un pequeño escalofrío mientras se apartaba del camino de la figura y se mordía el labio nerviosa.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Avenida Estatuada
24/04/21, 04:37 am
Aunque no parecía que tuviera una, la meta de la carrera estaba clara: divertirse. Y la cercana no podía parar de reir a carcajadas o bufar ante los chistes o sonreír como una tonta bajo la lluvia. "¡Lo que no podemos es jugar limpio!" le respondería antes de dejarse llevar por ese tirón mágico que la impelía a comerse el mundo entero. Cuando aterrizó y la tormenta se hizo eco, estaba tan impresionada por el ruido, que la tempestomante no se sobresaltó por los truenos ni los rayos, sino por el susurro de Qwara adelantándole con una breve bofetada de calor.
—¡Huevos! —exclamó. Notó que las plumas se le erizaban por el susto, pero estaba tan empapada que su cabeza daba más pena que un pequeño cercanito recién salido del cascarón. Hubo un segundo donde la lluvia se cortó, antes de volver a caer como era normal en ella, pero la bruja no estaba pendiente de la tormenta, sino de cómo su amiga de pelo incandescente corría más rápido que un titán estepario. Cuando Qwara refrenó y le habló del resto, tuvo un momento de curiosidad por lo que les estaría pasando, pero luego se encogió de hombros—. A lo mejor cuando volvamos no queda nadie y somos nosotras las que los esperamos con los palos preparados —dijo con total y absoluta despreocupación.
El sitio al que llegaron no era nuevo para ellas, pero no era un lugar al que se hubieran acercado mucho durante la cosecha. La avenida estatuada ya era ominosa en un día normal, pero ver aquellas esculturas apiladas, rotas, empapadas e iluminadas por el juego de luces que provenía del cielo... Era aterrador y fascinante a partes iguales. Ulmara se adentró entre las figuras como si acabasen de encontrar un tesoro y observó la estatua en la que se había fijado Qwara. ¿Habrían estado vivas en algún momento? De alguna forma le daban pena.
—Pero somos nosotras las que las pisamos a ellas —susurró, dándole una patada suave a un pequeño pedrusco erosionado que probablemente hubiera sido una garra en el pasado—. Es como un cementerio de historia —dijo todavía en voz baja, como si temiera que se alzaran—. ¿Se enfadarán si las trepamos? —se le ocurrió de repente y, para sentirse mejor, continuó—. Yo me sentiría honradísima.
Esperaba a la respuesta de la sudafricana para tomar una decisión. Una parte de ella quería subirse en lo alto de la estatua más alta, pero otra quería seguir corriendo. El rumor incansable de la lluvia, mientras tanto, la inundaba de paz.
—¡Huevos! —exclamó. Notó que las plumas se le erizaban por el susto, pero estaba tan empapada que su cabeza daba más pena que un pequeño cercanito recién salido del cascarón. Hubo un segundo donde la lluvia se cortó, antes de volver a caer como era normal en ella, pero la bruja no estaba pendiente de la tormenta, sino de cómo su amiga de pelo incandescente corría más rápido que un titán estepario. Cuando Qwara refrenó y le habló del resto, tuvo un momento de curiosidad por lo que les estaría pasando, pero luego se encogió de hombros—. A lo mejor cuando volvamos no queda nadie y somos nosotras las que los esperamos con los palos preparados —dijo con total y absoluta despreocupación.
El sitio al que llegaron no era nuevo para ellas, pero no era un lugar al que se hubieran acercado mucho durante la cosecha. La avenida estatuada ya era ominosa en un día normal, pero ver aquellas esculturas apiladas, rotas, empapadas e iluminadas por el juego de luces que provenía del cielo... Era aterrador y fascinante a partes iguales. Ulmara se adentró entre las figuras como si acabasen de encontrar un tesoro y observó la estatua en la que se había fijado Qwara. ¿Habrían estado vivas en algún momento? De alguna forma le daban pena.
—Pero somos nosotras las que las pisamos a ellas —susurró, dándole una patada suave a un pequeño pedrusco erosionado que probablemente hubiera sido una garra en el pasado—. Es como un cementerio de historia —dijo todavía en voz baja, como si temiera que se alzaran—. ¿Se enfadarán si las trepamos? —se le ocurrió de repente y, para sentirse mejor, continuó—. Yo me sentiría honradísima.
Esperaba a la respuesta de la sudafricana para tomar una decisión. Una parte de ella quería subirse en lo alto de la estatua más alta, pero otra quería seguir corriendo. El rumor incansable de la lluvia, mientras tanto, la inundaba de paz.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Avenida Estatuada
25/04/21, 02:30 am
Qwara tuvo que agudizar el oído para escuchar la respuesta de Ulmara, pues la tempestomante había susurrado en el mismo tono que ella, y cuando sugirió subirse en alguna escultura la ifrit no puedo evitar tragar saliva. La idea le resultaba espantosa y atrayente al mismo tiempo, pues aunque aquellas figuras eran bastante espeluznantes la Luna Roja invitaba a hacer locuras, y antes de darse cuenta ya había empezado a evaluar las más cercanas con la mirada.
—¿Y en tu opinión cuál se sentiría tan honrada como tu de que dos mendigas la pisoteen? —preguntó con una sonrisa nerviosa, escudándose en el humor para no darse la vuelta y echar a correr de nuevo.
De forma inconsciente se mantuvo a poca distancia de su amiga, caminando sobre sus pasos entre las efigies sin dejar de mirar de un lado a otro. Era una estupidez fruto de la paranoia, estaba segura, pero a veces tenía la impresión que los ojos de aquellos rostros rotos la seguían a través de la cortina de agua. «A lo mejor sí que es un cementerio y los fantasmas están atrapados dentro de la piedra» pensó para sí, emocionada y horrorizada a partes iguales con su tren de pensamientos.
—¿Tu crees que fueron seres vivos hace mucho tiempo? —preguntó en voz baja, ajena al hecho de que la cercana había pensado algo similar—. Son demasiado realistas… —murmuró, rozando con la punta del dedo el hocico arrugado de una especie de tigre alado congelado a medio rugido.
La humana todavía no se había percatado, pero la sangre que aún manaba lentamente de su frente y de los cortes que se había hecho a causa del derrumbe también había empezado a volverse incandescente. La diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de su cuerpo hacían que se enfriara rápidamente, sin embargo, y las gotas de lluvia no dejaban de disolver la fina película de piedra pómez que se iba formando en torno a sus heridas.
—¿Y en tu opinión cuál se sentiría tan honrada como tu de que dos mendigas la pisoteen? —preguntó con una sonrisa nerviosa, escudándose en el humor para no darse la vuelta y echar a correr de nuevo.
De forma inconsciente se mantuvo a poca distancia de su amiga, caminando sobre sus pasos entre las efigies sin dejar de mirar de un lado a otro. Era una estupidez fruto de la paranoia, estaba segura, pero a veces tenía la impresión que los ojos de aquellos rostros rotos la seguían a través de la cortina de agua. «A lo mejor sí que es un cementerio y los fantasmas están atrapados dentro de la piedra» pensó para sí, emocionada y horrorizada a partes iguales con su tren de pensamientos.
—¿Tu crees que fueron seres vivos hace mucho tiempo? —preguntó en voz baja, ajena al hecho de que la cercana había pensado algo similar—. Son demasiado realistas… —murmuró, rozando con la punta del dedo el hocico arrugado de una especie de tigre alado congelado a medio rugido.
La humana todavía no se había percatado, pero la sangre que aún manaba lentamente de su frente y de los cortes que se había hecho a causa del derrumbe también había empezado a volverse incandescente. La diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de su cuerpo hacían que se enfriara rápidamente, sin embargo, y las gotas de lluvia no dejaban de disolver la fina película de piedra pómez que se iba formando en torno a sus heridas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Avenida Estatuada
28/04/21, 12:04 am
El lugar tenía un halo de magia y cuanto más tiempo dedicaba a las estatuas, más hechizada se sentía. La pregunta de Qwara fue lo que la llevó a mirarlas, a contemplarlas de cerca.
—Todas —respondió al principio con tono bravucón, mientras buscaba a la candidata perfecta para su travesura lunar.
Cruzó frente a la cabeza gigante de una suerte de búho con tres ojos y sintió como si le miraran el alma bajo las costillas. Le dio un escalofrío y se agitó salpicando el agua de lluvia que la empapaba sobre más cosas empapadas. El repiqueteo de las centenas de gotas, el murmullo del viento y el rugir de los truenos tan solo contribuían a una atmósfera de cuento de hadas, de esos que acababan mal. Sin embargo, también la henchían de calma y un valor estúpido, como si la tormenta en el fondo velara por ella. Ya había gritado con ella, así que... ¿Podría ser?
—Espero que no estuvieran vivas —dijo preocupada. Eso hacía de su estado actual una realidad mucho más atroz—, pero sí, algunas tienen hasta arrugas de expresión...
Saltó entre los restos hasta dar con una estatua todavía erguida, levemente inclinada sobre un montón de escombros escultóricos. Estaba rota, donde solo había tres brazos, se intuía la ausencia de otros tres. Una mole de tres o cuatro metros de altura se alzaba triunfal con las palmas de las manos que conserbaba extendidas en... ¿Señal de "¡Alto!"? Los brazos que aún le quedaban le parecieron asideros estupendos para la tontería más grande que se le había ocurrido hoy (quizás) y dijo, convencida:
—¡Esta!
Para suerte de nadie, sin embargo, los músculos de la estatua estaban tan trabajados que se habían vuelto resbaladizos por culpa de la lluvia. Tardó mucho en coger algo de altura y tardó como dos segundos en resbalar y caer de espaldas. Se le fue el aliento de los pulmones y, durante el mismo tiempo que dejó de respirar, dejó de llover. Luego volvieron las gotas y el aliento.
—¡Me cago en... ! —Su nueva perspectiva a ras del suelo le dio un nuevo punto de vista sobre la ifrit y entre sus gestos doloridos se le coló cierta sorpresa. Se había prometido a sí misma que la Luna Roja no les convertiría en dioses, que lo que fuera que les hiciera tan solo les daría la libertad que les habían prometido al llegar, pero la visión de Qwara la hizo sobrecogerse brevemente. Cambiaba poco a poco, pero era muy diferente de la que había salido detrás de ella en su arranque de locura, sus heridas resplandecían brevemente—. Tía —le dijo mientras se levantaba del suelo—. Creo que tu sangre también es distinta, brilla y se apaga como... ¿Qué eres? —le preguntó con fascinación, como un eco de sus pensamientos para el que no esperaba oír ninguna respuesta.
<<¿Qué somos?>> se preguntó. Y por un momento sintió que el señor de tres brazos las miraba divertido.
—Todas —respondió al principio con tono bravucón, mientras buscaba a la candidata perfecta para su travesura lunar.
Cruzó frente a la cabeza gigante de una suerte de búho con tres ojos y sintió como si le miraran el alma bajo las costillas. Le dio un escalofrío y se agitó salpicando el agua de lluvia que la empapaba sobre más cosas empapadas. El repiqueteo de las centenas de gotas, el murmullo del viento y el rugir de los truenos tan solo contribuían a una atmósfera de cuento de hadas, de esos que acababan mal. Sin embargo, también la henchían de calma y un valor estúpido, como si la tormenta en el fondo velara por ella. Ya había gritado con ella, así que... ¿Podría ser?
—Espero que no estuvieran vivas —dijo preocupada. Eso hacía de su estado actual una realidad mucho más atroz—, pero sí, algunas tienen hasta arrugas de expresión...
Saltó entre los restos hasta dar con una estatua todavía erguida, levemente inclinada sobre un montón de escombros escultóricos. Estaba rota, donde solo había tres brazos, se intuía la ausencia de otros tres. Una mole de tres o cuatro metros de altura se alzaba triunfal con las palmas de las manos que conserbaba extendidas en... ¿Señal de "¡Alto!"? Los brazos que aún le quedaban le parecieron asideros estupendos para la tontería más grande que se le había ocurrido hoy (quizás) y dijo, convencida:
—¡Esta!
Para suerte de nadie, sin embargo, los músculos de la estatua estaban tan trabajados que se habían vuelto resbaladizos por culpa de la lluvia. Tardó mucho en coger algo de altura y tardó como dos segundos en resbalar y caer de espaldas. Se le fue el aliento de los pulmones y, durante el mismo tiempo que dejó de respirar, dejó de llover. Luego volvieron las gotas y el aliento.
—¡Me cago en... ! —Su nueva perspectiva a ras del suelo le dio un nuevo punto de vista sobre la ifrit y entre sus gestos doloridos se le coló cierta sorpresa. Se había prometido a sí misma que la Luna Roja no les convertiría en dioses, que lo que fuera que les hiciera tan solo les daría la libertad que les habían prometido al llegar, pero la visión de Qwara la hizo sobrecogerse brevemente. Cambiaba poco a poco, pero era muy diferente de la que había salido detrás de ella en su arranque de locura, sus heridas resplandecían brevemente—. Tía —le dijo mientras se levantaba del suelo—. Creo que tu sangre también es distinta, brilla y se apaga como... ¿Qué eres? —le preguntó con fascinación, como un eco de sus pensamientos para el que no esperaba oír ninguna respuesta.
<<¿Qué somos?>> se preguntó. Y por un momento sintió que el señor de tres brazos las miraba divertido.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Avenida Estatuada
29/04/21, 02:04 am
Las arrugas de expresión que la bruja había mencionado eran difíciles de ver, pues había que mirar demasiado fijamente aquellos rostros de piedra para percibirlas, pero en cuanto la ifrit se obligó a hacerlo no tardó en detectarlas y tuvo que volver a apartar la mirada. «Estaban vivas fijo… » pensó para sí, evitando decirlo en voz alta para que no fuera más real de lo que ya era mientras su amiga se detenía por fin junto a una de las estatuas.
—Ten cuidado… —murmuró al ver cómo se preparaba, notando enseguida lo resbaladiza que parecía la figura.
La superficie de la efigie rota estaba muy pulida, tal vez por la exposición a la intemperie o tal vez porque había sido de carne y hueso tiempo atrás, y aunque sus brazos parecían una escalera natural la lluvia los hacía altamente ineficaces. A Ulmara le costó subir lo suficiente como para dejar de estar a ras del suelo precisamente por eso, pero le costó mucho menos perder el agarre e irse de espaldas contra los adoquines.
—¡¿Estás bien?! —preguntó alarmada, acercándose a ella rápidamente para comprobar que no se había golpeado la cabeza. El chaparrón se había detenido en ese momento, algo bastante reseñable teniendo en cuenta que estaba diluviando, pero en cuanto la alaí tomó aire de nuevo volvió a caer con fuerza como si nada hubiera pasado.
Qwara miró al cielo confusa, preguntándose que acababa de pasar mientras ayudaba a la tempestomante a ponerse de pie, pero cuando esta señaló el brillo de su sangre se olvidó momentáneamente del suceso.
—¿Que qué? —inquirió, alzando su brazo izquierdo para verse mejor uno de los cortes y entender a qué se refería. El proceso era ligeramente hipnótico, pero la sudafricana no tenía respuestas para la pregunta de la cercana—. Eso quisiera saber yo… —replicó con una sonrisa torcida, pasándose un dedo por la herida sin notar aparentemente el calor que desprendía su nueva sangre y observando como humeaba ligeramente al entrar en contacto con el agua.
Decidió apartar aquello de su mente por el momento, sin embargo, y volvió a centrarse en la bruja para asegurarse de que de verdad estaba bien. No parecía más magullada que hacía unos minutos y se mantenía derecha, así que podía descartar los peores resultados de una caída como aquella.
—¿Y tú qué eres? —le preguntó de vuelta, ofreciéndole el brazo por si necesitaba apoyo. Independientemente de que lo aceptara o no, la muchacha empezaría a caminar para alejarse sutilmente de aquella avenida—. No se si te has dado cuenta, pero cuando te has dado ese trompazo ha dejado de llover unos segundos —comentó—. Como si el cielo también contuviera el aliento, ¿sabes? —señaló con más seriedad de la que merecía semejante frase.
—Ten cuidado… —murmuró al ver cómo se preparaba, notando enseguida lo resbaladiza que parecía la figura.
La superficie de la efigie rota estaba muy pulida, tal vez por la exposición a la intemperie o tal vez porque había sido de carne y hueso tiempo atrás, y aunque sus brazos parecían una escalera natural la lluvia los hacía altamente ineficaces. A Ulmara le costó subir lo suficiente como para dejar de estar a ras del suelo precisamente por eso, pero le costó mucho menos perder el agarre e irse de espaldas contra los adoquines.
—¡¿Estás bien?! —preguntó alarmada, acercándose a ella rápidamente para comprobar que no se había golpeado la cabeza. El chaparrón se había detenido en ese momento, algo bastante reseñable teniendo en cuenta que estaba diluviando, pero en cuanto la alaí tomó aire de nuevo volvió a caer con fuerza como si nada hubiera pasado.
Qwara miró al cielo confusa, preguntándose que acababa de pasar mientras ayudaba a la tempestomante a ponerse de pie, pero cuando esta señaló el brillo de su sangre se olvidó momentáneamente del suceso.
—¿Que qué? —inquirió, alzando su brazo izquierdo para verse mejor uno de los cortes y entender a qué se refería. El proceso era ligeramente hipnótico, pero la sudafricana no tenía respuestas para la pregunta de la cercana—. Eso quisiera saber yo… —replicó con una sonrisa torcida, pasándose un dedo por la herida sin notar aparentemente el calor que desprendía su nueva sangre y observando como humeaba ligeramente al entrar en contacto con el agua.
Decidió apartar aquello de su mente por el momento, sin embargo, y volvió a centrarse en la bruja para asegurarse de que de verdad estaba bien. No parecía más magullada que hacía unos minutos y se mantenía derecha, así que podía descartar los peores resultados de una caída como aquella.
—¿Y tú qué eres? —le preguntó de vuelta, ofreciéndole el brazo por si necesitaba apoyo. Independientemente de que lo aceptara o no, la muchacha empezaría a caminar para alejarse sutilmente de aquella avenida—. No se si te has dado cuenta, pero cuando te has dado ese trompazo ha dejado de llover unos segundos —comentó—. Como si el cielo también contuviera el aliento, ¿sabes? —señaló con más seriedad de la que merecía semejante frase.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Avenida Estatuada
30/04/21, 03:26 am
Ulmara agradeció la ayuda y le restó seriedad al trastabillazo mientras se levantaba. No se había hecho nada grave porque apenas pudo escalar por culpa de la lluvia, pero le dolía todo el cuerpo y, en especial, el costado derecho, que era el que había sufrido más al caer. Algunos de sus cortes sangraban levemente, pero no había nada mágico en sus heridas, nada tan hipnótico como en el caso de Qwara. Sabía que la ifrit no tenía aún la respuesta a la pregunta que había formulado desde el suelo, pero le había nacido del alma al verla con detenimiento. No les habían mentido en absoluto, la Luna Roja les estaba regalando dones, las estaba cambiando, pero ni en todas sus elucubraciones Ulmara se habría podido acercar a la magnitud de los cambios. Qwara parecía un prodigio de la naturaleza, un volcán vivo o la encarnación de un demonio de los fosos de la catedral. Ella solo lo sentía por dentro: la sensación de júbilo, de celebración, las ganas de seguir viviendo para hacer algo grande.
Iba a preguntarle a la ifrit si su sangre le quemaba al tacto, pero esta le informó de un detalle que se le había pasado por alto entre la euforia. Ya intuía cierta conexión con la tormenta, pero creía que era más parecida a lo que había sentido con los lobos al aullar: algo que tenía más que ver con una suerte de comunión bajo la Luna Roja que con su propia esencia.
—Yo... Espera, ¿qué? —la bruja miró hacia arriba y, de alguna forma, su dominio la miró de vuelta.
Ulmara procedió a aspirar y contener el aliento varias veces de forma exagerada y, tal y como ella quería que ocurriera, todas las veces se cortó la lluvia. Aquella intermitencia antinatural provocó que la cercana abriera los ojos de par en par, mitad júbilo mitad sorpresa. Se miró las manos mojadas, sucias y magulladas y por puro instinto, alzó la izquierda hacia el cielo, bien abierta. Justo sobre sus cabezas se abrió un hueco en la nube que parecía deshilacharse en tentáculos de algodón gris, formando una espiral tormentosa que descendía hacia ellas con una energía voraz y abriendo un hueco para que la luz rojiza del astro las bañara. La sensación de poder fue tan grande como la de peligro inminente, pero Ulmara se sentía imantada a aquel fenómeno. La lluvia giraba borracha en torno a ellas, movida por el viento huracanado; la ropa seguía empapada y aun así se agitaba como si fuera una pieza más de aquella locura salvaje.
Estuvo a punto de tocar la nube. Estuvo a nada de llevarse consigo un pedazo de tormenta. Hasta que una corriente eléctrica serpenteó hacia ella y Ulmara salió del trance y retiró la mano, dando un salto hacia atrás. En el lugar que acababa de abandonar se produjo un chisporroteo que sonó como a pedorreta de fastidio y la nube reculó también, tapando el agujero que había abierto la bruja.
La cercana dirigió una mirada de terror a Qwara. La situación se escapaba a su comprensión, el corazón le latía con tanta fuerza que podría vomitarlo y, aun así, una parte de ella quería volver a intentar aquel suicidio por tormenta.
—¿Qué huevos ha sido eso? —preguntó atónita, a la vez que se encogía y se llevaba las manos a las rodillas mientras respiraba con fuerza.
No sabía muy bien qué hacer en aquel instante, a parte de recuperarse del susto. Por suerte la lluvia la reconfortaba.
Iba a preguntarle a la ifrit si su sangre le quemaba al tacto, pero esta le informó de un detalle que se le había pasado por alto entre la euforia. Ya intuía cierta conexión con la tormenta, pero creía que era más parecida a lo que había sentido con los lobos al aullar: algo que tenía más que ver con una suerte de comunión bajo la Luna Roja que con su propia esencia.
—Yo... Espera, ¿qué? —la bruja miró hacia arriba y, de alguna forma, su dominio la miró de vuelta.
Ulmara procedió a aspirar y contener el aliento varias veces de forma exagerada y, tal y como ella quería que ocurriera, todas las veces se cortó la lluvia. Aquella intermitencia antinatural provocó que la cercana abriera los ojos de par en par, mitad júbilo mitad sorpresa. Se miró las manos mojadas, sucias y magulladas y por puro instinto, alzó la izquierda hacia el cielo, bien abierta. Justo sobre sus cabezas se abrió un hueco en la nube que parecía deshilacharse en tentáculos de algodón gris, formando una espiral tormentosa que descendía hacia ellas con una energía voraz y abriendo un hueco para que la luz rojiza del astro las bañara. La sensación de poder fue tan grande como la de peligro inminente, pero Ulmara se sentía imantada a aquel fenómeno. La lluvia giraba borracha en torno a ellas, movida por el viento huracanado; la ropa seguía empapada y aun así se agitaba como si fuera una pieza más de aquella locura salvaje.
Estuvo a punto de tocar la nube. Estuvo a nada de llevarse consigo un pedazo de tormenta. Hasta que una corriente eléctrica serpenteó hacia ella y Ulmara salió del trance y retiró la mano, dando un salto hacia atrás. En el lugar que acababa de abandonar se produjo un chisporroteo que sonó como a pedorreta de fastidio y la nube reculó también, tapando el agujero que había abierto la bruja.
La cercana dirigió una mirada de terror a Qwara. La situación se escapaba a su comprensión, el corazón le latía con tanta fuerza que podría vomitarlo y, aun así, una parte de ella quería volver a intentar aquel suicidio por tormenta.
—¿Qué huevos ha sido eso? —preguntó atónita, a la vez que se encogía y se llevaba las manos a las rodillas mientras respiraba con fuerza.
No sabía muy bien qué hacer en aquel instante, a parte de recuperarse del susto. Por suerte la lluvia la reconfortaba.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Avenida Estatuada
07/05/21, 04:39 pm
Para cuando se dio cuenta de que Ulmara se había parado Qwara ya había avanzado un buen trecho, pero gracias a eso pudo presenciar desde muy buena posición lo que ocurría cuando se volteó a mirar a su amiga. Aún así tardó unos segundos en comprender lo que estaba viendo, ya que era del todo ilógico, y la lluvia tuvo que detenerse al menos un par de veces más para que la ifrit entendiera que la cercana tenía algo que ver.
—No puede ser… —susurró para sí, parpadeando con cara de incredulidad mientras la tempestomante respiraba de nuevo y el agua volvía a caer del cielo.
Por muy espectacular que fuera aquello lo que vino a continuación lo superó con creces, pues cuando la alaí alzó la mano izquierda y el cielo se abrió sobre su cabeza la humana estuvo a punto de caerse de culo. La luz rojiza se abrió paso por el agujero en las nubes y un buen trozo de la Luna Roja se avistó brevemente, pero el remolino de tempestad que descendía hacia la bruja era lo que realmente atrapaba toda la atención en aquella escena. Qwara solo pudo observar con la boca bien abierta como el clima se doblegaba bajo los deseos de la muchacha, acercándose más y más a sus dedos extendidos, pero en el último segundo Ulmara se asustó y saltó hacia atrás. Un chisporroteo que sonó a pedorreta se produjo en el lugar que había ocupado hacía un instante, como si la tormenta pareciera molesta mientras se retiraba de nuevo hacia las alturas.
Su amiga estaba asustada, se veía en su mirada, así que la sudafricana se acercó de nuevo a ella para ver si estaba bien. Por una parte entendía el sobresalto, pero haber presenciado algo así era demasiado emocionante y no podía evitar que su euforia se reflejara en sus gestos.
—No tengo ni idea, pero ha sido una puta pasada… —le respondió, conteniendo a duras penas la sonrisa que amenazaba con partirle la cara en dos. Un rápido vistazo le confirmó que la cercana estaba entera y solo entonces se permitió una carcajada nerviosa—. ¿Vas a intentarlo otra vez? —preguntó con ojos brillantes, olvidándose momentáneamente de que seguían en una avenida que daba bastante mal rollo.
—No puede ser… —susurró para sí, parpadeando con cara de incredulidad mientras la tempestomante respiraba de nuevo y el agua volvía a caer del cielo.
Por muy espectacular que fuera aquello lo que vino a continuación lo superó con creces, pues cuando la alaí alzó la mano izquierda y el cielo se abrió sobre su cabeza la humana estuvo a punto de caerse de culo. La luz rojiza se abrió paso por el agujero en las nubes y un buen trozo de la Luna Roja se avistó brevemente, pero el remolino de tempestad que descendía hacia la bruja era lo que realmente atrapaba toda la atención en aquella escena. Qwara solo pudo observar con la boca bien abierta como el clima se doblegaba bajo los deseos de la muchacha, acercándose más y más a sus dedos extendidos, pero en el último segundo Ulmara se asustó y saltó hacia atrás. Un chisporroteo que sonó a pedorreta se produjo en el lugar que había ocupado hacía un instante, como si la tormenta pareciera molesta mientras se retiraba de nuevo hacia las alturas.
Su amiga estaba asustada, se veía en su mirada, así que la sudafricana se acercó de nuevo a ella para ver si estaba bien. Por una parte entendía el sobresalto, pero haber presenciado algo así era demasiado emocionante y no podía evitar que su euforia se reflejara en sus gestos.
—No tengo ni idea, pero ha sido una puta pasada… —le respondió, conteniendo a duras penas la sonrisa que amenazaba con partirle la cara en dos. Un rápido vistazo le confirmó que la cercana estaba entera y solo entonces se permitió una carcajada nerviosa—. ¿Vas a intentarlo otra vez? —preguntó con ojos brillantes, olvidándose momentáneamente de que seguían en una avenida que daba bastante mal rollo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Avenida Estatuada
10/05/21, 11:42 pm
Ulmara se había quedado en shock brevemente, incapaz de procesar todo lo que sentía en aquel instante: sorpresa, terror, orgullo, fascinación... Era demasiado. Solo consiguió mantener los ojos abiertos como platos y asentir cuando Qwara le confirmó que lo que acababa de ocurrir había sido una puta pasada. Sin embargo, cuando le preguntó si lo haría de nuevo, titubeó.
—Yo.. No... No sé. —Se moría de ganas de volver a hacerlo, pero su yo más cauto, ese que había ido menguando día a día desde que llegó, volvió a hacer acto de presencia—. Quizás luego, cuando las estatuas nos dejen de mirar —se rio nerviosa, todavía un poco sorprendida, pero también contagiada por el humor de la ifrit—. Y bueno, después de ti. Creo que es tu turno de hacer algo alucinante —le dijo, ahora sí, con una sonrisa de lado a lado. Si ella podía atraer una tormenta, no le sorprendería en absoluto que su amiga atrajera el fuego con sus manos, o entrara en erupción como su pelo y su sangre parecían darle a entender.
Mientras tanto, se alejaban paso a paso de la avenida estatuada y sus miradas indiscretas, acercándose de forma irremediable a un edificio que desentonaba por su buen estado con el lugar del que procedían. Durante ese rato, Ulmara dejó estar a la tormenta y esta simplemente siguió derramándose inclemente sobre ellas; Ulmara sonreía cada vez que tronaba. Lo que no sabían ni ella ni Qwara era que se adentraban en una contraprogramación meteorológica formada por cristales.
Sigue en el Granero.
—Yo.. No... No sé. —Se moría de ganas de volver a hacerlo, pero su yo más cauto, ese que había ido menguando día a día desde que llegó, volvió a hacer acto de presencia—. Quizás luego, cuando las estatuas nos dejen de mirar —se rio nerviosa, todavía un poco sorprendida, pero también contagiada por el humor de la ifrit—. Y bueno, después de ti. Creo que es tu turno de hacer algo alucinante —le dijo, ahora sí, con una sonrisa de lado a lado. Si ella podía atraer una tormenta, no le sorprendería en absoluto que su amiga atrajera el fuego con sus manos, o entrara en erupción como su pelo y su sangre parecían darle a entender.
Mientras tanto, se alejaban paso a paso de la avenida estatuada y sus miradas indiscretas, acercándose de forma irremediable a un edificio que desentonaba por su buen estado con el lugar del que procedían. Durante ese rato, Ulmara dejó estar a la tormenta y esta simplemente siguió derramándose inclemente sobre ellas; Ulmara sonreía cada vez que tronaba. Lo que no sabían ni ella ni Qwara era que se adentraban en una contraprogramación meteorológica formada por cristales.
Sigue en el Granero.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.