Fase 1, Ronda 6: Matt vs Per

A Tap le sorprendió que lo llamaran y, en otras circunstancias no se habría acercado, pero Vava estaba allí. Y no es que tuviera mucha esperanza en él como repoblador modelo, pues solía juntarse con gigantes, pero no dejaba de ser de su altura por eso. Se acercó al grupo y echó un vistazo a la torre de armadillos con incredulidad. Tenía cierta gracia, eso se lo concedía.

—No soy fan de animar gigantes—les comentó al llegar como si los conociera de toda la vida. El torneo (y ver a gigantes que odiaba recibiéndo golpes) sacaba su cara más amable—, pero el mojón de arena es un cardo y se merece perder—volvió la vista a la arena justo a tiempo para gritar—. ¡Eso es! ¡Espachurra esas arañas!

Sonrio al ver como el chico intenta cubrirse moldeando la madera y como mi hechizo parece hacer mella en su defensa. Frunzo el ceño al ver como mis arañas quedan espachurradas tras el segundo muro de madera por lo que decido intentar sacar al chico de su muralla. Los gritos de animo de sus compañeros no son muy productivos para mí pero no es algo de lo que me preocupe ahora mismo.

Tras notar como mis arañas son reducidas a arena maldigo entre dientes y lanzo mi segunda ofensiva. Avanzo hacia las maderas conjurando un segundo lanzazo mágico para terminar de desbaratar su defensa tejiendo después una malla ácida que envuelve la primera capa de madera. Al acercarme un poco mas lanzo a la malla un refuerzo mientras respiro hondo intentando que la arena aprisionada dentro de las capas empuje desde el interior para destrozar su segunda linea defensiva.

"Si no sales por tu cuenta voy a tener que sacarte yo" pienso mientras escucho el crujir de laadera por el desgaste de la malla y la presión interior.

El nivel que había estado viendo en el Torneo había acabado por demostrarme la excelente idea que había sido no apuntarme, aunque debía reconocer que los combates me estaban entreteniendo bastante. Estaba por irme, dado que mis mayores intereses estaban en el combate mágicos y y la lucha con armas, pero decidí quedarme también al siguiente para observar cómo mezclaban los distintos contendientes todas las formas de lucha posibles.

Mi interés aumentó exponencialmente cuando nombraron a los participantes. Uno de los dos me sonaba algo de la noche de la Luna Roja y alguna visita a Serpentaria, pero el otro era conocido... Demasiado conocido, diría el que había sido antes de la Luna. Sin embargo, el tiempo y la vida postluna habían acabado por mitigar enormemente cualquier circunstancia de la criba. Después de todo lo que había pasado, lo que hicieron los sendarios no era nada.

Una voz me dejó congelado en la grada, obligándome a aferrarme con toda mi fuerza al borde para no caerme de la impresión. El sueño con Seon me había ayudado a reflexionar, cierto, pero todo lo que conllevaba la vampira seguía siendo un tema espinoso en el mejor de los casos. No pude evitar que se me colasen unos retazos de recuerdos antes de obligar a la caja que contenía todo lo que había pasado antes de ser un trasgo a cerrarse con siete llaves. Intenté volver a centrarme en la lucha, pero fue imposible por completo.

No iba a intentar engañarme a mí mismo fingiendo que comprobar la supervivencia de Dahannei había supuesto un enorme alivio. Al fin y al cabo, compartir un sueño con alguien (y más aún: recuerdos y sensaciones) no era algo muy común, amén de que había algún que otro paralelismo entre ambos. Si me lo proponía (cosa, que evidentemente, no hacía) podía recordar a la perfección la mareante sensación de mezclas de identidades que había experimentado cuando formé parte de la tarta de Ewa. De hecho, si no me lo proponía también podía recordar aquello a la perfección.

Volví a clavar mis ojos en Dahannei, preguntándome si algo parecido le había pasado a ella. ¿Había descubierto algo? ¿Cuánto? ¿Se lo había contado a sus compañeros? ¿Qué había provocado ese sueño compartido? Sabía que, en mi caso, el regalo había provenido de Ewa, pero hasta donde sabía ella no pertenecía a la secta. ¿Entonces qué...?

Me encontré a la daeliciana mirando hacia mí con unos ojos en los que vi el reconocimiento. Esa vista me dividió: por un lado, la curiosidad me carcomía, pero por otro no estaba seguro de si abordar a la vampira era una buena idea. Finalmente le hice un gesto con un significado evidente: "reunámonos después del combate". Tras esto volví a desviar la vista hacia los contendientes de la arena, ya sin prestar ninguna clase de atención a ambos transformados.

—¿Por qué hay tanto ánimo para el contrincante de Matt? Tios, no vamos a dejar tirado a nuestro saco de arena, ¿no? —preguntó Gael a sus compañeros. Había un grupito que armaba mucho barullo, y si fuese él quien estuviese en la arena se sentiría un tanto amargado—. ¡Adelante, Matt! ¡Ya queda poco! ¡Usa ataque arena! —Se giró hacia Noel y se echó a reir. Fuera de las bromas, siguió animando a Matt durante toda la pelea.

Noel respondió con una sonrisa jocosa el comentario de Gael antes de volver su atención al combate.
—Tiene suerte que dejó de ser de tipo normal después de la primera generación. ¡Saco de arena, aprovecha que puedes tocar madera para no perder contra un novato! —gritó a continuación en tono sarcástico.
No se podía decir que no estuviese animando a su manera, a pesar de que en un principio no había planeado hacerlo. Pero aquel grupo era muy ruidoso y entre ellos y Tap el brujo tan solo estaba recibiendo comentarios negativos.

Ver como poco a poco la arena comienza a filtrarse acudiendo a mis manos arremolinandose entre ellas y las palabras de los chicos me hace esbozar una sonrisa de alivio y seguridad. Unos ruidos extraños en el interior del cilindro de madera me hace parar mi avance y ladear la cabeza. Poco a poco los cilindros se desmontan mlstrando que el brujo ha escapado por lo que comienzo a mirar a ambos lados para localizarlo.

El brillo de las llamas al impactar sobre la arena que se acercaba a mi hizo que al fin localizaze al brujo. -¡Sal de una vez que te veeaa!- Le grito alargando la mano hasta su dirección haciendo que la arena entre mis manos salga disparada como una cuerda hasta atenazar su cuello.

Sonriendo al escuchar el sobresalto del chico alzo el brazo haciendo que la arena levante al brujo por los aires a varios metros de distancia. Una vez suelto al chaval la arena se arremolina formando dos pelotas que comienzan a golpear el pecho y el estomago de Per impidiendole caer a base de bolazos. Tras una racha de golpes la arena se detiene para dejar caer al chico para cuando, en cuanto el chico desciende, ambas bolas salen disparadas golpeando su espalda empujandole hasta el suelo. "¿Se puede considerar eso un ataque arena Gael?" Pienso viendo la polvera levantada.

Veo en silencio como el chico se levanta de entre la polvadera y conjura una barrera. -¿Estas bien?- Pregunto desde la lejanía. Al ver que ha aprisionado mi arena en dos esferas macizas de madera gruño entre dientes. Lanzo un pequeño impulso a una de las cárceles flotantes para comprobar que esta intentando inutilizar mi arena Emtre su dominio y la barrera magica.

Hundo un poco mis piernas en la arena y comienzo a escupir una maldición abrasiva hacia ambas maderas con la intención de pulverizar sus defensas sobre las esferas mientras noto como absorvo energía de la arena de la zona mientras la maldición se extiende en la barrera.

Dentro de la madera la arena comienza a expandirse y presionar desde dentro intentando escapar rebentando las paredes desde dentro como la otra vez.

Observo entretenido como el chico hace que sus maderas hagan requiebros por el aire sin poder reprimir una pequeña carcaja al imaginarme que una de las bolas chicando contra la grada de las celebridades. Mi sonrisa se extingue de golpe al notar el primer impacto de las bolas a mi alrededor. -¿A si que al fin lanzas un ataque con tu dominio no?- Pregunto mientras esquivo las bolas mientras caen.  -Interesante movimiento!- Le grito dando un salto hacia atras para esquivar uno de los mazazos. "Pero es demasiado lento" Pienso parándome en seco mientras creo un espacio de distorsión temporal sobre mi cabeza haciendo que ambas esferas queden atrapadas dentro al intentar darme quedando suspendidas de golpe en el aire.

Cuando ambas esferas estan ralentizadas miro al chico y le sonrio picáramente para salir a correr alejándome de la distorsión recibiendo la llamarada que merma mi defensa magica mientras conjuro dos consunciones sobre ambas esferas para intentar reventar las maderas e i tentar salvar lo que quede de la arena. Con el estruendo de las explosiones aprovecho para moldear una maza aerea que cae a plomo sobre las barreras del chico para intentar trasparlas a base de golpes secos que resuenan en toda la zona.

La arena comienza a brotar rápidamente de lo que queda de su prisión para, de golpe, salir disparada a mi alrededor y flotar tranquila. Calculando un poco a ojo esa evasiva me ha costado casi la mitad de mi arena por lo que mi mente comienza a hacer cabalas sobre que hacer con ella. El impacto seco de la maza al chocar contra el suelo me hizo estremecerme. "¿Me estoy pasando?" Me pregunto mientras veo como el chico se ha conseguido hacer intangible.

Veo como de pronto el novato tiene un arma de madera en la mano y ha comenzado a correr hacia mí. Comienzo a tejer un escudo cuando la lanza comienza a acercarse volando por lo que dejo mi hechizo a mitad y conjuro algo mucho mas sencillo que acabo de presenciar. La lanza cambia de forma cuando llega a mi altura traspasando mi cuerpo intangible.

La arena a mi alrededor comienza a agruparse en pequeños cúmulos cuando, tres de las mas grandes pelotas de arena, salen disparadas del enjambre que ahora es la nube de arena  a mi alrededor  en dirección al chico. Dos de ellas tienen como objetivo las manos del brujo y la última tiene como dirección la boca. Tengo que intentar inmovilizar al chico pero también noto como la madera sigue moviéndose a mis piernas por lo que decido hacer algo con ella.

Voy acelerando mi cuerpo pudiendo ver como las tres pelotas de arena detienen su paso hacia el brujo. Agarro una de las muchas pelotas que han quedado suspendidas a mi lado y le grabo una runa explosiva y la preparo para estallar a los cinco segundos para colocarla pegada en la superficie de las maderas. Tras colocar otras tres mas me alejo a la otra punta del anfiteatro para ralentizar mi cuerpo.

En cuanto vuelvo al mismo ritmo que la realidad noto una enorme punzada en mi cabeza que me hace tambalearme mientras me giro hacia el chico que ahora me da la espalda. Las maderas salen disparadas de nuevo a mi encuentro por lo que maldigo entre dientes mientras cuento atrás desde cinco y hago que la nube de pelotas vuelva a mí teniendo que pasar por donde se encuentra ahora el brujo.