Cicatriz de Arax
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Rocavarancolia Rol
59 participantes
- Rocavarancolia Rol
Cicatriz de Arax
03/08/11, 11:05 am
Recuerdo del primer mensaje :
La cicatriz de Arax atraviesa la ciudad de este a oeste. Es una fosa común repleta huesos entre los que se mueven unos enormes gusanos ciegos con bocas repletas de afilados colmillos.
A su largo se han instalado recientemente varios puentes colgantes de unos dos metros de ancho. Aunque se tambalean considerablemente la madera es firme y está en buenas condiciones, así como las cuerdas.
A su largo se han instalado recientemente varios puentes colgantes de unos dos metros de ancho. Aunque se tambalean considerablemente la madera es firme y está en buenas condiciones, así como las cuerdas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Cicatriz de Arax
21/10/11, 11:08 pm
-¡Quiero conocer la ciudad! Aunque estaría más cómoda remontando agua, pero no he visto que ningún río le atraviese...-dijo Nia con cara insegura. Salieron sin rumbo fijo y a Nia se le ocurrió una idea.-¿No había una plaza donde se podían encontrar estatuas muy reales? ¡Vayamos ahí!
Estuvieron conversando un rato.
-¡Oh, si! ¡La magia! Aun ando un poco floja...-Gael menciona un cuarto piso y Nia se sorprende.-¿Hay un cuarto piso? Nunca me había fijado...¡Pero si no hay escaleras en la tercera planta!-
Con paso decidido, se recorrieron la ciudad, sin más incidentes, al parecer, tenían que cruzar un barranco muy extraño para llegar al otro lado. Nia miró abajo con repugnancia como se apilaban los huesos. No quería ni saber como habían llegado ahí.
(Continua en la plaza de los petrificados)
Estuvieron conversando un rato.
-¡Oh, si! ¡La magia! Aun ando un poco floja...-Gael menciona un cuarto piso y Nia se sorprende.-¿Hay un cuarto piso? Nunca me había fijado...¡Pero si no hay escaleras en la tercera planta!-
Con paso decidido, se recorrieron la ciudad, sin más incidentes, al parecer, tenían que cruzar un barranco muy extraño para llegar al otro lado. Nia miró abajo con repugnancia como se apilaban los huesos. No quería ni saber como habían llegado ahí.
(Continua en la plaza de los petrificados)
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Cicatriz de Arax
01/11/11, 06:12 am
Tras un vuelo largo llego a la cicatriz que parte a la ciudad por la mitad de este a oeste. El río de osamentas destaca en la oscuridad por su blancura. Tengo pensado algo, pero quizá es demasiado arriesgado, pero no importa, sin riesgo no hay recompensa, tengo que pelear por lo que quiero, y si no me hago mas fuerte no podre hacerlo. La suela de mis botas golpea contra el suelo con fuerza, y mis rodillas amortiguan el golpe. Me acerco al borde de la cicatriz y observo los huesos. Una piedra cae a la cicatriz cuando la golpea la punta de mi bota. El guijarro rebota en la pared y golpea los huesos pelados. El río de osamentas tiembla cuando tres estelas se acercan al punto de impacto de la piedra. Se mueven muy rápido, y en apenas unos segundos confluyen en el punto de impacto. Llego a vislumbrar unos lomos de un blanco lechoso que destacan contra el amarillento de los huesos.
Me acerco a una piedra y dejo mi capa y los libros junto a ella. Acerco otra piedra y hago una especie de nido con la capa y los libros entre ellas, dejando a Feliks sobre el. Acaricio la cabeza del fénix hasta que este se acurruca y se adormece. Le observo unos minutos mientras termina de dormirse y luego hago un hechizo de protección a su alrededor, cubriéndole a el y a mis cosas, no quiero que les pase nada, sobre todo a la pequeña ave, y de esta forma me aseguro de que nadie intente robarla mientras me dedico a lo que voy a hacer.
Observo la cicatriz desde el borde, aun reflexionando sobre mi decisión, valorando el riesgo. Lo que voy ha hacer es bastante peligroso y si no tengo cuidado podría acabar devorado por uno de los gusanos de la cicatriz. Quiero probar mi velocidad de reacción y mi grado de atención, y para ello voy a jugar con los gusanos de la cicatriz. Hago unos estiramientos antes de empezar a hacer el idiota, algo que voy a patentar como una suerte de deporte. Alzo el vuelo y me sitúo sobre la cicatriz, a varios metros sobre el río de osamentas. Desciendo suavemente, en paralelo al suelo, como si estuviera tumbado bocabajo en el suelo. Me quedo a un metro sobre los huesos, escuchando, tratando de percibir a los gusanos bajo la superficie, pero no capto nada, una quietud peligrosa domina en el ambiente. Me elevo en la vertical con cuidado de no hacer ruido y desciendo con suavidad hasta que mis pies reposan sobre los huesos. Durante unos segundos no pasa nada, pero al instante dos estelas de huesos se ciernen sobre mi. En el último momento alzo el vuelo a toda velocidad, haciendo dos quiebros imposibles en el aire para esquivar las bocas de los gusanos que han salido buscando mi carne. Me alzo y suspiro con alivio. Han estado cerca, y ha sido bastante peligroso, pero creo que ha merecido la pena, probarme de esta manera me ayuda a descubrir de lo que soy capaz, a ser consciente de mis habilidades. Vuelvo a descender a la cicatriz, a seguir probándome con los gusanos. Sin embargo en el último encuentro algo sale mal, sin darme cuente me he acercado demasiado a la pared, y cuando asciendo para esquivar al gusano que se lanza hacia mi, me golpeo contra la roca, cayendo sobre las osamentas que cubren la cicatriz. En un primer momento estoy aturdido, el golpe me ha dejado atontado, y las tres estelas que se me acercan me pasan desapercibidas. Pero cuando la boca del primer gusano se cierne sobre mi, consigo reaccionar a tiempo. Realizo el hechizo de intangibilidad y el gusano me traga entero, o eso parece. Mi cuerpo atraviesa el suyo como si no estuviera, y me alejo de allí cojeando por el aire. El golpe ha sido algo brusco y estoy un poco magullado. Me dispongo a salir de la cicatriz cuando un destello entre los huesos sucio y la armas oxidadas llama mi atención. Me acerco con curiosidad y tropiezo con el pomo plateado de una espada. La agarro con fuerza y tiro de ella. El brocado de la empuñadura es un tramado de hilos rojos y negros, la cruz de la espada también es plateada, y la hoja esta cubierta por una vaina de piel negra. Tanto el pomo como la cruz tienen filigranas de color azabache, grabadas con algún tipo de materiales. Es una espada bastarda de mango y medio, y la siento vibra entre mis manos, ¿tendrá alguna clase de poder?... no lo se, ya lo averiguare. Salgo de la cicatriz tras colocar la espada en mi espalda, entre las alas. Una vez arriba voy a buscar a Feliks y a mis cosas, aun cojeando, estoy bastante magullado. Deshago el hechizo que lo protegía y meto a Feliks bajo mi camisa. Me pongo la capa y guardo los libros en ella. Alzo el vuelo con cuidado, el tiempo se ha enrarecido, una tormenta ha empezado a azotar la ciudad, el viento y las nubes dominan, y la lluvia pronto hará acto de presencia, tengo que llegar antes de que me pille la lluvia... Esta tormenta me recuerda a la que hubo cuando llegue a la ciudad...
Continua en la Taberna del Mago Tuerto.
Me acerco a una piedra y dejo mi capa y los libros junto a ella. Acerco otra piedra y hago una especie de nido con la capa y los libros entre ellas, dejando a Feliks sobre el. Acaricio la cabeza del fénix hasta que este se acurruca y se adormece. Le observo unos minutos mientras termina de dormirse y luego hago un hechizo de protección a su alrededor, cubriéndole a el y a mis cosas, no quiero que les pase nada, sobre todo a la pequeña ave, y de esta forma me aseguro de que nadie intente robarla mientras me dedico a lo que voy a hacer.
Observo la cicatriz desde el borde, aun reflexionando sobre mi decisión, valorando el riesgo. Lo que voy ha hacer es bastante peligroso y si no tengo cuidado podría acabar devorado por uno de los gusanos de la cicatriz. Quiero probar mi velocidad de reacción y mi grado de atención, y para ello voy a jugar con los gusanos de la cicatriz. Hago unos estiramientos antes de empezar a hacer el idiota, algo que voy a patentar como una suerte de deporte. Alzo el vuelo y me sitúo sobre la cicatriz, a varios metros sobre el río de osamentas. Desciendo suavemente, en paralelo al suelo, como si estuviera tumbado bocabajo en el suelo. Me quedo a un metro sobre los huesos, escuchando, tratando de percibir a los gusanos bajo la superficie, pero no capto nada, una quietud peligrosa domina en el ambiente. Me elevo en la vertical con cuidado de no hacer ruido y desciendo con suavidad hasta que mis pies reposan sobre los huesos. Durante unos segundos no pasa nada, pero al instante dos estelas de huesos se ciernen sobre mi. En el último momento alzo el vuelo a toda velocidad, haciendo dos quiebros imposibles en el aire para esquivar las bocas de los gusanos que han salido buscando mi carne. Me alzo y suspiro con alivio. Han estado cerca, y ha sido bastante peligroso, pero creo que ha merecido la pena, probarme de esta manera me ayuda a descubrir de lo que soy capaz, a ser consciente de mis habilidades. Vuelvo a descender a la cicatriz, a seguir probándome con los gusanos. Sin embargo en el último encuentro algo sale mal, sin darme cuente me he acercado demasiado a la pared, y cuando asciendo para esquivar al gusano que se lanza hacia mi, me golpeo contra la roca, cayendo sobre las osamentas que cubren la cicatriz. En un primer momento estoy aturdido, el golpe me ha dejado atontado, y las tres estelas que se me acercan me pasan desapercibidas. Pero cuando la boca del primer gusano se cierne sobre mi, consigo reaccionar a tiempo. Realizo el hechizo de intangibilidad y el gusano me traga entero, o eso parece. Mi cuerpo atraviesa el suyo como si no estuviera, y me alejo de allí cojeando por el aire. El golpe ha sido algo brusco y estoy un poco magullado. Me dispongo a salir de la cicatriz cuando un destello entre los huesos sucio y la armas oxidadas llama mi atención. Me acerco con curiosidad y tropiezo con el pomo plateado de una espada. La agarro con fuerza y tiro de ella. El brocado de la empuñadura es un tramado de hilos rojos y negros, la cruz de la espada también es plateada, y la hoja esta cubierta por una vaina de piel negra. Tanto el pomo como la cruz tienen filigranas de color azabache, grabadas con algún tipo de materiales. Es una espada bastarda de mango y medio, y la siento vibra entre mis manos, ¿tendrá alguna clase de poder?... no lo se, ya lo averiguare. Salgo de la cicatriz tras colocar la espada en mi espalda, entre las alas. Una vez arriba voy a buscar a Feliks y a mis cosas, aun cojeando, estoy bastante magullado. Deshago el hechizo que lo protegía y meto a Feliks bajo mi camisa. Me pongo la capa y guardo los libros en ella. Alzo el vuelo con cuidado, el tiempo se ha enrarecido, una tormenta ha empezado a azotar la ciudad, el viento y las nubes dominan, y la lluvia pronto hará acto de presencia, tengo que llegar antes de que me pille la lluvia... Esta tormenta me recuerda a la que hubo cuando llegue a la ciudad...
Continua en la Taberna del Mago Tuerto.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Cicatriz de Arax
03/11/11, 11:49 pm
Ya lo tengo casi todo listo pero necesito grandes huesos y por eso estoy aquí, sobrevolando la cicatriz por la que hemos pasado un par o tres de veces, siempre temerosos de caernos o de despertar a lo que viva en su interior. Y ahora aún dudo si colarme en su interior, en forma de humo, para buscar lo que necesite. Nada de cazar a esos enormes gusanos, no lo necesito de momento y no están muy bien posicionados en el grabado que Sepalian me diera. Podría hacerme intangible, también, pero dudo que me hagan algo si me transformo. Me acerco al borde y cada vez menos titubeante, me concentro y antes de dejarme llevar por la brisa reinante me impulso hacia abajo buscando colarme por los resquicios entre huesos y demás objetos olvidados. El primer gusano hace acto de presencia: es enorme y va con las fauces abiertas en todo su... ¿esplendor? No es la mejor definición, porque más que boca no es más que un agujero lleno de afiladísimos colmillos. Y no parece tener otra cosa en la "cabeza" o al menos cerca de la boca. ¿Serán ciegos? ¿Se guiarán por el ruido que hagan posibles víctimas al pisar los huesos de encima? Quién sabe, yo de momento prefiero no comprobarlo. Y precisamente necesito huesos, pero no los pequeños y finos de arriba, la mayoría fracturados, sino alguno grande o varios medianos, pero a saber qué criaturas han perecido aquí debajo. Sigo buscando mientras vigilo a los gusanos. Hay costillares casi completos, huesos largos y delgados, de todos los tamaños y formas, pero no solo esto es lo que veo, hay más: espadas, escudos, retazos de armaduras oxidadas, astillados trozos de madera... ¿Acaso es esto una fosa común de soldados y máquinas de guerra? Es lo que parece... Si pudiese llevarme partes de armaduras y unirlas, podría mejorar en parte el experimento. Aunque no sé hasta dónde alcanza el poder de Gael, pero por intentarlo no perdemos nada. Eso sí... ¿Y si funcionase y lo usase contra...? No, imposible, increíble, impensable. Pero sí que podría reciclar casi todo lo que veo a mi alrededor, excepto, de momento, los gusanos. ¿Les molestará a los ciudadanos locales? A saber cuánto tiempo lleva todo esto aquí... Quizá no le vean valor o no se atrevan a bajar, pero yo pienso sacar algo de provecho. Eso sí, necesito un medio de transporte para llevar todo lo que vea reutilizable al refugio de caza... Pero el gigante aquel no servía, le molestaba la luz y no cabía por el portalón... ¿Entonces? ¡Hechizos de levitación! Pardillo... Bueno, a seleccionar objetos: esa armadura (lo que queda de la coraza), aquellas grebas oxidadas, quizá aquel costillar incompleto... <<Una cosa... ¿No podría encontrar una herrería abandonada o no en la ciudad? Vale que el fuego y el sol me calcinen sin remedio, pero siendo cuidadoso podría aprender y aumentar la peletería a la herrería... Todo se andará>> pienso mientras sigo seleccionando cosas y sacándolas a la superficie, lejos de la grieta. Lo que más cuesta son los grandes huesos y el costillar se me desmonta a mitad de camino, despertando a los gusanos. Al final solo recojo las grandes y curvadas costillas, dejando de lado las vértebras. Y cuando saco la última, me quedo mirando el montoncito, pensativo <<Muchos hechizos de levitación voy a necesitar... Y mucho tiempo. Y esperemos que nada ni nadie me ataque por el camino al verme con tanto trasto...>> pero una idea va cobrando forma hasta que sonrío y empiezo a vestirme las piezas de la desgastada y mezclada armadura (ninguna parte coincide con las demás). Ya solo tengo que transportar con magia aquello que no pueda vestirme o llevar encima, atado con el látigo al cuerpo. <<Eso sí, con algunas de las costillas sobresaliéndome a la espalda y la armadura formada por varios tipos, con abolladuras y óxido por doquier, a saber quién se atreve a atacarme>> pienso riendo y atrayendo con el sonido a los gusanos, hacia el borde, removiendo los huesos de la superficie. ¿Algo más? No, no necesito nada, con esto ya voy servido de momento. Lo único que necesitaría son mejores herramientas y materiales de mejor calidad, pero para eso necesito dinero. Y para hacer dinero necesito hacerme un sitio como peletero y el círculo sigue y sigue... ¿No había gremios en la Edad Media? Quizá alguien acepte aprendices... <<Pero el incidente de la taberna no es nada bueno para mi reputación como ciudadano>> recuerdo cabreado mientras retomo el camino a pie, para que la sensación de tener un desierto en la garganta no se acentúe aún. <<Tengo que hacerme un hueco en esta maldita ciudad... No, mejor, en esta ciudad maldita. No parece que vaya a poder volver a la Tierra y, para qué engañarnos, prefiero esto. Y ah, claro, con el dinero... Aparte de mejorar mi vida como ciudadano, podré comprar sangre. Y no, ni de broma voy a vivir siempre en ese edificio en ruinas. ¿Y el burdel? Hum... Sí, allí sí. Pero tengo que hacer algo para poder vivir y trabajar en el mismo sitio sin que el hogar huela a muerto, pieles, huesos y demás. Podría adecentar el cuarto de desuello, que está hecho polvo, recubriendo las paredes con piel curtida, por ejemplo. Pero más adelante, de momento iré y vendré del refugio al burdel. ¿Y ahora? ¿Burdel o refugio? Estoy cerca del refugio, mejor dejo esto allí y me voy al burdel. Hecho>>
(Continúa en el Burdel de Dama Espasmo)
(Continúa en el Burdel de Dama Espasmo)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 04:28 pm
Nuestros apresurados pasos nos llevan hasta el borde de una enorme fractura en la tierra. No tenemos más remedio que detenernos de golpe, jadeantes. Miro hacia atrás y me parece distinguir al monstruo en la lejanía, pero aún está algo lejos de nosotros, por suerte. Con sumo cuidado me acerco al borde de la fosa y lo que veo me repugna sobremanera. Montañanas y montañas de esqueletos, cadáveres cubren todo el fondo. Además de eso, en algunas partes de la fosa se observa movimiento, aunque no logro distinguir qué lo causa. La enorme brecha me hace sentirme insignificante y por un instante siento un horror indescriptible. Me doy lo que yo llamo una "bofetada mental" a mí mismo. No es momento para quedarse quieto sin hacer nada.
-¿Y ahora qué hacemos? -pregunto a mis compañeros con temor- ¿Veis alguna forma de cruzar?
Aún no había terminado de preguntarlo cuando veo una pasarela de madera que atraviesa la cicatriz de parte a parte.
-¡Por ahí! -exclamo mientras la señalo para que la atención de mis compañeros se fije en ella.
Me acerco a la pasarela con cautela y pongo un pie en ella mientras miro nerviosamente hacia atrás. Parece que no se cae, pero el hecho de que esté suspendida sobre un enrome foso cubierto de cadáveres no me inspira mucha confianza.
-No nos queda más opción que cruzar, pero creo que sería conveniente que lo hiciésemos despacio... -miro una vez más hacia atrás-. ¡Pero sin perder tiempo!
Con un nudo en la garganta, comienzo a cruzar la fosa evitando mirar abajo y con pasos vacilantes.
-¿Y ahora qué hacemos? -pregunto a mis compañeros con temor- ¿Veis alguna forma de cruzar?
Aún no había terminado de preguntarlo cuando veo una pasarela de madera que atraviesa la cicatriz de parte a parte.
-¡Por ahí! -exclamo mientras la señalo para que la atención de mis compañeros se fije en ella.
Me acerco a la pasarela con cautela y pongo un pie en ella mientras miro nerviosamente hacia atrás. Parece que no se cae, pero el hecho de que esté suspendida sobre un enrome foso cubierto de cadáveres no me inspira mucha confianza.
-No nos queda más opción que cruzar, pero creo que sería conveniente que lo hiciésemos despacio... -miro una vez más hacia atrás-. ¡Pero sin perder tiempo!
Con un nudo en la garganta, comienzo a cruzar la fosa evitando mirar abajo y con pasos vacilantes.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 06:09 pm
Siguiendo a Noel y a una veloz Caillech me dirijo a paso ligero hacia donde se encontraban, esto era impresionante, a la vez que horrible, habia visto este tipo de paisajes en muchas peliculas....una gran brecha partia en dos el terreno a donde nos encontrabamos, Noel nos señalo la pasarela por la que debiamos pasar, supongo que debia hacerle caso, era la persona del grupo en la que creia poder confiar mas pero aun y asi cuando mire hacia el fondo de la brecha toda esa confianza parecia desmoronarse cuando veia una montaña de cadaveres...
-Estas seguro de que tenemos que pasar por aqui?-dije yo, no parecia muy segura la pasarela, pero por desgracia el ya habia comenzado a pasar, las alturas nunca me habian dado mucho miedo, y pocas veces sufria de vertigo eso era un punto a favor, pero solo de ver los cadaveres se me ponian los pelos de punta...
Espera a que Noel cruzara para cruzar yo, ya que la pasarela podria ceder a nuestro peso, cuando llego al otro extremo empece a cruzar sin mirar abajo, los cadaveres ya no me inspiraban temor y el vertigo no era problema, pero si miraba abajo seguro que me desconcentraba y me caia, asi que segui caminando con la mirada al frente
-Estas seguro de que tenemos que pasar por aqui?-dije yo, no parecia muy segura la pasarela, pero por desgracia el ya habia comenzado a pasar, las alturas nunca me habian dado mucho miedo, y pocas veces sufria de vertigo eso era un punto a favor, pero solo de ver los cadaveres se me ponian los pelos de punta...
Espera a que Noel cruzara para cruzar yo, ya que la pasarela podria ceder a nuestro peso, cuando llego al otro extremo empece a cruzar sin mirar abajo, los cadaveres ya no me inspiraban temor y el vertigo no era problema, pero si miraba abajo seguro que me desconcentraba y me caia, asi que segui caminando con la mirada al frente
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 06:36 pm
Yo era la que llevaba la delantera gracias a mis zancadas. No era la más veloz de mi especie, lo sabía, pero de entre los humanos si la que las zancadas más grandes daba y por ello la que iba primero en aquella alocada carrera hacia a algún lado. No teníamos ni dirección ni meta, lo único que teniamos en mente era alejarnos del ser que nos persiguía sin prisa pero sin pausa como alma llevada por el diablo.
Más de una vez miré sobre mi hombro en aquella carrera y en todas y cada una de ellas vi a ese engendro que tan mal olía detras de nosotros. Era insoportable su hedor. Puede que a los humanos les pareciese desagradable, pero para mí, alguien que tenía una nariz tan fina, era hasta doloroso. Corría con una mano en la nariz con la esperanza de que así el peste disminuyera, sin gran éxito por desgracia. Aún podía olerlo. Y así seguiría mientras no nos escapasemos de él.
Al final llegamos a una especie de cicatriz de tamaños considerables que recorría en el suelo en todo lo ancho, haciendo bastante imposible bordearlo. Estaba por rendirme y preparar un plan de ataque cuando Noel hizo notar la existencia del puente que tan lamentable estado tenía.
No me precipité. Mis ganas de escaparme de aquel hedor podían ser grandes y podía sentir casi ardiendo mis fosas nasales, pero esperé a que Noel y Will pasaran primero. Quería comprobar que la estructura fuera lo suficiente estable como para sostenernos. Cuando vi que así era me preparé para hacer otro tanto. Con la cabeza al frente, sin mirar en ningún momento hacia abajo, comencé a caminar. A ojos ajenos parecía una pose decida, aunque no era tal, ni mucho menos. Podía estar llena de tesoros innombrables o los horrores más terribles que yo no miraría. Era un ser de tierra y todo lo que tenía que ver con cualquier cosa que se asemejase a volar me repelía. Yo podía escalar las dunas más altas del desierto, pero eso de estar suspendida en el aire con el único consuelo de una tabla de madera sospechosamente vieja... era otra cosa completamente distinta, y como tal mi reacción también lo era.
Cuando conseguí pasar reprimí el impulso de suspirar de alibio, no quería mostrar ningún sentimiento de debilidad. Jamás parecería débil, jamás. Miré hacia el ser sin quitar la mano de mi nariz.
- No lo logrará, el puente no podrá soportar su peso, se romperá nada más posar uno de sus rechonchos pies en él. Deberíamos estar a salvo a este lado por ahora - sentencié tranquilamente sin apartar los ojos de la asquerosa criatura. Pese a ello me coloqué cerca de una de las cuerdas de sujeción con la intención de cortarlo de llegar el caso. Todo por sobrevivir.
Más de una vez miré sobre mi hombro en aquella carrera y en todas y cada una de ellas vi a ese engendro que tan mal olía detras de nosotros. Era insoportable su hedor. Puede que a los humanos les pareciese desagradable, pero para mí, alguien que tenía una nariz tan fina, era hasta doloroso. Corría con una mano en la nariz con la esperanza de que así el peste disminuyera, sin gran éxito por desgracia. Aún podía olerlo. Y así seguiría mientras no nos escapasemos de él.
Al final llegamos a una especie de cicatriz de tamaños considerables que recorría en el suelo en todo lo ancho, haciendo bastante imposible bordearlo. Estaba por rendirme y preparar un plan de ataque cuando Noel hizo notar la existencia del puente que tan lamentable estado tenía.
No me precipité. Mis ganas de escaparme de aquel hedor podían ser grandes y podía sentir casi ardiendo mis fosas nasales, pero esperé a que Noel y Will pasaran primero. Quería comprobar que la estructura fuera lo suficiente estable como para sostenernos. Cuando vi que así era me preparé para hacer otro tanto. Con la cabeza al frente, sin mirar en ningún momento hacia abajo, comencé a caminar. A ojos ajenos parecía una pose decida, aunque no era tal, ni mucho menos. Podía estar llena de tesoros innombrables o los horrores más terribles que yo no miraría. Era un ser de tierra y todo lo que tenía que ver con cualquier cosa que se asemejase a volar me repelía. Yo podía escalar las dunas más altas del desierto, pero eso de estar suspendida en el aire con el único consuelo de una tabla de madera sospechosamente vieja... era otra cosa completamente distinta, y como tal mi reacción también lo era.
Cuando conseguí pasar reprimí el impulso de suspirar de alibio, no quería mostrar ningún sentimiento de debilidad. Jamás parecería débil, jamás. Miré hacia el ser sin quitar la mano de mi nariz.
- No lo logrará, el puente no podrá soportar su peso, se romperá nada más posar uno de sus rechonchos pies en él. Deberíamos estar a salvo a este lado por ahora - sentencié tranquilamente sin apartar los ojos de la asquerosa criatura. Pese a ello me coloqué cerca de una de las cuerdas de sujeción con la intención de cortarlo de llegar el caso. Todo por sobrevivir.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 09:12 pm
El paisaje de edificios y callejuelas fue sustituido por algo asombroso y espeluznante a la vez. <<Todo es asombroso y espeluznante en este sitio. Y bueno, de la primera parte nos avisaron ¿no?>>. El suelo se abría, recorrido por una fractura que trepaba en ziz-zag hasta donde se perdía de vista. Pero no era oscuridad lo que se veía en su interior, ni había manera de saber su profundidad. Una masa blanquecina rellenaba aquel accidente geografico. Alicia se detuvo a una distancia prudencial del borde. Incontables huesos llenaban aquello, de todos los tamaños y formas. También estaba el brillo metálico de algunas armas viejas que brillaban entre las osamentas. Es una fosa, pensó horrorizada. ¿Cuanta gente... pero borró la palabra "gente" porque la mayoría de esqueletos no pertenecían a nada que se pudiese clasificar de humano; ¿cuantos han tenido que morir para rellenar semejante agujero? ¿a cuantos han matado?
No habían conseguido perder de vista al nauseabundo monstruo, como tampoco a su olor. Incluso Vlad se había unido a aquella huida. Se había mantenido detrás de Alicia, aunque ella estaba casi segura de que el conde podría haberla adelantado y dejado atrás con facilidad. Estaba cubriendoles las espaldas, y no supo si lo hacía por aquella extraña cortesía suya que parecía grabada a fuego en la forma de ser de El conde Vladimir, o algun tipo extraño de solidaridad. Fuera como fuera, no importaba, y se alegraba de tenerlo atrás, dado que era el más armado de los cuatro. El recelo que hubiera sentido por él daba igual en una situación así. Aquel bicho se acercaba poco a poco y no era tiempo de quedarse parado. Había que pensar rápido. Noel señalo un puente que cruzaba de un borde a otro. Después de comprobarlo, cruzaron con cautela y se vieron en el otro lado. Caillech sugirió que el puente no aguantaría el peso del ser y se hundiría, y ella parecía dispuesta a asegurarse, porque había sacado su arma como si fuese a cortar lo que unía al puente con aquel borde.
<<¿como vamos a regresar si destruimos el puente? A nado entre los esqueletos ni de coña.>>
- ¿quieres descubrir si ese bicho tiene algun tipo de arma a distancia?- dijo en cambio, según se le ocurría. Luego echó un vistazo rápido al arco que Vlad llevaba a la espalda.- ¿a que distancia puedes llegar con la flecha y acertar?
El bicho ya estaba peligrosamente cerca del puente. ¿si corrían, podrían sacarle ventaja suficiente como para disparar sin peligro? No, posiblemente no. Y aquel ser parecía capaz de explotar si le herían.
- De acuerdo.- Alicia sujetó fuertemente el mango de su cuchillo y se situó al otro lado del peunte, dispuesta a ayudar a Caillech.- Podemos olvidar lo de las flechas. En cuanto esté dentro.- añadió.
No habían conseguido perder de vista al nauseabundo monstruo, como tampoco a su olor. Incluso Vlad se había unido a aquella huida. Se había mantenido detrás de Alicia, aunque ella estaba casi segura de que el conde podría haberla adelantado y dejado atrás con facilidad. Estaba cubriendoles las espaldas, y no supo si lo hacía por aquella extraña cortesía suya que parecía grabada a fuego en la forma de ser de El conde Vladimir, o algun tipo extraño de solidaridad. Fuera como fuera, no importaba, y se alegraba de tenerlo atrás, dado que era el más armado de los cuatro. El recelo que hubiera sentido por él daba igual en una situación así. Aquel bicho se acercaba poco a poco y no era tiempo de quedarse parado. Había que pensar rápido. Noel señalo un puente que cruzaba de un borde a otro. Después de comprobarlo, cruzaron con cautela y se vieron en el otro lado. Caillech sugirió que el puente no aguantaría el peso del ser y se hundiría, y ella parecía dispuesta a asegurarse, porque había sacado su arma como si fuese a cortar lo que unía al puente con aquel borde.
<<¿como vamos a regresar si destruimos el puente? A nado entre los esqueletos ni de coña.>>
- ¿quieres descubrir si ese bicho tiene algun tipo de arma a distancia?- dijo en cambio, según se le ocurría. Luego echó un vistazo rápido al arco que Vlad llevaba a la espalda.- ¿a que distancia puedes llegar con la flecha y acertar?
El bicho ya estaba peligrosamente cerca del puente. ¿si corrían, podrían sacarle ventaja suficiente como para disparar sin peligro? No, posiblemente no. Y aquel ser parecía capaz de explotar si le herían.
- De acuerdo.- Alicia sujetó fuertemente el mango de su cuchillo y se situó al otro lado del peunte, dispuesta a ayudar a Caillech.- Podemos olvidar lo de las flechas. En cuanto esté dentro.- añadió.
-
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 09:56 pm
Vladimir se quedó en la parte trasera del grupo, observando cómo el monstruo les ganaba terreno poco a poco. Una gran brecha se abría en el suelo, cómo hiriendo la tierra de la vieja ciudad. Dejó que cruzaran primero las señoritas y seguidamente a todos los demás, esperando para poder cerrar la marcha. Se mantuvo de espaldas a la cicatriz, mirando a la criatura no muerta con problemas de sobrepeso agitando sus lorzas líquidas en un intento de llegar más celericamente a su almuerzo. Cuándo todos los compañeros han cruzado el débil puente, por no llamarlo tabla, les siguió con cautela.
Fue entonces cuando pudo contemplar la blanca necrópolis ósea que se extendía en el abismo bajo él. ¿Cuántas almas habían encontrado allí el fin de su existencia? Cientos. Contempló la vieja masacre con indiferencia, sólo procurando no hallar su misma suerte en un paso mal calculado.
Cuando se encontró a si mismo relativamente a salvo al otro lado de la cicatriz, contempló cómo la criatura les seguía aún, incansable, ya casi a punto de alcanzar el poco fiable puente. Sin lugar a dudas, la mórbida y putrefacta criatura sería incapaz de alcanzarles y encontraría su final cómo tantos otros la encontraron anteriormente en su caída al vacío. Pero cabía la posibilidad de que les alcanzara, por muy pequeña que fuera. No, no sería así, se dijo. Se cercioraría de ello.
Dejó la caja de carne en el suelo, envainó su estoque y tomó su arco. Mientras lo hacía, la muchacha que decía llamarse Alicia le preguntó si sería capaz de acertar.
-No sabría decirle, señorita.- comenzó a decir Vlad, sin quitarle el ojo de encima a la criatura, mientras sacaba la flecha del carcaj y la colocaba en el lugar preciso del arma. Hablaba con tono distraído y neutro, demostrando que prestaba poca atención a su alrededor. Se estaba concentrando en su objetivo, y lo que estaba diciendo no era tanto una contestación cómo un monólogo interior exteriorizado de forma inconsciente.- He de decir, sin pretensión de tirarme flores, que tengo buena puntería. Aunque, cómo comprenderá, no estoy muy acostumbrado a utilizar estos arcaicos armamentos medievales, si bien no es la primera vez que uso uno. Si me permiten concentrarme en mi objetivo y no pierdo los nervios, no debería haber problema…- decía mientras tensaba el arco y enfilaba a la criatura en la trayectoria de su flecha.- Sólo debo calcular un poco la parábola del proyectil, apuntando un poco más alto, aunque no sea demasiado complicado acertar a un blanco tan grande. También debería tener en cuenta la dirección del viento para ajustar el punto de mira, no sea que tenga la mala suerte de que este desvíe el proyectil a un lado u otro y evite a la criatura… -Continuó, mientras aplicaba los ligeros movimientos de brazo para poder ajustar su disparo según los parámetros que nombraba en voz cada vez más baja, cada vez más concentrado, pero aparentemente sereno- Todo esto tiene menos efecto en un rifle. Ni se imagina lo que daría por mi rifle, señorita…- decía ya en voz inaudible mientras tensaba la cuerda hasta su extensión máxima. Estaba nervioso, pero no debía permitir que aquello influyera en el tiro. Con su remington 700 aquello no le sucedía. Se sentía mucho más tranquilo con ella en brazos que con aquel chisme. La primera era una extensión de si mismo. Aquel arco no era si no una prolongación precaria de sus brazos. No debía fallar… pero, ¿podía hacerlo?
-Que sea lo que Dios quiera.- sentenció en voz alta, y disparó.
Fue entonces cuando pudo contemplar la blanca necrópolis ósea que se extendía en el abismo bajo él. ¿Cuántas almas habían encontrado allí el fin de su existencia? Cientos. Contempló la vieja masacre con indiferencia, sólo procurando no hallar su misma suerte en un paso mal calculado.
Cuando se encontró a si mismo relativamente a salvo al otro lado de la cicatriz, contempló cómo la criatura les seguía aún, incansable, ya casi a punto de alcanzar el poco fiable puente. Sin lugar a dudas, la mórbida y putrefacta criatura sería incapaz de alcanzarles y encontraría su final cómo tantos otros la encontraron anteriormente en su caída al vacío. Pero cabía la posibilidad de que les alcanzara, por muy pequeña que fuera. No, no sería así, se dijo. Se cercioraría de ello.
Dejó la caja de carne en el suelo, envainó su estoque y tomó su arco. Mientras lo hacía, la muchacha que decía llamarse Alicia le preguntó si sería capaz de acertar.
-No sabría decirle, señorita.- comenzó a decir Vlad, sin quitarle el ojo de encima a la criatura, mientras sacaba la flecha del carcaj y la colocaba en el lugar preciso del arma. Hablaba con tono distraído y neutro, demostrando que prestaba poca atención a su alrededor. Se estaba concentrando en su objetivo, y lo que estaba diciendo no era tanto una contestación cómo un monólogo interior exteriorizado de forma inconsciente.- He de decir, sin pretensión de tirarme flores, que tengo buena puntería. Aunque, cómo comprenderá, no estoy muy acostumbrado a utilizar estos arcaicos armamentos medievales, si bien no es la primera vez que uso uno. Si me permiten concentrarme en mi objetivo y no pierdo los nervios, no debería haber problema…- decía mientras tensaba el arco y enfilaba a la criatura en la trayectoria de su flecha.- Sólo debo calcular un poco la parábola del proyectil, apuntando un poco más alto, aunque no sea demasiado complicado acertar a un blanco tan grande. También debería tener en cuenta la dirección del viento para ajustar el punto de mira, no sea que tenga la mala suerte de que este desvíe el proyectil a un lado u otro y evite a la criatura… -Continuó, mientras aplicaba los ligeros movimientos de brazo para poder ajustar su disparo según los parámetros que nombraba en voz cada vez más baja, cada vez más concentrado, pero aparentemente sereno- Todo esto tiene menos efecto en un rifle. Ni se imagina lo que daría por mi rifle, señorita…- decía ya en voz inaudible mientras tensaba la cuerda hasta su extensión máxima. Estaba nervioso, pero no debía permitir que aquello influyera en el tiro. Con su remington 700 aquello no le sucedía. Se sentía mucho más tranquilo con ella en brazos que con aquel chisme. La primera era una extensión de si mismo. Aquel arco no era si no una prolongación precaria de sus brazos. No debía fallar… pero, ¿podía hacerlo?
-Que sea lo que Dios quiera.- sentenció en voz alta, y disparó.
1-60: acierto
61-100: Fallo
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Rocavarancolia Rol
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 09:56 pm
El miembro 'Vlad' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 94
'Dado de 100 caras' : 94
- InvitadoInvitado
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 10:39 pm
La flecha se clavó en el suelo, a poca distancia del muerto viviente. La criatura la ignoró por completo o simplemente no la vió. Sus aullidos se habían convertido en jadeos ahogados y la carrera le había producido una especie de arcadas burbujeantes que le hicieron detenerse. Tras un inquietante sonido estrangulado las arcadas se intensificaron y el cadaver andante empezó a vomitar sus intestinos, literalmente. Una cascada de líquido verde y espeso brotó de su desencajada mandíbula y su tripa compenzó a disminuir. En poco tiempo, la criatura había disminuido considerablente su tamaño, hasta que ya su peso no le dificultó moverse. Siendo bastante más ligero que antes, reanudó la carrera hacia los cosechados.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Personajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Re: Cicatriz de Arax
08/11/11, 10:47 pm
El tiro de Vlad fue fallido, se clavo la flecha en el suelo que fue ignorada por el repugnante monstruo, que de improviso..se...se puso a vomitar, tuve que apartar la vista para que no me entraran arcadas del asco, cuando acabo volvi a mirarlo habia disminuido su tamaño lentamemte, eso significaria que no romperia el puente con du peso, eso era bueno pero...ahora correria mas rapido, asi que aligere la marcha y segui corriendo con los demas hacia una edificacion que veia bastante borrosa...
Me volvi a girar el monstruo seguia siguiendonos o eso parecia, casi me tropiezo con las piedras del camino, no deberia haber venido, no, no deberia haber ido... Deberia haberme quedado callado como siempre... Y esperar a que vinieran los demas.... Pero en el fondo aunque estuviera asustado sabia que en parte me alegraba de estar alli, Rocavarancolia era peligrosa ya nos lo habian dicho, y por desgracia al ser asi cuanto antes experimentara sus peligros mejor¿No?
-Ya llegamos-dije para mi mismo
Segui corriendo junto con los demas hasta que casi no pude ver el monstruo perdiendonos por la inmensidad de Rocavarancolia
(Sigue en Torreon Letargo)
Me volvi a girar el monstruo seguia siguiendonos o eso parecia, casi me tropiezo con las piedras del camino, no deberia haber venido, no, no deberia haber ido... Deberia haberme quedado callado como siempre... Y esperar a que vinieran los demas.... Pero en el fondo aunque estuviera asustado sabia que en parte me alegraba de estar alli, Rocavarancolia era peligrosa ya nos lo habian dicho, y por desgracia al ser asi cuanto antes experimentara sus peligros mejor¿No?
-Ya llegamos-dije para mi mismo
Segui corriendo junto con los demas hasta que casi no pude ver el monstruo perdiendonos por la inmensidad de Rocavarancolia
(Sigue en Torreon Letargo)
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Cicatriz de Arax
09/11/11, 07:03 am
Oí como el conde Vlad, suponía que eso de conde sería un título de honor por la forma que lo había dicho, narraba sus siguientes movimientos. De como había que efectuar un dispara. Me pareció muy interesante, puede que me pudiese servir para un futuro no muy cercano. Aunque no me engañaba pensando de que mi resultado fuese muy distinto al de Vlad, pues no había tocado jamás una de esas armas.
Al ver como el plan A, matar al monstruo mientras aún estaba lejos, fallaba. Me dispuse a efectuar en el momento justo en el que el monstruo gordito se pusiese en el centro del puente, si antes no se había destruido el solito por el peso. Solo tenía que esperar. Un poco más, un poco más cerca y...
- Por la luminosidad del Nasen, ¿que diablos?
Ante mis ojos vi como en gordinflon empezaba a vaciar todo lo que tenía dentro, como empezaba a vomitar cualquier asquerosidad que hubiese comido. Si era repugnante verlo, aún más repugnante me parecía olerlo, pues su hedor acaba de intensificarse por ese asqueroso acto. Tuve que taparme la boca con mi capa, no era soportable sino. En estos días odiaba mi olfato fino.
Ya terminado de tirar todo se vio libre de los grilletes que su antigua obesidad suponia y fue libre de correr a una velocidad impresionante teniendo en cuenta que antes apenas podía ni correr. Nada más ver aquello supe que de quedarnos aqui, esperando a cortar el puente no solo perderíamos la ruta de vuelta, también perderíamos la vida. Estaba seguro que aquel ser ahora sería capaz de saltar después de aligerar. Además siempre podía tirar más de él para mejorar en velocidad y salto. No, si queríamos vivir debíamos encontrar un refugio. Veía ya como uno de ellos corría, consciente de nuestra situación. De como se había cambiado las tornas.
Agradecí en mi interior a todas las almas que se encontraban en el Nasandra por que Vlad hubiese fallado, no quería ni imaginar lo que hubiese sucedido de haber acertado. Pero sabía que el resultado no hubiese sido de nuestro agrado. Eso seguro. Vi como uno de ellos comenzaba a correr sabiendose en que situación nos encontrábamos. Chico listo pensé para mi misma, aunque lo les dije a los demás fue algo bien distinto.
- No creo que nos de tiempo de destruirle el paso hacia aquí. Si puede aligerarse así, con unos cuantos kilos menos, sería capaz de saltar grandes distancias o correr más veloz, haciendo inutil esta trampa. No seríamos tan veloces como lo sería él de llegar el caso. Aprovechemos mientras aún tengamos la ventaja de la velocidad a nuestro favor - empecé a dar mis famosas zancadas por donde el otro humano, Mark se llamaba si no me equivocaba, se había escapado - Debemos correr y debemos hacerlo ahora. ¡Vamos! - les grité sobre mi hombro mientras veía como el engendro se acercaba más y más a nuestro grupo, no le quedaba mucho.
Corrí entre callejuelas, calles y edificios. Ninguna familiar ni conocida. En busca de algún lugar donde protegernos de aquel ser, de encontrar la forma de perderlo de vista. No pensaba morir aqui y menos devorado por aquel ser. Mi alma no quedaría atrapada con él, no si yo podía evitarlo. Si alguien debía devorarme esperaba que fuera Giz. Nadie más. Así por lo menos estaría con uno de los míos.
Doblé mis zancadas en cuestión de segundos con una nueva motivación en mente, no quedaría atrapada con él. Ni en sueños. Antes prefiero que mi alma se pierda en el camino a Nasandra...
(Sigue en el Torreón Letargo)
Al ver como el plan A, matar al monstruo mientras aún estaba lejos, fallaba. Me dispuse a efectuar en el momento justo en el que el monstruo gordito se pusiese en el centro del puente, si antes no se había destruido el solito por el peso. Solo tenía que esperar. Un poco más, un poco más cerca y...
- Por la luminosidad del Nasen, ¿que diablos?
Ante mis ojos vi como en gordinflon empezaba a vaciar todo lo que tenía dentro, como empezaba a vomitar cualquier asquerosidad que hubiese comido. Si era repugnante verlo, aún más repugnante me parecía olerlo, pues su hedor acaba de intensificarse por ese asqueroso acto. Tuve que taparme la boca con mi capa, no era soportable sino. En estos días odiaba mi olfato fino.
Ya terminado de tirar todo se vio libre de los grilletes que su antigua obesidad suponia y fue libre de correr a una velocidad impresionante teniendo en cuenta que antes apenas podía ni correr. Nada más ver aquello supe que de quedarnos aqui, esperando a cortar el puente no solo perderíamos la ruta de vuelta, también perderíamos la vida. Estaba seguro que aquel ser ahora sería capaz de saltar después de aligerar. Además siempre podía tirar más de él para mejorar en velocidad y salto. No, si queríamos vivir debíamos encontrar un refugio. Veía ya como uno de ellos corría, consciente de nuestra situación. De como se había cambiado las tornas.
Agradecí en mi interior a todas las almas que se encontraban en el Nasandra por que Vlad hubiese fallado, no quería ni imaginar lo que hubiese sucedido de haber acertado. Pero sabía que el resultado no hubiese sido de nuestro agrado. Eso seguro. Vi como uno de ellos comenzaba a correr sabiendose en que situación nos encontrábamos. Chico listo pensé para mi misma, aunque lo les dije a los demás fue algo bien distinto.
- No creo que nos de tiempo de destruirle el paso hacia aquí. Si puede aligerarse así, con unos cuantos kilos menos, sería capaz de saltar grandes distancias o correr más veloz, haciendo inutil esta trampa. No seríamos tan veloces como lo sería él de llegar el caso. Aprovechemos mientras aún tengamos la ventaja de la velocidad a nuestro favor - empecé a dar mis famosas zancadas por donde el otro humano, Mark se llamaba si no me equivocaba, se había escapado - Debemos correr y debemos hacerlo ahora. ¡Vamos! - les grité sobre mi hombro mientras veía como el engendro se acercaba más y más a nuestro grupo, no le quedaba mucho.
Corrí entre callejuelas, calles y edificios. Ninguna familiar ni conocida. En busca de algún lugar donde protegernos de aquel ser, de encontrar la forma de perderlo de vista. No pensaba morir aqui y menos devorado por aquel ser. Mi alma no quedaría atrapada con él, no si yo podía evitarlo. Si alguien debía devorarme esperaba que fuera Giz. Nadie más. Así por lo menos estaría con uno de los míos.
Doblé mis zancadas en cuestión de segundos con una nueva motivación en mente, no quedaría atrapada con él. Ni en sueños. Antes prefiero que mi alma se pierda en el camino a Nasandra...
(Sigue en el Torreón Letargo)
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Cicatriz de Arax
09/11/11, 04:24 pm
Vlad bajó lentamente el brazo que sostenía el arco, observando cómo la flecha fallaba por poco. Se permitió una ligera mueca de desagrado, que duró poco más de medio segundo. Por aquello prefería el rifle. A una bala le afectan mínimamente las condiciones climáticas a aquellas distancias, y aplicaba en el arco unos cambios demasiado pequeños en la trayectoria. Cómo consecuencia, la flecha se clavó en el suelo sin herir a la obesa criatura.
Pero, mientras se preparaba para tomar otra flecha del carcaj de su espalda, asistió al repugnante espectáculo que aquel engendro les proporcionó. Comenzó a vomitar aquel líquido que guardaba en su interior, y su pestilencia le abrumó. Mientras de su boca brotaban chorros de sustancia verde, pegajosa y grumosa, se iba desinflando a buena velocidad. Con cada nueva arcada, eructaba aquel puré pestilente con un sonido vomitivo. La sustancia se deslizó entre las piedras, rebosante, para ir a caer a la cicatriz, cómo una pequeña cascada de espesa podredumbre. Ahora lo que había sido una redonda barriga se convertían en lorzas bacías que se pegaban a su esquelética complexión. Tras expulsar todo su interior, se volvió a erguir, amenazante, dirigiendo su demacrado rostro hacia ellos, clavando sus ojos lechosos y blanquecinos en nosotros, mientras su mandíbula temblaba ligeramente, abriéndose y cerrándose. De su boca aún chorreaba aquella sustancia, goteándole por la barbilla. Estaba seguro de que era en aquello en lo que les iba a convertir si los conseguía alcanzar. Aquel grupo de muchachos tenía suficiente carne cómo para volver a convertirlo en una oronda esfera de putrefacción andante.
Suponiendo lo que venía a continuación, se echó el arco a la espalda y volvió a tomar la caja bajo el brazo derecho, mientras desenfundaba su estoque con la mano izquierda.
Justo cuándo la criatura comenzó a correr tras de ellos, doblando o triplicando su velocidad anterior, si verse atado por los límites de su desechada obesidad, él miró por encima de su hombro, aún de frente a la cicatriz y a la criatura, para dirigirse a sus compañeros.
-Ahora, señoritas y caballeros, les sugiero que corran.
Tras decir esto, se volvió a encarar a la bestia que se aproximaba, con mandíbulas apremiantes por poder morder, a la espera de que todos comenzasen a huir.
Cuando pudo oír al último de ellos alejarse a toda velocidad por las calles, comenzó a correr él, cerrando la marcha, cubriendo la retaguardia.
¿Qué hubiera sucedido si le hubiera acertado a aquella criatura? Posiblemente hubiera reventado cómo un grano lleno de pus, pero con el mismo resultado. Odiaba fallar un disparo. De veras que lo detestaba. Maldito arco. Incluso prefería una ballesta. Se intentó tranquilizar. Habría sido peor, posiblemente. Posiblemente. Aquella palabra le daba vueltas en la cabeza. No estaba furioso, aquel sentimiento desgarrador no era propio de un caballero, y mucho menos por una nimiedad cómo aquella. Era difícil enfurecer al Conde Vladimir Ibrahimovich, su sangre fría lo hacía muy poco probable. Y confiaba en no tener que hacer tal cosa en un futuro cercano. Ni lejano, ya puestos. Pero había fallado, y estaba molesto. Se prometió a si mismo que la próxima vez acertaría su disparo. Y tenía la sensación de que no le faltarían oportunidades para probar su buena puntería en aquel mundo hostil. Otra cosa que le desagradaba era ser la presa. Él solía ser el que perseguía y el que huía. El que, al final, terminaba comiéndose al otro. Él era el cazador. Pero en aquel mundo no. Allí él y los otros eran el último eslabón de la cadena trófica. Y no le hacía ni pizca de gracia. Ya se encargaría de cambiar las tornas. Pero, por el momento, antes de subir escalones en la pirámide alimenticia, se impuso cómo prioridad no ser devorado. Le parecía una buena meta a corto plazo.
(Sigue en el Torreón Letargo)
Pero, mientras se preparaba para tomar otra flecha del carcaj de su espalda, asistió al repugnante espectáculo que aquel engendro les proporcionó. Comenzó a vomitar aquel líquido que guardaba en su interior, y su pestilencia le abrumó. Mientras de su boca brotaban chorros de sustancia verde, pegajosa y grumosa, se iba desinflando a buena velocidad. Con cada nueva arcada, eructaba aquel puré pestilente con un sonido vomitivo. La sustancia se deslizó entre las piedras, rebosante, para ir a caer a la cicatriz, cómo una pequeña cascada de espesa podredumbre. Ahora lo que había sido una redonda barriga se convertían en lorzas bacías que se pegaban a su esquelética complexión. Tras expulsar todo su interior, se volvió a erguir, amenazante, dirigiendo su demacrado rostro hacia ellos, clavando sus ojos lechosos y blanquecinos en nosotros, mientras su mandíbula temblaba ligeramente, abriéndose y cerrándose. De su boca aún chorreaba aquella sustancia, goteándole por la barbilla. Estaba seguro de que era en aquello en lo que les iba a convertir si los conseguía alcanzar. Aquel grupo de muchachos tenía suficiente carne cómo para volver a convertirlo en una oronda esfera de putrefacción andante.
Suponiendo lo que venía a continuación, se echó el arco a la espalda y volvió a tomar la caja bajo el brazo derecho, mientras desenfundaba su estoque con la mano izquierda.
Justo cuándo la criatura comenzó a correr tras de ellos, doblando o triplicando su velocidad anterior, si verse atado por los límites de su desechada obesidad, él miró por encima de su hombro, aún de frente a la cicatriz y a la criatura, para dirigirse a sus compañeros.
-Ahora, señoritas y caballeros, les sugiero que corran.
Tras decir esto, se volvió a encarar a la bestia que se aproximaba, con mandíbulas apremiantes por poder morder, a la espera de que todos comenzasen a huir.
Cuando pudo oír al último de ellos alejarse a toda velocidad por las calles, comenzó a correr él, cerrando la marcha, cubriendo la retaguardia.
¿Qué hubiera sucedido si le hubiera acertado a aquella criatura? Posiblemente hubiera reventado cómo un grano lleno de pus, pero con el mismo resultado. Odiaba fallar un disparo. De veras que lo detestaba. Maldito arco. Incluso prefería una ballesta. Se intentó tranquilizar. Habría sido peor, posiblemente. Posiblemente. Aquella palabra le daba vueltas en la cabeza. No estaba furioso, aquel sentimiento desgarrador no era propio de un caballero, y mucho menos por una nimiedad cómo aquella. Era difícil enfurecer al Conde Vladimir Ibrahimovich, su sangre fría lo hacía muy poco probable. Y confiaba en no tener que hacer tal cosa en un futuro cercano. Ni lejano, ya puestos. Pero había fallado, y estaba molesto. Se prometió a si mismo que la próxima vez acertaría su disparo. Y tenía la sensación de que no le faltarían oportunidades para probar su buena puntería en aquel mundo hostil. Otra cosa que le desagradaba era ser la presa. Él solía ser el que perseguía y el que huía. El que, al final, terminaba comiéndose al otro. Él era el cazador. Pero en aquel mundo no. Allí él y los otros eran el último eslabón de la cadena trófica. Y no le hacía ni pizca de gracia. Ya se encargaría de cambiar las tornas. Pero, por el momento, antes de subir escalones en la pirámide alimenticia, se impuso cómo prioridad no ser devorado. Le parecía una buena meta a corto plazo.
(Sigue en el Torreón Letargo)
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Cicatriz de Arax
09/11/11, 05:27 pm
Cuando todos habíamos cruzado la pasarela, de uno en uno por miedo a que no soportase nuestro peso, Caillech parecía dispuesta a cortar las cuerdas que la sujetaban para evitar que el monstruo continúase persiguiéndonos. Estuve tentando a quejarme para que no lo hiciese pues no se veía ninguna otra forma de regresar. ¿Qué sería de nosotros atrapados al otro lado de la ciudad? Además, si no volvíamos nuestros compañeros del torreón no tendrían comida. Sin embargo comprendí que si fuese necesario quizás era la mejor opción que teníamos. Alicia se adelanta pareciendo dispuesta también a destruir el puente si fuese necesario. Ella le pregunta a Vladimir si podría acertarle al engendro con el arco. A lo que él responde con su habitual parrafada la cual resumo mentalmente en un "tal vez". Esto me recuerda que yo mismo tenía un arma colgada del cinto, sin embargo no se me había ni siquiera pasado por la cabeza utilizarla contra el monstruo cuando lo vimos por primera vez. Observo como Vlad se prepara para disparar un tanto vacilante por su manifiesta escasa familiaridad con el arma. La flecha sale volando y aterriza cerca del monstruo pero sin clavarse en su enorme cuerpo; el monstruo no parece inmutarse en absoluto. El conde parece frustrado por su intenfo fallido y se dispone a probar suerte de nuevo. No había empezado a colocar la flecha cuando el engendro que se había detenido cerca del borde de la fosa comienza a temblar. ¿Qué estaba haciendo? Para mi desgracia la respuesta llega enseguida. De repente el monstruo comienza a vomitar. Pero no sólo vomitaba lo que pudiera tener en el estómago o bilis, sino que comenzó a expulsar lo que parecían todas sus entrañas acompañadas de un asqueroso líquido verde. El olor del monstruo, el cual desde el otro lado de la fractura no llegaba demasiado, ahora se intensificó. Quería apartar la vista debido al tremendo asco que estaba sintiendo pero por algún motivo era incapaz. Me llevé instintivamente la mano a la boca y la nariz. Siento ganas de vomitar y de hecho varias arcadas amenazaron con convertirse en algo más sólido.
Caillech parecía estar pasándolo mal, ella tenía el sentido del olfato más desarrollado que nosotros. Escucho atentamente lo que decía aunque creo que todos habíamos llegado a la misma conclusión. Vladimir también nos insta a correr, pero no hacía falta tal advertencia. Mark y Caillech ya estaban corriendo cuando empecé a seguirlos. Sin mirar atrás, nos adentramos en una nueva parte desconocida para nosotros de Rocavarancolia.
(Sigue en el Torreón Letargo)
Caillech parecía estar pasándolo mal, ella tenía el sentido del olfato más desarrollado que nosotros. Escucho atentamente lo que decía aunque creo que todos habíamos llegado a la misma conclusión. Vladimir también nos insta a correr, pero no hacía falta tal advertencia. Mark y Caillech ya estaban corriendo cuando empecé a seguirlos. Sin mirar atrás, nos adentramos en una nueva parte desconocida para nosotros de Rocavarancolia.
(Sigue en el Torreón Letargo)
- InvitadoInvitado
Re: Cicatriz de Arax
23/11/11, 07:38 pm
Con una muestra, por deteriorada que estuviera, Cain pudo usar el hechizo detector que había aprnedido hacía ya tanto tiempo, pero que aun no había tenido oportunidad de utilizar. Pronto los pocos objetos de oro que había en la cicatriz empezaron a brillar, por supuesto él era el único que detectaba el brillo, él y sus criaturas... Sacó un pequeño papel, se hizo una incisión en el dedo y dibujó un círculo sencillo con su sangre. Lo lanzó al aire y varios diablillos alados salieron de él. Cain los envió a recoger los objetos de oro para así ahorrase el encuentro con los gusanos de la cicatriz. Los diablillos eran pequeños y rápidos, por lo que no les fue dificil colarse entre los huesos y recoger los objetos que su amo les pedía, evadiendo las dentelladas de los gusanos. Solo uno no tuvo tanta suerte, pues el objeto que llevaba era demasiado pesado y le dificultaba el moverse, no pudo esquivar al gusano y fue engullido por este. Cain soltó una maldición y despidió al demonio. El gusano solo había devorado el objeto de oro...
Repasó el botín varias veces. No era muy grande, pero le seviría. Lo metió todo en su bolsa y emprendió el camino de vuelta a casa.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
Repasó el botín varias veces. No era muy grande, pero le seviría. Lo metió todo en su bolsa y emprendió el camino de vuelta a casa.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Cicatriz de Arax
01/12/11, 11:16 am
Todavía siento un ligero cosquilleo en la mano, no sé si por la llama de dos milisegundos o por la extraña necesidad que tenía de volver a intentarlo, cuando el resto de mis compañeros se ponen a hablar de comida. Lo cierto es que ayer apenas había comido nada y hoy con lo de despertarme tarde y la emoción del momento también había ignorado mis necesidades primarias. Mánia, que llegaba de dentro aparentemente de mejor humor que cuando entró, nos cuenta que había visto las bañeras voladoras y sabía en que dirección se fueron. No necesitamos pensarlo mucho antes de salir a buscar comida.
La marcha la encabezamos ella y yo. Mientras ella va señalando la primera dirección, yo busco con el olfato algún aroma familiar. Conforme avanzamos no tardo en reconocer el olor fuerte de eso que los humanos llamaron queso el otro día. Era un olor parecido al de la leche pero más intenso y algo diferenciado. Iba acompañado de varios olores más suaves que probablemente serían del resto de alimentos. Una vez tengo este olor de referencia, hago un gesto a mis compañeros para que me sigan y acelero el ritmo un poco más. Esta ciudad no es un sitio de recreo; menos tiempo fuera son más oportunidades de sobrevivir.
Cruzamos varias calles que ya me resultaban familiares, al menos olfativamente hablando, de la vez en que nos mudamos del Torreón Maciel hasta el Letargo. Estaban todas en ruinas y en un estado lamentable. Sin embargo, yo no había visto nada parecido nunca y me costaba imaginar como habría sido esa ciudad en tiempos mejores. Finalmente llegamos a la enorme zanja que ya cruzamos en nuestro viaje de mudanza. Aquí me cuesta algo más seguir el rastro, pues el olor se entremezcla con el de la sangre, el que produce el paso del tiempo en los restos óseos que anidan el lugar y un último olor nauseabundo que me produce un nudo en el estómago. Si hubiese tenido comida, ya estaría toda fuera. El rastro de comida parecía perderse entre los huesos, como si la bañera desapareciese por esa zona. Señalo más o menos el lugar donde esto ocurre a mis compañeros e, inmediatamente después, echo mano a la empuñadura de mi arma. Este sitio me inspira de todo menos confianza.
La marcha la encabezamos ella y yo. Mientras ella va señalando la primera dirección, yo busco con el olfato algún aroma familiar. Conforme avanzamos no tardo en reconocer el olor fuerte de eso que los humanos llamaron queso el otro día. Era un olor parecido al de la leche pero más intenso y algo diferenciado. Iba acompañado de varios olores más suaves que probablemente serían del resto de alimentos. Una vez tengo este olor de referencia, hago un gesto a mis compañeros para que me sigan y acelero el ritmo un poco más. Esta ciudad no es un sitio de recreo; menos tiempo fuera son más oportunidades de sobrevivir.
Cruzamos varias calles que ya me resultaban familiares, al menos olfativamente hablando, de la vez en que nos mudamos del Torreón Maciel hasta el Letargo. Estaban todas en ruinas y en un estado lamentable. Sin embargo, yo no había visto nada parecido nunca y me costaba imaginar como habría sido esa ciudad en tiempos mejores. Finalmente llegamos a la enorme zanja que ya cruzamos en nuestro viaje de mudanza. Aquí me cuesta algo más seguir el rastro, pues el olor se entremezcla con el de la sangre, el que produce el paso del tiempo en los restos óseos que anidan el lugar y un último olor nauseabundo que me produce un nudo en el estómago. Si hubiese tenido comida, ya estaría toda fuera. El rastro de comida parecía perderse entre los huesos, como si la bañera desapareciese por esa zona. Señalo más o menos el lugar donde esto ocurre a mis compañeros e, inmediatamente después, echo mano a la empuñadura de mi arma. Este sitio me inspira de todo menos confianza.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Cicatriz de Arax
01/12/11, 04:07 pm
Aún consternado por no haber logrado nada con la magia escucho lo que nos cuenta Mánia acerca de Libo. Ella dice ser un "andrógino", que nacían hombres y se convertían en mujeres. Era algo difícil de imaginar para nosotros. Había escuchado alguna vez que podía pasar algo similar en los humanos, un síndrome raro, pero desde luego no era lo mismo. ¿Pero entonces Mánia era un chico una chica? ¿Ambas cosas a la vez? Bueno, no importaba, ya me había acostumbrado a las rarezas desde que habíamos llegado a la ciudad. Sin embargo lo que no me gustaba era eso de que estuviera acostumbrada a ser tratada como alguien especial. Pero bueno, me digo, en esta ciudad pronto tendrá que cambiar su actitud o no le irá muy bien... Ya veremos qué ocurre de ahora en adelante. Esto también me hace pensar en Alicia. Todavía no me miraba ni me dirigía directamente la palabra. A mí ya no me importaba lo que había sucedido. Decidí que hablaría con ella hoy en cuanto tuviera ocasión porque me parecía que o me movía yo o así íbamos a estar hasta que Rocavarancolia terminase con nosotros.
Mánia entonces intenta hacer magia tambén, sin resultado. Se enfada mucho por ello y se va gritando. Aunque enseguida parece entrenerse con otro libro. Era el que había estado leyendo Cai... cuando pudiera yo también quería echarle un vistazo. Mientras obsevábamos la rabieta de Mánia, Alicia menciona que deberíamos salir a por comida, a lo que asiento. Entonces Mánia se acerca y nos dice que vio en que dirección iban las bañeras. Así pues, con las indicaciones de Mánia y Giz a la cabeza para orientarnos, salimos en búsqueda de alimentos.
Pronto nuestros pasos nos llevan de vuelta a la horrible grieta que habíamos tenido que atravesar ya en tres ocasiones. Yo había llevado el libro de mapas para ir conociendo los lugares por los que pasábamos y lo abrí por un mapa de Rocavarancolia bastante detallado.
-Cicatriz de Arax -leí en voz alta-. Así se llama este depósito de cadáveres.
Continuamos caminando, con Giz siguiendo el rastro de la comida. No llegamos a cruzar la cicatriz y caminamos por su borde hasta que Giz se detiene. Parece bastante nervioso ya que agarra la empuñadura de su arma. Yo insintivamente hago lo mismo. Según Giz el rastro terminaba allí, pero no veíamos la bañera. Sin embargo sí que había algo bastante interesante que ya habíamos podido vislumbrar en la distancia. Era un puente. Pequeño, pero parecía mucho más estable que la maltrecha pasarela de madera que habíamos tenido que cruzar en las otras ocasiones.
-Bueno, al menos ya sabemos por donde cruzar -me asomo desde el inicio del puente y es entonces cuando lanzo una exclamación-. ¡Mirad eso! ¡Ahí abajo!
La bañera con nuestra comida había aterrizado directamente al fondo de la cicatriz y estaba siendo ocupada por una suerte de gusanos enormes cuyas bocas estaban llenas de dientes de aspecto imponente.
-Me parece que esos tiernos animalitos se nos han adelantado -comento con un ligero escalofrío-. Yo creo que prefiero no molestarlos mientras comen. Por otro lado tampoco tenía pensado bajar ahí abajo.
Sigue en el Barrio Derruido.
Mánia entonces intenta hacer magia tambén, sin resultado. Se enfada mucho por ello y se va gritando. Aunque enseguida parece entrenerse con otro libro. Era el que había estado leyendo Cai... cuando pudiera yo también quería echarle un vistazo. Mientras obsevábamos la rabieta de Mánia, Alicia menciona que deberíamos salir a por comida, a lo que asiento. Entonces Mánia se acerca y nos dice que vio en que dirección iban las bañeras. Así pues, con las indicaciones de Mánia y Giz a la cabeza para orientarnos, salimos en búsqueda de alimentos.
Pronto nuestros pasos nos llevan de vuelta a la horrible grieta que habíamos tenido que atravesar ya en tres ocasiones. Yo había llevado el libro de mapas para ir conociendo los lugares por los que pasábamos y lo abrí por un mapa de Rocavarancolia bastante detallado.
-Cicatriz de Arax -leí en voz alta-. Así se llama este depósito de cadáveres.
Continuamos caminando, con Giz siguiendo el rastro de la comida. No llegamos a cruzar la cicatriz y caminamos por su borde hasta que Giz se detiene. Parece bastante nervioso ya que agarra la empuñadura de su arma. Yo insintivamente hago lo mismo. Según Giz el rastro terminaba allí, pero no veíamos la bañera. Sin embargo sí que había algo bastante interesante que ya habíamos podido vislumbrar en la distancia. Era un puente. Pequeño, pero parecía mucho más estable que la maltrecha pasarela de madera que habíamos tenido que cruzar en las otras ocasiones.
-Bueno, al menos ya sabemos por donde cruzar -me asomo desde el inicio del puente y es entonces cuando lanzo una exclamación-. ¡Mirad eso! ¡Ahí abajo!
La bañera con nuestra comida había aterrizado directamente al fondo de la cicatriz y estaba siendo ocupada por una suerte de gusanos enormes cuyas bocas estaban llenas de dientes de aspecto imponente.
-Me parece que esos tiernos animalitos se nos han adelantado -comento con un ligero escalofrío-. Yo creo que prefiero no molestarlos mientras comen. Por otro lado tampoco tenía pensado bajar ahí abajo.
Sigue en el Barrio Derruido.
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