Cicatriz de Arax

Saren no hablo en todo el trayecto hasta la cicatriz, y K tampoco puso de su parte para poner fin a aquel silencio que danzaba entre los dos, solo interrumpido por el sonido de sus pasos. Al norteño tampoco le importo demasiado, enfrascado como estaba en sus propios pensamientos, tratando de entender los motivos de aquel incendio de la muerte de YR. No se le habían pasado por alto las señales de las explosiones, así que se hacía una idea del origen de estas, pero no acababa de concebir que el pequeño humano fuera capaz de hacer algo así. Su lenguaje corporal no reflejaba que ocultara aquel tipo de intenciones en su interior, aunque tenia que reconocer que en ocasiones Timmy le desconcertaba, como si dentro de él hubiera algo que no funcionara del todo bien. El chico decidió apartar aquellos pensamientos de su cabeza y dejar las sospechas y las dudas para cuando estuvieran mas fundamentadas.

Se acomodó el cadáver sobre el hombro y apretó el paso para alcanzar a la libense, que se había alejado unos metros. Saren notaba a la chica distante, y no únicamente por lo que acababa de pasar, el norteño percibía que había algo mas, algo que le preocupada a nivel personal, aunque no sabría decir el que. No estaba seguro sobre si debía preguntarle directamente o no, al fin y al cabo no debería saber siquiera que algo le rondaba la cabeza, la capacidad de su raza para leer en la gente era una invasión de la intimidad para los demás, algo que había aprendido poco a poco mediante la convivencia con sus compañeros de torreón. Prefirió contenerse y dejarlo estar, si la libense quería comentárselo ya lo haría ella misma.

-Quiero comprobar una cosa antes de arrojarlo a la cicatriz -le dijo a K una vez llegaron al borde de la fosa.

Sin esperar la respuesta de la chica, Saren bajó el cuerpo sin vida de YR hasta el suelo y se arrodillo a su lado, retirando la sabana que lo envolvía y dejándolo a la vista. Apenas era capaz de reconocer los rasgos de YR en el amasijo de carne quemada que era su rostro. Las llamas habían hecho que su piel y su carne hirvieran, destrozando y desfigurando su cuerpo de forma horrible, pero no era aquello lo que había puesto fin a su vida. El idrino se quitó el abrigo, se arremangó la camisa, y sin muchos miramientos despegó lo poco que quedaba de la camiseta de YR de su pecho, dejando a la vista las numerosas puñaladas que le horadaban. Saren no era médico, pero sabía algo de anatomía, y aunque YR no era idrino, los foners no se diferenciaban tanto de ellos en lo mas básico. Con esto en mente procedió a examinarle, contando primero las puñaladas y fijándose en los hematomas que las rodeaban. No había que ser un experto para darse cuenta de la tremenda fuerza que se había empleado para infligir cada herida, ademas del palpable ensañamiento que presentaba el cuerpo, reflejado en el excesivo numero de puñaladas. Palpando el tórax del cadáver, Saren encontró al menos tres costillas rotas, ademas de que el esternón se había hundido parcialmente.

Una vez terminó el examen superficial pasó a uno mas interno, y desenfundando su cuchillo, practico un corte profundo en el pecho destrozado. Dejó el cuchillo sobre el estómago de YR e introdujo su dedos en el corte, levantando la carne de un tirón y cogiendo el cuchillo de nuevo para terminar de despegarla de las costillas. El norteño solo estaba pendiente de su tarea, y su rostro no reflejaba ningún tipo de emoción mas allá de la curiosidad clínica. Con las manos cubiertas de sangre se dedicó a buscar en el interior de YR, deslizando los dedos entre las costillas astilladas y los órganos destrozados. No tardó demasiado, y cuando sus dedos se toparon con lo que andaba buscando, volvió a aferrar el cuchillo.

-Ya casi... -murmuró, mas para si que para K, mientras hurgaba con la punta del cuchillo en el borde interior de una de las costillas rotas-. Si, aquí esta -dijo en voz mas alta, alzando la mano y poniéndola a contraluz.

Entre el dedo índice y el pulgar el chico sujetaba una diminuta esquirla de metal, lo que sin duda era la punta de un puñal. Saren se limpió las manos ensangrentadas con la sabana que servía de mortaja al foner y se puso de pié, sacando una pequeña bolsa de cuero de uno de sus bolsillos, y guardando la esquirla dentro. Ya era entrada la mañana, y se les había hecho tarde. El chico se volvió a poner el abrigo y envolvió de nuevo el cuerpo de YR, alzándolo del suelo y acercándose al borde de la cicatriz. No sabía si debía decir algunas palabras, así que se limitó a recitar una oración propia de su tribu y arrojó el cadáver al osario que sería su tumba. En cuanto el cuerpo golpeo los huesos, estos empezaron a agitarse en tres puntos distintos, tres puntos que se dirigieron hacia el cadáver a gran velocidad. Cuando la primera estela llegó hasta YR, el norteño tubo un atisbo de un cuerpo de piel blancuzca y de una boca repleta de dientes.

-Volvamos -murmuro el idrino en voz baja, dando la espalda a la agitada cicatriz-, se hace tarde.

Continúa en el Torreón Maciel.

Al rato llegamos a la grieta repleta de huesos y gusanos y, como siempre, espero a que pasen todos para seguirles mientras vigilo ambas orillas. De vez en cuando saco la cimitarra, desconfiado de que algo de pronto nos ataque, pero vuelvo a guardarla ya que si nos atacan con una explosión podría escaparse de mi mano y herir al grupo.

<<¿Cómo será ese torreón? ¿Habrán sido ellos? ¿Y por qué, si está habitado, no les vimos en la Plaza de la Fuente ni nunca? ¿Despertaron, quizá, en otro sitio? Y aún así, la ciudad no parece tan grande para no haberles visto nunca. Pero los de Maciel... ¿Les conocerán? Nunca los han mencionado... Maciel... ¿No estaban buscando a RR después de desatar el caos en el torreón?>> y claro, la corriente de pensamiento va tachándolo de culpable, pero no tiene mucho sentido <<No puede ser, es Yrio, no es Stefan ni Tap. No tiene sentido, y mucho menos que les hiera con una explosión. ¿Y qué haría el pelirrojo cerca de Sendar, vamos a ver? ¿Pueden haber sido los de Sendar los causantes de este follón? Maldita sea, demasiadas cuestiones sin poder resolver de momento. Por los Grandes Felinos, cruza la maldita grieta y soluciona esto cuando lleguemos, deja de darle vueltas al asunto sin tener pruebas y céntrate en llegar vivos, que aún falta>>

Sigue en el Torreón Sendar.

"¿En qué coño estaba pensando cuando decidí ponerme esta mierda en los brazos?"
Lo que al principio había parecido una buena idea, al finl se había convertido en una tortura. Las telas húmedas de los brazos al principio habían cumplido con su función, aliviándome el dolor, pero a medida que avanzábamos por la ciudad habían ido rozando poco a poco las quemaduras, hasta producir un dolor aun peor que el que ya tenía. Harto ya, había acabado quitándomelas cuando llegamos a la cicatriz.
Fuimos cruzando uno a uno mintras Atol se quedaba vigilando hasta el final.

Antes, en el torreón, la bronca de Tap había sido la gota que colmó el vaso, y si el libense no hubiera puesto al repoblador en su sitio yo probablemente lo habría matado, algo que me apetecía y me asustaba a partes iguales.

Un resbalón justo cuando terminaba de cruzar me devolvió a la realidad.
"Céntrate. Tienes un sinhadre al que salvar, y no vas a lograrlo si te matas por el
camino"

Sigue en el Torreón Sendar.

Alejándose prudentemente de lo que Wintel y Branniel señalaron como la avenida de las casas carnívoras, los macieleros habían pasado cerca de dos horas buscando mobiliario y materiales varios con los que reparar con magia los dañados muros internos del piso inferior de Maciel. El trabajo de los sueños de Shizel no era precisamente el de albañil, pero si uno podía ser un albañil mágico la perspectiva tenía bastante más clase.

El idrino había subido levitando cerca de las ventanas de los edificios elegidos, habiendo hecho sus compañeros las comprobaciones necesarias para asegurar que eran relativamente seguros. Una vez dentro sacaba el botín levitando fuera, o pedía a DL que lo hiciera en su lugar con lo más ligero para equilibrar el gasto de magia. El balance final de aquellas exploraciones había sido más madera, escombros con los que el idrino pensaba arreglar las paredes de piedra del salón, y la flamante adquisición de un sofá de tres plazas que había visto tiempos mejores allá cuando la instrucción militar en Idris se hacía con piedras afiladas.

Habría emprendido el camino de vuelta levitando también (la sensación era increíble una vez se hubo acostumbrado a ella), pero de mala gana admitió que era más inteligente ahorrar energías. Así pues empleó su concentración en llevar a golpe de levitación el botín. Habían puesto todo lo que habían encontrado sobre el tresillo y éste era lo único que flotaba para no gastar magia y concentración de más.

Una vez en la Cicatriz Shizel cruzó primero con el pensamiento de llegar cuanto antes a Maciel, dejar caer aquella carga a plomo, coger todos los cargadores posibles y ponerse a trabajar. Estaba cansado, pero se estaba haciendo a la idea de que le quedaba bastante por hacer.

Sigue en el Torreón Maciel.

No podía dejar de pensar en la traición de Pablo, era como un ciclo en mi cabeza que no se paraba de repetir. Aunque ayudé un poco a buscar materiales entre las ruinas, realmente estaba más bien ensimismado. Solo había que mirar mi cara para saber que aquello me había afectado.


Me coloqué en ultimo lugar de la diligencia que improvisó Shizel con su magia, al ver todos aquellos trasto flotar y moverse sin esfuerzo por un momento entendí la decisión que Pablo había tomado; Realmente la magia facilitaba las cosas pero pagando un elevado precio… un precio que tarde o temprano todos los que la estaban usando pagarían… y ahora Pablo…


“….Wintelgy….. – Escuché como una voz procedente de detrás de mí me llamaba a lo lejos-“


Me giré y me quedé parado en el sitio con la esperanza de que quizás fuera Pablo arrepentido que venia corriendo a pedirme perdón… pero allí no había nadie y pensándolo mejor, aquella voz no era de nadie conocido.


Debí confundir algún tipo de ruido por mi nombre, volví a la cola de la dirigencia que iba de camino a casa.


Sigue en Torreón Maciel.

Desde la llegad a la ciudad, habían tenido que ser un poco de todo, cocineros, albañiles, destructores de edificios, que no seria un oficio exactamente pero que parecía darseles de maravilla. Si cobraran por cada destrozo que uno u otro habían provocado en la ciudad tendrían ya una buena cuenta de ingresos.

La búsqueda de mobiliario mas o menos decente, que no estuviera en edifico que pudieran explotar o comérselos llevo bastante tiempo, pero cuando finalmente consiguieron encontrar zonas seguras comenzaron a trabajar. DL tuvo que hacer uso de algunos hechizos de levitación para ayudar a Shizel con las partes menos pesada, pues no hizo falta mucho para darse cuenta que era imposible para el el intentar siquiera levitar el sofá, el objeto mas grande que habían obtenido. Finalmente terminaron de cargar casi todo sobre el sofá, DL cargo en manos algunos maderos algo anchos para quitarle peso a Shizel llevando al hombro a su vez lo que había pescado y con todo eso, presentando una escena particular con ese sofá flotando sobre ellos, se encaminaron a Maciel.

Sigue en el Torreón Maciel.

Todo lo que sucedió en Letargo me sorprendió bastante. Primero, por ver al guerrero (¿Serokrai?), tan quemado, explicable por lo que les había pasado delante del llamado torreón Sendar. «Parece que hoy es el día de las bombas y los incendios», pensé con un humor un tanto negro. La respuesta de los letarguinos a nuestra petición fue entendible por lo que había pasado, «Aunque podrían dejar de hablar como si hubiésemos venido con exigencias», reflexioné, un tanto molesto con la actitud de algunos de ellos.

Con las tablas de Seon, que contenían algunos dibujos curiosos y muy bien hechosm salimos del torreón y nos pusimos a buscar edificios en los alrededores. Por suerte, recordé dónde estaban las casas carnívoras y nos mantuvimos bien alejados de la calle, sin ganas de provocar un peligro mayor que el que de por sí entrañaba lo que estábamos haciendo. Gracias a la Luna, ningún edificio se nos derrumbó y no encontramos alimañas peligrosas.

Al volver hacia Maciel y cruzar la cicatriz me fijé en lo fácilmente que podíamos cargar con aquello gracias a la magia. Abatido, recordé que todavía no había podido averiguar qué era aquello que hacía a uno capaces para realizarla y a otros no, y mucho menos había descubierto si era posible obtener la magia de alguna forma. «Creo que mi única esperanza consiste en que la Luna me la otorgue».

Esperando que no hubiese pasado nada grave en el Torreón, seguí al resto del grupo hacia donde se encontraba Maciel.

Sigue en el Torreón Maciel.

Llegaron ala cicatriz que atravesaba la ciudad antes de lo que hubiese esperado, tenían bastante prisa en llegar a Maciel de una vez. DL no decía nada de lo ocurrido rato antes y a juzgar por las expresiones de Karime mientras atravesaban el puente que atravesaba la cicatriz, era lo mejor. No era tan bueno como Shizel o Saren leyendo los gestos y expresiones de la gente, ni de lejos, pero Karime era alguien emocional y no era difícil notar cuando no estaba de humor.

-Hey Karime, ¿estas bien?- pregunto aun a riesgo de acabar siendo tirado a la fosa que atravesaban por el precario puente, mirándola detenidamente mientras atravesaban finalmente la cicatriz- Pareces molesta desde hace rato -añadió no sabiendo si iba a recibir respuesta e imaginándose en cierta forma porque estaba así tras recordar sus palabras de antes de que salieran de Maciel.

Karime estaba enfadada, muy enfadada, tan enfadada que DL tuvo suerte de hablarle al pasar la cicatriz y no antes, o seguramente la líbense se hubiera asegurado de hacerle un disfraz de YR. Pero, por mucho que tuviera la imperiosa necesidad de desmembrar al que le hablara, no estaba enfadada con sus compañeros, ni siquiera con Yrio, el cual se había ido de la misma manera que había venido, por lo que, por un momento, Karime pensó que sería algún tipo de alucinación del edificio. Con quien estaba sumamente enfadada la líbense era con ella misma. Con ella misma y con la ciudad por sacar la peor parte de ella. Era como si ella, siempre fuerte y valiente, al estar en esa ciudad se volviera débil y vulnerable. Porque si, la causante era la ciudad y no sus habitantes. Eso era algo de lo que se había dado cuenta hacía relativamente poco. La ciudad era un ente con conciencia propia, ella marcaba los ritmos y a Karime y a sus amigos solo les quedaba seguirlos o perderse y morir. Y, por lo visto, a la ciudad le gustaba torturar. Karime no tenía muy claro si lo hacía por simple capricho o como una especie de prueba, solo sabía que de no seguir el ritmo acabaría como YR. “La ciudad está jugando conmigo y esta vez voy a seguirle el juego.” Pensó mientras cruzaba la cicatriz. Ignoró a DL concentrada en oir las palabras susurradas con las que esperaba que la ciudad se comunicara con ella. “Venga, Rocavarancolia, saca tus monstruos, demuéstrame tus milagros y tus portentos, toca una canción de guerra para que yo te acompañe danzando.” Y entonces el suelo tembló.
 
Como si la ciudad se hubiera comunicado con ella, sintió el retumbar de los pasos del trasgo mucho antes de oir su rugido, aunque solo tuvo tiempo para guardar las espadas y sacar y cargar el arco. El trasgo enseguida los alcanzó. Karime, que había contado con más tiempo, no pudo evitar que el ser se hiciera con Marina. Últimamente, no le gustaba e incluso le resultaba desagradable estar en presencia de la varmana, pero no iba a dejarla morir por ello. Al mismo tiempo que atisbaba por el rabillo del ojo al cobarde Aleksei huyendo, se había dado la vuelta para apuntar directamente al tobillo del trasgo, al talón de Aquiles, para ser más específicos, en un intento de causarle al monstruo el dolor suficiente como para que el interés en Marina se viera mermado, la soltara y estuviera distraído el tiempo suficiente como para que la varmana tuviera una posibilidad de salir con vida.
 
-         -  ¡DL, cuando la suelte, la coges y os vais cagando leches al torreón!- le gritó por encima de los gruñidos del trasgo. Ante la probable negación del foner, alegando, seguramente, lo que ellos llamaban su temeridad, la líbense añadió.- ¡No aré nada que ponga en peligro mi vida y me escaparé en la mínima oportunidad, tranquilo!

Todo fue demasiado rápido para procesarlo, por suerte para el tuvo bastante reflejos y evito ser atrapado por aquella criatura, pero Marina no tuvo la misma suerte. DL se quedo paralizado por décimas de segundo pero logro ponerse en movimiento cuando vio a Aleksei  huyendo sin mirar atrás "No se si llamarlo cobarde o considerarlo inteligente" pensó con rapidez, mientras desenvainaba pues esa criatura tenia pinta de tener una enorme fortaleza y ser increíblemente rápida. Escucho a toda velocidad el plan de Karime, dudaba mucho que una simple flecha fuese a hacerle mucho daño a aquella criatura y en caso de hacérselo, había altas probabilidades que en vez de soltar a Marina la estrujara cual bichito.

-¿Una flecha? ¡Eso es como una espinita de pescado para ese bicho! ¿Estas viendo su envergadura?- pregunto incrédulo de que realmente la libense pensara que eso pudiera funcionar, eso si la flecha no se rompía contra la piel grisáceo de la criatura aquella, pues tenia pinta de tener un cuerpo resistente por donde se le viera.  Tarde la libense disparo y DL se puso de los nervios. Empezaba a impacientarse, lo cual nunca era bueno dado sus estados de paranoias repentinos. Maldijo a todo lo maldecible cuando por su cabeza empezó a ver la escena que pasaría a continuación como si fuese una imagen futura, Karime disparado la criatura sin ningún daño, Marina convertida en pinchito de varmana y ellos dos en postre. DL sacudió la cabeza, evaluando al la criatura, esta aprecia tener una piel fuerte pero una zona blanda. Se acerco rápidamente a la libense mientras sacaba sus armas y susurraba- Apunta a los ojos ahora, y por lo que mas quieras, dale , intentare que no se pueda mover -dijo mientras desenvainaba la katana antes de ver cualquier reacción en la criatura al disparo, sin fiarse ni un pelo "Me estoy volviendo suicida por momentos" pensó preparando un un hechizo de inmovilizacion para lanzarselo al trasgo en cuanto vio a Karime preparada para disparar de nuevo. Realizo el hechizo pidiendo que funcionara.

Karime estuvo a punto de acollejar a DL por su inutilidad.

- ¿¡Pero qué te crees, qué no lo sé!?- le espetó gritando mientras veía como su flecha salía disparada y se clavaba en la zona exacta.- ¡No esperaba que hiciera más de lo que ha hecho, joder! Pero, ¿Qué querías? ¿Qué me arriesgara a darle a Marina?

Al ver que la flecha se clavaba, pero no lo distraía, Karime maldijo. La líbense había sido plenamente consciente de que su plan no había sido el correcto, pero en ese momento no sabía que debía haber hecho desde su posición para alterar a la bestia sin dañar a Marina. Aunque parecía que la parte de la provocación había surtido efecto. El trasgo se estaba acercando a ellos. Karime estaba cargando una nueva flecha en su arco cuando DL le dijo que le disparara al ojo. Ella bufó exasperaba. “¿Tan estúpida creía que era como para decirle lo que tenía que hacer?” Pero, quizás, sí que lo era, porque ese pensamiento la había distraído el tiempo suficiente como para que el trasgo llegara a ella. No había tenido en cuenta su velocidad y de ese momento en adelante nunca más podría volver a calcular las distancias. Por culpa de, o más bien gracias a, su condición líbense, las uñas clavándose y rasgándole la piel no le dolieron tanto como un accidente de esa categoría debería, pero, aun así, lo hizo. Y cómo lo hizo…. De los rasguños de su cara brotaba sangre y de su ojo malherido, líquidos oculares. La parte izquierda de su cara ardía. Por culpa del dolor y de un súbito ataque de calor que le estaba dando, cayó al suelo. Soltó un grito amargo, intento levantarse y tropezó. “Tú lo has querido.” Se dijo a sí misma. “Te lo has buscado por provocar a la ciudad.” Ni siquiera había tenido que formar la vista de su ojo izquierdo para darse cuenta de que ya no veía. De un manotazo se retiró la sangre que cubría su ojo sano y miró al trasgo de nuevo. Marina había perdido la cabeza devorada por el monstruo. Ya nada podían hacer por ella. Estaban derrotados.

Ante este ultimo pensamiento que le saltó en la mente sin permiso, se enervó. “¿Derrotada? ¿Yo? Antes tendrían que arrancarme todas las extremidades, la lengua y el otro ojo.” Pensó con fuerzas renovabas, aunque era consciente de que no las suficientes como para enfrentarse cara a cara de nuevo. La única salida que tenían era escapar. Ya no podían hacer nada por la varmana y parecía que el monstruo se liberaba con facilidad de los hechizo. Y, además, para que mentir, Karime no se encontraba en su mejor momento. Pero, a pesar de todo, era líbense y, por ende, orgullosa. Levantándose  con la sangre y el humor derramándose por sus mejillas, con el ojo palpitando, recogió la flecha que se le había caído al suelo y volvió a cargar el arco.

- ¡Eh, bicho! Como dicen en mi tierra: ojo por ojo.- y disparó.

1-60 acierto 61-100 fallo

El miembro 'Muffie' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 69, 95, 100

Casi vio todo lo sucedido a cámara lenta, apenas si escucho la reclamación de Karime. En un momento la flecha se había clavado cual espinita en piedra en el talón de de la criatura y al segundo siguiente esta les embestía, DL fue lo mas rápido que pudo peor ni aun así consiguió frenar a la criatura a tiempo de que no le arrancase el jo a Karime ante el horror del foner. Que sintió como todo su cuerpo se entumecía ante la visión sintiendo las nauseas recorriendolo, cosa que no mejor en lo mas mínimo cuando vio como Marina, pedía la cabeza entre la fauces de ese bicho que ahora los miraba como si ellos fuesen su postre.

Para el foner su visión se volvió roja por unos segundos ante la sangre goteante que se deslizaban entre los colmillos del trasgo. Su estomago amenazo con echar todo su contenido , pero tuvo que serenarse a duras penas, no era momento de ponerse a vomitar ni a dejarse llevar por el miedo, debían escapar, antes de que ese monstruo que la ciudad les echaba encima decidiera convertirlos en un plato mas de su comida. "Mierda, mierda, mierda..." se decía una y otra vez intentando recomponerse lo mas rápido posible. Era la primera vez que veía a uno de sus compañeros morirse literalmente frente a sus ojos, sus manos temblaban y agarraban con fuerza la alarma que les había entregado Shizel amenazando con romperla y dar el aviso. Pero algo se lo impidió. Karime, que había acabado tirado por el suelo por el ataque se levanto y sin parecer importarle su herida disparo de nuevo a la criatura, con tan mala suerte que fallo...eso fue lo que hizo despertar al foner. "¿Que hago quieto joder?, ella esta herida y aun así pelea y no se rinde...yo no puedo hacer nada, maldita sea. Debemos largarnos" pensaba furioso consigo mismo, le daba igual en esos momentos parecer un cobarde, tenia claro que debían escapar. Marina ya no tenia salvación, solo quedaba ellos. Vio a la libense tomando el arco para disparar de nuevo. Probablemente Karime no pensaba moverse de allí hasta librarse de aquella criatura y no pensaba dejarla ahí, así que solo había una solución.

-Ya puedes matarme luego si seguimos vivos-murmuro el foner golpeándola en la nuca con el mango de la katana y echándosela al hombro, tardando décimas de segundos en pronunciar el hechizo de inmovilizacion sobre el trasgo y echando a correr justo después con la libense a cuestas. No pensaba quedar esperando si su hechizo duraba mas o menos tiempo, solo corrió con todas sus fuerzas y sin sentir prácticamente el peso de la libense sobre el por la adrenalina que recorría. Ya luego pensaría en las consecuencias, lo importante ahora era escapar.

Por un segundo en su huida, DL que imaginaba cosas cuando escucho un gruñido tras el,al principio se aterro pensando que la criatura los seguía, pero apenas segundo después escucho un voz gritándoles, cosa que lo sobresalto y y colmo sus nervios, haciéndole girarse sorprendido aun a riesgo de que Karime casi se le cállese y de acabar siendo devorado por el trasgo. Acto tal vez suicida dada la situación, pera esa voz no aprecia provenir de la criatura que habían enfrentado ni por asomo, la cual era mas bien una bestia sin razonamiento. Allí no había nada, ninguna criatura con los colmillos manchados en sangre de su compañera, solo un hombre alto de piel realmente blanca, pudiendo competir perfectamente con la propia y con un aspecto ...oscuro, si se le podía decir con simpleza y bastante extravagante, con adornos de huesos de los que prefería no saber su procedencia y un cabello tan negro como la ropa que llevaba. Destacaba desde luego. 

Lo como lo viera no le daba buena espina, a esas alturas nada de aquella ciudad se la daba, pero el que ese hombre estuviese allí y ni rastro de la criatura le resultaba desconcertarte "¿Donde fue?, ¡si hace unos segundos estaba allí!" se preguntaba DL cada vez mas nervioso mirando a todos lados no fuese parecer esta en cualquier lugar y ese hombre solo fuese una distracción, pero anda ocurrió solo seguía ese hombre ahí gritándole esas cosas que le resultaba algunas incomprensibles pero que atrajeron su atención cuando menciono la "La luna...esa de la que hablaba Branniel, la que nos va a cambiar de alguna forma" pensaba rápidamente procesando la palabras dichas por aquel sujeto. "¿De donde sale este tipo, donde esta la criatura...? mierda me voy a terminar volviendo loco"  se empezaba a frustrar, debían volver al torreón como prioridad. A Karime tal vez no le doliera la herida, según sabia de los libenses, pero aun así esta era de cierta gravedad y podría infectarsele o algo peor, debía recibir tratamiento rápido. Pero ¿cuantas probabilidades hay de toparse con alguien de la ciudad? La única vez que vieron a alguien que viviese allí fue a ese sujeto que mato ala quimera y no pudieron hablar gran cosa con el... no le dio mucho tiempo a pensar en aquello o en decidirse, Karime empezó a revolverse sobre su hombro empezando a espabilarse del atontamiento. 

-Estate quieta el bicho ese no esta...- dijo rápidamente ala libense para que dejara de revolverse viendo a aquel hombre con atención al caer en la cuenta, en verdad debería resultarle evidente dada la situación. El bicho ese no estaba, el tipo ocupaba su lugar y había mas sangre que antes por el suelo- ¿Lo has matado? - pregunto observandolo entre incrédulo y desconfiado mientra soltaba la libense con cuidado y le hacia un hechizo de curación para al menos parar el sangrado aunque fuese. Seguía en tensión y con la katana fuertemente sujeta en la mano casi haciéndole daño mientras realizaba el hechizo sobre la libense sintiendo como cierto cansancio empezaba apoderarse de el- ¿Puedes decirnos que era esa cosa? ¿Y que eso que va a ocurrir con la luna que no paran de mencionar? -pregunto no muy seguro de que fuese a responderle o siquiera atacarles, aunque era algo que dudaba de algún modo, si quisiera atacarles no se habría librado de la criatura aquella y solo habría tenido que dejar que los terminara cogiendo y devorándolos. Eso claro si sus suposiciones no eran erróneas y acababan siendo atacados por detrás. "Estoy loco, que hago aquí aun, debería largarme ya con Karime" se repetía una y otra vez maldiciéndose