Torreón Letargo (Archivo V)
+13
Evanna
Dal
Daninokuni
Leonart
Yber
Kanyum
Giniroryu
Red
Aes
Muffie
Seth
Aliera W
Rocavarancolia Rol
17 participantes
- Rocavarancolia Rol
Torreón Letargo (Archivo V)
05/08/13, 03:54 am
Recuerdo del primer mensaje :
Este torreón de cuatro plantas está completamente cubierto de enredaderas, por lo que en un inicio es un poco complicado encontrar la puerta, algo más pequeña que en los otros torreones. El puente levadizo suele estar bajado, y da a una franja de tierra que rodea la parte delantera del torreón. Los capullos de las flores, que solo se abren con la Luna Roja, despiden al anochecer una fragancia que atonta y adormece a quien la huele. En el patio tiene suelo de tierra y también está repleto de plantas, en su mayoría secas o raquíticas. En el centro hay una estatua de una ninfa atravesada por cientos de estacas.
- Ver mensajes anteriores (click aquí):
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
12/02/15, 01:45 am
Asintió en respuesta a la explicación de Sekkeh y, tras titubear unos segundos, añadió un comentario.
—Gracias por haber actuado tan rápido para defender a Varsai. Creo que yo no hubiese sido capaz de reaccionar a tiempo…
En realidad no lo creía, sino que estaba completamente segura de ello. Su estado y el miedo probablemente le hubieran hecho realizar alguna acción torpe e inadecuada, por no hablar de que no se hubiese atrevido a utilizar el arco porque si de normal no se fiaba de su puntería, mucho menos lo haría bajo presión. Y, al contrario que Roaxen, no creía que matar a Armonía hubiese sido la opción correcta teniendo en cuenta que entre todos habrían podido reducirla más pronto que tarde fuese como fuese. El intara había sido un tanto imprudente, tal y como probaba la cataplasma que llevaba sobre el brazo, pero no podía culparlo por haber reaccionado de manera impulsiva. La vida de la varmana había estado en peligro durante unos instantes.
Había vuelto a centrarse por completo en preparar la cena y la llamada de atención del ulterano junto con el sonido del cuchillo al apoyarse en la encimera la cogieron desprevenida y realizó mal el siguiente corte en el pescado del que se estaba encargando al haber dirigido una mirada inquisitiva sin detener su propio cuchillo. Maldijo para sí de forma casi inaudible y se apresuró a arreglar el estropicio como pudo antes de imitar a su interlocutor y apoyar el utensilio para atenderle.
La lacustre abrió la boca y la volvió a cerrar nada más escuchar el final de la disculpa del intara. Cuando Sekkeh empezó a hablar, había sentido una punzada de la vergüenza que aún sentía por lo sucedido, creyendo que iba a recriminarle algo, y su sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba prácticamente lo opuesto. La idrina se giró, dando la espalda a la encimera y apoyándose ligeramente en esta sin saber muy bien qué decir. Sin duda podría haberse esperado más cosas aparte de una recriminación, ya que Sekkeh podría haber elegido no darle mayor importancia a su comportamiento, pero no una disculpa. No era difícil de deducir, pues, que los ulteranos no compartían los mismos protocolos sociales en todas las situaciones a pesar de las similitudes que ya habían observado.
—No… Verás —se apartó el pelo rápidamente antes de girarse hacia el intara—, es… es al contrario. Si eso hubiese sucedido en Idris, los que hubiesen creído mi excusa no le habrían dado mayor importancia, pero si alguien se diese cuenta de que no estaba siendo del todo sincera… —Hizo una pausa al darse cuenta de lo que estaba diciendo y enrojeció ligeramente—. Sí, es verdad, mentí al respecto. Tenías razón en realidad y sí estaba muy agobiada. Hacía mucho tiempo que no me encontraba rodeada de tantos… —Vaciló unos instantes, pero enseguida decidió que era preferible no corregir ya que no tenía por qué interpretarse de una única manera y siguió hablando tratando de ignorar la agitación interna debido al desliz y poniendo cuidado en que no se reflejase externamente—. El hecho de mostrar incomodidad hubiese sido visto como algo muy poco apropiado, ya que quiere decir que hice sentir incómodos a los demás, al notarlo. —Hizo una pausa en la que suspiró levemente—. Supongo que para los ulteranos es diferente y a lo mejor ninguna otra especie comparte mis inquietudes, no lo sé. Pero aun así no estuvo bien, debí haber afrontado la situación con más entereza o tal vez haber desplazado el foco de atención mucho antes para evitar la situación o… no lo sé. Pero no tienes nada por lo que disculparte —añadió con un gesto en el que imprimía firmeza a su afirmación.
—Gracias por haber actuado tan rápido para defender a Varsai. Creo que yo no hubiese sido capaz de reaccionar a tiempo…
En realidad no lo creía, sino que estaba completamente segura de ello. Su estado y el miedo probablemente le hubieran hecho realizar alguna acción torpe e inadecuada, por no hablar de que no se hubiese atrevido a utilizar el arco porque si de normal no se fiaba de su puntería, mucho menos lo haría bajo presión. Y, al contrario que Roaxen, no creía que matar a Armonía hubiese sido la opción correcta teniendo en cuenta que entre todos habrían podido reducirla más pronto que tarde fuese como fuese. El intara había sido un tanto imprudente, tal y como probaba la cataplasma que llevaba sobre el brazo, pero no podía culparlo por haber reaccionado de manera impulsiva. La vida de la varmana había estado en peligro durante unos instantes.
Había vuelto a centrarse por completo en preparar la cena y la llamada de atención del ulterano junto con el sonido del cuchillo al apoyarse en la encimera la cogieron desprevenida y realizó mal el siguiente corte en el pescado del que se estaba encargando al haber dirigido una mirada inquisitiva sin detener su propio cuchillo. Maldijo para sí de forma casi inaudible y se apresuró a arreglar el estropicio como pudo antes de imitar a su interlocutor y apoyar el utensilio para atenderle.
La lacustre abrió la boca y la volvió a cerrar nada más escuchar el final de la disculpa del intara. Cuando Sekkeh empezó a hablar, había sentido una punzada de la vergüenza que aún sentía por lo sucedido, creyendo que iba a recriminarle algo, y su sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba prácticamente lo opuesto. La idrina se giró, dando la espalda a la encimera y apoyándose ligeramente en esta sin saber muy bien qué decir. Sin duda podría haberse esperado más cosas aparte de una recriminación, ya que Sekkeh podría haber elegido no darle mayor importancia a su comportamiento, pero no una disculpa. No era difícil de deducir, pues, que los ulteranos no compartían los mismos protocolos sociales en todas las situaciones a pesar de las similitudes que ya habían observado.
—No… Verás —se apartó el pelo rápidamente antes de girarse hacia el intara—, es… es al contrario. Si eso hubiese sucedido en Idris, los que hubiesen creído mi excusa no le habrían dado mayor importancia, pero si alguien se diese cuenta de que no estaba siendo del todo sincera… —Hizo una pausa al darse cuenta de lo que estaba diciendo y enrojeció ligeramente—. Sí, es verdad, mentí al respecto. Tenías razón en realidad y sí estaba muy agobiada. Hacía mucho tiempo que no me encontraba rodeada de tantos… —Vaciló unos instantes, pero enseguida decidió que era preferible no corregir ya que no tenía por qué interpretarse de una única manera y siguió hablando tratando de ignorar la agitación interna debido al desliz y poniendo cuidado en que no se reflejase externamente—. El hecho de mostrar incomodidad hubiese sido visto como algo muy poco apropiado, ya que quiere decir que hice sentir incómodos a los demás, al notarlo. —Hizo una pausa en la que suspiró levemente—. Supongo que para los ulteranos es diferente y a lo mejor ninguna otra especie comparte mis inquietudes, no lo sé. Pero aun así no estuvo bien, debí haber afrontado la situación con más entereza o tal vez haber desplazado el foco de atención mucho antes para evitar la situación o… no lo sé. Pero no tienes nada por lo que disculparte —añadió con un gesto en el que imprimía firmeza a su afirmación.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
12/02/15, 10:02 pm
Mientras el intara seguía trabajando el pescado no dejaba de prestar atención a las palabras de la idrina, que expuso su punto de vista de lo sucedido invalidando de esa manera la preocupación previa de su interlocutor. Al parecer ambos habían malinterpretado las acciones del otro, dando pie a una situación incómoda completamente innecesaria. Ahora que conocía todos los detalles Sekk no podía evitar una sonrisa, gesto que esbozó antes de volver a tener la palabra.
—Yo no soy precisamente un ejemplo adecuado de ulterano "común" —empezó, haciendo el gesto de las comillas con las manos antes de aclararlas y secarlas con un trapo—, así que no puedo hablar por mi planeta de origen, pero lo que sí es cierto es que en la ciudad de la que provengo es norma el ser algo transparente con tus opiniones. Vivir en un barco implica que tarde o temprano todo el mundo conoce a todo el mundo, supongo, y si hay rencillas o desacuerdos por ocultar tu punto de vista sobre un tema la cosa no funciona. En realidad soy bastante franco ya de por sí, por lo que creciendo en un sitio así me acostumbre a decir siempre la verdad. No me importa reconocer que me incomodan las multitudes, por ejemplo, y considero más importante el bienestar de las personas que la impresión que causan de cara a la sociedad...
La cena ya casi estaba lista y solo restaba que terminará de cocinarse a fuego lento, así que para ahorrar tiempo Sekk empezó a limpiar lo que habían ensuciado. Era la primera vez que hablaba tanto desde que había llegado a la ciudad, y curiosamente no le estaba costando demasiado.
—En cualquier caso y como tu bien has dicho es una cuestión de puntos de vista, supongo, y no es extraño que dos sociedades de mundos distintos tengan diferentes puntos de vista sobre algunos temas —rió con suavidad—. Me alegra haberlo aclarado, de todos modos, y me asegurare de recordarlo para la próxima vez. No es necesario, sin embargo, que ocultes tu incomodidad en el futuro si estás hablando conmigo de cualquier cosa —era un ofrecimiento espontáneo que no tenía nada que ver con el trauma de la lacustre, del que por descontado el intara no estaba al tanto—. Lo que quiero decir es que no me voy a ofender de ningún modo si te apetece tomar el aire cuando estemos conversando —concluyó, revolviéndose el pelo con gesto distraído. Solo pretendía ser amable.
—Yo no soy precisamente un ejemplo adecuado de ulterano "común" —empezó, haciendo el gesto de las comillas con las manos antes de aclararlas y secarlas con un trapo—, así que no puedo hablar por mi planeta de origen, pero lo que sí es cierto es que en la ciudad de la que provengo es norma el ser algo transparente con tus opiniones. Vivir en un barco implica que tarde o temprano todo el mundo conoce a todo el mundo, supongo, y si hay rencillas o desacuerdos por ocultar tu punto de vista sobre un tema la cosa no funciona. En realidad soy bastante franco ya de por sí, por lo que creciendo en un sitio así me acostumbre a decir siempre la verdad. No me importa reconocer que me incomodan las multitudes, por ejemplo, y considero más importante el bienestar de las personas que la impresión que causan de cara a la sociedad...
La cena ya casi estaba lista y solo restaba que terminará de cocinarse a fuego lento, así que para ahorrar tiempo Sekk empezó a limpiar lo que habían ensuciado. Era la primera vez que hablaba tanto desde que había llegado a la ciudad, y curiosamente no le estaba costando demasiado.
—En cualquier caso y como tu bien has dicho es una cuestión de puntos de vista, supongo, y no es extraño que dos sociedades de mundos distintos tengan diferentes puntos de vista sobre algunos temas —rió con suavidad—. Me alegra haberlo aclarado, de todos modos, y me asegurare de recordarlo para la próxima vez. No es necesario, sin embargo, que ocultes tu incomodidad en el futuro si estás hablando conmigo de cualquier cosa —era un ofrecimiento espontáneo que no tenía nada que ver con el trauma de la lacustre, del que por descontado el intara no estaba al tanto—. Lo que quiero decir es que no me voy a ofender de ningún modo si te apetece tomar el aire cuando estemos conversando —concluyó, revolviéndose el pelo con gesto distraído. Solo pretendía ser amable.
- Aliera W
Ficha de cosechado
Nombre: Sigrún
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, orientación y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
13/02/15, 07:09 pm
Sigrún se levantó enfadado. Sekk se había ido a la mitad de la noche y había pasado olímpicamente de sus planes; tendría que esperar más para verle enfadado, y eso no le gustaba. Además, había descubierto que le quedaba menos de la mitad del bote de pomada para la piel que solía llevar en los bolsillos.
En el desayuno vio a sus compañeros de torreón con unos mamotretos que, como se enteró poco después, ni siquiera podían leer. Se dedicaban a mirar los dibujitos y mirar el texto indescifrable, como niños intentando leer un cuento de pictogramas que tan sólo comprendían las imágenes. Para colmo, no dejaban de hablar de la supuesta magia que hallarían en aquellas páginas viejas.
Imbéciles.
<<Si fuera magia de verdad, no estaría al alcance de cualquiera, ¿no os parece?>>
Entonces, surgió la idea de salir a buscar al resto del grupo basándose en una posibilidad de que se hubiesen refugiado en otro torreón. El albino tenía ganas de salir fuera, si bien tampoco eran muchas, y no quería que el resto comenzase a considerarlo un cobarde, pero se le antojaba demasiado incierta. Ni siquiera estaban seguros de que los otros hubiesen conseguido escapar o de que el torreón siguiera aún en pie. Finalmente, a ninguno parecía habérsele ocurrido que si dejaban su propio torreón deshabitado al volver podían encontrarse algo carnívoro en su interior. Por todo ello, Sigrún fingió una indigestión y les dejó ir. Con él se quedarían Vorela y el pollo, desde luego no la mejor compañía que podía tener. Al menos, no la más elocuente.
Regresaron horas más tarde. Efectivamente, habían encontrado a los otros –apenas recordaba alguna cara y desde luego ningún nombre- pero no todo había ido como esperaban. Al bajar de la azotea, los encontró nerviosos y excitados: a Sekk le habían disparado con una ballesta <<si no se hace el héroe revienta>> para detener una pelea, o algo así. Lo cierto era que no se había enterado del todo bien de su explicación. Sí se había quedado, sin embargo, con la repentina explosión de la tal Armonía, a la cual confundió mentalmente con Tesón.
―Intentan matar a Varsai, ¿y vosotros lo dejáis correr? Grandes amigos defensores estáis hechos. Roaxen es el único que le ha echado un poquito de agallas. A ver si se le pudren las entrañas al pájaro. Que sufra por lo que le ha hecho a Varsai.
En el desayuno vio a sus compañeros de torreón con unos mamotretos que, como se enteró poco después, ni siquiera podían leer. Se dedicaban a mirar los dibujitos y mirar el texto indescifrable, como niños intentando leer un cuento de pictogramas que tan sólo comprendían las imágenes. Para colmo, no dejaban de hablar de la supuesta magia que hallarían en aquellas páginas viejas.
Imbéciles.
<<Si fuera magia de verdad, no estaría al alcance de cualquiera, ¿no os parece?>>
Entonces, surgió la idea de salir a buscar al resto del grupo basándose en una posibilidad de que se hubiesen refugiado en otro torreón. El albino tenía ganas de salir fuera, si bien tampoco eran muchas, y no quería que el resto comenzase a considerarlo un cobarde, pero se le antojaba demasiado incierta. Ni siquiera estaban seguros de que los otros hubiesen conseguido escapar o de que el torreón siguiera aún en pie. Finalmente, a ninguno parecía habérsele ocurrido que si dejaban su propio torreón deshabitado al volver podían encontrarse algo carnívoro en su interior. Por todo ello, Sigrún fingió una indigestión y les dejó ir. Con él se quedarían Vorela y el pollo, desde luego no la mejor compañía que podía tener. Al menos, no la más elocuente.
Regresaron horas más tarde. Efectivamente, habían encontrado a los otros –apenas recordaba alguna cara y desde luego ningún nombre- pero no todo había ido como esperaban. Al bajar de la azotea, los encontró nerviosos y excitados: a Sekk le habían disparado con una ballesta <<si no se hace el héroe revienta>> para detener una pelea, o algo así. Lo cierto era que no se había enterado del todo bien de su explicación. Sí se había quedado, sin embargo, con la repentina explosión de la tal Armonía, a la cual confundió mentalmente con Tesón.
―Intentan matar a Varsai, ¿y vosotros lo dejáis correr? Grandes amigos defensores estáis hechos. Roaxen es el único que le ha echado un poquito de agallas. A ver si se le pudren las entrañas al pájaro. Que sufra por lo que le ha hecho a Varsai.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
13/02/15, 11:50 pm
Atendió a la explicación de Sekkeh con interés mientras retomaba su parte de trabajo con la cena, aliviada de haberse quitado al menos uno de los pesos que la presionaban aquel día de encima. El alivio fue momentáneo y un tanto amargo, no obstante, porque aquello era una cuestión relativamente menor en comparación todo lo que había sucedido aquel día. Y seguía estando el hecho de que el que el intara no hubiese adquirido una opinión negativa sobre ella no quería decir que su comportamiento habría sido inaceptable para sí misma. Además, si se repetía alguien podría empezar a sospechar.
—Ojalá se pareciese más a eso en Idris… —comentó dejando escapar un leve suspiro—. Bueno, para ser justos en realidad los norteños actúan de forma parecida a lo que describes. Más de una vez hubiese querido haber nacido en el norte. Allí nadie miente y… —Permaneció pensativa unos instantes, sopesando qué era lo que quería decir ya que no podía realmente explicarse y no sabía cómo terminar la frase. Por suerte, encontró algo con lo que cubrir el hueco relacionado con lo que estaba diciendo—. ¡Ah! Pero no creas que tengo por costumbre mentir —aclaró mientras enfatizaba gesticulando y finalizaba recogiéndose el pelo tras la oreja—. En realidad en esa situación era preferible no ser sincera… O, al menos, lo sería en Idris. Pero no me gusta mentir, me siento culpable cuando lo hago.
E Irianna se sentía culpable a menudo, al fin y al cabo en aquel mismo momento se podría decir que estaba mintiendo. <<No, en realidad solo omito información…>>. Desde luego, a pesar de lo que Sekkeh acababa de asegurarle, hablar sobre su problema estaba totalmente fuera de la cuestión. Puede que los ulteranos, o al menos en el barco donde vivía el intara, no viesen algunas cosas de la misma manera que los idrinos lacustres, pero una fobia era muy diferente a un simple agobio. Especialmente cuando la fobia incluía a la persona que tenía delante.
—Lo… lo tendré en cuenta, Sekkeh Reikayame. Gracias —dijo finalmente esbozando una leve sonrisa.
Lo que el ulterano no podía saber era que su presencia la incomodaba siempre. Incluso aunque la idrina supiera que su compañero era bienintencionado, o al menos nunca había tenido motivos para pensar lo contrario de él hasta aquel momento, incluso aquel simple ofrecimiento de “contar con él” le producía un rechazo interno instintivo que se afanó por ignorar durante el resto del tiempo que invirtió terminando de cocinar junto al intara.
—Ojalá se pareciese más a eso en Idris… —comentó dejando escapar un leve suspiro—. Bueno, para ser justos en realidad los norteños actúan de forma parecida a lo que describes. Más de una vez hubiese querido haber nacido en el norte. Allí nadie miente y… —Permaneció pensativa unos instantes, sopesando qué era lo que quería decir ya que no podía realmente explicarse y no sabía cómo terminar la frase. Por suerte, encontró algo con lo que cubrir el hueco relacionado con lo que estaba diciendo—. ¡Ah! Pero no creas que tengo por costumbre mentir —aclaró mientras enfatizaba gesticulando y finalizaba recogiéndose el pelo tras la oreja—. En realidad en esa situación era preferible no ser sincera… O, al menos, lo sería en Idris. Pero no me gusta mentir, me siento culpable cuando lo hago.
E Irianna se sentía culpable a menudo, al fin y al cabo en aquel mismo momento se podría decir que estaba mintiendo. <<No, en realidad solo omito información…>>. Desde luego, a pesar de lo que Sekkeh acababa de asegurarle, hablar sobre su problema estaba totalmente fuera de la cuestión. Puede que los ulteranos, o al menos en el barco donde vivía el intara, no viesen algunas cosas de la misma manera que los idrinos lacustres, pero una fobia era muy diferente a un simple agobio. Especialmente cuando la fobia incluía a la persona que tenía delante.
—Lo… lo tendré en cuenta, Sekkeh Reikayame. Gracias —dijo finalmente esbozando una leve sonrisa.
Lo que el ulterano no podía saber era que su presencia la incomodaba siempre. Incluso aunque la idrina supiera que su compañero era bienintencionado, o al menos nunca había tenido motivos para pensar lo contrario de él hasta aquel momento, incluso aquel simple ofrecimiento de “contar con él” le producía un rechazo interno instintivo que se afanó por ignorar durante el resto del tiempo que invirtió terminando de cocinar junto al intara.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
15/02/15, 10:22 pm
Sekk no dejó de prestar atención a las palabras de su compañera mientras terminaban de preparar la cena, interesándose en silencio por las distintas sociedades del mundo de la idrina y por las aparentes diferencias entre ellas que había podido intuir. Ulterania también era un ejemplo de diversidad sociológica, todas ellas diferentes entre sí, pero el intara vivía en un lugar en el que dicha diversidad se mezclaba de forma heterogénea, y por eso creía poder entender el deseo de Irianna. No se imaginaba viviendo en un lugar con una sociedad demasiado homogénea, pues a la larga tenía que resultar sumamente tedioso.
Que fuera la única aparte de Roaxen que le llamaba por su nombre completo también le resultaba curioso, pues el mismo se había empezado a acostumbrar a que lo acortaran por comodidad. Era un detalle por parte de la escritora, sin embargo, y se propuso contarle algún día el significado que se le daba en su mundo a los nombres. Era lo menos que podía hacer teniendo en cuenta que se esforzaba en respetar ese aspecto de la cultura ulterana.
—No hay de que —respondió con una sonrisa similar, concluyendo de esta forma la conversación.
En cuanto terminaron de preparar la cena la cubrieron para que se conservará hasta la noche, llamando a continuación a sus compañeros a la mesa. Sekk comió en silencio, sin prestar demasiada atención a la prácticamente inexistente conversación, y en cuanto terminó procedió a limpiar su plato, recogiendo además lo poco que quedaba descolocado por la cocina. El resto de la tarde la empleó en leer el libro de historia del capellán sentado en un sillón, y en el salón seguía cuando llegó la hora de la cena. Fue igual de parco en palabras durante la misma, y cuando terminó se retiró a la habitación con intención de dormir.
Despertó ya entrada la madrugada, como venía siendo costumbre, y tras vestirse bajó las escaleras con intención de comer algo mientras proseguía con su lectura. Al pasar por el salón vio a Irianna dormida en el sofá, con un libro abierto y una vela apagada sobre la mesa. Debía haberse quedado hasta tarde ojeando el tomo de magia, cayendo al final rendida por el sueño. Sekk suponía que lo mejor era despertarla y mandarla a su habitación, pero prefirió no perturbar su descanso y se limitó a taparla con la manta que encontró doblada en uno de los sillones antes de enfilar de nuevo la cocina.
Que fuera la única aparte de Roaxen que le llamaba por su nombre completo también le resultaba curioso, pues el mismo se había empezado a acostumbrar a que lo acortaran por comodidad. Era un detalle por parte de la escritora, sin embargo, y se propuso contarle algún día el significado que se le daba en su mundo a los nombres. Era lo menos que podía hacer teniendo en cuenta que se esforzaba en respetar ese aspecto de la cultura ulterana.
—No hay de que —respondió con una sonrisa similar, concluyendo de esta forma la conversación.
En cuanto terminaron de preparar la cena la cubrieron para que se conservará hasta la noche, llamando a continuación a sus compañeros a la mesa. Sekk comió en silencio, sin prestar demasiada atención a la prácticamente inexistente conversación, y en cuanto terminó procedió a limpiar su plato, recogiendo además lo poco que quedaba descolocado por la cocina. El resto de la tarde la empleó en leer el libro de historia del capellán sentado en un sillón, y en el salón seguía cuando llegó la hora de la cena. Fue igual de parco en palabras durante la misma, y cuando terminó se retiró a la habitación con intención de dormir.
Despertó ya entrada la madrugada, como venía siendo costumbre, y tras vestirse bajó las escaleras con intención de comer algo mientras proseguía con su lectura. Al pasar por el salón vio a Irianna dormida en el sofá, con un libro abierto y una vela apagada sobre la mesa. Debía haberse quedado hasta tarde ojeando el tomo de magia, cayendo al final rendida por el sueño. Sekk suponía que lo mejor era despertarla y mandarla a su habitación, pero prefirió no perturbar su descanso y se limitó a taparla con la manta que encontró doblada en uno de los sillones antes de enfilar de nuevo la cocina.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
16/02/15, 03:04 pm
El resto de la preparación de la cena se hizo un poco más llevadero después de haber mantenido aquella conversación con el ulterano, aunque el día, que apenas había rebasado su mitad en aquel momento, ya había dejado completamente exhausta a la lacustre. No era la única, sin embargo, y ese cansancio se reflejó en el silencio imperante durante la comida, el cual la idrina rompió en las –escasas- ocasiones justas y necesarias. Con la misma ausencia de conversación recogió también la mesa y fregó de forma casi automática, apenas siendo consciente de lo que hacía, y cuando acabó permaneció largos segundos parada en la cocina mientras su mirada vagaba por la estancia sin ningún propósito. Finalmente sus piernas le respondieron y la idrina le sugirió a Kimbra continuar enseñándole a leer, explicándole que Varsai se había quedado dormida y no las acompañaría en aquella ocasión. En ello y en practicar con el arco se afanó durante la tarde, deseando que esta transcurriese lo más rápido posible para que finalizase aquel día.
La noche llegó por fin, pero Irianna no podía dormir. El cansancio le pesaba como una losa, pero su cabeza no quería dejar de bullir con remordimientos y recuerdos angustiosos. Se levantó de la cama y salió del cuarto lo más silenciosamente que pudo, llevándose consigo el libro de magia en su trayecto hacia el salón. Por suerte no parecía haber nadie más en la planta baja aquella noche y la idrina se acomodó en el sofá con una vela como única fuente de luz. Tendría que forzar bastante la vista para poder seguir descifrando aquella endiablada caligrafía, pero no le importaba: su objetivo no era sino cansar sus ojos hasta el punto de que su cuerpo no tuviese otro remedio que ignorar a su mente activa. Volvió a la página donde se explicaba el funcionamiento de los cristales y, con esfuerzo, terminó por constatar que no había que hacer nada más aparte de cargarlos. Bastaba con llevarlos encima a la hora de elaborar un hechizo para que cumpliesen su función. Esta no estaba demasiado clara, pero parecían ser una especie de contenedores de la energía necesaria para llevar a cabo hechizos. No estaba muy segura de si estos se podrían llevar a cabo o no sin disponer de alguno de aquellos cargadores, pero no pensaba arriesgarse a intentarlo sin uno de ellos. Estaba todavía lejos de poder hacerlo, no obstante, ya que primero debía descifrar también los pasos a seguir para realizarlos.
La magia la atraía lo suficiente como para conseguir absorberla durante un buen rato, olvidándose por momentos de todas las preocupaciones que vagaban en su mente, y cerca de una hora después había conseguido comprender que había dos elementos clave a la hora de realizar un sortilegio: los gestos y las palabras. Algunos hechizos eran más breves que otros y la idrina se centró en descifrar uno perteneciente al primer grupo, aunque no se atrevía a intentarlo sin haber comprendido cuál era su efecto exacto. Ello era complicado, pues al respecto no había más que unas anotaciones sumamente escuetas y apresuradas, pero había uno de los hechizos de pocos pasos en el que se describía su efecto como “tapar cosas” que sonaba lo suficientemente inofensivo. Le llevó un buen rato siquiera intentar ponerlo en práctica, hasta que no consiguió saber cómo se pronunciaban aquella serie de sílabas, y para su primera prueba cogió un vaso de la cocina. Le habría gustado llenarlo de agua, pero no le apetecía salir al patio a aquellas horas de la noche. Si conseguía algo ya pensaría qué hacer a continuación.
Lo intentó varias veces, pero no sucedía nada. No notaba nada ni veía ninguna chispa surgir ante ella por más que entonase las palabras y efectuase los gestos representados. Comprobó aun así que el vaso seguía igual al poder introducir su pluma en él y se dijo que debía de estar leyendo alguna sílaba mal. Por más que lo comprobó, no obstante, no consiguió encontrar el error. Dejando escapar un leve suspiro frustrado volvió a sumergir la nariz en las tediosas notas de traducción en busca de una explicación que pudiera haber pasado por alto. No llegó demasiado lejos en sus intenciones, ya que, sin ser consciente de en qué momento, sus ojos se cerraron por fin e Irianna se dejó caer en el sofá y en los brazos del sueño al fin. Más tarde, cuando todavía solo temblaba ligeramente de frío, tampoco sabría que en el salón alguien le echaba una manta por encima, la cual sujetó fuertemente en sueños justo antes de empezar a balbucear aun profundamente dormida.
La noche llegó por fin, pero Irianna no podía dormir. El cansancio le pesaba como una losa, pero su cabeza no quería dejar de bullir con remordimientos y recuerdos angustiosos. Se levantó de la cama y salió del cuarto lo más silenciosamente que pudo, llevándose consigo el libro de magia en su trayecto hacia el salón. Por suerte no parecía haber nadie más en la planta baja aquella noche y la idrina se acomodó en el sofá con una vela como única fuente de luz. Tendría que forzar bastante la vista para poder seguir descifrando aquella endiablada caligrafía, pero no le importaba: su objetivo no era sino cansar sus ojos hasta el punto de que su cuerpo no tuviese otro remedio que ignorar a su mente activa. Volvió a la página donde se explicaba el funcionamiento de los cristales y, con esfuerzo, terminó por constatar que no había que hacer nada más aparte de cargarlos. Bastaba con llevarlos encima a la hora de elaborar un hechizo para que cumpliesen su función. Esta no estaba demasiado clara, pero parecían ser una especie de contenedores de la energía necesaria para llevar a cabo hechizos. No estaba muy segura de si estos se podrían llevar a cabo o no sin disponer de alguno de aquellos cargadores, pero no pensaba arriesgarse a intentarlo sin uno de ellos. Estaba todavía lejos de poder hacerlo, no obstante, ya que primero debía descifrar también los pasos a seguir para realizarlos.
La magia la atraía lo suficiente como para conseguir absorberla durante un buen rato, olvidándose por momentos de todas las preocupaciones que vagaban en su mente, y cerca de una hora después había conseguido comprender que había dos elementos clave a la hora de realizar un sortilegio: los gestos y las palabras. Algunos hechizos eran más breves que otros y la idrina se centró en descifrar uno perteneciente al primer grupo, aunque no se atrevía a intentarlo sin haber comprendido cuál era su efecto exacto. Ello era complicado, pues al respecto no había más que unas anotaciones sumamente escuetas y apresuradas, pero había uno de los hechizos de pocos pasos en el que se describía su efecto como “tapar cosas” que sonaba lo suficientemente inofensivo. Le llevó un buen rato siquiera intentar ponerlo en práctica, hasta que no consiguió saber cómo se pronunciaban aquella serie de sílabas, y para su primera prueba cogió un vaso de la cocina. Le habría gustado llenarlo de agua, pero no le apetecía salir al patio a aquellas horas de la noche. Si conseguía algo ya pensaría qué hacer a continuación.
Lo intentó varias veces, pero no sucedía nada. No notaba nada ni veía ninguna chispa surgir ante ella por más que entonase las palabras y efectuase los gestos representados. Comprobó aun así que el vaso seguía igual al poder introducir su pluma en él y se dijo que debía de estar leyendo alguna sílaba mal. Por más que lo comprobó, no obstante, no consiguió encontrar el error. Dejando escapar un leve suspiro frustrado volvió a sumergir la nariz en las tediosas notas de traducción en busca de una explicación que pudiera haber pasado por alto. No llegó demasiado lejos en sus intenciones, ya que, sin ser consciente de en qué momento, sus ojos se cerraron por fin e Irianna se dejó caer en el sofá y en los brazos del sueño al fin. Más tarde, cuando todavía solo temblaba ligeramente de frío, tampoco sabría que en el salón alguien le echaba una manta por encima, la cual sujetó fuertemente en sueños justo antes de empezar a balbucear aun profundamente dormida.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
16/02/15, 10:03 pm
Como de costumbre, la presencia de Kimbra pasaba desapercibida a los ojos del resto del grupo y, puesto que la krabelinense dedujo que a partir de ahí nadie iba a necesitar de sus servicios, se dedicó a observar la cueva en la que aquel grupo vivía y a sus habitantes. El lugar se parecía mucho al llamado torreón en el que ellos vivían y el grupo, sin contar al ser herbario, no contaba con grandes diferencias respecto al suyo propio ni con individuos cuyos rasgos distaran mucho de los de los seres ya conocidos, al menos no tras el rápido análisis de la engendro.
Ante la falta de elementos que captaran su interés, Kimbra comenzó a aburrirse y a inquietarse. La Hija de Lunas nunca había tenido razones para odiar o desear que algo sucediera o no lo hiciera en su día, ya que su conformismo impedía que dichos sentimientos se asentaran, pero en aquel momento comenzaba a odiar su ya casi habitual inactividad y a desear poder salir a cazar o explorar con total libertad. “Si Ámarok se encontrara conmigo no tendría problema alguno en ocupar mi tiempo en su compañía.” Se dijo, sufriendo al instante cierto movimiento intestinal, o así lo supuso, que le provocó una sensación extraña y desconocida.
Pero la engendro no pudo identificar el origen de su malestar, ya que unos gritos la pusieron en alerta. Se trataba de uno de los zedims que había comenzado a gritarles e intentar atacarles, específicamente a Varsai. Sin pensarlo demasiado, Kimbra se interpuso entre el zedim y la niña con su machete desenvainado preparada para atacarla si fuera necesario, pero no lo fue, ya que en ese momento Sekkeh apareció para empujar al zedim lejos de ellas. Kimbra se mantuvo en su posición, alerta ante cualquier posible amenaza. Las reacciones se sucedieron una tras otra sin nexo ni coherencia. Algunos gritaban, otros amenazaban y otros directamente atacaban.
Y, ante el nuevo suceso, las reacciones volvieron a cambiar, siendo la mayoría de asco. El zedim había comenzado a llorar gusanos, si acaso era posible. Kimbra tenía bastante claro que de que se trataba de algún tipo de parasito, pero no podía discernir la especie, pues nunca había visto un síntoma como aquel en Krabelin. No obstante, nadie del grupo parecía tener conocimiento alguno sobre la enfermedad que su compañero padecía y o sobre cómo tratarla, por lo que se lo comunicó a Irianna al ver que nadie parecía ser consciente de ese hecho. Cuando ella le preguntó sobre sus propios conocimientos sobre el tema, la engendro le contestó que poseía un vasto conocimientos sobre parásitos y otras enfermedades, aunque no recalcó que su conocimiento se basaba única y exclusivamente en los parásitos y enfermedades propios krabelinenses, pues le pareció un razonamiento lógico y, por lo tanto, no lo creyó necesario.
Aunque había visto la herida de Sekkeh con anterioridad no había tenido oportunidad para entenderla como le correspondía hasta que estuvieron dispuestos a abandonar el torreón en el que se encontraban con la intención de volver al propio; pero, ante la escasez de tiempo, solo tuvo tiempo a desinfectar la herida lo suficiente como para que aguantara hasta su refugio, donde podría llevar a cabo las curas de forma correcta.
Siguió al grupo sin problema, asegurándose de tener a Sekkeh en su campo de visión o próximo a ella por si llegaba a requerir asistencia de urgencia. Se sorprendió cuando Varsai la rodeó con sus brazos y la apretó contra si, para luego huir escaleras arriba, y quedó mirando las susodichas algo desconcertada. Quiso ahondar en la razón de aquel extraño comportamiento, pero no tardó en recordar su cometido principal: curar la herida de Sekkeh.
Kimbra le informó de las curas que iba a realizarle, así como del material necesario del que no disponía, como era el hilo y las vendas. No tardaron en distribuirse el trabajo y pronto la krabelinense se encontraba suturando la herida del ulterano. No era la primera vez que realizaba dicho procedimiento, pues en Krabelin solía encargarse de tratar las heridas de todas las bestias que había domado, aunque estas ya no le pertenecieran; pero sí que lo era en un ser inteligente. Kimbra realizó su trabajo de forma efectiva y disciplinada, con puntos limpios y perfectamente alineados, para luego cubrir la herida con un ungüento cicatrizante a la par que anestesiante y terminar la intervención vendando la zona para evitar que el ungüento desapareciera de la piel antes de ser debidamente absorbido y que la herida fuera rozada accidentalmente o contaminada por algún agente externo. Una vez terminado el trabajo, Sekkeh le informó que su “madre”, la cual era “doctora”, aprobaría su sutura. Gracias a la conversación que había tenido días atrás con Irianna y a la misma afirmación del ulterano, la engendro pudo deducir que lo que Sekkeh le había querido decir era que su progenitora, con la que debía tener un trato similar al de los idrinos con sus progenitores, era algún tipo de costurera u ocupaba un oficio similar y que esta reconocería su reciente trabajo como, en el peor de los casos, aceptable.
La krabelinense asintió ante el agradecimiento del ulterano y, una vez hubo recogido todos sus utensilios y ante la negativa de Sekkeh ante su ofrecimiento, se encaminó al exterior para comenzar con los cuidados del huerto.
Poco tiempo después, cuando el grupo hubo terminado su segunda comida del día, Irianna le propuso retomar sus estudios y entrenamientos, pero sin Varsai ya que esta había decidido acostarse temprano. Así pasó la tarde hasta que la escasez de luz impidió seguir con el entrenamiento de forma optima. Entonces Kimbra se dispuso a prepararse su Infusión de los Infértiles y acostarse tempranamente.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
16/02/15, 11:08 pm
Miro fijamente a la israelita, es normal que no se acostumbre, nadie estaba preparado para lo que había ocurrido. Aún así hay que seguir adelante, dejarlo pasar y no darle más vueltas a la cabeza, aunque sea del todo imposible. - Te entiendo, yo aún no me creo que esté aquí en vez de en Amsterdam, mi vida era aburrida ¿sabes? Era todo tan rutinario, que los minutos eran horas.
Pero yo pienso adaptarme, no voy a dejar que este sitio de mierda me coja desprevenido. La venceré, y entonces volveré a casa tal y como el capullo ese prometió. Lo siento... me he emocionado un poco...- Digo emocionado mientras me hago a la idea. Después escucho atentamente lo que opino sobre el torreón.- Ya, tienes razón, cuando deberíamos estar unidos y ayudándonos nos intentamos matar-. Bostezo sonoramente para añadir:- Creo que me voy a dormir... si, me voy ya. Toda estas cosas te acaban pasando factura. Buenas noches Ruth-. Le digo mientras doy un largo y sonoro bostezo.
Cuando llego a mi cama prácticamente me lanzo sobre ella, me acomodo y cierro rápidamente los ojos. En lo único que pienso es en el ataque de Varsai hoy, hasta que poco a poco el sueño acaba derrotándome y me duermo plácidamente.
Pero yo pienso adaptarme, no voy a dejar que este sitio de mierda me coja desprevenido. La venceré, y entonces volveré a casa tal y como el capullo ese prometió. Lo siento... me he emocionado un poco...- Digo emocionado mientras me hago a la idea. Después escucho atentamente lo que opino sobre el torreón.- Ya, tienes razón, cuando deberíamos estar unidos y ayudándonos nos intentamos matar-. Bostezo sonoramente para añadir:- Creo que me voy a dormir... si, me voy ya. Toda estas cosas te acaban pasando factura. Buenas noches Ruth-. Le digo mientras doy un largo y sonoro bostezo.
Cuando llego a mi cama prácticamente me lanzo sobre ella, me acomodo y cierro rápidamente los ojos. En lo único que pienso es en el ataque de Varsai hoy, hasta que poco a poco el sueño acaba derrotándome y me duermo plácidamente.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
16/02/15, 11:46 pm
>>¿Realmente me entiende?<<. Es difícil cuando no lo hayo yo siquiera. Aunque me reconforta pensar que no soy la única que se siente de esta manera.
Me apiado de él, sus esperanzas y energía son fuertes, mas que las mías. Devoss tiene un gran carácter, algo que admiro en las personas. No podemos desistir, pero aún así, todos tenemos nuestros bajones.
Le sonrío mientras habla, eliminando todo rastro de llanto y debilidad. Ya me prometí no hace mucho que no volvería a llorar, y lo he incumplido, he sido débil, mucho. >>He temblado, la próxima vez no dudaré en ser igual de fuerte que Sekk, Kimbra o Devoss.<<. Sí, la dureza es la arma, debo usarla y afilarla. Se acabó el llorar, esta vez de verdad, ya he tenido suficientes desahogos y tristeza encima. He de acabar con esto.
De ahora en adelante, debo dejar de compadecerme tanto de mí, esto no es un juego, no podemos relajarnos, a la vista está lo que ha pasado al hacerlo. Ataques y lágrimas han llovido hoy como nunca en toda la cosecha. Y lo que nos espera.
-Sí, Doce es un capullo muy grande.- le digo decidida.
Y no nos equivocamos.
-Que descanses, yo me quedaré un rato más.- me despido con un gesto de la mano.
Las calles se entrecruzan de diversas formas, edificios diferentes, y supongo que monstruos diferentes escondidos a la espera de segar una vida.
Alzo la mirada a la oscura y siniestra noche, no se escucha ni un alma, ni siquiera el viento, solo silencio, el silencio que tan feliz me hace. Es reconfortante, sin tráfico, ni ruidos desagradables. Solo paz, un minuto de paz.
Y un nuevo detalle curioso me sorprende, esta vez no me asusta, pero si me intriga. Puede deberse a la posición del planeta, o miles de cosas más, pero desde que he llegado aquí, no he visto ninguna estrella en el cielo. >>¿Tan lejos inaccesibles estamos que no se ve ni una estrella?.<<.
A veces me sigo preguntando si esto no es un sueño, o si acabé muerta esa noche, la de la pelea con Imre. Y somos todos unos desgraciados difuntos que no saben ni que pertenecen a otra vida.
Pero no, sería demasiado fácil, esto es la realidad, y voy a tener que afrontarla lo mejor posible, no deja de ser una gran aventura, y una pesadilla.
Desciendo en silencio para no despertar a nadie. Me parece ver a Irianna leyendo uno de los libros extraídos de la biblioteca, pero no la saludo, no quisiera interrumpirla, y menos llamarle la atención en un momento tan solitario. La conversación sería incómoda, al menos para mí.
-Buenas noches...- susurro a nadie en particular al llegar a mi cama, en la cual, las pesadillas habitan con intensidad.
Me apiado de él, sus esperanzas y energía son fuertes, mas que las mías. Devoss tiene un gran carácter, algo que admiro en las personas. No podemos desistir, pero aún así, todos tenemos nuestros bajones.
Le sonrío mientras habla, eliminando todo rastro de llanto y debilidad. Ya me prometí no hace mucho que no volvería a llorar, y lo he incumplido, he sido débil, mucho. >>He temblado, la próxima vez no dudaré en ser igual de fuerte que Sekk, Kimbra o Devoss.<<. Sí, la dureza es la arma, debo usarla y afilarla. Se acabó el llorar, esta vez de verdad, ya he tenido suficientes desahogos y tristeza encima. He de acabar con esto.
De ahora en adelante, debo dejar de compadecerme tanto de mí, esto no es un juego, no podemos relajarnos, a la vista está lo que ha pasado al hacerlo. Ataques y lágrimas han llovido hoy como nunca en toda la cosecha. Y lo que nos espera.
-Sí, Doce es un capullo muy grande.- le digo decidida.
Y no nos equivocamos.
-Que descanses, yo me quedaré un rato más.- me despido con un gesto de la mano.
Las calles se entrecruzan de diversas formas, edificios diferentes, y supongo que monstruos diferentes escondidos a la espera de segar una vida.
Alzo la mirada a la oscura y siniestra noche, no se escucha ni un alma, ni siquiera el viento, solo silencio, el silencio que tan feliz me hace. Es reconfortante, sin tráfico, ni ruidos desagradables. Solo paz, un minuto de paz.
Y un nuevo detalle curioso me sorprende, esta vez no me asusta, pero si me intriga. Puede deberse a la posición del planeta, o miles de cosas más, pero desde que he llegado aquí, no he visto ninguna estrella en el cielo. >>¿Tan lejos inaccesibles estamos que no se ve ni una estrella?.<<.
A veces me sigo preguntando si esto no es un sueño, o si acabé muerta esa noche, la de la pelea con Imre. Y somos todos unos desgraciados difuntos que no saben ni que pertenecen a otra vida.
Pero no, sería demasiado fácil, esto es la realidad, y voy a tener que afrontarla lo mejor posible, no deja de ser una gran aventura, y una pesadilla.
Desciendo en silencio para no despertar a nadie. Me parece ver a Irianna leyendo uno de los libros extraídos de la biblioteca, pero no la saludo, no quisiera interrumpirla, y menos llamarle la atención en un momento tan solitario. La conversación sería incómoda, al menos para mí.
-Buenas noches...- susurro a nadie en particular al llegar a mi cama, en la cual, las pesadillas habitan con intensidad.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
17/02/15, 01:15 am
Varsai corría por una edificación de piedra parecida al torreón Letargo pero ésta parecía infinita. No importaba lo mucho que escapase de lo que la perseguía, no importaba las muchas salas que cruzase, las escaleras que subiese o bajase, o los pasillos que cruzase. No conseguía perder a su persecutor ni la sensación de odio dirigida hacia su persona.
Finalmente llegó a una sala que no tenía salida y allí la arrinconó la persona que llevaba tanto tiempo detrás de ella. Armonía se abalanzó sobre la varmana chillando cosas sobre herejía y arder, lo último que vio Varsai fueron sus ojos cargados de odio y asco.
La niña se despertó entrada la noche entre sudores y boqueos buscando aire. Miró a su alrededor y poco a poco se fue calmando al convencerse de que no había ninguna amenaza y de que estaba a salvo. Cuando por fin se hubo tranquilizado se dio cuenta de que tenía mucha hambre y es que se había saltado varias comidas.
No queriendo despertar salió de la cama y se llevó consigo la manta que alguien le había puesto encima. Bajó las escaleras no esperando encontrarse a nadie y se sorprendió al ver a Irianna dormida en un sofá arropada por una manta, pero más se sorprendió al ver a Sekkeh leyendo a la luz de una vela. Lo cierto era que no esperaba encontrarse a nadie despierto.
Buscó su libreta y su lápiz antes de sentarse al lado del ulterano.
"¿Problemas para dormir?" Y antes de que el chico le respondiese volvió a escribir. "Quería darte las gracias por lo de esta mañana. No sé qué habría sido de mi sin vosotros."
La niña se estremeció por el recuerdo de lo que había pasado y por la pesadilla de la que se había despertado. Justo ese momento eligió su estómago para sonar demandando comida.
"¿Sabes si sobró algo de la cena?" preguntó un tanto avergonzada y desviando la vista.
Finalmente llegó a una sala que no tenía salida y allí la arrinconó la persona que llevaba tanto tiempo detrás de ella. Armonía se abalanzó sobre la varmana chillando cosas sobre herejía y arder, lo último que vio Varsai fueron sus ojos cargados de odio y asco.
La niña se despertó entrada la noche entre sudores y boqueos buscando aire. Miró a su alrededor y poco a poco se fue calmando al convencerse de que no había ninguna amenaza y de que estaba a salvo. Cuando por fin se hubo tranquilizado se dio cuenta de que tenía mucha hambre y es que se había saltado varias comidas.
No queriendo despertar salió de la cama y se llevó consigo la manta que alguien le había puesto encima. Bajó las escaleras no esperando encontrarse a nadie y se sorprendió al ver a Irianna dormida en un sofá arropada por una manta, pero más se sorprendió al ver a Sekkeh leyendo a la luz de una vela. Lo cierto era que no esperaba encontrarse a nadie despierto.
Buscó su libreta y su lápiz antes de sentarse al lado del ulterano.
"¿Problemas para dormir?" Y antes de que el chico le respondiese volvió a escribir. "Quería darte las gracias por lo de esta mañana. No sé qué habría sido de mi sin vosotros."
La niña se estremeció por el recuerdo de lo que había pasado y por la pesadilla de la que se había despertado. Justo ese momento eligió su estómago para sonar demandando comida.
"¿Sabes si sobró algo de la cena?" preguntó un tanto avergonzada y desviando la vista.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
17/02/15, 11:59 pm
Irianna se revolvió en la cama tras notar un sutil contacto que la había devuelto con suavidad a la consciencia. La idrina abrió los ojos lentamente, todavía somnolienta y la oscuridad absoluta que aun reinaba en el cuarto que apenas se intuía la desorientó unos instantes. Apenas empezaba a ser consciente de que no se encontraba en su habitación, en Idris, cuando notó la figura a su lado. La lacustre observó a la persona que la había despertado a través de sus pestañas y permaneció completamente estática durante una cantidad de tiempo imposible de determinar en aquel estado entre el sueño y la vigilia, el cual tampoco le permitía procesar la información que recibía su visión que, a cuentagotas, comenzaba a acostumbrarse a la oscuridad imperante. Pero su cabeza ya se había ubicado en el espacio, al menos, y ya sabía que se encontraba lejos. Lejos de Idris, de su casa, de sus padres, lejos de él. En Rocavarancolia estaba a merced de los peligros de la ciudad que amenazaban su integridad física día tras día, pero estaba a salvo de él.
—¿Ya estás despierta, Iri?
La lacustre se incorporó en la cama y sus ojos terminaron de abrirse definitivamente, ya sin rastro alguno de la somnolencia que acompañaba al sueño prematuramente interrumpido. Su mente se negaba a visualizar los rasgos de aquel chico cuya dentadura destacaba en medio de la oscuridad, su boca entreabierta y sus labios curvados en un deje que conocía demasiado bien y que había protagonizado tantas de sus pesadillas. Como en aquel instante, aquello no podía ser. Veril no podía estar allí, Miseria Nombre le había dicho que se olvidaría de ella y había puesto mundos de distancia entre ambos. Pero solo él llamaba “Iri” y solo era suya aquella voz que se dirigía a ella con ese tono del que sabe que tiene el control.
—¿No vas a decirme nada? ¿Es que no te alegras de ver una cara conocida después de haber convivido con semejante hatajo de gente vulgar? Deberías darme un beso de bienvenida por lo menos.
El tono oscilando entre desdeñoso y burlón que imprimió a sus palabras bastó para ponerle los pelos de punta, y cuando el idrino alargó la mano buscando su rostro, Irianna se apartó bruscamente hacia atrás, haciendo de la ropa de cama un revoltijo indistinguible que apartó a empujones cuando le impidió levantarse del lecho por el lado contrario.
—¡No te me acerques! —Exclamó alterada mientras trataba de poner toda la distancia posible entre ella y Veril, quien ya había rodeado la cama y se aproximaba sin dejar de sonreír de aquella forma tan desagradable.
Mientras la lacustre trataba de dirigirse hacia la puerta del cuarto incapaz de darle la espalda a Veril y pegada a las camas del lado opuesto de la estancia, se dio cuenta de que ninguna de las otras chicas se encontraba en su cama, aunque varias de ellas estaban deshechas, prueba inequívoca de que habían sido utilizadas aquella noche…pero el amanecer todavía no asomaba entre los vanos.
—¿Dónde… dónde están todas?
—¿Para qué quieres saberlo? No tengas miedo, Iri. No estás sola, yo estoy contigo.
No le salió la voz, pero la idrina quería gritar igual que lo hacía su mente, cuando el idirino finalmente consiguió arrinconarla. Apenas podía preocuparse por la demás debido al pánico que le inspiraba Veril, pero pronto se dio cuenta de que debía gritar. Tal vez los chicos estuviesen en su cuarto, el cual no se encontraba demasiado lejos de aquel.
—¡Preferiría estar completamente sola en las calles de esta ciudad antes que contigo!
Irianna sacó fuerzas de donde no las tenía para propinar un empujón a su perseguidor con el que desembarazarse de él y salió del cuarto a la carrera. No sabía a dónde dirigirse, su grito no parecía haber alertado a nadie y a través de la puerta entreabierta del cuarto de los chicos no vio signos de actividad.
—¿Kimbra? ¿Vorela? ¿Sekkeh Reikayame?
Llamó a voces y con un claro deje angustioso en la voz a las personas que le inspiraban confianza para ayudarla a echar al lacustre del torreón. No recibió respuesta. Los pasos de Veril resonaban en la parte superior de las escaleras que la chica bajaba apresuradamente. En los últimos escalones perdió pie y cayó hacia delante, dándose un golpe contra la fría piedra de la planta baja del torreón. Irianna no tenía fuerzas para levantarse y tan solo permaneció en el suelo, magullada y con las lágrimas empezando a caer por sus mejillas. Aquello no podía ser cierto. El día había sido agotador y agobiante, pero aquello era una novela de terror. Aunque, por algún motivo, Veril se estaba tomando su tiempo en bajar, aunque la idrina estaba segura de que lo que quería era ponerla nerviosa, cosa que sin duda estaba consiguiendo. Y él lo sabía.
La idrina acabó por apartar la mirada de las escaleras y fue entonces cuando vio una figura entre la penumbra del salón. Estaba de espaldas, pero podía reconocer aquella chaqueta con hombreras de pinchos y el pelo corto negro de la alta figura. A pesar de que había evitado al humano durante el resto del día después de lo sucedido en el torreón Maciel, motivo por el que su nombre no había acudido a sus labios mientras gritaba pidiendo ayuda, en aquel momento sabía que no podía permitirse el lujo de esperar a que apareciese alguna otra persona.
—¡Jace! —le llamó mientras se acercaba a él tratando de incorporarse— Ayúdame, por favor, él está aq…
La idrina perdió el equilibro a pocos centímetros de Jace, porque algo le había hecho detenerse bruscamente. Una vez más en el suelo, Irianna contempló paralizada como el cabello que había creído negro en realidad era blanco y caía más largo de lo que le había parecido en un principio. No podía ser, estaba en la planta de arriba, no podía…
—¿De qué tienes tanto miedo, Iri? ¿No te alegras de ver una cara conocida?
Cuando se giró ya no había duda de que la voz correspondía con el rostro de Veril, que la miraba desde su posición de pie hacia abajo con la que para ella siempre sería la sonrisa más pérfida y siniestra de todos los mundos conocidos y desconocidos.
—¡No! ¡Aléjate! ¡No he aceptado venir a Rocavarancolia para que continuase este infierno!
Irianna gritaba desesperada mientras Veril se acercaba cada vez más a ella, aprisionándola con sus brazos y acercando su rostro al suyo.
Su propio grito la despertó. Con la respiración agitada, el ritmo cardíaco acelerado y temblando, la idrina se incorporó bruscamente en el sofá para después encogerse en el mismo aferrada a la manta que no fue consciente en aquel momento de que antes no estaba allí. No vio a los ocupantes de la cocina en aquel momento y tan solo se limitó a cubrirse con la manta cada vez más sin poder parar de temblar. Lágrimas silenciosas comenzaron a deslizarse profusamente por sus mejillas.
—¿Ya estás despierta, Iri?
La lacustre se incorporó en la cama y sus ojos terminaron de abrirse definitivamente, ya sin rastro alguno de la somnolencia que acompañaba al sueño prematuramente interrumpido. Su mente se negaba a visualizar los rasgos de aquel chico cuya dentadura destacaba en medio de la oscuridad, su boca entreabierta y sus labios curvados en un deje que conocía demasiado bien y que había protagonizado tantas de sus pesadillas. Como en aquel instante, aquello no podía ser. Veril no podía estar allí, Miseria Nombre le había dicho que se olvidaría de ella y había puesto mundos de distancia entre ambos. Pero solo él llamaba “Iri” y solo era suya aquella voz que se dirigía a ella con ese tono del que sabe que tiene el control.
—¿No vas a decirme nada? ¿Es que no te alegras de ver una cara conocida después de haber convivido con semejante hatajo de gente vulgar? Deberías darme un beso de bienvenida por lo menos.
El tono oscilando entre desdeñoso y burlón que imprimió a sus palabras bastó para ponerle los pelos de punta, y cuando el idrino alargó la mano buscando su rostro, Irianna se apartó bruscamente hacia atrás, haciendo de la ropa de cama un revoltijo indistinguible que apartó a empujones cuando le impidió levantarse del lecho por el lado contrario.
—¡No te me acerques! —Exclamó alterada mientras trataba de poner toda la distancia posible entre ella y Veril, quien ya había rodeado la cama y se aproximaba sin dejar de sonreír de aquella forma tan desagradable.
Mientras la lacustre trataba de dirigirse hacia la puerta del cuarto incapaz de darle la espalda a Veril y pegada a las camas del lado opuesto de la estancia, se dio cuenta de que ninguna de las otras chicas se encontraba en su cama, aunque varias de ellas estaban deshechas, prueba inequívoca de que habían sido utilizadas aquella noche…pero el amanecer todavía no asomaba entre los vanos.
—¿Dónde… dónde están todas?
—¿Para qué quieres saberlo? No tengas miedo, Iri. No estás sola, yo estoy contigo.
No le salió la voz, pero la idrina quería gritar igual que lo hacía su mente, cuando el idirino finalmente consiguió arrinconarla. Apenas podía preocuparse por la demás debido al pánico que le inspiraba Veril, pero pronto se dio cuenta de que debía gritar. Tal vez los chicos estuviesen en su cuarto, el cual no se encontraba demasiado lejos de aquel.
—¡Preferiría estar completamente sola en las calles de esta ciudad antes que contigo!
Irianna sacó fuerzas de donde no las tenía para propinar un empujón a su perseguidor con el que desembarazarse de él y salió del cuarto a la carrera. No sabía a dónde dirigirse, su grito no parecía haber alertado a nadie y a través de la puerta entreabierta del cuarto de los chicos no vio signos de actividad.
—¿Kimbra? ¿Vorela? ¿Sekkeh Reikayame?
Llamó a voces y con un claro deje angustioso en la voz a las personas que le inspiraban confianza para ayudarla a echar al lacustre del torreón. No recibió respuesta. Los pasos de Veril resonaban en la parte superior de las escaleras que la chica bajaba apresuradamente. En los últimos escalones perdió pie y cayó hacia delante, dándose un golpe contra la fría piedra de la planta baja del torreón. Irianna no tenía fuerzas para levantarse y tan solo permaneció en el suelo, magullada y con las lágrimas empezando a caer por sus mejillas. Aquello no podía ser cierto. El día había sido agotador y agobiante, pero aquello era una novela de terror. Aunque, por algún motivo, Veril se estaba tomando su tiempo en bajar, aunque la idrina estaba segura de que lo que quería era ponerla nerviosa, cosa que sin duda estaba consiguiendo. Y él lo sabía.
La idrina acabó por apartar la mirada de las escaleras y fue entonces cuando vio una figura entre la penumbra del salón. Estaba de espaldas, pero podía reconocer aquella chaqueta con hombreras de pinchos y el pelo corto negro de la alta figura. A pesar de que había evitado al humano durante el resto del día después de lo sucedido en el torreón Maciel, motivo por el que su nombre no había acudido a sus labios mientras gritaba pidiendo ayuda, en aquel momento sabía que no podía permitirse el lujo de esperar a que apareciese alguna otra persona.
—¡Jace! —le llamó mientras se acercaba a él tratando de incorporarse— Ayúdame, por favor, él está aq…
La idrina perdió el equilibro a pocos centímetros de Jace, porque algo le había hecho detenerse bruscamente. Una vez más en el suelo, Irianna contempló paralizada como el cabello que había creído negro en realidad era blanco y caía más largo de lo que le había parecido en un principio. No podía ser, estaba en la planta de arriba, no podía…
—¿De qué tienes tanto miedo, Iri? ¿No te alegras de ver una cara conocida?
Cuando se giró ya no había duda de que la voz correspondía con el rostro de Veril, que la miraba desde su posición de pie hacia abajo con la que para ella siempre sería la sonrisa más pérfida y siniestra de todos los mundos conocidos y desconocidos.
—¡No! ¡Aléjate! ¡No he aceptado venir a Rocavarancolia para que continuase este infierno!
Irianna gritaba desesperada mientras Veril se acercaba cada vez más a ella, aprisionándola con sus brazos y acercando su rostro al suyo.
Su propio grito la despertó. Con la respiración agitada, el ritmo cardíaco acelerado y temblando, la idrina se incorporó bruscamente en el sofá para después encogerse en el mismo aferrada a la manta que no fue consciente en aquel momento de que antes no estaba allí. No vio a los ocupantes de la cocina en aquel momento y tan solo se limitó a cubrirse con la manta cada vez más sin poder parar de temblar. Lágrimas silenciosas comenzaron a deslizarse profusamente por sus mejillas.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
18/02/15, 08:49 pm
La luz de una vela era la única fuente de luz que acompañaba a Sekk en su lectura, pero para el chico era más que suficiente. Tenía buena vista y veía bastante bien en la penumbra, por lo que ni siquiera tenía que forzar sus ojos para comprender el texto que tenía delante. La historia de aquella ciudad era tan demencial como cabría esperar y tenía completamente absorbido al intara, por lo que no fue consciente de la presencia de Varsai hasta que la muchacha no puso un pie en la cocina. La saludo con la mano sorprendido de verla despierta a aquellas horas y encendió otro par de velas mientras la niña se sentaba, inclinándose hacia su libreta para leer lo que tenía que decir.
—A mi siempre me cuesta dormir —le respondió con amabilidad, murmurando para no despertar a Irianna—, ¿pero como es que tu estás levantada a estas horas? —se interesó—. Y lo de Maciel no fue nada, solo hice lo que tenía que hacer. No hace falta que me lo agradezcas —aclaró con una sonrisa.
En aquel momento el estómago de la varmana se quejó sonoramente, recordándole a su dueña que llevaba muchas horas sin comer. La sonrisa del ulterano se ensanchó al leer la libreta de nuevo.
—Creo que quedó algo de estofado. Si me das un momento te lo caliento —contestó, poniéndose en pie y acercándose a la encimera. Los rescoldos del fuego aun estaban encendidos y solo tuvo que añadir un par de leños para avivarlos, poniendo a continuación una olla pequeña sobre los fogones—. Listo —anunció apenas diez minutos después, poniendo frente a la niña un plato lleno y un poco de pan—, ¿quieres agua? —le preguntó, tendiéndole un vaso y dejando una jarra a su lado.
Mientras Varsai comía Sekk limpió de nuevo la cocina, fregando la cazuela y asegurándose de que el fuego se mantendría encendido unas horas. Él estaba bien, pero no quería que la niña se enfriase, y en cuanto terminó se sentó de nuevo a la mesa. No le dio tiempo a iniciar una conversación, sin embargo, pues en ese momento la idrina se despertó. El grito de la albina disparó las alertas del rubio, que se levantó apresuradamente y se acercó al salón con la mano en el mango de su cuchillo, buscando cualquier señal de peligro sin entender qué estaba pasando. La muchacha estaba encogida en el sofá, temblando bajo la manta, y sollozaba de forma casi inaudible.
—¿Qué ha pasado, Irianna? —preguntó preocupado, dejando que la balera se acercara por delante de él por si quería mostrarle su libreta a la lacustre.
—A mi siempre me cuesta dormir —le respondió con amabilidad, murmurando para no despertar a Irianna—, ¿pero como es que tu estás levantada a estas horas? —se interesó—. Y lo de Maciel no fue nada, solo hice lo que tenía que hacer. No hace falta que me lo agradezcas —aclaró con una sonrisa.
En aquel momento el estómago de la varmana se quejó sonoramente, recordándole a su dueña que llevaba muchas horas sin comer. La sonrisa del ulterano se ensanchó al leer la libreta de nuevo.
—Creo que quedó algo de estofado. Si me das un momento te lo caliento —contestó, poniéndose en pie y acercándose a la encimera. Los rescoldos del fuego aun estaban encendidos y solo tuvo que añadir un par de leños para avivarlos, poniendo a continuación una olla pequeña sobre los fogones—. Listo —anunció apenas diez minutos después, poniendo frente a la niña un plato lleno y un poco de pan—, ¿quieres agua? —le preguntó, tendiéndole un vaso y dejando una jarra a su lado.
Mientras Varsai comía Sekk limpió de nuevo la cocina, fregando la cazuela y asegurándose de que el fuego se mantendría encendido unas horas. Él estaba bien, pero no quería que la niña se enfriase, y en cuanto terminó se sentó de nuevo a la mesa. No le dio tiempo a iniciar una conversación, sin embargo, pues en ese momento la idrina se despertó. El grito de la albina disparó las alertas del rubio, que se levantó apresuradamente y se acercó al salón con la mano en el mango de su cuchillo, buscando cualquier señal de peligro sin entender qué estaba pasando. La muchacha estaba encogida en el sofá, temblando bajo la manta, y sollozaba de forma casi inaudible.
—¿Qué ha pasado, Irianna? —preguntó preocupado, dejando que la balera se acercara por delante de él por si quería mostrarle su libreta a la lacustre.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
18/02/15, 09:39 pm
Amablemente el ulterano le empezó a calentar el estofado que había sobrado. Mientras maniobraba con la pota de espaldas a la niña ésta tuvo una extraña visión, la imagen de Nete se superpuso por un segundo a la figura del intara, pero cuando parpadeó todo volvía a estar normal. Ciertamente el chico le recordaba en cierta forma a su hermano, ambos eran serios y amables, y por lo que había visto el chico parecía dispuesto a cuidar de ella aunque fuese mínimamente. Sólo con eso ya se merecía un poco el cariño de la pequeña.
"He tenido una pesadilla y no podía seguir durmiendo." le explicó y añadió un gracias cuando Sekkeh le puso la comida delante. Asintió con la cabeza cuando le preguntó si quería agua pero se la echó ella misma en el vaso. Varsai comió con ganas y cuando terminó se pasó la lengua por los labios. "Estaba muy rico." le escribió con una sonrisa de gratitud. No tuvo tiempo de escuchar la respuesta del ulterano cuando oyó a Irianna despertarse gritando.
Corrió con Sekk a ver si le ocurría algo y cuando la vio sollozar hizo lo único que podía hacer, se sentó junto a ella y le dio un abrazo para hacerle saber que estaba allí.
<<¿Habrá tenido también una pesadilla?>> pensó mientras se separaba de ella.
"¿Te encuentras bien?" sonrió para infundir ánimos en la idrina y esperó por una respuesta.
"He tenido una pesadilla y no podía seguir durmiendo." le explicó y añadió un gracias cuando Sekkeh le puso la comida delante. Asintió con la cabeza cuando le preguntó si quería agua pero se la echó ella misma en el vaso. Varsai comió con ganas y cuando terminó se pasó la lengua por los labios. "Estaba muy rico." le escribió con una sonrisa de gratitud. No tuvo tiempo de escuchar la respuesta del ulterano cuando oyó a Irianna despertarse gritando.
Corrió con Sekk a ver si le ocurría algo y cuando la vio sollozar hizo lo único que podía hacer, se sentó junto a ella y le dio un abrazo para hacerle saber que estaba allí.
<<¿Habrá tenido también una pesadilla?>> pensó mientras se separaba de ella.
"¿Te encuentras bien?" sonrió para infundir ánimos en la idrina y esperó por una respuesta.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
25/02/15, 10:51 pm
Apenas vio a Sekkeh acercarse, sin dejar de fijar su mirada empañada por las lágrimas en el mismo punto aleatorio sobre el que la había posado nada más abrir los ojos. Según el ulterano se acercaba, la lacustre empezó a musitar “no” varias veces seguidas de forma apenas audible o comprensible, entre sollozos. Por suerte el intara no estaba solo y la idrina se aferró a Varsai cuando esta le dio un abrazo, soltando la manta por primera vez desde que se había despertado. Irianna trató en vano de dejar de temblar mientras, una vez la varmana la soltó para escribir en su cuaderno, llevaba un brazo hacia su cara para limpiar las lágrimas que le impedían ver correctamente. Tuvo que hacer un esfuerzo por leer lo que la balera quería decirle, aunque suponía que no diferiría mucho de la pregunta que ya le había formulado Sekkeh, pestañeando y frotándose los ojos varias veces hasta que consiguió enfocar su visión.
—Sí. —Le aseguró con toda la firmeza que consiguió imprimir a su voz— Solo… solo ha sido una pesadilla —alzó la vista brevemente hacia el ulterano, ya que es quien había preguntado—. Lo siento, parecía muy real y después de lo sucedido hoy… —dejó la frase en el aire a propósito mientras se levantaba del sillón—. Voy a… a refrescarme un poco —se excusó mientras se giraba justo a tiempo de que su visión volviese a empañarse por las lágrimas que todavía pugnaban por salir y que no fue capaz de seguir conteniendo.
La idrina sacó agua del pozo y se lavó la cara mientras pensaba en lo que acababa de suceder. El sueño… prefería no pensar en él. Era absurdo, tan solo había sido su subconsciente, que al parecer se divertía a costa de su sufrimiento. Irianna resopló interiormente, enfadada consigo misma una vez se había distanciado lo suficiente de las vívidas imágenes que la habían atormentado en el que sin duda había sido el sueño menos reparador –que coincidía con el día que más lo necesitaba- desde que había llegado a Rocavarancolia. Pero solo había sido eso, un sueño, y se las había arreglado para volver a dar un lamentable espectáculo delante de sus compañeros, aunque por suerte en aquella ocasión solo habían sido dos.
Mientras volvía al salón tras haberse enjuagado las últimas lágrimas, convencida de que tratar de hacer más tiempo antes de regresar habría levantado alguna clase de sospecha, la cara de Jace convirtiéndose en la de Veril apareció en su cabeza, haciéndola detenerse a pocos pasos de la puerta del patio. El hecho de que el humano hubiese traspasado por mucho su zona de confort aquella mañana había sido sin duda el causante principal de la pesadilla y dentro de no muchas horas tendría que volver a compartir el mismo espacio que él y probablemente mantener una conversación. Desde luego no se podía permitir mantener una actitud diferente hacia Jace sin que existiese ningún motivo aparente, e Irianna en aquellos momentos se sentía completamente desprovista de fuerzas para afrontarlo.
Por el momento no podía hacer nada más que regresar al sofá, sin saber dónde meterse, mientras se esforzaba por mantener una expresión inescrutable.
—Perdonad que os haya preocupado… <<Una vez más>>. —Hizo una pausa en la que permaneció pensativa, mordiéndose el labio inferior—. ¿Tal vez deberíamos preparar un buen desayuno? —sugirió al cabo de unos instantes—. Yo por lo menos creo que agradecería empezar bien el día…
La lacustre se esforzó por mostrar una leve sonrisa mientras se levantaba de nuevo del sofá y se dirigía hacia los fogones.
—¿Qué os apetece?
Su actitud y lo que daba a entender con sus palabras evidenciaban que no deseaba hablar sobre el contenido de sus sueños, o al menos cualquier idrino habría podido sobreentender que no se trataba de algo que quisiese compartir.
—Sí. —Le aseguró con toda la firmeza que consiguió imprimir a su voz— Solo… solo ha sido una pesadilla —alzó la vista brevemente hacia el ulterano, ya que es quien había preguntado—. Lo siento, parecía muy real y después de lo sucedido hoy… —dejó la frase en el aire a propósito mientras se levantaba del sillón—. Voy a… a refrescarme un poco —se excusó mientras se giraba justo a tiempo de que su visión volviese a empañarse por las lágrimas que todavía pugnaban por salir y que no fue capaz de seguir conteniendo.
La idrina sacó agua del pozo y se lavó la cara mientras pensaba en lo que acababa de suceder. El sueño… prefería no pensar en él. Era absurdo, tan solo había sido su subconsciente, que al parecer se divertía a costa de su sufrimiento. Irianna resopló interiormente, enfadada consigo misma una vez se había distanciado lo suficiente de las vívidas imágenes que la habían atormentado en el que sin duda había sido el sueño menos reparador –que coincidía con el día que más lo necesitaba- desde que había llegado a Rocavarancolia. Pero solo había sido eso, un sueño, y se las había arreglado para volver a dar un lamentable espectáculo delante de sus compañeros, aunque por suerte en aquella ocasión solo habían sido dos.
Mientras volvía al salón tras haberse enjuagado las últimas lágrimas, convencida de que tratar de hacer más tiempo antes de regresar habría levantado alguna clase de sospecha, la cara de Jace convirtiéndose en la de Veril apareció en su cabeza, haciéndola detenerse a pocos pasos de la puerta del patio. El hecho de que el humano hubiese traspasado por mucho su zona de confort aquella mañana había sido sin duda el causante principal de la pesadilla y dentro de no muchas horas tendría que volver a compartir el mismo espacio que él y probablemente mantener una conversación. Desde luego no se podía permitir mantener una actitud diferente hacia Jace sin que existiese ningún motivo aparente, e Irianna en aquellos momentos se sentía completamente desprovista de fuerzas para afrontarlo.
Por el momento no podía hacer nada más que regresar al sofá, sin saber dónde meterse, mientras se esforzaba por mantener una expresión inescrutable.
—Perdonad que os haya preocupado… <<Una vez más>>. —Hizo una pausa en la que permaneció pensativa, mordiéndose el labio inferior—. ¿Tal vez deberíamos preparar un buen desayuno? —sugirió al cabo de unos instantes—. Yo por lo menos creo que agradecería empezar bien el día…
La lacustre se esforzó por mostrar una leve sonrisa mientras se levantaba de nuevo del sofá y se dirigía hacia los fogones.
—¿Qué os apetece?
Su actitud y lo que daba a entender con sus palabras evidenciaban que no deseaba hablar sobre el contenido de sus sueños, o al menos cualquier idrino habría podido sobreentender que no se trataba de algo que quisiese compartir.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
28/02/15, 10:52 pm
Sekk observó en silencio como la idrina se aferraba a la varmana temblando, sintiéndose fuera de lugar en aquella situación. Irianna tuvo que limpiarse las lágrimas para poder leer lo que había escrito Varsai, haciendo un esfuerzo para enfocar la vista en el papel antes de responder a sus preguntas. Al parecer solo había sido un mal sueño, pero el ulterano no acertaba a imaginar que podía haberla alterado de aquella manera. No indagó, sin embargo, y se limitó a observar en silencio la espalda de la muchacha cuando ésta se alejó hacia la puerta del patio con intención de refrescarse.
—¿Quieres que la esperemos aquí sentados? —le preguntó a la balera al cabo de unos segundos—. Posiblemente tarde unos minutos en despejarse… —murmuró con aire distraído mientras ocupaba uno de los sillones.
No sabía muy bien que decir en aquella situación, así que guardó silencio mientras pasaba el tiempo, rompiéndolo únicamente cuando Varsai le señalaba algo en su cuaderno. Sospechaba que algo le ocurría a la lacustre, algo más que aquella pesadilla que le había arruinado el sueño, y aunque achacarlo a aquel día tan agitado era lo más fácil había algunos detalles que no le convencían. No tenía, no obstante, forma de confirmarlo, pues no se sentía con derecho a interrogar a su compañera. Él no era quien para hacerlo, en realidad, a fin de cuentas sólo era un extraño de otro planeta al que había conocido hacía apenas tres semanas.
Al cabo de un rato la albina regresó, visiblemente más calmada, aunque también más incómoda. El intara suponía que no le había gustado nada preocuparlos, teoría que ella confirmó con sus propias palabras. Su actitud daba a entender que no quería hablar de lo que había ocurrido, y por si eso fuera poco también se aseguró de cambiar de tema.
—Yo la verdad es que no tengo preferencias —respondió, siguiéndola con la varmana hacia la cocina—. ¿Qué te apetece a ti, Varsai?
—¿Quieres que la esperemos aquí sentados? —le preguntó a la balera al cabo de unos segundos—. Posiblemente tarde unos minutos en despejarse… —murmuró con aire distraído mientras ocupaba uno de los sillones.
No sabía muy bien que decir en aquella situación, así que guardó silencio mientras pasaba el tiempo, rompiéndolo únicamente cuando Varsai le señalaba algo en su cuaderno. Sospechaba que algo le ocurría a la lacustre, algo más que aquella pesadilla que le había arruinado el sueño, y aunque achacarlo a aquel día tan agitado era lo más fácil había algunos detalles que no le convencían. No tenía, no obstante, forma de confirmarlo, pues no se sentía con derecho a interrogar a su compañera. Él no era quien para hacerlo, en realidad, a fin de cuentas sólo era un extraño de otro planeta al que había conocido hacía apenas tres semanas.
Al cabo de un rato la albina regresó, visiblemente más calmada, aunque también más incómoda. El intara suponía que no le había gustado nada preocuparlos, teoría que ella confirmó con sus propias palabras. Su actitud daba a entender que no quería hablar de lo que había ocurrido, y por si eso fuera poco también se aseguró de cambiar de tema.
—Yo la verdad es que no tengo preferencias —respondió, siguiéndola con la varmana hacia la cocina—. ¿Qué te apetece a ti, Varsai?
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
01/03/15, 05:18 pm
La niña se contentó con la respuesta de la idrina, al parecer sólo había sido una pesadilla muy real. Ella misma había sufrido una hacía menos de unas horas así que se imaginaba que debía haber sido más grave que lo suyo, o que no tenía que ver con lo que habían vivido en ese día si no con algo más profundo que sólo tenía sentido para Irianna.
Varsai la vio alejarse y salir por la puerta del patio, dirigió una mirada de circunstancias al ulterano y luego escribió.
"No parece del todo bien, mejor será darle un poco de espacio para que ponga sus cosas en orden."
Cuando la chica volvió le dirigió una sonrisa de ánimo y luego se levantó dispuesta a ayudar.
"Yo acabo de comer, así que no tengo hambre. Puedo intentar ayudaros si queréis, aunque nunca he cocinado. Normalmente de eso encargaban o mi hermano o mis padres. Cuando mi otro hermano intentaba cocinar terminaba todo ardiendo."
Se dispuso a hacer lo que le dijeran siempre con la libreta a mano por si tenía que decirles algo a sus compañeros.
Varsai la vio alejarse y salir por la puerta del patio, dirigió una mirada de circunstancias al ulterano y luego escribió.
"No parece del todo bien, mejor será darle un poco de espacio para que ponga sus cosas en orden."
Cuando la chica volvió le dirigió una sonrisa de ánimo y luego se levantó dispuesta a ayudar.
"Yo acabo de comer, así que no tengo hambre. Puedo intentar ayudaros si queréis, aunque nunca he cocinado. Normalmente de eso encargaban o mi hermano o mis padres. Cuando mi otro hermano intentaba cocinar terminaba todo ardiendo."
Se dispuso a hacer lo que le dijeran siempre con la libreta a mano por si tenía que decirles algo a sus compañeros.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
02/03/15, 09:54 pm
Kimbra despertó al amanecer, como cada mañana. Y, como cada mañana, bajó silenciosamente en dirección a la sala que llamaban cocina, dispuesta a hacerse su comida diaria. Para su sorpresa, aquella mañana no parecía que fuera a encontrarse sola durante su almuerzo, pues al entrar en la habitación se encontró con Irianna, Varsai y Sekkeh conversando. Imitó a la mayoría de sus compañeros cuando se veían por primera vez en el día y musitó un “buenos días”, acto y frase que todavía carecían de significado para ella, para luego dirigirse hacia las cestas para buscar los alimentos que usaría aquel día y ponerse a cocinar sin mediar ninguna palabra más con sus compañeros.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.