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Palacete

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Palacete - Página 35 Empty Palacete

03/08/11, 01:04 am
Recuerdo del primer mensaje :

Hecho en piedra gris, con forma de U, coronado por una cúpula de cristales negros y esmeralda bajo la cual hay un ventanal ovalado. Se entra por una escalinata de azulejos a un recibidor circular con dos grandes escaleras a ambos lados. Sobre este, se encuentran las habitaciones, flotando a distintas alturas.

Descripción más detallada sacada de la saga:

LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

02/02/24, 10:44 pm
Desde que había oído la palabra maquillaje su mente no había dejado de centrarse en otra cosa. Sí, tenía curiosidad por ver qué ropa elegía el resto, pero podía dejar de preocuparse por eso cuando su cara tuviera un mínimo de expresión artística plasmada en ella y no fuera un lienzo tan pálido que rozaba el blanco.

El tocador era precioso, de un estilo recargado que bien podría haber sido libense…si no fuera por el blanco. Entre eso y la predominancia del azul, la sala perdía en belleza en contraste con otras del palacio, siendo una paleta de colores claramente fea en el Imperio, una decisión estética que no tomaría nadie. Pero era lo que había, y mientras pudiera maquillarse como si aquello lo había diseñado un masculinista.

Empezó a sacar cosas de las cajoneras del mueble, buscando cosas conocidas. Llevaba años maquillándose, y aunque reconocía muchas cosas con facilidad, otras se le escapaban por completo, sin poder darles una función a plena vista. Miró al espejo una vez más, planteándose qué clase de maquillaje hacerse. Normalmente quería algo vistoso, propio de la guerrera que era. Pero aquello era un baile, uno delicado, con gente de otros mundos. Sabía bien la importancia de adaptarse a las situaciones, así que buscaría algo menos imponente, aunque no iba a ser tan delicado como el que les había visto a los otros.

Lo primero que hizo fue soltarse la trenza. El pelo cayó suelto hasta la mitad de la espalda, en ondas muy leves provocadas por el recogido que le daban un mínimo de volumen a un pelo que de otra manera caería completamente lacio. Buscó un cepillo para adecentarlo, aunque hubiera querido lavárselo en condiciones no iba a tener tiempo.

Iba a tener que descartar otras cosas también, como pintarse las uñas, porque no iba a dar tiempo a que secaran, lo cual era una lástima. Estaba tan cerca de poder retomar aunque fuera por un rato un aspecto que resonaba mucho más con ella que el no poder hacerlo completo le resultaba casi frustrante. Era mejor que nada al menos.

Movió levemente el espejo, buscando un mejor ángulo para empezar a maquillarse, y entonces la superficie cambió, devolviéndole un reflejo suyo maquillada. Tal vez no era lo que había tenido en mente originalmente, pero le gustaba incluso más. El color del mueble podía ser feo, pero el espejo en sí tenía un gusto inmaculado, desde luego. Y ¿esos brillos en el maquillaje? Tenía pinta de ser más magia, y aunque Kalna no se veía especialmente necesitada de un tutorial no dudó en seguir lo que le pedían las gemas iluminadas.

El resultado le gustó incluso más. Una sombra de ojos dorada que degradaba a negro, con algunas regiones en tonos levemente rojizos. Lo que más destacaba, sin embargo, era un delineador negro muy marcado, que le daba profundidad a su mirada. Los labios eran negros, aunque en la zona central del inferior brillaba un tono dorado también.

Ahora solo necesitaba un collar, y no le haría ascos a encontrar alguna joya más. Fuera de un par de pulseras y su anillo, que siempre llevaba puestos, la libense no se había llevado nada más, y lo echaba de menos. Rebuscó entre las demás mesas, encontrando en un pequeño armario un joyero. Terminó eligiendo lo que parecían varias cadenas de oro sencillas, que se extendían del cuello hacia sus hombros, recorriendo estos, y de las que pendían diminutas joyas rojas, de manera que casi parecían gotitas de sangre. Ya que estaba, añadió también una tiara, no especialmente recargada, también de oro y decorada con lo que a primera vista podían parecer rubies.

Sí, ahora estaba lista.

Oyendo los primeros compases del piano, no tardó en dirigirse a la sala de baile, donde estaban ya reunidos todos sus compañeros.
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

03/02/24, 02:16 am
La sonrisa en el rostro del varmano se ensanchó con malicia, asintiendo con la solemnidad de la realeza a la sentencia de Ania. Un guiño fugaz le añadió otro tipo de encanto.

Que así sea —respondió en el mismo tono, cómico gracias a la casual alegría de la canción. Por mucho que se esforzase ya era demasiado tarde para el neoyorko—. ¿Inesperadas? —preguntó más alto para él—. ¿De verdad creías que iba a dejar que fueras más elegante que yo? ¡JA! ¡Que insolencia! —mientras sus dedos danzaban volvió a inclinarse hacia la princesa, un susurro tenue por la música—. Es detective pero no pilla ni una.

Por mucho adorno que le añadiera a la canción se le empezaba a quedar corta por su simpleza, así que más pronto que tarde acortó un estribillo para llegar al último, tocando con suavidad para que los niños pudieran hablar entre sí y, por qué no, pegar la oreja para identificar los pasos de quienes faltaban. Cuando se giró para ver a los nuevos invitados su pecho se quedó en un punto confuso en el que no sabía si estaba exhalando o inhalando; no por haber olvidado respirar, sino porque de repente su cuerpo parecía no necesitarlo. Su pulgar derecho apretó los bordes del anillo en su dedo índice, haciéndolo girar muy despacio en ese minúsculo síntoma suyo de inquietud.

Los chicos estaban… Bueno.
En conjunto ninguno tenía ni sentido ni harmonía. Si Nohlem fuera humano podría compararlo con ir a Disneyland. La princesa Aurora paseando con Peter Pan, Iron-Man y Goofy, lógicos por separado, terriblemente ilógicos juntos. El granta se humedeció los labios y se volteó al piano, como si allí se le hubiera perdido algo, en un pobre intento de ocultar una sonrisa que serpenteaba como culebra furiosa. Una breve e inaudible risita histérica reactivó sus pulmones. Vale, eran la fiesta de disfraces más extraña que hubiera visto nunca, pero en él no cabía pizca de burla. Era fácil verlo en el centelleo de sus ojos verdes, en la expansión de sus pupilas, en su incipiente euforia. Sin con Rick se había quedado atontado -y eso que era hetero- aquí menos todavía se iba a molestar en cerrar la boca o bajar las orejas.

No entendía la ropa de Schecheniak, pero a un artista no se le cuestiona (y ya tenía el rol de modista real así que habría que apañárselas). Connor… “Santos”. ¿Por qué le parecía tan sexy siendo tan horroroso? Sus pantalones parecían hechos de alquitrán y junto con las dichosas botas el mayor favor que podría hacerle Nohlem era pedirle que se desnudara, pero todo lo hortera compensaba en lo ajustaditos que se le veían. Luego estaba la parte de arriba que… ¿nadie le había explicado al pobre idiota que debajo de un chaleco la gente llevaba camisa? Ahora, que cualquier amago de risa fue violentamente apuñalado por las trasparencias. Y esos brazos… y que buen pecho tenía el desgraciado… Podría enterrar la cara en sus- Santos, se supone que tenía que respirar.

Después su vista se posó en Ethan, y al apoyar el codo sobre el piano como si fuera una mesa lógicamente el instrumento se quejó con unas notas que sonaron igual que sus neuronas: auxilio. Su ropa era parecida a las exóticas capas de tela que les había enseñado el vittya antes: blanco y negro, dorado, azul y rojo contrastados, guantes ceñidos y mangas anchas con caídas finas… Elegante y bien envuelto, como a él le gustaba. La túnica de otro príncipe.

Por un instante Nohlem olvidó su estatus de realeza y secuestrado. Ahí no era más que un chaval de 17 años que no tiene mayor culpa que ruborizarse por chicos guapos. Había echado de menos eso. El ardor en mejillas y orejas, los nervios, el ronroneo rascando detrás de su lengua, los latidos pesados. Quería reírse, ligar con ellos sin miedo al “y luego qué”, quería cosas que no podía confesarle a ningún menor. Era consciente de su atractivo, se había habituado a las pieles claras, las narices y orejas redondas, pero de alguna forma se sentían personas nuevas. El pavo le nublaba la mente y quería dejarse llevar.

Cuesta abajo todos los Santos ayudan.

Venga Nohlem, tú puedes”. Se levantó mirando al suelo, aparentando una serie de mentiras en el proceso: calma, desinterés, la impresión de tenerlo todo bajo control… La realidad es que se iba a marcar los anillos de tanto apretarlos. Les sonrió.

Caballeros —añadió al acercarse a ellos con una leve inclinación de cabeza y párpados, una reverencia de príncipe. La sonrisita le traicionó ensachándose de más—. Van ustedes… —les examinó de arriba a abajo en conjunto, como si no lo hubiera hecho antes a costa de su cordura y el rubor en sus mejillas. Un ronroneo respondió por él, seguido de una risa culpable y una sonrisa sincera—. Sin palabras —se llevó una mano al pecho, divertido—, y sin aliento.

Ah. Pero que bonito era el maquillaje de Ethan de cerca. Su vista oscilaba en torno a él irremediablemente y poco hacía por evitarlo, ansioso porque sus ojos se encontrasen. Era como descubrir algo nuevo en una foto vieja…

Vais a pillar frío, eso sí —señaló al vittya y al canadiense con una mueca graciosa, rompiendo el hechizo momentáneamente. Kalna apareció maquillada y a Nohlem le dio pena no haberse pasado por la salita para hacer lo propio: una sombra de ojos para resaltar el turquesa y su piel oscura, quizá—. Ya estamos todos… —se volteó a los niños con una sonrisa de buenos colmillos—. ¿Bailamos?
Nohlem no era ni tonto ni lento. Eran pares y le tocaba reservar pareja -por mucho que en el fondo supiera ser de los poquísimos músicos-. Su vista apuntó en seguida a Ethan antes de ofrecerle una mano.
Lo prometimos, ¿verdad?
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

04/02/24, 08:13 pm
No fueron pocas las veces con las que el italiano jugó con su amigo polaco. Muchas veces era algo que hacían casi todo el día, jugaban al pilla pilla, al escondite, a adivinar cosas e incluso con las figuras de papel que tanto le encantaban. Estaban siempre con cosas de contacto al fin y al cabo pero aquella vez, sentir la mano le hizo sentir algo de vergüenza, la suficiente para llevar su mirada a otro sitio del salón. Aun con todo aquello podía notar el júbilo que le llenaba por estar una vez más con su mejor amigo.

Valeeee, seré solo yo a secas. El Damian Damian de toda la vida —asintió con una sonrisa procediendo a acercarse y de paso querer tomar la otra mano con un poco más de ganas de lo normal en aquel juego y empezar a bailar.

Sin embargo, al final todo se detuvo abruptamente y más de lo que Damian estaba deseando en aquel momento bajando las comisuras cuando Aniol mencionó a Ethan. Faltaba gente pero… ¿era necesario detenerse así? Se lo estaba empezando a pasar bien y su yo egoísta le picaba la oreja izquierda. El chico se volteó a ver pero su mejor amigo notaría que Damian no le estaba soltando, es más, tenía la mano agarrada con firmeza por querer “mantenerse en el juego del baile”.

Pero eso no cedió que Damian se fijase bien en los dos recién llegados. Connor al fin llegó de frente, ese lado que no pudo ver al estar de espaldas. Ethan, no obstante, era una enorme sorpresa puesto que aun no lo vio vestido y no le aclaró exactamente lo que quería ponerse. La primera impresión de Damian era: mucha tela, y se veía flotante con cada movimiento en contraposición a lo ajustado que iba el grandullón de su lado. Los colores eran bonitos y aquella falda danzaba casi por su cuenta con cada paso.

¡Wow Ethan, no sabía que te pondrías eso! ¡Te queda que te cagas con toda esa tela! ¡Estas perfe para la ocasión! —si Ethan estaba próximo se lo diría al momento, con una sonrisa satisfecha y dedicando una breve y discreta mirada al pelirrojo quien, para su fortuna, parecía sonriente y con todo lo que decía estaba prácticamente en el bote—. «Venga tío, que lo puse guapo para ti» —él no lo puso guapo en cuanto al vestido pero por cabezón se llevaba el mérito hasta en sus pensamientos solo por el maquillaje.

»Y Connor, Connor, Connor, ¡Connor!… —lo analizó de arriba abajo, divertido. ¡Te veo como un pincelazo pero de los tochos, pareces un guardaespaldas y un malo de Rambo también! —eso le hizo reír, alzando las cejas con vacile de por medio al de la cresta.

Y Nohlem anunció lo que ya estaba esperando como agua de Mayo, aun con más energía viendo que Nohlem le ofreció la mano a Ethan, y Damian miró a Aniol por escasos momentos antes de dar su respuesta.

¡Venga, vamos a comenzar el espectáculo! —decir espectáculo le hizo espabilar, recordar algo que con todo y eso se le fue—. ¡AHHHH, es verdad! ¡Hay que presentar el baile! ¡PRINCESA, UN MOMENTITO DE NADA, NO TARDO TE LO JURO!

Disculpándose como si fuese un crimen, soltó la mano de su amigo para acercarse como una moto a Connor.

¡TIO, TIO, TIO! ¡No se si Ethan te ha dicho pero te lo digo yo por si acaso, me tienes que echar una mano para comenzar la ceremonia porque soy un maestro de ceremonias y quiero presentar todo este baile porque tengo un huevo de ganas de hacerlo! ¡¿A QUE SÍ ETHAN, A QUE SÍ?! — por poco se queda sin aire después de soltarlo todo casi sin inspirar primero. Alzó las manos al aire, como quien saca sus instintos de infante para que lo alcen—. ¡¿Me levantas entonces colega?! Es un ratito namás, vengaaa... —eso ultimo lo dijo en susurros, con sus ojos pidiendo a gritos que lo haga.
Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

05/02/24, 01:48 pm

A pesar de su vergüenza, Colmillo se sintió algo más animado y seguro cuando los niños le saludaron y gracias a las palabras de Rick y, sorprendentemente, Damian. Aunque su comienzo había sido jodido, parecía que la relación entre los dos se iba suavizando cada vez más con la convivencia.

-Gracias, joder -asintió hacia Rick, todavía avergonzado de estar mostrando más piel de la que estaba acostumbrado-. La tuya también está guapa -halagó de vuelta, esperando no verse ni oírse tan torpe como se sentía.

A pesar de la vergüenza, la ropa le había gustado mucho y, como tenía en mente que esto sería cosa de una vez, había preferido arriesgar un poco y estaba satisfecho con su elección, por lo que decidió centrarse en mirar las elecciones del resto de sus compañeros, preguntándose para sí mismo si serían habituales en sus mundos o habían decidido experimental más allá.

-Joder, no, en eso tengo ventaja sobre todos vosotros, pelados -bromeó cuando Nohlem les dijo a Connor y él que cogerían frío, sin poder evitar volver a darle un tirón a la camiseta para que bajara un poco.

Con algunas florituras, una vez estuvieron todos, Damián invitó a bailar a Aniol y Nohlem hizo lo mismo con Ethan, haciendo a Colmillo pensar en si todos los bailes iban a ser en parejas y, en caso de ser así, cómo iban a coordinarse realmente. “Puede que tengamos muchas mierdas iguales entre mundos, ¿pero los bailes también? Supongo que tendremos que enseñarnos tipos de bailes entre nosotros antes de hacer nada” pensó mientras recordaba los bailes habituales en sus fiestas familiares, riéndose internamente al pensar en lo poco adecuados que eran para un lugar tan grandilocuente como esa sala de baile.

Aunque antes de que pudieran ponerse a ello, Damián los paró gritando que tenía que presentar a todos como maestro de ceremonias que era y que necesitaba que Connor le levantara para ello. Colmillo se limitó a cruzarse de brazos con diversión, casi esperando a que el canadiense se pusiera a cuatro patas para hacerle de pedestal al niño.

Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

05/02/24, 10:40 pm
Estaban preciosos, la mirada del joven apenas recorrió la sala cuando su atención quedó eclipsada por el resto de sus compañeros. Fue de uno en uno, tomándose su calmada entrada como margen para deleitarse con sus diferentes gustos. El mes de convivencia le había hecho normalizar a algunos de sus amigos, volverlos tan cotidianos que su belleza se había convertido en un tema anecdótico, pero ahí en cambio, aquello quedaba en el olvido y lo que era el polvo de una ropa maltrecha caía en desgracia en comparación a sus resplandecientes trajes. Colmillo lucía un vestido curioso, una mezcla compuesta que lejos quedaba de aquel perro encerrado que tanto había temido, Rick a su lado brillaba tanto como lo hacían las estrellas de su capa, era un dulce prohibido, uno que ganaba más gusto cuando sabías que nunca podrías tenerlo. Que se le iba a hacer, nunca había sido su tipo pero eso no le quitaba de tener ojos en la cara y por dios, el chaval era guapísimo, la dualidad de sus ojos contrastaba con los oscuros de un elegante traje a medio caballo entre ser un príncipe fantasioso o un joven ilustrado de épocas más actuales.

-Uaoh, estáis increíbles…

Sin prisa y con su corazón aún en vilo siguió el recorrido por aquel lugar. Los instrumentos se convertían en sombras al ignorarlos y al fondo, la cristalera repleta de estrellas llenó de los mismos tonos los ojos oscuros de un ilusionado londinense. En ellos se reflejaba la misma noche estrellada, dedicando sus más lindos deseos a los niños que jugaban en la distancia. Ya había visto a Damian con su increíble disfraz de circense pero aún así, en aquel decorado sus vivos colores lo hacían destacar aún más, eran tan cálidos que a pesar de estar en un sitio tan bien iluminado el pequeñín brillaba con luz propia. Era como un sol en miniatura y a su lado… Ethan trató de contener inutilmente la amplía sonrisa que recorrió su rostro al reconocer a Aniol bajo esas esponjosas capas de vestido. La fragilidad de una flor con la dulce sensación de una nube de algodón, era precioso, aún cuando creía que no podía serlo más, ahí estaba para sorprenderle. Maravillado ante la flor que había germinado entre esas paredes el joven japonés no pudo evitar perderse en lo idílico de la escena, como si se tratara de un padre tratando de grabar mentalmente la obra de teatro de su hijo pequeño. Tanto así que para cuando giró el rostro Nohlem ya estaba delante suyo.

-Ah -Logró farfullar de forma horrendamente torpe ante los halagos repentinos. Sus mejillas no habían terminado de descansar y se encontraban invadidas de nuevo ante un calor agradable. -Gracias… tú también...

Sonrío con tanta vergüenza latente que se le olvidó terminar la frase. Su baja espalda aún vibraba allí donde la mano de Connor había descansado y sus latidos seguían yendo descompensados. Toda la tensión acumulada en los probadores se hacía gala en esos instantes donde ya no sabía ni reaccionar al más simple de los pedidos. Vale, sí, eran amigos pero… joder. Ethan quedó hipnotizado en aquellas esmeraldas que le devolvía la mirada, sus manos bajaron a su faldón, entrelazándose nerviosas y jugando con la propia tela de su vestimenta. Estaba tan en blanco que le costó hasta razonar de qué promesa estaba hablando.

¿Siempre había sido así de guapo? Claro que sí. Nohlem tenía la misma condena que Rick, eran sin lugar a duda los modelos del torreón, ese chico que te cruzabas por la calle y provocaba que te giraras con el aliento cortado y un nudo en el pecho. El traje de príncipe solo alimentaba esa sensación, la envolvía en nuevos y refrescantes aires. El verde de su tela combinaba con el de sus ojos y su capa adornaba cada movimiento en una suave danza cargada de la elegancia propia de un noble. El rojo de su cinturón resaltaba y aún así no podía competir con los rizos desordenados y cobrizos de su cabello, ni todas las decoraciones de su camisa con su moteado rostro. La naturalidad de alguien que ya era bello se daba de bruces con el aire de palacio de su conjunto y lo volvía tan endiabladamente guapo que parecía haberse escapado de alguno de los cuentos de Aniol.

-Estas precioso… -Comentó acercando la mano un tanto achicado. -Bueno qué narices, todos estáis preciosos. -Corrigió en el último momento, permitiendo a sus ojos huir del contacto visual para volver a ver a todos los presentes.

Que el canadiense estuviera detrás suyo no ayudaba, era más bien un extraño castigo pues si decidía huir se encontraría atrapado de nuevo en lo guapo que eran sus amigos. No tenía escapatoria, su corazón no había logrado recuperarse del todo y ahí estaba dando pequeños brincos de alegría. Una euforia tan inocente como juvenil, donde se permitía guiarse por la ilusión de un baile antes que por las preocupaciones que les esperaban allí fuera.

-Aunque… Vas a sacarme a bailar sin músic-

Como una ilusión lo que iba a convertirse en una sonrisa pícara acabó en una mueca confusa ante los repentinos gritos de Damian, dejando que su propia mano quedara congelada en el aire sin llegar a aceptar la invitación ante el susto. No pudo evitar reírse cuando vio el foco del problema, cubriéndose parcialmente la boca con la manga ancha en un intento de no ser maleducado.

-Ay Damian ya decía yo que estabas demasiado tranquilo, a ver con qué nos sorprendes esta vez. -Miro hacía atrás momentáneamente, buscando la complicidad de Connor y cuando obtuvo su mirada bajó la voz, acercándose momentáneamente para hablarle en apenas un murmullo que igualmente seguía entendiéndose con la proximidad. -Y tú, como la líes y le pase algo al niño, se donde duermes, ¿si? Te ahogo con la almohada como se te puto caiga.

Hablada la amenaza y con la tranquilidad de que podía ahogarlo buscó de nuevo a su compañero de baile. En vez de tomarlo de la mano le acarició la muñeca en un agarre sutil más como toque de atención. La sonrisa de su rostro volvía a ser afable, tan sincera que sus ojos se encontraban más chicos desde hacía rato.

-Creo que te necesitan para la entrada y yo tengo que ir a saludar a mi princesita… -Le respondió más suave, siguiendo el guion absurdo que los niños les habían dado. -pero te estaré esperando para que abras el baile conmigo… -Desvío la mirada sutilmente y chasqueo la lengua en una duda que le llevó a reírse en silencio antes de contar la broma. -Mi príncipe. Vale, no podía, Ethan estalló en una ligera carcajada nerviosa, apartándose para frotarse ambas mejillas muerto de la vergüenza. A él no se le daba tan bien interpretar esa obra de teatro y su nula experiencia le impedía mantener el rostro serio durante esos instantes.

>>Ay bueno, que me voy un momento a saludar a Aniol. -Le dio un toquecito en el hombro tratando de calmar su risa. -Ahora vuelvo, recuérdame que tengo algo para ti, porfa.

Una vez dicho recogió los bajos de su falda con ambas manos para no tropezarse con ellos y en una marcha energética recorrió el espacio que le distanciaba de su adorable niño. Le saludo con una mano emocionado, soltando ambas su vestido para recoger al polaco en un enorme abrazo nada más verlo.

-¡¡¿¿PERO QUIÉN ES ESTA PRECIOSA PRINCESA???!!

La repentina efusividad llevó a que lo levantara del suelo en un amor giratorio donde ambos vestidos levantaron el vuelo con una pomposidad que nada tenía que envidiar a ninguna princesa Disney. Su faldón voló en sincronía con el de Aniol y tras un par de vueltas sosteniéndolo en el aire volvió a bajarlo entre risas, preocupado de golpe por peinar nuevamente al niño y recolocar su broche de florecitas. Con una decoración tan adorable no podía regalarle la tiara que tenía guardada pero no le hacía falta corona para saber que reinaba sobre todos los corazones de aquella sala.

-Ania estas guapisima, no podías haber escogido un vestido mejor. -Le sonrío con dulzura, incapaz de apartar la vista de los bonitos rosados que le complementaban. -Y oye, tienes que contarme qué te ha parecido el resto de la corte, espero que hayamos logrado estar a su altura, su majestad. -Para seguir el paripé hizo una leve reverencia agarrando con sutileza los bordes de su falda en un intento pobre por imitar a la cenicienta.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

07/02/24, 04:29 pm
Ania rio al escuchar el susurro tenue que le dedicó Nohlem pero le fue difícil responder pues su atención pronto se vio dividida. No sabía si Rick era detective o no de verdad porque la mano de Damian aferrada a la suya le ponía un poco nervioso, probablemente por la cercanía del baile que se aproximaba y por nada más. Encima los recién llegados desprendían tanta belleza que aturdía a los sentidos.

Colmillo parecía tímido, seguía siendo un perrito porque lo era al fin y al cabo pero ahora se trataba de un canino elegante. Connor se le antojaba más grande y amplio, los colores que portaba y las botas le daban un aspecto chulesco que casaba muy bien con su personalidad ruda. Todo lo contrario a…

¡Ethan! —la pequeña se aferró de un salto a los brazos del chico en un contraste de telas y faldas. Pegó la cabeza a su pecho y desde allí llegaron risitas amortiguadas que cargaban con ilusión. Giraron al mismo son varias vueltas de tal forma que si en aquel momento hubieran salido flotando hacia el techo no le habría extrañado en absoluto. Cuando Ethan le bajó la churumbel no supo exactamente cómo reaccionar a su dulzura—. Gracias… ¡Pero tú… estás… estás… GUAPÍSIMO! —y era cierto. Su angelito de la guarda siempre se le antojaba hermoso. Sin embargo, el aura que irradiaba era bien distinta. La ropa sucia y los harapos del torreón no le hacían sombra al príncipe en potencia que podía llegar a ser. A pesar de la falda el traje era masculino y le caracterizaba de un porte regio y frágil a la vez. Las filigranas doradas y los cintos solo sumaban a un rostro cincelado que en conjunto hacía palidecer a los protagonistas de las películas de Pixar. Lo que más le gustaba a Ania eran sus ojos, que desde luego siempre habían estado ahí, pero que ahora y alrededor de todo el conjunto parecían brillar de emoción. Quizás era su expresión sosegada y feliz, o la ausencia de alarma y urgencia en su mirada eclipsada por algo de nerviosismo. El caso es que se jugaría los semanarios de su abuela para afirmar que cualquier chico del instituto de su hermana caería rendido a sus pies.

¡Es en serio! Parece… —tradicional, o japonés, iba a decir. Pero era quedarse corto porque era mucho más que simplemente eso—. ¡Pareces listo para deslumbrar a todos! ¡¿Y el resto de la corte?! Creo que estáis a la altura de mi humilde palacito... shi —Ania le tiró de una de las mangas con énfasis, luego se dirigió a Connor tratando de sonar por encima del alboroto que tenía montado el italiano—. ¡Y tú eres como uno de esos muchachos de la película de Los Descendientes!

De pronto las cosas encajaban como las series que veía a escondidas de sus padres con algunas de sus hermanas. Un chico alto, fuerte e incluso desagradable. El otro más bajito, pálido, amable y tierno. Los ojos color miel de Ania pasaban de uno a otro sin disimulo, si alguien escuchaba lo suficiente casi percibiría los engranajes sin engrasar en su cabeza. Siempre entrenaban juntos y se llevaban muy bien. Incluso… acababan de aparecer a la vez en la sala de instrumentos. La niña palpó uno de los cintos de Ethan completamente en silencio mientras esperaba a las presentaciones de Damian.

¡Que empiece la función! —una sonrisa reinó en sus labios.


Última edición por Aes el 07/02/24, 07:56 pm, editado 1 vez

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

07/02/24, 06:47 pm
A la respuesta de Nohlem se limitó a encogerse de hombros desenfadadamente acompañada de una leve sonrisa ladeada. No lo dudaba, no. Un mes daba para conocer a sus compañeros lo suficiente para saber que el varmano iba a escoger algo elegante y había cumplido. Al menos le dio la sensación de que, fuera por aquello o simplemente al cambiar de tema, no iba a reprocharle más faltas de cumplidos. Y hablando de cumplidos, Szczenyak le agradeció el que le había hecho. El neoyorquino sonrió y le guiñó un ojo en complicidad. Lo notaba un pelín cortado y era una pena cuando allí nadie iba mal vestido. -Gracias- respondió animado al halago del vittya.

Con la llegada de Ethan y Connor llegó como cabía esperar una nueva ronda de halagos por ambas partes. Para Rick aquello habría sido una continuación del buen rollo que se respiraba en esa sala, llena de una calma que empezaba a ser difícil de recordar, pero hubo dos detalles que ocuparon su atención. El primero llegó cuando, todavía centrado en los recién llegados, las súbitas notas del piano hizo que se girara al instante. No había ningún peligro por suerte, claro, pero lo que encontró fue al varmano bastante impresionado con los trajes, por decirlo de alguna manera. El neoyorquino se cruzó de brazos con una sonrisa pícara con todas las señales que estaba mostrando, aunque no tardó en mirar al resto para que no le pillara. Lo segundo vino justo después cuando su vista se posó de nuevo en el británico. No había que ser muy perspicaz para darse cuenta que andaba nervioso con los cumplidos de Nohlem. Rick se estaba divirtiendo viendo el panorama y la dulce ironía después del susurro en el vestidor, pero igual que antes no iba a centrarse demasiado en "la magia" a riesgo de romperla. Se inclinó un poquito hacia adelante, a modo de reverencia muy ligera, respondiendo animadamente a su halago: -Gracias. Y estoy de acuerdo, hay mucho estilo en este baile.-

Entre risas y la comodidad que se respiraba, la improvisada fiesta ya estaba prácticamente lista para empezar. Los niños ya habían mostrado ganas y el neoyorquino se fijó en la pareja que proponía el varmano, que por supuesto con lo anterior no le extrañaba lo más mínimo. Aquello estaba camino a ser el típico baile de fin de curso de las películas y series, aún con lo extraño que se le hacía que fuera en un contexto tan extraño a millones de kilómetros de La Tierra. No se quejaba, todo fuera dicho, era reconfortante ver a todos tan contentos e ilusionados. Incluso su sonrisa mirando a uno y otro lado de la sala a sus compañeros se convertía en algunos momentos, como al ver al polaco levantado por los aires, en una suave risa que lo llenaba de calma.

La atención del neoyoquino se la llevó por un momento Damian. Tenía curiosidad que tenía en mente con Connor para dar comienzo al baile, aunque fue entonces cuando por fin vio a Kalna. Ahora ya sí que no faltaba nadie. Como parecía que todavía el italiano estaba convenciendo al motero de que le echara una mano, se acercó a darle de nuevo la bienvenida a la libense. Eso sí, como el británico le cogía de camino hizo una brevísima parada. No iba a romper la magia y encantado estaría de ver cómo seguía aquel posible asunto, pero de vez en cuando tenía que devolver las pullas y aquel era un momento idóneo. Era una llamada amistosa de atención. Pasando por su lado fugazmente, acercó un poco la cabeza para susurrarle bromeando: -Me ha parecido ver alguna mosca por aquí. Por si acaso ten cuidado, ¿eh?-

Luego el neoyorquino llegó hasta su compañera, fijándose mientras se acercaba en el maquillaje que había escogido. Ya desde el primer día podía intuir que el dorado era un color que le gustaba y le quedaba aún más claro tanto con el traje como la sombra de ojos y las joyas que llevaba. El negro también lo era, y el contraste que le hacía quedaba muy resultón. Ya a su lado, el chico empezó animadamente: -Ah, justo a tiempo. Damian iba a hacer la inauguración del baile ya.- Luego sonrió, para luego añadir más sosegado: -Te queda muy bien. La más elegante del baile, con permiso de la princesa- No sabía si se habría llegado a enterar del todo del juego que habían llevado desde los vestidores, pero esperaba que simplemente con mirar a todos supiera a que princesa se refería. -(Espero que su majestad no se haya enterado o lo mismo cambia de parecer con la ejecución)- pensó divertido.

Luego de que Kalna respondiera, Rick se giraría hacia el italiano y se acercaría para ver el espectáculo que tenía en mente, esperando con curiosidad por saber qué haría.
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

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07/02/24, 06:56 pm
-¿¡Pero os habéis visto pedazo de cabrones!?- Volvió a repetir el motero mientras los miraba una y otra vez con los brazos abiertos. Lejos parecían quedar esas ropas llenas de mierda que encontraron en el torreón, sustituidas ahora por ropas jodidamente elegantes cada una a su manera. Connor no sabía adónde mirar, pues adónde lo hiciera encontraba algo nuevo que se le había pasado por alto antes. Los botones de estrella de Rick, los colores elegidos del cánido o aquella capa que llevaba Nohlem. El vestido de Aniol le hizo sonreír, mientras observaba aquellos colores que tan bien casaban con su maquillaje o a Damian. Quién parecía una puta bola de fuego andante, con esas tonalidades que tan bien describían su personalidad. El motero desvió la vista hacia Ethan tras fijarse en el neoyorquino y el varmano con más atención, con una expresión divertida hacia el japonés que quería decir: "Cómo van de guapos estos dos, ¿no joder?" Aunque Ethan estaba absorto con la vista al frente y con toda la puta razón del mundo...

Porque sí. Rick y Nohlem siempre le habían parecido guapos, porque lo eran y eso no se podía discutir de ninguna manera. Pero al igual que con Ethan cuando lo vio con su traje, Connor se sorprendió al verlos como si nunca lo hubiera hecho. Puede que fuera por la puta rutina, los harapos o el peligro inminente de morir como un cabronazo, daba igual la verdad... Era una imagen sustituida por otra jodidamente mejor, donde el atuendo de Rick combinaba con sus putos ojos de colores. Lo mismo se podía decir de Nohlem. Verde sobre el propio verde de su mirada y una elegancia más propia de cuando llegó a la ciudad, pero multiplicada por diez. Los ojos de Connor les observó quizás con algo de descaro mal disimulado, algo acelerado por dentro al verlos tan jodidamente guapos. Y....Sí, allí todos parecían putos príncipes y condes... Y él iba con unas botas de vaqueros.

<<Joder...>> Pensó con un bufido divertido ante lo mucho que desentonaba ahora mismo. Pero ni de coña iba a echarse atrás ahora, más bien al contrario, dónde sentía un estúpido orgullo por desentonar un poco.

-Gracias, joder, muchas gracias... Tu también vas elegante de cojones.- Empezó a decir con un asentimiento de cabeza y una sonrisa ante el halago de Rick. Le echó un brazo amistoso por los hombros y le dio varias palmaditas en el pecho y exclamó.-¡Ahora déjame ver esta mierda de las estrellas!- Aprovechó que lo tenía cogido para curiosear con los dedos los botones. Pero se distrajo y se separó cuando llegó Nohlem con sus palabras, riendo ante su puñetero ronroneo. Se puso una mano en el pecho intentando imitarle en elegancia, aunque ya debía saber por experiencia que aguantaba poco el tipo y no estaba a la jodida altura.- Nohlem de Bermellón...- Empezó a decir con una reverencia y una mano a la espalda.- Te queda tan bien que debo decir que... Ehhh...Hmmm....- El cerebro de Connor empezó a cortocircuitar sin saber que halago elegante decir... Bah, a la mierda.- Estás jodidamente guapo y.... ¡Que no cojo frío, puto imbécil de los cojones!- Le acabó soltando con una carcajada ante su comentario y el de Szcheniak. Luego, como si fuera un crío curioso con una mano toqueteó un poco su capa, y se rio sonoramente en consonancia con los gritos de Damian. Habló de nuevo con un tono entre divertido y de pique.- Mira cabronazo, esos pantalones hasta me hacen dudar sobre si hice bien en llamarte "Culo de Saco". Y es un halago, joder.-Le dijo mirando de arriba a abajo con una risotada.- Pero no se ve una mierda con esta capa.- Se encogió de hombros con una sonrisa y con sorna en su voz.

Luego su atención se desvió hacia quien para él eran los dos putos protagonistas de todo aquello: Aniol y Damian. Éste último vibraba de pura energía, sin parar de hablar entre halagos y comentarios que a Connor le sacaron unas estruendosas carcajadas.

-¿El puto malo de Rambo? ¡Ven aquí, mierdecilla!-Bromeó fingiendo ofensa y haciendo el ademán de intentar pillarle. No le dio tiempo a halagar a Damian, pues éste no tardó en explicarle todo su plan para hacer de jefe de ceremonias y que lo necesitaba a él. Connor lo escuchó con una sonrisa y los brazos cruzados, pero antes de si acceder o no a ayudarle se giró hacia Ethan y su jodida amenaza velada, que le sacó una risotada.-Tranquilo, cabronazo... Lo peor que podría pasar si me dejas solo al cuidado de un puto crío, es que arda la puta cocina. Y aquí no hay, así que...- Mientras lo seguía mirando con una sonrisilla divertida, cogió a Damian con facilidad de los brazos. En otra ocasión y para hacer la broma, quizás lo habría alzado del puto pie o a lo mejor de la cintura para darle unas putas volteretas. Pero no quería estropear aquel traje tan elegante. El motero se puso al italiano con facilidad sobre sus hombros y lo mantuvo firme agarrando sus rodillas, donde el niño tendría una vista privilegiada en aquella altura.- Lo primero, cabroncete...¡Estás guapo de cojones! ¿Te has visto esa puta cara?- Empezó a halagarle mientras echaba a andar con el crío encima dando pequeños botecitos y vueltas.

-¡Eh, Ania!- La saludó desde lejos intentando hacer una reverencia, que rectificó cuando cayó en que eso mandaría a Damian a tomar por culo contra el suelo.- ¡JODER! Ehhh... Vale, perdona...- Echó una mirada de culpabilidad al japonés antes de centrarse en la polaca.- ¿Los Descendientes? No tengo ni puta idea de que es eso... pero...- El motero volvió a sonreír mientras admiraba su vestido y asentía con la cabeza.- ¡Estás jodidamente guapa, Ania de Lavanda! Eres una puta princesa, joder.- Soltó entre carcajadas.- Te digo la verdad... Promesa de motero.- Cerró el puño esperando la respuesta de la polaca para que lo hiciera desde lejos.

Connor estaba acelerado y entusiasmado con todo aquello. Puede que a su yo del pasado le habría parecido una puta mierda aquella actividad... Joder, le habría parecido una puta mierda, si... Pero tras aquel mes y medio se sentía diferente a como había llegado. Ahora esa gente eran amigos suyos y Connor sentía la comodidad y la alegría acompañándole en ese momento. Necesitaba un puto respiro después de todo lo que había pasado... Y sobre todo quería que los críos se distrajeran.

-Hay mierdas secretas de las que hablar, ¿verdad Damian?- Le dijo con interés alzando la vista.- ¿Qué cojones habías pensado? Lo primero va a ser alguien que le ponga puta música a tu entrada, ¿no?- Sugirió mientras se acercaba poco a poco a Nohlem, todavía dando botecitos.- Eh Nohlem... ¿Nos echas una mano? Alguien va a tener que ponerle la música a este cabroncete... Lo único que no sé es para qué me quieres a mí, Damian...- Dijo con tono divertido.- Un momento, espera... ¿Es solo para llevarte a cuestas, joder? ¿Soy tu puto elefante?
LEC
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.

Personajes :
Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)

Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.

Armas :
Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
Nefer : Lanza, venenos

Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face

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07/02/24, 08:26 pm
Sus ojos recorrieron con interés al resto de sus compañeros y la ropa que habían elegido. Todas eran bastante distintas entre ellas, con una diversidad de estilos que podrían reflejar los gustos de cada uno, aunque para ella la mayoría fuera demasiado tapado, sin apenas transparencias, sin enseñar casi cuerpo. El chaleco de Connor era una excepción a la regla que le hizo sentir que a lo mejor el humano tenía algo de gusto aún habiendo elegido esas botas. Lo mismo pasaba con la camisa corta de Szczenyak, incluso la falda larga podría pasar por algo de ropa masculina de su mundo. El traje de Nohlem era elegante, sí, pero había elegido probablemente el peor color de todos, por mucho que contrastase con el rojo y el esmeralda de los detalles, infinitamente más agradables que aquel blanco.

Los niños iban muy guapos también, cada uno a su manera, y todos parecían estar pasándoselo bien con aquel juego tonto sobre princesas que habían montado. Resultaba raro que vieran como un juego algo que para ella era cotidiano; la ropa bonita, los bailes, los títulos nobiliarios. Aquello era un pedacito de normalidad para Kalna, un respiro en una farsa de vivir como alguien pobre. Cuando todo acabase, ella tendría eso a menudo, y eso influía en lo mucho que le costaba sacarle tantísima ilusión. Era agradable llevar ropa buena, estar maquillada, pero no dejaba de poder hacer eso cualquier día normal fuera de Rocavarancolia. Si no estuviera allí, probablemente en unas semanas estaría en el baile de alguna noble como celebración de Año Nuevo, pudiendo hacer lo mismo que iba a hacer allí pero con gente con la que compartía nivel social.

No se le estaba escapando la cantidad de cumplidos que se dedicaban todos y la capacidad que estaban teniendo para ignorarla y no dirigirle uno siquiera. ¿Qué clase de educación habían recibido para ser tan maleducados? Lo que se notaba la clase y la falta de esta que tenían los demás.
Estáis muy elegantes todos —dijo, de manera general. No pensaba caer tan bajo como el resto, y notaba a su tutora de protocolo clavándole la mirada si no demostraba la mayor educación en un contexto que ella seguía viendo como formal, aunque no pensaba decir nada particular sin recibirlo ella tampoco. Era educada, pero no tan generosa como para regalar ni siquiera un cumplido sin tener la certeza de que iba a recibir, como mínimo, algo al mismo nivel.

El que sí parecía tener un mínimo de saber comportarse era Rick, que se acercó a ella. Mientras llegaba se dedicó a observar su traje. Podía haber dicho que al menos era negro, que no había elegido un color feo, pero es que todo pasaba a un segundo plano al ver la gabardina y las estrellas. Si ya había sido algo nuevo verlas en las falsas ventanas del salón de baile, verlas en la ropa era algo tan nuevo que le costaba procesar lo demás. Era mágico, tanto en sentido literal como figurado. Le dedicó una sonrisa sincera ante su halago, para después posar una mano en su pecho e inclinarse en una reverencia sutil.
No es que tú te quedes muy atrás. Desde luego no me has decepcionado, estás… —era raro que se quedase sin palabras, pero le estaba costando encontrar una que expresase lo mucho que le fascinaba aquel conjunto— espectacular.

Visto que Damian iba a presentar el baile, le miró con interés, curiosa por ver qué idea tenía en mente para la presentación. Imaginaba que no iba a ser algo formal, pero quería ver si hacía alguna de esas acrobacias que había mencionado alguna vez. Y sobre todo, quería que lo hiciera para empezar a bailar.

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Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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08/02/24, 08:34 pm
Como buen varmano de clase alta las sutilezas del lenguaje eran su pan de cada día, pero claro, acostumbrado a pieles oscuras e intenciones ocultas por protocolo y modales, las caras pálidas de sus amigos eran una nueva definición de fácil para él. Los rubores eran aún más indiscretos y satisfactorios, como indiscretas eran sus pupilas redondas y a donde apuntaban. Estaba en una nube. Le rio las gracias a Eschecheniak y a Connor, a quien devolvió la reverencia con sarcasmo y una sonrisa al no esperarle cortocircuitando. Quedarse embobado por gente guapa estaba bien, pero tener ese mismo efecto en otros era tremendo chute al ego.

Oh, ja, la capa solo está para darle impacto al premio, tú no te preocupes.

Pero por mucho que quisiera levantarse la prenda ahí mismo y enseñarle sus gloriosas posaderas a Connor el granta sabía jugar sus cartas, y a escasos centímetros de cumplir su promesa con Ethan una coña podía arruinarle su papel de galán. El londinense se quedó con las palabras en la lengua y él con la miel en los labios (“mierda, la música, es verdad”) ya que Damian le robó el foco para organizar la introducción. Bajó la mano igual que bajó imperceptiblemente las orejas, procurando que no traspapelase su desencanto al no haber podido besarle la mano. No es que Ethan se hubiese olvidado de él, y así se lo hizo saber al pronto con aquel tironcito y…

Esta vez no hubo manera de domar a la serpiente de su sonrisa, tan instantánea como el calor de sus mejillas. “Mi príncipe”. La posesión delante del título, que viniera de un chico guapo… Por cosas más tontas se había encaprichado de gente en Varmania, y si bien con su risa -la misma que se le antojaba demasiado bonita de repente- podía entender su caracter como broma, nada quitaba efecto a sus palabras. ¡Además, tenía compañero de baile confirmado!

Oh. Bien. ¡Claro! —empezó espeso, reafirmándose con más brío contagiado de su risa—. Tengo la condena del músico, pero…

Dejó la frase al aire, demasiado cuajado para terminar con nada ingenioso. Ah no, no iba a quedarse sin bailar con Ethan, así tuviera que pegar a Connor a una guitarra o la cola de Schecheniak a un tambor. Espera, ¿había dicho que tenía algo para él?

¿El qu… —esta vez se quedó al aire porque no quedaba nadie para responderle, solo un espectáculo de gritos para la princesa Ania. Rio para sus adentros, volteando a atender a un Connor osogrifo y su jinete Damian. El cambio de escena le pilló tan desprevenido que se quedó mirándolos con los ojos como platos y una carcajada insonora en la boca—. Ah eh, eeeh, hola, sí. Sí claro —rio finalmente—. Pero no pienso ser vuestro tocadiscos para siempre, ¿eh? ¡Que yo también quiero bailar! ¡Y por muy felefante que seas tú también sabes tocar la guitarra!

Le señaló con un dedo acusatorio -el cual con todo el gusto del mundo chocó contra su duro pecho- y se dirigió de mientras al piano.

>>Además, ya me he comprometido a bailar con el príncipe mestizo, no puedo hacerle el feo de… Ah —se detuvo frente el banquillo, donde cayó en la cuenta de algo. Con ambas manos Nohlem se levantó la capa, y un gesto tan simple para no pisarla al sentarse se convirtió en una provocación a Connor cuando le miró de reojo con una sonrisa zorruna. Ahí estaba, su lindo trasero sin terciopelo de por medio—. EJEM —“carraspeó” en alto si acaso no tenía su atención de antes y se sentó.

No sabía muy bien que tenía pensado Damian ni que tocar para el caso, así que en busca de inspiración alargó la mano al libro de partituras que había sobre el piano. Las ojeó fugazmente, dejando que trocitos sueltos de canción sonasen en su cabeza para hacerse una idea de lo que había, deteniéndose en una que lucía de su gusto: alegre pero no apabullante, un término medio para amoldarse a lo que fuera. Colocó el libro en el atril y empezó a tocar.

Contra todo pronóstico el comienzo era… lúgubre y lento, por lo que tocó bajo y no del todo seguro para no pisar a Damian. Algo le extrañó, un pequeño sonido de fondo, como si el piano reverberase de más e hiciera vibrar sin querer otro instrumento. A medida que continuase la sensación sería una constante a la sala. Nohlem guió las orejas de un lado a otro en busca del eco, inseguro de si eran impresiones suyas o no, y si su mirada se encontraba por casualidad con la de otro su expresión sería de “yo no he sido”.

Y entonces pasó. Donde la partichela pedía la pausa del piano una batería arrancó a sonar sola, y con ella toda una banda de jazz. El varmano se pegó tal repullo que levantó las manos del piano como si quemase, demasiado sorprendido para gritar, y todavía sentado se giró al resto con los ojos como platos, comprendiendo entonces que- sí, sí había sido él. La sala estaba encantada. Tras un instante de entendimiento para asumir que, vale, las trompetas se tocan solas hizo lo más lógico: fluir.

Joder como amaba ese condenado sitio.

LA MÚSICA:

_________________________________________

♪♫♬:
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

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09/02/24, 12:49 pm
Ante la chinchada bromista de Connor, Damian se mostró bien vacilón como respuesta levantando los brazos como si de un combate de boxeo se tratase. Peso mosca contra peso mula, el primero daba amago de dar puñetazos al aire mientras corría hacia atrás esquivando el intento de agarre del motero.

¡Que te meto un puto combo como te acerques, mierdezón! —“amenazó” usando con libertad las palabrotas del pelirrosa por puro rebote y porque era como un loro con esas cosas.

Luego del divertido juego se dejó levantar y vaya si era una torre el puto bicho. Connor veía las cosas desde un grandioso punto de vista, la cual pudo disfrutar cuando ya se acomodó en sus hombros dando pequeños botes. Agarrado a su cabeza, miraba para todos lados con curiosidad.

¡Ya lo has escuchado! No me dejes caer que Ethan te dará la grande, Torre de Pisa —chinchó divertido dando toques a su cabeza y revolviendo un poco la rosada cresta—. ¡Hombreeee, si ya me arreglo pues lo hago en condiciones! ¿O quieres que venga a medias, eh? ¡Tu no te quedas atrás, eres un tanque y se te nota más con eso puesto! ¡Y que guapas las botas! —entre movimientos bruscos tuvo que agarrarse mejor a la cabeza por el amago que tuvo hacia atrás, dándose un sustillo—. ¡Tio que paranoia verlo todo desde aquí! ¿No te da fatiga estar alto todo el día, cabrito? ¡Eres más largo que un día sin pan!

Cuando Connor se acercó a Ania para saludarla Damian quiso hacer lo propio quitándose el sombrero para inclinarse desde su nueva montura pero además de él, Connor hizo lo mismo y entre los dos lograron ahorrarse el desastre diciendo un “¡JODER!” al mismo tiempo que su colega.

¡Si que lo está, para eso es la princesa más princesa! —asintió a las palabras de Connor con una sonrisa boba—. ¡Promesa de motero! —repitió como si fuese el loro personal de Connor sin tener ni puta idea de que era eso.

En sí, Damian estaba columpiándose en una buenísima vibra, todo era tan divertido que no podía evitar sonreír a cada rato. El ambiente, las charlas, sus amigos, los trajes… Era muy vivido todo y le encantaba formar parte de algo tan guay.

¡A-AH SI! —menos mal que se lo recordaron, su atención no podía estar más dispersa—. Pueeeeeeess… Hmmmm, lo llevare sobre la marcha no te ralles. —ahora que se lo preguntaban, no es que tuviese algo muy concreto en mente—. ¡E-eso, primero la música y Connor, quiero que me lleves al centro del escenario! —ordenó como quien dirige un tanque de guerra—. ¡No tío, eres un felefante pero con una cresta también JAJAJAJAJAJA! ¡JAJAJA venga venga, en el centro empiezo! ¡Y no tardo, ya podrás bailar en un ratito Nohlem!

Conforme Connor fue yendo al centro, Damian se preparó bien el pelo y el sombrero, apretando también sus guantes y aclarando la voz.

¡¡¡AAAAAATENCION TODO EL MUNDO!!! —empezó alzando las palmas. Que Nohlem empezase a tocar el piano fue un indicativo de que ya empezaba el show y no se quería quedar atrás. El tono de la canción empezó lento pero conforme fue subiendo, pudo escuchar algunos instrumentos más que lo acompañaron y Damian, sorprendido, vio que arrancó de pronto una banda entera. Sonrió ante todo aquello, realmente esa sala era perfecta y no iba a dejar atrás aquella oportunidad de oro—. ¡¡DAMAS YYYYY CABALLEROS, SEÑORAS Y SEÑORES!! ¡¡En este gran momento!! ¡¡En esta gran noche!! ¡¡Yo, Damian, vuestro maestro de ceremonias les presento con todo mi orgullo el grandioso, espectacular, increíble y magicofantástico BAILE REAL!!

Después de exagerados aspavientos y su voz muy alzada pero con tono grandilocuente terminó con los brazos extendidos como si fuese a abarcar toda la habitación. En cuanto la canción subió aun más lo siguiente le salió del alma.

¡¡COMENZAMOS CON LAS PRESENTACIONES!!

»¡Para empezar tenemos a la persona que me lleva como si fuese un sillón con patas! ¡Con la ropa más apretada que la tuerca de un submarino TENEMOS EEEEEEL FELEFANTE GUARDAESPALDAS REAL CONNOR! ¡¡UN APLAUSO!! —señaló con los dedos la cabeza que tenía justo delante.

»¡Como no tenemos que dar crédito al mejor pianista y director de orquesta del mundo que ha venido la mar de guapo esta noche! ¡Muy elegante y radiante, SALUDEMOS AL PRÍNCIPE ESMERALDA, NOOOHLEEEM! —motivado por la enorme banda que se sacó de la manga presentó a su amigo pelirrojo con toda la energía.

»¡¿Es una capa de estrellas molonas la que veo?! ¡Tiene estilo, gracia, y unos ojos de dos colores! ¡¿Os podéis creer eso?! ¡OS PRESENTO AL MÁS LISTO DE LAS ESTRELLAS, RICK! —sacó el pulgar al neoyorquino con una sonrisa.

»¡Ni yo sabía que era lo que se pondría y eso que fui con él pero me dejó con la boca abierta! ¡Vaya vestimenta se ha sacado de la manga! ¡Parece que flota en el aire toda esa tela! ¡Como su compañero de maquillaje y la persona que ha adornado mi espectacular cara DAD LA BIENVENIDA AL CONSEJERO REAL, NUESTRO PRECIOSÍSIMO EEEEEETHAN! —aplaudió hacia Ethan esperando a que los demás, sobre todo Nohlem (que no pensó que quizás si tocaba el piano era un poco imposible), siguiesen su gesto.

»¡Wow! ¡No esperaba que se maquillase también por lo que veo desde aquí arriba! ¡Os presento a nuestra GUERRERA GIGANTE KAAAALNA! —dio la presentación a la persona que lo enseñó a defenderse mejor.

»¡Ahora el chuc-! ¡ES BROMAAA! ¡Ya lo tengo como un colega de fruta madre! ¡Tiene mucho más pelo que todos nosotros juntos y un nombre aun más complicado, EEEEEL CABALLERO REAL ERSEKNIASRK! —se inventó sobre la marcha ese mote, luchando por decir el nombre del animal bípedo como pudo.

»¡Y POR ÚLTIMO PERO NO MENOS IMPORTANTE! ¡Tenemos aquí a una gran princesa que gobierna una corte y muchísimas tierras, no sé cuales son pero seguro que son increíbles! ¡Y se ha preparado guapísima para la ocasión, MIRAD ESE BONITO VESTIDO Y EL MAQUILLAJE ESPECTACULAR QUE SE HA PUESTO! ¡A MI ME HA DEJADO DE PIEDRA! —ahí se veía muy motivado, quizás demasiado—. ¡Me hace especial ilusión presentaros a LA PRECIOSA, GRANDIOSA, APUESTA Y BONITA PRINCESA AAAAANIA! —ahí se molestó en hacer una reverencia elegante, de nuevo agradeció su maquillaje por tener otro sonrojo tonto.

»¡Y ESO ES TODO! ¡Una pena que no hayan venido el resto, por eso UN GRAN APLAUSO PARA LOS QUE FALTAN!

Literalmente se dejó la garganta en esa presentación, riendo como nunca mientras aplaudía también por lo apañado que le quedó todo.
Muffie
Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

Personajes :
Wednesday: Vouivre humana británica.
Karime: Licántropa loba libense de la capital.
Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.



Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
Ka: Le falta el ojo izquierdo.
Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.


Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.

Armas :
Wen: Guadaña doble y arco.
Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
Kim: Arco, machetes y dagas.
Neil: Cuchara de madera y cera.
Edén: Magia y sonrisas amables.
Colmillo: inutilidad.



Humor : Absurdo

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

09/02/24, 05:53 pm

Aunque un poco decepcionado porque realmente no le hubiera hecho de pedestal, Colmillo animó a Connor cuando cogió a pulso a Damián para ponérselo sobre los hombros, un poco maravillado con la fuerza del motero. No es como si él mismo no hiciera eso bastante habitualmente con sus sobrinos, pero Damián, incluso con lo delgado que estaba, era una cachorro bastante más grande que los que él solía cargar.

-Y yo que tenía entendido que la guitarra de Connor no podía igualarse a tu piano y ahora resulta que cualquier cosa vale -bromeó el vittya ante las quejas de Nohlem-. Cuidado con lo que pides a ver si voy a acabar tocando yo y nadie puede bailar por tener que estar tapándose los oídos.

A pesar de sus quejas y excusas, el varmano no decepcionó y se sentó al piano con una floritura exagerada y, a diferencia de la vez anterior, eligió una partitura de las que ya había en la sala en vez de tocar alguna de las canciones que ya se sabía previamente como parecía que había hecho antes.

Al principio, mientras Damián exigía a su nueva montura que lo llevara al escenario, Szczenyak se concentró en la nueva música, disfrutando de ella a la espera de que los esperados berridos del italiano la opacaran, por lo que no tardó en fruncir el ceño al notar más instrumentos del piano que estaba siendo tocado. Con asombro, dio vueltas a su alrededor verificando que así era, algunos instrumentos, los suficientes para formar la orquesta que requería la pieza musical, habían comenzado a tocar sus partes mágicamente.

-¿Cómo coño lo has hecho? -le preguntó sorprendido al varmano cuando este levantó las manos del piano con la misma sorpresa-. Joder, qué guapo. Ahora Connor tampoco necesita coger la guitarra.

Todavía impresionado, como ya era costumbre, por las maravillas de la magia, el zawodny cambió su atención de nuevo a Damián, quien había comenzado a hacer aspavientos y a gritar que iba a presentar el Baile Real, dedicando presentaciones personales uno a uno a todos los que ahí estaban. Colmillo, divertido con las palabras y la emoción del niño, aplaudió tras el nombre de cada compañero, riendo incluso con la peculiar presentación que le tocó, sin detenerse siquiera en el insulto abortado porque aquel momento era para la diversión y no para enfados que cada vez tenían menos importancia. Además, era mucho más sano y divertido centrarse en el horrible intento de decir su nombre, el cual le hizo soltar una sonora carcajada. “Joder, tengo que empezar a hacer una lista con todos los putos intentos. Algunos se merecen un premio” pensó intentando serenarse para escuchar la presentación final y la más efusiva, para concluir en una petición de aplauso general para aquellos que se habían quedado en el torreón.


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"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

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10/02/24, 11:29 pm
Fue casi al instante, una reacción tan rápida que no pudo ni razonar. Damian gritaba y él aplaudía al unísono, embriagado por el buen ambiente que se había formado. Su sonrisa se dibujaba en ambas comisuras, dejando que pequeñas risas se escaparan con los ligeros tirones de Ania, la mirada culpable de Connor tras casi tirar al pequeño o por recordar una pulla que no había podido devolver al tonto de Rick, se habría enterado si tan solo no hubiera huído nada más soltarla. Ahí estaba él, relajado ante las notas del piano y el espectáculo que le regalaban sus compañeros.

Hasta que un dichoso saxofón decidió sonar a su espalda…

El sobresalto inicial le hizo apartar con urgencia al polaco del lugar, apenas duró un segundo, interponiendo su brazo entre la niña y la fuente de música. Ethan no se permitió soltar aire hasta que la segunda nota llegó a sus oídos y con ella una melodía a la que cada vez más instrumentos se unían. Claro, la sala era mágica, como todo. No pudo evitar reírse con un tanto de amargura, sorprendido ante la tensión que acumulaba aún en un ambiente distendido pero bueno, era eso, un mero susto y la fiesta debía continuar.

-Perdona ay, que susto. -Le explicó a Ania con una mano en el pecho y la otra dándole un ligero toque en la cabeza. Se estaba arrepintiendo en silencio de no haber traído su lanza con él. -Se que ambos teníamos parejas de baile… pero hasta que dejen de estar ocupados, ¿Me concederías este inicio?

La partitura había roto en un momento mucho más animado y ahora que el resto de la sala estaba siguiendo las notas divertidas del piano el joven había recuperado sus ganas por poder moverse. El ritmo era muy bueno, un jazz antiguo lo suficientemente regular como para que uno pudiera intuir cómo iba a seguir la canción. La nostalgia le golpeó casi al instante. no por el estilo de la música. si no por todas esas tardes gastadas en su salón,danzando con una pierna que para entonces le daba bastante más movilidad.

Su pie marcaba los golpes más rítmicos antes de que con tontuna se atreviera a simular que tocaba la batería en el aire, rematando un platillo antes de sacarle la lengua con diversión al polaco. Si había empezado modesto ahora su falda se movía a la par que su cintura, en sincronía con la orquesta. No esperó mucho más antes de tomar la mano al pequeño para tirar con suavidad de él, permitiéndole dar un giro sobre sí mismo mientras poco a poco Ethan le guiaba al centro de la sala, marcha atrás.

En cuanto la princesa pudiera completar su vuelta el londinense le estaría esperando para darle la otra mano, así siguiendo un ritmo más swing que principesco iria empujando ambas muñecas en desincronía, cuando una se adelantaba la otra se atrasaba. Un compás electrizante que guiaba la energía desde su unión hasta el resto de su cuerpo. Hombros que subían y bajaban, caderas yendo de derecha a izquierda y unas piernas que se moverían tanto como quisiera el niño desplazarse. Ethan le marcaba el ritmo, pero no la intensidad del mismo por lo que podrían ir como su dama dictase y girar cuantas veces ella quisiera.

La música era todo lo que ocupaba sus oídos, no había urgencia, ni alarma, solo las risas compartidas y la única preocupación de adaptarse a cada cambio que la canción tenía que ofrecerles. Ninguno de los dos continuaba precisamente para un baile de ese estilo, pero de alguna manera ese detalle solo le hacía más gracia. Adoraba ver el vestido de Ania abrirse en una bonita amapola rosada con cada giro, la sutileza de sus rizos moverse a cada paso y la sonrisa contagiada en sus ojos color miel. Era idílico pues allí ninguno de los dos habían sido secuestrados, estaban lejos de su hogar sí, pero porque aquella reunión era para príncipes de todos los rincones del mundo, un encuentro para pasarlo bien y disfrutar de la música. Nada más.

-¡Venga Ania, tienes que demostrarles por qué eres la mejor princesa del reino!
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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12/02/24, 12:30 am
Al halago de Connor también se inclinó con su respectivo -Gracias.- A su buen ánimo le sumó una pizca los insultos que usaba el motero como parte indispensable de su vocabulario. A estas alturas ya empezaba a tenerles algo de aprecio incluso. En cuanto lo atrapó con el brazo el neoyorquino rio con el interés que tenía en su ropa, ayudándole a que se fijara en los detalles. -Con calma, que no se van a ir a ninguna parte- bromeó mientras pellizcaba la tela alrededor de uno de los botones, acercándolo en la medida de lo posible a su compañero. No tardó en fijarse en el resto, sin embargo. Estaban todos muy guapos al fin y al cabo y el cumplido ya se lo había llevado, así que tampoco es que fuera a tenérselo en cuenta.

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Las sonrisas de la libense todavía se le hacían algo raro, aunque por eso mismo podía valorarlas más aún. Rick le devolvió la pequeña reverencia con elegancia y un sonrisa ladeada, tan sincera como la suya y algo divertido con la reacción de la chica. -Me alegra escuchar eso- empezó tranquilo, añadiendo después más animado mientras se acercaban al grupo -Creo que mi conjunto está marcando tendencia aunque, bueno, creo que todos lo estamos haciendo.-

La inauguración de Damian ya prometía antes de empezar. Solo el ver al italiano montado encima de Connor cual "felefante" dando órdenes desde las alturas tan entusiasmado ya le sacaba una risilla. Las bromas de uno y otro solamente aumentaban las ganas de ver cómo salía y la tranquilidad que iba ganando terreno en su interior. Los primeros compases del piano anunciaban el comienzo del espectáculo y justo cuando la pizca de expectación parecía que iba a saltar en Rick... En cuanto sonó otro de los instrumentos se giró al instante en su dirección, más extrañado que preocupado gracias al ambiente. Parpadeó perplejo con lo que estaba viendo y escuchando, mirando al varmano en busca de explicaciones que, al cruzarse su mirada, le quedó claro que estaba tan perdido como él. -(Como no, los instrumentos también son mágicos)- pensó retomando la calma. El lugar le parecía más sorprendente con cada minuto que pasaban en él. Asintió al comentario de Szczenyak, añadiendo en dirección a Nohlem: -La verdad que sí. Si el conjuro se mantiene la música ya no va a ser un problema. Todo el mundo puede disfrutar del baile.- Además justo eran pares, así que nadie se quedaría solo.

Ahora sí, a la primera llamada de atención del niño, Rick se centró en la presentación. Se  dejó llevar con su actuación y fue aplaudiendo con ganas (además de riendo con algunas de las ocurrencias) a cada nombre que iba diciendo. Cuando llegó su turno, Damian le sacó una amplia sonrisa al neoyorquino, que para terminar de lucirse con el foco momentáneo se echó la gabardina para atrás con los brazos, dejando que se vieran aún más las estrellas de su interior. A cambio de su pulgar hacia arriba, él le devolvió un guiño cómplice, que le daba las gracias por todo el esfuerzo que estaba haciendo con las presentaciones.

Luego de aplaudir por sus compañeros que vigilaban el torreón, por fin dio comienzo el baile. Eso sí, se fijó que ya había una pareja que no estaba perdiendo el tiempo y ya estaban dándolo todo en la pista. Contempló a Ethan y Aniol, disfrutando de sus movimientos y lo bien que se lo estaban pasando. -Tenéis una buena maestría del juego de pies, majestad. Y vuestro consejero no se queda atrás en absoluto- vitoreó a uno y otro mientras seguían su coreografía.

Ya iba siendo hora de unirse y, ahora que lo pensaba, la música no podía haber sido más perfecta. Se giró hacia Kalna y preguntó: -¿Recuerdas lo de que se me daba bien el swing? Creo que es hora de que te enseñe- Por un momento, su tono se volvió más serio a la vez que le extendía una mano con cortesía: -Si me concedes este baile, claro- En cuanto la respuesta fue afirmativa, el neoyorquino volvió a la animada sonrisa que llevaba desde que había llegado al salón y tomó posición para empezar.

Los pasos que iban dando empezaron más lentos de lo que cabría esperar para el ritmo de la música, para así ir indicándole mejor los movimientos base. En cuanto la libense le cogiera un poco el tranquillo, Rick empezaría a ir al compás de las notas. De momento, aunque se notara su experiencia, no estaba dándolo todo para que Kalna pudiera ir acomodándose a la canción, aunque ganas no le faltaban si cualquiera se fijaba en algunos detalles. -No vas nada mal- la alagó luego de unos cuantos compases bien ejecutados. -Podemos darle un poco de caña si te ves con ganas- ofreció luego. El ratito que llevaban, aunque iba bien, todavía no le había hecho darse cuenta de un pequeño detalle que diferenciaba los bailes de sus mundos.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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12/02/24, 05:34 pm
A la niña no le dio tiempo sobresaltarse por la música que no provenía de Nohlem pues en apenas un segundo el brazo de Ethan actuó como un resorte y se interpuso entre ella y el enemigo invisible antes de que pudiera comprender qué estaba pasando. La mano en el pecho del chico le dio una punzada de ternura y el toquecito en la cabeza permitió que se relajara.

¡Ay! Qué sustituto… —podía entenderlo, mientras ella disfrutaba de las pocas cosas divertidas que ofrecía la ciudad, los mayores siempre trataban de protegerla a toda costa. Y además… no hacía tanto de lo de Serena—. AYaYaAYAYA MÚSICA MÁGICA —Cuando se percató de que la melodía parecía ser emitida por los instrumentos cercanos a las paredes fue todo un alivio que se tradujo en una sonrisa descansada. La polaca acarició los dedos de su angelito de la guarda con los suyos, preguntándose si a la pelirroja le hubiera gustado estar allí en un momento como ese—. ¡Concedido! ¡Es todo un honor bailar con un consejerito tan bello! ¿Seguro que no tienes sangre real?.

El maestro de ceremonias no tardó en hacer lo suyo, eclipsando lo extraño que le resultaba que Connor no supiera qué película era Los Descendientes. ¿Es que en Texas no existía Disney Chanel?

Shhh... SHHH —mandó a callar aunque nadie estuviera molestando en particular—. ¡Que ya empieza! AAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaa... —Ania sonreía por la visión que tenía ante sus ojos. Damian estaba muy gracioso en los hombros de su montura y relucía con todos los colores del arcoíris, su tono grandilocuente a cada nueva presentación le arrancaba una sonrisa tímida.

El italiano brillaba cual sol radiante. Y en aquel palacio ella se sentía un poquito girasol.

¡Esa soy yo! —la timidez al recibir tanta atención por parte de su amigo no se atascó en su garganta, así que Ania logró reunir fuerzas para alzar la voz un poquito por encima del resto pero sin dejar de sonar suave tal y como se dirigiría una buena princesa a su pueblo—. ¡Agarren de la mano a sus parejas! ¡Rápido! —la armonía del jazz ya los envolvía a todos como hilos enredando sus corazones de manera que nadie podía ver—. ¡Vayan a por sus guerreras! ¡Acercaros a vuestros principitos! ¡El Baile Real queda inaugurado! —y para dar ejemplo siguió los pasos de Ethan hacia el centro de la sala.

Danzar con el medio japonés resultaba más sencillo de lo que creía. En un primer momento la niña temió no estar a la altura de una heredera de su categoría pues por mucho que se le llenara la boca estaba más acostumbrada a imitar los pasos cuadriculados del Tik Tok de su hermana. Volar sobre un salón de baile era bien distinto y más con un vestido que si bien no era pesado, la hacía sentir que debía tener el doble de cuidado y elegancia para no caer y estropearlo.

Sin embargo, la electricidad estaba ahí. Y también la complicidad de su acompañante, alguien en quien confiaba plenamente. Si se perdía un poco solo tenía que relajarse con los movimientos de hombros de Ethan. Si le trepaba la vergüenza solo debía reír por los gestos del chico al imitar que tocaba una batería.

Jeje... ¡Vais a ver! —las palabras de Rick terminaron de infundirle un ánimo que la hizo despegar. La niña dejó el ridículo atrás y pronto sus pasos comenzaron a ser más amplios y primaverales sin dejar de respetar el ritmo contenido que marcaba la canción. Cada vez que giraba Ethan seguía ahí para recogerla y acompañarla a un ritmo cada vez más vertiginoso y divertido. El pecho de Ania subía y bajaba con emoción mientras sus cabellos oscuros flotaban con la misma gracia que la falda del consejero.

Nadie podía borrar la ilusión tatuada de su corazón al poder bailar con una persona a la que apreciaba tanto. La risa empezó a ser su banda sonora el tiempo que su cintura se movía al compás. Acababa de descubrir que la música también poseía receta, y los ingredientes eran movimientos de cadera opuesto al de sus manos y un juego de pies que sin bien no era profesional desprendía una convicción sin igual.

¡Ethan! —los ojos color miel del niño no envidiaban al fulgor de las pulseras de plata que aún portaba en la muñeca—. ¡Te toca girar a ti! ¡A mover el pompis!.

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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

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13/02/24, 10:40 am
-¡Tranquilo, cabronazo!- Le dijo Connor a Nohlem entre risas, divertido con sus palabras y su dedo impactando en su pecho.- Cuando estés hasta los cojones hacemos el puto cambio. Yo también me he quedado con las putas ganas de tocar la guitarra- Le dijo con un encogimiento de hombros y una sonrisa. Aún así no se esperó el siguiente movimiento de Nohlem, el cuál fue a sentarse mostrando su puñetero culo intencionadamente. El motero lo miró con los ojos abiertos y una sonrisa divertida, al varmano no... a su culo joder, y agarró con una de sus manos fuertemente  las piernas de Damian para que no se cayera por lo que estaba a punto de hacer. A fin de cuentas, el italiano seguía sentado sobre sus hombros. No podía negar que Nohlem tenía un buen, bonito y jodido culo al que los pantalones viejos de antes no le hacían ninguna justicia. Pero aquel gesto que le había hecho pedía a gritos que él no se quedara quieto, y tampoco quería, así que mientras agarraba con fuerza a Damian su mano derecha se estiró hacia atrás con fuerza y...- ¡PERO SI YA NO ES UN CULO DE SACO! ¿QUÉ COJONES HA PASADO AQUÍ?- ¡SPLASH...! El puto tortazo sonó claro en las nalgas del varmano, acompañado de las risas de Connor que ya estaba dando un par de pasos atrás con Damian aún encima para huir del crimen.- ¡No es culpa mía, joder! Ha sido de tu culo que es la hostia y eh... ¡La idea me la ha susurrado Damian en el oído! ¿Verdad? ¿Verdad?- Mintió con descaro intencionado y una sonrisa desafiante que le delataba.

Si, el cabronazo tenía un buen culo.

Pero era la hora de la función del italiano, así que Connor se puso en el centro de la sala mientras escuchaba cómo los iba presentando uno a uno. El motero rio con su propia presentación y dio varios saltitos para hacer botar al maestro de ceremonias como respuesta. Se respiraba un ambiente cargado de tranquilidad y sobre todo de una puñetera energía y ganas de pasarlo bien. A cada grito de Damian, Connor aplaudía con entusiasmo. Normalmente seguido de un: "¡Así se dice, cojones!" o de un "¡Qué bien se te da esto, cabroncete!"

Finalmente la música dio comienzo. Un estilo que no era para nada el suyo, pero que incitaba al puto movimiento y a mover el cuerpo con ganas y jodida diversión. Y qué decir de lo bien que tocaba aquel cabrón de Nohlem. Sin embargo tuvo que ponerse durante un segundo tenso con aquellos nuevos sonidos que surgieron de la nada y el movimiento protector de Ethan hacia Ania... Aquella ciudad parecía hecha por un maldito psicópata, pero aquello parecía estar hecho como un regalo para ellos. Los instrumentos sonaban solos, acompañando a Nohlem en una sinfonía cargada de fuerza y sobre todo de promesas de alegría y pasos de baile.

-Joder.... ¡Vale! ¡Ya habéis oído a la Princesa Ania, panda de cabrones! ¡A bailar!- Secundó a la polaca mientras empezaba a dar botes con el italiano encima y soltando unas risotadas. El baile y Connor no eran mierdas que pudieran ir juntas, ya que no se le daba muy bien. Pero sí era bueno haciendo el gilipollas. El motero cogió a Damian y lo sacó de sus hombros, pero lejos de dejarlo en el suelo lo mantuvo en el aire cogido por debajo de las axilas como si fuera un jodido bebé.- ¿Le gustaría ser mi puta pareja de baile, maestro de ceremonias? Prometo ser el gilipollas imbécil que parezco ser... ¡A mí me ha sonado a un sí!- Dijo sin esperar respuesta y dio varias vueltas con "clase" como si fuera uno de esos bailes de los ricachones, solo que portaba a Damian en sus manos entre carcajadas. El motero se iba acercando a todos y les iba dando pequeños empujones con las caderas a modo de juego, o usaba literalmente a Damian para ello.

Finalmente dejó en el suelo al italiano con unas risotadas graves y empezó a moverse más suelto. No era su puta especialidad, pero desde luego se lo estaba pasando bien. Dando pequeños pasos hacia atrás y hacia adelante e invitando con la mirada a Damian a hacer lo mismo. Sus hombros subiendo y bajando marcaban el ritmo de una música desconocida para él, pero que sonaba jodidamente bien y le gritaba a su cuerpo seguir moviéndose.-¡Vamos, cabroncete! ¡Enséñales de que puñetera pasta estás hecho! ¡Ay coño, pero no me pises!- Exclamaría entre risas, aunque él también le dio varios pisotones sin querer en lo que parecía ser una guerra de haber quien pisaba mas fuerte sin darse cuenta... De vez en cuando cogía las manos del italiano y las movía de atrás hacia delante: cuando un brazo se adelantaba el otro se retiraba en un baile infantil y cómico pero fácil de seguir para sí mismo la verdad. Y en un momento dado empezaría a imitar jodidamente todo lo que hiciera Damian, aunque si al italiano se le ocurría hacer sus putas volteretas se abstendría de imitar una mierda.

En un segundo de absoluta iluminación a Connor se le ocurriría intentar el baile más cliché para un puto texano: Footloose Dance. O al menos su versión empobrecida de él, aunque lo intentaba con puto esmero.

-¡Esta mierda es para vaqueros! ¡Tienes que tener unas botas cómo éstas para hacerlo con estilo, joder!- Le diría a Damian y en verdad a todos en la sala, entre risas. Connor se agarraría la parte delantera del pantalón como si fuera un cinturón imaginario, mientras daba un par de vueltas sobre sí mismo y movía la cadera de un lado a otro, con una mano en el aire como si llevara un lazo. Daba palmadas con cada vuelta y se tocaba los talones de sus botas vaqueras, también pequeños empujones amistosos al crío con el culo o movía con energía una de las piernas mientras con la otra estaba a la pata coja e imitaba que tenía una guitarra entre las manos. Su cabeza subiendo y bajando alocadamente.

Connor se lo estaba pasando de puñetera madre, de eso no había duda.
LEC
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.

Personajes :
Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)

Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.

Armas :
Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
Nefer : Lanza, venenos

Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face

Palacete - Página 35 Empty Re: Palacete

13/02/24, 01:12 pm
¿Cómo quieres que no lo haga, si brillas como el cielo? —de manera literal, además. A lo mejor para el resto de los presentes las estrellas no eran algo tan raro como en Libo, pero para ella era una novedad que lo hacía aún mucho más especial que el corte perfecto o el hechizo en sí.

Kalna entendía que todo aquello era un juego infantil, uno al que tal vez otras niñas y niños en su mundo jugaban, pero a ella se le antojaba extraño a jugar a un día relativamente cotidiano, algo que podía ser un viernes o un sábado cualquiera. No le era extraño soñar con ser caballeras y príncipes y esas cosas, pero Mánide había exigido de ella que se tomase los eventos sociales como algo serio incluso antes de que fuera lo bastante mayor para ir.

Se tensó levemente al oír un instrumento que no debería sonar unido al piano, pero al igual que el resto de sus compañeros no tardó en darse cuenta de que en realidad era otro hechizo, que estaba haciendo sonar el resto de los instrumentos de la sala. El ritmo era totalmente nuevo, algo desconocido para ella, pero no tardó en empezar a llevarlo con suavidad con el pie, disfrutando de la música.

La presentación de Damian, desde lo alto de Connor, a gritos y de la manera menos regia y protocolaria posible, le hacía sentir incómoda en su propia piel, casi encorsetada en un ambiente demasiado distendido para su gusto. Tal vez si hubiera tenido una infancia más normal, aquello no le daría punzadas de vergüenza ajena, pero no podía hacer nada por evitarlo. Aquello no impidió, de todos modos, que aplaudiera (aunque de una manera mucho más recatada de la que probablemente se esperaba) cuando el niño lo pedía, ya no solo por no quedar mal, sino porque el chico estaba presentando igualmente todo y se merecía que su público respondiera, aunque fuera más propio de un espectáculo callejero de que de un baile. Cuando llegó su presentación, le dedico a Damian (y al resto) una profunda reverencia, una digna del falso evento que habían montado. Había sido automático, ni había pensado en que hubiera otra respuesta más apropiada.

Por infantiles que fuesen, las palabras de Ani¿a? sonaban más apropiadas para un baile, y que hubiese usado los géneros apropiados para Libo solo sumaba a que le sacase una pequeña sonrisa, casi imperceptible. Dejando que la “princesa” iniciara el baile, un acto protocolario que le correspondía porque su título imaginario estaba por encima del de ella, observó a la pareja bailar con curiosidad, pues era algo nuevo.

Irónicamente, Kalna se sentía mucho más cómoda ante la seriedad y formalidad de la pregunta de Rick. Le resultaba natural aquello, aunque no fuese ella quien hiciese la petición.  Claro que no iba a olvidarse tan rápido de que le debía un baile, ni de que iba a enseñarle toda esa música terrestre. «Así que esto es swing», se anotó, con interés. Sonaba bien, moderno, y aunque no fuera a colarse entre sus géneros favoritos, no le iba a hacer ascos tampoco.
Por supuesto —aceptó, dándole la mano y dedicándole una sonrisa genuina.

Era extraño dejarse llevar, y también en cierta manera era extremadamente nostálgico. Podía casi sentirse una niña pequeña aprendiendo a bailar por primera vez y dejándose llevar por su profesora para aprender a seguir el ritmo y los primeros movimientos.
Me halagas, pero dista mucho de estar bien —no hablar ya de que estuviera siquiera cercano al nivel de él.
No es que Kalna fuese una persona humilde, pero realmente sentía que no merecía aquel cumplido. Podía no estar mal para ser su primera vez, pero seguía tan lejos de la perfección a la que aspiraba que ni siquiera ella se veía capaz de no ser modesta.

»Sé seguir un ritmo, así que no es un problema si quieres…darle caña —definitivamente esa iba a ser la primera y la última vez que utilizase una expresión de ese estilo. Sonaban demasiado raras en su boca, completamente fuera de lugar, por no hablar de lo ridícula que se había sentido diciéndolo.

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Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
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