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Palacete

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Palacete - Página 36 Empty Palacete

03/08/11, 01:04 am
Recuerdo del primer mensaje :

Hecho en piedra gris, con forma de U, coronado por una cúpula de cristales negros y esmeralda bajo la cual hay un ventanal ovalado. Se entra por una escalinata de azulejos a un recibidor circular con dos grandes escaleras a ambos lados. Sobre este, se encuentran las habitaciones, flotando a distintas alturas.

Descripción más detallada sacada de la saga:

Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

10/02/24, 11:29 pm
Fue casi al instante, una reacción tan rápida que no pudo ni razonar. Damian gritaba y él aplaudía al unísono, embriagado por el buen ambiente que se había formado. Su sonrisa se dibujaba en ambas comisuras, dejando que pequeñas risas se escaparan con los ligeros tirones de Ania, la mirada culpable de Connor tras casi tirar al pequeño o por recordar una pulla que no había podido devolver al tonto de Rick, se habría enterado si tan solo no hubiera huído nada más soltarla. Ahí estaba él, relajado ante las notas del piano y el espectáculo que le regalaban sus compañeros.

Hasta que un dichoso saxofón decidió sonar a su espalda…

El sobresalto inicial le hizo apartar con urgencia al polaco del lugar, apenas duró un segundo, interponiendo su brazo entre la niña y la fuente de música. Ethan no se permitió soltar aire hasta que la segunda nota llegó a sus oídos y con ella una melodía a la que cada vez más instrumentos se unían. Claro, la sala era mágica, como todo. No pudo evitar reírse con un tanto de amargura, sorprendido ante la tensión que acumulaba aún en un ambiente distendido pero bueno, era eso, un mero susto y la fiesta debía continuar.

-Perdona ay, que susto. -Le explicó a Ania con una mano en el pecho y la otra dándole un ligero toque en la cabeza. Se estaba arrepintiendo en silencio de no haber traído su lanza con él. -Se que ambos teníamos parejas de baile… pero hasta que dejen de estar ocupados, ¿Me concederías este inicio?

La partitura había roto en un momento mucho más animado y ahora que el resto de la sala estaba siguiendo las notas divertidas del piano el joven había recuperado sus ganas por poder moverse. El ritmo era muy bueno, un jazz antiguo lo suficientemente regular como para que uno pudiera intuir cómo iba a seguir la canción. La nostalgia le golpeó casi al instante. no por el estilo de la música. si no por todas esas tardes gastadas en su salón,danzando con una pierna que para entonces le daba bastante más movilidad.

Su pie marcaba los golpes más rítmicos antes de que con tontuna se atreviera a simular que tocaba la batería en el aire, rematando un platillo antes de sacarle la lengua con diversión al polaco. Si había empezado modesto ahora su falda se movía a la par que su cintura, en sincronía con la orquesta. No esperó mucho más antes de tomar la mano al pequeño para tirar con suavidad de él, permitiéndole dar un giro sobre sí mismo mientras poco a poco Ethan le guiaba al centro de la sala, marcha atrás.

En cuanto la princesa pudiera completar su vuelta el londinense le estaría esperando para darle la otra mano, así siguiendo un ritmo más swing que principesco iria empujando ambas muñecas en desincronía, cuando una se adelantaba la otra se atrasaba. Un compás electrizante que guiaba la energía desde su unión hasta el resto de su cuerpo. Hombros que subían y bajaban, caderas yendo de derecha a izquierda y unas piernas que se moverían tanto como quisiera el niño desplazarse. Ethan le marcaba el ritmo, pero no la intensidad del mismo por lo que podrían ir como su dama dictase y girar cuantas veces ella quisiera.

La música era todo lo que ocupaba sus oídos, no había urgencia, ni alarma, solo las risas compartidas y la única preocupación de adaptarse a cada cambio que la canción tenía que ofrecerles. Ninguno de los dos continuaba precisamente para un baile de ese estilo, pero de alguna manera ese detalle solo le hacía más gracia. Adoraba ver el vestido de Ania abrirse en una bonita amapola rosada con cada giro, la sutileza de sus rizos moverse a cada paso y la sonrisa contagiada en sus ojos color miel. Era idílico pues allí ninguno de los dos habían sido secuestrados, estaban lejos de su hogar sí, pero porque aquella reunión era para príncipes de todos los rincones del mundo, un encuentro para pasarlo bien y disfrutar de la música. Nada más.

-¡Venga Ania, tienes que demostrarles por qué eres la mejor princesa del reino!
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

12/02/24, 12:30 am
Al halago de Connor también se inclinó con su respectivo -Gracias.- A su buen ánimo le sumó una pizca los insultos que usaba el motero como parte indispensable de su vocabulario. A estas alturas ya empezaba a tenerles algo de aprecio incluso. En cuanto lo atrapó con el brazo el neoyorquino rio con el interés que tenía en su ropa, ayudándole a que se fijara en los detalles. -Con calma, que no se van a ir a ninguna parte- bromeó mientras pellizcaba la tela alrededor de uno de los botones, acercándolo en la medida de lo posible a su compañero. No tardó en fijarse en el resto, sin embargo. Estaban todos muy guapos al fin y al cabo y el cumplido ya se lo había llevado, así que tampoco es que fuera a tenérselo en cuenta.

------------

Las sonrisas de la libense todavía se le hacían algo raro, aunque por eso mismo podía valorarlas más aún. Rick le devolvió la pequeña reverencia con elegancia y un sonrisa ladeada, tan sincera como la suya y algo divertido con la reacción de la chica. -Me alegra escuchar eso- empezó tranquilo, añadiendo después más animado mientras se acercaban al grupo -Creo que mi conjunto está marcando tendencia aunque, bueno, creo que todos lo estamos haciendo.-

La inauguración de Damian ya prometía antes de empezar. Solo el ver al italiano montado encima de Connor cual "felefante" dando órdenes desde las alturas tan entusiasmado ya le sacaba una risilla. Las bromas de uno y otro solamente aumentaban las ganas de ver cómo salía y la tranquilidad que iba ganando terreno en su interior. Los primeros compases del piano anunciaban el comienzo del espectáculo y justo cuando la pizca de expectación parecía que iba a saltar en Rick... En cuanto sonó otro de los instrumentos se giró al instante en su dirección, más extrañado que preocupado gracias al ambiente. Parpadeó perplejo con lo que estaba viendo y escuchando, mirando al varmano en busca de explicaciones que, al cruzarse su mirada, le quedó claro que estaba tan perdido como él. -(Como no, los instrumentos también son mágicos)- pensó retomando la calma. El lugar le parecía más sorprendente con cada minuto que pasaban en él. Asintió al comentario de Szczenyak, añadiendo en dirección a Nohlem: -La verdad que sí. Si el conjuro se mantiene la música ya no va a ser un problema. Todo el mundo puede disfrutar del baile.- Además justo eran pares, así que nadie se quedaría solo.

Ahora sí, a la primera llamada de atención del niño, Rick se centró en la presentación. Se  dejó llevar con su actuación y fue aplaudiendo con ganas (además de riendo con algunas de las ocurrencias) a cada nombre que iba diciendo. Cuando llegó su turno, Damian le sacó una amplia sonrisa al neoyorquino, que para terminar de lucirse con el foco momentáneo se echó la gabardina para atrás con los brazos, dejando que se vieran aún más las estrellas de su interior. A cambio de su pulgar hacia arriba, él le devolvió un guiño cómplice, que le daba las gracias por todo el esfuerzo que estaba haciendo con las presentaciones.

Luego de aplaudir por sus compañeros que vigilaban el torreón, por fin dio comienzo el baile. Eso sí, se fijó que ya había una pareja que no estaba perdiendo el tiempo y ya estaban dándolo todo en la pista. Contempló a Ethan y Aniol, disfrutando de sus movimientos y lo bien que se lo estaban pasando. -Tenéis una buena maestría del juego de pies, majestad. Y vuestro consejero no se queda atrás en absoluto- vitoreó a uno y otro mientras seguían su coreografía.

Ya iba siendo hora de unirse y, ahora que lo pensaba, la música no podía haber sido más perfecta. Se giró hacia Kalna y preguntó: -¿Recuerdas lo de que se me daba bien el swing? Creo que es hora de que te enseñe- Por un momento, su tono se volvió más serio a la vez que le extendía una mano con cortesía: -Si me concedes este baile, claro- En cuanto la respuesta fue afirmativa, el neoyorquino volvió a la animada sonrisa que llevaba desde que había llegado al salón y tomó posición para empezar.

Los pasos que iban dando empezaron más lentos de lo que cabría esperar para el ritmo de la música, para así ir indicándole mejor los movimientos base. En cuanto la libense le cogiera un poco el tranquillo, Rick empezaría a ir al compás de las notas. De momento, aunque se notara su experiencia, no estaba dándolo todo para que Kalna pudiera ir acomodándose a la canción, aunque ganas no le faltaban si cualquiera se fijaba en algunos detalles. -No vas nada mal- la alagó luego de unos cuantos compases bien ejecutados. -Podemos darle un poco de caña si te ves con ganas- ofreció luego. El ratito que llevaban, aunque iba bien, todavía no le había hecho darse cuenta de un pequeño detalle que diferenciaba los bailes de sus mundos.
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

12/02/24, 05:34 pm
A la niña no le dio tiempo sobresaltarse por la música que no provenía de Nohlem pues en apenas un segundo el brazo de Ethan actuó como un resorte y se interpuso entre ella y el enemigo invisible antes de que pudiera comprender qué estaba pasando. La mano en el pecho del chico le dio una punzada de ternura y el toquecito en la cabeza permitió que se relajara.

¡Ay! Qué sustituto… —podía entenderlo, mientras ella disfrutaba de las pocas cosas divertidas que ofrecía la ciudad, los mayores siempre trataban de protegerla a toda costa. Y además… no hacía tanto de lo de Serena—. AYaYaAYAYA MÚSICA MÁGICA —Cuando se percató de que la melodía parecía ser emitida por los instrumentos cercanos a las paredes fue todo un alivio que se tradujo en una sonrisa descansada. La polaca acarició los dedos de su angelito de la guarda con los suyos, preguntándose si a la pelirroja le hubiera gustado estar allí en un momento como ese—. ¡Concedido! ¡Es todo un honor bailar con un consejerito tan bello! ¿Seguro que no tienes sangre real?.

El maestro de ceremonias no tardó en hacer lo suyo, eclipsando lo extraño que le resultaba que Connor no supiera qué película era Los Descendientes. ¿Es que en Texas no existía Disney Chanel?

Shhh... SHHH —mandó a callar aunque nadie estuviera molestando en particular—. ¡Que ya empieza! AAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaa... —Ania sonreía por la visión que tenía ante sus ojos. Damian estaba muy gracioso en los hombros de su montura y relucía con todos los colores del arcoíris, su tono grandilocuente a cada nueva presentación le arrancaba una sonrisa tímida.

El italiano brillaba cual sol radiante. Y en aquel palacio ella se sentía un poquito girasol.

¡Esa soy yo! —la timidez al recibir tanta atención por parte de su amigo no se atascó en su garganta, así que Ania logró reunir fuerzas para alzar la voz un poquito por encima del resto pero sin dejar de sonar suave tal y como se dirigiría una buena princesa a su pueblo—. ¡Agarren de la mano a sus parejas! ¡Rápido! —la armonía del jazz ya los envolvía a todos como hilos enredando sus corazones de manera que nadie podía ver—. ¡Vayan a por sus guerreras! ¡Acercaros a vuestros principitos! ¡El Baile Real queda inaugurado! —y para dar ejemplo siguió los pasos de Ethan hacia el centro de la sala.

Danzar con el medio japonés resultaba más sencillo de lo que creía. En un primer momento la niña temió no estar a la altura de una heredera de su categoría pues por mucho que se le llenara la boca estaba más acostumbrada a imitar los pasos cuadriculados del Tik Tok de su hermana. Volar sobre un salón de baile era bien distinto y más con un vestido que si bien no era pesado, la hacía sentir que debía tener el doble de cuidado y elegancia para no caer y estropearlo.

Sin embargo, la electricidad estaba ahí. Y también la complicidad de su acompañante, alguien en quien confiaba plenamente. Si se perdía un poco solo tenía que relajarse con los movimientos de hombros de Ethan. Si le trepaba la vergüenza solo debía reír por los gestos del chico al imitar que tocaba una batería.

Jeje... ¡Vais a ver! —las palabras de Rick terminaron de infundirle un ánimo que la hizo despegar. La niña dejó el ridículo atrás y pronto sus pasos comenzaron a ser más amplios y primaverales sin dejar de respetar el ritmo contenido que marcaba la canción. Cada vez que giraba Ethan seguía ahí para recogerla y acompañarla a un ritmo cada vez más vertiginoso y divertido. El pecho de Ania subía y bajaba con emoción mientras sus cabellos oscuros flotaban con la misma gracia que la falda del consejero.

Nadie podía borrar la ilusión tatuada de su corazón al poder bailar con una persona a la que apreciaba tanto. La risa empezó a ser su banda sonora el tiempo que su cintura se movía al compás. Acababa de descubrir que la música también poseía receta, y los ingredientes eran movimientos de cadera opuesto al de sus manos y un juego de pies que sin bien no era profesional desprendía una convicción sin igual.

¡Ethan! —los ojos color miel del niño no envidiaban al fulgor de las pulseras de plata que aún portaba en la muñeca—. ¡Te toca girar a ti! ¡A mover el pompis!.
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

13/02/24, 10:40 am
-¡Tranquilo, cabronazo!- Le dijo Connor a Nohlem entre risas, divertido con sus palabras y su dedo impactando en su pecho.- Cuando estés hasta los cojones hacemos el puto cambio. Yo también me he quedado con las putas ganas de tocar la guitarra- Le dijo con un encogimiento de hombros y una sonrisa. Aún así no se esperó el siguiente movimiento de Nohlem, el cuál fue a sentarse mostrando su puñetero culo intencionadamente. El motero lo miró con los ojos abiertos y una sonrisa divertida, al varmano no... a su culo joder, y agarró con una de sus manos fuertemente  las piernas de Damian para que no se cayera por lo que estaba a punto de hacer. A fin de cuentas, el italiano seguía sentado sobre sus hombros. No podía negar que Nohlem tenía un buen, bonito y jodido culo al que los pantalones viejos de antes no le hacían ninguna justicia. Pero aquel gesto que le había hecho pedía a gritos que él no se quedara quieto, y tampoco quería, así que mientras agarraba con fuerza a Damian su mano derecha se estiró hacia atrás con fuerza y...- ¡PERO SI YA NO ES UN CULO DE SACO! ¿QUÉ COJONES HA PASADO AQUÍ?- ¡SPLASH...! El puto tortazo sonó claro en las nalgas del varmano, acompañado de las risas de Connor que ya estaba dando un par de pasos atrás con Damian aún encima para huir del crimen.- ¡No es culpa mía, joder! Ha sido de tu culo que es la hostia y eh... ¡La idea me la ha susurrado Damian en el oído! ¿Verdad? ¿Verdad?- Mintió con descaro intencionado y una sonrisa desafiante que le delataba.

Si, el cabronazo tenía un buen culo.

Pero era la hora de la función del italiano, así que Connor se puso en el centro de la sala mientras escuchaba cómo los iba presentando uno a uno. El motero rio con su propia presentación y dio varios saltitos para hacer botar al maestro de ceremonias como respuesta. Se respiraba un ambiente cargado de tranquilidad y sobre todo de una puñetera energía y ganas de pasarlo bien. A cada grito de Damian, Connor aplaudía con entusiasmo. Normalmente seguido de un: "¡Así se dice, cojones!" o de un "¡Qué bien se te da esto, cabroncete!"

Finalmente la música dio comienzo. Un estilo que no era para nada el suyo, pero que incitaba al puto movimiento y a mover el cuerpo con ganas y jodida diversión. Y qué decir de lo bien que tocaba aquel cabrón de Nohlem. Sin embargo tuvo que ponerse durante un segundo tenso con aquellos nuevos sonidos que surgieron de la nada y el movimiento protector de Ethan hacia Ania... Aquella ciudad parecía hecha por un maldito psicópata, pero aquello parecía estar hecho como un regalo para ellos. Los instrumentos sonaban solos, acompañando a Nohlem en una sinfonía cargada de fuerza y sobre todo de promesas de alegría y pasos de baile.

-Joder.... ¡Vale! ¡Ya habéis oído a la Princesa Ania, panda de cabrones! ¡A bailar!- Secundó a la polaca mientras empezaba a dar botes con el italiano encima y soltando unas risotadas. El baile y Connor no eran mierdas que pudieran ir juntas, ya que no se le daba muy bien. Pero sí era bueno haciendo el gilipollas. El motero cogió a Damian y lo sacó de sus hombros, pero lejos de dejarlo en el suelo lo mantuvo en el aire cogido por debajo de las axilas como si fuera un jodido bebé.- ¿Le gustaría ser mi puta pareja de baile, maestro de ceremonias? Prometo ser el gilipollas imbécil que parezco ser... ¡A mí me ha sonado a un sí!- Dijo sin esperar respuesta y dio varias vueltas con "clase" como si fuera uno de esos bailes de los ricachones, solo que portaba a Damian en sus manos entre carcajadas. El motero se iba acercando a todos y les iba dando pequeños empujones con las caderas a modo de juego, o usaba literalmente a Damian para ello.

Finalmente dejó en el suelo al italiano con unas risotadas graves y empezó a moverse más suelto. No era su puta especialidad, pero desde luego se lo estaba pasando bien. Dando pequeños pasos hacia atrás y hacia adelante e invitando con la mirada a Damian a hacer lo mismo. Sus hombros subiendo y bajando marcaban el ritmo de una música desconocida para él, pero que sonaba jodidamente bien y le gritaba a su cuerpo seguir moviéndose.-¡Vamos, cabroncete! ¡Enséñales de que puñetera pasta estás hecho! ¡Ay coño, pero no me pises!- Exclamaría entre risas, aunque él también le dio varios pisotones sin querer en lo que parecía ser una guerra de haber quien pisaba mas fuerte sin darse cuenta... De vez en cuando cogía las manos del italiano y las movía de atrás hacia delante: cuando un brazo se adelantaba el otro se retiraba en un baile infantil y cómico pero fácil de seguir para sí mismo la verdad. Y en un momento dado empezaría a imitar jodidamente todo lo que hiciera Damian, aunque si al italiano se le ocurría hacer sus putas volteretas se abstendría de imitar una mierda.

En un segundo de absoluta iluminación a Connor se le ocurriría intentar el baile más cliché para un puto texano: Footloose Dance. O al menos su versión empobrecida de él, aunque lo intentaba con puto esmero.

-¡Esta mierda es para vaqueros! ¡Tienes que tener unas botas cómo éstas para hacerlo con estilo, joder!- Le diría a Damian y en verdad a todos en la sala, entre risas. Connor se agarraría la parte delantera del pantalón como si fuera un cinturón imaginario, mientras daba un par de vueltas sobre sí mismo y movía la cadera de un lado a otro, con una mano en el aire como si llevara un lazo. Daba palmadas con cada vuelta y se tocaba los talones de sus botas vaqueras, también pequeños empujones amistosos al crío con el culo o movía con energía una de las piernas mientras con la otra estaba a la pata coja e imitaba que tenía una guitarra entre las manos. Su cabeza subiendo y bajando alocadamente.

Connor se lo estaba pasando de puñetera madre, de eso no había duda.
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

13/02/24, 01:12 pm
¿Cómo quieres que no lo haga, si brillas como el cielo? —de manera literal, además. A lo mejor para el resto de los presentes las estrellas no eran algo tan raro como en Libo, pero para ella era una novedad que lo hacía aún mucho más especial que el corte perfecto o el hechizo en sí.

Kalna entendía que todo aquello era un juego infantil, uno al que tal vez otras niñas y niños en su mundo jugaban, pero a ella se le antojaba extraño a jugar a un día relativamente cotidiano, algo que podía ser un viernes o un sábado cualquiera. No le era extraño soñar con ser caballeras y príncipes y esas cosas, pero Mánide había exigido de ella que se tomase los eventos sociales como algo serio incluso antes de que fuera lo bastante mayor para ir.

Se tensó levemente al oír un instrumento que no debería sonar unido al piano, pero al igual que el resto de sus compañeros no tardó en darse cuenta de que en realidad era otro hechizo, que estaba haciendo sonar el resto de los instrumentos de la sala. El ritmo era totalmente nuevo, algo desconocido para ella, pero no tardó en empezar a llevarlo con suavidad con el pie, disfrutando de la música.

La presentación de Damian, desde lo alto de Connor, a gritos y de la manera menos regia y protocolaria posible, le hacía sentir incómoda en su propia piel, casi encorsetada en un ambiente demasiado distendido para su gusto. Tal vez si hubiera tenido una infancia más normal, aquello no le daría punzadas de vergüenza ajena, pero no podía hacer nada por evitarlo. Aquello no impidió, de todos modos, que aplaudiera (aunque de una manera mucho más recatada de la que probablemente se esperaba) cuando el niño lo pedía, ya no solo por no quedar mal, sino porque el chico estaba presentando igualmente todo y se merecía que su público respondiera, aunque fuera más propio de un espectáculo callejero de que de un baile. Cuando llegó su presentación, le dedico a Damian (y al resto) una profunda reverencia, una digna del falso evento que habían montado. Había sido automático, ni había pensado en que hubiera otra respuesta más apropiada.

Por infantiles que fuesen, las palabras de Ani¿a? sonaban más apropiadas para un baile, y que hubiese usado los géneros apropiados para Libo solo sumaba a que le sacase una pequeña sonrisa, casi imperceptible. Dejando que la “princesa” iniciara el baile, un acto protocolario que le correspondía porque su título imaginario estaba por encima del de ella, observó a la pareja bailar con curiosidad, pues era algo nuevo.

Irónicamente, Kalna se sentía mucho más cómoda ante la seriedad y formalidad de la pregunta de Rick. Le resultaba natural aquello, aunque no fuese ella quien hiciese la petición.  Claro que no iba a olvidarse tan rápido de que le debía un baile, ni de que iba a enseñarle toda esa música terrestre. «Así que esto es swing», se anotó, con interés. Sonaba bien, moderno, y aunque no fuera a colarse entre sus géneros favoritos, no le iba a hacer ascos tampoco.
Por supuesto —aceptó, dándole la mano y dedicándole una sonrisa genuina.

Era extraño dejarse llevar, y también en cierta manera era extremadamente nostálgico. Podía casi sentirse una niña pequeña aprendiendo a bailar por primera vez y dejándose llevar por su profesora para aprender a seguir el ritmo y los primeros movimientos.
Me halagas, pero dista mucho de estar bien —no hablar ya de que estuviera siquiera cercano al nivel de él.
No es que Kalna fuese una persona humilde, pero realmente sentía que no merecía aquel cumplido. Podía no estar mal para ser su primera vez, pero seguía tan lejos de la perfección a la que aspiraba que ni siquiera ella se veía capaz de no ser modesta.

»Sé seguir un ritmo, así que no es un problema si quieres…darle caña —definitivamente esa iba a ser la primera y la última vez que utilizase una expresión de ese estilo. Sonaban demasiado raras en su boca, completamente fuera de lugar, por no hablar de lo ridícula que se había sentido diciéndolo.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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14/02/24, 06:15 pm
Vale, le había enseñado el culo a Connor. Vale, le gustaba tener la razón y que le validaran, pero tampoco se hubiera esperado una reacción tan física por parte del canadiense. El granta se vio empujado desde la butaca hasta el piano dónde apoyó las manos para no irse de boca, causando una nota mucho más estruendosa que el patético quejido que la nalgada le arrancó. Las mejillas le ardieron enseguida, casi tanto como la perjudicada nalga.

¡PERO SERÁS-! ¡¡Connor!!

Se quejó por instinto, porque en realidad... En realidad le había gustado. Joder que si le había gustado. Por mucho que ahora se masajeara el culo con una extraña expresión afligida, se le iba la sonrisa sola, y ni toda la vergüenza del mundo le salvaría de un minúsculo "prr" con lag. Pasada la impresión... Que pedazo manos se gastaba el muy bruto. 

Te dije que no soy culo de saco —le recriminó forzando seriedad, pues capaz se le iba un gallo todavía. Al final le pudo la risa—.Tu mejor músculo serán los brazos pero el mío son los glúteos —se sujetó el trasero—. ¡Monta a osogrifo, compañero! —ante la pobre excusa del chico alzó una ceja, esgrimiendo una sonrisa de medio lado en su dirección—. Ya, claaaaro. Pero oye, que si quieres repetir solo avisa, ¿eh? Que tampoco me quiero quedar sin dientes.

Nohlem se unió al baile su manera. Estaba demasiado concentrado en seguir la partitura nueva como para poder mirar a otro lado, pero no era inmune a la música, y la adrenalina que le había generado el susto -no de la nalgada, sino los instrumentos poseídos por el ritmo ragatanga- tenía que salir por algún lado. Su pie derecho golpeaba el suelo al ritmo, con energía a más se calentaba su sangre, y cuando el cuerpo le pidió pasión acorde a la cúspide de la melodía, terminó por levantar el culo del asiento para tocar encorvado y menear lo que bien podía en esa postura, haciendo del piano su compañero de baile. Respondió a las presentaciones de su locutor Damian con silbidos, y hasta se permitió un barrido de notas improvisadas (que para su sorpresa no afectó al mecanismo mágico) para pavonearse cuando llegó su turno. 

Ahora bien... Si la sala entera funcionaba sola... ¿Podría hacerlo el piano también? 

Apartó las manos a distancia prudencial por si tenía que volver raudo al asunto. Esperó silencio, así fuera gradual con una trompeta cayendo tras otra sin su director de orquesta, pero nunca sucedió. Incluso la mutis del piano fue temporal, pues enseguida el varmano pudo ver -y oír- como unas manos invisibles pulsaban las teclas por el. No es que no disfrutase como músico, pero...

Soy libre —musitó, con una sonrisa de oreja a oreja.

Había visto los movimientos de sus compañeros por el rabillo del ojo y por fin era hora de unirse a ellos. Sus pies se moverían solos, sin rastro de timidez, pues estaba en su salsa y pronto se notaría que en su mundo eso era la moda. Según se acercaba a su objetivo fue interactuando con otros bailarines: levantó un sombrero invisible de su cabeza en dirección a Rick y Kalna y le dio un culetazo a Connor con intención de empujarlo con todo el swing del que el pelirrosa carecía, sin importarle quejas o consecuencias. Diablos, si le daba otra nalgada eso que se llevaba. Finalmente se deslizó hacia Ania e Ethan, donde esperó el momento adecuado para colarse por detrás con soltura y robar la mano libre del londinense con un giro, pegándolo contra sí. Su otra mano bordeo su cintura, sin llegar a posarse en ella.

¡Cambio! ¡Con vuestro permiso, majestad, se lo robo! —se excusó fugazmente a Ania, aún siguiendo el ritmo a botecitos y la capa ondenado a su espalda—. ¡Eh, Damian, la princesa necesita a su corte! —no iba dejar a la pequeña sola, pero tampoco se detendría a ver el resultado. Miró a Ethan con una sonrisa, y en un tono tan animado y personal como la distancia que había entre los dos, añadió—: Lo prometido es deuda. ¿Me concedes este baile? —sus ojos se iluminaron un poco más al recordar algo—. ¡Ah! ¿No tenías algo para mi?

Lo cierto es que desde que se había sentado al piano no había vuelto a pensar en ello, y el hecho de que se acordase ahora, bailando con una capa de terciopelo gordo y el calor creciente, era un verdadero milagro.

_________________________________________

♪♫♬:
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

15/02/24, 12:51 am
¡DIOS, VAYA PEPINAZO LE HAS METIDO JAJAJAJAJA! —no pudo evitar descojonarse cuando Connor le metió la ostia de su vida en el pandero de Nohlem, una ostia que sonó bien limpia—. ¡¡EH CABRÓN, JODER!! ¡No le hagas caso, me mete en vuestros fregaos de culo por la cara! —con una sonrisa apretada y con una pizca de mala leche le atinó una colleja al canadiense justo después de frotar la zona para que la sintiese más.

Pasando a la concluyente presentación a pleno pulmón, el italiano entre toda la música y la reacción de todos podría quedarse corto al decir que se estaba sintiendo el rey del mundo. La pista era suya y sus amigos, el público que atendía al incandescente fervor que emitía el chico sin parar un solo segundo. Ir uno a uno fue un gozo, yendo parte por parte a ceder protagonismo a cada uno de ellos sin perder un ápice de energía.

Las ovaciones y bailes estaban por comenzar y, por supuesto, la princesa protagonizó el inicio con un discurso la mar de épico para Damian quien extendió los puños hacia arriba y una sonrisa a su amigo que trasmitía perfectamente su forma de decir que habían hecho historia gracias a su intervención. Princesa y maestro de ceremonias, Ania y Damian, eran un dúo jodídamente imparable.

¡A BAILAR! —repitió la orden de Connor con un sonoro gallo anunciado que, quizás, se había pasado tres pueblos con tanto gritería.

Y claro, no podía faltar quien le cedió la altura necesaria para presentar en condiciones. Mientras daba botes en el aire, Damian no se contuvo la risa junto a Connor, dejando ir sus brazos como si estuviese en un parque de atracciones y sujetando su sombrero preciado. En uno de esos movimientos, el motero agarró al circense por los sobacos como si fuese un muñeco de trapo. Vale que quería bailar con Ania y ya se sentía un poco apurado de ver bailar a Ethan con la princesa pero Connor… se moría por un baile con su colega que le triplicaba en tamaño.

¡Venga valeeeoooooOOAAAAAAA! ¡UUUUOOOOOOOHHH! —sin darle tiempo a responder, a vaya meneos estuvo expuesto—. ¡JAJAJAJA-OUGH! ¡JAJAJAJAJA-AOGH! ¡JAJAJAJA! —entre el tornado de movimientos Damian se lo pasaba pipa, a pesar de los golpes que notaba que poco le importaban, al revés le hacían reír más.

Cuando tocó el suelo tenía el sombrero colocado mal por un lado y mechones de pelo en la frente por otro lado. Se colocó bien todo, aun algo mareadillo en el sitio dando algún que otro ademán de caerse pero nada que un poco de equilibrio apoyado en un solo pie no solucionase. Una vez con todo en el sitio, pudo sentir la música de su lado haciendo unos meneos aleatorios ante Connor quien daba unos pasos hacia delante y hacia atrás que Damian poco tardó en imitar.

¡A mi no me ganas bailando, puñetero! ¡Ah coño, si me pisaste tú antes cabroncete! —entre pisotones, el italiano se iba soltando tanto en cuerpo como en lengua. Además, si quería guerra su compañero de baile tendría guerra, dando algunas pisadas “sin querer” hacia los pies cuando estuviesen indefensos. Aunque tuvo que parar el combate cuando Connor le dejaba llevar agarrado de las manos, en un tira y afloja que se convirtió en baile entre carcajadas.

La energía subía en la canción y Damian quiso darlo todo, sacar los pases más secretos y prohibidos de sus artes de danza espontanea. Seguido del ritmo pegajoso, el italiano daba rápidos pasos con los pies, botando en el lugar y oscilando los brazos siguiendo la música. Era un torbellino pero dentro de lo que eran sus pasos no le salió ni tan mal el baile.

¡WooOOOAAA! ¡No me hacen falta botas para hacerlo, MIRA! —aceptó el reto y con la mirada llena de determinación imitó el guapo baile que hacía Connor. Era un baile la mar de divertido y los vaqueros vaya si se daban lujos con los bailes que, pensando en ello, Damian miró de reojo a los demás que también lo daban todo y él no sería menos, dando vueltas y palmadas ante el gigantón y con una cara de chulería pura, embriagado por sentir que le estaba saliendo bien—. ¡Vamos! ¡A darlo todo, joder! —subió y bajó la cabeza, abriendo más su sonrisa llevada por la locura del baile.

De pronto, en mitad del baile se detuvo en seco al escuchar su nombre en voz alta. ¿Cómo, la princesa? En un momento fugaz se puso tenso, sabiendo que Ethan se iba a ir con Nohlem y Ania… ¿La princesa sola? ¡No podía permitir eso, que era el foco inicial de todo! Miró a Ania, luego a Connor. A Ania. A Connor. A Ania de nuevo. Y por última vez a Connor, con una sonrisa apurada y avergonzada.

Ehhh… Tio, seria una putada dejar a la princesa del baile sola, ¿no? No quiero dejarte tirado pero... —empezó de nuevo a tener esa pequeña vergüenza que, para variar, no sabía exactamente su origen. Sin embargo sus deseos estaban bien claros—. Ufff, ¡ay quiero bailar un ratito con Anio- eh, Ania! ¡Es importante que la princesa baile y encima la dejaron sola! Estoy a su cargo así que… Ehh, ¡nos vemos ahora luego tío!

Y ahi fue, embalado adonde Ania y con una sonrisa creciente conforme más cerca la tenía. Agradeció muchísimo a Nohlem en sus adentros, esperando que arrasase en el baile con Ethan y, a cambio, él estaría con su mejor amigo teniendo un baile de puta madre.

¡Ya estoy! ¡Buff, tardé un poco pero te vi con Ethan y…! Y no quería meterme en medio, ¡asi que me puse a bailar con Connor! —aclaró con energía. si bien se sintió un poco apartado de Ania, tampoco quería dejar de disfrutar el baile con Connor que, encima, se ofreció a bailar un buen rato. Se acomodó la ropa, la pajarita y los guantes mientras seguía el ritmo de la música con su cuerpo. Hizo una reverencia a su mejor amigo con una fingida elegancia y una sonrisa muy sincera mientras miraba directamente a sus ojos ambar—. ¡Venga, bailemos!

Y anunciando el comienzo apurando sus ganas de bailar, Damian saco unos pasos parecidos a los que tuvo ante Connor, sin patinar tanto como antes y concentrándose en mover sus pies siendo algo más lento pero con más armonía en sus movimientos. Pie delante, pie atrás, con la tontería le quedó un baile bastante animado y Damian se veía confiado en cada movimiento, acercándose a Ania poco a poco y, en un paso fortuito, agarrando de nuevo su mano en un arranque de atrevimiento y viéndose divertido, a gusto y con el corazón un poco agitado por algún motivo. Damian, con sus movimientos, invitaría a Ania a bailar junto a él y el chico, de nuevo, estaba como un tomate, disimulado por el maquillaje pero muy tomate a fin de cuentas.
Muffie
Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

Personajes :
Wednesday: Vouivre humana británica.
Karime: Licántropa loba libense de la capital.
Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.



Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
Ka: Le falta el ojo izquierdo.
Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.


Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.

Armas :
Wen: Guadaña doble y arco.
Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
Kim: Arco, machetes y dagas.
Neil: Cuchara de madera y cera.
Edén: Magia y sonrisas amables.
Colmillo: inutilidad.



Humor : Absurdo

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15/02/24, 02:50 pm

La nalgada que le dio Connor a Nohlem le sorprendió casi tanto como los instrumentos tocándose solos, pero después de esa primera impresión en la que sus orejas y su cola se erizaron de la sorpresa, su siguiente reacción fue doblarse de la risa.

-Joder, joder, ha resonado por toda la puta sala -conseguía decir entre carcajadas-. Tu cara, joder, tu cara.

A medida que Damián iba presentando, la risa perdió en intensidad, pero la diversión no cesó una vez el autoproclamado maestro de ceremonias terminó y todos comenzaron a bailar. Primero Ethan y Aniol, seguidos de cerca de Rick y Kalna, y Connor y el propio Damián. Los estilos de baile eran tan diferentes y curiosos para Szczenyak que no tuvo problema en contentarse con mantenerse en su sitio con los brazos cruzados, golpeando el suelo con un pie y moviendo la cabeza al ritmo de la música, mientras observaba a sus compañeros divertirse y pasarlo bien, olvidando por aquel día todo lo que les esperaba de puertas para afuera.

Nohlem, no queriéndose perder la diversión grupal, aunque parecía bastante enttetenido con el piano, experimentó con este para ver sí conseguía que siguiera tocando solo como el resto de intrumentos. Para su suerte, no tardó en conseguirlo y no perdió el tiempo en robar a Ethan de las manos de Aniol, exigiendo el baile prometido.

-Qué feo eso, principe de Bermellón, qué feo -amonestó entre risas negando con la cabeza de forma teatral.

Pero Aniol, como la princesa del baile que era, no quedó sola mucho tiempo, ya que Damián no dudó en abandonar a Connor y correr a su lado para tomar el sitio de Ethan, lo que al vittya le pareció bastante entrañable. "Joder, parece mentira lo adorables que son juntos".

-No te sientas mal por haber sido abandonado, tío -comentó acercándose a Connor y dándole unos golpes de ánimo en el hombro-. Ya sabes que los pelados no sois lo mío, pero hasta yo puedo ver que la princesa es más guapa que tú -bromeó intentando no reírse y fracasando en el intento.


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"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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17/02/24, 12:54 pm
Antes de comenzar el baile, sonrió con lo que se estaba luciendo la princesita luego de sus halagos. -¡Muy bien, muy bien!- la animó con unos ligeros aplausos. Sea porque se le daba bien o por haberse soltado más, era todo un espectáculo verla bailar con Ethan. Claro que otra voz le llamó la atención y se giro justo a tiempo para encontrarse lo que Connor estaba a punto de hacer. Ya solo con el gesto y que se escuchara claramente le sacó un par de carcajadas, pero con las reacciones tanto de ellos dos como las de Damian y Szczenyak su risa subió de volumen y duración. Definitivamente, con lo divertido de todo lo que estaba pasando en la sala se le hacía extraño todo el caos que volvería dentro de unas horas.

También antes, aunque volviendo la atención a la libense, su cumplido fue respondido con una risilla apagada seguida de un sonriente: -Gracias- Tal como había pensado ella, también se dio cuenta de que aquello podía entenderse literalmente, aunque en cualquier caso un halago siempre era bien recibido. El neoyorquino ofreció otra sonrisa a Kalna cuando aceptó el baile, y entonces comenzaron los pasos y la pequeña clase improvisada.

Rick estaba concentrado en enseñar y que ambos lo pasaran bien, aunque aprovechando giros y algunos movimientos se fijaba momentáneamente cómo iba el resto, tanto para no chocarse por accidente como para compartir su diversión. A la primera pareja se le había sumado Damian y Connor que, si bien la técnica era cuestionable, el buen humor que llevaban era contagioso. Alguna vez se le escapó una risita apagada luego de ver cómo seguían pisándose o las ocurrencias de uno y otro. En un momento que pasaron cerca y los dos habían decidido cambiar de baile para su sorpresa, les dijo animadamente en broma: -Vaya, no sabía que los vaqueros bailaran a ritmo de swing también.- Al saludo de sombrero imaginario de Nohlem le respondió con uno similar aprovechando la mano suelta que tenía en medio de otros pasos y, luego de unos cuantos más, se encontró con que las parejas estaban cambiando por momentos. El varmano se había agenciado al consejero de la corte y Damian había corrido para no dejar solo a Aniol. Si la situación ya le parecía gracioso, los comentarios del vittya lo hacía más divertido todo.

Rick se encogió de hombros ante la respuesta de la libense. -Bueno, nadie nace sabiendo pero el intento es muy bueno para ser tu primera vez- argumentó con una sonrisa ladeada. Tal vez no era una bailarina perfecta de swing y era normal que tuviera algún fallo, pero aún así se mantenía firme en que no lo hacía nada mal. Y, si le servía, pensó que probablemente ella también se habría fijado que de los presentes no era precisamente quien tenía dos pies izquierdos. -(Y aún así el entusiasmo es más que suficiente mientras lo pases bien)- añadió mentalmente a favor del baile anterior del motero y el italiano. Mientras sea divertido, poco importa en realidad la técnica.

Luego de un giro, escuchar la duda de Kalna al usar la misma expresión le hizo sonreír hasta dejarse llevar a una ligera y corta risita. -Muy bien, pues allá vamos- aceptó con gusto antes de ir aumentando el ritmo. No tardarían en llegar a uno ligeramente más animado para el compás que llevaba la música, aunque se iría fijando si podía ir un pelín más rápido si su compañera estaba cómoda. En cualquier caso, era ahora cuando el chico podía lucirse de verdad. Los contoneos, vaivenes y movimientos de brazos y piernas se volvieron más sueltos sin perder elegancia, dejándose llevar por las notas y mostrando la práctica que tenía con ese tipo de baile. Los giros se hicieron un poquito más enrevesados y vistosos y los lanzamientos más enérgicos. Se lo estaba pasando genial y no era difícil darse cuenta de ello.
LEC
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)

Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.

Armas :
Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
Nefer : Lanza, venenos

Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face

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19/02/24, 09:53 am
Miró al resto bailar con curiosidad. Aniol y Ethan parecían llevar un ritmo más parecido al de ellos, mientras que Connor y Damian hacían algo bastante menos estético, aunque estaba claro que al menos se estaban divirtiendo. Era curioso como una música parecía poder bailarse de tantas formas distintas, aunque eso podía ser cosa de un estilo mucho más libre que los bailes de salón a los que estaba más acostumbrada. No había mucho margen para la innovación en los tres tiempos bien marcados de un vals.

Nohlem, por otro lado, había quedado libre del piano y parecía moverse como si aquello fuese el ambiente en el que respiraba. Le devolvió el saludo que les había hecho con una inclinación de cabeza, para luego observar cómo cambiaban las parejas. Nohlem con Ethan y Damian con el otro chiquillo. Connor iba a tener que quedarse con un Szczenyak que no dejaba de hacer comentarios que no podrían ser menos adecuados en un baile pero que no por ello le hacían menos gracia.

Si bien el primer halago de Rick lo había recibido con humildad, el segundo le costaba más. No era alguien que creyese en el talento, solo en el esfuerzo, y sabía bien que se necesitaba tiempo para conseguir la perfección en algo.
Solo necesito tiempo y un buen profesor.
Claro que pasárselo bien era agradable, pero Kalna aspiraba siempre a mejorar. No le valía conformarse con divertirse bailando, tenía que bailar bien. Perfecto, incluso, aunque dudaba mucho que saber bailar swing fuera a ser útil en Libo.

La risita de Rick tras tratar de usar sus palabras no le pasó desapercibida, y aunque sabía reconocer que no había rastro de maldad en ella, no pensaba perder oportunidad de hacerle notar que sabía bien por qué iba aquello.
Puesto que encuentra tan divertido que intente usar ese tipo de expresiones, señorito Rick, ¿le parecería más conveniente que continuase nuestras comunicaciones de este punto en adelante con mi registro habitual? —le dijo, con un tono formal que tal vez en otra persona hubiera podido parecer exagerado y en ella cuadraba perfectamente. No había considerado que ninguno de ellos mereciera mejor trato que alguien del servicio en inicio, pero volver al tono que usaba con gente que le merecía respeto se le hacía tan sencillo como respirar.
Claro que en aquella ocasión no lo estaba usando del todo en serio, y su expresión rígida no tardó en pasar a una leve sonrisa autosuficiente.

Se dejó llevar en los nuevos movimientos, agradeciendo sentirse tan cómoda en tacones, y es que el ritmo elevado era uno al que no tenía tanta costumbre. El pelo suelto se movía con cada giro, algo que se sentía levemente extraño cuando solía llevarlo recogido y los bailes de salón no eran tan movidos. Eso sí, se lo estaba pasando bien. No solo porque adorase la música y bailar, sino porque ver a Rick hacerlo empezaba a ser algo digno de espectáculo.
Sí que se te da bien —al menos no había exagerado sus habilidades para fardar, eso desde luego.

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Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

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21/02/24, 03:05 pm
Entre bailes, el chiquillo pudo ver de pasada una por una a las parejas que se iban formando. Por supuesto saber que Nohlem bailaría junto a Ethan le llenaba de un júbilo enorme por ver que al fin cuajarían, esperando que el de rasgos gatunos ablandase al fin el corazón de su otro amigo en quien confiaba pues su bondad sería perfecta para ser su novio inseparable. Su curiosidad infantil esperaba eso y también por ver como se desarrollarían, dibujando una sonrisa picarona al pensar en ello.

Por otra parte Rick y Kalna no se quedaban cortos tampoco. Los bailes sueltos del estrellado hacían competencia a los suyos y Kalna meneando su melena negra mientras bailaba era algo bonito de ver desde luego. Parecían pasarlo genial y no era para menos, todo aquel sitio era una fantasía vivida.

El chico, eso sí, temió un poco por la soledad de Connor ya que le hizo una vendida tremenda. Sin embargo para eso estaba el peludo de Escheniox quien empezó a hablar con el crestudo. Eso hizo que Damian suspirase de alivio.

Y ya puso su enfoque en la persona que tuvo delante entre pasos de baile. Ania por su forma de moverse parecía algo cortado y Damian, quien normalmente no se fija en eso ni media, por desgracia ya lo andaba mirando demasiado como para distinguir eso y eso le hizo pensar, mucho. ¿Quizás sería su forma de bailar? ¿Haría falta algo más para que se animase un poquito más? Damian por desgracia no era muy sutil y sus ojos, negros como un pozo, eran a la par curiosos y muy enfocados en la princesa mientras sonreía conteniendo un poco de timidez.

¡O-Oy, perdón! ¡Ay no quería pisarte jaja...! —tras un par de pisadas al tener algún que otro movimiento cruzado con su mejor amigo, Damian no le quedó de otra que disculparse con muchísimo apuro y meneando los brazos sacando los dientes en una expresión incómoda que le duró un rato. Era curioso como con Connor podía matarse vivo y hasta le pisó de vuelta pero con Ania… se sentía mucho más cortado de lo acostumbrado.

Siguió bailando, esta vez más lento y con sus ojos nadando por el vestido de su amigo. Aun le sorprendía como Anio… Ania podía ser tan radiante y con cada ida y vuelta su tripa se sentía rara y hacía cosquillas. ¿Le dolía el estómago? No sabía lo que era pero tenía deseos de estar mucho tiempo con el… ella.

No lo podía evitar, Aniol parecía una chica y encima era una de esas chicas preciosas de verdad.

¿Por qué diantres estaba pensando eso? Su timidez llegó a más y estaba muy confundido con todo lo que rondaba en su cabeza mientras bailaba.

¡Tu… vestido mola mucho, e-estás genial! —se le escapó un comentario, alzando la voz demasiado para luego apretar los labios muerto de vergüenza. Su expresión de apuro era un libro abierto, dejando ir una risilla nerviosa que imploraba a la tierra que se lo tragara y que por favor, que no se tome lo que dijo como algo fuera de lugar.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

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21/02/24, 11:03 pm
Ethan no podía parar quieto, se movía en torno a su princesa girando y riendo emocionado ante una libertad que hasta hace poco creía arrebatada. Sus manos buscaban las contrarias, soltando cuando debía y regresando a una postura inicial para recogerla de vuelta cuando correspondía.El joven había olvidado lo que era bailar en condiciones pero su cuerpo lo recordaba con cada nueva gota de felicidad, una soltura que solo se veía interrumpida cuando una de sus piernas debía permanecer más quieta de lo normal. Un sutil detalle que hacía de algunos pasos y vueltas un tanto erráticas pero que por suerte quedaba como un secreto velado tras el vuelo de su falda y la sonrisa cálida de su rostro.

Una vuelta de Ania y el eco de un sonoro golpe entre amigos le arrebataba una suave carcajada, un par de pasos hacía atrás y sus ojos se perdían en la nueva pareja que se había sumado al espectáculo. Su vista danzaba por todo el cuarto volviendo de las imágenes unas tan fugaces como el ritmo vertiginoso que andaba cogiendo la música, de golpe estaba viendo a Rick maravillado que se perdía en los curiosos pasos de Connor, risas que no podía ocultar al presenciar una pisada que quedaban opacadas por los pétalos que el pequeño polaco soltaba al bailar. Estaba… muy alegre?

-Ah! ¡Yo doy cuantas vueltas quieras mi princesa!  

Obediente como buen consejero dejó que el enlace se soltara momentáneamente para dejar que la brisa le tomara como uno. Su vestido se alzó a la par que sus cabellos oscuros creando una pomposidad elegante que cayó con suavidad cuando volvió a tomar la mano del pequeño. Sus párpados cerrados le impidieron razonar la situación pues cuando notó la presión de unos anillos sobre su palma el flequillo ya se le había posado desordenado sobre el rostro, demasiado estupefacto para continuar con el baile. Definitivamente esa no era Ania.

-Oh, hola! -Si bien su estupefacción inicial le llevó a dirigir una fugaz mirada al peque, en cuanto vio que estaba bien atendido regresó rápidamente para reencontrarse con el turquesa que tenía al frente, la suerte de andar maquillado es que el sonrojo sutil de sus mejillas podía verse un tanto disimulado por el colorete. Una sonrisa se le dibujó entre las comisuras a medio camino entre la repentina timidez y la felicidad desbordante que ya no podía esconder. -Te concedo todos los que quieras…

Su tono de voz se volvió suave, un poco más bajo a medida que su mano libre empezaba a recorrer el inicio de su faldón, apartó las telas hasta que en una de esas dobleces dio con el bolsillo oculto que andaba buscando. Una victoria suave para un pequeño fallo técnico que nadie tendría por qué saber.

>>Cierra los ojos porfi, que si no, no será una sorpresa. -No soltaría la mano de Nohlem hasta que obedeciera y para cuando lo hiciera, notaría un extraño y liviano peso sobre sus rizos cobrizos. Ethan le había colocado con el mayor de los cuidados una pequeña corona dorada, cuidadoso de que quedara bien equilibrada. -No puedes ser un príncipe sin una de estas, la pequeña Ania ya tenía su tiara de flores así que solo faltabas tú.

A sus espaldas los instrumentos de la sala empezarían a enmudecer poco a poco dando la primera canción como terminada. Unos últimos acordes de un piano que sin ya dueño quedaba aletargado, entonces, antes de que el último compás se perdiera en el aire las hojas del cuaderno cerraron aquel cuento para avanzar al siguiente. Las páginas pasaron solas y tan pronto como unos  acababan de dormirse otros empezaron a despertar en una sincronía perfecta. Una flauta dio introducción a un violín y pronto el silencio fue llenado por una percusión suave, dando lugar a una melodía delicada acorde a unos tiempos más antiguos de los que acababan de bailar.

-El otro regalo… el que te debo… hmmm -Se quedó pensativo a medida que la suela de la bota empezaba a pisar el suelo al compás de la orquesta, incapaz de resistir la tentación. Su mirada hasta ahora distraída volvió a centrarse en el felino y con cierta picaresca recortó la distancia con él para volver a entrelazar sus dedos en un agarre suave, dejando esta vez sí que los anillos pudieran marcarse sobre su piel. -Ese te lo tienes que ganar, claro está. Solo un príncipe que sepa encandilar con su baile sería digno de llevarse un premio así.

Su otra mano buscó la de Nohlem para guiarle hasta su cintura, dejando que esta se posase con firmeza sobre la tela que hacía de cinturón. Había sido consciente de su posición en el aire antes de regalarle la tiara y ahora qué de verdad estaban listos para bailar quería confirmarle que tenía vía libre para agarrarse cuanto quisiera.  

-¿Le damos?

La teatralidad murió en sus palabras cuando sin esperar una afirmación se atrevió a dar el primer paso hacía el centro de la sala. Sus ojos brillaban con ilusión y su sonrisa, cálida, solo eran un reflejo de cómo se sentían sus mejillas. Estaban allí para disfrutar y después de todas las horribles semanas se merecían desconectar un rato. Ahora ya no sería Ethan el tonto que había sido secuestrado, no. Ahora era un consejero real disfrutando de la compañía del príncipe esmeralda. Aquella era una  fiesta de palacio para unificar reinos así que había que aprovechar.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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22/02/24, 05:16 pm
La seguridad de su sonrisa tropezó con alegría por la reciprocidad de Ethan y sus primeros pasos fuera de la timidez, algo que en su sorpresa casi le cuesta un ronroneo. Su pulso daba brinquitos acorde a la animada música, más se salió de tempo por un instante cuando el londinense le pidió cerrar los ojos. Como es lógico paró quieto para no pisarlo, esperando no sabía bien el qué. En cuanto notó el peso en su cabeza abrió los ojos, dirigiendo una mano ciega a palpar aquello que llevaba.

Oh —poquito a poco recuperó su sonrisa—. ¿Me has puesto una corona?

Tenía los ojos brillantes y las mejillas calientes por sentirse todo un rey, un ego que al sobrepasarse se manifestó con un mordisquito de vergüenza que no le soltó al oír de otro regalo. La música cambió, provocando que sus orejas temblasen con un pequeño tic, y aquello sumado a que fuera el otro quien buscase entrelazar sus manos le terminó dejando cuajado. Para su "fortuna" quedarse en babia era algo habitual en él, y a pesar de que no siempre lo manejaba con la misma maestría, no le costó dejarse llevar como si no pasase nada.

¿Más regalos? Santos, no sé... —exhaló una pequeña risa por la nariz—. Haré lo que sea por ganármelo, claro.

Quizás de no estar sobrecogido por el bonito rostro de Ethan, la sinuosa curva de su cintura bajo su palma o el idílico dulzor del violín y la flauta, Nohlem habría sido capaz de algo, así fuera intuir o recordar a que podía referirse, pero su tren de pensamientos estaba en detalles más apremiantes. Eschecheniak le había echado la "bronca" pero ni de coña estaba ahora para registrar porqué. No se creía su suerte.

Por supuesto —respondió en un intento de recuperar soltura, teniendo no obstante que ser guiado primero al centro de la sala. Iba a tener que ponerse las pilas, y aunque la canción distara de ser un estilo que controlara como baile, no se quedaría pasmado ni conforme solo con el rol de acompañante. Siguió el vaivén con Ethan, movimientos amplios, cuidados y suaves que hacían ondear capa y faldas consigo—. Está mejor bailar así que en una habitación oscura sin música, ¿verdad?

Rio con ligereza, y sus ojos verdes demasiado inquietos para quedarse en los oscuros del humano buscaron calma en distintos puntos: su pelo, sus pendientes y finalmente, sus labios. El bonito degradado color fresa y el brillo que le propinaba el maquillaje los hacía especialmente hipnóticos. Una pequeña sonrisa se reflejó en su rostro.

¿Siempre has tenido los labios así de bonitos? —dijo un poco más bajo, aún si con la música sería difícil que otro le oyera. La cicatriz hacía de ellos más enigmáticos, un contraste con su aparente delicadeza, lo que le daba aún más ganas de probarlos. Probarlos... Oh. Sus ojos se abrieron un poco más, mirando rápidamente a otro lado con un leve rubor. ¿Sería eso...?—. Quiero decir- siempre los tienes... Eh. Estás muy guapo.

Una sonrisita traviesa amenazó con asomar, pero pudo camuflarla con una risa nerviosa y avergonzada, producto de su propia osadía.

¿No me puedes dar una pista... —continuó haciéndose el tonto con pasmosa facilidad—, de lo que es el regalo? Yo a lo mejor también puedo pensar algo para ti...

Ah, como había echado de menos que se le acelerase el corazón por otra cosa que no fuera muerte y desgracia. Definitivamente se quedaba con el acelerón por la cercanía de un chico lindo y las nalgadas de uno rudo.

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♪♫♬:
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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22/02/24, 06:30 pm
Ania flotaba entre movimientos de manos y pies por todo el salón de baile, las sonrisas que compartía con Ethan a cada giro chocaban contra el techo del Palacete en un intento de hacer despegar su felicidad y que ésta navegara por las habitaciones flotantes como un avión de papel.

No había temor a equivocarse, solo el mismo cuidado y esmero que solía poner a los pasteles cuando los decoraba tras varias horas de preparación ayudando a su padre. En esta ocasión la dedicación era idéntica, pero podía permitirse ser menos perfecta y salirse un poco del molde. Sobre todo en un estilo de música que no tenía muy controlado.

Y aún así su pareja de baile lo hacía parecer todavía más fácil, la polaca hasta olvidó que el medio japonés a veces arrastraba la pierna.

¡Divino! —esgrimió cuando le vio dar vueltas y vueltas con el movimiento de su falda acompañándolo con gracia.

En un momento dado Nohlem se acercó para hacer un intercambio y Ania no tuvo más remedio que ceder con una sonrisa poco sincera. No podía pretender que Ethan se quedara siempre con ella y además su nuevo acompañante no era ni más ni menos que el maestro de ceremonias.

¡Bailemos! —imitó al italiano, dejándose llevar por las circunstancias. Las princesas tenían que mezclarse con el pueblo, todo el mundo sabía eso—. Peru no me pises… ¿vale?

El principio fue desastroso pero su amigo no tardó en soltarse y ganar confianza en sus movimientos a la par que la música desaparecía para dar comienzo a una nueva melodía. La canción le recordaba más a la que se daría en un convite real.

¡Gra-cias! ¡Tu sombrero mula muuuuuucho! —le devolvería el cumplido tras arrojarse al barro con unos pasos mucho más amplios y divertidos, similares a los que el niño daba a su lado. Ania continuó con aquella danza y el ritmo irregular de su pecho se afianzó segundo a segundo al percatarse del apuro que presentaba el rostro del circense—. ¿Por qué me miras tantu? —la pregunta fue amoldada por una mueca que escondía su curiosidad latente.

Damian estaba muy guapo, pero aquello era un poco raro.

¡Tú… no pareces tú! —rio, entrecruzando su brazo con el suyo y taconeando el suelo como si pisara uvas—. ¡¿Ni yo tampoco a qué no!? ¡Somos los mejores de este planeta! —sus ojos color miel no se movían de ese pequeño universo de amistad por lo que entrever a Colmillo, a Rick o compañía era una ardua tarea.

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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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24/02/24, 12:57 am
Desde que habían llegado a la ciudad, aquel baile podía ser con mucha facilidad de los momentos más felices para Rick. Había tenido reticencia al principio, no lo negaba en absoluto, pero ahora con la música y la diversión quedaba muy lejos la posibilidad de que algo fuera mal. No cabía preocuparse por nada (a excepción tal vez de que sería mejor incluso si los que se habían quedado en el torreón estuvieran allí), simplemente el neoyorquino se dejaba llevar por la canción y disfrutar de la improvisada fiesta.

Asintió a la respuesta de Kalna, diciendo luego con tono desenfadado: -Por tiempo tienes todo el que quieras por aquí y bueno, no se si es posible venir más a menudo, pero se puede hacer un apaño en el torreón si te interesa aprender- Quedaba bastante implícito que se había otorgado el rol de buen profesor. Bailar sin música podía complicarlo un poco, pero si a la libense le interesaba y ya que ella coordinaba parte de las clases de combate, ¿qué mejor forma de devolverle el favor?

Con el nuevo ritmo el chico estaba más cómodo y podía dar rienda suelta a sus pasos. Seguir una conversación aún con la rapidez del baile no le suponía un problema, aunque las palabras de su compañera no se las vio venir y por unos momentos su compás decayó mientras las asimilaba. Durante un microsegundo, aunque no llegó a exteriorizarse, se temió que fuera a tener que tomarse más en serio de lo que había pensado el juego de la corte que habían empezado con Aniol. Claro que, sabiendo de donde venía la libense, debía ser lo más normal del mundo a diferencia que para él. Fue la sonrisa al final y el analizar rápidamente la situación lo que lo tranquilizó del todo, dejando escapar una risa. -Vale, vale, touché. Podría hacer el intento, que conste, pero en algún momento iba a quedar raro. Así que mejor dejamos libertad de expresión y todos contentos- fue bromeando retomando el ánimo del baile. Justo al acabar un giro, terminó con una sonrisa pícara añadiendo cortésmente: -¿Encuentra esta propuesta de su agrado, señorita Kalna?- Ahora estaban en paz.

El enérgico baile le estaba encantando y al menos le daba la sensación de que su compañera que pensaba parecido, o eso quería pensar. -Gracias- le respondió complacido con un guiño amistoso y una leve sonrisa. Poder liberarse un poco de toda la tensión haciendo algo que le gustaba le sentaba bien y de paso llevarse algún cumplido nunca estaba de más. Rick andaba concentrado en el ritmo más que antes, estando menos pendiente de cómo iba el resto. Mientras iban moviéndose por el salón echó un vistacillo rápido al resto. Todo parecía ir bien, aunque se extrañó un momento al posar la mirada en Nohlem. -(¿Llevaba una corona antes?)- Estaba seguro de que no, pero con lo guapos que iban todos podía ser que se le hubiera escapado.

La canción llegó a su fin, pero las notas de la siguiente no tardaron en llegar. El neoyorquino se habría esperado algo similar, pero aquello le empezaba a sonar muy medieval. En la cara se le podía notar la ligera sorpresa con el cambio de registro tan repentino, aunque no por ello iba a amedrentarse y dejar de bailar. Acostumbrándose al nuevo compás, sus pasos se hicieron más discretos y un poco menos vistosos, esperando a manejar los nuevos tiempos antes de volver a improvisar y lucirse. Además, se fijó que Kalna andaba algo más rígida, así que era mejor empezar despacio. -Esto no es precisamente algo que controle, la verdad. Aunque se le puede dar un intento- confesó con sinceridad mientras pensaba que movimientos pegaban.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

24/02/24, 04:16 pm
Los pasos de Damian se detuvieron un poco cuando la canción finalizó, pensando que los compases habían llegado a su fin pero una nueva música sonaba. Una agradable flauta agradaba los oídos del chiquillo, seguida de violines que bien podían representar la inocente vergüenza que le italiano tenía ante su amigo y princesa real.

Una sonrisa agradecida iluminó su rostro cuando Ania dijo que su sombrero era molón.

¡A mí también me gusta, gracias Princesa! —rio agarrando el ala del sombrero y siguiendo el ritmo de la princesa del baile, quien estaba dando más caña y Damian, devolviendo el gesto, se puso un poco más a su lado.

El circense estaba atrapado en los ojos de Ania, sonriendo mientras movía su cuerpo acorde a la música. Giraba en ocasiones, regresando a ver con curiosidad a su mejor amigo quien le hizo la pregunta que lo pondría en un apuro sorpresivo.

¡Ah! Eh… Ehmm... —no tenía claro que responder ante la mirada curiosa de la princesa. Antes de que él pudiese decir nada, Ania le dijo que no parecía él, hasta refiriéndose a sí mismo. Eso le hizo recuperar un poco la compostura y asintiendo enérgicamente—. ¡Eso por supuesto, no hay nadie mejor que nosotros! ¡Vamos a comernos el mundo entero! —se atrevió de agarrar de la mano a Ania, siguiendo el baile y continuando con el tema que se quedó al aire—. Y bueno, estoooo... ¡Sí que te estoy mirando mucho porque el maquillaje es una put- una currada como te queda en la cara! ¡Lo digo en serio, pareces u-una chica con todo puesto y con el vestido y todo! ¡Te queda ehhh, muy muy muy MUY bien! ¡De verdad de la buena que no miento, estas increíble y de escándalo!

Ya a ese punto estaba agarrando la confianza y montándose en el trapecio hacia el vacío con todos esos comentarios que decía mientras bailaba con mayor intensidad siguiendo la que ya de por sí subía en la música de fondo, pisando con fuerza en el suelo y manteniendo el agarre en la mano de la princesa con fuerza, teniendo un baile conjunto que por momentos iba a mejor, acostumbrándose a los movimientos del otro.

¡Es que se nos da perfecto, para la próxima te vienes a mi circo y haremos un espectáculo de la ostia para una ciudad entera! ¡Te van a tirar flores y todo con la elegancia de tu princesidad, Ania! —sonrió mostrando todos sus dientes halagando el baile genial que estaban haciendo, sugiriendo aquel plan con toda la seguridad del mundo. ¿Qué diría un público ante todo lo que estaban haciendo? La musica, todos sus amigos, el escenario. Seguro que sería la envidia de toda su familia.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Palacete - Página 36 Empty Re: Palacete

25/02/24, 11:18 am
Ethan estaba llevando su suerte definitivamente al límite, ya no era solo las sinuosas sonrisas de Connor y la extraña tensión que había quedado oculta en los probadores, es que ahora tenía el placer de bailar junto a uno de los chicos más guapos del torreón… y madre mía si lo estaba disfrutando. La presión de su palma desprendía calor propio contra su cadera, sus dedos entrelazados eran esponjosos en contraposición del tacto de metal frío de sus anillos y sus ojos… Sus ojos eran tan hipnóticos que costaba recordar que no estaban solos en aquella sala.

Su mano libre descansaba sobre el hombro del pelirrojo mientras su faldón volaba libre en cada paso amplio que hacían, suaves círculos siguiendo un compás aún lento pero igual de mágico. No entendía muy bien que estaba haciendo y los nervios empezaban a jugarle malas pasadas, risas flojas y una pierna que sin querer ser colaborativa empezaba a dejar algunos movimientos a medio hacer, obligando con cierta torpeza a que Nohlem tuviera que rebajarse a su ritmo.

-Bueno… -Inicio a hablar, agachando la vista a sus propios cinturones distraído. La vergüenza florecía de un tono rojizo en sus mofletes. -La habitación tenía su encanto, era más… íntima? Y más sencilla, eso seguro, que no veas lo que me pesa la falda.

Se río de puro nervio pues no acababa de entender el porqué de esa confesión. Ethan podría parecer elegante pero también era alguien de costumbres y sustituir el chándal ligero por ropa ajustada cubierta de accesorios acababa haciéndose notar. Ahora bien, eso no significaba que quisiera expresarlo en voz alta, como torpemente había hecho y como torpemente seguía bailando. Que la música solo fuera a más no estaba ayudando.

-¿Ah, perdón? -Su rubor estalló de golpe como fuegos artificiales, no por el halago si no por encontrarse los iris esmeraldas atrapados en sus propios labios. El joven trató de balbucear algo coherente pero su sonrisa era tan temblorosa como sus pasos, hasta su mente había activado el freno de emergencia como si pudiera poner una barrera a todos los pensamientos lúcidos que cobraban forma en su mente. ¿Quería besarlo? No, no podía ser, estaba alucinando como lo había hecho con el pelirrosa. Solo se lo estaban pasando bien, si, eso. Tragó saliva. -Gracias, ah, no se, me maquillo Aniol, no se que tienen, pensé que nada aunque me los noto pegajosos. -Una risa efímera cortó la frase. -Quiero decir, tú también estás muy guapo, siempre, ah, ahora más claro pero de base también…. eso.  

Incapaz de seguir el tempo de esa conversación se dejó inclinar levemente hacía atrás, una huída que quedaba acorde a la marcha rítmica que el baile les exigía. Su vista se perdió a su alrededor, sin encontrar nada en concreto donde poder desviar su atención, dejando que la sala acabará en un borrón de figuras a medida que los círculos se volvían más cerrados y la velocidad más vertiginosa. Le empezaba a doler la pierna y aún así su atención se veía acaparada por los fuertes latidos que resonaban por todo su pecho. Se sentía joven de nuevo, atrapado en una red de amoríos que no comprendía y que seguramente no eran más que la teatralidad confusa del palacete, por ello no debía hacerse ilusiones, ni con el felino, ni con el motero. Era el amigo de ambos, aquello solo era un juego.

Ethan acabó respondiendo a lo de la pista si, pero no como se esperaba. Una de sus botas trastabilló con la otra y en la vorágine que daba fin a la canción todo su cuerpo se impulsó hacía delante para no caer contra el suelo. Apenas logró contener un gritó de pura sorpresa, convertido en una nube de telas pomposas al impactar contra el pecho del príncipe. La mano que había reposado sobre su hombro ahora se apoyaba con fuerza por encima de los botones de su camisa y de su coleta no quedaba más que mechones cortos mal organizados. Suerte que tenía una trenza para ordenar mejor su pelo, mala que tuviera que apartarse manualmente el flequillo desordenado. A su espalda, por si no diera suficiente vergüenza la situación de por sí la música había callado abruptamente, dejándolo en el silencio horrendo de sus pensamientos.

-Perdón, fue la pierna mala… -Trató de justificarse en vano. No se equivocaba al adjudicar las culpas, pero se sentía igual de mal por ello. No se atrevía a mirarlo, presa completa de los nervios.
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