Palacete
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Rocavarancolia Rol
29 participantes
- Rocavarancolia Rol
Palacete
03/08/11, 01:04 am
Recuerdo del primer mensaje :
Hecho en piedra gris, con forma de U, coronado por una cúpula de cristales negros y esmeralda bajo la cual hay un ventanal ovalado. Se entra por una escalinata de azulejos a un recibidor circular con dos grandes escaleras a ambos lados. Sobre este, se encuentran las habitaciones, flotando a distintas alturas.
- Descripción más detallada sacada de la saga:
- Exterior:
- El palacete se encontraba en mitad de una avenida, frente a una larga línea de casonas macizas, con tejados a dos aguas invadidos de gárgolas. Era la única construcción situada a ese lado de la avenida, pero llenaba el espacio con más rotundidad que la treintena de edificios que se desplegaban frente a ella.
Era de piedra gris, con forma de «U» redondeada, y había algo en sus ángulos y en su disposición sobre el terreno que tranquilizaba, que hacía pensar que no todo en aquella ciudad era horror. Lo que más llamaba la atención era la gigantesca cúpula que coronaba su centro: una maravillosa construcción de cristales negros y esmeralda. Bajo ella, en mitad de la fachada, se abría un gran ventanal ovalado rodeado de decenas de ventanas tan estrechas que parecían arañazos en el muro.
El patio era un sinuoso entramado de senderos que se desplegaba entre lo que una vez debieron de ser parcelas ajardinadas, pero que ahora no eran más que solares de tierra reseca. Se dirigieron hacia la escalinata de azulejos negros y verdes que conducía al portón de entrada, observando con cautela las ventanas que salpicaban los muros del palacete. Tras el enorme ventanal que ocupaba el centro sólo se veía oscuridad.
- Recibidor:
- Lo primero que vieron fue una densa zona de tinieblas, una cortina de oscuridad que precedía a un gran recibidor, iluminado por una delicada luz verde.
Se reunieron todos alrededor de Rachel en el último tramo de escaleras. El aire que se respiraba ante la puerta era de una pureza increíble, en nada se parecía a la peste rancia de los lugares cerrados que estaban acostumbrados a encontrar.
Fueron a parar a un amplio recibidor circular, de suelo y paredes de piedra gris. El techo, en cambio, era una pesada amalgama de grandes planchas de hierro que no encajaba con el resto del palacio; la sensación que provocaba aquel entramado era de asfixia, como si en cualquier momento fuera a caer y aplastarlos.
Dos grandes escaleras se disponían a ambos lados del recibidor, del mismo azulejo negro y verde que la escalinata de la entrada. Desde donde se encontraban, esas escaleras gemelas parecían hundirse como cuchillos en el techo enrejado, en una perspectiva extraña y forzada. No habían dado ni dos pasos fuera de la zona de sombras cuando se detuvieron todos casi al mismo tiempo, mirando hacia arriba, sorprendidos, boquiabiertos.
Lo que habían tomado como techo no era tal. Al salir de las sombras su perspectiva había cambiado y ahora podían ver el palacete tal y como realmente era. Las planchas que en un primer momento había creído colocadas en un mismo plano estaban suspendidas en realidad a distintas alturas por todo el palacio. Retrocedió un paso para regresar a la zona
de tinieblas y las planchas desordenadas volvieron a equilibrarse, formando un techo sin fisuras
aparentes que no era más que una ilusión óptica: si entrecerraba los ojos podía ver que las planchas flotaban en diferentes planos.
El palacete constaba de una sola planta, una planta vasta y asombrosa en la que flotaban
decenas de estancias de todos los tamaños y formas. La única semejanza entre ellas eran sus bases, de idéntico hierro forjado. La mayor de todas ocupaba tres pisos de altura y medía más de doscientos metros de largo, mientras que las más pequeñas eran meros soportes para adornos y estatuas. La mayoría ni siquiera tenía paredes.
Las escaleras no se hundían en ese falso techo como habían creído, sino que se prolongaban
curvándose en el vacío, hasta perderse en la movediza niebla esmeralda que copaba las alturas. Del tallo principal de cada escalera brotaban decenas de nuevos tramos que se dividían a su vez en más ramales de ajedrezado negro y esmeralda, retorciéndose en el aire hasta aterrizar en los bordes de las habitaciones flotantes. Aquel despliegue de habitaciones y escalinatas producía una prodigiosa sensación de armonía; era como si el mundo entero se hubiera vuelto liviano de pronto, como si la realidad, la propia existencia, fueran menos pesadas y opresivas entre aquellas paredes.
- Ascenso y ejemplos de habitaciones:
- Tomaron la escalinata de la izquierda. El tramo principal no tardaba en dividirse en tres grandes ramales. El de la derecha bajaba en una pronunciada curva antes de dividirse en otros dos tramos de escalera retorcida. A medida que avanzaban por aquella colosal montaña rusa pudieron contemplar un sinfín de habitaciones y salas. Vieron dormitorios de ensueño; salas de recreo con divanes de terciopelo, escabeles de cristal y columpios colgantes; zonas de paseo con fuentes y bancos de hierro…
La perspectiva resultaba engañosa allí arriba; prácticamente cambiaba a cada paso que daban, convirtiendo el palacete en un espacio en constante mutación. Una estancia vista desde arriba era diferente por completo contemplada desde abajo o desde un lateral. Todo fluctuaba, fluía. Era un enloquecido juego de perspectivas y arquitectura. Una sala observada desde una escalera parecía una selva rebosante de vegetación al quedar semioculta por los helechos que colgaban de las plataformas vecinas, para luego, desde arriba, convertirse en un elegante dormitorio. Desde otra curva de la escalera, esa misma habitación parecía vacía.
Rachel los guió hasta la estancia central del palacio, la única completamente cerrada con muros.(...) En el suelo, ante ellos, había aparecido un diminuto chispazo, una salpicadura brillante que se proyectó despacio hacia arriba, convirtiéndose en una creciente columna de luz que no se detuvo hasta alcanzar el techo, situado a gran altura. Un poco más adelante, una nueva columna tomó forma, de igual modo que la primera. Poco a poco, aquí y allá, se fueron formando más y más columnas. La luz que irradiaban iluminó la gran estancia, transformando la negrura en claridad.
—Es una sala de baile —murmuró Madeleine con admiración.
Mistral asintió, aunque sabía que aquel lugar era mucho más que eso. En aquella sala se habían
celebrado todo tipo de eventos: desde torneos de piromantes hasta conciertos de las fabulosas aves cantoras de Alarán, pasando por duelos de hechiceros y bodas reales. Se contaba que, en una ocasión, allí dentro se había sacrificado un dragón albino para mayor gloria del reino.
Los muchachos bajaron las escaleras que llevaban al suelo espejado de la sala. En el muro que
quedaba a su derecha se encontraba el gigantesco ventanal que habían visto desde fuera. El tercio inferior del mismo estaba cubierto por cortinajes negros, corridos en su mayoría, mientras que en la zona alta dos grandes cortinas verdes se abrían a izquierda y derecha.
En el extremo opuesto a la entrada se levantaba un pequeño escenario ocupado por varias estatuas metálicas. Se trataba de una orquesta compuesta por siete músicos tan extravagantes como los instrumentos que se disponían a tocar.
Un engendro con aire de rata humanoide empuñaba entre sus zarpas dos varillas que parecía a punto de estrellar contra el tambor agujereado que tenía delante. Entre los músicos había un ser casi humano, con la piel de un intenso negro y un magnífico par de alas rojas plegadas a su espalda. Aquella criatura sujetaba en una mano un violín abombado mientras en la otra empuñaba una varilla recubierta de protuberancias. Del costado de todas las estatuas surgía una mariposa metálica: una llave con la que darles cuerda.
Después de abandonar la sala de baile, fueron de plataforma en plataforma, siempre con Rachel a la cabeza. Casi tan sorprendente como el mismo palacio era el estado en el que éste se encontraba. Apenas había polvo y suciedad y aunque algunas habitaciones parecían vaciadas a conciencia, la mayor parte estaba en perfectas condiciones, como si los habitantes del lugar se hubieran marchado un instante antes de llegar ellos.
A media tarde hicieron un descanso para merendar. Se sentaron en los bancos de madera que
rodeaban un pequeño estanque. Apenas hablaron. Aquel lugar inducía al silencio, a la ensoñación.
Al poco tiempo de ponerse otra vez en marcha descubrieron una gran sala repleta de estanterías vacías. El cambiante deambuló entre ellas igual que todos, aun sabiendo que no iban a encontrar nada allí. Ese lugar había sido una importante biblioteca mágica, pero hacía tiempo que los pocos libros que no se habían llevado los magos de los mundos vinculados habían sido trasladados al castillo.
Otro ramal los condujo a una plataforma de paredes listadas en las que se desplegaban más de una veintena de grandes armarios, con espejos de marco de plata en cada puerta. Rachel se apresuró a abrir el más cercano y su contenido la hizo jadear emocionada. El armario estaba repleto de vestidos, a cada cual más espléndido.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Palacete
09/07/23, 03:41 pm
Por supuesto Kahlo estaba en su mundo de yupi, complacida por el apoyo de Lethe y completamente ajena a todo lo que detrás ocultaba. Las mismas conclusiones que sacó en su momento con Chromsa brotaron cuando Adam les llamó "familia", y aunque le dedicó una sonrisa por ello no comentó nada. Una familia no era elegida, la suya estaba resquebrajada y malamente unida con pegamento por las obligaciones y el rapto. Disfuncional y cada vez menos numerosa, pero una familia a fin de cuentas.
Cuando la varmana daba tregua a una le tocaba cobrar al otro. No lo sabía pero estaba teniendo una puntería increíble. Imaginaba que la clase media humana era bastante pudiente (más modernos eran después de todo), y aunque su estatus no le sorprendiese puesto que le pegaba más que ser un niño bien, sí que lo hizo otra cosa.
—¿¡Quince!? —dos luceros dorados se abrieron de par en par hacia Adam. ¡Ella ni siquiera había cumplido los 17 aún! Pero, ¿¡cuántos años tenía Adam!? Como era lógico las distinciones entre especies iban más allá de lo cultural, por ejemplo sabía que los daelicianos maduraban antes y la duración de un año variaba de un planeta a otro, pero esos eran datos que no acudían de manera natural a sus pensamientos—. Espera, espera... —levantó una mano y se pinzó el morro, dándole a las tuercas de su cerebro—. ¿Cuántos años llevas tocando? ¿Cuántos años tienes? Porque entonces cambia mucho la historia —se rió algo apurada. Que la música fuera terapéutica era un comentario totalmente normal y las fechas la tenían más en vilo ahora—. Quiero decir- Creo que tenemos años más largos en Varmania, pero independiente de las diferencias temporales... ¡Parece muy poco tiempo para lo bien que tocas!
Una sonrisa hizo más redondas sus mejillas. No había sido incriminatorio, sino todo un cumplido. Según la respuesta que diera el ruso tendría que hacer más o menos matemáticas.
—Mi hermano y yo empezamos a tocar con 6 años. Yo lo dejé, por eso no soy ninguna experta, pero... ¡para cuando yo ya controlaba dos instrumentos él todavía estaba aprendiendo! —explicó, más para Lethe que para el otro y que así ella también entendiera el motivo de su asombro. Después de todo, que el piano era todo un reto ya lo había podido comprobar de primera mano.
Cuando la varmana daba tregua a una le tocaba cobrar al otro. No lo sabía pero estaba teniendo una puntería increíble. Imaginaba que la clase media humana era bastante pudiente (más modernos eran después de todo), y aunque su estatus no le sorprendiese puesto que le pegaba más que ser un niño bien, sí que lo hizo otra cosa.
—¿¡Quince!? —dos luceros dorados se abrieron de par en par hacia Adam. ¡Ella ni siquiera había cumplido los 17 aún! Pero, ¿¡cuántos años tenía Adam!? Como era lógico las distinciones entre especies iban más allá de lo cultural, por ejemplo sabía que los daelicianos maduraban antes y la duración de un año variaba de un planeta a otro, pero esos eran datos que no acudían de manera natural a sus pensamientos—. Espera, espera... —levantó una mano y se pinzó el morro, dándole a las tuercas de su cerebro—. ¿Cuántos años llevas tocando? ¿Cuántos años tienes? Porque entonces cambia mucho la historia —se rió algo apurada. Que la música fuera terapéutica era un comentario totalmente normal y las fechas la tenían más en vilo ahora—. Quiero decir- Creo que tenemos años más largos en Varmania, pero independiente de las diferencias temporales... ¡Parece muy poco tiempo para lo bien que tocas!
Una sonrisa hizo más redondas sus mejillas. No había sido incriminatorio, sino todo un cumplido. Según la respuesta que diera el ruso tendría que hacer más o menos matemáticas.
—Mi hermano y yo empezamos a tocar con 6 años. Yo lo dejé, por eso no soy ninguna experta, pero... ¡para cuando yo ya controlaba dos instrumentos él todavía estaba aprendiendo! —explicó, más para Lethe que para el otro y que así ella también entendiera el motivo de su asombro. Después de todo, que el piano era todo un reto ya lo había podido comprobar de primera mano.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Palacete
10/07/23, 01:50 pm
A la horus no se le daba bien responder a aquella clase de comentarios, por lo que cuando Adam afirmó que eran como una familia tan solo se limitó a asentir con cierto estoicismo, pero tratando de que permease una leve sonrisa que sería casi imperceptible. En realidad, compartía el sentimiento por completo, pero hacer patente muestras tan abiertas de afecto todavía le resultaba muy incómodo y no iba a obligarse a ello.
La respuesta del pegaso a la pregunta de la Kahlo siguió sin aclararle gran cosa. ¿Qué se suponía que era una “familia normal”, a fin de cuentas? Ni siquiera ella sabría qué responder a eso en su propia percepción como dryfense, mucho menos entendía a qué ser referían sus compañeros. Parecía que tanto los humanos como los varmanos, por ejemplo, tenían un concepto de familia mucho más parecido a las parejas enderth con hijos –como había sido su caso hasta los tres años- que la forma de criar a sus huevos que tenían los clinger. Pero que se la llevasen los cetáceos en ese instante si entendía el matiz de aquella conversación.
—A ver, igual es una pregunta tonta, pero ya por curiosidad… —se decidió finalmente—. ¿Qué lucios significa “ser de alta cuna” y qué consideráis vosotros que es “una familia normal”?
Si iban a seguir hablando de temas relacionados iba a necesitar poder enterarse, además su interés por conocer mejor las culturas de otros mundos había aumentado considerablemente con el tiempo. Lo necesitaba para poder entender mejor a sus amigos, al fin y al cabo.
A la aparición le sorprendió otra cosa entonces, que era la edad a la que Adam había empezado a tocar el piano. Sabía que los años humanos eran similares a los de los enderth y aunque no la sabía con exactitud, suponía que la edad del pegaso no debía ser mucho mayor que la suya propia. Entendió esta vez sí su sorpresa, pues ella misma dio las explicaciones necesarias para ello. Desde luego que a ella también le había parecido un instrumento muy complejo, y la comparación que hizo con el aprendizaje de su hermano lo dejaba aún más claro. Miró hacia Adam, esperando también aquella respuesta con interés.
La respuesta del pegaso a la pregunta de la Kahlo siguió sin aclararle gran cosa. ¿Qué se suponía que era una “familia normal”, a fin de cuentas? Ni siquiera ella sabría qué responder a eso en su propia percepción como dryfense, mucho menos entendía a qué ser referían sus compañeros. Parecía que tanto los humanos como los varmanos, por ejemplo, tenían un concepto de familia mucho más parecido a las parejas enderth con hijos –como había sido su caso hasta los tres años- que la forma de criar a sus huevos que tenían los clinger. Pero que se la llevasen los cetáceos en ese instante si entendía el matiz de aquella conversación.
—A ver, igual es una pregunta tonta, pero ya por curiosidad… —se decidió finalmente—. ¿Qué lucios significa “ser de alta cuna” y qué consideráis vosotros que es “una familia normal”?
Si iban a seguir hablando de temas relacionados iba a necesitar poder enterarse, además su interés por conocer mejor las culturas de otros mundos había aumentado considerablemente con el tiempo. Lo necesitaba para poder entender mejor a sus amigos, al fin y al cabo.
A la aparición le sorprendió otra cosa entonces, que era la edad a la que Adam había empezado a tocar el piano. Sabía que los años humanos eran similares a los de los enderth y aunque no la sabía con exactitud, suponía que la edad del pegaso no debía ser mucho mayor que la suya propia. Entendió esta vez sí su sorpresa, pues ella misma dio las explicaciones necesarias para ello. Desde luego que a ella también le había parecido un instrumento muy complejo, y la comparación que hizo con el aprendizaje de su hermano lo dejaba aún más claro. Miró hacia Adam, esperando también aquella respuesta con interés.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: Palacete
10/07/23, 10:59 pm
—Bueno, como decirlo… En mi país, al menos, una familia normal es una que se pueda permitir un hogar, comida, agua, esa clase de cosas. Sin muchos lujos pero tampoco en la pobreza, yo por ejemplo nunca pasé hambre ni nada parecido. Los de alta cuna son gente con muchos recursos, suficientes de sobra para vivir —contestó a Lethe medio encogido de hombros y una sonrisa apurada, no estaba muy seguro de si su definición de “clase media” era la correcta. Tenía una familia sin mal estatus económico y, era un tontería, pero se sentía un poco mal al decirlo así sabiendo que hay personas que ni para comer tienen—. Es mas o menos esa la explicación, me explico como un libro en llamas pero espero que lo hayas comprendido —comentó a la horus bienintencionado esperando que haya comprendido eso, aun con las diferencias entre mundos.
Como aun estaba con la guardia un pelín alta al camuflar la respuesta anterior esquivando todo lo que tuviese que ver con reformatorios juveniles, Adam echó la cabeza hacia atrás ante la vivida respuesta de Kahlo que no se esperó para nada. ¿Tanta sorpresa era que aprendiese desde los quince?
—T-tengo veinte años y llevo eso, unos cuatro años largos practicando. No es para tanto honestamente, tan solo me gusta un montón —dejó ir su lado modesto ante el halago de Kahlo, subiéndosele los colores de nuevo y juntando sus manos en un gesto de nerviosismo muy tonto. Realmente se le subió un poco el comentario, arrastrando todos aquellos comentarios de ellas dos destacando sus habilidades y sintiendo una pizca de orgullo por ello.
Luego la varmana dio detalles del aprendizaje que tuvieron ella y su hermano en su hogar. Quizás el otro varmano tuvo un comienzo más lento o disfrutaba más pero él empezó ya mayorcillo. ¿Esa era la diferencia?
—Entonces tu hermano debe ser muy, muy bueno tocando el piano. Wow, desde los seis años. Realmente impresiona —divertido se sentó a hacer sonar unos acordes en el piano, muchos de ellos ya arrastrados de la melodía anterior de la partitura—. Puede sonar algo raro pero me gustaría escucharlo de tocar algún día, debe de tocar muy bien —soltó sin parar de tocar y disfrutar del piano, habiendo propuesto algo poco probable dada las circunstancias pero soñar era gratis—. ¿Y cómo se llama? No recuerdo haber escuchado su nombre o al menos creo que me olvidé si lo dijiste —preguntó de buen humor, suavizando el ritmo con el que tocaba y pasando a una sonoridad más calmada.
Como aun estaba con la guardia un pelín alta al camuflar la respuesta anterior esquivando todo lo que tuviese que ver con reformatorios juveniles, Adam echó la cabeza hacia atrás ante la vivida respuesta de Kahlo que no se esperó para nada. ¿Tanta sorpresa era que aprendiese desde los quince?
—T-tengo veinte años y llevo eso, unos cuatro años largos practicando. No es para tanto honestamente, tan solo me gusta un montón —dejó ir su lado modesto ante el halago de Kahlo, subiéndosele los colores de nuevo y juntando sus manos en un gesto de nerviosismo muy tonto. Realmente se le subió un poco el comentario, arrastrando todos aquellos comentarios de ellas dos destacando sus habilidades y sintiendo una pizca de orgullo por ello.
Luego la varmana dio detalles del aprendizaje que tuvieron ella y su hermano en su hogar. Quizás el otro varmano tuvo un comienzo más lento o disfrutaba más pero él empezó ya mayorcillo. ¿Esa era la diferencia?
—Entonces tu hermano debe ser muy, muy bueno tocando el piano. Wow, desde los seis años. Realmente impresiona —divertido se sentó a hacer sonar unos acordes en el piano, muchos de ellos ya arrastrados de la melodía anterior de la partitura—. Puede sonar algo raro pero me gustaría escucharlo de tocar algún día, debe de tocar muy bien —soltó sin parar de tocar y disfrutar del piano, habiendo propuesto algo poco probable dada las circunstancias pero soñar era gratis—. ¿Y cómo se llama? No recuerdo haber escuchado su nombre o al menos creo que me olvidé si lo dijiste —preguntó de buen humor, suavizando el ritmo con el que tocaba y pasando a una sonoridad más calmada.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Palacete
11/07/23, 11:23 pm
Kahlo, como persona que se ha criado en el privilegio, había empezado a ser consciente de su suerte bien entrada en Rocavarancolia y no antes, por eso no se sentía en el derecho de explicar lo que era “una familia normal” a Lethe. El velo de lo que era su clase seguía impidiéndole ver ciertas cosas pues no las había experimentado como tal -Rocavarancolia era una subclase a todas ellas y ahora no estaban tan mal-, y la definición de Adam se le antojó demasiado… ¿cruda? Las calles de su ciudad eran preciosas y la pobreza no se notaba, mucho menos en la burbuja donde ella había crecido. Tenían contratada a gente humilde en casa, gente cuyos nombres delataban su origen, pero… ¿realmente los de clase baja tenían tantísimas dificultades?
—Es… como dice Adam, sí. Mi familia es pudiente, muy pudiente —tampoco era la hija del alcalde, pero poco le faltaría por acercarse. Si sus padres no obtaban a la alcaldía era porque no les apetecía. No quería meterse en otras diferencias, como tener mejores estudios y trabajos por tener más oportunidades y menos preocupaciones (aunque en eso discernía), porque sabía que estaba en posición de ser juzgada. Más cuando Lethe tenía un pasado tan duro—. Por eso yo he podido tener este brazo... A mi familia le sobra el dinero.
Es que hasta eso la delataba. Podría haberse conformado con el modelo básico, pero no, tenía que derrochar, meterle oro y pintura. Menos mal que Adam también estaba ahí para ayudar.
—¡Veinte! —leer las edades de humanos varones- no, de los humanos varones de su cosecha en concreto- era un absoluto reto. Si además le añadía la diferencia matemática, en fin—. Sí, los años varmanos son más largos, seguro. Pero mira, ¡cuatro ya me parece más razonable! Aún así se nota que te gusta. Yo creo que no aguantaría ni dos…
Cuando pasó a su hermano le sonrió y se ruborizó ligeramente a pesar de que el cumplido no iba para ella. Diablos, ya veía porqué era tan fácil para su madre fardar de hijos, es verdad que se le llenaba el bucho a uno con ello aunque luego no lo demostrase con quienes debía.
—Bueno, mi padre estaba desesperado porque tocásemos con él y realmente es más fácil aprender cuando todavía eres pequeño… Pero sí, toca muy bien. No lo ha dejado nunca. O bueno, no sé que habrá pasado este año, pero… al menos el piano sigue en su sitio.
Siguió las manos de Adam por el instrumento y pulsó una sola nota acorde a lo que el chico tocaba.
>>De pequeños mis padres estaban preocupados con él porque siempre le ha costado mucho centrarse, pero con el piano se obsesionó. Resulta que sí tiene cabeza para lo que quiere —diría que puso los ojos en blanco, pero eso le era físicamente imposible. Resopló con humor; a estas alturas no guardaba queja—. Si quieres oírle, bueno. El portal a Varmania está siempre abierto y yo tengo que pasarme a menudo por casa… —dejó caer aquello con una sonrisa recatada. Quería ver a su familia con todas sus fuerzas, pero los evitaba como agua al aceite por todo el dolor que su imagen conllevaría—. Si te disfrazamos de varmano y te hacemos pasar por un pianista de renombre a lo mejor podemos colarte… Tocarías canciones de otro mundo —se rió—. Se llama Nohlem. Somos mellizos. Yo soy la menor por cuatro minutos.
—Es… como dice Adam, sí. Mi familia es pudiente, muy pudiente —tampoco era la hija del alcalde, pero poco le faltaría por acercarse. Si sus padres no obtaban a la alcaldía era porque no les apetecía. No quería meterse en otras diferencias, como tener mejores estudios y trabajos por tener más oportunidades y menos preocupaciones (aunque en eso discernía), porque sabía que estaba en posición de ser juzgada. Más cuando Lethe tenía un pasado tan duro—. Por eso yo he podido tener este brazo... A mi familia le sobra el dinero.
Es que hasta eso la delataba. Podría haberse conformado con el modelo básico, pero no, tenía que derrochar, meterle oro y pintura. Menos mal que Adam también estaba ahí para ayudar.
—¡Veinte! —leer las edades de humanos varones- no, de los humanos varones de su cosecha en concreto- era un absoluto reto. Si además le añadía la diferencia matemática, en fin—. Sí, los años varmanos son más largos, seguro. Pero mira, ¡cuatro ya me parece más razonable! Aún así se nota que te gusta. Yo creo que no aguantaría ni dos…
Cuando pasó a su hermano le sonrió y se ruborizó ligeramente a pesar de que el cumplido no iba para ella. Diablos, ya veía porqué era tan fácil para su madre fardar de hijos, es verdad que se le llenaba el bucho a uno con ello aunque luego no lo demostrase con quienes debía.
—Bueno, mi padre estaba desesperado porque tocásemos con él y realmente es más fácil aprender cuando todavía eres pequeño… Pero sí, toca muy bien. No lo ha dejado nunca. O bueno, no sé que habrá pasado este año, pero… al menos el piano sigue en su sitio.
Siguió las manos de Adam por el instrumento y pulsó una sola nota acorde a lo que el chico tocaba.
>>De pequeños mis padres estaban preocupados con él porque siempre le ha costado mucho centrarse, pero con el piano se obsesionó. Resulta que sí tiene cabeza para lo que quiere —diría que puso los ojos en blanco, pero eso le era físicamente imposible. Resopló con humor; a estas alturas no guardaba queja—. Si quieres oírle, bueno. El portal a Varmania está siempre abierto y yo tengo que pasarme a menudo por casa… —dejó caer aquello con una sonrisa recatada. Quería ver a su familia con todas sus fuerzas, pero los evitaba como agua al aceite por todo el dolor que su imagen conllevaría—. Si te disfrazamos de varmano y te hacemos pasar por un pianista de renombre a lo mejor podemos colarte… Tocarías canciones de otro mundo —se rió—. Se llama Nohlem. Somos mellizos. Yo soy la menor por cuatro minutos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Palacete
12/07/23, 04:40 pm
Las explicaciones se le hacían algo extrañas, pero finalmente entendió de qué estaban hablando, sobre todo ante la mención directa de Kahlo a lo que parecía el factor determinante.
—O sea… que os referís a lo que una familia se puede permitir por la cantidad de dinero que tiene. No es que la economía de Dryfus y la de Rocavarancolia sean radicalmente distintas, pero creo que con las diferencias que he observado aquí me puedo hacer una idea —se encogió de hombros: no era un tema que le interesase demasiado en realidad. Le bastaba con saber qué tenía que hacer para poder contribuir a la sociedad y permitirse los pocos bienes materiales que quisiese—. Gracias por la aclaración.
Seguía sin entender qué pintaban las cunas en todo aquello, pero la verdad es que probablemente la respuesta no fuese nada interesante a juzgar por lo anterior.
Tal y como pensaba, Adam tan solo era uno o dos años mayor que ella, y aunque no podía opinar mucho al respecto del tiempo para aprender instrumentos seguía creyendo que no debía ser común que alguien tocase tan bien con tan solo unos años de práctica. La aparición nocturna siguió hablando un poco más de su familia y, aunque no era la primera vez que le escuchaba contar algo de ella, sí que estaba dando detalles que no sabía.
Se le hacía graciosa la idea de imaginarse al pegaso disfrazado de varmano y, de algún modo, apañándoselas para encontrarse con el hermano de Kahlo y tocar juntos el piano. Eso en parte le hizo pensar que ella tal vez debería volver a Dryfus en algún momento. Si Adam echaba de menos tocar el piano, ella lo hacía con la pesca cuando la preocupación le permitía que le invadiesen los sentimientos de nostalgia.
Volvió a sentirse confusa con otra afirmación que le resultaba extraña: Kahlo y su hermano eran mellizos, pero ella era la menor por cuatro minutos. ¿Dónde estaba el sentido de eso? Si eran mellizos entonces habían nacido a la vez y tenían la misma edad. ¿De verdad los mamíferos le daban esa importancia al orden en el que salían del útero de la madre? No, probablemente aquella pregunta tampoco valía la pena hacerla.
—Debería pensar en comenzar a trabajar en algún sitio como el granero para conseguir yo algo de dinero, ya que es imposible pescar en esta ciudad llena de aguas contaminadas —comentó con el mismo desagrado con el que lo hacía cada vez que el tema acudía a su mente. Que la varmana hubiese mencionado que ella disponía de dinero porque podía quitárselo a su familia cuando quisiera le había hecho pensar en el asunto—. Y lo primero que haré será ahorrar para una caña en condiciones. ¿Conoces buenos sitios en los que pescar en Varmania? A lo mejor puedo acompañar a Adam y mientras él toca el piano con tu hermano yo puedo traer algo de pescado fresco de tu mundo.
El último comentario iba medio en broma, pero solo medio. En realidad no era la primera vez que se le pasaba por la cabeza, solo que necesitaba dar varios pasos primeros además de tiempo antes de llevar a cabo la idea que tenía en mente.
—O sea… que os referís a lo que una familia se puede permitir por la cantidad de dinero que tiene. No es que la economía de Dryfus y la de Rocavarancolia sean radicalmente distintas, pero creo que con las diferencias que he observado aquí me puedo hacer una idea —se encogió de hombros: no era un tema que le interesase demasiado en realidad. Le bastaba con saber qué tenía que hacer para poder contribuir a la sociedad y permitirse los pocos bienes materiales que quisiese—. Gracias por la aclaración.
Seguía sin entender qué pintaban las cunas en todo aquello, pero la verdad es que probablemente la respuesta no fuese nada interesante a juzgar por lo anterior.
Tal y como pensaba, Adam tan solo era uno o dos años mayor que ella, y aunque no podía opinar mucho al respecto del tiempo para aprender instrumentos seguía creyendo que no debía ser común que alguien tocase tan bien con tan solo unos años de práctica. La aparición nocturna siguió hablando un poco más de su familia y, aunque no era la primera vez que le escuchaba contar algo de ella, sí que estaba dando detalles que no sabía.
Se le hacía graciosa la idea de imaginarse al pegaso disfrazado de varmano y, de algún modo, apañándoselas para encontrarse con el hermano de Kahlo y tocar juntos el piano. Eso en parte le hizo pensar que ella tal vez debería volver a Dryfus en algún momento. Si Adam echaba de menos tocar el piano, ella lo hacía con la pesca cuando la preocupación le permitía que le invadiesen los sentimientos de nostalgia.
Volvió a sentirse confusa con otra afirmación que le resultaba extraña: Kahlo y su hermano eran mellizos, pero ella era la menor por cuatro minutos. ¿Dónde estaba el sentido de eso? Si eran mellizos entonces habían nacido a la vez y tenían la misma edad. ¿De verdad los mamíferos le daban esa importancia al orden en el que salían del útero de la madre? No, probablemente aquella pregunta tampoco valía la pena hacerla.
—Debería pensar en comenzar a trabajar en algún sitio como el granero para conseguir yo algo de dinero, ya que es imposible pescar en esta ciudad llena de aguas contaminadas —comentó con el mismo desagrado con el que lo hacía cada vez que el tema acudía a su mente. Que la varmana hubiese mencionado que ella disponía de dinero porque podía quitárselo a su familia cuando quisiera le había hecho pensar en el asunto—. Y lo primero que haré será ahorrar para una caña en condiciones. ¿Conoces buenos sitios en los que pescar en Varmania? A lo mejor puedo acompañar a Adam y mientras él toca el piano con tu hermano yo puedo traer algo de pescado fresco de tu mundo.
El último comentario iba medio en broma, pero solo medio. En realidad no era la primera vez que se le pasaba por la cabeza, solo que necesitaba dar varios pasos primeros además de tiempo antes de llevar a cabo la idea que tenía en mente.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Palacete
13/07/23, 01:51 pm
Cuando Kahlo repitió en voz alta su propia edad le hizo pensar que, realmente, era de los más mayores en cuanto al grupo del torreón. Al menos teniendo en cuenta los ciclos solares, tal y como ella dijo sobre lo de que los años varmanos duran un mayor tiempo y Adam, como le diese calcular eso, seguramente sacaría humo de sus orejas.
Después de eso y cuando el pegaso habló del hermano de Kahlo, ella sonrió y se sonrojó de una forma particular. ¿Serían cercanos ellos dos? Adam no pudo evitar contagiarse de la sonrisa, debe ser muy bonito tener un hermano y lo mismo para la aparición no fue fácil desligarse de él, o de su familia entera llena de lujos y comodidades.
La escuchó con calma y muy atento mientras seguía tocando los acordes. El otro varmano parece tener una buena cantidad de años de experiencias en sus espaldas y también mencionó como el piano era su motivo para centrarse. Quizás tendría talento para ello y le gustaba hacer lo que más le motivaba, quien sabe.
Y lo del portal a Varmania que siempre estaba abierto acerca de lo de poder oírle, bueno, hizo que Adam mirase a Kahlo con las cejas alzadas, frenando un poco el ritmo de sus dedos en el piano hasta que finalmente se detuvo. La sorpresa inicial de saber acerca del portal pasó a una tonta risa cuando mencionó lo del disfraz.
—De hecho ya ando investigando sobre el tema, aun tengo pendiente el disfraz de ochrorio para cuando vaya con Chromsa a su mundo, de esto ya hablé con él —dijo con un ligero sonrojo al recordar aquel paseo bajo la lluvia. Curiosamente hablaba de Chromsa esto, Chromsa lo otro todo el rato pero Adam nunca ha llegado a comentar nada a nadie. Quizás ya lo entendían de lejos, tampoco luchaba por ocultar su relación actual—. Sé que existen hechizos o algo para hacerte un disfraz convincente de otra especie, así que veréis probablemente un “yo” ochrorio y un “yo” varmano —aclaró conservando el humor tonto, pensando como se verían Lethe y Kahlo humanas—. Pero en serio, me encantaría dar un concierto en Varmania, o en cualquier sitio realmente ahora que lo dices. Podría tocar una buena cantidad de piezas para vosotros y unimos a los que sepan tocar algún instrumento, eso sería genial.
De hecho, esa idea le encantaba. ¿Habrá algún grupo o banda de música en Rocavarancolia? En el propio palacete hay una sala llena de instrumentos y eso es una prueba sólida en sí misma. Pero los recursos para hacerlo… De hecho Lethe habló del tema monetario y ese tema le interesaba. Ella trabajaría en el granero o algún sitio similar, una buena decisión a decir verdad.
—Es cierto. Yo también debería buscar algún contrato, por tener un dinero ahorrado por si acaso. No vamos a estar para siempre en Serpentaria —sonrió disimuladamente nostálgico con el siguiente comentario, es verdad que perdió su caña y ella lo mencionaba alguna que otra vez en el torreón—. ¿Estarán buenos los peces de Varmania? Me muero por probar un poco —confesó sacando un poco su lado glotón—. Seguro que es mejor que la gastronomía rusa.
Después de eso y cuando el pegaso habló del hermano de Kahlo, ella sonrió y se sonrojó de una forma particular. ¿Serían cercanos ellos dos? Adam no pudo evitar contagiarse de la sonrisa, debe ser muy bonito tener un hermano y lo mismo para la aparición no fue fácil desligarse de él, o de su familia entera llena de lujos y comodidades.
La escuchó con calma y muy atento mientras seguía tocando los acordes. El otro varmano parece tener una buena cantidad de años de experiencias en sus espaldas y también mencionó como el piano era su motivo para centrarse. Quizás tendría talento para ello y le gustaba hacer lo que más le motivaba, quien sabe.
Y lo del portal a Varmania que siempre estaba abierto acerca de lo de poder oírle, bueno, hizo que Adam mirase a Kahlo con las cejas alzadas, frenando un poco el ritmo de sus dedos en el piano hasta que finalmente se detuvo. La sorpresa inicial de saber acerca del portal pasó a una tonta risa cuando mencionó lo del disfraz.
—De hecho ya ando investigando sobre el tema, aun tengo pendiente el disfraz de ochrorio para cuando vaya con Chromsa a su mundo, de esto ya hablé con él —dijo con un ligero sonrojo al recordar aquel paseo bajo la lluvia. Curiosamente hablaba de Chromsa esto, Chromsa lo otro todo el rato pero Adam nunca ha llegado a comentar nada a nadie. Quizás ya lo entendían de lejos, tampoco luchaba por ocultar su relación actual—. Sé que existen hechizos o algo para hacerte un disfraz convincente de otra especie, así que veréis probablemente un “yo” ochrorio y un “yo” varmano —aclaró conservando el humor tonto, pensando como se verían Lethe y Kahlo humanas—. Pero en serio, me encantaría dar un concierto en Varmania, o en cualquier sitio realmente ahora que lo dices. Podría tocar una buena cantidad de piezas para vosotros y unimos a los que sepan tocar algún instrumento, eso sería genial.
De hecho, esa idea le encantaba. ¿Habrá algún grupo o banda de música en Rocavarancolia? En el propio palacete hay una sala llena de instrumentos y eso es una prueba sólida en sí misma. Pero los recursos para hacerlo… De hecho Lethe habló del tema monetario y ese tema le interesaba. Ella trabajaría en el granero o algún sitio similar, una buena decisión a decir verdad.
—Es cierto. Yo también debería buscar algún contrato, por tener un dinero ahorrado por si acaso. No vamos a estar para siempre en Serpentaria —sonrió disimuladamente nostálgico con el siguiente comentario, es verdad que perdió su caña y ella lo mencionaba alguna que otra vez en el torreón—. ¿Estarán buenos los peces de Varmania? Me muero por probar un poco —confesó sacando un poco su lado glotón—. Seguro que es mejor que la gastronomía rusa.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Palacete
14/07/23, 02:43 pm
Le gustó la idea de los disfraces y más ahora que estos involucraban magia e ilusiones convincentes. No podía presentarse con un ser de nariz redonda, orejas cortas y el cabello color tronco en su mundo como si tal cosa, y mero maquillaje no valdría para eso. Adam ochrorio todavía era fácil de imaginar, pero Adam varmano... ¿sería un balera? ¿Se le pondría el pelo azul? ¿Le parecería guapo? Kahlo rio entredientes, risa que cobró fuerza en sus dudas cuando el ruso se subió a palabras mayores: ¡un concierto! La aparición alzó ambas manos, divertida y apurada.
—¡Bueno, bueno! ¡Te he ofrecido mi casa para tocar con mi hermano, no la ópera! Y en realidad ni siquiera estoy segura de poder conseguirte lo primero...
Bien pensado casi sería más fácil sacar un piano a la calle y que Adam lo tocase en alguna plaza, donde no tuvieran que engañar a nadie directamente ni ella tuviera que interactuar con una familia que no la recordaba. La tentación de volver a hablar con sus padres y su hermano era enorme, por supuesto, como también lo era el dolor.
—¡Oh! ¡En mi ciudad hay costa! Desde mi casa casi se ve el mar —respondió a Lethe, ilusionada de que ese plan que tan de broma había surgido estuviese tomando forma—. El puerto está a menos de una hora de donde yo vivía, ¡y seguro encontramos una cala traquila donde puedas pescar tranquila sin nadie! Y oye Lethe, si necesitas ayuda con una caña a mi no me importaría... —dejó la frase al aire a posta—. Hasta que empieces a ganar dinero. Como un préstamo de amigos.
En realidad como si no se lo devolvía, pero si la enderth era una pizca como ella, de querer hacer las cosas por sí misma, tampoco le sorprendería que lo rechazase.
—La gastronomía de Bermellón es... ¡Ay! —exclamó con la gula picada por la nostalgia—. El pargo con yuca asada, el plátano seco...! Las navajas y el marisco... ¡Y los chipichipi! Santísimos, si vamos a Varmania os voy a llevar a un restaurante que es maravilloso. Es un barco que- No, ¡mejor si lo veis en el sitio! —que horror, ahora tenía mucha hambre—. ¿No se come bien en tu ciudad, Adam?
—¡Bueno, bueno! ¡Te he ofrecido mi casa para tocar con mi hermano, no la ópera! Y en realidad ni siquiera estoy segura de poder conseguirte lo primero...
Bien pensado casi sería más fácil sacar un piano a la calle y que Adam lo tocase en alguna plaza, donde no tuvieran que engañar a nadie directamente ni ella tuviera que interactuar con una familia que no la recordaba. La tentación de volver a hablar con sus padres y su hermano era enorme, por supuesto, como también lo era el dolor.
—¡Oh! ¡En mi ciudad hay costa! Desde mi casa casi se ve el mar —respondió a Lethe, ilusionada de que ese plan que tan de broma había surgido estuviese tomando forma—. El puerto está a menos de una hora de donde yo vivía, ¡y seguro encontramos una cala traquila donde puedas pescar tranquila sin nadie! Y oye Lethe, si necesitas ayuda con una caña a mi no me importaría... —dejó la frase al aire a posta—. Hasta que empieces a ganar dinero. Como un préstamo de amigos.
En realidad como si no se lo devolvía, pero si la enderth era una pizca como ella, de querer hacer las cosas por sí misma, tampoco le sorprendería que lo rechazase.
—La gastronomía de Bermellón es... ¡Ay! —exclamó con la gula picada por la nostalgia—. El pargo con yuca asada, el plátano seco...! Las navajas y el marisco... ¡Y los chipichipi! Santísimos, si vamos a Varmania os voy a llevar a un restaurante que es maravilloso. Es un barco que- No, ¡mejor si lo veis en el sitio! —que horror, ahora tenía mucha hambre—. ¿No se come bien en tu ciudad, Adam?
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
14/07/23, 03:46 pm
—Hechizos ilusorios —aportó a la explicación de Adam. No sabía hacer ninguno de ellos, pero la enderth había estado estudiando bastante teoría mágica para poder, por lo menos, tener un mínimo de conocimiento ante posibles peligros que implicasen hechizos del tipo que fuera—. No parecen fáciles de aprender, pero sé que se usan a menudo amuletos que los contienen. Supongo que también porque los necesitarán los que no tienen capacidad para realizar hechizos por sí mismos —razonó pensando en que Kradko por sí sola no podría visitar un mundo en el que fuese necesario hacerse pasar por uno de sus habitantes.
No estaba segura de hasta qué punto tan solo estaban hablando por hablar, aunque le quedó un poco más claro que la idea que estaba proponiendo el pegaso era algo excesiva cuando la aparición nocturna misma planteó sus dudas al respecto. Toda su atención se volcó en ella en cuanto que mencionó el mar cercano a su antiguo lugar de residencia. La imagen mental de pescar en una bonita cala de un mundo desconocido se hizo muy clara en su mente, aún si no sabía cómo era Varmania realmente, pero el ofrecimiento que le hizo su amiga a continuación la deshizo y le hizo dedicarle una mirada con los ojos muy abiertos, no esperándose algo así.
—Eso es… —Una parte de sí misma más egoísta y que echaba muchísimo de menos su antigua profesión quería decirle que sí, pero era demasiado pequeña en comparación a cómo se sentía realmente al respecto—. Es muy generoso por tu parte, Kahlo. Pero no puedo aceptarla —negó con la cabeza con firmeza—. No te preocupes: tenemos las necesidades básicas cubiertas viviendo en la Torre Serpentaria, por lo que no creo que me cueste demasiado ahorrar para comprarme una caña. Todavía podemos estar allí unos cuantos años más —añadió encogiéndose de hombros hacia el humano, quien había mencionado que no podían estar para siempre en la Torre.
No es que no compartiese las ganas de poder ser autosuficiente cuanto antes, pero prefería ser realista e ir poco a poco. No le debían nada a nadie en aquella ciudad, si acaso sentía que era al contrario y le parecía apropiado que el Consejo les proporcionase aquellas cosas durante un buen periodo de tiempo.
A continuación empezaron a hablar sobre comida, especialmente de platos elaborados con fauna marina. No sabía qué eran exactamente algunas de las cosas que mencionaba la varmana, pero la simple idea de comer un pescado aún mejor preparado a lo que tenían disponible en la ciudad hacía que solo le diesen más ganas de que aquel plan improvisado se llevase a cabo.
—No sé cómo será la gastronomía del lugar donde vivía Adam, pero algo me dice que ninguna cosa que comía en Dryfus estaba tan elaborada como lo que mencionas —apuntó—. Aun así, hay también pescados con buen sabor en el mar que proveía a mi pueblo de ellos. Tal vez la comida no sea la parte más interesante de todos modos, pero creo que varias particularidades del… paisaje os podrían sorprender —añadió divertida.
No estaba segura de hasta qué punto tan solo estaban hablando por hablar, aunque le quedó un poco más claro que la idea que estaba proponiendo el pegaso era algo excesiva cuando la aparición nocturna misma planteó sus dudas al respecto. Toda su atención se volcó en ella en cuanto que mencionó el mar cercano a su antiguo lugar de residencia. La imagen mental de pescar en una bonita cala de un mundo desconocido se hizo muy clara en su mente, aún si no sabía cómo era Varmania realmente, pero el ofrecimiento que le hizo su amiga a continuación la deshizo y le hizo dedicarle una mirada con los ojos muy abiertos, no esperándose algo así.
—Eso es… —Una parte de sí misma más egoísta y que echaba muchísimo de menos su antigua profesión quería decirle que sí, pero era demasiado pequeña en comparación a cómo se sentía realmente al respecto—. Es muy generoso por tu parte, Kahlo. Pero no puedo aceptarla —negó con la cabeza con firmeza—. No te preocupes: tenemos las necesidades básicas cubiertas viviendo en la Torre Serpentaria, por lo que no creo que me cueste demasiado ahorrar para comprarme una caña. Todavía podemos estar allí unos cuantos años más —añadió encogiéndose de hombros hacia el humano, quien había mencionado que no podían estar para siempre en la Torre.
No es que no compartiese las ganas de poder ser autosuficiente cuanto antes, pero prefería ser realista e ir poco a poco. No le debían nada a nadie en aquella ciudad, si acaso sentía que era al contrario y le parecía apropiado que el Consejo les proporcionase aquellas cosas durante un buen periodo de tiempo.
A continuación empezaron a hablar sobre comida, especialmente de platos elaborados con fauna marina. No sabía qué eran exactamente algunas de las cosas que mencionaba la varmana, pero la simple idea de comer un pescado aún mejor preparado a lo que tenían disponible en la ciudad hacía que solo le diesen más ganas de que aquel plan improvisado se llevase a cabo.
—No sé cómo será la gastronomía del lugar donde vivía Adam, pero algo me dice que ninguna cosa que comía en Dryfus estaba tan elaborada como lo que mencionas —apuntó—. Aun así, hay también pescados con buen sabor en el mar que proveía a mi pueblo de ellos. Tal vez la comida no sea la parte más interesante de todos modos, pero creo que varias particularidades del… paisaje os podrían sorprender —añadió divertida.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Palacete
14/07/23, 07:50 pm
—Vaya, que interesante, en amuletos también. Había leído un poco sobre ellos pero veo que andas en el asunto, ¿si tengo alguna duda podría consultarte? —pidió a Lethe. Se sabía hasta el nombre del hechizo, alegrándose de que más personas entiendan de ese tema y le vendría bien toda la ayuda posible. Le pareció muy curioso y cómodo que esa clase de hechizos pudiesen anclarse en amuletos, facilitaría mucho el disfraz además de que le preocuparía menos al no depender de una ejecución manual y confiar en el artilugio mágico.
La risa de Kahlo seguida de lo que dijo hizo sonrojoar un poco de vergüenza a Adam, quizás se vino muy arriba al ilusionarse tanto. Aun así, se le pegó la risa.
—Jaja, me vine muy arriba con eso. Sería muy difícil y si no se puede, no hay problema —puntualizó con un poco de apuro, comprendiendo lo ajetreado que sería organizar bien aquel plan. Se debían de buscar una excusa, una identidad secreta y demás cosas. Tampoco sabía mucho de la estructura social de Varmania por lo que tendría que estudiar mucho el hogar de la aparición para no pifiarla en ningún momento.
Kahlo empezó a hablar de como desde su casa pueden verse las costas que inician el mar de Varmania. El pegaso escuchó eso, imaginando sin saber por qué motivo un lugar precioso. Su ciudad, Rostov del Don, también tenía sus costas así como San Petersburgo. Un sentimiento nostálgico lo invadió, observando con una sonrisa la conversación. Una cala tranquila para pescar, sonaba a un buen plan y relajante además. Al pegaso le pareció un bonito gesto el de la varmana al ofrecer dinero para la caña, cosa que Lethe negaría momentos después.
—Buff, que hambre me estáis provocando —confesó ante tal despliegue gastronómico que exhibió Kahlo verbalmente, tragando saliva por momentos. Que maravilla sería ir a uno de esos restaurantes exóticos y seguramente caros, eso último se traduce en comida de extrema calidad y no se lo perdería por nada del mundo. Los platos pesqueros de Dryfus tampoco sonaban nada mal, Adam siempre se ha declarado fan del pescado y no le daría ascos a un buen plato hasta arriba—. Bueno, en Rusia… Hmm, también es que como me crie ahí no lo veo del otro mundo pero está el borsch, la ternera a la Stroganoff, los priániki; la solyanka, una sopa de carne o pescado con verduras que está muy buena… Dios, a mí me encantaba el pelmeni que son bolas de masa rellenas de ternera y cerdo, eso entra solo con mantequilla —Adam negó con la cabeza, divertido—. Perdón que me voy por las ramas. Realmente son muchas ensaladas, sopas, verduras, cosas de ese estilo que aguanten bien el frío de mi país sobre todo. Aunque en la Tierra hay mucha diversidad en platos, al menos desde mi punto de vista que he llegado a comer cosas de otros sitios bastantes veces. Creo que es porque Rusia es bastante grande en comparación a otros países —aclaró, intentándose hacer entender no estando muy entendido en el asunto pero otorgando su propia visión de los hechos.
La risa de Kahlo seguida de lo que dijo hizo sonrojoar un poco de vergüenza a Adam, quizás se vino muy arriba al ilusionarse tanto. Aun así, se le pegó la risa.
—Jaja, me vine muy arriba con eso. Sería muy difícil y si no se puede, no hay problema —puntualizó con un poco de apuro, comprendiendo lo ajetreado que sería organizar bien aquel plan. Se debían de buscar una excusa, una identidad secreta y demás cosas. Tampoco sabía mucho de la estructura social de Varmania por lo que tendría que estudiar mucho el hogar de la aparición para no pifiarla en ningún momento.
Kahlo empezó a hablar de como desde su casa pueden verse las costas que inician el mar de Varmania. El pegaso escuchó eso, imaginando sin saber por qué motivo un lugar precioso. Su ciudad, Rostov del Don, también tenía sus costas así como San Petersburgo. Un sentimiento nostálgico lo invadió, observando con una sonrisa la conversación. Una cala tranquila para pescar, sonaba a un buen plan y relajante además. Al pegaso le pareció un bonito gesto el de la varmana al ofrecer dinero para la caña, cosa que Lethe negaría momentos después.
—Buff, que hambre me estáis provocando —confesó ante tal despliegue gastronómico que exhibió Kahlo verbalmente, tragando saliva por momentos. Que maravilla sería ir a uno de esos restaurantes exóticos y seguramente caros, eso último se traduce en comida de extrema calidad y no se lo perdería por nada del mundo. Los platos pesqueros de Dryfus tampoco sonaban nada mal, Adam siempre se ha declarado fan del pescado y no le daría ascos a un buen plato hasta arriba—. Bueno, en Rusia… Hmm, también es que como me crie ahí no lo veo del otro mundo pero está el borsch, la ternera a la Stroganoff, los priániki; la solyanka, una sopa de carne o pescado con verduras que está muy buena… Dios, a mí me encantaba el pelmeni que son bolas de masa rellenas de ternera y cerdo, eso entra solo con mantequilla —Adam negó con la cabeza, divertido—. Perdón que me voy por las ramas. Realmente son muchas ensaladas, sopas, verduras, cosas de ese estilo que aguanten bien el frío de mi país sobre todo. Aunque en la Tierra hay mucha diversidad en platos, al menos desde mi punto de vista que he llegado a comer cosas de otros sitios bastantes veces. Creo que es porque Rusia es bastante grande en comparación a otros países —aclaró, intentándose hacer entender no estando muy entendido en el asunto pero otorgando su propia visión de los hechos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Palacete
15/07/23, 03:28 pm
—No, no te preocupes. Lo entiendo —respondió a Lethe sin intención de insistir—. Seguro que ahorrar tampoco te cuesta tanto. Una caña no puede ser muy cara.
O al menos no lo era para ella. "Y sino" pensó, "siempre podría robar una..." No. No, Santos, la aparición se estaba acostumbrando tanto a salir impune de coger cosas de su casa que estaba normalizándolo más allá. Pero vamos, solo era una caña... y seguro que sus padres tenían alguna con poco uso que nadie echaría de menos...
Comida. Estaban hablando de comida.
Kahlo le dedicó una sonrisa de medio lado a la enderth, en desacuerdo con lo que había dicho. Es decir, sí, había platos muy elaborados en la gastronomía varmana, pero ninguno de los que había mencionado ella lo era, lo cual era en parte la gracia. Esos platos dependían más de la calidad de los ingredientes que de las horas que echaban al fuego. Si por poco se comían hasta vivos... Pero bueno, no era de mayor importancia.
—Pues oye, de lo poco que he entendido... no suena mal. Parece que os gusta la carne.
Suponía que en Varmania también habría variedad, a fin de cuentas los recursos eran muy diferentes según la zona. Había oído hablar de la carne de alacrán y la cazuela de ciempiés volador de la región okae, pero ni siquiera su familia era tan rica para permitirse el lujo de viajar o pedir exportación para probarla. Irónicamente ahora que estaba a años luz de su mundo esa clase de problemas perdía relevancia.
—¿Hace falta saber trepar o volar para ver Dryfus? Porque una de esas cosas las llevo mal y la otra peor... —comentó con una pequeña risa, haciendo alusión a las habilidades de Kradko y la enderth. Tomó asiento sobre el banquillo del piano para estar más cómoda.
O al menos no lo era para ella. "Y sino" pensó, "siempre podría robar una..." No. No, Santos, la aparición se estaba acostumbrando tanto a salir impune de coger cosas de su casa que estaba normalizándolo más allá. Pero vamos, solo era una caña... y seguro que sus padres tenían alguna con poco uso que nadie echaría de menos...
Comida. Estaban hablando de comida.
Kahlo le dedicó una sonrisa de medio lado a la enderth, en desacuerdo con lo que había dicho. Es decir, sí, había platos muy elaborados en la gastronomía varmana, pero ninguno de los que había mencionado ella lo era, lo cual era en parte la gracia. Esos platos dependían más de la calidad de los ingredientes que de las horas que echaban al fuego. Si por poco se comían hasta vivos... Pero bueno, no era de mayor importancia.
—Pues oye, de lo poco que he entendido... no suena mal. Parece que os gusta la carne.
Suponía que en Varmania también habría variedad, a fin de cuentas los recursos eran muy diferentes según la zona. Había oído hablar de la carne de alacrán y la cazuela de ciempiés volador de la región okae, pero ni siquiera su familia era tan rica para permitirse el lujo de viajar o pedir exportación para probarla. Irónicamente ahora que estaba a años luz de su mundo esa clase de problemas perdía relevancia.
—¿Hace falta saber trepar o volar para ver Dryfus? Porque una de esas cosas las llevo mal y la otra peor... —comentó con una pequeña risa, haciendo alusión a las habilidades de Kradko y la enderth. Tomó asiento sobre el banquillo del piano para estar más cómoda.
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
16/07/23, 03:45 pm
Asintió con un amago de sonrisa hacia Kahlo, agradecida que entendiese perfectamente su punto de vista. Ella tampoco creía que le fuese a costar ahorrar para una caña en cuanto empezase a trabajar.
—Claro: aunque no creo que pueda ayudarte más que los propios libros —respondió encogiéndose de hombros a la pregunta de Adam acerca de si podía preguntarle sobre los amuletos ilusorios.
Al parecer el humano no quería decir que la comida de su hogar fuese mala, pues aunque esta vez sí que podía afirmar que no entendía más de la mitad de las palabras que decía, sí el hecho de que parecía estar numerando platos que eran considerados sabrosos. No podía sacar una conclusión mejor que la de la aparición nocturna al respecto, así que se limitó a asentir tras ella.
Esbozó una sonrisa divertida ante la pregunta que le hizo la varmana acerca de Dryfus.
—En circunstancias normales, supongo. Pero podemos levitar: con eso debería bastar —explicó sin extenderse—. Volar, eh… —como enderth podía trepar con bastante agilidad y sus antiguas alas le permitían planear, cosa que también dominaba bastante bien. Pero aprender a volar propiamente dicho todavía era una asignatura pendiente. Extendió un poco sus nuevas alas, observándolas—. Con tanto en la cabeza creo que no llegamos a comentarlo a los que no estabais allí, pero el que fue mi cosechador, Noel, se ofreció a enseñarnos a volar junto a su hermano a los que quisiésemos. Cuando fuimos a estudiar magia curativa con sus amigos y él. Al parecer el otro transformado tiene alas de insecto —recordó como detalle que probablemente le interesase a Kahlo.
En realidad, cuanto más pasaban los días más ganas tenía de aceptar aquella oferta.
—Claro: aunque no creo que pueda ayudarte más que los propios libros —respondió encogiéndose de hombros a la pregunta de Adam acerca de si podía preguntarle sobre los amuletos ilusorios.
Al parecer el humano no quería decir que la comida de su hogar fuese mala, pues aunque esta vez sí que podía afirmar que no entendía más de la mitad de las palabras que decía, sí el hecho de que parecía estar numerando platos que eran considerados sabrosos. No podía sacar una conclusión mejor que la de la aparición nocturna al respecto, así que se limitó a asentir tras ella.
Esbozó una sonrisa divertida ante la pregunta que le hizo la varmana acerca de Dryfus.
—En circunstancias normales, supongo. Pero podemos levitar: con eso debería bastar —explicó sin extenderse—. Volar, eh… —como enderth podía trepar con bastante agilidad y sus antiguas alas le permitían planear, cosa que también dominaba bastante bien. Pero aprender a volar propiamente dicho todavía era una asignatura pendiente. Extendió un poco sus nuevas alas, observándolas—. Con tanto en la cabeza creo que no llegamos a comentarlo a los que no estabais allí, pero el que fue mi cosechador, Noel, se ofreció a enseñarnos a volar junto a su hermano a los que quisiésemos. Cuando fuimos a estudiar magia curativa con sus amigos y él. Al parecer el otro transformado tiene alas de insecto —recordó como detalle que probablemente le interesase a Kahlo.
En realidad, cuanto más pasaban los días más ganas tenía de aceptar aquella oferta.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Palacete
17/07/23, 12:05 pm
Kahlo preguntó acerca de saber trepar para ver el mundo de la horus, o en todo caso poder volar para ello. Se le escapó una diminuta sonrisa al imaginar a Kahlo trepando árboles o riscos. Es cierto que Kradko era excepcionalmente ágil y podía volar un poco con sus anteriores alas de insecto, además Lethe no la veía para nada torpe en agilidad.
En eso la enderth sacó el tema de que podrían usar magia para levitar, cosa que Adam no tuvo en cuenta en un principio. Aunque cuando ella volvió a repetir la palabra, el chico cayó en que él tenía dos alas y bastante grandes. En ello, Lethe mencionó que su cosechador ofreció enseñar a volar a los que podían hacerlo potencialmente. Adam observó las alas de Lethe y Kahlo respectivamente, curioso.
—Eso suena genial y sería bonito que los tres, o al menos todos los que podamos, fuésemos a volar por ahí. Yo aun tengo pendiente aprender, aun no he probado mis alas y me vendría muy bien —confesó, con los brazos cruzados—. La única vez que las probé conseguí torcerme una de las patas. ¿Llegasteis a probar las vuestras? —preguntó curioso, de hecho no recordó haber visto a ninguno de sus compañeros volar, quitando a Kradko.
En eso la enderth sacó el tema de que podrían usar magia para levitar, cosa que Adam no tuvo en cuenta en un principio. Aunque cuando ella volvió a repetir la palabra, el chico cayó en que él tenía dos alas y bastante grandes. En ello, Lethe mencionó que su cosechador ofreció enseñar a volar a los que podían hacerlo potencialmente. Adam observó las alas de Lethe y Kahlo respectivamente, curioso.
—Eso suena genial y sería bonito que los tres, o al menos todos los que podamos, fuésemos a volar por ahí. Yo aun tengo pendiente aprender, aun no he probado mis alas y me vendría muy bien —confesó, con los brazos cruzados—. La única vez que las probé conseguí torcerme una de las patas. ¿Llegasteis a probar las vuestras? —preguntó curioso, de hecho no recordó haber visto a ninguno de sus compañeros volar, quitando a Kradko.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Palacete
20/07/23, 11:51 pm
Ya podía imaginarse como de escarpado sería Dryfus con aquello, pero por si no bastase con el plan de visitar Varmania y posiblemente el mundo de la enderth, Lethe añadió uno más al plantel. Volar. Le sorprendió que fuera su secuestrador el origen de aquel ofrecimiento (“mira, ya ha hecho más por Lethe que la mía por mi”, pensó con acidez) y su rostro se iluminó cuando mencionó a alguien con alas como las suyas. Eran tantos quienes habían recibido alas con la Luna que hacer una master class grupal sería muchísimo mejor que buscarse las habichuelas cada uno por su cuenta, y por supuesto con tantas alas y cuerpos distintos a más variedad de tutores, mejor. Que las leyes de la física fuesen las mismas para todos no significaba que el tutorial tuviese que serlo.
—¡Ah, ¿en serio?! ¡Cuenta conmigo! ¿Sabes en que está transformado su hermano para tener alas así? Ya por curiosidad —también se preguntó si sería guapo, pero eso a lo mejor no era tan vitalicio. Que Adam estuviera dispuesto a unirse le sacó otra sonrisa (cuantos más mejor, más piña y menos vergüenza), aunque no pudo evitar sentirse un tanto contrariada por su decisión. Es decir, había reaccionado con cierta violencia por verse pegaso delante suya, con quienes tenía confianza. Aprender a volar con dos completos desconocidos… ¿era siquiera factible para él? Prefirió no comentarlo. Se limitó a negar con la cabeza a su pregunta—. Solo he planeado de un edificio a otro. Y todos muy bajitos, por si acaso. Por ahora me ha ido bien de paravela, pero…
Abrió un ala y la echó hacia delante, cubriendo la mitad de su cuerpo. Pasó los dedos por el borde, quedándose con una fina capa del polvo de sus toxinas en las yemas en el proceso.
—Son tan endebles que me aterra bastante pensar que esto puede sostenerme más allá de eso —rió por lo bajo. Quizás endeble no era la palabra, pero finas como poco sí eran un rato. La devolvió a su espalda y se levantó arreglándose la ropa.
Por mucho que quisiera preguntarle de vuelta a Adam sobre las dificultades de volar siendo un animal tan grande, la incomodidad no se lo permitiría. No iba a sacar el tema de nuevo.
>>¿Queréis que vayamos volviendo ya? —confiaba en la tranquilidad del Palacete, pero también le daba cosa haber dejado sus plantas abajo y tenía ganas de decorar ya su cuarto con ellas. Y como no, ir poniéndole fecha a tantas ideas buenas.
—¡Ah, ¿en serio?! ¡Cuenta conmigo! ¿Sabes en que está transformado su hermano para tener alas así? Ya por curiosidad —también se preguntó si sería guapo, pero eso a lo mejor no era tan vitalicio. Que Adam estuviera dispuesto a unirse le sacó otra sonrisa (cuantos más mejor, más piña y menos vergüenza), aunque no pudo evitar sentirse un tanto contrariada por su decisión. Es decir, había reaccionado con cierta violencia por verse pegaso delante suya, con quienes tenía confianza. Aprender a volar con dos completos desconocidos… ¿era siquiera factible para él? Prefirió no comentarlo. Se limitó a negar con la cabeza a su pregunta—. Solo he planeado de un edificio a otro. Y todos muy bajitos, por si acaso. Por ahora me ha ido bien de paravela, pero…
Abrió un ala y la echó hacia delante, cubriendo la mitad de su cuerpo. Pasó los dedos por el borde, quedándose con una fina capa del polvo de sus toxinas en las yemas en el proceso.
—Son tan endebles que me aterra bastante pensar que esto puede sostenerme más allá de eso —rió por lo bajo. Quizás endeble no era la palabra, pero finas como poco sí eran un rato. La devolvió a su espalda y se levantó arreglándose la ropa.
Por mucho que quisiera preguntarle de vuelta a Adam sobre las dificultades de volar siendo un animal tan grande, la incomodidad no se lo permitiría. No iba a sacar el tema de nuevo.
>>¿Queréis que vayamos volviendo ya? —confiaba en la tranquilidad del Palacete, pero también le daba cosa haber dejado sus plantas abajo y tenía ganas de decorar ya su cuarto con ellas. Y como no, ir poniéndole fecha a tantas ideas buenas.
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
21/07/23, 05:51 pm
Meditó un instante la pregunta de Kahlo, porque se lo había dicho pero no se acordaba del todo bien.
—Era… ¿algo infernal? La verdad es que no me quedé muy bien con el nombre de la transformación porque fue algo que nos comentó justo antes de irnos. Solo sé que mi cosechador es un draco de estínfalo.
Asintió ante la afirmación de la varmana de que se las había apañado bien planeando: eso no era muy complicado una vez lo hacías un par de veces. Claro que ella también llevaba planeando toda su vida, pero sabía, como mínimo, que las aves cuando aprendían a volar no era algo que les costase. A su siguiente comentario, no obstante, respondió con una negativa.
>>Estoy bastante segura de que están capacitadas para aguantar. Las alas de los clinger también podrían parecer frágiles en comparación con las mías, pero no tienen ningún problema para usarlas. Es una cuestión del tipo de vuelo de cada una… A pesar de tener alas yo misma tampoco soy una experta, pero estarás bien.
A la horus también le sorprendió que Adam hablase tan tranquilamente sobre aprender a volar. Durante sus clases de magia curativa no había desvelado su transformación, como era lógico, e iba a tener que hacerlo si de verdad pensaba apuntarse. Al igual que la aparición nocturna decidió no hacer ningún comentario al respecto, no fuesen a volver a discutir como hacía un rato. De todas formas, en principio parecía que podían fiarse de los veteranos que habían conocido ese día. Esperaba no estar pecando de poco precavida, aunque no quería tampoco negar la ayuda de los pocos que la ofrecían.
—Yo también solo he planeado —respondió a su pregunta—. Pero sí que estoy deseando aprender a volar: únicamente con los planeos ya he notado que estas alas son muchísimo más eficientes que las antiguas.
Añadiría que por ella podían ir volviendo, también. Tal vez la próxima vez que viesen a dama Enigma le comentaría si podía volver a ponerles en contacto con su cosechador para las prometidas clases de vuelo.
—Era… ¿algo infernal? La verdad es que no me quedé muy bien con el nombre de la transformación porque fue algo que nos comentó justo antes de irnos. Solo sé que mi cosechador es un draco de estínfalo.
Asintió ante la afirmación de la varmana de que se las había apañado bien planeando: eso no era muy complicado una vez lo hacías un par de veces. Claro que ella también llevaba planeando toda su vida, pero sabía, como mínimo, que las aves cuando aprendían a volar no era algo que les costase. A su siguiente comentario, no obstante, respondió con una negativa.
>>Estoy bastante segura de que están capacitadas para aguantar. Las alas de los clinger también podrían parecer frágiles en comparación con las mías, pero no tienen ningún problema para usarlas. Es una cuestión del tipo de vuelo de cada una… A pesar de tener alas yo misma tampoco soy una experta, pero estarás bien.
A la horus también le sorprendió que Adam hablase tan tranquilamente sobre aprender a volar. Durante sus clases de magia curativa no había desvelado su transformación, como era lógico, e iba a tener que hacerlo si de verdad pensaba apuntarse. Al igual que la aparición nocturna decidió no hacer ningún comentario al respecto, no fuesen a volver a discutir como hacía un rato. De todas formas, en principio parecía que podían fiarse de los veteranos que habían conocido ese día. Esperaba no estar pecando de poco precavida, aunque no quería tampoco negar la ayuda de los pocos que la ofrecían.
—Yo también solo he planeado —respondió a su pregunta—. Pero sí que estoy deseando aprender a volar: únicamente con los planeos ya he notado que estas alas son muchísimo más eficientes que las antiguas.
Añadiría que por ella podían ir volviendo, también. Tal vez la próxima vez que viesen a dama Enigma le comentaría si podía volver a ponerles en contacto con su cosechador para las prometidas clases de vuelo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Palacete
05/12/23, 10:33 pm
A Nohlem le hubiera gustado silbar por el camino, canturrear o poder decir que estuvo acorde a los eventos, relajado, pero desde el momento en el que cruzaron la zona en la que recogían cestas estuvo tan tenso como la cuerda de un violín. Y lo que es peor, fingiendo no estarlo.
Sus oídos saltaban de una conversación a otra sin quedarse por mucho en ninguna, ni siquiera en sus propios pensamientos, de vuelta a cualquier sonido o piedrecita disparada del camino. Su trayectoria hasta entonces estaba siendo una línea recta, si aparecía algo malo bastaba con que dieran media vuelta y ya, pies para qué os quiero, o al menos es lo que se repetía para infundirse un poco de paz. El inmenso edificio de luz propia brillaba más que el faro que tenían cerca de “casa”, haciendo que fuese un punto bastante fácil de localizar. O al menos tendría que haberlo sido.
Según se iban acercando el ángulo y la altura de los edificios vecinos fueron enterrándolo parcialmente (era tan alto y largo que alguna torre quedaba siempre visible), obligándolos a callejear para llegar a su acceso. Si parecía tan importante es porque, bueno, tenía que serlo, pero ya no era solo su aspecto y su brillo, sino el de todo el barrio que lo rodeaba. Tanto así que el interés del varmano se fragmentó en mil pedazos, uno por cada casa, cada fachada y trozo de suelo bien pavimentado, incapaz de quitarse de encima ese extraño aire de familiaridad que lo rodeaba. ¿En qué momento habían empezado las calles desérticas y ruinosas a parecerse más al Bermellón que conocía? Le faltaba vegetación, vida y sonido, pero había algo en la arquitectura mimada, la forma en la que las calles se ensanchaban y los edificios crecían… No tenía nada que ver con la zona en la que ellos estaban refugiados, ni por asomo.
Más de una vez se quedó mirando a las ventanas más altas, esperando encontrar a alguien ahí asomado. Entre ellos no vibraba el vacío de una guerra como cerca del torreón, sino uno mucho más antinatural, el de una ciudad fantasma, calles enteras que contienen la respiración a su paso como si no quisieran ser oídas por ellos. Si bien el granta se preguntaba porqué rayos no podían haber caído ellos en un sitio fino como ese, también se alegraba de que no fuera el caso. Había una presión distinta, rancia. Los monstruos eran terroríficos con poco serlo, pero cuando eran tan o más listos que tú, cuando tenían consciencia y poder… Entonces tenías muchos problemas. Y alguien o algo tenía que habitar la zona, estuviese vivo o muerto. ¿Y si ahí encontraban más como Sutileza?
“Como no saquemos nada de esto es para matarnos”.
Su sobredosis de estímulos cesó cuando en un cruce a una calle más amplia encontraron algo que se robó toda su atención. Nohlem no camufló su asombro: dejó de andar para observar en condiciones aquella maravilla hecha edificio, boquiabierto al mirar arriba, a los reflejos ónix y esmeralda. Llevaba gafas para ver el peligro y no ser pillado por la muerte de improvisto, pero ahora se alegraba de llevarlas por una razón más simple: amor al arte.
—Guao…
A su peculiar manera le recordaba al edificio de la ópera de su ciudad. La admiración y la curiosidad eran tan fuertes que, sabía, costaría hacerle caminar en ninguna otra dirección. El cerebro tarda menos de un segundo en tomar decisiones (ya cuanto se rallase el individuo era otra cuestión), y el granta más pronto que tarde supo que quería. La supuesta catedral les estaba prohibida a fin de cuentas… ¿no?
No dijo nada, y a paso lento y cauteloso, como quien no quiere la cosa, se acercó a la entrada del patio. Solo sería un vistacito, prometido.
Sus oídos saltaban de una conversación a otra sin quedarse por mucho en ninguna, ni siquiera en sus propios pensamientos, de vuelta a cualquier sonido o piedrecita disparada del camino. Su trayectoria hasta entonces estaba siendo una línea recta, si aparecía algo malo bastaba con que dieran media vuelta y ya, pies para qué os quiero, o al menos es lo que se repetía para infundirse un poco de paz. El inmenso edificio de luz propia brillaba más que el faro que tenían cerca de “casa”, haciendo que fuese un punto bastante fácil de localizar. O al menos tendría que haberlo sido.
Según se iban acercando el ángulo y la altura de los edificios vecinos fueron enterrándolo parcialmente (era tan alto y largo que alguna torre quedaba siempre visible), obligándolos a callejear para llegar a su acceso. Si parecía tan importante es porque, bueno, tenía que serlo, pero ya no era solo su aspecto y su brillo, sino el de todo el barrio que lo rodeaba. Tanto así que el interés del varmano se fragmentó en mil pedazos, uno por cada casa, cada fachada y trozo de suelo bien pavimentado, incapaz de quitarse de encima ese extraño aire de familiaridad que lo rodeaba. ¿En qué momento habían empezado las calles desérticas y ruinosas a parecerse más al Bermellón que conocía? Le faltaba vegetación, vida y sonido, pero había algo en la arquitectura mimada, la forma en la que las calles se ensanchaban y los edificios crecían… No tenía nada que ver con la zona en la que ellos estaban refugiados, ni por asomo.
Más de una vez se quedó mirando a las ventanas más altas, esperando encontrar a alguien ahí asomado. Entre ellos no vibraba el vacío de una guerra como cerca del torreón, sino uno mucho más antinatural, el de una ciudad fantasma, calles enteras que contienen la respiración a su paso como si no quisieran ser oídas por ellos. Si bien el granta se preguntaba porqué rayos no podían haber caído ellos en un sitio fino como ese, también se alegraba de que no fuera el caso. Había una presión distinta, rancia. Los monstruos eran terroríficos con poco serlo, pero cuando eran tan o más listos que tú, cuando tenían consciencia y poder… Entonces tenías muchos problemas. Y alguien o algo tenía que habitar la zona, estuviese vivo o muerto. ¿Y si ahí encontraban más como Sutileza?
“Como no saquemos nada de esto es para matarnos”.
Su sobredosis de estímulos cesó cuando en un cruce a una calle más amplia encontraron algo que se robó toda su atención. Nohlem no camufló su asombro: dejó de andar para observar en condiciones aquella maravilla hecha edificio, boquiabierto al mirar arriba, a los reflejos ónix y esmeralda. Llevaba gafas para ver el peligro y no ser pillado por la muerte de improvisto, pero ahora se alegraba de llevarlas por una razón más simple: amor al arte.
—Guao…
A su peculiar manera le recordaba al edificio de la ópera de su ciudad. La admiración y la curiosidad eran tan fuertes que, sabía, costaría hacerle caminar en ninguna otra dirección. El cerebro tarda menos de un segundo en tomar decisiones (ya cuanto se rallase el individuo era otra cuestión), y el granta más pronto que tarde supo que quería. La supuesta catedral les estaba prohibida a fin de cuentas… ¿no?
No dijo nada, y a paso lento y cauteloso, como quien no quiere la cosa, se acercó a la entrada del patio. Solo sería un vistacito, prometido.
- ♪♫♬:
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Palacete
08/12/23, 04:39 pm
No tardaron mucho en prepararse para salir. Como ya iba siendo costumbre, Rick salió con arco y sable. Si siempre las llevaba por lo que pudiera pasar, ir a un sitio nuevo solo le daba más motivos para no olvidárselas. Además, habló con Kalna para turnarse el rellenar las nuevas calles en el mapa, en la ida sería su turno. Con todo listo, partieron a explorar.
Rick se quedó en la segunda mitad del grupo, cerca del final. Con las posibles numerosas calles nuevas, iba a necesitar fijarse bastante en todo y no quería retrasar al grupo colocándose más adelante. El camino tuvo para él un matiz tenso cuanto más se alejaban de territorio conocido, con el pensamiento claro de que podría aparecer algún monstruo o Sutileza desde algún lado y no estarían en la mejor posición, sin embargo también había algo de ánimo. Que tuvieran comida ayudaba, pero la esperanza de saber más de la ciudad era un buen motivo para confiar aunque fuera por un tiempo que aquella excursión saldría bien. A la vez que iba completando el mapa y prestaba algo de atención a alguna señal de peligro (confiaba que el resto se diera cuenta antes que él de cualquier amenaza), no tuvo problema en charlar por el camino con quien quisiera.
Al principio la enorme catedral era lo que más le llamaba la atención entre las monótonas ruinas. El edificio debía ser clave en la ciudad, aunque de momento no conseguían encontrar un camino claro hasta sus cercanías lo cual le pareció extraño. Sin embargo, el interés del neoyorquino encontró un nuevo foco en cuanto el paisaje cambió drásticamente. Hasta ahora solo había visto casas en ruinas, pero en esa parte de la ciudad los escombros eran más una excepción que la norma. Mansiones y palacios de distintos tamaños y casas cuidadas los rodeaban, si había algún lugar que de verdad parecía una ciudad era esa. Casi le recordaba a uno de los barrios de adosados de Nueva York, aunque con un detalle propio de los horrores que se escondían en Rocavarancolia: no había nadie aparte del grupo, ni se escuchaba nada que no fueran sus pisadas o voces. -Se suponía que hay ciudadanos, ¿no? ¿O es que todo el mundo vive en el castillo?- verbalizó sus dudas algo incómodo sin dejar de mirar a cada lado de la calle. A este paso no iba a dar a basto con tantos misterios.
Rick continuó el camino más tenso, manteniéndose algo más callado a favor de estar más pendiente de los alrededores. Por las ventanas no parecía asomarse nadie y, de momento, no parecía que hubiera algo o alguien acercándose, aunque no por ello se sentía más aliviado. Si podía sacar algo bueno a la situación es que pudo fijarse mejor en algunos motivos en las fachadas, sobre todo la Luna que ya había visto en otras ocasiones y una especie de estrella de diez puntas. No tenía ni idea de qué significaba, pero la vio repetida en distintas casas.
Poco después acabaron por encontrarse con un edificio impresionante. Probablemente era el más bonito que había visto el chico desde que habían llegado y a diferencia de Rocavaragálago, aquel no le transmitía nada inquietante. Dejó escapar un -Vaya...- mientras admiraba la cúpula acristalada y la escalinata a juego que daba al portón de entrada. En cuanto apartó la vista se fijó en que Nohlem ya iba en esa dirección y, a falta de llegar a su primer objetivo, aquel sitio era un sustituto bastante más acogedor. -Siendo tan grande tal vez encontremos algo útil, igual que en el faro- diría antes de seguir al varmano. (Y con suerte no es el nido de algún pájaro raro)- añadió en su mente.
Rick se quedó en la segunda mitad del grupo, cerca del final. Con las posibles numerosas calles nuevas, iba a necesitar fijarse bastante en todo y no quería retrasar al grupo colocándose más adelante. El camino tuvo para él un matiz tenso cuanto más se alejaban de territorio conocido, con el pensamiento claro de que podría aparecer algún monstruo o Sutileza desde algún lado y no estarían en la mejor posición, sin embargo también había algo de ánimo. Que tuvieran comida ayudaba, pero la esperanza de saber más de la ciudad era un buen motivo para confiar aunque fuera por un tiempo que aquella excursión saldría bien. A la vez que iba completando el mapa y prestaba algo de atención a alguna señal de peligro (confiaba que el resto se diera cuenta antes que él de cualquier amenaza), no tuvo problema en charlar por el camino con quien quisiera.
Al principio la enorme catedral era lo que más le llamaba la atención entre las monótonas ruinas. El edificio debía ser clave en la ciudad, aunque de momento no conseguían encontrar un camino claro hasta sus cercanías lo cual le pareció extraño. Sin embargo, el interés del neoyorquino encontró un nuevo foco en cuanto el paisaje cambió drásticamente. Hasta ahora solo había visto casas en ruinas, pero en esa parte de la ciudad los escombros eran más una excepción que la norma. Mansiones y palacios de distintos tamaños y casas cuidadas los rodeaban, si había algún lugar que de verdad parecía una ciudad era esa. Casi le recordaba a uno de los barrios de adosados de Nueva York, aunque con un detalle propio de los horrores que se escondían en Rocavarancolia: no había nadie aparte del grupo, ni se escuchaba nada que no fueran sus pisadas o voces. -Se suponía que hay ciudadanos, ¿no? ¿O es que todo el mundo vive en el castillo?- verbalizó sus dudas algo incómodo sin dejar de mirar a cada lado de la calle. A este paso no iba a dar a basto con tantos misterios.
Rick continuó el camino más tenso, manteniéndose algo más callado a favor de estar más pendiente de los alrededores. Por las ventanas no parecía asomarse nadie y, de momento, no parecía que hubiera algo o alguien acercándose, aunque no por ello se sentía más aliviado. Si podía sacar algo bueno a la situación es que pudo fijarse mejor en algunos motivos en las fachadas, sobre todo la Luna que ya había visto en otras ocasiones y una especie de estrella de diez puntas. No tenía ni idea de qué significaba, pero la vio repetida en distintas casas.
Poco después acabaron por encontrarse con un edificio impresionante. Probablemente era el más bonito que había visto el chico desde que habían llegado y a diferencia de Rocavaragálago, aquel no le transmitía nada inquietante. Dejó escapar un -Vaya...- mientras admiraba la cúpula acristalada y la escalinata a juego que daba al portón de entrada. En cuanto apartó la vista se fijó en que Nohlem ya iba en esa dirección y, a falta de llegar a su primer objetivo, aquel sitio era un sustituto bastante más acogedor. -Siendo tan grande tal vez encontremos algo útil, igual que en el faro- diría antes de seguir al varmano. (Y con suerte no es el nido de algún pájaro raro)- añadió en su mente.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Palacete
08/12/23, 11:34 pm
Armada y con buenos ánimos para la exploración, Kalna encabezó la marcha. La primera parte del camino era ya conocida, aunque no por ello menos segura, y tuvo que forzarse a no poner los ojos en blanco oyendo las conversaciones que mantenían algunos. «¿Por qué no hablas más alto? Todavía no has alertado a media ciudad de nuestra posición», se encontró pensando. No entendía aquella dicotomía entre pensar que todo era peligrosísimo pero luego ir haciendo cosas como esa. De nada servía tratar de amortiguar el sonido de tus pasos contra la piedra si a tu lado iba alguien contando batallitas en alto.
El edificio rojo se veía de lejos. Brillante, del color de la sangre fresca, esculpido en una piedra que no identificaba. No tenían permitido entrar, pero cada vez quería acercarse más. Le recordaba a Libo. Imponente, con aquellas torres gigantescas que te hacían sentir pequeño. De cerca tendría que ser espectacular, y se preguntó qué clase de imágenes estarían esculpidas en la fachada principal.
Pero no tenia claro que llegar fuera tan fácil una vez los caminos que parecían directos no llevaban a donde parecían, y las callejuelas solo hacían que navegar por la ciudad fuera considerablemente difícil. Al menos aquella zona en la que habían acabado era distinta a todo lo que habían visto antes. No eran ruinas ni casuchas que parecían haber sufrido un terremoto hacía poco, sino palacetes y mansiones bien cuidados, con decoraciones en las fachadas, con gárgolas. Si todo aquello hubiera estado en el interior de una montaña, casi podía haber sido su barrio.
La reflexión de Rick hizo que mirase hacia una casa. Parecía demasiado bien cuidada, especialmente el jardín, para que allí no viviese nadie. No había visto verde en otras zonas de la ciudad, y no parecía que aquellas plantas se mantuviesen en tan buen estado ellas solas, sin un crecimiento salvaje. Pero que no hubiera nadie… En la calle tampoco era tan raro; con aquellas pintas precisamente no tenían aspecto de encajar en un buen barrio, pero tal vez esperaba algún cotilla en la ventana. Era como si aquel barrio estuviera desolado, como si estuvieran cuidando casas vacías. No le gustaba.
La siguiente calle era más ancha, y aunque a uno de los lados seguía habiendo casitas agradables, en el otro estaba lo verdaderamente impresionante. El ventanal, el patio, la cúpula de cristal.
—Por la Reina Madre—fue un susurro a penas más alto que su aliento, pero no por ello dejaba de estar menos asombrada.
No todo en aquella ciudad era ruina, no todo en Rocavarancolia era misera. Se quedó quieta delante de la puerta, sin querer moverse. Quería, no, necesitaba, grabarse a fuego en su memoria hasta el último detalle. Era la primera cosa hermosa que veía en la ciudad, y la mera idea de tener que irse no le hacía gracia.
Quería entrar. Quería ver el interior. El efecto de los cristales negros y verdes en el interior. Qué decoración tendría. Era un pensamiento egoísta, algo que iba contra la lógica y la supervivencia. Pero llevaba tantos días sin algo bonito que todos aquellos motivos superficiales ganaban peso poco a poco. El problema era hacer pasar aquella idea como algo con un motivo de peso. Por suerte para la libense, Rick fue más rápido.
—Coincido —aprovechó para sumarse a su idea. Nadie tenía por qué saber que en realidad sus motivos eran mucho menos funcionales aquella vez—. A lo mejor hasta encontramos papel.
No esperó a la opinión del resto, y se adentró en el patio hasta la escalinata. Los mismos colores de la cúpula. Solo esperaba que el interior fuera igual de espectacular, un regalo a su vista después de semanas de gris. Aun con el ansia a flor de piel, mantuvo la cabeza lo bastante fría como para sacar la espada y estar preparada antes de abrir la puerta.
El edificio rojo se veía de lejos. Brillante, del color de la sangre fresca, esculpido en una piedra que no identificaba. No tenían permitido entrar, pero cada vez quería acercarse más. Le recordaba a Libo. Imponente, con aquellas torres gigantescas que te hacían sentir pequeño. De cerca tendría que ser espectacular, y se preguntó qué clase de imágenes estarían esculpidas en la fachada principal.
Pero no tenia claro que llegar fuera tan fácil una vez los caminos que parecían directos no llevaban a donde parecían, y las callejuelas solo hacían que navegar por la ciudad fuera considerablemente difícil. Al menos aquella zona en la que habían acabado era distinta a todo lo que habían visto antes. No eran ruinas ni casuchas que parecían haber sufrido un terremoto hacía poco, sino palacetes y mansiones bien cuidados, con decoraciones en las fachadas, con gárgolas. Si todo aquello hubiera estado en el interior de una montaña, casi podía haber sido su barrio.
La reflexión de Rick hizo que mirase hacia una casa. Parecía demasiado bien cuidada, especialmente el jardín, para que allí no viviese nadie. No había visto verde en otras zonas de la ciudad, y no parecía que aquellas plantas se mantuviesen en tan buen estado ellas solas, sin un crecimiento salvaje. Pero que no hubiera nadie… En la calle tampoco era tan raro; con aquellas pintas precisamente no tenían aspecto de encajar en un buen barrio, pero tal vez esperaba algún cotilla en la ventana. Era como si aquel barrio estuviera desolado, como si estuvieran cuidando casas vacías. No le gustaba.
La siguiente calle era más ancha, y aunque a uno de los lados seguía habiendo casitas agradables, en el otro estaba lo verdaderamente impresionante. El ventanal, el patio, la cúpula de cristal.
—Por la Reina Madre—fue un susurro a penas más alto que su aliento, pero no por ello dejaba de estar menos asombrada.
No todo en aquella ciudad era ruina, no todo en Rocavarancolia era misera. Se quedó quieta delante de la puerta, sin querer moverse. Quería, no, necesitaba, grabarse a fuego en su memoria hasta el último detalle. Era la primera cosa hermosa que veía en la ciudad, y la mera idea de tener que irse no le hacía gracia.
Quería entrar. Quería ver el interior. El efecto de los cristales negros y verdes en el interior. Qué decoración tendría. Era un pensamiento egoísta, algo que iba contra la lógica y la supervivencia. Pero llevaba tantos días sin algo bonito que todos aquellos motivos superficiales ganaban peso poco a poco. El problema era hacer pasar aquella idea como algo con un motivo de peso. Por suerte para la libense, Rick fue más rápido.
—Coincido —aprovechó para sumarse a su idea. Nadie tenía por qué saber que en realidad sus motivos eran mucho menos funcionales aquella vez—. A lo mejor hasta encontramos papel.
No esperó a la opinión del resto, y se adentró en el patio hasta la escalinata. Los mismos colores de la cúpula. Solo esperaba que el interior fuera igual de espectacular, un regalo a su vista después de semanas de gris. Aun con el ansia a flor de piel, mantuvo la cabeza lo bastante fría como para sacar la espada y estar preparada antes de abrir la puerta.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
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