Palacete
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Rocavarancolia Rol
29 participantes
- Rocavarancolia Rol
Palacete
03/08/11, 01:04 am
Recuerdo del primer mensaje :
Hecho en piedra gris, con forma de U, coronado por una cúpula de cristales negros y esmeralda bajo la cual hay un ventanal ovalado. Se entra por una escalinata de azulejos a un recibidor circular con dos grandes escaleras a ambos lados. Sobre este, se encuentran las habitaciones, flotando a distintas alturas.
- Descripción más detallada sacada de la saga:
- Exterior:
- El palacete se encontraba en mitad de una avenida, frente a una larga línea de casonas macizas, con tejados a dos aguas invadidos de gárgolas. Era la única construcción situada a ese lado de la avenida, pero llenaba el espacio con más rotundidad que la treintena de edificios que se desplegaban frente a ella.
Era de piedra gris, con forma de «U» redondeada, y había algo en sus ángulos y en su disposición sobre el terreno que tranquilizaba, que hacía pensar que no todo en aquella ciudad era horror. Lo que más llamaba la atención era la gigantesca cúpula que coronaba su centro: una maravillosa construcción de cristales negros y esmeralda. Bajo ella, en mitad de la fachada, se abría un gran ventanal ovalado rodeado de decenas de ventanas tan estrechas que parecían arañazos en el muro.
El patio era un sinuoso entramado de senderos que se desplegaba entre lo que una vez debieron de ser parcelas ajardinadas, pero que ahora no eran más que solares de tierra reseca. Se dirigieron hacia la escalinata de azulejos negros y verdes que conducía al portón de entrada, observando con cautela las ventanas que salpicaban los muros del palacete. Tras el enorme ventanal que ocupaba el centro sólo se veía oscuridad.
- Recibidor:
- Lo primero que vieron fue una densa zona de tinieblas, una cortina de oscuridad que precedía a un gran recibidor, iluminado por una delicada luz verde.
Se reunieron todos alrededor de Rachel en el último tramo de escaleras. El aire que se respiraba ante la puerta era de una pureza increíble, en nada se parecía a la peste rancia de los lugares cerrados que estaban acostumbrados a encontrar.
Fueron a parar a un amplio recibidor circular, de suelo y paredes de piedra gris. El techo, en cambio, era una pesada amalgama de grandes planchas de hierro que no encajaba con el resto del palacio; la sensación que provocaba aquel entramado era de asfixia, como si en cualquier momento fuera a caer y aplastarlos.
Dos grandes escaleras se disponían a ambos lados del recibidor, del mismo azulejo negro y verde que la escalinata de la entrada. Desde donde se encontraban, esas escaleras gemelas parecían hundirse como cuchillos en el techo enrejado, en una perspectiva extraña y forzada. No habían dado ni dos pasos fuera de la zona de sombras cuando se detuvieron todos casi al mismo tiempo, mirando hacia arriba, sorprendidos, boquiabiertos.
Lo que habían tomado como techo no era tal. Al salir de las sombras su perspectiva había cambiado y ahora podían ver el palacete tal y como realmente era. Las planchas que en un primer momento había creído colocadas en un mismo plano estaban suspendidas en realidad a distintas alturas por todo el palacio. Retrocedió un paso para regresar a la zona
de tinieblas y las planchas desordenadas volvieron a equilibrarse, formando un techo sin fisuras
aparentes que no era más que una ilusión óptica: si entrecerraba los ojos podía ver que las planchas flotaban en diferentes planos.
El palacete constaba de una sola planta, una planta vasta y asombrosa en la que flotaban
decenas de estancias de todos los tamaños y formas. La única semejanza entre ellas eran sus bases, de idéntico hierro forjado. La mayor de todas ocupaba tres pisos de altura y medía más de doscientos metros de largo, mientras que las más pequeñas eran meros soportes para adornos y estatuas. La mayoría ni siquiera tenía paredes.
Las escaleras no se hundían en ese falso techo como habían creído, sino que se prolongaban
curvándose en el vacío, hasta perderse en la movediza niebla esmeralda que copaba las alturas. Del tallo principal de cada escalera brotaban decenas de nuevos tramos que se dividían a su vez en más ramales de ajedrezado negro y esmeralda, retorciéndose en el aire hasta aterrizar en los bordes de las habitaciones flotantes. Aquel despliegue de habitaciones y escalinatas producía una prodigiosa sensación de armonía; era como si el mundo entero se hubiera vuelto liviano de pronto, como si la realidad, la propia existencia, fueran menos pesadas y opresivas entre aquellas paredes.
- Ascenso y ejemplos de habitaciones:
- Tomaron la escalinata de la izquierda. El tramo principal no tardaba en dividirse en tres grandes ramales. El de la derecha bajaba en una pronunciada curva antes de dividirse en otros dos tramos de escalera retorcida. A medida que avanzaban por aquella colosal montaña rusa pudieron contemplar un sinfín de habitaciones y salas. Vieron dormitorios de ensueño; salas de recreo con divanes de terciopelo, escabeles de cristal y columpios colgantes; zonas de paseo con fuentes y bancos de hierro…
La perspectiva resultaba engañosa allí arriba; prácticamente cambiaba a cada paso que daban, convirtiendo el palacete en un espacio en constante mutación. Una estancia vista desde arriba era diferente por completo contemplada desde abajo o desde un lateral. Todo fluctuaba, fluía. Era un enloquecido juego de perspectivas y arquitectura. Una sala observada desde una escalera parecía una selva rebosante de vegetación al quedar semioculta por los helechos que colgaban de las plataformas vecinas, para luego, desde arriba, convertirse en un elegante dormitorio. Desde otra curva de la escalera, esa misma habitación parecía vacía.
Rachel los guió hasta la estancia central del palacio, la única completamente cerrada con muros.(...) En el suelo, ante ellos, había aparecido un diminuto chispazo, una salpicadura brillante que se proyectó despacio hacia arriba, convirtiéndose en una creciente columna de luz que no se detuvo hasta alcanzar el techo, situado a gran altura. Un poco más adelante, una nueva columna tomó forma, de igual modo que la primera. Poco a poco, aquí y allá, se fueron formando más y más columnas. La luz que irradiaban iluminó la gran estancia, transformando la negrura en claridad.
—Es una sala de baile —murmuró Madeleine con admiración.
Mistral asintió, aunque sabía que aquel lugar era mucho más que eso. En aquella sala se habían
celebrado todo tipo de eventos: desde torneos de piromantes hasta conciertos de las fabulosas aves cantoras de Alarán, pasando por duelos de hechiceros y bodas reales. Se contaba que, en una ocasión, allí dentro se había sacrificado un dragón albino para mayor gloria del reino.
Los muchachos bajaron las escaleras que llevaban al suelo espejado de la sala. En el muro que
quedaba a su derecha se encontraba el gigantesco ventanal que habían visto desde fuera. El tercio inferior del mismo estaba cubierto por cortinajes negros, corridos en su mayoría, mientras que en la zona alta dos grandes cortinas verdes se abrían a izquierda y derecha.
En el extremo opuesto a la entrada se levantaba un pequeño escenario ocupado por varias estatuas metálicas. Se trataba de una orquesta compuesta por siete músicos tan extravagantes como los instrumentos que se disponían a tocar.
Un engendro con aire de rata humanoide empuñaba entre sus zarpas dos varillas que parecía a punto de estrellar contra el tambor agujereado que tenía delante. Entre los músicos había un ser casi humano, con la piel de un intenso negro y un magnífico par de alas rojas plegadas a su espalda. Aquella criatura sujetaba en una mano un violín abombado mientras en la otra empuñaba una varilla recubierta de protuberancias. Del costado de todas las estatuas surgía una mariposa metálica: una llave con la que darles cuerda.
Después de abandonar la sala de baile, fueron de plataforma en plataforma, siempre con Rachel a la cabeza. Casi tan sorprendente como el mismo palacio era el estado en el que éste se encontraba. Apenas había polvo y suciedad y aunque algunas habitaciones parecían vaciadas a conciencia, la mayor parte estaba en perfectas condiciones, como si los habitantes del lugar se hubieran marchado un instante antes de llegar ellos.
A media tarde hicieron un descanso para merendar. Se sentaron en los bancos de madera que
rodeaban un pequeño estanque. Apenas hablaron. Aquel lugar inducía al silencio, a la ensoñación.
Al poco tiempo de ponerse otra vez en marcha descubrieron una gran sala repleta de estanterías vacías. El cambiante deambuló entre ellas igual que todos, aun sabiendo que no iban a encontrar nada allí. Ese lugar había sido una importante biblioteca mágica, pero hacía tiempo que los pocos libros que no se habían llevado los magos de los mundos vinculados habían sido trasladados al castillo.
Otro ramal los condujo a una plataforma de paredes listadas en las que se desplegaban más de una veintena de grandes armarios, con espejos de marco de plata en cada puerta. Rachel se apresuró a abrir el más cercano y su contenido la hizo jadear emocionada. El armario estaba repleto de vestidos, a cada cual más espléndido.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Palacete
06/04/20, 10:03 pm
Kahlo subió las escaleras despacio, dándole tiempo a Luci a ponerse a su altura rápidamente y permitir que Alec les adelantase. Apreciaba el gesto, aunque tenía la esperanza de que no pasase nada malo y fuera innecesario. Sabía desenvolverse con su esgrima, pero confiaba más en la fuerza bruta del escocés en un caso urgente real.
Fue dando vistazos a prácticamente cada escalón, tanto al piso de abajo según aumentaban de altura como a las habitaciones que iban dejando atrás. Kahlo estaba muy tentada en entrar en todas y cada una de ellas, aún si cada habitación le tomaba horas por ver. Aquello sí que se parecía a todo lo que había conocido antes. Mientras subían olvidó el torreón en ruinas en el que se resguardaban, el estado de la ciudad fuera, y hasta que habían entrado allí huyendo de un murciélago gigante. Con la visión del invernadero aquel sentimiento de desconexión se reforzó.
Esperó junto al daeliciano, no por acatar la orden de seguridad, sino porque necesitaba deleitarse la vista desde la entrada primero. Cuando fuera prudente entrar la granta lo haría despacio, con los ojos haciendo chiribitas. Se quitó las gafas y las colgó del cuello de su camisa, tapándose la boca con las manos. Toda esa vegetación poco tenía que envidiarle a los jardines de su hogar. El calor agradable, la humedad del ambiente, los olores... Kahlo fue acariciando las plantas a su paso con toda la delicadeza del mundo, deslizando los dedos por los pétalos de cosmos, lirios y orquídeas. Lo tenía muy claro, no todos podían ser malos en ese infierno. No se le ocurriría que la misma persona que se encargase de aquellas plantas lo fuera.
—Este sitio es una maravilla... —comentó en voz baja, como temiendo que si hablaba muy alto fuera a romper la paz del lugar. Hundió los dedos en la maceta de un helecho: la tierra estaba húmeda, reciente. Se calló el descubrimiento por no alarmar a nadie, no quería disparar su marcha tan pronto—. Ojalá pudiéramos quedarmos aquí para siempre.
Se sacudió los dedos. En Varmania le habría desagradado ensuciarse las manos de tierra, ahora le resultaba recomfortante. Se fijó en un diván de mimbre y cojines blancos al fondo de la sala y esta vez no se contuvo, fue hasta él con paso ligero y se sentó, sonriendo ampliamente. Desde el sitio tocó la enorme hoja de un ficus.
—¿Creeis que si nos llevamos una planta pequeñita se darán cuenta? —bromeó.
Fue dando vistazos a prácticamente cada escalón, tanto al piso de abajo según aumentaban de altura como a las habitaciones que iban dejando atrás. Kahlo estaba muy tentada en entrar en todas y cada una de ellas, aún si cada habitación le tomaba horas por ver. Aquello sí que se parecía a todo lo que había conocido antes. Mientras subían olvidó el torreón en ruinas en el que se resguardaban, el estado de la ciudad fuera, y hasta que habían entrado allí huyendo de un murciélago gigante. Con la visión del invernadero aquel sentimiento de desconexión se reforzó.
Esperó junto al daeliciano, no por acatar la orden de seguridad, sino porque necesitaba deleitarse la vista desde la entrada primero. Cuando fuera prudente entrar la granta lo haría despacio, con los ojos haciendo chiribitas. Se quitó las gafas y las colgó del cuello de su camisa, tapándose la boca con las manos. Toda esa vegetación poco tenía que envidiarle a los jardines de su hogar. El calor agradable, la humedad del ambiente, los olores... Kahlo fue acariciando las plantas a su paso con toda la delicadeza del mundo, deslizando los dedos por los pétalos de cosmos, lirios y orquídeas. Lo tenía muy claro, no todos podían ser malos en ese infierno. No se le ocurriría que la misma persona que se encargase de aquellas plantas lo fuera.
—Este sitio es una maravilla... —comentó en voz baja, como temiendo que si hablaba muy alto fuera a romper la paz del lugar. Hundió los dedos en la maceta de un helecho: la tierra estaba húmeda, reciente. Se calló el descubrimiento por no alarmar a nadie, no quería disparar su marcha tan pronto—. Ojalá pudiéramos quedarmos aquí para siempre.
Se sacudió los dedos. En Varmania le habría desagradado ensuciarse las manos de tierra, ahora le resultaba recomfortante. Se fijó en un diván de mimbre y cojines blancos al fondo de la sala y esta vez no se contuvo, fue hasta él con paso ligero y se sentó, sonriendo ampliamente. Desde el sitio tocó la enorme hoja de un ficus.
—¿Creeis que si nos llevamos una planta pequeñita se darán cuenta? —bromeó.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Palacete
07/04/20, 01:56 pm
Chromsa se alegró enormemente ante la respuesta del grupo. Por fin iban a explorar algo interesante y que, por el momento, no iba a acabar en una huida para salvar la vida. Antes de poder dar el siguiente paso para subir a las escaleras notó que Luci se lanzó sobre él para abrazarlo, a lo que un tanto sorprendido e intentando mantener el equilibrio se lo devolvió con el mismo afecto. Después, haciendo caso de las indicaciones de Kolja, esperó a que llegara Kradko para seguir subiendo.
La subida la pasó observando con mucha curiosidad todo. El ochrorio intentaba encontrar una explicación a cómo se habían construido todas aquellas habitaciones, además de fijarse del lujo y lo limpias que eran todas. Se le vino entonces una pregunta a la cabeza: -(Pero, ¿para quién está hecho este sitio?)- Lo más parecido que había en su mundo eran las posadas que había visto en su pueblo alguna vez, pero aquello era mucho más refinado. Para la gente del torreón y los demás jóvenes que había en la plaza dudaba que fueran, pues no tenían dinero para alquilar una habitación que además parecía cara. -(¿Extranjeros, entonces? Al fin y al cabo Rocavarancolia es una ciudad. Sería lógico pensar que hay más en este mundo)- Aunque aquello le dio un escalofrío, porque si una ciudad era así de peligrosa, ¿cómo sería la vida fuera de ella?
Quitándose de la cabeza esos pensamientos siguió observando fascinado los alrededores. Habían avanzado bastante cuando Alec entró a una de las habitaciones, en la cual Chromsa no pudo ocultar cierto entusiasmo. Un pequeño jardín lleno de flores bellísimas de todos los colores se extendía por la habitación. Instintivamente se acercó a todas as que pudo para observarlas de cerca y olerlas. Sin duda era el mejor sitio que se habían encontrado desde que llegaron a aquel mundo (sin contar el torreón, claro). Además se notaba el mimo con el que cuidaban aquellas plantas. -Bueno, supongo que las habitaciones están por algo. Aunque me imagino que no nos dejarían quedarnos gratis.- respondió al comentario de Kahlo.
Seguía observando algunas de las flores cuando la joven hizo una pregunta a modo más bien de broma, aunque el ochrorio contestó en serio. -La verdad es que me encantaría poder llevarme algunas, pero sin permiso no creo que sea lo mejor. Tal vez... si nos encontráramos al dueño o la dueña podríamos preguntarle. Al fin y al cabo no es como si le estuviéramos pidiendo su cosecha y viendo que este lugar parece pensado para alojar a personas no creo que sea hostil.-
La subida la pasó observando con mucha curiosidad todo. El ochrorio intentaba encontrar una explicación a cómo se habían construido todas aquellas habitaciones, además de fijarse del lujo y lo limpias que eran todas. Se le vino entonces una pregunta a la cabeza: -(Pero, ¿para quién está hecho este sitio?)- Lo más parecido que había en su mundo eran las posadas que había visto en su pueblo alguna vez, pero aquello era mucho más refinado. Para la gente del torreón y los demás jóvenes que había en la plaza dudaba que fueran, pues no tenían dinero para alquilar una habitación que además parecía cara. -(¿Extranjeros, entonces? Al fin y al cabo Rocavarancolia es una ciudad. Sería lógico pensar que hay más en este mundo)- Aunque aquello le dio un escalofrío, porque si una ciudad era así de peligrosa, ¿cómo sería la vida fuera de ella?
Quitándose de la cabeza esos pensamientos siguió observando fascinado los alrededores. Habían avanzado bastante cuando Alec entró a una de las habitaciones, en la cual Chromsa no pudo ocultar cierto entusiasmo. Un pequeño jardín lleno de flores bellísimas de todos los colores se extendía por la habitación. Instintivamente se acercó a todas as que pudo para observarlas de cerca y olerlas. Sin duda era el mejor sitio que se habían encontrado desde que llegaron a aquel mundo (sin contar el torreón, claro). Además se notaba el mimo con el que cuidaban aquellas plantas. -Bueno, supongo que las habitaciones están por algo. Aunque me imagino que no nos dejarían quedarnos gratis.- respondió al comentario de Kahlo.
Seguía observando algunas de las flores cuando la joven hizo una pregunta a modo más bien de broma, aunque el ochrorio contestó en serio. -La verdad es que me encantaría poder llevarme algunas, pero sin permiso no creo que sea lo mejor. Tal vez... si nos encontráramos al dueño o la dueña podríamos preguntarle. Al fin y al cabo no es como si le estuviéramos pidiendo su cosecha y viendo que este lugar parece pensado para alojar a personas no creo que sea hostil.-
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia.
Re: Palacete
07/04/20, 06:14 pm
A Kolja le chocó un poco el abrazo del niño chuche, dejandole algo confuso pero devolviéndoselo patosamente. Parecía que todos querían explorar aquel edificio, así que se unió al grupo que subía las escaleras. Por supuesto, Kolja seguía en tensión, pensando que en cualquier momento aparecería alguien que intentase matarlos, pero la aparente tranquilidad y la cantidad de cosas impresionantes que veía le fueron calmando. Pasaron por bastantes habitaciones, todas ellas elegantemente decoradas, con muebles que parecían bastante caros además de extraños, sin duda alienígenas. Todas las habitaciones tenían aquel suelo de metal, lo que le hizo preguntarse si el hecho de que las habitaciones flotasen tendría algo que ver con ello, o quizás es que había algunos metales que transmitían mejor la magia que otros, como pasa con la electricidad.
Mientras seguía subiendo Kolja se preguntó que especie de negocio podía resultar tan lucrativo en una ciudad como aquella para que alguien pudiese permitírselo. Igual era la residencia de verano del rey, pero ese tipo de casas solían estar en lugares más soleados y desde luego, en otra ciudad que su residencia habitual, que debía ser aquel castillo. Podía ser de algún noble, aunque la idea de que un rey que regentase una ciudad como aquella diese tanto poder a otras personas sonaba de algún modo ilógico. Los mercaderes también podían hacer un buen dinero, pero no había visto señales de que hubiese un mercado activo. Así que solo quedaban dos opciones, que fuese un hotel de lujo, raro si las habitaciones no tenían ni paredes, o que fuese algún tipo de edificio gubernamental, quizá un palacio de actos.
Mientras Kolja estaba sumido en sus pensamientos, fueron llegando a lo más alto del edificio, directamente debajo de una cúpula, donde había otra habitación. Se trataba de un invernadero enorme, con una gran cantidad de plantas y flores. Parecía que el lugar estaba ordenado de una manera para dar una especie de sensación selvática, aún siendo totalemente artificial. Kolja se acercó a ver unas flores parecidas a unos tulipanes, de un color rojo sangre. Levantó la cabeza al oír el deseo de Kahlo, e incluso se lo pensó un momento, pero desechó la idea.
-El torreón será más feo, pero en cambio es mucho más seguro, esta lleno de armas y tenemos un puente levadizo con su correspondiente foso. Además, pronto igual podemos bajar la comida de las bañeras sin necesidad de salir, otro pro. Pero es verdad, este lugar es magnifico, ojala fuese más seguro, a parte de que tiene toda la pinta de estar habitado, y pudiésemos quedarnos- lamentó.
-En cuanto a lo de llevarnos una planta, estoy de acuerdo con Chromsa, aunque yo no daría por hecho que la gente que nos podamos encontrar sea amable, desde luego, un lugar como este debe de tener algún sistema de seguridad, igual incluso un guardia, y esa gente no suele ser la más amable que digamos, sobretodo si nos hemos colado aquí sin permiso.
Mientras seguía subiendo Kolja se preguntó que especie de negocio podía resultar tan lucrativo en una ciudad como aquella para que alguien pudiese permitírselo. Igual era la residencia de verano del rey, pero ese tipo de casas solían estar en lugares más soleados y desde luego, en otra ciudad que su residencia habitual, que debía ser aquel castillo. Podía ser de algún noble, aunque la idea de que un rey que regentase una ciudad como aquella diese tanto poder a otras personas sonaba de algún modo ilógico. Los mercaderes también podían hacer un buen dinero, pero no había visto señales de que hubiese un mercado activo. Así que solo quedaban dos opciones, que fuese un hotel de lujo, raro si las habitaciones no tenían ni paredes, o que fuese algún tipo de edificio gubernamental, quizá un palacio de actos.
Mientras Kolja estaba sumido en sus pensamientos, fueron llegando a lo más alto del edificio, directamente debajo de una cúpula, donde había otra habitación. Se trataba de un invernadero enorme, con una gran cantidad de plantas y flores. Parecía que el lugar estaba ordenado de una manera para dar una especie de sensación selvática, aún siendo totalemente artificial. Kolja se acercó a ver unas flores parecidas a unos tulipanes, de un color rojo sangre. Levantó la cabeza al oír el deseo de Kahlo, e incluso se lo pensó un momento, pero desechó la idea.
-El torreón será más feo, pero en cambio es mucho más seguro, esta lleno de armas y tenemos un puente levadizo con su correspondiente foso. Además, pronto igual podemos bajar la comida de las bañeras sin necesidad de salir, otro pro. Pero es verdad, este lugar es magnifico, ojala fuese más seguro, a parte de que tiene toda la pinta de estar habitado, y pudiésemos quedarnos- lamentó.
-En cuanto a lo de llevarnos una planta, estoy de acuerdo con Chromsa, aunque yo no daría por hecho que la gente que nos podamos encontrar sea amable, desde luego, un lugar como este debe de tener algún sistema de seguridad, igual incluso un guardia, y esa gente no suele ser la más amable que digamos, sobretodo si nos hemos colado aquí sin permiso.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Palacete
08/04/20, 11:04 pm
Kahlo había recogido las rodillas para tumbarse de lado en el diván, apoyada en su codo como las señoritas en los cuadros. Con la otra mano jugueteaba con la misma hoja de ficus, distraída mientras Chromsa y Kolja exponían sus puntos de vista. La varmana no pudo evitar arrugar el ceño sutil y progresivamente, rodando los ojos ante la seriedad con la que hablaban.
—Chicos, era una pregunta retórica —respondió con voz suave pero tajante. A pesar de su principal exasperación estar en ese sitio influenciaba a su buen humor, y terminó esbozando una fina línea de sonrisa—. La puerta estaba abierta y Luci ha llamado, así que el permiso se ha pedido. Además, si tienes el dinero para tener un palacio como este, tienes el dinero para contratar sirvientes, y no nos ha recibido ninguno. Y con el tamaño de este sitio no creo que se encargue del mantenimiento una sola persona. O no hay nadie en casa o a nadie le importa que estemos aquí. Me decanto por una mezcla de ambas.
Kahlo devolvió los pies al suelo, levantándose para acercarse a un conjunto de pequeñas suculentas sin espinas que había divisado mientras hablaba. Si esas plantas eran como las que conocía, entonces lo que pretendía hacer bastaría para darle un poco de alegría al torreón. Arrancó una hoja de cuatro suculentas diferentes en forma y color: turquesa, verde pistacho, rosácea y naranja.
—Luci, ven aquí. Tomad —le tendió una a Chromsa y otra a Kolja, esperando que el daeliciano (y quien tuviera curiosidad) se acercase—. Nadie notará que nos hemos llevado esto. Igualmente así es como se reproduce la planta, y si os fijáis hay un montón. No necesitan ni mucha tierra ni mucha agua, así que con suerte podemos tener plantas en el refugio. Basta con dejarlas en tierra, sin enterrar demasiado.
Se guardó una para sí, contenta. Si nadie decía nada malo se animaría a coger unas hojas más.
—Chicos, era una pregunta retórica —respondió con voz suave pero tajante. A pesar de su principal exasperación estar en ese sitio influenciaba a su buen humor, y terminó esbozando una fina línea de sonrisa—. La puerta estaba abierta y Luci ha llamado, así que el permiso se ha pedido. Además, si tienes el dinero para tener un palacio como este, tienes el dinero para contratar sirvientes, y no nos ha recibido ninguno. Y con el tamaño de este sitio no creo que se encargue del mantenimiento una sola persona. O no hay nadie en casa o a nadie le importa que estemos aquí. Me decanto por una mezcla de ambas.
Kahlo devolvió los pies al suelo, levantándose para acercarse a un conjunto de pequeñas suculentas sin espinas que había divisado mientras hablaba. Si esas plantas eran como las que conocía, entonces lo que pretendía hacer bastaría para darle un poco de alegría al torreón. Arrancó una hoja de cuatro suculentas diferentes en forma y color: turquesa, verde pistacho, rosácea y naranja.
—Luci, ven aquí. Tomad —le tendió una a Chromsa y otra a Kolja, esperando que el daeliciano (y quien tuviera curiosidad) se acercase—. Nadie notará que nos hemos llevado esto. Igualmente así es como se reproduce la planta, y si os fijáis hay un montón. No necesitan ni mucha tierra ni mucha agua, así que con suerte podemos tener plantas en el refugio. Basta con dejarlas en tierra, sin enterrar demasiado.
Se guardó una para sí, contenta. Si nadie decía nada malo se animaría a coger unas hojas más.
- InvitadoInvitado
Re: Palacete
09/04/20, 03:44 pm
Luci también quería quedarse a vivir en el palacete, era mucho más bonito y acogedor que el torreón, pero sin un permiso explícito se sentía un poco incómodo invadiendo la casa de alguien. No estaba abandonada, era evidente, allí vivía alguien.
-Los palacios siempre tienen muchas habitaciones para poder alojar a los invitados – le respondió a Chromsa. Realmente cualquier persona con bastante poder adquisitivo se aseguraba de tener varias habitaciones extra en su casa -A lo mejor es como en el cuento de La dama de la rosa y los sirvientes son invisibles -comentó en respuesta a Kahlo.
Si era como en el cuento, desde luego les convenía irse antes de que anocheciera.
Fue hacia Kahlo, que estaba echada sobre un diván. Lamentaba no tener sus pinturas a mano, pues la chica parecía una modelo posando. Antes de que pudiera hacer el comentario ella lo llamó y allí fue, mirando con curiosidad lo que le ofrecía.
-¡Son muy monas! -dijo tomando con suma delicadeza la hoja de crasa. Nunca había visto nada parecido, eran tan redonditas y suaves, estaba deseando plantar la suya.
Por su parte no había arrancado ninguna planta, pero tenía un buen puñado de pétalos de rosa en el bolsillo y estaba decidiendo si ponerlos a secar o darse un baño con ellos.
-Los palacios siempre tienen muchas habitaciones para poder alojar a los invitados – le respondió a Chromsa. Realmente cualquier persona con bastante poder adquisitivo se aseguraba de tener varias habitaciones extra en su casa -A lo mejor es como en el cuento de La dama de la rosa y los sirvientes son invisibles -comentó en respuesta a Kahlo.
Si era como en el cuento, desde luego les convenía irse antes de que anocheciera.
Fue hacia Kahlo, que estaba echada sobre un diván. Lamentaba no tener sus pinturas a mano, pues la chica parecía una modelo posando. Antes de que pudiera hacer el comentario ella lo llamó y allí fue, mirando con curiosidad lo que le ofrecía.
-¡Son muy monas! -dijo tomando con suma delicadeza la hoja de crasa. Nunca había visto nada parecido, eran tan redonditas y suaves, estaba deseando plantar la suya.
Por su parte no había arrancado ninguna planta, pero tenía un buen puñado de pétalos de rosa en el bolsillo y estaba decidiendo si ponerlos a secar o darse un baño con ellos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Palacete
09/04/20, 05:20 pm
El edificio —o palacio, como le llamaban algunos— era sin duda el más raro que se había encontrado nunca. Debía reconocer por eso que era estético, a su manera. Tenía encanto en sus formas y contenidos inexplicables y mareantes y confusos y… y… La pequeña tenía dificultades tanto para mantener la concentración y no marearse como para poner palabras a lo que sentía.
«¿Y si algún día el torreón empieza a flotar de como las habitaciones o las escaleras?», consideró. Es bien cierto que ella podría llegar a tierra firme sin problema, «¿pero cómo lo harán los demás? Bueno, Qirra puede volar». Además, si el torreón flotara muy alto ella no podría volver. «Y yo no quiero no poder volver…».
El grupo acabó en una especie de jardín, lo cual agradeció a varios niveles. Los jardines eran plantas, las plantas no flotaban en el aire por sí solas como sí parecían hacerlo las habitaciones o las escaleras, tal como acababa de descubrir. Bueno, técnicamente algunas macetas sí estaban flotando, pero al menos las plantas en sí no estaban flotando. La clinger se acercó enseguida a ellas claramente atraída por su olor. Era un olor muy agradable, muy bonito. O sea, las flores en sí eran bonitas, pero el olor las hacía aún más.
Para cuando el resto empezó a comentar que no deberían arrancar las flores ya era demasiado tarde para ella. Kradko soltó de repente el puñado que tenía en las manos y las escondió un poco bajo unos hierbajos. Parecía que nadie se había dado cuenta. Estaba un poco desilusionada, pues claramente quería llevarse algunas de esas flores tan bonitas, pero creía que ya la había armado bastante para ese día y aún debía recoger la madera para el tambor.
Por suerte para ella, Kahlo no tardó mucho en devolverle la ilusión recogiendo flores por su cuenta y repartiéndolas entre el resto como si estuviera intentando hacer cómplices de su crimen. Rápidamente la clinger recogió las que había escondido y se acercó corriendo a la varmana.
—¡Yo tengo más! ¡Yo tengo más! ¡Mirad! —Orgullosa, presentó el variopinto manojo de flores que había recogido sin ton ni son. Había muchas y estaban muy desorganizadas, pero también había procurada recogerlas y manejarlas con cuidado, así que no se encontraban arrugadas ni en mal estado.
«¿Y si algún día el torreón empieza a flotar de como las habitaciones o las escaleras?», consideró. Es bien cierto que ella podría llegar a tierra firme sin problema, «¿pero cómo lo harán los demás? Bueno, Qirra puede volar». Además, si el torreón flotara muy alto ella no podría volver. «Y yo no quiero no poder volver…».
El grupo acabó en una especie de jardín, lo cual agradeció a varios niveles. Los jardines eran plantas, las plantas no flotaban en el aire por sí solas como sí parecían hacerlo las habitaciones o las escaleras, tal como acababa de descubrir. Bueno, técnicamente algunas macetas sí estaban flotando, pero al menos las plantas en sí no estaban flotando. La clinger se acercó enseguida a ellas claramente atraída por su olor. Era un olor muy agradable, muy bonito. O sea, las flores en sí eran bonitas, pero el olor las hacía aún más.
Para cuando el resto empezó a comentar que no deberían arrancar las flores ya era demasiado tarde para ella. Kradko soltó de repente el puñado que tenía en las manos y las escondió un poco bajo unos hierbajos. Parecía que nadie se había dado cuenta. Estaba un poco desilusionada, pues claramente quería llevarse algunas de esas flores tan bonitas, pero creía que ya la había armado bastante para ese día y aún debía recoger la madera para el tambor.
Por suerte para ella, Kahlo no tardó mucho en devolverle la ilusión recogiendo flores por su cuenta y repartiéndolas entre el resto como si estuviera intentando hacer cómplices de su crimen. Rápidamente la clinger recogió las que había escondido y se acercó corriendo a la varmana.
—¡Yo tengo más! ¡Yo tengo más! ¡Mirad! —Orgullosa, presentó el variopinto manojo de flores que había recogido sin ton ni son. Había muchas y estaban muy desorganizadas, pero también había procurada recogerlas y manejarlas con cuidado, así que no se encontraban arrugadas ni en mal estado.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Palacete
09/04/20, 09:08 pm
Alec se pasó entre las plantas que había en el invernadero con la mirada perdida en sus colores. Todo aquel color le recordaba a su hogar, las verdes colinas de Escocia. Echaba tanto de menos...
No, no era el momento de pensar en aquellas cosas en aquel lugar. Tenía que estar atento a los alrededores por si acaso, no quería que pasase algo que se podría haber evitado de estar más atento. Dejó disfrutar al resto de la visita y esgrimió una sonrisa cuando Kahlo recogió algunos pétalos. Lo de Kradko ya le parecía abusar de la hospitalidad, esperaba que la Bestia no apareciese y exigiese que les diesen una hija a cambio de las flores.
En silencio se acercó a un rosal y aspiró el aroma de las flores. Sí, definitivamente echaba de menos el olor del huerto. Y de las flores que tenía siempre su madre en un jarrón en la cocina. Los ojos empezaron a picarle y humedecerse pero parpadeó rápidamente para alejar las ganas de llorar. Se alejó del resto, hacia las escaleras, para que no se dieran cuenta.
Pasado un rato carraspeó y se dirigió al resto.
-¿Queréis ver alguna otra sala? - les preguntó.- Alguna parecía bonita mientras subíamos.
No, no era el momento de pensar en aquellas cosas en aquel lugar. Tenía que estar atento a los alrededores por si acaso, no quería que pasase algo que se podría haber evitado de estar más atento. Dejó disfrutar al resto de la visita y esgrimió una sonrisa cuando Kahlo recogió algunos pétalos. Lo de Kradko ya le parecía abusar de la hospitalidad, esperaba que la Bestia no apareciese y exigiese que les diesen una hija a cambio de las flores.
En silencio se acercó a un rosal y aspiró el aroma de las flores. Sí, definitivamente echaba de menos el olor del huerto. Y de las flores que tenía siempre su madre en un jarrón en la cocina. Los ojos empezaron a picarle y humedecerse pero parpadeó rápidamente para alejar las ganas de llorar. Se alejó del resto, hacia las escaleras, para que no se dieran cuenta.
Pasado un rato carraspeó y se dirigió al resto.
-¿Queréis ver alguna otra sala? - les preguntó.- Alguna parecía bonita mientras subíamos.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Palacete
10/04/20, 12:05 pm
-Pues tienes toda la razón, aunque es un poco raro no habernos cruzado con nadie.- respondió al comentario de Kahlo. Desde luego era mejor que el pesimismo realista de Kolja, al menos a ojos del ochrorio. La opción de Luci le hizo estremecerse al escucharla. No era muy agradable que alguien los hubiera seguido por aquel lugar, o que se encontrara justo en ese momento con todos en aquel jardín...
Para evitar pensar en ello siguió observando las flores hasta que notó que Kahlo ofrecía algo. Se acercó entonces con curiosidad y le dio algo que miró con curiosidad: una pequeña hoja de suculenta verde. No es que fuera la más bella de las plantas que había allí, pero por su tacto agradable y buen color que indicaba que la habían cuidado con mimo distaba mucho de ser fea. Además era justo como decía la chica, podían hacerlas crecer bastante rápido y sin mucho esfuerzo. -Muchas gracias Kahlo. Seguro que quedan genial en el torreón.- dijo con una sonrisa bastante agradable, incluso con un ligero rubor en las mejillas por no esperarse aquello. -Ojalá encontráramos algunas macetas. Sería perfecto si tuviéramos alguna allí.- añadió.
Justo después Kradko se acercó muy emocionada con un ramo que había hecho. -Es muy bonito. Si cuando lleguemos a casa les pones un poquito de agua durarán así un buen tiempo.- dijo con una sonrisa similar a la anterior. Desde luego era un ramillete curioso, con todo tipo de flores de muchos colores distintos.
Después se acercó a Luci para preguntarle: -Creo que no he escuchado de ese cuento nunca. ¿Cuando estemos en el torreón podrías contármelo? Bueno, si tienes tiempo.- Justo tras eso Alec propuso seguir explorando y Chromsa se dirigió hacia la puerta. -Tengo ganas de ver que más hay en este lugar. ¿Qué decís?-
Para evitar pensar en ello siguió observando las flores hasta que notó que Kahlo ofrecía algo. Se acercó entonces con curiosidad y le dio algo que miró con curiosidad: una pequeña hoja de suculenta verde. No es que fuera la más bella de las plantas que había allí, pero por su tacto agradable y buen color que indicaba que la habían cuidado con mimo distaba mucho de ser fea. Además era justo como decía la chica, podían hacerlas crecer bastante rápido y sin mucho esfuerzo. -Muchas gracias Kahlo. Seguro que quedan genial en el torreón.- dijo con una sonrisa bastante agradable, incluso con un ligero rubor en las mejillas por no esperarse aquello. -Ojalá encontráramos algunas macetas. Sería perfecto si tuviéramos alguna allí.- añadió.
Justo después Kradko se acercó muy emocionada con un ramo que había hecho. -Es muy bonito. Si cuando lleguemos a casa les pones un poquito de agua durarán así un buen tiempo.- dijo con una sonrisa similar a la anterior. Desde luego era un ramillete curioso, con todo tipo de flores de muchos colores distintos.
Después se acercó a Luci para preguntarle: -Creo que no he escuchado de ese cuento nunca. ¿Cuando estemos en el torreón podrías contármelo? Bueno, si tienes tiempo.- Justo tras eso Alec propuso seguir explorando y Chromsa se dirigió hacia la puerta. -Tengo ganas de ver que más hay en este lugar. ¿Qué decís?-
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
10/04/20, 02:06 pm
La enderth paseó con cautela por el jardín una vez comprobó que a nadie le ocurría nada malo y que tampoco parecía haber nadie en las escaleras. Aquel lugar… le gustaba. Tal vez el resto del edificio fuese impráctico y recargado, pero el aire estaba limpio y el encontrarse con un jardín era toda una novedad en aquella pila de ruinas que era la ciudad. Mientras sus compañeros hablaban ella se limitó a deambular observando las flores, no sintiendo que hiciera falta su intervención. Ni siquiera desaprobó la idea de Kahlo, pues ciertamente nadie iba a notar algo tan sutil y no se oponía a tener más plantas en el torreón. Kradko, no obstante…
—¿Qué haces? —Se apresuró a acercarse a ella y puso los brazos en jarras—. Hoy te estás excediendo, ¿no te parece? Ya que no parece que haya madurado lo suficiente tu juicio todavía, te recomiendo encarecidamente que no actúes impulsivamente por tu cuenta, pequeña.
Su tono dejaba claro que no se trataba de una simple recomendación. Dedicó también una mirada desdeñosa pero fugaz a Chromsa, quien cada vez parecía menos consciente también de dónde se encontraban, como si él también fuese un crío. No obstante, tras exhalar un pequeño suspiro cambió su tono y gesto a su habitual desinterés sarcástico.
>>Os sigo —dijo solamente.
—¿Qué haces? —Se apresuró a acercarse a ella y puso los brazos en jarras—. Hoy te estás excediendo, ¿no te parece? Ya que no parece que haya madurado lo suficiente tu juicio todavía, te recomiendo encarecidamente que no actúes impulsivamente por tu cuenta, pequeña.
Su tono dejaba claro que no se trataba de una simple recomendación. Dedicó también una mirada desdeñosa pero fugaz a Chromsa, quien cada vez parecía menos consciente también de dónde se encontraban, como si él también fuese un crío. No obstante, tras exhalar un pequeño suspiro cambió su tono y gesto a su habitual desinterés sarcástico.
>>Os sigo —dijo solamente.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Palacete
10/04/20, 03:57 pm
Kolja se alejó un poco del grupo, queriendo explorar un poco más del invernadero. Las plantas de aquel lugar formaban una mezcla de lo más curiosa, parecía que cada una era de un mundo diferente. Aquel debía ser el lugar con la flora más diversa del universo. Kolja se preguntaba como había podido juntar tantas plantas en un mismo lugar, cuando seguramente todas ellas necesitasen diferentes climas para sobrevivir. La pregunta se resolvió sola cuando fue a tocar un cactus y de repente su mano entro en un aire diferente, mucho más seco y caluroso. De algún modo había conseguido hechizar el aire al rededor de cada planta para simular su hábitat natural. Estaba tan distraído con todo aquello, que no vio que Kahlo se había acercado a donde estaba. Se dio cuenta en el momento que esta llamó a Luci para ofrecerle algo que tenía en la mano, unas hojas gruesas y lisas que debía haber arrancado de la planta que tenía delante. También le ofreció una a Kolja, el cual la cogió sin decir nada, a pesar de que no estaba de acuerdo con ir arrancando partes de las plantas de aquel lugar. Lo que si le hizo poner los ojos en blanco es cuando se acercó Kradko, con un ramillete de flores en la mano, sin embargo Lethe se encargo de echar la bronca a la niña bicho, así que otra vez no dijo nada.
Lo que si le interesaba era ver más habitaciones, igual incluso encontraban un baño con una ducha o una bañera que tuviese agua caliente. La verdad es que sería un placer darse un buen baño caliente después de tener que hacerlo con agua fría durante semanas.
-A mi me gustaría buscar a ver si hay un baño en condiciones por aquí, con un espejo de verdad, sin animo de ofender Alec, unas tijeras pequeñas y agua caliente- admitió.
-Lo mejor sería dividirnos en grupos pequeños, para poder explorar mejor este sitio. No tenemos tiempo para hacerlo todos juntos, no podemos quedarnos mucho rato, no vaya a ser que los del torreón se preocupen y piensen en salir a buscarnos.
Lo que si le interesaba era ver más habitaciones, igual incluso encontraban un baño con una ducha o una bañera que tuviese agua caliente. La verdad es que sería un placer darse un buen baño caliente después de tener que hacerlo con agua fría durante semanas.
-A mi me gustaría buscar a ver si hay un baño en condiciones por aquí, con un espejo de verdad, sin animo de ofender Alec, unas tijeras pequeñas y agua caliente- admitió.
-Lo mejor sería dividirnos en grupos pequeños, para poder explorar mejor este sitio. No tenemos tiempo para hacerlo todos juntos, no podemos quedarnos mucho rato, no vaya a ser que los del torreón se preocupen y piensen en salir a buscarnos.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Palacete
11/04/20, 03:22 pm
—No hay de qué. Podemos ponerlas en una esquinita de tu huerto, apenas molestarán, y en cuanto empiecen a echar raíces podemos moverlas a los vasos que no usemos o estén rotos.
Kahlo sonrió a Luci y Chromsa con cierta ternura, no dedicándole el mismo gesto al humano por su silencio. Sabiendo que el caso que le había hecho a la planta había sido nulo, la varmana arrancó un par de hojas más para compensar la que había derrochado con el chico.
—De nada, Kolja —añadió en voz alta, pronunciando con falso aprecio y una sonrisa de mentira. Continuó con naturalidad al dirigirse a Luci— Yo tampoco he oído ese cuento. ¿Nos lo cuentas luego?
La bondad desapareció del rostro de Kahlo al ver el ramo de flores que había arrancado Kradko, quedándosele cara de póker. Se empezó a preguntar si, a pesar del tamaño de su cuerpo, el cerebro de la clinger sería en masa el equivalente al de un saltamontes común. Su jugada con el timbre había sido a su favor, pero de haber estado en contra también le habría molestado sobremanera: aquello sumaba. Nadie echaría en falta un puñado de hojas de suculenta, las flores que sujetaba sin embargo eran otro cantar. Por suerte Lethe se apresuró en reñirla, y habiéndose cometido ya el delito no quedaba otra que dejarlo estar. Al menos, pensó, ahora tendrían también flores para el torreón.
—¡Sí! —respondió apresuradamente a Alec, dejándose oír más ilusionada de lo que quería. No tardó en corregirse con cierta vergüenza, hablando de forma más moderada—. Sí, por favor. Me encantaría por ver las otras habitaciones.
No lo diría, pero la idea de Kolja le pareció fantástica; si aquel era el jardín y ya habían entrevisto algunos dormitorios, no podía ni imaginar como serían los baños. La emoción casi le hace agua los ojos.
Salieron por donde habían entrado, dividiéndose en dos grupos tal y como había sugerido el humano: Chromsa, Lethe, Kolja y Kradko por un lado y Alec, Luci y ella por otro. Aunque bajaba las escaleras con calma, era muy obvio que estaba conteniéndose toda la emoción que sentía. No se olvidaría de darle luego una de las hojas de crasa al escocés, reservando una de un color naranja suave similar al del pelo del joven.
—¿Os parece si entramos aquí? —dijo tras asomarse a una habitación entreabierta.
Desde su sitio tan solo podía ver que el suelo era de un mármol crema tan brillante que parecía que lo acababan de encerar, una hermosa alfombra color vino con motivos geométricos en el centro y lo que parecían un inmenso espejo ocupando toda una pared marrón oscura. Las siluetas de los muebles blancos reflejados en el mismo le hacía tener más curiosidad aún. Parecía un vestidor.
No dijo nada, dejando que decidieran ellos. Sabía que si insistía le saldría un ruego lastimoso.
Kahlo sonrió a Luci y Chromsa con cierta ternura, no dedicándole el mismo gesto al humano por su silencio. Sabiendo que el caso que le había hecho a la planta había sido nulo, la varmana arrancó un par de hojas más para compensar la que había derrochado con el chico.
—De nada, Kolja —añadió en voz alta, pronunciando con falso aprecio y una sonrisa de mentira. Continuó con naturalidad al dirigirse a Luci— Yo tampoco he oído ese cuento. ¿Nos lo cuentas luego?
La bondad desapareció del rostro de Kahlo al ver el ramo de flores que había arrancado Kradko, quedándosele cara de póker. Se empezó a preguntar si, a pesar del tamaño de su cuerpo, el cerebro de la clinger sería en masa el equivalente al de un saltamontes común. Su jugada con el timbre había sido a su favor, pero de haber estado en contra también le habría molestado sobremanera: aquello sumaba. Nadie echaría en falta un puñado de hojas de suculenta, las flores que sujetaba sin embargo eran otro cantar. Por suerte Lethe se apresuró en reñirla, y habiéndose cometido ya el delito no quedaba otra que dejarlo estar. Al menos, pensó, ahora tendrían también flores para el torreón.
—¡Sí! —respondió apresuradamente a Alec, dejándose oír más ilusionada de lo que quería. No tardó en corregirse con cierta vergüenza, hablando de forma más moderada—. Sí, por favor. Me encantaría por ver las otras habitaciones.
No lo diría, pero la idea de Kolja le pareció fantástica; si aquel era el jardín y ya habían entrevisto algunos dormitorios, no podía ni imaginar como serían los baños. La emoción casi le hace agua los ojos.
Salieron por donde habían entrado, dividiéndose en dos grupos tal y como había sugerido el humano: Chromsa, Lethe, Kolja y Kradko por un lado y Alec, Luci y ella por otro. Aunque bajaba las escaleras con calma, era muy obvio que estaba conteniéndose toda la emoción que sentía. No se olvidaría de darle luego una de las hojas de crasa al escocés, reservando una de un color naranja suave similar al del pelo del joven.
—¿Os parece si entramos aquí? —dijo tras asomarse a una habitación entreabierta.
Desde su sitio tan solo podía ver que el suelo era de un mármol crema tan brillante que parecía que lo acababan de encerar, una hermosa alfombra color vino con motivos geométricos en el centro y lo que parecían un inmenso espejo ocupando toda una pared marrón oscura. Las siluetas de los muebles blancos reflejados en el mismo le hacía tener más curiosidad aún. Parecía un vestidor.
No dijo nada, dejando que decidieran ellos. Sabía que si insistía le saldría un ruego lastimoso.
- ♪♫♬:
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Palacete
11/04/20, 06:22 pm
La idea de seguir investigando un poco más gustó en general y Kolja planteó separarse en grupos. -Está bien. Creo que te acompañaré, si no te molesta.- dijo.
Una vez se decidieron los grupos el ochrorio propuso: Podríamos quedar a la entrada dentro de un rato para no irnos muy tarde. ¿Os parece?- Aclarado ese punto, añadió con una sonrisa: -Tened cuidado, ¿vale?- y se pusieron en marcha.
En su grupo iban Lethe, Kolja y Kradko. Mientras se fijaba en las flores que llevaba la chica bicho pensaba en la reprimenda que le había dado Lethe. En un primer momento había pensado que estaba exagerando un poco, pero pensándolo mejor tenía toda la razón. No es que hubiera hecho algo peligroso, si no fuera porque no estaban en una ciudad muy pacífica. Debían andar con más cuidado, era algo que tenía que reconocer. Todavía no entendía del todo por qué ese día estaba tan apegado a ella, ni que fuera su h... Alejó al instante sus pensamientos, no era el momento ni el lugar.
Estaban bajando las escaleras, un poco más atrás del otro grupo. Chromsa iba en silencio, evitando darle vueltas a aquella idea. Le ayudaba ir fijándose en las puertas y en la decoración del edificio. Además, había que estar atento por si encontraban alguna habitación que valiera la pena visitar o, más importante aun, que no estuviera cerrada.
Siguieron hasta que se fijó en una puerta ligeramente abierta. Con curiosidad, se acercó a mirar por el hueco. Se encontró con una habitación de suelo de mármol blanco, con algún mueble bastante bonito, aunque eso era lo de menos. Lo que más destacaba era un espejo de buen tamaño con una marco decorado en la pared izquierda y una gran bañera al fondo de la misma. Comparada con la que tenían en el torreón, aquella era casi una obra de arte. Todavía un tanto fascinado, se giró al grupo y dijo: -He encontrado algo. Y Kolja, creo que te va a gustar.-
Una vez se decidieron los grupos el ochrorio propuso: Podríamos quedar a la entrada dentro de un rato para no irnos muy tarde. ¿Os parece?- Aclarado ese punto, añadió con una sonrisa: -Tened cuidado, ¿vale?- y se pusieron en marcha.
En su grupo iban Lethe, Kolja y Kradko. Mientras se fijaba en las flores que llevaba la chica bicho pensaba en la reprimenda que le había dado Lethe. En un primer momento había pensado que estaba exagerando un poco, pero pensándolo mejor tenía toda la razón. No es que hubiera hecho algo peligroso, si no fuera porque no estaban en una ciudad muy pacífica. Debían andar con más cuidado, era algo que tenía que reconocer. Todavía no entendía del todo por qué ese día estaba tan apegado a ella, ni que fuera su h... Alejó al instante sus pensamientos, no era el momento ni el lugar.
Estaban bajando las escaleras, un poco más atrás del otro grupo. Chromsa iba en silencio, evitando darle vueltas a aquella idea. Le ayudaba ir fijándose en las puertas y en la decoración del edificio. Además, había que estar atento por si encontraban alguna habitación que valiera la pena visitar o, más importante aun, que no estuviera cerrada.
Siguieron hasta que se fijó en una puerta ligeramente abierta. Con curiosidad, se acercó a mirar por el hueco. Se encontró con una habitación de suelo de mármol blanco, con algún mueble bastante bonito, aunque eso era lo de menos. Lo que más destacaba era un espejo de buen tamaño con una marco decorado en la pared izquierda y una gran bañera al fondo de la misma. Comparada con la que tenían en el torreón, aquella era casi una obra de arte. Todavía un tanto fascinado, se giró al grupo y dijo: -He encontrado algo. Y Kolja, creo que te va a gustar.-
- InvitadoInvitado
Re: Palacete
11/04/20, 09:15 pm
Luci se llevó ambas manos a la boca cuando vio aparecer a Kradko con el ramillete. Justo así era como se ponían las cosas feas en el cuento que había mencionado. Lethe regañó a la niña bicho en un tono tan severo que Luci se encogió un poquito en el sitio aunque la cosa no fuera con él. Cuando Lethe se alejó Luci se acercó a Kradko para susurrarle:
-Tienes que tener más cuidado. No podemos ir haciendo cosas por impulso, es peligroso.
Luci accedió a contarles el cuento de La dama de la rosa cuando volvieran al torreón, y agradeció que fueran los demás los que propusieran explorar otras habitaciones. Se apuntó rápidamente al grupo de los dormitorios y allí fue con Alec y Kahlo, sin esconder en ningún momento su emoción como hacía esta última. La primera habitación que miraron tenía la puerta entreabierta y los muebles demasiado blancos. Era el blanco de los carros de su padre, el limpio y puro, no el sucio amarillento de la ropa del torreón o el poroso de los huesos secados al sol. Era hermoso. El espejo fue lo que le hizo decidirse. Empujó la puerta con cuidado, pidiendo permiso a pesar de que claramente allí no había nadie. En cuanto pisó la alfombra mullida se apresuró a quitarse las botas para sentirla.
-¡Es muy suave! -exclamó. En unos pocos lavados su pijama había perdido su esponjosidad característica y echaba de menos el tacto de algo que no fuera áspero. Correteó por la alfombra hasta ponerse delante del espejo y allí se quedo mirándose, más feo de lo que había estado en su vida. Tuvo que obligarse a centrar su atención en algo más agradable, como los muebles. Había una cómoda, un tocador, una otomana enorme y un ropero con la llavecita colgando de la cerradura -No creo que nadie se enfade si cotilleamos un poco, ¿no? -aventuró, dándole un toquecito al borlón de la llave. Si nadie se lo impedía, abriría el ropero.
Luci soltó un jadeo cuando vio el contenido. El interior del mueble olía a lavanda, y todo en él era una explosión de colores y texturas. Había varios vestidos, túnicas, camisas y una casaca. El pelirrosa chilló antes de abalanzarse a abrazar el primer vestido que le llamó la atención. Más le valía que no hubiese ningún monstruo en el armario.
-Tienes que tener más cuidado. No podemos ir haciendo cosas por impulso, es peligroso.
Luci accedió a contarles el cuento de La dama de la rosa cuando volvieran al torreón, y agradeció que fueran los demás los que propusieran explorar otras habitaciones. Se apuntó rápidamente al grupo de los dormitorios y allí fue con Alec y Kahlo, sin esconder en ningún momento su emoción como hacía esta última. La primera habitación que miraron tenía la puerta entreabierta y los muebles demasiado blancos. Era el blanco de los carros de su padre, el limpio y puro, no el sucio amarillento de la ropa del torreón o el poroso de los huesos secados al sol. Era hermoso. El espejo fue lo que le hizo decidirse. Empujó la puerta con cuidado, pidiendo permiso a pesar de que claramente allí no había nadie. En cuanto pisó la alfombra mullida se apresuró a quitarse las botas para sentirla.
-¡Es muy suave! -exclamó. En unos pocos lavados su pijama había perdido su esponjosidad característica y echaba de menos el tacto de algo que no fuera áspero. Correteó por la alfombra hasta ponerse delante del espejo y allí se quedo mirándose, más feo de lo que había estado en su vida. Tuvo que obligarse a centrar su atención en algo más agradable, como los muebles. Había una cómoda, un tocador, una otomana enorme y un ropero con la llavecita colgando de la cerradura -No creo que nadie se enfade si cotilleamos un poco, ¿no? -aventuró, dándole un toquecito al borlón de la llave. Si nadie se lo impedía, abriría el ropero.
Luci soltó un jadeo cuando vio el contenido. El interior del mueble olía a lavanda, y todo en él era una explosión de colores y texturas. Había varios vestidos, túnicas, camisas y una casaca. El pelirrosa chilló antes de abalanzarse a abrazar el primer vestido que le llamó la atención. Más le valía que no hubiese ningún monstruo en el armario.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Palacete
11/04/20, 09:25 pm
Alec sonrió con ironía a Kolja cuando dijo lo de no ofenderse. No había pulido el escudo para él así que...
Empezó a bajar las escaleras y miró en el interior de la habitación que querían mirar Luci y Kahlo. Parecía segura. Se adentró y observó las reacciones de ambos, disfrutando más de su felicidad que de la sala en sí. Sólo por aquellas sonrisas ya valía la pena haber entrado.
-Me alegro de que os guste este sitio - dijo sentándose en la otomana y sonriéndoles con amabilidad.- Mientras no rompamos nada estoy seguro de que estaremos bien.
Se tumbó en el mueble disfrutando de lo cómo que era. Ojalá fuesen así las camas del torreón. El chillido de Luci al abrir el ropero le hizo reírse con ganas.
Empezó a bajar las escaleras y miró en el interior de la habitación que querían mirar Luci y Kahlo. Parecía segura. Se adentró y observó las reacciones de ambos, disfrutando más de su felicidad que de la sala en sí. Sólo por aquellas sonrisas ya valía la pena haber entrado.
-Me alegro de que os guste este sitio - dijo sentándose en la otomana y sonriéndoles con amabilidad.- Mientras no rompamos nada estoy seguro de que estaremos bien.
Se tumbó en el mueble disfrutando de lo cómo que era. Ojalá fuesen así las camas del torreón. El chillido de Luci al abrir el ropero le hizo reírse con ganas.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Palacete
12/04/20, 12:03 pm
Aquella pequeña casi dejó caer las flores del susto. La regañina que acababa de experimentar acabó de un plumazo con toda su emoción. La clinger no se esperaba que las flores fueran a gustar a todos, pero tampoco le parecía haber hecho algo tan malo. Kradko se encogió y bajó un poco las antenas instintivamente, un gesto que Lethe entendería como arrepentimiento.
—Vale… —Fue todo lo que respondió en un tono suave.
Estaba un poco molesta por una reacción que le parecía un tanto exagerada, pero también asustada por la misma. Intentó evitar a la enderth en la posterior división, pero pronto vio claro que esta iba a ir con ella tomara la decisión que tomara. Kradko suponía el por qué, lo había experimentado otras veces después de hacer alguna trastada. Decidió, siguiendo el consejo de Luci, que aquella vez se lo pensaría dos o tres veces antes de actuar. Aquella no iba a ser una tarea sencilla para ella.
Bajó las escaleras en silencio acompañada de Chromsa, Kolja y Lethe. Dejó que los demás se fijaran en las habitaciones que se cruzaban mientras que ella intentaba recuperarse de aquel momento incómodo. Durante un momento estaba tan distraída que siguió andando, aunque el resto se habían quedado quietos. Volvió atrás al oír un toque de atención y se asomó a ver el interior de un cuarto bien extraño para ella. Por las palabras de Chromsa, le pareció que aquello era el “baño” que tanto buscaba el mamífero gigantón. Nada que ver con el que tenían en el torreón, por eso, pero tampoco entendía por qué era aquel mejor.
—Vale… —Fue todo lo que respondió en un tono suave.
Estaba un poco molesta por una reacción que le parecía un tanto exagerada, pero también asustada por la misma. Intentó evitar a la enderth en la posterior división, pero pronto vio claro que esta iba a ir con ella tomara la decisión que tomara. Kradko suponía el por qué, lo había experimentado otras veces después de hacer alguna trastada. Decidió, siguiendo el consejo de Luci, que aquella vez se lo pensaría dos o tres veces antes de actuar. Aquella no iba a ser una tarea sencilla para ella.
Bajó las escaleras en silencio acompañada de Chromsa, Kolja y Lethe. Dejó que los demás se fijaran en las habitaciones que se cruzaban mientras que ella intentaba recuperarse de aquel momento incómodo. Durante un momento estaba tan distraída que siguió andando, aunque el resto se habían quedado quietos. Volvió atrás al oír un toque de atención y se asomó a ver el interior de un cuarto bien extraño para ella. Por las palabras de Chromsa, le pareció que aquello era el “baño” que tanto buscaba el mamífero gigantón. Nada que ver con el que tenían en el torreón, por eso, pero tampoco entendía por qué era aquel mejor.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Palacete
12/04/20, 01:31 pm
Estaba claro que Kradko quería evitarla, pero no se lo iba a permitir: aquella niña necesitaba supervisión de alguien responsable, eso estaba claro, y al intentar irse con Chromsa y Kolja no había nadie en ese grupo que cualificase como tal. Si pensaba que por ir con ellos la disuadiría de mantener la vigilancia sobre ella es que era una clinger muy ingenua. A pesar de ello Lethe confiaba en que tenía la capacidad suficiente para darse cuenta de que necesitaba reflexionar antes de hacer las cosas… pero quería asegurarse.
Al igual que Kradko, no obstante, ella tampoco entendía la diferencia entre aquel "baño" y el del torreón más allá del tamaño y la decoración. Aunque había notado que a los mamíferos les encantaba la decoración que no servía a ningún propósito, quizás fuese eso. Igualmente decidió entrar, no podía negar que llamase su atención aquella piedra tan extraña. Tocó las paredes lisas con cautela. Estaba extremadamente pulida, tanto que ya casi ni parecía piedra. Al menos podía entender el porqué de hacer algo así: podía evitar accidentes con las paredes. A continuación se fijó en un fregadero de aspecto algo extraño que había allí, aunque lo que más le llamó la atención fueron el par de tijeras encima del mismo. Las cogió casi sin pensar.
—Son algo pequeñas, pero ojalá tuviéramos unas en el torreón… —Con cautela dio un par de cortes en el aire—. Ah, no penséis que estoy planteándome si llevárnoslas ni mucho menos.
La aclaración iba, sobre todo, para la clinger.
Al igual que Kradko, no obstante, ella tampoco entendía la diferencia entre aquel "baño" y el del torreón más allá del tamaño y la decoración. Aunque había notado que a los mamíferos les encantaba la decoración que no servía a ningún propósito, quizás fuese eso. Igualmente decidió entrar, no podía negar que llamase su atención aquella piedra tan extraña. Tocó las paredes lisas con cautela. Estaba extremadamente pulida, tanto que ya casi ni parecía piedra. Al menos podía entender el porqué de hacer algo así: podía evitar accidentes con las paredes. A continuación se fijó en un fregadero de aspecto algo extraño que había allí, aunque lo que más le llamó la atención fueron el par de tijeras encima del mismo. Las cogió casi sin pensar.
—Son algo pequeñas, pero ojalá tuviéramos unas en el torreón… —Con cautela dio un par de cortes en el aire—. Ah, no penséis que estoy planteándome si llevárnoslas ni mucho menos.
La aclaración iba, sobre todo, para la clinger.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Palacete
12/04/20, 03:41 pm
Kahlo esperó a que Luci llamase y entrase primero, impaciente, y al pasar ella sintió que el corazón le iba a estallar. En ese cuarto se sentía bien. Era lo más parecido a volver a casa que había sentido desde que les secuestraron. La varmana aparcó sus modales y refinamientos a un lado, incapaz de contenerse más, quitándose los zapatos igual que hizo Luci para pisar la alfombra e incluso dar pequeños saltitos sobre esta para sentir lo mullida que era bajo sus pies. Rio, rio como no había reido hasta entonces, permitiéndose tener 16 años y sonreír sin importarle que dejasen de verla como a una señorita refinada. Ni siquiera la expresión risueña de una versión suya mucho más demacrada y mal vestida de lo que nunca habría permitido en su hogar, reflejada en el inmenso espejo, cortaría como se sentía. Se quedó mirándose lo justo, pasó los dedos por su pelo desde la nuca hasta arriba, escondió unos mechones tras las orejas y listo. No sentía tener que mejorar nada más. Quería multiplicarse para verlo todo, abrir todos los cajones del tocador y la cómoda o sentarse en la otomana, mas se decantó por la elección de Luci. Al igual que él inspiró aire tan fuerte que emitió un sonido hasta cómico, llevándose a posteriori las manos a la boca. Por poco y no chilla también.
Las manos de la varmana bailaron al son con sus ojos, tocando texturas y deleitándose con las formas y colores de las prendas. No solo eran vestidos, había chaquetas, trajes, zapatos, tacones y botas, así como sombreros en la estantería superior. Kahlo, sintiéndolo mucho por el dueño de todo aquello, se puso de puntillas para alcanzar y hacerse con una boina negra que no dudó en ponerse, sacó dos preciosos vestidos de cena, una larguísima falda negra y una camisa blanca con adornos dorados y vino tinto. Corrió cargada con ellos hasta donde estaba Alec para estirarlos sobre el mueble y verlos mejor, poniéndose antes las gafas.
—Me los quiero probar... —añadió por lo bajo mordiéndose el labio, con felicidad nada contenida. Alzó la vista para mirar al chico, con más decisión—. ¡¿Me los puedo probar?!
Las manos de la varmana bailaron al son con sus ojos, tocando texturas y deleitándose con las formas y colores de las prendas. No solo eran vestidos, había chaquetas, trajes, zapatos, tacones y botas, así como sombreros en la estantería superior. Kahlo, sintiéndolo mucho por el dueño de todo aquello, se puso de puntillas para alcanzar y hacerse con una boina negra que no dudó en ponerse, sacó dos preciosos vestidos de cena, una larguísima falda negra y una camisa blanca con adornos dorados y vino tinto. Corrió cargada con ellos hasta donde estaba Alec para estirarlos sobre el mueble y verlos mejor, poniéndose antes las gafas.
—Me los quiero probar... —añadió por lo bajo mordiéndose el labio, con felicidad nada contenida. Alzó la vista para mirar al chico, con más decisión—. ¡¿Me los puedo probar?!
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