Bastión Palpitante

Al volver de Nubla fui directo al Burdel, para intentar dormir, aunque sólo lo logré durante unas horas. Después esperé a que atardeciera para lanzarme a las calles de la ciudad, envuelto en el hechizo de oscuridad, para dar un paseo despreocupado.

El inquietante y delicioso aroma del edificio ante el que me encuentro ahora llamó mi atención y heme aquí, mirando curioso sus paredes, captando el surcar de la sangre a través de las venas y el latente corazón que debe haber dentro. Qué digo, no tiene paredes, a no ser que llamemos paredes a la forma externa de los órganos internos. Es un maldito órgano de cuatro plantas hacia arriba que no para de latir y lo recorre sangre.
-Pero qué demonios... Quien hiciera esto tenía amigos vampiro, vaya.-digo con una carcajada mientras toco la pared con cuidado. Al momento siento la sangre surcando a través de la carne, cálida. Miro en derredor pero no me atrevo, la curiosidad me lleva a buscar una posible entrada, ya que se percibe un ligero eco al otro lado.

Doy con un hueco entre pliegues de tejido, así que me preparo mentalmente y me aventuro al otro lado, admirando la estructura del lugar. Es todo igual que fuera. Como si estuviese en un gigantesco corazón, pero sin el añadido de la sangre bombeando. Pero lo segundo que veo es un horrible altar, ¿hecho con brazos? ¿Siloco quizá? Lo rodeo, maravillado y horrorizado en parte, pero la admiración va haciéndose un hueco más y más grande. ¿Por qué iba a ser feo? Si eso lo es, anda que beber sangre... ¡Bah!

A la tercera vuelta o así, vuelvo a buscar el origen de los latidos y lo hallo en el sótano, dentro de un enorme cascarón de hueso... Bueno, protegido por las placas. Y púas, muchas. No me fío de acercarme más, por si tuviese algún mecanismo mágico. Así que vuelvo al altar y dejo divagar la mirada en el mosaico, volviendo a plantearme la idea de probar la sangre del lugar, titubeante. Al rato me decido, así que me acerco a la pared orgánica y elijo una de las numerosas venas mientras preparo un hechizo de curación. Hago una ligera incisión con la uña del dedo índice y dejo correr unas gotas, para después realizar el hechizo. Reparado el corte, olisqueo la sangre y aunque por una parte me repele, por otra puede ser buena y deliciosa. Pero parece mezclada con otros fluidos... Sabe como una almendra que amarga por un lado y por el otro es de lo mejor. Sacudo la cabeza, mosqueadillo.
-Maldita sea... Bej. Quien quiera que construyó esto, definitivamente no tenía amigos vampiro, vaya.-mascullo, mirando nuevamente al altar y al techo. <<¿Subo a ver?>>

Algo empezó a cobrar vida en el tejido. La sangre empezó a bombear con rapidez y algo o alguien profirió un quejido gorgoteante a la par que algo salado al olfato se deslizaba por las paredes, bastante visible. Pero no sólo el corazón pareció despertar sino que un centenar de manos salieron del altar disparadas hacia mí, futilmente ya que no llegaban.

En un primer momento reaccioné desenvainando las dagas, pero al ver que no me alcanzaban, me limité a vigilarlas. Pero luego se quedaron quietas, señalándome. Está claro que el corte ha provocado todo esto y las manos no auguran nada bueno de llegar a rozarme, pero... ¿Para qué o quién me señalan? ¿Hay algo más que puede ir a por mí en este sitio?

Por si acaso lanzo un hechizo de intangibilidad y tras el éxito, voy hacia el hueco de la salida. Algo me dice que salga y vuelva por donde vine, pero mientras no aparezca un peligro mayor, ¿por qué iba a irme? Y... además... Hace tiempo que no lucho o paso por una situación complicada... Lo de Nubla sólo acrecentó las ganas de vivir algo así... Me quedo, de momento. <<Ojo avizor, vampiro. Armas y magia listas >>

No ocurre nada más. Las extremidades de las manos se empiezan a cansar pero siguen señalándome sin lograr comprender qué pasa. Está claro que quieren algo de mí, pero el qué? El corte fue reparado, quizá no fue suficiente con curarlo y quieren atacarme? Diablos, ni siquiera sé si esta cosa piensa...

Me quedo quieto, a medio atravesar el umbral, sin quitar ojo de encima a las manos. El gesto es claramente acusador... <<¿Y si... Todo fue por el corte y luego intentaron cogerme, al ver que no llegaban y la intangibilidad, se dedicaron a señalarme... ¿Y si...?>> Vuelvo a hacerme tangible y me quito el guantelete de la mano izquierda, cuyo interior puado deja numerosas heridas en el dorso y palma de mi mano. Con un respingo lo cojo con la diestra y paso rápidamente la mano herida, sangrante, por la pared latente a mi espalda, para después volver a vestirme el guantelete y recuperar la intangibilidad. <<A ver si reaccionan las manos o pasa algo... >>
-¿Contentas?-inquiero, sin poder contenerme. Quizá incluso hablen, si no por sí mismas por algún conducto o a saber.

Pero nada. Aparte de absorber la sangre, nada más cambia. Las manos siguen agitándose como pidiendo o acusándome de algo. Hago un frustración con las mías y salgo al exterior con un movimiento brusco, para después deshacer el hechizo.
-Diablo de sitio... Aparentemente abandonado, aparentemente vivo y... ¿Y? Volveré.-mascullo confuso, antes de darme la vuelta y alejarme de allí, pensando en ir a la Biblioteca e incluso hablar con Gael <<Quizá Siloco sepa algo... >>

Sigo caminando hasta que llego a un cruce de calles y me detengo, pensando a dónde ir, ya que me queda toda la noche por delante... Me permito un segundo para cerrar los ojos y, en cuanto siento la dirección del viento, me dejo llevar en forma de humo, aunque luego siga de manera consciente la brisa.

Sigue en los Subterráneos.

La impresión que Dama Puntada le había dado había sido de lo mejor. La vio marchar con curiosidad, resultaba en cierto punto fascinante imaginar que ella había sido una cosechada alguna vez.Si le hubiesen dicho que pasearía por la ciudad sin problemas y tendría una invitación y una charla sin peligro de muerte durante la cosecha, no se lo habría creído.

Observo curiosos la tarjeta de Shizel antes de que la guardara y se recordó preguntarle luego para echarle un vistazo siendo que había estado peleándose con las runas en el ultimo tiempo.

Finalmente accedió a ir al Bastión. Ya había estado allí una vez como cosechados pero resultaba bastante diferente aunque igual de impactante y ensordecedor que esa vez. El latido ya se oía desde la distancia como un corazón gigante en medio de la ciudad.

-Sigue siendo tan impresionante como esa vez- dijo acercándose a Shizel pues oírse con el latido aquel era algo complicado- ¿Y ahora que? ¿pretendes entrar?- pregunto la idrino haciéndose oír entre el ruido. Era una pregunta tonta y lo sabia, quedarse allí era igual que pedir quedarte sordo. Aun así ese edificio cárnico no le tranquilizaba del todo a pesar de haberles salvado la vida con su presencia durante la cosecha. Sentía un poco de curiosidad, para que mentir.

-¿Sera de carne el interior o es solo una ilusión externa?- pregunto apenas audible observando el edificio con atención moviéndose alrededor buscando una entrada peor no había nada similar, tan solo una aparente espacio entre la carne y venas azuladas que parecía ser "la puerta"-Creo que esa es la entrada, es lo único parecido a una al menos- añadió mirando a los demás y lanzadose un escudo mágico, por si acaso, que nunca se sabia.

Aquél había sido el primer lugar en el que habían dado esquinazo a la ciudad, antes incluso de tener magia. Shizel sonrió ya que, a pesar de su grotesca apariencia, aquella visión le traía buenos recuerdos.
-No hemos venido aquí solo a mirar, ¿no te parece?- repuso ante la pregunta de DL. Ante el siguiente interrogante del cambiante no dudó al responder, al ser una rama que conocía bien-. Puede ser una ilusión, no solo afectan a la vista, pero en este caso lo dudo. Lo monstruoso de esta ciudad raramente no es real.

Sus últimas palabras pendieron como un mal augurio cuando del interior del bastión emergió un grito desgarrador, e inmediatamente también el autor de éste. Shizel se quedó paralizado unos segundos por lo impactante de la situación, pero el talante decidido del que había hecho gala en la cosecha, potenciado por su renovada capacidad para mantener la sangre fría, no tardó en sacudirse el anquilosamiento tras aquellos meses de estudio y vida cómoda y empezó a circular de nuevo por sus venas.

-Vale, vale, tranquilo- le incomodaba tener a aquel despojo humano pegado a sus pies, de modo que se agachó para incorporarlo de un tirón. Sintió náuseas al ver lo que tenía pegado a la boca-. Enredo, ¿no decías algo de especializarte en magia curativa? Aquí tienes una oportunidad excelente de empezar- sin esperar a réplica le pasó al brujo su "paciente". Localizó a DL cerca de la puerta y eso le puso intranquilo-. DL, aléjate de ahí.

Mantuvo alzado su escudo de hielo, el cual había desplegado para captar los restos del hechizo escudo del cambiante, vigilando en todo momento la puerta del bastión mientras empezaba a dibujar en el aire el hechizo de niebla mágica. Si algo iba a salir de las profundidades de aquel sitio tan grotesco antes de que tuvieran oportunidad de marcharse, prefería estar prevenido.

Llegamos al lugar y nada más decir Shiz que nos adentraríamos me puse protecciones, nunca había estado en ese lugar y desde luego buena espina no daba, así que como superviviente de una casa carnívora prefería entrar en lugares desconocidos con protecciones, no fuera a ser que...

No llegamos a entrar pues al aproximarnos a la entrada un hombre salió corriendo y cayó de rodillas frente a nosotros y con un gesto de súplica empezó a decir cosas que no entendí, no por que no hablase el idioma local, si no por que cuando Shizel me lo pasó pude comprobar su estado con mis propios ojos.

Horrorizado me dejé caer de rodillas con él y examiné su cuerpo, no podía por lo sucio que estaba. Con un sencillo hechizo de limpieza lo miré mejor y mi horror aumentó aún más.

-Dios santo, este hombre necesita ayuda médica urgente - dije en voz alta.- Aquí no puedo ocuparme de él como debería, tenemos que volver a Serpentaria - aún así empecé a aplicar un hechizo para sanar lo que más grave me parecía que estaba.

No se podía entrar en un edificio hecho de carne en paz sin que ocurriese algo. Primero fue el grito y luego DL se dio un susto de muerte cuando de entre las paredes de carne salio un cuerpo de hombre que poco le falto para chocarse con el en su intento de huida desesperada. DL se le quedo mirando completamente incrédulo al ver como estaba hecho un autentico asco, no solo por la suciedad que lo anidaba sino por las heridas que se encontraban por todo su cuerpo. "Sea lo que sea lo que le hizo esto se ha cebado con el" pensó preocupado de lo que fuera que habitaba en ese edificio.

No necesito que Shizel se lo dijera dos veces se alejo de inmediato de la entrada desconfiado, pues si ese hombre había salido de allí bien podría salir también el que le había provocado todas esas heridas que Enredo apenas comenzó a tratar.

-No es momento de hacer eso. Si ese hombre ha huido puede que también ande cerca su captor- añadió mirando en tensión hacia el edificio y los alrededores, colocándose delante de Enredo y su paciente como escudo temporal-¿Ves algo?- pregunto mirando de reojo al idrino.

-Está saliendo alguien a reclamarlo- dijo Shizel, entrecerrando los ojos envueltos en niebla ante la imagen que estaba recibiendo. A continuación les refirió una brevísima descripción, a la que añadió:-. Estad atentos.

Ya prevenido, la imagen que emergió a la puerta del bastión registró un menor impacto sobre él.
-No parece tomar buen cuidado de lo que es suyo- observó con voz neutra, lentamente-. No creo que le sirva de mucho en su estado actual.

El entablar el diálogo era una estrategia para ganar tiempo. El idrino sondeó los alrededores con un pulso mental, detectando inmediatamente los núcleos tanto de sus amigos como los de la anciana y sus dos acompañantes. Consideró arriesgado intentar hurgar en la mente de la rocavarancolesa, y tras un instante de duda eligió a la varmana ya que del nublino podía sacar impresiones malinterpretadas por causa de la mentalidad con la que llegaban a la ciudad.

Buscaría los recuerdos más recientes, y si no implantaría una breve instantánea del rostro de la anciana en su mente para que aflorasen los recuerdos relacionados con ella: así no gastaría un tiempo precioso buscándolos. Antes de decidir si mostrarse hostil o renunciar quería saber a qué se enfrentaba.

La figura que el idrino le describió ayudo bastante a que cuando la mujer apareciera la impresión fuera menor. Aun así no se dejo engañar demasiado pues la figura de la mujer no parecía peligrosa a simple vista, pero viendo los esclavos que traía tras ella y el que Enredo no conseguía curar, fiarse no era conveniente. La ciudad era muy engañosa al igual que sus transformados.

Si era pésimo siendo diplomático y por lo general era en esas situaciones cuando mas muestras daba de su inutilidad. La neutralidad de Shizel al hablar ayudo un poco a que el mismo se calmase, aunque sus palabras bien podrían ser tomadas a mal. El pensamiento de que recordare a la mujer su vejez no era tempo muy buena idea pasó por su cabeza.

-Se le abrieron las heridas. Posiblemente muera antes de que pueda serle de alguna utilidad -añadió con voz suave y bastante neutral, no dejando entrever como aquello le disgustaba. Esperaba que a sus espaldas, Enredo fuese también prudente pues sabia cuanto le enojaban esas cosas.