Ruinas de Margalar
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Ruinas de Margalar
03/08/11, 12:59 am
Recuerdo del primer mensaje :
Poco queda del torreón salvo dos plantas de sucia piedra verdosa y agrietada. El reloj de la fachada fue arrancado hace mucho tiempo, pero, en el patio mugriento y abandonado sigue alzándose la estatua del rey arácnido.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Ruinas de Margalar
26/01/18, 10:14 am
En aquella salida Rádar pasó el tiempo recordando la última. La sensación ominosa de Rocavaragálago se había ido hacía mucho, pero el tipo E se preguntaba si la cada vez mauyor seguridad de que Barael estaba muerto se debía al peso muerto que la Catedral había sido en su mente. Con una sacudida mental llegó a la conclusión de que no. Aquella conclusión era, simplemente, inevitable.
—No toda.
Su corrección a Sox fue hecha sin alzar la voz. Por un momento el trozo de Luna Roja parpadeó en su mente y Rádar contuvo la respiración, dolorosamente consciente de cuándo la vería. «Algo más de setenta y cuatro días y medio» se dijo, echando una mirada al cielo. «En algo más de setenta y cuatro días y medio habrá acabado...» no era información con la que no reflexionar, pero aquel no era precisamente el lugar indicado. Así que Rad hizo lo que mejor se le daba: empujar aquellas preocupaciones, inútiles en ese momento, al fondo de su mente para trabajar después con ellas.
Aunque no fuera algo particularmente fácil.
Miró a la estatua a la que miraba Sox, y por supuesto giró la boca con desagrado. Aquello era ciertamente un monstruo desagradablemente feo, lo cual le llevó a preguntarse por qué alguien le habría hecho una estatua. «Bueno, porque esto es Rocavarancolia» fue la respuesta que se dio a sí mismo.
—Hay algo apuntado —Rad se adelantó hacia el letrero, y no tardó nada en entrecerrar los ojos. Aquella placa no decía nada bueno—. «A la macabra gloria de Su Majestad Arachnihentheradon —había tenido que parar un momento antes de leer el nombre para asegurarse de que lo leía bien, y tras leerlo volvió a parar para soltar un resoplido. Rocavarancolia y sus costumbres absurdas y ridículas nunca paraban—, bajo cuyo próspero y agresivo mandato fue erigido el torreón Margalar». Y abajo pone otra cosa: «Que los dioses lo maldigan mil veces».
Su ceño estaba fruncido. Quizás tuviera relación, quizás no, pero no le había gustado leer aquello en medio de tantas ruinas.
—No toda.
Su corrección a Sox fue hecha sin alzar la voz. Por un momento el trozo de Luna Roja parpadeó en su mente y Rádar contuvo la respiración, dolorosamente consciente de cuándo la vería. «Algo más de setenta y cuatro días y medio» se dijo, echando una mirada al cielo. «En algo más de setenta y cuatro días y medio habrá acabado...» no era información con la que no reflexionar, pero aquel no era precisamente el lugar indicado. Así que Rad hizo lo que mejor se le daba: empujar aquellas preocupaciones, inútiles en ese momento, al fondo de su mente para trabajar después con ellas.
Aunque no fuera algo particularmente fácil.
Miró a la estatua a la que miraba Sox, y por supuesto giró la boca con desagrado. Aquello era ciertamente un monstruo desagradablemente feo, lo cual le llevó a preguntarse por qué alguien le habría hecho una estatua. «Bueno, porque esto es Rocavarancolia» fue la respuesta que se dio a sí mismo.
—Hay algo apuntado —Rad se adelantó hacia el letrero, y no tardó nada en entrecerrar los ojos. Aquella placa no decía nada bueno—. «A la macabra gloria de Su Majestad Arachnihentheradon —había tenido que parar un momento antes de leer el nombre para asegurarse de que lo leía bien, y tras leerlo volvió a parar para soltar un resoplido. Rocavarancolia y sus costumbres absurdas y ridículas nunca paraban—, bajo cuyo próspero y agresivo mandato fue erigido el torreón Margalar». Y abajo pone otra cosa: «Que los dioses lo maldigan mil veces».
Su ceño estaba fruncido. Quizás tuviera relación, quizás no, pero no le había gustado leer aquello en medio de tantas ruinas.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Ruinas de Margalar
29/01/18, 04:41 pm
Eriel frunció el ceño mientras traspasaba lo que una vez fue la entrada del torreón.
-¿Qué es eso de vacunarse? - inquirió siguiendo al humano.
Observó la estatua del patio con interés pensando en el parecido que había entre ésta y la de Maciel. No es que fueran realmente parecidas, pero ambas tenían rasgos animales.
-Yo no me reiría tanto del aspecto de la estatua, igual alguno de nosotros termina transformado en algo parecido - les dijo al resto.- Además pone que fue rey, ya es más de lo que puede decirse de la mayoría. Claro que no creo que fuera un buen rey, si no no lo maldecirían.
-¿Qué es eso de vacunarse? - inquirió siguiendo al humano.
Observó la estatua del patio con interés pensando en el parecido que había entre ésta y la de Maciel. No es que fueran realmente parecidas, pero ambas tenían rasgos animales.
-Yo no me reiría tanto del aspecto de la estatua, igual alguno de nosotros termina transformado en algo parecido - les dijo al resto.- Además pone que fue rey, ya es más de lo que puede decirse de la mayoría. Claro que no creo que fuera un buen rey, si no no lo maldecirían.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Ruinas de Margalar
01/02/18, 06:09 pm
"¿De su majestad quién?". Sox se agachó para comprobar lo que su compañero estaba leyendo en voz alta, creyendo al principio que se trataba de un nombre compuesto. Pues no: era un nombre ridículamente largo, sin más.
Descubrir que no sólo era una persona sino encima un rey le chocó. De lejos había creído que era un monumento a alguna bestia de la ciudad: igual que la fuente de la plaza cercana tenía esculpidas serpientes, o la estatua de dragón que servía de montura a una reina en los Jardines de la Memoria. Contempló aquella representación con un matiz distinto ahora, una mezcla de repelús y nuevo respeto. Parecía un monstruo, una aberración de patas y colmillos: la clase de cosa contra la que esperaría que tuvieran que luchar por sus vidas si se la encontraban en plena ciudad. ¿Era tan irracional como parecía que alguien así llegase al trono, o sólo estaba siendo ingenuo? Tal vez a Sak le hubiese parecido completamente normal, pero a él no le entraba en la cabeza.
—¿Creéis que seguirá habiendo un rey en alguna parte, aunque no se ocupe de nosotros? —preguntó al cabo de un momento. No lo creía realmente, pero las palabras en aquella placa habían sido inequívocas. Si tenían un lugar donde dormir era por la previsión de alguien, pasado o presente—. Sigue habiendo ciudadanos.
Las palabras de Eriel rompieron su reflexión e hicieron que Sox se girara hacia él espantado.
—No puede ser. Es imposible que pueda cambiarnos tanto —aquel rey tuvo que llegar ya así, de algún mundo lejano y extraño donde sólo vivieran arañas. Y sin embargo a más se negaba a sí mismo la posibilidad contraria más real e inquietante se hacía ésta—. ¡No me digas que a Nubla ha vuelto gente así!
Descubrir que no sólo era una persona sino encima un rey le chocó. De lejos había creído que era un monumento a alguna bestia de la ciudad: igual que la fuente de la plaza cercana tenía esculpidas serpientes, o la estatua de dragón que servía de montura a una reina en los Jardines de la Memoria. Contempló aquella representación con un matiz distinto ahora, una mezcla de repelús y nuevo respeto. Parecía un monstruo, una aberración de patas y colmillos: la clase de cosa contra la que esperaría que tuvieran que luchar por sus vidas si se la encontraban en plena ciudad. ¿Era tan irracional como parecía que alguien así llegase al trono, o sólo estaba siendo ingenuo? Tal vez a Sak le hubiese parecido completamente normal, pero a él no le entraba en la cabeza.
—¿Creéis que seguirá habiendo un rey en alguna parte, aunque no se ocupe de nosotros? —preguntó al cabo de un momento. No lo creía realmente, pero las palabras en aquella placa habían sido inequívocas. Si tenían un lugar donde dormir era por la previsión de alguien, pasado o presente—. Sigue habiendo ciudadanos.
Las palabras de Eriel rompieron su reflexión e hicieron que Sox se girara hacia él espantado.
—No puede ser. Es imposible que pueda cambiarnos tanto —aquel rey tuvo que llegar ya así, de algún mundo lejano y extraño donde sólo vivieran arañas. Y sin embargo a más se negaba a sí mismo la posibilidad contraria más real e inquietante se hacía ésta—. ¡No me digas que a Nubla ha vuelto gente así!
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Ruinas de Margalar
03/02/18, 12:11 pm
-¿Vacunarse?- Tayron avanzó con cautela sin atreverse a tocar la piedra verdosa, a saber si se quedaba pegado o algo- para que lo entiendas, te inyectan algo en las venas con el fin de que determinadas enfermedades no te afecten, no es exactamente así pero el cómo funciona de verdad solo lo saben los empollones y cuadriculados- reunió toda su voluntad para no mirar a Sox al acabar la frase.
Cuando la estatua llegó a su campo de visión el humano cesó el paso, observando con detenimiento y asombro. Se preguntó que si Rocavarancolia era un punto de convergencia entre varios planetas por qué estaba repleta de referencias humanas. Ya tuvo suficiente con las hienas y polillas, había descartado la posibilidad de hallar cualquier otra cosa que recordara a la Tierra. Y sin embargo...
-Parece una araña- rodeó la figura con un nudo en la garganta. ¿Qué significaría el letrero?. Nada bueno suponía- sí, me jugaría al cuello- aventuró entornando los ojos al momento, quizás un comentario desafortunado en medio de una exploración. Su atención se perdió enseguida unos segundos percatándose de una curiosidad, en su mundo se veneraba a lo hermoso por encima de todo, lo atractivo era la base de la sociedad, desconocía si se seguía el mismo sistema en los pueblos natales de sus compañeros pero Rocavarancolia parecía diferir porque solo se precisaba recordar la catedral roja y aquella estatua. ¿Se consideraba lo feo? ¿O se adoraba el poder?. En este caso si tan mal rey había sido aquel ser no imaginaba cómo podía existir una imagen en su nombre.
No tardó en compartir inquietudes. Su mente vagó entre imaginaciones tortuosas, se imaginó a él mismo siendo aquella bestia de ocho patas o Dafne como un colosal ciempiés. ¿La seguiría amando entonces?. Por suerte el carabés interrumpió aquella línea de pensamientos antes de dar con la respuesta.
-Es una broma de Légolas- intentó tranquilizar a pesar de que recordaba a los engendros con los que se habían topado a la perfección sin dejar de pensar si alguna vez habrían sido gente normal como ellos- es decir, igual una posibilidad entre mil ¿no?- pero conforme seguía hablando menos se convencía a sí mismo- habríamos empezado a cambiar ya si no- apostó consciente de que no sabía de lo que hablaba.
Cuando la estatua llegó a su campo de visión el humano cesó el paso, observando con detenimiento y asombro. Se preguntó que si Rocavarancolia era un punto de convergencia entre varios planetas por qué estaba repleta de referencias humanas. Ya tuvo suficiente con las hienas y polillas, había descartado la posibilidad de hallar cualquier otra cosa que recordara a la Tierra. Y sin embargo...
-Parece una araña- rodeó la figura con un nudo en la garganta. ¿Qué significaría el letrero?. Nada bueno suponía- sí, me jugaría al cuello- aventuró entornando los ojos al momento, quizás un comentario desafortunado en medio de una exploración. Su atención se perdió enseguida unos segundos percatándose de una curiosidad, en su mundo se veneraba a lo hermoso por encima de todo, lo atractivo era la base de la sociedad, desconocía si se seguía el mismo sistema en los pueblos natales de sus compañeros pero Rocavarancolia parecía diferir porque solo se precisaba recordar la catedral roja y aquella estatua. ¿Se consideraba lo feo? ¿O se adoraba el poder?. En este caso si tan mal rey había sido aquel ser no imaginaba cómo podía existir una imagen en su nombre.
No tardó en compartir inquietudes. Su mente vagó entre imaginaciones tortuosas, se imaginó a él mismo siendo aquella bestia de ocho patas o Dafne como un colosal ciempiés. ¿La seguiría amando entonces?. Por suerte el carabés interrumpió aquella línea de pensamientos antes de dar con la respuesta.
-Es una broma de Légolas- intentó tranquilizar a pesar de que recordaba a los engendros con los que se habían topado a la perfección sin dejar de pensar si alguna vez habrían sido gente normal como ellos- es decir, igual una posibilidad entre mil ¿no?- pero conforme seguía hablando menos se convencía a sí mismo- habríamos empezado a cambiar ya si no- apostó consciente de que no sabía de lo que hablaba.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Ruinas de Margalar
03/02/18, 07:53 pm
Siete tenía siempre un aire culpable cuando se mencionaba a Barael como si fuera a regresar. Quería poder compartir el optimismo y consolar las ansiedades de Eriel, pero lo que daba muestras la ciudad era de estar sesgandolos poco a poco, haciéndolos desaparecer cuando se confiaban demasiado, y no había nadie para vigilar. El pensamiento desembocaba en una sensación aún más negra y deprimente, de que había otras malas noticias por delante. Volvió a soñar con ahogarse, con el recuerdo nítido de los pulmones hinchandose de líquido y la garganta ardiendo. En sus siguientes sueños, sin embargo, a veces se despertaba en la arena y lo que escupia era sangre. Esa noche, al levantar la vista, había vuelto a ver la silueta de la catedral, como una herida al cielo. Sobrevivir, allí, ¿a costa de qué? Y, ¿con qué fin? Pero Siete aun se revolvia ante la idea de desaparecer. Aunque le hiciera llorar, todavía estaba dispuesto a traicionar si era necesario. A huir, para salvarse, aunque el resto no lo hiciese.
Seguía por tanto a los demás en silencio. Al menos, la falta de participación activa no cambiaba mucho sus dinámicas habituales, y probablemente pasara desapercibida. Hyun los acompañaba siempre, a pesar de que todavía no había explicado nada sobre si mismo. Siete lo miraba de reojo de tanto en tanto.
Con todo, la curiosidad aun le podía y se giró a escuchar la explicación sobre las vacunas. Él sí se giró hacia Sox, esperando una aclaración por su parte.
Su comentario respecto a los reyes, sin embargo, se limitó a un encogimiento de hombros.
Seguía por tanto a los demás en silencio. Al menos, la falta de participación activa no cambiaba mucho sus dinámicas habituales, y probablemente pasara desapercibida. Hyun los acompañaba siempre, a pesar de que todavía no había explicado nada sobre si mismo. Siete lo miraba de reojo de tanto en tanto.
Con todo, la curiosidad aun le podía y se giró a escuchar la explicación sobre las vacunas. Él sí se giró hacia Sox, esperando una aclaración por su parte.
Su comentario respecto a los reyes, sin embargo, se limitó a un encogimiento de hombros.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Ruinas de Margalar
03/02/18, 09:14 pm
—No me extrañaría, aunque si lo hay está tan preocupado por el buen gobierno de Rocavarancolia como Harex —Rad, por unos momentos, se preguntó si la aparente inutilidad y azarosidad de las acciones rocavarancolesas eran producto de la herencia del hechicero o algo innato a las criaturas de la ciudad. Si era lo segundo se preguntó cuán inútil había sido el fundador para que lo mataran por mal rey.
Las palabras de Eriel cortaron sus reflexiones.
—¡¿Que podemos acabar como... como eso?! —Rad señaló la estatua como si fuera un excremento nauseabundo que alguien hubiera dejado allí, su cara transformada en un poema de espanto—. ¡Dijiste que nos daría habilidades, magia y fuerza, no que nos convertiría en asquerosos insectos gigantes!
A Rádar le desagradaba tanto aquel destino que ni siquiera rebatió las últimas palabras de Eriel. Claro, cambios físicos era una cosa que podía pasar con semejante magia involucrada en medio, pero siempre había pensado en algo concreto: cuernos, colas, alas. ¿Convertirse en una araña gigante, sin embargo? Eso definitivamente nunca había entrado ni en sus planes ni en sus sospechas.[/color]
Las palabras de Eriel cortaron sus reflexiones.
—¡¿Que podemos acabar como... como eso?! —Rad señaló la estatua como si fuera un excremento nauseabundo que alguien hubiera dejado allí, su cara transformada en un poema de espanto—. ¡Dijiste que nos daría habilidades, magia y fuerza, no que nos convertiría en asquerosos insectos gigantes!
A Rádar le desagradaba tanto aquel destino que ni siquiera rebatió las últimas palabras de Eriel. Claro, cambios físicos era una cosa que podía pasar con semejante magia involucrada en medio, pero siempre había pensado en algo concreto: cuernos, colas, alas. ¿Convertirse en una araña gigante, sin embargo? Eso definitivamente nunca había entrado ni en sus planes ni en sus sospechas.[/color]
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Ruinas de Margalar
04/02/18, 04:51 pm
Eriel miró al resto y respiró profundamente antes de responder. Llevaba meses tratando de explicarles lo que significaba la Luna Roja pero no lo habían escuchado, parecía que ahora estaban más dispuestos.
-¿Volver? Sí, supongo que alguno habrá vuelto cambiado - le respondió a Sox con calma.- Pero no te confundas Sox, en Nubla han pasado cosas peores, ya os hablé de Varanubliagálago, la gente cambió. No me refiero a que se volvieran locos, se convirtieron en bestias, en el sentido más literal de la palabra.
-¿Pero aún no lo entendéis? - preguntó ligeramente exasperado.- Ya os lo he dicho, a estamos cambiando. La Luna es poderosa, lo que siente Rad, lo que sentí yo, las sensaciones de Tay, todo eso significa que estamos cambiando. Puede que la Luna esté demasiado lejos aún como para afectarnos de forma física. Y no lo sé Tay, una entre mil, entre un millón. No importa la posibilidad está ahí.
-Y respecto a los poderes... No sé qué clase de poder tendría este rey, pero si un gran cambio físico da un gran poder podéis haceros a la idea de lo poderoso que era - hizo una pausa para que el resto asimilase lo que estaba diciendo.- Personalmente yo no quiero un cambio tan drástico, con algo como lo del tipo con alas que nos encontramos aquella vez en la iglesia me conformo.
-¿Volver? Sí, supongo que alguno habrá vuelto cambiado - le respondió a Sox con calma.- Pero no te confundas Sox, en Nubla han pasado cosas peores, ya os hablé de Varanubliagálago, la gente cambió. No me refiero a que se volvieran locos, se convirtieron en bestias, en el sentido más literal de la palabra.
-¿Pero aún no lo entendéis? - preguntó ligeramente exasperado.- Ya os lo he dicho, a estamos cambiando. La Luna es poderosa, lo que siente Rad, lo que sentí yo, las sensaciones de Tay, todo eso significa que estamos cambiando. Puede que la Luna esté demasiado lejos aún como para afectarnos de forma física. Y no lo sé Tay, una entre mil, entre un millón. No importa la posibilidad está ahí.
-Y respecto a los poderes... No sé qué clase de poder tendría este rey, pero si un gran cambio físico da un gran poder podéis haceros a la idea de lo poderoso que era - hizo una pausa para que el resto asimilase lo que estaba diciendo.- Personalmente yo no quiero un cambio tan drástico, con algo como lo del tipo con alas que nos encontramos aquella vez en la iglesia me conformo.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Ruinas de Margalar
05/02/18, 12:56 am
Tay ya había respondido a la pregunta, pero ante la mirada interrogante de Siete el carabés cambió de postura con cierta incomodidad y se esforzó por concretar un poco más. Los detalles específicos de las vacunas estaban muy por fuera de su campo de conocimiento experto y se sentía pillado por sorpresa.
—Te exponen a una versión débil de la enfermedad —añadió de forma sucinta. Prefería dar información de menos a equivocarse—. Así tu cuerpo se inmuniza sin correr riesgo, y si te topas con la versión normal ya has desarrollado defensas contra ella.
El tema enseguida volvió al rey araña y lo que implicaba su apariencia.
—Sí, exacto —apostilló enseguida Sox a lo último que dijo el belga: el énfasis en su voz se tiñó de alivio al final de la frase, cuando recordó la tranquilizadora certeza de que él no había notado nada extraño, y que incluso los que sí habían advertido cambios no habían mencionado dolores ni crecimientos anormales.
Rad puso sus pensamientos más perturbadores en palabras. Clavó una mirada casi de ruego en Eriel, esperando por todos los medios que desmintiera aquella posibilidad. La idea de recibir poderes hacía mucho tiempo que le parecía mucho menos atractiva que al llegar, porque todo lo que ofrecía Rocavarancolia era un regalo envenenado, pero nunca había cruzado por su mente que los cambios podían dejarle irreconocible. Dirigió de nuevo una mirada fugaz a los rasgos de la araña, buscando en ellos el más mínimo rastro de quién había sido antes de cambiar. ¿Podría haber sido alguien como ellos? ¿Habría podido intuir lo que se le venía encima?
La equivalencia que hacía Eriel, que los poderes y los cambios físicos iban proporcionalmente de la mano, revestía una lógica limpia, simple y terrible. A Sox se le pusieron los pelos de punta.
—Pueden quedarse sus cambios —se cruzó de brazos, profundamente a la defensiva. Clavó el talón en tierra en un pequeño pisotón, a la vez de desafío y de frustración—. Me da igual si me toca un poder de mierda. Me niego a mutar. Es antinatural —¿cómo podía hablar Eriel tan tranquilo de que le brotaran alas, o de tener la piel coriácea o una lengua que no le cupiera en la boca? Eran su cuerpo, su cara. Sox había disfrutado mucho de cortarse el pelo, tatuarse, maquillarse, teñirse los ojos, pero aquel lugar no era Carabás. Si cambiaban allí no sería un juego de quitar y poner, y tampoco les dejarían elegir. Si podían terminar como la araña cabía pensar cualquier cosa.
El concepto no hacía más que agravar para Sox una indefensión que llevaba mucho tiempo echando raíces, y que le presentaba ahora una imagen todavía más angustiante de lo que pasaría en unos meses: que estarían a merced de lo que trajera la Luna, cambiando de formas que no entendían y que podían dejarles irreconocibles, dados por muertos en sus mundos de origen; y a nadie de allí le importaría lo más mínimo que estuvieran asustados y que no supieran qué hacer. Porque así estaba seguro de que se sentiría él, y como empezaba a sentirse ahora mismo.
—Más les vale que sea uno entre mil —añadió a media voz, recordando las palabras de Tay.
—Te exponen a una versión débil de la enfermedad —añadió de forma sucinta. Prefería dar información de menos a equivocarse—. Así tu cuerpo se inmuniza sin correr riesgo, y si te topas con la versión normal ya has desarrollado defensas contra ella.
El tema enseguida volvió al rey araña y lo que implicaba su apariencia.
—Sí, exacto —apostilló enseguida Sox a lo último que dijo el belga: el énfasis en su voz se tiñó de alivio al final de la frase, cuando recordó la tranquilizadora certeza de que él no había notado nada extraño, y que incluso los que sí habían advertido cambios no habían mencionado dolores ni crecimientos anormales.
Rad puso sus pensamientos más perturbadores en palabras. Clavó una mirada casi de ruego en Eriel, esperando por todos los medios que desmintiera aquella posibilidad. La idea de recibir poderes hacía mucho tiempo que le parecía mucho menos atractiva que al llegar, porque todo lo que ofrecía Rocavarancolia era un regalo envenenado, pero nunca había cruzado por su mente que los cambios podían dejarle irreconocible. Dirigió de nuevo una mirada fugaz a los rasgos de la araña, buscando en ellos el más mínimo rastro de quién había sido antes de cambiar. ¿Podría haber sido alguien como ellos? ¿Habría podido intuir lo que se le venía encima?
La equivalencia que hacía Eriel, que los poderes y los cambios físicos iban proporcionalmente de la mano, revestía una lógica limpia, simple y terrible. A Sox se le pusieron los pelos de punta.
—Pueden quedarse sus cambios —se cruzó de brazos, profundamente a la defensiva. Clavó el talón en tierra en un pequeño pisotón, a la vez de desafío y de frustración—. Me da igual si me toca un poder de mierda. Me niego a mutar. Es antinatural —¿cómo podía hablar Eriel tan tranquilo de que le brotaran alas, o de tener la piel coriácea o una lengua que no le cupiera en la boca? Eran su cuerpo, su cara. Sox había disfrutado mucho de cortarse el pelo, tatuarse, maquillarse, teñirse los ojos, pero aquel lugar no era Carabás. Si cambiaban allí no sería un juego de quitar y poner, y tampoco les dejarían elegir. Si podían terminar como la araña cabía pensar cualquier cosa.
El concepto no hacía más que agravar para Sox una indefensión que llevaba mucho tiempo echando raíces, y que le presentaba ahora una imagen todavía más angustiante de lo que pasaría en unos meses: que estarían a merced de lo que trajera la Luna, cambiando de formas que no entendían y que podían dejarles irreconocibles, dados por muertos en sus mundos de origen; y a nadie de allí le importaría lo más mínimo que estuvieran asustados y que no supieran qué hacer. Porque así estaba seguro de que se sentiría él, y como empezaba a sentirse ahora mismo.
—Más les vale que sea uno entre mil —añadió a media voz, recordando las palabras de Tay.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Ruinas de Margalar
06/02/18, 11:29 pm
Tayron entornó los ojos con la breve explicación que el carabés ofreció seguida a la suya. Pero no le presto más atención pues las palabras de Eriel tenían un efecto magnético y al instante envidió la facilidad con la que sobrellevaba la situación. ¿Cómo permanecer prácticamente impasible ante aquellas afirmaciones?.
-Lo que me estás diciendo es que nos traen aquí prometiendo poderes y mierdas varias pero sin mencionar que te puedes convertir en una araña gigante- una risa nerviosa murió en su garganta a tiempo. Demasiados conceptos que asimilar, demasiada incertidumbre. De pronto se le ocurrió algo- quiénes somos los más fuertes- se dirigió al nublino dando un paso al frente, su mirada pasó brevemente también por el idrino y el coreano- es decir, quiénes tenemos más posibilidades de ser esa cosa, ¿los que podemos hacer magia? ¿hay alguna forma de saberlo?- terminó preguntando sin más preámbulos. No era tan descabellado pero prefería que el menor de los hermanos le sacara de dudas cuanto antes- yo me conformo con ser yo.
-Lo que me estás diciendo es que nos traen aquí prometiendo poderes y mierdas varias pero sin mencionar que te puedes convertir en una araña gigante- una risa nerviosa murió en su garganta a tiempo. Demasiados conceptos que asimilar, demasiada incertidumbre. De pronto se le ocurrió algo- quiénes somos los más fuertes- se dirigió al nublino dando un paso al frente, su mirada pasó brevemente también por el idrino y el coreano- es decir, quiénes tenemos más posibilidades de ser esa cosa, ¿los que podemos hacer magia? ¿hay alguna forma de saberlo?- terminó preguntando sin más preámbulos. No era tan descabellado pero prefería que el menor de los hermanos le sacara de dudas cuanto antes- yo me conformo con ser yo.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Ruinas de Margalar
11/02/18, 04:23 pm
Eriel dirigió una mirada llena de humor a Sox cuando mencionó que mutar era antinatural.
-Desde mi perspectiva es tan antinatural como teñirse los ojos de otro color o hacerlo con el pelo - cabeceó en dirección a Tay, luego se encogió de hombros.- Supongo que todo depende del cristal con que se mire.
-No lo sé - le reconoció al humano.- Las historias hablan de cambios y poder, pero no creo que la cantidad de poder mágico ahora sea algo determinante. Después de la Luna bien podría ser Rad el que más magia tenga de todos nosotros.
Eriel contempló la estructura del torreón preguntándose cuántos chicos se habían refugiado entre sus muros. Quizá alguno estuviera ya tocado por la Luna y caminaba libremente por la ciudad sin temer sus peligros, al fin y al cabo el derrumbe de la torre parecía más reciente que el del resto de edificios.
-Desde mi perspectiva es tan antinatural como teñirse los ojos de otro color o hacerlo con el pelo - cabeceó en dirección a Tay, luego se encogió de hombros.- Supongo que todo depende del cristal con que se mire.
-No lo sé - le reconoció al humano.- Las historias hablan de cambios y poder, pero no creo que la cantidad de poder mágico ahora sea algo determinante. Después de la Luna bien podría ser Rad el que más magia tenga de todos nosotros.
Eriel contempló la estructura del torreón preguntándose cuántos chicos se habían refugiado entre sus muros. Quizá alguno estuviera ya tocado por la Luna y caminaba libremente por la ciudad sin temer sus peligros, al fin y al cabo el derrumbe de la torre parecía más reciente que el del resto de edificios.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Ruinas de Margalar
12/02/18, 08:10 am
La posibilidad de la que hablaba Eriel iba pareciéndole cada vez más desagradable, y entonces algo vino a su mente: Mónica en el Palacete, preocupada por el color de sus ojos. El carabés había deshechado aquello como una mezcla de efecto lumínico y la hipocondría de Mónica, pero si no era así... Entonces, ¿qué?
—Los ojos de Mónica también parecieron cambiar, ahora que lo pienso —aquello no le gustaba. Su cuerpo era, ante todo, suyo, y debería seguir siendo así. Una mirada de reojo al rey arácnido le hizo pensar que el precio que conllevaban aquellas habilidades era uno que no estaba dispuesto a pagar.
Y, a la vez, la sensación cada vez mayor de la cercanía de la Luna Roja le hacía darse cuenta de lo irrelevantes que eran sus deseos. El astro llegaría en setenta y cuatro días y su magia actuaría de una forma que no podían ni preveer ni evitar, no con los medios que tenían. Rádar nunca se había sentido tan impotente.
—¡No es lo mismo! —soltó una respuesta airada ante el nublino, casi ofendido por aquella comparación—. Teñirse no es solo algo temporal, sino algo que controlas tú por completo: tú eliges si hacértelo o no, tú eliges cuándo, tú eliges el color y qué calidad quieres y cuánto quieres que dure, y en función de eso y del dinero que puedes y quieresgastarte eliges un profesional u otro. ¡Esto es que magia incontrolable te cambie de una forma que no puedes ni preveer!
Rádar no solo parecía ofendido, sino también asustado. La idea de un proceso de modificación corporal personal que escapaba por completo a cualquier control suyo le aterraba.
—Los ojos de Mónica también parecieron cambiar, ahora que lo pienso —aquello no le gustaba. Su cuerpo era, ante todo, suyo, y debería seguir siendo así. Una mirada de reojo al rey arácnido le hizo pensar que el precio que conllevaban aquellas habilidades era uno que no estaba dispuesto a pagar.
Y, a la vez, la sensación cada vez mayor de la cercanía de la Luna Roja le hacía darse cuenta de lo irrelevantes que eran sus deseos. El astro llegaría en setenta y cuatro días y su magia actuaría de una forma que no podían ni preveer ni evitar, no con los medios que tenían. Rádar nunca se había sentido tan impotente.
—¡No es lo mismo! —soltó una respuesta airada ante el nublino, casi ofendido por aquella comparación—. Teñirse no es solo algo temporal, sino algo que controlas tú por completo: tú eliges si hacértelo o no, tú eliges cuándo, tú eliges el color y qué calidad quieres y cuánto quieres que dure, y en función de eso y del dinero que puedes y quieresgastarte eliges un profesional u otro. ¡Esto es que magia incontrolable te cambie de una forma que no puedes ni preveer!
Rádar no solo parecía ofendido, sino también asustado. La idea de un proceso de modificación corporal personal que escapaba por completo a cualquier control suyo le aterraba.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Ruinas de Margalar
15/02/18, 05:42 pm
Siete se manoseó el rostro, ligeramente incómodo.
- No es como si tuviéramos elección- comentó. Él no tenía a donde ir aún de saber cómo, y el resto estaban atrapados con él hasta que terminara el año, si no les habían mentido. Quedaban, al menos setenta y muchos días para ello. Con la observación de Rad se giró a mirarlo con más atención. Nada parecía fuera de lugar. Lo que alcanzaba a ver de si mismo también estaba en orden: manos plateadas, hechas para nadar. Siete dio un último vistazo a la estatua, grabandose mentalmente los rasgos.
La gente estaba nerviosa y él no era menos.
- ¿Qué hay...?- le tembló la voz- ¿Qué hay más allá de la ciudad? ¿Hay alguna forma de esconderse de la luna? ¿Serviría de algo?
Con la voz más grave, y la mirada en ninguna parte, añadió :
- ¿Realmente creéis que volvereis a casa después de todo?
- No es como si tuviéramos elección- comentó. Él no tenía a donde ir aún de saber cómo, y el resto estaban atrapados con él hasta que terminara el año, si no les habían mentido. Quedaban, al menos setenta y muchos días para ello. Con la observación de Rad se giró a mirarlo con más atención. Nada parecía fuera de lugar. Lo que alcanzaba a ver de si mismo también estaba en orden: manos plateadas, hechas para nadar. Siete dio un último vistazo a la estatua, grabandose mentalmente los rasgos.
La gente estaba nerviosa y él no era menos.
- ¿Qué hay...?- le tembló la voz- ¿Qué hay más allá de la ciudad? ¿Hay alguna forma de esconderse de la luna? ¿Serviría de algo?
Con la voz más grave, y la mirada en ninguna parte, añadió :
- ¿Realmente creéis que volvereis a casa después de todo?
-
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Ruinas de Margalar
15/02/18, 06:36 pm
¿Qué todo dependía del cristal con el que se mirara?. El belga compartió el enfado del tipo E al instante, aunque no lo demostró igual.
-Vale pero si yo me tiño el pelo es porque quiero, a ver, ¿a quién le gustaría andar tras la luna como una araña gigante?- le parecía hasta absurdo tener que explicarlo. Le fastidiaba aún más que el nublino sabiendo tantas cosas no pudiera responder a su pregunta, conocer los cambios sería lo ideal o al menos tener una pista sobre ellos.
No pudo tranquilizar a Rad porque a penas podía calmar sus propias inquietudes y miedos. Dirigió una mirada al resto, la imagen del carabés visiblemente asustado tampoco es que se viera todos los días.
Las palabras de Siete en cambio parecieron hasta hundirle los hombros, de pronto cayó todo el peso de la Luna y lo que traía consigo. Jamás habían tenido una conversación tan profunda ni próxima al astro como aquella, lo que la hacía mucho más real que nunca.
-Después de todo...- reflexionó, lo cierto es que no solía pensar en sí mismo tras el día esperado. ¿Qué cosas habrían pasado hasta entonces? ¿Seguiría siendo él?. Contestó casi pisando al idrino con determinación- pues claro que volveré a casa- en su cabeza no cabía otra cosa- no puede ser de otra forma ¿no?- con el tono de voz empleado parecía bastante seguro. Con una punzada de dolor recordó a sus abuelos y amigos, cada vez pensaba menos en ellos- tengo que volver a verlos, a Dekka, a Chris y Amber- hizo una pausa- y está mi familia y la de Dafne... ¿lo dices porque crees que no nos dejarán?.
-Vale pero si yo me tiño el pelo es porque quiero, a ver, ¿a quién le gustaría andar tras la luna como una araña gigante?- le parecía hasta absurdo tener que explicarlo. Le fastidiaba aún más que el nublino sabiendo tantas cosas no pudiera responder a su pregunta, conocer los cambios sería lo ideal o al menos tener una pista sobre ellos.
No pudo tranquilizar a Rad porque a penas podía calmar sus propias inquietudes y miedos. Dirigió una mirada al resto, la imagen del carabés visiblemente asustado tampoco es que se viera todos los días.
Las palabras de Siete en cambio parecieron hasta hundirle los hombros, de pronto cayó todo el peso de la Luna y lo que traía consigo. Jamás habían tenido una conversación tan profunda ni próxima al astro como aquella, lo que la hacía mucho más real que nunca.
-Después de todo...- reflexionó, lo cierto es que no solía pensar en sí mismo tras el día esperado. ¿Qué cosas habrían pasado hasta entonces? ¿Seguiría siendo él?. Contestó casi pisando al idrino con determinación- pues claro que volveré a casa- en su cabeza no cabía otra cosa- no puede ser de otra forma ¿no?- con el tono de voz empleado parecía bastante seguro. Con una punzada de dolor recordó a sus abuelos y amigos, cada vez pensaba menos en ellos- tengo que volver a verlos, a Dekka, a Chris y Amber- hizo una pausa- y está mi familia y la de Dafne... ¿lo dices porque crees que no nos dejarán?.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Ruinas de Margalar
15/02/18, 07:28 pm
El tipo E asintió con fiereza ante las palabras de Tayron. Una cosa era hacerse algo porque se quería, otra muy distinta era que algo que eras incapaz de controlar te convirtiera en una araña gigante. Las diferencias eran abismales, o así se lo parecían. Quizás los nublinos supieran lo que les haría aquel astro y estuvieran encantados, pero a él nadie le había dado la más mínima advertencia.
Las palabras de Siete le provocaron un escalofrío. Sus huesos le gritaban que no podían, que era imposible evitar la lluvia mágica que se avecinaban. Faltaban más de dos meses y aun así Rad ya podía sentir cómo se acercaba, cómo su órbita acortaba el espacio abismal que debía existir entre ellos y la Luna Roja... ¿Cómo se sentiría, la sentiría, cuando estuviera encima de su cabeza? ¿Como Rocavaragálago? ¿Peor?
—No lo creo —admitió, recordando al otro reloj que tenían. Rad lo había visto el día anterior, y la pequeña miniatura de la estrella de diez puntas casi había llegado a las nueve y veinte—. Hacen faltas medios para defenderse de semejante andanada de magia, y Rocavarancolia parece poco preparada para eso, y menos dispuesta todavía a darnos acceso a ellos —y, aun así, la idea de qué habría más allá de la ciudad, de aquellas montañas... Rad las miró de reojo. No era una idea que lo espoleara demasiado, dado que el mundo entero había caído ante las monstruosidades que habían fundado aquella ciudad, pero quizás podía intentar valer la pena intentar descubrir qué había más allá de Rocavarancolia—. En cualquier caso nos quedan setenta y cuatro días para averiguarlo.
A veces se preguntaba qué objetivo tenía decirles de vez en cuando a sus compañeros lo que quedaba. El propio Rad no lo tenía muy claro, más allá de compartir con el grupo toda la información que tuviera.
La siguiente frase le hizo casi cerrar los ojos. Pensar en aquel tema le parecía doloroso y poco fructífero, aunque quizás cabía preguntarse si intentar enterrarlo y postergarlo como no-útil no sería peor al final. Ya una vez había hablado con eso de Sox, y ambos habían llegado a la misma conclusión. No había otra, por supuesto, al menos no en su caso.
Las esperanzas de Tayron lo hicieron sonreír con tristeza y, a la vez, irritarse un poco. Aferrarse a la esperanza quizás podía servir para no derrumbarse ante la monstruosa verdad de lo que les habían hecho, pero a la vez era impropio. Los problemas no debían esconderse bajo una alfombra para evitar pensar en ellos, al contrario: había que afrontarlos y superarlos.
—No creo que nos dejen volver. Al menos a nosotros dos no —se señaló a sí mismo y a Sox, no sin perderse la cruel ironía de aquel asunto. El conocimiento mágico de su mundo redundaba en beneficio del grupo, pero a la vez era lo que hacía que fueran, quizás, los más peligrosos para Rocavarancolia si conseguían escapar de aquel lugar—. En Carabás hace muchísimo que no hay guerras, por supuesto, pero eso no significa que seamos un mundo dispuesto a dejar que secuestren a nuestros ciudadanos. Y menos a que los secuestre un lugar como Rocavarancolia. Y, a juzgar por cómo está la ciudad, no parece muy complicado que les hiciéramos morder el polvo si hubiera un conflicto interplanetario.
Aquel concepto, más propio de magia-ficción, se le quedó un momento en la boca. Guerras entre mundos. Cuánto añoraba aquel tiempo en el que le habría parecido ridículo la idea de aplicar ese concepto al mundo real.
Las palabras de Siete le provocaron un escalofrío. Sus huesos le gritaban que no podían, que era imposible evitar la lluvia mágica que se avecinaban. Faltaban más de dos meses y aun así Rad ya podía sentir cómo se acercaba, cómo su órbita acortaba el espacio abismal que debía existir entre ellos y la Luna Roja... ¿Cómo se sentiría, la sentiría, cuando estuviera encima de su cabeza? ¿Como Rocavaragálago? ¿Peor?
—No lo creo —admitió, recordando al otro reloj que tenían. Rad lo había visto el día anterior, y la pequeña miniatura de la estrella de diez puntas casi había llegado a las nueve y veinte—. Hacen faltas medios para defenderse de semejante andanada de magia, y Rocavarancolia parece poco preparada para eso, y menos dispuesta todavía a darnos acceso a ellos —y, aun así, la idea de qué habría más allá de la ciudad, de aquellas montañas... Rad las miró de reojo. No era una idea que lo espoleara demasiado, dado que el mundo entero había caído ante las monstruosidades que habían fundado aquella ciudad, pero quizás podía intentar valer la pena intentar descubrir qué había más allá de Rocavarancolia—. En cualquier caso nos quedan setenta y cuatro días para averiguarlo.
A veces se preguntaba qué objetivo tenía decirles de vez en cuando a sus compañeros lo que quedaba. El propio Rad no lo tenía muy claro, más allá de compartir con el grupo toda la información que tuviera.
La siguiente frase le hizo casi cerrar los ojos. Pensar en aquel tema le parecía doloroso y poco fructífero, aunque quizás cabía preguntarse si intentar enterrarlo y postergarlo como no-útil no sería peor al final. Ya una vez había hablado con eso de Sox, y ambos habían llegado a la misma conclusión. No había otra, por supuesto, al menos no en su caso.
Las esperanzas de Tayron lo hicieron sonreír con tristeza y, a la vez, irritarse un poco. Aferrarse a la esperanza quizás podía servir para no derrumbarse ante la monstruosa verdad de lo que les habían hecho, pero a la vez era impropio. Los problemas no debían esconderse bajo una alfombra para evitar pensar en ellos, al contrario: había que afrontarlos y superarlos.
—No creo que nos dejen volver. Al menos a nosotros dos no —se señaló a sí mismo y a Sox, no sin perderse la cruel ironía de aquel asunto. El conocimiento mágico de su mundo redundaba en beneficio del grupo, pero a la vez era lo que hacía que fueran, quizás, los más peligrosos para Rocavarancolia si conseguían escapar de aquel lugar—. En Carabás hace muchísimo que no hay guerras, por supuesto, pero eso no significa que seamos un mundo dispuesto a dejar que secuestren a nuestros ciudadanos. Y menos a que los secuestre un lugar como Rocavarancolia. Y, a juzgar por cómo está la ciudad, no parece muy complicado que les hiciéramos morder el polvo si hubiera un conflicto interplanetario.
Aquel concepto, más propio de magia-ficción, se le quedó un momento en la boca. Guerras entre mundos. Cuánto añoraba aquel tiempo en el que le habría parecido ridículo la idea de aplicar ese concepto al mundo real.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Ruinas de Margalar
16/02/18, 03:22 pm
-No he dicho que es porque queráis o no, me refería a que desde mi perspectiva antes de venir lo vuestro me parecía más antinatural que los cambios que da la Luna - se explicó el nublino.
Escuchó las dudas del resto con expresión pensativa. Dudaba que el resto pudiesen volver a casa, no porque la ciudad se lo impusiese sino porque si cambiaban mucho sus propios mundos los rechazarían.
-No os preocupéis - les dijo intentando arrojar un poco de alegría sobre sus compañeros.- No importa como cambiéis ni cuánto, siempre seréis bien recibidos en Nubla. Podéis venir conmigo y conocer a mi familia, ver mi mundo e incluso quedaros un tiempo si queréis. Estoy seguro de que a mi tribu le alegrará teneros por allí.
Buscó a todos sus compañeros con la vista y frunció ligeramente el ceño.
-¿Dónde está Hyun? - preguntó al resto.- Creía que había venido con nosotros.
Escuchó las dudas del resto con expresión pensativa. Dudaba que el resto pudiesen volver a casa, no porque la ciudad se lo impusiese sino porque si cambiaban mucho sus propios mundos los rechazarían.
-No os preocupéis - les dijo intentando arrojar un poco de alegría sobre sus compañeros.- No importa como cambiéis ni cuánto, siempre seréis bien recibidos en Nubla. Podéis venir conmigo y conocer a mi familia, ver mi mundo e incluso quedaros un tiempo si queréis. Estoy seguro de que a mi tribu le alegrará teneros por allí.
Buscó a todos sus compañeros con la vista y frunció ligeramente el ceño.
-¿Dónde está Hyun? - preguntó al resto.- Creía que había venido con nosotros.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Ruinas de Margalar
16/02/18, 05:56 pm
- Aunque os dejaran, ¿volveríais si tuvierais ese aspecto? - contestó Siete al humano, con un gesto vago de la mano hacia la estatua- O cualquier otro. La luna llegará antes y hace meses que os fuisteis.
Rad aportó sus propias reflexiones y Siete asintió.
- No necesariamente una guerra, pero cualquiera es una prueba de que sus promesas no corresponden del todo. No lo sé.
La respuesta optimista de Eriel fue un consuelo vago, aunque suponía que sólo lo era para él, que no tenía mundo al que esperar volver en ningún caso. Se giró al oír mencionado a Hyun.
- No ha querido entrar. Dijo que se volvía al torreón, pero ya estabais entrando, y no pude convencerle de quedarse. Lo siento
Había sido un intercambio muy corto, en realidad, y la duda sobre qué hacer había resultado en que no hiciera nada. Probablemente no pudiera sacudirse parte de la ansiedad hasta que volvieran y lo viesen sano y salvo.
Rad aportó sus propias reflexiones y Siete asintió.
- No necesariamente una guerra, pero cualquiera es una prueba de que sus promesas no corresponden del todo. No lo sé.
La respuesta optimista de Eriel fue un consuelo vago, aunque suponía que sólo lo era para él, que no tenía mundo al que esperar volver en ningún caso. Se giró al oír mencionado a Hyun.
- No ha querido entrar. Dijo que se volvía al torreón, pero ya estabais entrando, y no pude convencerle de quedarse. Lo siento
Había sido un intercambio muy corto, en realidad, y la duda sobre qué hacer había resultado en que no hiciera nada. Probablemente no pudiera sacudirse parte de la ansiedad hasta que volvieran y lo viesen sano y salvo.
-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Ruinas de Margalar
16/02/18, 09:38 pm
Tay volvió a resumir la situación con precisión desquiciante, y una parte irracional y cada vez más desasosegada de Sox quería decirle que no lo dijera así. Como si ni siquiera la parte buena fuera verdad, como si hubieran sido engañados por completo.
Los más fuertes. Su mente volvió a arrancar con la pregunta del belga y con las posibilidades que surgían de ella. ¿Qué consideraba la Luna fuerza? Era ridículo que estuviera pensando en ello como si el astro tuviera conciencia, pero así era. Tenía que haber algún patrón, algún criterio discernible.
—No creo que sea la magia —dijo mientras reflexionaba—. De los que la usamos más a menudo sólo has notado algo raro tú —se acordó de los progresos vertiginosos de Dafne en ese mismo momento y también, para solidificación de su teoría, de que ella tampoco había advertido nada extraño.
No tuvo respuesta tan fácil para lo que subyacía bajo lo que señaló Eriel, aunque tanto Rad como Tay se encargaron de replicar la parte más natural, la de no haber dado permiso. Unas mechas o unos implantes no eran más naturales que unos cuernos o una cola, si hablaban de modificaciones corporales. Sólo eran más extremos. Los límites de lo que era "antinatural" para él terminaban en el punto hasta el que estuviera dispuesto a aceptar sin creerse deformado.
¿Donde estaba la línea para él? ¿Qué podría tolerar? La pregunta le perturbó enormemente, y supo con certeza que no saldría de su cabeza a pesar de la negativa categórica que había dado en voz alta apenas un minuto atrás. Tal vez porque lo que decían Rad y Siete encerraba razón: que no tenían escapatoria y que Sox no tendría el lujo de no necesitar negociar sus propios límites consigo mismo.
Aun así alzó la voz cuando Siete preguntó qué habría más allá de la ciudad.
—Puede que refugios. Sótanos bajo tierra, por ejemplo, o que tengan protecciones mágicas —a pesar de seguir especulando, el mismo Sox no estaba muy convencido. No había indicios en la ciudad de nada semejante, y aun si existía la lógica dictaba que los habrían construido lo más lejos que pudieran de Rocavaragálago, a una distancia que a ellos les sería imposible recorrer a pie—. Querrían construirlos lejos de la catedral, al menos.
La última pregunta de Siete le hizo volver la cabeza con brusquedad hacia él, incrédulo por oír esa pregunta en voz alta. Era la clase de mala educación de las preguntas lapidarias y necesarias, que hasta aquel momento no le había importunado nunca.
Rad fue otro al que deseó poder hacer callar. No iban a volver. No iban a buscarles. Sox nunca lo había sentido con un peso tan absoluto como entonces. Podrían morir o cambiar horriblemente solos, sin importarle a nadie. Sin adultos, sin personas que se responsabilizaran de ellos, sin hospital, sin magia que les aliviase si les dolía. Y tendrían que vivir con el resultado después, solos en el mundo.
En ese momento la oferta de Eriel se le antojó atractiva: marcharse a cualquier lugar que no fuera éste. Intentar olvidarse de que nadie de Carabás sabría nunca qué les había pasado parecía más soportable así.
La última pregunta de Siete pudo con él. No podía pensar en eso ahora. No era capaz.
—Vámonos, por favor —la petición tuvo un deje suplicante.
Sigue en el Torreón Maciel.
Los más fuertes. Su mente volvió a arrancar con la pregunta del belga y con las posibilidades que surgían de ella. ¿Qué consideraba la Luna fuerza? Era ridículo que estuviera pensando en ello como si el astro tuviera conciencia, pero así era. Tenía que haber algún patrón, algún criterio discernible.
—No creo que sea la magia —dijo mientras reflexionaba—. De los que la usamos más a menudo sólo has notado algo raro tú —se acordó de los progresos vertiginosos de Dafne en ese mismo momento y también, para solidificación de su teoría, de que ella tampoco había advertido nada extraño.
No tuvo respuesta tan fácil para lo que subyacía bajo lo que señaló Eriel, aunque tanto Rad como Tay se encargaron de replicar la parte más natural, la de no haber dado permiso. Unas mechas o unos implantes no eran más naturales que unos cuernos o una cola, si hablaban de modificaciones corporales. Sólo eran más extremos. Los límites de lo que era "antinatural" para él terminaban en el punto hasta el que estuviera dispuesto a aceptar sin creerse deformado.
¿Donde estaba la línea para él? ¿Qué podría tolerar? La pregunta le perturbó enormemente, y supo con certeza que no saldría de su cabeza a pesar de la negativa categórica que había dado en voz alta apenas un minuto atrás. Tal vez porque lo que decían Rad y Siete encerraba razón: que no tenían escapatoria y que Sox no tendría el lujo de no necesitar negociar sus propios límites consigo mismo.
Aun así alzó la voz cuando Siete preguntó qué habría más allá de la ciudad.
—Puede que refugios. Sótanos bajo tierra, por ejemplo, o que tengan protecciones mágicas —a pesar de seguir especulando, el mismo Sox no estaba muy convencido. No había indicios en la ciudad de nada semejante, y aun si existía la lógica dictaba que los habrían construido lo más lejos que pudieran de Rocavaragálago, a una distancia que a ellos les sería imposible recorrer a pie—. Querrían construirlos lejos de la catedral, al menos.
La última pregunta de Siete le hizo volver la cabeza con brusquedad hacia él, incrédulo por oír esa pregunta en voz alta. Era la clase de mala educación de las preguntas lapidarias y necesarias, que hasta aquel momento no le había importunado nunca.
Rad fue otro al que deseó poder hacer callar. No iban a volver. No iban a buscarles. Sox nunca lo había sentido con un peso tan absoluto como entonces. Podrían morir o cambiar horriblemente solos, sin importarle a nadie. Sin adultos, sin personas que se responsabilizaran de ellos, sin hospital, sin magia que les aliviase si les dolía. Y tendrían que vivir con el resultado después, solos en el mundo.
En ese momento la oferta de Eriel se le antojó atractiva: marcharse a cualquier lugar que no fuera éste. Intentar olvidarse de que nadie de Carabás sabría nunca qué les había pasado parecía más soportable así.
La última pregunta de Siete pudo con él. No podía pensar en eso ahora. No era capaz.
—Vámonos, por favor —la petición tuvo un deje suplicante.
Sigue en el Torreón Maciel.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
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