Ruinas de Margalar
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Rocavarancolia Rol
27 participantes
- Rocavarancolia Rol
Ruinas de Margalar
03/08/11, 12:59 am
Recuerdo del primer mensaje :
Poco queda del torreón salvo dos plantas de sucia piedra verdosa y agrietada. El reloj de la fachada fue arrancado hace mucho tiempo, pero, en el patio mugriento y abandonado sigue alzándose la estatua del rey arácnido.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Ruinas de Margalar
02/09/12, 10:55 pm
Azura iba acompañada de Yloh, al que no había sido capaz de convencer para que se quedase quietecito al menos los primeros días.
-Por favor, podría ser peligroso, nadie se domina bien a si mismo al principio.
- Te tengo a ti para protegerme.- fe ciega. Que molesta le resultaba. Que tierno le parecía.
- Que te quedes, Yloh! ya les conocerás en otro momento!- Se había dado la vuelta para irse, pero Yloh le había engachado la muñeca y se disponía a caminar con ella. Azura sintió la ira haciendo peso en su pecho. -¡¿Soy la unica con un nublino rebelde!?
Yloh se había separado de ella como si hubiera recibido un golpe. Subitamente asustada por aquel ataque de ira, le había rogado que se quedase lejos de ella. Ni siquiera entonces. Yloh estaba aun mas decidido a llevarle la contraria. Parecia querer protegerla de si misma. Si era necesario.
Desde su salida del torreón había estado en silencio. Notaba un vaivén de emociones con demasiados picos, y estaba apretando las mandibulas para no dejarlas traslucir. Era la Luna. Roja como la sangre, como Pyro. Notaba a Pyro en el estomago. En su dolor de cabeza, y le estaba costando mucho concentrarse en lo que ocurría. Tenía la sensación de estar allí como un jarrón.
Haciendo un esfuerzo se fijo en lo que ocurría a su alrededor. Estaban hablando, pero ella aun no había dicho nada. Cail estaba allí dandose ínfulas. Había un lagarto caleidoscopio, un reloj de arena desecho, y una comecadaveres con el cerebro de una paloma zombi.
- Soy .. Er.. - Azura calló un segundo. Iba bicolor y no estaba muy segura de como denominarse.- hum. Azura creo. Por ahora.
Se dio cuenta de que hablaba un poco criptico.
-Soy una bruja escindida. - miró con rencor a la lagartija de los brillos porque le estaba aumentando el dolor de cabeza- no ha sido el mejor momento para conocernos.
- Yo soy Yloh - se autopresentó el otro en vista de que su ama no hacia los honores.- yo no soy un bendecido por la luna. Soy un nublino normal. ¿que decis que sois?
Nfdr: lo siento isi es una mierda o hay fallos, he tardado en escribirlo y no tengo tiempo de revisar. puedo corregirlos en otro momento
-Por favor, podría ser peligroso, nadie se domina bien a si mismo al principio.
- Te tengo a ti para protegerme.- fe ciega. Que molesta le resultaba. Que tierno le parecía.
- Que te quedes, Yloh! ya les conocerás en otro momento!- Se había dado la vuelta para irse, pero Yloh le había engachado la muñeca y se disponía a caminar con ella. Azura sintió la ira haciendo peso en su pecho. -¡¿Soy la unica con un nublino rebelde!?
Yloh se había separado de ella como si hubiera recibido un golpe. Subitamente asustada por aquel ataque de ira, le había rogado que se quedase lejos de ella. Ni siquiera entonces. Yloh estaba aun mas decidido a llevarle la contraria. Parecia querer protegerla de si misma. Si era necesario.
Desde su salida del torreón había estado en silencio. Notaba un vaivén de emociones con demasiados picos, y estaba apretando las mandibulas para no dejarlas traslucir. Era la Luna. Roja como la sangre, como Pyro. Notaba a Pyro en el estomago. En su dolor de cabeza, y le estaba costando mucho concentrarse en lo que ocurría. Tenía la sensación de estar allí como un jarrón.
Haciendo un esfuerzo se fijo en lo que ocurría a su alrededor. Estaban hablando, pero ella aun no había dicho nada. Cail estaba allí dandose ínfulas. Había un lagarto caleidoscopio, un reloj de arena desecho, y una comecadaveres con el cerebro de una paloma zombi.
- Soy .. Er.. - Azura calló un segundo. Iba bicolor y no estaba muy segura de como denominarse.- hum. Azura creo. Por ahora.
Se dio cuenta de que hablaba un poco criptico.
-Soy una bruja escindida. - miró con rencor a la lagartija de los brillos porque le estaba aumentando el dolor de cabeza- no ha sido el mejor momento para conocernos.
- Yo soy Yloh - se autopresentó el otro en vista de que su ama no hacia los honores.- yo no soy un bendecido por la luna. Soy un nublino normal. ¿que decis que sois?
Nfdr: lo siento isi es una mierda o hay fallos, he tardado en escribirlo y no tengo tiempo de revisar. puedo corregirlos en otro momento
- InvitadoInvitado
Re: Ruinas de Margalar
02/09/12, 11:30 pm
A Nasher la cabeza le dolía horrores. Tenía el olfato hipersensible y no paraban de llegarle olores nuevos, las hormígas volvían a atacarle y para colmo sus constantes destellos le habían provocado manchas en la visión que no acababan de desaparecer del todo. Permaneció un buen rato hecho un ovillo, cubriéndose la cara con las manos. Durante un momento logró hacerse desaparecer, camuflándose con la piedra sobre la que estaba sentado. << Me duele, todo es un caos...>> Estaba confuso, y tener a tanta gente alrededor no le ayudaba. Comenzaba a agobiarse de verdad.
No alzó la cabeza hasta que escuchó al chico de las plumas, Noel, preguntar por sus nombres. Se presentó como pudo, diciendo también su procedencia y tribu, y tuvio que hacer un esfuerzo para decir más.
-Nuestros compañeros... Una fue asesinada por un monstruo, otro murio por enfermedad, otro fue asesinado por uno de nuestros compañeros que a su vez murió acuchillado. Otra compañera mató y torturó a...- se mordió la lengua- La echamos del torreón, no sabemos donde está. Y hace no mucho perdimos a otro en la cicatriz. Somos... seis en total.
Recordar a todos los compañeros perdidos le había dado náuseas. Trató de ponerse en pie y, tal vez, alejarse un poco de la multitud y tirarse a dormir hasta que dejase de parpadear. Llegaron dos blanditos y la chica le dedicó una mirada rencorosa y un comentario hiriente. Nasher explotó de rabia, pues el no podía controlar lo que le estaba pasando y habían sido ellos los que se les habían acercado.
-No es como si tuviese control sobre ello.- le escupió.- Si tan molesto te parece no haberte acercado, la ciudad es bastante grande como para no verme. Pero espera, no te molestes, ya me voy yo...
Y dicho esto se tomó unos segundos para serenarse y detectar algun rastro para seguir y se fue en busca de Wen.
Sigue en el Rio.
No alzó la cabeza hasta que escuchó al chico de las plumas, Noel, preguntar por sus nombres. Se presentó como pudo, diciendo también su procedencia y tribu, y tuvio que hacer un esfuerzo para decir más.
-Nuestros compañeros... Una fue asesinada por un monstruo, otro murio por enfermedad, otro fue asesinado por uno de nuestros compañeros que a su vez murió acuchillado. Otra compañera mató y torturó a...- se mordió la lengua- La echamos del torreón, no sabemos donde está. Y hace no mucho perdimos a otro en la cicatriz. Somos... seis en total.
Recordar a todos los compañeros perdidos le había dado náuseas. Trató de ponerse en pie y, tal vez, alejarse un poco de la multitud y tirarse a dormir hasta que dejase de parpadear. Llegaron dos blanditos y la chica le dedicó una mirada rencorosa y un comentario hiriente. Nasher explotó de rabia, pues el no podía controlar lo que le estaba pasando y habían sido ellos los que se les habían acercado.
-No es como si tuviese control sobre ello.- le escupió.- Si tan molesto te parece no haberte acercado, la ciudad es bastante grande como para no verme. Pero espera, no te molestes, ya me voy yo...
Y dicho esto se tomó unos segundos para serenarse y detectar algun rastro para seguir y se fue en busca de Wen.
Sigue en el Rio.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Ruinas de Margalar
02/09/12, 11:47 pm
Todo sucede demasiado rápido para el joven asreniano, el cual no para de cambiar de color, sin duda inconscientemente, cosa peligrosa en otra noche sin nosotros cerca. Tanto que llega a aovillarse en el suelo << Estamos yendo demasiado rápido para sus nuevos sentidos... Digo un par de cosas y me voy >> Noel está bromista como siempre, encontrando en el chaval de arena un compañero de chistes. Adara se presenta, Azura se presenta con su nublino y Cail sigue con los humos muy altos.
-El dinero se consigue trabajando, haciendo encargos para mercaderes o ciudadanos de a pie. Pero no os fiéis así por las buenas. -luego Cail se adelanta a responder y coincido con ella.-No nos podíamos dejar ver por ley. Y todos hemos viajado a diversos mundos, no sólo la gran trasgo Caillech.-digo casi gruñendo, un tanto molesto por su forma de expresarse.-Y no os va a tocar si estamos cerca, no os preocupéis.-pero me callo haciendo un gesto de desagrado cuando dice lo de comer y lo de enseñar magia << No he venido para esto, por favor, que deje ese rollo >>
Noel desvía el mosqueo al preguntar por los demás de su cosecha, acordándome de la vouivre al instante.
-Eran más, estos tres y un par más. Y la que corre más peligro no está aquí precisamente, así que me adelantaré a buscarla.
Luego me transformo en humo, elevándome en la carmesí oscuridad para buscar a la transformada desde las alturas. En la primera vuelta veo a un repoblador alado en lo alto de Maciel y cuando bajo para comunicárselo a los demás, veo a la vouivre en el río, con la transformación en todo su esplendor. Así pues aterrizo justo para ver al asreniano ir en dirección al río.
-Todos al río, camaradas, que allí están los dos que faltan. Y... sin agobios ni prisas, mejor. Mi primera noche fue una locura, olfato aumentado y encima la sangre... El asreniano... Nasher, estaba mal antes, imaginad, muchos olores nuevos, de golpe. Con calma y al río.
Esta vez echo a correr, hacia el lugar indicado, pensando en qué decir y cómo decirlo. << Juguemos a las cartas, novatillos >> pienso mientras veo cómo los demás, tanto mi grupo como el de arena y la ghoul me siguen...
Siguen todos en el Rio.
-El dinero se consigue trabajando, haciendo encargos para mercaderes o ciudadanos de a pie. Pero no os fiéis así por las buenas. -luego Cail se adelanta a responder y coincido con ella.-No nos podíamos dejar ver por ley. Y todos hemos viajado a diversos mundos, no sólo la gran trasgo Caillech.-digo casi gruñendo, un tanto molesto por su forma de expresarse.-Y no os va a tocar si estamos cerca, no os preocupéis.-pero me callo haciendo un gesto de desagrado cuando dice lo de comer y lo de enseñar magia << No he venido para esto, por favor, que deje ese rollo >>
Noel desvía el mosqueo al preguntar por los demás de su cosecha, acordándome de la vouivre al instante.
-Eran más, estos tres y un par más. Y la que corre más peligro no está aquí precisamente, así que me adelantaré a buscarla.
Luego me transformo en humo, elevándome en la carmesí oscuridad para buscar a la transformada desde las alturas. En la primera vuelta veo a un repoblador alado en lo alto de Maciel y cuando bajo para comunicárselo a los demás, veo a la vouivre en el río, con la transformación en todo su esplendor. Así pues aterrizo justo para ver al asreniano ir en dirección al río.
-Todos al río, camaradas, que allí están los dos que faltan. Y... sin agobios ni prisas, mejor. Mi primera noche fue una locura, olfato aumentado y encima la sangre... El asreniano... Nasher, estaba mal antes, imaginad, muchos olores nuevos, de golpe. Con calma y al río.
Esta vez echo a correr, hacia el lugar indicado, pensando en qué decir y cómo decirlo. << Juguemos a las cartas, novatillos >> pienso mientras veo cómo los demás, tanto mi grupo como el de arena y la ghoul me siguen...
Siguen todos en el Rio.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Ruinas de Margalar
03/09/12, 01:44 pm
Miro hacia el cielo, a la bella Luna Roja que está fija. Sonrio. Su influencia me hace sintir más viva, que mi bestia interior ruja de felicidad. Es una sensación sumamente satisfactorio, teniendo en cuenta que acababa de comerme un par de hienas por el camino. Puede que tenga mejor control que hace un año, pero la Luna tiene el efecto de sacar lo que tengo dentro, de volverme más primitiva, más como la trasgo que soy. Gracias a ello puedo controlarme para no intentar merendarme a nadie, no sería bueno para mi imagen a ojos de mis compañeros.
No verían con buenos ojos el que atacase al colorido asreniano que no paraba de cambiar de uno a otro, como si estuviese dudando en cual quedarse.
Pero entonces, las cosas se descontrolan, el colorido se enfada por un comentario hecho y se larga de allí. Aix. Lo cogía demasiado a pecho, debería saber pasar de las palabras de los demás, aunque es cierto que es más fácil decirlo que hacerlo, pero bueno. A mí me solía pasar, y mucho.
Decidimos ir en pos de él, para encontrarnos a lo que falta de cosecha, ciertamente la suya había sido una cosecha sangrienta y pocos habían quedado para ver la belleza de la Luna. Mejor para mí, asi tendría que memorizar menos caras y nombres. Un trabajo menos que tengo.
Comienzo a caminar tranquilamente detras del grupo.
- Y yo no tengo los humos subidos - digo por lo bajo para mí misma por el comentario de Jack -. Es la Luna Roja, que me altera.
Siguen todos en el Rio.
No verían con buenos ojos el que atacase al colorido asreniano que no paraba de cambiar de uno a otro, como si estuviese dudando en cual quedarse.
Pero entonces, las cosas se descontrolan, el colorido se enfada por un comentario hecho y se larga de allí. Aix. Lo cogía demasiado a pecho, debería saber pasar de las palabras de los demás, aunque es cierto que es más fácil decirlo que hacerlo, pero bueno. A mí me solía pasar, y mucho.
Decidimos ir en pos de él, para encontrarnos a lo que falta de cosecha, ciertamente la suya había sido una cosecha sangrienta y pocos habían quedado para ver la belleza de la Luna. Mejor para mí, asi tendría que memorizar menos caras y nombres. Un trabajo menos que tengo.
Comienzo a caminar tranquilamente detras del grupo.
- Y yo no tengo los humos subidos - digo por lo bajo para mí misma por el comentario de Jack -. Es la Luna Roja, que me altera.
Siguen todos en el Rio.
- Yler
Ficha de cosechado
Nombre: YR
Especie:
Habilidades: Nociones de lucha, rapidez mental, tecnicas de superviviencia.
Re: Ruinas de Margalar
10/09/12, 03:52 am
Finalmente los ataques habían cesado, no se en que momento los ataques se habían detenido, pero solo cuando me detuve porque mis piernas ya no podían más me di cuenta de que ya no estaba detrás de mi. Busque un escondite, un pequeño espacio entre dos grandes trozos de roca caídos y me escondí. Apoye mis manos sobre mis rodillas e intente recuperar el aliento, cosa que demoro varios minutos, solo entonces me anime a salir de mi improvisado escondite y comencé a mirar a mi alrededor.
Frente a mi estaba lo que alguna vez fue un edificio de buenas dimensiones, lo que alguna vez fue el patio era ahora un regadero de rocas y escombros, y del edificio, que probablemente tuvo en su tiempo 4 o 5 plantas solo quedaban dos, y en pésimo estado. Estaba rodeado por un profundo foso, pero las cadenas que sujetaban el puente levadizo parecían llevar tiempo rotas y la madera agrietada y vieja aun podía soportar el peso de un viajero.
Con paso lento me adentre en el lugar, esperaba saber que tan bueno podía ser como escondite, si las dos plantas estaban aun en un estado aceptable podían ser un buen refugio temporal. Una vez dentro del patio, lo primero que se alzo ante mi fue una imponente estatua de una araña. El ser tenia rasgos antropomórficos en la parte superior, 8 patas salían de su torso y una mirada de terrible furia en sus 4 pares de ojos. Ignore la mala sensación que me causaba aquella obra de arte y seguí adelante, hasta que finalmente los muros de roca verde y gastada estuvieron al alcance de mi mano, con cuidad, y midiendo cada paso, comencé a recorrer el lugar, buscando una entrada y viendo que tan seguro seria aventurarse dentro de aquellas curiosas ruinas.
Frente a mi estaba lo que alguna vez fue un edificio de buenas dimensiones, lo que alguna vez fue el patio era ahora un regadero de rocas y escombros, y del edificio, que probablemente tuvo en su tiempo 4 o 5 plantas solo quedaban dos, y en pésimo estado. Estaba rodeado por un profundo foso, pero las cadenas que sujetaban el puente levadizo parecían llevar tiempo rotas y la madera agrietada y vieja aun podía soportar el peso de un viajero.
Con paso lento me adentre en el lugar, esperaba saber que tan bueno podía ser como escondite, si las dos plantas estaban aun en un estado aceptable podían ser un buen refugio temporal. Una vez dentro del patio, lo primero que se alzo ante mi fue una imponente estatua de una araña. El ser tenia rasgos antropomórficos en la parte superior, 8 patas salían de su torso y una mirada de terrible furia en sus 4 pares de ojos. Ignore la mala sensación que me causaba aquella obra de arte y seguí adelante, hasta que finalmente los muros de roca verde y gastada estuvieron al alcance de mi mano, con cuidad, y midiendo cada paso, comencé a recorrer el lugar, buscando una entrada y viendo que tan seguro seria aventurarse dentro de aquellas curiosas ruinas.
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Ruinas de Margalar
11/09/12, 02:16 am
Gran suerte la de YR por haberse librado del espectro en aquel momento. Pues cerca de ahí pasaba algo muchísimo peor. Con su cuerpo negro, su piel viscosa y sus patas palmeadas, el monstruo de la trampa llevaba ya casi un año sin haber comido algo tan fresco y jugoso como el torso y los brazos de Lia. Y un olor a carne tierna y rosada lo había sacado de su vida en las zonas más bajas de los pozos. Arrastraba un rastro vírico -o tal vez mágico- en forma de finísimos hilos negros que quedaban allá donde pisaba.
Pasó enfrente de lo que quedaba de Margalar, olisqueando el aire. Llegó incluso a meter su cabeza por un hueco entre los muros y soltar su aliento enfermizo por todo el lugar.
Pasó enfrente de lo que quedaba de Margalar, olisqueando el aire. Llegó incluso a meter su cabeza por un hueco entre los muros y soltar su aliento enfermizo por todo el lugar.
- Yler
Ficha de cosechado
Nombre: YR
Especie:
Habilidades: Nociones de lucha, rapidez mental, tecnicas de superviviencia.
Re: Ruinas de Margalar
11/09/12, 02:51 am
Una ventana de cristal roto me mostro el interior de las ruinas de aquel torreon, en el interior no había gran cosa, solo capas de polvo y escombros. Note que habían escombros que no estaban en su lugar original, donde las grandes rocas habían caido al ser destruido aquel lugar se habían formado profundas grietas en el suelo, pero muchos de los escombros estan junto a sus grietas, no sobre ellas, lo más seguro era que aquel lugar había sido revisado despues de ser destruido.
- No creo que encuentre nada útil aquí, mucho menos comida - Murmure para mi mismo, pero antes de poder entrar a asegurarme, un putrefacto olor llego a mis narices. He olido cosas muertas antes, cosas que llevan semanas muertas, he olido en las alcantarillas, ¡vivi en las alcantarillas!, y jamas, en toda mi vida, olí algo tan repugnante como aquello.
Me voltee de un salto.
Tras de mi había un extraño bicho, era tan negro que incluso entre las sombras su oscuridad resaltaba de su entorno. La cosa, fuese lo que fuese, parecía estar olisqueando el ambiente en busca de una presa, había aprendido a desconfiar de ese tipo de cosas en casa, y aquella parecía especialmente dispuesta a almorzarme si me quedaba en aquel lugar. Supe que si quería salir con vida de aquello, debía ocultarme de lo aquello. Casi podía escuchar mis pensamientos en busca de una solución, la criatura parecía buscarme por el olor, seguramente era propia de algún lugar especialmente oscuro y por eso no se basaba mucho en la vista para cazar, aquello me dio una idea.
Me deslice con todo el sigilo que había adquirido sobreviviendo en las alcantarillas, saliendo de la vista de la criatura. Seguí la linea del muro que tenia a la espalda, y finalmente encontré una abertura de tamaño suficiente para meterme dentro. Lo se, encerrarse entre las ruinas cuando una criatura esta intentando cazarte es una pésima idea, pero algo me decía que esa cosa seria más rápida que yo corriendo entre escombros y rocas caídas, mi mejor posibilidad era despistarla. Tras buscar algunos minutos, finalmente di con una destartalada escalera, le faltaban varios peldaños y no estaba en buen estado, pero parecía ser capaz de soportar el peso de una persona. Subí por ella con cuidad y finalmente llegue a la segunda planta, una vez allí me recosté en el suelo y espere.
Mi plan era simple, el olor viaja por el aire, y desde mi llegada a Rocavarancolia había soplado un viento de los mil demonios. Mientras estuviera entre las ruinas el viento no golpeaba con fuerza y mi olor seria fácil de seguir, como una rastro que se mantiene estático, pero allí arriba el viento soplaba con más fuerza, y como me encontraba sobre la altura de la cosa, esperaba que el viento se llevara mi rastro lejos de allí, con un poco de suerte podría pasar la noche oculto allí y mañana, cuando el sol iluminase mis pasos, buscar alguna fuente de alimento.
- No creo que encuentre nada útil aquí, mucho menos comida - Murmure para mi mismo, pero antes de poder entrar a asegurarme, un putrefacto olor llego a mis narices. He olido cosas muertas antes, cosas que llevan semanas muertas, he olido en las alcantarillas, ¡vivi en las alcantarillas!, y jamas, en toda mi vida, olí algo tan repugnante como aquello.
Me voltee de un salto.
Tras de mi había un extraño bicho, era tan negro que incluso entre las sombras su oscuridad resaltaba de su entorno. La cosa, fuese lo que fuese, parecía estar olisqueando el ambiente en busca de una presa, había aprendido a desconfiar de ese tipo de cosas en casa, y aquella parecía especialmente dispuesta a almorzarme si me quedaba en aquel lugar. Supe que si quería salir con vida de aquello, debía ocultarme de lo aquello. Casi podía escuchar mis pensamientos en busca de una solución, la criatura parecía buscarme por el olor, seguramente era propia de algún lugar especialmente oscuro y por eso no se basaba mucho en la vista para cazar, aquello me dio una idea.
Me deslice con todo el sigilo que había adquirido sobreviviendo en las alcantarillas, saliendo de la vista de la criatura. Seguí la linea del muro que tenia a la espalda, y finalmente encontré una abertura de tamaño suficiente para meterme dentro. Lo se, encerrarse entre las ruinas cuando una criatura esta intentando cazarte es una pésima idea, pero algo me decía que esa cosa seria más rápida que yo corriendo entre escombros y rocas caídas, mi mejor posibilidad era despistarla. Tras buscar algunos minutos, finalmente di con una destartalada escalera, le faltaban varios peldaños y no estaba en buen estado, pero parecía ser capaz de soportar el peso de una persona. Subí por ella con cuidad y finalmente llegue a la segunda planta, una vez allí me recosté en el suelo y espere.
Mi plan era simple, el olor viaja por el aire, y desde mi llegada a Rocavarancolia había soplado un viento de los mil demonios. Mientras estuviera entre las ruinas el viento no golpeaba con fuerza y mi olor seria fácil de seguir, como una rastro que se mantiene estático, pero allí arriba el viento soplaba con más fuerza, y como me encontraba sobre la altura de la cosa, esperaba que el viento se llevara mi rastro lejos de allí, con un poco de suerte podría pasar la noche oculto allí y mañana, cuando el sol iluminase mis pasos, buscar alguna fuente de alimento.
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Ruinas de Margalar
11/09/12, 11:24 am
El monstruo se quedó parado en el hueco en la pared un rato. Abrió la boca dejando ver sus afilados dientes e hizo un ruido grutural con el que escupió algunas gotas diminutas de podredumbre enfermiza.
Luego se marchó hacia el Este.
Luego se marchó hacia el Este.
- Yler
Ficha de cosechado
Nombre: YR
Especie:
Habilidades: Nociones de lucha, rapidez mental, tecnicas de superviviencia.
Re: Ruinas de Margalar
11/09/12, 03:25 pm
Todo mi cuerpo estaba en tensión mientras la criatura se mantenia cerca, sentía mi propio pulso golpeando contra mi cienes y tenía que hacer un soberano esfuerzo para no ponerme a temblar, por suerte para mi, tenia algo de pactrica en este tipo de situaciones.
Finalmente el monstruo se fue, pero tras su partida demore aun varios minutos en recobrar la calma, cuando sabes que estas a un solo plan alocado de morir, es difícil mantenerte controlado. Decidí que lo mejor era no moverme por ahora, me quede recostado sobre el frio suelo hasta que e agotamiento pudieron conmigo y finalmente me dormí.
DÍA SIGUIENTE
Desperte minutos antes del amanecer, a pesar del cansancio tanto fisico como mental, tenia por costumbre no dormir hasta tarde, dicen que el que madruga tiene ayuda, pero en mi experiencia, el que madruga logra pasar otro día sin ser deborado. Me puse en pie y sacudí mis ropas, estaba lleno de polvo. Con sigilo me asome sobre los muros destruidos del torreon, el monstruo ya no estaba, para esos momentos debería estar suficientemente lejos de mi, o al menos eso esperaba. Me desperece y de inmediato sentí un dolor punzante en el hombro, recorde que me lo había lastimado mientras intentaba escapar del espectro la noche anterior, por suerte para mi, al revisarlo comprobe que no era nada demasiado grave, teniaun moraton considerable, pero nada que no sanara en un par de días, decidí tener más cuidado en adelante, una sola herida podía ser el fin si no tenias medicinas ni condiciones para tratarla adecuadamente.
Baje por la escalera con cuidado, estaba en malas condiciones y no queria tener un accidente tan ridiculo como ese, la idea de morir en una caida de escalera despues de sobrevivir a un espectro y un monstruo apestoso era simplemente ridicula.
Me detuve de golpe. Un sonido había llamado mi atención, algo se arrastraba a mi derecha. Lo primero que pensé era que se trataba de otro monstruo, esta ciudad ya había tratado de matarme en dos ocasiones y aun no cumplía un día en aquel lugar, pero pronto reconocí que se trataba de un animal demasiado pequeño para ser una amenaza, o al menos eso esperaba, decidí buscarlo.
Treinta minutos después estaba comiendo rata asada. Se me daba bien hacer fuegos, había sido indispensable aprenderlo desde pequeño, también eran bueno con las trampas y esas cosas. Hace una fogata pequeña, confiando en que el día ocultaría el humo que salia de ella, y cocina la rata lo suficiente para comerla. Después de lo que era mi primera comida en dos días, me entretuve el resto de la mañana poniendo trampas por todas las ruinas, con un poco de suerte tendría cena esta misma tarde.
Una vez puestas mis trampas, decidí que era un buen momento para salir a investigar, debía conocer la cuidad lo mejor posible si quería vivir, y encontrar un arma o algo tampoco sonaba a una mala idea.
Continua en El rio
Finalmente el monstruo se fue, pero tras su partida demore aun varios minutos en recobrar la calma, cuando sabes que estas a un solo plan alocado de morir, es difícil mantenerte controlado. Decidí que lo mejor era no moverme por ahora, me quede recostado sobre el frio suelo hasta que e agotamiento pudieron conmigo y finalmente me dormí.
DÍA SIGUIENTE
Desperte minutos antes del amanecer, a pesar del cansancio tanto fisico como mental, tenia por costumbre no dormir hasta tarde, dicen que el que madruga tiene ayuda, pero en mi experiencia, el que madruga logra pasar otro día sin ser deborado. Me puse en pie y sacudí mis ropas, estaba lleno de polvo. Con sigilo me asome sobre los muros destruidos del torreon, el monstruo ya no estaba, para esos momentos debería estar suficientemente lejos de mi, o al menos eso esperaba. Me desperece y de inmediato sentí un dolor punzante en el hombro, recorde que me lo había lastimado mientras intentaba escapar del espectro la noche anterior, por suerte para mi, al revisarlo comprobe que no era nada demasiado grave, teniaun moraton considerable, pero nada que no sanara en un par de días, decidí tener más cuidado en adelante, una sola herida podía ser el fin si no tenias medicinas ni condiciones para tratarla adecuadamente.
Baje por la escalera con cuidado, estaba en malas condiciones y no queria tener un accidente tan ridiculo como ese, la idea de morir en una caida de escalera despues de sobrevivir a un espectro y un monstruo apestoso era simplemente ridicula.
Me detuve de golpe. Un sonido había llamado mi atención, algo se arrastraba a mi derecha. Lo primero que pensé era que se trataba de otro monstruo, esta ciudad ya había tratado de matarme en dos ocasiones y aun no cumplía un día en aquel lugar, pero pronto reconocí que se trataba de un animal demasiado pequeño para ser una amenaza, o al menos eso esperaba, decidí buscarlo.
Treinta minutos después estaba comiendo rata asada. Se me daba bien hacer fuegos, había sido indispensable aprenderlo desde pequeño, también eran bueno con las trampas y esas cosas. Hace una fogata pequeña, confiando en que el día ocultaría el humo que salia de ella, y cocina la rata lo suficiente para comerla. Después de lo que era mi primera comida en dos días, me entretuve el resto de la mañana poniendo trampas por todas las ruinas, con un poco de suerte tendría cena esta misma tarde.
Una vez puestas mis trampas, decidí que era un buen momento para salir a investigar, debía conocer la cuidad lo mejor posible si quería vivir, y encontrar un arma o algo tampoco sonaba a una mala idea.
Continua en El rio
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Ruinas de Margalar
12/04/13, 05:14 pm
Giz llegó con las jaulas hasta las ruinas del antiguo torreón y las subió hasta la planta de arriba. El lugar estaba visiblemente abandonado. Sin embargo, lejos de verse mal, a Giz le parecía que la suciedad, el polvo, el musgo y las telarañas se distribuían por las paredes de una manera que lo hacían parecer un sitio agradable y acogedor. En cierto sentido rebuscado, al menos.
Metió las manos bajo la manta de una de las jaulas y abrió la puerta antes de destaparla. Los grifos diminutos, a falta de un nombre mejor para la especie, ya no eran tan pequeños como lo fueron en su momento. Ahora medían bastante más que un gato normal, gracias a lo que Giz había trasteado con los genes del osogrifo. Las plumas de la parte delantera variaba entre cada animal, siendo siempre de colores llamativos.
Había traído cuatro, tres de ellos habían salido en cuanto abrió la jaula. Giz tuvo que agacharse y hacer salir al último a regañadientes, llevándose un par de zarpazos de regalo. El animal estiró las alas y graznó al asreniano antes de saltar hacia una de las ventanas. Tras unos minutos, otro de los grifos entró volando por ese mismo hueco, con un ratón muerto en el pico. Los otros dos llegaron enseguida e intentaron robarle la presa, pero solo uno de ellos fue capaz de pillar una parte de la pieza. Seguidamente el que había cazado al ratón le dio un zarpazo y salió fuera, probablemente para comer tranquilo. Giz sonrió contento con el resultado que había tenido con esta especie. No solo le habían salido bonitos, bajo su punto de vista, sino que además no tenían muchos problemas para cazar o defenderse.
Se quedó en el torreón durante una hora, comprobando que todo iba bien. Cuando vio que los grifos se apañaban bien por sí solos, se dirigió hacia el río, donde soltaría su nueva versión de los gatos acuáticos antes de dirigirse al Cuchitril.
Metió las manos bajo la manta de una de las jaulas y abrió la puerta antes de destaparla. Los grifos diminutos, a falta de un nombre mejor para la especie, ya no eran tan pequeños como lo fueron en su momento. Ahora medían bastante más que un gato normal, gracias a lo que Giz había trasteado con los genes del osogrifo. Las plumas de la parte delantera variaba entre cada animal, siendo siempre de colores llamativos.
Había traído cuatro, tres de ellos habían salido en cuanto abrió la jaula. Giz tuvo que agacharse y hacer salir al último a regañadientes, llevándose un par de zarpazos de regalo. El animal estiró las alas y graznó al asreniano antes de saltar hacia una de las ventanas. Tras unos minutos, otro de los grifos entró volando por ese mismo hueco, con un ratón muerto en el pico. Los otros dos llegaron enseguida e intentaron robarle la presa, pero solo uno de ellos fue capaz de pillar una parte de la pieza. Seguidamente el que había cazado al ratón le dio un zarpazo y salió fuera, probablemente para comer tranquilo. Giz sonrió contento con el resultado que había tenido con esta especie. No solo le habían salido bonitos, bajo su punto de vista, sino que además no tenían muchos problemas para cazar o defenderse.
Se quedó en el torreón durante una hora, comprobando que todo iba bien. Cuando vio que los grifos se apañaban bien por sí solos, se dirigió hacia el río, donde soltaría su nueva versión de los gatos acuáticos antes de dirigirse al Cuchitril.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Ruinas de Margalar
06/09/13, 02:19 am
Un mohín surgió en el rostro del aprendiz que siguió chapoteando con su arma sobre el agua, cada vez más frustrado sus pobres intentos de hacer aquella salida más entretenida. No solo era tener que ir lentamente por tierra, sino que además no podian hacer nada divertido mientras. Si salian de aquel torreón era principalmente para explorar y pasarselo bien, no para estar tan rígidos y aburridos. Claro que, el aprendiz era consciente del peligro que corrian al exponerse al exterior, pero aquello no amedrentaba su espíritu libre.
Finalmente decidieron reponer la marcha y siguieron andando por las calles. En mitad del paseo, se dirigió a Lara Croft, pero sin excluir de los demás de la conversación.
-¡Por cierto!-empezó diciendo felizmente.-¡Creo que ya tengo nombre para esta!-dijo, haciendo una floritura simple con el arma a su lado.-¿Quereis saber cual es su nombre? ¡Se llamará "Bastón de Acero"*!-y dicho esto, rompió a reir como si acabara de contar el mejor de los chistes, llegando soltar un par de lágrimas de pura risa. Gimio apagadamente mientras la risa moria y vio que ninguno se habia reido con él.-¿Lo pillais?-preguntó entonces, nerviosamente.-"Bastón"..."De Acero"...-repitió, como si hubiera alguna gracia en aquello. Finalmente, chasqueó con la lengua y se cruzó de brazos, con un puchero en el rostro y severamente decepcionado con la falta de humor en sus compañeros.
>> Tch... Bordes... Solo intento socializar...
Y siguieron camino. El aprendiz se adelantó un par de veces, subiendose a pequeños montículos y a su vez en su bõ lo que le servia para mantener guardia de las calles y callejones circundantes, en busca de peligros o curiosidades, pero en verdad lo hacia para romper con la monotonia del grupo y su lento avance. Cuando no hacia eso, se ponia a encabezar al grupo y cantaba una canción, que indicaba una especie de desfile militar o marcha del estilo mientras reia felizmente, cargado de ánimos para los demás. Quizás demasiados.
Y al final del paseo, en una de sus escapadas para explorar adelante, el aprendiz localizó un sitio que podia recordar vagamente como a su propio torreon, tan solo con menos plantas y un patio más desastrado. Parecia que no habia sido habitado en decenas de años. Volvió corriendo al grupo, como una exhalación, a veces rompiendo a correr casi a cuatro patas y llegó a estos, jadeando y les dijo lo que habia visto.
-¡Puede que haya otros como nosotros ahí dentro!-dijo excitado, dándo botes energéticos.
>> Y puede que ella esté ahí... De veras así lo espero...
>> Just fuck already
>> Ooluka, pls
Cuando llegaron, el aprendiz cruzó el patio, algo nervioso, mirando a todos lados. Pasando por delante de la estatua gigante del rey arácnido, el aprendiz tomó el alto y se quedó observando las ocho extremidades de piedra y el aspecto intimidizador y peligroso del aracnido tallado en piedra.
>> Fucking Shelob, intentó decirle shit a alguna Gorgona menstruante...
*NdM: Es un chiste de anglo-chino parlantes. La gracia reside en que "Bastón de Acero" en chino se escribe "钢棒" o "Gãng Bàng", aunque se pronuncia "Gan Ban", creo que pillais el resto de la gracia. Hehehe gamba
Finalmente decidieron reponer la marcha y siguieron andando por las calles. En mitad del paseo, se dirigió a Lara Croft, pero sin excluir de los demás de la conversación.
-¡Por cierto!-empezó diciendo felizmente.-¡Creo que ya tengo nombre para esta!-dijo, haciendo una floritura simple con el arma a su lado.-¿Quereis saber cual es su nombre? ¡Se llamará "Bastón de Acero"*!-y dicho esto, rompió a reir como si acabara de contar el mejor de los chistes, llegando soltar un par de lágrimas de pura risa. Gimio apagadamente mientras la risa moria y vio que ninguno se habia reido con él.-¿Lo pillais?-preguntó entonces, nerviosamente.-"Bastón"..."De Acero"...-repitió, como si hubiera alguna gracia en aquello. Finalmente, chasqueó con la lengua y se cruzó de brazos, con un puchero en el rostro y severamente decepcionado con la falta de humor en sus compañeros.
>> Tch... Bordes... Solo intento socializar...
Y siguieron camino. El aprendiz se adelantó un par de veces, subiendose a pequeños montículos y a su vez en su bõ lo que le servia para mantener guardia de las calles y callejones circundantes, en busca de peligros o curiosidades, pero en verdad lo hacia para romper con la monotonia del grupo y su lento avance. Cuando no hacia eso, se ponia a encabezar al grupo y cantaba una canción, que indicaba una especie de desfile militar o marcha del estilo mientras reia felizmente, cargado de ánimos para los demás. Quizás demasiados.
Y al final del paseo, en una de sus escapadas para explorar adelante, el aprendiz localizó un sitio que podia recordar vagamente como a su propio torreon, tan solo con menos plantas y un patio más desastrado. Parecia que no habia sido habitado en decenas de años. Volvió corriendo al grupo, como una exhalación, a veces rompiendo a correr casi a cuatro patas y llegó a estos, jadeando y les dijo lo que habia visto.
-¡Puede que haya otros como nosotros ahí dentro!-dijo excitado, dándo botes energéticos.
>> Y puede que ella esté ahí... De veras así lo espero...
>> Just fuck already
>> Ooluka, pls
Cuando llegaron, el aprendiz cruzó el patio, algo nervioso, mirando a todos lados. Pasando por delante de la estatua gigante del rey arácnido, el aprendiz tomó el alto y se quedó observando las ocho extremidades de piedra y el aspecto intimidizador y peligroso del aracnido tallado en piedra.
>> Fucking Shelob, intentó decirle shit a alguna Gorgona menstruante...
*NdM: Es un chiste de anglo-chino parlantes. La gracia reside en que "Bastón de Acero" en chino se escribe "钢棒" o "Gãng Bàng", aunque se pronuncia "Gan Ban", creo que pillais el resto de la gracia. Hehehe gamba
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Ruinas de Margalar
06/09/13, 05:07 am
El clinger salió de un edificio cargado de cosas y con una cacerola estropeada a modo de sombrero, haciendo que se le escapase una pequeña carcajada al verlo.
—¿Adónde vas con toda esa mierda? —Poco después de preguntar tuvo que apartarse de detrás de Xalkoth para evitar que le arrojase objetos en la cara. «Tú, y el otro» pensó mientras miraba alternativamente a Xalkoth y a Shaco «dolor de muelas».
Cuando precisamente el pelirrojo se puso a hablar del nombre de su vara como si fuera un chiste, Cío lo miró con cara de lástima. «Lo siento, creo que tendría más gracia que fuese Lala la que le pusiese el nombre».
En su avance por las calles, Cío trató de tener siempre presente la dirección en que estaba el torreón, además de no separarse mucho de sus compañeros. Igual que otros habían empezado a hacer antes, él también empezó a entrar en las casas, siempre con el alfanje por delante, preparado para las posibles eventualidades que se le pasaban por la cabeza. Encontró, básicamente, piedras, madera húmeda y tierra. Algún que otro cubierto sucio, ollas oxidadas o pedazos de vajillas de cerámica. Las casas presentaban tal grado de abandono que estaba claro que en aquella parte de la ciudad no vivía nadie desde hacía quien sabe cuántas décadas. Empezó a encontrar puertas con señales de haber sido abiertas a hachazos, muescas, y la primera cota de malla oxidada sobre unos restos óseos. «Esto empieza a dar mal rollo. ¿Qué pasó en este barrio… o en toda la ciudad?».
En una casa de dos plantas que tenía las paredes peligrosamente inclinadas solo entró para echar un vistazo, y habría salido rápidamente de no ser porque algo le llamó la atención. En un montoncito de tierra compacta había incrustada una cadena metálica fina, de color broncíneo sin brillo por la suciedad. Como parecía algún tipo de joya tiró de ella con cuidado, escarbando para lograr retirar la pieza entera. La alzó y, colgado de la cadena, un pedazo de metal circular comenzó a girar delante de sus ojos. A falta de nada mejor lo limpió contra la ropa, mientras se preguntaba qué utilidad tendría aquel objeto, y eso hizo que descubriese dos cosas: el grabado abstracto de la tapa y el botón que la abría. «Es un… ¿reloj analógico?». Las agujas en la esfera eran claras al respecto, pero no comprendía los símbolos que indicaban las horas. A través del cristal se veía el mecanismo, una serie de engranajes diminutos que decidieron por él que tenía que llevárselo al torreón.
Cuando salía con su pequeño trofeo escuchó las pisadas de Shaco, que no tardó en aparecer explicando excitado lo que había visto. Sin embargo, no tenía razón. No había nadie viviendo en aquel otro torreón, semejante al suyo pero más ruinoso. No al menos cosechados como ellos. Cuando pasó de largo la estatua, pensando que en aquella ciudad se estilaban demasiado las mascotas antropomorfas, se encontró un par de criaturas híbridas entre mamífero y ave de pequeño tamaño jugando entre unos escombros. Se tensó y aferró con más fuerza el alfanje, pero los animales no mostraron interés en ellos por el momento, no al menos de la forma en la que lo habían hecho las criaturas del día anterior.
—¿Es que en esta ciudad todos los animales tienen que parecer cortados y cosidos a la mitad con otro? —Relajó la postura pero no quitó los ojos de encima a aquella posible amenaza.
—¿Adónde vas con toda esa mierda? —Poco después de preguntar tuvo que apartarse de detrás de Xalkoth para evitar que le arrojase objetos en la cara. «Tú, y el otro» pensó mientras miraba alternativamente a Xalkoth y a Shaco «dolor de muelas».
Cuando precisamente el pelirrojo se puso a hablar del nombre de su vara como si fuera un chiste, Cío lo miró con cara de lástima. «Lo siento, creo que tendría más gracia que fuese Lala la que le pusiese el nombre».
En su avance por las calles, Cío trató de tener siempre presente la dirección en que estaba el torreón, además de no separarse mucho de sus compañeros. Igual que otros habían empezado a hacer antes, él también empezó a entrar en las casas, siempre con el alfanje por delante, preparado para las posibles eventualidades que se le pasaban por la cabeza. Encontró, básicamente, piedras, madera húmeda y tierra. Algún que otro cubierto sucio, ollas oxidadas o pedazos de vajillas de cerámica. Las casas presentaban tal grado de abandono que estaba claro que en aquella parte de la ciudad no vivía nadie desde hacía quien sabe cuántas décadas. Empezó a encontrar puertas con señales de haber sido abiertas a hachazos, muescas, y la primera cota de malla oxidada sobre unos restos óseos. «Esto empieza a dar mal rollo. ¿Qué pasó en este barrio… o en toda la ciudad?».
En una casa de dos plantas que tenía las paredes peligrosamente inclinadas solo entró para echar un vistazo, y habría salido rápidamente de no ser porque algo le llamó la atención. En un montoncito de tierra compacta había incrustada una cadena metálica fina, de color broncíneo sin brillo por la suciedad. Como parecía algún tipo de joya tiró de ella con cuidado, escarbando para lograr retirar la pieza entera. La alzó y, colgado de la cadena, un pedazo de metal circular comenzó a girar delante de sus ojos. A falta de nada mejor lo limpió contra la ropa, mientras se preguntaba qué utilidad tendría aquel objeto, y eso hizo que descubriese dos cosas: el grabado abstracto de la tapa y el botón que la abría. «Es un… ¿reloj analógico?». Las agujas en la esfera eran claras al respecto, pero no comprendía los símbolos que indicaban las horas. A través del cristal se veía el mecanismo, una serie de engranajes diminutos que decidieron por él que tenía que llevárselo al torreón.
Cuando salía con su pequeño trofeo escuchó las pisadas de Shaco, que no tardó en aparecer explicando excitado lo que había visto. Sin embargo, no tenía razón. No había nadie viviendo en aquel otro torreón, semejante al suyo pero más ruinoso. No al menos cosechados como ellos. Cuando pasó de largo la estatua, pensando que en aquella ciudad se estilaban demasiado las mascotas antropomorfas, se encontró un par de criaturas híbridas entre mamífero y ave de pequeño tamaño jugando entre unos escombros. Se tensó y aferró con más fuerza el alfanje, pero los animales no mostraron interés en ellos por el momento, no al menos de la forma en la que lo habían hecho las criaturas del día anterior.
—¿Es que en esta ciudad todos los animales tienen que parecer cortados y cosidos a la mitad con otro? —Relajó la postura pero no quitó los ojos de encima a aquella posible amenaza.
Re: Ruinas de Margalar
06/09/13, 10:20 pm
Por el camino, Xalkoth terminó de examinar y tirar todo lo que había recogido, con la excepción de la cacerola, que seguía en su cabeza, y allí permaneció hasta más o menos la mitad del camino, cuando el naranjito decidió nombrar su arma.
De entrada no le veía ninguna utilidad el ponerle un nombre, un arma era un arma, y ya tenían un nombre común para referirse a ellas, no obstante podía pasarlo. Ya se iba acostumbrando a las acciones sin sentido del resto.
Aun así, el hecho de que el nombre implicara que el bastón era de acero llamó su atención. En la armería no había logrado encontrar nada mejor que un par de armas de hierro “¿Será de acero en serio?”
Esto requería una comprobación directa. El clinger se pegó al humano, se quitó la cacerola de la cabeza y con ella dio unos golpecitos al bõ, a la vez que lo examinaba atentamente. Lo de golpearla realmente no tenía nada que ver. Tan solo lo había hecho por impulso.
-No. Bastón de hierro como mucho. Te aseguro que de acero no es-
Misterio resuelto. Apenas terminó de hablar lanzó la cacerola por una ventana. El estrépito que se escuchó luego confirmó el fin de su viaje.
Pasó el resto del camino conteniéndose las ganas de adelantar al resto. Le gustara o no tenía que asegurarse de que el grupo seguía unido. No por responsabilidad, sino porque no veía a nadie más dispuesto a hacerlo. Si les atacaban mejor ser varios.
Así fue como llegaron a las ruinas de un torreón como el suyo. No sabía qué podría haber hecho que acabara en ese estado “¿Algún reptil grande y feroz? ¿O tal vez solo el paso del tiempo?” Quizás si encontraba cadáveres o algo que se descompusiera a un ritmo aceptable podría determinar el tiempo que llevaba derruido, si era poco entonces habría sido obra de alguien o algo.
Nunca llegó a comenzar la investigación. En cuanto se fijó en los animales que había descubierto el de los dos brazos raros todo lo demás dejó de tener importancia.
“¡Aves! No, espera, no son aves completamente ¡Una mezcla entre mamíferos y aves! Mejor aun. ¡Sabía que si tenía paciencia descubriría algo que mereciera la pena! Con lo raras de ver que son las aves en mi tierra.”
-¡Halaaa! ¡Que mooonoss!- En dryfus las pocas aves que todavía quedaban no eran ni remotamente agresivas. Por ello el clinger no dudó en pegarse al gato urticante más cercano y levantarlo del suelo, sin recordar lo que había pasado con las estigres.
La reacción fue inmediata. Apenas hubo alzado al animal este se lanzó sobre el clinger como la fiera que en realidad era, y no solo ese. Todos los que estaban cerca del lugar se unieron al ataque y para cuando se dio cuenta, Xalk se encontraba bajo una maraña de animales furiosos.
Muchos se le metieron bajo el poncho y empezaron a picotearle donde podían. Incluso varios trataron de clavarle lo que parecían unos aguijones que tenían en las patas. Al principio había intentado quitárselos a empujones y golpes, pero siempre volvían. Harto, sacó sus cuchillos y comenzó a dar tajos, pero sin apuntar directamente. Las aves eran escasas, y no mataría a ninguna si podía evitarlo.
Funcionó. Ya fuera por casualidad o porque los animales ya hubieran sido atacados por gente con armas de filo antes, apenas vieron el metal se apartaron del clinger. Se mantuvieron a una distancia prudencial dejando claro que no era tolerado en su territorio, y con los ojos fijos en los cuchillos.
Xalkoth hizo caso a las amenazas y se alejó, con cara propia de un niño al que le habían quitado un juguete nuevo. Una vez fuera del alcance de las fieras se auto-examinó para ver si le habían hecho algo. Había recibido una cantidad considerable tanto de picotazos como de picaduras. Ningun golpe había llegado a perforar el exoesqueleto, pero a diferencia de la otra vez, en esta no había salido ileso. Por todas partes había signos de ralladuras y de gran cantidad de marcas, algunas que casi habían llegado a la piel.
En general el estado del exoesqueleto era penoso y ahora era inservible. Ya no le protegería de más golpes.
-Oh no. ¿Y ahora qué hago? Bueno, al menos no estoy herido-
De entrada no le veía ninguna utilidad el ponerle un nombre, un arma era un arma, y ya tenían un nombre común para referirse a ellas, no obstante podía pasarlo. Ya se iba acostumbrando a las acciones sin sentido del resto.
Aun así, el hecho de que el nombre implicara que el bastón era de acero llamó su atención. En la armería no había logrado encontrar nada mejor que un par de armas de hierro “¿Será de acero en serio?”
Esto requería una comprobación directa. El clinger se pegó al humano, se quitó la cacerola de la cabeza y con ella dio unos golpecitos al bõ, a la vez que lo examinaba atentamente. Lo de golpearla realmente no tenía nada que ver. Tan solo lo había hecho por impulso.
-No. Bastón de hierro como mucho. Te aseguro que de acero no es-
Misterio resuelto. Apenas terminó de hablar lanzó la cacerola por una ventana. El estrépito que se escuchó luego confirmó el fin de su viaje.
Pasó el resto del camino conteniéndose las ganas de adelantar al resto. Le gustara o no tenía que asegurarse de que el grupo seguía unido. No por responsabilidad, sino porque no veía a nadie más dispuesto a hacerlo. Si les atacaban mejor ser varios.
Así fue como llegaron a las ruinas de un torreón como el suyo. No sabía qué podría haber hecho que acabara en ese estado “¿Algún reptil grande y feroz? ¿O tal vez solo el paso del tiempo?” Quizás si encontraba cadáveres o algo que se descompusiera a un ritmo aceptable podría determinar el tiempo que llevaba derruido, si era poco entonces habría sido obra de alguien o algo.
Nunca llegó a comenzar la investigación. En cuanto se fijó en los animales que había descubierto el de los dos brazos raros todo lo demás dejó de tener importancia.
“¡Aves! No, espera, no son aves completamente ¡Una mezcla entre mamíferos y aves! Mejor aun. ¡Sabía que si tenía paciencia descubriría algo que mereciera la pena! Con lo raras de ver que son las aves en mi tierra.”
-¡Halaaa! ¡Que mooonoss!- En dryfus las pocas aves que todavía quedaban no eran ni remotamente agresivas. Por ello el clinger no dudó en pegarse al gato urticante más cercano y levantarlo del suelo, sin recordar lo que había pasado con las estigres.
La reacción fue inmediata. Apenas hubo alzado al animal este se lanzó sobre el clinger como la fiera que en realidad era, y no solo ese. Todos los que estaban cerca del lugar se unieron al ataque y para cuando se dio cuenta, Xalk se encontraba bajo una maraña de animales furiosos.
Muchos se le metieron bajo el poncho y empezaron a picotearle donde podían. Incluso varios trataron de clavarle lo que parecían unos aguijones que tenían en las patas. Al principio había intentado quitárselos a empujones y golpes, pero siempre volvían. Harto, sacó sus cuchillos y comenzó a dar tajos, pero sin apuntar directamente. Las aves eran escasas, y no mataría a ninguna si podía evitarlo.
Funcionó. Ya fuera por casualidad o porque los animales ya hubieran sido atacados por gente con armas de filo antes, apenas vieron el metal se apartaron del clinger. Se mantuvieron a una distancia prudencial dejando claro que no era tolerado en su territorio, y con los ojos fijos en los cuchillos.
Xalkoth hizo caso a las amenazas y se alejó, con cara propia de un niño al que le habían quitado un juguete nuevo. Una vez fuera del alcance de las fieras se auto-examinó para ver si le habían hecho algo. Había recibido una cantidad considerable tanto de picotazos como de picaduras. Ningun golpe había llegado a perforar el exoesqueleto, pero a diferencia de la otra vez, en esta no había salido ileso. Por todas partes había signos de ralladuras y de gran cantidad de marcas, algunas que casi habían llegado a la piel.
En general el estado del exoesqueleto era penoso y ahora era inservible. Ya no le protegería de más golpes.
-Oh no. ¿Y ahora qué hago? Bueno, al menos no estoy herido-
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Ruinas de Margalar
07/09/13, 02:09 am
Archime no dedicó ningún razonamiento a las extravagancias de Shaco, cada vez más convencido de que no existía lógica alguna en su comportamiento. Tampoco se preguntó demasiado acerca de por qué Xalkoth llevaba una olla en la cabeza, más que nada porque al comenzar a observarlo recordó que aún no sabía el nombre de la especie y mundo del que provenía el insecto. Sin embargo decidió que realizaría esa indagación cuando volviesen al torreón.
Prefirió centrar su atención en las cada vez más cercanas ruinas, pudiendo examinarlas bien y de cerca por primera vez. No podía afirmarlo al haber explorado tan solo una zona reducida de la ciudad, pero los escombros, el deterioro y la mugre parecían ser la tónica habitual en la ciudad de la magia. Lo cual llevo al biomecánico a preguntarse, ya que la hechicería podía obrar supuestamente portentos increíbles, no la utilizaban para reconstruir Rocavarancolia. A aquellas alturas el ingeniero se veía obligado a considerar, a su pesar, que incluso en eso los habían embaucado y, aunque real, la magia no abarcaba posibilidades tan espectaculares como los irrenses esperaban. Aunque por otra parte, el grupo de elegidos habían sido portadores de un auténtico prodigio mágico como había sido la sustitución de sus lenguas conocidas por aquella, llamada lengua rocavarancolesa a falta de conocimiento de si existía un nombre más preciso para denominarla, en tan solo un instante y a través de la ingesta de un líquido con la apariencia y consistencia del agua. Tomando este hecho en consideración, cabía la posibilidad entonces de que ciertas competencias pudieran encontrarse más desarrolladas que otras en cuanto a avances mágicos. O tal vez los especialistas en supuestas determinadas ramas de la hechicería podrían ser escasos. Al fin y al cabo salvo al cosechador y los rocavarancoleses de la plaza no habían vuelto a ver a ningún habitante, lo cual sugería una baja densidad de población. El irrense desconocía el funcionamiento intrínseco de la magia, como era evidente, pero una vez comenzó a hilar pensamientos de aquella manera no le pareció descabellada aquella opción. O tal vez solo quería creer que se trataba de eso, cosa que jamás reconocería.
Y así fue como entró sin apenas darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor en la casa en ruinas donde se adentró la mayoría del grupo. Había comenzado a preguntarse por qué la ciudad presentaba aquel aspecto, cuestión que había permanecido en espera cuando comenzó a hacer cábalas sobre magia, pero su atención se vio inmediatamente atraída hacia un objeto metálico a sus pies. Un engranaje. Muy óxidado y que difícilmente sería usable, pero que tal vez pudiera pulir y... Pequeñas láminas de metal desgastado, llenas de aristas y retorcidas de diversas formas. Más adelante también encontró unas varillas a las que se le podría dar uso. Y más engranajes. Archime no levantó la vista del suelo durante largo rato, y los bolsillos menos rebosantes de su bata se convirtieron en los que más peso portaban en escasos minutos.
Cuando ya no pudo cargar nada más, decidió que era buen momento para comerse el bollo que se había llevado y fue cuando lo abrió y comenzó a ingerirlo que vio a Cío recogiendo algo del suelo. No consiguió ver de que se trataba y siguió al otro irrense fuera de la edificación. Las palabras del humano esta vez sí consiguieron atraer su atención y Archime giró su cabeza en la dirección que Shaco había indicado que se encontraba el otro torreón.
—No parece encontrarse en estado habitable —sentenció tras observar los evidentes signos de deterioro de la fortificación, que no se diferenciaban demasiado de los que presentaban las construcciones circundantes.
Aún así tal vez mereciese la pena echar un vistazo allí dentro. No porque creyese que hubiera alguien dentro, que a buen seguro ya los habría visto llegar en el improbable caso de que así fuera, sino porque tal vez hubiese más material aprovechable...
La voz de Xalkoth lo distrajo nuevamente, de todas formas estaba a punto de considerar que le sería imposible cargar con más piezas en aquella ocasión. En Irraria no se veían aves apenas, pero no fue precisamente este hecho lo que fijó su interés en aquellos seres. La fauna de Rocavarancolia parecía tan incoherente como casi todo lo que había observado hasta el momento en aquel lugar. El cuerpo constaba de pelaje en lugar de plumaje, con unas patas en las que vio semejanzas con los reptiles híbridos de la tarde anterior. Estaba a punto de advertir a Xalkoth sobre ese hecho, ya que podrían tratarse de más depreadores, pero la advertencia llegó por sí sola. Intentó acercarse prudentemente para intentar una vez más utilizar el flash de la cámara, pero de pronto se desbandaron cuando el insecto sacó una de sus armas. Ya fuera por haber sido atacados con algún arma de filo anteriormente o por algún otro motivo, no parecían ser depredadores. No habían atacado al resto, tan solo a Xalkoth, por lo que Archime dedujo que el detonante había sido el hecho de haber alzado en brazos a uno de ellos y por tanto actuaban en defensa propia.
—Quizás deberíamos volver ya —señaló en respuesta a Xalkoth, quien había sufrido daños visibles y que no tenían muy buen aspecto.
Prefirió centrar su atención en las cada vez más cercanas ruinas, pudiendo examinarlas bien y de cerca por primera vez. No podía afirmarlo al haber explorado tan solo una zona reducida de la ciudad, pero los escombros, el deterioro y la mugre parecían ser la tónica habitual en la ciudad de la magia. Lo cual llevo al biomecánico a preguntarse, ya que la hechicería podía obrar supuestamente portentos increíbles, no la utilizaban para reconstruir Rocavarancolia. A aquellas alturas el ingeniero se veía obligado a considerar, a su pesar, que incluso en eso los habían embaucado y, aunque real, la magia no abarcaba posibilidades tan espectaculares como los irrenses esperaban. Aunque por otra parte, el grupo de elegidos habían sido portadores de un auténtico prodigio mágico como había sido la sustitución de sus lenguas conocidas por aquella, llamada lengua rocavarancolesa a falta de conocimiento de si existía un nombre más preciso para denominarla, en tan solo un instante y a través de la ingesta de un líquido con la apariencia y consistencia del agua. Tomando este hecho en consideración, cabía la posibilidad entonces de que ciertas competencias pudieran encontrarse más desarrolladas que otras en cuanto a avances mágicos. O tal vez los especialistas en supuestas determinadas ramas de la hechicería podrían ser escasos. Al fin y al cabo salvo al cosechador y los rocavarancoleses de la plaza no habían vuelto a ver a ningún habitante, lo cual sugería una baja densidad de población. El irrense desconocía el funcionamiento intrínseco de la magia, como era evidente, pero una vez comenzó a hilar pensamientos de aquella manera no le pareció descabellada aquella opción. O tal vez solo quería creer que se trataba de eso, cosa que jamás reconocería.
Y así fue como entró sin apenas darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor en la casa en ruinas donde se adentró la mayoría del grupo. Había comenzado a preguntarse por qué la ciudad presentaba aquel aspecto, cuestión que había permanecido en espera cuando comenzó a hacer cábalas sobre magia, pero su atención se vio inmediatamente atraída hacia un objeto metálico a sus pies. Un engranaje. Muy óxidado y que difícilmente sería usable, pero que tal vez pudiera pulir y... Pequeñas láminas de metal desgastado, llenas de aristas y retorcidas de diversas formas. Más adelante también encontró unas varillas a las que se le podría dar uso. Y más engranajes. Archime no levantó la vista del suelo durante largo rato, y los bolsillos menos rebosantes de su bata se convirtieron en los que más peso portaban en escasos minutos.
Cuando ya no pudo cargar nada más, decidió que era buen momento para comerse el bollo que se había llevado y fue cuando lo abrió y comenzó a ingerirlo que vio a Cío recogiendo algo del suelo. No consiguió ver de que se trataba y siguió al otro irrense fuera de la edificación. Las palabras del humano esta vez sí consiguieron atraer su atención y Archime giró su cabeza en la dirección que Shaco había indicado que se encontraba el otro torreón.
—No parece encontrarse en estado habitable —sentenció tras observar los evidentes signos de deterioro de la fortificación, que no se diferenciaban demasiado de los que presentaban las construcciones circundantes.
Aún así tal vez mereciese la pena echar un vistazo allí dentro. No porque creyese que hubiera alguien dentro, que a buen seguro ya los habría visto llegar en el improbable caso de que así fuera, sino porque tal vez hubiese más material aprovechable...
La voz de Xalkoth lo distrajo nuevamente, de todas formas estaba a punto de considerar que le sería imposible cargar con más piezas en aquella ocasión. En Irraria no se veían aves apenas, pero no fue precisamente este hecho lo que fijó su interés en aquellos seres. La fauna de Rocavarancolia parecía tan incoherente como casi todo lo que había observado hasta el momento en aquel lugar. El cuerpo constaba de pelaje en lugar de plumaje, con unas patas en las que vio semejanzas con los reptiles híbridos de la tarde anterior. Estaba a punto de advertir a Xalkoth sobre ese hecho, ya que podrían tratarse de más depreadores, pero la advertencia llegó por sí sola. Intentó acercarse prudentemente para intentar una vez más utilizar el flash de la cámara, pero de pronto se desbandaron cuando el insecto sacó una de sus armas. Ya fuera por haber sido atacados con algún arma de filo anteriormente o por algún otro motivo, no parecían ser depredadores. No habían atacado al resto, tan solo a Xalkoth, por lo que Archime dedujo que el detonante había sido el hecho de haber alzado en brazos a uno de ellos y por tanto actuaban en defensa propia.
—Quizás deberíamos volver ya —señaló en respuesta a Xalkoth, quien había sufrido daños visibles y que no tenían muy buen aspecto.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Ruinas de Margalar
07/09/13, 03:21 am
Bastó un instante para que el insecto cometiera la primera imprudencia, pasando como una exhalación a su lado y metiéndose de lleno en el territorio de los animales alados. Trató de agarrarlo por el poncho, pero no logró rozarlo siquiera.
—Monos mi culo —soltó al ver la reacción del animal que había cogido. El ataque masivo que lo siguió le hizo aferrar con más fuerza el alfanje, preguntándose si conseguiría espantarlos sin dañar al clinger, hasta que vio que no eran criaturas ni de lejos tan peliagudas como las del día anterior. De hecho, Xalkoth se las quitó de encima solo, sin que llegase a acercarse nadie a él. Quizá no hubiese punto de comparación por su exoesqueleto, pero al menos no había salido sangrando de la refriega como ellos la tarde pasada.
—Esta te la tenías merecida a cambio de la de ayer —se burló al pasar el clinger a su lado para volver a donde estaban los demás.
Le siguió, sin quitar ojo a las criaturas aladas que todavía quedaban a su espalda, algunas todavía con el lomo erizado. Se habían metido de nuevo en el territorio de una manda de animales, pero ya sabían un poco en qué casas de la zona podían o no entrar. Por eso mismo se mostró de acuerdo con Archime.
—Estoy con él. Ya hemos visto suficiente como para poder decir que esta ciudad es poco más que una escombrera llena de alimañas. —Mientras hablaba volvió a sujetarse la espada en el cinturón—. Además tengo un hambre que me muero.
Sin añadir nada más, echó a andar en la dirección que debería estar el torreón, metiendo la mano en el bolsillo y jugueteando con la cadena del reloj.
Sigue en el Torreón Maciel.
—Monos mi culo —soltó al ver la reacción del animal que había cogido. El ataque masivo que lo siguió le hizo aferrar con más fuerza el alfanje, preguntándose si conseguiría espantarlos sin dañar al clinger, hasta que vio que no eran criaturas ni de lejos tan peliagudas como las del día anterior. De hecho, Xalkoth se las quitó de encima solo, sin que llegase a acercarse nadie a él. Quizá no hubiese punto de comparación por su exoesqueleto, pero al menos no había salido sangrando de la refriega como ellos la tarde pasada.
—Esta te la tenías merecida a cambio de la de ayer —se burló al pasar el clinger a su lado para volver a donde estaban los demás.
Le siguió, sin quitar ojo a las criaturas aladas que todavía quedaban a su espalda, algunas todavía con el lomo erizado. Se habían metido de nuevo en el territorio de una manda de animales, pero ya sabían un poco en qué casas de la zona podían o no entrar. Por eso mismo se mostró de acuerdo con Archime.
—Estoy con él. Ya hemos visto suficiente como para poder decir que esta ciudad es poco más que una escombrera llena de alimañas. —Mientras hablaba volvió a sujetarse la espada en el cinturón—. Además tengo un hambre que me muero.
Sin añadir nada más, echó a andar en la dirección que debería estar el torreón, metiendo la mano en el bolsillo y jugueteando con la cadena del reloj.
Sigue en el Torreón Maciel.
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Ruinas de Margalar
13/09/17, 12:39 am
Hacía tiempo que le dolían todas las heridas, pero los movimientos como levantarse, incluso con la ayuda de Ren, le recordaban cuanto más le podían doler; y lo hizo notar aspirando entre dientes. Hyun no atendía del todo a la conversación, más preocupado por dejar de llorar.
- Ha...- tuvo que dejarlo a medias cogiendo aire de forma entrecortada. - ... H-ha sido una pesadilla.- le comentó a Ren, tras lo cual hipó una vez y acto seguido se lamento una vez más de sus heridas. Su voz era débil, arañada por los llantos y nasal por los mocos. <<Sueno patético>> pensó.
Hyun le hubiera dicho "no pasa nada" al cercano, sin embargo no pudo evitar romper a llorar una vez más, pensando en lo que había pasado, en lo que había visto. Dandole una razón que no creía que tuviera a Ren, y un peso a las palabras de Amaro, que en otras circunstancias habría pensado él mismo. El resto del camino prefirió no intervenir avergonzado por su estado, por ser incapaz de hablar correctamente. Al final cedió en el empeño de dejar de llorar y trabajó en no pensar en las mazmorras, atentó a la conversación de los tres chicos, engañando a su mente con un falso entretenimiento.
Por fin llegaron al lugar, lentos por su culpa, pero sin percances. Delante suya tenía lo que podían ser las ruinas del propio letargo, con claras diferencias estructurales pero al final mucho en común. Era una pena de lugar pero mucho mejor que cualquier plan que hubiera trazado el coreano.
- Gracias.- Repitió. En parte para convencerse de dejar de llorar, al fin y al cabo había sobrevivido y ahora tenía techo y compañeros.
- Ha...- tuvo que dejarlo a medias cogiendo aire de forma entrecortada. - ... H-ha sido una pesadilla.- le comentó a Ren, tras lo cual hipó una vez y acto seguido se lamento una vez más de sus heridas. Su voz era débil, arañada por los llantos y nasal por los mocos. <<Sueno patético>> pensó.
Hyun le hubiera dicho "no pasa nada" al cercano, sin embargo no pudo evitar romper a llorar una vez más, pensando en lo que había pasado, en lo que había visto. Dandole una razón que no creía que tuviera a Ren, y un peso a las palabras de Amaro, que en otras circunstancias habría pensado él mismo. El resto del camino prefirió no intervenir avergonzado por su estado, por ser incapaz de hablar correctamente. Al final cedió en el empeño de dejar de llorar y trabajó en no pensar en las mazmorras, atentó a la conversación de los tres chicos, engañando a su mente con un falso entretenimiento.
Por fin llegaron al lugar, lentos por su culpa, pero sin percances. Delante suya tenía lo que podían ser las ruinas del propio letargo, con claras diferencias estructurales pero al final mucho en común. Era una pena de lugar pero mucho mejor que cualquier plan que hubiera trazado el coreano.
- Gracias.- Repitió. En parte para convencerse de dejar de llorar, al fin y al cabo había sobrevivido y ahora tenía techo y compañeros.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Ruinas de Margalar
13/09/17, 04:09 pm
Tan pronto llegaron Bandrael puso a hervir un cubo de agua. La cocina estaba intacta, pero los tablones usados dejaban claro que habían tenido días mejores: como parte de puertas, de armarios, de marcos de todo tipo.
—Hemos tenido que saquear y romper todo tipo de cosas para conseguir madera —explicó Ran a Hyun tras ayudarte a sentarse en una silla. Tras esto dio una palmada a Amaro, quien también se había sentado—. Menos mal que tenemos aquí a alguien fuerte.
—Tirar un armario es fácil si tienes la palanca adecuada —por una vez en la voz del Cercano había un leve rastro de humor— Y luego no es más que encontrar restos útiles. Por cierto—lanzó una mirada cargada de curiosidad a Hyun—, ¿qué hacías allí? Tu cuerpo está en un estado bastante menos lamentable que el de los comatosos, así que imagino que ya llevas un tiempo despierto.
Mientras tanto el nublino trabajaba como un huracán. Había sacado vendas y paños limpios y los había echado en el agua. El carabés, por su parte, cogió de una de las cestas una pieza de fruta y comenzó a comérsela.
—Hemos tenido que saquear y romper todo tipo de cosas para conseguir madera —explicó Ran a Hyun tras ayudarte a sentarse en una silla. Tras esto dio una palmada a Amaro, quien también se había sentado—. Menos mal que tenemos aquí a alguien fuerte.
—Tirar un armario es fácil si tienes la palanca adecuada —por una vez en la voz del Cercano había un leve rastro de humor— Y luego no es más que encontrar restos útiles. Por cierto—lanzó una mirada cargada de curiosidad a Hyun—, ¿qué hacías allí? Tu cuerpo está en un estado bastante menos lamentable que el de los comatosos, así que imagino que ya llevas un tiempo despierto.
Mientras tanto el nublino trabajaba como un huracán. Había sacado vendas y paños limpios y los había echado en el agua. El carabés, por su parte, cogió de una de las cestas una pieza de fruta y comenzó a comérsela.
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