Sobre lo que ocurrió en margalar

Llevaban ya un rato hablando, Hyun sabía qué quería decir, pero no dejaba de ser dificil. Estuvó a punto de hacerlo en un momento dado pero Daer se unió a la conversación. Ahora se había ido y quizás no tendría otra oportunidad. En el dormitorio solo quedaban Charlie, Dafne, Tayron y el coreano. Hyun se cambió de posición por decimo-octava vez, no encontraba la posición comoda. Hacia unos segundos que no prestaba atención a la conversación. No sabía con seguridad lo que estaba cortando.

- Oye - cogió un poco de aire. Era cierto que ya hacia un par de semanas que lo que había vivido no lo impedía dormir, y tampoco pensaba demasiado en ello, pero seguía siendo algo horrible. Seguía siendo algo de lo que no hablaba. Y en el secretismo que guardaba, también había un punto de atractivo. En cierto modo le gustaba tener ese secreto. No. Los que estaban ahora en la habitación eran lo único bueno que le quedaba en Rocavarancolia, y quería que lo supieran - El día que me encontrasteis, me iba a suicidar ¿Lo sabíais? - Quizás un cambió de tono demasiado repentino.

-¡No es verdad!- se quejó Tayron fingiendo exagerado enfado sin éxito con un semblante tan poco serio que cualquiera podría soplarle y terminaría por reírse también. El humano miraba con los ojos como platos a Dafne, quien apoyando la cabeza en su pecho le contaba al estadounidense uno de los sueños eróticos del belga, que por supuesto le incluían a él.
-Pues cuéntalo tú.
-Bien- carraspeó dando tensión al ambiente. Charlie se removió en su cama, rojo por las risas- coño, es que no se puede soñar tranquilo. A ver, no es verdad, Charlie, tú estabas en la cocina mientras yo iba vestido de fontanero pero no al revés.- el muchacho abrió la boca formando una gran O de sorpresa pensando que lo que iba a hacer era desmentir lo que decía la noruega rotundamente.
-¿Espera qué? ¿No ibas a negar el sueño?- preguntó la chica haciéndole cosquillas al hablar en el pecho. Tayron se desternilló de risa.
-¿Cómo? ¿Por qué iba a hacerlo? Fueron varios sueños de alta calidad.
-¿Varios? ¿Más de uno?
-¡Claro!
-¡Pero Tay!- y le pegó un pellizco mientras bromeaba, a su vez Charlie ahogó las risas con la almohada más cercana.
El muchacho levantó las manos en el aire, como excusándose.
-No me arrepiento de nada.

Y habría relatado como ambos jugaban a las cocinitas cuando Hyun les interrumpió de forma clara. Tay giró la cabeza hacia el coreano extrañado, aún con alguna sombra de felicidad en su rostro. No estaba acostumbrado a que su amigo irrumpiera directamente y menos para cambiar de conversación de forma tan cantosa.
Con la palabra suicidio sus músculos se pusieron en tensión, Dafne se incorporó y a lo lejos por el rabillo del ojo vio como Charlie también levantaba la cabeza de la almohada. Tay miró a los ojos de Hyun con preocupación y tristeza, pero en el fondo con terrible curiosidad. Iba a hablar, por fin. Como correspondiendo a sus sentimientos Dafne aferró la mano entorno a la suya por debajo de las sábanas.
-Yo...- ¿qué podía decir?. Saberlo no lo sabía con certeza, pero siempre había pensado que esa era su intención. Arrojarse al vacío. Que hacía sino en aquel lugar al filo de la muerte. Y aquella expresión en la cara... ojalá no supiera lo que era sentir aquello- estabas lleno de sangre- recordó, con temor a abrir demasiado la boca segundos después- ¿qué te pasó?- había estado deseando hacerle aquella pregunta con la certeza de que alguna vez podría contestarle que no se lo creía.