Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

-¿Tatuaje? Eh...ya...vale, pues...Buenas noches. Los bocadillos están en la cocina y...-señalo al chico con un dedo.-Ir por la vida de machote no te quitará el hambre, deberías cenar algo después de un día entrenando.-luego me encojo de hombros.-Pero es tu vida. Que descanséis.
Me voy a mi cuarto y cierro la puerta. <<¿Tatuaje? ¿Dónde? Venga ya, no puede mostrarlo en público?>> Niego con la cabeza y me tumbo en la cama <<Tatuajes...sí, claro>> Como siempre, repaso el libro de armas <<Tengo que probar este escudo con las ratas, mañana quizá. A ver quién me acompaña esta vez. Y más le vale comer algo si quiere acompañarme>>

jack se va...-que conversacion tran extraña...-me giro hacia erika con una sonrisa.-bueno, que descanses bien, y no tengas pesadillas, no es bueno para la salud.-mañana ya veremos si brilla el tatuaje, y te podemos buscar unos cuchillos, que me has dejado impresionado con tu lanzamiento.- añado al recordarlo.

Me quedo impresionada con la respuesta de Jack, parecía algo. ¿Enfadado?:
-Te aseguro que no se que mosca le ha picado, hablare mañana con él.- Me quedo mirando a Skull.- Descansa tú también y no pienses en los ojos dorados, que al final no duermes.- Buscarme cuchillos, esa parecía una buena idea.- Todo eso mañana, aunque espero no estar dormida para entonces.- Empiezo a andar lentamente hacia mi habitación.- Bueno, pues ya sabes, buenas noches.- Me despido y me voy.
Al llegar a mi cuarto me tumbo en la cama. Al principio me cuesta quedarme dormida, pero al final caigo rendida.

Veo como se aleja y entro en mi habitacion. Estoy agotado y tengo miedo de volver a caer el la profundidad de los ojos dorados. Tiro la camisa sobre una silla y me dejo caer en la cama. Despues de tanto tiempo, se hace extraño tener a alguien a quien considerar un amigo. Al fin y al cabo, a pesar de las pesadillas, puede que este no haya sido un mal dia. Con estos pensamientos me duermo feliz, precipitandome al mundo de los sueños, que en breve se tornarian pesadillas, protagonizadas de nuevo por los intensos ojos dorados.

Cuando abro los ojos, recuerdo todo lo sucedido el día anterior.
En realidad, no hice demasiado, excepto dedicarme a meditar sobre payasos y tormentas.
Así que supongo que hoy me tendré que poner al día con mi entrenamiento. Me pregunto entonces si Alex estará en alguna parte del burdel o habrá salido de visita a algunos de los torreones. Agh, tengo muchísimas ganas de verle...
Me levanto entonces, y voy hacia la cocina, para coger más fruta. Tras reposar unos segundos, sentada en un puff del salón, bajo al dojo, sacando mi daga.
Bien. Ahora me toca ponerme al día, e intuyo que no va a ser fácil.

Cain estaba asomado en la baranda de madera del último piso, mirando al vacío, hacia la brillante fuente del salón que se veía desde allí. Llevaba bastante tiempo dándole vueltas a la cabeza; sobre los anillos dorados, sobre aquel extraño cementerio, sobre la Luna Roja... El día anterior había encontrado el libro de historia que había sacado de la biblioteca una de las chicas. Era el único que no había leído, tal vez lo tuviese alguien en alguna habitación, o hubiese pasado desapercibido al no ser un libro con sentido práctico inmediato. Sea como fuere, enseguida se lo llevó a su habitación para leerlo con tranquilidad. Más que un libro de historia parecía algún tipo de leyenda, un cuento para niños... No tenía forma de saber si lo que narraba el libro era ficticio o si había ocurrido de verdad... Esos siniestros y perversos hermanos, Hurza y Harex, la Luna hecha de magia, Rocavaragálago... Todo resultaba tan surrealista. Pero la falta de luna en el cielo por las noches, el hecho de que algunos hubiesen logrado hacer magia, todo lo que les había ocurrido en esa extraña ciudad, le animaban a creer que era cierto, que posibliemente una luna carmesí hecha de magia pura iba a aparecer en el cielo... Pero cuando? Cuando llegaría la Luna Roja? Como les afectaría? Seguramente aumentaría su poder... tal vez los que no habían podido aprender hechizos puedan entonces. <<Seguro que no me canso tanto...>> piensa. Apoyó la barbilla sobre los brazos cruzados y gritó:
-¡Marco!
-Polo!- se oyó en la otra punta del burdel. Aquél hechizo de grabación tan simple, tan tonto, le había cansado de una forma absurda. Había grabado su voz en una piedra y la había escondido en una parte dle burdel, de vez en cuando gritaba la palabra clave que activaba el hechizo para comprobar si aún le contestaba. Era un juego bastante estúpido...
Decidió bajar de una vez a comer algo, llevaba desde la noche anterior sin probar bocado...

Tras varios días en los que he estado como un fantasma por el burdel, saliendo apenas de mi habitación y solo para comer, aparezco en el salón con no muy buen aspecto. Voy vestido con una bata que me está grande y casi arrastra al caminar. Tengo el pelo despeinado y ojeras como de no haber dormido en mucho tiempo.

Al principio, mi intención había sido coger el libro de magia para aprender a hacer hechizos, como hacían Caín y Kaila, por ejemplo. Pero después de varias horas intentándolo sin ningún éxito, me rendí y lo volví a colocar en su sitio para volver a enfrascarme con el diccionario. Ahora se podría decir que tengo empacho verbal rocavarancolés, pues no hay nada más aburrido que pasarse varios días muertos tan solo estudiando un diccionario, pero no me queda de otra.


Saludo a los allí presentes con la mano y me dirijo a la cocina con la intención de picar algo. No sé las horas que llevaré sin comer y mi estómago ya ha empezado a quejarse.

Me incorporo de golpe en la cama. He vuelto a tener la misma pesadilla, pero por alguna razon solo soy capar de recordar los ojos dorados. El resto del sueño se desdibuja de mi mente cuando abro los ojos. Me levanto de la cama y me pongo la ropa. mientras me abotono la camisa, recuerdo lo que le prometi ayer a Erika. Me pongo el cinturon, y tras coger los cuchillos, salgo al pasillo. Me dirijo a la habitacion a la que vi dirigirse a Erika cuando se despidio, ya llamo a la puerta.
-¿hola?.-pegunto sin mucho convencimiento.

Cain estaba cociendo un cereal extraño parecido a la quinoa cuando entró Dirke con muy mala cara.
-Hey, estás bien?- le preguntó- Llevas días sin aparecer, qué has estado haciendo?- el chico no respondió, seguramente no le habría entendido... Cain siguió cocinando y le preparó un plato con quinoa y tiras de carne rebozada con sésamo. También frió unas tiras de pimiento. Él siempre había odiado el pimiento, pero desde que llegó a la ciudad y al ser la verdura más abundante y versátil de las cestas había acabado por gustarle. Vio al chico comer mintras bebía un zumo templado y cuando terminó recogió los platos y subió al tercer piso. entró en una habitación que se asemejaba a una sala de tortura y rebuscó entre los artículos de cuero. Encontró un chaleco negro de cuero con cordones y se lo probó. Se sorprendió al ver que no le quedaba mal del todo. Se miró en un enorme espejo que había en la habitación, con los vaqueros destrozados y sus botas militares. Sonrió. Volvió a su cuarto a por algunos talismanes y revisó el atlas. Debía seguir buscando hierbas, y durante la visita al cementerio no se había fijado en ninguna planta, solo en las tumbas y sus adornos. En el atlas venía otra zona verde: los jardines de la memoria. Podría ir allí a ver si encontraba alguna de las hierbas de su lista... Repasó las zonas emborronadas de su mapa y se lo guardó, bajando las escaleras para ver si había alguien despierto que pudiese acompañarle.

Despierto, como siempre, hecho un lío en la cama...Pero esta vez tiene una explicación: la luz que entra por el balcón, que me molestaba en los ojos <<A ver si me molesta para salir...>> Me siento en la cama, de espaldas a la cortina, me calzo las deportivas y hoy decido vestirme el chándal con la camiseta de manga corta. Salgo del cuarto con el látigo atado esta vez en el brazo izquierdo y veo al chico de anoche plantado en la puerta de Erika. No sé por qué, pero siento algo raro, como mosqueado por su presencia ahí, justo ahí. Ni siquiera le saludo, solo le dedico una mirada extraña y bajo las escaleras. Me ruge la barriga por el camino, así que me acerco a la cocina. <<Bingo>> Pienso, sonriente, al ver a Dirke despierto. Quizá podamos terminar la ballesta, su ballesta. Caín ha debido estar por aquí hace poco, huele a comida y justo Dirke está comiendo.
-Hola.-le saludo, luego intento seguir.-Buenas tardes. ¿Qué tal ...dormir?
Luego, mientras espero a que responda, me cojo una manzana y empiezo a mordisquearla. <<Plan del día...Despertarme más temprano, ir a por las cestas, hacer la ballesta, desollar las posibles ratas cazadas y lo que surja...Vale...¿Y qué me ha pasado antes en el pasillo? Si apenas conozco al chico, por qué le miré así? No sé si prefiero vivir solo o con tanta gente...No estoy acostumbrado a tantas emociones nuevas y extrañas...>> pienso, con la mirada perdida.

El sueño de esta noche no había sido una pesadilla. Sinceramente no me acordaba de lo que había soñado solo sabía eso. Me quedo tumbada en la cama boca arriba con los brazos y las piernas estiradas, <<Uno noche de tranquilidad, por fin>> . Como era de esperar no sabía ni que hora era, algunos días me despertaba por la noche, otras por la tarde o a veces dormía durante varios días seguidos, una vida sin horarios...No está tan mal.
Me quedo embobada todavía tendida en la cama cuando llaman a la puerta. Me levanto y me miro en el espejo; Esta vez no tenía los ojos rojos, cosa que agradecía mucho. Improviso una coleta y abro la puerta. Apoyado en el marco de la puerta me encuentro a Skull:
-Vaya vaya, que sorpresa, ¿Qué te trae por aquí?

Cuando veo que Erika abre la puerta, sonrio.-menos mal que he acertado, no las tenia todas conmigo de que fuera tu habitacion. Pues me traen por aqui un par de promesas que hice ayer, algo sobre un tatuaje y unos cuchillos.-bromeo.- por cierto, ¿te conseguiste librar de las pesadilllas, o han vuelto?-digo al recordar la noche anterior, y me estremezco involuntariamente.

-Cierto, tus promesas, pues si antes no te importa tengo que bajar a la cocina a por algo de comer, cosa que tú también deberías de hacer, ¿Desde hace cuanto que no comes?- Más que su compañera parecía su madre dándole órdenes. Sin esperar respuesta salgo al pasillo y cierro la puerta de mi habitación. Mientras bajamos a la cocina respondo a su pregunta.- No me acuerdo de lo que he soñado, pero estoy segura de que no ha sido una pesadilla...No me he levantado, gritando o llorando, así que bien, una buena noche.- Entonces recuerdo lo de los ojos dorados.- ¿Has soñado con los ojos dorados?
Llegamos a la cocina y vemos a Jack y Dirke, lo dos están hablando y comiendo. Me acerco a una pila de fruta que hay y cojo una pieza que empiezo a mordisquear al instante:
-Hola.- Saludo a ambos y me siento en una silla.

Llegamos al burdel al cabo de un rato, el viento sopla de cara, pero voy tarareando suavemente y apenas me doy cuenta, la bufanda me protege del posible polvo que pueda arrastrar el viento, cuando llegamos a la puerta del burdel, tras sortear las barricadas de lanzas ...
-No vamos a entrar ¿de acuerdo? - le pregunto a Elliot - ... llamaos, si vienen bien, si no ... pues no se, pero les esperamos aquí, si no se hará tarde y se nos ira el día ...
Ya en la puerta alzo el puño y llamo con mis tres golpes habituales, mientras esperamos a que habrán miro a Elliot de reojo ... ¿parece mas tranquila?, puede ... no lo se, quizá el viento la siente bien, pero parece que necesita algo mas, quizá un poco de espacio, no se lo concedo ... no quiero que este incomoda, pero ya tendrá espacio cuando lleguemos a donde vayamos y se pueda estar minimamente seguros ...
Miro a mi espalda mientras estoy atento a la puerta, los bichos que rodean el burdel a veces se entreven en las sombras de los callejones ... me fijo en las nuevas defensas, en los balcones hay montados dos de lo que parecen una especie de parapetos, en los que hay fijados unas ballestas pequeñas ... es un sistema ingenioso, que puede ayudarlos a recoger las cestas, habría que mejorarlo, pero esta muy bien para empezar, yo no lo habría hecho mejor, posiblemente lo habría hecho peor ....

Caín me hace algo de comer y no puedo evitar meter las narices casi en el plato para olerlo... Suspiro y me pongo a comer como si llevara años sin probar bocado. No sé lo que es, pero puedo asegurar que está riquísimo. Aunque, pensándolo bien... <<Nunca he probado algo de Caín que no me haya gustado. Es un buen cocinero>>. Le doy las gracias antes de que se vaya y al rato aparece Shass.

-¡Hola! Buenos días-le saludo mientras sigo comiendo. Me pregunta algo y, tras tragar lo que tenía en la boca, respondo torpe y lentamente, para no equivocarme-. Yo no dormo mucho, estoy cansado... Pero no paso nada- le dedico una sonrisa antes de volver a casi meter la cabeza en el plato.

Camino por el pasillo al lado de Erika.- Bueno, ayer comi fruta, pero si que es cierto que tengo hambre.-Sonrio con su tono, me recuerda a como me hablaba mi madre cuando era pequeño.-Me alegro por ti, yo si he recibido otra visita de los ojos dorados...y estoy cansado.-Entramos en la cocina.-Hola.-Les saludo.-¿Sigue por aqui el bocadillo que mencionaste ayer?-Le pregunto a Jack con una sonrisa.