Torreón Sendar
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Sendar
19/09/12, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Ya antes de la Batalla de Rocavarancolia éste era uno de los mayores torreones de la ciudad. Quedó destruido por un explosivo que le arrancó sus cuatro plantas superiores, dejando tan sólo dos, aunque más tarde se reformó convirtiéndose en un torreón de cuatro plantas. Su base es circular y está protegido por un foso frente a la puerta, mientras que en la parte trasera hay un risco de varios metros de profundidad.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
- Recetario integral de Persilia Sukaldaria:
- RECETARIO INTEGRAL DE PERSILIA SUKALDARIA
Libro de unas 150 páginas encuadernado en cuero. El título está escrito con letras cursivas y enrevesadas y un poco de relieve que ocupan toda la cubierta, donde no hay ninguna ilustración. En la parte trasera hay una sinopsis escrita en un recuadro decorado.
Sinopsis
¿Aburrido de cocinar siempre lo mismo? Adéntrate en mi recetario integral, donde he volcado años de experimentación combinando las delicias de todos los mundos conocidos. Entrantes, picoteo, postres y todo tipo de platos tradicionales con una vuelta de tuerca… ¡las mezclas de sabores nunca vistas conquistarán tu paladar y el de tus comensales!
Más de 100 increíbles recetas.
¡Incluye un anexo de venenos que se camuflarán perfectamente en tus platos y un grimorio de cocina con los hechizos imprescindibles para cualquier chef!
Anexo
LOS VENENOS MÁS DISCRETOS
Tanto si quieres provocar una diarrea como si tienes más interés en matar a comensales indeseados (…) este anexo imprescindible en cualquier recetario que se precie (…).
(La página está rota y, el resto de este anexo, arrancado).
GRIMORIO DE COCINA DE PERSILIA SUKALDARIA
Todo cocinero debe dominar estos hechizos, a los que he hecho referencia a lo largo del recetario. Descubre conmigo cómo realizarlos si todavía no los conocías.- Leyenda de colores y niveles:
- Mago
Brujo alto
Brujo bajo
• ¿Tienes carnes difíciles de cortar y despiezar? Prueba con el hechizo de corte.- Instrucciones:
- Corte: invoca un diminuto filo invisible de ondas que hace un corte en la superficie señalada. Hay muchas variaciones de este hechizo que, a altos niveles, permiten hacer cortes enormes o en profundidad. Un brujo bajo suele ser capaz de hacer rasguños en carne desprotegida o tallar madera. Un brujo medio podría cortar madera, arañar metal o hacer cortes superficiales en carne desprotegida. Mientras que un cosechado nivel mago podría hacer arañazos más profundos en el metal o tajos sobre carne.
Como hechizo físico que es, sus efectos dependen de la dureza y resistencia del material objetivo.
Lanzamiento a ojo, los gestos de la mano delimitando la dirección de los cortes. Conjuración rápida.
• ¡Con el hechizo de homogeneización no vuelvas a dejarte los brazos batiendo!- Instrucciones:
- Hechizo de homogeneización (*): hechizo que acelera la homogeneización de un líquido, suele aparecer un pequeño torbellino. En su defecto, implica que el líquido dé vueltas.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• No encontrarás nada más rápido para encender el fuego que esto: hechizo de invocar llamas.- Instrucciones:
- Invocar llamas (**): Un brujo bajo puede hacer algunos chispazos y llamas de vela (*). Un brujo alto puede invocar llamas ligeramente más grandes que las de vela que, si es hábil o controla bien el hechizo, puede manejar con las manos sin que le quemen (**). Un mago puede encender hogueras pequeñas en poco tiempo e invocar fuegos de antorcha (***).
Importante: Estas llamas no pueden arrojarse como proyectiles ya que necesitan sustentarse o bien en la magia de quien las invoca o bien en un combustible (madera, grasa...) y si se alejan demasiado del invocador y carecen de combustible, se apagan. Sin embargo pueden usarse como arma de corta distancia.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida.
• También es importante conocer estas soluciones para medir la temperatura, la concentración de sal, la presión dentro de la olla, la densidad de un líquido o el tiempo hasta que esté listo tu plato:- Instrucciones:
- Hechizos medidores de magnitudes sencillas: forman una pequeña esfera fantasma que cambia de color según la intensidad de la magnitud a medir. Son diferentes variedades de un mismo hechizo que permiten medir la temperatura, la presión, la densidad de un material, el tiempo (para lo que hacen falta conocimientos adicionales y nivel de brujo alto para configurar el medidor), o la concentración de un determinado soluto (posible a niveles a partir de brujo alto).
Si una esfera no está configurada, ésta tenderá a habituarse a la cantidad de magnitud a la que esté expuesta y la establecerá como su nuevo punto de equilibrio, asociándola con el color intermedio.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida-media.
• La solución más rápida para calentar o enfriar tus platos rápidamente es, sin duda, el hechizo térmico.- Instrucciones:
- Térmico: aumenta o disminuye notablemente la temperatura de un objeto de tamaño pequeño (*). Con práctica pueden limitarse esos cambios a una dirección controlada por el mago (chorros de calor, [**]). Puede anclarse a una sala concreta, creando una cámara frigorífica (***): no obstante es necesario repetir varias veces el hechizo si se quiere usar una habitación como congelador ya que este hechizo supone solamente un descenso térmico. Van de fuera a dentro.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida-media.
• ¿Quieres catar la comida solo con el aroma? ¿Estás en otra habitación y necesitas saber que no se te esté pasando la comida? El hechizo de amplificación sensorial del olfato es un aliado imprescindible.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial olfativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores nasales. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• O, si quieres disfrutar de la comida como nunca, prueba esta otra variante: el hechizo de amplificación sensorial del gusto.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial gustativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores del gusto. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• ¿Te ha quedado muy aguada la comida? ¿Has echado demasiada agua a esa sopa? No te preocupes, ¡hay solución! ¡El hechizo de drenaje!- Instrucciones:
- Hechizo de drenaje: deseca superficies húmedas, evaporándolas o más comúnmente trasladando dicha humedad a otro recipiente deseado succionándola. Es un hechizo simple en su formulación pero con amplia variabilidad de potencia: puede secar desde un dedal de agua a un lago según la energía que aportes. (disponible a cosechados hasta el límite de sus fuerzas).
Lanzamiento por área. Conjuración rápida.
• ¿El aspecto de tu comida no es el que esperabas? ¿Quieres un resultado digno de reyes? Emplata como un profesional con el moldeado de materia orgánica.- Instrucciones:
- Moldear materia orgánica (**): el hechizo reblandece la materia al contacto con la piel del usuario, dejándola así por un tiempo. Sin embargo no altera su naturaleza, lo que moldees seguirá siendo lo que era aunque cambie de forma.
Lanzamiento por contacto, a ojo en el caso de hechiceros más experimentados. Conjuración rápida-media.
• Si el anterior era una maravilla infravalorada, este es una verdadera joya infravalorada. ¡Olvídate de desastres y queda bien siempre con tus invitados con el Nudo de Cerática!- Instrucciones:
- Nudo de Cerática (*): ¿harto de que se le desmoronen los sándwiches de más de dos pisos? ¿Cansado de que, al cortar una tarta, la mitad de la nata que la rellena se salga por los lados? ¡No se preocupe más! El Nudo de Cerática tiene la solución. Con este simple hechizo, podrá hacer una hamburguesa de diez pisos, luego cortarla en rodajas perfectas, ¡y hacerse un bocadillo de hamburguesa! El Nudo de Cerática lo mantiene todo en su sitio perfectamente. ¿Los sanjacobos le estallan llenándole el plato de queso? ¿Teme morder un taco por miedo a llenarse el regazo de salsa picante? ¡Se acabó, gracias al Nudo de Cerática! ¡No me puedo creer que no sea una variación del hechizo tapón!
El Nudo de Cerática se anula al cortar rodajas o mordiscos lo suficientemente finos, o con los ácidos gástricos. Cuesta más cuanto más endeble, complejo y líquido sea su sándwich.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• ¿A tu comida le falta esa chispa de color que hace que se coma con los ojos? ¿O quieres darle un toque exótico? Si no tienes colorantes alimentarios a mano, el hechizo de cambio de color será tu mejor aliado.- Instrucciones:
- Cambio de color: hechizo que sirve para colorear materia. No se limita a aplicar una capa de color externa o modificar el color de la superficie, sino que cambia el propio color que posee un material, dejando una pequeña huella mágica reconocible mediante hechizos específicos. Se puede graduar: aplicar colores diferentes (en todos los sentidos), hacerlo uniforme, solo en cierta parte del material, etc.
- Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
- Los cosechados nivel mago pueden modificar completamente el tono (aunque todavía quedará algún matiz del antiguo). Con esfuerzo puede aprender a aplicar leves matices y gradaciones no muy extremas. Necesitan (*****) para objetos grandes.
- A partir del nivel moderado bajo se pueden aplicar colores y gradaciones sin límite en cualquier objeto, costando más energía y concentración cuanto mayor sea el tamaño de la cosa en cuestión y cuandos más colores y matices quieran usarse.
Lanzamiento a ojo. Conjuración media a larga (dependiendo de las cláusulas que tenga). - Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
• ¿Le falta aroma a tu plato? ¿O tienes algún ingrediente que ocultar a tus comensales? Mejora o altera las propiedades organolépticas de la comida con el hechizo de olor falso.- Instrucciones:
- Hechizo de olor falso (*): El hechicero que lo realice puede hacer que aquello que toque desprenda un olor que tiene que ser muy familiar para aquel que realiza el hechizo. El coste aumenta a medida que aumenta el área afectada por el hechizo. El olor se va de golpe a los tres días. Más convincente será el engaño cuanto con más detalle lo recuerde el mago, aunque hay que tener en cuenta que el olor resultante puede verse afectado por la subjetividad del que realice el hechizo, al basarse en sus recuerdos al fin y al cabo.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
• ¿Harto de que se te derramen líquidos en la cocina? Hechiza tus recipientes con la maravilla infravalorada que es el hechizo tapón.- Instrucciones:
- Hechizo tapón (*): hechizo que impide que un líquido se derrame de su recipiente.
Lanzamiento por área, aplicado generalmente a la boca del recipiente. Conjuración muy rápida.
• ¿Tienes las manos de mantequilla? Literal, o figuradamente. ¡Endurece tus tarros de cristal con la protección contra ruptura!- Instrucciones:
- Protección contra ruptura (**): aplicado a objetos frágiles, evita que se rompan con tanta facilidad. A más resistencia que se quiera incrementar y mayor la superficie del objeto encantado, más energía requiere.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración rápida-media.
• ¿Te has manchado cocinando? El hechizo de limpieza de ropas es la solución.- Instrucciones:
- Limpieza de ropas (**): elimina manchas, arrugas y limpia en general las prendas de ropa que desee el mago (es un agregado de varios hechizos unificados en uno solo).
Lanzamiento por anclaje. Conjuración muy rápida.
• O también, si sueles quemarte cocinando (a ti, o tus pertenencias), también tienes solución con el hechizo ignífugo.- Instrucciones:
- Hechizo ignífugo (**): encanta prendas de ropa, personas u objetos para que sean inmunes a fuego normal.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
- Grimorio para principiantes de Platero:
- Barrera de inercia:
- -Barrera de inercia: (***) de nombre engañoso (no es una barrera en absoluto) en el área delimitada impide que cualquier objeto o persona desprotegidos sean levantados del suelo, y que los atrae irremediablemente hacia el suelo si ya están en el aire. No obstante, también impide cualquier acción voluntaria que implique levantar ambos pies del suelo a la vez, como saltar o emprender el vuelo (se puede correr pero con más torpeza). Si se invoca mientras el objetivo está en el aire, al caer lo hará infaliblemente pies por delante.
Físico. Lanzamiento por área. No es inversible, lo que quiere decir que incluso el lanzador, si está en el área delimitada, se verá afectado. Conjuración media.
- Campo de fuerza:
- -Campo de fuerza (** el espacio para una persona, una campana grande ***, el espacio equivalente a una habitación ****): en forma de media esfera (con una especificación puede formar una esfera completa) bloquea proyectiles de tamaño considerable como si éstos hubieran chocado ante una barrera invisible, en un radio variable según la destreza del mago.
Físico. Inversible. Lanzamiento por área. Conjuración rápida-media.
- Curación nívea:
- -Curación nívea: (****) (utilizable cerca de la Luna Roja). Combate venenos que cursan con fiebre y repara quemaduras; actúa a modo de incentivo para que el organismo siga funcionando y reparándose a sí mismo. Evita que la sangre se coagule y que los órganos se colapsen, además de ejercer un efecto refrescante sobre el organismo en general. No obstante no puede mantener indefinidamente con vida a un moribundo: el organismo depende cada vez más de ese impulso artificial y usarlo en demasía puede provocar que si se le deja a solas empeore considerablemente.
Lanzamiento por área: se hace un barrido con la mano que abarca al área quemada o a la persona envenenada. Es necesario que se aplique sucesivas veces y con regularidad, del mismo modo que se debe renovar una cataplasma o emplasto.
Conjuración media-larga.
- Desvío:
- -Desvío (**, pero variable a más según la potencia de lo desviado): Interfiere en la trayectoria de un hechizo que ya haya sido lanzado. Requiere gestos intuitivos para desviar el encantamiento en una dirección u otra. Siempre requiere menos energía que bloquearlo o disolverlo, pero también reflejos. Si el hechizo es demasiado potente, probablemente no se podrá desviar lo suficiente o hacerlo requerirá demasiada energía. (El coste orientativo indicado arriba es el que ofrecerán unos hechizos ofensivos de potencia moderada en términos de cosechado: se han obviado los más débiles porque normalmente ésos no suelen constituir una verdadera amenaza, y los que les sean lanzados con verdaderas intenciones de daño les costarán más) Si se desvía a demasiada poca distancia el coste será prácticamente el mismo que el de bloquearlo: si se hace a distancia cercana pero prudencial (la típica en duelos de magia) una unidad menos, si se tiene cuidado de poner distancia de unos cuantos metros llegará a dos unidades menos.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
- Hechizo de impacto:
- -Hechizo de impacto: potente golpe mágico que actúa como una bola de demolición (***). Puede gradarse hacia abajo para actuar a modo de empujón de moderado (*) a potente (**).
Lanzamiento por disparo de alcance largo. Conjuración media.
- Levitación:
- -Levitación: un hechizo exigente mentalmente, cansa más de lo acostumbrado. Cuando una persona levita lo más normal es caminar sobre el aire; uno puede dejarse arrastrar simplemente por el hechizo sin moverse, pero la sensación de indefensión es mayor.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.- Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Brujos altos: Un baúl con poca práctica, una persona (***) con práctica.
- Magos: Una persona con algo de práctica, objetos muy pesados (****)con mucha práctica.
Si el objeto que levantado es un puñado de botones (los cuales entran en la categoría de objeto ligero) contarían como un solo asterisco. Lo que cuesta más es la concentración necesaria para mantener tantos objetos distintos en el aire a la vez. - Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Parálisis:
- -Parálisis (***): envuelve al objetivo en un aura azulada al lanzarlo. Sus efectos duran cerca de una hora si se aplica a una única persona. Inmoviliza por completo, y su coste aumenta proporcionalmente a lo voluminoso del objetivo.
Lanzamiento por disparo de alcance corto, por contacto o por área a varios objetivos. Conjuración media.
- Traspaso de energía:
- -Traspaso de energía: no un hechizo en sí, aunque necesita de un chispazo de magia para arrancar. No obstante la energía puede tomarse de alguien no mágico (los efectos se detallan en el post de Sistema de magia). El proceso es perceptible para ambas partes y puede gradarse a voluntad: no obstante si el traspaso de energía es excesivo por parte de la parte emisora y ésta se desmaya o pierde el conocimiento, el enlace entre ambas personas se rompe y el traspaso se interrumpe. Es el mecanismo de funcionamiento de muchos amuletos.
Lanzamiento por contacto. Conjuración muy rápida.
Notas:
-Este grimorio también contiene varios de los hechizos que también venían en el libro de cocina (corte, térmico...).
-También pueden aprender de él cómo anclar hechizos.
-A lo largo de los meses se irán traduciendo más hechizos y añadiéndolos a esta lista.
- Ver mensajes archivados:
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Sendar
29/10/24, 06:44 pm
Los muros de Sendar no representaban el alivio familiar que sentía cada vez que los avistaba en la distancia. Internarse más allá de las paredes del torreón era admitir que el grupo regresaba incompleto y sin gracia, con Ethan y Nohlem perdidos a saber dónde. O con un destino peor en el que no quería pensar.
Menos mal que Räg había cedido en no dejarles aún por una buena causa. Aniol no se podía encontrar más aliviado por esa decisión, así como que Rick le hubiera apoyado en un momento tan difícil. Por todo esto el niño no se despegó del neoyorquino durante el trayecto, siguiendo la estela de su arco allá donde enemigos invisibles se apostaban, y manteniendo la campana mágica alzada hasta que Colmillo les abrió el puente.
El pequeño se dejó caer en el suelo, cerca de Airi y apoyando la cabeza en el hombro del sanaí. Comenzó a suspirar y sollozar en silencio. No se atrevía a mirar a Connor y ver que aún seguía paralizado. Tampoco podía prestar sus manos para ayudar a Rick con el agua y las vendas.
Ahora sí se dejaría hacer, tan solo necesitaba reconectar consigo mismo y seguir siendo un niño hasta dentro de un ratito, cuando tuviera que fingir que era más mayor de lo que era.
—Quiero irme a casa... —el rostro amortiguado contra la ropa no dejaba escapar su voz con normalidad, le dolía hasta la cabeza de tanto moco. Con las manos extendidas le pidió un abrazo a Damian, sin la intención de mover el culo hacia él para conseguirlo—. Quiero que todos volvamos, mis hermanas os acogerán en mi hogar. No quiero separarme... de nadie... nunca más.
No lo soportaba. Tanta distancia con el medio japonés y el granta casi dolía de manera física.
Menos mal que Räg había cedido en no dejarles aún por una buena causa. Aniol no se podía encontrar más aliviado por esa decisión, así como que Rick le hubiera apoyado en un momento tan difícil. Por todo esto el niño no se despegó del neoyorquino durante el trayecto, siguiendo la estela de su arco allá donde enemigos invisibles se apostaban, y manteniendo la campana mágica alzada hasta que Colmillo les abrió el puente.
El pequeño se dejó caer en el suelo, cerca de Airi y apoyando la cabeza en el hombro del sanaí. Comenzó a suspirar y sollozar en silencio. No se atrevía a mirar a Connor y ver que aún seguía paralizado. Tampoco podía prestar sus manos para ayudar a Rick con el agua y las vendas.
Ahora sí se dejaría hacer, tan solo necesitaba reconectar consigo mismo y seguir siendo un niño hasta dentro de un ratito, cuando tuviera que fingir que era más mayor de lo que era.
—Quiero irme a casa... —el rostro amortiguado contra la ropa no dejaba escapar su voz con normalidad, le dolía hasta la cabeza de tanto moco. Con las manos extendidas le pidió un abrazo a Damian, sin la intención de mover el culo hacia él para conseguirlo—. Quiero que todos volvamos, mis hermanas os acogerán en mi hogar. No quiero separarme... de nadie... nunca más.
No lo soportaba. Tanta distancia con el medio japonés y el granta casi dolía de manera física.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Sendar
02/11/24, 02:02 am
Airi agradeció que Rick se encargase de ir a por los utensilios para curar las heridas de Connor, ya que era urgente pero elle no se veía capaz de levantarse del suelo por el momento. Al cabo de un momento sintió el contacto de Aniol en el costado, y se giró un poco para permitirle acomodarse, pasándole después un brazo por encima del hombro para darle un apretón de ánimo y consuelo, rozando su cabeza también con la suya.
Le sanaí no sabía qué decir en un momento como aquel. Más bien, aquel día había perdido las palabras hacía bastante. Cuando Aniol volvió a hablar sintió un escalofrío. No era justo. Ninguno de ellos tenía que estar allí, pero él y Damian muchísimo menos.
Se separó un poco para dejar sitio al italiano en aquella pila de jóvenes destrozados cuando Aniol le pidió acercarse. Si venía, Airi extendería el abrazo a los dos.
—Nunca te vamos a dejar solo —le dijo a Aniol. Era la única cosa que podía responder sin mentirle. No podía especificar quiénes iban a estar con él o por cuánto tiempo, pero si algo unía a todo el torreón era la idea de que no iban a dejar a su suerte a los niños. Si al final todos tenían que volver a sus mundos, al menos sabía que ambos tenían tribus que les querían y cuidaban de ellos, cada una a su manera.
Le sanaí no sabía qué decir en un momento como aquel. Más bien, aquel día había perdido las palabras hacía bastante. Cuando Aniol volvió a hablar sintió un escalofrío. No era justo. Ninguno de ellos tenía que estar allí, pero él y Damian muchísimo menos.
Se separó un poco para dejar sitio al italiano en aquella pila de jóvenes destrozados cuando Aniol le pidió acercarse. Si venía, Airi extendería el abrazo a los dos.
—Nunca te vamos a dejar solo —le dijo a Aniol. Era la única cosa que podía responder sin mentirle. No podía especificar quiénes iban a estar con él o por cuánto tiempo, pero si algo unía a todo el torreón era la idea de que no iban a dejar a su suerte a los niños. Si al final todos tenían que volver a sus mundos, al menos sabía que ambos tenían tribus que les querían y cuidaban de ellos, cada una a su manera.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Torreón Sendar
03/11/24, 12:14 pm
El chico no tardó en ausentarse del salón para ir a por todo lo que hacía falta. Lo primero que hizo fue dirigirse al patio a por un cubo de agua. Empezaba a notar como la tensión del camino empezaba a hacer mella en él, pero por el momento tuvo que sacar fuerzas; ya habría tiempo de descansar en cuanto estuvieran todos allí a salvo. Y con todo lo que había ocurrido, necesitaba un descanso incluso de pensar.
Tiró de la cuerda del pozo hasta que el recipiente lleno llegó a la superficie y volvió con él para dentro. Dejó el cubo a un lado de Connor y fue a por el resto de cosas que tenían en los muebles de esa estancia, no sin antes fijarse en el cansancio que mostraban todos sus compañeros. Aquello lo sintió desolador y, por suerte, para cuando le salió una pequeña mueca de dolor ya se había dado la vuelta. Habían sido unos días muy duros, que solo sumaban a la pesada carga que llevaban desde que habían llegado a Rocavarancolia. La situación era insostenible, ¿pero qué podían hacer para cambiarla? De todos los misterios que se había planteado, probablemente aquel fuera el que más difícil y preocupación le daba.
De los cajones de uno de los muebles sacó varios trapos que habían preparado por si acaso llegaban heridos; cómo daba gracias de que contaran con el hechizo limpiador. Después, tomó una de las pastillas de jabón y llevó todo junto al cubo, listo para empezar con las curas. Aunque antes, la voz de Aniol captó su atención. De nuevo, otro vuelco al corazón con los ruegos del pequeño en medio del abrazo con le sanaí. El consuelo de Airi era uno que compartía con creces, tanto para el polaco como para el resto de sus compañeros, aunque en esas circunstancias notaba como el pesimismo acechaba entre las sombras. Se acercó hasta ellos, asintiendo para reforzar las palabras de le sanaí, y le puso una mano en el hombro a Aniol, con una firmeza acogedora y una expresión que intentaba dar ánimos aunque a él mismo no le vendría mal recibirlos. -Puedes estar seguro de que haremos todo lo posible para que sea así- dijo, y aunque le habría gustado dar más consuelo, el neoyorquino sentía que era lo único que podía añadir sin que fuera una mentira. Era algo que llevaban haciendo desde el principio y seguirían hasta que pudieran escapar de aquella pesadilla, pero tenía claro que todos eran conscientes de que aún con las intenciones y todos sus esfuerzos en ocasiones no había sido suficiente. Solo quedaba aprender y mejorar para que no tuvieran que despedir a nadie más.
Tiró de la cuerda del pozo hasta que el recipiente lleno llegó a la superficie y volvió con él para dentro. Dejó el cubo a un lado de Connor y fue a por el resto de cosas que tenían en los muebles de esa estancia, no sin antes fijarse en el cansancio que mostraban todos sus compañeros. Aquello lo sintió desolador y, por suerte, para cuando le salió una pequeña mueca de dolor ya se había dado la vuelta. Habían sido unos días muy duros, que solo sumaban a la pesada carga que llevaban desde que habían llegado a Rocavarancolia. La situación era insostenible, ¿pero qué podían hacer para cambiarla? De todos los misterios que se había planteado, probablemente aquel fuera el que más difícil y preocupación le daba.
De los cajones de uno de los muebles sacó varios trapos que habían preparado por si acaso llegaban heridos; cómo daba gracias de que contaran con el hechizo limpiador. Después, tomó una de las pastillas de jabón y llevó todo junto al cubo, listo para empezar con las curas. Aunque antes, la voz de Aniol captó su atención. De nuevo, otro vuelco al corazón con los ruegos del pequeño en medio del abrazo con le sanaí. El consuelo de Airi era uno que compartía con creces, tanto para el polaco como para el resto de sus compañeros, aunque en esas circunstancias notaba como el pesimismo acechaba entre las sombras. Se acercó hasta ellos, asintiendo para reforzar las palabras de le sanaí, y le puso una mano en el hombro a Aniol, con una firmeza acogedora y una expresión que intentaba dar ánimos aunque a él mismo no le vendría mal recibirlos. -Puedes estar seguro de que haremos todo lo posible para que sea así- dijo, y aunque le habría gustado dar más consuelo, el neoyorquino sentía que era lo único que podía añadir sin que fuera una mentira. Era algo que llevaban haciendo desde el principio y seguirían hasta que pudieran escapar de aquella pesadilla, pero tenía claro que todos eran conscientes de que aún con las intenciones y todos sus esfuerzos en ocasiones no había sido suficiente. Solo quedaba aprender y mejorar para que no tuvieran que despedir a nadie más.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Sendar
05/11/24, 01:30 pm
Solo pudo asentir, completamente devastado por lo que estaba ocurriendo. Tanto por el mismo momento presente, con Damian aferrado con fuerza a él y llorando, las emociones en las voces de todos (tanto las enunciadas en voz alta como las que no), como por lo que acababa de suceder hacía tan solo unos momentos, y por lo sucedido más minutos atrás. Ahora que ya se le había terminado por completo la adrenalina de una decisión que en caliente creía la mejor, incluso la única, opción y teniendo espacio para sentir culpabilidad por quienes dejaban atrás… Si no se derrumbaba ahí mismo era porque no se lo podía permitir por nada del mundo. No podía ser una carga más. No cuando en realidad acababa de serla, habiendo provocado una reacción tan visceral particularmente en los más pequeños.
Trató de estar alerta todo el camino, estando también pendiente por si tenía que relevar a Airi para levitar a Connor. El trayecto no era tan largo como para que le sanaí no pudiese llegar sin agotarse, pero en el último tramo estuvo muy pendiente de Airi por si notaba signos de perder el control y de paso echar un ojo al humano. Estar pendiente del bienestar de los demás le distrajo lo suficiente para no pensar demasiado hasta llegar a Sendar. Al menos hasta los gritos del italiano, que le sobresaltaron considerablemente y miró hacia atrás por inercia, como si de verdad todavía tuviesen a alguien tras sus pasos. Sin duda iban a tener que darle muchas explicaciones Szczenyak para que no se asustase de más… Aunque no es que no fuese a tener motivos de sobra para preocuparse.
Se afanó en un principio en ayudar con las heridas de Connor. No es que pudiera hacer mucho, como de costumbre, pero toda ayuda era poca y más con Aire exhauste. Cambiaría sin dudarlo algunos de los hechizos que tenían por conocer la forma de conjurar el efecto de aquel colgante. Era una suerte que al menos contasen con él, y desde luego el texano no presentaba ya un aspecto tan terrible gracias a él. Pero había que cargarlo de nuevo pronto… Seguramente se lo pediría a Rick si este no se daba cuenta de que hacía falta.
Pensar en ello hizo que Ethan le viniese a la mente. ¿Iban a salir a buscarles? Mientras iba de aquí para allá con los utensilios para las heridas de Connor cada vez tenía más claro que la respuesta sería negativa. No estaban en condiciones, ninguno de ellos.
Y, por si quedaba alguna sombra de duda, Aniol terminando de derrumbarse junto a su mejor amigo puso punto y final, o al menos y aparte, a aquella cuestión. El desánimo en la voz del polaco le desestabilizó todavía más, afectándole más de lo que ya lo hubiera hecho en cualquier circunstancia, sintiendo como sus propios ojos amenazaban con anegarse en lágrimas.
Fueron los primeros momentos en los que el abatimiento y la fuerte desazón se apoderaron de él, llevando su mente a otro lugar en el que observaba lo que ocurría a su alrededor como si no perteneciese a su propia experiencia, sintiéndose un extraño en su propio cuerpo, lo que retrasó que el escamas moradas tomase ningún tipo de acción. Airi y Rick ya estaban tratando de consolarles, pero él permanecía con un trapo en la mano e intentando al mismo tiempo no llorar y regresar a la realidad.
Cuando finalmente logró moverse en su dirección fue casi por inercia, todavía con una fuerte sensación de que se encontraba dentro de un sueño o de que alguien estaba jugando con su mente. En buena medida, por eso no era capaz de reafirmar las palabras de le sanaí y el humano. ¿Qué estaban haciendo allí en realidad? ¿Existiría siquiera la posibilidad de regresar a algo que llamar hogar?
No quería hacerse más preguntas para las que no tenía respuesta. Preguntas que había evitado en buena medida y que ahora empezaban a surgir debido a lo que el insecto moribundo les había dicho.
Y, con todas aquellas dudas acosándole, no se atrevía a hacer ningún tipo de promesa. Incluso si pensaba que Aniol la necesitaba aunque él mismo no se la creyese… Simplemente no se atrevió. Se acercó más, dispuesto a abrazar o recibir abrazos o cualquier contacto físico que pudiese aliviar aunque fuese ligeramente la pena del polaco, del italiano… De quien fuese. Posiblemente, él mismo necesitaba también consuelo aunque tampoco se atreviese a pedirlo. Solo les quedaba confiar los unos en los otros, por mucho que no estuviesen siempre de acuerdo. Eso era lo único que el mjörní tenía claro entre la entropía que gobernaba su mente.
Trató de estar alerta todo el camino, estando también pendiente por si tenía que relevar a Airi para levitar a Connor. El trayecto no era tan largo como para que le sanaí no pudiese llegar sin agotarse, pero en el último tramo estuvo muy pendiente de Airi por si notaba signos de perder el control y de paso echar un ojo al humano. Estar pendiente del bienestar de los demás le distrajo lo suficiente para no pensar demasiado hasta llegar a Sendar. Al menos hasta los gritos del italiano, que le sobresaltaron considerablemente y miró hacia atrás por inercia, como si de verdad todavía tuviesen a alguien tras sus pasos. Sin duda iban a tener que darle muchas explicaciones Szczenyak para que no se asustase de más… Aunque no es que no fuese a tener motivos de sobra para preocuparse.
Se afanó en un principio en ayudar con las heridas de Connor. No es que pudiera hacer mucho, como de costumbre, pero toda ayuda era poca y más con Aire exhauste. Cambiaría sin dudarlo algunos de los hechizos que tenían por conocer la forma de conjurar el efecto de aquel colgante. Era una suerte que al menos contasen con él, y desde luego el texano no presentaba ya un aspecto tan terrible gracias a él. Pero había que cargarlo de nuevo pronto… Seguramente se lo pediría a Rick si este no se daba cuenta de que hacía falta.
Pensar en ello hizo que Ethan le viniese a la mente. ¿Iban a salir a buscarles? Mientras iba de aquí para allá con los utensilios para las heridas de Connor cada vez tenía más claro que la respuesta sería negativa. No estaban en condiciones, ninguno de ellos.
Y, por si quedaba alguna sombra de duda, Aniol terminando de derrumbarse junto a su mejor amigo puso punto y final, o al menos y aparte, a aquella cuestión. El desánimo en la voz del polaco le desestabilizó todavía más, afectándole más de lo que ya lo hubiera hecho en cualquier circunstancia, sintiendo como sus propios ojos amenazaban con anegarse en lágrimas.
Fueron los primeros momentos en los que el abatimiento y la fuerte desazón se apoderaron de él, llevando su mente a otro lugar en el que observaba lo que ocurría a su alrededor como si no perteneciese a su propia experiencia, sintiéndose un extraño en su propio cuerpo, lo que retrasó que el escamas moradas tomase ningún tipo de acción. Airi y Rick ya estaban tratando de consolarles, pero él permanecía con un trapo en la mano e intentando al mismo tiempo no llorar y regresar a la realidad.
Cuando finalmente logró moverse en su dirección fue casi por inercia, todavía con una fuerte sensación de que se encontraba dentro de un sueño o de que alguien estaba jugando con su mente. En buena medida, por eso no era capaz de reafirmar las palabras de le sanaí y el humano. ¿Qué estaban haciendo allí en realidad? ¿Existiría siquiera la posibilidad de regresar a algo que llamar hogar?
No quería hacerse más preguntas para las que no tenía respuesta. Preguntas que había evitado en buena medida y que ahora empezaban a surgir debido a lo que el insecto moribundo les había dicho.
Y, con todas aquellas dudas acosándole, no se atrevía a hacer ningún tipo de promesa. Incluso si pensaba que Aniol la necesitaba aunque él mismo no se la creyese… Simplemente no se atrevió. Se acercó más, dispuesto a abrazar o recibir abrazos o cualquier contacto físico que pudiese aliviar aunque fuese ligeramente la pena del polaco, del italiano… De quien fuese. Posiblemente, él mismo necesitaba también consuelo aunque tampoco se atreviese a pedirlo. Solo les quedaba confiar los unos en los otros, por mucho que no estuviesen siempre de acuerdo. Eso era lo único que el mjörní tenía claro entre la entropía que gobernaba su mente.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Sendar
06/11/24, 12:02 pm
Llegados a este punto, el niño casi sentía mucho más alivio físico por los gestos de cariño que por las palabras de ánimo que pudiera recibir. Aniol echó la cabeza sobre el hombro de le sanaí, notando como su cabello azulado le hacía cosquillas en las mejillas. No despegó la mirada del suelo hasta que percibió la mano de Rick entrando en contacto con su piel, y a Räg un poco más allá acortando distancias. Las palabras de consuelo llegaron vacías a sus oídos, no porque sus buenas intenciones lo fueran sino porque sabía que si se morían... si se marchaban como lo hizo Serena o Aria... de alguna manera sí que le dejarían solo.
¿Y podían prometerle eso? ¿Podían hacerlo cuando Connor se encontraba a su lado paralizado y completamente herido? ¿Podían cuando Ethan y Nohlem aún seguían fuera? ¿Y si no volvían nunca? ¿Y si les pillaba la noche? ¿Y si sus camas se quedaban vacías para siempre, a la espera de alguien que las caliente con su cuerpo pero que nunca va a regresar?
¿Y si?
¿Y si?
¿Y SI?...
Las náuseas le retorcieron el estómago, por mucho que inspirara el aire solo entraba a trompicones entre gimoteos y mocos. El churumbel se pasó las manos por los ojos en un intento de que tantas lágrimas no le impidieran ver con claridad lo que su mente sí podía discernir.
—Los otros... —su voz atenazada por un garfio de oscuridad—. Pueden... pueden habernos seguido... —levantarse de un salto sería demasiado pedir para su cuerpo, no estaba preparado para que sus rodillas le mantuvieran en pie, no tenía magia. Por no tener no tenía ni aliento ni esperanzas. Pero la sombra de más posibles desgracias era tan fuerte que él solo quería seguir brillando para alejarlas de sus pies. El peligro no había acabado. La pelea seguía en marcha y los arrastraría sin contemplaciones hasta un acantilado si lo permitían—. Puede que estén fuera... mirándunus... esperando a que Nohlem... y también Ethan... se acerquen... —su mente funcionaba a mil por hora, un cerebro que desbloqueaba puertas y nuevos engranajes para adaptarse a algo que seguía sin corresponderle. Un mini recluta que ya solo podía pensar en estrategia y al que cada vez le costaba más volver a su estado natural de once años.
Y aun así el cuerpo de Airi era un cobijo perfecto, no quería salir de la madriguera para entender cuanto de fatídica era la situación.
—Porfi... tenemos... tenemos que hacer algo... —murmuró.
¿Y podían prometerle eso? ¿Podían hacerlo cuando Connor se encontraba a su lado paralizado y completamente herido? ¿Podían cuando Ethan y Nohlem aún seguían fuera? ¿Y si no volvían nunca? ¿Y si les pillaba la noche? ¿Y si sus camas se quedaban vacías para siempre, a la espera de alguien que las caliente con su cuerpo pero que nunca va a regresar?
¿Y si?
¿Y si?
¿Y SI?...
Las náuseas le retorcieron el estómago, por mucho que inspirara el aire solo entraba a trompicones entre gimoteos y mocos. El churumbel se pasó las manos por los ojos en un intento de que tantas lágrimas no le impidieran ver con claridad lo que su mente sí podía discernir.
—Los otros... —su voz atenazada por un garfio de oscuridad—. Pueden... pueden habernos seguido... —levantarse de un salto sería demasiado pedir para su cuerpo, no estaba preparado para que sus rodillas le mantuvieran en pie, no tenía magia. Por no tener no tenía ni aliento ni esperanzas. Pero la sombra de más posibles desgracias era tan fuerte que él solo quería seguir brillando para alejarlas de sus pies. El peligro no había acabado. La pelea seguía en marcha y los arrastraría sin contemplaciones hasta un acantilado si lo permitían—. Puede que estén fuera... mirándunus... esperando a que Nohlem... y también Ethan... se acerquen... —su mente funcionaba a mil por hora, un cerebro que desbloqueaba puertas y nuevos engranajes para adaptarse a algo que seguía sin corresponderle. Un mini recluta que ya solo podía pensar en estrategia y al que cada vez le costaba más volver a su estado natural de once años.
Y aun así el cuerpo de Airi era un cobijo perfecto, no quería salir de la madriguera para entender cuanto de fatídica era la situación.
—Porfi... tenemos... tenemos que hacer algo... —murmuró.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
08/11/24, 02:28 pm
Airi solo se dejó llevar por el abrazo grupal un momento muy breve, más breve de lo que le habría gustado. Sus brazos estaban abiertos para todos y a su vez hambrientos de comprensión y apoyo. No había consuelo en el gesto, simplemente se sentía un poco bien compartir miedos y dudas, sentir que no estaban, al menos, solos en todo aquello.
La angustia de Aniol fue lo primero que le hizo recordar que no podían refugiarse en un abrazo todo el día. Por mucho que no quisiese, tenía que levantarse y hacer algo. Apretó a Aniol con más fuerza mientras hablaba y después dijo:
—Vamos a curar a Connor primero y después volvemos a salir. Podemos revisar los alrededores desde la última planta primero.
Aquella idea no era muy reconfortante, pero si al menos podían ver despejadas las calles desde arriba podrían sentirse un poco más seguros. Quien mejor se escondía de sus enemigos ya no estaba vivo, a fin de cuentas…
Le sanaí se hizo a un lado con pesar, y le tendió las manos a Räg en busca de un tirón que le ayudase a levantarse más rápido. Se sacudió la ropa sin detenerse demasiado en el gesto, echando un vistazo a todo lo que había traído Rick para limpiar las heridas de Connor. Con suerte, este ya podría moverse sin problemas pronto.
Con las curas listas solo quedó prepararse para salir a buscar en los alrededores del torreón. Tras haber podido descansar un poco Airi ya no se sentía tan mal, pero tenía la certeza de que no podía confiar en la magia si la necesitaba allí fuera. Se puso una pieza de cuero sobre la ropa a modo de escudo y se armó con una lanza en lugar de con la vara que era habitual. Al menos poder buscar a Ethan y Nohlem aliviaría un poco la agonía de la espera.
La angustia de Aniol fue lo primero que le hizo recordar que no podían refugiarse en un abrazo todo el día. Por mucho que no quisiese, tenía que levantarse y hacer algo. Apretó a Aniol con más fuerza mientras hablaba y después dijo:
—Vamos a curar a Connor primero y después volvemos a salir. Podemos revisar los alrededores desde la última planta primero.
Aquella idea no era muy reconfortante, pero si al menos podían ver despejadas las calles desde arriba podrían sentirse un poco más seguros. Quien mejor se escondía de sus enemigos ya no estaba vivo, a fin de cuentas…
Le sanaí se hizo a un lado con pesar, y le tendió las manos a Räg en busca de un tirón que le ayudase a levantarse más rápido. Se sacudió la ropa sin detenerse demasiado en el gesto, echando un vistazo a todo lo que había traído Rick para limpiar las heridas de Connor. Con suerte, este ya podría moverse sin problemas pronto.
Con las curas listas solo quedó prepararse para salir a buscar en los alrededores del torreón. Tras haber podido descansar un poco Airi ya no se sentía tan mal, pero tenía la certeza de que no podía confiar en la magia si la necesitaba allí fuera. Se puso una pieza de cuero sobre la ropa a modo de escudo y se armó con una lanza en lugar de con la vara que era habitual. Al menos poder buscar a Ethan y Nohlem aliviaría un poco la agonía de la espera.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Sendar
10/11/24, 08:53 pm
Aquel momento no tenía nada que envidiar al ambiente que ya se iba volviendo una constante cada cierto tiempo. El cómo conseguían seguir adelante era algo que nunca llegaba a concretar del todo, demasiados factores influían, pero de alguna forma allí estaban y lucharían por continuar con vida. A los abrazos que fueron dando el resto terminó por sumarse, para cualquiera que lo necesitara, con algo de lentitud en sus movimientos y cierto pesar interno. Al menos podía asegurarles que podían contar con él y compartía la carga que los atormentaba. A los pequeños quería ofrecerles ese consuelo, y a los mayores también se le sumaba el añadido de tener que velar por los primeros. Le encantaría poder hacer más, pero cuando él mismo necesitaba ese confort, ayudar se hacía algo complicado.
Tras la breve ronda de consuelo, Aniol verbalizó las dudas que el propio neoyorquino había temido desde que se habían marchado tras la emboscada, haciéndole fruncir el ceño por la preocupación. No habían vuelto a ver a los de Letargo por el camino, pero por supuesto no quería decir que estuvieran a salvo y mucho menos quienes todavía seguían allí fuera. Tenían que hacer algo, sí, aunque tal como dijo luego Airi primero debían asegurarse de que el motero estuviera bien. Asintió a las palabras de su compañere y añadió: -No tardaremos mucho entre todos. En cuanto esté estable salimos a buscarlos.- Rick mentiría si dijera que no tenía claro si quería verlos tan pronto, no cuando tenía tanto que procesar, pero que estuvieran todos a salvo era prioritario de lejos en esos momentos. Ya pensaría en ello cuando estuvieran de vuelta en el refugio, pero no iba a romper su palabra.
El chico colaboró para curar y limpiar las heridas del motero, que gracias al colgante fueron un poco más manejables para tratarlas. Y hablando del colgante, agradeció que Räg le avisara sobre la carga del mismo pues con todo el ajetreo no había llegado a pensar en ello. Con permiso, el neoyorquino le quitó el artefacto y se lo colgó al cuello para ir cargándolo hasta que recuperara la magia suficiente para curar del todo a Connor. Tras aquello, subió arriba como había propuesto le sanaí por si en el mejor de los casos los veían de vuelta o alcanzaban a ver algún peligro escondido. Por más que se fijara en todas direcciones nada se movía entre las ruinas, lo cual era un alivio y una inquietud a partes iguales. -(¿Estarán de camino? ¿Seguirán allí?- se iba preguntando mientras volvía al salón.
No tardó en tomar de nuevo sus armas y estar listo para salir a buscarles. Miró a todos sus compañeros, comprobando en silencio si estaban preparados y cómo seguían, tanto en ánimos como en agotamiento. Justamente eso último le preocupaba sobre todo por el polaco después de todos los esfuerzos que había estado haciendo. -Oye... Si todavía te hace falta descansar más nos encargaremos de encontrarlos cuanto antes- le dijo con suavidad, pues tampoco quería herir las ganas que tenía de reencontrarse con el resto aunque se preocupara por el estado del chiquillo. Además de aquello, con todo lo ocurrido el neoyorquino prefería en el fondo que los niños no se expusieran de más al peligro que podía esperarles fuera. Tampoco estaba tan seguro de salir en un grupo de tres, pero con suerte podrían buscarlos más rápido.
Tras la breve ronda de consuelo, Aniol verbalizó las dudas que el propio neoyorquino había temido desde que se habían marchado tras la emboscada, haciéndole fruncir el ceño por la preocupación. No habían vuelto a ver a los de Letargo por el camino, pero por supuesto no quería decir que estuvieran a salvo y mucho menos quienes todavía seguían allí fuera. Tenían que hacer algo, sí, aunque tal como dijo luego Airi primero debían asegurarse de que el motero estuviera bien. Asintió a las palabras de su compañere y añadió: -No tardaremos mucho entre todos. En cuanto esté estable salimos a buscarlos.- Rick mentiría si dijera que no tenía claro si quería verlos tan pronto, no cuando tenía tanto que procesar, pero que estuvieran todos a salvo era prioritario de lejos en esos momentos. Ya pensaría en ello cuando estuvieran de vuelta en el refugio, pero no iba a romper su palabra.
El chico colaboró para curar y limpiar las heridas del motero, que gracias al colgante fueron un poco más manejables para tratarlas. Y hablando del colgante, agradeció que Räg le avisara sobre la carga del mismo pues con todo el ajetreo no había llegado a pensar en ello. Con permiso, el neoyorquino le quitó el artefacto y se lo colgó al cuello para ir cargándolo hasta que recuperara la magia suficiente para curar del todo a Connor. Tras aquello, subió arriba como había propuesto le sanaí por si en el mejor de los casos los veían de vuelta o alcanzaban a ver algún peligro escondido. Por más que se fijara en todas direcciones nada se movía entre las ruinas, lo cual era un alivio y una inquietud a partes iguales. -(¿Estarán de camino? ¿Seguirán allí?- se iba preguntando mientras volvía al salón.
No tardó en tomar de nuevo sus armas y estar listo para salir a buscarles. Miró a todos sus compañeros, comprobando en silencio si estaban preparados y cómo seguían, tanto en ánimos como en agotamiento. Justamente eso último le preocupaba sobre todo por el polaco después de todos los esfuerzos que había estado haciendo. -Oye... Si todavía te hace falta descansar más nos encargaremos de encontrarlos cuanto antes- le dijo con suavidad, pues tampoco quería herir las ganas que tenía de reencontrarse con el resto aunque se preocupara por el estado del chiquillo. Además de aquello, con todo lo ocurrido el neoyorquino prefería en el fondo que los niños no se expusieran de más al peligro que podía esperarles fuera. Tampoco estaba tan seguro de salir en un grupo de tres, pero con suerte podrían buscarlos más rápido.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Sendar
11/11/24, 12:27 am
Al ver el puente bajar, el ritmo de los latidos agitados de Damian bajó al tener ese ansia de querer estar seguro, de protegerse y estar lejos del peligro y bajo los seguros muros de piedra de su castillo. No dudó en acercarse a galope en cuanto ya se pudo cruzar, respirando con agitación al sentirse en casa de nuevo y apoyándose en una pared, dejando que su cuerpo tome un respiro mientras el resto de sus amigos iban entrando y, por ende, poniéndose a salvo. Su mano agitada le costó aflojar el agarre en el arco, dudando de la seguridad que lo rodeaba por unos instantes.
—Mierda… Hijos de puta… —“dejadnos en paz”, le faltó decir. Bufó una maldición con una impotencia arrastrada, un susurro de debilidad aderezado con rabia, una llama pequeña azotada por el viento.
Arrugó la mirada bajo el flequillo, mirando a Airi quien llevó consigo a Connor con magia, a Rick declarando sus intenciones de ayudar. Luego fue a Rag y a Aniol, sus visibles gestos de agotamiento mental hicieron empequeñecer aun más al italiano, dejando caer el arco al suelo con un sonido hueco propio de la madera de la que estaba hecho contra el duro suelo, casi tan hueco como el pozo doloroso del chiquillo en sus adentros.
El polaco deseó algo en voz alta, un algo que Damian también quiso en aquellos momentos y que, al ver la oportunidad, intentó aliviar al dar unos pequeños pasos hacia su mejor amigo y dejarse llevar por un abrazo, en una oportunidad para aliviar su angustia y sentir algo de calidez junto al resto quienes fueron acercándose uno a uno. Juntos se daban fuerza, juntos eren el calor que necesitaban por separado y no quería renunciar a ello, apretando la boca mientras oía las palabras de Aniol.
—Quiero que todos estemos juntos… Todos juntos profa —balbuceó antes de soltarse, escondiendo sus sentimientos inútilmente. Exhaló aire algo agitado, dejando ir el calor del grupo así como sus brazos apuntando hacia abajo.
Esa ligera sensación de frío al separarse le hizo tener un azote de preocupación, un mal augurio que lo susurró incansable, asustadizo por el porvenir. Nohlem… Ethan… Quería sentir el calor de ellos de nuevo, ver sus rostros, oír sus voces y reír con ellos.
Quería tenerlos de vuelta, no que marchasen, no que fuesen a una orilla desconocida así como Serena, como Aria. El pensamiento fue gélido, un torrente frío le hizo estremecerse.
Pensó lo peor, entre ríos de lágrimas que recorrían sus mejillas y congojas silenciosas.
Atendió con no sabía qué fuerzas a Aniol, quien mencionó a sus perseguidores. Seguro que estarían fuera, una certeza producto de la negatividad que arrastró consigo, pegajosa y ruin. Por eso creyó que Ethan y Nohlem estarían en peligro y asintió, tragando pesadamente. Tenía razón, tenían que hacer algo, por ellos.
—Si… Hay que buscarlos para que vengan y estén a salvo, yo también les quiero ayudar —el chico tenía miedo, pero soltó aquellas palabras con toda la contundencia que pudo después de oír a los demás y teniéndolo todo en contra y eso, por desgracia, lo sabía y no era ignorante de ello. Al menos tendrían un sitio seguro desde el que apoyarse, pensando eso mientras se acercó a Connor a quien le estuvieron limpiando las heridas. Apretó los cachetes con impotencia al ver a su colega grandullón tan quieto y con esas heridas— Ey... Emm no te duele mucho, ¿no? Sé que eres fuerte, no creo que sea mucha tela esto para ti pero... cúrate pronto Connor, te... te-te necesito tío —Damian se rompió un poco al decir ese “te necesito” en tono de súplica y quiebre pues no sabía como afrontarlo todo, ayudar a unos amigos que a saber donde estaban y, al a vez, enfrentar a uno malhechores que los amenazaban constantemente. El italiano creía ciegamente que Connor valía para aquello, era grande y fuerte, un tipo duro, todo lo que el chico no veía en sí mismo.
Agarró el arco después de aquello, armándose para afrontar el terreno e intentar ver en vaso medio lleno. Si había esperanza, se aferraría a ella aunque fuese un clavo ardiendo por unas personas especiales para él, amigos irremplazables que nunca tuvo antes de su viaje para empezar y esa determinación le hizo dar el primer paso hacia el exterior, tembloroso pero decidido mientras se encontraba junto al resto.
Hasta cerca del atardecer estuvieron buscando indicios de ellos por la zona, incluso dando alguna voz para llamar su atención en el momento en que no veían nada sospechoso movilizarse por los alrededores. Aniol ofreció dejar señales que Ethan y Nohlem pudiesen reconocer en el camino y le pareció buenísima idea, ayudando a colocarlos por ahí mientras caminaban en su búsqueda.
Deseó con todas sus fuerzas verlos de nuevo.
—Mierda… Hijos de puta… —“dejadnos en paz”, le faltó decir. Bufó una maldición con una impotencia arrastrada, un susurro de debilidad aderezado con rabia, una llama pequeña azotada por el viento.
Arrugó la mirada bajo el flequillo, mirando a Airi quien llevó consigo a Connor con magia, a Rick declarando sus intenciones de ayudar. Luego fue a Rag y a Aniol, sus visibles gestos de agotamiento mental hicieron empequeñecer aun más al italiano, dejando caer el arco al suelo con un sonido hueco propio de la madera de la que estaba hecho contra el duro suelo, casi tan hueco como el pozo doloroso del chiquillo en sus adentros.
El polaco deseó algo en voz alta, un algo que Damian también quiso en aquellos momentos y que, al ver la oportunidad, intentó aliviar al dar unos pequeños pasos hacia su mejor amigo y dejarse llevar por un abrazo, en una oportunidad para aliviar su angustia y sentir algo de calidez junto al resto quienes fueron acercándose uno a uno. Juntos se daban fuerza, juntos eren el calor que necesitaban por separado y no quería renunciar a ello, apretando la boca mientras oía las palabras de Aniol.
—Quiero que todos estemos juntos… Todos juntos profa —balbuceó antes de soltarse, escondiendo sus sentimientos inútilmente. Exhaló aire algo agitado, dejando ir el calor del grupo así como sus brazos apuntando hacia abajo.
Esa ligera sensación de frío al separarse le hizo tener un azote de preocupación, un mal augurio que lo susurró incansable, asustadizo por el porvenir. Nohlem… Ethan… Quería sentir el calor de ellos de nuevo, ver sus rostros, oír sus voces y reír con ellos.
Quería tenerlos de vuelta, no que marchasen, no que fuesen a una orilla desconocida así como Serena, como Aria. El pensamiento fue gélido, un torrente frío le hizo estremecerse.
Pensó lo peor, entre ríos de lágrimas que recorrían sus mejillas y congojas silenciosas.
Atendió con no sabía qué fuerzas a Aniol, quien mencionó a sus perseguidores. Seguro que estarían fuera, una certeza producto de la negatividad que arrastró consigo, pegajosa y ruin. Por eso creyó que Ethan y Nohlem estarían en peligro y asintió, tragando pesadamente. Tenía razón, tenían que hacer algo, por ellos.
—Si… Hay que buscarlos para que vengan y estén a salvo, yo también les quiero ayudar —el chico tenía miedo, pero soltó aquellas palabras con toda la contundencia que pudo después de oír a los demás y teniéndolo todo en contra y eso, por desgracia, lo sabía y no era ignorante de ello. Al menos tendrían un sitio seguro desde el que apoyarse, pensando eso mientras se acercó a Connor a quien le estuvieron limpiando las heridas. Apretó los cachetes con impotencia al ver a su colega grandullón tan quieto y con esas heridas— Ey... Emm no te duele mucho, ¿no? Sé que eres fuerte, no creo que sea mucha tela esto para ti pero... cúrate pronto Connor, te... te-te necesito tío —Damian se rompió un poco al decir ese “te necesito” en tono de súplica y quiebre pues no sabía como afrontarlo todo, ayudar a unos amigos que a saber donde estaban y, al a vez, enfrentar a uno malhechores que los amenazaban constantemente. El italiano creía ciegamente que Connor valía para aquello, era grande y fuerte, un tipo duro, todo lo que el chico no veía en sí mismo.
Agarró el arco después de aquello, armándose para afrontar el terreno e intentar ver en vaso medio lleno. Si había esperanza, se aferraría a ella aunque fuese un clavo ardiendo por unas personas especiales para él, amigos irremplazables que nunca tuvo antes de su viaje para empezar y esa determinación le hizo dar el primer paso hacia el exterior, tembloroso pero decidido mientras se encontraba junto al resto.
Hasta cerca del atardecer estuvieron buscando indicios de ellos por la zona, incluso dando alguna voz para llamar su atención en el momento en que no veían nada sospechoso movilizarse por los alrededores. Aniol ofreció dejar señales que Ethan y Nohlem pudiesen reconocer en el camino y le pareció buenísima idea, ayudando a colocarlos por ahí mientras caminaban en su búsqueda.
Deseó con todas sus fuerzas verlos de nuevo.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
13/11/24, 08:47 pm
Alrededores de Sendar
Para su sorpresa, la tribu escuchó. No habría llevado mucho más la contraria si alguien hubiera abogado por quedarse a salvo en el torreón. Estaban heridos, sin magia ni recursos. Pero el niño estaba seguro de que en realidad ninguno podría descansar con el grupo incompleto.
Así que se pusieron manos a la obra tras realizarle las curas a Connor. El polaco aprovechó ese rato muerto para rascar algunos de los folios que quedaban y así pintarrajearlos con letras grandes. Una vez preparados para salir al exterior se sumó a la pequeña comitiva, agradeciendo la preocupación de Rick por su frágil estado pero negándose a quedarse atrás. Allí fuera era mucho más útil que comiéndose la pared de su cuarto con la mirada.
Las horas pasaban y la preocupación aumentaba a un ritmo inaguantable. De ser posible el churumbel se desquitaría haciendo señales de humo, pero tuvo que contentarse con colgar un último "cartel" en una de las esquinas próximas por las que siempre solían pasar cuando alguien venía de vuelta. La tarde empezaba a desvanecerse, y dentro de poco daría paso a una noche tenebrosa y oscura. Si les pillaba fuera sería el fin. Se acabó.
—¿Están muertos, verdad? —su voz fue un simple chiste, transformada en una esfera atorada de sentimientos en su garganta. Solo se le ocurría un motivo por el que Ethan y Nohlem continuaban en paradero desconocido y no tenía nada que ver con la bonita casa de campo de su tía abuela. Hacía tiempo que ese concepto se le quedaba pequeño.
Su vista contemplaba una de sus últimas obras, una triste hoja en blanco en la que rezaba por su puño y letra:
Para su sorpresa, la tribu escuchó. No habría llevado mucho más la contraria si alguien hubiera abogado por quedarse a salvo en el torreón. Estaban heridos, sin magia ni recursos. Pero el niño estaba seguro de que en realidad ninguno podría descansar con el grupo incompleto.
Así que se pusieron manos a la obra tras realizarle las curas a Connor. El polaco aprovechó ese rato muerto para rascar algunos de los folios que quedaban y así pintarrajearlos con letras grandes. Una vez preparados para salir al exterior se sumó a la pequeña comitiva, agradeciendo la preocupación de Rick por su frágil estado pero negándose a quedarse atrás. Allí fuera era mucho más útil que comiéndose la pared de su cuarto con la mirada.
—
Las horas pasaban y la preocupación aumentaba a un ritmo inaguantable. De ser posible el churumbel se desquitaría haciendo señales de humo, pero tuvo que contentarse con colgar un último "cartel" en una de las esquinas próximas por las que siempre solían pasar cuando alguien venía de vuelta. La tarde empezaba a desvanecerse, y dentro de poco daría paso a una noche tenebrosa y oscura. Si les pillaba fuera sería el fin. Se acabó.
—¿Están muertos, verdad? —su voz fue un simple chiste, transformada en una esfera atorada de sentimientos en su garganta. Solo se le ocurría un motivo por el que Ethan y Nohlem continuaban en paradero desconocido y no tenía nada que ver con la bonita casa de campo de su tía abuela. Hacía tiempo que ese concepto se le quedaba pequeño.
Su vista contemplaba una de sus últimas obras, una triste hoja en blanco en la que rezaba por su puño y letra:
- Nota:
- Letargo nos atacó. Están por aquí. Tened cuidado.Si volvéis ya, pudemos cenar juntos.
Volved ya, porfi.Firmado: Aniol y los demás.
Firmado: Aniol, Damian y los demás.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Sendar
14/11/24, 03:23 pm
—Podría estar peor —respondió, rascando toda sinceridad para no llegar al evidente "mal" ni a la mentira del "bien"—. Mejor que antes...
"Y mejor que luego, seguro". Suspiró con pesar, un suspiro que bien podría interpretarse como la añoranza del tacto perdido y no toda la mierda que se les vendría por delante. No tuvo mucho espacio para lamentarse por la paz rota, pues la preocupación por el estado de Ethan pronto tomó el relevo. El chico nunca había dejado de ser cojo pero a Nohlem todavía se le olvidaba, ignorante de que era el talismán lo que le había estado salvando de los dolores habituales desde entonces. Le socorrió en seguida, irguiéndose deprisa para sujetarle por los brazos, con el corazón avispado por el miedo que le producía que cayera al cañón de huesos de un traspiés.
—Santos, Ethan... —se quejó a la nada, viéndole apoyarse con la lanza a escasos centímetros de tocarle, entre la duda de si ayudar o no—. ¿Te duele? —fue más una pregunta por educación. No era ciego a la respuesta—. Si necesitas apoyarte... creo que soy mejor que una lanza. Al menos como bastón soy más agradable.
Una pequeña sonrisa decoró sus palabras. No llegaba a ser ni plena ni alegre, pero era un paso. El chico aceptó su ayuda, con lo que Nohlem le bordeó la cintura a modo de cinturón y le prestó el hombro. Al ser la pierna izquierda la mala era su hombro derecho -el sano- el que soportaba su peso, pero incluso de llegar a ser lo contrario a Nohlem no le habría importado hacerse sangre. A peor estado más fácil sería justificar su ausencia, y ya que la herida no había dejado de doler en toda la tarde por lo menos que terminase sirviendo para algo.
No se despegó de él en todo el trayecto por una necesidad que iba en ambas direcciones. Él sería su apoyo físico, pero Ethan le suplía el apoyo emocional. De cuando en cuando su mano le estrujó como anécdota de ánimo, le miró para comprobar su estado o, más tímidamente y menos a menudo, frotó la cabeza contra la suya por refugiarse en el calor de un mimo.
—¿Qué decimos al volver? —preguntó sin mirarle, vista fija al frente. Había un puntito en el cielo entre los tonos del atardecer que le traía confundido.
Otro día la noticia de una estrella repentina en el firmamento le habría producido algún tipo de reacción, pero ahora lo que único que parecía tener órbita propia era su corazón, que giraba y se retorcía dolorosamente sobre sí mismo. Quería mentir, una historia corta y conscisa para algo tan difícil de llevar, y a la vez... su lado dañado, el menos pudoroso, gritaba que no le debía cuentas a nadie.
Para bien o para mal nada se los comió en el camino. Cuando vieron el primer cartel, mal colgado y escrito a mano, Nohlem se lamentó por ello. Lo arrancó para guardarlo, pero pronto pudo comprobar que no era el único. Si habían encontrado un ritmo en sus pasos, los nervios le jugaron la mala pasada de joderlo. Quería huir, correr, pero no tenía muy claro en qué dirección. ¿Hacia los niños preocupados o hacia la boca del primer animal hambriento?
Y mientras la estrella se hacía más brillante y la silueta del refugio más reconocible, también lo hicieron las personas que había camufladas y espectantes en torno a los muros del torreón. El granta apretó los dientes e involuntariamente aminoró la marcha, tan expuesto como agotado y culpable. Si entrecerraba los ojos en la reciente oscuridad casi podía vislumbrar la regia figura de su madre entre ellos, con las manos recogidas sobre el vientre aguardando a que el cobarde de su hijo volviese. Igual que un faro anima por la llegada a buen puerto, también advierte de los mortales riscos que le rodean. Ajeno al alivio Nohlem solo temía las piedras.
"Y mejor que luego, seguro". Suspiró con pesar, un suspiro que bien podría interpretarse como la añoranza del tacto perdido y no toda la mierda que se les vendría por delante. No tuvo mucho espacio para lamentarse por la paz rota, pues la preocupación por el estado de Ethan pronto tomó el relevo. El chico nunca había dejado de ser cojo pero a Nohlem todavía se le olvidaba, ignorante de que era el talismán lo que le había estado salvando de los dolores habituales desde entonces. Le socorrió en seguida, irguiéndose deprisa para sujetarle por los brazos, con el corazón avispado por el miedo que le producía que cayera al cañón de huesos de un traspiés.
—Santos, Ethan... —se quejó a la nada, viéndole apoyarse con la lanza a escasos centímetros de tocarle, entre la duda de si ayudar o no—. ¿Te duele? —fue más una pregunta por educación. No era ciego a la respuesta—. Si necesitas apoyarte... creo que soy mejor que una lanza. Al menos como bastón soy más agradable.
Una pequeña sonrisa decoró sus palabras. No llegaba a ser ni plena ni alegre, pero era un paso. El chico aceptó su ayuda, con lo que Nohlem le bordeó la cintura a modo de cinturón y le prestó el hombro. Al ser la pierna izquierda la mala era su hombro derecho -el sano- el que soportaba su peso, pero incluso de llegar a ser lo contrario a Nohlem no le habría importado hacerse sangre. A peor estado más fácil sería justificar su ausencia, y ya que la herida no había dejado de doler en toda la tarde por lo menos que terminase sirviendo para algo.
No se despegó de él en todo el trayecto por una necesidad que iba en ambas direcciones. Él sería su apoyo físico, pero Ethan le suplía el apoyo emocional. De cuando en cuando su mano le estrujó como anécdota de ánimo, le miró para comprobar su estado o, más tímidamente y menos a menudo, frotó la cabeza contra la suya por refugiarse en el calor de un mimo.
—¿Qué decimos al volver? —preguntó sin mirarle, vista fija al frente. Había un puntito en el cielo entre los tonos del atardecer que le traía confundido.
Otro día la noticia de una estrella repentina en el firmamento le habría producido algún tipo de reacción, pero ahora lo que único que parecía tener órbita propia era su corazón, que giraba y se retorcía dolorosamente sobre sí mismo. Quería mentir, una historia corta y conscisa para algo tan difícil de llevar, y a la vez... su lado dañado, el menos pudoroso, gritaba que no le debía cuentas a nadie.
Para bien o para mal nada se los comió en el camino. Cuando vieron el primer cartel, mal colgado y escrito a mano, Nohlem se lamentó por ello. Lo arrancó para guardarlo, pero pronto pudo comprobar que no era el único. Si habían encontrado un ritmo en sus pasos, los nervios le jugaron la mala pasada de joderlo. Quería huir, correr, pero no tenía muy claro en qué dirección. ¿Hacia los niños preocupados o hacia la boca del primer animal hambriento?
Y mientras la estrella se hacía más brillante y la silueta del refugio más reconocible, también lo hicieron las personas que había camufladas y espectantes en torno a los muros del torreón. El granta apretó los dientes e involuntariamente aminoró la marcha, tan expuesto como agotado y culpable. Si entrecerraba los ojos en la reciente oscuridad casi podía vislumbrar la regia figura de su madre entre ellos, con las manos recogidas sobre el vientre aguardando a que el cobarde de su hijo volviese. Igual que un faro anima por la llegada a buen puerto, también advierte de los mortales riscos que le rodean. Ajeno al alivio Nohlem solo temía las piedras.
- ♪♫♬:
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
15/11/24, 02:38 pm
Los esfuerzos por encontrar a sus amigos en las cercanías del torreón no daban sus frutos. A medida que pasaba el tiempo Airi se encontraba cada vez más nerviose y preocupade. Observaba los carteles puestos por Aniol como un arma de doble filo, pero no dijo nada por no minimizar los esfuerzos del niño. De todos modos era evidente que los habitantes de Letargo ya se habían retirado a la seguridad de su torreón, hubiese pasado lo que hubiese pasado. La noche ya estaba cerca de caer y no se habían dejado ver por Sendar.
Airi no podía evitar pensar en qué iban a hacer si Ethan y Nohlem no volvían. Trataba de apartar esos pensamientos de inmediato, ya que le congelaban en el sitio, pero reaparecían una y otra vez. Estarían en desventaja numérica, con la moral por los suelos, y ellos… No se podía imaginar cómo seguir adelante sin ellos. El miedo era cada vez mayor, con cada paso que daba el sol hacia el horizonte. ¿Cómo sabían cuándo rendirse? ¿Era su última oportunidad de echar a correr y tratar de rastrear hacia dónde se habían ido?
La pregunta repentina de Aniol quedó sin contestar por su parte. No podía decir lo que no sabía. No podía mentir, tampoco.
—¿Y si…? —No se atrevió a plantear lo de alejarse aun más. La noche cerrada caería sobre quienes tuviesen el valor de alejarse. Parecía la forma más rápida de perder aún más compañeros.
Sus pies golpeaban el suelo con impaciencia mientras se mordía las yemas polvorientas de los dedos. No podía contener los nervios ni pensar con claridad. Ni siquiera miró hacia el cielo o a la extraña novedad que les esperaba allí, porque era el único lugar donde no podía encontrar lo que estaban buscando.
Ver a las dos figuras, juntas y apoyándose una en otra, fue como un bálsamo que se llevó toda esa angustia de un plumazo. Ya no contaba con nadie, ya se temía lo peor. Airi no recordaba por qué se habían separado ni qué había ocurrido ese día. Daba igual. Echó a correr hacia ellos, queriendo saber si estaban heridos, si necesitaban ayuda. Queriendo guiarlos cuanto antes al interior del torreón y cerrar la puerta para dejar atrás los horrores que podía traer la noche.
Airi fue lejanamente consciente de gritar sus nombres mientras corría, como si se observase desde fuera.
—¿E… estáis bien? —preguntó jadeando cuando llegó a su lado. Sus ojos buscaron heridas visibles con avidez antes de lanzarse a darles un abrazo fugaz en medio de la conmoción.
Airi no podía evitar pensar en qué iban a hacer si Ethan y Nohlem no volvían. Trataba de apartar esos pensamientos de inmediato, ya que le congelaban en el sitio, pero reaparecían una y otra vez. Estarían en desventaja numérica, con la moral por los suelos, y ellos… No se podía imaginar cómo seguir adelante sin ellos. El miedo era cada vez mayor, con cada paso que daba el sol hacia el horizonte. ¿Cómo sabían cuándo rendirse? ¿Era su última oportunidad de echar a correr y tratar de rastrear hacia dónde se habían ido?
La pregunta repentina de Aniol quedó sin contestar por su parte. No podía decir lo que no sabía. No podía mentir, tampoco.
—¿Y si…? —No se atrevió a plantear lo de alejarse aun más. La noche cerrada caería sobre quienes tuviesen el valor de alejarse. Parecía la forma más rápida de perder aún más compañeros.
Sus pies golpeaban el suelo con impaciencia mientras se mordía las yemas polvorientas de los dedos. No podía contener los nervios ni pensar con claridad. Ni siquiera miró hacia el cielo o a la extraña novedad que les esperaba allí, porque era el único lugar donde no podía encontrar lo que estaban buscando.
Ver a las dos figuras, juntas y apoyándose una en otra, fue como un bálsamo que se llevó toda esa angustia de un plumazo. Ya no contaba con nadie, ya se temía lo peor. Airi no recordaba por qué se habían separado ni qué había ocurrido ese día. Daba igual. Echó a correr hacia ellos, queriendo saber si estaban heridos, si necesitaban ayuda. Queriendo guiarlos cuanto antes al interior del torreón y cerrar la puerta para dejar atrás los horrores que podía traer la noche.
Airi fue lejanamente consciente de gritar sus nombres mientras corría, como si se observase desde fuera.
—¿E… estáis bien? —preguntó jadeando cuando llegó a su lado. Sus ojos buscaron heridas visibles con avidez antes de lanzarse a darles un abrazo fugaz en medio de la conmoción.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Sendar
17/11/24, 05:01 pm
Acabaron saliendo los cinco, así que sumado a la búsqueda de sus compañeros y a vigilar por si el otro grupo aparecía allí fuera, Rick se decidió a echar un vistazo de vez en cuando por cómo seguían los niños. Seguía preocupado por Aniol aunque tuviera fuerzas para salir y las expresiones de Damian tanto con lo ocurrido como al despedirse del motero le dolían. Arco en mano y con el deseo de que no tuvieran que estar mucho tiempo recorriendo las calles, no tardaron en ponerse en marcha juntos.
Por supuesto, nada en Rocavarancolia podía salir bien. Al principio, la preocupación del neoyorquino era la misma que había tenido de camino de vuelta al torreón, con el tiempo que habían tardado no le habría parecido extraño que Ethan y Nohlem estuvieran al caer, pero a medida que los minutos se convertían en horas su nerviosismo aumentaba con creces. Por más que buscaran en las inmediaciones del refugio y las zonas más o menos cercanas, no había ni rastro de sus dos compañeros. Tampoco lo había de posibles espías y arcos esperando a disparar entre los callejones, pero no era algo que consiguiera aliviar la falta de alguna pista sobre el varmano y el británico. Cualquier conversación a futuro había quedado muy alejada cuando todo el grupo temía lo que les hubiera pasado.
En un intento de dar con ellos, el polaco había decidido colgar carteles por donde iban pasando, una plegaria para que volvieran tal y como habían estado llamándolos a medida que recorrían las calles. Rick no creía que fueran a valer, pero en una situación tan desesperada entendía que había que probar con todas las posibilidades con las que contaban, aún cuando todo indicaba que no iban a cambiar nada. La angustia que mostraba cada uno de sus compañeros se iba sumando a las propias en cada paso desesperado.
El chico observó con una mirada distante el último cartel que había dejado el pequeño, sin ser consciente todavía del punto de luz que destacaba en un cielo que estaba oscureciéndose. Aquello no pintaba bien y no tenían muchas más opciones para seguir buscando. Miró por un momento a Aniol cuando dijo la duda que tenían todos allí, tras lo cual tuvo que apartar la vista conteniendo un chasquido de frustración. Era lo más probable por desgracia, no había otra explicación o al menos no la encontraba. -(Tal vez podríamos intentar acercarnos a la torreta por si acaso...)- pensó para poco después desechar la idea antes de mencionarla siquiera. Se estaba haciendo demasiado tarde y sería demasiado peligroso alejarse del torreón; aunque justamente por eso también le preocupaba si los dos...
Los gritos de Airi lo sacaron del bucle en el que se encontraba su mente y el neoyorquino se giró para encontrarse como los desaparecidos, al fin, estaban de vuelta. Por unos instantes se quedó en el sitio atónito, sin creerse que estuvieran a salvo, pero no tardó en acercarse junto al resto. -Joder, estáis vivos...- consiguió decir con claro alivio en la voz, soltando toda la tensión acumulada, una vez llegó a su lado dejando espacio a quienes querían darles un abrazo. Tenía muchas preguntas, pero primero había que asegurarse de que estaban bien.
Por supuesto, nada en Rocavarancolia podía salir bien. Al principio, la preocupación del neoyorquino era la misma que había tenido de camino de vuelta al torreón, con el tiempo que habían tardado no le habría parecido extraño que Ethan y Nohlem estuvieran al caer, pero a medida que los minutos se convertían en horas su nerviosismo aumentaba con creces. Por más que buscaran en las inmediaciones del refugio y las zonas más o menos cercanas, no había ni rastro de sus dos compañeros. Tampoco lo había de posibles espías y arcos esperando a disparar entre los callejones, pero no era algo que consiguiera aliviar la falta de alguna pista sobre el varmano y el británico. Cualquier conversación a futuro había quedado muy alejada cuando todo el grupo temía lo que les hubiera pasado.
En un intento de dar con ellos, el polaco había decidido colgar carteles por donde iban pasando, una plegaria para que volvieran tal y como habían estado llamándolos a medida que recorrían las calles. Rick no creía que fueran a valer, pero en una situación tan desesperada entendía que había que probar con todas las posibilidades con las que contaban, aún cuando todo indicaba que no iban a cambiar nada. La angustia que mostraba cada uno de sus compañeros se iba sumando a las propias en cada paso desesperado.
El chico observó con una mirada distante el último cartel que había dejado el pequeño, sin ser consciente todavía del punto de luz que destacaba en un cielo que estaba oscureciéndose. Aquello no pintaba bien y no tenían muchas más opciones para seguir buscando. Miró por un momento a Aniol cuando dijo la duda que tenían todos allí, tras lo cual tuvo que apartar la vista conteniendo un chasquido de frustración. Era lo más probable por desgracia, no había otra explicación o al menos no la encontraba. -(Tal vez podríamos intentar acercarnos a la torreta por si acaso...)- pensó para poco después desechar la idea antes de mencionarla siquiera. Se estaba haciendo demasiado tarde y sería demasiado peligroso alejarse del torreón; aunque justamente por eso también le preocupaba si los dos...
Los gritos de Airi lo sacaron del bucle en el que se encontraba su mente y el neoyorquino se giró para encontrarse como los desaparecidos, al fin, estaban de vuelta. Por unos instantes se quedó en el sitio atónito, sin creerse que estuvieran a salvo, pero no tardó en acercarse junto al resto. -Joder, estáis vivos...- consiguió decir con claro alivio en la voz, soltando toda la tensión acumulada, una vez llegó a su lado dejando espacio a quienes querían darles un abrazo. Tenía muchas preguntas, pero primero había que asegurarse de que estaban bien.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Torreón Sendar
17/11/24, 11:21 pm
Se tragó tras una ligera sonrisa el dolor que escondía, agradeciendo con un asentimiento y apenas un murmullo que Nohlem se prestara para ayudarle. Ya no solo por la pierna, si no por la compañía. Tenerlo cerca era el único bálsamo con el que contaba ante la ausencia del collar, una tirita temporal que si bien no solucionaba los gruñidos cada vez que debía pisar con la pierna mala, si podía darle parte del confort que necesitaba para seguir avanzando.
La noche no tardó en caer tras ellos, y con su nueva oscuridad, una estela lejana alumbró la llegada de un nuevo tiempo sin que fueran conscientes del mismo. Ethan estaba demasiado cansado como para focalizar su vista en algo que no fuera el empedrado por el que iban, por lo que el cielo quedó oculto a su espalda, aguardando a un mejor momento en el que ser visto. Menos mal que no creía en nada, porque si no, aquello solo habría sido una desafortunada señal de su desdicha. El día que cruzaron una puerta que jamás podrían volver a cerrar, la noche que el cielo decidió tener su primera estrella.
-Nada…
Respondió desanimado, no iba a dar explicaciones de que decidía hacer o no tras tener que ver cómo ejecutaban a alguien. Lo sentía por los demás, porque era conocer que aquello era un pensamiento meramente egoísta, pero no tenía corazón para hablar de ello, ni ánimo como para querer hacerlo. E igual que aquella ecuánime contestación, tampoco dijo nada al ver los carteles. Leyó de soslayo cuando su compañero se paró a recoger uno, y tras un denso suspiro y una punzada de completo remordimiento emprendió de nuevo la marcha. Pensar en Aniol, después de todo, dolía más de lo que curaba. No quería al niño llevando flores a su tumba, no quería pasarle la misma maldición que Jasper había dejado en él, pues sabía que cuando uno lloraba a los muertos, nunca podría secarse del todo.
Su vista a veces se difuminaba, pero su escucha solo se había vuelto más fina, lo suficiente para que a pesar de la cortina borrosa pudiera escuchar su nombre en un grito contenido. Ethan se guardó el aliento al momento, temeroso de lo que aquello pudiera significar, pero, mientras su mente intentaba prepararse para el gélido recibimiento, su cuerpo se deshizo en el calor ajeno de un abrazo. Tuvo que parpadear un par de veces, confuso, antes de que el rostro de Airi, preocupade, se volviera nítido. ¿No le odiaban?
Ethan trató de hablar, pero de su voz no salió ni una misera sílaba, ni un desquebrajado sí. En vez de eso negó con abrupta timidez, antes de que por su garganta corriera una espesa lava y por sus ojos se comenzarán a condensar nuevas lágrimas. No, no estaba bien, estaban de todo menos bien. Era hasta irrisorio tratar de ocultarlo.
-Volvamos, por favor.
Rogó en apenas un murmullo desencajado, afianzando su mano en el hombro de Nohlem antes de apoyar parte de su rostro sobre la de él en busca de un consuelo más personal o más bien, de unos cimientos que pudiera estar con él para evitar que se volviera a derrumbar.
La noche no tardó en caer tras ellos, y con su nueva oscuridad, una estela lejana alumbró la llegada de un nuevo tiempo sin que fueran conscientes del mismo. Ethan estaba demasiado cansado como para focalizar su vista en algo que no fuera el empedrado por el que iban, por lo que el cielo quedó oculto a su espalda, aguardando a un mejor momento en el que ser visto. Menos mal que no creía en nada, porque si no, aquello solo habría sido una desafortunada señal de su desdicha. El día que cruzaron una puerta que jamás podrían volver a cerrar, la noche que el cielo decidió tener su primera estrella.
-Nada…
Respondió desanimado, no iba a dar explicaciones de que decidía hacer o no tras tener que ver cómo ejecutaban a alguien. Lo sentía por los demás, porque era conocer que aquello era un pensamiento meramente egoísta, pero no tenía corazón para hablar de ello, ni ánimo como para querer hacerlo. E igual que aquella ecuánime contestación, tampoco dijo nada al ver los carteles. Leyó de soslayo cuando su compañero se paró a recoger uno, y tras un denso suspiro y una punzada de completo remordimiento emprendió de nuevo la marcha. Pensar en Aniol, después de todo, dolía más de lo que curaba. No quería al niño llevando flores a su tumba, no quería pasarle la misma maldición que Jasper había dejado en él, pues sabía que cuando uno lloraba a los muertos, nunca podría secarse del todo.
Su vista a veces se difuminaba, pero su escucha solo se había vuelto más fina, lo suficiente para que a pesar de la cortina borrosa pudiera escuchar su nombre en un grito contenido. Ethan se guardó el aliento al momento, temeroso de lo que aquello pudiera significar, pero, mientras su mente intentaba prepararse para el gélido recibimiento, su cuerpo se deshizo en el calor ajeno de un abrazo. Tuvo que parpadear un par de veces, confuso, antes de que el rostro de Airi, preocupade, se volviera nítido. ¿No le odiaban?
Ethan trató de hablar, pero de su voz no salió ni una misera sílaba, ni un desquebrajado sí. En vez de eso negó con abrupta timidez, antes de que por su garganta corriera una espesa lava y por sus ojos se comenzarán a condensar nuevas lágrimas. No, no estaba bien, estaban de todo menos bien. Era hasta irrisorio tratar de ocultarlo.
-Volvamos, por favor.
Rogó en apenas un murmullo desencajado, afianzando su mano en el hombro de Nohlem antes de apoyar parte de su rostro sobre la de él en busca de un consuelo más personal o más bien, de unos cimientos que pudiera estar con él para evitar que se volviera a derrumbar.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
18/11/24, 01:30 am
Estaba dispuesto a seguir a Rick hacia las torretas, incluso si eso significaba tener que volver a toparse con Letargo y estrechar la mano de la noche sin una pizca de magia en su cuerpo. Las opciones caían como piezas de dominó, quedando reducidas a regresar sobre sus pasos para encontrar quizá lo que su mente no quería explorar: dos cuerpos inanimados, vacíos de esa vida que tanto bien ofrecían al torreón. Solo de pensarlo... solo de imaginar el final del cuento... deseaba cerrar los ojos con mucha fuerza y abrirlos en el pasado. Al primer día en las mazmorras. Las cosas se darían de otro modo. Y puede que Serena no probara esa fruta, ni que Aria corriera su fatídica suerte. Ni por supuesto se habría separado de ellos, aunque eso significara haber contemplado el final-finalísimo de Muerto y...
De pronto, silencio entre el caos. Interrumpido por un traqueteo de pies contra la calzada.
Airi salió corriendo con la promesa de dos nombres tatuados en la garganta. Al principio le costó diferenciar una figura de la otra solapadas en la lejanía. Pero los gestos se tornaron reconocibles, tanto como las lágrimas que empezaron a surcar sus mejillas.
Ethan y Nohlem.
Vivos. O al menos lo parecían, porque cuando se acercó con pasos temerosos pudo comprobar que la vida no era algo que se reflejara siempre en los ojos. Se encontraban cortados por un nuevo molde más grisáceo e insondable. La niebla espesa que rodeaba los bosques de Polonia no era nada comparada con la humareda pesada y cargante que los envolvía a ambos.
No sabía si le importaba. No cuando su centro volvía a su ser y experimentaba una sensación parecida a que todos sus órganos se recolocaran en su cuerpo después de haber sido sacudidos por una batidora. El estómago se calmaba, sus pulmones volvían a ensancharse sin ese tope metálico que era la ansiedad, el corazón... bueno... el corazón no tenía boca para quedarse sin palabras. Pero bombeó mudo. En un llanto de puro alivio.
No obstante, fue incapaz de reaccionar con naturalidad. Las manos del niño se retorcieron en los bolsillos de su sudadera, percibiendo la escena con un cariz tan amargo que si bien lo evidente presentaba a dos supervivientes, se preguntó qué es lo que se habían dejado atrás para que en su lugar se hallaran dos ecos de lo que un día fueron.
No sabía si por vergüenza o porque la fragilidad de Ethan se le antojó tan vibrante, que Aniol abordó primero al varmano. Lo hizo desde un lateral, con tanto mimo y cuidado que cualquiera diría que la piel oscura del chico antaño había sido porcelana. Agarró su mano libre sin importar cuál era su opinión al respecto y se la colocó por encima de su cabeza, ya fuera en su cabello o por detrás de la nuca, tanto le daba. Después inspiró con profundidad, con la tristeza haciendo de las suyas en un gimoteo descompasado pero impregnándose de esa sensación de consuelo.
Su elfito estaba allí. También su ángel de la guarda.
Dos pilares tan fundamentales en su nueva vida que si algo amenazaba con destruir su base también provocaría su propio descenso. Caída libre hacia la nada.
Aniol se acercó entonces a Ethan, y cobijó su cara en su pecho en lo que apenas fueron unos segundos menos que los esgrimidos con Nohlem. Temía incluso tocarle por miedo a lastimar a alguien ya herido. Su rostro se alzó repleto de pucheros infinitos, examinando una y otra vez sus caras hasta volver a ver la luz que necesitaba en esos momentos. Algo le decía que las sombras ganaban la partida por mucho y que tardarían en recomponerse de esos pedazos.
Su lengua trató de balbucear sin sentido, pero fuese lo que fuese murió en el aire justo en el mismo instante en que se echó a un lado. Rozaba lo patético, la manera en la que todo su cuerpo y sus ojos rogaban como un perrito abandonado por un abrazo mucho más profundo y bonito que el que él mismo les había tendido.
Pero no se movió más allá de enjugarse las lágrimas con el dorso de la mano. Le daba miedo percibirles lejanos, tan distantes y a años luz como el punto luminoso que pendía del cielo.
De pronto, silencio entre el caos. Interrumpido por un traqueteo de pies contra la calzada.
Airi salió corriendo con la promesa de dos nombres tatuados en la garganta. Al principio le costó diferenciar una figura de la otra solapadas en la lejanía. Pero los gestos se tornaron reconocibles, tanto como las lágrimas que empezaron a surcar sus mejillas.
Ethan y Nohlem.
Vivos. O al menos lo parecían, porque cuando se acercó con pasos temerosos pudo comprobar que la vida no era algo que se reflejara siempre en los ojos. Se encontraban cortados por un nuevo molde más grisáceo e insondable. La niebla espesa que rodeaba los bosques de Polonia no era nada comparada con la humareda pesada y cargante que los envolvía a ambos.
No sabía si le importaba. No cuando su centro volvía a su ser y experimentaba una sensación parecida a que todos sus órganos se recolocaran en su cuerpo después de haber sido sacudidos por una batidora. El estómago se calmaba, sus pulmones volvían a ensancharse sin ese tope metálico que era la ansiedad, el corazón... bueno... el corazón no tenía boca para quedarse sin palabras. Pero bombeó mudo. En un llanto de puro alivio.
No obstante, fue incapaz de reaccionar con naturalidad. Las manos del niño se retorcieron en los bolsillos de su sudadera, percibiendo la escena con un cariz tan amargo que si bien lo evidente presentaba a dos supervivientes, se preguntó qué es lo que se habían dejado atrás para que en su lugar se hallaran dos ecos de lo que un día fueron.
No sabía si por vergüenza o porque la fragilidad de Ethan se le antojó tan vibrante, que Aniol abordó primero al varmano. Lo hizo desde un lateral, con tanto mimo y cuidado que cualquiera diría que la piel oscura del chico antaño había sido porcelana. Agarró su mano libre sin importar cuál era su opinión al respecto y se la colocó por encima de su cabeza, ya fuera en su cabello o por detrás de la nuca, tanto le daba. Después inspiró con profundidad, con la tristeza haciendo de las suyas en un gimoteo descompasado pero impregnándose de esa sensación de consuelo.
Su elfito estaba allí. También su ángel de la guarda.
Dos pilares tan fundamentales en su nueva vida que si algo amenazaba con destruir su base también provocaría su propio descenso. Caída libre hacia la nada.
Aniol se acercó entonces a Ethan, y cobijó su cara en su pecho en lo que apenas fueron unos segundos menos que los esgrimidos con Nohlem. Temía incluso tocarle por miedo a lastimar a alguien ya herido. Su rostro se alzó repleto de pucheros infinitos, examinando una y otra vez sus caras hasta volver a ver la luz que necesitaba en esos momentos. Algo le decía que las sombras ganaban la partida por mucho y que tardarían en recomponerse de esos pedazos.
Su lengua trató de balbucear sin sentido, pero fuese lo que fuese murió en el aire justo en el mismo instante en que se echó a un lado. Rozaba lo patético, la manera en la que todo su cuerpo y sus ojos rogaban como un perrito abandonado por un abrazo mucho más profundo y bonito que el que él mismo les había tendido.
Pero no se movió más allá de enjugarse las lágrimas con el dorso de la mano. Le daba miedo percibirles lejanos, tan distantes y a años luz como el punto luminoso que pendía del cielo.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
18/11/24, 01:54 am
No era precisamente la primera ni la segunda (ni la tercera, ni la cuarta…) vez que el escamas moradas se sentía completamente impotente ante una situación que le superaba, pero no es que ello lo hiciese más sencillo tampoco. El que estaba literalmente paralizado era Connor, pero empezaba a sentirse como si también hubiese recibido el efecto de aquel hechizo.
Pudo reaccionar Aniol pidió salir en busca de Ethan y Nohlem. Apenas unos minutos después ya ni siquiera recordaría qué había dicho exactamente, pero se preparó para salir junto al resto. No sin antes pedirle a Rick que recargase el colgante. Eso lo recordaría… porque en su interior temía que Connor no fuese quien más lo necesitase en el futuro próximo. ¿Y lo peor de todo? Es que esa era mejor opción que el que no lo necesitasen porque, simplemente… No, no quería pensarlo.
¿Pero cómo no hacerlo, cuándo llevaban bastante tiempo moviéndose por los alrededores del torreón con cautela y seguía sin haber rastro de ellos? Cada vez que se colocaba uno de los carteles que habían preparado los niños tenía el pensamiento intrusivo de que iban a ser un terrible recordatorio de lo que todavía estaban por confirmar.
Casi se echa a llorar cuando escuchó la pregunta de la boca de Aniol. Lo mejor que pudo hacer fue negar con la cabeza y balbucear una respuesta. Algo como “no lo sabemos…”. Tal vez. No sabía siquiera si había sido coherente al hablar.
Y es que además no dejaba de preguntase si era culpa suya. Por haberse dejado convencer con tanta facilidad de no haber ido a advertirles. Había tenido muy claro en ese momento de que había sido la decisión correcta, pero según transcurrían las horas… Ni siquiera se sentía con derecho a sentirse así: ¿acaso solo le preocupaba ser responsable del hecho? En su interior sabía que no, pero no parecía que los pensamientos intrusivos fuesen a darle descanso alguno.
---
Fue el sonido de los pasos primero lo que le hizo alzar la cabeza que hacía rato que prácticamente solo miraba el suelo. ¿Podría ser…? Lo era. El alivio instantáneo que sintió no duró demasiado al darse cuenta de que seguía sin saber cómo actuar. Tanto Airi como Aniol se acercaron al varmano y al humano para recibirles con un abrazo, y él les siguió una vez más queriendo imitar el gesto consolador sin llegar a ser capaz de darlo. De algún modo había algo que sentía erróneo en ser él quien proporcionase aquel consuelo, o si era apropiado. No tenía claro ni podía desenmarañar el entramado de sensaciones que le abrumaban, sobre todo porque no quería volver a pensar en…
¿A quién iba a engañar? Seguía culpándose por no haber ido a avisarles. Solo se le ocurría una razón en el microcosmos conformado por la entropía de sus pensamientos por la que pudieran haber tardado tanto, y si se confirmaba dicha razón es que había tomado la decisión equivocada y… Se negó a sí mismo internamente. Tenía que… hacer algo. Lo que fuese. Algo que sirviese de ayuda.
—¿No estáis… heridos…? —su voz se apagó sola.
Sentía que estaba haciendo algo terriblemente mal, por alguna razón. Ethan y Nohlem no se encontraban bien, eso era dolorosamente evidente. Igual de doloroso era saberse, de nuevo, inútil para servir de ninguna ayuda.
—Sí —se vio respondiendo de manera automática y con el mismo tono de voz bajo a la petición del británico.
Echaría a andar en dirección a Sendar con la sensación de volver a estar cargando con un peso invisible. El alivio de verlos con vida era lo único que lo mantenía en movimiento.
Pudo reaccionar Aniol pidió salir en busca de Ethan y Nohlem. Apenas unos minutos después ya ni siquiera recordaría qué había dicho exactamente, pero se preparó para salir junto al resto. No sin antes pedirle a Rick que recargase el colgante. Eso lo recordaría… porque en su interior temía que Connor no fuese quien más lo necesitase en el futuro próximo. ¿Y lo peor de todo? Es que esa era mejor opción que el que no lo necesitasen porque, simplemente… No, no quería pensarlo.
¿Pero cómo no hacerlo, cuándo llevaban bastante tiempo moviéndose por los alrededores del torreón con cautela y seguía sin haber rastro de ellos? Cada vez que se colocaba uno de los carteles que habían preparado los niños tenía el pensamiento intrusivo de que iban a ser un terrible recordatorio de lo que todavía estaban por confirmar.
Casi se echa a llorar cuando escuchó la pregunta de la boca de Aniol. Lo mejor que pudo hacer fue negar con la cabeza y balbucear una respuesta. Algo como “no lo sabemos…”. Tal vez. No sabía siquiera si había sido coherente al hablar.
Y es que además no dejaba de preguntase si era culpa suya. Por haberse dejado convencer con tanta facilidad de no haber ido a advertirles. Había tenido muy claro en ese momento de que había sido la decisión correcta, pero según transcurrían las horas… Ni siquiera se sentía con derecho a sentirse así: ¿acaso solo le preocupaba ser responsable del hecho? En su interior sabía que no, pero no parecía que los pensamientos intrusivos fuesen a darle descanso alguno.
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Fue el sonido de los pasos primero lo que le hizo alzar la cabeza que hacía rato que prácticamente solo miraba el suelo. ¿Podría ser…? Lo era. El alivio instantáneo que sintió no duró demasiado al darse cuenta de que seguía sin saber cómo actuar. Tanto Airi como Aniol se acercaron al varmano y al humano para recibirles con un abrazo, y él les siguió una vez más queriendo imitar el gesto consolador sin llegar a ser capaz de darlo. De algún modo había algo que sentía erróneo en ser él quien proporcionase aquel consuelo, o si era apropiado. No tenía claro ni podía desenmarañar el entramado de sensaciones que le abrumaban, sobre todo porque no quería volver a pensar en…
¿A quién iba a engañar? Seguía culpándose por no haber ido a avisarles. Solo se le ocurría una razón en el microcosmos conformado por la entropía de sus pensamientos por la que pudieran haber tardado tanto, y si se confirmaba dicha razón es que había tomado la decisión equivocada y… Se negó a sí mismo internamente. Tenía que… hacer algo. Lo que fuese. Algo que sirviese de ayuda.
—¿No estáis… heridos…? —su voz se apagó sola.
Sentía que estaba haciendo algo terriblemente mal, por alguna razón. Ethan y Nohlem no se encontraban bien, eso era dolorosamente evidente. Igual de doloroso era saberse, de nuevo, inútil para servir de ninguna ayuda.
—Sí —se vio respondiendo de manera automática y con el mismo tono de voz bajo a la petición del británico.
Echaría a andar en dirección a Sendar con la sensación de volver a estar cargando con un peso invisible. El alivio de verlos con vida era lo único que lo mantenía en movimiento.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Sendar
18/11/24, 02:47 pm
Nohlem acostumbraba a los rapapolvos, a los silencios profundos y los comentarios amordazantes, a las preguntas que empeoran al no ser respondidas y al ácido de la decepción. En su casa el enfado y el reproche eran demostraciones típicas de preocupación, por lo que igual que un animal hecho al maltrato el granta agachó las orejas al oír su nombre en boca de Airi. Su mirada dudó entre el brillo del cielo y el suelo, decantándose finalmente por el segundo para no ver más que los pies del grueso del grupo acercándose a ellos.
Una moneda puede caer en cara o en cruz, pero a veces, fuera de todo pronóstico, cae de pie. Igual de raras y casi imposibles habían sido las ocasiones en las que su madre le había recibido con un abrazo; veces en las que la verdadera preocupación y el arrepentimiento ganaban al enfado. Y aunque Airi distaba mucho de ser como Sehrina Ghiope, el impacto para Nohlem fue igual. Había forjado una coraza en base a su experiencia, listo para aceptar el juicio y el golpe de miradas tormentosas, pero no para algo tan sencillo y cálido como un abrazo.
—No —respondió a su pregunta en un susurro cerca de Airi, con una sinceridad traicionera a las distancias que había jurado tomar. El hilo que le sujetaba como adulto se rompió, y cuando le sanaí fue a apartarse se encontró soñando con agarrarse a elle como un niño para que no lo hiciera. El rubor de la vergüenza subió a su cara según la derrota le cerraba la garganta, no emitiendo otra cosa que ronroneos tristes de autoconsuelo, de esos no placenteros que tan pocas veces se le escapaban.
Su vista huyó de la voz de Rick, cuya presencia le hacía sentir ridículo y minúsculo, bajando de las ropas de Airi a la distancia vacía entre sus cuerpos. Asintió a Ethan, de nuevo cabeza con cabeza, sintiéndole más cerca y más pesado que nunca, no tanto por el camino sino por la estampa en la que se encontraban. Y ahí, mirando abajo, una pequeña figurita de pelo castaño y piel blanca entró en su ángulo de visión, sacándole de su segura pero frágil privacidad. Apretó los dientes y contuvo la respiración.
Se dejó hacer, en un principio tan tieso como un títere, luego tan vivo como su agitado corazón estaba. Cuando le cayeron las primeras lágrimas su mano en un principio temblorosa se aferró firme al niño, pegándole contra sí por afecto y para que no le viera también llorar. A su vez, sus dedos se introdujeron en su pelo en una caricia ansiosa, de cariño no escrito. Lo sentía, lo sentía mucho. Quería agacharse para abrazarle a él, para recuperar esa imperiosa necesidad generada tras el abrazo de Airi, pero no podía soltar a Ethan ni pensaba hacerlo.
“Te quiero mucho, Aniol”. Ojalá tuviera la fuerza de decirlo, pero si hablaba lo que habían sido un par de lágrimas fugadas se volvería una riada. Con una mala sonrisa llena de curvas, de esas que a base de fuerza sujetan a uno, recuperó el papel con el aviso de su bolsillo para agitarlo suavemente delante suya, vocalizando para él un silencioso “gracias”. Después tomó aire profundamente.
—¿Cómo está Connor? —masculló con suma dificultad mientras Aniol abrazaba a Ethan. A lo sumo su vista solo se atrevía a ascender a Airi, pero procuraba no mirar a nadie. Prefería conocer el estado del canadiense antes de encontrárselo.
Preguntaba de forma legítima, un miedo que por su propio bien se había evitado hasta ahora, pero también como evasión a la pregunta de Räg. Sí que estaban heridos, pero no de la forma visible que les justificaría ante el resto. La mano de Ethan ahora incidía sobre el flechazo medio abierto de su hombro, pero comparado a los nervios y la vergüenza, el dolor físico era casi lo más agradable que sentía.
En un último empujón de fuerza ayudó a entrar al londinense, protegidos -o quizás acorralados- por los demás. Estaba agotado, pero no le quedaba otra que aceptar su celda.
Una moneda puede caer en cara o en cruz, pero a veces, fuera de todo pronóstico, cae de pie. Igual de raras y casi imposibles habían sido las ocasiones en las que su madre le había recibido con un abrazo; veces en las que la verdadera preocupación y el arrepentimiento ganaban al enfado. Y aunque Airi distaba mucho de ser como Sehrina Ghiope, el impacto para Nohlem fue igual. Había forjado una coraza en base a su experiencia, listo para aceptar el juicio y el golpe de miradas tormentosas, pero no para algo tan sencillo y cálido como un abrazo.
—No —respondió a su pregunta en un susurro cerca de Airi, con una sinceridad traicionera a las distancias que había jurado tomar. El hilo que le sujetaba como adulto se rompió, y cuando le sanaí fue a apartarse se encontró soñando con agarrarse a elle como un niño para que no lo hiciera. El rubor de la vergüenza subió a su cara según la derrota le cerraba la garganta, no emitiendo otra cosa que ronroneos tristes de autoconsuelo, de esos no placenteros que tan pocas veces se le escapaban.
Su vista huyó de la voz de Rick, cuya presencia le hacía sentir ridículo y minúsculo, bajando de las ropas de Airi a la distancia vacía entre sus cuerpos. Asintió a Ethan, de nuevo cabeza con cabeza, sintiéndole más cerca y más pesado que nunca, no tanto por el camino sino por la estampa en la que se encontraban. Y ahí, mirando abajo, una pequeña figurita de pelo castaño y piel blanca entró en su ángulo de visión, sacándole de su segura pero frágil privacidad. Apretó los dientes y contuvo la respiración.
Se dejó hacer, en un principio tan tieso como un títere, luego tan vivo como su agitado corazón estaba. Cuando le cayeron las primeras lágrimas su mano en un principio temblorosa se aferró firme al niño, pegándole contra sí por afecto y para que no le viera también llorar. A su vez, sus dedos se introdujeron en su pelo en una caricia ansiosa, de cariño no escrito. Lo sentía, lo sentía mucho. Quería agacharse para abrazarle a él, para recuperar esa imperiosa necesidad generada tras el abrazo de Airi, pero no podía soltar a Ethan ni pensaba hacerlo.
“Te quiero mucho, Aniol”. Ojalá tuviera la fuerza de decirlo, pero si hablaba lo que habían sido un par de lágrimas fugadas se volvería una riada. Con una mala sonrisa llena de curvas, de esas que a base de fuerza sujetan a uno, recuperó el papel con el aviso de su bolsillo para agitarlo suavemente delante suya, vocalizando para él un silencioso “gracias”. Después tomó aire profundamente.
—¿Cómo está Connor? —masculló con suma dificultad mientras Aniol abrazaba a Ethan. A lo sumo su vista solo se atrevía a ascender a Airi, pero procuraba no mirar a nadie. Prefería conocer el estado del canadiense antes de encontrárselo.
Preguntaba de forma legítima, un miedo que por su propio bien se había evitado hasta ahora, pero también como evasión a la pregunta de Räg. Sí que estaban heridos, pero no de la forma visible que les justificaría ante el resto. La mano de Ethan ahora incidía sobre el flechazo medio abierto de su hombro, pero comparado a los nervios y la vergüenza, el dolor físico era casi lo más agradable que sentía.
En un último empujón de fuerza ayudó a entrar al londinense, protegidos -o quizás acorralados- por los demás. Estaba agotado, pero no le quedaba otra que aceptar su celda.
- ♪♫♬:
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
Ayer a las 01:26 pm
Airi se dejó llevar durante un momento, un momento en el que no importaba nada más allá de que estaban todos juntos y vivos, independientemente de otras cosas que, en el fondo, eran menos importantes. Sus brazos abarcaron tanto a Nohlem como a Ethan, sintiendo su calor como la confirmación reconfortante que era de que habían vuelto con ellos.
Cuando Airi se apartó, dejando paso a Aniol, recibió dos respuestas negativas a su pregunta, una con palabras y otra sin ellas. Su mirada se desvió al suelo a la vez que se apretaba un brazo con fuerza, clavándose las uñas mientras pensaba qué podía responder una situación como aquella. Nada. Solo podía esperar y darles espacio.
Ya a un lado, no miró a nadie más que al suelo y a las piernas de quienes les rodeaban. Solo la pregunta de Connor logró sacarle de aquel estado de dudas y angustia.
—Se encuentra bien, ahora —dijo, mientras iniciaban el regreso al torreón—. Estábamos… Apareció más gente de Letargo cuando nos separamos —admitió por fin; tal vez no era el momento, pero era más fácil hablar de eso que de las cosas que habían quedado sin decir—. Pero estamos todos bien, salieron corriendo. Teníamos… teníamos mucho miedo de que os hubiesen encontrado, estábamos muy asustados. Lo siento, lo siento mucho —sollozó—. Decidimos poner a salvo a Connor y a los niños primero, si nos separábamos…
Le sanaí no pudo contener más las lágrimas cuando su voz se rompió. La culpa le había carcomido toda la tarde. Había razonado la decisión que habían tomado como la correcta, pero una parte de elle sentía que era una elección cobarde también. Que no estaba a la altura de lo que tal vez habrían hecho ellos o Connor de encontrarse bien. Le hacía pensar precisamente en el reproche claro que habían recibido por no estar a la altura de las circunstancias, y por tanto era como si hubiese vuelto a meter el dedo en la llaga.
—Lo siento —repitió aún más bajo, secándose las lágrimas con la manga de la camiseta.
Cuando Airi se apartó, dejando paso a Aniol, recibió dos respuestas negativas a su pregunta, una con palabras y otra sin ellas. Su mirada se desvió al suelo a la vez que se apretaba un brazo con fuerza, clavándose las uñas mientras pensaba qué podía responder una situación como aquella. Nada. Solo podía esperar y darles espacio.
Ya a un lado, no miró a nadie más que al suelo y a las piernas de quienes les rodeaban. Solo la pregunta de Connor logró sacarle de aquel estado de dudas y angustia.
—Se encuentra bien, ahora —dijo, mientras iniciaban el regreso al torreón—. Estábamos… Apareció más gente de Letargo cuando nos separamos —admitió por fin; tal vez no era el momento, pero era más fácil hablar de eso que de las cosas que habían quedado sin decir—. Pero estamos todos bien, salieron corriendo. Teníamos… teníamos mucho miedo de que os hubiesen encontrado, estábamos muy asustados. Lo siento, lo siento mucho —sollozó—. Decidimos poner a salvo a Connor y a los niños primero, si nos separábamos…
Le sanaí no pudo contener más las lágrimas cuando su voz se rompió. La culpa le había carcomido toda la tarde. Había razonado la decisión que habían tomado como la correcta, pero una parte de elle sentía que era una elección cobarde también. Que no estaba a la altura de lo que tal vez habrían hecho ellos o Connor de encontrarse bien. Le hacía pensar precisamente en el reproche claro que habían recibido por no estar a la altura de las circunstancias, y por tanto era como si hubiese vuelto a meter el dedo en la llaga.
—Lo siento —repitió aún más bajo, secándose las lágrimas con la manga de la camiseta.
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