Torreón Sendar
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Sendar
19/09/12, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Ya antes de la Batalla de Rocavarancolia éste era uno de los mayores torreones de la ciudad. Quedó destruido por un explosivo que le arrancó sus cuatro plantas superiores, dejando tan sólo dos, aunque más tarde se reformó convirtiéndose en un torreón de cuatro plantas. Su base es circular y está protegido por un foso frente a la puerta, mientras que en la parte trasera hay un risco de varios metros de profundidad.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
- Recetario integral de Persilia Sukaldaria:
- RECETARIO INTEGRAL DE PERSILIA SUKALDARIA
Libro de unas 150 páginas encuadernado en cuero. El título está escrito con letras cursivas y enrevesadas y un poco de relieve que ocupan toda la cubierta, donde no hay ninguna ilustración. En la parte trasera hay una sinopsis escrita en un recuadro decorado.
Sinopsis
¿Aburrido de cocinar siempre lo mismo? Adéntrate en mi recetario integral, donde he volcado años de experimentación combinando las delicias de todos los mundos conocidos. Entrantes, picoteo, postres y todo tipo de platos tradicionales con una vuelta de tuerca… ¡las mezclas de sabores nunca vistas conquistarán tu paladar y el de tus comensales!
Más de 100 increíbles recetas.
¡Incluye un anexo de venenos que se camuflarán perfectamente en tus platos y un grimorio de cocina con los hechizos imprescindibles para cualquier chef!
Anexo
LOS VENENOS MÁS DISCRETOS
Tanto si quieres provocar una diarrea como si tienes más interés en matar a comensales indeseados (…) este anexo imprescindible en cualquier recetario que se precie (…).
(La página está rota y, el resto de este anexo, arrancado).
GRIMORIO DE COCINA DE PERSILIA SUKALDARIA
Todo cocinero debe dominar estos hechizos, a los que he hecho referencia a lo largo del recetario. Descubre conmigo cómo realizarlos si todavía no los conocías.- Leyenda de colores y niveles:
- Mago
Brujo alto
Brujo bajo
• ¿Tienes carnes difíciles de cortar y despiezar? Prueba con el hechizo de corte.- Instrucciones:
- Corte: invoca un diminuto filo invisible de ondas que hace un corte en la superficie señalada. Hay muchas variaciones de este hechizo que, a altos niveles, permiten hacer cortes enormes o en profundidad. Un brujo bajo suele ser capaz de hacer rasguños en carne desprotegida o tallar madera. Un brujo medio podría cortar madera, arañar metal o hacer cortes superficiales en carne desprotegida. Mientras que un cosechado nivel mago podría hacer arañazos más profundos en el metal o tajos sobre carne.
Como hechizo físico que es, sus efectos dependen de la dureza y resistencia del material objetivo.
Lanzamiento a ojo, los gestos de la mano delimitando la dirección de los cortes. Conjuración rápida.
• ¡Con el hechizo de homogeneización no vuelvas a dejarte los brazos batiendo!- Instrucciones:
- Hechizo de homogeneización (*): hechizo que acelera la homogeneización de un líquido, suele aparecer un pequeño torbellino. En su defecto, implica que el líquido dé vueltas.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• No encontrarás nada más rápido para encender el fuego que esto: hechizo de invocar llamas.- Instrucciones:
- Invocar llamas (**): Un brujo bajo puede hacer algunos chispazos y llamas de vela (*). Un brujo alto puede invocar llamas ligeramente más grandes que las de vela que, si es hábil o controla bien el hechizo, puede manejar con las manos sin que le quemen (**). Un mago puede encender hogueras pequeñas en poco tiempo e invocar fuegos de antorcha (***).
Importante: Estas llamas no pueden arrojarse como proyectiles ya que necesitan sustentarse o bien en la magia de quien las invoca o bien en un combustible (madera, grasa...) y si se alejan demasiado del invocador y carecen de combustible, se apagan. Sin embargo pueden usarse como arma de corta distancia.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida.
• También es importante conocer estas soluciones para medir la temperatura, la concentración de sal, la presión dentro de la olla, la densidad de un líquido o el tiempo hasta que esté listo tu plato:- Instrucciones:
- Hechizos medidores de magnitudes sencillas: forman una pequeña esfera fantasma que cambia de color según la intensidad de la magnitud a medir. Son diferentes variedades de un mismo hechizo que permiten medir la temperatura, la presión, la densidad de un material, el tiempo (para lo que hacen falta conocimientos adicionales y nivel de brujo alto para configurar el medidor), o la concentración de un determinado soluto (posible a niveles a partir de brujo alto).
Si una esfera no está configurada, ésta tenderá a habituarse a la cantidad de magnitud a la que esté expuesta y la establecerá como su nuevo punto de equilibrio, asociándola con el color intermedio.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida-media.
• La solución más rápida para calentar o enfriar tus platos rápidamente es, sin duda, el hechizo térmico.- Instrucciones:
- Térmico: aumenta o disminuye notablemente la temperatura de un objeto de tamaño pequeño (*). Con práctica pueden limitarse esos cambios a una dirección controlada por el mago (chorros de calor, [**]). Puede anclarse a una sala concreta, creando una cámara frigorífica (***): no obstante es necesario repetir varias veces el hechizo si se quiere usar una habitación como congelador ya que este hechizo supone solamente un descenso térmico. Van de fuera a dentro.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida-media.
• ¿Quieres catar la comida solo con el aroma? ¿Estás en otra habitación y necesitas saber que no se te esté pasando la comida? El hechizo de amplificación sensorial del olfato es un aliado imprescindible.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial olfativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores nasales. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• O, si quieres disfrutar de la comida como nunca, prueba esta otra variante: el hechizo de amplificación sensorial del gusto.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial gustativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores del gusto. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• ¿Te ha quedado muy aguada la comida? ¿Has echado demasiada agua a esa sopa? No te preocupes, ¡hay solución! ¡El hechizo de drenaje!- Instrucciones:
- Hechizo de drenaje: deseca superficies húmedas, evaporándolas o más comúnmente trasladando dicha humedad a otro recipiente deseado succionándola. Es un hechizo simple en su formulación pero con amplia variabilidad de potencia: puede secar desde un dedal de agua a un lago según la energía que aportes. (disponible a cosechados hasta el límite de sus fuerzas).
Lanzamiento por área. Conjuración rápida.
• ¿El aspecto de tu comida no es el que esperabas? ¿Quieres un resultado digno de reyes? Emplata como un profesional con el moldeado de materia orgánica.- Instrucciones:
- Moldear materia orgánica (**): el hechizo reblandece la materia al contacto con la piel del usuario, dejándola así por un tiempo. Sin embargo no altera su naturaleza, lo que moldees seguirá siendo lo que era aunque cambie de forma.
Lanzamiento por contacto, a ojo en el caso de hechiceros más experimentados. Conjuración rápida-media.
• Si el anterior era una maravilla infravalorada, este es una verdadera joya infravalorada. ¡Olvídate de desastres y queda bien siempre con tus invitados con el Nudo de Cerática!- Instrucciones:
- Nudo de Cerática (*): ¿harto de que se le desmoronen los sándwiches de más de dos pisos? ¿Cansado de que, al cortar una tarta, la mitad de la nata que la rellena se salga por los lados? ¡No se preocupe más! El Nudo de Cerática tiene la solución. Con este simple hechizo, podrá hacer una hamburguesa de diez pisos, luego cortarla en rodajas perfectas, ¡y hacerse un bocadillo de hamburguesa! El Nudo de Cerática lo mantiene todo en su sitio perfectamente. ¿Los sanjacobos le estallan llenándole el plato de queso? ¿Teme morder un taco por miedo a llenarse el regazo de salsa picante? ¡Se acabó, gracias al Nudo de Cerática! ¡No me puedo creer que no sea una variación del hechizo tapón!
El Nudo de Cerática se anula al cortar rodajas o mordiscos lo suficientemente finos, o con los ácidos gástricos. Cuesta más cuanto más endeble, complejo y líquido sea su sándwich.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• ¿A tu comida le falta esa chispa de color que hace que se coma con los ojos? ¿O quieres darle un toque exótico? Si no tienes colorantes alimentarios a mano, el hechizo de cambio de color será tu mejor aliado.- Instrucciones:
- Cambio de color: hechizo que sirve para colorear materia. No se limita a aplicar una capa de color externa o modificar el color de la superficie, sino que cambia el propio color que posee un material, dejando una pequeña huella mágica reconocible mediante hechizos específicos. Se puede graduar: aplicar colores diferentes (en todos los sentidos), hacerlo uniforme, solo en cierta parte del material, etc.
- Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
- Los cosechados nivel mago pueden modificar completamente el tono (aunque todavía quedará algún matiz del antiguo). Con esfuerzo puede aprender a aplicar leves matices y gradaciones no muy extremas. Necesitan (*****) para objetos grandes.
- A partir del nivel moderado bajo se pueden aplicar colores y gradaciones sin límite en cualquier objeto, costando más energía y concentración cuanto mayor sea el tamaño de la cosa en cuestión y cuandos más colores y matices quieran usarse.
Lanzamiento a ojo. Conjuración media a larga (dependiendo de las cláusulas que tenga). - Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
• ¿Le falta aroma a tu plato? ¿O tienes algún ingrediente que ocultar a tus comensales? Mejora o altera las propiedades organolépticas de la comida con el hechizo de olor falso.- Instrucciones:
- Hechizo de olor falso (*): El hechicero que lo realice puede hacer que aquello que toque desprenda un olor que tiene que ser muy familiar para aquel que realiza el hechizo. El coste aumenta a medida que aumenta el área afectada por el hechizo. El olor se va de golpe a los tres días. Más convincente será el engaño cuanto con más detalle lo recuerde el mago, aunque hay que tener en cuenta que el olor resultante puede verse afectado por la subjetividad del que realice el hechizo, al basarse en sus recuerdos al fin y al cabo.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
• ¿Harto de que se te derramen líquidos en la cocina? Hechiza tus recipientes con la maravilla infravalorada que es el hechizo tapón.- Instrucciones:
- Hechizo tapón (*): hechizo que impide que un líquido se derrame de su recipiente.
Lanzamiento por área, aplicado generalmente a la boca del recipiente. Conjuración muy rápida.
• ¿Tienes las manos de mantequilla? Literal, o figuradamente. ¡Endurece tus tarros de cristal con la protección contra ruptura!- Instrucciones:
- Protección contra ruptura (**): aplicado a objetos frágiles, evita que se rompan con tanta facilidad. A más resistencia que se quiera incrementar y mayor la superficie del objeto encantado, más energía requiere.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración rápida-media.
• ¿Te has manchado cocinando? El hechizo de limpieza de ropas es la solución.- Instrucciones:
- Limpieza de ropas (**): elimina manchas, arrugas y limpia en general las prendas de ropa que desee el mago (es un agregado de varios hechizos unificados en uno solo).
Lanzamiento por anclaje. Conjuración muy rápida.
• O también, si sueles quemarte cocinando (a ti, o tus pertenencias), también tienes solución con el hechizo ignífugo.- Instrucciones:
- Hechizo ignífugo (**): encanta prendas de ropa, personas u objetos para que sean inmunes a fuego normal.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
- Grimorio para principiantes de Platero:
- Barrera de inercia:
- -Barrera de inercia: (***) de nombre engañoso (no es una barrera en absoluto) en el área delimitada impide que cualquier objeto o persona desprotegidos sean levantados del suelo, y que los atrae irremediablemente hacia el suelo si ya están en el aire. No obstante, también impide cualquier acción voluntaria que implique levantar ambos pies del suelo a la vez, como saltar o emprender el vuelo (se puede correr pero con más torpeza). Si se invoca mientras el objetivo está en el aire, al caer lo hará infaliblemente pies por delante.
Físico. Lanzamiento por área. No es inversible, lo que quiere decir que incluso el lanzador, si está en el área delimitada, se verá afectado. Conjuración media.
- Campo de fuerza:
- -Campo de fuerza (** el espacio para una persona, una campana grande ***, el espacio equivalente a una habitación ****): en forma de media esfera (con una especificación puede formar una esfera completa) bloquea proyectiles de tamaño considerable como si éstos hubieran chocado ante una barrera invisible, en un radio variable según la destreza del mago.
Físico. Inversible. Lanzamiento por área. Conjuración rápida-media.
- Curación nívea:
- -Curación nívea: (****) (utilizable cerca de la Luna Roja). Combate venenos que cursan con fiebre y repara quemaduras; actúa a modo de incentivo para que el organismo siga funcionando y reparándose a sí mismo. Evita que la sangre se coagule y que los órganos se colapsen, además de ejercer un efecto refrescante sobre el organismo en general. No obstante no puede mantener indefinidamente con vida a un moribundo: el organismo depende cada vez más de ese impulso artificial y usarlo en demasía puede provocar que si se le deja a solas empeore considerablemente.
Lanzamiento por área: se hace un barrido con la mano que abarca al área quemada o a la persona envenenada. Es necesario que se aplique sucesivas veces y con regularidad, del mismo modo que se debe renovar una cataplasma o emplasto.
Conjuración media-larga.
- Desvío:
- -Desvío (**, pero variable a más según la potencia de lo desviado): Interfiere en la trayectoria de un hechizo que ya haya sido lanzado. Requiere gestos intuitivos para desviar el encantamiento en una dirección u otra. Siempre requiere menos energía que bloquearlo o disolverlo, pero también reflejos. Si el hechizo es demasiado potente, probablemente no se podrá desviar lo suficiente o hacerlo requerirá demasiada energía. (El coste orientativo indicado arriba es el que ofrecerán unos hechizos ofensivos de potencia moderada en términos de cosechado: se han obviado los más débiles porque normalmente ésos no suelen constituir una verdadera amenaza, y los que les sean lanzados con verdaderas intenciones de daño les costarán más) Si se desvía a demasiada poca distancia el coste será prácticamente el mismo que el de bloquearlo: si se hace a distancia cercana pero prudencial (la típica en duelos de magia) una unidad menos, si se tiene cuidado de poner distancia de unos cuantos metros llegará a dos unidades menos.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
- Hechizo de impacto:
- -Hechizo de impacto: potente golpe mágico que actúa como una bola de demolición (***). Puede gradarse hacia abajo para actuar a modo de empujón de moderado (*) a potente (**).
Lanzamiento por disparo de alcance largo. Conjuración media.
- Levitación:
- -Levitación: un hechizo exigente mentalmente, cansa más de lo acostumbrado. Cuando una persona levita lo más normal es caminar sobre el aire; uno puede dejarse arrastrar simplemente por el hechizo sin moverse, pero la sensación de indefensión es mayor.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.- Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Brujos altos: Un baúl con poca práctica, una persona (***) con práctica.
- Magos: Una persona con algo de práctica, objetos muy pesados (****)con mucha práctica.
Si el objeto que levantado es un puñado de botones (los cuales entran en la categoría de objeto ligero) contarían como un solo asterisco. Lo que cuesta más es la concentración necesaria para mantener tantos objetos distintos en el aire a la vez. - Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Parálisis:
- -Parálisis (***): envuelve al objetivo en un aura azulada al lanzarlo. Sus efectos duran cerca de una hora si se aplica a una única persona. Inmoviliza por completo, y su coste aumenta proporcionalmente a lo voluminoso del objetivo.
Lanzamiento por disparo de alcance corto, por contacto o por área a varios objetivos. Conjuración media.
- Traspaso de energía:
- -Traspaso de energía: no un hechizo en sí, aunque necesita de un chispazo de magia para arrancar. No obstante la energía puede tomarse de alguien no mágico (los efectos se detallan en el post de Sistema de magia). El proceso es perceptible para ambas partes y puede gradarse a voluntad: no obstante si el traspaso de energía es excesivo por parte de la parte emisora y ésta se desmaya o pierde el conocimiento, el enlace entre ambas personas se rompe y el traspaso se interrumpe. Es el mecanismo de funcionamiento de muchos amuletos.
Lanzamiento por contacto. Conjuración muy rápida.
Notas:
-Este grimorio también contiene varios de los hechizos que también venían en el libro de cocina (corte, térmico...).
-También pueden aprender de él cómo anclar hechizos.
-A lo largo de los meses se irán traduciendo más hechizos y añadiéndolos a esta lista.
- Ver mensajes archivados:
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Torreón Sendar
03/04/23, 12:00 am
Serena pudo vislumbrar a lo lejos un gran edificio y Connor se alegró de que todos estuvieran de acuerdo en ir hacia allí. En aquel instante creía que podían dar por perdida la bañera con toda la comida de su interior, pero el motero le daba mucha más importancia a encontrar un refugio antes del anochecer. Si en el peor de los casos se quedaban sin comida podían aguantar uno o dos días sin ella. Por otro lado Damian seguía tan enérgico como siempre, pero al menos le había hecho caso en no hacer el puto imbécil al borde del precipicio. Aunque Connor pensaba que se debía más porque el niño había visto los gusanos de abajo que porque respetara su autoridad.
El grupo se encaminó hacia el prometedor edificio. El camino les presentó lo mismo de siempre: ruinas, ruinas y más ruinas. Y aquello le daba una mayor importancia al torreón al que se acercaban, ya que estaba algo mejor cuidado. Cuando llegaron pudieron ver que estaba rodeado de un foso, con un puente bajado.
-Sí parece un puto refugio.- Le contestaría el motero al hombre perro, con la vista alzada hacia las almenaras. Después seguiría al resto con cautela hasta entrar dentro. El lugar estaba asqueroso y lleno de polvo, pero a simple vista no parecía haber nadie. Eso no quería decir que no hubiera alguien escondido, además a excepción de la luz que entraba por la puerta no había ningún tipo de iluminación. Connor entró con cuidado, mirando en todas direcciones por si aparecía alguien peligroso. En algún momento el chico llamado Abel decidió coger un cuchillo y al igual que Ethan también le pareció una mala idea. Abel era alto, pero a ojos de Connor no creía que tuviera agallas para clavárselo a nadie. El británico lo convenció de que le diera el cuchillo a él, mientras el canadiense escuchaba con atención las palabras de Kalna. -Si tenéis problemas dad un puto grito, yo voy arriba.- Le diría para luego empezar a buscar unas escaleras. A juzgar por el tamaño del edificio tenía que haber unas, y tras encontrarlas tras una puerta se encaminó hacia ellas.
Pronto pudo ver que Ethan lo seguía detrás, con el cuchillo en mano. Prefería llevarlo él, pero no era momento para iniciar una conversación sobre ello, si había alguien hostil allí dentro debían inspeccionar lo más rápido posible y no darle tiempo a prepararse. Avanzaron casi a ciegas, ya que la luz de la puerta no llegaba hasta ahí. El corazón de Connor bombeaba con fuerza debido a la adrenalina, pero caminaba lento y de forma segura. En cada esquina que giraban el motero se paraba abruptamente, mientras intentaba atisbar algo entre la oscuridad creciente del lugar sin mucho éxito. No le gustaba mucho la situación en la que se encontraban. En una de esas paradas notó el impacto de Ethan en su espalda y Connor soltó un quejido molesto por ello.
-Si, y si hay alguien seguramente sea un cabronazo esperándonos.- Le contestaría al británico a su pregunta. En caso de que alguna persona viviera allí debía estar oculta y por alguno de estos dos motivos: o estaba asustada o estaba esperando la menor oportunidad para defender su puñetera casa. En cuyo caso tenían que tener mucho cuidado y dejar de hablar... En ese instante Ethan volvió a hacerlo alegando que por favor no le pegara ni se asustara. Lo que hizo que frunciera el ceño algo alerta, pero antes de que pudiera preguntar por nada el chico lo cogió de la muñeca.- Eh, ¿qué cojones estás haciendo?- Preguntó con tono enfadado. No le gustaba que lo tocaran desconocidos sin su permiso, y el británico podría notar que se había puesto tenso. No le dio tiempo siquiera a retirar con violencia la mano, ya que pronto pudo notar en ella el peso del cuchillo y entender de qué iba todo aquello. Las siguientes palabras que dijo provocaron una sonrisa al motero, mientras ajustaba el pomo del cuchillo a su mano.- Qué hijo de puta...¿Por qué clase de psicópata me tienes? Ni que hubiera matado a nadie, cojones.- Le diría entre susurros con tono divertido al chico. Aunque claro, no podría prever la ironía de la que estaba haciendo gala en aquel momento. Ya que sí que había matado antes en su pasado.
Algo más seguro con el cuchillo en su posesión el motero siguió andando, seguido de Ethan. Tras varios metros Connor chocó contra algo pegado a la pared. Al principio se puso en guardia con el cuchillo soltando una maldición entre dientes, pero luego palpó con su mano libre hasta descubrir lo que era una antorcha. Con un ligero gruñido molesto por lo absurdo de la situación sacó su mechero y la prendió en llamas. La luz iluminó el pasillo en el que se encontraban con tonos amarillentos y naranjas, y Connor se giró hacia Ethan mientras sacaba la antorcha de su candelabro.
-Tú iluminas, y yo apuñalo.- El motero le ofreció la antorcha con una ligera sonrisa dando a entender lo gracioso que le había resultado el comentario anterior del chico. Después se introdujo en una de las habitaciones del pasillo con mayor rapidez. Mucho más seguro ahora que tenían un modo de orientarse dentro. <<En algún lugar tiene que haber unas putas ventanas.>> Pensó vigilando los rincones y las camas de la habitación.
El grupo se encaminó hacia el prometedor edificio. El camino les presentó lo mismo de siempre: ruinas, ruinas y más ruinas. Y aquello le daba una mayor importancia al torreón al que se acercaban, ya que estaba algo mejor cuidado. Cuando llegaron pudieron ver que estaba rodeado de un foso, con un puente bajado.
-Sí parece un puto refugio.- Le contestaría el motero al hombre perro, con la vista alzada hacia las almenaras. Después seguiría al resto con cautela hasta entrar dentro. El lugar estaba asqueroso y lleno de polvo, pero a simple vista no parecía haber nadie. Eso no quería decir que no hubiera alguien escondido, además a excepción de la luz que entraba por la puerta no había ningún tipo de iluminación. Connor entró con cuidado, mirando en todas direcciones por si aparecía alguien peligroso. En algún momento el chico llamado Abel decidió coger un cuchillo y al igual que Ethan también le pareció una mala idea. Abel era alto, pero a ojos de Connor no creía que tuviera agallas para clavárselo a nadie. El británico lo convenció de que le diera el cuchillo a él, mientras el canadiense escuchaba con atención las palabras de Kalna. -Si tenéis problemas dad un puto grito, yo voy arriba.- Le diría para luego empezar a buscar unas escaleras. A juzgar por el tamaño del edificio tenía que haber unas, y tras encontrarlas tras una puerta se encaminó hacia ellas.
Pronto pudo ver que Ethan lo seguía detrás, con el cuchillo en mano. Prefería llevarlo él, pero no era momento para iniciar una conversación sobre ello, si había alguien hostil allí dentro debían inspeccionar lo más rápido posible y no darle tiempo a prepararse. Avanzaron casi a ciegas, ya que la luz de la puerta no llegaba hasta ahí. El corazón de Connor bombeaba con fuerza debido a la adrenalina, pero caminaba lento y de forma segura. En cada esquina que giraban el motero se paraba abruptamente, mientras intentaba atisbar algo entre la oscuridad creciente del lugar sin mucho éxito. No le gustaba mucho la situación en la que se encontraban. En una de esas paradas notó el impacto de Ethan en su espalda y Connor soltó un quejido molesto por ello.
-Si, y si hay alguien seguramente sea un cabronazo esperándonos.- Le contestaría al británico a su pregunta. En caso de que alguna persona viviera allí debía estar oculta y por alguno de estos dos motivos: o estaba asustada o estaba esperando la menor oportunidad para defender su puñetera casa. En cuyo caso tenían que tener mucho cuidado y dejar de hablar... En ese instante Ethan volvió a hacerlo alegando que por favor no le pegara ni se asustara. Lo que hizo que frunciera el ceño algo alerta, pero antes de que pudiera preguntar por nada el chico lo cogió de la muñeca.- Eh, ¿qué cojones estás haciendo?- Preguntó con tono enfadado. No le gustaba que lo tocaran desconocidos sin su permiso, y el británico podría notar que se había puesto tenso. No le dio tiempo siquiera a retirar con violencia la mano, ya que pronto pudo notar en ella el peso del cuchillo y entender de qué iba todo aquello. Las siguientes palabras que dijo provocaron una sonrisa al motero, mientras ajustaba el pomo del cuchillo a su mano.- Qué hijo de puta...¿Por qué clase de psicópata me tienes? Ni que hubiera matado a nadie, cojones.- Le diría entre susurros con tono divertido al chico. Aunque claro, no podría prever la ironía de la que estaba haciendo gala en aquel momento. Ya que sí que había matado antes en su pasado.
Algo más seguro con el cuchillo en su posesión el motero siguió andando, seguido de Ethan. Tras varios metros Connor chocó contra algo pegado a la pared. Al principio se puso en guardia con el cuchillo soltando una maldición entre dientes, pero luego palpó con su mano libre hasta descubrir lo que era una antorcha. Con un ligero gruñido molesto por lo absurdo de la situación sacó su mechero y la prendió en llamas. La luz iluminó el pasillo en el que se encontraban con tonos amarillentos y naranjas, y Connor se giró hacia Ethan mientras sacaba la antorcha de su candelabro.
-Tú iluminas, y yo apuñalo.- El motero le ofreció la antorcha con una ligera sonrisa dando a entender lo gracioso que le había resultado el comentario anterior del chico. Después se introdujo en una de las habitaciones del pasillo con mayor rapidez. Mucho más seguro ahora que tenían un modo de orientarse dentro. <<En algún lugar tiene que haber unas putas ventanas.>> Pensó vigilando los rincones y las camas de la habitación.
- Trish
Ficha de cosechado
Nombre: Serena
Especie: Humana
Habilidades: Astucia, agilidad y habilidad manual
Re: Torreón Sendar
03/04/23, 11:37 pm
Respiró aliviada cuando el grupo accedió a cambiar de plan y se centraron en buscar un refugio. En cuanto pudiera volver a caminar con normalidad no dudaría en unirse a quien quisiera investigar la ciudad, pero aquel no era el mejor momento. Sin embargo, su cuerpo se puso en alerta al ver que el gato se acercaba a ella; la última vez que habían hablado había acabado llorando y con un corte sangrando en el pie. Para sorpresa de Serena, Nohlem se había guardado los comentarios ofensivos, pero de poco serviría después de lo que le había dicho en la plaza. «Claro que me he hecho daño, gracias a ti.»
—Serena. Estoy bien. No hace falta que te preocupes —dijo, asegurándose de hacer una pausa entre cada frase. Estaba haciendo un esfuerzo por contestar con educación pero, aunque le había sorprendido que se acercara a preguntarle, de momento tampoco iba a ser demasiado amable con él.
El grupo emprendió el camino hacia el torreón y antes de que pudiera pedirle ayuda de nuevo a Kalna, esta se dirigió hacia ella. «¿Preciosa? No lo puede decir en serio, ¿se está burlando de mí?» Las palabras de aquella chica parecían tener un efecto inmediato en ella y, una vez más, volvió a sonrojarse por culpa de su actitud.
—Si no quieres que retrase al grupo tendrás que ayudarme otra vez, sí. —Serena apartó la mirada rápidamente, intentando que el pelo cayera sobre sus propias mejillas y le permitiera pasar inadvertida. Se prometió a ella misma que sería la última vez que necesitaría pedirle ayuda, cuando encontraran un refugio podría descansar y curarse la herida—. Pero no vuelvas a llamarme así.
A pesar de la debilidad que sentía al tener que recibir su ayuda una vez más, agradecía que Kalna se preocupara por ella. El camino no se hizo largo y pronto, a medida que se acercaban al torreón, pudo advertir la siniestra estructura de su fachada: un majestuoso edificio de cuatro plantas se erguía sobre un foso que lo rodeaba completamente. El acceso únicamente era posible gracias al puente levadizo que permanecía bajado, como si se tratara de una invitación para entrar. Comenzó a sospechar si había sido buena idea acudir a ese lugar, pero a cada minuto que pasaba estaban más cerca del anochecer y, siempre que no hubiera nadie más, parecía que podría ofrecerles el resguardo que necesitaban.
Accedieron al interior, donde pudo observar que se encontraban en un amplio salón circular. Se deslizó por la espalda de Kalna hasta alcanzar el suelo, mientras sus ojos trataban de acostumbrarse a la penumbra. No se sorprendió al volver a escuchar las órdenes de Ethan, al parecer había recuperado el liderazgo del grupo. Serena no lo pensó demasiado y cuando vio que Ethan y Connor subían a inspeccionar los demás pisos, se acercó cojeando hacia la cocina para coger uno de los cuchillos que quedaban sobre la encimera. Lo sostuvo entre sus dedos durante unos segundos y se dirigió hacia el lugar donde se encontraba Abel.
—Toma, para ti. —Alargó el cuchillo con cuidado hacia él, para que viera que se lo estaba ofreciendo. Serena pudo notar cómo dudaba durante unos segundos antes de aceptarlo, alternando su mirada entre ella y el cuchillo—. Y no vuelvas a dejar que te lo quiten, ese chico no es nadie para darnos órdenes.
El grupo comenzó a inspeccionar las distintas estancias para asegurarse de que eran los únicos en aquel torreón. Por algún motivo buscó con la mirada a Kalna y comprobó que había decidido dirigirse hacia el sótano. Una parte de ella quería seguir cerca de su protección, pero ya había quedado suficientemente ridícula frente a ella. Decidió que la mejor idea sería acercarse a examinar lo que parecía un pequeño patio interior.
—Oye, ¿me acompañas? —Volvió a dirigirse hacia Abel, que seguía observando el cuchillo indeciso—. Quiero ver qué hay ahí fuera y no me vendrá mal alguien que me pueda proteger.
—Serena. Estoy bien. No hace falta que te preocupes —dijo, asegurándose de hacer una pausa entre cada frase. Estaba haciendo un esfuerzo por contestar con educación pero, aunque le había sorprendido que se acercara a preguntarle, de momento tampoco iba a ser demasiado amable con él.
El grupo emprendió el camino hacia el torreón y antes de que pudiera pedirle ayuda de nuevo a Kalna, esta se dirigió hacia ella. «¿Preciosa? No lo puede decir en serio, ¿se está burlando de mí?» Las palabras de aquella chica parecían tener un efecto inmediato en ella y, una vez más, volvió a sonrojarse por culpa de su actitud.
—Si no quieres que retrase al grupo tendrás que ayudarme otra vez, sí. —Serena apartó la mirada rápidamente, intentando que el pelo cayera sobre sus propias mejillas y le permitiera pasar inadvertida. Se prometió a ella misma que sería la última vez que necesitaría pedirle ayuda, cuando encontraran un refugio podría descansar y curarse la herida—. Pero no vuelvas a llamarme así.
A pesar de la debilidad que sentía al tener que recibir su ayuda una vez más, agradecía que Kalna se preocupara por ella. El camino no se hizo largo y pronto, a medida que se acercaban al torreón, pudo advertir la siniestra estructura de su fachada: un majestuoso edificio de cuatro plantas se erguía sobre un foso que lo rodeaba completamente. El acceso únicamente era posible gracias al puente levadizo que permanecía bajado, como si se tratara de una invitación para entrar. Comenzó a sospechar si había sido buena idea acudir a ese lugar, pero a cada minuto que pasaba estaban más cerca del anochecer y, siempre que no hubiera nadie más, parecía que podría ofrecerles el resguardo que necesitaban.
Accedieron al interior, donde pudo observar que se encontraban en un amplio salón circular. Se deslizó por la espalda de Kalna hasta alcanzar el suelo, mientras sus ojos trataban de acostumbrarse a la penumbra. No se sorprendió al volver a escuchar las órdenes de Ethan, al parecer había recuperado el liderazgo del grupo. Serena no lo pensó demasiado y cuando vio que Ethan y Connor subían a inspeccionar los demás pisos, se acercó cojeando hacia la cocina para coger uno de los cuchillos que quedaban sobre la encimera. Lo sostuvo entre sus dedos durante unos segundos y se dirigió hacia el lugar donde se encontraba Abel.
—Toma, para ti. —Alargó el cuchillo con cuidado hacia él, para que viera que se lo estaba ofreciendo. Serena pudo notar cómo dudaba durante unos segundos antes de aceptarlo, alternando su mirada entre ella y el cuchillo—. Y no vuelvas a dejar que te lo quiten, ese chico no es nadie para darnos órdenes.
El grupo comenzó a inspeccionar las distintas estancias para asegurarse de que eran los únicos en aquel torreón. Por algún motivo buscó con la mirada a Kalna y comprobó que había decidido dirigirse hacia el sótano. Una parte de ella quería seguir cerca de su protección, pero ya había quedado suficientemente ridícula frente a ella. Decidió que la mejor idea sería acercarse a examinar lo que parecía un pequeño patio interior.
—Oye, ¿me acompañas? —Volvió a dirigirse hacia Abel, que seguía observando el cuchillo indeciso—. Quiero ver qué hay ahí fuera y no me vendrá mal alguien que me pueda proteger.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: Torreón Sendar
04/04/23, 09:20 am
Parecía ser que la chica de pelo rojo con el pie chungo había encontrado un edificio bastante grandote. Damian no se separó de Ethan ni de Connor, yendo en dirección a aquel sitio tan misterioso. Todo lo que le rodeaba, sin embargo, tenía un aura extraña. El italiano siempre había visto mundo pero por dentro de la caravana, yendo por gran parte de Italia con su madre y el resto del circo. No había ni una planta viva, todo carecía de vida como si algo hubiese arrasado con todo.
Olvidándose de eso, se agitó de emoción en el sitio al llegar a su destino—. ¡OHH! ¡Un castillooo! —exclamó burbujeante cuando vio el foso, el puente levadizo y los muros de piedra del edificio. Era justo como los castillos que le describían los del circo y Damian, lejos de sentir miedo por lo que haya dentro tuvo unas ganas terribles de explorarlo y perderse en su interior.
—¡Oye Chucho! ¡Más respetos al castillo! ¡Si quieres una palangana para tus pulgas, búscatela tú bicho raro! —le señaló dramático, escupiendo cada palabra con dosis gratuitas de asco—. ¡Asquerosas son tus babas, tápate el hocico anda!
Luego de la regañina por la “ofensa” al gran castillo, entró en la cocina junto a los dos con los que siempre estuvo haciendo caso a la orden de Rayín. El interior estaba bastante oscurpo pero se podía ver la composición de la gran sala, parecía una gran mansión para el pequeño italiano. Eso sí, vió extrañado como el larguilucho con el pelazo se fue a por un cuchillo pero algo si que le llamó más la atención. Aniol y Ethan. No le pasó desapercibido eso. ¿A él le habían dado un regalo?
—Eeeespera espera espera, ¿y mi regalo Ethan? —se acercó a ellos dos, algo mosca y extendiendo la mano en pose de exigencia— Lo prometiste, ahora quiero algo yo tambien —para Ethan, en el momento en que Damian recibiese una negativa por su parte, el chico lejos de reaccionar como siempre se quedó mirándolo fíjamente con muy, muy mala leche en sus ojos enormes bajo el pelo aun mojado. Respiraba algo fuerte, pero no se notaba demasiado. Estaba ahí, viendo el festival de pasear el cuchillo de Abel a Ethan y de Ethan a Connor. No se fijó por suerte en Aniol, tenía más coraje a la persona que prefirió que aquel chico melenudo fuese el receptor del regalo.
«Yo tambien me he portado bien… Ahora te vas a cagar, cabrón mister-cicatriz» —fue en lo que pensó, fijándose en la pierna izquierda del muchacho que traicionó la promesa, iluminada por la antorcha que sujetaba. Apretando los dientes y con todas sus ganas cargando su pie con una pose digna de un jugador de fútbol le arreó un espinillazo en la susodicha, antes de salir corriendo a ver por dentro la gran sala—. ¡Ay, lo siento Ethan! No te vi… jejeje—no era muy disimulado con que lo hizo aposta, decidiendo explorar por dentro arrastrando una risilla—. ¡¡AKEEEYO!! ¿Estas por aquiiii? ¡¡AKEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEYOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! —preguntó a bocinazos ya en toda la planta de arriba buscando por todos lados, con las manos en su boca para amplificar sus ya estruendosos berridos.
Olvidándose de eso, se agitó de emoción en el sitio al llegar a su destino—. ¡OHH! ¡Un castillooo! —exclamó burbujeante cuando vio el foso, el puente levadizo y los muros de piedra del edificio. Era justo como los castillos que le describían los del circo y Damian, lejos de sentir miedo por lo que haya dentro tuvo unas ganas terribles de explorarlo y perderse en su interior.
—¡Oye Chucho! ¡Más respetos al castillo! ¡Si quieres una palangana para tus pulgas, búscatela tú bicho raro! —le señaló dramático, escupiendo cada palabra con dosis gratuitas de asco—. ¡Asquerosas son tus babas, tápate el hocico anda!
Luego de la regañina por la “ofensa” al gran castillo, entró en la cocina junto a los dos con los que siempre estuvo haciendo caso a la orden de Rayín. El interior estaba bastante oscurpo pero se podía ver la composición de la gran sala, parecía una gran mansión para el pequeño italiano. Eso sí, vió extrañado como el larguilucho con el pelazo se fue a por un cuchillo pero algo si que le llamó más la atención. Aniol y Ethan. No le pasó desapercibido eso. ¿A él le habían dado un regalo?
—Eeeespera espera espera, ¿y mi regalo Ethan? —se acercó a ellos dos, algo mosca y extendiendo la mano en pose de exigencia— Lo prometiste, ahora quiero algo yo tambien —para Ethan, en el momento en que Damian recibiese una negativa por su parte, el chico lejos de reaccionar como siempre se quedó mirándolo fíjamente con muy, muy mala leche en sus ojos enormes bajo el pelo aun mojado. Respiraba algo fuerte, pero no se notaba demasiado. Estaba ahí, viendo el festival de pasear el cuchillo de Abel a Ethan y de Ethan a Connor. No se fijó por suerte en Aniol, tenía más coraje a la persona que prefirió que aquel chico melenudo fuese el receptor del regalo.
«Yo tambien me he portado bien… Ahora te vas a cagar, cabrón mister-cicatriz» —fue en lo que pensó, fijándose en la pierna izquierda del muchacho que traicionó la promesa, iluminada por la antorcha que sujetaba. Apretando los dientes y con todas sus ganas cargando su pie con una pose digna de un jugador de fútbol le arreó un espinillazo en la susodicha, antes de salir corriendo a ver por dentro la gran sala—. ¡Ay, lo siento Ethan! No te vi… jejeje—no era muy disimulado con que lo hizo aposta, decidiendo explorar por dentro arrastrando una risilla—. ¡¡AKEEEYO!! ¿Estas por aquiiii? ¡¡AKEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEYOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! —preguntó a bocinazos ya en toda la planta de arriba buscando por todos lados, con las manos en su boca para amplificar sus ya estruendosos berridos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Sendar
06/04/23, 05:55 pm
Asintió con una pequeña sonrisa a su nombre, Serena, captando en seguida que su preocupación no era bienvenida.
—Bueno, es… lo mínimo que puedo hacer.
Se abstuvo a decir nada más aunque aún le faltase pedir perdón. Miró de refilón a la hija de Márika y guardó distancias entre ellas más pronto que tarde para seguir al grupo en la misma posición que había tenido antes. Vaya mal pie con el que empezar. El camino fue otro coñazo como el primero, solo que ahora su malestar era mayor. Miró por pura inercia su reloj varias veces y se distrajo en el… ¿confort? ¿agobio? que le proporcionaba pensar que marcaba la hora de su hogar -“no hay manera de que aquí sean las 2 de la madrugada”-, creyendo que por lo menos traía algo de normalidad consigo encima.
El edificio era más grande de lo que ya le parecía en la distancia, y por mucho que no se tratase de una maravilla arquitectónica y de hecho le diera bastante mal rollo pensar en meterse dentro, lo prefería a lo poco que había experimentado fuera. El lobo fue el primero en entrar preguntando algo sobre una palangaba, pero Nohlem estaba tan tenso por la impresión de estar colándose en propiedad privada que no se paró a pensar en ello. Lo que fue imposible pasar por alto fueron los comentarios de Damian, los cuales no pudieron horrorizarle más. Es decir, sí, vale, el lobo era junto al reptil morado el más raro del grupo, pero había demostrado tener consciencia suficiente como para poder sentirse ofendido por eso. E independientemente de eso, la falta de educación era algo que le chocaría ahora y siempre.
—¿Pero…? ¡¿Qué modales son esos?! ¿Cón esa boca besas tú a tu madre? —le miró horrorizado antes de buscar brevemente la reacción del lobo—. ¡Con ese lenguaje no te mereces ningún premio! —añadió lo suficientemente alto para que a Ethan (supuso era el nombre del de la coleta) no se le ocurriera recompensarle.
Se pinzó el morro pensando que iba a ser un infierno aguantar siquiera un día la sociopatía a la que habían inducido a ese pobre crío, sin la más mínima gana, para colmo, de entrar. Nohlem se quedaría en la mismísima puerta, entre la seguridad que le proporcionaban las paredes y la claridad de la luz del sol. Hasta que los ojos no se le acostumbrasen bien a la oscuridad no entraría, ni muerto, y menos después de haber visto al chaval kilométrico coger un cuchillo, perderlo y recuperarlo otra vez por las manos de Serena. Empezaban a gustarle más los gusanos que ese grupo. Oyó un grito ahogado arriba seguido de los alaridos del crío imposible y tuvo que contenerse para no largarse por donde habían venido.
—Paso —resopló—. Yo paso…
Demasiado harto de todo terminó por entrar, pensando que si él fuera un ente maligno hace rato habría abandonado el lugar por su propio bien. A la mierda. De momento no exploraría, solo se quedaría ahí de brazos cruzados mirando a su alrededor con la puerta lo suficientemente cerca como para pirarse si hacía falta.
—Ey Tawar… ¿estás bien? —hacía rato le pequeñe no hablaba. Ahora mismo empatizaba más con elle, con el lobo y el reptil cuyos nombres desconocía que con los humamones.
—Bueno, es… lo mínimo que puedo hacer.
Se abstuvo a decir nada más aunque aún le faltase pedir perdón. Miró de refilón a la hija de Márika y guardó distancias entre ellas más pronto que tarde para seguir al grupo en la misma posición que había tenido antes. Vaya mal pie con el que empezar. El camino fue otro coñazo como el primero, solo que ahora su malestar era mayor. Miró por pura inercia su reloj varias veces y se distrajo en el… ¿confort? ¿agobio? que le proporcionaba pensar que marcaba la hora de su hogar -“no hay manera de que aquí sean las 2 de la madrugada”-, creyendo que por lo menos traía algo de normalidad consigo encima.
El edificio era más grande de lo que ya le parecía en la distancia, y por mucho que no se tratase de una maravilla arquitectónica y de hecho le diera bastante mal rollo pensar en meterse dentro, lo prefería a lo poco que había experimentado fuera. El lobo fue el primero en entrar preguntando algo sobre una palangaba, pero Nohlem estaba tan tenso por la impresión de estar colándose en propiedad privada que no se paró a pensar en ello. Lo que fue imposible pasar por alto fueron los comentarios de Damian, los cuales no pudieron horrorizarle más. Es decir, sí, vale, el lobo era junto al reptil morado el más raro del grupo, pero había demostrado tener consciencia suficiente como para poder sentirse ofendido por eso. E independientemente de eso, la falta de educación era algo que le chocaría ahora y siempre.
—¿Pero…? ¡¿Qué modales son esos?! ¿Cón esa boca besas tú a tu madre? —le miró horrorizado antes de buscar brevemente la reacción del lobo—. ¡Con ese lenguaje no te mereces ningún premio! —añadió lo suficientemente alto para que a Ethan (supuso era el nombre del de la coleta) no se le ocurriera recompensarle.
Se pinzó el morro pensando que iba a ser un infierno aguantar siquiera un día la sociopatía a la que habían inducido a ese pobre crío, sin la más mínima gana, para colmo, de entrar. Nohlem se quedaría en la mismísima puerta, entre la seguridad que le proporcionaban las paredes y la claridad de la luz del sol. Hasta que los ojos no se le acostumbrasen bien a la oscuridad no entraría, ni muerto, y menos después de haber visto al chaval kilométrico coger un cuchillo, perderlo y recuperarlo otra vez por las manos de Serena. Empezaban a gustarle más los gusanos que ese grupo. Oyó un grito ahogado arriba seguido de los alaridos del crío imposible y tuvo que contenerse para no largarse por donde habían venido.
—Paso —resopló—. Yo paso…
Demasiado harto de todo terminó por entrar, pensando que si él fuera un ente maligno hace rato habría abandonado el lugar por su propio bien. A la mierda. De momento no exploraría, solo se quedaría ahí de brazos cruzados mirando a su alrededor con la puerta lo suficientemente cerca como para pirarse si hacía falta.
—Ey Tawar… ¿estás bien? —hacía rato le pequeñe no hablaba. Ahora mismo empatizaba más con elle, con el lobo y el reptil cuyos nombres desconocía que con los humamones.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Torreón Sendar
06/04/23, 08:30 pm
Rick estaba de acuerdo en cómo pensaba la persona con cuernos (Airi le parecía recordar), desde lo alto de esa torre podrían tener una mejor vista de la ciudad para planificar los siguientes movimientos.
Poco después se pusieron en marcha hacia su nuevo objetivo. Se fijó por una parte la preocupación de Nohlem por Serena, que se topó con la frialdad de la chica para su desgracia. Por otra, como Kalna volvió a llevar en la espalda a la escocesa, aprovechando para "bromear" antes. Evitó mirar la escena más de la cuenta para que ninguna de las dos le cruzara la cara por pensarse algo que no era, aunque una sonrisilla que disimuló delataba lo gracioso del asunto. -(¿Otros no pero otras sí, eh?)- pensó mientras volvía a su posición al final del grupo.
La caminata fue similar a la anterior, algo larga y sin ningún problema. El paisaje no cambiaba demasiado hasta que llegaron por fin hasta la base de la torre. Rick siguió con la mirada toda la altura de la edificación, bastante sencilla de aspecto aunque no por eso menos imponente. Si no fuera por lo oscura que estaba resultando la ciudad, se habría contagiado de la imaginación del pequeño Aniol pensando que la torre podía ser la de Rapunzel o algo así.
La voz de varios lo devolvió a la realidad mientras pasaban por el puente levadizo y pasaban al interior. Estaba relativamente oscuro sin la luz que entraba del portón y todo allí daba la sensación de llevar tiempo sin usarse, además de que la mayoría de muebles parecían algo viejos. La queja de Sc...Scz... el perro a dos patas de nombre impronunciable le llamó la atención. -(Tiene que ser algo de su mundo. ¿La usarán para lavarse los pies?)- teorizó negándose a pensar en que fuera para beber cual perro terrestre. No pudo pensarlo mucho más cuando escuchó los insultos de Damián y la justificada recriminación de Nohlem. -Calma, chavalote, que el pobre no te ha hecho nada.- se sumó intentando traer algo de paz.
Por suerte para todos el niño pasó del tema y se pusieron a investigar el torreón. -Entendido. Me quedaré vigilando cerca de la puerta por si acaso. Al mínimo atisbo de peligro os aviso.- anunció con seguridad después de que Kalna propusiera un plan y Connor decidiera subir. Rick tenía curiosidad en ver cómo era su posible nuevo hogar, pero no se fiaba de dejar la entrada sola mientras el resto subía o bajaba.
La situación era... curiosa, tanto como lo ocurrido hacía un rato donde la fuente. Ethan le había quitado un cuchillo a Abel para que momentos después Serena le diera otro. Quería darle un voto de confianza al chico, al fin y al cabo podía haber empezado con mal pie pero no parecía que fuera a hacerles daño (al menos no a propósito), así que no le recriminó nada desde su posición cerca de la puerta. Los gritos que vinieron después de arriba le hicieron mirar hacia las escaleras preocupado hasta que llegó también los alaridos del niño. -¿Eso es que no ha pasado nada grave, no?- dijo para si mismo dudando todavía si debía subir a comprobar que todo iba bien. Decidió quedarse al final, confiando en que de haber peligro no habrían parado los gritos.
De momento parecía que no iba a aparecer nada del exterior, así que Rick se permitió relajarse un poco. Se fijó en el joven de rasgos felinos, que lo tenía cerca y no muy convencido de todo lo que pasaba. Se le acercó e intentando quitarle hierro al asunto comentó: -Quiero pensar que son los nervios de todo lo que está pasando, no todos los días acabas en otro mundo teniendo que apañártelas como puedas. Se irá pasando algo con el tiempo. Si no, van a ser unos meses muy moviditos.- Terminó con una sonrisa juguetona para rematar lo último. Parecía que lo tomaba a broma, pero entendía perfectamente la preocupación de todos y la forma de lidiar con la situación de cada uno. Les habían dejado allí sin un objetivo más que sobrevivir en un mundo desconocido con a saber qué peligros.
El joven le hizo caer en el ¿repoblador? que llevaba encima, era tan pequeño que se le hacía raro que fuera un ser inteligente. -¿Le ha pasado algo?- preguntó con los brazos en los bolsillos de la gabardina. No había escuchado demasiado sus silbidos-voz durante el camino, pero el neoyorquino esperaba que no fuera porque se encontrara mal.
Poco después se pusieron en marcha hacia su nuevo objetivo. Se fijó por una parte la preocupación de Nohlem por Serena, que se topó con la frialdad de la chica para su desgracia. Por otra, como Kalna volvió a llevar en la espalda a la escocesa, aprovechando para "bromear" antes. Evitó mirar la escena más de la cuenta para que ninguna de las dos le cruzara la cara por pensarse algo que no era, aunque una sonrisilla que disimuló delataba lo gracioso del asunto. -(¿Otros no pero otras sí, eh?)- pensó mientras volvía a su posición al final del grupo.
La caminata fue similar a la anterior, algo larga y sin ningún problema. El paisaje no cambiaba demasiado hasta que llegaron por fin hasta la base de la torre. Rick siguió con la mirada toda la altura de la edificación, bastante sencilla de aspecto aunque no por eso menos imponente. Si no fuera por lo oscura que estaba resultando la ciudad, se habría contagiado de la imaginación del pequeño Aniol pensando que la torre podía ser la de Rapunzel o algo así.
La voz de varios lo devolvió a la realidad mientras pasaban por el puente levadizo y pasaban al interior. Estaba relativamente oscuro sin la luz que entraba del portón y todo allí daba la sensación de llevar tiempo sin usarse, además de que la mayoría de muebles parecían algo viejos. La queja de Sc...Scz... el perro a dos patas de nombre impronunciable le llamó la atención. -(Tiene que ser algo de su mundo. ¿La usarán para lavarse los pies?)- teorizó negándose a pensar en que fuera para beber cual perro terrestre. No pudo pensarlo mucho más cuando escuchó los insultos de Damián y la justificada recriminación de Nohlem. -Calma, chavalote, que el pobre no te ha hecho nada.- se sumó intentando traer algo de paz.
Por suerte para todos el niño pasó del tema y se pusieron a investigar el torreón. -Entendido. Me quedaré vigilando cerca de la puerta por si acaso. Al mínimo atisbo de peligro os aviso.- anunció con seguridad después de que Kalna propusiera un plan y Connor decidiera subir. Rick tenía curiosidad en ver cómo era su posible nuevo hogar, pero no se fiaba de dejar la entrada sola mientras el resto subía o bajaba.
La situación era... curiosa, tanto como lo ocurrido hacía un rato donde la fuente. Ethan le había quitado un cuchillo a Abel para que momentos después Serena le diera otro. Quería darle un voto de confianza al chico, al fin y al cabo podía haber empezado con mal pie pero no parecía que fuera a hacerles daño (al menos no a propósito), así que no le recriminó nada desde su posición cerca de la puerta. Los gritos que vinieron después de arriba le hicieron mirar hacia las escaleras preocupado hasta que llegó también los alaridos del niño. -¿Eso es que no ha pasado nada grave, no?- dijo para si mismo dudando todavía si debía subir a comprobar que todo iba bien. Decidió quedarse al final, confiando en que de haber peligro no habrían parado los gritos.
De momento parecía que no iba a aparecer nada del exterior, así que Rick se permitió relajarse un poco. Se fijó en el joven de rasgos felinos, que lo tenía cerca y no muy convencido de todo lo que pasaba. Se le acercó e intentando quitarle hierro al asunto comentó: -Quiero pensar que son los nervios de todo lo que está pasando, no todos los días acabas en otro mundo teniendo que apañártelas como puedas. Se irá pasando algo con el tiempo. Si no, van a ser unos meses muy moviditos.- Terminó con una sonrisa juguetona para rematar lo último. Parecía que lo tomaba a broma, pero entendía perfectamente la preocupación de todos y la forma de lidiar con la situación de cada uno. Les habían dejado allí sin un objetivo más que sobrevivir en un mundo desconocido con a saber qué peligros.
El joven le hizo caer en el ¿repoblador? que llevaba encima, era tan pequeño que se le hacía raro que fuera un ser inteligente. -¿Le ha pasado algo?- preguntó con los brazos en los bolsillos de la gabardina. No había escuchado demasiado sus silbidos-voz durante el camino, pero el neoyorquino esperaba que no fuera porque se encontrara mal.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
07/04/23, 03:55 am
A Airi le alivió que las palabras sobre dividirse que había oído mientras miraba los gusanos solo hubieran sido un malentendido. No hizo falta siquiera debatir para decidir moverse hacia la torre alta que se atisbaba a lo lejos, y aunque todavía tuvieron que caminar otro trecho al menos aquel edificio prometía.
Cuando llegaron saltaba a la vista que la torre estaba en muy buen estado, e incluso tenía un foso alrededor que podía resultar útil. Si no estaba ya ocupada, algo que no podían descartar sin más, podía ser ideal para refugiarse por el momento, aunque faltaba comprobar su estado por dentro. La puerta no estaba atrancada, por suerte.
El interior era bastante oscuro, pero se veía lo suficiente para comprobar que había muebles e incluso una peculiar cocina de leña. Si pudiera, la encendería de inmediato, porque temblaba de frío y dentro del torreón no se estaba mucho mejor que fuera, pero viendo el estado en que estaba la ciudad probablemente no sería fácil encontrar leña. Escuchó la queja de Szczenyak con una inclinación desconcertada de cabeza, pero al asumir que era algo cultural no supo ni qué responder. A Airi le preocupaba la presencia de agua para beber, pero no le quedaba claro si se refería a eso.
Lo que sí le hizo responder fue la reacción visceral de Damian a aquella queja. Airi abrió la boca con sorpresa al escuchar aquellos ataques tan innecesarios.
—¡Oye! No puedes faltarle así al respeto por ser diferente a ti. Todos somos caminantes de Sanai —lo regañó, uniéndose a los que también le llamaron la atención. Airi sentía un gran desconcierto porque Szczenyak no le había hecho nada al niño para merecer ese trato. No era un animal sin inteligencia, pero ni aunque lo hubiera sido lo merecería. —Si quieres que otros te respeten primero debes respetar tú a los demás —añadió. Sabía que no tenía mucha autoridad sobre un niño desconocido, pero no podía callarse ante una falta de educación tan grande.
No le quedó más remedio que resignarse al ver que Damian estaba más preocupado por su premio que por lo que acababa de pasar, y decidió explorar como los demás. Aunque la torre estaba bien equipada no tenía aspecto de haber sido habitada en meses, lo cual era tranquilizador. Se acercó a la tronera más cercana a la puerta y trató de liberar el cierre de las contraventanas para dejar pasar más luz natural. Desde allí escuchó algo de unos cuchillos de cocina, y cuando miró, Abel volvía a tener uno en la mano. «¿Es necesario?» se preguntó. Si aparecía el dueño de la torre solo necesitarían disculparse e irse, apuntarle con un cuchillo solo empeoraría las cosas. «Menos mal que no parece haber nadie…». Aquella obsesión con las armas solo lograba tensarle más.
Fue en aquel momento cuando oyó el grito de dolor que provenía del piso superior y palideció. Pensó que había pasado algo terrible, pero no lo tenía claro porque la voz de Damian, que empezó a gritar acto seguido, no parecía asustada. Aun así corrió hacia las escaleras y las subió a trompicones por culpa de la penumbra. Por el camino se percató de que Kalna también había emergido del sótano, espada en mano, e iba aún más rápida, por lo que se apartó un poco para que le adelantase. Estaba claro que sabía usar el arma, pero ¿de dónde la había sacado? Aún peor, ¿y si lo que hubiera pasado la obligaba a usarla?
Sin embargo cuando llegó arriba no se encontraron a ningún desconocido, solo a Ethan sufriendo de dolor. Connor también estaba allí, con el dichoso cuchillo en la mano, pero él parecía estar bien, y no había sangre a la vista.
—¿Qué… que ha pasado? —preguntó Airi, con voz alarmada.
Cuando llegaron saltaba a la vista que la torre estaba en muy buen estado, e incluso tenía un foso alrededor que podía resultar útil. Si no estaba ya ocupada, algo que no podían descartar sin más, podía ser ideal para refugiarse por el momento, aunque faltaba comprobar su estado por dentro. La puerta no estaba atrancada, por suerte.
El interior era bastante oscuro, pero se veía lo suficiente para comprobar que había muebles e incluso una peculiar cocina de leña. Si pudiera, la encendería de inmediato, porque temblaba de frío y dentro del torreón no se estaba mucho mejor que fuera, pero viendo el estado en que estaba la ciudad probablemente no sería fácil encontrar leña. Escuchó la queja de Szczenyak con una inclinación desconcertada de cabeza, pero al asumir que era algo cultural no supo ni qué responder. A Airi le preocupaba la presencia de agua para beber, pero no le quedaba claro si se refería a eso.
Lo que sí le hizo responder fue la reacción visceral de Damian a aquella queja. Airi abrió la boca con sorpresa al escuchar aquellos ataques tan innecesarios.
—¡Oye! No puedes faltarle así al respeto por ser diferente a ti. Todos somos caminantes de Sanai —lo regañó, uniéndose a los que también le llamaron la atención. Airi sentía un gran desconcierto porque Szczenyak no le había hecho nada al niño para merecer ese trato. No era un animal sin inteligencia, pero ni aunque lo hubiera sido lo merecería. —Si quieres que otros te respeten primero debes respetar tú a los demás —añadió. Sabía que no tenía mucha autoridad sobre un niño desconocido, pero no podía callarse ante una falta de educación tan grande.
No le quedó más remedio que resignarse al ver que Damian estaba más preocupado por su premio que por lo que acababa de pasar, y decidió explorar como los demás. Aunque la torre estaba bien equipada no tenía aspecto de haber sido habitada en meses, lo cual era tranquilizador. Se acercó a la tronera más cercana a la puerta y trató de liberar el cierre de las contraventanas para dejar pasar más luz natural. Desde allí escuchó algo de unos cuchillos de cocina, y cuando miró, Abel volvía a tener uno en la mano. «¿Es necesario?» se preguntó. Si aparecía el dueño de la torre solo necesitarían disculparse e irse, apuntarle con un cuchillo solo empeoraría las cosas. «Menos mal que no parece haber nadie…». Aquella obsesión con las armas solo lograba tensarle más.
Fue en aquel momento cuando oyó el grito de dolor que provenía del piso superior y palideció. Pensó que había pasado algo terrible, pero no lo tenía claro porque la voz de Damian, que empezó a gritar acto seguido, no parecía asustada. Aun así corrió hacia las escaleras y las subió a trompicones por culpa de la penumbra. Por el camino se percató de que Kalna también había emergido del sótano, espada en mano, e iba aún más rápida, por lo que se apartó un poco para que le adelantase. Estaba claro que sabía usar el arma, pero ¿de dónde la había sacado? Aún peor, ¿y si lo que hubiera pasado la obligaba a usarla?
Sin embargo cuando llegó arriba no se encontraron a ningún desconocido, solo a Ethan sufriendo de dolor. Connor también estaba allí, con el dichoso cuchillo en la mano, pero él parecía estar bien, y no había sangre a la vista.
—¿Qué… que ha pasado? —preguntó Airi, con voz alarmada.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
07/04/23, 11:23 am
Seguiría a Szczenyak de cerca, observando los alrededores según cruzaban el puente. Un foso, más ruina, la parte superior de la torre parecía en bastante peor estado que el resto del edificio… Las implicaciones de cada cosa que veía le gustaban menos cada vez, pero si algo tenía claro es que era muy improbable que aquel lugar estuviese habitado. Si había tanto peligro en aquel lugar como les habían dado a entender, dudaba que nadie fuese a dejar una construcción como aquella con su puente levadizo alzado y las puertas completamente abiertas. Bastaría con echar un vistazo al interior para reforzar ese pensamiento: aunque había luz en la planta baja debido a que los grandes portones estaban abiertos de par en par, no era así en las superiores, y además había una considerable capa de polvo allá donde mirase.
Las palabras de Abel sin duda le inquietaban, pero ya había visto que aquel chico tenía pensamientos muy extraños, como cuando había llamado demonio a Tawar. Es por ello que le horrorizó ver cómo cogía un cuchillo de la cocina, que por suerte le fue arrebatado por Ethan en lo que Räg interpretó como una forma de evitar que hiciera daño a nadie por accidente.
—¿Una palangana? —le preguntaría al lobo—. No estoy seguro de a qué te refieres, pero sí que coincido en que aquí no debe vivir nadie… ¿¿Damian?? —fue interumpido de pronto por los comentarios desagradables y completamente fuera de lugar que el niño le dedicó a Szczenyak y lo miraría de forma severa—. ¿Cómo puedes decir algo así?
No hizo falta que añadiese nada más, porque Nohlem y Airi se encargaron de reprender al pequeño humano. Le llamó la atención la expresión que utilizó la segunda: “caminantes de Sanaí”, pero no era el momento de preguntar curiosidades.
>>Lo siento, Szczenyak… No sé por qué Damian se comporta de esa manera contigo. Esto… ¿Rick, verdad? —se dirigió hacia el chico que, ahora por fin se fijaba, tenía los ojos de un color diferente cada uno—. ¿Es normal que los niños en vuestro mundo se puedan comportar así? Quiero decir… espero que tengas razón y solo sea porque esté muy nervioso, pero no entiendo cómo han podido criar a alguien para… Bueno, lo siento, a lo mejor me estoy precipitando: no conozco nada de vuestra cultura.
Aquello era muy diferente a lo que había sucedido en anteriores ocasiones y para el mjörní era impensable que hubiesen permitido a un niño tener aquellas rabietas hasta el punto de que nada parecía cohibirle de lanzar insultos tan desagradables como los que había dedicado a Kalna (aunque en aquella ocasión al menos tenían un motivo), y mucho menos tratar de aquella forma a una persona que tan solo se había mostrado colaboradora y para nada conflictiva como Szczenyak.
Varios como Kalna e Ethan intentaron organizar la inspección del lugar, pero no tuvo tiempo a decidir a dónde ir cuando escucharon un grito proveniente de la planta superior, distrayéndolo de la escena en la que, por alguna razón, Serena decidía darle otro cuchillo a Abel. No dudo en seguir a Airi escaleras arriba, preocupado. Se dio cuenta de pronto que les seguía alguien: Kalna, con una expresión en el rostro que daba bastante miedo pues tenía las pupilas completamente dilatadas como un felino y llevaba… ¿¿Una espada con filo?? Rägjynn nunca había visto una de esas nada más que en ilustraciones. Lo único con filo que había en su entorno eran los utensilios de cocinas y cosas como hachas para cortar leña cuando no se podía hacer mediante magia. La chica además la manejaba con soltura y, aunque él mismo había tenido en sus manos en alguna ocasión una espada de madera de práctica, el que el arma tuviese filo le ponía muy nervioso.
—Ethan, ¿has gritado tú? ¿Estás bien? —añadiría tras Airi.
El mjörní temblaba un poco –aunque en parte todavía se debía a la presencia de la espada-. ¿Se habría equivocado en la suposición de que allí no había nadie? No, lo más probable era que solo se hubiera chocado con algo, a fin de cuentas el lugar seguía en penumbra pese a que habían comenzado a abrir algunas contraventanas. Damian seguía corriendo por ahí gritando cosas que no entendía, aunque creía que antes habían mencionado a la persona que estaba llamando. Era quienes había traído a la ciudad a los humanos, recordó. En cualquier caso, no parecía haber ningún peligro o el niño no estaría campando a sus anchas. Preocupado por el chico, no vio que Connor tenía un cuchillo en la mano.
Las palabras de Abel sin duda le inquietaban, pero ya había visto que aquel chico tenía pensamientos muy extraños, como cuando había llamado demonio a Tawar. Es por ello que le horrorizó ver cómo cogía un cuchillo de la cocina, que por suerte le fue arrebatado por Ethan en lo que Räg interpretó como una forma de evitar que hiciera daño a nadie por accidente.
—¿Una palangana? —le preguntaría al lobo—. No estoy seguro de a qué te refieres, pero sí que coincido en que aquí no debe vivir nadie… ¿¿Damian?? —fue interumpido de pronto por los comentarios desagradables y completamente fuera de lugar que el niño le dedicó a Szczenyak y lo miraría de forma severa—. ¿Cómo puedes decir algo así?
No hizo falta que añadiese nada más, porque Nohlem y Airi se encargaron de reprender al pequeño humano. Le llamó la atención la expresión que utilizó la segunda: “caminantes de Sanaí”, pero no era el momento de preguntar curiosidades.
>>Lo siento, Szczenyak… No sé por qué Damian se comporta de esa manera contigo. Esto… ¿Rick, verdad? —se dirigió hacia el chico que, ahora por fin se fijaba, tenía los ojos de un color diferente cada uno—. ¿Es normal que los niños en vuestro mundo se puedan comportar así? Quiero decir… espero que tengas razón y solo sea porque esté muy nervioso, pero no entiendo cómo han podido criar a alguien para… Bueno, lo siento, a lo mejor me estoy precipitando: no conozco nada de vuestra cultura.
Aquello era muy diferente a lo que había sucedido en anteriores ocasiones y para el mjörní era impensable que hubiesen permitido a un niño tener aquellas rabietas hasta el punto de que nada parecía cohibirle de lanzar insultos tan desagradables como los que había dedicado a Kalna (aunque en aquella ocasión al menos tenían un motivo), y mucho menos tratar de aquella forma a una persona que tan solo se había mostrado colaboradora y para nada conflictiva como Szczenyak.
Varios como Kalna e Ethan intentaron organizar la inspección del lugar, pero no tuvo tiempo a decidir a dónde ir cuando escucharon un grito proveniente de la planta superior, distrayéndolo de la escena en la que, por alguna razón, Serena decidía darle otro cuchillo a Abel. No dudo en seguir a Airi escaleras arriba, preocupado. Se dio cuenta de pronto que les seguía alguien: Kalna, con una expresión en el rostro que daba bastante miedo pues tenía las pupilas completamente dilatadas como un felino y llevaba… ¿¿Una espada con filo?? Rägjynn nunca había visto una de esas nada más que en ilustraciones. Lo único con filo que había en su entorno eran los utensilios de cocinas y cosas como hachas para cortar leña cuando no se podía hacer mediante magia. La chica además la manejaba con soltura y, aunque él mismo había tenido en sus manos en alguna ocasión una espada de madera de práctica, el que el arma tuviese filo le ponía muy nervioso.
—Ethan, ¿has gritado tú? ¿Estás bien? —añadiría tras Airi.
El mjörní temblaba un poco –aunque en parte todavía se debía a la presencia de la espada-. ¿Se habría equivocado en la suposición de que allí no había nadie? No, lo más probable era que solo se hubiera chocado con algo, a fin de cuentas el lugar seguía en penumbra pese a que habían comenzado a abrir algunas contraventanas. Damian seguía corriendo por ahí gritando cosas que no entendía, aunque creía que antes habían mencionado a la persona que estaba llamando. Era quienes había traído a la ciudad a los humanos, recordó. En cualquier caso, no parecía haber ningún peligro o el niño no estaría campando a sus anchas. Preocupado por el chico, no vio que Connor tenía un cuchillo en la mano.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Sendar
07/04/23, 09:53 pm
-Para lavarse los pies y las manos. Es una guarrada entrar toda la mierda de fuera y… -empezó a explicar Colmillo a Räg cuando preguntó por qué había hablado de una palangana, pero tampoco pudo añadir nada más cuando Damián comenzó su ataque.
En otra ocasión, si estuviera en Zemlya o si los insultos hubieran sido igual de viciosos, pero más correspondientes a la realidad, el vittya podría haberse puesto a la defensiva y haber devuelto las palabras con rabia, pero el hecho de que las palabras fueran poco acertadas y dichas por un niño de una especie totalmente desconocida para él le dejó más confuso que otra cosa. Ni siquiera se percató de cómo algunos compañeros saltaron en su defensa, solo se quedó mirando al niño alucinado, como si de un momento a otro hubiera empezado a cantar un galimatías de palabras inconexas al aire. Y la realidad es que para Szczenyak aquello no había estado muy lejos de lo que realmente había pasado. El niño acababa de soltarle un montón de palabras insultantes, pero sin sentido en el contexto, sin provocación y con un desprecio y asco con los que, si bien Colmillo estaba familiarizado por ser un zawodny, en ese niño de piel desnuda y expuesta se volvía aún más chocante.
-¿Es gilipollas? -le preguntó a Rick con genuina curiosidad después de la pregunta de Räg-. ¿O tu especie tiene la costumbre de ser unos capullos con gente distinta a ellos? Bueno, costumbre no, porque el resto no me habéis insultado solo por respirar, supongo, pero a lo mejor es una mierda de zonas.
En ese momento escuchó el grito de alguien desde arriba y Airi, Räg y Kalna (“¡Con una jodida espada!”) subieron las escaleras con preocupación. Colmillo se quedó a medio camino, también preocupado por el grito, pero sin estar seguro de si subir cuando parecía que sería más una molestia que una ayuda. Además, podía oír los gritos del niño canturreando como si tuviera algún tipo de enajenación mental, por lo que el vittya decidió que la planta baja era un lugar agradable y pacífico en el que quedarse.
-En serio, ¿tiene algún jodido problema o algo? ¿Deberíamos preocuparnos? -preguntó de nuevo, incluyendo también a los otros compañeros que quedaron con él en la planta baja.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidadPersonajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Re: Torreón Sendar
08/04/23, 02:11 pm
El chico de la coleta, quien parecía llamarse Ethan, se acercó con la intención de tomar el cuchillo. Abel entendió que este quería protegerlos a todos y que, a su manera era, lo que estaba intentando desde que se conocieron. Las palabras de Ethan transmitían una sensación de responsabilidad y seguridad que lograban motivar la confianza y la tranquilidad del chico, así que finalmente se decidió por darle el cuchillo. Al fin y al cabo, probablemente el otro sabría utilizarlo mejor que él y defender al grupo en caso de necesidad.
- Voy a confiar en ti – le contestó Abel a modo de agradecimiento, mientras le entregaba el cuchillo.
Nada más irse el chico de la coleta, Serena se le acercó con cara de pocos amigos. Parecía haber escuchado la anterior conversación y que algo de esta no le había gustado, puesto que procedió a reñirle y a explicarle que no debía de hacer caso a lo que dijese Ethan. Entendía que a veces ese tipo de personas podían resultar mandonas y prepotentes, pero no estaba seguro de que ese fuese este el caso. Personalmente, a Abel la actitud de Ethan le recordaba a la de los protagonistas y héroes fantásticos de sus historias, esos mismos a los que aspiraba a convertirse.
- Pero Ethan… - dijo sin poder terminar la frase. La chica no admitía replica alguna. Es más, ahora le ofrecía otro cuchillo similar.
El muchacho dudó de primeras y miró al suelo sin decir nada. Después de todo, le había dicho a Ethan que confiaría en él y no quería incumplir su promesa. Solo fue cuando la chica indicó que buscaba su protección que tomo una decisión. ¿Alguien esperaba algo de él? No podía acabárselo de creer, puesto que nunca había sabido lo que era que alguien pusiese sus esperanzas en él. Al contrario, sus padres le habían dejado claro lo inservible que era y, además, siempre había tenido que depender de su hermano para todo. Si Serena había visto algo de potencial en él, haría lo estuviese en sus manos para no decepcionarla. De esta forma, cogió el cuchillo entre ambas manos y le contestó a su compañera con una ligera sonrisa:
- Haré lo que pueda
Ambos se encaminaron al patio del edificio. Era más pequeño de lo que Abel esperaba de un torreón mágico. Sin embargo, el joven no dudó en comprobar varias veces el terreno en busca de enemigos. No sería extraño que existiesen criaturas híper rápidas o incluso capaces de aparecer y desaparecer a voluntad. Entonces, se sobresaltó al descubrir una figura pegada al muro. Espiro calmado al darse cuenta de que solo se trataba de una estatua y se dirigió hacia esta para inspeccionarla.
La estatua era algo extraña, no se parecía en nada a las que había visto en los libros o cuando estuvo viviendo en Roma. Daba la sensación de ser una persona envuelta en telas y solo su nariz y barbilla eran visibles. En ese momento, se dio cuenta de que la estatua tenía perilla y bigote. Lo que al principio pudo parecerle algo divertido se tornó preocupante cuando se dio cuenta del verdadero significado que tenía; alguien vivía o había vivido en el edificio.
No pudo haber peor momento para que alguien gritase, puesto que los indescifrables alaridos se escuchaban desde el patio. Asustado por los berridos y pensando que se trataba de un posible habitante de la torre, empezó a zarandear el cuchillo en el aire con los ojos cerrados. Tardó unos diez segundos en volver a abrirlos. No había nadie a su alrededor, y menos mal, porque si hubiese estado la persona que había provocado el grito probablemente habría sido apuñalada sin ningún tipo de miramiento. Tampoco había ninguna duda de los verdaderos resultados de sus acciones; había hecho el más absoluto ridículo.
“Gracias a Dios, creo que solo me ha visto Serena.” – pensó Abel aliviado. No habría soportado que a los que consideraba los héroes del grupo (Kalna, Connor y Ethan) hubiesen presenciado semejante despropósito. Y mucho menos todavía que lo hubiese podido ver ese híbrido de gato y rata que intentaba hacerse pasar por persona.
– So… Solo quería protegernos. Han gritado y parece que alguien más ha estado por aquí – dijo inseguro, señalando con la mano libre al bigote de la estatua.
Miles de preguntas se le cruzaban por la mente. ¿Vivía alguien ahí? ¿Lo habrían pintado hace tiempo? No, no podía ser. Si la hubiesen pintado hace años, no seguirían notándose tan claramente el bigote y la perilla, ¿O sí?
- Creo que deberíamos ir a avisarles… – le susurró a Serena, refiriéndose a la estatua. Hizo una seria pausa, ya que quizás avisarles no era necesario. Era posible que el anfitrión les hubiese dado ya la bienvenida - … O a ver que está pasando.
Pese a haber sugerido entrar al interior se nuevo, lo único que Abel deseaba en esos momentos era que la tierra le tragase y le hiciese desaparecer.
- Voy a confiar en ti – le contestó Abel a modo de agradecimiento, mientras le entregaba el cuchillo.
Nada más irse el chico de la coleta, Serena se le acercó con cara de pocos amigos. Parecía haber escuchado la anterior conversación y que algo de esta no le había gustado, puesto que procedió a reñirle y a explicarle que no debía de hacer caso a lo que dijese Ethan. Entendía que a veces ese tipo de personas podían resultar mandonas y prepotentes, pero no estaba seguro de que ese fuese este el caso. Personalmente, a Abel la actitud de Ethan le recordaba a la de los protagonistas y héroes fantásticos de sus historias, esos mismos a los que aspiraba a convertirse.
- Pero Ethan… - dijo sin poder terminar la frase. La chica no admitía replica alguna. Es más, ahora le ofrecía otro cuchillo similar.
El muchacho dudó de primeras y miró al suelo sin decir nada. Después de todo, le había dicho a Ethan que confiaría en él y no quería incumplir su promesa. Solo fue cuando la chica indicó que buscaba su protección que tomo una decisión. ¿Alguien esperaba algo de él? No podía acabárselo de creer, puesto que nunca había sabido lo que era que alguien pusiese sus esperanzas en él. Al contrario, sus padres le habían dejado claro lo inservible que era y, además, siempre había tenido que depender de su hermano para todo. Si Serena había visto algo de potencial en él, haría lo estuviese en sus manos para no decepcionarla. De esta forma, cogió el cuchillo entre ambas manos y le contestó a su compañera con una ligera sonrisa:
- Haré lo que pueda
Ambos se encaminaron al patio del edificio. Era más pequeño de lo que Abel esperaba de un torreón mágico. Sin embargo, el joven no dudó en comprobar varias veces el terreno en busca de enemigos. No sería extraño que existiesen criaturas híper rápidas o incluso capaces de aparecer y desaparecer a voluntad. Entonces, se sobresaltó al descubrir una figura pegada al muro. Espiro calmado al darse cuenta de que solo se trataba de una estatua y se dirigió hacia esta para inspeccionarla.
La estatua era algo extraña, no se parecía en nada a las que había visto en los libros o cuando estuvo viviendo en Roma. Daba la sensación de ser una persona envuelta en telas y solo su nariz y barbilla eran visibles. En ese momento, se dio cuenta de que la estatua tenía perilla y bigote. Lo que al principio pudo parecerle algo divertido se tornó preocupante cuando se dio cuenta del verdadero significado que tenía; alguien vivía o había vivido en el edificio.
No pudo haber peor momento para que alguien gritase, puesto que los indescifrables alaridos se escuchaban desde el patio. Asustado por los berridos y pensando que se trataba de un posible habitante de la torre, empezó a zarandear el cuchillo en el aire con los ojos cerrados. Tardó unos diez segundos en volver a abrirlos. No había nadie a su alrededor, y menos mal, porque si hubiese estado la persona que había provocado el grito probablemente habría sido apuñalada sin ningún tipo de miramiento. Tampoco había ninguna duda de los verdaderos resultados de sus acciones; había hecho el más absoluto ridículo.
“Gracias a Dios, creo que solo me ha visto Serena.” – pensó Abel aliviado. No habría soportado que a los que consideraba los héroes del grupo (Kalna, Connor y Ethan) hubiesen presenciado semejante despropósito. Y mucho menos todavía que lo hubiese podido ver ese híbrido de gato y rata que intentaba hacerse pasar por persona.
– So… Solo quería protegernos. Han gritado y parece que alguien más ha estado por aquí – dijo inseguro, señalando con la mano libre al bigote de la estatua.
Miles de preguntas se le cruzaban por la mente. ¿Vivía alguien ahí? ¿Lo habrían pintado hace tiempo? No, no podía ser. Si la hubiesen pintado hace años, no seguirían notándose tan claramente el bigote y la perilla, ¿O sí?
- Creo que deberíamos ir a avisarles… – le susurró a Serena, refiriéndose a la estatua. Hizo una seria pausa, ya que quizás avisarles no era necesario. Era posible que el anfitrión les hubiese dado ya la bienvenida - … O a ver que está pasando.
Pese a haber sugerido entrar al interior se nuevo, lo único que Abel deseaba en esos momentos era que la tierra le tragase y le hiciese desaparecer.
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Sendar
09/04/23, 12:29 pm
Ayudar a Serena de nuevo no fue una molestia, aunque no entendía el por qué no quería que se volviera a referir a ella como preciosa. ¿Era en su mundo una clase de insulto? Visto que les parecía relativamente normal lo que decían de las madres de los demás estaba dispuesta a creérselo, desde luego. Aún así había cumplido su objetivo, que era que la pelirroja se sonrojase, así que eso se llevaba.
El follón en el torreón empezó con el criajo maleducado insultado al… al ser que no sabía lo que era, pero que aún así no se merecía aquellas palabras. Al menos el resto le estaba echando ya la bronca, así que pudo bajar al sótano. Se llevó un encendedor de la cocina, suponiendo que estaría oscuro y que un lugar tan cutre aún no tendría electricidad. «Ugh… con lo cómoda que es».
Al menos en el descenso encontró una antorcha en la escalera, que aprovechó a encender. Daba más luz que la mísera llamita del mechero, y era también más cómoda para iluminar. Lo primero que se encontró fueron unas celdas vacías. ¿Iban a necesitarlas? ¿O acaso quien viviera allí era quien las necesitaba? Lo siguiente que vio fue el mecanismo del puente levadizo. No iba a subirlo aún, por si tenían que salir todos corriendo. Y por último…
Era la armería más cutre que había visto nunca, con armas simplonas y cachos de armaduras muy distintas, pero al menos había variedad. Cogió una de las espadas bastardas e hizo el ritual que seguía siempre: un par de giros y comprobar el punto de equilibrio. Chasqueó la lengua al notarlo ligeramente distinto a lo que estaba acostumbrado. No es que estuviera mal, pero no estaba perfecto, y aquello era una molestia. Podría comprobar las demás y ver cuán estaba mejor, pero entonces fue cuando oyó un grito arriba. «¿Nos atacan?». Iban a lamentar que ella hubiera encontrado las armas entonces.
Subió corriendo las escaleras, dejando la antorcha donde la había encontrado (el riego de incendio era bajo en un pasillo de piedra, y corría más prisa defender a un montón de chicos). En el primer piso parecían todos bien, y desde arriba había más gritos y gente subiendo, así que subió el siguiente tramo con la espada preparada para atacar a quien fuera.
—Por los Grandes Felinos, ¿qué ha pasado? ¿Os han atacado?
Tenía las pupilas tan afiladas que apenas veía en la penumbra, y a medida que se fueron dilatando para dejar entrar la luz y poder ver vio al de la coleta contra una pared. ¿Le habían atacado a él? Volvió a analizar los alrededores, buscando al culpable, para encontrar a Connor cantándole las cuarenta al chiquillo maleducado. Apretó los labios hasta que fueron una fina línea en su rostro, mientras sus pupilas volvían a ser tan verticales que daban miedo. «Por supuesto que ha sido él».
Se dirigió a él con el peligro escrito en su rostro, aunque la espada apuntaba al suelo y no era lo amenazante en ese momento, y le volvió a dar otra colleja, no con demasiada fuerza.
—O te comportas o juro por mi Madre que te encerraré en las mazmorras.
Había intentado tener paciencia, pero todo aquel numerito de chillidos, insultos a todo el mundo e incluso pegar a alguien porque sí era la gota que colmaba el vaso. ¿Es que nadie había criado a aquel salvaje? Ya le daba igual que el lagarto de género indefinido volviera a decirle algo, aquello había sobrepasado todos los límites.
El follón en el torreón empezó con el criajo maleducado insultado al… al ser que no sabía lo que era, pero que aún así no se merecía aquellas palabras. Al menos el resto le estaba echando ya la bronca, así que pudo bajar al sótano. Se llevó un encendedor de la cocina, suponiendo que estaría oscuro y que un lugar tan cutre aún no tendría electricidad. «Ugh… con lo cómoda que es».
Al menos en el descenso encontró una antorcha en la escalera, que aprovechó a encender. Daba más luz que la mísera llamita del mechero, y era también más cómoda para iluminar. Lo primero que se encontró fueron unas celdas vacías. ¿Iban a necesitarlas? ¿O acaso quien viviera allí era quien las necesitaba? Lo siguiente que vio fue el mecanismo del puente levadizo. No iba a subirlo aún, por si tenían que salir todos corriendo. Y por último…
Era la armería más cutre que había visto nunca, con armas simplonas y cachos de armaduras muy distintas, pero al menos había variedad. Cogió una de las espadas bastardas e hizo el ritual que seguía siempre: un par de giros y comprobar el punto de equilibrio. Chasqueó la lengua al notarlo ligeramente distinto a lo que estaba acostumbrado. No es que estuviera mal, pero no estaba perfecto, y aquello era una molestia. Podría comprobar las demás y ver cuán estaba mejor, pero entonces fue cuando oyó un grito arriba. «¿Nos atacan?». Iban a lamentar que ella hubiera encontrado las armas entonces.
Subió corriendo las escaleras, dejando la antorcha donde la había encontrado (el riego de incendio era bajo en un pasillo de piedra, y corría más prisa defender a un montón de chicos). En el primer piso parecían todos bien, y desde arriba había más gritos y gente subiendo, así que subió el siguiente tramo con la espada preparada para atacar a quien fuera.
—Por los Grandes Felinos, ¿qué ha pasado? ¿Os han atacado?
Tenía las pupilas tan afiladas que apenas veía en la penumbra, y a medida que se fueron dilatando para dejar entrar la luz y poder ver vio al de la coleta contra una pared. ¿Le habían atacado a él? Volvió a analizar los alrededores, buscando al culpable, para encontrar a Connor cantándole las cuarenta al chiquillo maleducado. Apretó los labios hasta que fueron una fina línea en su rostro, mientras sus pupilas volvían a ser tan verticales que daban miedo. «Por supuesto que ha sido él».
Se dirigió a él con el peligro escrito en su rostro, aunque la espada apuntaba al suelo y no era lo amenazante en ese momento, y le volvió a dar otra colleja, no con demasiada fuerza.
—O te comportas o juro por mi Madre que te encerraré en las mazmorras.
Había intentado tener paciencia, pero todo aquel numerito de chillidos, insultos a todo el mundo e incluso pegar a alguien porque sí era la gota que colmaba el vaso. ¿Es que nadie había criado a aquel salvaje? Ya le daba igual que el lagarto de género indefinido volviera a decirle algo, aquello había sobrepasado todos los límites.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Torreón Sendar
09/04/23, 02:01 pm
Ethan agradeció el intercambio con una ligera sonrisa. Al menos el ambiente aunque seguía tenso se había calmado hasta el punto donde el pelirosa estaba empezando a bromear.
Antorcha en mano, se dedicó a hacer su parte del trabajo lo mejor posible. Siempre asomándose detrás de Connor con el brazo en alto, tratando de iluminar los espacios ciegos de las habitaciones a las que accedían y abriendo las ventanas una vez se comprobaba que el lugar era seguro. El ambiente era bastante triste, más allá de camas colocadas de cualquier manera no encontró nada útil. En los baños al menos había toallas y jabón, pero ningún botiquín a la vista.
-Ah mierda, no veo nada para poder curarnos si hicier- Nunca llegó a terminar la frase. Se vio interrumpido por la alerta de pasos rápidos que avanzaban hacia su dirección, y antes de identificar quién era, lo sintió.
El golpe no fue en sí lo que le arrancó el grito ahogado, más bien la sacudida de dolor que sintió en respuesta. Le hizo trastabillar de mala manera, arrancando una mueca de dolor de su rostro cuando buscando de nuevo el equilibrio volvió a apoyar la pierna mala. Al menos, su espalda había encontrado un punto de apoyo y la pared le dio el suficiente margen como para empezar a recuperarse.
El dolor punzante se convirtió en desconcierto y este en cabreo cuando encontró al culpable ante sus ojos. Y no quiso hablar, pues sabía que si lo hacía iba a ser exageradamente cruel con el niño. Así que guardó sus palabras e intentó respirar hondo.
Obviamente con el numerito que habían armado ya escuchaba voces por la escalera. Ethan se guardo el dolor para sí y trato de mantener ambos pies apoyados para no ser exageradamente cantoso. La pierna izquierda le latía con fuerza y aunque sabía que eso sería meramente pasajero, en el momento en el que intentará moverse ya no podría esconder la cojera.
-Lo siento chicos ... me ha asustado el pequeño. No ha sido nada, no quería alarmar a nadie. Perdonadme. -Disimulo rápidamente la mueca con una sonrisa forzada. Räg y Airi acaban de llegar y no quería tenerlos preocupados. Luego subió Kalna, espada en mano (que dios sabe de dónde la había conseguido) y si quiera se sorprendió cuando presenció la colleja. A él le sobraban ganas de darle una también, pero no tenía moralidad para ello.
Decidió no involucrarse en la regañina. Con Connor y Kalna ya iba a recibir demasiados palos, y su misión ahora era tratar de mitigar el dolor todo lo posible. Se estaba haciendo a la idea de que iba a tener que forzar la pierna para aparentar que podía caminar normal y sinceramente, eso nunca le había salido bien. Pero se negaba en rotundo a ser un estorbo para el grupo así que ya podía su cuerpo empezar a colaborar quisiera o no.
Antorcha en mano, se dedicó a hacer su parte del trabajo lo mejor posible. Siempre asomándose detrás de Connor con el brazo en alto, tratando de iluminar los espacios ciegos de las habitaciones a las que accedían y abriendo las ventanas una vez se comprobaba que el lugar era seguro. El ambiente era bastante triste, más allá de camas colocadas de cualquier manera no encontró nada útil. En los baños al menos había toallas y jabón, pero ningún botiquín a la vista.
-Ah mierda, no veo nada para poder curarnos si hicier- Nunca llegó a terminar la frase. Se vio interrumpido por la alerta de pasos rápidos que avanzaban hacia su dirección, y antes de identificar quién era, lo sintió.
El golpe no fue en sí lo que le arrancó el grito ahogado, más bien la sacudida de dolor que sintió en respuesta. Le hizo trastabillar de mala manera, arrancando una mueca de dolor de su rostro cuando buscando de nuevo el equilibrio volvió a apoyar la pierna mala. Al menos, su espalda había encontrado un punto de apoyo y la pared le dio el suficiente margen como para empezar a recuperarse.
El dolor punzante se convirtió en desconcierto y este en cabreo cuando encontró al culpable ante sus ojos. Y no quiso hablar, pues sabía que si lo hacía iba a ser exageradamente cruel con el niño. Así que guardó sus palabras e intentó respirar hondo.
Obviamente con el numerito que habían armado ya escuchaba voces por la escalera. Ethan se guardo el dolor para sí y trato de mantener ambos pies apoyados para no ser exageradamente cantoso. La pierna izquierda le latía con fuerza y aunque sabía que eso sería meramente pasajero, en el momento en el que intentará moverse ya no podría esconder la cojera.
-Lo siento chicos ... me ha asustado el pequeño. No ha sido nada, no quería alarmar a nadie. Perdonadme. -Disimulo rápidamente la mueca con una sonrisa forzada. Räg y Airi acaban de llegar y no quería tenerlos preocupados. Luego subió Kalna, espada en mano (que dios sabe de dónde la había conseguido) y si quiera se sorprendió cuando presenció la colleja. A él le sobraban ganas de darle una también, pero no tenía moralidad para ello.
Decidió no involucrarse en la regañina. Con Connor y Kalna ya iba a recibir demasiados palos, y su misión ahora era tratar de mitigar el dolor todo lo posible. Se estaba haciendo a la idea de que iba a tener que forzar la pierna para aparentar que podía caminar normal y sinceramente, eso nunca le había salido bien. Pero se negaba en rotundo a ser un estorbo para el grupo así que ya podía su cuerpo empezar a colaborar quisiera o no.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Sendar
10/04/23, 10:42 am
Juntos empezaron a entrar en las habitaciones de esa planta, Connor delante con el cuchillo y Ethan detrás iluminando los alrededores con la antorcha. El motero andaba más confiado ahora que no se encontraban en la oscuridad absoluta. Además de camas y baños no había nada más interesante, y al menos en esa planta no parecía haber nadie, pero aquella no era la única del torreón y el peligro podría encontrarse más arriba. Estaba a punto de unirse a la queja del británico sobre la ausencia de botiquines cuando se escucharon unos pasos rápidos hacia ellos. Al principio se puso alerta, pero gracias a que habían abierto varias contraventanas el lugar estaba más iluminado y pudo ver de quién se trataba.
Damian volvía a hacer de las suyas. Nada más pasar cerca de ellos le pegó con malicia una patada en la pierna a Ethan, para luego dar gritos por el pasillo en busca de Akeyo. <<La has cagado puto niñato>>. El motero echó solo un rápido vistazo hacia atrás, para ver a Ethan recostándose en la pared dolorido. Después avanzó a grandes zancadas hasta llegar al niño que seguía con los berridos y posó su pesada mano en su hombro para pararlo, con expresión furiosa en su rostro. Aún no estaban a salvo, podía haber alguien peligroso con ellos dentro, y el niño acababa de encargarse de anunciarlo a los cuatro vientos.
-Cállate la puta poca. Ahora mismo.- Le dijo a Damian con evidente enfado, pero su tono de voz era frío y algo amenazante.- ¿Quién cojones te crees para ir por ahí dando golpes y gritos, eh?- Era una pregunta retórica porque más le valía a Damian no contestarle. El motero había llegado a su límite con él, y si en vez de un niño se tratara de un adulto ya lo habría estrellado contra la pared mucho menos diplomático.
Se empezaron a escuchar pasos y Räg, Airi y Kalna (que iba con una jodida espada) subieron para saber qué había pasado. Connor observaría a la chica armada algo alerta, como si aquella imagen hubiera hecho saltar su sentido del peligro. Las palabras de Ethan lo sacaron de ese trance ya que pareció que intentó echarle una mano a Damian, mintiendo sobre lo que había ocurrido y Connor frunció el ceño con su actitud. No entendía por qué acababa de hacer eso, era como si a pesar de que le golpeara y le faltara el respeto siguiera preocupándose por el chico. O al menos eso le pareció al canadiense. No estaba nada de acuerdo en dejar que Damian se librara tan fácilmente.
-Eso no es lo que ha pasado, joder. A parte de los gritos acaba de meterle una patada a Ethan, porque le ha salido de los cojones.- Kalna en respuesta a eso le pegó otra colleja y lo amenazó con encerrarlo en las mazmorras, y Connor asintió conforme con ella, pero por si acaso decidió dejarle las cosas más claras a Damian. Lo levantó en el aire por el cuello de la camiseta con su mano izquierda que no llevaba el cuchillo, hasta ponerlo a la altura de sus ojos.- Escúchame bien, enano, porque no pienso repetírtelo.- Empezó a decirle al niño con una ira apenas contenida, le daba bastante igual que hubiera más gente delante o lo que pensarían algunos. Seguro que más adelante se lo agradecían de todas formas.- Ésta será la última vez que te comportas como un gilipollas, a partir de ahora vas a hacer caso en todo lo que se te diga, ¿nos entendemos? Si te decimos que te quedes quieto serás una jodida estatua, y si te decimos que no grites te aconsejo que no abras la puta boca por tu bien. Y más te vale no volver a ir por ahí dándole golpes a la gente, joder. Sería una mala idea, y una malísima idea si me das la patada a mí.- El motero lo dejó en el suelo de manera algo brusca y lo soltó de la camiseta.- No estás en un juego o en un parque de atracciones, hostias. Espabila de una puta vez.- Serían sus últimas palabras al chico.
Era la primera vez que le hablaba de esa manera a un niño, y aunque no podía negar que lo había disfrutado porque se lo merecía, se sentía algo descentrado. Aquella escena que había tenido lugar le recordaba a cómo lo habían tratado a él mismo en el orfanato y acababa de verse reflejado un poco en Damian. Aunque no lo quisiera reconocer quizás se sentía algo mal por el niño ahora que lo había soltado todo, pero había sido necesario para que entendiera las cosas y no los pusiera en peligro más veces. Y aquello también podía salvarle la vida a Damian. <<Espero que... se entere de una vez de dónde está, joder>>.
Connor esperaría a ver lo que tuvieran que decir los demás, pero estaría impaciente por seguir explorando. También observaría a Ethan pero parecía que se le había pasado el dolor.
Damian volvía a hacer de las suyas. Nada más pasar cerca de ellos le pegó con malicia una patada en la pierna a Ethan, para luego dar gritos por el pasillo en busca de Akeyo. <<La has cagado puto niñato>>. El motero echó solo un rápido vistazo hacia atrás, para ver a Ethan recostándose en la pared dolorido. Después avanzó a grandes zancadas hasta llegar al niño que seguía con los berridos y posó su pesada mano en su hombro para pararlo, con expresión furiosa en su rostro. Aún no estaban a salvo, podía haber alguien peligroso con ellos dentro, y el niño acababa de encargarse de anunciarlo a los cuatro vientos.
-Cállate la puta poca. Ahora mismo.- Le dijo a Damian con evidente enfado, pero su tono de voz era frío y algo amenazante.- ¿Quién cojones te crees para ir por ahí dando golpes y gritos, eh?- Era una pregunta retórica porque más le valía a Damian no contestarle. El motero había llegado a su límite con él, y si en vez de un niño se tratara de un adulto ya lo habría estrellado contra la pared mucho menos diplomático.
Se empezaron a escuchar pasos y Räg, Airi y Kalna (que iba con una jodida espada) subieron para saber qué había pasado. Connor observaría a la chica armada algo alerta, como si aquella imagen hubiera hecho saltar su sentido del peligro. Las palabras de Ethan lo sacaron de ese trance ya que pareció que intentó echarle una mano a Damian, mintiendo sobre lo que había ocurrido y Connor frunció el ceño con su actitud. No entendía por qué acababa de hacer eso, era como si a pesar de que le golpeara y le faltara el respeto siguiera preocupándose por el chico. O al menos eso le pareció al canadiense. No estaba nada de acuerdo en dejar que Damian se librara tan fácilmente.
-Eso no es lo que ha pasado, joder. A parte de los gritos acaba de meterle una patada a Ethan, porque le ha salido de los cojones.- Kalna en respuesta a eso le pegó otra colleja y lo amenazó con encerrarlo en las mazmorras, y Connor asintió conforme con ella, pero por si acaso decidió dejarle las cosas más claras a Damian. Lo levantó en el aire por el cuello de la camiseta con su mano izquierda que no llevaba el cuchillo, hasta ponerlo a la altura de sus ojos.- Escúchame bien, enano, porque no pienso repetírtelo.- Empezó a decirle al niño con una ira apenas contenida, le daba bastante igual que hubiera más gente delante o lo que pensarían algunos. Seguro que más adelante se lo agradecían de todas formas.- Ésta será la última vez que te comportas como un gilipollas, a partir de ahora vas a hacer caso en todo lo que se te diga, ¿nos entendemos? Si te decimos que te quedes quieto serás una jodida estatua, y si te decimos que no grites te aconsejo que no abras la puta boca por tu bien. Y más te vale no volver a ir por ahí dándole golpes a la gente, joder. Sería una mala idea, y una malísima idea si me das la patada a mí.- El motero lo dejó en el suelo de manera algo brusca y lo soltó de la camiseta.- No estás en un juego o en un parque de atracciones, hostias. Espabila de una puta vez.- Serían sus últimas palabras al chico.
Era la primera vez que le hablaba de esa manera a un niño, y aunque no podía negar que lo había disfrutado porque se lo merecía, se sentía algo descentrado. Aquella escena que había tenido lugar le recordaba a cómo lo habían tratado a él mismo en el orfanato y acababa de verse reflejado un poco en Damian. Aunque no lo quisiera reconocer quizás se sentía algo mal por el niño ahora que lo había soltado todo, pero había sido necesario para que entendiera las cosas y no los pusiera en peligro más veces. Y aquello también podía salvarle la vida a Damian. <<Espero que... se entere de una vez de dónde está, joder>>.
Connor esperaría a ver lo que tuvieran que decir los demás, pero estaría impaciente por seguir explorando. También observaría a Ethan pero parecía que se le había pasado el dolor.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Sendar
10/04/23, 01:28 pm
Para regocijo de Tawar, la grieta en el suelo y sus moradores eran lo suficientemente amenazadores para que siguieran buscando refugio lejos de allí o de evitar cualquier intento de cruzarla. Habían visto una estructura de piedra enorme destacando por encima de las cuevas más pequeñas que yacían en ruinas a su alrededor, y le habían llamado "torre" o "torreón". Cuando la vio cada vez más de cerca desde la cabeza de Nohlem, aventuró para sus adentros que allí debían vivir gigantes, igual que en los edificios que elle había confundido con cuevas. Sería como las cabañas de ramas y hojas que se hacían en su colonia, solo que aquellas casas eran tremendas y hechas en mayor parte con rocas. Los métodos para levantarlas, en cambio... eso ya era savia digna del bosque de cristal: un misterio, quizá un fenómeno alimentado por dones propios.
No obstante, pese a la maravilla que sentía al aproximarse al edificio, le fue quedando cada vez más claro por las conversaciones que pretendían entrar y apropiarse de este. No podía hacer nada por evitar que entraran, pues eran muchos quienes lo vieron adecuado y allá que fueron. Agradeció eso sí que el varmano se quedara al margen momentáneamente, más aún en cuanto empezaron los insultos, los gritos, los ruidos... ¡Habían entrado en la guarida de algún gigante peligroso! ¡Y encima iban así, como si nada, con gigantes jóvenes que armaban escándalo!
Acabó haciéndose un ovillo sobre la cabeza del chico. Temblaba con el retumbar de los pasos y las voces de sus compañeros, y se cubría la cabeza con más fuerza con cada nuevo ruido sin explicación. Por eso no supo responder cuando Nohlem le preguntó, pero hizo un esfuerzo cuando también se sumó Rick a la preocupación sobre elle. Se irguió lo justo sobre las piernas, lo justito para que asomara su cabeza sobre el cabello del varmano y miró al otro. Le hizo un gesto para que se acercara y entonces se acercó a la oreja derecha de Nohlem, de nuevo. Les respondería, sí, pero entre susurros.
—No me ha pasado nada, aún no, más allá de matarme a sustos. A esos gigantes que nos acompañan, en cambio, les falta bosque, y se los van a comer. ¿Por qué han entrado así? ¡Puede haber gigantes más grandes y con savia más agria que la vuestra!
Hacía aspavientos de frustración y claramente se notaba que estaba haciendo esfuerzos por no mover el pelo de Nohlem ni golpearle por accidente. Bastantes quebraderos de cabeza, y nunca mejor dicho, le estaba dando al gigante amable. Al final se sentó, con las piernecitas rozando la patilla del chico. Y suspiró, frustrade. Sabía que no podía convencer a un grupo tan grande y tan extraño.
—¿De verdad nos vamos a quedar ahí? ¿No habrá ningún refugio en las montañas o los bosques?
No obstante, pese a la maravilla que sentía al aproximarse al edificio, le fue quedando cada vez más claro por las conversaciones que pretendían entrar y apropiarse de este. No podía hacer nada por evitar que entraran, pues eran muchos quienes lo vieron adecuado y allá que fueron. Agradeció eso sí que el varmano se quedara al margen momentáneamente, más aún en cuanto empezaron los insultos, los gritos, los ruidos... ¡Habían entrado en la guarida de algún gigante peligroso! ¡Y encima iban así, como si nada, con gigantes jóvenes que armaban escándalo!
Acabó haciéndose un ovillo sobre la cabeza del chico. Temblaba con el retumbar de los pasos y las voces de sus compañeros, y se cubría la cabeza con más fuerza con cada nuevo ruido sin explicación. Por eso no supo responder cuando Nohlem le preguntó, pero hizo un esfuerzo cuando también se sumó Rick a la preocupación sobre elle. Se irguió lo justo sobre las piernas, lo justito para que asomara su cabeza sobre el cabello del varmano y miró al otro. Le hizo un gesto para que se acercara y entonces se acercó a la oreja derecha de Nohlem, de nuevo. Les respondería, sí, pero entre susurros.
—No me ha pasado nada, aún no, más allá de matarme a sustos. A esos gigantes que nos acompañan, en cambio, les falta bosque, y se los van a comer. ¿Por qué han entrado así? ¡Puede haber gigantes más grandes y con savia más agria que la vuestra!
Hacía aspavientos de frustración y claramente se notaba que estaba haciendo esfuerzos por no mover el pelo de Nohlem ni golpearle por accidente. Bastantes quebraderos de cabeza, y nunca mejor dicho, le estaba dando al gigante amable. Al final se sentó, con las piernecitas rozando la patilla del chico. Y suspiró, frustrade. Sabía que no podía convencer a un grupo tan grande y tan extraño.
—¿De verdad nos vamos a quedar ahí? ¿No habrá ningún refugio en las montañas o los bosques?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
11/04/23, 09:48 am
Ethan no parecía darse cuenta de que momentos antes en su cabeza había pensado mal de él, en cambio se acercó rebuscando en sus bolsillos y alegando que no le pasaría nada. Aniol extendió la palma de la mano hacia arriba, con expresión curiosa mientras contemplaba más de cerca las cicatrices del británico, quién parecía esconder más secretos tras aquel rostro marcado.
—Yo… ¡Por supuesto! —aquello era todo lo que necesitaba y Ethan se lo estaba dando sin darse cuenta. Una distracción, un propósito o quizá sentirse útil y arropado en un entorno hostil. En su hogar los refuerzos positivos y gestos de afecto eran constantes, y aunque diferente aquello era lo más parecido que había tenido desde que se despidió de su madre antes de perderse en el bosque. Los ojos color miel del niño se pusieron un poco brillosos dejando ver lo sensible que era ante pequeños estímulos como ese, y luego con su otra mano intentó tapar la figura de papel como si fuera a salir volando de un momento a otro— La cuidaré por ti, prometo que no le ocurrirá nada —la fantasía y el melodramatismo de Aniol hacían que pareciera una decisión de vida o muerte por su tono de voz. Su mirada tardaría en despegarse de la grulla, tomando consciencia de su fragilidad.
Como Räg también creía que ese torreón podía ser su casita el niño se internó en sus dimensiones, dando lugar a un salón muy espacioso, algo sucio y lúgubre. Como era de esperar su atención se centró en una única cosa y sintió una punzada al darse cuenta de que a simple vista carecía de ella.
—Un hogar no es un hogar sin chimenea donde poder calentarse al fuego… chicos… quizá deberíamos buscar otro sitio —dijo, repitiendo las palabras con un matiz adulto impropio de él, ya que esas palabras pertenecían a su abuela. Para el pequeño era motivo suficiente para abandonar el lugar, pero de repente una sarta de insultos por parte de Damian le distrajo, provocando que frunciera el ceño apretando los labios y haciendo más visible su hoyuelo en la barbilla. Se giró hacia el Señor Perro Grande, horrorizado y sin ser capaz de contestarle al italiano como hubiese querido, en su lugar quiso dedicarle unas palabras de consuelo al canino, tal y como hacía su hermana cuando alguien se metía con él en el cole—. No… no eres un bicho raro… que lo sepas… —Aniol empezaba a sentir cierta responsabilidad por corregir los errores del otro niño, a lo mejor no quería que pensaran que él también era así de maleducado—. Bueno… mi hermana Nelka siempre dice que todos somos bichos raros, pero que no pasa nada por eso. Si quieres puedo ayudarte a encontrar… una palangana —el aspecto del perrito o su propia existencia seguía impresionando a Aniol, lo mismo le ocurría con Räg. Pero no se dejaría vencer por su miedo a lo desconocido. Al fin y al cabo se llevó media de su corta vida pidiendo un mundo de fantasía y no todas las criaturas de cuento tenían que ser bonitas. ¿No?
Al poco se quedó prácticamente solo en la habitación, Abel salió con la chica hermosa a una especie de patio y el resto se dividió en las plantas superiores o inferiores. Casi lo agradeció ante tanto cuchillo y espada, no quería saber nada de eso. La poca gente restante subió a toda prisa cuando un nuevo grito se escuchó arriba. Estuvo a punto de subir al pensar que se trataba de Ethan pero luego le dio algo de miedo al discernir que Kalna y Connor reñían a Damian muy fuerte.
—Hola, me llamo Aniol —el polaco aproximó entonces distancias con el chico de cabello rojizo. Sentía algo de miedo y soledad, y de momento necesitaba orbitar a un adulto de manera constante. Por la expresión del niño era evidente que trataba de distraerse de lo que fuera que estuviera ocurriendo más allá de las escaleras donde el Señor Perro Grande permanecía quieto—. Sólo por asegurarme… ¿Eres un elfo de la navidad? Y tú… ¿Un hadita? —esbozó una tonta sonrisa aún protegiendo la grulla de papel con sus manos haciendo de cascarón protector—. Me gustan mucho las hadas… yo… ¡Sulo suy un humano! Estos cuernos son mentira, es un disfraz.
—Yo… ¡Por supuesto! —aquello era todo lo que necesitaba y Ethan se lo estaba dando sin darse cuenta. Una distracción, un propósito o quizá sentirse útil y arropado en un entorno hostil. En su hogar los refuerzos positivos y gestos de afecto eran constantes, y aunque diferente aquello era lo más parecido que había tenido desde que se despidió de su madre antes de perderse en el bosque. Los ojos color miel del niño se pusieron un poco brillosos dejando ver lo sensible que era ante pequeños estímulos como ese, y luego con su otra mano intentó tapar la figura de papel como si fuera a salir volando de un momento a otro— La cuidaré por ti, prometo que no le ocurrirá nada —la fantasía y el melodramatismo de Aniol hacían que pareciera una decisión de vida o muerte por su tono de voz. Su mirada tardaría en despegarse de la grulla, tomando consciencia de su fragilidad.
Como Räg también creía que ese torreón podía ser su casita el niño se internó en sus dimensiones, dando lugar a un salón muy espacioso, algo sucio y lúgubre. Como era de esperar su atención se centró en una única cosa y sintió una punzada al darse cuenta de que a simple vista carecía de ella.
—Un hogar no es un hogar sin chimenea donde poder calentarse al fuego… chicos… quizá deberíamos buscar otro sitio —dijo, repitiendo las palabras con un matiz adulto impropio de él, ya que esas palabras pertenecían a su abuela. Para el pequeño era motivo suficiente para abandonar el lugar, pero de repente una sarta de insultos por parte de Damian le distrajo, provocando que frunciera el ceño apretando los labios y haciendo más visible su hoyuelo en la barbilla. Se giró hacia el Señor Perro Grande, horrorizado y sin ser capaz de contestarle al italiano como hubiese querido, en su lugar quiso dedicarle unas palabras de consuelo al canino, tal y como hacía su hermana cuando alguien se metía con él en el cole—. No… no eres un bicho raro… que lo sepas… —Aniol empezaba a sentir cierta responsabilidad por corregir los errores del otro niño, a lo mejor no quería que pensaran que él también era así de maleducado—. Bueno… mi hermana Nelka siempre dice que todos somos bichos raros, pero que no pasa nada por eso. Si quieres puedo ayudarte a encontrar… una palangana —el aspecto del perrito o su propia existencia seguía impresionando a Aniol, lo mismo le ocurría con Räg. Pero no se dejaría vencer por su miedo a lo desconocido. Al fin y al cabo se llevó media de su corta vida pidiendo un mundo de fantasía y no todas las criaturas de cuento tenían que ser bonitas. ¿No?
Al poco se quedó prácticamente solo en la habitación, Abel salió con la chica hermosa a una especie de patio y el resto se dividió en las plantas superiores o inferiores. Casi lo agradeció ante tanto cuchillo y espada, no quería saber nada de eso. La poca gente restante subió a toda prisa cuando un nuevo grito se escuchó arriba. Estuvo a punto de subir al pensar que se trataba de Ethan pero luego le dio algo de miedo al discernir que Kalna y Connor reñían a Damian muy fuerte.
—Hola, me llamo Aniol —el polaco aproximó entonces distancias con el chico de cabello rojizo. Sentía algo de miedo y soledad, y de momento necesitaba orbitar a un adulto de manera constante. Por la expresión del niño era evidente que trataba de distraerse de lo que fuera que estuviera ocurriendo más allá de las escaleras donde el Señor Perro Grande permanecía quieto—. Sólo por asegurarme… ¿Eres un elfo de la navidad? Y tú… ¿Un hadita? —esbozó una tonta sonrisa aún protegiendo la grulla de papel con sus manos haciendo de cascarón protector—. Me gustan mucho las hadas… yo… ¡Sulo suy un humano! Estos cuernos son mentira, es un disfraz.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Sendar
11/04/23, 01:26 pm
Damian buscaba y buscaba pero parecía no encontrar por ningún lado a aquella misteriosa bruja que lo acogió en ese nuevo sitio con gusanos gigantes y castillos. Esperaba cruzarse con aquellos juguetes con vida pero muy por el contrario no había nada, solo escuchaba su propia voz y unos pasos que estaban detrás suyo.
Notó una mano grande apoyarse sobre su hombro de forma no muy amigable y eso lo hizo alterarse. ¿Sería Ethan? No se sentía particularmente mal pero se esperaba regaños por semejante patada, el propio italiano sentía el pie medio dormido del impacto. En el circo lo regañaban mucho por hacer travesuras pero aquello de tener a otro de su edad y que le prestasen más atención que él era una situación completamente nueva. Al final fue el pelogallo quien lo regañó, que también era de esperar. Aquel hombre demostró tener un humor de perros, muy serio con todo y no lo entendía.
—¡N-no fui yo, ha sido-!
Enmudeció de pronto ¿Qué podía contestar? Aquel tío era intimidante y ancho, solo se quedó con una mirada de pocos amigos y cuando ya pensó en lo que quería decir Ethan se… ¿se puso a mentir?
Damian no entendía. ¿Era tonto Ethan? Airi y Rayín subieron y el italiano bajó la cabeza. Fue sobre todo por la presencia del lagarto que sintió una pizca de culpabilidad encima. Lo que desencadenó ese ataque de rabia y celos no le empezó a gustar al italiano, encogiendo el rostro. La bondad de Ethan no la sintió merecida, parecía querer defenderlo. Lo miró extrañado, pensando por qué se puso ahora de su lado cuando antes prefirió a Aniol y le dio un regalo.
Sin tiempo a hacer nada, Connor se pronunció acusándolo sin ningún filtro. Le aceleró el pulso cuando vio a Kalna subir con aquel tocho de espada, esa mujer no estaba bien de la cabeza. Esperando lo peor, se llevó otra leve colleja que, incluso, le hirió en el orgullo el triple. El chulo, para rematarlo del todo, lo agarró de la enorme camiseta de tirantes levantándolo como antes y mirándolo con esos ojos afilados. Damian apretó los dientes, la frustración y la confusión por todo el entorno desconocido lo mataban por dentro y el nudo en la garganta se hizo grande y desagradable.
Ya cuando terminó la tortura verbal y las amenazas lo tiró al suelo. Incapáz de mantener el equilibrio se cayó en sus posaderas, aguantando muchísimo sus ganas de estallar en lágrimas tensando sus pequeños puños. Quería ver a su madre de nuevo, sentirse rodeado entre sus brazos y mimos dando razón a sus acciones “malas”.
—Solo quería saber donde esta Akeyo… Y. Y. ¡Y también me da coraje que él tenga regalo y yo no! —se veía de lejos que el chico estaba haciendo todo su esfuerzo por no llorar, mordiendo su labio y coloreando su rostro de un leve rojo, arqueando sus cejas en la congoja.
Como un instinto de cobardía, se acercó a Rayín y se adhirió a sus ropajes de nuevo estando a sus espaldas. Miraba de vez en cuando a Ethan, consciente de que llevaba encima su chaqueta.
—Ella... Ella me prometió poderes. Quiero encontrarla y volver al circo coño, ¿por qué no me ha acompañado? Odio todo esto, joder —dijo, frustrado por todo y asqueado de sentirse tan mal por la regañina.
Damian, para no variar, no se enteró de casi nada del discurso de antes. Tenía un objetivo en mente y le preocupaba que la búsqueda se le alargase demasiado, se negaba a esperar tanto.
Notó una mano grande apoyarse sobre su hombro de forma no muy amigable y eso lo hizo alterarse. ¿Sería Ethan? No se sentía particularmente mal pero se esperaba regaños por semejante patada, el propio italiano sentía el pie medio dormido del impacto. En el circo lo regañaban mucho por hacer travesuras pero aquello de tener a otro de su edad y que le prestasen más atención que él era una situación completamente nueva. Al final fue el pelogallo quien lo regañó, que también era de esperar. Aquel hombre demostró tener un humor de perros, muy serio con todo y no lo entendía.
—¡N-no fui yo, ha sido-!
Enmudeció de pronto ¿Qué podía contestar? Aquel tío era intimidante y ancho, solo se quedó con una mirada de pocos amigos y cuando ya pensó en lo que quería decir Ethan se… ¿se puso a mentir?
Damian no entendía. ¿Era tonto Ethan? Airi y Rayín subieron y el italiano bajó la cabeza. Fue sobre todo por la presencia del lagarto que sintió una pizca de culpabilidad encima. Lo que desencadenó ese ataque de rabia y celos no le empezó a gustar al italiano, encogiendo el rostro. La bondad de Ethan no la sintió merecida, parecía querer defenderlo. Lo miró extrañado, pensando por qué se puso ahora de su lado cuando antes prefirió a Aniol y le dio un regalo.
Sin tiempo a hacer nada, Connor se pronunció acusándolo sin ningún filtro. Le aceleró el pulso cuando vio a Kalna subir con aquel tocho de espada, esa mujer no estaba bien de la cabeza. Esperando lo peor, se llevó otra leve colleja que, incluso, le hirió en el orgullo el triple. El chulo, para rematarlo del todo, lo agarró de la enorme camiseta de tirantes levantándolo como antes y mirándolo con esos ojos afilados. Damian apretó los dientes, la frustración y la confusión por todo el entorno desconocido lo mataban por dentro y el nudo en la garganta se hizo grande y desagradable.
Ya cuando terminó la tortura verbal y las amenazas lo tiró al suelo. Incapáz de mantener el equilibrio se cayó en sus posaderas, aguantando muchísimo sus ganas de estallar en lágrimas tensando sus pequeños puños. Quería ver a su madre de nuevo, sentirse rodeado entre sus brazos y mimos dando razón a sus acciones “malas”.
—Solo quería saber donde esta Akeyo… Y. Y. ¡Y también me da coraje que él tenga regalo y yo no! —se veía de lejos que el chico estaba haciendo todo su esfuerzo por no llorar, mordiendo su labio y coloreando su rostro de un leve rojo, arqueando sus cejas en la congoja.
Como un instinto de cobardía, se acercó a Rayín y se adhirió a sus ropajes de nuevo estando a sus espaldas. Miraba de vez en cuando a Ethan, consciente de que llevaba encima su chaqueta.
—Ella... Ella me prometió poderes. Quiero encontrarla y volver al circo coño, ¿por qué no me ha acompañado? Odio todo esto, joder —dijo, frustrado por todo y asqueado de sentirse tan mal por la regañina.
Damian, para no variar, no se enteró de casi nada del discurso de antes. Tenía un objetivo en mente y le preocupaba que la búsqueda se le alargase demasiado, se negaba a esperar tanto.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Sendar
11/04/23, 05:17 pm
Cierto, Rick no era como el resto. Ahora que tenía la oportunidad de hablar con él y entender lo que decía, viendo sus ojos dispares bajo la luz del sol (y no en el hueco de unas escaleras) a Nohlem le gustaba más. Le dedicó una pequeña sonrisa; no le convencían del todo sus palabras aunque apreciaba que alguien de su especie mostrase más decencia. A los niños se les pasaban esas cosas con el tiempo, sí, si por tiempo entendemos “años”. Él no quería pasar ni tres días allí.
—Claro… los nervios.
A él también le habían jugado malas pasadas y sentía que había empezado con mal pie con algunos, pero el comportamiento de Damian era exagerado. Las dudas que por respeto él no quería pronunciar fueron expuestas igualmente por el lagarto y de manera menos elegante por el lobo, y por mucho que la falta de modales distara de gustarle no pudo evitar empatizar y sofocar una risa por sus maneras. No le culpaba. Rick -como buen caballero- preguntó por Tawar y este reaccionó por fin. Su oreja derecha se alzó un poco para atender.
—No lo sé —respondió por partida doble, tanto al lobo como a le pequeñe en su cabeza—. Es casi como si estuvieran acostumbrados a colarse en sitios ajenos —continuó en voz baja. No quería susurrar por no hacer el feo a los demás pero mantendría la privacidad si era lo que Tawar deseaba. Justo en ese momento vio a la hija de Márika subir armada, imagen que le añadió cuatro capas de ironía a todo. Ya podría haber un gigante agresivo con savia sabor a carbón ahí dentro, que no querría estar en su pellejo—. Por lo pronto… —no quiso decir que sí. A él tampoco le gustaba la idea de pasar la noche ahí pero era lo que había—. ¿Pero tú has visto bosques? Porque por ver yo no he visto un mísero árbol en todo el camino. Y Varmania… o sea, mi mundo —se corrigió— está repleto de ellos.
Nohlem tenía verdadera curiosidad por la respuesta que pudiera darles Rick sobre como eran los críos de su especie, si de verdad era algo cultural o un caso aislado, pero igual que Rick era la excepción en la norma respecto a los humamones, el otro niño, Aniol, se les acercó y se dirigió directamente a él de una forma completamente distinta a como lo había hecho Damian con el lobo.
—Hola —respondió con voz suave, tanteando sus intenciones—. ¿Un elfo de la navidad…? —abrió un poco más los ojos, con la duda surcándole el rostro—. No sé lo que es un elfo… Yo soy Nohlem, un varmano. Y este es Tawar —agachó un poco la cabeza (con cuidado siempre) para que Aniol viese mejor a su compañere sin importunar al misme. La manera en la que especificó que sus cuernos eran de mentira -algo obvio a sus ojos- le arrancó una sonrisa. Bendita inocencia, aquello confirmaba que era una cuestión de crianza y no de especie—. Que bonitos, Aniol. Oye, a lo mejor si me cuentas como son los elfos puedo decirte si soy uno o no. Quizás es solo que en tu mundo los varmanos nos llamamos diferente.
Lo dudaba pero… bueno, él mismo había creído que el lagarto era un augurio y seguía pensando en Tawar como un espíritu del bosque. Por lo menos el primero ni de coña lo era, solo se lo había parecido en la oscuridad, pero si a él como adulto le había pasado de un niño con mucha más imaginación era totalmente esperable.
—Claro… los nervios.
A él también le habían jugado malas pasadas y sentía que había empezado con mal pie con algunos, pero el comportamiento de Damian era exagerado. Las dudas que por respeto él no quería pronunciar fueron expuestas igualmente por el lagarto y de manera menos elegante por el lobo, y por mucho que la falta de modales distara de gustarle no pudo evitar empatizar y sofocar una risa por sus maneras. No le culpaba. Rick -como buen caballero- preguntó por Tawar y este reaccionó por fin. Su oreja derecha se alzó un poco para atender.
—No lo sé —respondió por partida doble, tanto al lobo como a le pequeñe en su cabeza—. Es casi como si estuvieran acostumbrados a colarse en sitios ajenos —continuó en voz baja. No quería susurrar por no hacer el feo a los demás pero mantendría la privacidad si era lo que Tawar deseaba. Justo en ese momento vio a la hija de Márika subir armada, imagen que le añadió cuatro capas de ironía a todo. Ya podría haber un gigante agresivo con savia sabor a carbón ahí dentro, que no querría estar en su pellejo—. Por lo pronto… —no quiso decir que sí. A él tampoco le gustaba la idea de pasar la noche ahí pero era lo que había—. ¿Pero tú has visto bosques? Porque por ver yo no he visto un mísero árbol en todo el camino. Y Varmania… o sea, mi mundo —se corrigió— está repleto de ellos.
Nohlem tenía verdadera curiosidad por la respuesta que pudiera darles Rick sobre como eran los críos de su especie, si de verdad era algo cultural o un caso aislado, pero igual que Rick era la excepción en la norma respecto a los humamones, el otro niño, Aniol, se les acercó y se dirigió directamente a él de una forma completamente distinta a como lo había hecho Damian con el lobo.
—Hola —respondió con voz suave, tanteando sus intenciones—. ¿Un elfo de la navidad…? —abrió un poco más los ojos, con la duda surcándole el rostro—. No sé lo que es un elfo… Yo soy Nohlem, un varmano. Y este es Tawar —agachó un poco la cabeza (con cuidado siempre) para que Aniol viese mejor a su compañere sin importunar al misme. La manera en la que especificó que sus cuernos eran de mentira -algo obvio a sus ojos- le arrancó una sonrisa. Bendita inocencia, aquello confirmaba que era una cuestión de crianza y no de especie—. Que bonitos, Aniol. Oye, a lo mejor si me cuentas como son los elfos puedo decirte si soy uno o no. Quizás es solo que en tu mundo los varmanos nos llamamos diferente.
Lo dudaba pero… bueno, él mismo había creído que el lagarto era un augurio y seguía pensando en Tawar como un espíritu del bosque. Por lo menos el primero ni de coña lo era, solo se lo había parecido en la oscuridad, pero si a él como adulto le había pasado de un niño con mucha más imaginación era totalmente esperable.
- ♪♫♬:
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Sendar
11/04/23, 07:32 pm
No le dio la impresión de que Nohlem creyera sus palabras, aunque no lo culpaba. De momento solo era una teoría, la que consideraba más factible y que esperaba por el bien de la convivencia que sucediera.
Tawar reaccionó a la preocupación de ambos, surgiendo desde el cabello del chico de una forma un tanto adorable y les llamó, acercándose el humano al instante con curiosidad. La posible preocupación que tuviera pasó a la calma y hasta le apareció una leve sonrisa tonta con lo que contaba. No dejaba de ser una crítica en realidad, pero las palabras y sobre todo aquella expresión se le hacían familiares. -(Lo que decía, nervios)- pensó confirmando de momento su idea. Iba a contestarle cuando tanto Rägjynn como Szczenyak también preguntaron al respecto. Teniendo en cuenta que Serena y Abel se habían ido y Aniol era pequeño, le había tocado ser el embajador de la humanidad a la fuerza, lo cual lo estaba abrumando un poco con tanta pregunta. Buscando las palabras sobre la marcha explicó: -Pues... Es algo así como las "zonas" que dices. La Tierra es un mundo con muchos países con culturas diferentes e incluso en un mismo sitio puede haber diferencias importantes según las circunstancias de la persona. Quiero decir, solo hay que ver a los que venimos de allí para notar esa diversidad. Y me temo que sí, a veces hay gente que es imbécil con los que son diferentes a ella.-
Iba a añadir algo como que " tal vez fuera la impresión de ver a alguien de otro mundo" para dar el beneficio de la duda al chaval cuando Kalna apareció a toda velocidad con una espada, cosa que lo llevó a exclamar: -¿¡Qué diablos!?- Aunque las implicaciones de que tuvieran armas en el sótano eran interesantes cuanto menos, la atención de Rick se dirigió a las escaleras por las que subió la chica y a la que se disponían a subir también el lagarto y Airi. Por lo escuchado después del grito confiaba en que no fuera nada, pero antes de que subieran dijo: -Si de verdad hay peligro, avisad.- Se estaba encargando de que nada apareciera por la entrada, pero si ya había alguien dentro iría al instante a protegerlos. Esperaba que no fuera el caso.
Rick se mantenía "en calma" con las manos en los bolsillos de la gabardina, pero su expresión tensa hacía notar que estaba atento para subir a la menor señal. Se sumó a lo que decía Nohlem mientras tanto: -No se cómo será tu mundo, pero al menos en el mío los edificios sirven de hogar y refugio. Esto queda bastantes siglos atrás comparado a las casas actuales, pero te aseguro que tenemos más probabilidades de sobrevivir aquí que al aire libre.- Tampoco es que aquella torre les asegurara nada sin saber lo que habría por la ciudad, pero de momento parecía un lugar tranquilo.
El otro niño, Aniol, se acercó a ellos. Le daba ternura el chico, más aún comparado con lo diferente que era de Damian. Entre las preguntas tan inocentes que hizo y que todo parecía ir en orden arriba (si por orden se entiende que le estaban echando una bronca a Damian por haber hecho alguna trastada), Rick relajó su expresión y se unió a la conversación compartiendo la ilusión del chiquillo. Nohlem parecía que ya se había contagiado de ella; le estaba cayendo bastante bien. -Quien sabe, tal vez podrían serlo o nos encontramos con alguno por aquí- dio su opinión con voz suave y juguetona. Añadió con seguridad: -Lo que sí podemos decir seguro es que, a su manera, son aliens como E.T. o Alf.- Aquello era un hecho, parte del grupo venía de otros planetas y, aunque distaban de ser como los de las pelis, seguían siendo extraterrestres. Teniendo eso en cuenta y que la magia parecía existir, que hubiera elfos y hadas era cada vez más posible.
Tawar reaccionó a la preocupación de ambos, surgiendo desde el cabello del chico de una forma un tanto adorable y les llamó, acercándose el humano al instante con curiosidad. La posible preocupación que tuviera pasó a la calma y hasta le apareció una leve sonrisa tonta con lo que contaba. No dejaba de ser una crítica en realidad, pero las palabras y sobre todo aquella expresión se le hacían familiares. -(Lo que decía, nervios)- pensó confirmando de momento su idea. Iba a contestarle cuando tanto Rägjynn como Szczenyak también preguntaron al respecto. Teniendo en cuenta que Serena y Abel se habían ido y Aniol era pequeño, le había tocado ser el embajador de la humanidad a la fuerza, lo cual lo estaba abrumando un poco con tanta pregunta. Buscando las palabras sobre la marcha explicó: -Pues... Es algo así como las "zonas" que dices. La Tierra es un mundo con muchos países con culturas diferentes e incluso en un mismo sitio puede haber diferencias importantes según las circunstancias de la persona. Quiero decir, solo hay que ver a los que venimos de allí para notar esa diversidad. Y me temo que sí, a veces hay gente que es imbécil con los que son diferentes a ella.-
Iba a añadir algo como que " tal vez fuera la impresión de ver a alguien de otro mundo" para dar el beneficio de la duda al chaval cuando Kalna apareció a toda velocidad con una espada, cosa que lo llevó a exclamar: -¿¡Qué diablos!?- Aunque las implicaciones de que tuvieran armas en el sótano eran interesantes cuanto menos, la atención de Rick se dirigió a las escaleras por las que subió la chica y a la que se disponían a subir también el lagarto y Airi. Por lo escuchado después del grito confiaba en que no fuera nada, pero antes de que subieran dijo: -Si de verdad hay peligro, avisad.- Se estaba encargando de que nada apareciera por la entrada, pero si ya había alguien dentro iría al instante a protegerlos. Esperaba que no fuera el caso.
Rick se mantenía "en calma" con las manos en los bolsillos de la gabardina, pero su expresión tensa hacía notar que estaba atento para subir a la menor señal. Se sumó a lo que decía Nohlem mientras tanto: -No se cómo será tu mundo, pero al menos en el mío los edificios sirven de hogar y refugio. Esto queda bastantes siglos atrás comparado a las casas actuales, pero te aseguro que tenemos más probabilidades de sobrevivir aquí que al aire libre.- Tampoco es que aquella torre les asegurara nada sin saber lo que habría por la ciudad, pero de momento parecía un lugar tranquilo.
El otro niño, Aniol, se acercó a ellos. Le daba ternura el chico, más aún comparado con lo diferente que era de Damian. Entre las preguntas tan inocentes que hizo y que todo parecía ir en orden arriba (si por orden se entiende que le estaban echando una bronca a Damian por haber hecho alguna trastada), Rick relajó su expresión y se unió a la conversación compartiendo la ilusión del chiquillo. Nohlem parecía que ya se había contagiado de ella; le estaba cayendo bastante bien. -Quien sabe, tal vez podrían serlo o nos encontramos con alguno por aquí- dio su opinión con voz suave y juguetona. Añadió con seguridad: -Lo que sí podemos decir seguro es que, a su manera, son aliens como E.T. o Alf.- Aquello era un hecho, parte del grupo venía de otros planetas y, aunque distaban de ser como los de las pelis, seguían siendo extraterrestres. Teniendo eso en cuenta y que la magia parecía existir, que hubiera elfos y hadas era cada vez más posible.
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