Barrio de los Callejones sin Salida
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51 participantes
- Rocavarancolia Rol
Barrio de los Callejones sin Salida
03/08/11, 12:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
En el lado más céntrico queda aún parte de este laberíntico montón de edificaciones sin orden aparente. Perderse es tan fácil como encontrarse alguna criatura hambrienta.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
07/08/13, 03:04 am
Le llevó un rato a Xalkoth dejar de contemplar la manzana con cara de embobado, y para cuando lo hizo varios ya habían cogido cestas para ir llevándolas al torreón. Él no iba a ser menos y agarró dos que le parecieron lo bastante pesadas como para ir llenas pero no lo bastante como para que le cansaran demasiado.
Había pensado en volver al mismo ritmo con el que había llegado, pero la velocidad del resto del grupo era bastante menor. Se volvió preguntándose la razón de su lentitud, que resultó ser el cansancio.
Eso al clinger no le encajó. Un trayecto como el que habían hecho no podía haber minado sus fuerzas con tanta facilidad, a menos que su forma física fuera inferior a la suya propia. “¿Será que sus especies no tienen tanto aguante?” La idea de que pudieran estar en mala forma física le era impensable. Después de todo en su mundo nadie sobrevivía mucho tiempo si no se entrenaba.
Aparte de la evidente lentitud también detectó que el más bajito de los tres se encontraba peor de lo normal, y después de observarlo caminar durante un rato acabó por concluir, muy a su pesar, que no era conveniente que el chico cargara con peso.
Aquello no le gustaba nada al clinger. Sin duda todo el recorrido iba a llevarles más tiempo del que había previsto y comenzaba a darse cuenta de que, salvo por el naranjito, el resto de los integrantes del grupo no habían estado preparados para llevar esta búsqueda con una eficiencia adecuada. Todo lo que le quedaba era reorganizar la marcha como pudiera sin perder ni cestas ni personas, y eso implicaba ir más despacio, y por lo tanto tardar más.
-Parad todos- Cuando le hubieron hecho caso soltó las cestas y cogió la que llevaba el más bajito sin admitir ninguna réplica.
-Naranjito, vas a llevar esta cesta también- Le dijo a Shaco mientras le pasaba la cesta de Archi. -Él no está en condiciones de cargar peso. Y tú, el de los dos brazos metálicos. Échale un ojo, y si ves que empeora dilo- No esperaba tener que organizarlos él a todos. Se suponía que todos estaban preparados y se organizarían por su cuenta, pero cuanto más se fijaba menos parecía que fueran capaces de ello. El naranja era el único que parecía poder llevar el ritmo, pero su forma de hacer las cosas era demasiado errática, y consumía energía inútilmente en cosas como escaladas innecesarias.
Decidió reanudar la marcha. Esta vez a un ritmo más pausado, que debería ser el adecuado para todo el grupo. Un ritmo que él consideraba lento y aburrido. Y tuvo que contenerse varias veces para no echar a correr por algún ataque de impaciencia.
Sigue en el Torreón Maciel.
Había pensado en volver al mismo ritmo con el que había llegado, pero la velocidad del resto del grupo era bastante menor. Se volvió preguntándose la razón de su lentitud, que resultó ser el cansancio.
Eso al clinger no le encajó. Un trayecto como el que habían hecho no podía haber minado sus fuerzas con tanta facilidad, a menos que su forma física fuera inferior a la suya propia. “¿Será que sus especies no tienen tanto aguante?” La idea de que pudieran estar en mala forma física le era impensable. Después de todo en su mundo nadie sobrevivía mucho tiempo si no se entrenaba.
Aparte de la evidente lentitud también detectó que el más bajito de los tres se encontraba peor de lo normal, y después de observarlo caminar durante un rato acabó por concluir, muy a su pesar, que no era conveniente que el chico cargara con peso.
Aquello no le gustaba nada al clinger. Sin duda todo el recorrido iba a llevarles más tiempo del que había previsto y comenzaba a darse cuenta de que, salvo por el naranjito, el resto de los integrantes del grupo no habían estado preparados para llevar esta búsqueda con una eficiencia adecuada. Todo lo que le quedaba era reorganizar la marcha como pudiera sin perder ni cestas ni personas, y eso implicaba ir más despacio, y por lo tanto tardar más.
-Parad todos- Cuando le hubieron hecho caso soltó las cestas y cogió la que llevaba el más bajito sin admitir ninguna réplica.
-Naranjito, vas a llevar esta cesta también- Le dijo a Shaco mientras le pasaba la cesta de Archi. -Él no está en condiciones de cargar peso. Y tú, el de los dos brazos metálicos. Échale un ojo, y si ves que empeora dilo- No esperaba tener que organizarlos él a todos. Se suponía que todos estaban preparados y se organizarían por su cuenta, pero cuanto más se fijaba menos parecía que fueran capaces de ello. El naranja era el único que parecía poder llevar el ritmo, pero su forma de hacer las cosas era demasiado errática, y consumía energía inútilmente en cosas como escaladas innecesarias.
Decidió reanudar la marcha. Esta vez a un ritmo más pausado, que debería ser el adecuado para todo el grupo. Un ritmo que él consideraba lento y aburrido. Y tuvo que contenerse varias veces para no echar a correr por algún ataque de impaciencia.
Sigue en el Torreón Maciel.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
09/08/13, 02:54 am
¿Es que ser especial venía a equivaler a ser el menú especial en aquella ciudad?, era la pregunta que probablemente se habría hecho Taro de verse en un estado mental menos precario. ¿A qué había venido toda aquella cháchara de despertar potenciales si lo único que había a su llegada eran unas ruinas pobladas por lo que parecían los monstruos de los seriales de serie B que echaban los sábados por la noche?* (a consecuencia de las puntuaciones mediocres de Taro su televisión no tenía los permisos para sintonizar canales mucho más sofisticados)
"No entiendo nada", era el único pensamiento más o menos articulado que cruzaba por su mente. El carabés solo pensaba en correr lo más rápido que podía, encaramándose a los escombros que encontraba por el camino y saltando desde ellos si encontraba asidero firme, con el objetivo de cambiar de una calle a otra en un intento de despistar a su perseguidor. Un derrape lateral semejante a una rueda le permitía amortiguar los impactos con el suelo con el malgasto mínimo de tiempo. Rodar trasladaba el impulso de la caída a un movimiento circular que le ayudaba a volver a incorporarse para seguir corriendo.
Estaba acostumbrado a carreras frenéticas de ese tipo, pero con las dos diferencias sustanciales de que solían ser en terrenos conocidos previamente y que por lo general no solía perseguirle nadie. Y una tercera diferencia bien podía constituirla el hecho de que aun de darse el caso de que le persiguieran reguladores por colarse donde no debía, por lo general éstos no tenían cinco metros.
El asfixiante entramado de tejados prácticamente pegados entre sí le impedía ver a ras de suelo a qué distancia de él se encontraba el titán deforme. Taro chasqueó la lengua, con apenas una chispa de contrariedad y todo un mar de terror por la posibilidad de que la amenaza estuviese a apenas un edificio de distancia. Pensó rápido y decidió encaramarse a un balcón enrejado que había cerca para comprobarlo y volver a salir escopetado.
Hizo fuerza con los brazos para izarse, y con los pies ahora también apoyados en las rejas oteó la distancia en busca del engendro, en una postura que le permitiría saltar rápidamente de nuevo al suelo sin necesitar segundos de más. Dos motas de color emergieron de una calle aledaña, a las que identificó como la pareja de antes, y en ese momento corrían en su dirección.
[*Tengan la bondad de entenderlo en términos carabeses. No son horas de la noche para ponerme a inventar nombres de días de la semana.]
"No entiendo nada", era el único pensamiento más o menos articulado que cruzaba por su mente. El carabés solo pensaba en correr lo más rápido que podía, encaramándose a los escombros que encontraba por el camino y saltando desde ellos si encontraba asidero firme, con el objetivo de cambiar de una calle a otra en un intento de despistar a su perseguidor. Un derrape lateral semejante a una rueda le permitía amortiguar los impactos con el suelo con el malgasto mínimo de tiempo. Rodar trasladaba el impulso de la caída a un movimiento circular que le ayudaba a volver a incorporarse para seguir corriendo.
Estaba acostumbrado a carreras frenéticas de ese tipo, pero con las dos diferencias sustanciales de que solían ser en terrenos conocidos previamente y que por lo general no solía perseguirle nadie. Y una tercera diferencia bien podía constituirla el hecho de que aun de darse el caso de que le persiguieran reguladores por colarse donde no debía, por lo general éstos no tenían cinco metros.
El asfixiante entramado de tejados prácticamente pegados entre sí le impedía ver a ras de suelo a qué distancia de él se encontraba el titán deforme. Taro chasqueó la lengua, con apenas una chispa de contrariedad y todo un mar de terror por la posibilidad de que la amenaza estuviese a apenas un edificio de distancia. Pensó rápido y decidió encaramarse a un balcón enrejado que había cerca para comprobarlo y volver a salir escopetado.
Hizo fuerza con los brazos para izarse, y con los pies ahora también apoyados en las rejas oteó la distancia en busca del engendro, en una postura que le permitiría saltar rápidamente de nuevo al suelo sin necesitar segundos de más. Dos motas de color emergieron de una calle aledaña, a las que identificó como la pareja de antes, y en ese momento corrían en su dirección.
[*Tengan la bondad de entenderlo en términos carabeses. No son horas de la noche para ponerme a inventar nombres de días de la semana.]
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
09/08/13, 04:13 am
El engendro en plena carrera dio una patada a la pareja sinhadre al cruzarse con ellos en la carrera y no poder detenerse. Por suerte para ellos más que sus cuerpos pateó el suelo bajo sus pies, y ambos salieron volando junto con un puñado de adoquines y escombros. Al pisar de nuevo para seguir con su carrera, tropezó y cayó sobre un edificio, que resultó ser el mismo edificio al que se había subido Taro. La cabeza del monstruo quedó a escasos centímetros del chico. Permaneció como insconsciente unos instantes, hasta que abrió los ojos de golpe y el carabense pudo verse a sí mismo reflejado en las pupilas del monstruo.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
09/08/13, 01:18 pm
Taro había desaparecido rápidamente entre las callejuelas y había sido imposible seguirlo. La buena forma física de ambos sinhadres los mantenía corriendo, pero no parecían ser lo suficicientemente rápidos para las piernas largas de aquella mole, que resultaba mas bien torpe, pero a la que el tamaño le suponía una gran ventaja. Una patada en el suelo los lanzó contra una pared cercana cuando doblaban por una esquina, acompañados de un buen puñado de adoquines. Un escombró golpeó el hombro de Nero, que ya se había mordido el labio en el impacto y lo tenía hinchado y sangrante. Ri tenía una herida en la sien, un pedrusco le había dado bajo el pecho y dejado sin respiración (quizás roto una costilla), y cuando la adrenalina ya no mantuviese el corazón entre sus orejas se daría cuenta de que le dolía el tobillo.
Un edificio cercano se derrumbó bajo el peso del monstruo después de que tropezara, haciendo que ambos levantasen la vista. Taro había reaparecido y estaba a un bocado de distancia del gigante.
- ¡Patada a los ojos y corre!- gritó Anriel en su dirección. No había manera de llegar a tiempo para hacerlo por si misma. Rebuscó a su alrededor, y vio que Nero había tenido una idea similar. El chico agarró una losa rota y se la clavó el los tobillos con todas sus fuerzas a su perseguidor. No tardó en apartarse por si las moscas.
Un edificio cercano se derrumbó bajo el peso del monstruo después de que tropezara, haciendo que ambos levantasen la vista. Taro había reaparecido y estaba a un bocado de distancia del gigante.
- ¡Patada a los ojos y corre!- gritó Anriel en su dirección. No había manera de llegar a tiempo para hacerlo por si misma. Rebuscó a su alrededor, y vio que Nero había tenido una idea similar. El chico agarró una losa rota y se la clavó el los tobillos con todas sus fuerzas a su perseguidor. No tardó en apartarse por si las moscas.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
09/08/13, 04:17 pm
Tras la desaparición de la mitad de grupo sin razón aparente, hubo cierta preocupación general que termino convirtiéndose en una invitación mas que clara de buscar refugio antes de nada. Necesitaban un techo así como agua y comida antes de poder pensar en lo que les había pasado a los faltantes y fue en lo que intento concentrarse Dhelian tras mantener aquella corta conversación con la daeliciana, asegurándose de mantenerse cerca del centro del grupo mientras iba recorriendo aquellos callejones interminables y laberínticos en busca de un buen sitio donde poder quedarse.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
10/08/13, 02:48 am
Por primera vez en mucho tiempo Taro se vio corto de reflejos, y el derrumbe de la fachada del edificio sobre el que se apoyaba sucedió demasiado rápido como para conseguir saltar antes al suelo. El temblor estuvo a punto de hacerle caer, y por puro instinto se aferró a la parte baja de los barrotes del balcón con la mera fuerza de sus brazos y piernas, ahora colgando precariamente.
Y ahí se quedó completamente paralizado de terror, viendo multiplicado por dos su pánico en los ojos del depredador frente a él. De haber podido encontrar el mecanismo en su cerebro que le permitía gritar, el alarido que habría salido de su boca se habría oído hasta en Rocavaragálago.
La voz de la chica del cabello blanco resonó como un latigazo en sus oídos, y más por acto reflejo que por haber registrado sus palabras salió del trance. El movimiento fue más un resbalón del susto que una patada consciente, pero aún así alcanzó malamente al monstruo en los ojos. Perdido su apoyo Taro cayó de espaldas a la calzada, y un calambrazo de dolor le recorrió la columna. Se incorporó a cuatro patas lagrimeando y de alguna manera logró ponerse en pie. Sus piernas actuaron sin consultar con su cerebro y una vez más se encontró huyendo por su vida a lo largo de las calles, arrastrando una cojera por el mal aterrizaje que le impedía coger los atajos de antes.
Sigue en el Torreón Maciel.
Y ahí se quedó completamente paralizado de terror, viendo multiplicado por dos su pánico en los ojos del depredador frente a él. De haber podido encontrar el mecanismo en su cerebro que le permitía gritar, el alarido que habría salido de su boca se habría oído hasta en Rocavaragálago.
La voz de la chica del cabello blanco resonó como un latigazo en sus oídos, y más por acto reflejo que por haber registrado sus palabras salió del trance. El movimiento fue más un resbalón del susto que una patada consciente, pero aún así alcanzó malamente al monstruo en los ojos. Perdido su apoyo Taro cayó de espaldas a la calzada, y un calambrazo de dolor le recorrió la columna. Se incorporó a cuatro patas lagrimeando y de alguna manera logró ponerse en pie. Sus piernas actuaron sin consultar con su cerebro y una vez más se encontró huyendo por su vida a lo largo de las calles, arrastrando una cojera por el mal aterrizaje que le impedía coger los atajos de antes.
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"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 12:11 am
El barrio de los callejones no ofrecía edificios en condiciones muy fiables, pero sí muchos muretes en distintos estados de deterioro. Cuando dejaron atrás la zona residencial para adentrarse en el laberinto de calles, Taro dejó los tejados para pasar a caminar por encima de los muros que delimitaban los callejones. La mayoría eran lo bastante gruesos como para que el carabés ni siquiera tuviera que concentrarse en mantener el equilibrio.
Desde esa altura podía ver a Xalkoth, el cual se perdía de vista a ras de suelo con frecuencia debido a las sucesivas esquinas que formaban las callejas, y de paso también servía de referencia al grupo de atrás.
Con esa vista de pájaro Taro pudo divisar que el clinger se había detenido en una plazoleta. Desde lo alto del muro a lo largo del cual estaba caminando se descolgó por un balcón sin pensárselo dos veces, y de ahí saltó al suelo.
-¿Qué pasa?- le preguntó cuando le dio alcance, y el clinger le explicó que allí era donde habían encontrado la comida el día anterior. Comida que brillaba por su ausencia en ese momento.
-Las cestas esas no están. ¿Ahora qué?- preguntó al resto del grupo cuando llegaron. Se sacó una barrita energética del bolsillo y le dio un mordisco. De haber estado solo habría seguido explorando la ciudad sin más, pero con un grupo a cuestas no sabía muy bien cómo actuar.
Desde esa altura podía ver a Xalkoth, el cual se perdía de vista a ras de suelo con frecuencia debido a las sucesivas esquinas que formaban las callejas, y de paso también servía de referencia al grupo de atrás.
Con esa vista de pájaro Taro pudo divisar que el clinger se había detenido en una plazoleta. Desde lo alto del muro a lo largo del cual estaba caminando se descolgó por un balcón sin pensárselo dos veces, y de ahí saltó al suelo.
-¿Qué pasa?- le preguntó cuando le dio alcance, y el clinger le explicó que allí era donde habían encontrado la comida el día anterior. Comida que brillaba por su ausencia en ese momento.
-Las cestas esas no están. ¿Ahora qué?- preguntó al resto del grupo cuando llegaron. Se sacó una barrita energética del bolsillo y le dio un mordisco. De haber estado solo habría seguido explorando la ciudad sin más, pero con un grupo a cuestas no sabía muy bien cómo actuar.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 01:57 pm
Una voz cantarina anunciaba en la lejanía de forma muy desafinada el menú del día. No era un menú apetecible a los oídos, pero por suerte los que conocían las bañeras sabían que no se verían obligados a comer rarezas.
La atención prestada al espantapájaros hizo que los macieleros no reparasen en el siseo que avanzaba por los callejones. En las sombras y los recovecos algo se movía, y también tenía hambre.
La atención prestada al espantapájaros hizo que los macieleros no reparasen en el siseo que avanzaba por los callejones. En las sombras y los recovecos algo se movía, y también tenía hambre.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 02:53 pm
El aprendiz dejó que el carabés contestase a la pregunta del chico. Asi pues, siguió canturreando la canción hasta que finalmente llegó a la última cornisa del edificio. Observando la ciudad desde este, inspiró profundamente para llenarse de calma que resultaba del todo impropia en él. Finalmente llegó el carabés tras él, y pudieron empezar a recorrer los tejados. Casi instintivamente, el aprendiz se puso a tararear cierta melodia mientras seguia su camino con celeridad, pero acompasado a lo que tarareaba, como si solo se pudiera mover cuando sonase música.
Pronto se dio cuenta del modus operandi del otro chico. Mientras que el ruso empleaba aquello como un ejercicio más y procuraba entretenerse, haciendo grandes piruetas y retándose cada dos por tres, el otro chico procuraba avanzar con más cuidado, evitando gastar tanta energia y tomandose en si el viaje como un entretenimiento más. Sonrió entonces, apostado sobre la barandilla de un balcón que, a pesar de ser fina, habia aguantado bastante los envites del ruso asi que la tomó por segura. Con las piernas colgando, esperó a que el resto del grupo, los que iban por tierra, les dieran alcance.
Fue Archi el que le sacó de su ensimismamiento. Le hizo una pregunta bastante clara de la cual sabia la respuesta. Pero el simple hecho de hablar de "especie" le chocó un poco, todavia no consciente de que todas aquellas personas, no provenian de un mismo planeta. Frunció su gesto unos instantes, pensativo, dando la sensación de que tenia que acordarse para contestar al irrense. Finalmente, su gesto se iluminó, y contestó al otro.
-¡Yo soy Shaco! ¡Represento a la especie humana y-
>>... me ofrezco como tributo!
-...vengo del planeta...-vaciló unos instantes.-¡Humania!-contestó con una sonrisa resplandeciente.
>> Eres consciente de que estas creando innecesarios problemas a la hora de referirse a la especie humana y a la tierra en general por esto, ¿no?
>> Eh... Estos no se pueden enterar del nombre de la Tierra. Porque eso podria inducirles a llamarme de "terricola" y pasar de llamarme "terricola" a "pateasuelos" hay un paso. No querria que mis compañeros se convirtieran en una amenaza locust :'( Heh. Soy tan listo, yo mismo.
>>...
>> Diario del Caos: Anotación Alfa: El chico está más allá de toda ayuda.
Pero no tardó en darse cuenta de la salmodia del espantapájaros. Girándose al grupo con una sonrisa bromista les dijo, tronando.
-¡A ver si esta vez si que tiene lenguas de camaleón en salmuera!-
Y reemprendió la carrera por los edificios, acelerando la mobilidad y conello, soltando su cuerpo, dejando su verdadera faceta de agilidad animal relucir. Despues de todo, queria ser el primero en llegar a las cestas. Pero poco sabia entonces el aprendiz del peligro que corrian todos.
Pronto se dio cuenta del modus operandi del otro chico. Mientras que el ruso empleaba aquello como un ejercicio más y procuraba entretenerse, haciendo grandes piruetas y retándose cada dos por tres, el otro chico procuraba avanzar con más cuidado, evitando gastar tanta energia y tomandose en si el viaje como un entretenimiento más. Sonrió entonces, apostado sobre la barandilla de un balcón que, a pesar de ser fina, habia aguantado bastante los envites del ruso asi que la tomó por segura. Con las piernas colgando, esperó a que el resto del grupo, los que iban por tierra, les dieran alcance.
Fue Archi el que le sacó de su ensimismamiento. Le hizo una pregunta bastante clara de la cual sabia la respuesta. Pero el simple hecho de hablar de "especie" le chocó un poco, todavia no consciente de que todas aquellas personas, no provenian de un mismo planeta. Frunció su gesto unos instantes, pensativo, dando la sensación de que tenia que acordarse para contestar al irrense. Finalmente, su gesto se iluminó, y contestó al otro.
-¡Yo soy Shaco! ¡Represento a la especie humana y-
>>... me ofrezco como tributo!
-...vengo del planeta...-vaciló unos instantes.-¡Humania!-contestó con una sonrisa resplandeciente.
>> Eres consciente de que estas creando innecesarios problemas a la hora de referirse a la especie humana y a la tierra en general por esto, ¿no?
>> Eh... Estos no se pueden enterar del nombre de la Tierra. Porque eso podria inducirles a llamarme de "terricola" y pasar de llamarme "terricola" a "pateasuelos" hay un paso. No querria que mis compañeros se convirtieran en una amenaza locust :'( Heh. Soy tan listo, yo mismo.
>>...
>> Diario del Caos: Anotación Alfa: El chico está más allá de toda ayuda.
Pero no tardó en darse cuenta de la salmodia del espantapájaros. Girándose al grupo con una sonrisa bromista les dijo, tronando.
-¡A ver si esta vez si que tiene lenguas de camaleón en salmuera!-
Y reemprendió la carrera por los edificios, acelerando la mobilidad y conello, soltando su cuerpo, dejando su verdadera faceta de agilidad animal relucir. Despues de todo, queria ser el primero en llegar a las cestas. Pero poco sabia entonces el aprendiz del peligro que corrian todos.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 04:55 pm
Lara salió de Maciel dando botes de alegria, poteciados estos por el peso de su Despellejadora 1010 en el cinturón y la emoción por la aventura. Sin embargo su felicidad no duró mucho tiempo. En cuanto recordó lo que habían dicho los elegidos tardíos sobre una bestia parda e cinco metros, su actitud cambió totalmente. Dejó los saltos y empezó a caminar con cuidado, procurando evitar cualquier tipo de ruido al plantar los pies (por inútil que fuera si sus compañeros no hacían igual). Debido a sus patas cortas y a su sobrepeso, Lara era incapaz de seguir el ritmo de los más rápidos y acabó con el grupo de los lentillos. Sus orejas se movían en todas direcciones, debido a la alerta de la muchacha, que casi dio un respingo cuando escuchó venir las bañeras voladoras. En otra ocasión más relajada habría alucinado en colores, pero en mitad de una excursión tan peligrosa, en una zona del juego que no estaba habilitada para jugadores novatos, Lara sabía que debía mantener la seriedad.
Y fue por eso que no hizo tanto caso de la cantinela del espantapájaros como del entorno y llegó a sus oídos un ruido que la hizo estremecerse. No sabría decir qué o quién era la fuente, pero sabía que no era de sus compañeros. Asustada, alzó ambos brazos a la altura de su pecho y colocó los escudos en paralelo en lo que en otra situación habría bautizado como "Muralla defensiva doble para principiantes". Con las orejas todavía apuntando en la dirección de la que provenía el ruido, Lara se acercó a sus compañeros y los espoleó.
-Chicos... Creo que he oído algo-dijo en voz baja a los que se habían quedado a su altura. Solo con su tono debería quedar patente su alarma-. Vamos a darnos prisa en alcanzar a los otros-y no se paró a esperar. Lara echó a correr hasta que vio la plaza y a los más rápidos del grupo en ella. En cuanto llegara, les advertiría también sobre el ruido que la había inquietado y, descansando la fatiga de su reciente carrera, sugeriría algo así:-Deberíamos recoger las cestas y volver al Torreón por otra calle.
Y fue por eso que no hizo tanto caso de la cantinela del espantapájaros como del entorno y llegó a sus oídos un ruido que la hizo estremecerse. No sabría decir qué o quién era la fuente, pero sabía que no era de sus compañeros. Asustada, alzó ambos brazos a la altura de su pecho y colocó los escudos en paralelo en lo que en otra situación habría bautizado como "Muralla defensiva doble para principiantes". Con las orejas todavía apuntando en la dirección de la que provenía el ruido, Lara se acercó a sus compañeros y los espoleó.
-Chicos... Creo que he oído algo-dijo en voz baja a los que se habían quedado a su altura. Solo con su tono debería quedar patente su alarma-. Vamos a darnos prisa en alcanzar a los otros-y no se paró a esperar. Lara echó a correr hasta que vio la plaza y a los más rápidos del grupo en ella. En cuanto llegara, les advertiría también sobre el ruido que la había inquietado y, descansando la fatiga de su reciente carrera, sugeriría algo así:-Deberíamos recoger las cestas y volver al Torreón por otra calle.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 05:49 pm
La mayoría se habían apuntado a aquella salida, eran un grupo nutrido. Lo bueno era que si volvían a salir las bañeras voladoras, al menos habría más manos para llevar las cestas al torreón. En cuanto al viaje, a su pesar admiró todas las filigranas que hacían los escapados de un circo, especialmente los que estaba claro que, como él, no tenían el cuerpo preparado para hacer aquello, pero podían con fuerza y perseverancia. Lo del insecto se parecía más al movimiento natural de estos.
Aunque fue el insecto quien guiaba principalmente, el camino se le hacía conocido. Creyó que, después de ese segundo viaje, ya sabría orientarse para llegar a las cestas. Aquellos callejones eran particularmente enrevesados, aunque aquello le recordaba lejanamente a algunas callejas de su pueblo y Resqiria. Le llevaría un tiempo conocerlas todas, pero esperaba poder orientarse, igual que en su pueblo y en los viveros, donde los puntos de referencia brillaban por su ausencia.
Esa vez el paseo fue mucho más tranquilo, y no porque algunos no se empeñasen en ir a toda velocidad. Al menos un buen grupo iba a paso normal y allí se quedó Cío. Cuando ya no estimaba estar muy lejos de la plaza, los cánticos de la bañera empezaron a oírse a lo lejos, «parece que de momento vamos a seguir teniendo comida diaria». La que estropeó un poco el ambiente de alivio por ver llegar la comida fue la peludita, que los alarmó por algo que había escuchado.
—¿Qué se oye? —quiso saber. Pero ella ya se estaba alejando a toda prisa. Sabía que su oído no era muy fino, pero no fue capaz de escuchar nada sin dejar de caminar. Y se negaba a dejar de caminar. Le pesase o no, estaba inquieto en comparación con la salida del día anterior.
Cuando alcanzaron a los tres espabilados –se negaba a reconocer que fuesen los demás los rezagados– y a Lara, la bañera aún se dirigía hacia allí y por tanto no había cestas que coger.
—Pronto llegarán, hace nada se ha empezado a oír el barco volador —le respondió a Taro. Y efectivamente tardaron poco en descender de la bañera gigante. La advertencia de Lara le hizo poner mala cara y simplemente dirigirse a cargar cuanto antes una o dos.
Aunque fue el insecto quien guiaba principalmente, el camino se le hacía conocido. Creyó que, después de ese segundo viaje, ya sabría orientarse para llegar a las cestas. Aquellos callejones eran particularmente enrevesados, aunque aquello le recordaba lejanamente a algunas callejas de su pueblo y Resqiria. Le llevaría un tiempo conocerlas todas, pero esperaba poder orientarse, igual que en su pueblo y en los viveros, donde los puntos de referencia brillaban por su ausencia.
Esa vez el paseo fue mucho más tranquilo, y no porque algunos no se empeñasen en ir a toda velocidad. Al menos un buen grupo iba a paso normal y allí se quedó Cío. Cuando ya no estimaba estar muy lejos de la plaza, los cánticos de la bañera empezaron a oírse a lo lejos, «parece que de momento vamos a seguir teniendo comida diaria». La que estropeó un poco el ambiente de alivio por ver llegar la comida fue la peludita, que los alarmó por algo que había escuchado.
—¿Qué se oye? —quiso saber. Pero ella ya se estaba alejando a toda prisa. Sabía que su oído no era muy fino, pero no fue capaz de escuchar nada sin dejar de caminar. Y se negaba a dejar de caminar. Le pesase o no, estaba inquieto en comparación con la salida del día anterior.
Cuando alcanzaron a los tres espabilados –se negaba a reconocer que fuesen los demás los rezagados– y a Lara, la bañera aún se dirigía hacia allí y por tanto no había cestas que coger.
—Pronto llegarán, hace nada se ha empezado a oír el barco volador —le respondió a Taro. Y efectivamente tardaron poco en descender de la bañera gigante. La advertencia de Lara le hizo poner mala cara y simplemente dirigirse a cargar cuanto antes una o dos.
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 06:06 pm
Los silbidos parecieron venir de todas direcciones. Eran una mezcla entre el bufido de un felino y el siseo de una serpiente y las criaturas que lo producían empezaron a surgir de varios callejones. Salían de agujeros entre los escombros, de baldosas sueltas o de puertas desencajadas, y a pesar de no ser más grandes que un perro parecían fieros. Tenían una cabeza grande de hocico alargado u nariz chata, los dientes sobresalían de las mandíbulas, pero solo en los laterales, pues en la parte central había un hueco por el que se escurría una lengua viperina. Tenían ojillos negros y rasgados y orejas grandes echadas hacia atrás, casi pegadas al cráneo. Se sostenían sobre dos garras robustas y el resto del cuerpo era una larga cola de reptil, aunque algunos tenían vestigios de las patas traseras sobresaliendo de la piel escamosa. Los había a decenas, y miraban a lo cosechados con hambre, reptando velozmente hacia los más rezagados.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 09:00 pm
Nero dividía su atención entre las calles y el grupo, pero a ojos de cualquiera simplemente parecía distraído. Sería difícil pensar que le interesaban las conversaciones que sucedían a su alrededor, o los saltos entre los muros de Shaco y Taro, guiados por el insecto. Aunque su diversión era palpable. Anriel iba detrás de Nero, como su sombra. A pesar de que desearía haber andado rápido y quitarse de encima aquella salida lo antes posible se vio obligada a ir en el grueso del grupo, solo porque su edeel caminaba a paso de festivo por la mañana. Intuía que había algun motivo detrás, porque normalmente no era tan desesperantemente lento.
A Anriel las cestas le daban igual, y el día rocavarancoles la ponía en guardia constante, por eso no le pasó desapercibido el siseo que Lara hizo notar. Retrocedió un paso con los musculos en tensión y el corazón acelerado, anticipando el miedo. El siseo no tardó en ser acompañado por la imagen de sus dueños. Hibridos de serpientes. La sonrisa de Nero había cambiado. No había burla ni indiferencia. En cambio seguía ahí cierto rastro de diversión. Era una sonrisa discreta e inquietante.
- Ay Ri, por qué esa cara? Es el tercer desayuno.- para ella sin embargo siempre reservaba una sonrisa amplía y un tono juguetón.
- Ah, han desayunado ya, las serpientes?- dijo. Consiguió mantener el tono tranquilo intacto, aunque se le notaba el susto en la cara. No parecía que nadie mas tuviese las ideas de Nero, por lo que Ri se movió a toda velocidad a por dos cestas, apartando a zarpazos a lo que se le pusiera por delante, y le lanzó una de ellas a su edeel, que la atrapó en el aire, no sin que parte de su contenido se perdiese en el suelo.
A Anriel las cestas le daban igual, y el día rocavarancoles la ponía en guardia constante, por eso no le pasó desapercibido el siseo que Lara hizo notar. Retrocedió un paso con los musculos en tensión y el corazón acelerado, anticipando el miedo. El siseo no tardó en ser acompañado por la imagen de sus dueños. Hibridos de serpientes. La sonrisa de Nero había cambiado. No había burla ni indiferencia. En cambio seguía ahí cierto rastro de diversión. Era una sonrisa discreta e inquietante.
- Ay Ri, por qué esa cara? Es el tercer desayuno.- para ella sin embargo siempre reservaba una sonrisa amplía y un tono juguetón.
- Ah, han desayunado ya, las serpientes?- dijo. Consiguió mantener el tono tranquilo intacto, aunque se le notaba el susto en la cara. No parecía que nadie mas tuviese las ideas de Nero, por lo que Ri se movió a toda velocidad a por dos cestas, apartando a zarpazos a lo que se le pusiera por delante, y le lanzó una de ellas a su edeel, que la atrapó en el aire, no sin que parte de su contenido se perdiese en el suelo.
-
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 09:56 pm
Archime escuchó la respuesta de Shaco en silencio y no pasó desapercibido a su silencioso análisis el hecho de que había vacilado consistentemente al decir el nombre del planeta. Era poco probable que se hubiese olvidado de algo como aquello, aunque ya había observado que el chico no solía acordarse de los nombres de las cosas, a parte de que seguía contemplando la posibilidad de que el estado mental del pelinaranja no estaba del todo sano. Por lo que cabían numerosas dudas acerca de si aquella información era de fiar. El irrense anotó mentalmente de todas formas el nombre de la especie y el planeta que le había proporcionado, con intención de inquirir sobre lo mismo a Baurus a la vuelta.
Al irrense no le sorprendió volver a oír la voz del espantapájaros, pues había considerado que sería lógico un suministro de alimento continuado por parte de los rocavarancoleses. Aún así hasta que no vio las cestas de nuevo, la sombra de la duda acechaba en el interior de su mente, recordándole constantemente que en el poco tiempo que llevaba en aquella ciudad, ya se había cuestionado innumerables veces la coherencia de los actos de los habitantes de aquella ciudad.
La adverencia de Lara 37 le hizo mirar alrededor con cierto nerviosismo, recordando las contusiones que presentaban Taro, Anriel y Nero. Estuvo silenciosamente de acuerdo con no entretenerse sin motivo y observó como algunos de sus compañeros ya recogían cestas de comida. Se acercó caminando lentamente, a su ritmo, y mientras Cío recogía su parte, ver la comida de cerca le recordó los bollos que había guardado antes de salir. Era probable que en alguna de aquellas cestas hubiese más raciones de aquel alimento, pero también cabía la posibilidad de que el contenido variase. De todos modos aquellos bollos debían ser consumidos en primer lugar ya que eran del día anterior. El biomecánico sacó uno del bolsillo en el que los había guardado y se lo tendió a Cío.
—Es de suponer que contiene una cantidad razonable de calorías, la comida preparada por Lara 37 es muy probable que resultase insuficientemente energética —le anunció al otro irrense mientras se lo tendía sin mirar.
Archime aún estaba evaluando cuál recipiente contendría el menor peso cuando el sonido al que sin duda se había referido la ordesa anteriormente se hizo evidente en la plaza. Los siseantes silbidos venían de todas las direcciones, y el programador dejó de prestar atención a la comida para observar a su alrededor. Decenas de lo que a todas luces parecían reptiles comenzaron a realizar un cerco alrededor del grupo y Archime no pudo sino observarlos con curiosidad. En Irraria aquella especie animal estaba ya completamente extinta y nunca había visto en los archivos de la red ninguna especie como aquella. El irrense se apresuró a colocarse las gafas de sumersión en el ambiente y desactivó el flash de la cámara, pues siendo de día no era muy necesario y desconocía si aquellos seres podrían molestarse con el fogonazo lumínico, e hizo unas cuantas fotos rápidamente en todas las direcciones que pudo. En su cabeza comenzó a visualizar el código binario de un nuevo programa en el que trabajaría tras finalizar el proyecto que había empezado la tarde anterior. Si había más seres inusuales como aquellos en la ciudad, al menos inusuales en Irraria, sin duda debía crear una base de datos lo más completa posible con la información que se pudiese observar. Sobre todo si eran peligrosos, aquellos datos podrían resultar de utilidad. Lo que no cruzó por la cabeza de Archime mientras planeaba todo aquello es que en ese momento se hallaba efectivamente en peligro, ya que su cabeza se había llenado de cálculos y algoritmos.
Al irrense no le sorprendió volver a oír la voz del espantapájaros, pues había considerado que sería lógico un suministro de alimento continuado por parte de los rocavarancoleses. Aún así hasta que no vio las cestas de nuevo, la sombra de la duda acechaba en el interior de su mente, recordándole constantemente que en el poco tiempo que llevaba en aquella ciudad, ya se había cuestionado innumerables veces la coherencia de los actos de los habitantes de aquella ciudad.
La adverencia de Lara 37 le hizo mirar alrededor con cierto nerviosismo, recordando las contusiones que presentaban Taro, Anriel y Nero. Estuvo silenciosamente de acuerdo con no entretenerse sin motivo y observó como algunos de sus compañeros ya recogían cestas de comida. Se acercó caminando lentamente, a su ritmo, y mientras Cío recogía su parte, ver la comida de cerca le recordó los bollos que había guardado antes de salir. Era probable que en alguna de aquellas cestas hubiese más raciones de aquel alimento, pero también cabía la posibilidad de que el contenido variase. De todos modos aquellos bollos debían ser consumidos en primer lugar ya que eran del día anterior. El biomecánico sacó uno del bolsillo en el que los había guardado y se lo tendió a Cío.
—Es de suponer que contiene una cantidad razonable de calorías, la comida preparada por Lara 37 es muy probable que resultase insuficientemente energética —le anunció al otro irrense mientras se lo tendía sin mirar.
Archime aún estaba evaluando cuál recipiente contendría el menor peso cuando el sonido al que sin duda se había referido la ordesa anteriormente se hizo evidente en la plaza. Los siseantes silbidos venían de todas las direcciones, y el programador dejó de prestar atención a la comida para observar a su alrededor. Decenas de lo que a todas luces parecían reptiles comenzaron a realizar un cerco alrededor del grupo y Archime no pudo sino observarlos con curiosidad. En Irraria aquella especie animal estaba ya completamente extinta y nunca había visto en los archivos de la red ninguna especie como aquella. El irrense se apresuró a colocarse las gafas de sumersión en el ambiente y desactivó el flash de la cámara, pues siendo de día no era muy necesario y desconocía si aquellos seres podrían molestarse con el fogonazo lumínico, e hizo unas cuantas fotos rápidamente en todas las direcciones que pudo. En su cabeza comenzó a visualizar el código binario de un nuevo programa en el que trabajaría tras finalizar el proyecto que había empezado la tarde anterior. Si había más seres inusuales como aquellos en la ciudad, al menos inusuales en Irraria, sin duda debía crear una base de datos lo más completa posible con la información que se pudiese observar. Sobre todo si eran peligrosos, aquellos datos podrían resultar de utilidad. Lo que no cruzó por la cabeza de Archime mientras planeaba todo aquello es que en ese momento se hallaba efectivamente en peligro, ya que su cabeza se había llenado de cálculos y algoritmos.
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 10:07 pm
Los movimientos bruscos irritaron a los tazelwurms que se abalanzaron contra los cosechados. No eran estúpidos, sabían que no debían atacar de frente, sabían ver las debilidades. Por ejemplo, Ri estaba herida en un pie aunque lo disimulasen, así que dos de ellas se abalanzaron contra sus piernas, y los dientes atravesaron la carne hinchada. Otros atacaron a Nero por detrás en el instante que utilizó para atrapar la cesta al vuelo. Le treparon a la espalda y fueron a por su cuello. Uno de ellos parecía lento. Olía a metal, pero no fueron a por el metal, sino a por sus piernas rollizas y su tripa tierna y blanda.
Las criaturas atacaban a los que parecían más débiles, a los despistados y a los heridos. Y por supuesto a los que estaban más cerca de las cestas.
Las criaturas atacaban a los que parecían más débiles, a los despistados y a los heridos. Y por supuesto a los que estaban más cerca de las cestas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 10:49 pm
Las cestas, como la última vez, se depositaron bajo la promesa de comida que, a ojos del aprendiz, le parecia exótica, pero todas las veces hasta ahora acababa siendo la misma comida plana que la última vez. Con una exhalación aburrida, se cargó con dos cestas y se preparó a que el grupo estuviera listo para partir de nuevo hacia el torreón. Sin embargo, escuchó por encima la conversación que mantenian los otros. Al principio no lo oia, como aseguraba la ordesa, pero poco a poco, logró prestar atención y consiguió escuchar la multitud de siseos.
Un mal presentimiento apareció en su nuca, mandando un escalofrío por su espina dorsal. Tragando salvia, se giró al grupo, bastante inquieto y nervioso.
-Ehhhh... ¿chicos? Creo que deberiamos largarnos...-pudo captar gracias a su atento oido la multitud de patas que se movian en la cercania.-...Pero a la de ya...-
Sin embargo, las criaturas fueron más rápidas que ellos y, tomando la inciativa, aparecieron de todos lados, rodeandoles obligándoles a pelear para salir con vida de esta. Soltó las cestas y, a continuación bramó por encima de sus pulmones.
-¡ZEEEEEEEEEEERG RUUUUUUUUUUSHHHHHHHH!-
Todo ocurrió en cuestión de segundos y los macieleros se vieron sumidos en el pánico y el caos. Les tenian encima, los que podian, luchaban con todo lo que tenian y los que no, intentaban esquivar las criaturas. La sangre corrió y el aprendiz no tardó en espabilar. Ciñendo su escudo, golpeódel revés con todas sus fuerzas a una de las alimañas que le habia intentado atacar cobardemente por detrás. Esta cayó al suelo aturdida y levemente herida, pero muy lejos de darse por vencida, siguio arremetiendo. El humano era capaz de esquivar los envites y dentelladas del animal con aparente facilidad (junto con alguna que otra alimaña ocasional que creia que podia atacarle a traición), no era ni el ser más peligroso con el que se habia cruzado en su vida, ni el más fuerte, ni el más listo. Pero tan solo lo que estaba consiguiendo era repeler a la criatura, sin conseguir herirla de gravedad nunca, debido a que solo blandia su escudo además de sus piernas y brazos.
Fue en una de estas embestidas, en las que el aprendiz, logró esquivar al animal con una finta y ponerse encima de él a golpearle repetidas veces con el escudo contra el suelo, usando ambos brazos, mientras chillaba histéricamente, como hacian muchas razas de primates ante el peligro. Cuando se levantó, la alimaña ya no se movia más, y salia sangre por su boca, claramente tendria más de un hueso roto pero no podia asegurar de que estuviera muerta. Fue en ese momento de respiro, en que pudo fijarse en los demás. Todos tenian sus manos llenas y los más débiles se estaban llevando lo peor. La mirada del ruso se movia rápidamente, saltando de cosechado en cosechado, buscando aquel que necesitase más ayuda.
Fue ver la sangre de la albina correr lo que le hizo decantarse por ella. Tenia una mordedura grave en la pierna y parecia cogear, lo cual solo empeoraba la cogera que llevaba arrastrando la chica. Aunque se defendiese bien, no podia hacer nada si veia su mobilidad reducida y pronto las criaturas se aprovecharon de su debilidad.
El ruso entró pateando fuertemente a una a la altura del costado, mandadola en la distancia un par de metros. Aturdida y bastante dañada, no parecia estar apunto de levantarse próximamente y fue entonces cuando se giró hacia otra de las criaturas que acosaban a la chica y se puso a cuatro patas, de una manera que podia recordar a un corredor olímpico apunto de salir en una carrera, solo que su postura denotaba un comportamiento más animal y tenia los dedos flexionados por delante que se apoyaba sobre sus nudillos. Profiriendo un chillido para enconarse aún más en su sprint, rompió a la carrera que casi parecia correr a cuatro patas, con el torso muy cerca del suelo. Atropelló a la despistada criatura que no sabia que le habia golpeado, placándola con su peso corporal. Una vez estuvieron los dos en el suelo, el aprendiz se puso encima y comenzó a golpear al animal con su escudo, con el puño cerrado y con la palma, en una especie de torbellino caotico de puñetazos palmadas y escudazos hasta que claramente, la vida se escapó del animal.
Pero fue descuidado y una de las alimañas se aprovechó a morderle en un brazo, al descubierto por su camiseta de manga corta. La sangre manó de su brazo hasta precipitarse al suelo y el aprendiz profirio un alarido que denotaba una mezcla de dolor, miedo e ira. Cogió a la alimaña por el gaznate y se la arrancó del brazo, desgarrando aún más la herida y a continuación la arrojó con todas sus fuerzas. No le daban un respiro. Tuvo que usar el escudo para repeler otra a continuación. El agudo dolor y escozor que le provenian del brazo tan solo aumentaron al recibir el embite de la nueva alimaña. Aquellas criaturas no tenian fin.
Se giró hacia Ri, juntando su espalda con la de ella y tapando la herida con su otra mano, en un intento torpe de detener el sangrado.
-¿Crees que puedes correr?-le preguntó, bastante consternado mientras soltaba un golpe con su pierna izquierda a otra de las alimañas. No tuvo mucho tiempo para escuchar la respuesta y se dirigio a todo el grupo.-¡Si nos quedamos aquí nos matarán a todos!-exclamó con tono temeroso, reuniendo todo el coraje que podia.-¡Tenemos que romper con el cerco y escapar!-
Un mal presentimiento apareció en su nuca, mandando un escalofrío por su espina dorsal. Tragando salvia, se giró al grupo, bastante inquieto y nervioso.
-Ehhhh... ¿chicos? Creo que deberiamos largarnos...-pudo captar gracias a su atento oido la multitud de patas que se movian en la cercania.-...Pero a la de ya...-
Sin embargo, las criaturas fueron más rápidas que ellos y, tomando la inciativa, aparecieron de todos lados, rodeandoles obligándoles a pelear para salir con vida de esta. Soltó las cestas y, a continuación bramó por encima de sus pulmones.
-¡ZEEEEEEEEEEERG RUUUUUUUUUUSHHHHHHHH!-
Todo ocurrió en cuestión de segundos y los macieleros se vieron sumidos en el pánico y el caos. Les tenian encima, los que podian, luchaban con todo lo que tenian y los que no, intentaban esquivar las criaturas. La sangre corrió y el aprendiz no tardó en espabilar. Ciñendo su escudo, golpeódel revés con todas sus fuerzas a una de las alimañas que le habia intentado atacar cobardemente por detrás. Esta cayó al suelo aturdida y levemente herida, pero muy lejos de darse por vencida, siguio arremetiendo. El humano era capaz de esquivar los envites y dentelladas del animal con aparente facilidad (junto con alguna que otra alimaña ocasional que creia que podia atacarle a traición), no era ni el ser más peligroso con el que se habia cruzado en su vida, ni el más fuerte, ni el más listo. Pero tan solo lo que estaba consiguiendo era repeler a la criatura, sin conseguir herirla de gravedad nunca, debido a que solo blandia su escudo además de sus piernas y brazos.
Fue en una de estas embestidas, en las que el aprendiz, logró esquivar al animal con una finta y ponerse encima de él a golpearle repetidas veces con el escudo contra el suelo, usando ambos brazos, mientras chillaba histéricamente, como hacian muchas razas de primates ante el peligro. Cuando se levantó, la alimaña ya no se movia más, y salia sangre por su boca, claramente tendria más de un hueso roto pero no podia asegurar de que estuviera muerta. Fue en ese momento de respiro, en que pudo fijarse en los demás. Todos tenian sus manos llenas y los más débiles se estaban llevando lo peor. La mirada del ruso se movia rápidamente, saltando de cosechado en cosechado, buscando aquel que necesitase más ayuda.
Fue ver la sangre de la albina correr lo que le hizo decantarse por ella. Tenia una mordedura grave en la pierna y parecia cogear, lo cual solo empeoraba la cogera que llevaba arrastrando la chica. Aunque se defendiese bien, no podia hacer nada si veia su mobilidad reducida y pronto las criaturas se aprovecharon de su debilidad.
El ruso entró pateando fuertemente a una a la altura del costado, mandadola en la distancia un par de metros. Aturdida y bastante dañada, no parecia estar apunto de levantarse próximamente y fue entonces cuando se giró hacia otra de las criaturas que acosaban a la chica y se puso a cuatro patas, de una manera que podia recordar a un corredor olímpico apunto de salir en una carrera, solo que su postura denotaba un comportamiento más animal y tenia los dedos flexionados por delante que se apoyaba sobre sus nudillos. Profiriendo un chillido para enconarse aún más en su sprint, rompió a la carrera que casi parecia correr a cuatro patas, con el torso muy cerca del suelo. Atropelló a la despistada criatura que no sabia que le habia golpeado, placándola con su peso corporal. Una vez estuvieron los dos en el suelo, el aprendiz se puso encima y comenzó a golpear al animal con su escudo, con el puño cerrado y con la palma, en una especie de torbellino caotico de puñetazos palmadas y escudazos hasta que claramente, la vida se escapó del animal.
Pero fue descuidado y una de las alimañas se aprovechó a morderle en un brazo, al descubierto por su camiseta de manga corta. La sangre manó de su brazo hasta precipitarse al suelo y el aprendiz profirio un alarido que denotaba una mezcla de dolor, miedo e ira. Cogió a la alimaña por el gaznate y se la arrancó del brazo, desgarrando aún más la herida y a continuación la arrojó con todas sus fuerzas. No le daban un respiro. Tuvo que usar el escudo para repeler otra a continuación. El agudo dolor y escozor que le provenian del brazo tan solo aumentaron al recibir el embite de la nueva alimaña. Aquellas criaturas no tenian fin.
Se giró hacia Ri, juntando su espalda con la de ella y tapando la herida con su otra mano, en un intento torpe de detener el sangrado.
-¿Crees que puedes correr?-le preguntó, bastante consternado mientras soltaba un golpe con su pierna izquierda a otra de las alimañas. No tuvo mucho tiempo para escuchar la respuesta y se dirigio a todo el grupo.-¡Si nos quedamos aquí nos matarán a todos!-exclamó con tono temeroso, reuniendo todo el coraje que podia.-¡Tenemos que romper con el cerco y escapar!-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
23/08/13, 11:23 pm
Ri soltó un alarido que acalló rapidamente cuando recuperó el control de si misma. Su reflejo fue golpear, olvidando incluso que llevaba las garras. Con lo que hubiera sido un manotazo atravesó parte de la cabeza de una de las criaturas que le había mordido, y luego fue a por la otra. Había dejado por completo de lado la comida, igual que Nero, que había soltado su cesta inmediatamente para sacar la daga y hundirla en lo que le trepaba por la espalda. Era un mal sitio al que apuñalar, en un punto casi ciego. Al morro, sin embargo había acertado por lo cerca que había estado de su yugular. Se revolvió para desprenderse de la criatura, y las garras del medioreptil le dejaron un surco de arañazos por toda la espalda antes de caer. Eran superficiales, al menos.
Ri no estaba como para moverse, por lo que solo atacaba con las manos. Su debilidad llamaba a las bestias, y de no ser por su velocidad y que tenía mecanizados los movimientos de bloqueo y defensa, ya no podría contarlo. Shaco apareció de pronto, cubriendola y atacando a una de las mas cercanas.
l- No, no puedo correr. Pero puedo intentarlo si me das donde apoyarme.
Rechazó otro ataque. Era evidente que no estaba acostumbrada a aquellas armas, porque no cortó nada. Las garras dieron de canto, y lo unico que hizo fue empujar a aquello unos pasos atrás.
Ri no estaba como para moverse, por lo que solo atacaba con las manos. Su debilidad llamaba a las bestias, y de no ser por su velocidad y que tenía mecanizados los movimientos de bloqueo y defensa, ya no podría contarlo. Shaco apareció de pronto, cubriendola y atacando a una de las mas cercanas.
l- No, no puedo correr. Pero puedo intentarlo si me das donde apoyarme.
Rechazó otro ataque. Era evidente que no estaba acostumbrada a aquellas armas, porque no cortó nada. Las garras dieron de canto, y lo unico que hizo fue empujar a aquello unos pasos atrás.
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