Idris

Eara parecía haber logrado estabilizarse sobre el agua antes que Ayne, algo que el anima achacó a las diferencias entre sus respectivos flotadores. En respuesta: Kirés observó ambos dispositivos con más detalle.
¿Tu crees? –Preguntó al sinhadre. –A mí me parece que son exactamente iguales.
Aparte: Kirés se quedó pensativo un rato ante el otro comentario de Ayne, el que había hecho en respuesta a la pregunta del paladín:
Sinceramente, con toda la ansiedad de no ser capaz de nadar, el enderth no se había dado cuenta para nada, pero estaba aprendiendo a buen ritmo, aunque no tanto como otros, como Kimbra.

Irónicamente aquello le molestó un poco, aunque no por el hecho de no ser el primero, sino porque la persona que más le llevaba la delantera era la Krabelinese, también cazadora, también de pocas palabras…por no hablar de la guerra de salpicaduras. El paladín no podía ser menos. Sería una competición amistosa por supuesto, y también silenciosa, pero una en la que el fracaso no era una opción.

Con un objetivo claro, el ave prestó atención a todos los consejos de sus instructores. Su frustración había sido sustituida por determinación y su orgullo ahora se hallaba concentrado en no querer perder en una competición que existía solo en su cabeza y que por supuesto no era para nada poco razonable.
Ahora bien: lo de que Isis le sujetara para practicar… Lamentaba tener que declinar la oferta de ayuda de la Veela pero…

No.
Simplemente no.

Ahora que había visto que lograba flotar, su siguiente objetivo sería dedicarse a los mismos movimientos que Kimbra, decidido a igualar o superar sus resultados. Que lo consiguiera o no sería otra historia, pero el enderth estaba decidido a intentarlo, tan decidido como para que el mensaje telepático de Varsai lo pillara por sorpresa mientras intentaba moverse, resultando en un brinco y en acabar otra vez bajo el agua. La mirada que el enderth le dedicó a la varmana… no creo que haga falta describirla, y Kirés tampoco.

Samika estaba de acuerdo, le alegraba muchísimo que todo le estuviera yendo tan bien a su amiga.

- La ropa de Isis me ha salvado la vida, es más la mayoría de mi ropa es de la boutique. - dijo ella sonriendo con diversión, aunque muy segura de sus palabras, como siempre que hablaba de la frivy halagarla era lo primero que salía- Le voy a agradecer de por vida cuando diseño un sujetador adecuado para mí o me habría destrozado la espalda hace ya tiempo solo intentando volar. Estas alas no son muy cómodas para vestirse con ciertas prendas. -dijo moviendo un poco sus brazos extendiendo ligeramente las alas. Incluso la ropa que llevaba unida al tatuaje de vestir de su nuca, era mayormente ropa que había comprado a Isis, por una cuestión de comodidad ya que se adaptaba realmente bien a ella y a su fisonomía. Poca de su ropa no provenía de ahí en realidad.

Samika sonrió ligeramente al escuchar el resoplido de Sekk cuando escucho su escabroso accidente y se encogió ligeramente de hombros.

-Soy bastante más fuerte y resistente de lo que parezco, así de pequeñita como me veo…- - añadió la evaki alzando una ceja sin darle mucho más hierro al asunto de accidente y con una sonrisa juguetona añadió- Tengo pendiente demostrártelo algún día en un entrenamiento, no me olvido de eso, señorito Sekk…- añadió con algo de pique ligero antes de reírse. No era especialmente bajita tampoco con su poco mas de metro sesenta, pero comparado a una parte bastante notoria de sus amigos, incluyendo el ulterano, si era una diferencia notable.

La evaki escuchó entonces movimiento proviniendo del agua, por lo que miro en dirección a la caña con curiosidad un segundo apenas antes de que Sekk pareciera ver lo que ella acaba de escuchar y saltara del sitio. ¡Habían picado!

-¿Puedo intentarlo? -pregunto un tanto sorprendida al escuchar la propuesta de Sekkeh. A pesar de la duda en su voz, no dudo en levantarse de donde estaba para acercarse hacia el chico y la caña de pescar, la cual estaba claramente inclinada. Había ido a campamentos de niña en el colegio donde hacían cosas así, pescar, ordeñar animales, coger huevos, senderismo, pero a ella por lo general no le dejaban hacer gran cosa. La trataba con mucho cuidado con temor a que se hiciera daño por su ceguera, especialmente porque ella era bastante aventurera. Y eso no había cambiado, le encantaba probar a hacer cosas, aunque nunca las hubiera hecho antes.

- ¡Vamos a probar entonces! ¿Qué tengo que hacer? ¿Solo tirar? No he pescado en mi vida y no quiero romper la caña… – preguntó sintiendo animada aunque algo nerviosa ahora que notaba la caña resistiéndose en sus manos con el pez jalando al otro lado buscando claramente soltarse, algo que Samika no iba permitir si podía evitarlo. Ese pez se iba a la cesta.

Las clases de natación de Irianna empezaron a complicarse, más de lo que asumían que podrían cubrir cuando por el momento desplazarse en el agua ya era un reto de por sí. No hacía falta decirlo en voz alta, pero ambos sinhadres encontraban necesario centrarse en lo más importante primero, aunque no perdieron de vista su demostración y los movimientos que requería nadar apropiadamente.

—Bueno, tenemos tiempo de sobra para practicar —animó Eara al resto de alumnos con una pequeña sonrisa.
—Pensaba que esto se parecería más a levitar en el aire, pero el agua es más impredecible. Y te entra en la nariz —comentó Ayne, mientras dejaba caer su peso sobre el churro de nuevo. Al menos a flotar sin más ya le había cogido el truco.

Dama Isis sonrió satisfecha al ver que su ayuda había servido a Kimbra. Se estaba desenvolviendo bastante bien, pero no esperaba menos de ella, era bastante apañada en general.

La mayoría de estilos que le explicó Irianna los conocía, aunque con otros nombres. Miró atenta su demostración para asegurarse de que no había ninguna diferencia a los de su mundo y luego hizo ella su propia prueba para recordarlos. Por suerte estaba menos oxidada de lo que esperaba, no le habría gustado hacer el ridículo delante de sus amigos.

-Yo solía ser muy buena en espalda -comentó. Flotaba boca arriba avanzando lentamente solo moviendo los pies. Pensó que el estilo mariposa era perfecto para Samika.

-¿Eeh? ¿Ya habéis cocinado la carne? -preguntó algo apenada. Lo que más le gutsaba de las barbacoas era ver cómo se hacía la comida y probarla recién hecha, además, aunque ella no fuera una experta cocinera podrían haberles ayudado.

Varsai se unió a ellos pegándole un susto a Kirés. A este paso el enderth no daba para sobresaltos.

-Si seguís asustando así al pobre Kirés se va a acabar quedando calvo -dijo entre risas chapoteando hacia ellos. -¿Os parece si hacemos un descanso ahora que la mayoría sabe más o menos moverse en el agua? No se a vosotros pero a mi me ha empezado a dar hambre.

—Y nadie lo pone en duda, Samika —replicó tras su afirmación con una sonrisa, consciente de que en circunstancias normales las capacidades físicas de la evaki eran superiores a las suyas—. No necesito que me lo demuestres, de verdad, pero si quieres que nos demos una tunda supongo que te podré hacer hueco alguna vez. —añadió riendo, evaluando al mismo tiempo el tamaño del pescado que había picado con un vistazo a la curvatura de la caña.

Asintió con seguridad cuando la humana preguntó si podía intentarlo, cediéndole el puesto mientras le daba un par de indicaciones y le ayudaba con lo que fuera necesario.
—Tienes que igualar tu jalón con el movimiento del pez, intentando tirar en dirección contraria pero sin que el sedal llegue a partirse —explicó, animándola con un gesto a probar mientras preparaba la cesta—. Cuando notes que se para y nada mas lento le das al carrete con ganas y recoges todo lo que puedas, pero en cuanto empiece a luchar de nuevo vuelves al primer paso y repites —añadió—. Le vas a coger el tranquillo muy rápido, ya veras.

Kimbra observó atentamente la demostración y explicación de Irianna de los otros estilos de natación, evaluando lo fácil o difícil que le resultaría practicarlos debido a sus características físicas. Al finalizar la explicación, la engendro determinó que, una vez hubiera perfeccionado el primer estilo que le habían enseñado, probaría a nadar de espaldas y que el estilo que la nebulomante llamó crol no parecía muy apto para ella dadas sus limitaciones.

El mensaje telepático de Varsai la sorprendió lo suficiente como para que su cuerpo se tensara durante unos segundos y sus ojos se volvieran rojos, pero la reconocible risa de la varmana le siguió enseguida por lo que su cuerpo se relajó al instante lo que le permitió seguir con su práctica, aunque no durante mucho tiempo, ya que Isis sugirió hacer un descanso para comer y Kimbra quedó a la espera de la respuesta de los demás.

El repentino “ataque” mental de Varsai, aunque no lo reflejó externamente sí que le hizo sobresaltarse un instante, lo justo para reconocer a la varmana incluso antes de escuchar sus carcajadas, por lo que solo dejó escapar una pequeña risa ante su inocente broma.

Kimbra y Kirés parecían querer seguir probando a nadar a braza, lo cual le parecía lo mejor por el momento de todos modos y simplemente se dedicaría a supervisarles y ayudarles.

Asintió ante las palabras de Eara y se rio con las de Ayne.
—Debería dejar de entrarte tanta cuando tu cuerpo se acostumbre, pero tampoco soy una experta en por qué pasa esto así que no voy a intentar dar ninguna explicación —le dijo.

—A mí no es el estilo que mejor se me da, pero tampoco se me da mal, supongo —respondió al comentario de Isis acerca de nadar a espalda—. Estoy de acuerdo en parar para comer: seguro que después os sentiréis mejor para seguir intentándolo —añadió a la propuesta de la veela— ¿Vamos? —les dijo al resto mientras empezaba a nadar en dirección a la orilla.
Se aseguraría de que nadie tenía problemas para salir del agua, pero estaban Isis y Varsai también para ayudar si fuese necesario.
Sekk y Samika parecían bastante enfrascados en la pesca, por lo que no estaba segura de si les habrían visto salir, así que decidió enviarles un mensaje telepático.
<<Vamos a parar para comer. Veniros en cuanto podáis>>.

La risa mental de Varsai se intensificó con la mirada asesina de Kirés.

"Vaya, un pájaro asustado por un gato, es una novedad" expresó divertida dirigiéndole una sonrisa felina al enderth. "Oh, perdona Isis, pensamos que era mejor no traer carne recién cazada para cocinarla delante de todos. La próxima vez dejamos algo para hacer con el resto" respondió a la veela.

Cambió de forma a una medio animal para propulsarse mejor en el agua. Se zambulló y salió a unos metros para luego volver nadando a braza. "¿Lleváis bien las lecciones? Seguro que después del día de hoy seréis expertos nadadores" dijo animándolos mientras seguía al resto fuera del agua.

Hizo desaparecer el pelaje revelando el bañador y acercándose a la zona donde habían dejado la comida. "¿Sekk habrá tenido suerte con la pesca?"

Kirés no entendió lo que le dijo Varsai, pero supuso que sería un chiste. Querría implicar que los gatos eran para los pájaros como lo eran los reptiles para otros seres en Dryfus? Probablemente, pero tras aquel susto de antes el ave no estaba dispuesta a dedicar tiempo a analizar la broma. Solo dedicaría miradas.
El enderth dedicó el resto del tiempo en el agua en intentar perfeccionar nadar a braza, pero por mucho esfuerzo y concentración que le pusiera fue incapaz de igualar a Kimbra.
Estaba insatisfecho con sus resultados, pero aceptó el descanso igualmente. Le vendría bien para despejar la mente.

En otro orden de cosas: una vez en la orilla el ave se alegró al descubrir que sus plumas seguían en un estado decente y que podría arreglarlas y mantenerlas en orden con poco esfuerzo. Se había mojado anteriormente, por supuesto, pero nunca hasta el punto de sumergirse. Estaba bien saber que podían aguantar el castigo.

Samika sonrió satisfecha cuando este accedió, como decía el a buscarle hueco para que se dieran de madrazos.

-Te prometo no ser muy dura- respondió la evaki divertida mientras aceptaba con entusiasmo la caña de pescar que agarro firmemente en sus manos no tardando en notar como andaba claramente tensa. Samika escucho los consejos de Sekkeh mientras intentaba realizarlos. En cuanto noto que el pez dejaba de intentar jalar, le dio al carrete, parándose en cuanto notaba al animal meterle fuerza de nuevo para intentar escapar. Samika no podía evitar pensar en ello como una especie de lucha de poderes donde el pobre sedal era el que más sufría. La evaki era consciente de su fuerza, que a veces se le iba un poquitín de las manos, así que hizo esfuerzos conscientes para no terminar rompiendo la caña ni el sedal mientras seguía las indicaciones del berserker enormemente concentrada.

- Pero…como de grande es esta cosa ¡qué fuerte tira el maldito!- mascullo, porque otra cosa no pero el pez endemoniado tenia resistencia, fueron algunos minutos de un pequeña batalla, donde Samika temió en serio que el sedal se le fuese a romper en cualquier momento, hasta que finalmente de un último y firme tirón logro sacar al pez del agua, salpicándola en el proceso. La evaki parpadeo sorprendida al ya no recibir más resistencia, solo el peso del animal al otro lado de la caña, que aún se movía y parecía de un tamaño considerable- No me lo creo ¡Lo atrape!- exclamo incrédula y emocionada con una sonrisa enormemente satisfecha, ya había pensado en serio que se le escapaba o algo- Juraba que se me iba terminar rompiendo el sedal de tanto tirón…o la pobre caña en mis manos. Sí que se necesita concentración para pescar…-dijo ella que había apretado tan fuerte esta que no se había astillado de milagro.

-No se ve igual al otro, creo…mmm ¿a lo mejor no se puede comer? - dijo con curiosidad mirando a Sekk a su lado con una enorme sonrisa. Ella prefería que fuese comestible por supuesto, era grandote, peor si aún no lo fuera se sentiría igual satisfecha por el trabajo bien hecho en algo que no había hecho nunca. Al tiempo que aquella pregunta era formulada una voz conocida en su mente sonó, de alguna forma una poco extraña pero que ya se había acostumbrado y de forma instintiva dirigió su cegada vista hacia donde el grupo se encontraba antes bañándose, ubicándolos con su ecolocalización ya en la orilla.  Ante eso la evadí respondió, intentando dejar que sus pensamientos llegasen hasta ella lleno de la emoción que estaba experimentando. “¡Irianna, cogí mi primer pez! Es grandote y ha batallado lo suyo. Mira...¿es comestible?” dejo ahí su duda alegre mientras intentaba motrarselo  alo lejos antes de girarse hacia el berserker.

-¿Vamos entonces con ellos o vas a querer seguir pescando?– pregunto Samika con curiosidad, ella no tenía muchísima hambre pero no le importaría comer un poco y charla con el resto, tal vez bañarse luego un ratito a ver si era capaz de nadar. Aunque la idea de pescar un rato luego le llamaba también, había sido entretenido. << Bueno aún queda bastante día por delante, podría hacer un poco de todo si Sekk aun quiere compañía luego >> dijo ella de buen humor, el mal rato que había pasado en eltrenamiento, antes de venir con su grupo de amigos ya esfumándose totalmente de su cabeza.

Los chapoteos e intentos de nadar correctamente llegaron a su fin cuando el olor de la carne en la brasa llegó hasta el grupo del lago. Los consejos de las profesoras eran de bastante ayuda y, aunque no fuese de forma perfecta, al menos era posible que ahora se las arreglasen en el hipotético caso de verse en medio del agua. Pero era verdad que empezaban a necesitar un descanso, y el olor a comida hacía que sus estómagos pidiesen el descanso más que sus cuerpos cansados, incluso.

Al salir se echaba de menos que el sol calentase con más fuerza, algo atípico para los sinhadres, pero se apresuraron a secarse con las toallas y vestirse para que no les cogiese el frío después de comer.
—Voy a sacar lo que preparé para picar —comentó Eara, ilusionada por aportar algo también a la comida.
Había empaquetado en medio de todo lo que habían traído una fiambrera llena de empanadillas de setas (además de una con profiteroles para el postre). Era una receta nueva, y también quería tener la opinión de varias personas antes de servirlas en el mesón.

-Como si fuésemos a asustarnos a estas alturas por un poco de sangre -respondió a Varsai fingiendo ofenderse, pero no pudo mantener la expresión mucho tiempo y acabó riendo -Las clases están yendo de lujo, ¡son todos unos alumnos ideales!

Nadó con los demás hasta la orilla y corrió en busca de su toalla para envolverse. Con el frío repentino incluso se le olvidó que podía secarse con un simple hechizo.

-Yo te ayudo -le dijo a Eara. Ya seca y con la toalla atada a la cintura -¡Pero qué pinta más deliciosa! -exclamó al ver las empanadillas. Nunca había comido tantos hidratos como desde que Eara decidiera abrir un restaurante y nunca le había importado tan poco.

Entre todos pusieron la mesa. Había tanta comida que Isis dudó si no sería mejor reservar la verdura que había traído para más adelante. Además tenía hambre y tenían que cocinarlas.

-¿Quién se encargaba de la parrilla?

Al ver que todos estaban de acuerdo con la pausa para la comida, Kimbra procedió a salir del lago, mientras se sacudía el exceso de agua la ropa y se retorcía el pelo para escurrirlo. Con el ceño fruncido la demonio miró los dibujos de sangre que habían adornado sus brazo ahora borrosos y diluidos por el agua, pero, puesto que ya había extraído toda la carga necesaria de ellos, le restó importancia dejándolos como habían quedado.

La engendro se disponía a sentarse con el grupo cuando entre la niebla vio aparecer una figura. Ámarok se acercaba al trote, pero de forma suave y un poco más ruidosa de lo que acostumbraba, habiendo sido instruido por Kimbra para hacerlo de esa manera en ese momento para evitar asustar o poner a la defensiva a cualquiera de sus compañeros. El kerlax venía moviendo la cola alegremente, contento por la carrera y con las fauces aún manchadas de sangre por la caza. La krabelinense se acercó a su montura para frotar su cuello con las manos y la bestia gruñó feliz por las caricias antes de recostarse en el suelo a dormitar mientras se relamía los restos de su cacería.

Tras darle dos golpecitos cariñosos en la cabeza a Ámarok, se giró de nuevo hacia el grupo localizando rápidamente un sitio libre para ella y se sentó mientras valoraba toda la comida dispuesta, pensando en los alimentos nuevos que probaría, como las empanadas que había traído Eara.

-¿Se necesita preparar algo más antes de empezar a comer?

Hizo todo lo posible porque no se notase que no se le hacía especialmente apetecible la carne que habían cazado Varsai y Devoss. Desde luego no habían tenido mucho tiempo para prepararla adecuadamente, y ninguno de los dos podía usar magia así que no creía que fuese a estar particularmente… Limpia. El pescado de Sekk era otra historia, pues estaba pescado con caña y todavía podían asegurarse de dejarlo en condiciones.
—Pues supongo que deberíamos preparar el pescado —respondió, de hecho, a Kimbra—. Si queréis limpiar manualmente lo que podáis mientras terminamos de colocar las cosas, podemos rematarlo con magia antes de ponerlo al fuego. Mientras picamos y comemos otras cosas podemos dejarlo haciéndose: si vemos que aún no está listo podemos acelerar el proceso con más magia —opinó.

Se dispuso a ayudar a Eara y sacó sus propias cosas. La idrina había preparado algunos sándwiches y algunas tostas, todo ello con ingredientes bastante variados pero que combinaban bien. También llevaba algo de queso de cabra humano acompañado con cebolla caramelizada y hechizado previamente para eliminar la lactosa que tanto daño le hacía: le encantaban los quesos, pero no podía comer los que no proviniesen de su mundo natal sin más. Los postres sería mejor reservárselos por el momento: había ya una cantidad considerable de cosas en la mesa.
—Hambre no creo que pasemos, la verdad —comentó con una risa—. Tiene todo una pinta estupenda, pero me disculpo de antemano porque dudo que sea capaz de probarlo todo —se excusó con un gesto—. Hay que hacer algo de sitio para el postre también —sonrió con diversión.

Mientras colocaba las cosas se aseguró de felicitar a Varsai y Devoss por su éxito con la caza. Aunque no fuese a probar aquella carne no quería hacerles sentir incómodos provocando que notasen su reticencia.

A Kirés le habría gustado tomarse su tiempo con cada una de sus plumas pero, al no estar acostumbrado a mojarse así, también subestimó la velocidad a la que podía bajar su temperatura corporal una vez fuera del agua. Tuvo que conformarse con un hechizo rápido.

El ave no había traído su propia comida, por lo que decidió que aportaría mediante actos en vez de especie. De momento ayudar con las preparaciones debería bastar. En cuanto a la “calidad” de los productos, como enderth que era no tenía un criterio particularmente quisquilloso. Tras convivir con sus compañeros había aprendido a valorar la calidad, pero mientras fuera comestible él no tenía ningún problema.

De momento su interés estaba en el pescado: No recordaba haberlo comido más allá de un par de veces desde su cosecha y para el enderth siempre le daba un aire de nostalgia alimentarse de este.

La mayor parte de la comida ya se estaba haciendo o estaba hecha, por lo que Eara se ofreció para ayudar a limpiar el pescado después de decirle a Irianna que lo que había preparado tenía muy buena pinta. Aunque tampoco dijeron nada, tanto ella como Ayne sabían que la carne recién cazada iba a estar demasiado correosa e insípida, aunque era de suponer que para los carnívoros del grupo eso no sería un problema. En cambio, el pescado, cuanto más fresco mejor, y tenía una pinta estupenda, por lo que ambos lo tenían en el punto de mira.
—¿Preferís que se les quiten también las espinas? —preguntó Eara cuando ya se había puesto manos a la obra raspando escamas y destripando.
—No estamos en el mesón, no hace falta que nos des todo el trabajo hecho —bromeó el anima, que sostenía una botella de agua con la que limpiaba los restos que quedaban sobre los peces cuando Eara los dejaba listos.

Kimbra siguió las instrucciones de Irianna e imitó a Eara a la hora de limpiar pescado de forma rigurosa e intentando memorizar todos los pasos de la elaboración del mismo. Si le gustaba lo suficiente, la demonio planeaba incluir este tipo de animales en su dieta.

Con la colaboración de todos no tardaron mucho en que toda la comida estuviera preparada y dispuesta en la mesa. Kimbra, ya sentada y no queriendo ser la primera en probar el pescado por si este tenía una manera concreta de ser tomado que ella desconocía, se giró hacia Ayne sentado a su lado.

-¿Qué plato considerarías que debo probar primero?