Plaza de la Fuente
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Rocavarancolia Rol
74 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de la Fuente
02/08/11, 06:49 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Es una plaza amplia y rectangular con un monumento en el centro, una fuente formada por serpientes entrelazadas de cuyas bocas sale el chorro que llenaba la pila.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Plaza de la Fuente
23/03/23, 02:01 pm
No tardaría en llegar a los cosechados una voz en las alturas, sin telepatía y con una dirección clara, surcando el cielo. Se trataba de una voz amplia, que se hacía escuchar en la plaza como la de un vendedor ambulante en su puesto del mercadillo. Sin embargo, el vendedor en esta ocasión era un espantapájaros y lo ambulante era su puesto: una bañera flotante que sobrevolaba a los nuevos posibles hijos de Rocavarancolia. Aunque no era la única, había otras dos moviéndose a lo lejos, sí era la más cercana a ellos, la bañera que menos les costaría seguir por el entramado de calles.
—¡Filetes de tuktuk! ¡Pinzas de escorpión azul! ¡Especias de aromaviejo! ¡Huevos de gallina! ¡Ricos, ricos! ¡Comida de todos los mundos vinculados! —gritaba el espantapájaros—. ¡Alitas de tramaluz! ¡Cacahuetes! ¡Nabolinos de Altojardín!
La bañera se alejaba de ellos a buen ritmo, sobre sus cabezas, y de seguirla, los cosechados llegarían a una zona emblemática de la ciudad, una grieta surcada de huesos de diferentes tamaños y formas sin ningún tipo de puente a la vista para cruzarla. Por suerte, desde la Cicatriz de Arax, los niños podrían ver el que sería su nuevo hogar.
[Aquí podéis consultar el contenido real de las cestas]
—¡Filetes de tuktuk! ¡Pinzas de escorpión azul! ¡Especias de aromaviejo! ¡Huevos de gallina! ¡Ricos, ricos! ¡Comida de todos los mundos vinculados! —gritaba el espantapájaros—. ¡Alitas de tramaluz! ¡Cacahuetes! ¡Nabolinos de Altojardín!
La bañera se alejaba de ellos a buen ritmo, sobre sus cabezas, y de seguirla, los cosechados llegarían a una zona emblemática de la ciudad, una grieta surcada de huesos de diferentes tamaños y formas sin ningún tipo de puente a la vista para cruzarla. Por suerte, desde la Cicatriz de Arax, los niños podrían ver el que sería su nuevo hogar.
[Aquí podéis consultar el contenido real de las cestas]
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Plaza de la Fuente
23/03/23, 03:58 pm
Ante el tono horrorizado de Räg el churumbel abrió mucho los ojos, asintiendo. Era como si el lagarto gigante prefiriera hacer cualquier otra cosa frente aquella posibilidad. Asintió complacido, y queriendo creer con firmeza en sus palabras. Para su alivio, la chica de los cuernos calmó sus dudas, y en última instancia el muchacho prudente de la gabardina también se acercó hasta él, asegurándole que estaban juntos y que saldrían de esa. Aniol enrojeció cuando le llamó “peque” pero no le contradijo, maravillado por sus ojos de diferente color y lo mono que le pareció. En aquella tormenta una cara bonita como la de Kristoff podía hacerle cerrar los ojos y confiar ciegamente.
—¡Mi madre también es adivina! —le diría al Señor perro grande, y fulminando un poco con la mirada a Damian por llamarle chucho, no le llamó la atención en primer lugar por si el perrito no se había enterado de aquella palabra despectiva, y porque seguía queriendo el premio de Ethan con todas sus fuerzas.
Deseó pedirle al mjorní que le enseñara magia, ya que quizá los demás sí pudieran realizarla y le generaba mucha ilusión. Pero la atención del polaco se vio dividida porque las tensiones entre algunos de sus nuevos compañeros saltaron a relucir. No estaba muy seguro de lo que había dicho la joven hermosa de cabello anaranjado, pero no le pareció muy educada. Tampoco el elfo… ¿Es que no se cansaba de contestar de esa forma? Con Ethan ocurrió algo similar, Aniol creyó entender qué es lo que estaba diciendo pero no fue hasta que Rick intervino que le malinterpretó y dio un paso hacia atrás, un poco asustado y confuso. ¿Pondría su supervivencia por encima de su vida? Al menos Abel quería que permanecieran todos juntos, y la mujer maquillada debía de ser una especie de superheroína como mujer maravilla. Aunque le recordaba más a Gamora, de las pelis de Marvel.
—Gracias KalnahijadeMánide —pronunció, justo cuando una voz en las alturas les sorprendió a todos. Una bañera flotante portaba un espantapájaros con comida—. ¡Alitas de tremaluz! ¡Nabos de altojardín! ¡Tiene que estar riquísimo de la muerte! —señaló hacia el cielo con las energías algo recuperadas pero sin querer mirar a Ethan, ya no estaba seguro de querer obtener su recompensa y se moría de hambre—. ¿Podemos ir? —le preguntaría a Abel como si fuera el líder del grupo. Es que antes había hablado muy bien.
Sigue en Cicatriz de Arax
—¡Mi madre también es adivina! —le diría al Señor perro grande, y fulminando un poco con la mirada a Damian por llamarle chucho, no le llamó la atención en primer lugar por si el perrito no se había enterado de aquella palabra despectiva, y porque seguía queriendo el premio de Ethan con todas sus fuerzas.
Deseó pedirle al mjorní que le enseñara magia, ya que quizá los demás sí pudieran realizarla y le generaba mucha ilusión. Pero la atención del polaco se vio dividida porque las tensiones entre algunos de sus nuevos compañeros saltaron a relucir. No estaba muy seguro de lo que había dicho la joven hermosa de cabello anaranjado, pero no le pareció muy educada. Tampoco el elfo… ¿Es que no se cansaba de contestar de esa forma? Con Ethan ocurrió algo similar, Aniol creyó entender qué es lo que estaba diciendo pero no fue hasta que Rick intervino que le malinterpretó y dio un paso hacia atrás, un poco asustado y confuso. ¿Pondría su supervivencia por encima de su vida? Al menos Abel quería que permanecieran todos juntos, y la mujer maquillada debía de ser una especie de superheroína como mujer maravilla. Aunque le recordaba más a Gamora, de las pelis de Marvel.
—Gracias KalnahijadeMánide —pronunció, justo cuando una voz en las alturas les sorprendió a todos. Una bañera flotante portaba un espantapájaros con comida—. ¡Alitas de tremaluz! ¡Nabos de altojardín! ¡Tiene que estar riquísimo de la muerte! —señaló hacia el cielo con las energías algo recuperadas pero sin querer mirar a Ethan, ya no estaba seguro de querer obtener su recompensa y se moría de hambre—. ¿Podemos ir? —le preguntaría a Abel como si fuera el líder del grupo. Es que antes había hablado muy bien.
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- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Plaza de la Fuente
23/03/23, 05:37 pm
Por suerte había más gente que verbalizó estar de acuerdo en que no podía ser que tuvieran que matar a nadie y Rägjynn se quedó tranquilo a ese respecto por el momento. Szezenyak le preguntó muy sorprendido acerca de la capacidad de hacer magia, pero no había entendido una buena parte de lo que dijo. Damian parecía que tampoco, pero el niño había sido bastante agresivo en su respuesta y recibió una mirada de reproche por parte del mjörní.
—Eh… pues… no sabría cómo responderte —le dijo al lobo—. Usamos hechizos y runas…
Abel explicó entonces que en el mundo del que procedían los que eran como él no había ningún tipo de magia y eso le sorprendió bastante, sobre todo después de haber oído decir a Aniol que su madre era adivina. Aunque Szezenyak había dicho que “su nana” que también lo era no hacía nada parecido, por lo que quizás se refiriese a algo muy distinto de la magia. Airi y Tawar, sin embargo, sí parecían familiarizades con ella, aunque estaba claro por sus reacciones que no se parecía a lo que él conocía.
—Pues… sí, supongo —respondió a las preguntas de Airi—. La magia que usan aquí parece del mismo tipo que la que usamos en Mjörne —le confirmó—. ¿Es muy diferente la vuestra? No se me había ocurrido que pudieran existir otras formas de hacer magia…
Le repobladore también parecía sorprendide por no encontrarse en su mundo y Räg quería intentar decir algo al respecto, pero entonces dio comienzo otra discusión. Los planteamientos que había dado Ethan le habían parecido razonables pero, al igual que a los demás, tampoco le había gustado lo último que había dicho. No obstante, que tantas personas comenzasen de nuevo lo que podía ser un inicio de una discusión le hizo guardar silencio y esperar a que el chico volviese a hablar, sobre todo cuando hubo comentarios tan hirientes como los que hizo la que se había presentado como Serena. Ya había cometido el error de juzgar demasiado pronto con Kalna antes y no pensaba volver a cometerlo. Por ello, se limitó a asentir a las palabras de Airi, que fueron las que le resultaron más acorde a su propia opinión.
—Sí, tiene razón y… No te preocupes, Connor, creo que puedo encargarme de Aniol y Damian y seguro que otros ayudarán —. No quería comprometer a nadie mencionándole directamente, pero confiaba en varias personas para ello—. No tengo ni idea de si soy rápido o no respecto a los demás, pero… bueno, no me suelo perder las clases de artes marciales de defensa —dijo intentando usar una referencia que suponía que podrían entender la mayoría.
A pesar de los diversos comentarios insidiosos, le alivió saber que estaban de acuerdo en permanecer juntos, pero cualquier cosa que tuviese intención de añadir fue completamente cortada por aquella extraña voz procedente del cielo. Tres extraños artefactos voladores salieron en varias direcciones, aunque solo uno pasó muy cerca de ellos, permitiéndole ver que parecía un barco levitante hecho con… ¿una bañera? La criatura que capitaneaba el peculiar navío anunciaba a voz en grito lo que parecían algún tipo de alimentos extraños y no era difícil imaginar que se trataba de la comida de la que acababan de hablarles. Al menos ahora tenían una dirección en la que ir y no les costó mucho ponerse de acuerdo en tratar de no perder de vista a la más cercana.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
—Eh… pues… no sabría cómo responderte —le dijo al lobo—. Usamos hechizos y runas…
Abel explicó entonces que en el mundo del que procedían los que eran como él no había ningún tipo de magia y eso le sorprendió bastante, sobre todo después de haber oído decir a Aniol que su madre era adivina. Aunque Szezenyak había dicho que “su nana” que también lo era no hacía nada parecido, por lo que quizás se refiriese a algo muy distinto de la magia. Airi y Tawar, sin embargo, sí parecían familiarizades con ella, aunque estaba claro por sus reacciones que no se parecía a lo que él conocía.
—Pues… sí, supongo —respondió a las preguntas de Airi—. La magia que usan aquí parece del mismo tipo que la que usamos en Mjörne —le confirmó—. ¿Es muy diferente la vuestra? No se me había ocurrido que pudieran existir otras formas de hacer magia…
Le repobladore también parecía sorprendide por no encontrarse en su mundo y Räg quería intentar decir algo al respecto, pero entonces dio comienzo otra discusión. Los planteamientos que había dado Ethan le habían parecido razonables pero, al igual que a los demás, tampoco le había gustado lo último que había dicho. No obstante, que tantas personas comenzasen de nuevo lo que podía ser un inicio de una discusión le hizo guardar silencio y esperar a que el chico volviese a hablar, sobre todo cuando hubo comentarios tan hirientes como los que hizo la que se había presentado como Serena. Ya había cometido el error de juzgar demasiado pronto con Kalna antes y no pensaba volver a cometerlo. Por ello, se limitó a asentir a las palabras de Airi, que fueron las que le resultaron más acorde a su propia opinión.
—Sí, tiene razón y… No te preocupes, Connor, creo que puedo encargarme de Aniol y Damian y seguro que otros ayudarán —. No quería comprometer a nadie mencionándole directamente, pero confiaba en varias personas para ello—. No tengo ni idea de si soy rápido o no respecto a los demás, pero… bueno, no me suelo perder las clases de artes marciales de defensa —dijo intentando usar una referencia que suponía que podrían entender la mayoría.
A pesar de los diversos comentarios insidiosos, le alivió saber que estaban de acuerdo en permanecer juntos, pero cualquier cosa que tuviese intención de añadir fue completamente cortada por aquella extraña voz procedente del cielo. Tres extraños artefactos voladores salieron en varias direcciones, aunque solo uno pasó muy cerca de ellos, permitiéndole ver que parecía un barco levitante hecho con… ¿una bañera? La criatura que capitaneaba el peculiar navío anunciaba a voz en grito lo que parecían algún tipo de alimentos extraños y no era difícil imaginar que se trataba de la comida de la que acababan de hablarles. Al menos ahora tenían una dirección en la que ir y no les costó mucho ponerse de acuerdo en tratar de no perder de vista a la más cercana.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Plaza de la Fuente
24/03/23, 12:44 am
Según parecía, la magia era algo distintos en los mundos de origen de cada uno. Algunos la practicaban incluso, mientras que otros no tenían ni idea como él, lo que interesó bastante a Colmillo y habría seguido pensando o preguntando sobre ello, si no fuera porque Damián le llamó chucho.
-Chucho -susurró frunciendo el morro entre la confusión y el desagrado.
Tristemente, el vittya estaba muy familiarizado con los insultos porque, a pesar de su altura, tenía un gran parecido con los kwanzas y eso solía generar desconfianza y incluso rechazo en la gente, pero Szczenyak ya casi no le daba importancia a ese trato por mucho que todavía picara porque él era un feriante honrado, tenía una gran red de apoyo y estaba acostumbrado. Pero jamás en la vida le habían llamado chucho. Y esto en realidad era normal, porque la verdad es que no tenía ningún sentido que se lo llamaran. Él no era un chucho, él era un zawodny. Un zawodny con quizás un octavo de sangre de salvaje del páramo, lo que solo lo mejoraba, no lo empeoraba. Él era lo más alejado a un chucho que podía serlo un vittya. Pero por muy alejado que estuviera, no podía dejar de pensar con molestia y desagrado en lo que acababa de ser llamado. "Me ha llamado chucho". Por un momento Colmillo pensó, teniendo en cuenta la reacción anterior de Kalna hija de Mánide, si Damian conocía de alguna manera los peores insultos de todos sus mundos de origen.
Por suerte para él pudo olvidar la terrible palabra rápidamente gracias a la intervención de Aniol.
-¿En serio? -le contestó sonriendo y moviendo la cola-. Cuando encontremos el refugio ese me puedes contar cómo adivináis en tu mundo y yo te puedo contar cómo adivina mi nana.
Desde siempre a Colmillo le había hecho feliz hablar de adivinación con su nana y por eso mismo le encantó la idea de aprender de otros mundos para poder contárselo todo cuando volviera, algo que haría en ese mismo momento si fuera por él, pero el grupo parecía dispuesto a moverse y teniendo en cuenta lo que habían dicho los dos extraños del barco no sería lo más recomendable distraerse mientras se movían por la ciudad.
El ser cuyo nombre todavía no conocía comenzó a planear sobre la organización a la hora de moverse, con la que Colmillo estuvo completamente de acuerdo, ya que se parecía mucho a la formación que siempre tomaba su caravana, pero sus últimas palabras le hicieron fruncir el morro con disguto, no muy contento con la idea de dejar atrás a alguien. Aunque ciertamente tampoco le gustó la contestación y mucho menos la actitud de Serena, excesivamente pasivo-agresiva para su gusto.
-No es como si tú hubieras dado mejores ideas, no te jode -susurró sin poder evitar poner en voz sus pensamientos, pero sin querer realmente que nadie le oyera.
Colmillo estaba a punto de ofrecerse a Räg para ayudarle con Aniol ("porque ni de coña pienso acercarme a Damian, ni a su asqueroso olor y ni a sus jodidos insultos"), cuando algo más les llamó la atención desde los cielos, esta vez a voz en grito.
-¿Qué coño es un tuktuk? -dijo con confusión pensando que ya a este paso podía esperarse que apareciera cualquier cosa del cielo.
Sigue en Cicatriz de Arax.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Re: Plaza de la Fuente
24/03/23, 06:23 am
No sabía si considerarla una situación de ensueño o más bien propia de las pesadillas. La criatura con cuernos y Räg hablaban de hechizos y aparatos mágicos. Resultaba que en sus mundos sí que existía. De hecho, al ser peliazul le extrañaba mucho que no hubiese magia en la Tierra.
Todo era muy confuso, pero la verdad es que ambas criaturas le transmitían la misma aura tranquilizadora. Si no fuese por el posible peligro inminente, le gustaría profundizar más sobre magia con los dos. Ya se imaginaba siendo su alumno y aprendiendo conjuros juntos.
La persona más estilosa de todo el grupo y el chico de la cresta rosa, cuyo nombre era Connor, comenzaron a organizar la búsqueda del refugio. Una vez acabaron de hablar, fue sorprendido por las palabras de Serena hacia ambos chicos. Consideraba cierto que había prepotencia en sus palabras y que habían sido un tanto bordes, pero él no podía evitar admirar la seguridad en sí mismos que ambos mostraban. Aun así, concluyó que la chica, a su manera, los intentaba proteger. Pensaba que el objetivo real de sus palabras era que a ambos no se les subieran los humos y se diesen cuenta del nivel de peligro.
Ahora bien, Abel no valoró de manera tan positiva la situación cuando el hermanastro feo de Garfield demostró el mismo nivel de ponzoña hacia la chica.
“¿Quién se ha creído para tratar así a la gente?” – pensó mientras le volvía a dirigir una acusadora mirada. Cada vez tenía peor imagen del chico, pero no quería decir nada y demostrar que le afectaba. E incluso menos que le afectase a Serena.
- Ni caso – le susurró a su compañera para mostrar su apoyo, cuando el felino se distrajo con Tawar.
Después, se fijó en que el felino se iba en la dirección que había propuesto, pero en esos momentos estaba demasiado enfadado como para tenérselo demasiado en cuenta.
- “ Tan tonto no seré si eres el primero en hacer lo que digo” – meditó con orgullo, sin ser capaz de reconocer todavía la evidente rapidez mental del chico gatuno.
Mientras esperaban a que todos los conflictos cesaran y iniciasen el rumbo, ocurrió algo asombroso. Pensaba que al final nadie lo haría, pero pasó lo que creía imposible; alguien se preocupó por su estado. Se trataba de un apuesto chico de su misma edad con apariencia fuerte y alegre, por lo que le recordó bastante a su hermano de más joven.
- Sí, estoy mucho mejor. Gracias – le mintió con tono amable, puesto que, aunque todavía persistía bastante el malestar, no quería ser una carga para el grupo. Tras contestarle, descubrió que el niño bondadoso, quien parecía llamarse Aniol, miraba embobado al otro muchacho. Abel entendía su reacción perfectamente, a ambos les resultaba un bello rayo de sol entre tanta oscuridad.
Una bañera voladora sobrevoló sus cabezas. Un espantapájaros anunciaba la presencia de distintas comidas en esta, razón por la cual todos se dispusieron a seguirles
Aniol se dirigió hacia Abel para iniciar la marcha y este último asintió con la cabeza ante su pregunta. Interiormente, la amabilidad de los dos chicos le hacían sentir sentimientos confusos. Por un lado, miedo y angustia motivados por las consecuencias del golpe y por el contenido del discurso de esas dos series. Por el otro, valoraba la posibilidad de que las palabras de su raptora podían tener parte de verdad y comenzaba a ilusionarse por vivir una aventura épica junto a nuevos amigos. Después de todo, hasta los habitantes de Rocavarancolia les estaban ofreciendo manjares.
En esos momentos, la emoción venció un poco al terror, fue capaz de ofrecerle su insegura mano al niño. No solo lo hizo pensando en el bienestar del pequeño, quien en verdad ya se encontraba resguardado por el chico de la coleta y el chico de pelo negro por el lado opuesto, sino porque así él también se sentiría mucho más protegido.
De esta forma, comenzaron a caminar juntos hacia la nada.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
Todo era muy confuso, pero la verdad es que ambas criaturas le transmitían la misma aura tranquilizadora. Si no fuese por el posible peligro inminente, le gustaría profundizar más sobre magia con los dos. Ya se imaginaba siendo su alumno y aprendiendo conjuros juntos.
La persona más estilosa de todo el grupo y el chico de la cresta rosa, cuyo nombre era Connor, comenzaron a organizar la búsqueda del refugio. Una vez acabaron de hablar, fue sorprendido por las palabras de Serena hacia ambos chicos. Consideraba cierto que había prepotencia en sus palabras y que habían sido un tanto bordes, pero él no podía evitar admirar la seguridad en sí mismos que ambos mostraban. Aun así, concluyó que la chica, a su manera, los intentaba proteger. Pensaba que el objetivo real de sus palabras era que a ambos no se les subieran los humos y se diesen cuenta del nivel de peligro.
Ahora bien, Abel no valoró de manera tan positiva la situación cuando el hermanastro feo de Garfield demostró el mismo nivel de ponzoña hacia la chica.
“¿Quién se ha creído para tratar así a la gente?” – pensó mientras le volvía a dirigir una acusadora mirada. Cada vez tenía peor imagen del chico, pero no quería decir nada y demostrar que le afectaba. E incluso menos que le afectase a Serena.
- Ni caso – le susurró a su compañera para mostrar su apoyo, cuando el felino se distrajo con Tawar.
Después, se fijó en que el felino se iba en la dirección que había propuesto, pero en esos momentos estaba demasiado enfadado como para tenérselo demasiado en cuenta.
- “ Tan tonto no seré si eres el primero en hacer lo que digo” – meditó con orgullo, sin ser capaz de reconocer todavía la evidente rapidez mental del chico gatuno.
Mientras esperaban a que todos los conflictos cesaran y iniciasen el rumbo, ocurrió algo asombroso. Pensaba que al final nadie lo haría, pero pasó lo que creía imposible; alguien se preocupó por su estado. Se trataba de un apuesto chico de su misma edad con apariencia fuerte y alegre, por lo que le recordó bastante a su hermano de más joven.
- Sí, estoy mucho mejor. Gracias – le mintió con tono amable, puesto que, aunque todavía persistía bastante el malestar, no quería ser una carga para el grupo. Tras contestarle, descubrió que el niño bondadoso, quien parecía llamarse Aniol, miraba embobado al otro muchacho. Abel entendía su reacción perfectamente, a ambos les resultaba un bello rayo de sol entre tanta oscuridad.
Una bañera voladora sobrevoló sus cabezas. Un espantapájaros anunciaba la presencia de distintas comidas en esta, razón por la cual todos se dispusieron a seguirles
Aniol se dirigió hacia Abel para iniciar la marcha y este último asintió con la cabeza ante su pregunta. Interiormente, la amabilidad de los dos chicos le hacían sentir sentimientos confusos. Por un lado, miedo y angustia motivados por las consecuencias del golpe y por el contenido del discurso de esas dos series. Por el otro, valoraba la posibilidad de que las palabras de su raptora podían tener parte de verdad y comenzaba a ilusionarse por vivir una aventura épica junto a nuevos amigos. Después de todo, hasta los habitantes de Rocavarancolia les estaban ofreciendo manjares.
En esos momentos, la emoción venció un poco al terror, fue capaz de ofrecerle su insegura mano al niño. No solo lo hizo pensando en el bienestar del pequeño, quien en verdad ya se encontraba resguardado por el chico de la coleta y el chico de pelo negro por el lado opuesto, sino porque así él también se sentiría mucho más protegido.
De esta forma, comenzaron a caminar juntos hacia la nada.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Plaza de la Fuente
24/03/23, 12:25 pm
El de la ropa extraña se puso a intentar dar órdenes a todos, lo que la hizo apretar los labios en una fina línea. ¿Qué se creía? Era un hombre, ¿qué le hacía pensar que podía empezar a mandar así como así? «Vaya, no sabía que tuviéramos a un genio de la estrategia militar entre nosotros», pensó con burla. La verdad es que le hubiera gustado soltárselo en voz alta, pero no era el momento.
No sabía si le daba más rabia que Connor no parase de decir tacos o que fuera a ir en la vanguardia. Si por ella fuera hubiera liderado la marcha, pero tampoco se fiaba de dejar descubierta la retaguardia, y menos cuando el de la cresta iba a estar tan ocupado cagándose en todo (o cuidando al maldito crío que no se estaba quieto) que ni siquiera iba a estar alerta. Al menos si iba delante vería si les salía algo si lo tenía delante.
El comentario de Serena había ido con todo el veneno que les hubiera querido mandar ella misma, aunque consideraba que no era el momento de discutir. «Qué se puede esperar de una plebeya, no saben comportarse». A más tardasen, en mas peligro se ponían. Igualmente, la chica pensaba huir, y no liderar la marcha ni luchar, por lo que descartaba que viniera de una familia militar. Al menos algo de razón tenía en que no iba a echar de menos al masculinista ni al colega si les atacba un monstruo.
La respuesta a esta del chico de piel oscura tampoco fue muy amable, y la verdad es que empezaba a cansarse de que los hombres fueran todos tan de listos y no tuvieran ni un mínimo de respeto. El del oro al menos tenía un morrito que le daba un toque exótico, y en la vida, salvo contadas excepciones (entre las que se incluía ella, por supuesto), no se podía tener todo, por lo que estaba claro que le había tocado ser tonto para compensar lo mono.
—Bueno, ya basta —dijo en un tono serio, sin una pizca de la amabilidad que había estado fingiendo hasta entonces —. No es el momento de discutir, ya lo haréis cuando encontremos el refug... —se interrumpió. Una bañera que volaba y que iba pilotada por una especie de muñeco de paja que gritaba cosas la hizo callar. Parecía que todo aquello que les prometía era la comida que les habían dicho que les darían, por lo que su mejor opción era seguirla.
El niño mono que estaba mucho más y mejor educado que el otro (y mucho más limpio) le agardeció llamándola tal y como se había presentado, lo que la arrancó una sonrisa plenamente sincera. Estaba claro que intentaba tener respeto, pero no quería que pensase que aquello era su nombre completo.
—Con Kalna vale —el tono era amable, y esta vez no era todo fachada.
Echó a andar la última, cerrando la marcha, y vigilando a todos lados. El lagarto (¿o la lagarto?) había dicho que entrenaba artes marciales, lo cual la hizo preguntarse si el ataque de ansiedad anterior tenía motivos concretos: aquella emocionalidad la vinculaba tanto a los hombres que ni se había planteado si podía haber algo más, y viendo que entrenaba estaba claro que debía ser una mujer. La pregunta de aquel ser que no sabía identificar, y que la estaba dejando muy confusa, al que el niño idiota había llamado “chucho” la hizo acercarse un poco al humano de la gabardina.
—Oye, ¿tú sabes lo que es una gallina? —le preguntó. Estaba claro que, siendo un hombre, sabría de esas cosas, pues eran los que se dedicaban al campo.
No sabía si le daba más rabia que Connor no parase de decir tacos o que fuera a ir en la vanguardia. Si por ella fuera hubiera liderado la marcha, pero tampoco se fiaba de dejar descubierta la retaguardia, y menos cuando el de la cresta iba a estar tan ocupado cagándose en todo (o cuidando al maldito crío que no se estaba quieto) que ni siquiera iba a estar alerta. Al menos si iba delante vería si les salía algo si lo tenía delante.
El comentario de Serena había ido con todo el veneno que les hubiera querido mandar ella misma, aunque consideraba que no era el momento de discutir. «Qué se puede esperar de una plebeya, no saben comportarse». A más tardasen, en mas peligro se ponían. Igualmente, la chica pensaba huir, y no liderar la marcha ni luchar, por lo que descartaba que viniera de una familia militar. Al menos algo de razón tenía en que no iba a echar de menos al masculinista ni al colega si les atacba un monstruo.
La respuesta a esta del chico de piel oscura tampoco fue muy amable, y la verdad es que empezaba a cansarse de que los hombres fueran todos tan de listos y no tuvieran ni un mínimo de respeto. El del oro al menos tenía un morrito que le daba un toque exótico, y en la vida, salvo contadas excepciones (entre las que se incluía ella, por supuesto), no se podía tener todo, por lo que estaba claro que le había tocado ser tonto para compensar lo mono.
—Bueno, ya basta —dijo en un tono serio, sin una pizca de la amabilidad que había estado fingiendo hasta entonces —. No es el momento de discutir, ya lo haréis cuando encontremos el refug... —se interrumpió. Una bañera que volaba y que iba pilotada por una especie de muñeco de paja que gritaba cosas la hizo callar. Parecía que todo aquello que les prometía era la comida que les habían dicho que les darían, por lo que su mejor opción era seguirla.
El niño mono que estaba mucho más y mejor educado que el otro (y mucho más limpio) le agardeció llamándola tal y como se había presentado, lo que la arrancó una sonrisa plenamente sincera. Estaba claro que intentaba tener respeto, pero no quería que pensase que aquello era su nombre completo.
—Con Kalna vale —el tono era amable, y esta vez no era todo fachada.
Echó a andar la última, cerrando la marcha, y vigilando a todos lados. El lagarto (¿o la lagarto?) había dicho que entrenaba artes marciales, lo cual la hizo preguntarse si el ataque de ansiedad anterior tenía motivos concretos: aquella emocionalidad la vinculaba tanto a los hombres que ni se había planteado si podía haber algo más, y viendo que entrenaba estaba claro que debía ser una mujer. La pregunta de aquel ser que no sabía identificar, y que la estaba dejando muy confusa, al que el niño idiota había llamado “chucho” la hizo acercarse un poco al humano de la gabardina.
—Oye, ¿tú sabes lo que es una gallina? —le preguntó. Estaba claro que, siendo un hombre, sabría de esas cosas, pues eran los que se dedicaban al campo.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Plaza de la Fuente
24/03/23, 01:58 pm
Ante la espontánea discusión Ethan permaneció en silencio. En esos momentos echaba en falta a Oliver, el señor de mediana edad y sonrisa afable que era su psicólogo. Él tenía razón, le faltaba volver a socializar con gente de su edad. Los hechos eran un vivo ejemplo de ello, no lograba comprender en qué parte se había equivocado. ¿Quizá fue el tono? o ¿fueron sus formas?
La joven pelirroja fue la primera que aun sin conocerlo decidió que era buena idea ser lo más ponzoñosa posible. Quiso achacar sus palabras al estrés de la situación, a que de verdad no había malicia en sus intenciones. ¡Claro, estaba descalza! Era normal que su estado de ánimo fuera tan horrendo, tendría que tener los pies magullados. Ethan se sintió aliviado al encontrar una solución que en su cabeza tenía lógica, cuando lograsen parar en algún lugar seguro tendrían que buscarle una alternativa.
Aún así, cuando el felino intervino agradeció en silencio que saliera en su defensa. Una cosa era entender el razonamiento de la muchacha y otra que sus palabras no hubieran sido igualmente hirientes. Ethan no iba a intervenir, principalmente porque no quería sumar leña a un fuego que parecía estar más o menos controlado.
El que más le sorprendió fue Rick. Mencionando a forma de corrección algo en lo que Ethan estaba totalmente de acuerdo. <<Ah vale! Es que me han entendido fatal, que zopenco eres>>
-Un momento, un momento. No me he explicado bien. No estaba insinuando dejar a nadie atrás a la mínima, por eso estaba preocupándome primero por los niños. Solo digo que, si ayudar a alguien significa que probablemente… -Ethan se quedó callado, inseguro de que volviera a estar sonando horrendamente mal. Tras sopesar la situación y soltar un ligero suspiro, volvió a abrir la boca cambiando el enfoque- Lo decía principalmente por casos como el mio. Si se da la situación de tener que correr, seguramente yo no pueda. Y yo no peso 20 kg, si tú u otra persona quisierais ayudar podríamos morir todos por mi culpa. Simplemente digo, que evitemos que ocurra algo así. Es mejor que caiga solo yo en este caso.
Exponerse de esa manera no era de su agrado, pero si lograba calmar las aguas tendría que servir. De igual manera no iba a poder camuflar su condición, así que tarde o temprano serían conscientes de ella. Al menos así lo dejaba dicho.
Fue entonces que entre la vorágine de pensamientos e inquietud escuchó llegar a la bañera voladora. Al menos ya sabrían cómo conseguir comida. Era un buen punto de partida. Dedicó una última mirada al grupo para asegurarse de que Aniol estuviera bien posicionado, le dio una palmadita a Damian y se aseguro de que Connor también quisiera avanzar. Era hora de partir.
-Ah y Damian, puedes ir delante si quieres pero con la condición de que siempre estés junto a un mayor si? Y si te decimos que hagas algo, es por tu propio bien, yo ya sé que eres muy valiente. -Trato de revolverle el pelo en un intento de quitar tensión al asunto, que bastante tenían ya encima. -Pero recuerda que hay un premio esperándote, y para eso tenemos que llegar a nuestra nueva casa.
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La joven pelirroja fue la primera que aun sin conocerlo decidió que era buena idea ser lo más ponzoñosa posible. Quiso achacar sus palabras al estrés de la situación, a que de verdad no había malicia en sus intenciones. ¡Claro, estaba descalza! Era normal que su estado de ánimo fuera tan horrendo, tendría que tener los pies magullados. Ethan se sintió aliviado al encontrar una solución que en su cabeza tenía lógica, cuando lograsen parar en algún lugar seguro tendrían que buscarle una alternativa.
Aún así, cuando el felino intervino agradeció en silencio que saliera en su defensa. Una cosa era entender el razonamiento de la muchacha y otra que sus palabras no hubieran sido igualmente hirientes. Ethan no iba a intervenir, principalmente porque no quería sumar leña a un fuego que parecía estar más o menos controlado.
El que más le sorprendió fue Rick. Mencionando a forma de corrección algo en lo que Ethan estaba totalmente de acuerdo. <<Ah vale! Es que me han entendido fatal, que zopenco eres>>
-Un momento, un momento. No me he explicado bien. No estaba insinuando dejar a nadie atrás a la mínima, por eso estaba preocupándome primero por los niños. Solo digo que, si ayudar a alguien significa que probablemente… -Ethan se quedó callado, inseguro de que volviera a estar sonando horrendamente mal. Tras sopesar la situación y soltar un ligero suspiro, volvió a abrir la boca cambiando el enfoque- Lo decía principalmente por casos como el mio. Si se da la situación de tener que correr, seguramente yo no pueda. Y yo no peso 20 kg, si tú u otra persona quisierais ayudar podríamos morir todos por mi culpa. Simplemente digo, que evitemos que ocurra algo así. Es mejor que caiga solo yo en este caso.
Exponerse de esa manera no era de su agrado, pero si lograba calmar las aguas tendría que servir. De igual manera no iba a poder camuflar su condición, así que tarde o temprano serían conscientes de ella. Al menos así lo dejaba dicho.
Fue entonces que entre la vorágine de pensamientos e inquietud escuchó llegar a la bañera voladora. Al menos ya sabrían cómo conseguir comida. Era un buen punto de partida. Dedicó una última mirada al grupo para asegurarse de que Aniol estuviera bien posicionado, le dio una palmadita a Damian y se aseguro de que Connor también quisiera avanzar. Era hora de partir.
-Ah y Damian, puedes ir delante si quieres pero con la condición de que siempre estés junto a un mayor si? Y si te decimos que hagas algo, es por tu propio bien, yo ya sé que eres muy valiente. -Trato de revolverle el pelo en un intento de quitar tensión al asunto, que bastante tenían ya encima. -Pero recuerda que hay un premio esperándote, y para eso tenemos que llegar a nuestra nueva casa.
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- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Plaza de la Fuente
24/03/23, 04:59 pm
Connor asentiría hacia Räg, conforme con que se ofreciera a cuidar a los críos. Lo había juzgado de primeras, pero se había mostrado bastante racional y ahora no estaba arriba en la lista del motero de "Gente a la que tener vigilada". Sin embargo pronto frunció el ceño ante el comentario de Serena y la miró con una expresión seria y fría, estudiándola detenidamente. A raíz de las sugerencias de Ethan se había formado todo un debate, y el motero no podía estar más confundido con la situación. No le molestaron las palabras de la chica, si bien era cierto que se disponía a responderle al final decidió no hacerlo ya que Nohlem le respondió bastante bien y tenían asuntos más importantes. Le sorprendió que los defendiera, aunque suponía que se debía porque se lo había tomado como algo personal. ¿Acaso esa gilipollas pelirroja tenía mierda por cerebro? Él mismo compartía su pensamiento de dejar atrás o incluso sacrificar a otro en lugar de él, solo los niños se salvaban de algo así, pero decirlo en voz alta solo resaltaba su estupidez. Connor se cruzó de brazos mientras evaluaba lo que ocurría. Ahora sabía que aparte de Kalna por puta subnormal y Nohlem por rico cabrón, también tenía que tener cuidado con Serena.
Por otro lado le parecía toda una completa demostración de hipocresía que algunos de ellos se escandalizaran sobre dejar a alguien atrás. <<¿Es que si me ven en peligro van a arriesgar la vida por mí? Y una mierda...y yo no pienso hacerlo por ellos>> Pensó mientras escuchaba los comentarios de los demás. No se lo creía, al final y con la muerte soplándote la nuca cada uno miraría por sí mismo. Y solo algunos pensarían en Aniol y Damian. Aún así no intervino, no tenían tiempo para esas tontería. Y en eso estaba de acuerdo con Kalna, tenían que irse de allí ya.
Cuando el británico empezó a aclarar lo que había dicho, Connor pensó que se había acobardado al ver el descontento general y había preferido recular en su opinión. Pero en cuanto delató que lo decía más bien por sí mismo al motero le quedó claro que solo se trataba de otro caso más de idiotez. <<¿Por qué cojones nos dices un punto débil tuyo, joder?>> Pensaría Connor. Había sobrevivido tanto tiempo dentro de la violencia de su vida por tres motivos: permanecer en grupo con sus hermanos moteros, ser fuerte y por último aparentar serlo cuando se encontraba en la mierda. Por tanto no entendía la confesión de Ethan, aunque algo sí le había quedado claro. Era una persona normal y aparentemente podía confiar en él, porque solo alguien así podría haber hecho esa cagada.
No tenía mucho que decir, el británico había sido claro y él no había sido una de las personas que le había echado en cara algo de todas maneras. Seguía pensando que tenían que cerrar la puta boca y largarse de allí cuanto antes. Justo iba a decir eso cuando escuchó una voz en las alturas. Connor levantaría la cabeza visiblemente tenso y en guardia, pero pronto pudieron ver que se trataba de la comida de la que les habían hablado antes. La ciudad le dio de nuevo una sorpresa al tratarse de un espantapájaros montado en una bañera voladora.<<¿Es que nada de aquí tiene puñetero sentido?>>. Aunque el motero pensó que les iban a dejar los alimentos ahí mismo vio que la figura pasaba de largo y seguía su camino. Tenían que ir tras ellos si querían comer.
-Me cago en la puta...detrás nuestra siempre, ¿entendido?- Le dijo con gesto cansado pero con autoridad a Damian, cuando éste pidió ir delante. A aquellas alturas el motero empezaba a pensar que al niño le gustaba llevar la puta contraria. Si le decían que no corriera lo hacía, y si le decían que se quedara dentro del grupo ahora resultaba que quería ir delante. Que lo insultara le volvió a parecer gracioso, y Connor dejó salir una leve sonrisa de sus labios. Aquel enano era tan poca cosa que recibir insultos de él era como si un gatito intentara rugir.- Y sin tocar los cojones, ena...Damian.- Le diría rectificando pero levantando un dedo, dándole a entender que como no hiciera caso estaba dispuesto a darle la segunda colleja del día.
El grupo se puso en marcha, con los ojos puestos en la bañera. Connor iría delante acompañado de Ethan. No dejaría de mirar vigilante todas las esquinas durante el trayecto.
-Cogemos la puñetera comida y nos ponemos a buscar el refugio enseguida-. Les diría al grupo alzando la voz un poco para que lo oyeran.- Nada de discusiones de mierda ni hacer el gilipollas, si anochece estamos jodidos.- Comentaría de forma general, aunque sus frases iban más dirigidas hacia ciertas personas. Muchos de allí no le caían precisamente bien, pero teniendo en cuenta que iban a sobrevivir durante meses juntos... Más les valía empezar a llevarse, y eso también iba por él mismo.
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Por otro lado le parecía toda una completa demostración de hipocresía que algunos de ellos se escandalizaran sobre dejar a alguien atrás. <<¿Es que si me ven en peligro van a arriesgar la vida por mí? Y una mierda...y yo no pienso hacerlo por ellos>> Pensó mientras escuchaba los comentarios de los demás. No se lo creía, al final y con la muerte soplándote la nuca cada uno miraría por sí mismo. Y solo algunos pensarían en Aniol y Damian. Aún así no intervino, no tenían tiempo para esas tontería. Y en eso estaba de acuerdo con Kalna, tenían que irse de allí ya.
Cuando el británico empezó a aclarar lo que había dicho, Connor pensó que se había acobardado al ver el descontento general y había preferido recular en su opinión. Pero en cuanto delató que lo decía más bien por sí mismo al motero le quedó claro que solo se trataba de otro caso más de idiotez. <<¿Por qué cojones nos dices un punto débil tuyo, joder?>> Pensaría Connor. Había sobrevivido tanto tiempo dentro de la violencia de su vida por tres motivos: permanecer en grupo con sus hermanos moteros, ser fuerte y por último aparentar serlo cuando se encontraba en la mierda. Por tanto no entendía la confesión de Ethan, aunque algo sí le había quedado claro. Era una persona normal y aparentemente podía confiar en él, porque solo alguien así podría haber hecho esa cagada.
No tenía mucho que decir, el británico había sido claro y él no había sido una de las personas que le había echado en cara algo de todas maneras. Seguía pensando que tenían que cerrar la puta boca y largarse de allí cuanto antes. Justo iba a decir eso cuando escuchó una voz en las alturas. Connor levantaría la cabeza visiblemente tenso y en guardia, pero pronto pudieron ver que se trataba de la comida de la que les habían hablado antes. La ciudad le dio de nuevo una sorpresa al tratarse de un espantapájaros montado en una bañera voladora.<<¿Es que nada de aquí tiene puñetero sentido?>>. Aunque el motero pensó que les iban a dejar los alimentos ahí mismo vio que la figura pasaba de largo y seguía su camino. Tenían que ir tras ellos si querían comer.
-Me cago en la puta...detrás nuestra siempre, ¿entendido?- Le dijo con gesto cansado pero con autoridad a Damian, cuando éste pidió ir delante. A aquellas alturas el motero empezaba a pensar que al niño le gustaba llevar la puta contraria. Si le decían que no corriera lo hacía, y si le decían que se quedara dentro del grupo ahora resultaba que quería ir delante. Que lo insultara le volvió a parecer gracioso, y Connor dejó salir una leve sonrisa de sus labios. Aquel enano era tan poca cosa que recibir insultos de él era como si un gatito intentara rugir.- Y sin tocar los cojones, ena...Damian.- Le diría rectificando pero levantando un dedo, dándole a entender que como no hiciera caso estaba dispuesto a darle la segunda colleja del día.
El grupo se puso en marcha, con los ojos puestos en la bañera. Connor iría delante acompañado de Ethan. No dejaría de mirar vigilante todas las esquinas durante el trayecto.
-Cogemos la puñetera comida y nos ponemos a buscar el refugio enseguida-. Les diría al grupo alzando la voz un poco para que lo oyeran.- Nada de discusiones de mierda ni hacer el gilipollas, si anochece estamos jodidos.- Comentaría de forma general, aunque sus frases iban más dirigidas hacia ciertas personas. Muchos de allí no le caían precisamente bien, pero teniendo en cuenta que iban a sobrevivir durante meses juntos... Más les valía empezar a llevarse, y eso también iba por él mismo.
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- Trish
Ficha de cosechado
Nombre: Serena
Especie: Humana
Habilidades: Astucia, agilidad y habilidad manualPersonajes : Serena: humana (1,60 cm)
Unidades mágicas : 5/5
Re: Plaza de la Fuente
24/03/23, 06:22 pm
«¿¡Qué me ha dicho el gato!?»
Los ojos de Serena se abrieron de par en par y se odió a sí misma al no poder evitar que un humillante tono rojo tiñera sus mejillas. Hubiera deseado que la tierra la tragase en cuanto escuchó las puñaladas que le estaba dirigiendo Nohlem. Clavó las uñas sobre la palma de sus manos, le hubiera gustado contestarle y conseguir que sus aires de superioridad desaparecieran, pero prefería que nadie hiciera ningún comentario más sobre ella. Además, no consideraba que hubiera sido tan grosera con Ethan y Connor; al final tan solo había puntualizado algo evidente, ¿no?
Uno tras otro la observaron con desprecio y lanzaron indirectas que dolían cada vez más; incluso intuyó que el perro estaba diciéndole algo y que, por la afilada mirada con la que la observaba, no podía tratarse de nada bueno. Serena estaba segura de que escuchar sus palabras hubiera sido mucho más doloroso, pero una sensación de rabia invadió su cuerpo al no conseguir entender lo que había dicho. «Pobre, seguramente solo esté ladrando», pensó devolviéndole la misma mirada.
Dirigió la vista al cielo, satisfecha de que al fin la atención de la gente tuviera un nuevo objetivo: tres nuevos artefactos que volaban por encima de ellos, alejándose en distintas direcciones. Las primeras lágrimas ya habían aparecido en sus ojos y no parecían tener la intención de abandonarlos, por lo que tardó varios segundos en enfocar la vista y distinguir la forma de tres bañeras flotantes, la más cercana a ellos dirigida por un espantapájaros.
Comenzó a seguir los pasos del grupo hacia el camino que iba abriendo la bañera más cercana, habían decidido que era la opción más sensata. Sin embargo, el recuerdo de las miradas juzgándola y las frases que acababa de escuchar resonaban en su cabeza como una tortura.
Las lágrimas ya se habían apoderado de sus ojos, hasta el punto de no poder distinguir nada más que figuras borrosas frente a ella. Trataba de limpiar rápidamente una tras otra con el dorso de su mano a medida que caminaba; lo último que quería era que aquella gente la considerara débil, además de maleducada. «Eso es, no necesito a ninguna de estas personas. Voy a ser fuerte y acabarán dándose cuenta de que les conviene tratarme con respeto».
El siguiente paso que dio envió una corriente de dolor a lo largo de su pierna derecha. Seguía viendo borroso, pero pudo percibir que había pasado por alto una baldosa, rajada y puntiaguda, al no poder ver con claridad. Se dejó caer en el suelo y sujetó entre sus manos temblorosas su pie derecho. Pudo apreciar una fina línea a lo largo de la planta, justo antes de que los extremos de la piel a su alrededor se separaran en dos y la sangre comenzara a brotar. Intentó omitir el mareo que amenazaba con paralizarla y actuó con rapidez, quitándose la chaqueta que llevaba puesta. Tuvo que utilizar todas sus fuerzas a pesar de que su cuerpo entero estaba temblando, hasta que consiguió arrancar una de las mangas y colocarla alrededor del pie, procurando hacer suficiente presión sobre el corte. Aseguró la manga con una de las gomas de pelo que utilizaba para sujetar su trenza y aprovechó el momento para hacer lo mismo con la otra y proteger también su pie izquierdo.
Se incorporó, sintiéndose ridícula y sin ningún tipo de dignidad. El arreglo de las mangas conseguía amortiguar la molestia que sentía en el pie derecho, aunque notaba un desagradable pinchazo a cada paso que daba. Varias miradas estaban clavadas sobre ella, pero no quería recibir ningún tipo de compasión ni entorpecer el camino. Al menos ahora pensarían que había llorado por el dolor y no por culpa de lo incomprendida que se sentía.
—Estoy bien, ¿vale? —bufó a nadie en concreto, sintiéndose nada más que un estorbo y sin poder evitar cojear. —Pero me voy a quedar al final del grupo.
Los ojos de Serena se abrieron de par en par y se odió a sí misma al no poder evitar que un humillante tono rojo tiñera sus mejillas. Hubiera deseado que la tierra la tragase en cuanto escuchó las puñaladas que le estaba dirigiendo Nohlem. Clavó las uñas sobre la palma de sus manos, le hubiera gustado contestarle y conseguir que sus aires de superioridad desaparecieran, pero prefería que nadie hiciera ningún comentario más sobre ella. Además, no consideraba que hubiera sido tan grosera con Ethan y Connor; al final tan solo había puntualizado algo evidente, ¿no?
Uno tras otro la observaron con desprecio y lanzaron indirectas que dolían cada vez más; incluso intuyó que el perro estaba diciéndole algo y que, por la afilada mirada con la que la observaba, no podía tratarse de nada bueno. Serena estaba segura de que escuchar sus palabras hubiera sido mucho más doloroso, pero una sensación de rabia invadió su cuerpo al no conseguir entender lo que había dicho. «Pobre, seguramente solo esté ladrando», pensó devolviéndole la misma mirada.
Dirigió la vista al cielo, satisfecha de que al fin la atención de la gente tuviera un nuevo objetivo: tres nuevos artefactos que volaban por encima de ellos, alejándose en distintas direcciones. Las primeras lágrimas ya habían aparecido en sus ojos y no parecían tener la intención de abandonarlos, por lo que tardó varios segundos en enfocar la vista y distinguir la forma de tres bañeras flotantes, la más cercana a ellos dirigida por un espantapájaros.
Comenzó a seguir los pasos del grupo hacia el camino que iba abriendo la bañera más cercana, habían decidido que era la opción más sensata. Sin embargo, el recuerdo de las miradas juzgándola y las frases que acababa de escuchar resonaban en su cabeza como una tortura.
Las lágrimas ya se habían apoderado de sus ojos, hasta el punto de no poder distinguir nada más que figuras borrosas frente a ella. Trataba de limpiar rápidamente una tras otra con el dorso de su mano a medida que caminaba; lo último que quería era que aquella gente la considerara débil, además de maleducada. «Eso es, no necesito a ninguna de estas personas. Voy a ser fuerte y acabarán dándose cuenta de que les conviene tratarme con respeto».
El siguiente paso que dio envió una corriente de dolor a lo largo de su pierna derecha. Seguía viendo borroso, pero pudo percibir que había pasado por alto una baldosa, rajada y puntiaguda, al no poder ver con claridad. Se dejó caer en el suelo y sujetó entre sus manos temblorosas su pie derecho. Pudo apreciar una fina línea a lo largo de la planta, justo antes de que los extremos de la piel a su alrededor se separaran en dos y la sangre comenzara a brotar. Intentó omitir el mareo que amenazaba con paralizarla y actuó con rapidez, quitándose la chaqueta que llevaba puesta. Tuvo que utilizar todas sus fuerzas a pesar de que su cuerpo entero estaba temblando, hasta que consiguió arrancar una de las mangas y colocarla alrededor del pie, procurando hacer suficiente presión sobre el corte. Aseguró la manga con una de las gomas de pelo que utilizaba para sujetar su trenza y aprovechó el momento para hacer lo mismo con la otra y proteger también su pie izquierdo.
Se incorporó, sintiéndose ridícula y sin ningún tipo de dignidad. El arreglo de las mangas conseguía amortiguar la molestia que sentía en el pie derecho, aunque notaba un desagradable pinchazo a cada paso que daba. Varias miradas estaban clavadas sobre ella, pero no quería recibir ningún tipo de compasión ni entorpecer el camino. Al menos ahora pensarían que había llorado por el dolor y no por culpa de lo incomprendida que se sentía.
—Estoy bien, ¿vale? —bufó a nadie en concreto, sintiéndose nada más que un estorbo y sin poder evitar cojear. —Pero me voy a quedar al final del grupo.
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No existen los finales felices; son espejismos. No te cuentan que siempre, al final, todos mueren.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Plaza de la Fuente
24/03/23, 07:10 pm
Mientras iba caminando al lado de Connor, escucho hablar con esa vocecilla tan graciosa a Tawar. Se le escapaba una risa tonta con cada palabra que decía la criaturita pero el enunciado en sí no lo entendió. ¿Mundo? No comprendía por qué decían nada de otros sitios. Puede ser que viniesen de mundos mágicos pero Rocavarancolia debe estar en la Tierra. Le contaron que en la luna no hay aire y sin aire te mueres. Podía respirar asi que estaba convencidísimo de que la Tierra no la abandonó. En su lógica tenía sentido, sin ninguna fisura.
El de la cresta le dijo que se quedase detrás de él. Notó como se corrigió y le regaló una enorme sonrisa, asintiendo. Aquel hombre hablaba de una forma que le encantaba, le llamaba la atención. A l italiano siempre lo regañaban por decir palabrotas siendo tan pequeño pero no lo entendía. Si lo podían decir los del circo, ¿por qué él no?
—¡Ostias! ¡¿Sabes kung-fú?! —Stefano sabía un poco y le contaba al niño cosas sobre la disciplina marcial. Le molaría muchísimo que Rayín supiese pegarse con tanto estilo.
También estuvo al tanto de la conversación sobre Serena y el malentendido de Ethan. Poco discreto giró la cabeza al ver como Nohlem, ese gato-persona tan raro, puso a caldo a la pelirroja. Podían oir a Damian pitorreándose entre risas. A lo segundo le dedicó un poco más de reflexión.
—Si te pasa algo en la pierna, ve a la pata coja o haciendo el pino no es tan complicado. ¡Y si te caes yo te llevo, fácil! —para él desde luego era fácil dar pasitos de manos haciendo el pino, no teniendo en cuenta la habilidad del resto. Si tuviese fuerzas, sí que le llevaría y además, aunque no pudiese si le arrastraba de los pelos lo mismo tira algo de él—. ¡Y no va a pasar nada! Jooooder, estáis tensos de huevos —aclaró en su ignorancia, la caminata se le hacía hasta agradable.
El gordito no parecía ser muy listo. Vio como el niño moreno le daba las gracias a la guarra esa, Kalna.
—Cuidado Aniol. Si cobras por ella no es mi culpa, vaya ostión me metió antes —“avisó” a Aniol entre dientes y por lo bajo desde donde Connor, mirando a la susodicha con algo de miedete. El zambombazo que se llevó en la fuente todavía lo tenía dolorido.
Después de eso vio junto al resto una bañera. ¡Flotaba como el dragón ese falso! Damian se tensó, emocionado. Estaba flipando con el sitio mágico, el espantapájaros estaba montado en la más cercana a ellos.
—¡¿Filetes?! ¡¿Huevos?! ¡¡CACAHUETES!! ¡¡ME CAGO EN DIOS, QUE BUENO!!—no entendía nada del resto pero los frutos secos le flipaban y más los cacahuetes, sus favoritos. Exclamaba con un hambre atroz, le rugían las tripas—. ¡Ojú que hambre, coño! ¡Vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos! —casi que ordenó, nerviosísimo. No era capaz de quedarse quieto en el sitio, correteando al lado de Connor y Ethan con una crisis de nervios que no podía con ella. El niño podía ventilarse una vaca entera del hambre.
Se paró un momento para ver de lejos qué se hizo Serena quien, en un principio, Damián se rio de ella por lo bajo pero viendo que era una situación rara ya que se hizo daño prefirió ignorarla. Otro motivo de peso era que se puso al lado de Kalna, a esa mujer no la quería cerca ni de broma.
—¡Venga vamos cojones, que os pesa todo! ¡Se nos escapa la cosa esa con comida! ¡Lo mismo nos lleva a un sitio seguro joder! ¡¡Y no sé que pollas es un tuktuk, comestible seguro!! —si se retrasaba Serena le metería prisa, solo quería comer. La última noche no cenó del cabreo que se pilló con el trapecista del circo.
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El de la cresta le dijo que se quedase detrás de él. Notó como se corrigió y le regaló una enorme sonrisa, asintiendo. Aquel hombre hablaba de una forma que le encantaba, le llamaba la atención. A l italiano siempre lo regañaban por decir palabrotas siendo tan pequeño pero no lo entendía. Si lo podían decir los del circo, ¿por qué él no?
—¡Ostias! ¡¿Sabes kung-fú?! —Stefano sabía un poco y le contaba al niño cosas sobre la disciplina marcial. Le molaría muchísimo que Rayín supiese pegarse con tanto estilo.
También estuvo al tanto de la conversación sobre Serena y el malentendido de Ethan. Poco discreto giró la cabeza al ver como Nohlem, ese gato-persona tan raro, puso a caldo a la pelirroja. Podían oir a Damian pitorreándose entre risas. A lo segundo le dedicó un poco más de reflexión.
—Si te pasa algo en la pierna, ve a la pata coja o haciendo el pino no es tan complicado. ¡Y si te caes yo te llevo, fácil! —para él desde luego era fácil dar pasitos de manos haciendo el pino, no teniendo en cuenta la habilidad del resto. Si tuviese fuerzas, sí que le llevaría y además, aunque no pudiese si le arrastraba de los pelos lo mismo tira algo de él—. ¡Y no va a pasar nada! Jooooder, estáis tensos de huevos —aclaró en su ignorancia, la caminata se le hacía hasta agradable.
El gordito no parecía ser muy listo. Vio como el niño moreno le daba las gracias a la guarra esa, Kalna.
—Cuidado Aniol. Si cobras por ella no es mi culpa, vaya ostión me metió antes —“avisó” a Aniol entre dientes y por lo bajo desde donde Connor, mirando a la susodicha con algo de miedete. El zambombazo que se llevó en la fuente todavía lo tenía dolorido.
Después de eso vio junto al resto una bañera. ¡Flotaba como el dragón ese falso! Damian se tensó, emocionado. Estaba flipando con el sitio mágico, el espantapájaros estaba montado en la más cercana a ellos.
—¡¿Filetes?! ¡¿Huevos?! ¡¡CACAHUETES!! ¡¡ME CAGO EN DIOS, QUE BUENO!!—no entendía nada del resto pero los frutos secos le flipaban y más los cacahuetes, sus favoritos. Exclamaba con un hambre atroz, le rugían las tripas—. ¡Ojú que hambre, coño! ¡Vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos vamos! —casi que ordenó, nerviosísimo. No era capaz de quedarse quieto en el sitio, correteando al lado de Connor y Ethan con una crisis de nervios que no podía con ella. El niño podía ventilarse una vaca entera del hambre.
Se paró un momento para ver de lejos qué se hizo Serena quien, en un principio, Damián se rio de ella por lo bajo pero viendo que era una situación rara ya que se hizo daño prefirió ignorarla. Otro motivo de peso era que se puso al lado de Kalna, a esa mujer no la quería cerca ni de broma.
—¡Venga vamos cojones, que os pesa todo! ¡Se nos escapa la cosa esa con comida! ¡Lo mismo nos lleva a un sitio seguro joder! ¡¡Y no sé que pollas es un tuktuk, comestible seguro!! —si se retrasaba Serena le metería prisa, solo quería comer. La última noche no cenó del cabreo que se pilló con el trapecista del circo.
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- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de la Fuente
25/03/23, 03:43 am
Tawar no era del todo consciente de la suerte que estaba teniendo con esos Gigantes Amables. No podía ni imaginarse que el que le había acogido en último lugar le intentaría consolar y animar de aquella manera, y con tanto éxito. El hecho de que uno de ellos le estuviera cuidando así ya era más que sorprendente para elle y quizás por eso fue más reconfortante aún. Había oído hablar sobre los Amables que habían ayudado en los incendios, pero nunca imaginó que se iba a topar con otros y ganarse su delicadeza. Podrían pisarle o sacudírselo como a un insecto y, sin embargo, en su lugar se estaban preocupando por elle como si fuera une más del grupo. Como si fueran de la misma tribu.
Pudo volver en sí con ayuda de Nohlem pero muy lentamente, centrándose en su voz. Lo justo para agradecerle sus atenciones.
—Mu-muchas gracias... Esta aventura de la Flora se me viene grande, hay muchos estímulos, muchas cosas que no entiendo... Gracias por preocuparte, no me merezco las atenciones de les mítiques Gigantes Amables —le respondió con emoción—. Pero no lo haces en vano. Me recuperaré, te lo prometo —le quiso asegurar.
Como para demostrarlo, había conseguido volver sobre sus piernas y luego se había sentado en su cabeza, al cobijo del pelo. Incluso le acarició un poco la cabezota mientras le hablaba y después cerró los ojos y se tapó sus oídos para intentar tranquilizarse.
Los demás seguían decidiendo qué hacer y hacia dónde ir mientras se seguían lanzando insultos y palabras vulgares. ¿Cómo podían estar así con el peligro que corrían? No parecían en modo alguno una tribu y desconfiaba de las posibilidades de un grupo tan ofensivo, pero eran gigantes y de momento le trataban bien. Mejor que bien.
Cuando llegó la bañera poco después, Tawar apenas reaccionó. Anunciaba comida de muy extraños nombres, pero por fin vio cómo el grupo se dirigía hacia una. No se opondría a buscar comida, pero no entendía qué era aquella embarcación con patas y brillante, o qué sería la criatura que iba dando las voces. Si la Flora le había traído a un mundo de gigantes... Les seguiría y acompañaría, aunque solo le importarán tres o cuatro de ellos por el momento.
Pudo volver en sí con ayuda de Nohlem pero muy lentamente, centrándose en su voz. Lo justo para agradecerle sus atenciones.
—Mu-muchas gracias... Esta aventura de la Flora se me viene grande, hay muchos estímulos, muchas cosas que no entiendo... Gracias por preocuparte, no me merezco las atenciones de les mítiques Gigantes Amables —le respondió con emoción—. Pero no lo haces en vano. Me recuperaré, te lo prometo —le quiso asegurar.
Como para demostrarlo, había conseguido volver sobre sus piernas y luego se había sentado en su cabeza, al cobijo del pelo. Incluso le acarició un poco la cabezota mientras le hablaba y después cerró los ojos y se tapó sus oídos para intentar tranquilizarse.
Los demás seguían decidiendo qué hacer y hacia dónde ir mientras se seguían lanzando insultos y palabras vulgares. ¿Cómo podían estar así con el peligro que corrían? No parecían en modo alguno una tribu y desconfiaba de las posibilidades de un grupo tan ofensivo, pero eran gigantes y de momento le trataban bien. Mejor que bien.
Cuando llegó la bañera poco después, Tawar apenas reaccionó. Anunciaba comida de muy extraños nombres, pero por fin vio cómo el grupo se dirigía hacia una. No se opondría a buscar comida, pero no entendía qué era aquella embarcación con patas y brillante, o qué sería la criatura que iba dando las voces. Si la Flora le había traído a un mundo de gigantes... Les seguiría y acompañaría, aunque solo le importarán tres o cuatro de ellos por el momento.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Plaza de la Fuente
25/03/23, 11:39 am
Exhaló aire por la nariz a modo de risa por el chiste involuntario de Tawar. Un leve rubor y una sonrisa le siguió a las palabras bonitas que tuvo.
—No es nada. Si estuviera rodeado de gigantes yo también estaría así. Quiero decir… estoy nervioso y son de mi tamaño —sonrió un poco más con la palmadita que le dió. Quizás Tawar no fuera exactamente mágico, pero sí reconfortante de sobra—. Me alegro.
El caos parecía ir solviéndose poco a poco. Rick verbalizó su disgusto por lo mismo que le había preocupado a él del chico de la coleta y este no tardó en explicarse mejor. Le miró de refilón de arriba a abajo (sin mover la cabeza para no importunar a Tawar) buscando ese motivo del que hablaba que le impedía correr y fallando en el proceso. No llevaba bastón, ni escayola, ni pata de palo, ¿qué le pasaba entonces? ¿Alguna enfermedad? La persona con cuernos ya lo había dicho, no tenían porqué ponerse en lo peor, así que se ahorró repetirlo.
Una voz nueva les llegó de arriba y la imagen fue… bueno, acababa de ver un barco volando, una bañera solo era más ridículo si acaso. La mayoría de las cosas que recitaba sonaban tan alienígena como sus acompañantes antes de beber de la fuente, aunque al menos los niños parecían reconocer más cosas que él en el menú, comestible sería. La pelirroja no había llegado a responderle así que no se fijó en ella hasta que dijo algo tras levantarse por a saber qué. Entonces vislumbró su cojera, pero sobre todo como se limpiaba las lágrimas. “Ay, no.” Se apresuró en mirar a otro lado, con un nuevo nudo en la garganta. ¿Acababa de hacer llorar a una chica? Bueno, quizás él no, pero seguro que había ayudado. Mala suerte le había traído fijo. “Santos, el karma en este mundo es instantáneo.”
Se supone que era un caballero. Incluso si le estaba merecido por ir descalza y verbalizar algo inmoral Nohlem tuvo que resistir la urgencia de quedarse parado para preguntarle como estaba. Si aquella chica tenía la mitad de carácter que había tenido su hermana, y algo le decía que tenían bastante en común, que justamente él se preocupase por ella en ese mismo instante era lo peor que podía hacer. Así que con el cargo de consciencia y la certeza de que tendría que disculparse más tarde, siguió andando. Claro que no contaba con el crío. Karma.
Si los insultos de Connor le parecían bastos los del saco de huesos y pelo no tenían explicación. A él le gustaban los niños; su único primo de 6 años, los de los amigos de sus padres o los de la jardinera, que se los traía a la mansión para que no estuvieran solos en casa, todos habían sido una bonita experiencia para Nohlem. Claro que en esos casos los niños sabían comportarse, como el del pijama detrás suya, y no vibraban en el sitio hasta que cualquiera en 2 kilómetros a la redonda les localizase… Suspiró.
—Oye, ¿Damian? —preguntó suavemente. No quería meter más la gamba (acababa de hacer llorar a una chica, por los árboles dorados) y encima el enano ese era el protegido de Connor y el lagarto de las artes marciales. Un paso en falso y era varmano muerto—. Entiendo que tengas hambre —“de verdad que lo entiendo, tus padres serán más pobres que las ratas”—. Pero si hay algo peligroso por aquí, que esperemos que no, nos puede oír si hablamos tan alto. O peor aún, ¿y si espantamos al de la bañera? Es mejor que hablemos suave por si acaso, ¿va grandullón?
Terminó con una sonrisa y el corazón en un puño de los nervios. No estaba dispuesto a pasar el viaje al lado de una alarma andante, que ya bastante tenían que dar el cante con el señor de la bañera.
—No es nada. Si estuviera rodeado de gigantes yo también estaría así. Quiero decir… estoy nervioso y son de mi tamaño —sonrió un poco más con la palmadita que le dió. Quizás Tawar no fuera exactamente mágico, pero sí reconfortante de sobra—. Me alegro.
El caos parecía ir solviéndose poco a poco. Rick verbalizó su disgusto por lo mismo que le había preocupado a él del chico de la coleta y este no tardó en explicarse mejor. Le miró de refilón de arriba a abajo (sin mover la cabeza para no importunar a Tawar) buscando ese motivo del que hablaba que le impedía correr y fallando en el proceso. No llevaba bastón, ni escayola, ni pata de palo, ¿qué le pasaba entonces? ¿Alguna enfermedad? La persona con cuernos ya lo había dicho, no tenían porqué ponerse en lo peor, así que se ahorró repetirlo.
Una voz nueva les llegó de arriba y la imagen fue… bueno, acababa de ver un barco volando, una bañera solo era más ridículo si acaso. La mayoría de las cosas que recitaba sonaban tan alienígena como sus acompañantes antes de beber de la fuente, aunque al menos los niños parecían reconocer más cosas que él en el menú, comestible sería. La pelirroja no había llegado a responderle así que no se fijó en ella hasta que dijo algo tras levantarse por a saber qué. Entonces vislumbró su cojera, pero sobre todo como se limpiaba las lágrimas. “Ay, no.” Se apresuró en mirar a otro lado, con un nuevo nudo en la garganta. ¿Acababa de hacer llorar a una chica? Bueno, quizás él no, pero seguro que había ayudado. Mala suerte le había traído fijo. “Santos, el karma en este mundo es instantáneo.”
Se supone que era un caballero. Incluso si le estaba merecido por ir descalza y verbalizar algo inmoral Nohlem tuvo que resistir la urgencia de quedarse parado para preguntarle como estaba. Si aquella chica tenía la mitad de carácter que había tenido su hermana, y algo le decía que tenían bastante en común, que justamente él se preocupase por ella en ese mismo instante era lo peor que podía hacer. Así que con el cargo de consciencia y la certeza de que tendría que disculparse más tarde, siguió andando. Claro que no contaba con el crío. Karma.
Si los insultos de Connor le parecían bastos los del saco de huesos y pelo no tenían explicación. A él le gustaban los niños; su único primo de 6 años, los de los amigos de sus padres o los de la jardinera, que se los traía a la mansión para que no estuvieran solos en casa, todos habían sido una bonita experiencia para Nohlem. Claro que en esos casos los niños sabían comportarse, como el del pijama detrás suya, y no vibraban en el sitio hasta que cualquiera en 2 kilómetros a la redonda les localizase… Suspiró.
—Oye, ¿Damian? —preguntó suavemente. No quería meter más la gamba (acababa de hacer llorar a una chica, por los árboles dorados) y encima el enano ese era el protegido de Connor y el lagarto de las artes marciales. Un paso en falso y era varmano muerto—. Entiendo que tengas hambre —“de verdad que lo entiendo, tus padres serán más pobres que las ratas”—. Pero si hay algo peligroso por aquí, que esperemos que no, nos puede oír si hablamos tan alto. O peor aún, ¿y si espantamos al de la bañera? Es mejor que hablemos suave por si acaso, ¿va grandullón?
Terminó con una sonrisa y el corazón en un puño de los nervios. No estaba dispuesto a pasar el viaje al lado de una alarma andante, que ya bastante tenían que dar el cante con el señor de la bañera.
- ♪♫♬:
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Plaza de la Fuente
25/03/23, 01:30 pm
Abel le confirmó que se encontraba mejor, lo cual le alegró y asintió calmado a las palabras del chico. Parecía que, al menos un poco, el ambiente se había calmado algo y todos se encontraban con fuerzas para marchar a lo desconocido. Lo que más calmó a Rick fue la explicación de Ethan sobre lo anterior. Le echó una rápida mirada de arriba abajo, intentando encontrar algo que confirmara a primera vista el motivo pero no había nada extraño en él. -Entiendo. Perdona por el malentendido, Ethan. Intentaremos no llegar hasta ese extremo igualmente.- se disculpó animándolo. Ya desde un principio le había dado una buena impresión y, solventado aquello, se confirmaba que era buen tipo. Sería una pena dejarlo morir solo porque no tuvieran cuidado.
La atención del grupo pasó a otro objeto volador que se acercaba. Si la anterior nave era rara, Rick no pudo soltar una risilla de incredulidad al ver una bañera volando con lo que parecía un espantapájaros manejándola. -(Así que el extra de Pesadilla antes de Navidad nos trae la comida)- pensó siguiéndola con la mirada y razonando que las cosas que no tenía ni idea de qué eran debía ser comida de otros mundos. Aunque pensaba que bajaría igual que el otro barco, la bañera siguió navegando y, sumado al entusiasmo de los niños (sobre todo Damián, que no se estaba quieto y gritaba de la emoción), lo mejor sería seguirla.
Kalna le preguntó entonces sobre que lo descolocó en un principio. -(¿¡No tienen gallinas!?) pensó por un instante antes de caer en lo obvio -(Bueno, si viene de otro mundo supongo que puede que no existan allí)- Sin tener claro si en el mundo de la chica habría algo parecido, intento explicarle qué era: -Pues... una gallina es un ave de corral. No son muy grandes, tienen plumas, pico y una cresta pequeña... En La Tierra se crían bastante por los huevos que ponen y por su carne, no se si de donde vienes hay algo parecido.- Aquella conversación en su mundo habría sido surrealista, pero claro, no lo estaban ya. -(¿En cuántas cosas más diferiran?)- pensó recordando los detalles que más le llamaban la atención de los "aliens" del grupo.
Mientras que el resto andaba ya conversando entre ellos y Connor sugirió un plan de acción que de momento nadie se oponía, Rick se fijó en Serena. Aunque ya cuando apareció la bañera estaba cerca de ella, fue cuando empezaron a caminar que estaba actuando algo distinto en comparación con lo que había mostrado hasta ahora. De hecho, ¿tenía...? Cuando quiso darse cuenta, la chica se había caído. Por la reacción, era obvio que se había hecho daño, incluso corte con lo que hizo a continuación. El joven se habría acercado, pero no le dio tiempo cuando ya la escocesa estaba preparando una cura provisional. La cara y las palabras que dijo después empezaban a dar fuerzas a su hipótesis sobre ella. -(Ya veo. Así que eres de esas personas, ¿eh?)- preguntó mentalmente. La verdad que, si al final resultaba estar en lo cierto, le daba cierta lástima la chica. ¿Qué la habría llevado a ser así?
Mientras seguían avanzando, de forma despreocupada mirando a otro lado pero con un tono que desprendía mucho más, comentó: -Igual que le he comentado a Abel, puedo echar una mano al resto en cualquier momento. Al final, no todos los casos se pueden resolver solo por más que se esfuerce uno, aunque no voy a impedir que otros detectives lo intenten si quieren.- Parecía un comentario al aire, pero por el volumen solo iba a escucharlo quien fuera atrás (también influía el griterío del niño) y claramente iba dirigido a Serena aunque la oferta la abriera al resto. Se la habría ofrecido abiertamente, pero tenía claro que de hacerlo solo se llevaría más reproches y odio. De hecho, ya con lo que había dicho consideraba la posibilidad de llevarse eso igualmente a pesar de que en el tono que había usado no había rastro de malicia.
La atención del grupo pasó a otro objeto volador que se acercaba. Si la anterior nave era rara, Rick no pudo soltar una risilla de incredulidad al ver una bañera volando con lo que parecía un espantapájaros manejándola. -(Así que el extra de Pesadilla antes de Navidad nos trae la comida)- pensó siguiéndola con la mirada y razonando que las cosas que no tenía ni idea de qué eran debía ser comida de otros mundos. Aunque pensaba que bajaría igual que el otro barco, la bañera siguió navegando y, sumado al entusiasmo de los niños (sobre todo Damián, que no se estaba quieto y gritaba de la emoción), lo mejor sería seguirla.
Kalna le preguntó entonces sobre que lo descolocó en un principio. -(¿¡No tienen gallinas!?) pensó por un instante antes de caer en lo obvio -(Bueno, si viene de otro mundo supongo que puede que no existan allí)- Sin tener claro si en el mundo de la chica habría algo parecido, intento explicarle qué era: -Pues... una gallina es un ave de corral. No son muy grandes, tienen plumas, pico y una cresta pequeña... En La Tierra se crían bastante por los huevos que ponen y por su carne, no se si de donde vienes hay algo parecido.- Aquella conversación en su mundo habría sido surrealista, pero claro, no lo estaban ya. -(¿En cuántas cosas más diferiran?)- pensó recordando los detalles que más le llamaban la atención de los "aliens" del grupo.
Mientras que el resto andaba ya conversando entre ellos y Connor sugirió un plan de acción que de momento nadie se oponía, Rick se fijó en Serena. Aunque ya cuando apareció la bañera estaba cerca de ella, fue cuando empezaron a caminar que estaba actuando algo distinto en comparación con lo que había mostrado hasta ahora. De hecho, ¿tenía...? Cuando quiso darse cuenta, la chica se había caído. Por la reacción, era obvio que se había hecho daño, incluso corte con lo que hizo a continuación. El joven se habría acercado, pero no le dio tiempo cuando ya la escocesa estaba preparando una cura provisional. La cara y las palabras que dijo después empezaban a dar fuerzas a su hipótesis sobre ella. -(Ya veo. Así que eres de esas personas, ¿eh?)- preguntó mentalmente. La verdad que, si al final resultaba estar en lo cierto, le daba cierta lástima la chica. ¿Qué la habría llevado a ser así?
Mientras seguían avanzando, de forma despreocupada mirando a otro lado pero con un tono que desprendía mucho más, comentó: -Igual que le he comentado a Abel, puedo echar una mano al resto en cualquier momento. Al final, no todos los casos se pueden resolver solo por más que se esfuerce uno, aunque no voy a impedir que otros detectives lo intenten si quieren.- Parecía un comentario al aire, pero por el volumen solo iba a escucharlo quien fuera atrás (también influía el griterío del niño) y claramente iba dirigido a Serena aunque la oferta la abriera al resto. Se la habría ofrecido abiertamente, pero tenía claro que de hacerlo solo se llevaría más reproches y odio. De hecho, ya con lo que había dicho consideraba la posibilidad de llevarse eso igualmente a pesar de que en el tono que había usado no había rastro de malicia.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Plaza de la Fuente
25/03/23, 02:37 pm
Rägjynn no parecía muy convencido respondiendo a su pregunta. ¿Acaso los artefactos mágicos eran algo tan raro? ¿No tenía más sentido extraer la magia de un entorno cargado de energía que de uno mismo? Airi nunca se había imaginado que la magia residiese dentro de las criaturas vivas también, aunque, pensándolo bien, era lo siguiente más lógico. Las criaturas vivas necesitaban energía para vivir, quizá era por eso, aunque sonaba peligroso.
—Donde yo vivo se usan cristales cargados de energía para hacer funcionar artefactos mágicos —explicó lentamente. Los nervios podían jugarle una mala pasada y hacerle soltar algún secreto sin querer, pero… ¿realmente importaba allí donde estaba? Como no lo acababa de tener claro prefería hablar con reservas.
Airi tuvo que cambiar la opinión que se había formado del chico que había sugerido dejar a otros atrás ante el peligro. Se había expresado mal, tal vez por no querer hablar de sí mismo, pero escucharlo le causó un escalofrío. Seguía sin entender por qué estaban tan obsesionados con correr o defenderse, pero le acababa de recordar que también era un lastre. Airi no se sentía tan confortable aún como para ponerse a dar explicaciones, y ese día se encontraba bien, ¿pero acaso quería decir aquello que en sus culturas era normal abandonar a los débiles? Quería creer que no, pero eran todos tan diferentes…
—No hace falta ponernos en situaciones tan extremas. Lo normal es que nos ayudemos unos a otros a pasar estas pruebas —dijo, mirando al chico. Se podría entrever cierta inseguridad en su expresión, pero lo que decía era sincero. Tal vez no debía haber dicho nada, pero no se había podido contener debido a la preocupación. Nadie merecía sentirse así, pero que aquello saliese de su propia boca tal vez se volvería contra Airi en algún momento. La parte buena fue que Damian los distrajo enseguida con varias tonterías sobre cómo huir a la pata coja. Aquello se ganó una sonrisa escéptica por su parte, pero aunque era un malhablado, le alivió que él también se uniese a los que habían dicho palabras tranquilizadoras para el grupo.
Lo que sí interrumpió todas las conversaciones poco después fue una voz en la lejanía. Igual que antes habían visto despegar el navío con forma de guiverno, ahora lo que se acercaba eran… ¿barreños? Airi entrecerró los ojos para verlos mejor. Uno de ellos venía directo hacia su posición, y pronto pudieron escuchar que sus cánticos anunciaban comida de origen desconocido. No le inspiraban mucha confianza lo que oía, un sentimiento que compartía con otros que lo expresaron en voz alta, pero entre las cosas anunciadas había varias que sonaban comestibles, como filetes o huevos, y empezaba a sentir hambre. La decisión de perseguir al nuevo navío era obvia; estaba claro que sus secuestradores les estaban dando una pista, habían prometido comida y allí estaba. Si no iban tras las bañeras continuarían tan perdidos como antes, aunque no se podía descartar que fuese algún tipo de engaño. Solo había una manera de saberlo.
Iniciaron la marcha unos cerca de otros. A Airi ni siquiera le parecía que fuese tan importante la formación. Se quedó cerca de los niños y Rägjynn, a un flanco de la comitiva. No eran tantos. Era un grupo mayor que una partida de caza, pero muchísimo menor que cualquier caravana comercial. Que el chico malhablado del pelo rosado les recordara que se haría de noche le provocó un nerviosismo que había tratado de olvidar mientras se desataba el caos. La luz natural era escasa, que era la razón por la que originalmente había creído que estaba anocheciendo. Sin embargo, juraría que el sol ahora estaba un poco más alto que antes. Seguramente le estaban confundiendo las nubes de tormenta, pero esperaba que de verdad aún les quedasen muchas horas de luz por delante.
El sonido de alguien cayendo al suelo hizo que Airi se girase para ver qué pasaba. Era la chica descalza, que se había hecho daño. Ver su herida le hizo morder los carrillos de angustia. Ella estaba siendo distante con todos, pero eso no quería decir que no sintiese nada presenciando aquello. Por desgracia no tenía mucho que le pudiese prestar para ponerse en los pies, ya que toda su ropa era demasiado ligera, algo que su cuerpo congelado le recordaba constantemente. Quería preguntarle si estaba bien cuando ella misma se incorporó y lo confirmó de forma fría. Continuó insistiendo en permanecer apartada, pero a Airi no le sentaba bien que pudiese sentir que nadie se preocupaba por ella. Fue entonces cuando el chico que, ahora que se fijaba, tenía un ojo de cada color, lanzó una oferta de ayuda al aire. ¿Se referiría a la rezagada? Con su actitud, era probable que esta ni siquiera se diese por aludida.
—¿Creéis que podríamos improvisarle unos zapatos mejores a esa chica con lo que llevamos encima? —preguntó en voz baja a los que le rodeaban, incluyendo al chico con heterocromía. Había aprovechado el momento en que Damian dejó de aullar para hablar con el del hocico felino, al que Airi querría dar las gracias con efusividad por el intento de hacerlo bajar la voz—. Se va a volver a hacer daño.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
—Donde yo vivo se usan cristales cargados de energía para hacer funcionar artefactos mágicos —explicó lentamente. Los nervios podían jugarle una mala pasada y hacerle soltar algún secreto sin querer, pero… ¿realmente importaba allí donde estaba? Como no lo acababa de tener claro prefería hablar con reservas.
Airi tuvo que cambiar la opinión que se había formado del chico que había sugerido dejar a otros atrás ante el peligro. Se había expresado mal, tal vez por no querer hablar de sí mismo, pero escucharlo le causó un escalofrío. Seguía sin entender por qué estaban tan obsesionados con correr o defenderse, pero le acababa de recordar que también era un lastre. Airi no se sentía tan confortable aún como para ponerse a dar explicaciones, y ese día se encontraba bien, ¿pero acaso quería decir aquello que en sus culturas era normal abandonar a los débiles? Quería creer que no, pero eran todos tan diferentes…
—No hace falta ponernos en situaciones tan extremas. Lo normal es que nos ayudemos unos a otros a pasar estas pruebas —dijo, mirando al chico. Se podría entrever cierta inseguridad en su expresión, pero lo que decía era sincero. Tal vez no debía haber dicho nada, pero no se había podido contener debido a la preocupación. Nadie merecía sentirse así, pero que aquello saliese de su propia boca tal vez se volvería contra Airi en algún momento. La parte buena fue que Damian los distrajo enseguida con varias tonterías sobre cómo huir a la pata coja. Aquello se ganó una sonrisa escéptica por su parte, pero aunque era un malhablado, le alivió que él también se uniese a los que habían dicho palabras tranquilizadoras para el grupo.
Lo que sí interrumpió todas las conversaciones poco después fue una voz en la lejanía. Igual que antes habían visto despegar el navío con forma de guiverno, ahora lo que se acercaba eran… ¿barreños? Airi entrecerró los ojos para verlos mejor. Uno de ellos venía directo hacia su posición, y pronto pudieron escuchar que sus cánticos anunciaban comida de origen desconocido. No le inspiraban mucha confianza lo que oía, un sentimiento que compartía con otros que lo expresaron en voz alta, pero entre las cosas anunciadas había varias que sonaban comestibles, como filetes o huevos, y empezaba a sentir hambre. La decisión de perseguir al nuevo navío era obvia; estaba claro que sus secuestradores les estaban dando una pista, habían prometido comida y allí estaba. Si no iban tras las bañeras continuarían tan perdidos como antes, aunque no se podía descartar que fuese algún tipo de engaño. Solo había una manera de saberlo.
Iniciaron la marcha unos cerca de otros. A Airi ni siquiera le parecía que fuese tan importante la formación. Se quedó cerca de los niños y Rägjynn, a un flanco de la comitiva. No eran tantos. Era un grupo mayor que una partida de caza, pero muchísimo menor que cualquier caravana comercial. Que el chico malhablado del pelo rosado les recordara que se haría de noche le provocó un nerviosismo que había tratado de olvidar mientras se desataba el caos. La luz natural era escasa, que era la razón por la que originalmente había creído que estaba anocheciendo. Sin embargo, juraría que el sol ahora estaba un poco más alto que antes. Seguramente le estaban confundiendo las nubes de tormenta, pero esperaba que de verdad aún les quedasen muchas horas de luz por delante.
El sonido de alguien cayendo al suelo hizo que Airi se girase para ver qué pasaba. Era la chica descalza, que se había hecho daño. Ver su herida le hizo morder los carrillos de angustia. Ella estaba siendo distante con todos, pero eso no quería decir que no sintiese nada presenciando aquello. Por desgracia no tenía mucho que le pudiese prestar para ponerse en los pies, ya que toda su ropa era demasiado ligera, algo que su cuerpo congelado le recordaba constantemente. Quería preguntarle si estaba bien cuando ella misma se incorporó y lo confirmó de forma fría. Continuó insistiendo en permanecer apartada, pero a Airi no le sentaba bien que pudiese sentir que nadie se preocupaba por ella. Fue entonces cuando el chico que, ahora que se fijaba, tenía un ojo de cada color, lanzó una oferta de ayuda al aire. ¿Se referiría a la rezagada? Con su actitud, era probable que esta ni siquiera se diese por aludida.
—¿Creéis que podríamos improvisarle unos zapatos mejores a esa chica con lo que llevamos encima? —preguntó en voz baja a los que le rodeaban, incluyendo al chico con heterocromía. Había aprovechado el momento en que Damian dejó de aullar para hablar con el del hocico felino, al que Airi querría dar las gracias con efusividad por el intento de hacerlo bajar la voz—. Se va a volver a hacer daño.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Plaza de la Fuente
25/03/23, 04:42 pm
Tal y como había planeado, lo primero que hizo Ilol al reencontrarse con su hermana fue pedirle que le llevara a ver el discurso de la fuente. Por lo que le había contado Karime de cómo funcionaba una criba, ese parecía ser el punto de inicio de esta, sin contar la propia cosecha, e Ilol no quería perdérselo por ninguna razón.
Al final, no hizo falta ni que el andrógino sacara a relucir alguna de sus caritas de pena y tras un recordatorio de las normas y que Mánia les prestara un amuleto de ilusionismo que permitiera que observaran cómodamente desde algún edificio sin que les vieran desde la plaza, ambos pactaron que irían a la plaza temprano para poder ver la llegada de los cosechados y sus interacciones.
Ilol, que había dormido poco por la emoción de estar por fin en Rocavarancolia de forma permanente, había saltado sobre su hermana al punto de la mañana y había amenizado el desayuno y el paseo hasta la plaza con una serie de preguntas, comentarios y especulaciones sobre los cosechados que concían, que se limitaban a los de Libo y a los de Zemlya, y todos los que les quedaban por conocer.
En cuanto llegaron a la plaza, Karime no perdió el tiempo en localizar el que ella consideró el mejor edificio o, al menos, el que tenía mejor vista, y procedió a escalar por este con su hermano al lomo hasta que ambos pudieron acomodarse en el tejado. Ilol, de hecho, había traído hasta un almuerzo y una manta, la cual no tardó en extender sobre las tejas que parecían más cómodas como si aquello fuera el picnic más encantador.
Mirando a su alrededor, pudo ver algún otro curioso o interesado por la nueva cosecha también acomodándose en otros edificios cercanos. Incluso reconoció a algunos de ellos. De hecho, estaba segura que el que podía ver a unos dos edificios a la derecha era Krono Rádem, pero tampoco le prestó demasiada importancia, ya que tenía entendido que era un habitual por algo relacionado con su transformación.
-¿Cuánto crees que tardarán en aparecer? -preguntó Ilol con impaciencia.
-Eso depende de cuánto tiempo tarden en salir de la prisión. Puede que se estén encontrando todavía entre ellos y sorteando las dificultades del idioma -explicó Karime-. No es como si yo pudiera hablar por experiencia, ya que ni Ariv ni yo llegamos a escuchar el discurso en la plaza, pero supongo que no tardarán mucho en llegar.
Como si de una orden se tratara, en ese momento entró en la plaza la primera cosechada.
-¡Oh, mira Ka! ¡Es Kalna!
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Plaza de la Fuente
25/03/23, 05:55 pm
Kahlo tenía curiosidad desde hace semanas por saber que tipo de grupo se formaría ese año. Era una curiosidad pasajera, del tipo que pregunta por ellos o no cambia de acera si se los encuentra en la calle, pero no la curiosidad de ir a la plaza a verlos. Todavía la perseguían los recuerdos de la matanza de su primer día, y ni siendo inmune a ello quería ser espectadora de algo parecido. Para ella estar allí suponía fuerzas mayores.
Cuando Zarpa le contó lo que había pasado se controló para no darle una segunda bofetada cuando la extrema cantidad de toxinas que liberó hicieron que olvidase la primera. Sabía que no era culpa suya, aunque tampoco es que pensase con claridad en el momento. Había cosechado a su hermano. Tenía que verlo con sus propios ojos.
La varmana se levitó al tejado más accesible y una vez ahí planeo de edificio en edificio en busca de un buen sitio donde resguardarse y tener buena visión. No había dormido en toda la noche y aún no sabía como sentirse respecto a la presencia de Nohlem: bien no, por descontado. No quería que la ciudad le hiciera daño, odiaba pensar que habían dejado solos a sus padres, pero lo había echado tanto de menos y, a la vez…
Tenía un alfiler hecho de celos en el corazón. Por supuesto no quería que estuviera ahí por miedo a lo que pudiera pasarle, pero tampoco quería que saliera victorioso. Se pinzó el morro y cerró los ojos, se sentó sobre las tejas y miró arriba para no derramar lágrimas. Odiaba pensar así, era horrible y lo sabía, pero… ¿¡por qué tenía que seguirla a todas partes!? ¡Esa era su casa ahora! Le conocía demasiado bien, su sonrisa, su don de gentes y como caía bien a todo el mundo, incluso si ella tenía más ganas de aprender que él y un año de ventaja… Todavía era capaz de pisarle el futuro en Rocavarancolia. Volvería a ser la segundona.
Tomó aire y se limpió el rostro. Genial, ahí se iba el rimel. Menos mal que no tenía a otros curiosos alrededor, o incluso en un espacio tan abierto estarían olvidando sus nombres. Se sorbió la nariz, sacudió las alas para que el viento arrastrase lejos de allí las toxinas restantes y las plegó, arropándose con ellas y un hechizo de opacidad.
Al cabo de un rato salió la primera persona, una chica alta con el pelo negro que creyó humana. Incluso para ella resultaba intimidante. Imitó sus pasos desde arriba, siguiéndola, y cuando se le acabó el espacio planeó a otro tejado más bajo donde tendría mejor detalle. Ya estaba ocupado por dos personas. Les reconocía de vista, en especial a la licántropa.
—Oh… Disculpad —se limpió el rostro una vez más, borrando mejor las líneas que lo habían cruzado antes—. ¿Os importa…?
Señaló un espacio a su lado. Por si acaso Kahlo ya estaba buscando otro tejado mejor por el rabillo del ojo.
Cuando Zarpa le contó lo que había pasado se controló para no darle una segunda bofetada cuando la extrema cantidad de toxinas que liberó hicieron que olvidase la primera. Sabía que no era culpa suya, aunque tampoco es que pensase con claridad en el momento. Había cosechado a su hermano. Tenía que verlo con sus propios ojos.
La varmana se levitó al tejado más accesible y una vez ahí planeo de edificio en edificio en busca de un buen sitio donde resguardarse y tener buena visión. No había dormido en toda la noche y aún no sabía como sentirse respecto a la presencia de Nohlem: bien no, por descontado. No quería que la ciudad le hiciera daño, odiaba pensar que habían dejado solos a sus padres, pero lo había echado tanto de menos y, a la vez…
Tenía un alfiler hecho de celos en el corazón. Por supuesto no quería que estuviera ahí por miedo a lo que pudiera pasarle, pero tampoco quería que saliera victorioso. Se pinzó el morro y cerró los ojos, se sentó sobre las tejas y miró arriba para no derramar lágrimas. Odiaba pensar así, era horrible y lo sabía, pero… ¿¡por qué tenía que seguirla a todas partes!? ¡Esa era su casa ahora! Le conocía demasiado bien, su sonrisa, su don de gentes y como caía bien a todo el mundo, incluso si ella tenía más ganas de aprender que él y un año de ventaja… Todavía era capaz de pisarle el futuro en Rocavarancolia. Volvería a ser la segundona.
Tomó aire y se limpió el rostro. Genial, ahí se iba el rimel. Menos mal que no tenía a otros curiosos alrededor, o incluso en un espacio tan abierto estarían olvidando sus nombres. Se sorbió la nariz, sacudió las alas para que el viento arrastrase lejos de allí las toxinas restantes y las plegó, arropándose con ellas y un hechizo de opacidad.
Al cabo de un rato salió la primera persona, una chica alta con el pelo negro que creyó humana. Incluso para ella resultaba intimidante. Imitó sus pasos desde arriba, siguiéndola, y cuando se le acabó el espacio planeó a otro tejado más bajo donde tendría mejor detalle. Ya estaba ocupado por dos personas. Les reconocía de vista, en especial a la licántropa.
—Oh… Disculpad —se limpió el rostro una vez más, borrando mejor las líneas que lo habían cruzado antes—. ¿Os importa…?
Señaló un espacio a su lado. Por si acaso Kahlo ya estaba buscando otro tejado mejor por el rabillo del ojo.
- ♪♫♬:
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Plaza de la Fuente
25/03/23, 06:05 pm
Ilol había estado a punto de empezar su diatriba sobre Kalna, cuando una voz le interrumpió. Karime ya había oído gracias a sus sentidos la llegada de la varmana, pero no le había dado importancia, ya que la había reconocido de la torre Serpentaria y no creía que tuviera ninguna mala intención contra su hermano o ella.
-¡Sí! ¡Claro! -exclamó Ilol tras un corto intercambio de miradas con su hermana para asegurarse de que podía unirse a ellos-. Ven, siéntate en nuestra manta, hay espacio de sobra. ¿Quieres un bocadillo? ¿Un té? -comenzó a ofrecer emocionado.
Ilol, por su condición de andrógino de la Reina Madre, estaba poco acostumbrado a servir y mucho más a ser servido, pero ahora estaba en Rocavarancolia y ella era una rocavarancolesa proveniente de un mundo vinculado que él no conocía con una transformación que él no conocía y perteneciente a una cosecha que él no conocía (aunque ciertamente solo conocía las de Mánia y su hermana). Además, era una chica muy bonita y si algo sabía apreciar Ilol era la belleza.
-¿Vienes por curiosidad? ¿O conoces a alguien? ¿Eres cosechadora? -siguió preguntando emocionado como le pasaba siempre que se encontraba cara a cara con un transformado-. ¡Oh! ¡Qué maleducado, no me he presentado! Yo soy Ilol, de la Rein... quiero decir, solo Ilol. Y ella es mi hermana Karime. ¡Es una licántropa!
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
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