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12/08/12, 06:27 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Libo

Portal situado en una escarpada montaña lejana a la capital.

Dal

Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.

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15/05/19, 01:54 pm
Varsai siguió, contenta, a la bruja. Escuchaba a la chica describirle estatuas y monumentos y la licántropa prestaba especial atención a las plantas que se encontraban por el camino.

Por fin llegaron a la mansión y tomaron unos panecillos que estaban muy buenos con fruta. Asintió a sus palabras y la vio marchar hacia sus habitaciones. La varmana nunca había necesitado tanto tiempo para prepararse pero ciertamente sí le apetecía un baño caliente.

Miró a la criada que le ofrecía ayuda y negó con la cabeza. "No será necesario gr... Vuelve a tus quehaceres diarios". Tuvo que morderse la lengua mentalmente para no decir gracias. Recogió las toallas de la mujer y entró en el baño.

Nada más entrar tocó la runa de su cuello que hizo desaparecer sus ropas. Hizo desaparecer la cola y se metió en la bañera. Normalmente no le importaba mojarse la cola, pero tardaba demasiado tiempo en secar y no quería importunar a la bruja.

Cuando el agua estuvo casi fría la chica salió de la bañera, se secó y volvió a hacer aparecer la cola. Se peinó y aprovecho para cepillarse el rabo. Salió del baño y sacó el vestido que le había hecho Twix para la ocasión. De color negro con adornos morados. Se vistió, y se miró al espejo, empezó a acentuar sus rasgos felinos, aumentó el tamaño de los colmillos sin que llegase a ser molesto, parte de su cara se volvió más parecida a su forma animal sin llegar a perder del todo sus rasgos varmanos. Cuando estuvo satisfecha se puso las botas que había comprado ese mismo día, recogió los pendientes que había comprado y se encaminó a la habitación de la bruja.

Tocó a la puerta y esperó a que ésta le diese permiso para pasar. Varsai quería que le ayudase a ponerse los pendientes y también que le diese el visto bueno o le sugiriese cosas que cambiar.
Invitado
Invitado

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26/05/19, 04:01 am
Mánia abrió la puerta de su dormitorio y sonrió a Varsai.

-¡Estás estupenda! Pasa.

La bruja iba perfectamente maquillada en rojo sangre y negro y llevaba sus orejas ceremoniales engaladas con un par de enormes medias lunas de oro con rubíes incrustados y colgantes de perlas negras. Lo que no iba vestida todavía, si no que llevaba una bata de seda con estampados florales.

-Siéntate, justo habían acabado de peinarme y me iba a vestir -dijo señalando la cama.

Había dos sirvientas presentes que ayudaron a Mánia a ponerse una fantasía de bordados rojos con brillantes con cuello alto que dejaba ambos pechos y su tripa al descubierto. El conjunto estaba rematado con filigranas de oro bruñido. De la parte de atrás caían dos franjas de tela roja traslúcida formando una cola que arrastraba por el suelo. Como toque final, le calzaron unas botas de terciopelo con tacón y punta de oro y suelas de nácar.

-Un momento, voy a ayudar a Zarpa con los complementos antes de ponerme las garras -indicó a sus sirvientas, que ya traían la cajita donde la bruja guardaba sus garras para esa noche.

Ayudó a la licántropa a ponerse unos pendientes de diseño similar a los adornos de sus orejas, pero algo menos ostentosos, y una diadema de filigrana. Le dejó un cinturón de discos de oro para ceñirle el talle y un collar a juego con algunos zafiros para complementar con las botas que había elegido. Lo último fueron las garras ceremoniales.

-Ponedle algo de kohl en los ojos -ordenó a sus sirvientas. Era el único maquillaje que no se arruinaría si se transformaba y le daría una profundidad especial a los ojos.

Cuando estuvieron listas y mientras llegaba su transporte para llevarlas al palacio, Mánia sacó su cámara de fotos.

-Tus compañeros se van a morir de envidia cuando te vean -dijo con una sonrisa traviesa. -Ahora sí que pareces una diosa.

Un carruaje las llevó hasta la puerta de palacio, donde la duquesa de Zhandre en persona esperaba para recibirlas. Mánia no bajó enseguida. Miraba a su mater a través de las cortinas del carruaje con expresión indescifrable. Como si despertase de un sueño cambió la cara y tomó las manos de Zarpa, sonriéndole para infundarle ánimo.

-¿Estás nerviosa?
Dal

Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.

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28/05/19, 01:48 am
La licántropa devolvió la sonrisa a la bruja y le dio las gracias por su cumplido. Observó el proceso por el que vistieron a la libense y Varsai no pudo más que maravillarse por el resultado final.

"Apuesto a que no te van a quitar la vista de encima. Estás magnífica" le dijo pasando la vista por toda su ropa y complementos. "Vas a romper cuellos" soltó ocurrentemente para echarse a reír.

Se dejó hacer por la bruja, y luego por sus sirvientas. Al final emitió una sonrisa pero se calló sus pensamientos de que seguramente Rasqa se reiría. Pero seguro que Isis querría ver cómo había quedado con su vestido.

Durante el recorrido en carro la licántropa no dijo nada pero se iba poniendo cada vez más nerviosa, cosa que se podía ver en su cola y en sus orejas que no paraban de moverse. Dirigió otra sonrisa a la bruja cuando llegaron, una sonrisa que era medio nerviosa medio preocupada.

"Un poco. No siempre se conoce a gente tan importante" respondió tratando de calmarse. "No me dejes hacer ninguna tontería" le suplicó antes de respirar hondo y bajar del carro con toda su gracia felina.
Invitado
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09/06/19, 01:57 am
-Jamás se me ocurriría -respondió Mánia.

Una paje las ayudó a bajar del coche. La duquesa las saludó con una leve inclinación de cabeza cuando llegaron a su altura, algo difícil pues era una mujer increíblemente alta. Sus ojos eran lo único visible de su rostro, cubierto por lo demás con un velo de finísimas cadenas de oro. Un aparatoso tocado coronaba su cabeza y sus adornos de hilo y seda caían por sus hombros y su pecho desnudo. Un mantón de seda negra le cubría hombros y brazos, dejando solo a la vista sus manos ensortijadas y cayendo por la espalda hasta fundirse con su falda.

-Mater -saludó Mánia correspondiendo a la reverencia de la duquesa. -Os presento a la señora Zarpa, bendecida por la Luna Roja y guerrera de Rocavarancolia.

-Es un verdadero honor tenerla en nuestra presencia -respondió la mujer con otra inclinación, esta vez un poco más pronunciada. Acto seguido pidió con un gesto que la siguieran. Desde luego la duquesa de Zhandre no era una persona de muchas palabras.

Caminaron por el corredor de entrada a unos rigurosos tres pasos de distancia de su guía. A uno y otro lado formaban guardias armadas con alabardas. Hasta el último capitel, hasta el rincón más escondido estaba decorado con algun relieve o detalle. El suelo de mármol representaba escenas gloriosas de la historia del Imperio, algunas más cercanas a la realidad que otras. El corredor desembocaba en un vestíbulo colosal de forma elíptica tan luminoso que daba la impresión de que era pleno día. Salvo las guardias, que no se movieron ni un milímetro de su posición no se veía a nadie. Allí era donde normalmente se celebraban las recepciones, sin embargo la fiesta organizada pretendía ser un evento algo más íntimo.

El salón del trono se encontraba al final de la enorme escalera que presidía el hall, tras una puerta de doble hoja que parecía hecha en oro macizo. Era posible que así fuera. Una vez las descomunales puertas se abrieron para ellas una paje anunció su llegada a las allí presentes. Nada más entar un aire cálido las golpeó en la cara. En el salón hacía calor. Había varias chimeneas encendidas y la luz, en comparación con el recibidor, era mucho más ténue, por lo que al principio costaba distinguir la escena, pero lo que sin duda era imposible de ignorar era a la reina. La Reina Madre imponía respeto a pesar de la distancia que las separaba y su complexión menuda. Reclinada en su trono, observaba a las recién llegadas con una curiosidad que podía adivinarse a pesar de su máscara de oro rojo. Sus garras ceremoniales eran tan excesivas que parecía imposible que pudiese usar las manos para nada que no fuera abrirle la garganta a alguien y la cola de su vestido se extendía por el suelo como un charco de tinta. A sus pies, sobre el fresco del mármol, descansaba una pantera de aspecto aburrido y dos andróginos envueltos en joyas y sedas. El animal levantó la cabeza en cuanto detectó la presencia de Zarpa y, sobresaltando a los niños se levantó para acercarse con pesadez a ella. La Reina Madre sonrió complacida.

-Idara reconoce a su igual -dijo. Su voz era madura y estaba llena de fuerza. -Querida Mánia, es un placer tenerte de vuelta en casa, y en tan maravillosa compañía.

-El placer es nuestro, Gran Madre. Siempre es un honor recibir su invitación -dijo Mánia. No pudo evitar que su mirada se desviase hacia la pantera que ya había llegado hasta ellas y olisqueaba a Zarpa con la delicadeza propia de los felinos. Sabía que de normal Idara no era ningún peligro, pero nunca la había visto en presencia de un felino que no fuera de su raza. Cuando el animal levantó la cabeza hacia la licántropa Mánia le envió un mensaje telepático: << Parpadea lento. Salúdala como es debido>>

Las panteras de la corte no tenían nada que ver con las del templo de los Grandes Felinos. Eran más pequeñas y con un pelaje más fino y estaban prácticamente domesticadas. No dejaban de ser animales grandes con garras y dientes afilados, claro está, pero por suerte Idara era especialmente mansa siempre que no se la molestase.

La sala entera estaba pendiente de cómo Idara recibiría a la diosa extrangera.
Evanna

Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia

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30/06/19, 09:04 pm
El nudo en el estomago de Evelhan no desaparecía del todo y se sintió un poco ridículo por ello de alguna forma. ¿Porque se molestaba de aquella manera? No es como si en si Zmey fuera algo suyo, solo era amigos. Pero no podía evitar sentir un cierta frustración y un cierto celo.

Las palabras de Nai hicieron que abriese ligeramente mas sus ojos, evidentemente entendiéndolas y su agarre en torno al brazo de Zmey se apretó aun mas sin darse cuenta. <<No debería ser tan estúpidamente sensible con esto>> si lo sabia perfectamente, pero no podía evitarlo. Lanzó una atenta mirada Nai, que había sido pateado.

-Todas las bromas tiene un componente de verdad- comentó Evelhan suavemente por lo bajo, mirando al joven libense era indudablemente lindo, al menos desde la percepción del ghoul que aunque poco a poco había ido cogiendo confianza con su propia apariencia, estaba lejos de verse realmente de esa forma. Estaba siendo tan obvio sobre sus reacciones que incluso vergonzosos. Realmente era un niño pequeño en ese campo a pesar de tener posiblemente la misma edad que Nai.

Parpadeo cuando Zmey se soltó y sintió sus rostro ruborizarse ligeramente cuando lo sitio rodearle con el brazo. << Maldita sea ¿porque tan tímido de pronto? Se suponía que había dejado de ser así >> se pellizco mentalmente por eso. Había estado luchando contra su propia timidez para dejar de serlo tanto ya que le dificultaba siempre todo. Ademas, en el peor momento volvía a serlo, pues aun era capaz de sentir la mirada burlona del libense sobre el. ¿Porque sentía que lo estaba provocando? Frunció ligeramente el ceño por un milésima de segundo, pero termino por sustituirlo por una sonrisa de lado.

Era un pésimo actor y era espantosamente malo con ese tipo de juegos, pero no iba a quedarse atrás de ninguna forma.

-Entiendo, por eso era que estáis siempre los tres juntos, me gustaría también llevar a conocer a Veren, si surgiera la oportunidad- concluyo Evehan sonriendo ante el comentario de Zmey mirando a Nai curiosos ante eso, intentando mostrarse sin demasiado éxito, tranquilo- ¿Llevas en este lugar mucho tiempo entonces Nai? Dijiste que no fue tu debut, entonces imagino no eres de la edad adecuada en libo para hacer esas cosas por el momento ¿no? ¿Que edad necesitas tener?- pregunto alzando una ceja interesado pero intentando a su vez no se mostrase su celos al respecto, pues ciertamente no sabia cuanto era la edad permitida en libo para poder prostituido como tal.

En Daelicia tenia relaciones sexuales desde bastante joven, con 10 u 11 años y se veía súper normal, ¿seria normal algo así en libo también? Aunque Nai parecía mas bien tener unos 14 o 15 años, mas o menos, como la edad que el mismo tendría de crecer con normalidad.

Conociendo un poco a Cain imaginaba que tomaba en cuenta las reglas de cada mundo, como en su caso que no podar pisar el burdel en Rocavarancolia en términos sexuales al inicio. Ahora si que podría de quererlo.

-¿Os la pasais aquí todo el tiempo a todo esto o salís?- pregunto ante eso mirando a Zmey en esta ocasión apoyándose contra el y sonriendo ante eso-Me gustaría que fuéramos a algún sitio si es que te dejan salir, aunque sea acompañado. Nunca estuve antes en libo...o sino puedes, mostrarme lo que soléis hacer- añadió recordando que Zmey no estaba allí de vacaciones en si mismo, sino por seguridad y tampoco podría arriesgarlo, ni quería hacerlo.
Dal
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Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.

Personajes :
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.

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24/07/19, 04:12 pm
Varsai descendió del carruaje con una tranquilidad fingida. Lo único que delataría su nerviosismo sería su cola que se movía de forma nerviosa. Cosa que para un libense seguramente fuese más revelador que todos los tics que pudiera tener la licántropa. Saludó educadamente a la madre de Mánia con una inclinación de cabeza respetuosa.

"El honor es mío, excelencia" respondió en todas las mentes presentes. Frunció levemente el ceño pensativa, ¿cómo respondería toda la corte al oír su voz en sus mentes? Quizá alguien se molestase por ello. Luego desechó la idea, no tenía otra forma de hablar y no pensaba tener a Mánia toda la noche hablando por ella. Era algo a lo que no estaba dispuesta.

Caminó por el pasillo siguiendo a la duquesa pero apenada por no poder pararse a observar todo el arte que la rodeaba. Aún así miró todo lo que pudo, asombrándose por la calidad de algunas de las obras que la rodeaban.

"Mánia, ¿crees que me darán permiso para venir y ver las pinturas y los bordados?" le preguntó sólo a ella. La música y la pintura era algo que había estado siempre presente en la vida de la licántropa, la única parte, además, de su antiguo yo al que no estaba dispuesta a renunciar.

Al llegar al salón del trono Varsai se quedó sin habla, de forma metafórica. El lugar estaba tenuemente iluminado pero para su visión aquello no era nada. Poca atención pudo prestar al resto de invitados pues ésta fue capturada enteramente por la mujer sentada en el trono. Había algo en ella que imponía respeto. No, no lo imponía lo demandaba. Otra cosa llamó sin embargo la atención de la leoparda.

Había detectado su olor desde el mismo momento en que las puertas se habían abierto. Y ahora estaba a su lado, al alcance de la mano. Varsai siguió el consejo de Mánia, parpadeó lento, dejó escapar un chuflido de saludo que continuó con un ronroneo lento e inclinó la cabeza ante la pantera. Su intención era dejar claro que en ningún momento pensaba invadir su territorio, que sólo estaba allí de visita. Su cola se mantuvo quieta.

Si los presentes estaban conteniendo el aliento Varsai lo hacía más. Ni siquiera le dirigió la palabra a la reina, no hasta que la pantera le hubiera dado el visto bueno.

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Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
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24/08/19, 03:31 am
Mánia

Idara correspondió al parpadeo y luego siguió a lo suyo. Le dio toda la vuelta a Zarpa, olisqueando con curiosidad y sin ningún tipo de vergüenza. Estaba en su casa, ¿por qué iba a tenerla? Una vez concluyó que la recién llegada de olor interesante no era una amenaza pasó a Mánia, a la que saludó con un cabezazo y frotando el morro contra sus sedas para borrarle el olor del exterior. La sala, que había estado conteniendo la respiración, retomó el ambiente relajado, y desde el trono se oyó una carcajada.

-Parece que Idara os da la bienvenida. Acercáos, contadme qué novedades hay en la ciudad del astro rojo.

Mánia hizo una reverencia. Puso una mano sobre la cabeza de la pantera y dejó que esta la condujera hacia el trono. Le dedicó una rápida sonrisa a Zarpa. Podía relajarse.

Se les ofrecieron asientos blandos alrededor de la reina y el servicio trajo bandejas con fruta escarchada, delicias turcas y vino. Idara volvió a su posición inicial bajo las manitas inquietas de los andróginos pero no le quitaba ojo de encima a sus invitadas.

-¿Cómo te llamas, diosa extranjera? –preguntó la reina.

-Si me permite, Gran Madre, Zarpa no puede pronunciar palabra, se comunica enviando sus pensamientos a las mentes de los demás. –dijo Mánia. Prefería avisar de la voz mental de Varsai, no fuera que la monarca se tomase su telepatía unilateral como una intrusión.

-¡Qué interesante! Nunca he oído un pensamiento –dijo la reina. Se inclinó en su asiento para atender mejor. Tras la máscara se podía ver que tenía los ojos dorados.

**

Zmey

-Veren debe estar ayudando a los otros chicos a prepararse. Hoy no tenía ninguna clienta así que seguro que luego podrá pasarse –respondió Zmey.
Nai ya se había desenganchado completamente del piromante y rodaba por su cama. Resopló con la pregunta de Evelhan.

-Tengo catorce, y sí que tengo edad para follar simplemente aún no lo hice con una mujer y Lady M pensó que podríamos aprovecharlo para darme publicidad. Si no he empezado a trabajar aún es porque el señor Caín no lo quiere. Es un tío raro.

-Nai lleva menos de un año aquí –explicó Zmey viendo que su amigo se iba por las ramas. –No tenía adonde ir y el señor Cain le ofreció un trato.

-Me dijo que podía trabajar limpiando si lo prefería o como chico de los recados pero de puto se gana mucho más, al menos en un local fino como este. Yá veréis, cuando debute seré más popular que el Cardo Azul.

Zmey soltó una risa de burla y Nai, que había acabado con las piernas por alto y casi cabeza abajo, rodó para poder patear al piromante. No le salió bien, este le inmovilizó con una llave y lo mantuvo quietecito para poder responder a Evelhan tranquilamente.

-No me dejan salir mucho, ni siquiera con camuflaje. Mi maestra no se fía. No he podido visitar el mercado real ni ningún sitio muy concurrido pero puedo pasearme por los alrededores y así no volverme loco. Podríamos ir a una plaza que hay por aquí, tiene una fuente termal.

-¡Oh, oh, y hay una panadería justo al lado! –añadió Nai –Tienen buñuelos y pretzels. El señor que la lleva es muy majo y siempre me regala algunos porque dice que estoy muy flaco.
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26/08/19, 02:15 pm
Varsai volvió a respirar aliviada cuando la pantera le dio el visto bueno. Ni siquiera se había dado cuenta de que había contenido el aliento. Las palabras de la reina la sacaron de sus pensamientos y la licántropa hizo una reverencia tal y como Mánia le había enseñado antes de acercarse al trono.

Aceptó de buen grado el asiento que le ofrecían y se sentó con las piernas cruzadas. Aceptó también la comida que llevaban y, aunque por norma general Varsai no bebía casi nada de alcohol, también aceptó una copa de vino. Por una copa no creía que fuera a pasar nada.

La cola de la leoparda reposaba en el suelo con apenas algún signo de movimiento. Sus orejas sin embargo se movían continuamente sobre su cabeza captando sonidos de aquí y de allá. Fue a responder a la reina pero Mánia se le adelantó explicando la situación. Lejos de sentirse molesta la reina parecía interesada así que Varsai le dirigió una sonrisa observando brevemente el bonito color de ojos de la mujer.

"Creedme, Reina Madre, cuando os digo que no es gran cosa oír una voz dentro de tu cabeza. Es, sin embargo, muy útil poder hablar mientras haces otra cosa" la licántropa demostró su argumento bebiendo un sorbo de vino mientras proyectaba sus pensamientos hacia la reina. No lo hizo con nadie más de la sala (a excepción por supuesto de la bruja), no hasta que la reina o Mánia le dieran el visto bueno. Una cosa era dar un sobresalto a una camarera o una dependienta y otra muy distinta ofender a alguien de la alta nobleza de un mundo vinculado.

"La embajadora ha hablado certeramente. No puedo comunicarme verbalmente, nací muda, y pese a que la sagrada Luna Roja no decidió remediar ese hecho la magia ha hecho posible que pueda hablar sin tener que usar una libreta para decir lo que pienso" a pesar de lo tranquilos que sonaban sus pensamientos Varsai seguía nerviosa. Para intentar tranquilizarse tocaba el cascabel de plata que llevaba en el cuello, ya no tenía bola que hiciera sonida pero en su mente la licántropa seguía oyendo el tintineo.

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Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
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14/09/19, 02:05 pm
- Entiendo, estaría bien conocerlo, tengo curiosidad de quienes trabajan en este lugar. Caín tiene muy buen gusto -asintió a la respuesta de Zmey, curioso de cuantos habría entonces en el burdel y de cómo lucirían. Debían ser inusuales, llamativos de muchas formas y probablemente inusuales de ver en libo, era inevitable pensar aquello cuando conocía a los empleados del burdel de Rocavarancolia.

Viendo también a Nai ahí frente a él moviéndose y retozando como un gato hiperactivo sobre la cama, también se confirmaba. Sintió de alguna forma como el nudo que se había acomodado en su estómago desaprecia cuando Nai soltó a Zmey y se sintió enormemente estúpido por sus propias reacciones corporales. Miro de reojo a Zmey por un momento, no teniendo idea que esperaba, pero rápidamente miró de nuevo a Nai, escuchando su respuesta y Zmey. Los miro pensativo por un momento antes de sonreír animado.

- Yo entiendo que esperen… si nunca lo hiciste con una mujer e imagino que eso llama la atención en Libo ¿no te hará eso más apetecible para cuando debutes si antes eres inaccesible? Si solo tienen vistazos de ti cuando vienen al burdel, pero eres intocable, eso hará que seas más deseado y esperado para el día que debutes. Es un buen reclamo para tus futuras clientas y para el burdel…lo que está prohibido atrae - acepto Evelhan con una suave risa entretenida, no sin humor. ¿Qué podría estar errando? Tal vez, pero no le parecía tan raro en realidad. Era un truco bastante viejo, pero que funcionaba aun en muchísimas cosas. ¿Quién no había querido tocar o tener algo que le era negado una y otra vez? Parecía un pensamiento arraigado en todo el mundo, independientemente del mundo del que proviniese.

-Eh…y bueno…si como dice Zmey llevas poco tiempo…tal vez aún tiene que enseñarte cosas sobre cómo tratarlas o algo - añadió ahora con una leve cohibición, aunque aún sonriera.  Él no tenía experiencia alguna en ese campo, de ningun tipo con nadie. Habría podido experimentar en Daelicia pues había tenido perfectamente la edad para ello, pero siempre había sido un niño retraído y tímido sin mucha confianza. Su libido le había despertado además bastante tarde, ya e n la ciudad. Y ahora no sabía qué hacer con este sin sentirse un imbécil inexperto para le edad que tenía.

No se aventuró mucho más de esos en sus recuerdos, aquello ya era agua pasada y una vida diferente, sino que se centró en la conversación

- ¿Quién es el Cardo Azul? - pregunto con bastante curiosidad y confusión, pero aquello duro poco, pues no tardo en acabar riéndose cuando Zmey les hizo aquella llave a las piernas de Nai cuando este intento patearlo. Hugin, desde lo alto del mueble casi soltó un graznido de condescendencia antes sus payasadas, que Evelhan tradujo mentalmente como “Estos pollos desplumados…” cosa que le hizo tener que contener la risa aún más mientras se recomponía y escuchaba a Zmey. Se empezaba a sentir un poco más cómodo, menos receloso y cohibido poco a poco.

-Podemos ir ahí, por mi está bien. No conozco más que lo que vi durante el mi camino a aquí y no me quise distraer demasiado mirándolo todo o habría perdido el rumbo- acepto Evelhan ante la oferta de salir un rato, aunque fuese allí al lado. En cierta forma se preguntaba si Zmey y Nai, que tampoco lucia como el líbense habitual, llamaría también la atención en aquel lugar casi tanto como él lo había hecho en su camino al burdel. Más la mención ilusionada de Nai sobre lo que podían comer en la panadería cercana al lugar al que irían le hizo titubear un poco.

Miró de reojo a Zmey de forma bastante significativa. Él no podía comer nada de eso sin sufrir luego un grave problema estomacal. Al fin de cuentas era incapaz de digerir la comida normal, esta solo se descomponía en su interior. Y, a decir verdad, no tenía claro hasta qué punto podía hablar sobre las características alimenticias inusuales de su trasformación, sin que fuese alarmante. Decidido seguir la corriente, ya haría luego simplemente por no comer lo que comprarían.

-Podríamos ir, traigo dinero así que puedo invitar- añadió de forma alegre y no sin cierto orgullo algo infantil- Y sobre la delgadez, la verdad que estamos lo tres bien servidos con eso. Aunque Zmey se lleva el premio al más desgarbado, con tanto estirón sus músculos se pusieron todo delgados…-añadió Evelhan mirándolo de arriba debajo de forma analítica y traviesa, devolviéndole de alguna forma un poco broma que habían tenido los dos a su costa desde el inicio- Tanto, que con lo pequeñito que soy, seguro le gano en fuerza física o en un simple pulso- bromeo Evelhan con cierta maldad juguetona y provocadora, sabiendo que jugaba con ventaja ya que siendo un brughou tenía más fuerza física que cualquier brujo normal. Estaba siendo un tramposo y Zmey lo sabía perfectamente. <<Es una pequeña venganza algo ridícula, pero te lo mereces…que sé que os habéis estado burlando de mi por mis repentinos celos>> pensó Evelhan sacándole la lengua mentalmente.

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Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad

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19/09/19, 02:49 am
La reina dió un respingo cuando la voz de Varsai comenzó a sonar en su cabeza, pero inmediatamente su rostro pasó de la sorpresa a una sonrisa felina. Sus labios finos dejaban al descubierto por completo sus muy afilados y blanquísimos dientes.

-¡Fascinante! La Luna Roja de verdad obra milagros. Cuéntame más de tu don, Zarpa, ¿Tiene el alcance de una voz? ¿Puede oírse solo quien desees?

Muchos ojos curiosos atendían a la conversación aparentemente unidireccional. Los andróginos dejaron de molestar a Idara y se acercaron para curiosear. Ellos también querían oír la voz mágica.

Mánia extendió los brazos en cuanto Ilol estuvo lo bastante cerca y lo atrapó en un abrazo. El afecto físico y la efusividad entre andróginos nunca estaba mal visto, ni siquiera en esos ambientes. Usó su propia telepatía para ponerlo en situación sin desviar en ningún momento la atención de la soberana y Varsai. La reina parecía encantada y se le había ocurrido que sería divertido que la licántropa proyectase su voz mental al resto de la sala para darles un pequeño susto. Mánia suspiró.

<< Tendrás que acceder a sus peticiones>> le dijo a Zarpa en su mente.


---


-¡Sí, justo eso es lo que Lady M dijo! -coincidió Nai, asintiendo con la cabeza. -Soy como la fruta prohibida, sea lo que sea eso.

Zmey lo había liberado de la llave y volvía a estar sentado en la cama, con las piernas cruzadas.

-El Cardo Azul es el puto más cotizado del burdel -explicó Nai.

-Es un capullo -añadió Zmey.

-Sí, sí que lo es, pero sigue siendo increíble.

El comentario de Evelhan sobre su musculatura no agradó demasiado al piromante. No estaba llevando especialmente bien lo de no poder entrenar y de verdad empezaba a pensar que estaba perdiendo forma. Aun así intentó disimularlo lo mejor que pudo y cuando el brugho intentó picarle con lo del pulso le respondió con una risa:

-Pues claro que puedes ganarme, la Luna Roja te ha dado ventaja

-¿Tenéis poderes distintos? -preguntó Nai

-La magia se manifiesta de forma distinta en cada persona -explicó el piromante -Evelhan podría levantar al señor de los pretzels con un brazo.

-¡Quiero ver eso! Porfaporfaporfa

Al final fueron a buscar a Lady M para que les diera permiso para salir. Ella se lo dio, con la condición de que Veren debía ir con ellos por lo que tuvieron que esperar a que el chico terminase de vestir al prostituto con el que estaba.

Veren era un chico de hombros altos y expresión seria. Sus ojos rasgados lo parecían aún más debido al maquillaje que llevaba. Se presentó con pocas palabras y una reverencia, disimulando muy bien la curiosidad que sentía por Evelhan.

Se pusieron sus capas y salieron a la calle por la puerta de servicio. Zmey llevaba la capucha calada y se había cambiado el color del pelo con un sencillo hechizo ilusorio. Sus escamas también estaban disimuladas. La plaza estaba a tan solo un par de calles. Era pequeña, pero estaba limpia y bien iluminada. La fuente del centro tenía una escultura de dos jóvenes prepúberes con cántaros de los que emanaba agua caliente. Nai echó a correr hacia ella y metió ambas manos.

-Aaaah~ Ojalá pudiera meterme entero

-Hazlo y se te llevará la guardia -dijo Veren.

-Esa de ahí es la panadería -le dijo Zmey a Evelhan, señalándole una pequeña tiendecita que hacía esquina en una de las calles que salían de la plaza.

Tenía un escaparate de cristal y un toldo de lona verde que parecía diseñado más para proteger de la humedad que del sol. Incluso desde esa distancia podían ver al dependiente: un hombre grande como un tonel, con el rostro cuidadosamente afeitado y el pelo recogido en varias trenzas. Su rostro era tan serio como el de Veren, pero su maquillaje menos recargado (una simple raya de kohl) lo hacía bastante menos amenazador.
Evanna
Evanna

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Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia

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22/09/19, 02:08 pm
Por como hablaban del Cardo Azul, le daba cierta curiosidad, especialmente porque tenían una opinión compartida bastante clara sobre él, que era increíble, pero un capullo. Él por otro lado, no podía evitar hacer una comparativa con la estrella del burdel de Rocavarancolia, Mephis. Aunque ciertamente comparar a un chico libense, con Mephiis no era muy justo, ella contaba con la ventaja de ser una bendecida por la lucha con unas capacidades físicas incuestionables para la labor que tenía en el burdel. No, no había comparación, pero igual estaba curioso, especialmente teniendo en cuenta que la mayoría de clientes de aquel lugar eran mujeres y no cualquiera, sino libenses.

Y hablando sobre no poder comparar en habilidades por ser un bendecido por la Luna, Zmey tenía razón con su apalabras por lo que se rió ante su apunte.

-Bueno, en algo tenía que destacar de otros brujos. - comentó divertido, aunque ciertamente él era poco habitual de por si como brujo. Era más fácil acabar siendo un arruinado, por culpa de alguna piedra de luna, que una transformación doble estabilizada. Y ya era decir.  Lo que si no se espero fue la respuesta que le dio a Nai cuando este se mostró curioso por sus diferencias.

Miro a Zmey sorprendido << ¿Levantar al señor de los pretzeel? ¿Espero que no esté hablando en se…? >> la emoción repentina de Nai queriendo ver aquello hizo que mirase de nuevo a Zmey con sorpresa. No tenía que hacer eso de verdad ¿no? Solo imaginarse en medio de la calle acercándose a un pobre hombre para preguntarle si podía levantar del suelo, cual espectáculo ambulante le daba una vergüenza atroz. Ya llamaba un poco la atención con sus cabellos, su tono de piel y el hecho de llevar un cuervo sobre el hombro.

Hugin al verlo que comenzaba a moverse en movimiento, pues tras eso decidieron salir, voló, desde el armario donde se había subido hasta su hombro donde nuevamente se acomodó, escondiendo su cabeza entre sus plumas para seguir dormitando, ignorando el parloteo. Tan solo abrió sus ojillos cuando Veren apareció para ir con ellos, como si los escaneara de arriba abajo para quedarse con su cara, como hacía con todo aquel que Evelhan conociera, para luego volver a acurrucarse e ignorarlos. Evelhan sí que se tomó algo más de tiempo en observar al serio chico del que Nai y Zmey habían hablado mientras Zmey se preparaba para pasar completamente de incógnito antes de salir del burdel.

Veren era bastante más alto que Nai y que el mismo, algo no muy difícil, y con la piel blanca tan típica de los libenses. Tenía varios piercings en el rostro que llamaron su atención y unos penetrantes ojos rojos, un color también habitual en Libo por lo que había podido comprobar. Era una mezcla entre ser sencillo, en cuanto al propio estilo de Libo, y llamativo al mismo tiempo. La estética líbense era poderosa e interesante para Evelhan, cuya propia estética variaba de los tonos básicos como el negro o el blanco, a puros colores pastel dependiendo de cómo se sintiera. Su tono de piel hacía de por sí bastante complicado el uso de ciertos colores.

Sus ojos se desviaron luego hacia Zmey, cubierto con una capucha bien calada, aun así, noto que se aseguró de ponerse un camuflaje para ocultar las escamas de su piel y su cabello, que también era bastante resaltante. Por un momento Evelhan se preocupó, pues él no había ocultado nada de su inusual apariencia, ni su color de ojos, ni su tono de piel, ni sus cabellos. ¿no traería eso atención no desease hacia sus acompañantes? No quería poner a Zmey en problemas.

Durante el trayecto a la plaza se sintió un poco preocupado por aquello, pues no había pensado en ello hasta que decidieron salir, pero decidió que darle muchas vueltas a eso no solucionaría nada ya. La intención de Nai de querer meterse en la fuente que encontraron en la plaza le hizo reírse a pesar de ello. Estaba seguro que era por eso que Lady M había puesto de condición que Veren fuese con ellos. Nai parecía muy predispuesto a hacer más de una trastada sino.

-Así que esa es entonces, la verdad es que huele bastante bien, es una lastima que no pueda comer nada de lo que hay ahí -comentó Evelhan cuando Zmey tomo su atención y señalo hacia la panadería de la que habían estado hablando y sus ojos invariablemente buscaron al “señor de los pretzeel”. No tardo mas de dos segundos en verlo. Eran enorme comparándolo con él, tanto a lo alto como a lo ancho, el tipo era simplemente grande sin más. Miró a Zmey con una ceja alzada, entendiendo ahora toda la coña de que el podría ser capaz de levantarlo con una mano- ¿Ese es el hombre que mencionabas que podría levantar con una mano? -pregunto, aunque de alguna forma ya se había respondido el mismo momento antes. Buscó a Nai con la mirada, que era quien había estado inicialmente emocionado con ver aquello.

- ¿Tengo que hacer eso de veras? Es verdad que lo puedo levantar, pero no sé si el estará de acuerdo en que haga eso con él…-añadió con ojos muy abierto un poco dubitativo, pues tampoco quería ir llamando aún más la atención si cabe de esa forma y menos sin que se lo permitieran. No sabía cómo podría tomárselo, o si eso podría ser una falta de respeto o algo parecido.

Aunque si el hombre le dejase y le aseguraban de que no sería irrespetuosos o algo parecido, no tenía problema alguno en demostrar que las palabras de Zmey eran reales. Eso o simplemente le había estado tomando el pelo con aquello, que también podría ser y entonces estaría quedando como un idiota.

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Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
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Dal
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Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.

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Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.

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23/09/19, 05:12 pm
Varsai le devolvió la sonrisa felina a la reina. Se había tomado bien su voz mental, cosa que alegraba a la licántropa.

"Puede oírla quien yo desee, sí. Y respecto al alcance en principio puedo lanzarlos tan lejos como alcance mi vista."

La licántropa agrandó su sonrisa con la propuesta de la reina y proyectó su voz mental al resto de la sala obviando a la Pantera. No quería que el animal se sobresaltara.

"¡Detrás de ti, cuidado!" dijo y luego estalló en carcajadas.

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Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
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29/10/19, 03:53 am
Zmey se arrepintió de haber sugerido ir al puesto. Por supuesto que Evelhan no podía comer nada de allí, era una tontería, y encima Nai haría preguntas. Dejó que los libenses se adelantaran para comprar, ellos ya sabían lo que le gustaba, y se quedó con el brugho junto a la fuente. Alzó una ceja al oír sus comentarios. ¿Iba en serio? De verdad, a veces ese chico pecaba de ingenuo.

-Por supuesto que no tienes que levantarlo, era solo un ejemplo -respondió.

Se sentó al borde de la fuente y le hizo un gesto a Evelhan para que se sentase a su lado. El vapor que emanaba los envolvía como una manta y compensaba el frío de la calle. A Zmey le resultaba reconfortante; le traía buenos recuerdos de su hogar pero era lo bastante alienígena para que no llamase también a los malos.

-Siento si te hemos molestado, solo queríamos tomarte el pelo. Y Nai a veces habla antes de pensar.

Zmey no quería que Evelhan pasase un mal rato, se alegraba de que lo hubiese ido a visitar y siempre le había divertido meterse con él pero sus reacciones le estaban haciendo dudar.


**

Mánia dio gracias a la Luna por que Varsai excluyese a la pantera de su broma. Toda la sala se puso en guardia. Los andróginos más jóvenes chillaron asustados, las guardias apuntaron sus alabardas adonde pensaban que venía la voz y las que flanqueaban a la reina hicieron amago de llevársela de la sala. Por suerte una carcajada escandalosa de la soberana fue suficiente para romper la burbuja de tensión. Las invitadas se calmaron, pero ahora había incluso más miradas atentas a las dos invitadas reales.

-¡Maravilloso! Y útil también. Sería una verdadera bendición tener semejante poder -La reina le lanzó una mirada significativa a Mánia. Había dejado caer en más de una ocasión su interés por conseguir magia para sí misma y llegaría un momento en el que empezaría a impacientarse, pero la bruja se mantuvo firme en su negativa. No tenía permiso del Consejo para ir regalando magia por ahí.

-Lo es, sin duda. La Luna Roja es caprichosa concediendo sus dones, pero su poder es innegable -dijo Mánia, fingiendo que no había entendido la petición velada de la reina.

-¿Qué diosa no es caprichosa? -respondió la reina.

Por suerte dejó pasar el antojo y su interés pasó a la habilidad de Zarpa para cambiar de forma. Mánia se disculpó con la varmana varias veces, pues la reina le pidió no solo que se transformase parcial o totalmente en varias ocasiones, si no que le demostrase que poseía las mismas capacidades que los grandes felinos. Ante la primera cabriola Idara quiso unírsele. No solía tener más compañeros de juegos que las presas que la reina elegía para que cazara, así que se la veía contenta con el nuevo estímulo.

Las nobles habían formado un corro alrededor de los felinos y reían y aplaudían educadamente. La reina parecía encantada y Mánia, aún manteniéndose alerta por si acaso, también estaba disfrutando. Comió de las viandas que se le ofrecían e incluso bebió un poco, siempre con Ilol en los brazos. No tenian tiempo para hablar, la bruja nunca lo hacía cuando no estaba en un espacio seguro, sin embargo era tranquilizador tenerlo cerca. Le dijo a Varsai por telepatía que en el momento en que se cansase o se hartase de estar allí se lo dijera, y las excusaría al instante. La reina y las nobles de Libo podían ser exasperantes a veces.
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29/10/19, 02:12 pm
Varsai se rió con la reina, no siempre tenía la oportunidad de gastar aquellas bromas. En la ciudad la telepatía era algo tan común que nadie se sorprendía cuando te hablaban a la cabeza, era agradable poder ver las reacciones de gente no acostumbrada a la magia.

No hizo comentario alguno al intercambio de la embajadora y la reina, aquello era asunto suyo. Luego le preguntaría a Mánia por curiosidad.

La licántropa disfrutó de las peticiones de la soberana y no le molestó enseñar sus cambios de forma, y sus habilidades como gran felino. "No te estreses, esto es divertido" le dijo telepáticamente la cuarta vez que la bruja se disculpó.

Pasó el tiempo y Zarpa se dejó admirar y tocar, casi exclusivamente por los niños y los andróginos presentes. Finalmente se sentó en el suelo sobre sus cuartos traseros con la dignidad propia de un felino, se lamió la pata y la pasó por su cara para intentar despejarse un poco. Sólo entonces le vino un olor ligeramente familiar.

Olfateando llegó al lado de Mánia y el andrógino que estaba cerca de ella. Era el niño, su olor le recordaba a algo. Se acercó aún más.

"Tu olor me suena de algo, ¿nos hemos cruzado en algún sitio?" le preguntó de forma cortés. No sabía dónde podría haber sido eso, pero la licántropa no terminaba de caer en aquello.

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29/10/19, 04:04 pm
Al día siguiente de la fiesta en la playa.


Enredo volaba por el cielo de Libo seguido por Irdil y un pequeño transportín que contenía a Wyck. Podría haber usado el brazalete que le permitía teletransportarse por coordenadas pero no quería que el idrino se perdiese las vistas desde el cielo de su primer mundo vinculado.

Había decidido irse unos días antes para poder relajarse tras la eventualidad del mundo onírico pero ciertos acontecimientos hicieron que quisiera irse con más ganas. Necesitaba pensar.

Irdil por su parte disfrutaba del vuelo sin preocuparse por nada. Al principio le había sorprendido que el brujo lo incluyera en sus planes de unas mini vacaciones pero cuando le preguntó la respuesta había sido: "Unos días de descanso no le hacen mal a nadie. Tómatelo como un diagnóstico médico". Así que el joven se iba a dedicar a disfrutar de su estancia en otro mundo. Cosa que meses atrás le habría parecido impensable. Ya ni hablar del confiar lo suficiente en un transformado para que lo llevase volando. Pero si no hubiese aceptado se habría perdido aquellas vistas. Vistas de las que disfrutaba sobre todo cuando el brujo los detenía en medio de aquel mar sin agua para mirar un mapa que llevaba encima y luego modificar su rumbo.

Hasta donde el idrino sabía se iban a unas termas naturales que había en la montaña. Se habían traído a Wyck para que no molestase a Dédalo en su vuelta a casa. Lo cierto es que el joven aún no sabía muy bien que pensar del cambiante. Si era amigo de Enredo no debía de ser mala persona. Aún así Irdil no podía evitar recelar un poco.

Por fin llegaron al lugar que Enredo había marcado en el mapa y no tardaron en localizar las humeantes termas. Descendieron con suavidad y el idrino por poco pierde el equilibrio al volver a tocar tierra.

Enredo sin embargo se apoyó en el báculo y mantuvo el equilibrio. Empezó a murmurar por lo bajo y a dibujar unos símbolos en el aire y dos barreras físicas se emplazaron en las inmediaciones. Una para los animales que intentase entrar en el lugar y otra para el animal que podría intentar salir. Lo que notó Irdil fue una leve fluctuación en el aire, si se fijaba mucho podía ver dónde acababa el espacio delimitado por las barreras. Enredo lanzó otro hechizo que camufló su olor y por fin ancló los tres a aquel lugar.

Abrió el transportín en el que iba el panda rojo que se apresuró a explorar el nuevo lugar donde se encontraban. Por supuesto no tardó en darse de cabeza contra la barrera tal como había vaticinado el idrino. Pronto el panda tuvo investigado todo el lugar y se acercó al agua en la que metió una pata y la sacó casi al instante. Evidentemente estaba muy caliente pero Irdil dudaba seriamente que el animal se hubiese fijado en el vapor.

Enredo miró alrededor y asintió sintiéndose satisfecho. Sacó de su cinturón varias esferas que lanzó al suelo y pronto tuvo unas enredaderas cerca que formaron dos asientos tipo silla con reposabrazos y una pequeña mesa circular. También hicieron una pequeña tienda de campaña en la que cabrían fácilmente los dos. Irdil no podía dejar se asombrarse de lo evidentemente útiles que eran aquellas plantas. No podía ver por dentro pero seguro que aquellas plantas también habrían formado un lecho sobre el que se pudieran echar a dormir. El brujo se puso a rebuscar en su zurrón que era más grande por dentro que por fuerza y empezó a sacar cosas que les serían útiles más tarde.

Entonces el brujo se lo quedó mirando y alzó una ceja inquisitivo.

-Sabes que te puedes meter en el agua ya ¿no? No te cobran por hacerlo.

-Sí, sí, pero estaba esperando por ti para... - al decirlo en voz alta el idrino se dio cuenta de lo tonto que estaba sonando así que se sonrojó levemente y se dirigió al agua mientras Enredo terminaba de prepararlo todo.

El idrino se metió en el agua con ropa y todo y soltó un suspiro de gusto al notar como la piel que se le estaba secando se humedecía. Además aquel calorcito parecía alejar todos sus problemas. No supo cuánto permaneció en el agua con los ojos cerrados, se relajó con el agua y el tarareo del brujo, la música no le sonaba pero no hacía que fuese menos relajante. Volvió a abrir los ojos cuando notó movimiento en el agua y evidentemente vio al médico metiéndose en la terma frente a él. En cuanto tuvo la cabeza más cercana al suelo Wyck se subió a ella y se acurrucó, era algo que solía hacer que Irdil sonriese y esta vez no fue distinto.

El brujo por su parte observó que el idrino llevaba puesta la ropa pero se abstuvo de hacer comentarios, sabía que a veces lo hacían para mantener la piel húmeda, pero dudaba que aquí necesitase eso. Aún así era cosa suya. No se le escapó tampoco la sonrisa compuesta por su aprendiz.

-¿Y esa sonrisa? - le preguntó. No es que Enredo se quejase de que sonriese, de hecho era algo relativamente raro de ver, claro que con lo que había pasado en realidad no le extrañaba nada que fuese parco en sonrisas.

-Por Wyck, me hace gracia cuando se te sube a la cabeza. ¿No te molesta?

-A estas alturas ya estoy acostumbrado, aunque era más cómodo cuando era una cría. Pesaba menos - explicó. Wyck se asomó al oír su nombre con curiosidad.- Sí, hablamos de ti bola de pelo - le dijo al animal alzando una mano mojada para rascarle el cuello.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Las que necesites.

El brujo siempre había respondido a todas sus preguntas con sinceridad, lo que animó al chico.

-¿Por qué Wyck?

-Eso es muy ambiguo, concreta un poco - respondió divertido.

-¿Por qué ese animal?

-Bueno - empezó a decir tras un breve momento de reflexión,- siempre me ha gustado este animal en concreto. En mi mundo son bastante raros pero siempre me han parecido monos a su manera. Así que se lo encargué a Giz en su momento. Le pedí unas cuantas modificaciones, que eliminara las enfermedades que pudiera tener, que aumentase su necesidad alimenticia, ese tipo de cosas. Además me apetecía tener una mascota por casa, me hacía compañía cuando Dédalo estaba fuera.

El idrino asintió, no hizo falta preguntar por Giz, había oído hablar del genemago de la ciudad.

-¿Y Sombra?

-Sombra es... distinto. Tenemos más historia y es un poco larga.

-No es que me vaya a ir a ningún lado - respondió el chico con un tono de diversión impregnando sus palabras.

-Cierto - rió Enredo. Se estiró un poco, cogió a Wyck y lo depositó sobre la ropa que se había quitado antes de meterse al agua. Acto seguido se hundió un poco más y apoyó su espalda contra el muro de piedra echando su cabeza hacia atrás.- Bueno, yo vivía en una casa grande, más que grande enorme, varias veces más que nuestra casa. La cosa es que una parte de la casa era entera mía y lo cierto es que no tenía demasiados amigos. No tenía amigos en absoluto - se corrigió el brujo.- Aquí donde me ves nunca he sido demasiado sociable. La cosa es que, un día que iba al Instituto me encontré con unos matones que se estaban ensañando con alguien, yo creía que era otro chico pero resultó que era Sombra, nunca me quedó claro por qué le estaban pegando pero entré allí, cogí al gato en brazos y me lo llevé a una clínica veterinaria. Tuvieron que hacerle varias pruebas a Sombra y una operación, pero bueno, salió bien parado de todo. Y después de eso lo acogí en mi casa... hasta que vine a la ciudad - el brujo hizo una breve pausa.- Años después volví a mi mundo y lo encontré vagando por los jardines como un gato abandonado. Y la verdad es que creo que aún me guarda rencor por haberlo dejado allí sólo. No hay más que ver cómo se acerca al resto y a mi me saca las uñas si me acerco mucho.

Enredo no dijo nada más y el idrino tampoco abrió la boca. Había notado cierto pesar en la voz del brujo, arrepentimiento quizá. También se había dado cuenta de una cosa que no tenía muy claro si el brujo sabía. ¿Se habría fijado en la similitud del idrino y el gato? A ambos los había recogido y adoptado. Lo más probable era que no.

Enredo abrió los ojos y miró al cielo, igual iba siendo hora de ponerse a hacer la cena. Salió del agua, se secó y se vistió. Preparó la cena con tranquilidad. Sacó verduras, carne y unos pinchos, creó un fuego con magia e hizo levitar las brochetas sobre el fuego para que se fuesen haciendo. Para Wyck troceó frutas y verduras y las metió en un bol. En cuanto estuvo todo listo los llamó para comer, dejó el bol en el suelo para el panda y se sentó a la mesa. Sirvió las brochetas y abrió una botella de vino para Irdil y él mismo.

Cenaron a la luz de unas llamas mágicas danzantes que había convocado el brujo. Para coronar la cena Enredo extrajo unas galletas, nubes de azúcar y chocolate. Tostó las nubes al fuego y las metió entre el chocolate y las galletas. Era un buen postre. Finalmente se metieron en el agua otro poco antes de echarse a dormir.


En mitad de la noche Enredo se despertó sobresaltado, Irdil se revolvía dentro de una pesadilla, el joven sudaba a mares y murmuraba por lo bajo.

-Irdil, despierta, despierta - le sacudió ligeramente mientras hablaba con tono tranquilizador. El idrino se despertó resollando y rompió a llorar, se abrazó al brujo entre lágrimas pidiendo perdón por haberlo despertado, con voz entrecortada mientras temblaba violentamente.

Enredo lo abrazó y lo tumbó en el lecho mientras trataba de calmarlo.

-Shhhhh. No pasa nada, todo está bien. Nadie te va a hacer nada malo, no lo voy a permitir - la voz grave y calmada del brujo terminó tranquilizando al aprendiz. Por dentro sin embargo el brujo ardía de rabia, ¿cómo era posible que alguien hiciese algo tan terrible que quedasen aquel tipo de cicatrices? Unas cicatrices que Enredo no podía curar mágicamente. Las enredaderas se removieron intranquilas. Y además... ¿cómo rayos no se había dado cuenta? ¿Cuánto tiempo llevaba así, sufriendo sin decir nada? Estaba claro que para el joven no se habían terminado las pesadillas.

El idrino se aferraba al brujo como si le fuera la vida en ello y poco a poco se calmó, dejó de llorar y su respiración se normalizó. Finalmente se durmió en brazos del médico que no lo soltó en lo que quedaba de noche. Y por primera vez desde que hacía meses Irdil durmió del tirón sin volver a despertarse durante la noche.

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17/11/19, 03:22 am
Fue un alivio para Mánia que a Zarpa no le importasen las atenciones de las libenses, hacía todo más sencillo.

Al dirigirse a Ilol el niño dio un respingo y miró a Zarpa confuso, luego a Mánia. No entendía a qué se refería, él no había visto a la bendecida en su vida.

-Ilol es el hermano pequeño de Karime -explicó Mánia. Luego por canal telepático le dijo que el andrógino había alguna vez de visita a la ciudad pero nunca se le había permitido salir fuera del palacete de la bruja. También que a la Reina Madre no acababan de agradarle estas visitas y era mejor no mencionarlas en su presencia.

La fiesta seguiría hasta la madrugada pero los andróginos no. La Reina Madre los mandó a todos a dormir, fueran suyos o no, y con ellos se marchó también su pantera. Mánia aprovechó la ocasión para excusar a Zarpa y a sí misma:

-Debemos partir temprano, hay asuntos que atender en Rocavarancolia.

-Lo comprendo perfectamente. Ha sido una delicia teneros hoy aquí. Por favor, Zarpa, ven a verme otra vez -pidió la Reina. Aunque lo llevase con mucha dignidad estaba claro que empezaba a hacer efecto el alcohol y el humo del opio.

En cuanto salieron al vestíbulo Mánia soltó un suspiro. Tenía la cabeza cargada por el humo y el ambiente cerrado de la sala, además de toda esa maldita tensión. Usó magia para despejarse y enfiló la salida como si no hubiese pasado nada, pero su escolta las esperaba en la entrada, y verlas quebró su máscara lo bastante como para arrancarle un bufido de fastidio.

-Oye… ¿te apetece que volvamos andando? -le preguntó a Zarpa.

Al pasar junto a las guardias pronunció un hechizo de trance. Eso las atontaría lo bastante como para que no se diesen cuenta de su presencia. Despidió al cochero y se quitó los zapatos para continuar el camino andando. Necesitaba sentir los adoquines bajo los pies y mirar el mundo desde su estatura real. Era de noche, hacía frío, pues los alrededores del castillo no estaban acondicionados como las calles de la ciudad, todo se sentía muchísimo más auténtico.

-Mañana no tenemos que salir temprano si no quieres. Podemos levantarnos tarde y que nos traigan el desayuno a la cama.
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11/12/19, 11:56 pm
Zarpa asintió a la respuesta de la embajadora, ahora ya sabía de qué le sonaba el olor del chico. No mencionó nada de las visitas del chico a la ciudad en público pero sí que dijo algo sólo para el andrógino y la bruja.

"La próxima vez que vengas por la ciudad avisa e iré a hacerte una visita. Seguro que podremos entretenernos mejor siendo más" luego le dirigió un guiño cosa que seguro quedaba graciosa en un leopardo.

Por lo demás la licántropa se lo pasó bien la fiesta. Procuró no abusar del alcohol y entabló conversación con todas las personas que se le acercaban, ya fuera en su forma varmana o su forma felina.

Finalmente agradeció que la bruja quisiera retirarse, empezaba a sentirse cansada. Hizo una última reverencia ante la reina.

"Por supuesto, mi señora. Para mí ha sido todo un honor estar entre tan ilustre compañía. No os quepa duda de que volveré a hacer alguna visita a vuestra hermosa corte" dijo en las mentes de todos los presentes en la sala y luego salió con Mánia.

El bufido de la la libense no le pasó desapercibido y soltó una risita cuando vio a las guardias atontadas.

"No hay problema, me vendrá bien para despejarme. Te ofrecería ir sobre mi lomo pero tengo la absoluta certeza de que llegarías antes corriendo por ti misma" dijo en tono divertido. Con su forma felina Zarpa no sentía el frío exterior, de hecho estaba en su salsa. Se estiró arqueando el lomo y bostezó. Luego comenzó a andar.

"Si no te importa preferiría que desayunáramos juntas. Puede ser en tu habitación si quieres. Me siento mejor cuando no como sola". Por lo demás Zarpa volvió hacia la mansión de Mánia ronroneando y tarareando mentalmente una canción.

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