Dos rubias en Libo

Que Jack tenía una quedada aquel día se notó bastante en la Bodega. Con los preparativos apenas había hecho alguna jornada completa pero pudo permitírselo. Hizo compras y preparó su atuendo: una falda negra hasta el suelo con unos mallas, negras también, y unas buenas botas de tacón, todo negro; arriba un chaleco de cuero, un collar de cuero también, con cuatro argollas de metal, sus piercings en las orejas con pendientes de eso que en la Tierra llamaban Tsimitze, y varias muñequeras de cuero bastante apretadas (para que dejaran marca de cuero trenzado al quitarlas) junto a anillos negros y dorados. No había estado apenas en Libo, pero le gustaba eso de poder ir con casi nada de ropa. Le encantaba, mejor dicho. Y si encima añadía cuero o detalles oscuros...

En un bolsillo interior del chaleco llevaba su bolsa sin fondo con todo lo necesario, así como la forma de pagar que Mánia le había dado unos días antes. Para rematar, se había recortado la barba y había dejado solo el bigote y una perilla que Erika siempre llamaba "de mosquetero". <<Menudo mosquetero con más pintas de esclavo que otra cosa>> Y para rematar de verdad, se despidió de los suyos y salió hacia el Burdel.

En cuanto llegó y le dejaron pasar, saludó con una sonrisa y seguramente de forma bastante efusiva. Estaba alegre y aquello le hacía bastante ilusión, qué le vamos a hacer.

—¡Buenas, familia! ¿Está mi hermoso príncipe rubio ya listo o tenéis que quitarle el polvo? ¿Puedo entrar a cotillear? —inquirió mientras estiraba el cuello en dirección a las escaleras.

-Jefe, tiene que levantarse, Jack va a llegar en cualquier momento.

-¿Eh...?

Cain se vio en el suelo, empujado fuera de la cama. Después del susto inicial, logró abrir los ojos y ver a Jau de pie ante él con una bandeja en las manos y a Mephis sentado en la cama riéndose con malicia, escondiendo lo que parecía ser un tentáculo.

-¿Qué cojones pasa?- preguntó confuso.

-Vamos, tomese el té rápido que tiene que lavarse.

Casi lo llevaron en brazos a las termas. Por el camino le fueron explicando que Jack iba de visita, y que se lo llevaría a sar una vuelta. Caín pronto comprendió que el secuestro inverso en su propia casa era un plan maligno para que no pudiese escaquearse.

Subió de vuelta a sus aposentos fresco como una rosa pero con una ligera cara de cabreo. Mephis le ayudó a vestirse, con una falda de algodón que apenas pasaba de las rodillas, pantalones muy ceñidos y botas de cuero a medio atar. Llevaba el pecho al descubierto, con sus habitual maraña de colgantes y talismanes, una fina chaqueta transparente de mangas largas y las manos llenas de anillos. Le peinaron con flequillo a un lado y la melena despuntada sujeta por detrás con horquillas y cayéndole sobre los hombros. Incluso le habían elegido el parche; negro sencillo pero con una calavera de filigranas bordada.

-¿Vais a dejarme al menos que me maquille yo solito?- pidió, medio gruñendo. Solo la raya de kohl en el ojo sano, y sombra negra.

Cuando bajó, Ariven estaba entreteniendo a Jack, que ya había llegado. Al ver al vampiro todo arreglado, sintió un pinchazo de culpa. Habían planeado eso para él y estaba comportándose como un capullo cascarrabias. Saludó con una sonrisa y fue a darle un abrazo a su amigo.

-¿Y esta encerrona a qué se debe? ¿Vás a llevarme a un baile?- dijo con burla.

Hizo un mohín cuando le hicieron esperar abajo pero estuvo un rato hablando con Ariven y bromeando sobre aquella situación. Cuando el rubio apareció, Jack silbó como admirando su atuendo, recibió y abrazó con ganas a Cain, y le palmeó la espalda suavemente.

—¿Cómo lo has sabido? Con suerte, bailar entrará en el plan, si quieres... Plan que consiste en irnos de compras y de fiesta a Libo. Somos dos empresarios importantes así que tenemos que ir y lucirnos... Vas muy sexy, por cierto —y, dicho eso, se inclinó y le ofreció una mano—. ¿Aceptas este baile libense de ir de compras, echar un rato los dos y ponernos al día? —inquirió con cierto teatro, sonriente—. No me hagas poner ojitos o suplicar, anda —bromeó, aún inclinado, aunque si hacía falta lo haría. Lo que fuera por reírse los dos un rato y salir de fiesta a su manera.

Cain puso los ojos en blanco, pero sonreía.

-No se si voy lo bastante formal para un baile- dijo mirándose la ropa.

Mephis, que bajaba entonces al salón, hizo un bufido. Aun llevaba su pijama de conejitos y junto a su forma parecía un niño que se había saltado la siesta.

-Vas perfecto, ¿o vas a ponerle pegas a la ropa que te he elegido? Creeme, cuando pateeis el primer centro comercial agradecerás no haberte puesto tacones. Toma.

Le pasó un par de garras de oro blanco para que se las pusiera en los dedos.

-Está bien, está bien. ¿Milord?- Cain tomó la mano de Jack entre risas después de ponerse las garras- Ahora por favor, llévame a desayunar a algún sitio lejos de estas furcias traidoras. Y pensar que habeis conspirado a mis espaldas. Qué vergüenza-Negó con la cabeza.

Las ''furcias traidoras'' le sacaron la lengua.

El vampiro se echó a reír y tiró de la mano y del mismo Cain hacia sí mismo, pero le hizo dar media vuelta y luego le pasó el brazo por el torso (como abrazándole por detrás solo con una mano), y le respondió:

—Tranquilo, yo te salvaré de estas furcias traidoras que conspiran y te secuestran sin que yo haya tenido nada que ver... —bromeó—. Dejé a Elunin preparando desayuno, así que vamos, señorito —y le soltó.

Abrió la puerta a su espalda, pero antes miró a Mephis y compañía.

—Intentaré devolverlo entero, aunque no prometo nada. ¡Hasta luego!

Sigue en la Bodega

Cain alzó una ceja, como diciendo ''¿Qué coño haces?'' al tiempo que los empleados del burdel reunidos en el salón se echaban a reír por el bailecito. Aceptó la invitación del desayuno, agradecido de que hubiese puesto en la cocina a alguien con papilas gustativas normales, aunque mantuvo su fachada de falsa indignación.

Por el camino, el invocador bostezó varias veces, aún demasiado dormido para hacer uso de su labia o dar con algún comienzo de conversación. Había pasado la noche organizando horarios, y repasando el nuevo plan de espectáculos que estaba creando para el local. Esperaba que al menos Elunin le pusiese un café bien cargado o una poción energética.

-¿Cuanto lleváis planeando esto?- preguntó de pronto. Intentaba pensar también en qué momento podrían haberse encontrado Jack y los demás para conspirar a sus espaldas, pero como tampoco llevaba recuento de los eventos sociales a los que habían asistido sus empleados, ni controlaba cuando salían o entraban, en realidad podría haber sido cualquier día.

Estaría bonito que algo les atacara en mitad del camino hacia la Bodega. Tan bonito como sería que se pringaran sus ropas por liquidar a algún bicho que quisiera hincarles el diente. Pero no pasó nada de eso, aunque no habría estado mal para despertar a algunos <<Habrá pasado la noche currando, imagino... Un buen desayuno y como nuevo>>

—Pueeees... Unos días. ¿Te suena algo de una fiesta en el Pub Muerto, con los novatos de la última cosecha? Pues entre canciones y bailes, se me ocurrió montar esto. Ya que no estabas en la fiesta y que no sueles ir a ninguna... Te organizo una fiesta a tu medida y te acompaño. No nos odies —remató riendo.

Entraron en la Bodega, que a aquella hora estaba cerrada entera, atravesaron el vestíbulo hasta la entrada a la zona privada donde vivía Jack y subieron a la segunda planta de la torre. Elunin estaba arriba y saludó a Cain con un apretón de manos y un "buenos días, bienvenido" bastante sincero. Les había estado esperando, vestido con el traje de camarero, para servirles el desayuno, que ya estaba listo sobre la mesa con sus dos sillas, café caliente, una poción por si fuera necesario así como tostadas, croissants, mermelada, embutidos o chocolate. Para Jack, había una taza de sangre humeaba mezclada con una de esas pociones energéticas sin sabor... y aroma de chocolate.

—Ale, que aproveche —le dijo el vampiro mientras se sentaba y dejaba que Lerka se le subiera al regazo—. Había pensado en ir a una especie de mercado inmenso que tienen en la Capital, darnos una vuelta, comprar cositas, comer allí... Y a lo mejor coincide y hay algún concierto ligerito o algún teatro... O básicamente lo que se te ocurra.

A Cain le avergonzaba lo mucho que llevaba sin pisar la bodega. Jack les llevaba el vino al burdel así que no había necesitado presentarse en persona a recogerlo. << Soy un amigo de mierda...>> La oscuridad y lo rápido que la cruzaron no le dio tiempo a inspeccionar en busca de cambios. Cierto que tampoco había asistido a ningún encuentro social, de ningún tipo, desde hacía bastante tiempo.

Al ver a Elunin todo peripuesto con su uniforme ahogó una risa. << Qué nivel.>> El desayuno olía delicioso, todo típico de la Tierra. Cain cogió uno de los croissants comprobando con deleite que aun estaban calientes, y se entretuvo viendo como se derretía la mantequilla sobre el. Casi engulló, no se había dado cuenta hasta el momento del hambre que tenía, y allí no tenía por qué andarse con remilgos.

-Oh, el Mercado Real de Mekare, lo conozco. Mephis y Zedrig fueron hace como un año, me gustaría ir y comprobar si dejaron algo- dijo, limpiándose un poco de mantequilla de la comisura de la boca con el pulgar.- Me parece buen plan, podríamos intentar pillar entradas para la ópera.

Nunca había ido a la ópera en la Tierra, pero le habían regalado un disco de una obra popular libense y le había gustado bastante., sentía curiosidad. Pronto, pensando en cosas que podrían hacer, empezó a emocionarse con la pequeña excursión.

—Pues anotado el Mercado Real en el plan. Mientras haya entradas, de dinero vamos bien. A las malas siempre podemos ir otro día, o irte solo otro día.

El vampiro acabó lo suyo y se levantó para recoger sus cosas y dejarlas en un carrito que el nublino recogería cuando se hubieran machado. El minino por su parte se quedó en la silla de Jack. Elunin ya no estaba, pues había salido en silencio mientras hablaban. El rubio volvió a la mesa y se sentó en una esquina (tras haber quitado el mantel de ese trozo).

—Tú sin prisas, que te veo con hambre. ¿Va todo bien en el Burdel? ¿Algún plan o algo interesante que contar o algo que tengas pensado para el futuro?

Un inicio de sonrisa traviesa apareció en el rostro de Cain. Fingió estar pensativo, con la cucharilla de la mermelada en la boca, saboreando la acidez de las frutas rojas.

-Hmmm, bueno, iba a ser una sorpresa, pero ya que me has preguntado no puedo escondértelo... Tenemos pensado organizar espectáculos en directo, tipo peep show, a precios más asequibles. Sería algo periódico con fecha fija, como una o dos veces al mes. En un principio sería por invitación porque tampoco quiero que se cuele cualquier flipado...

Llevaban ya bastante tiempo preparándolo, tanteando a los posibles asistentes de la primera sesión, probando la compatibilidad de los trabajadores en escena. Pero aún no se lo habían dicho a nadie fuera del burdel, ni siquiera a los amigos.

<<¿Sorpresa? ¿Esconderlo?>> Jack le miró con bastante curiosidad cuando empezó con aquello... y sus ojos y su boca se fueron abriendo bastante según hablaba. Parpadeó un par de veces antes de responderle.

—¡Me encanta la idea! Bueno, eso creo que es obvio... Pero eso, que mola... Aunque ideas exhibicionistas cuando se va un exhibicionista... Mira que les dije a Vivia y Ariven que cuando me jubile de la Bodega intentaré volver al Burdel, pero si seguís innovando me voy a tener que jubilar antes... —bromeó entre risas.

Cuando dejó de reír, dio una palmada y saltó de la mesa.
—Chaval, podemos seguir hablando aquí hasta mañana o mientras paseamos, compramos y seducimos a los libenses. Tú decides... Aunque si te conozco bien, mejor las compras y la ópera o lo que podamos que quedarnos aquí tiesos —bromeó de nuevo con una sonrisa.

El día siguió como habían planeado. Quizá no siguiendo un plan fijo, al dedillo, pero la intención era pasarlo mejor que bien, comprar lo que quisieran y divertirse como cada cual mejor sabía... Eso sí que les salió a pedir de boca.

Fin