Templo de los suicidas abnegados
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Rocavarancolia Rol
14 participantes
- Rocavarancolia Rol
Templo de los suicidas abnegados
13/04/12, 05:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio alto con torres puntiagudas y fachada recargada y llena de salientes, de los que cuelgan ahorcados en distintos estados de descomposición. El interior es oscuro, con ventanas diminutas a través de las cuales apenas entra luz. Las paredes estan desnudas salvo por algunos frescos con escenas cruentas y deprimentes. No queda ningún mueble, y no hay pisos salvo por las escaleras que permiten subir a las fachadas y las que bajan a las catacumbas, cuyas paredes están cubiertas de huesos de todo tipo. Era donde se encontraba la sede de los Hijos de Ewa, y donde vivían la mayoría de los sacerdotes y algunos adeptos.
La secta fue completamente aniquilada por Azra y sus viragos, muriendo el culto a Ewa (así como la propia "diosa") junto a sus seguidores, y actualmente el enorme edificio está abandonado.
La secta fue completamente aniquilada por Azra y sus viragos, muriendo el culto a Ewa (así como la propia "diosa") junto a sus seguidores, y actualmente el enorme edificio está abandonado.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
26/04/15, 07:29 pm
La expresión de Zmey no cambió un ápice. No se creía las palabras de Bran, no quería creérselas. Aun así, si de verdad habían llorado por él, si tanto les había apenado su muerte, ¿por qué le habían dejado morir? ¿Había pasado por un infierno para descubrir al final que no era tan odiado como pensaba? ¿Que todo lo que había sufrido al final no tenía razón de ser? El sentimiento de abandono, de no pertenecer a ningún sitio, de verse aislado de todo lo que quería... ¿de dónde venía?
-Me había esforzado tanto...- susurró, bajando la mirada. Subió los pies al cojín, abrazándose las piernas y apoyando la cabeza sobre las rodillas.
Pensó en todo lo que había hecho para llegar hasta donde estaba. Todo lo que había entrenado para controlar su dominio, las horas estudiando magia, las pruebas del ejército, el torneo, todo lo que había luchado para no caer en la locura y el frenesí que su propio don le provocaba. Todo ello para dar con sus huesos en el fondo del Abismo... y al final ni siquiera eso le había salido bien. ¿Por qué se esforzaba tanto?
Luego pensó en Nihil. En las horas que había pasado velando su sueño, en la cantidad de magia y esfuerzo que había empleado en limpiarlo de magia maligna, en curar su locura y sus ansias de morir. Seguía sin comprender qué tenía el de valioso para que una persona como Nihil emplease tantos recursos en devolverle la vida. ¿Qué podía ofrecer un niño roto como él?
Las palabras con las que Nihil le recibió cuando despertó después de su muerte le vinieron a la mente. La sonrisa entre sadismo y alivio que fue lo primero que vio al abrir los ojos en la oscuridad. Él mismo sonrió en ese momento, ocultando la cara entre las rodillas para que el trasgo no lo viese llorar.
-Tal vez... esto es una segunda oportunidad.
-Me había esforzado tanto...- susurró, bajando la mirada. Subió los pies al cojín, abrazándose las piernas y apoyando la cabeza sobre las rodillas.
Pensó en todo lo que había hecho para llegar hasta donde estaba. Todo lo que había entrenado para controlar su dominio, las horas estudiando magia, las pruebas del ejército, el torneo, todo lo que había luchado para no caer en la locura y el frenesí que su propio don le provocaba. Todo ello para dar con sus huesos en el fondo del Abismo... y al final ni siquiera eso le había salido bien. ¿Por qué se esforzaba tanto?
Luego pensó en Nihil. En las horas que había pasado velando su sueño, en la cantidad de magia y esfuerzo que había empleado en limpiarlo de magia maligna, en curar su locura y sus ansias de morir. Seguía sin comprender qué tenía el de valioso para que una persona como Nihil emplease tantos recursos en devolverle la vida. ¿Qué podía ofrecer un niño roto como él?
Las palabras con las que Nihil le recibió cuando despertó después de su muerte le vinieron a la mente. La sonrisa entre sadismo y alivio que fue lo primero que vio al abrir los ojos en la oscuridad. Él mismo sonrió en ese momento, ocultando la cara entre las rodillas para que el trasgo no lo viese llorar.
-Tal vez... esto es una segunda oportunidad.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Templo de los suicidas abnegados
30/04/15, 12:07 am
El trasgo suspiró ante las palabras de Zmey, sin saber qué responder a aquello. No sabía mucho de los cambios más profundos de su transformación, pero sí sabía que los vaivenes emocionales podían ser problemáticos. Era una pena que el único otro piromante de la ciudad fuese el rey, que claramente no iba a interesarse por un novato.
Sus labios se curvaron mínimamente ante sus siguientes palabras. Segundas oportunidades... Él no la necesitaba, pero incluso aunque así fuera no creía que pudiera conseguirla. ¿Cómo se le daba una segunda oportunidad a un monstruo que se alimentaba de otras personas?
—Sí, parece que lo es. Aprovéchala bien.
Sus labios se curvaron mínimamente ante sus siguientes palabras. Segundas oportunidades... Él no la necesitaba, pero incluso aunque así fuera no creía que pudiera conseguirla. ¿Cómo se le daba una segunda oportunidad a un monstruo que se alimentaba de otras personas?
—Sí, parece que lo es. Aprovéchala bien.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
02/05/15, 02:22 am
-Sí... Debería...
<< Espero no cagarla de nuevo>> pensó apenado. No tenía mucha confianza en sí mismo, ni pensaba que se mereciese una segunda oportunidad ni nada por el estilo, pero estaba allí, y ya que Nihil no le iba a dejar morir por el momento, al menos intentaría hacerse a su nueva vida.
Aún así tenía dudas. ¿Qué iba a hacer, recuperar su antigua vida? ¿Volver con los demás como si no hubiese ocurrido nada? No creía que fuese posible. Era de risa, pretender tener una vida ''normal'' de monstruo feliz. Casi le daba risa. Se frotó los ojos para secarse las pocas lágrimas, que no habían llegado ni a las mejillas. Respiró hondo y miró al trasgo a los ojos.
-Gracias. De verdad. Aunque... solo quisieras saber qué ocurría, me ha ayudado de verdad soltar todo esto.
Se puso en pie, estirándose, y se alejó unos pasos del cojín, con las manos en los bolsillos.
-¿Te importa... que vuelva por aquí? Nihil no quiere que me relacione con la Secta, solo quería que los adeptos conocieran mi cara para que no se acercasen a mi...
Sonaba inseguro, pero deseaba que Bran aceptase.
<< Espero no cagarla de nuevo>> pensó apenado. No tenía mucha confianza en sí mismo, ni pensaba que se mereciese una segunda oportunidad ni nada por el estilo, pero estaba allí, y ya que Nihil no le iba a dejar morir por el momento, al menos intentaría hacerse a su nueva vida.
Aún así tenía dudas. ¿Qué iba a hacer, recuperar su antigua vida? ¿Volver con los demás como si no hubiese ocurrido nada? No creía que fuese posible. Era de risa, pretender tener una vida ''normal'' de monstruo feliz. Casi le daba risa. Se frotó los ojos para secarse las pocas lágrimas, que no habían llegado ni a las mejillas. Respiró hondo y miró al trasgo a los ojos.
-Gracias. De verdad. Aunque... solo quisieras saber qué ocurría, me ha ayudado de verdad soltar todo esto.
Se puso en pie, estirándose, y se alejó unos pasos del cojín, con las manos en los bolsillos.
-¿Te importa... que vuelva por aquí? Nihil no quiere que me relacione con la Secta, solo quería que los adeptos conocieran mi cara para que no se acercasen a mi...
Sonaba inseguro, pero deseaba que Bran aceptase.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Templo de los suicidas abnegados
07/05/15, 02:29 pm
—No, no me importa —contestó el trasgo, todavía algo serio—. Puedes visitarme cuantas veces quieras sin ningún problema —un rictus de desagrado pasó por su cara al recordar un detalle. Se levantó y, mientras se sacudía, le dejó una pequeña advertencia—. Bueno, que no sea justo antes, durante o justo después de alimentar a los fieles.
Le sonrió para darle ánimos, aunque interiormente seguía bastante preocupado. Algo así, y además en un momento como el final de Samhein... Seguía sin saber qué pensar de ello, por lo que lo primero que pensó fue en obtener ayuda. Por lo que hacia allí se encaminó.
Sigue en laSede de los Taumaturgos.
Le sonrió para darle ánimos, aunque interiormente seguía bastante preocupado. Algo así, y además en un momento como el final de Samhein... Seguía sin saber qué pensar de ello, por lo que lo primero que pensó fue en obtener ayuda. Por lo que hacia allí se encaminó.
Sigue en laSede de los Taumaturgos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Templo de los suicidas abnegados
17/01/16, 01:31 pm
Por el bien de todos, la roquense hizo caso omiso a lo que les dijeron y salió de los jardines en la dirección que había visto tomar a la criatura. No podía creer algunas de las cosas que oía, algunas tan rematadamente obvias que si Chamán no les hubiera respondido lo habrían hecho sus manos. Pero, oye, le serviría de lección para el futuro: esa gente no funcionaba bien bajo presión o en peligro. Y menos quienes habrían desaparecido corriendo. Menudo grupo.
No fue difícil segur a la criatura, y de hecho se le antojó comentar lo ocurrido con el macho, pero al final decidió dejarlo para más tarde. No sabía a dónde les llevaría ni el peligro que podrían correr, por lo que era mejor ir en silencio para poder escuchar a tiempo cualquier posible amenaza... Pero esta les llegaría de otra forma.
Al torcer por una calle, la roquense se paró en seco y abrió la boca mientras señalaba a medias, sin alzar el brazo, el grotesco edificio que se erigía al final. Deseó con todas sus fuerzas que la criatura y su "mascota" no fueran hacia allí, que pasaran de largo, que tomaran una calle anterior, que... <<Joder>> Tragó saliva.
—H-han entrado ahí... Y-y yo por ahí no paso, no quiero que nos vean —susurró y dio un par de pasos atrás como para secundar sus últimas palabras. Luego añadió—. Quien viva ahí no tiene gusto por los vivos —y lo acompañó de un gesto de cabeza hacia los salientes.
Los ahorcados le asqueaban. Sabía cómo se descomponía un cadáver, así que no podía entender que los tuvieran ahí como si nada. Al menos servían para rechazar visitas indeseadas como ellos, pero no se le ocurrió pensar en eso. Prefería pensar en la suerte de criaturas que podrían vivir ahí. La nublina no tenía boca, ¡así que vete a saber! No pasaría por allí cerca, no así.
—¿V-volvemos cuando tengamos esa magia de la que tanto habláis? No quiero colgar de ahí arriba, no tengo miedo a las alturas pero prefiero volar... —quiso bromear y reírse un poco para ahuyentar el miedo que esa visión le provocaba, pero la risa murió en su garganta. Quería alejarse de allí.
No fue difícil segur a la criatura, y de hecho se le antojó comentar lo ocurrido con el macho, pero al final decidió dejarlo para más tarde. No sabía a dónde les llevaría ni el peligro que podrían correr, por lo que era mejor ir en silencio para poder escuchar a tiempo cualquier posible amenaza... Pero esta les llegaría de otra forma.
Al torcer por una calle, la roquense se paró en seco y abrió la boca mientras señalaba a medias, sin alzar el brazo, el grotesco edificio que se erigía al final. Deseó con todas sus fuerzas que la criatura y su "mascota" no fueran hacia allí, que pasaran de largo, que tomaran una calle anterior, que... <<Joder>> Tragó saliva.
—H-han entrado ahí... Y-y yo por ahí no paso, no quiero que nos vean —susurró y dio un par de pasos atrás como para secundar sus últimas palabras. Luego añadió—. Quien viva ahí no tiene gusto por los vivos —y lo acompañó de un gesto de cabeza hacia los salientes.
Los ahorcados le asqueaban. Sabía cómo se descomponía un cadáver, así que no podía entender que los tuvieran ahí como si nada. Al menos servían para rechazar visitas indeseadas como ellos, pero no se le ocurrió pensar en eso. Prefería pensar en la suerte de criaturas que podrían vivir ahí. La nublina no tenía boca, ¡así que vete a saber! No pasaría por allí cerca, no así.
—¿V-volvemos cuando tengamos esa magia de la que tanto habláis? No quiero colgar de ahí arriba, no tengo miedo a las alturas pero prefiero volar... —quiso bromear y reírse un poco para ahuyentar el miedo que esa visión le provocaba, pero la risa murió en su garganta. Quería alejarse de allí.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Templo de los suicidas abnegados
17/01/16, 03:00 pm
Habían encontrado una pista. Vaya si la habían encontrado. Sox contemplaba mudo los cadáveres colgados de la fachada.
El edificio era claramente un lugar de culto, y dado lo que había fuera como decoración podía correlacionarse con la misma clase de magia degenerada que era ilegal en Carabás. Si la torre de carne gritaba peligro, aquel lugar lo anunciaba a los cuatro vientos. Y aún así algo en el interior de Sox se rebelaba ante la posibilidad de irse de allí con las manos vacías, sin nada más que informar que la existencia de otro lugar vetado.
No le gustaba sentir aquello. Significaba que, para llegar al punto de aferrarse con uñas y dientes a la posibilidad de buscar información allí, estaba desesperado por respuestas.
—Yo también preferiría no entrar —repuso—. Pero puede que no averigüemos nada si no lo hacemos. Puedo llamar yo y si me pasa algo... —vaciló a medio camino. Si le pasaba algo, nada. Los demás habían decidido no venir. No tenían por qué mover el culo toda aquella distancia a sacarle de una decisión que había tomado él mismo. Pero como mínimo Since podría decirles que aquella zona no era segura.
"No." Sox no era carne de cañón. Era el trabajo de gente con menos aptitudes, personas anónimas porque no habían trabajado lo suficiente como para no serlo. No el suyo.
—Nada. Olvídalo —negó con la cabeza, para sí mismo tanto como para Since. Llamar a la puerta de unos cultistas que tenían magia cuando ellos no era suicidio. Aun si no les utilizaban para rituales raros, podían entrar bajo la promesa de información y todo lo que quisieran y luego no volver a salir jamás. Era una receta para el desastre, desde cualquier ángulo.
El olor de los cadáveres le recordó al de la torre y le revolvió el estómago. Le impedía concentrarse. ¿Por qué no deshacerse de ellos? ¿Qué obsesión tenía aquella ciudad con lo macabro?
Podía ser una advertencia. Era otra posibilidad muy nítida.
Sox se esforzó por superar aquella impresión, expulsando aire en pequeños resoplidos. Si los de médicas podían tratar con aquello, él no tenía excusa para no poder hacerlo. Punto.
—Tal vez desde un edificio cercano podamos asomarnos. Las ventanas son amplias.
Cómo maldecía no poder levitar. En una ciudad donde no había campos de amortiguación mágicos, podría haberlo hecho en cualquier lugar y haberse ahorrado muchos quebraderos de cabeza. Expulsó aquello de su mente. Quejarse de lo insolucionable era sólo perder el tiempo.
—De hecho, tal vez tengamos más suerte con otros edificios más normales de esta misma calle.
El edificio era claramente un lugar de culto, y dado lo que había fuera como decoración podía correlacionarse con la misma clase de magia degenerada que era ilegal en Carabás. Si la torre de carne gritaba peligro, aquel lugar lo anunciaba a los cuatro vientos. Y aún así algo en el interior de Sox se rebelaba ante la posibilidad de irse de allí con las manos vacías, sin nada más que informar que la existencia de otro lugar vetado.
No le gustaba sentir aquello. Significaba que, para llegar al punto de aferrarse con uñas y dientes a la posibilidad de buscar información allí, estaba desesperado por respuestas.
—Yo también preferiría no entrar —repuso—. Pero puede que no averigüemos nada si no lo hacemos. Puedo llamar yo y si me pasa algo... —vaciló a medio camino. Si le pasaba algo, nada. Los demás habían decidido no venir. No tenían por qué mover el culo toda aquella distancia a sacarle de una decisión que había tomado él mismo. Pero como mínimo Since podría decirles que aquella zona no era segura.
"No." Sox no era carne de cañón. Era el trabajo de gente con menos aptitudes, personas anónimas porque no habían trabajado lo suficiente como para no serlo. No el suyo.
—Nada. Olvídalo —negó con la cabeza, para sí mismo tanto como para Since. Llamar a la puerta de unos cultistas que tenían magia cuando ellos no era suicidio. Aun si no les utilizaban para rituales raros, podían entrar bajo la promesa de información y todo lo que quisieran y luego no volver a salir jamás. Era una receta para el desastre, desde cualquier ángulo.
El olor de los cadáveres le recordó al de la torre y le revolvió el estómago. Le impedía concentrarse. ¿Por qué no deshacerse de ellos? ¿Qué obsesión tenía aquella ciudad con lo macabro?
Podía ser una advertencia. Era otra posibilidad muy nítida.
Sox se esforzó por superar aquella impresión, expulsando aire en pequeños resoplidos. Si los de médicas podían tratar con aquello, él no tenía excusa para no poder hacerlo. Punto.
—Tal vez desde un edificio cercano podamos asomarnos. Las ventanas son amplias.
Cómo maldecía no poder levitar. En una ciudad donde no había campos de amortiguación mágicos, podría haberlo hecho en cualquier lugar y haberse ahorrado muchos quebraderos de cabeza. Expulsó aquello de su mente. Quejarse de lo insolucionable era sólo perder el tiempo.
—De hecho, tal vez tengamos más suerte con otros edificios más normales de esta misma calle.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
17/01/16, 05:26 pm
Como detalle curioso del templo de los suicidas, todos los cadáveres de su fachada tienen ojos. En las catacumbas que habita la secta, el sistema de alarma ya ha anunciado la presencia de los cachorros, y Sarna la ha confirmado ante las sacerdotisas.
Fuera, por mucho que los niños miren a través de las ventanas no verán nada más que ruinas y muros pintados. La escalera que baja a los sótanos ha quedado oculta con magia. Es la hora de la misa, y no dejarán que nadie les interrumpa.
Sin embargo, no todos los adeptos han llegado a tiempo. Aún hay ojos vivos observando desde los edificios colindantes. Aguardan, y vigilan los movimientos de los niños.
Fuera, por mucho que los niños miren a través de las ventanas no verán nada más que ruinas y muros pintados. La escalera que baja a los sótanos ha quedado oculta con magia. Es la hora de la misa, y no dejarán que nadie les interrumpa.
Sin embargo, no todos los adeptos han llegado a tiempo. Aún hay ojos vivos observando desde los edificios colindantes. Aguardan, y vigilan los movimientos de los niños.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Templo de los suicidas abnegados
17/01/16, 09:36 pm
Sinceridad miró (o más bien entrevió entre parpadeos fugaces) al Chamán como si hubiera hecho la mayor idiotez del mundo. No la había hecho, pero la había dicho. Por suerte, el macho rectificó y la roquense pudo dejar de pensar que estaba rodeada de locos Sincerebro.
—Buena idea. La otra mejor déjala para cuando vuelvas a tu casa —bromeó y esta vez sí que pudo reírse. Cuanto más lejos de aquel sitio, mejor. Y cuanto más cerca de poder echar a volar, aún mejor.
Pero al subir no hubo resultado. No había una sola ventana en aquella mole por la que pudieran entrever algo de interés. Y eso suponiendo que fueran ventanas reales y no alguna artimaña mágica, pensó, pues no se olvidaba del extraño camuflaje del lagarto: a saber a qué se podía aplicar y qué infinidad de cosas o gente podían ocultarse a la vista.
—Aquí no vamos a ver nada... Pero he visto algo que me convence más para irnos: hay cuerpos frescos. Yo me largo —resopló y se dirigió a la calle.
—Buena idea. La otra mejor déjala para cuando vuelvas a tu casa —bromeó y esta vez sí que pudo reírse. Cuanto más lejos de aquel sitio, mejor. Y cuanto más cerca de poder echar a volar, aún mejor.
Pero al subir no hubo resultado. No había una sola ventana en aquella mole por la que pudieran entrever algo de interés. Y eso suponiendo que fueran ventanas reales y no alguna artimaña mágica, pensó, pues no se olvidaba del extraño camuflaje del lagarto: a saber a qué se podía aplicar y qué infinidad de cosas o gente podían ocultarse a la vista.
—Aquí no vamos a ver nada... Pero he visto algo que me convence más para irnos: hay cuerpos frescos. Yo me largo —resopló y se dirigió a la calle.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/01/16, 12:53 am
No importó a través de qué ventanal se asomaran al interior, sólo entrevieron muros derruidos y espacios vacíos.
"Nada." Sox frunció el ceño. ¿Quién recorrería un camino tan largo para acceder a un edificio que no era la vivienda de uno?
—Se me ocurre que este lugar sea una tapadera para un punto de teletransporte —rumió en voz alta—. Ya sabes, para que solo quienes sepan de él puedan usarlo. Eso explicaría por qué no ha vuelto a salir en todo este tiempo si no hay nada de interés dentro.
Sacudió la cabeza.
—A menos que acampe entre las ruinas, a bote pronto es mi teoría más sólida.
Su compañera manifestó entonces que daba la búsqueda por terminada, y un Sox pensativo se dispuso a seguirla escaleras abajo. No iban a sacar nada más con ese método.
—Podrían ser ilusiones —el pensamiento le había insuflado esperanzas originalmente, pero había recordado la torre de carne, había recordado los secuestros. Recordó también que sin magia no podía comprobarlo—. Pero tampoco me la quiero jugar. Volvamos con los demás.
Ya disponían de suficiente información para traer de vuelta, y si iban a decidir hacer algo con ella cuantos más, mejor.
—¿Crees que esto tendrá algo que ver con la gente que nos ha traído aquí? —interrogó a Since mientras bajaban. Una nueva visión del asunto tal vez pudiera aportar algo que se le hubiera escapado—. Era un ser inteligente, con magia y que ahora sabemos que entra y sale de un sitio que podría tener que ver con ritos chungos. Tampoco parecía sorprendida de vernos.
"Nada." Sox frunció el ceño. ¿Quién recorrería un camino tan largo para acceder a un edificio que no era la vivienda de uno?
—Se me ocurre que este lugar sea una tapadera para un punto de teletransporte —rumió en voz alta—. Ya sabes, para que solo quienes sepan de él puedan usarlo. Eso explicaría por qué no ha vuelto a salir en todo este tiempo si no hay nada de interés dentro.
Sacudió la cabeza.
—A menos que acampe entre las ruinas, a bote pronto es mi teoría más sólida.
Su compañera manifestó entonces que daba la búsqueda por terminada, y un Sox pensativo se dispuso a seguirla escaleras abajo. No iban a sacar nada más con ese método.
—Podrían ser ilusiones —el pensamiento le había insuflado esperanzas originalmente, pero había recordado la torre de carne, había recordado los secuestros. Recordó también que sin magia no podía comprobarlo—. Pero tampoco me la quiero jugar. Volvamos con los demás.
Ya disponían de suficiente información para traer de vuelta, y si iban a decidir hacer algo con ella cuantos más, mejor.
—¿Crees que esto tendrá algo que ver con la gente que nos ha traído aquí? —interrogó a Since mientras bajaban. Una nueva visión del asunto tal vez pudiera aportar algo que se le hubiera escapado—. Era un ser inteligente, con magia y que ahora sabemos que entra y sale de un sitio que podría tener que ver con ritos chungos. Tampoco parecía sorprendida de vernos.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/01/16, 08:31 pm
Eriel caminó con decisión siguiendo a Sox y Sinceridad, gracias a su buena vista se aseguró de no perderlos en ningún momento. Sabía que más tarde le iba a caer una bronca de su hermano, sabía que el resto no le miraba con buenos ojos pero también sabía que de pasarles algo, pudiendo haber hecho algo para impedirlo, le seguiría toda la vida.
Intentaba que la tierrabrujense no les pillase yendo por lugares que quedasen en su punto ciego, cosa que no era fácil. Pero hubo un momento en que los perdió de vista, siguió hasta el final de la calle indicándole al resto que esperase. Se asomó y lo que vio lo dejó mudo.
El lugar le dio escalofríos y lo fascinó a partes iguales. Cadáveres colgaban por todo el lugar haciendo la estructura muy macabra pero con una cierta belleza en ella.
<<¿Eso lo ha hecho la diosa que nos encontramos? Es increíble>> fue un pensamiento dual, tanto admirando su trabajo como horrorizándose por la cantidad de gente muerta.
-Por la sagrada Luna Roja - imploró.- Que no hayan entrado ahí.
Un pensamiento aún más siniestro se le pasó por la cabeza.
-Que ninguno de esos sean ellos.
Intentaba que la tierrabrujense no les pillase yendo por lugares que quedasen en su punto ciego, cosa que no era fácil. Pero hubo un momento en que los perdió de vista, siguió hasta el final de la calle indicándole al resto que esperase. Se asomó y lo que vio lo dejó mudo.
El lugar le dio escalofríos y lo fascinó a partes iguales. Cadáveres colgaban por todo el lugar haciendo la estructura muy macabra pero con una cierta belleza en ella.
<<¿Eso lo ha hecho la diosa que nos encontramos? Es increíble>> fue un pensamiento dual, tanto admirando su trabajo como horrorizándose por la cantidad de gente muerta.
-Por la sagrada Luna Roja - imploró.- Que no hayan entrado ahí.
Un pensamiento aún más siniestro se le pasó por la cabeza.
-Que ninguno de esos sean ellos.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Templo de los suicidas abnegados
20/01/16, 01:29 am
La pequeña belga hubiese rodado los ojos ante los lloros de Mónica con un suspiro exasperado sino fuese porque estaba ya acostumbrada a fingir ser buena y a veces le salía con la misma facilidad que respirar. Por otro lado, no pudo evitar mirar con incredulidad a Barael “¿De verdad le vas a hacer ropa después de la desgracia que le ha hecho a su precioso vestido? ¡NO se lo merece!”, pero su expresión podía ser interpretada, dado el contexto, por un “estoy sorprendida de lo amable que eres, que gran persona”.
Luego ocurrió lo inevitable, de nuevo algunos de sus compañeros se pusieron a pensar, según la perspectiva de Nadja eso no traía nunca nada bueno. Por lo que la idea de Sox y Sinceridad no la pillo desprevenida, pero si la desespero “¡Oh, fantástica idea, realmente maravillosa, una idea muy inteligente sino fuese porque ESA CHICA TIENE DE MASCOTAS A UNA IGUANA QUE HA INTENTADO MATARNOS! Si, definitivamente, muy inteligente…”
Ante la respuesta del grupo a la idea Nadzieja no pudo evitar sentirse esperanzada. Nad se quedó agradablemente sorprendida por las reacciones de Mónica y de los hermanos Eriel y Barael “No son los tontos que parecen ser” hasta que al final si decidieron por seguir a la pajarraca “No, siguen siendo tontos”.
Les siguió a regañadientes reprimidos y ocultos en obediencia aparentemente ciega. siempre de la mano de la española a la que le fue asegurando durante todo el trayecto que ella también preferiría volver a las cárceles y mañana buscar al Doce Punto ese. “en realidad no, pero seguro que es mejor que esto” se repetía varias veces la niña.
Cuando llegaron al templo, Nadzieja se quedó más pálida que la tiza mientras observaba por primera vez en su vida unos cadáveres. No podía apartar la vista de lo que se hallaba ante ella, un extraño peso se había instalado en su cuerpo paralizando sus extremidades. Su mirada cambiando de rostro en rostro, de ahorcado en ahorcado, instalando en su mente visiones de horror.
Las palabras de Eriel la sacaron del trance y consiguieron hacerla apartar la vista, pero fueron las últimas palabras de este, sobre sus compañeros, las que la remataron con un golpe de gracia.
La niña cayó arrodillada al suelo entre convulsiones y arcadas, vomitando todo lo que tenía en el estómago y más, incluso cuando ya no quedaba nada siguió con las arcadas. Su garganta atacada por los sollozos que le dificultaban aún más el respirar. Y aun así se las arregló para decir cuatro palabras.
-Quiero volver a casa. – “Me importa un bledo que les haya pasado a esos dos, no quiero acabar como ellos, no quiero. Quiero volver a casa, quiero salir de aquí. Esto es una pesadilla. No quiero, no quiero, no quiero… No quiero morir.”
Luego ocurrió lo inevitable, de nuevo algunos de sus compañeros se pusieron a pensar, según la perspectiva de Nadja eso no traía nunca nada bueno. Por lo que la idea de Sox y Sinceridad no la pillo desprevenida, pero si la desespero “¡Oh, fantástica idea, realmente maravillosa, una idea muy inteligente sino fuese porque ESA CHICA TIENE DE MASCOTAS A UNA IGUANA QUE HA INTENTADO MATARNOS! Si, definitivamente, muy inteligente…”
Ante la respuesta del grupo a la idea Nadzieja no pudo evitar sentirse esperanzada. Nad se quedó agradablemente sorprendida por las reacciones de Mónica y de los hermanos Eriel y Barael “No son los tontos que parecen ser” hasta que al final si decidieron por seguir a la pajarraca “No, siguen siendo tontos”.
Les siguió a regañadientes reprimidos y ocultos en obediencia aparentemente ciega. siempre de la mano de la española a la que le fue asegurando durante todo el trayecto que ella también preferiría volver a las cárceles y mañana buscar al Doce Punto ese. “en realidad no, pero seguro que es mejor que esto” se repetía varias veces la niña.
Cuando llegaron al templo, Nadzieja se quedó más pálida que la tiza mientras observaba por primera vez en su vida unos cadáveres. No podía apartar la vista de lo que se hallaba ante ella, un extraño peso se había instalado en su cuerpo paralizando sus extremidades. Su mirada cambiando de rostro en rostro, de ahorcado en ahorcado, instalando en su mente visiones de horror.
Las palabras de Eriel la sacaron del trance y consiguieron hacerla apartar la vista, pero fueron las últimas palabras de este, sobre sus compañeros, las que la remataron con un golpe de gracia.
La niña cayó arrodillada al suelo entre convulsiones y arcadas, vomitando todo lo que tenía en el estómago y más, incluso cuando ya no quedaba nada siguió con las arcadas. Su garganta atacada por los sollozos que le dificultaban aún más el respirar. Y aun así se las arregló para decir cuatro palabras.
-Quiero volver a casa. – “Me importa un bledo que les haya pasado a esos dos, no quiero acabar como ellos, no quiero. Quiero volver a casa, quiero salir de aquí. Esto es una pesadilla. No quiero, no quiero, no quiero… No quiero morir.”
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Templo de los suicidas abnegados
20/01/16, 01:39 am
Mon estuvo refunfuñando durante un tiempo insospechadamente largo, caminando tras la gente y mirando al suelo tentada de darle patadas a las piedras. Lo único que se lo impedía era saber que se podía hacer daño en el pie o peor, hacerse una herida que se infectara y la matara, y contuvo otro grito indignado cuando Tritón apretó el paso tanto que se le perdió casi de vista. “¡Que hay gente por aquí a la que nos está comenzando a costar andar!”.
Cuando levantó la vista y se encontró con un alto edificio de estilo parecido al gótico y salido claramente de la colorida y alegre pesadilla de un psicópata imaginativo no pudo reprimir un gemido de angustia y un sonoro “Hostia”. “Este sitio es taaaaan divertido” se dijo con sarcasmo, tratando de sacarse el pánico que volvía a atenazarla. “Rocavarancolia es una fiesta tras otra de desprecios hacia la limpieza, la desinfección y la salubridad. Doce Punto, te pienso torturar por no haberme avisado de todo esto. Y por no haberme venido a buscar”. Los cadáveres balanceándose y en diversos estados de putrefacción le provocaron náuseas y sensación de vértigo. Nunca había visto nada así y, sinceramente, esperaba no volver a verlo en su vida.
-Oh, Dios- apartó la vista y se abanicó con una mano dramáticamente. –Esto es más asqueroso que la torre de carne- reprimió otra arcada, hablando lastimeramente, casi lloriqueando. –Comienzo a ver un patrón en los gustos decorativos de esta gente y tiene bastante que ver con la muerte… A ver, ¿quién nos mandaba venir aquí? ¿Por qué hemos venido a este lugar de tan asesino en serie con esperanzas de ser decorador de exteriores? ¿Podemos volver y explorar en lugares seguros mañana? A lo mejor nos habría rentado más buscar a Krit que seguir a estos…
“¿Y qué van a estar ellos allí colgados? Ni que hubieran corrido ellos solitos a colgarse, macho” pensó con desdén al escuchar a Cenizo, al que en ese momento tenía bastante tirria por haberle hecho ir en busca de esos tarados con ansias suicidas. Los vómitos de Zana no hicieron más que empeorar la situación para ella, que se tuvo que alejar un par de pasos para no vomitar entre el olor de la putrefacción y el penetrante de la bilis mientras musitaba desde la lejanía un consolador “ea, ea, ya pasó” y le ofrecía un cachito de pañuelo sacado de su bolso (que ahora tenía las asas rotas). Sin embargo no pudo evitar otear en la lejanía por si veía a sus compañeros, evitando a propósito mirar a los ahorcados, cosa difícil porque decoraban la fachada por todas partes.
-¡Ahí están!- exclamó cuando les consiguió distinguir, algo lejos de ellos y alejándose de la torre. -¡Que vienen! Haced como si hubierais estado aquí todo el rato y actuad casual, que no parezca que hemos venido porque nos preocupaba. O porque no teníamos otra opción- agregó después por lo bajo. Inmediatamente después de decir eso trató de colocarse en una actitud distendida, colocando la mano encima de su cadera (y resbalándose) y mirando al cielo en una estudiada y desastrosa apariencia distraída que parecía decir “sí, sí, yo llevo aquí todo el rato. La pregunta es: ¿qué haces tú aquí?”, en parte en broma para hacer reír a sus compañeros y en parte completamente en serio.
Cuando levantó la vista y se encontró con un alto edificio de estilo parecido al gótico y salido claramente de la colorida y alegre pesadilla de un psicópata imaginativo no pudo reprimir un gemido de angustia y un sonoro “Hostia”. “Este sitio es taaaaan divertido” se dijo con sarcasmo, tratando de sacarse el pánico que volvía a atenazarla. “Rocavarancolia es una fiesta tras otra de desprecios hacia la limpieza, la desinfección y la salubridad. Doce Punto, te pienso torturar por no haberme avisado de todo esto. Y por no haberme venido a buscar”. Los cadáveres balanceándose y en diversos estados de putrefacción le provocaron náuseas y sensación de vértigo. Nunca había visto nada así y, sinceramente, esperaba no volver a verlo en su vida.
-Oh, Dios- apartó la vista y se abanicó con una mano dramáticamente. –Esto es más asqueroso que la torre de carne- reprimió otra arcada, hablando lastimeramente, casi lloriqueando. –Comienzo a ver un patrón en los gustos decorativos de esta gente y tiene bastante que ver con la muerte… A ver, ¿quién nos mandaba venir aquí? ¿Por qué hemos venido a este lugar de tan asesino en serie con esperanzas de ser decorador de exteriores? ¿Podemos volver y explorar en lugares seguros mañana? A lo mejor nos habría rentado más buscar a Krit que seguir a estos…
“¿Y qué van a estar ellos allí colgados? Ni que hubieran corrido ellos solitos a colgarse, macho” pensó con desdén al escuchar a Cenizo, al que en ese momento tenía bastante tirria por haberle hecho ir en busca de esos tarados con ansias suicidas. Los vómitos de Zana no hicieron más que empeorar la situación para ella, que se tuvo que alejar un par de pasos para no vomitar entre el olor de la putrefacción y el penetrante de la bilis mientras musitaba desde la lejanía un consolador “ea, ea, ya pasó” y le ofrecía un cachito de pañuelo sacado de su bolso (que ahora tenía las asas rotas). Sin embargo no pudo evitar otear en la lejanía por si veía a sus compañeros, evitando a propósito mirar a los ahorcados, cosa difícil porque decoraban la fachada por todas partes.
-¡Ahí están!- exclamó cuando les consiguió distinguir, algo lejos de ellos y alejándose de la torre. -¡Que vienen! Haced como si hubierais estado aquí todo el rato y actuad casual, que no parezca que hemos venido porque nos preocupaba. O porque no teníamos otra opción- agregó después por lo bajo. Inmediatamente después de decir eso trató de colocarse en una actitud distendida, colocando la mano encima de su cadera (y resbalándose) y mirando al cielo en una estudiada y desastrosa apariencia distraída que parecía decir “sí, sí, yo llevo aquí todo el rato. La pregunta es: ¿qué haces tú aquí?”, en parte en broma para hacer reír a sus compañeros y en parte completamente en serio.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Templo de los suicidas abnegados
20/01/16, 11:08 am
Siete había tardado mucho en reaccionar o moverse cuando había aparecido el lagarto. En principio, no le había preocupado, y solo le supuso un sobresalto que pegara la lengua en Monica. En cambio, la falta de boca (y el detalle de habersela pintado) de su dueña lo dejó livido.
Siete había estado a favor de dejarla tranquila por fiarse del juicio de alguien de su mundo, y porque no parecía que quisiera insistencias, pero su tendencia siempre estaba con el grupo y acabó siguiendolos en silencio.
Había tenido los ojos pegados en los cadaveres del edificio frente al que se detuvieron, cubriendose de sudor frío, cuando Monica les dijo que Sox y Sinceridad se acercaban. La miró muy sorprendido que hablase de fingir "¿No había dicho que no mentian en su mundo?". Podía ser discreto, pero no pretender.
Salió al paso a la pareja, con el nerviosismo pegado en el cuerpo.
- ¿Ha servido de algo?- preguntó. Estaba deseando con todas sus fuerzas que no estuvieran alli para servir de redecoración.
Siete había estado a favor de dejarla tranquila por fiarse del juicio de alguien de su mundo, y porque no parecía que quisiera insistencias, pero su tendencia siempre estaba con el grupo y acabó siguiendolos en silencio.
Había tenido los ojos pegados en los cadaveres del edificio frente al que se detuvieron, cubriendose de sudor frío, cuando Monica les dijo que Sox y Sinceridad se acercaban. La miró muy sorprendido que hablase de fingir "¿No había dicho que no mentian en su mundo?". Podía ser discreto, pero no pretender.
Salió al paso a la pareja, con el nerviosismo pegado en el cuerpo.
- ¿Ha servido de algo?- preguntó. Estaba deseando con todas sus fuerzas que no estuvieran alli para servir de redecoración.
-
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Templo de los suicidas abnegados
20/01/16, 11:32 am
A la roquense le habría gustado que los nublinos hubieran visto aquello. Que hubieran visto qué gustos más hermosos tenían sus adorables dioses.
—Puede ser que lo que haya de interés se camufle a la vista como su lagarto. No lo vimos hasta que el bicho se mostró... Y no tengo ni idea de qué papel juega esa atrocidad en todo esto... Y ya, ni sorprendida ni nada, solo se limitó a ignorarnos... o a llevarnos a una trampa. A saber si los ahorcados no son gente como nosotros que hayan pasado demasiado cerca... o que tuvieron la curiosa idea de llamar a la puerta —remató con un resoplido. Aun no se creía aquella sugerencia del macho.
Pero aún menos se creería lo que vio poco después, más adelante, en la calle. ¿No había pensado hacía poco que le habría gustado que los nublinos vieran aquello? ¡Pues mira por donde! <<Menuda... Qué gente más...>> Aceleró el paso y dejó atrás al Chamán. Siete iba más adelantado, y de hecho les habló cuando estuvieron a su alcance. La roquense bufó y le esquivó, pero le respondió. Más o menos.
—No, no ha servido —y luego pasó de largo.
Llegó al condenado grupo, golpeó el suelo con el extremo romo de la lanza y les soltó lo más suave que se le ocurrió:
—Menuda panda de imbéciles y mentirosos. Hipócrit... —pero algo llamó su atención—. ¿A qué mierda huel... Joder, es la segunda vez que una humana vomita; a ver si aprende a controlarse o necesitará raciones extra de comida. Y vosotros la última que nos tratáis como si fuéramos tontos. Hipócritas. No queríais venir, pero aquí estáis. ¿Qué hacéis aquí? ¿Os perdisteis camino de la fuente y aparecisteis por arte de magia justo donde nosotros? —y luego miró a los nublinos—. ¿O habéis venido a disfrutar del arte tan hermoso y macabro de vuestros dioses? —y empezó a carcajearse en voz alta, sin importarle un ápice que le escuchara algo ajeno al grupo. Aquello le parecía surrealista.
—Puede ser que lo que haya de interés se camufle a la vista como su lagarto. No lo vimos hasta que el bicho se mostró... Y no tengo ni idea de qué papel juega esa atrocidad en todo esto... Y ya, ni sorprendida ni nada, solo se limitó a ignorarnos... o a llevarnos a una trampa. A saber si los ahorcados no son gente como nosotros que hayan pasado demasiado cerca... o que tuvieron la curiosa idea de llamar a la puerta —remató con un resoplido. Aun no se creía aquella sugerencia del macho.
Pero aún menos se creería lo que vio poco después, más adelante, en la calle. ¿No había pensado hacía poco que le habría gustado que los nublinos vieran aquello? ¡Pues mira por donde! <<Menuda... Qué gente más...>> Aceleró el paso y dejó atrás al Chamán. Siete iba más adelantado, y de hecho les habló cuando estuvieron a su alcance. La roquense bufó y le esquivó, pero le respondió. Más o menos.
—No, no ha servido —y luego pasó de largo.
Llegó al condenado grupo, golpeó el suelo con el extremo romo de la lanza y les soltó lo más suave que se le ocurrió:
—Menuda panda de imbéciles y mentirosos. Hipócrit... —pero algo llamó su atención—. ¿A qué mierda huel... Joder, es la segunda vez que una humana vomita; a ver si aprende a controlarse o necesitará raciones extra de comida. Y vosotros la última que nos tratáis como si fuéramos tontos. Hipócritas. No queríais venir, pero aquí estáis. ¿Qué hacéis aquí? ¿Os perdisteis camino de la fuente y aparecisteis por arte de magia justo donde nosotros? —y luego miró a los nublinos—. ¿O habéis venido a disfrutar del arte tan hermoso y macabro de vuestros dioses? —y empezó a carcajearse en voz alta, sin importarle un ápice que le escuchara algo ajeno al grupo. Aquello le parecía surrealista.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Templo de los suicidas abnegados
20/01/16, 04:13 pm
—Es posible —coincidió con la roquense. Hechizos de camuflaje. Otra posibilidad que añadir a la lista. Muchas conjeturas, pocos hechos con los que contrastarlas.
Frunció el ceño al divisar figuras familiares más adelante, frente al templo. ¿No se suponía que habían decidido volver a las mazmorras?
Since se adelantó y Sox aceleró el paso en consecuencia, aunque aún a la zaga de la roquense. Se paró un momento al llegar a la altura de Siete para elaborar en la seca respuesta de su compañera.
—En cierto modo. Hay material para hacer conjeturas, y de entrar habríamos conseguido más, pero hemos preferido no arriesgarnos —contestó, fiel a su política de matizar con exactitud —. Estábamos a punto de volver, de hecho. ¿Qué hacéis aquí?
La respuesta de Siete le arrancó un "mmm" . Por un lado estaba contrariado ante aquella falta de consecuencia, pero por otro coincidía con la noción de que un grupo grande era mejor.
—Vale —terminó por decir, con un asentimiento parco de cabeza.
No llegó a la altura del resto del grupo a tiempo para oír toda la diatriba de Since, pero no le hizo falta. Le dirigió una breve mirada de desagrado.
—¿No tenías prisa por irte? —tener razón era algo muy importante para Sox, incluso prioritario, pero también era firme creyente de que bastaba con ello. Perder el tiempo restregándoselo a alguien por la cara sobraba. Sin embargo recriminar la idiosincrasia de la roquense era inútil si uno no tenía posición para respaldarlo, y de momento la roquense ocupaba un primer puesto muy claro gracias a su capacidad de volar.
Sin preámbulos cogió a Nad del brazo y tiró de ella para ayudarla a incorporarse. No le sorprendió que hubiese sido la única en vomitar. Aunque en Carabás se madurase rápido, la chavala había estado viviendo con sus padres.
—¿Puedes caminar? Cuanto antes nos vayamos de aquí, mejor.
Sox creía que tratarla diferente por su edad era hacerla de menos. Si la habían traído era que poseía la misma capacidad que los demás.
—Podemos contaros por el camino lo que hemos visto —no había ninguna regla no escrita que impidiera caminar y hablar al mismo tiempo. Si no iban a hacer nada más cerca del templo siniestro, no tenía sentido permanecer cerca de él.
Había advertido que la ausencia de Sak permanecía pero buscarla a pie en una ciudad desconocida, sin saber qué dirección pudiera haber tomado y sin magia de su lado era un esfuerzo en balde. Su mejor apuesta consistía en volver a las mazmorras, dado que era un punto que la clinger también conocía. Si alguien sacaba el tema a colación lo diría, pero no sería él quien lo iniciase si iban a volver a su refugio de todos modos.
Frunció el ceño al divisar figuras familiares más adelante, frente al templo. ¿No se suponía que habían decidido volver a las mazmorras?
Since se adelantó y Sox aceleró el paso en consecuencia, aunque aún a la zaga de la roquense. Se paró un momento al llegar a la altura de Siete para elaborar en la seca respuesta de su compañera.
—En cierto modo. Hay material para hacer conjeturas, y de entrar habríamos conseguido más, pero hemos preferido no arriesgarnos —contestó, fiel a su política de matizar con exactitud —. Estábamos a punto de volver, de hecho. ¿Qué hacéis aquí?
La respuesta de Siete le arrancó un "mmm" . Por un lado estaba contrariado ante aquella falta de consecuencia, pero por otro coincidía con la noción de que un grupo grande era mejor.
—Vale —terminó por decir, con un asentimiento parco de cabeza.
No llegó a la altura del resto del grupo a tiempo para oír toda la diatriba de Since, pero no le hizo falta. Le dirigió una breve mirada de desagrado.
—¿No tenías prisa por irte? —tener razón era algo muy importante para Sox, incluso prioritario, pero también era firme creyente de que bastaba con ello. Perder el tiempo restregándoselo a alguien por la cara sobraba. Sin embargo recriminar la idiosincrasia de la roquense era inútil si uno no tenía posición para respaldarlo, y de momento la roquense ocupaba un primer puesto muy claro gracias a su capacidad de volar.
Sin preámbulos cogió a Nad del brazo y tiró de ella para ayudarla a incorporarse. No le sorprendió que hubiese sido la única en vomitar. Aunque en Carabás se madurase rápido, la chavala había estado viviendo con sus padres.
—¿Puedes caminar? Cuanto antes nos vayamos de aquí, mejor.
Sox creía que tratarla diferente por su edad era hacerla de menos. Si la habían traído era que poseía la misma capacidad que los demás.
—Podemos contaros por el camino lo que hemos visto —no había ninguna regla no escrita que impidiera caminar y hablar al mismo tiempo. Si no iban a hacer nada más cerca del templo siniestro, no tenía sentido permanecer cerca de él.
Había advertido que la ausencia de Sak permanecía pero buscarla a pie en una ciudad desconocida, sin saber qué dirección pudiera haber tomado y sin magia de su lado era un esfuerzo en balde. Su mejor apuesta consistía en volver a las mazmorras, dado que era un punto que la clinger también conocía. Si alguien sacaba el tema a colación lo diría, pero no sería él quien lo iniciase si iban a volver a su refugio de todos modos.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Templo de los suicidas abnegados
20/01/16, 09:37 pm
Tayron agradeció en silencio que Dafne le ayudara con el corte que se había hecho, le dedicó un guiño y le sacó la lengua con burla.
-Vamos- dijo posando la mirada por donde el resto debía de haberse marchado- no nos quedemos atrás que de momento esto es una pasada.
Algo más tarde ambos se reunieron con el grupo y el belga no pudo ocultar su asombro cuando llegó jadeando a los jardines de las memorias. Los muros eran violetas y había toda clase de esculturas de piedra situadas en todos lados. El chico observó con curiosidad lo que Rocavarancolia le mostraba, fragmentos de algo probablemente, ¿Pero de qué?.
-¿Varago Tay?- pronunció divertido con orgullo- ¿A quién se le ocurrió ese nombre?, no entiendo el gusto de los rocavarancoleses. Estas estatuas deben representar a gente que fue alguien en sus tiempos, ¿Qué harían para que los alabaran plasmándolos en un lugar de ruina como este?, y además...- intentó decirle a la noruega, pero Sox le interrumpió algo alarmante, Tayron calló de inmediato y siguió la trayectoria del carabés con el ceño fruncido.
-¿Qué ha sido qué?- inquirió saber, solo unos segundos más tardes Barael lo sacó de dudas, escuchó el grito del nublino y al principio se quedó paralizado, confuso, tres segundos más tarde lo comprendió todo y logró reaccionar a tiempo para echar a correr desesperadamente en dirección contraria a lo que sea que fuera eso. Le hubiese gustado que su lanza le hubiese sido de utilidad o que el valor que creía tener hubiese salido, pero en aquel momento, y con lo rápido que todo sucedió no supo hacer más que correr por su vida. Una vez lo suficientemente lejos su personalidad regresó y se paró en seco para darse la vuelta, no iba a dejar que alguno de sus compañeros muriese mientras el huía como un cobarde.
-¡Suéltala!- gritó blandiendo la lanza desde lejos al ver que el monstruo se dirigía hacia la española, se acercó un poco al trote pero, por suerte aquel bicho solo se llevó trozos de ropa y la muchacha salió relativamente ilesa. Relajó los músculos y se situó junto al grupo, también él advirtió que el grotesco ser se había parado sin razón aparente, enlazó los pocos conocimientos que tenía sobre la ciudad y supuso que alguna clase de magia debía tener el mérito tras dejar totalmente quieto al peligro cuando este ya los había tachado de comida.
Una nueva figura apareció no muy lejos y el belga apreció bien que tenía forma de mujer, no se aproximó por si acaso pero tenía una idea de lo que aquella chica de aspecto extraño hacía allí. Tuvo que haberlos ayudado, todo encajaba en el puzzle y agradeció con un asentimiento el gesto. ¿Entonces hay gente buena que podía ayudarlos o cómo iba eso?. Se quedó en silencio, dándole vueltas a la cabeza y sintiéndose mal por haber echado a correr antes sin pensar en sus compañeros. ¿Qué clase de tío era?. No valía la pena seguir pensando en ello pero de ahora en adelante se guardaría algunos comentarios sobre ir de cabeza a la aventura e historias de dragones. Porque ahora que la aventura le había saludo con su doble filo se replanteaba si de verdad podría vencer a un dragón si ni siquiera poseía el valor de no darse la vuelta tan pronto con aquella bestia.
-Pero entonces no sería humano -susurró, autoconvenciéndose.
La discusión que vino luego lo cogió por sorpresa. Él era el primero que iba detrás de cualquier lío, pero sino fuera por la suerte o el destino ahora mismo serían uno menos en el grupo y la ciudad ya se habría ganado una vida, Mónica no lo habría contado. En cambio Tayron se moría de ganas por correr tras esa mujer, pero comprendía que no era le mejor situación, quería demostrar su valía, pero habría más momentos para sacarla a pulir.
-No me parece buena idea- dijo algo más lúgubre, que en su caso era en un tono de lo más normal- separarse es poner en bandeja el cuello, yo volvería, no me parece justificable el que alguien de la ciudad nos ayudara para seguir en peligro. Tanto como si el mismísimo Dios de este lugar baja lo mejor es permanecer unidos. Si queréis jugaros el cuello después de lo que habéis visto allá vosotros- les dijo con una sonrisa que anunciaba que él también deseaba ir a toda costa.
De algún modo u otro ese día no era el suyo, o todo lo que pensaba que haría acababa por no hacerlo, una vez más no supo como se vio envuelto pero acabaron siguiendo a Sox y Sinceridad hacia un alto edificio con mala pinta. Aún no se había recuperado del susto y aunque tenía los nervios a flor de piel por entrar algo le decía que se estaban equivocando, se adentró en guardia.
-Deberíamos salir- dijo nada más llegar, echando por la borda su parte más atrevida- aquí no hay nada, no me da buena espina, deberíamos irnos, mañana será otro día- opinó, y era cierto, habían tenido mala suerte y Tayron había descubierto que la ciudad iba en serio. Él tenía claro que para participar en una aventura había que luchar, tener valor, ser fuerte y burlar a la muerte, pero si se consideraba algo no era estúpido, también conocía las otras leyes de la vida, cuando había que huir había que huir y ya está, puede que mañana se despertará con la vena de héroe y le apeteciera empuñar una espada, pero en ese momento, y en aquel lugar, estaba totalmente convencido de que era partidario de los de marcharse lo más pronto posible.
-Vamos- dijo posando la mirada por donde el resto debía de haberse marchado- no nos quedemos atrás que de momento esto es una pasada.
Algo más tarde ambos se reunieron con el grupo y el belga no pudo ocultar su asombro cuando llegó jadeando a los jardines de las memorias. Los muros eran violetas y había toda clase de esculturas de piedra situadas en todos lados. El chico observó con curiosidad lo que Rocavarancolia le mostraba, fragmentos de algo probablemente, ¿Pero de qué?.
-¿Varago Tay?- pronunció divertido con orgullo- ¿A quién se le ocurrió ese nombre?, no entiendo el gusto de los rocavarancoleses. Estas estatuas deben representar a gente que fue alguien en sus tiempos, ¿Qué harían para que los alabaran plasmándolos en un lugar de ruina como este?, y además...- intentó decirle a la noruega, pero Sox le interrumpió algo alarmante, Tayron calló de inmediato y siguió la trayectoria del carabés con el ceño fruncido.
-¿Qué ha sido qué?- inquirió saber, solo unos segundos más tardes Barael lo sacó de dudas, escuchó el grito del nublino y al principio se quedó paralizado, confuso, tres segundos más tarde lo comprendió todo y logró reaccionar a tiempo para echar a correr desesperadamente en dirección contraria a lo que sea que fuera eso. Le hubiese gustado que su lanza le hubiese sido de utilidad o que el valor que creía tener hubiese salido, pero en aquel momento, y con lo rápido que todo sucedió no supo hacer más que correr por su vida. Una vez lo suficientemente lejos su personalidad regresó y se paró en seco para darse la vuelta, no iba a dejar que alguno de sus compañeros muriese mientras el huía como un cobarde.
-¡Suéltala!- gritó blandiendo la lanza desde lejos al ver que el monstruo se dirigía hacia la española, se acercó un poco al trote pero, por suerte aquel bicho solo se llevó trozos de ropa y la muchacha salió relativamente ilesa. Relajó los músculos y se situó junto al grupo, también él advirtió que el grotesco ser se había parado sin razón aparente, enlazó los pocos conocimientos que tenía sobre la ciudad y supuso que alguna clase de magia debía tener el mérito tras dejar totalmente quieto al peligro cuando este ya los había tachado de comida.
Una nueva figura apareció no muy lejos y el belga apreció bien que tenía forma de mujer, no se aproximó por si acaso pero tenía una idea de lo que aquella chica de aspecto extraño hacía allí. Tuvo que haberlos ayudado, todo encajaba en el puzzle y agradeció con un asentimiento el gesto. ¿Entonces hay gente buena que podía ayudarlos o cómo iba eso?. Se quedó en silencio, dándole vueltas a la cabeza y sintiéndose mal por haber echado a correr antes sin pensar en sus compañeros. ¿Qué clase de tío era?. No valía la pena seguir pensando en ello pero de ahora en adelante se guardaría algunos comentarios sobre ir de cabeza a la aventura e historias de dragones. Porque ahora que la aventura le había saludo con su doble filo se replanteaba si de verdad podría vencer a un dragón si ni siquiera poseía el valor de no darse la vuelta tan pronto con aquella bestia.
-Pero entonces no sería humano -susurró, autoconvenciéndose.
La discusión que vino luego lo cogió por sorpresa. Él era el primero que iba detrás de cualquier lío, pero sino fuera por la suerte o el destino ahora mismo serían uno menos en el grupo y la ciudad ya se habría ganado una vida, Mónica no lo habría contado. En cambio Tayron se moría de ganas por correr tras esa mujer, pero comprendía que no era le mejor situación, quería demostrar su valía, pero habría más momentos para sacarla a pulir.
-No me parece buena idea- dijo algo más lúgubre, que en su caso era en un tono de lo más normal- separarse es poner en bandeja el cuello, yo volvería, no me parece justificable el que alguien de la ciudad nos ayudara para seguir en peligro. Tanto como si el mismísimo Dios de este lugar baja lo mejor es permanecer unidos. Si queréis jugaros el cuello después de lo que habéis visto allá vosotros- les dijo con una sonrisa que anunciaba que él también deseaba ir a toda costa.
De algún modo u otro ese día no era el suyo, o todo lo que pensaba que haría acababa por no hacerlo, una vez más no supo como se vio envuelto pero acabaron siguiendo a Sox y Sinceridad hacia un alto edificio con mala pinta. Aún no se había recuperado del susto y aunque tenía los nervios a flor de piel por entrar algo le decía que se estaban equivocando, se adentró en guardia.
-Deberíamos salir- dijo nada más llegar, echando por la borda su parte más atrevida- aquí no hay nada, no me da buena espina, deberíamos irnos, mañana será otro día- opinó, y era cierto, habían tenido mala suerte y Tayron había descubierto que la ciudad iba en serio. Él tenía claro que para participar en una aventura había que luchar, tener valor, ser fuerte y burlar a la muerte, pero si se consideraba algo no era estúpido, también conocía las otras leyes de la vida, cuando había que huir había que huir y ya está, puede que mañana se despertará con la vena de héroe y le apeteciera empuñar una espada, pero en ese momento, y en aquel lugar, estaba totalmente convencido de que era partidario de los de marcharse lo más pronto posible.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
20/01/16, 10:14 pm
Un zumbido precedió a la sombra que se cernió sobre Sinceridad. Había descendido volando de uno de los edificios, y algo impidió que los cachorros pudieran distinguir bien su aspecto hasta que estuvo inclinado de forma grotesca para mirar a la roquense. Era enorme y huesudo, de piel violácea y rasgos deformados. Sus ojos estaban velados por una película negra, y sus labios finísimos y azulados se torcían en una sonrisa maníaca.
-<<No deberías insultar a tus propios compañeros, es una cosa muy fea.>>- resonó una voz metálica en las cabezas de los cosechados. Su tono era dulce, como el que se usa con los niños Agarró con sus dedos largos la cabeza de Sinceridad.- << Ah, otro de estos. Nunca he llegado a ver uno de cerca...>>- masajeó el plumaje, agradado por el tacto.
-<<No deberías insultar a tus propios compañeros, es una cosa muy fea.>>- resonó una voz metálica en las cabezas de los cosechados. Su tono era dulce, como el que se usa con los niños Agarró con sus dedos largos la cabeza de Sinceridad.- << Ah, otro de estos. Nunca he llegado a ver uno de cerca...>>- masajeó el plumaje, agradado por el tacto.
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