Templo de los suicidas abnegados
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Zarket
Rocavarancolia Rol
14 participantes
- Rocavarancolia Rol
Templo de los suicidas abnegados
13/04/12, 05:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio alto con torres puntiagudas y fachada recargada y llena de salientes, de los que cuelgan ahorcados en distintos estados de descomposición. El interior es oscuro, con ventanas diminutas a través de las cuales apenas entra luz. Las paredes estan desnudas salvo por algunos frescos con escenas cruentas y deprimentes. No queda ningún mueble, y no hay pisos salvo por las escaleras que permiten subir a las fachadas y las que bajan a las catacumbas, cuyas paredes están cubiertas de huesos de todo tipo. Era donde se encontraba la sede de los Hijos de Ewa, y donde vivían la mayoría de los sacerdotes y algunos adeptos.
La secta fue completamente aniquilada por Azra y sus viragos, muriendo el culto a Ewa (así como la propia "diosa") junto a sus seguidores, y actualmente el enorme edificio está abandonado.
La secta fue completamente aniquilada por Azra y sus viragos, muriendo el culto a Ewa (así como la propia "diosa") junto a sus seguidores, y actualmente el enorme edificio está abandonado.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Templo de los suicidas abnegados
16/02/14, 06:37 pm
Seon se mordió el labio en una sonrisa. Aquella era la primera vez que le hacían un cumplido similar y le hizo mucha ilusión. Pensó entonces que se había olvidado de ofrecerle algo de acción (al fin y al cabo los sueños son historias) y le preguntó si había algo que quisiese hacer o vivir. Si echaba de menos un sabor, o una carrera o algo.
- Eso es. Te reto a una carrera. Si la gano, me tienes que hacer una visita despierta, y si pierdo, te vuelvo a visitar de noche. Hay gente que paga por ello, ¿sabes? y Karim diría que un desafío sin un premio no tiene nada de divertido. Y tarta. Hace tiempo que no pruebo la tarta despierta, y si me olvido de su sabor, aqui empezará a ser cartón- eso último era broma, aunque es posible que Bran no lo distinguiese.
El vestido encogió sobre si mismo, acortando la falda para hacer mas sencillo mover las piernas.
Pero según sonaba el campanazo de salida,y el terreno se disponía a cambiar para complicar a los participantes la victoria, Bran se desvaneció como una gota de tinta en agua. Quedaba para él la decisión de su próximo encuentro, dado que en el mundo tangible, la voz de Seon ya no lo alcanzaba.
La soñadora avanzó a la pata coja hacia su próxima visita.
EDIT: acercandonos al mes desde que empezamos esto, y sintiendolo mucho porque me gustaba el sueño, edito para cerrarlo.
- Eso es. Te reto a una carrera. Si la gano, me tienes que hacer una visita despierta, y si pierdo, te vuelvo a visitar de noche. Hay gente que paga por ello, ¿sabes? y Karim diría que un desafío sin un premio no tiene nada de divertido. Y tarta. Hace tiempo que no pruebo la tarta despierta, y si me olvido de su sabor, aqui empezará a ser cartón- eso último era broma, aunque es posible que Bran no lo distinguiese.
El vestido encogió sobre si mismo, acortando la falda para hacer mas sencillo mover las piernas.
Pero según sonaba el campanazo de salida,y el terreno se disponía a cambiar para complicar a los participantes la victoria, Bran se desvaneció como una gota de tinta en agua. Quedaba para él la decisión de su próximo encuentro, dado que en el mundo tangible, la voz de Seon ya no lo alcanzaba.
La soñadora avanzó a la pata coja hacia su próxima visita.
EDIT: acercandonos al mes desde que empezamos esto, y sintiendolo mucho porque me gustaba el sueño, edito para cerrarlo.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Templo de los suicidas abnegados
12/07/14, 06:17 pm
Enterarme de lo que había pasado con Saren fue un buen mazazo, además de un magnífico recordatorio de los monstruos que poblábamos Rocavarancolia. Le ofrecí cualquier ayuda que pudiera necesitar, mientras en mi interior me recriminaba furibundamente por haber sido tan estúpido. Tomé nota mental de investigar cualquier otra posible desaparición misteriosa que pudiera darse en el futuro de mis amigos.
Fui relajando mis entrenamientos físicos para enfocarme en mejorar mis conocimientos mágicos, que sólo había tocado de forma general y poco profunda. Orienté mis ejercicios fundamentalmente por dos vertientes: la ofensivo-defensiva, y los hechizos que me lanzaba a mí mismo con el objetivo de adivinar la fuerza de mi inmunidad mágica. Esto último era esencial perfeccionarlo, a la vez que una tarea larga y ardua. Lo que deseaba era saber exactamente cuánta magia poner en cada levitación, intangibilidad, niebla mágica... para que durasen aproximadamente el tiempo que yo necesitaba, y no más. Y, especialmente, no menos.
Entre tanto, esperaba expectante la salida de la Luna. El día que saldría la Emisaria había subido a una alta torre cercana, medio derrumbada, desde donde de contemplar el anochecer y la salida de la primera estrella. Miré el cielo con intensidad, esperando que ese ínfimo punto de luz apareciese, y tal y como esperaba lo hizo. Todavía me quedé en lo alto durante un largo rato, contemplando la zona de la ciudad que podía ver desde allí. Cuando bajé caí en algo: esa noche hacía un año de la muerte de YR. Preguntándome qué habría sido si no se hubiera encontrado con el duende, me dirigí al Templo.
Sentía la cercanía de la Luna en los huesos, en el alma, y lo podía ver por toda la ciudad, donde algunas cosas resucitaban durante este periodo. Estaba claro que Rocavarancolia giraba en torno a ese acontecimiendo. No sólo la transformación de los cosechados, sino en general la salida de aquel astro rey. Ante su aproximación aparecían las estrellas. Conforme se acercaba cambiaba el clima. Con su acercamiento despertaban muchos seres dormidos. Ante el evento que era la proximidad de la Luna, Rocavarancolia aguardaba.
También sufría otros cambios. Sin saber si era debido a la caza en Varmania o algo producido por la Luna, mi instinto cazador salía más veces a flote. Comer simplemente dejó de ser algo que me satisfaciese del todo. Necesitaba convertirme, por completo, en lo que la Luna Roja había revelado que era realmente. Un cazador.
Savras, ordeses y campesinos de Ochroria eran los seres a los que elegía como presas. Eran los más fáciles, tanto en requisitos como en peligrosidad de la zona donde vivían. Con el tiempo iría a otros mundos, cazaría a otros seres, pero de momento ellos eran suficientes.
El paulatino acercamiento de la Luna Roja hizo que fuera reduciendo el tiempo entre visitas de caza, al principio muy espaciadas, y luego cada vez menos. Sentía el cosquilleo en la sangre, la proximidad de la gran madre de Rocavarancolia. Y ante esto todo mi ser aguardaba expectante, igual que la ciudad.
Las últimas semanas antes de la Luna redoblé el entrenamiento de la niebla mágica y su duración sobre mí. Era algo casi egoísta, pues era la simple curiosidad la que me empujaba a ello. No iba a entrometerme con la próxima generación de transformados, pero tampoco podía negar sentir mucha curiosidad por sus transformaciones. Y tenía que ser hermoso contemplar su confusión.
Por último, llegó el día. Por fin el Astro Rey de Rocavarancolia haría su salida. Se podía sentir su proximidad, un cosquilleo bajo la piel. Me pregunté cómo estarían viviendo los cosechados sus últimas horas como personas incompletas, aunque aún no supiesen que lo eran. «Pero lo descubrirán. Incluso si creen saber lo que hará la Luna, al final sabrán que no les transforma. Que sólo les completa».
Con este pensamiento salí del templo, encaminándome a un lugar que bien se podría considerar el oscuro corazón de Rocavarancolia.
Sigue en Rocavaragálago.
Fui relajando mis entrenamientos físicos para enfocarme en mejorar mis conocimientos mágicos, que sólo había tocado de forma general y poco profunda. Orienté mis ejercicios fundamentalmente por dos vertientes: la ofensivo-defensiva, y los hechizos que me lanzaba a mí mismo con el objetivo de adivinar la fuerza de mi inmunidad mágica. Esto último era esencial perfeccionarlo, a la vez que una tarea larga y ardua. Lo que deseaba era saber exactamente cuánta magia poner en cada levitación, intangibilidad, niebla mágica... para que durasen aproximadamente el tiempo que yo necesitaba, y no más. Y, especialmente, no menos.
Entre tanto, esperaba expectante la salida de la Luna. El día que saldría la Emisaria había subido a una alta torre cercana, medio derrumbada, desde donde de contemplar el anochecer y la salida de la primera estrella. Miré el cielo con intensidad, esperando que ese ínfimo punto de luz apareciese, y tal y como esperaba lo hizo. Todavía me quedé en lo alto durante un largo rato, contemplando la zona de la ciudad que podía ver desde allí. Cuando bajé caí en algo: esa noche hacía un año de la muerte de YR. Preguntándome qué habría sido si no se hubiera encontrado con el duende, me dirigí al Templo.
Sentía la cercanía de la Luna en los huesos, en el alma, y lo podía ver por toda la ciudad, donde algunas cosas resucitaban durante este periodo. Estaba claro que Rocavarancolia giraba en torno a ese acontecimiendo. No sólo la transformación de los cosechados, sino en general la salida de aquel astro rey. Ante su aproximación aparecían las estrellas. Conforme se acercaba cambiaba el clima. Con su acercamiento despertaban muchos seres dormidos. Ante el evento que era la proximidad de la Luna, Rocavarancolia aguardaba.
También sufría otros cambios. Sin saber si era debido a la caza en Varmania o algo producido por la Luna, mi instinto cazador salía más veces a flote. Comer simplemente dejó de ser algo que me satisfaciese del todo. Necesitaba convertirme, por completo, en lo que la Luna Roja había revelado que era realmente. Un cazador.
Savras, ordeses y campesinos de Ochroria eran los seres a los que elegía como presas. Eran los más fáciles, tanto en requisitos como en peligrosidad de la zona donde vivían. Con el tiempo iría a otros mundos, cazaría a otros seres, pero de momento ellos eran suficientes.
El paulatino acercamiento de la Luna Roja hizo que fuera reduciendo el tiempo entre visitas de caza, al principio muy espaciadas, y luego cada vez menos. Sentía el cosquilleo en la sangre, la proximidad de la gran madre de Rocavarancolia. Y ante esto todo mi ser aguardaba expectante, igual que la ciudad.
Las últimas semanas antes de la Luna redoblé el entrenamiento de la niebla mágica y su duración sobre mí. Era algo casi egoísta, pues era la simple curiosidad la que me empujaba a ello. No iba a entrometerme con la próxima generación de transformados, pero tampoco podía negar sentir mucha curiosidad por sus transformaciones. Y tenía que ser hermoso contemplar su confusión.
Por último, llegó el día. Por fin el Astro Rey de Rocavarancolia haría su salida. Se podía sentir su proximidad, un cosquilleo bajo la piel. Me pregunté cómo estarían viviendo los cosechados sus últimas horas como personas incompletas, aunque aún no supiesen que lo eran. «Pero lo descubrirán. Incluso si creen saber lo que hará la Luna, al final sabrán que no les transforma. Que sólo les completa».
Con este pensamiento salí del templo, encaminándome a un lugar que bien se podría considerar el oscuro corazón de Rocavarancolia.
Sigue en Rocavaragálago.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/04/15, 01:07 am
Nihil no solía ir acompañada al templo, salvo en contadas excepciones. Braniel había sido una de esas excepciones, pero en esta ocasión se trataba de algo completamente distinto. No afectaba a la secta demasiado, ni siquiera estaba extrictamente relacionado con sus tareas como sacerdotisa, pero era algo que quería comunicar, y los adeptos esperaban ansiosos. Era, al fin y al cabo, la presentación de su nuevo aprendiz.
La luz tenue arrancaba sombras alargadas, precediendo a la súcubo y a su acompañante. Los cráneos de las paredes anunciaban su llegada, cantando a su paso las mismas palabras una y otra vez. ''Niño muerto.'' ''Niño muerto''. El joven miraba al suelo, como si esas malabras le hirieran. Su cabeza estaba cubierta por una capucha gris ceniza que ocultaba sus rasgos, y los bajos desgarrados de su túnica parecían bailar al son de los cánticos que tanto le incomodaban.
Nihil desviaba la mirada de cuando en cuando hacia el chico, conteniendo una sonrisa. Se había vestido para la ocasión, con un corpiño de cuero verde con ribetes de hueso y un amplio escote, y una bajofalda de seda libense. Sus botas altas de tacón tallado resonaban por toda la galería, marcando el paso de su avance. Se detuvieron ante una gran puerta ilustrada, y la súcubo acarició el hombro de su aprendiz.
-No tengas miedo, son tan monstruos como todos los demás en esta ciudad.- le aseguró. No parecía tener verdadera intención de tranquilizarle.
-No me dan miedo.- respondió él.- Pero hay alguien que me preocupa...
Ciertamente preferiría enfrentarse a cientos de alimañas y dementes como los de aquella sala, varias veces, si así podía evitar encontrarse con esa persona. Nihil lo sabía, y le resultaba tremendamente divertido. Alzó la mano, y rozó la puerta con las uñas empedradas. Esta se abrió al momento con un gemido lastimero.
Los adeptos esperaban apelotonados en una fosa que se abría a ambos lados de un puente. Todos susurraban lo mismo que los cráneos de las paredes. ''Niño muerto''. ''Niño muerto''. Pero ninguno se atrevía a alzar demasiado la voz. El puente llevaba a una tarima, donde los demás sacerdotes aguardaban, acomodados sobre cojines, la mayoría con gesto aburrido o molesto. El anuncio solo era un añadido al programa del día, tendrían que dar misa y alimentar a los adeptos como siempre hacían, y a diferencia de a los pobres desgraciados de la fosa, no les hacía especial ilusión. En eso coincidían con el aprendiz.
Nihil pasó primero, abriendo la marcha con aire altivo, majestuoso. Tras ella el chico parecía una marioneta de polvo, una sombra que amenazaba con esfumarse a la mínima brisa. La súcubo sonrió a su público, poniendo una mano (o más bien una garra) sobre el hombro del joven.
-Hace poco anuncié que había elegido a un aprendiz. Lo he mantenido en secreto, moldeándolo y preparándolo para vosotros, para la verdadera ciudad. Ahora os muestro su cara para que le mostreis el respeto que se merece. No ha sido besado por la gran Ewa, pero su influencia es fuerte en él, y la Luna lo ha dotado de un gran poder. Estoy segura de que bajo mi guía hará grandes cosad por Rocavarancolia, y extenderá la verdad de Ewa como el fuego se extiende por el pasto seco.
El joven se quitó la capucha y miró a los adeptos con ojos verdes y profundos, como esmeraldas talladas. Su cabello morado caía sobre sus hombros, a veces suelto a veces en finas trenzas, y media cabeza estaba rapada formando líneas paralelas. Pequeñas escamas irisadas se extendían bajo sus ojos hacia las orejas, como pecas. A pesar de su expresión apagada, tenía un aura de tensión, de poder contenido, como las nubes de tormenta a punto de descargar.
-Zmey Sardaur renace hoy de sus cenizas para la verdadera Rocavarancolia- anunció Nihil, los adeptos lo aclamaron con gritos y rugidos- Los seguidores de Ewa seremos ahora su nido y su escudo. Pero os advierto, gusanos, si alguno de vosotros osa acercarse a él sin que yo haya dado mi permiso, haré que os cuelguen de la fachada del templo- advirtió. Luego se inclinó sobre Zmey para susurrarle- Bienvenido a tu nuevo hogar, no tan cachorro.
La luz tenue arrancaba sombras alargadas, precediendo a la súcubo y a su acompañante. Los cráneos de las paredes anunciaban su llegada, cantando a su paso las mismas palabras una y otra vez. ''Niño muerto.'' ''Niño muerto''. El joven miraba al suelo, como si esas malabras le hirieran. Su cabeza estaba cubierta por una capucha gris ceniza que ocultaba sus rasgos, y los bajos desgarrados de su túnica parecían bailar al son de los cánticos que tanto le incomodaban.
Nihil desviaba la mirada de cuando en cuando hacia el chico, conteniendo una sonrisa. Se había vestido para la ocasión, con un corpiño de cuero verde con ribetes de hueso y un amplio escote, y una bajofalda de seda libense. Sus botas altas de tacón tallado resonaban por toda la galería, marcando el paso de su avance. Se detuvieron ante una gran puerta ilustrada, y la súcubo acarició el hombro de su aprendiz.
-No tengas miedo, son tan monstruos como todos los demás en esta ciudad.- le aseguró. No parecía tener verdadera intención de tranquilizarle.
-No me dan miedo.- respondió él.- Pero hay alguien que me preocupa...
Ciertamente preferiría enfrentarse a cientos de alimañas y dementes como los de aquella sala, varias veces, si así podía evitar encontrarse con esa persona. Nihil lo sabía, y le resultaba tremendamente divertido. Alzó la mano, y rozó la puerta con las uñas empedradas. Esta se abrió al momento con un gemido lastimero.
Los adeptos esperaban apelotonados en una fosa que se abría a ambos lados de un puente. Todos susurraban lo mismo que los cráneos de las paredes. ''Niño muerto''. ''Niño muerto''. Pero ninguno se atrevía a alzar demasiado la voz. El puente llevaba a una tarima, donde los demás sacerdotes aguardaban, acomodados sobre cojines, la mayoría con gesto aburrido o molesto. El anuncio solo era un añadido al programa del día, tendrían que dar misa y alimentar a los adeptos como siempre hacían, y a diferencia de a los pobres desgraciados de la fosa, no les hacía especial ilusión. En eso coincidían con el aprendiz.
Nihil pasó primero, abriendo la marcha con aire altivo, majestuoso. Tras ella el chico parecía una marioneta de polvo, una sombra que amenazaba con esfumarse a la mínima brisa. La súcubo sonrió a su público, poniendo una mano (o más bien una garra) sobre el hombro del joven.
-Hace poco anuncié que había elegido a un aprendiz. Lo he mantenido en secreto, moldeándolo y preparándolo para vosotros, para la verdadera ciudad. Ahora os muestro su cara para que le mostreis el respeto que se merece. No ha sido besado por la gran Ewa, pero su influencia es fuerte en él, y la Luna lo ha dotado de un gran poder. Estoy segura de que bajo mi guía hará grandes cosad por Rocavarancolia, y extenderá la verdad de Ewa como el fuego se extiende por el pasto seco.
El joven se quitó la capucha y miró a los adeptos con ojos verdes y profundos, como esmeraldas talladas. Su cabello morado caía sobre sus hombros, a veces suelto a veces en finas trenzas, y media cabeza estaba rapada formando líneas paralelas. Pequeñas escamas irisadas se extendían bajo sus ojos hacia las orejas, como pecas. A pesar de su expresión apagada, tenía un aura de tensión, de poder contenido, como las nubes de tormenta a punto de descargar.
-Zmey Sardaur renace hoy de sus cenizas para la verdadera Rocavarancolia- anunció Nihil, los adeptos lo aclamaron con gritos y rugidos- Los seguidores de Ewa seremos ahora su nido y su escudo. Pero os advierto, gusanos, si alguno de vosotros osa acercarse a él sin que yo haya dado mi permiso, haré que os cuelguen de la fachada del templo- advirtió. Luego se inclinó sobre Zmey para susurrarle- Bienvenido a tu nuevo hogar, no tan cachorro.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/04/15, 12:31 pm
Para Bran (Bastel durante su estancia dentro del templo) alimentar a los adeptos era una de las cosas más tediosas de la Secta. Lo único que le atraía algo era la repugnante fascinancia que le provocaba la desesperación de los adeptos. No pensaba que merecieran llamarse monstruos, o no con el cariz rocavarancolense. Eran repugnantes y daban asco, pero no por su monstruosidad y falta de alma, sino por su desesperada necesidad de droga. Quizás por ello aquel pequeño añadido a la rutina de alimentar a los adeptos le parecía levemente entretenido. Aun así era cauteloso: uno aprendía a serlo en cualquier cosa que concerniera a la súcubo de las pesadillas.
Intentaba mostrar un aspecto lo más respetable e intimidante posible sentado en aquel cojín, más como burla a los engendros que chillaban abajo que para otra cosa. «No valen ni para comer» pensó con cierta burla maliciosa. Ciertamente, al menos en su caso, ni devorado por la demencia y por el hambre usaría a alguien que consumiera bilis para alimentarse. Aun así sabía que podían tener cierta perspicacia, y la frase de niño muerto le intrigaba. «¿Será una creación de Nihil?» se preguntó, curioso. Desconocía gran parte del terreno de la nigromancia, pero le parecía cuando menos curioso tener de aprendiz a un ser al que has resucitado. Le parecía herramientas, no personas, por lo que en su mente su función era servir. Pero él tampoco conocía aquel mundo.
Cuando el chico se quitó su capucha y su nombre fue pronunciado casi sufrió una conmoción. Se resbaló y casi se cayó del cojín, a la par que necesitó de todo su autocontrol para no saltar sobre los dos protagonistas de la escena y exigir explicaciones. «¡¿YRIO?!» Tendría suerte si nadie de la sala era sensible a temas de mentalismo, porque su grito mental había salido disparado como un tsunami.
Intentó controlarse, con relativo éxito. Seguía consternado por aquella sorpresa, y su mente bullía de ideas, teorías y preguntas. Aun así intentó mantenerse sereno, a pesar del fuerte pulso que comenzaba a sentir en las sienes. En cuanto terminase aquella pantomima tendría una charla con Nihil y aquel supuesto Yrio.
Intentaba mostrar un aspecto lo más respetable e intimidante posible sentado en aquel cojín, más como burla a los engendros que chillaban abajo que para otra cosa. «No valen ni para comer» pensó con cierta burla maliciosa. Ciertamente, al menos en su caso, ni devorado por la demencia y por el hambre usaría a alguien que consumiera bilis para alimentarse. Aun así sabía que podían tener cierta perspicacia, y la frase de niño muerto le intrigaba. «¿Será una creación de Nihil?» se preguntó, curioso. Desconocía gran parte del terreno de la nigromancia, pero le parecía cuando menos curioso tener de aprendiz a un ser al que has resucitado. Le parecía herramientas, no personas, por lo que en su mente su función era servir. Pero él tampoco conocía aquel mundo.
Cuando el chico se quitó su capucha y su nombre fue pronunciado casi sufrió una conmoción. Se resbaló y casi se cayó del cojín, a la par que necesitó de todo su autocontrol para no saltar sobre los dos protagonistas de la escena y exigir explicaciones. «¡¿YRIO?!» Tendría suerte si nadie de la sala era sensible a temas de mentalismo, porque su grito mental había salido disparado como un tsunami.
Intentó controlarse, con relativo éxito. Seguía consternado por aquella sorpresa, y su mente bullía de ideas, teorías y preguntas. Aun así intentó mantenerse sereno, a pesar del fuerte pulso que comenzaba a sentir en las sienes. En cuanto terminase aquella pantomima tendría una charla con Nihil y aquel supuesto Yrio.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/04/15, 02:24 pm
Nihil dio por finalizado el anuncio, y los adeptos empezaron a retirarse, algunos con prisa, empujándose unos a otros, la mayoría con paso calmado, posiblemente tratando de comportarse frente a los sacerdotes. La súcubo estaba demasiado ocupada prestándole atención a su nuevo juguete como para reprender a los maleducados por huir de su presencia como si fueran cucarachas. El chico mantenía bien la compostura, con la mirada perdida en algún punto, erguido y sereno como un soldadito. Nihil lo agarró del mentón para que le mirase a la cara.
-Muy bien cachorrito mío, ahora mami tiene trabajo, así que directo a casa.- dijo con voz dulce, sin alzar mucho la voz. Tampoco quería que nadie más que Zmey la oyera- No hables con extraños y date una ducha cuando llegues para quitarte el hedor de ete agujero.
Zmey se limitó a asentir. Los demás sacerdotes también se fueron retirando para atender sus obligaciones, sin molestarse en despedir al aprendiz. Tan solo Tero le dedicó una risilla burlona que el piromante ignoró por completo. Quería salir de allí, y con suerte Bran pasaría de él como todos los demás. Buscó la salida trasera que Nihil le había indicado y se apresuró a cruzarla, intentando no mirar al trasgo. No pudo evitar hacerlo, por el rabillo del ojo, y así darse cuenta de que lo había reconocido, y que no tenía intención de dejarlo escapar.
-Muy bien cachorrito mío, ahora mami tiene trabajo, así que directo a casa.- dijo con voz dulce, sin alzar mucho la voz. Tampoco quería que nadie más que Zmey la oyera- No hables con extraños y date una ducha cuando llegues para quitarte el hedor de ete agujero.
Zmey se limitó a asentir. Los demás sacerdotes también se fueron retirando para atender sus obligaciones, sin molestarse en despedir al aprendiz. Tan solo Tero le dedicó una risilla burlona que el piromante ignoró por completo. Quería salir de allí, y con suerte Bran pasaría de él como todos los demás. Buscó la salida trasera que Nihil le había indicado y se apresuró a cruzarla, intentando no mirar al trasgo. No pudo evitar hacerlo, por el rabillo del ojo, y así darse cuenta de que lo había reconocido, y que no tenía intención de dejarlo escapar.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/04/15, 03:47 pm
Bran ignoró por completo el mundo exterior en un intendo de que nadie notase su turbación. Se quedó sentado, mirando hacia la nada, no rpestando atención a cais ningún sonido, comiéndose interiormente su turbación. Su cabeza daba vueltas una y otra vez a las distintas posibilidades, sin comprender cómo había pasado alguien de caer en el abismo a caminar sobre Rocavarancolia.
Esperó hasta que la sala comenzó a vaciarse para moverse. Quería evitar un espectáculo entre un sacerdote y el aprendiz de otra sacerdotisa, pero tuvo que poner hasta la última fibra de su ser de su parte. Ver la mirada de reojo del sinhadre acabó con lo último de su paciencia. Fuera de verdad Yrio u otra persona estaba claro que quería evitarle, y no pensaba consentirlo. Se pusó de pie y usó toda la velocidad que podía alcanzar su cuerpo de trasgo para interponerse entre la puerta y el piromante. Su cara estaba desencajada por la incredulidad.
—Ex... explícame esto —le ordenó, señalándole. Su voz contenía un deje de amenaza.
Esperó hasta que la sala comenzó a vaciarse para moverse. Quería evitar un espectáculo entre un sacerdote y el aprendiz de otra sacerdotisa, pero tuvo que poner hasta la última fibra de su ser de su parte. Ver la mirada de reojo del sinhadre acabó con lo último de su paciencia. Fuera de verdad Yrio u otra persona estaba claro que quería evitarle, y no pensaba consentirlo. Se pusó de pie y usó toda la velocidad que podía alcanzar su cuerpo de trasgo para interponerse entre la puerta y el piromante. Su cara estaba desencajada por la incredulidad.
—Ex... explícame esto —le ordenó, señalándole. Su voz contenía un deje de amenaza.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/04/15, 04:30 pm
Zmey bajó la cabeza cuando el trasgo se interpuso entre él y la puerta. Estuvo tentado de volver a ponerse la capucha, pero ya nada podría librarle de esa situación. Y aunque hubiera una forma de escapar, no sería justo, realmente le debía una explicación. Alzó la cabeza y clavó sus orbes verdes en su antiguo compañero, sonriendo con desgana.
-Debería estar muerto, pero Nihil no quiso dejarme.
Se alejó de la puerta, dejando claro que no pensaba escapar. Ya no quedaba nadie en la sala, y estaba claro que su maestra lo había dejado solo a propósito, casi podía oir su risa en su cabeza. Eligió uno de los cojines que los sacerdotes habían dejado libres, intuyendo cual sería el de Nihil y se sentó.
-No se cómo lo hizo, y ella no tiene intención de contármelo. No tengo ningún recuerdo de lo que ocurrió despues de saltar... solo dolor y oscuridad.
Había despertado semanas después, cubierto de sudor frío y gritando incoherencias. Nihil había velado su sueño, desintoxicándolo del hechizo del abismo que se había apoderado de su mente. Había suplicado su propia muerte, una y otra vez, pero la súcubo no le había permitido morir.
Apenas había podido salir de la residencia de la hechicera en un par de ocasiones desde su despertar, cuando ella no estaba, pero había evitado en todo momento encontrarse con sus compañeros de cosecha. Tenía miedo de su reacción, de verse obligado a explicar algo que ni él mismo terminaba de comprender, y al mismo tiempo, de confirmar que ninguno de ellos había llorado su muerte. Las razones que le habían empujado a saltar al Abismo seguían atormentándole día y noche. Nihil le aseguraba que con el tiempo se curaría, pero Zmey no lo tenía tan seguro.
-Debería estar muerto, pero Nihil no quiso dejarme.
Se alejó de la puerta, dejando claro que no pensaba escapar. Ya no quedaba nadie en la sala, y estaba claro que su maestra lo había dejado solo a propósito, casi podía oir su risa en su cabeza. Eligió uno de los cojines que los sacerdotes habían dejado libres, intuyendo cual sería el de Nihil y se sentó.
-No se cómo lo hizo, y ella no tiene intención de contármelo. No tengo ningún recuerdo de lo que ocurrió despues de saltar... solo dolor y oscuridad.
Había despertado semanas después, cubierto de sudor frío y gritando incoherencias. Nihil había velado su sueño, desintoxicándolo del hechizo del abismo que se había apoderado de su mente. Había suplicado su propia muerte, una y otra vez, pero la súcubo no le había permitido morir.
Apenas había podido salir de la residencia de la hechicera en un par de ocasiones desde su despertar, cuando ella no estaba, pero había evitado en todo momento encontrarse con sus compañeros de cosecha. Tenía miedo de su reacción, de verse obligado a explicar algo que ni él mismo terminaba de comprender, y al mismo tiempo, de confirmar que ninguno de ellos había llorado su muerte. Las razones que le habían empujado a saltar al Abismo seguían atormentándole día y noche. Nihil le aseguraba que con el tiempo se curaría, pero Zmey no lo tenía tan seguro.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/04/15, 08:21 pm
Tras unos momentos el trasgo se apoyó en la pared, tapándose la cara con las manos. Aquello no podía definirse con otra palabra que abrumador. Yrio era, de todos los compañeros muertos, el que menos esperaba volver a ver. Rocavarancolia podía ser la tierra de los milagros, pero había horrores más poderosos que cualquier milagro. Y el abismo era uno de ellos.
—Estás vivo... No puedo creerlo.
Lo volvió a mirar, más sosegado. La conmoción estaba pasando, y en parte era lo fácil que ahora podía explicarlo. «Es cosa de Nihil». Tras un momento se le ocurrió que fuera una marioneta, un saco de carne con recuerdos implantados. Apretó la mandíbula, sumido en pensamientos oscuros, y decidió actuar con naturalidad. Aunque tenía claro que pronto hablaría con la otra sacerdotisa.
—Muy bien. También estaría bien saber por qué no has aparecido —le dijo, con una ceja alzada—. ¿Por prohibición de Nihil, o porque no querías vernos?
—Estás vivo... No puedo creerlo.
Lo volvió a mirar, más sosegado. La conmoción estaba pasando, y en parte era lo fácil que ahora podía explicarlo. «Es cosa de Nihil». Tras un momento se le ocurrió que fuera una marioneta, un saco de carne con recuerdos implantados. Apretó la mandíbula, sumido en pensamientos oscuros, y decidió actuar con naturalidad. Aunque tenía claro que pronto hablaría con la otra sacerdotisa.
—Muy bien. También estaría bien saber por qué no has aparecido —le dijo, con una ceja alzada—. ¿Por prohibición de Nihil, o porque no querías vernos?
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
19/04/15, 10:25 pm
La temida pregunta. La presencia del trasgo se le hacía insoportable, como si su mirada le estuviese juzgando. Por supuesto, su sentido común le decía que eso no era posible, pero su sentido común no tenía mucha fuerza en ese momento. Entrelazó los dedos, nervioso.
-Tenía miedo.- confesó al fin.- ¿Con qué cara iba a presentarme ante vosotros despues de... suicidarme? No quería dar explicaciones, no quería pensar en cómo os tomarías mi vuelta. Y si... - su voz se quebró, pero la recuperó con un carraspeo.- ¿Y si no queríais que volviera?
La voz del Abismo le recordó lo poco que importaba a sus compañeros, lo poco importante que era, los problemas que les había dado. Le odiaban, y muchos se lo habían dicho claramente. La cara de asco de Alder acompañaba a la voz. Habían elegido a Yoel sobre él, lo mejor que podía hacer era morirse, dejar a todos en paz, desaparecer para siempre. En ningún momento se le había ocurrido volver, le aterraba la idea de tener que explicar sus miedos a alguien, o reconocer sus inseguridades. Se sentía estúpido y patético.
-Tenía miedo.- confesó al fin.- ¿Con qué cara iba a presentarme ante vosotros despues de... suicidarme? No quería dar explicaciones, no quería pensar en cómo os tomarías mi vuelta. Y si... - su voz se quebró, pero la recuperó con un carraspeo.- ¿Y si no queríais que volviera?
La voz del Abismo le recordó lo poco que importaba a sus compañeros, lo poco importante que era, los problemas que les había dado. Le odiaban, y muchos se lo habían dicho claramente. La cara de asco de Alder acompañaba a la voz. Habían elegido a Yoel sobre él, lo mejor que podía hacer era morirse, dejar a todos en paz, desaparecer para siempre. En ningún momento se le había ocurrido volver, le aterraba la idea de tener que explicar sus miedos a alguien, o reconocer sus inseguridades. Se sentía estúpido y patético.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Templo de los suicidas abnegados
21/04/15, 08:41 pm
Bran no sabía cómo enfrentar a alguien así, en especial porque el piromante no había sido una persona con la que se relacionara mucho. Negó con la cabeza, apenado. Rocavarancolia podía atacarte de muchas formas diferentes. Tomaba muchos caminos para derrumbar las mentes de sus habitantes, hasta crear personas completamente distintas. O matarlas, si no conseguía ese propósito. El trasgo no sabía cómo sentirse. Una parte de sí quería odiar a la ciudad, pero había cambiado demasiado para hacerlo sin odiarse a sí mismo.
—No había nadie que no quisiera que volvieses, nadie. Créeme —le dijo, con total convicción—, si alguien se alegró de que te tiraras al abismo fue una persona con la que no compartimos criba.
En paralelo a esto seguía sin entender cómo se habría obrado aquello. Parecía demasiado hasta para la ciudad de los portentos, y estaba decidido a averiguarlo. Si Nihil no se lo decía buscaría otra forma. Al fin y al cabo su compañera tendría que haber derscubierto de alguien más cómo salvar del abismo a una de sus víctimas.
Y esperaba, de todo corazón, que aquel fuera el verdadero Yrio y no una creación de la súcubo de las pesadillas.
—No había nadie que no quisiera que volvieses, nadie. Créeme —le dijo, con total convicción—, si alguien se alegró de que te tiraras al abismo fue una persona con la que no compartimos criba.
En paralelo a esto seguía sin entender cómo se habría obrado aquello. Parecía demasiado hasta para la ciudad de los portentos, y estaba decidido a averiguarlo. Si Nihil no se lo decía buscaría otra forma. Al fin y al cabo su compañera tendría que haber derscubierto de alguien más cómo salvar del abismo a una de sus víctimas.
Y esperaba, de todo corazón, que aquel fuera el verdadero Yrio y no una creación de la súcubo de las pesadillas.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
21/04/15, 10:01 pm
Zmey bufó, y estalló en una risa amarga, larga y fría. En ella resonaba oscuridad y trazos de desesperación, así como en la sonrisa que le dedicó al trasgo.
-¿Te hago una lista?- dijo con burla- Desde que me transformé todo ha ido de mal en peor. Traté de ser el mejor monstruo posible, el mejor piromante, ¿y cómo me lo paga la ciudad? Dejándome solo. Alder y Seon me tenía asco, fui un despojo para ellas... Y aún así tampoco llegué a ser lo bastante ''horrible'' como para formar parte de la oscuridad de la ciudad.
Ya había cogido carrerilla. Lo vomitaría todo, lo que había contado mil veces y lo que no conocía ni el mismísimo Abismo. No pensaba repetir la historia dos veces, ya Bran decidiría qué hacer con la información. Suspiró y se echó boca arriba en el cojín. Estaba perfumado, posiblemente relleno de flores secas y plumón. Miró al altísimo techo de la sala, tallado como una caja torácica. << Eres un chiste>> se decía, con una mezcla de voces conocidas, << Una broma de mal gusto, un bufón. No perteneces a este mundo, ni a ningún otro. Lo único que te dará paz es el vacío absoluto.>>
Ladeó la cabeza y miró a Braniel con ojos muertos, aún echado sobre el cojín.
-¿Es todo lo que querías saber? Tampoco quiero entretenerte en tus obligaciones...
-¿Te hago una lista?- dijo con burla- Desde que me transformé todo ha ido de mal en peor. Traté de ser el mejor monstruo posible, el mejor piromante, ¿y cómo me lo paga la ciudad? Dejándome solo. Alder y Seon me tenía asco, fui un despojo para ellas... Y aún así tampoco llegué a ser lo bastante ''horrible'' como para formar parte de la oscuridad de la ciudad.
Ya había cogido carrerilla. Lo vomitaría todo, lo que había contado mil veces y lo que no conocía ni el mismísimo Abismo. No pensaba repetir la historia dos veces, ya Bran decidiría qué hacer con la información. Suspiró y se echó boca arriba en el cojín. Estaba perfumado, posiblemente relleno de flores secas y plumón. Miró al altísimo techo de la sala, tallado como una caja torácica. << Eres un chiste>> se decía, con una mezcla de voces conocidas, << Una broma de mal gusto, un bufón. No perteneces a este mundo, ni a ningún otro. Lo único que te dará paz es el vacío absoluto.>>
Ladeó la cabeza y miró a Braniel con ojos muertos, aún echado sobre el cojín.
-¿Es todo lo que querías saber? Tampoco quiero entretenerte en tus obligaciones...
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Templo de los suicidas abnegados
24/04/15, 02:20 pm
La risa le recordó a Bran que no solo los seres como él sufrían el embite de Rocavarancolia. Le parecía digno de una repugnante ironía, tna típica de aquella ciudad, lo que le contaba Zmey. Mientras muchos monstruos sufrían por el ser en el que se había transformado el piromante se sentía insuficiente. Negó con la cabeza, apesadumbrado.
—Que alguien estuviera enfadado contigo no significa que tu... bueno, muerte —esta palabra le incomodó de forma visible, como si no estuviera seguro de poder aplicarla al chico que tenía delante de él—, estuviera bien recibida. Alder lloró, Seon lloró. Stefan, tras decírselo a ellas dos y a Yoel, se fue a su habitación y no salió hasta el día siguiente... Nadie se alegró. Nadie.
Se sentó delante del brujo, mirándole con fijeza. Estaba tranquilo y sereno, pero seguía sin saber bien qué hacer con aquella información.
—Y en cuanto a lo otro... No hay un cupo de monstruosidad o maravilla que cumplir, bórralo de tu cabeza. No eres más monstruoso por comer personas, cazarlas como a animales o tener esclavos a los que consideres objetos —le sonrió levemente, intnetando apoyarle—. En cierta forma todos los rocavarancolenses somos maravillas y monstruos. Los de la Brecha, los del burdel, los de la casa de los dulces, los demiurgos de Altabajatorre, el Consejo, los últimos novatos, el grupo de los sendarios de nuestra cosecha, Seon, Shizel, DL, tú, yo, Atol, Pablo, Stefan, Tap... Somos igual de monstruos, e igual de maravillosos. Ninguno es mejor a otro, o pertenece más o menos a la oscuridad de la ciudad. Sólo que cada uno pertenece a la perversa alma de Rocavarancolia a su modo —dijo, encogiéndose de hombros al final. En ese momento recordó la charla mañanera con Shizel y sintió un aguijonazo. «Bueno, ¿todos pertenecemos a Rocavarancolia?»
—Y de eso no te preocupes, ahora no tengo ninguna.
—Que alguien estuviera enfadado contigo no significa que tu... bueno, muerte —esta palabra le incomodó de forma visible, como si no estuviera seguro de poder aplicarla al chico que tenía delante de él—, estuviera bien recibida. Alder lloró, Seon lloró. Stefan, tras decírselo a ellas dos y a Yoel, se fue a su habitación y no salió hasta el día siguiente... Nadie se alegró. Nadie.
Se sentó delante del brujo, mirándole con fijeza. Estaba tranquilo y sereno, pero seguía sin saber bien qué hacer con aquella información.
—Y en cuanto a lo otro... No hay un cupo de monstruosidad o maravilla que cumplir, bórralo de tu cabeza. No eres más monstruoso por comer personas, cazarlas como a animales o tener esclavos a los que consideres objetos —le sonrió levemente, intnetando apoyarle—. En cierta forma todos los rocavarancolenses somos maravillas y monstruos. Los de la Brecha, los del burdel, los de la casa de los dulces, los demiurgos de Altabajatorre, el Consejo, los últimos novatos, el grupo de los sendarios de nuestra cosecha, Seon, Shizel, DL, tú, yo, Atol, Pablo, Stefan, Tap... Somos igual de monstruos, e igual de maravillosos. Ninguno es mejor a otro, o pertenece más o menos a la oscuridad de la ciudad. Sólo que cada uno pertenece a la perversa alma de Rocavarancolia a su modo —dijo, encogiéndose de hombros al final. En ese momento recordó la charla mañanera con Shizel y sintió un aguijonazo. «Bueno, ¿todos pertenecemos a Rocavarancolia?»
—Y de eso no te preocupes, ahora no tengo ninguna.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
26/04/15, 07:29 pm
La expresión de Zmey no cambió un ápice. No se creía las palabras de Bran, no quería creérselas. Aun así, si de verdad habían llorado por él, si tanto les había apenado su muerte, ¿por qué le habían dejado morir? ¿Había pasado por un infierno para descubrir al final que no era tan odiado como pensaba? ¿Que todo lo que había sufrido al final no tenía razón de ser? El sentimiento de abandono, de no pertenecer a ningún sitio, de verse aislado de todo lo que quería... ¿de dónde venía?
-Me había esforzado tanto...- susurró, bajando la mirada. Subió los pies al cojín, abrazándose las piernas y apoyando la cabeza sobre las rodillas.
Pensó en todo lo que había hecho para llegar hasta donde estaba. Todo lo que había entrenado para controlar su dominio, las horas estudiando magia, las pruebas del ejército, el torneo, todo lo que había luchado para no caer en la locura y el frenesí que su propio don le provocaba. Todo ello para dar con sus huesos en el fondo del Abismo... y al final ni siquiera eso le había salido bien. ¿Por qué se esforzaba tanto?
Luego pensó en Nihil. En las horas que había pasado velando su sueño, en la cantidad de magia y esfuerzo que había empleado en limpiarlo de magia maligna, en curar su locura y sus ansias de morir. Seguía sin comprender qué tenía el de valioso para que una persona como Nihil emplease tantos recursos en devolverle la vida. ¿Qué podía ofrecer un niño roto como él?
Las palabras con las que Nihil le recibió cuando despertó después de su muerte le vinieron a la mente. La sonrisa entre sadismo y alivio que fue lo primero que vio al abrir los ojos en la oscuridad. Él mismo sonrió en ese momento, ocultando la cara entre las rodillas para que el trasgo no lo viese llorar.
-Tal vez... esto es una segunda oportunidad.
-Me había esforzado tanto...- susurró, bajando la mirada. Subió los pies al cojín, abrazándose las piernas y apoyando la cabeza sobre las rodillas.
Pensó en todo lo que había hecho para llegar hasta donde estaba. Todo lo que había entrenado para controlar su dominio, las horas estudiando magia, las pruebas del ejército, el torneo, todo lo que había luchado para no caer en la locura y el frenesí que su propio don le provocaba. Todo ello para dar con sus huesos en el fondo del Abismo... y al final ni siquiera eso le había salido bien. ¿Por qué se esforzaba tanto?
Luego pensó en Nihil. En las horas que había pasado velando su sueño, en la cantidad de magia y esfuerzo que había empleado en limpiarlo de magia maligna, en curar su locura y sus ansias de morir. Seguía sin comprender qué tenía el de valioso para que una persona como Nihil emplease tantos recursos en devolverle la vida. ¿Qué podía ofrecer un niño roto como él?
Las palabras con las que Nihil le recibió cuando despertó después de su muerte le vinieron a la mente. La sonrisa entre sadismo y alivio que fue lo primero que vio al abrir los ojos en la oscuridad. Él mismo sonrió en ese momento, ocultando la cara entre las rodillas para que el trasgo no lo viese llorar.
-Tal vez... esto es una segunda oportunidad.
- Zarket
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Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
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Re: Templo de los suicidas abnegados
30/04/15, 12:07 am
El trasgo suspiró ante las palabras de Zmey, sin saber qué responder a aquello. No sabía mucho de los cambios más profundos de su transformación, pero sí sabía que los vaivenes emocionales podían ser problemáticos. Era una pena que el único otro piromante de la ciudad fuese el rey, que claramente no iba a interesarse por un novato.
Sus labios se curvaron mínimamente ante sus siguientes palabras. Segundas oportunidades... Él no la necesitaba, pero incluso aunque así fuera no creía que pudiera conseguirla. ¿Cómo se le daba una segunda oportunidad a un monstruo que se alimentaba de otras personas?
—Sí, parece que lo es. Aprovéchala bien.
Sus labios se curvaron mínimamente ante sus siguientes palabras. Segundas oportunidades... Él no la necesitaba, pero incluso aunque así fuera no creía que pudiera conseguirla. ¿Cómo se le daba una segunda oportunidad a un monstruo que se alimentaba de otras personas?
—Sí, parece que lo es. Aprovéchala bien.
- InvitadoInvitado
Re: Templo de los suicidas abnegados
02/05/15, 02:22 am
-Sí... Debería...
<< Espero no cagarla de nuevo>> pensó apenado. No tenía mucha confianza en sí mismo, ni pensaba que se mereciese una segunda oportunidad ni nada por el estilo, pero estaba allí, y ya que Nihil no le iba a dejar morir por el momento, al menos intentaría hacerse a su nueva vida.
Aún así tenía dudas. ¿Qué iba a hacer, recuperar su antigua vida? ¿Volver con los demás como si no hubiese ocurrido nada? No creía que fuese posible. Era de risa, pretender tener una vida ''normal'' de monstruo feliz. Casi le daba risa. Se frotó los ojos para secarse las pocas lágrimas, que no habían llegado ni a las mejillas. Respiró hondo y miró al trasgo a los ojos.
-Gracias. De verdad. Aunque... solo quisieras saber qué ocurría, me ha ayudado de verdad soltar todo esto.
Se puso en pie, estirándose, y se alejó unos pasos del cojín, con las manos en los bolsillos.
-¿Te importa... que vuelva por aquí? Nihil no quiere que me relacione con la Secta, solo quería que los adeptos conocieran mi cara para que no se acercasen a mi...
Sonaba inseguro, pero deseaba que Bran aceptase.
<< Espero no cagarla de nuevo>> pensó apenado. No tenía mucha confianza en sí mismo, ni pensaba que se mereciese una segunda oportunidad ni nada por el estilo, pero estaba allí, y ya que Nihil no le iba a dejar morir por el momento, al menos intentaría hacerse a su nueva vida.
Aún así tenía dudas. ¿Qué iba a hacer, recuperar su antigua vida? ¿Volver con los demás como si no hubiese ocurrido nada? No creía que fuese posible. Era de risa, pretender tener una vida ''normal'' de monstruo feliz. Casi le daba risa. Se frotó los ojos para secarse las pocas lágrimas, que no habían llegado ni a las mejillas. Respiró hondo y miró al trasgo a los ojos.
-Gracias. De verdad. Aunque... solo quisieras saber qué ocurría, me ha ayudado de verdad soltar todo esto.
Se puso en pie, estirándose, y se alejó unos pasos del cojín, con las manos en los bolsillos.
-¿Te importa... que vuelva por aquí? Nihil no quiere que me relacione con la Secta, solo quería que los adeptos conocieran mi cara para que no se acercasen a mi...
Sonaba inseguro, pero deseaba que Bran aceptase.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Templo de los suicidas abnegados
07/05/15, 02:29 pm
—No, no me importa —contestó el trasgo, todavía algo serio—. Puedes visitarme cuantas veces quieras sin ningún problema —un rictus de desagrado pasó por su cara al recordar un detalle. Se levantó y, mientras se sacudía, le dejó una pequeña advertencia—. Bueno, que no sea justo antes, durante o justo después de alimentar a los fieles.
Le sonrió para darle ánimos, aunque interiormente seguía bastante preocupado. Algo así, y además en un momento como el final de Samhein... Seguía sin saber qué pensar de ello, por lo que lo primero que pensó fue en obtener ayuda. Por lo que hacia allí se encaminó.
Sigue en laSede de los Taumaturgos.
Le sonrió para darle ánimos, aunque interiormente seguía bastante preocupado. Algo así, y además en un momento como el final de Samhein... Seguía sin saber qué pensar de ello, por lo que lo primero que pensó fue en obtener ayuda. Por lo que hacia allí se encaminó.
Sigue en laSede de los Taumaturgos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Templo de los suicidas abnegados
17/01/16, 01:31 pm
Por el bien de todos, la roquense hizo caso omiso a lo que les dijeron y salió de los jardines en la dirección que había visto tomar a la criatura. No podía creer algunas de las cosas que oía, algunas tan rematadamente obvias que si Chamán no les hubiera respondido lo habrían hecho sus manos. Pero, oye, le serviría de lección para el futuro: esa gente no funcionaba bien bajo presión o en peligro. Y menos quienes habrían desaparecido corriendo. Menudo grupo.
No fue difícil segur a la criatura, y de hecho se le antojó comentar lo ocurrido con el macho, pero al final decidió dejarlo para más tarde. No sabía a dónde les llevaría ni el peligro que podrían correr, por lo que era mejor ir en silencio para poder escuchar a tiempo cualquier posible amenaza... Pero esta les llegaría de otra forma.
Al torcer por una calle, la roquense se paró en seco y abrió la boca mientras señalaba a medias, sin alzar el brazo, el grotesco edificio que se erigía al final. Deseó con todas sus fuerzas que la criatura y su "mascota" no fueran hacia allí, que pasaran de largo, que tomaran una calle anterior, que... <<Joder>> Tragó saliva.
—H-han entrado ahí... Y-y yo por ahí no paso, no quiero que nos vean —susurró y dio un par de pasos atrás como para secundar sus últimas palabras. Luego añadió—. Quien viva ahí no tiene gusto por los vivos —y lo acompañó de un gesto de cabeza hacia los salientes.
Los ahorcados le asqueaban. Sabía cómo se descomponía un cadáver, así que no podía entender que los tuvieran ahí como si nada. Al menos servían para rechazar visitas indeseadas como ellos, pero no se le ocurrió pensar en eso. Prefería pensar en la suerte de criaturas que podrían vivir ahí. La nublina no tenía boca, ¡así que vete a saber! No pasaría por allí cerca, no así.
—¿V-volvemos cuando tengamos esa magia de la que tanto habláis? No quiero colgar de ahí arriba, no tengo miedo a las alturas pero prefiero volar... —quiso bromear y reírse un poco para ahuyentar el miedo que esa visión le provocaba, pero la risa murió en su garganta. Quería alejarse de allí.
No fue difícil segur a la criatura, y de hecho se le antojó comentar lo ocurrido con el macho, pero al final decidió dejarlo para más tarde. No sabía a dónde les llevaría ni el peligro que podrían correr, por lo que era mejor ir en silencio para poder escuchar a tiempo cualquier posible amenaza... Pero esta les llegaría de otra forma.
Al torcer por una calle, la roquense se paró en seco y abrió la boca mientras señalaba a medias, sin alzar el brazo, el grotesco edificio que se erigía al final. Deseó con todas sus fuerzas que la criatura y su "mascota" no fueran hacia allí, que pasaran de largo, que tomaran una calle anterior, que... <<Joder>> Tragó saliva.
—H-han entrado ahí... Y-y yo por ahí no paso, no quiero que nos vean —susurró y dio un par de pasos atrás como para secundar sus últimas palabras. Luego añadió—. Quien viva ahí no tiene gusto por los vivos —y lo acompañó de un gesto de cabeza hacia los salientes.
Los ahorcados le asqueaban. Sabía cómo se descomponía un cadáver, así que no podía entender que los tuvieran ahí como si nada. Al menos servían para rechazar visitas indeseadas como ellos, pero no se le ocurrió pensar en eso. Prefería pensar en la suerte de criaturas que podrían vivir ahí. La nublina no tenía boca, ¡así que vete a saber! No pasaría por allí cerca, no así.
—¿V-volvemos cuando tengamos esa magia de la que tanto habláis? No quiero colgar de ahí arriba, no tengo miedo a las alturas pero prefiero volar... —quiso bromear y reírse un poco para ahuyentar el miedo que esa visión le provocaba, pero la risa murió en su garganta. Quería alejarse de allí.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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