Barrio de los Mil Dioses

Toni se había arrepentido de alzar la voz en cuanto lo había hecho. No era necesario pero le nació de los más profundo como una erupción de lava, por más que intentara pararlo. Tenía claro que cuando llegasen al torreón debían hablar entre todos, no podían tomar decisiones de forma individual y para sobrevivir deberían ser un equipo.

Cuando Nerys dijo que mejor que lo montara con la mirada sonriente, los mofletes del humano se enrojecieron. Dió gracias al ruido que estaban armando Perfka y Rua, le dio la excusa perfecta para dejar arrodillado a Nerys y salir corriendo en la dirección al ruido.

- Chicos, ¿qué hacéis?- Dijo casi susurrando, se había arrepentido de elevar la voz y no quería repetirlo.

Le parecio comico ver a los dos retirando adoquines y trozos de piedras del suelo y mirándolas, parecía que buscaban algo en concreto.

¿Cómo iba a saber el nombrado que habría inscripciones bajo las baldosas que estaba arrancando de pura frustración? Qwara fue la primera en darse cuenta de semejante fenómeno y Rua lo confirmó. Pefka solo tuvo que arrancar algunas más para ratificarlo. Los dos pronto tuvieron unas cuantas. ¿Pero les serviría de algo?
—¿Para qué sirve decorar las baldosas por debajo? —se preguntó en voz alta, pero Rua dio una curiosa hipótesis al respecto. Con el ceño fruncido, el nombrado se reincorporó y se acercó al arco por donde habían entrado—. Si entramos y pisamos por aquí, ¿no deberíamos probar aquí mismo?

No esperó respuesta. No sabía cómo era posible que unas baldosas "activaran" nada relacionado con la energía superior. Era algo demasiado mundano. Pero tampoco perdían nada por intentarlo. Total, ¿qué otra cosa podían hacer? La frustración era buena aliada para hacer palanca con la hoja de acero, además. Volvió a agacharse con su espada y retomó la tarea de minutos antes.

Qwara, inclinada peligrosamente cerca de la barrera, observó con atención los símbolos grabadas bajo el adoquín que había cogido Pefka. No sabía qué significaban y no eran letras de ningún alfabeto que ella conocieran, pero eran demasiado regulares para ser fruto de un accidente en su fabricación o algún tipo de marca natural de la pierda. Rua, que también se había acercado a echar un ojo, parecía pensar lo mismo, pero ella fue más allá y sugirió que quizás habían dado con la forma de salir de allí.
«Parece que lo tiene muy claro… » pensó para sí la sudafricana cuando la sueca le dijo al krabeliense que tenían que levantar más adoquines en busca de otros símbolos.

Desde allí fuera la morena poco podía hacer, así que se limitó a vigilar los alrededores mientras los otros dos trabajaban. El ruido que estaban haciendo no tardó en llamar la atención de Toni y Nery’s, que aunque ya se habían alejado un trecho delimitando la barrera por su lado se apresuraron a reunirse con ellos.
—Intentad no hacer mucho ruido, por favor —pidió en voz baja, mordiéndose el labio inferior con expresión nerviosa—. No sabemos que atención podemos atraer…  —añadió en tono quedo.

Estaba concentrada en quitar las baldosas y de paso revisarlas viendo si realmente tenían aquellos dichosos símbolos cuando escuchó el comentario de Pefka. La verdad es que tenía todo el sentido del mundo que salida pudiera estar allí. Rua se acerco, viendo las baldosas que Pefka empezó a sacar y notando que tenían los símbolos también.

-Bien, aquí también hay. Todas estas baldosas tiene símbolos, aunque...¿no hay algo raro aquí?- se le escapaba algo, entrecerró los ojos con la baldosas que acaban de coger en la mano. Se agacho sacando una mas con ayuda de su espada y revisándola. También tenia los símbolos.<< Mmm este símbolo parece igual en ambas...y sino recuerdo mal en la primera que mostró Pefka también estaba. ¿Pero no son los segundos diferentes? Joder, no se si es que se han emborronado, medio roto al sacarlo o realmente son distintos.>> pensó un un poco confundida, escuchando los pasos de Toni y Nery's volviendo, seguramente alarmados por el ruido que estaban haciendo y con el que Qwara claramente estaba preocupándose. Iban a  tener que tener mas cuidado, pues ella tenia razón, estaban demasiado visibles.

Miró a los chicos que acababan de llegar, la confusión de ambos sobre que demonios hacían era evidente. Rua le extendió una de las baldosas que acababa de sacar para que lo vieran ellos mismos, dejando de lado por el momento el fastidio de rato antes. En serio su prioridad máxima era salir de ese condenado lugar.

-¿Veis esos símbolos que tienen? Qwara y Pefka los notaron. Hemos pensado que tal vez son la clave para salir de aquí. Alguno de nosotros puede que pisase una baldosa que “activaba” la barrera. - dijo haciendo gesto con sus dedos con énfasis en el activase, porque no sabia ni como llamar a la dichosa barrera invisible o su condenado funcionamiento- Como, yo que se, un interruptor que enciende una jodida luz. Tendría sentido ¿no? Y sí, se que aquí no parece haber electricidad...pero yo que se, tal vez tengan otra forma de energía. Si pueden hacer magia ¿porque no? - añadió con un leve gruñido, mostrando otra baldosa diferente para ver si también notaba la diferencia o solo era cosa suya

- Así que pensamos que tal vez hubiese alguna que hiciera lo contrario, desactivarla. Pero hay demasiadas baldosas...y apenas lo note y no se si es cosa mía ¿pero no os parece que estos simbolismo son iguales en ambas...y sin embargos estos dos son diferentes en cada baldosa? Decidme que también lo notáis y que yo no ando viendo cosas donde no las hay. - añadió Rua señalando lo que ella pensaba era una diferencia entre las baldosas. No solo a Nerys y Toni sino también a Pefka. No sabía si Qwara vería bien desde su posición pero intento que lo viese igualmente, a ver si a alguno se les ocurría algo.

-No se si significaran algo, aunque imagino que si ¿para que tomarse la molestia de grabarlos distintos sino? Aunque bueno, como no sabemos que significa; o si es un idioma, números o lo que sea, pues no se si servirá de mucho. Esto se empieza aparecer ya parece al dichos jueguecito de “busca a la pareja igual” -comentó Rua suspirando exasperada, viendo la malditas baldosas con frustración. Si se sentía aun positiva por lo que estaban descubriendo, pero no dejaba de ser frustrante igualmente. ¿Cuanto tiempo llevaban allí desde que salieron del refugio? ¿Y cuanto tiempo mas estarían?

Habían sacado varias y nada, la barrera seguía ahí, como comprobó con su mano. ¿Donde estaba el problema? Estaba bastante segura que no iban por mal camino, pero no terminaba de dar con el clic que les faltaba para salir de ese puñetero encierro. Era una mierda.

Algo divertido por la huida avergonzada del humano caminó detrás de él hasta ver que hacían. Como Toni preguntó le pareció tonto volver a hacerlo él.

Estaba bastante confuso pero en cuanto Rua les enseñó los símbolos la confusión pasó a sorpresa, haciendo que abriera mucho los ojos. -Ahí están, si...

Escuchaba con atención y curiosidad todo lo que ella decía agachándose para ver mejor aquellos símbolos.

-Yo diría que megatienes razón y ultrason diferentes los "segundos" símbolos, aunque es muy sutil... ¿Quizás supersea una especie de circuito mágico? El símbolo que hiperno cambia podría ser lo que lo conecta todo o... -Se calló. -Agh, ultrapodría ser al revés. Ultraodrían ser tantas cosas que es inútil darle vueltas al igual que... -Volvió a callarse de nuevo, pues era igual que toda la información que poseía de Rocavarancolia.

Se acercó hasta el suelo de debajo de las baldosas y empezó a remover la tierra con las manos. -Megasi se activa pisando quizás ultrahaya un sistema de presión... -Hasta él lo encontraba tonto tratándose de magia aquello que investigaban. Pero era el mejor pensamiento que tenían, entonces dejó de poder excavar. Notaba como la tierra misma se negaba a ser removida como si... -Como supersi me repeliera... -Murmuró.

-Chicos. -Dijo lo suficientemente alto para que todos le oyeran. -Estamos caminando literalmente por encima de la barrera.

Se puso de pie y siguió hablando para todos. -Pues lo único que se me ocurre es megalevantarlas hasta supersacar algo en claro mirando el resto de símbolos y con suerte que al  ultraremoverlas de su sitio hará que yo qué sé, se disipe el campo o se abra un hueco o algo.

Se desabrochó el escudo para usarlo de palanca.  -Así que qué, ¿nos hiperponemos a la obra de la total?

Y tras esa pregunta retórica efectivamente se pusieron a levantar baldosas. Para Nery´s no había mucho problema porque no le resultaban demasiado pesabas aunque aquel trabajo le era ajeno e incómodo. El escudo no encajaba tan fácil para hacer palanca y se alegraba de llevar guanteletes de cuero porque si no se hubiera destrozado las manos. «Quizás debería rendirme y dejar que se endurezcan...» Desde luego el entrenamiento de Ulmara con armas iba poco a poco encaminándole a ello.

Tras un rato  largo que se le hizo interminable a la cruda intemperie de la ciudad, vulnerables a cualquier cosa que los mirase aquello parecía que alguien les había contratado para redecorar el suelo más que un grupo de personas luchando por su vida. Incluso él estaba jadeando, calculaba de cabeza que debían llevar algo más de tiempo que una sesión estándar de woopunchy´x por cómo se sentía. La incomodidad e impaciencia del resto era notable pero ya les faltaba poco para terminar. Como mucho tardarían media hora más. Había jurado que dos de los símbolos que cambiaban se parecían pero eran líneas tan sutiles en todos que ni siquiera se atrevió a afirmarlo con lo cansado y ocupado que estaba.

Aprovechó para pensar en muchas cosas, aunque sobre todo pensaba en Kiki. En aquella respuesta extraña y nerviosa pero que a la vez no podía ser más perfecta para ellos. Pensaba en no poder abrazarla aquella noche y eso solo le hizo ir más rápido.

Los símbolos debajo de las baldosas eran demasiado evidentes. Toni se sintió más tonto que de costumbre, cómo no vieron aquellas señales. Se habían puesto a discutir a ver quien tenia mas razon y descuidaron lo más importante, todo lo demás.

- Chicos, si hemos pisado una de esos símbolos y se ha activado como decís igual si pisamos otro se va esta mierda. Bueno, también podemos salir por los aires o algo, ay!, parad de quitarlos, esperar.. ¿Qué hacemos?

Nerys había ido detrás de él y estaba demasiado cerca, al menos eso le parecía a TOni. No se le quitaba de la cabeza la estupidez de hacerle caso después de la discusión de la mañana. Esto se iba a clarar o saldría del Torreón en busca de una muerte lo menos dolorosa posible. TOni no podía más con la situación.

Escuchó como Nerys decía que la barrera estaba debajo- Estupendo, maravilloso, un regalo de los dioses, ahora somos putos hamster ¿dónde está la sputa rueda? que me quiero tirar debajo para que me revienten la cabeza. - La tensión que soportaba iba en aumento. EL nivel de cabreo ya no podría ir a más. Estaba cabreado con la situación, con sus compañeros, con la mujer que lo engañó y lo llevo a aquel lugar; tambien por la meirda de agujero que les servía de baño, pero sobre todo, estaba cabreado con él mismo.

No sabían si serviría de algo, y para colmo tampoco entendían el significado de aquellos dibujos ni cómo podían estar relacionados con la energía superior o la barrera invisible. Solo sabían, gracias a Nery's, que les rodeaba incluso bajo el suelo. Pero daba igual. Se habían propuesto despegarlas y solo eso importaba.

De pronto, un pie del nombrado pasó más allá del perímetro que habían estado marcando antes. Detuvo sus movimientos de agacharse a por otra baldosa y en su lugar se inclinó un poco más allá. No notaba nada. ¿Pero estaba realmente fuera? De repente, echó a correr hacia el arco de la entrada. Se detuvo justo frente a donde se suponía que estaba la pared y miró fijamente al infinito unos segundos. Ni se paró a pensar en que Qwara podría estar mirándole sorprendida o atónita. Nada importaba más que comprobar el descubrimiento... Y pasó al otro lado. Lanzó los brazos al cielo, aliviado.
—¡Por las Lunas, ha funcionado! —exclamó en cuanto puso un pie fuera.

La sueca se abstuvo de volver a hablar, opinar, gruñir o de hacer cualquier otra cosa que no fuera sacar las perra baldosas y respirar, sobretodo respirar, porque con tanto esfuerzo se estaba quedando sin aliento y los músculos de los brazos empezaba a dolerle conforme el tiempo fue pasando. Tan solo escuchó a Nerys y su conclusión sobre lo símbolos de las baldosas, rodando los ojos ante algunas cosas que dijo; lo hasta los cojones que estaba Toni y poco mas. No, no iba a gastar mas energías en pelearse o discutir. Estaba cansada.

¿Que tuvo agujetas corriendo con un espada? ¡Ja, se reía ella de esas agujetas! Daría gracias, si al día siguiente era capaz de levantar un taza de té sin parecer que sufriera parkinson.

No supo ni cuanto tiempo estuvieron así, pero la repentina exclamación de Pefka la sobresalto, levantando la vista hacia este. Sus ojos se abrieron hasta lo imposible bajo las gafas de sol. El sol ya bastante alto, llevaba un rato agobiandola, calentándole su piel sensible que gracias a dios manteniente el protector solar, aunque el escaso sudor que transpiraba estaba haciendo que perdiese algo de efecto. Sin contar que la luz filtrándose por los recovecos de las gafas empezaba a molestarla desde hacia rato. Todo dejo de importar cuando vio a Pefka al lado de Qwara, mas allá del limite de la barrera.

Incrédula, Rua se levanto con energías renovadas y fue rápidamente hacia donde estaba ambos, agarrando la ballesta que había dejado a un lado. Levantó una mano, intentando tocar el lugar donde se suponía estaba la barrera, una sonrisa inmensa surco sus labios cuando avanzo hacia afuera, sin que nada se lo impidiera.

-¡¡Coño, por fin!! - no grito de milagro, pero la exclamación de alivio y alegría salio desde lo mas profundo de cuerpo. ¿Cuanto puto tiempo llevaban? No tenía idea. ¿Horas? Si, mas que seguro horas. Ya los del torreón tendrían que estarse planteando que la tierra se los trago, como mínimo. Nunca habían tardado tantísimo en volver cuando alguna vez salían. Ya era milagroso que en todo ese tiempo nada hubiera ocurrido mientras estaban encerrados. Rua se negaba a seguir tentando a la suerte.

Miró sus manos llena de raspones suciedad y temblorosas por el esfuerzo. Le dolían, incluso si había usado su espada como palanca para ayudarse, le dolían tras tanto tiempo. No se había roto ninguna uña de milagro, pero tenía tal cantidad de mugre bajo ellas que iba a tener que lavárselas a fondo para que luciera brillantes de nuevo. Se acaricio los brazos y masajeó el cuello adolorida tras tanto tiempo agachada quitando baldosas. Necesitaba beber agua y un baño como el vivir.

Miro a Qwara que seguía allí, la paciencias de esa chica quedándose allí mientras ellos lidiaban con la trampa como paletos, era digna de admirar.

-Joder, tía, hay que darte un puto premio a la paciencia. ¿Como has aguantado tanto sin largarte? Esto ha tenido que ser como ver un jodido documentar de cavernicolas moviendo piedras. -dijo suspirando dispuesta a pirarse, cuando vio a los demás también darse cuenta de que al fin podían salir, hasta que escuchó algo que hizo que todo su cansancio, desconcierto y fastidio se unieran en una única y sencilla frase, que expresaba todo lo que sentía ante lo que Nery's había planteado. No podía con su alma por un lado y por otro no le veía sentido, cuando no tenían ni pajolera idea de magia. Como activasen otra trampa por la cosa, estaba segura que iba a clavarle el virote de su ballesta a alguien. Seria clara y firme sobre su posición. Y sin discutir.

-Me niego a entrar, me abstengo de votar y me voy a darme un baño, hasta mas ver y adiós.- dijo acritud y fastidio, sin girarse siquiera a ver que decidían los demás, haciendo un gesto de clara despedida de su mano, mientras se acercaba a Qwara que no había dudado en claramente ponerse en camino. Otra que debía estar hasta los mismísimos de quedarse allí esperando.

Desde el principio Rua no había querido entrar a ese templo y su opinión no había cambiado en ningún momento. Con lo cansada que estaba, con el dolor de musculo que tenía y con la cantidad de arena, mugre y polvo que iba a irse de pasajero no grato de vuelta al torreón con ella, cualquier otro plan que no fuese volver, descansar y darse un baño, iba a ganarse un corte de manga suyo. O dos, si el dolor muscular se lo permitía.

Torreón Sendar

Estaba tan centrado en la siguiente baldosa que el grito de Pefka fue lo que le hizo parar. Ya con una losa a la mitad de levantarla tiró de golpe por puro subidón de adrenalina al escucharle volcándola sonoramente.

-¡Por fin! ¡Ultrame muero de sed! -Se acercó para ir formando el grupo ya de vuelta pero frenó en seco y miró hacia el templo. Suspiró. Sabía que a nadie le haría gracia lo que iba a decir. Ni siquiera le hacía especial gracia a él mismo, había sido algo mucho más leve que una sesión de woopunchy´x pero la carga había ido completamente a los lumbares y a los antebrazos y ambos le estaban ya pidiendo por favor descanso. Encima seguramente le mirarían hasta mal, cosa comprensible después de unas dos horas largas ahí trabajando sin descanso o estando sin hacer nada como tuvo que aguantar Qwara.

«Agh... quien me hipermanda pensar...»

-Escuchad. -Dijo sin acento. -Yo también estoy hasta la polla de la total y cansado pero salvo Rua todos habéis visto aquella cosa que llamáis algunos dragón. Dentro del templo quizás hallemos la forma de copiar esta... barrera, campo, muro invisible o lo que sea y proteger con él el refugio... ¿Qué tal si votamos entre todos que hacer?

En ese momento levantó la mano en señal de lo que el opinaba.

-Yo creo que merece la pena el riesgo.

Rechazo total. Ni le sorprendió lo más mínimo la actitud de Qwara y la rotunda negativa de Rua. Él también había tenido suficiente por hoy y lo único que le impulsaba a sugerir siquiera aquello es que su miedo a aquel monstruo era mayor que el que le tenía al interior de aquel templo.

-Bueno, megadecidido pues.

Simplemente bajó la mano y se puso a andar. Por suerte, estaban cerquísima del torreón.

Sigue en Torreón Sendar

Nihil observaba desde las alturas. La fría calma que tanto había añorado se reflejada en su rostro, en sus ojos vacíos. Lah Donna la había acusado de retrasar ese encuentro, y era cierto, lo había hecho, pero ya no tenía excusa. La secta de Ewa había sufrido un gran golpe con el asunto de la torre, necesitaban nuevos fieles, carnaza para sus filas. Los nublinos eran fáciles de convencer, con sus cerebros blandos y sus almas serviciales, sin embargo Nihil pensó que esta vez podrían darle un enfoque distinto, y de paso darle una oportunidad a su miembro más joven. Ya era hora de que aprendiese a captar fieles en lugar de destrozarlos. Por supuesto, una oportunidad no significaba que fuese a dejar al pequeño monstruo desatendido.

Tero hizo notable su presencia bastante antes de interceptar a Obel. Lo siguió un trecho por los tejados de los templos, saltando de dintel en dintel y de columna en columna, hasta que por fin se dejó caer frente a él. Vestía prendas curiosas de algodón y lino ceñidas a brazos y piernas con correas de cuero y con mangas demasiado largas. Las vendas que cubrían la mitad de su cara estaban limpias, para variar, y su sonrisa había perdido gran parte del tono inquietante. De hecho, parecía incluso amable.

-¡Una gárgola! Hacía tiempo que no teníamos una -dijo en tono jovial -Soy Tero, ¿cómo te llamas?

Obel llevaba un buen día en general, había dormido bien, había desayunado algo bueno, entrenado con la lanza un rato, practicado algo de magia (la poca que podía), se había dado una buena ducha, comido tranquilamente mientras leía un libro y había decidido salir a dar un paseo aquella tarde.

Con la lanza cruzada a la espalda y un libro en las manos se dirigió hacia el barrio de los templos. Era uno de sus lugares favoritos de la ciudad junto con el faro. Aquel lugar le hacía sentir bien, tranquilo, con un ligero cosquilleo que empezaba en la zona de la barriga y se extendía muy lentamente por todo su cuerpo. Allí arañaba la poca magia que podía usar y nada para hechizos demasiado avanzados.

Estaba pensando en volar hasta un tejado para sentarse allí a leer para pasar el rato cuando se empezó a sentir observado. Y no es que la persona que le seguía fuera precisamente discreto con su presencia. Después de un pequeño trecho de caminar se sentó a esperar en muro derruido. En Rocavarancolia nadie iba en la misma dirección que tú por casualidad.

Lo observó realmente curioso, las pintas del otro chico eran bastante llamativas. Tenía un cuerno y colmillos, pero lo que más le llamaba la atención a Obel era su forma de vestir y, sobretodo, las vendas que llevaba en la cara y le tapaban el ojo.

Obel frunció ligeramente el ceño ante la clara mención de un grupo de gente que no tenían una gárgola desde hacía tiempo. Apoyó el libro en el muro, cerca del mango de su arma, y dejó su mano sobre el libro de manera que pudiera echar mano de la lanza de necesitarla.

-Obel Reo, un placer - respondió cauto. Había salido escaldado de encuentros con algunos veteranos y, la verdad, no quería tener problemas con otro "Tuétano".- ¿Puedo ayudarte en algo? - sí, Obel era cauto, pero le podía la curiosidad en muchas ocasiones.

Tero captó el movimiento cauto de la gárgola pero no se movió un milímetro pero se le escapó una risita.

-Tranquilo, no te voy a hacer nada. Parece que no has tenido buenos encuentros con ciudadanos, ¿verdad?

El brujo mantenía las distancias para no ser invasivo como le habían enseñado, dejando libres (en apariencia) todas las rutas de escape. Cuando Obel le preguntó si podía ayudarle rodó los ojos, pensativo.

-Hmmm puede. Quien sabe. Esto está muy aburrido desde la torre, pero ese no es el caso. La cosa es que yo sí puedo ayudarte a tí.

Nihil bufó desde su atalaya. Directo como siempre y sin perder un segundo.

Obel Reo relajó su postura pero aún así su mano no se apartó del libro. La ciudad le había enseñado a las malas.

-Digamos que no todos los ciudadanos son amables cuando un cosechado entra en una casa que no saben que está habitada, o cuando una cabra derrumba el suelo de una calle y encima de alguien - respondió rememorando ambos momentos. Y aunque Tuétano había acabado salvándoles la vida Obel seguía recelando por si algún volvía a querer cobrarse venganza.

De momento Tero no parecía malo aunque su aspecto fuese raro. Aún así el gárgola estaba aprendiendo a no juzgar un libro por su cubierta, no es que él fuese tampoco el ser más tranquilizador del mundo. Además acababa de tocar una buena tecla, apelar a la curiosidad del chico.

-Vaya, ¿y en que me puedes ayudar? - formuló curioso.

-Oh, vaya, eso suena terrible -dijo Tero, abandonando su sonrisa por el momento.

Sí, era terrible sin duda, terríblemente injusto. El sacerdote recordaba la envidia que le había dado cuando le contaron esas historias, ya que tener la oportunidad de jugar con los cosechados durante su criba era un pequeño milagro. Encima dos de los tres protagonistas que conocía habían muerto de formas estúpidas. Por lo menos había tenido la anécdota de uno de sus fieles.

-Quieres magia, ¿verdad? Los seres de precio estáis incompletos sin ella. Por eso estás aquí -La sonrisa de Tero volvió, ladina, como si hubiese pillado a Obel haciendo una travesura -Casi todos los cultos murieron con la gloria de la ciudad, aquí solo quedan los ecos que seguro que puedes sentir. Pero todavía sobreviven algunos, ocultos entre las ruinas.

Tero no iba a contarle milongas místicas sobre Ewa en un principio, no creía que le hiciera falta. Pretendía ponerle a Obel la miel en los labios, simplemente.

-Puedo decirte dónde está el único templo activo de la ciudad.

Obel asintió, había sido terrible. Pero ninguna de las cosas de la ciudad había dado tanto miedo ni estado tan cerca de matarles a todos como lo que habían pasado intramuros. El propio Obel había estado a punto de morir y de hecho había perdido un ojo hasta la Luna.

-Sí, estoy aquí por eso - respondió componiendo una ligera sonrisa.- La magia es algo que me estuvo vetado parte de la cosecha, y ahora estoy limitado a lo que puedo conseguir de las ruinas - no ocultaba que era algo de lo que tenía ganas. La magia no dejaba de ser una de las cosas que le había hecho admirar la ciudad.

-Lo suponía. No es que la ciudad esté en el mejor de los estados - no había que ser muy observador para darse cuenta de aquello. Entrecerró los ojos cuando el chico mencionó que podía decirle donde estaba el único culto activo de la ciudad.- Entiendo - esbozó una sonrisa amplia. Dudaba que le fuera a pedir algo por la información, no cuando seguramente mucha gente pudiera dársela, tenía que ser otra cosa. Decidió arriesgarse.- Y no me digas, por casualidad tú no tendrás algo que ver con dicho templo, ¿verdad?

<<Ups >> pensó Tero, aunque no estaba realmente preocupado. Nihil lo estaba, porque si la negociación no salía bien sabía qué tipo de estrategias podía usar el brujo.

-Sí y no. Mi madre es sacerdotisa en el templo -respondió, y como si cayese en la cuenta con retraso, luego añadió: -Oh, no mi madre de verdad. Es una veterana, me acogió y me cuidó después de mi criba. Se lo agradezco pero a veces es un poco sobreprotectora y no me deja alejarme mucho del templo ¡y me aburro taaaaaanto! -dijo haciendo una mueca. Suspiró -. Tú pareces más o menos de mi edad

Como si no necesitase dar más explicaciones que esa se encogió de hombros. Se alejó otro par de pasos de Obel, como dirigiéndose de vuelta a la avenida principal.

-El templo está solo a un par de calles. ¿Quieres venir o no?