Faro

02/08/11, 06:25 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Construido en piedra blanca, de una sola pieza, mide 150 metros de alto, terminado en una linterna que atrae a los barcos para hacerlos naufragar.

Descripción del interior:

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16/10/11, 05:03 pm

Spoiler:

16/10/11, 06:21 pm

Alex continúa besándome. ¿Una casa en Rocavarancolia? Me parece una idea curiosa. Sin embargo, sonrío.
La noche, que parecía eterna, se acaba. Y, para ser sincera, estoy un poco cansada. A decir verdad, estoy realmente cansada.
Así que mientras me acaricia y besa dejo que mis párpados caigan lentamente, deprimiendo un bostezo. Y, finalmente, le abrazo con fuerza. Sí, realmente la idea de encontrar una casa me resulta muy tentadora...

17/10/11, 09:20 pm

Abro los ojos y lo 1º que siento al despertarme es el cuerpo desnudo de Marta a mi lado. Creo que podría acostumbrarme a éllo...pero no puede ser, Hoy es el día en el que me iré a vivir con los guerreros,hoy es el día que comienza mi leyenda (igual me estoy pasando). Con cuidado me separo de élla para no despertarla. Salgo del improvisado lecho y me pongo unos deslustrados calzoncillos de marca (que inutiles son en estas circunstancias) y unos vaqueros gastados. Tras reflexionar un poco me los bajo unos 10 cm. Cojo mi chaqueta negra y la abocho solo un poco,para exhibir mi colección de tatuajes. Me cuelgo la espada al hombro con una correa ajustable que desgüacé de mi fiel mochila y bajo con cuidado. Marta ya sabe adonde voy,y tambien que no puede venir conmigo,pero la prometí que nos veríamos siempre que pudierámos. Cruzo el umbral y me dirijo hacia la Sede de los Taumaturgos.

17/10/11, 09:26 pm

Me despierto. Alex no está a mi lado.
Me pongo entonces en pie. Vaya, hoy tocaba mudanza...
Me visto sin prisa. Y, con lentitud, salgo del faro.
Rocavarancolia, allá vamos.

(Continúa en la Torre Serpentaria)

31/10/11, 04:48 pm

Ha pasado mucho tiempo...abro los ojos.
Lo primero qe veo es un escudo flotando a mi lado.
De la impresión me caigo de la cama. Entonces veo mi brazo...nuevo...
-¡Joder!-lo único que me sale.
Me levanto. El escudo me sigue.
-Vale...tranquilo...no pasa nada...has estado dormido nosecuanto tiempo y al despertar ves un escudo que no te deja en paz...para colmo tienes un brazo nuevo...¿¡PERO QUÉ COJONES HA PASADO AQUÍ!?
Después de la pérdida (comprensible) de nervios, salgo del faro (al que, por cierto, no sé como he llegado) y vago por ahi. Me dirijo a un minarete...que recuerdo vagamente.
(SIGUE EN LA SEDE DE LOS TAUMATURGOS)

10/12/11, 07:07 pm

Al llegar, el cambiante mutó en un ser humanoide totalmente negro con el que no hacía casi ruido al moverse y empezó a explorar el faro, se extrañó al ver un arpón, pero no le dio mayor importancia, subió hasta la última planta y no vio a nadie, molesto, Yip se quedo mirando la lámpara, y se convirtió en una rata para después subir a la lámpara de cristal, y empezó a corretear por ella, buscando alguna forma de hacerla funcionar. Frustrado, Yip fue cambiando su transformación de color, haciéndola a cuadros, moteada y finalmente completamente amarilla con pequeños destellos donde se reflejaba en el cristal de la lámpara.

Finalmente, harto del faro, bajó de la lámpara y surgió deambulando por el faro mientras mascullaba entre dientes, continuando con su forma de rata para introducirse en los recovecos más inaccesibles.

Días después...
Yip estaba aburrido en el faro, ya había limpiado todas las manchas pegajosas que quedaban en el faro, y por enésima vez miró a la lámpara de la última planta, le gustaba la lámpara, pero estaba seguro que debía de hacer algo, no recordaba qué.
-Quelejodan
Yip cogió el cuaderno, uno de los botes de tinta y la pluma, y salió de su hogar actual para ir al pueblo, a ver si alguien podría ayudarle con su lámpara.
Sigue en la Taberna.

**28/08/12, 12:38 pm**

Enna por fin llegó al faro, una enorme piedra con forma cilíndrica tan alta, que a la niña le dolía el cuello de mirar hacia arriba. En la base el faro era tan solo un poco más pequeño que el torreón en el que vivía por lo que tardó un rato en rodearlo hasta dar con la puerta. Trató de abrirla, pero parecía llevar cerrada mucho tiempo. Tiró y tiró con todas sus fuerzas hasta que finalmente cedió y la puerta se abrió con un chirrido.

Dentro estaba completamente oscuro, pero hacía algo más de calor. Olía a polvo, a pescado a sal y a podrido, pero a la niña no le importó. Entró despacio y sin hacer ruido, guiándose con las manos por delante. - ¿Hola? - Preguntó a la oscuridad. - ¿Hay alguien? - dijo con la voz mas dulce y suave que podía. Nadie respondió así que ella continuó andando. Había dejado la puerta abierta tras de si para que entrase algo de luz y a medida que los ojos se le adaptaban, pudo ver las redes que estaban tiradas por el suelo. También vio un par de cestas como las de la comida que ellos recogían pero completamente vacías.

La pequeña vio unas escaleras que ascendían en espiral alrededor de un eje que cruzaba el faro justo por el centro y decidió subir para ver que había por allí. En la siguiente planta las pequeñas ventanas que había le permitieron ver las cosas que había. Encontró varias mantas, una especie de kimono verde completamente cubierto de polvo, una mesa en la que había varios anzuelos antiguos e hilo de pescar. También había un par de velas aunque no tenía nada con que encenderlas. Por suerte, dentro de uno de los cajones había una cajita de cerillas. Probó a encender una y suspiró con alivio cuandi vio la llamita. Encendió una de las velas para no malgastar el fuego y subió arriba del todo donde se encontró en una sala completamente de cristal con lo que parecía una enorme luz en el centro. Miró desde allí arriba el mar y los cientos de barcos que se amontonaban en la costa, y las cientos de casas que se amontonaban en la ciudad. Trató de buscar el torreón, pero desde allí decenas de torres se elevaban y le era imposible decidir cual de ellas era Maciel.

La niña se quedó allí sentada un buen rato, mirando aquel extraño mar azul mientras pensaba que hacer a continuación. Tras un buen rato, su estómago rugió y decidió que lo mejor sería salir a buscar algo de comida... pero, ¿donde? No tenía ni idea de donde estaba, ni de como llegar a donde estaban las cestas. Si no le quedaba mas remedio, volvería a adentrarse en la ciudad, pero por el momento era lo que menos quería. Recordó entonces los anzuelos y el hijo de pesca y decidió que a lo mejor podía hacer algo con ellos. Dejó la vela en un candelabro chiquitito que había para no tener que apagarla y metió otra en su bolsillo junto a un par de cerillas. Cogió un anzuelo con cuidado de no pincharse y algo de hilo y bajó las escaleras en dirección a la playa.

Sigue en la Bahía de los Naufragios.

**30/08/12, 07:01 pm**

--Salto Temporal --

Los días pasaban lentos en aquel faro, como si quisiesen hacer que la niña sufriese por todos sus pecados antes de que la Luna llegase.

Enna había sobrevivido a base de pescado medio crudo y cangrejos los primeros días, pero la sed había hecho mella rápidamente en ella y pronto tuvo que adentrarse en las casas mas cercanas en busca de cualquier pozo, con un arpón viejo como unica defensa. Del primer pozo que encontró bebió tanto que acabó vomitando. El pequeño palacete en el que se encontraba ese pozo estaba a unos dos kilometros del faro, y diariamente hacía dos viajes allí para poder beber un poco.

En una de sus salidas había visto una de las bañeras pasar por encima suya y la siguió hasta que llegó a una plaza donde, al intentar coger un par de cestas, cinco bichejos llenos de pinchos se lanzaron a por ella como si se tratase de comida. Uno de los bichos le arrancó la cesta que llevaba en una de las manos mientras ella conseguí hundir el arpón en la cabeza de otro. Salió a correr tan rapido como pudo con la cesta que aun le quedaba. Notó un dolor agudo en su espalda, a la altura del hombro pero no paro de correr hasta estar sana y salva en el faro. Se quitó la espina y se lavó la herida con agua del mar. La comida le duró algo mas de una semana, pero transcurrido ese tiempo volvió a faltarle y temerosa de aquellos bichejos, volvió a la dieta de pescado y cangrejos.

Casi un mes despues en una de sus visitas a la casa en la que estaba el pozo, había descubierto, tirado por el suelo, un collar de oro que al ponerselo le hacía cosquillas en la piel. Al principio le había dado miedo, pero enseguida descubrió para que servía. Enna practicaba los hechizos que recordaba y de esa forma conseguía tener las velas siempre encendidas en el faro, y coger la comida haciendo levitar las cestas una a una hasta ella desde un tejado cuando hubo tenido la practica suficiente. Seguía siendo una forma dificil de vivir. La magia le agotaba casi tanto como las carreras, pero al menos era mas seguro y, muchas veces, cuando llegaba, en las cestas solo quedaban ya las sobras. Pasaba hambre, sed y frio. Le dolía todo el cuerpo y estaba agotada.

A veces se preguntaba que habría sido de sus compañeros. Deseaba que estuviesen vivos y bien. Deseaba que no tuviesen problemas. Deseaba ser ella la que les causase problemas, deseaba ser ella la que les matase. Soñaba muchas veces con ir al Torreon y destrozarles a todos. Soñaba con clavarles el arpón o con hacerles levitar y dejarles caer desde grandes alturas, pero por suerte para ellos, no se sentia con fuerza de llevar a cabo sus sueños.

Pasaba la mayor parte del dia yendo a por comida o agua, o en la bahia, donde esperaba a que un grupo de extraños seres, (que ella pensaba que serian cosechados de otros mundos) volviesen, puesto que cuando les vio habían huido sin dejar ni que les hablase siquiera. Cuando llegaba al Faro lo unico que hacía era comer, dormir o tratar de cazar las ratas que correteaban por alli, sin demasiados resultados.

Enna se sentía cada vez mas cansada. Había adelgazado hasta el límite, apenas podia dormir por el frio por lo que dos manchas de color azulado estaban tatuadas perennemente bajo sus ojos. Sus pies se habían vuelto duros de andar descalza y estaban llenos de cicatrices, al igual que el resto de su piel. La ropa de la niña estaba mas dura y aspera todavia por la sal del mar donde la lavaba y su pelo se había vuelto una maraña blanca y reseca. Con uno de los anzuelos, había trazado dos nuevas palabras en el idioma de la fuente en su brazo: Tortura y homicidio. En poco se parecia esa Enna a la que había sido cosechada...

**31/08/12, 12:46 am**

Enna estaba sentada en el suelo del segundo piso. Había hecho de ese su hogar porque el de abajo estaba demasiado sucio y oscuro y el de arriba demasiado lleno de trastos y cristales por lo que cualquier alimaña podría verle.

Tenía delante un coro de tres velas con llamas algo mas grandes de lo normal que ella producía usando su magia para poderse dar calor. Estaba tapada con una de las mantas pero aun así temblaba de puro frío. Las noches se hacían eternas alli arriba, con el viento entrando por las ventanas abiertas y apoderándose de la piedra helada.

El hambre y la sed no hacían mas que acrecentar esa sensación y los pensamientos de la niña tampoco ayudaban. Enna pensaba en lo bien que estarían ahora los que habían sido sus compañeros de torreón, metiditos en sus camas blanditas, resguardados de todo mal, con sus estómagos llenos y su sangre caliente. Enna casi pudo sentir el calor de la sangre de sus compañeros sobre sus manos. Recordó la primera vez que había visto ese liquido rojo. Pudo ver perfectamente la escena. Lia corriendo y de pronto aquel ser le había cogido... y... Enna pudo ver el gesto de horror en la cara de la niña. Pudo verlo y esta vez algo se removió en su interior. Volvió a ver la sangre corriendo por los dientes de la bestia, y notó como con cada gota la vida de Lia se derramaba. Su vida. ¿Que era la vida?

Siempre había dicho que preferiría morir a dejar de satisfacer sus instintos, siempre había dicho que la muerte era algo hermoso, incluso su propia muerte lo hubiese sido... pero los demás no pensaban así, ninguno pensaba así. Decían que después de la vida había algo mucho mejor, pero nadie quería despedirse de este mundo, nadie quería dejar su cuerpo. ¿Por que? Enna habia visto a gente sufrir no solo por su propia vida, sino por la vida de los demás, de la gente a la que querían... ¿Por que les querían? ¿Que era querer? Enna no podía entenderlo, pero por un momento le pareció que alguien le aplastaba los pulmones.

Ella había disfrutado con el dolor ajeno, había disfrutado terminando las vidas de los demás, vidas que podrían haber sido disfrutadas por sus propietarios. Había matado a su hermanastra, había derramado sangre de su sangre solo para ver que pasaba... y ni siquiera se había arrepentido. Les había engañado a todos, incluso a los que se habían portado bien con ella... ¿por que lo había hecho? Ahora mismo podría estar en una cama mullida también, con Nasher calentando sus sabanas y abrazada a él. Nasher. Enna notó algo bajando por su mejilla y por un momento temió que fuese sangre... pero no lo era. Era transparente, y salado, era una forma de dolor que ella nunca había degustado antes. Eran lagrimas. Nasher había sido bueno con ella. Le había dado comida, le había hecho compañía... y a ella no le hubiese importado matarle. La vida de Enna para Nasher era algo bonito... pero la de Nasher para Enna no había significado nada... ¿Podría Cira haber querido a Enna? A lo mejor podría... ella podría haber querido a Enna o a cualquier otro, podría haber tenido hijos, podría haber sido feliz... pero ella había acabado con todo sin importarle, como si fuese la única persona en el mundo.

La niña continuo llorando, una lagrima por cada gota de sangre que había derramado, un pinchazo en el pecho por cada vida que había quitado, un dolor inhumano por cada vez que había disfrutado con el dolor de los demás, por cada vez que había mentido, por cada vez que les había usado o tratado como objetos. Se sintió sucia. Miró sus manos y le pareció que seguían manchadas de sangre. El sabor de la carne de Lia acudió a su boca y casi pudo sentir como la chica trepaba por su garganta pidiendo auxilio hasta que acabó vomitando. Se miró el tatuaje del brazo y de pronto ya no se sentía orgullosa de esas palabras. No se sentía orgullosa de sus crímenes, no le parecían bellos ni hermosos. Con las propias uñas comenzó a arañarse la piel, hasta que su propia sangre destiñó las letras de su brazo. Luego se miró las manos cubiertas de sangre y trato de limpiarse en la ropa, pero de nada sirvió. Tiró las velas al suelo que se apagaron al momento y de pronto sintió miedo. En aquella oscuridad sintió un miedo enorme, acompañado de un dolor incomparable, un dolor interior, como si las almas de todos aquellos a los que había herido le estuviesen castigando desde dentro por sus actos. Y sus lagrimas seguían cayendo...

La niña se quedó un rato en aquella oscuridad arrepintiéndose por primera vez de todos sus crímenes. Arrepintiéndose de todos y cada uno de ellos. Pero no solo era eso... la niña sentía como el aire se había condensado en aquel faro, como las paredes temblaban de la misma forma que si fuesen un corazón latente. Algo se removía y no solo era en su interior. Se sintió muy sola y desprotegida. Ella no quería morir así, no quería estar sola, ¿lloraría alguien por ella?

Enna sentía lástima hasta de los seres que había matado para comer. Miró con resentimiento las espinas de los peces que se habían ido acumulando en un lado de aquella habitación y se acercó rápidamente a ellos a cuatro patas y con la manta envuelta a su alrededor. "Si pudiese volver atrás, si pudiese... no, no, si pudiese volver atrás iría hasta el día que nací y lo cambiaría todo... todo..." siguió sollozando. "Nadie moriría por mi culpa, ni una sola vida se perdería por mi locura" La niña cogió una de las raspas en las manos, como si en vez de un simple pescado medio descompuesto se tratase del cadáver de Cira, o de su hermanastra... "¿Que he hecho?" Se preguntó a si misma. Una sensación extraña se apoderó de todo su cuerpo mientras notaba como una fuerza enorme fluía a través de ella hasta llegar a sus manos. Un dolor punzante y terrible le desgarró el pecho y sin poder contenerlo, un grito salió por su garganta, retumbando en el silencio de la noche. La raspa de pescado cayó de sus manos, y la niña quedó tumbada en el suelo retorciéndose y gritando mientras notaba como le arrancaban una parte de su alma. El dolor paró unos segundos después y, cuando miró hacia su lado, la niña pudo verlo. El pequeño esqueletito del pescado estaba dando saltos en el suelo, como cualquier pez al que sacasen del agua. "Está vivo" Pensó sin podérselo creer. -Está vivo - Dijo en voz alta mientras una sonrisa se extendía por su cara y se secaba las lágrimas que aun caían por sus mejillas.

Otra vez se sintió asustada. "Los peces se mueren fuera del agua" eso no era mas que un esqueleto pero... si estaba vivo podía morir, y ella no quería que muriese. Con las manos temblorosas, recogió aquel extraño ser y salió a correr en dirección a la playa.

Sigue en la Bahía de los Naufragios.

**07/05/13, 11:11 pm**

Y el viento me llevó al faro, en donde en estos momentos no había nadie aunque había rastros de que alguien lo habitaba. <<Oh, ¿huele...huele como Yip? Ese loco... Habría estado bien encontrarme con él pero otro día será>> Me encaramé a la linterna y trepé hacia el techo de esta, donde me siento con los pies colgando. Me suelto la coleta y ahí me quedo un rato, mirando al horizonte mientras la brisa agita las ropas y el cabello.

<<Tiene que tener una existencia un tanto solitaria, viviendo aquí... Pero tiene unas vistas inmejorables día y noche. ¿Habrá visto estrellarse algún barco contra las rocas? Pero de dónde demonios vendrían... Todo mar con navíos tiene dos orillas, así que... ¿qué hay más allá?>> y así pensando me descubro en forma de humo, varios metros alejado del faro y a cierta altura, sobre el agua. Podría adentrarme en el mar, <<pero si en tierra hay cada bicho... ¿Qué habrá mar adentro, y, peor aún, de noche>> Pero sí que podría hacerlo, armado y equipado con petacas de sobra no debería de suponerme ningún problema recorrer varios kilómetros mar adentro y volver. <<El problema es orientarme en cuanto pierda la costa... Pero es como moverse por el desierto sólo que con olas de agua>>

Luego de deambular un rato por el aire bajo a tierra a sentarme sobre una de las rocas que sobresalen del agua, para darme un rápido baño: en cuanto una ola golpea la roca, y a mí, me dejo llevar por el impulso hacia atrás para luego elevarme en forma de humo. <<Lo dicho, qué habrá mar adentro>> pienso divertido y curioso mientras doy vueltas en el aire sobre la zona donde debería haber caído, en la que, cómo no, hay varias sirenas. <<Nunca lo sabré si no voy>>

Después vuelvo a casa a descansar, pensativo. <<¿Cómo les habrá ido a los de Maciel hoy? ¿Y si me acerco? Estarán ya sopas de todas formas... Mañana>>

**07/11/13, 02:05 am**

-Claro- Shizel aceptó con entusiasmo la petición de DL de guiarle por Idris. Era exactamente así como imaginaba sus planes de futuro: él vivía su vida en su tierra pero cruzaba cuando quería el portal de un sitio a otro; y de igual forma quien quisiera podía acudir a visitarle. "No será por falta de espacio en casa... o por falta de casas", pensó divertido.

No pudo evitar sonreír bastante pagado de sí mismo ante los cumplidos del cambiante. La lectura fría era algo que cualquier idrino habría sido capaz de hacer igual de bien que él, pero las dotes para el capitalismo se las había trabajado él solito.

-

-Aquí estamos- anunció Shizel una vez llegaron al promontorio del faro, mirando pensativo a la cima. Antes le había parecido enigmático y hasta cierto punto majestuoso, pero después de visitar Idris tanto la imponente construcción como el propio mar habían perdido buena parte de su encanto. En opinión del idrino no había color entre un mundo y otro en ese aspecto.

-¿Y dices que vive arriba?- preguntó al cambiante. Empezó a caminar hacia la entrada, pero sus pasos se elevaron progresivamente en el aire a medida que se acercaba, de forma tan gradual que ni siquiera parecía que estuviese ascendiendo una escalera invisible en torno al faro. Simplemente caminaba, con la misma naturalidad que sobre llano.

El viento soplaba con fuerza y la brisa marina estaba húmeda, pero Shizel no sintió necesidad alguna de resguardarse del frío. Con su transformación se había acostumbrado a llevar pocas capas de ropa encima, y de hecho aquel día llevaba manga corta.

**08/11/13, 12:45 am**

Había sido un buen paseo hasta el faro, pero allí estaban finalmente, desde luego aquel faro no hacia su labor adecuadamente así que el que estuviera allí parecía mas simple adorno. No podía evitar pensar eso ante la cantidad de barcos naufragados en la bahía.

-Si, eso me han dicho, un lugar un poco solitario para vivir- comento observando la blanca piedra de la que estaba construido el faro- Me pregunto si tendrá algún hechizo en la entrada, como en Serpentaria y la Sede- murmuro observando la puerta atentamente, no le apetecía acabar chamuscado por un hechizo protector, nunca se sabia en aquella ciudad y yendo a visitar a un loco. Al parecer Shiz dio con la soluciona aquello, ya que pudo verlo andar sobre el aire con intenciones clara de llegar a lo alto- "Buena idea" pensó realizando el hechizo para seguirlo, el habiendo estado practicándolo en su momentos le era muy útil ahora. Eso si, se aseguro de no mirar mas allá del faro, las alturas no le daban miedo, pero el inmenso espacio abierto mas allá del faro si. Pero ahora que ya estaban ahí debía pensar en lo importante: que le diría a Yip. En principio no tenia nada claramente planeado, tampoco es que supiese mucho de este como para poder tener una conversación mas o menos normal, solo quería conocerlo en principio. "Esperemos que no tenga una reacción similar a la de Mephis cuando nos conocimos" pidió cuando finalmente llegaron a lo alto del faro y pudieron ver parte del interior. Suspiro lentamente, ¿porque todos los demás lo tenían tan fácil tratando con sus similares y el tenia que siempre cagarla? no podia evitar sentir un poco de envidia "Soy gafe o algo" pensó nantes de juntar fuerzas para hablar.

-Mm, ¿hay alguien ahí? - pregunto no teniendo claro como llamar la atención del cambiante. "Claro que si DL, esto es como preguntar al que duerme si esta dormido, imbécil" pensó frustrándose, desde luego que no hacia una correctamente, Carraspeo un poco nervioso. El viento estaba congelandolo así que se realizo un hechizo térmico mientras esperaba alguna respuesta, si es que había alguien.

**08/11/13, 12:35 pm**

Yip se encontraba rodando sobre sí mismo de puro aburrimiento, convertido en una especie de pangolín con su espalda acorazada, cuando oyó las voces. El pangolín se detuvo de golpe y permaneció sentado en el suelo, escuchando. Prestó atención por si se trataba de Jack, pues el vampiro iba a visitarlo con cierta frecuencia, pero al no reconocer al dueño de la voz, en su cabeza se hizo una asociación automática y se transformó inmediatamente en una criatura semejante a una gárgola, con garras y cuernos afilados.
—Ah, no, no, no puede ser otra vez —comenzó a decir sin más—. ¿Seguro que querer volver? Yo partir cráneo de bicho repugnante si ser tú, ¡quelejodan!
El cambiante había recibido en los últimos días la "visita" de un ser alado que se había sentido atraído por el olor a pescado muerto. Yip no se había dado cuenta de que se había olvidado de sacar la basura, como quien dice, y los restos de su última pesca se encontraban tirados en un rincón detrás de una mesita. Al principio se había preguntando de dónde procedía aquel repulsivo olor, pero había terminado por sentenciarlo con un "quelejodan" y ya ni siquiera le prestaba atención.
>>No, esperar, voz ser de persona, no bicho repugnante —continuó con su particular perorata en voz alta—. ¿Quién venir a visitarme? Espero nadie peligroso o Yip partir cráneo igual —anunció alegremente mientras se acercaba al lugar de donde procedían las voces.

**08/11/13, 11:17 pm**

Lo primero que notó Shizel al llegar a la altura del ventanal abierto fue el olor. El idrino arrugó la nariz a modo de sustitutivo a una cara de abierto asco.
"Yo no entro ahí a menos que sea absolutamente necesario", pensó. "Y aún así levitando por encima del suelo."

Así pues se quedó apoyado en el umbral, cediéndole el paso a DL con un movimiento de cabeza. Trazó los pases del hechizo de niebla mágica echando un vistazo preliminar por si había cualquier clase de amenaza, y dio un respingo cuando el pangolín se transformó en gárgola. Manteniendo la calma llamó a él su escudo, y la capa de escarcha sobre su piel se solidificó en respuesta al posible peligro.

Entonces la gárgola habló, y el skrýmir alzó una ceja ante el lenguaje poco eufemístico que usaba en su incesante parloteo. "Parece RR sólo que parando para respirar."
-Bueno... ahí le tienes. Háblale- le dijo a DL con cierto asomo de duda. Mientras aquella parte más superficial de su mente lidiaba con la perplejidad, la segunda mantenía la cabeza fría y preparaba un par de hechizos de defensa. Ya se las había visto con demasiados desequilibrados mentales durante su cosecha y de ninguno había sacado buenas experiencias.

**09/11/13, 12:21 am**

No la tenia todas consigo a decir verdad, en un principio ante el nauseabundo olor que vino del interior, pensó que el cambiante estaría muerto en un rincón. Cosa que desestimo al momento de ver como este se transformaba en una gargola de piedra frente a sus narices y comenzaba soltar cosas sin sentidos. "Esta fatal, ¿y yo podría haber acabado así?" pensó estremeciéndose de solo imaginar con la tan demente como parecía estar Yip, que se encontraba la defensiva y dispuesto a atacar de ser necesario. DL precavidamente se hizo un hechizo de protección antes de hablarle.

-No somos el bicho repugnante del que hablas. No venimos a hacerte nada malo Yip, Jack me dijo que vivías aquí, no soy nadie peligroso -comenzó a hablar intentando primero que el cambiante no intentara atacarlos- Me llamo DL, soy un cambiante al igual que tu- se presento intentando tener tacto ya que no tenia idea por donde podría salirle el otro. Habían tenido muchos locos en su cosecha así que no tenia muy buenos recuerdos al respecto. Miro de reojo a Shizel dudoso, realmente parecía estar fatal pero aun quedaba ver si tenia suficiente coherencia y lucidez para poder hablar en condiciones con el- Quería conocerte y hablar contigo si es posible- dijo viéndole manteniendo cierta distancia prudencial. Ya había tenido malos rollos con un cambiante antes, no quería que se repitiera la cosa, así que no podía evitar la preocupación.

**09/11/13, 02:01 am**

La gárgola observó a sus dos visitantes con curiosidad. Con tanta curiosidad que sus ojos se agrandaron literalmente, como queriendo observarlos mejor y quitándole todo el aspecto amenazante a su transformación dando paso al ridículo. Y aunque en principio el vapor de Shizel le había llamado más la atención, se acercó cautelosamente a DL porque notó algo extraño en él, aunque todavía no sabía qué era.
—Hombre de hielo y... ¡Oh, oh! Yo conocer a ti —exclamó de pronto—. Sí, sí... ¿cómo llamar? ¿LR? ¿RD2D? ¿SFX? ¿XQ? No saber, nombres muy raros en tu planeta. Ah, esperar, acabar de decir DL, claro, eso era. Si tú ser cambiante como decir, cambiante cosechar cambiante. ¿No ser divertido? ¿Otro foner también cambiante?
Mientras hablaba, Yip había ido cambiando poco a poco. Parecía estar imitando algunos rasgos de DL, como el pelo y los ojos, mezclados con los de Shizel, tales como el color de la piel y las orejas, más algunos otros que no pertenecían a ninguno de los dos. Esbozó una mueca de decepción al comprobar que no sabía como imitar el vapor que despedía el skrýmir, pero no duró más que unos breves segundos antes de recuperar su hiperactividad habitual.

**09/11/13, 06:28 pm**

Shizel observaba con detenimiento los defectuosos cambios de Yip, que parecían seguir un tren de pensamiento igual de descarrilado que el de su mente.
-¿Te cosechó?- repitió con incredulidad cuando Yip mencionó conocer a DL. A juzgar por la inmundicia que cubría el suelo del faro (el cual Shizel no había tocado aún en ningún momento) el pobre diablo no estaba en condiciones de mantener una conversación racional con nadie, y menos conseguir engañarlo-. ¿Y cómo es que te dejaste convencer?
En ese momento casi se alegró de que su cosechador hubiese sido Miseria. Casi.

Había relajado la guardia al constatar que el cambiante parecía dispuesto a un diálogo con DL, pero en ningún momento fragmentó su escudo.

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