Faro

Yip no parecía hostil y Shizel fue relajándose a medida que la conversación se alargaba. En cierto punto se abstrajo y fijó la mirada en el horizonte, preguntándose hasta qué punto dominaría sus capacidades de disponer de las enseñanzas de un skrýmir experimentado.

Asintió cuando DL propuso irse. Sin embargo lanzó una última mirada atrás antes de descender al nivel del suelo. Rocavarancolia le había parecido muy vacía cuando era cosechado, y ahora estaba descubriendo que incluso sin contar con los grandes lugares de reunión como el mercado y los refugios, no era así. Más de una vez en sus exploraciones debieron estar a punto de encontrarse con un ermitaño o un loco como Yip, y Shizel se preguntó cómo habrían reaccionado de haber descubierto lo que hacía la Luna Roja de labios de alguien así.

-Estas lecciones te salen bastante más baratas- pinchó a DL un poco burlón-. ¿Qué vas a hacer?

Sigue en la Torre Serpentaria.

Todos parecieron de acuerdo así que, con las protecciones puestas, salimos de nuevo a explorar la ciudad. Por el camino fui pensando en que alguien podría coger este sitio y hacer un juego tipo GTA pero con magia en vez de pistolas y monstruos en vez de pandilleros. <<O incluso nosotros si fuésemos más poderosos>> Sea como fuere, había que ir con los ojos bien abiertos. <<¿Notas eso? Ya tenemos algún bicho observándonos...>>

Sin embargo, llegamos sin problemas al lugar donde se erigía el faro. De momento solo era visible la luz en lo alto. Me había parado al verla con los brazos en jarras, pero me giré rascándome la nuca y algo titubeante. Dicha luz me había recordado un pequeño detalle que había obviado.

—Je... Se me olvidó decir que en un faro puede vivir alguien...

No lo había pensado antes porque en la Tierra ya estaban automatizados y aquí daba por hecho que funcionarían con magia. Y también había olvidado que en sus mundos podía no haber faros como este, habitados o automáticos. Pero... Si era cierto en este caso que estaba habitado... <<Suma Rocavarancolia más la idea del típico viejo cascarrabias solitario con un arpón que vive en un viejo faro... Malamente>> Obviamente, eso no tenía que ser así, pero la idea de estar viviendo siempre en un faro, totalmente solo no la veía muy... sana. Sobretodo, insana para la mente, y eso sí que daba resultado perjudicial al sumarlo con Rocavarancolia.

—Yo preferiría no hablar con cualquier posible inquilino... Por seguridad—dije, girándome de nuevo de cara al faro. No era muy sensato hablar de seguridad y darle la espalda.

<<Eso. Los traes aquí y ahora les dices que media vuelta. Y la Bahía está cerca, si no les gusta esto irán allí... Genial. ¿Entonces?>> No obstante, seguimos acercándonos.

Finalmente y tras una lenta subida llegaron al dichoso Faro, destacando plenamente por su altura y la blancura de la piedra en la que era construido. Ya simplemente por eso y el hecho de la luz brillando en la sima echo un para atrás a Dhelian ¿Un edificio que atraía al muerte? Ahora entendía que hubiese tantísimos barcos naufragados en la bahía. Sin contar que la presencia de esa luz en lo alto indicaba que debía haber alguien custodiando que esta no se apagara, aunque bien podía ser una luz mágica que no se apagaba nunca. De esa ciudad podía esperar cualquier cosa ya.

-También puede ser una luz mágica- añadió Dhelian en un susurro mientras miraba alrededor como si la presencia del faro pudiera atraer a algo mas que los barcos que ya habían naufragados en la bahía. Aunque esa ciudad le había mostrado con creces que no todo lo blanco atraía la muerte ni era símbolo de luto, era algo que tenía demasiado arraigado de su cultura y difícil de olvidar, por lo que el pensamiento de que ese faro pudiera tener un inquilino solo le hacía pensar que este debía ser inquietante como el mismo edificio. Alice mismo confirmo su pensamiento al negar la posibilidad de hablar con el posible inquilino. 

Repentinamente y apenas escasos segundos después de que la humana dijera aquellas palabras un ser desconocido cayo justo frente a ella desde lo alto del faro sobresaltando a Dhelian que se encontraba un poco por detrás de la humana. Aquel ser semejante a una persona sin vida, piel cuarteada similar a la madera y que parecía colgaba de un hilo invisible, le puso el pelo de punta a Dhelian. Todo fue muy rápido, demasiado como para procesarlo, aquel ser cayo frente a Alice, girando su cabeza de una forma tan inquietante como burlona, de su boca, o lo que parecía una, salio un sonido similar a un saludo y luego del mismo modo en el que apareció volvió a desaparecer en lo alto del faro, dejándolos con la inquietud metida en el cuerpo. Escasos segundos fueron los que duraron aquel encuentro, pero fue suficiente para que a Dhelian se le pusieran todos los pelos de punta y que se alejara a rápidamente del Faro como si de este mas de aquellas cosas fueran a saltares encima desde lo alto. Ni siquiera había podido reaccionar, ni atacar ni nada, tan solo quedaba quieto y paralizado por el susto, aunque no parecía tampoco el único. Estaba seguro que por poco y no sufrió un infarto.

-¿Que...que era eso? ¿Un muñeco?¿Una persona?- pregunto Dhelian con u hilo de voz, sonando totalmente nerviosos mientras sus manos se dirigían de inmediato ala empuñadura de sus dagas como si temiera la aparición de otra de esas cosas cayéndoles encima desde lo alto del faro-Vayámonos, ese ser...sea lo que sea...¡nos hablo! ¡giro su cabeza totalmente! -exclamo sin alzar la voz como si eso pudiera atraer de nuevo la atención de ese muñeco de madera o lo que fuera, intentando procesar todo lo que había visto en escasos segundos

—Podría serlo..—respondí a Dhelian.

No me dio tiempo a decir mucho más pues de pronto algo me hizo dar un grito, asustada. Pasó muy rápido y apenas pude reaccionar en el momento en que ocurrió, así que seguí en el sitio, congelada, cuando se fue. Ese algo era una... Especie de marioneta, o algo así pude pensar cuando la criatura se alejó tras semejante bizarra actuación.

—Qué demonios... ¿Lo habéis oído? ¿Ha dicho hola?

Confirmado que arriba vivía alguien, pues quién sino manejaría a la marioneta... <<Aunque... parecía real, osea, esos ojos eran de verdad... ¿Pero por qué saludarnos?>>

—Se... se ha ido, tranquilidad...—le dije al daeliciano sin mirarle, seguía mirando al faro—. Nos podría haber atacado y en su lugar sólo nos ha saludado y se ha ido... Joder, podría haberme matado, ¿vale?—eso lo dije un poco fuera de mí por lo que implicaba—. Pero no...

<<Puede que quiera que nos adentremos en el faro y dentro... Aunque Dhelian dijo que no podían hacernos nada los ciudadanos, ¿quién nos dice que lo que vive ahí dentro sea un ciudadano? No, si no lo fuera, para qué arriesgarse a perder la comida?>> Al final me decidí.

—Tap te dijo que los ciudadanos no podían matarnos, ¿no? Pues si yo fuera un monstruo hambriento no asustaría así a las presas, arriesgándome a que se fueran... ¿Cómo lo veis? ¿Le damos un grito a ver si es alguien pacífico?

Por un lado, estaba deseando que votaran a favor, porque ya cansaba que nos vapulease tanto la ciudad o salir corriendo a la mínima que hubiera peligro; y tenía ciertas ganas de meternos en una aventura libremente, no que algo nos atacase por girar una esquina. Por otro lado, seguía con el susto encima y la idea del faro como atracción de miedo y peligro de muerte no era muy halagüeña. También estaba el hecho de que yo les había traído aquí en vez de ir a la Bahía —la cual consideraba peligrosa— así que no iba a darme la vuelta tan pronto.

Mi respuesta a la salida es encogerme de hombros, mirar el mapa y la distancia que nos separa del faro y suspirar mentalmente. Salgo armada por la puerta y por el camino voy pensando como pedirle al ochrorio ayuda con las runas, no es que nos llevemos mal, pero igual aún me tiene un poco de rencor por ser una de sus carceleras. Cierto es que con Dhelian y Alice parece llevarse mejor, pero también ellas practican magia a diario con él, cosa que tiene que unir. Esos pensamientos terminan derivando en cómo serían las cosas si yo también tuviese ese poder tan extraño y que entiendo tan poco.

Llegamos al sitio y cómo no algo nos llueve del cielo, literalmente, pero aparte del susto que se ha llevado Alice no parece haber nada grave.

-Podríamos subir a ver quién o qué es.- digo,- si nos pasamos la vida huyendo al final nunca obtendremos respuestas sobre la ciudad y éste no parece un mal sitio para empezar.

Le doy una palmada en la espalda al daeliciano para animarlo y le sonrío para que vea que todo está bien y no hay que tener miedo. Al fin y al cabo yo estoy aquí.

Tras refrescarme la cara mientras mis compañeros se pertrechan salimos del torreón en busca de un faro en la bahía de los barcos. No es lo que habia propuesto, pero no se aleja mucho por si en algún momento decidimos bajar a echar un vistazo.

Por el camino los chicos permanecemos juntos hasta que logramos divisar el edificio que aqui se hace llamar faro. Para variar, la idea de faro para mi y la que tiene Rocavarancolia es completamente opuesta.Un imponente edificio alargado completamente blqnco corona el lugar por lo que instintivamente me trago lo que pienso de seguir acercandonos al lugar. Alice se adelanta a la par que yo voy acortando mis pasos hacuendo que el grupo avance. Un enorme bulto comienza a descender lentamente ppr pa fachada del faro pero no logro identificar que es exactamente al no ver ninguna srñal de alarma por parte de mis compañeras.

Cuando la figura cae a la altura de Alice ahogo un grito de sorpresa al no esperarlo deteniendome de golpe. De pronto el muñeco gira su cabeza pudiendo ver su horripilante rostro una frqcción de segundos para escuchar su saludo y ver como vuelve a subir mientras ríe. En la ascensión de la extrańa figura con sombrero veo el destello de una de sus cuerdas por lo que miro extrañada a lo alto del faro preguntandome donde ha podido ir a parar.

Al escuchar a los chicos hablar de subir intento dar mi visto bueno pero tras hablar Ozzchreanos simplemente me encojo de hombros y asiento. -Ya habeis oido al grandote. Vamos a ver quien puede vivir aqui dentro.-

Tras decir eso desenfundo mis dagas y comienzo a andar tras Dhelian adentrandonos en el faro

Marsi nunca había visto un faro. El edificio era imponente, y significativamente menos siniestro que los demás edificios de la ciudad. La luz de su cima giraba y giraba, y Marsi la seguía vagamente con la mirada. No había hablado mucho por el camino, estaba demasiado concentrada en estar alerta, en ver donde ponía los pies, en tener bien agarradas sus armas. Por eso no tardó en ver la figura en lo alto del faro, y en cuanto la vio moverse se detuvo, quedándose la última de la fila. Aunque no pudo ver la marioneta con todos sus detalles, dinstinguió lo suficiente para saber que era horriblemente fea, y que definitivamente daba mala espina. Incluso les saludó. Cuando sus compañeros, uno tras otro, decidieron seguir al monstruo hacia el interior del faro, Marsi quiso molerlos a collejas.

-¿Os habeis vuelto locos?- dijo incrédula. Pero la mayoría había hablado, y no le quedaría más remedio que entrar también. Se puso detrás de Alice, cerca de Ozz, con las armas preparadas.

A veces, Marsi pensaba en el grupo de Maciel y en sus propios compañeros, y se preguntaba por qué seguían tantos aún con vida.

Le costo calmarse, pero lo logro finalmente tranquilizarse mientras escuchaba a los demás y su decisión de entrar al dichosos faro. ¿en serio iban a entrar? De verdad no sabían si esa marioneta extraña era alguien de la ciudad o un monstruo raro ¿y pensaba entrar? Definitivamente que siguieran aun vivos podía considerarse un milagro. Dhelian termino suspirando, pues al menos iban a entrar con un cierto orden de seguridad, colocándose junto a Alice  preparando sus armas y las protecciones en torno a ellos. Habían salido como siempre con los hechizos puestos peor nunca estaba de mas renovarlos y mas en esas circunstancias. Aparte le había sorprendido un poco la toma de decisiones de Ozzchreanos que de la anda se había puesto a darles indicaciones como si estuvieran en el ejercito o algo, en vez de hacerlo Surasara como era normalmente "Esta adquiriendo una actitud curiosa desde que empezó a tener el cerebro presente y en funcionamiento. ¿O tal vez siempre fui así?" se pregunto no distrayéndose mientras se acercaba al faro y se adentraban con cierta desconfianza evidente sobre lo que pisaba y lo que había sobre sus cabezas. Ante las dudas saco sus dagas en guardia y recordando todos los hechizos que sabía hasta el momento.

Antes de entrar definitivamente Ozzchreanos se hizo un hechizo a si mismo, niebla mágica uno que ni Alice ni el habían podido realizar. El ochrorio aviso que no había visto a nadie, algo que no sabia si alegrarle,  pues aun podía haber trampas. Finalmente junto a Alice y tras Surasara, entraron en el faro en guardia.

Me sorprendió que casi todos votaran a favor de entrar, y casi había esperado que Marsi se negara en rotundo... Pero ya estaba decidido. Es más, sus palabras casi que me dieron más ganas de entrar. No estaba loca, había decidido esto con plenas capacidades mentales y la base de mi argumento, aunque no se hubiera entendido bien, en mi cabeza tenía sentido. Así que asentí a todo lo que dijeron y, espada y escudo por delante, entramos cuando Oz nos dio el visto bueno. Casi me dieron ganas de decirles "si nos pasa algo, permiso para castigarme como consideréis". Casi.

Sólo escaleras y una pequeña habitación en la planta baja. Allí no vimos nada, y ciertamente los hilos que habíamos visto venían de la parte superior, así que procedimos a subir. No es que le tuviera un especial gusto a las escaleras, prefería subirlas que bajarlas, por ejemplo, pero en este caso, por si acabábamos teniendo que bajarlas a todo correr, fui intentando memorizar cualquier imperfección en los escalones. Por suerte había ventanas de vez en cuando, así que la luz tampoco faltaría en caso de huida, además de encontrar un apoyo extra en los huecos de las mismas.

Pero antes de pensar en huir teníamos que llegar y establecer algún tipo de contacto, así que dejé esa idea de lado y me centré en recordar todo lo que habíamos aprendido de lucha y magia. Por si acaso. Además, como pensamiento positivo, el faro no medía ni de cerca lo que medían los de casa, pero tampoco era algo exagerado para plantearse no subir, así que era una buena oportunidad para hacer piernas.

-Bien bien,- miro al ochrorio fijamente, <<Y éste hace un mes estaba ido, y parecía tonto cuando lo compramos>>.- Sí, yo voy delante, ya he hecho esto otras veces, simplemente si os hago una señal no os mováis y listo.- digo con toda la tranquilidad del mundo. Una tranquilidad que sale de experiencias pasadas.- Además, no hay de que preocuparse, si es un habitante no puede hacernos daño, y si es una cosa yo me encargo de ella.- una sonrisa cruza mi rostro, pero es una sonrisa expectante, por un lado quiero que pase algo emocionante, y por otro no quiero que salgan heridos mis compañeros, me pregunto qué parte acabará ganando al final.

Empezamos a subir y voy atenta a todo lo que me rodea, sonidos, lo que sea. Y no hay nada raro, aparte de lo sucio que está esto, hasta que llegando arriba veo moverse una sombra y nos llegan sonidos de pasos. Hago un gesto para que se detengan y me llevo un dedo a los labios para indicar que no hagan ruido. Sigo subiendo en completo silencio pero con las dagas desenfundadas.

<<Pensándolo bien, ¿el que no nos puedan hacer daño incluye también que no nos puedan matar de miedo? Por que si lo que sea que está ahí es ciudadano y le gustan las bromas y las cosas de terror se lo debe estar pasando en grande>>.

Lo primero que me recibe al entrar en el faro es una bofetada de humedad que inunda mis pulmones haciendo que arrugue la nariz y tuerza el gesto. Despacio, notando como mis oidos intentan captar el mas minimo ruido, voy subiendo las escaleras arriba.

En silencio señalo a Dhelian lo que, hasta hace seguramente poco, habría pertenecido a algo que no se si podría echar de menos. A cada paso que damos me voy preguntando si ha sido buena idea meternos aqui dentro pero si de verdad habia alguien ahi arriba tendriamos un par de respuestas a alguna de nuestras numerosas preguntas.

Mientras avanzamos los ruidos de unos pasos acelerados nos hacen detenernos a todos de golpe sintiendo un profundo escalofrio que recorre desde mi nuca hasta la punta dr mis pies. Con los ojos abiertos al máximo miro a toda la fila y asiento llevándome la punta de la daga a la boca mandando a callar en completo silencio cuando Surásara nos lo manda.  

Con las manos casi agarrotadas por la presión con la que aprieto las dagas seguimos subiendo hasta que Ozzchreanos dice que no hay nadie en la construcción a parte de nosotros y una estatua de piedra. Mientras el ochorio habla yo miro a todos lados girando lentamente para, al llegar a su altura, hablarle en voz baja sin mucha confianza. -¿Estas seguro de eso? ¿De que no hay nadie?-

Alejandome un poco de la mole hablo en tono mas alto notando el vacio de la habitación. -¿Entonces que ha sido de la cosa que nos ha saludado? ¿Y los pasos de antes? ¿Me quereis decir que quien fuese se ha tirado del faro por no encontrarse con nosotros?- Pregunto rematando con un gallo que rompe con la firmeza y seguridad con la que habia empezado. A decir verdad se me hacía increible que alguien hiciese algo parecido.

"¿Tanto miedo tienen de no cumplir con las normas?"

Lo que se encontró allí dentro fue  en principio, suciedad y restos de comida que evidenciaban el hecho de que alguien, o alguien, vivía allí. Así como una humedad tan intensa que le hizo torcer un poco el gesto  ¿había necesidad de vivir en casi una pocilga?  Fuese quien fuese quien habitaba en el faro, no sabia el termino de "limpieza. Como fuese, el rastro de comida evidenciaba que ese criatura que se les había lanzado desde lo alto del faro era en realidad un ser vivo de algún tipo o había alguien controlando a ese extraño muñeco, o ambas cosas. No pudo evitar la expresión de disgusto ante lo que Korasihanna le señalo, pero se centro en cada paso que daban por las escaleras ante el temor de que estas saltaran con alguna trampa al pisarla pero al parecer no existía dicho peligro.

Dhelian sintió un escalofrió cuando al subir, lograron atisbar una sombra y el movimiento rápido de pasos huyendo de ellos. Fuese lo que fuese lo que había en ese faro estaba decidido a matarlos de un buen susto "Matarnos de miedo y que caigamos escaleras abajo y nos desnuquemos, ¿sera castigable?" pensó Dhelian no sin cierto nerviosismo que no dejo entrever, escuchando a Ozzchreanos mencionar que no había nada, bueno, nada...un ser bípedo de piedra, eso no era nada.

-Mientras ese ser de piedra sea realmente de piedra y no se mueva, bien- murmuro tras escuchar la voz de Korasihanna aunque sin alzar la voz demasiado  aunque las palabras de Korasihanna también me dan que pensar. Era evidente que habían oído pasos y aunque había sido muy rápido, no se habían imaginado la aparición de la marioneta, teniendo en cuenta eso ¿donde estaba el habitante del faro? Dudaba que pudiera tener tanto miedo a unos chicos como ellos-Seria extraño...hasta ahora los habitantes con los que nos hemos encontrado no han huido de nosotros exactamente -añadió recordando tanto a Tap como el lagarto aquel del anfiteatro, pacientemente siguieron subiendo las escaleras preguntándose que podría encontrarse realmente al final de estas. Tal y como Ozzchreanos había dicho, lo primero que vieron, fue aquella criatura de piedra que bien podría alcanzar el tamaño de ellos y que resultaba una imagen un poco inquietante en la soledad del Faro, ¿donde estaba el muñeco de antes? por que de el a simple vista, ni rastro-Que raro...¿donde esta ese muñeco de antes? ¿se habrá lanzado por el faro de nuevo?- pregunto mirando de reojo a aquella criatura de piedra, era piedra y la piedra no esta viva, pero ya no podía fiarse ni un poquito de la ciudad y sus rarezas.