Bahía de los Naufragios
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Rocavarancolia Rol
31 participantes
- Rocavarancolia Rol
Bahía de los Naufragios
02/08/11, 06:21 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Esta playa no es de arena, sino que está hecha de diminutos trozos de concha y cristal pulido que brillan cuando les da la luz, algo que no pasa muy a menudo, pues la playa está a la sombra de los acantilados, y solo se puede llegar a ella a través de un estrecho pasaje entre la roca. Una ingente cantidad de barcos naufragados y maderos descansan allí.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Bahía de los Naufragios
02/03/13, 11:33 pm
Alder nos estaba guiando a través de un estrecho pasaje entre la roca. Acostumbrado a los anchos pasajes de Nubla, el lugar no terminaba de agradarme. Los nublos no estábamos preparados ni para lugares estrechos ni para demasiadas multitudes, y en eso agradecía el despoblamiento de la ciudad.
El despoblamiento... El misterio de la decadencia de la ciudad seguía rondándome la cabeza. Indudablemente, hacía casi cuarenta años había sucedido algo, que probablemente tenía relación con el ejército cadáver que había en la cicatriz. «¿Acaso el reino entró en una guerra civil que acabó con el bando perdedor cerrando los vórtices por despecho?», pensé. «O quizás sea lo contrario: quizás alguien o algo cerró los vórtices y aquello originó alguna clase de crisis interna que acabase en una guerra civil». Pero todavía quedaba un misterio por resolver: ¿quién y cómo volvió a abrir los portales que unía el reino de las maravillas con otros mundos?
Pensando en estas cuestiones, recordé algo que había dicho Shizel en Maciel. «Una biblioteca... Seguro que hay libros de historia allí. Y algo tan importante como para cerrar la conexión de Rocavarancolia con sus mundos vinculados y provocar tal decadencia en la ciudad tiene que estar plasmado en alguno». Me acerqué a Shizel, preguntándole dónde estaba la biblioteca que mencionó en el Torreón.
—Oye Shizel, creo que antes mencionaste algo sobre una biblioteca. ¿Dónde está exactamente?
No obstante, antes de escuchar la respuesta, Alder nos llevó a la salida del pasaje. Me quedé maravillado ante la vista de la playa. Aquello no era arena: eran trozos de conchas y de cristal. La boca se me quedó reseca ante la maravilla que se extendía delante de mí. Si en el pasado Rocavarancolia se había parecido aunque fuera lejanamente a esta vista, desde luego, se merecía el apodo de "ciudad de los portentos".
El despoblamiento... El misterio de la decadencia de la ciudad seguía rondándome la cabeza. Indudablemente, hacía casi cuarenta años había sucedido algo, que probablemente tenía relación con el ejército cadáver que había en la cicatriz. «¿Acaso el reino entró en una guerra civil que acabó con el bando perdedor cerrando los vórtices por despecho?», pensé. «O quizás sea lo contrario: quizás alguien o algo cerró los vórtices y aquello originó alguna clase de crisis interna que acabase en una guerra civil». Pero todavía quedaba un misterio por resolver: ¿quién y cómo volvió a abrir los portales que unía el reino de las maravillas con otros mundos?
Pensando en estas cuestiones, recordé algo que había dicho Shizel en Maciel. «Una biblioteca... Seguro que hay libros de historia allí. Y algo tan importante como para cerrar la conexión de Rocavarancolia con sus mundos vinculados y provocar tal decadencia en la ciudad tiene que estar plasmado en alguno». Me acerqué a Shizel, preguntándole dónde estaba la biblioteca que mencionó en el Torreón.
—Oye Shizel, creo que antes mencionaste algo sobre una biblioteca. ¿Dónde está exactamente?
No obstante, antes de escuchar la respuesta, Alder nos llevó a la salida del pasaje. Me quedé maravillado ante la vista de la playa. Aquello no era arena: eran trozos de conchas y de cristal. La boca se me quedó reseca ante la maravilla que se extendía delante de mí. Si en el pasado Rocavarancolia se había parecido aunque fuera lejanamente a esta vista, desde luego, se merecía el apodo de "ciudad de los portentos".
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Bahía de los Naufragios
03/03/13, 01:45 pm
Pasar de encontrarse rodeado de edificios y a pleno aire libre, a encontrarse en un estrecho pasaje, fue un evidente cambio para DL, mas acostumbrado a dichos espacios estrechos que a otra cosa, siguiendo a Alder atento de donde pisaba.
-Este sitio parece el lugar perfecto para una emboscada- comento DL observando las paredes que lo rodeaban, no sintiéndose demasiado agobiado en realidad, notando luz colándose desde mas adelante. Cuando unos segundos después, consiguió por fin divisar el exterior de aquel especie de túnel en la roca se quedo paralizado en el lugar sin ser capaz de salir con los ojos muy abiertos del espanto. Ante sus ojos se veía un amplio paisaje perdiéndose en el horizonte, aquella masa de lo que parecía ser agua que se fundía con el cielo en donde la vista no alcanzaba, produciendole un vértigo impresionante, anclándose en el interior del pasaje sin ser capaz de salir. Una cosa era bueno, estar rodeado de edificios que daban cierta tranquilidad en un espacio abierto pues de alguna forma mientras no mirase hacia arriba le recordaba a su mundo, otra cosa...era no ver nada y solo estar rodeado de....ese maldito cielo y ese "mar" hasta donde la vista alcanzaba.
-¿¡Pero que demonios es esto!?- exclamo sorprendido y sintiendo un peso en el estomago y en sus pies que parecían no querer moverse, asustado y nervioso sin poder evitarlo en lo mas mínimo no esperándose encontrarse algo así cuando Alder hablo el día anterior sobre el "mar", sin moverse de la entrada del túnel que le parecía ahora el único lugar seguro de ese maldito sitio. Se había hecho a la idea de tener un cielo sobre su cabeza, pero eso...era muy diferente a lo que sus ojos veían ahora, ahí no había nada donde anclarse, mas allá de aquellos trozos de madera flotantes destruidos no había nada, era como un profundo horizonte que parecía querer tragárselos y eso le inquietaba- ¡Estáis todos locos, aquí no hay nada¡, que tiene de impresionante este....paisaje infinito - exclamo aunque sin alzar mucho el tono, en algún lugar de su mente no podía obviar el hecho de que estaban en zona desconocida, donde podía aparecer cualquier cosa para intentar comérselos como parte del almuerzo.
-¿De verdad podéis ser capaces de estar en un lugar tan poco tranquilizador que tiene....lo que sea que sea eso que flota, destruidos? -pregunto un poco incrédulo de ver que sus compañeros parecían en cierta forma tranquilos ante la visión, el por el momento no tomaba confianza alguna de salir de su pasaje, tenia la impresión que algo parecería de esa enorme cantidad de agua y se los tragaría, para luego esculpirlos a trozos, como había pasado con los cacharros flotantes. Y ademas eso....¿piedras brillantes? ¿Porque demonios había piedras brillantes por suelo?, ese sitio empezaba a ponerle la piel de gallina por segundos, mas que cualquier otra cosa que hubiera visto hasta ahora en aquella ciudad. Miraba con desconfianza a su alrededor quedándose en la entrada del pasaje sin salir, agobiado por aquello, en absoluto silencio mientras intentaba procesar en su mente la peligrosidad de ese sitio.
-Este sitio parece el lugar perfecto para una emboscada- comento DL observando las paredes que lo rodeaban, no sintiéndose demasiado agobiado en realidad, notando luz colándose desde mas adelante. Cuando unos segundos después, consiguió por fin divisar el exterior de aquel especie de túnel en la roca se quedo paralizado en el lugar sin ser capaz de salir con los ojos muy abiertos del espanto. Ante sus ojos se veía un amplio paisaje perdiéndose en el horizonte, aquella masa de lo que parecía ser agua que se fundía con el cielo en donde la vista no alcanzaba, produciendole un vértigo impresionante, anclándose en el interior del pasaje sin ser capaz de salir. Una cosa era bueno, estar rodeado de edificios que daban cierta tranquilidad en un espacio abierto pues de alguna forma mientras no mirase hacia arriba le recordaba a su mundo, otra cosa...era no ver nada y solo estar rodeado de....ese maldito cielo y ese "mar" hasta donde la vista alcanzaba.
-¿¡Pero que demonios es esto!?- exclamo sorprendido y sintiendo un peso en el estomago y en sus pies que parecían no querer moverse, asustado y nervioso sin poder evitarlo en lo mas mínimo no esperándose encontrarse algo así cuando Alder hablo el día anterior sobre el "mar", sin moverse de la entrada del túnel que le parecía ahora el único lugar seguro de ese maldito sitio. Se había hecho a la idea de tener un cielo sobre su cabeza, pero eso...era muy diferente a lo que sus ojos veían ahora, ahí no había nada donde anclarse, mas allá de aquellos trozos de madera flotantes destruidos no había nada, era como un profundo horizonte que parecía querer tragárselos y eso le inquietaba- ¡Estáis todos locos, aquí no hay nada¡, que tiene de impresionante este....paisaje infinito - exclamo aunque sin alzar mucho el tono, en algún lugar de su mente no podía obviar el hecho de que estaban en zona desconocida, donde podía aparecer cualquier cosa para intentar comérselos como parte del almuerzo.
-¿De verdad podéis ser capaces de estar en un lugar tan poco tranquilizador que tiene....lo que sea que sea eso que flota, destruidos? -pregunto un poco incrédulo de ver que sus compañeros parecían en cierta forma tranquilos ante la visión, el por el momento no tomaba confianza alguna de salir de su pasaje, tenia la impresión que algo parecería de esa enorme cantidad de agua y se los tragaría, para luego esculpirlos a trozos, como había pasado con los cacharros flotantes. Y ademas eso....¿piedras brillantes? ¿Porque demonios había piedras brillantes por suelo?, ese sitio empezaba a ponerle la piel de gallina por segundos, mas que cualquier otra cosa que hubiera visto hasta ahora en aquella ciudad. Miraba con desconfianza a su alrededor quedándose en la entrada del pasaje sin salir, agobiado por aquello, en absoluto silencio mientras intentaba procesar en su mente la peligrosidad de ese sitio.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Bahía de los Naufragios
06/03/13, 05:40 pm
RR habría corroborado de forma ocurrente, con el humor sarcástico que le era propio, para expresar el evidente descontento que sentía ante el paisaje que se abría ante ellos. Pero estaba demasiado ocupado agarrándose a una piedra con todas sus extremidades en una potente pinza, cerrando los ojos tan fuerte como podía y dándole la espalda al accidente geográfico en cuestión.
-Si pensáis que voy a ir ahí fuera estáis más zumbados de lo que pensaba. Y os advierto que ponéis el listón muy alto.- comentó con la voz aguda de aquel que se ve al borde de un ataque de nervios y un colapso mental que podría desembocar en un desmayo o en un tiroteo.
Había pasado semanas soportando aquella agobiante falta de techumbre sobre su cabeza. El patio del torreón le ponía los pelos de punta, e incluso los callejones, con sus tranquilizadoras estrecheces, le habían reportado ya un susto desagradable desde arriba. La cicatriz del mordisco de aquel maldito lagarto en su torso y espalda le recordaban todos los días que, aunque solía estar jodido por los cuatro costados, los peores males siempre acudían a ensanchar un poco más su ano desde arriba. A duras penas aguantaba la cicatriz, y prefería acudir a ella el tiempo justo para tomar los recursos que necesitara. Pero aquella locura era directamente inaceptable.
En F.O.N.E.R.A había visto algunos lagos subterráneos de dimensiones más que considerables un par de veces, cierto. Pero no dejaban de ser eso: Subterráneos, provistos de un muy tranquilizador techo y aguas tranquilas, sólo perturbadas por algún que otro ser aberrante y hambriento. Y a decir verdad, ahora tenía el ánimo más adecuado para lidiar con un bicho de esos que con aquella cosa infinita que se abría ante ellos, con sus aguas bravías y lo que suponía que eran embarcaciones prehistóricas aplastadas sin piedad contra unas fauces de piedra que parecían rugir a la gran laguna infinita. Y era eso lo que más lo perturbaba, el infinito. Los foners de castas más altas normalmente habían visto o habían vivido en niveles desde dónde se contemplaba la cúpula: aquel constructo arquitectónico de proporciones colosales que, ahora que sabía de qué los separaba, apreciaba con amor y respeto hondos como los túneles. Pero él había visto las alcantarillas y los niveles bajos que, aun teniendo diámetros intimidatorios y longitudes impresionantes, no podían compararse con aquel húmedo infierno sin fin en ninguna dirección. RR se sentía , con una intensidad mayor a la habitual, pequeño, insignificante; y asustado.
-Si pensáis que voy a ir ahí fuera estáis más zumbados de lo que pensaba. Y os advierto que ponéis el listón muy alto.- comentó con la voz aguda de aquel que se ve al borde de un ataque de nervios y un colapso mental que podría desembocar en un desmayo o en un tiroteo.
Había pasado semanas soportando aquella agobiante falta de techumbre sobre su cabeza. El patio del torreón le ponía los pelos de punta, e incluso los callejones, con sus tranquilizadoras estrecheces, le habían reportado ya un susto desagradable desde arriba. La cicatriz del mordisco de aquel maldito lagarto en su torso y espalda le recordaban todos los días que, aunque solía estar jodido por los cuatro costados, los peores males siempre acudían a ensanchar un poco más su ano desde arriba. A duras penas aguantaba la cicatriz, y prefería acudir a ella el tiempo justo para tomar los recursos que necesitara. Pero aquella locura era directamente inaceptable.
En F.O.N.E.R.A había visto algunos lagos subterráneos de dimensiones más que considerables un par de veces, cierto. Pero no dejaban de ser eso: Subterráneos, provistos de un muy tranquilizador techo y aguas tranquilas, sólo perturbadas por algún que otro ser aberrante y hambriento. Y a decir verdad, ahora tenía el ánimo más adecuado para lidiar con un bicho de esos que con aquella cosa infinita que se abría ante ellos, con sus aguas bravías y lo que suponía que eran embarcaciones prehistóricas aplastadas sin piedad contra unas fauces de piedra que parecían rugir a la gran laguna infinita. Y era eso lo que más lo perturbaba, el infinito. Los foners de castas más altas normalmente habían visto o habían vivido en niveles desde dónde se contemplaba la cúpula: aquel constructo arquitectónico de proporciones colosales que, ahora que sabía de qué los separaba, apreciaba con amor y respeto hondos como los túneles. Pero él había visto las alcantarillas y los niveles bajos que, aun teniendo diámetros intimidatorios y longitudes impresionantes, no podían compararse con aquel húmedo infierno sin fin en ninguna dirección. RR se sentía , con una intensidad mayor a la habitual, pequeño, insignificante; y asustado.
- Naeryan
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Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Bahía de los Naufragios
07/03/13, 12:53 am
Shizel notaba las ráfagas de aire húmedo en contacto con su piel a medida que se acercaban a la bahía, y cada vez estaba más impaciente por llegar a su origen. No era la misma brisa de lago propia de su ciudad, el aire era más salino y cargado, pero no dejaba de ser la familiar atmósfera húmeda cercana a una fuente de agua. Entre la marabunta de cambios más urgentes que había entrañado Rocavarancolia, apenas había sido consciente hasta ahora de que en aquel mundo incluso el aire que respiraba le era extraño.
Sin embargo se le cayó el alma a los pies en cuanto vio el estrecho pasaje que daba acceso a la bahía. De inmediato su cuerpo procesó una respuesta tajantemente negativa y el idrino frenó en seco. La sola idea de internarse en aquel agujero le pareció de repente una tarea colosal.
Shizel se había convencido a sí mismo con los años de que la claustrofobia sólo había sido una niñería pasajera, pero ahora dicha firmeza flaqueaba alarmantemente. Escaneó los alrededores frenéticamente en busca de otro acceso al interior que no fuese un jodido túnel cerrado, dejando que todos los demás pasasen por delante de él para hacer tiempo. No obstante sus súplicas silenciosas no tuvieron respuesta y el idrino vaciló unos momentos, ahora solo al otro lado y clavado en el sitio, sintiéndose incapaz de dar un paso más.
Sobresaltado se dio cuenta de que le estaba pasando eso, y en presencia de un grupo entero de gente. El inmediato pánico a que se dieran cuenta fue tan intenso que sobrepasó el irracional.
"No. Ni hablar", pensó apretando los dientes con tozudez. Era cosa sabida en Idris: las fobias eran una fantasmada, un cuento que la gente sin autocontrol se inventaba para defenderse o llamar la atención, o en el peor de los casos una tara mental. Más le valía a Shizel que no fuese así: sus padres y el resto del mundo ya se lo habían dejado claro en su momento.
Cerró los puños con tanta fuerza que se hizo daño. "No soy un maldito enfermo."
Sin darse tiempo a pensar en lo que estaba haciendo se adentró a paso fuerte en el interior del túnel en pos de los otros.
Apenas avanzó un par de metros hacia el interior el deseo de volver le asaltó inmediatamente. A su mente volvió con la fuerza de una bola de demolición la asfixiante sensación, que creía relegada a un rincón olvidado de su mente, de que cualquier espacio en el que pudiera tocar las dos paredes a la vez con las manos estaba mal. Empezó a respirar más rápido e incluso la visión de la luz al otro lado apenas ayudó a mitigar la repentina sensación de sudor frío. Oyó de lejos la pregunta de Branniel pero hizo caso omiso, concentrándose en apartar de su mente pensamientos morbosos sobre qué pasaría si de repente y contra toda lógica aquello se derrumbaba, dejándole encerrado. El comentario de DL no contribuyó en absoluto a mejorarlo y el idrino probablemente habría acabado espetándole de malos modos que se callara de no tener la boca demasiado seca.
Al otro lado del túnel le llegaban el sonido del mar y las vaharadas de aire fresco, y Shizel se aferró a aquello como una tabla salvadora. Volvió a acelerar inconscientemente el paso y acabó abriéndose paso sin miramientos entre los pocos que aún bloqueaban la salida.
Los quince o veinte metros a través de los que se extendía aquel túnel a través del acantilado le parecieron interminables. Cuando llegó al otro lado la sensación de alivio fue tan abrumadora que apartó temporalmente de su mente el puñetazo psicológico que acababa de sufrir.
Por una vez ni siquiera se le ocurrió reparar en lo ruinoso de los barcos, en los restos que ensuciaban el agua o cualquier aspecto desagradable de aquel lugar en general. Cerró los ojos y respiró lo más profundamente que pudo, llenándose los pulmones con el aire húmedo y liberando al exhalar toda la tensión que llevaba acumulando sin saberlo hasta ese momento. Por primera vez casi un mes, se sentía en casa.
-No muy lejos de aquí- contestó finalmente a Branniel, embargado de aquella nueva calma nostálgica-. Ahora es un poco tarde, pero pensaba ir mañana durante unas cuantas horas... Si quieres apuntarte, adelante.
Algo un poco más atrás le distrajo: concretamente las protestas de DL y RR, cada uno en su particular grado de pánico.
"No puede ser..." Era el maldito mar, lo único medianamente familiar o bonito de ver en aquel estercolero de ciudad, ¿y ahora resultaba que no les gustaba?
No obstante, no necesitó más que abrir los ojos y echar un vistazo a la escena para recordar de repente el pánico del primer día de cosecha. Si habían reaccionado así ante la mera vista de cielo abierto, aquello debía provocarles aquel miedo irracional multiplicado por diez.
"No soy el único tocado de ahí arriba entre los presentes...", pensó con cierta tristeza.
-Es como un estanque, pero más grande, eso es todo- le explicó pacientemente a DL. Prefirió no hacer menciones a su extensión verdadera: no haría más que empeorar las cosas-. Lo que flota son barcos viejos, servían para desplazarse de una orilla a otra. Aunque éstos son una ruina, van a vela...- añadió. El hecho de tener que explicar justamente algo que daba tan por sentado en su vida anterior sólo añadía más surrealismo al asunto. Alzó la vista hacia el faro-. Y descuida, no los hundió ningún monstruo, si eso estabas pensando. Los barcos suelen estrellarse en sitios así, es lo que tiene que haya un faro justo encima de un maldito promontorio de rocas- se le coló cierta frustración en la voz. ¿De qué honda sima de la estupidez humana había salido el arquitecto que había dado aprobación a aquello?
Distinguió la voz semihistérica de RR en alguna parte y tras localizarlo decidió que aquello era prioritario; DL parecía llevarlo visiblemente mejor. O quizá no, pero al menos no amenazaba con hacerse una madriguera entre las rocas.
Antes de que su mente pudiese registrar la cansina reacción aprendida de vergüenza ajena frente a un acto irracional, a ella acudió de inmediato la indefensión que había sentido apenas unos minutos atrás, por algo que creía haber tenido superado hacía años.
Quizá fue eso lo que le hizo rodear la roca a la que se agarraba el foner con todas sus fuerzas, y agacharse hasta quedar a su altura. Con el dedo dio par de toquecitos a la frente de RR, con delicadeza, para que se enterase de que estaba allí.
-Cerrar los ojos no ayuda- dijo en voz baja. Demasiado bien lo sabía-. Sólo para que te lo imagines peor de lo que es.
Miró atrás para asegurarse de que nadie les escuchaba. Sufrir un ataque de pánico en público sería una pesadilla para él, y quería sacar de esa al foner cuanto antes. Además de que no había gastado horas de su vida y parte de su magia en aquella escopeta para que ahora su propietario entrara en coma por el trauma de ver un charco grande.
-Todos los sitios de esta ciudad son igual de peligrosos- añadió con calma. No valía la pena andarse con eufemismos, y estaba seguro de que el foner no era el tipo de persona que los apreciaba-, y estarás de acuerdo en que en un sitio peligroso lo peor que puedes hacer es darle la espalda. El mar no va a salirse de su sitio y atacarte- añadió en tono tranquilizador-. Es agua, sólo agua, y se acaba en alguna parte. Ni siquiera tienes que mirarla, puedes caminar mirando al acantilado...
Era curioso, y a la vez bastante inquietante, ver a RR tan vulnerable. Shizel esperaba que su intento hubiese servido de algo y que el problema del foner fuese menos irracional que el suyo propio.
Sin embargo se le cayó el alma a los pies en cuanto vio el estrecho pasaje que daba acceso a la bahía. De inmediato su cuerpo procesó una respuesta tajantemente negativa y el idrino frenó en seco. La sola idea de internarse en aquel agujero le pareció de repente una tarea colosal.
Shizel se había convencido a sí mismo con los años de que la claustrofobia sólo había sido una niñería pasajera, pero ahora dicha firmeza flaqueaba alarmantemente. Escaneó los alrededores frenéticamente en busca de otro acceso al interior que no fuese un jodido túnel cerrado, dejando que todos los demás pasasen por delante de él para hacer tiempo. No obstante sus súplicas silenciosas no tuvieron respuesta y el idrino vaciló unos momentos, ahora solo al otro lado y clavado en el sitio, sintiéndose incapaz de dar un paso más.
Sobresaltado se dio cuenta de que le estaba pasando eso, y en presencia de un grupo entero de gente. El inmediato pánico a que se dieran cuenta fue tan intenso que sobrepasó el irracional.
"No. Ni hablar", pensó apretando los dientes con tozudez. Era cosa sabida en Idris: las fobias eran una fantasmada, un cuento que la gente sin autocontrol se inventaba para defenderse o llamar la atención, o en el peor de los casos una tara mental. Más le valía a Shizel que no fuese así: sus padres y el resto del mundo ya se lo habían dejado claro en su momento.
Cerró los puños con tanta fuerza que se hizo daño. "No soy un maldito enfermo."
Sin darse tiempo a pensar en lo que estaba haciendo se adentró a paso fuerte en el interior del túnel en pos de los otros.
Apenas avanzó un par de metros hacia el interior el deseo de volver le asaltó inmediatamente. A su mente volvió con la fuerza de una bola de demolición la asfixiante sensación, que creía relegada a un rincón olvidado de su mente, de que cualquier espacio en el que pudiera tocar las dos paredes a la vez con las manos estaba mal. Empezó a respirar más rápido e incluso la visión de la luz al otro lado apenas ayudó a mitigar la repentina sensación de sudor frío. Oyó de lejos la pregunta de Branniel pero hizo caso omiso, concentrándose en apartar de su mente pensamientos morbosos sobre qué pasaría si de repente y contra toda lógica aquello se derrumbaba, dejándole encerrado. El comentario de DL no contribuyó en absoluto a mejorarlo y el idrino probablemente habría acabado espetándole de malos modos que se callara de no tener la boca demasiado seca.
Al otro lado del túnel le llegaban el sonido del mar y las vaharadas de aire fresco, y Shizel se aferró a aquello como una tabla salvadora. Volvió a acelerar inconscientemente el paso y acabó abriéndose paso sin miramientos entre los pocos que aún bloqueaban la salida.
Los quince o veinte metros a través de los que se extendía aquel túnel a través del acantilado le parecieron interminables. Cuando llegó al otro lado la sensación de alivio fue tan abrumadora que apartó temporalmente de su mente el puñetazo psicológico que acababa de sufrir.
Por una vez ni siquiera se le ocurrió reparar en lo ruinoso de los barcos, en los restos que ensuciaban el agua o cualquier aspecto desagradable de aquel lugar en general. Cerró los ojos y respiró lo más profundamente que pudo, llenándose los pulmones con el aire húmedo y liberando al exhalar toda la tensión que llevaba acumulando sin saberlo hasta ese momento. Por primera vez casi un mes, se sentía en casa.
-No muy lejos de aquí- contestó finalmente a Branniel, embargado de aquella nueva calma nostálgica-. Ahora es un poco tarde, pero pensaba ir mañana durante unas cuantas horas... Si quieres apuntarte, adelante.
Algo un poco más atrás le distrajo: concretamente las protestas de DL y RR, cada uno en su particular grado de pánico.
"No puede ser..." Era el maldito mar, lo único medianamente familiar o bonito de ver en aquel estercolero de ciudad, ¿y ahora resultaba que no les gustaba?
No obstante, no necesitó más que abrir los ojos y echar un vistazo a la escena para recordar de repente el pánico del primer día de cosecha. Si habían reaccionado así ante la mera vista de cielo abierto, aquello debía provocarles aquel miedo irracional multiplicado por diez.
"No soy el único tocado de ahí arriba entre los presentes...", pensó con cierta tristeza.
-Es como un estanque, pero más grande, eso es todo- le explicó pacientemente a DL. Prefirió no hacer menciones a su extensión verdadera: no haría más que empeorar las cosas-. Lo que flota son barcos viejos, servían para desplazarse de una orilla a otra. Aunque éstos son una ruina, van a vela...- añadió. El hecho de tener que explicar justamente algo que daba tan por sentado en su vida anterior sólo añadía más surrealismo al asunto. Alzó la vista hacia el faro-. Y descuida, no los hundió ningún monstruo, si eso estabas pensando. Los barcos suelen estrellarse en sitios así, es lo que tiene que haya un faro justo encima de un maldito promontorio de rocas- se le coló cierta frustración en la voz. ¿De qué honda sima de la estupidez humana había salido el arquitecto que había dado aprobación a aquello?
Distinguió la voz semihistérica de RR en alguna parte y tras localizarlo decidió que aquello era prioritario; DL parecía llevarlo visiblemente mejor. O quizá no, pero al menos no amenazaba con hacerse una madriguera entre las rocas.
Antes de que su mente pudiese registrar la cansina reacción aprendida de vergüenza ajena frente a un acto irracional, a ella acudió de inmediato la indefensión que había sentido apenas unos minutos atrás, por algo que creía haber tenido superado hacía años.
Quizá fue eso lo que le hizo rodear la roca a la que se agarraba el foner con todas sus fuerzas, y agacharse hasta quedar a su altura. Con el dedo dio par de toquecitos a la frente de RR, con delicadeza, para que se enterase de que estaba allí.
-Cerrar los ojos no ayuda- dijo en voz baja. Demasiado bien lo sabía-. Sólo para que te lo imagines peor de lo que es.
Miró atrás para asegurarse de que nadie les escuchaba. Sufrir un ataque de pánico en público sería una pesadilla para él, y quería sacar de esa al foner cuanto antes. Además de que no había gastado horas de su vida y parte de su magia en aquella escopeta para que ahora su propietario entrara en coma por el trauma de ver un charco grande.
-Todos los sitios de esta ciudad son igual de peligrosos- añadió con calma. No valía la pena andarse con eufemismos, y estaba seguro de que el foner no era el tipo de persona que los apreciaba-, y estarás de acuerdo en que en un sitio peligroso lo peor que puedes hacer es darle la espalda. El mar no va a salirse de su sitio y atacarte- añadió en tono tranquilizador-. Es agua, sólo agua, y se acaba en alguna parte. Ni siquiera tienes que mirarla, puedes caminar mirando al acantilado...
Era curioso, y a la vez bastante inquietante, ver a RR tan vulnerable. Shizel esperaba que su intento hubiese servido de algo y que el problema del foner fuese menos irracional que el suyo propio.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Bahía de los Naufragios
07/03/13, 04:34 pm
Sonreí cuando conseguí que mi mente dejase de estar tan maravillada como para dejar entrar aire a mis pulmones. Aquel lugar era hermoso, y esperaba poder encontrar algún grabado en la biblioteca que mostrase a Rocavarancolia en sus años de esplendor: estaba seguro de que la visión de la ciudad sería tan magnífica como la que tenía ante nuestros ojos. Casi ni escuché la respuesta de Shizel a mi pregunta.
—Sí, creo que me uniré mañana —le dije, esperando poder encontrar lo que buscaba allí—. Quiero ver si encuentro un libro que explique la decadencia de la ciudad, y—
Sin embargo, en ese momento me di cuenta que Shizel no estaba conmigo. Me giré y vi una escena que me dejó a cuadros.
DL estaba gritando nuestra locura a los cuatro vientos, aterrado por los barcos y extrañado por que nos gustase el "paisaje infinito", como él decía.
—¿En serio no te gusta el mar? —mi pregunta venía con auténtica sorpresa, mezclada con cierta gracia, no podía evitarlo al ver al chico tan aterrado—. ¡Pero si es hermoso! Venga, el agua parece bastante limpia, y los trozos de conchas y cristal hacen que el suelo sea toda una maravilla.
No obstante, justamente entonces vi qué estaba haciendo Shizel. No pude evitar contener una corta risa ante la imnagen de RR, que parecía tan seguro en el torreón, agarrado en las rocas de tal manera que parecía querer hacerse uno con ellas. Me giré para que nadie viese la sonrisa que tenía, dudaba que si RR se enterase se lo tomase bien una vez saliésemos de allí. Y dudaba más todavía que le gustase a Shizel, que ni siquiera tenía los problemas de los foners.
—Bueno, ¿cojemos lo que RR necesita? Cuanto más rápido lo hagamos, antes nos iremos —pesperaba que eso ayudase a los foners a superar su momentánea parálisis, aunque tampoco es que yo tuviese muchas ganas de dejar de contemplar el paisaje—.
—Sí, creo que me uniré mañana —le dije, esperando poder encontrar lo que buscaba allí—. Quiero ver si encuentro un libro que explique la decadencia de la ciudad, y—
Sin embargo, en ese momento me di cuenta que Shizel no estaba conmigo. Me giré y vi una escena que me dejó a cuadros.
DL estaba gritando nuestra locura a los cuatro vientos, aterrado por los barcos y extrañado por que nos gustase el "paisaje infinito", como él decía.
—¿En serio no te gusta el mar? —mi pregunta venía con auténtica sorpresa, mezclada con cierta gracia, no podía evitarlo al ver al chico tan aterrado—. ¡Pero si es hermoso! Venga, el agua parece bastante limpia, y los trozos de conchas y cristal hacen que el suelo sea toda una maravilla.
No obstante, justamente entonces vi qué estaba haciendo Shizel. No pude evitar contener una corta risa ante la imnagen de RR, que parecía tan seguro en el torreón, agarrado en las rocas de tal manera que parecía querer hacerse uno con ellas. Me giré para que nadie viese la sonrisa que tenía, dudaba que si RR se enterase se lo tomase bien una vez saliésemos de allí. Y dudaba más todavía que le gustase a Shizel, que ni siquiera tenía los problemas de los foners.
—Bueno, ¿cojemos lo que RR necesita? Cuanto más rápido lo hagamos, antes nos iremos —pesperaba que eso ayudase a los foners a superar su momentánea parálisis, aunque tampoco es que yo tuviese muchas ganas de dejar de contemplar el paisaje—.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Bahía de los Naufragios
12/03/13, 09:35 pm
Karime se mantuvo un rato en su posición esperando a que la diosa felina reaccionara, pero esta no lo hizo como ella esperaba. “¿pero qué… ?” pensó confundida, lo que posiblemente fue la causa de que, ante los comentarios del foner, no le pusiera la espada en el cuello exigiendo respeto. La libense se levantó desconcertada ante la reacción de la varmana. Sabía que todos los mundos tenían costumbres y religiones diferentes, pero Marina venía del mundo de los dioses y para Ka lo más lógico es que estuviera al tanto de ello. De forma forzada, expresó lo honrada que se sentiría si Marina le permitiera enseñarle a usar el arco, sintiéndose aun más confusa si aquello era posible. No entendía cómo podía ser que una diosa libense no supiera usar el arco, casi no entendía ni para qué lo necesitaba.
Rápidamente desapareció del salón hacia la cocina, donde se dispuso a afilar sus armas con una piedra que comúnmente utilizaba para ello. No le importaba en lo más mínimo lo que se estaba discutiendo en ese momento, ni siquiera el hecho de que, si hubiera hecho el mínimo caso, se hubiera enterado de la razón por la les habían traído ahí, pero ¿a quién le importaba eso? Ella solo quería vivir su aventura y había conocido a nada menos que una diosa, aunque esta no fuera como ella esperaba. “¿Será de verdad una diosa?” se preguntó para después, rápidamente, sacudir enérgicamente la cabeza intentando que ese pensamiento desapareciera. Siempre había creído que las diosas eran mujeres con rasgos felinos, si caía esa creencia caerían las demás, incluida la deidad de los andróginos, lo que le haría torturarse más por haber dejado que vendieran a su hermano. No podía permitirlo.
Ensimismada en sus pensamientos, apenas se dio cuenta de la voz que resonaba en toda la ciudad hasta que una palabra llamó su atención “Libo”. Según el ser que hablaba, se habían aliado su mundo y Rocavarancolia. La libense no sabía muy bien como tomarse esa noticia, pero un intento inconsciente de restablecer una armonía en su mente, desbarajustada tras la aparición de la varmana, hizo que viera el pregón como una señal de que Marina era en realidad una diosa y la alianza libense-rocavarancolesa era una manera de que los libenses pudieran conocer a las diosas que de alguna manera los rocavarancoleses conseguían traer. No había otra explicación.
Tras comer algo ligero, se unió a la partida que salía en dirección al mar. La verdad, aunque sabía lo que era, nunca había estado ante uno y tenía curiosidad por saber si era como se lo imaginaba. Pero, sobre todo, tenía que despejarse y no conocía nada mejor para ello que salir a fuera a exponerse a cualquier criatura que quisiera comérsela. Eso era lo que le hacía sentir bien.
A medida que se iba alejando del torreón, los cambios que experimentaba iban aumentando y eran más que palpables: volvía a ser ella misma. Se había puesto rápidamente a la cabeza del grupo, no tanto por su afán de heroína protectora del grupo y por querer hablar con Alder, como por no querer darse cuenta de si Marina decidía finalmente seguirles. Por el momento, quería disfrutar de su salida y de sus compañeros y amigos sin tener que preocuparse por agradar a la diosa. Durante todo el camino no dejó de bromear con Alder y dedicarles a sus compañeros sus típicos comentarios, ignorando y evitando cualquier alusión a Marina y a su comportamiento anterior. En su interior, le parecía estúpido e, incluso, le dolía no poder hablar con orgullo de conocer a una diosa, pero sabía a la perfección que por el bien de su salud mental lo mejor sería apartarlo de momento.
Se encontraba bromeando sobre las palabras de DL cuando vió el mar. Unos ojos abiertos como platos y una amplia sonrisa eran lo único que se veía en la cara de la libense. La gran masa de agua que se extendía ante ella era más de lo que nunca hubiera imaginado.
- Es precioso.- fue lo único que atinó a decir la morena antes de sonreir pícaramente y coger carrerilla para saltar al agua.
Ya casi sentía el agua salpicando su cara cuando una mano agarró su camiseta. La libense, sin mirar a la persona que había evitado que se tirara al agua y frunciendo el ceño e hinchando los mofletes como una niña pequeña, siguió corriendo hacia él, aunque sin avanzar por culpa de la persona que tiraba de ella, empecinada en probar el agua salada. En ese momento, era la viva imagen de la cabezonería y la infantilidad, viéndose recalcado por la siguiente reacción de la chica, que, enfadada porque no le dejaban tirarse al agua, cruzó los brazos y las piernas y se sentó en el suelo hinchando más los mofletes.
- Saren niño malo.- fue lo único que salió de su boca al ver quién le había impedido que disfrutara del mar.
Mientras oía como Saren le explicaba lo peligroso que parecía el mar, Karime observó la escena que se sucedía cerca de la entrada que habían tomado para llegar ahí. La libense recordaba la descripción que los foners le habían hecho de su mundo y entendía su miedo a los espacios abiertos o, por lo menos, intentaba entenderlo, pero lo que no le gustó fue la risa en la cara de Branniel. “¿Pero que se ha creído este? ¡La única que se ríe del pelirrojo soy yo! Y solo permito que otra persona lo haga cuando el sarcasmo es elaborado.” Pensó enfadada.
- ¡Ey, tú, proyecto de Wintel , ven aquí!- le dijo mientras se levantaba del suelo y se sacudía la arena de encima.- Explícame, y espero que seas convincente, quién te ha dado derecho para reírte de los miedos de los demás, porque me estás tentando a usarte de diana.- preguntó con sus espadas en las manos y su cara amenazadora, la cual se hubiera visto incluso temible si hubiera contado con su maquillaje. Algo en ese chico no le gustaba.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Bahía de los Naufragios
12/03/13, 10:51 pm
Alder se había bañado y vestido apresuradamente para salir. Les guió de buena gana a la playa, aunque cogió un camino largo por error. Hablar con K la distraía. Sobre todo, resultaba muy agradable hablar como si fuesen viejas amigas.
Se rió ante los comentarios de los demás cuando lo vieron.
- El primer pregón dijo que en mi mundo tambien tenemos uno.- dijo muy orgullosa.- Y Saren. ya me he bañado más de una vez aquí. Solo hay que prestar atención a quedarse en la orilla y a que la marea este alta, porque a veces aparecen "sirenas" con la baja y esas no parecen amigables. En cualquier caso, a penas esta subiendo ahora. Asi que nos podemos quedar fuera.
No quiso intervenir en los miedos de RR o DL. Era tentar al destino abrir la boca delante del foner pelirrojo (dados los antecedentes). Pasó el rato recogiendo conchas y piedras brillantes, y luego comenzó a hacer un mosaico sobre la arena para entretenerse. El resultado era tosco e infantil, pero ella quedó bastante satisfecha.
Se rió ante los comentarios de los demás cuando lo vieron.
- El primer pregón dijo que en mi mundo tambien tenemos uno.- dijo muy orgullosa.- Y Saren. ya me he bañado más de una vez aquí. Solo hay que prestar atención a quedarse en la orilla y a que la marea este alta, porque a veces aparecen "sirenas" con la baja y esas no parecen amigables. En cualquier caso, a penas esta subiendo ahora. Asi que nos podemos quedar fuera.
No quiso intervenir en los miedos de RR o DL. Era tentar al destino abrir la boca delante del foner pelirrojo (dados los antecedentes). Pasó el rato recogiendo conchas y piedras brillantes, y luego comenzó a hacer un mosaico sobre la arena para entretenerse. El resultado era tosco e infantil, pero ella quedó bastante satisfecha.
-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Bahía de los Naufragios
15/03/13, 12:52 am
Shizel se mordió los labios cuando vio a Karime echar a correr hacia el agua; nada le apetecía más que seguir el ejemplo de la libense, sumergirse y no salir hasta cinco minutos después. No obstante, sus esperanzas quedaron truncadas en cuanto escuchó las palabras de Alder. Básicamente consistían en "se puede uno bañar, pero no ahora", y el idrino no estaba acostumbrado a tener delante de las narices algo que quisiera en ese mismo momento y no pudiera tener.
Comparado con su inmaculado lago aquel mar era feo, sucio, revuelto y ruidoso, pero al idrino en ese momento le era absoluta y gloriosamente indiferente. El cuerpo le pedía algo más que los remojos superficiales en la bañera: todos aquellos días cuando había sentido cansancio o la piel seca había tenido que aguantarse y seguir a pie, en lugar de usar el canal más cercano como habría sido habitual en su ciudad. No se había dado cuenta de que de todos los gestos familiares, aquél era el que más echaba de menos.
Quería nadar, con tantas ganas que casi le dolía físicamente seguir ahí de pie sin moverse, pero el sentido común se lo impedía: si alguien ya había visto cosas peligrosas allí con la marea baja, no había razón para ponerlo en duda. No tenía la menor idea de lo que eran unas sirenas, pero a juzgar por el resto de cosas que habían visto en la ciudad no debían ser nada bonito. Distraído como estaba, apenas se enteró de lo que le decía Karime a Branniel.
Se cruzó de brazos, dando la espalda al mar a propósito.
-Si no podemos entrar, vámonos- dijo sin ocultar su decepción-. Busquemos dentro de los barcos...
Comenzó a caminar a lo largo de la línea de la playa en dirección al navío que parecía menos desvencijado. Le pidió a Saren que usase su catalejo para comprobar si la cubierta estaba despejada, y se preguntó si existirían hechizos prismático que fueran más prácticos. Desde hacía un tiempo era evidente que los libros de magia que tenían se les estaban haciendo pequeños...
[Vlad, si hace falta editar con algo referente a RR dime. De momento doy por sentado que nos movemos todos...]
Comparado con su inmaculado lago aquel mar era feo, sucio, revuelto y ruidoso, pero al idrino en ese momento le era absoluta y gloriosamente indiferente. El cuerpo le pedía algo más que los remojos superficiales en la bañera: todos aquellos días cuando había sentido cansancio o la piel seca había tenido que aguantarse y seguir a pie, en lugar de usar el canal más cercano como habría sido habitual en su ciudad. No se había dado cuenta de que de todos los gestos familiares, aquél era el que más echaba de menos.
Quería nadar, con tantas ganas que casi le dolía físicamente seguir ahí de pie sin moverse, pero el sentido común se lo impedía: si alguien ya había visto cosas peligrosas allí con la marea baja, no había razón para ponerlo en duda. No tenía la menor idea de lo que eran unas sirenas, pero a juzgar por el resto de cosas que habían visto en la ciudad no debían ser nada bonito. Distraído como estaba, apenas se enteró de lo que le decía Karime a Branniel.
Se cruzó de brazos, dando la espalda al mar a propósito.
-Si no podemos entrar, vámonos- dijo sin ocultar su decepción-. Busquemos dentro de los barcos...
Comenzó a caminar a lo largo de la línea de la playa en dirección al navío que parecía menos desvencijado. Le pidió a Saren que usase su catalejo para comprobar si la cubierta estaba despejada, y se preguntó si existirían hechizos prismático que fueran más prácticos. Desde hacía un tiempo era evidente que los libros de magia que tenían se les estaban haciendo pequeños...
[Vlad, si hace falta editar con algo referente a RR dime. De momento doy por sentado que nos movemos todos...]
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Bahía de los Naufragios
15/03/13, 04:56 pm
La explicación de Shizel de esa enorme cantidad de agua no lo tranquilizo del todo a decir verdad, pero intento verlo de otra forma, cerrando los ojos por un momento respirando profundamente. Si había podido sobrevivir bajo un cielo que al oscurecerse no tenia ni una misera luz, podía sobrevivir a una enorme cantidad de agua. "No mires el agua, haga lo que hagas no mires a lo lejos... céntrate en las cosas cercanas, solo en las cercanas" se repitió en su cabeza como un mantra en una autosugestión para que esas inmensas vistas no lo acobardaran aun mas. Intento concentrarse en las palabra de sus compañeros para superar su miedo, lo estaba llevando mejor que RR, peor no era especialmente tranquilizador. Uno de los motivos que le provocaron salir de su autosugestión fue la burla que pudo notar en el tono de Branniel, y pudo notar que no fue al único que esas palabras le molestaron cuando escucho el comentario de Karime
-En mi mundo no hay nada de esto, antes de burlarte documentate un poquito o vas a crear muchas enemistades con esa actitud...divertirte los miedos de los demás es de muy mal gusto -contesto DL con cierto tono molesto aunque siendo lo menos arisco posible dado que en ese momento tampoco se encontraba con todo su estado psicológico en buen estado, mientras separaba los dedos de los bordes de la roca con esfuerzo, como si la carne misma se hubiese hecho una con la roca. Respiro profundamente viendo como Shizel intentaba ayudar a RR que estaba peor que el, con razones, el al menos había visto la cúpula de su mundo. RR seguramente nunca la vio. Intento alejarse de la salida de la gruta para observar ese extraño suelo brillante sin mirar mas allá, tomando una de las piedrecitas en pos de distraerse, mientras las voces de los demás se confundían a su alrededor, reuniendo aun los retazos de serenidad que había perdido al llegar a aquel lugar. El escuchar ese "vamonos proveniente de Shizel un rato mas tarde, lo devolvió al presente. Por un segundo pensó que se refería a irse de esa playa, pero cuando lo vio avanzar hacia esos barcos destrozados que le había descrito, se incorporo para seguirlos viendo mas de cerca aquel trozo de madera flotante sin tocarlo, no le daba confianza nada que hubiera salido de ese estraño horizonte. Siempre había sido uno de los primeros en apuntarse a las excursiones, pero en ese momento no las tenia todas consigo, a pesar de que la curiosidad empezaba a hacer aparición, no se sentía del todo a gusto allí.
-Sino os importa, prefiero quedarme aquí abajo, si necesitáis ayuda o algo avisadme...pero en primera lugar no pienso meterme ahí -añadió cuando vio a algunos de sus compañero dispuesto a cotillear en el barco, si necesitaban ayuda no dudaría en dársela, pero en principio no entraría. En otra situación y si en otra ocasión volvían a ir a la playa tal vez si, pero en aquellos momentos y tras el susto tan temprano no. Se sentía un poco idiota por temer a un trozo de madera, pero anda un poco susceptible en aquellos momentos.
-En mi mundo no hay nada de esto, antes de burlarte documentate un poquito o vas a crear muchas enemistades con esa actitud...divertirte los miedos de los demás es de muy mal gusto -contesto DL con cierto tono molesto aunque siendo lo menos arisco posible dado que en ese momento tampoco se encontraba con todo su estado psicológico en buen estado, mientras separaba los dedos de los bordes de la roca con esfuerzo, como si la carne misma se hubiese hecho una con la roca. Respiro profundamente viendo como Shizel intentaba ayudar a RR que estaba peor que el, con razones, el al menos había visto la cúpula de su mundo. RR seguramente nunca la vio. Intento alejarse de la salida de la gruta para observar ese extraño suelo brillante sin mirar mas allá, tomando una de las piedrecitas en pos de distraerse, mientras las voces de los demás se confundían a su alrededor, reuniendo aun los retazos de serenidad que había perdido al llegar a aquel lugar. El escuchar ese "vamonos proveniente de Shizel un rato mas tarde, lo devolvió al presente. Por un segundo pensó que se refería a irse de esa playa, pero cuando lo vio avanzar hacia esos barcos destrozados que le había descrito, se incorporo para seguirlos viendo mas de cerca aquel trozo de madera flotante sin tocarlo, no le daba confianza nada que hubiera salido de ese estraño horizonte. Siempre había sido uno de los primeros en apuntarse a las excursiones, pero en ese momento no las tenia todas consigo, a pesar de que la curiosidad empezaba a hacer aparición, no se sentía del todo a gusto allí.
-Sino os importa, prefiero quedarme aquí abajo, si necesitáis ayuda o algo avisadme...pero en primera lugar no pienso meterme ahí -añadió cuando vio a algunos de sus compañero dispuesto a cotillear en el barco, si necesitaban ayuda no dudaría en dársela, pero en principio no entraría. En otra situación y si en otra ocasión volvían a ir a la playa tal vez si, pero en aquellos momentos y tras el susto tan temprano no. Se sentía un poco idiota por temer a un trozo de madera, pero anda un poco susceptible en aquellos momentos.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Bahía de los Naufragios
15/03/13, 06:53 pm
—¿En tu mundo no hay mar? —en mi pregunta a DL era clara la sorpresa que sentía. Aunque había visto muy pocas veces el mar, o quizás por ese mismo motivo, era un elemento que me encantaba. Además, por el miedo que parecían tener los foners a los espacios abiertos, parecía que en general su mundo no los tenía. Reprimí un escalofrío—. ¿Qué horrible lugar es tu mundo?
Al instante me arrepentí de haberlo dicho, y me reprendí mentalmente por bocazas. Sin ermbargo, en ese momento escuché la voz de Karime, y fruncí el ceño, molesto, cuando la chica me dijo "proyecto de Wintel". ¿Iba a tener que soportar que me compararan con ese loco porque fuésemos del mismo mundo? Esperaba que no, no me satisfacía especialmente que nadie me recordase a ese demente, y mucho menos que me comparasen con él.
—Te agradecería que no me comparases con Wintel —le pedí, esperando que no volviese a usar ese insulto conmigo—. Y si te ha molestado, lo siento. Es simplemente que es la primera vez que veo a alguien que se aterra ante espacios abiertos.
En ese momento nos interrumpió Shizel. Decidí hacerle caso, era una tontería seguir discutiendo allí, en vez de movernos y conseguir lo que necesitábamos. Además, ya era por la tarde. Si Rocavarancolia era peligrosa por el día, no me quería imaginar cómo sería de noche.
Al instante me arrepentí de haberlo dicho, y me reprendí mentalmente por bocazas. Sin ermbargo, en ese momento escuché la voz de Karime, y fruncí el ceño, molesto, cuando la chica me dijo "proyecto de Wintel". ¿Iba a tener que soportar que me compararan con ese loco porque fuésemos del mismo mundo? Esperaba que no, no me satisfacía especialmente que nadie me recordase a ese demente, y mucho menos que me comparasen con él.
—Te agradecería que no me comparases con Wintel —le pedí, esperando que no volviese a usar ese insulto conmigo—. Y si te ha molestado, lo siento. Es simplemente que es la primera vez que veo a alguien que se aterra ante espacios abiertos.
En ese momento nos interrumpió Shizel. Decidí hacerle caso, era una tontería seguir discutiendo allí, en vez de movernos y conseguir lo que necesitábamos. Además, ya era por la tarde. Si Rocavarancolia era peligrosa por el día, no me quería imaginar cómo sería de noche.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Bahía de los Naufragios
16/03/13, 12:52 am
De acuerdo a las observaciones de Saren no parecía haber nada peligroso en cubierta. Aun con ese pequeño margen de seguridad, en otras circunstancias Shizel no habría visto ningún motivo para internarse en un barco, más inestable, sin antes haberse asegurado de que no hallaban lo que buscaban en edificios de la zona. No obstante, dado que no habían podido entrar al mar el idrino se negaba a que la salida resultase en vano.
El navío se encontraba completamente varado junto a un promontorio de rocas, por lo que pudieron acceder al interior sin dificultad a través de uno de los boquetes que el impacto había abierto en el casco de la embarcación. Shizel se asomó el primero, y conjuró una luz mágica en la palma de la mano para que alumbrase el interior. A medida que descendían les asaltó inmediatamente el mohoso olor de la madera en descomposición, aunado con salitre y el aire propio de una atmósfera cerrada. Por suerte, la embarcación estaba lo suficientemente destrozada como para que se colaran rayos de luz desiguales y repentinas ráfagas de viento, lo que impidió que al idrino le asaltara la misma ansiedad que había sentido en el túnel.
A medida que el descenso se fue haciendo más intransitable el joven también se paró a convocar a un lacayo grotesco con el objetivo de apartar de su camino los escombros menos pesados. Antes de entrar al barco había hecho lo mismo, ordenando al lacayo todas las variantes posibles de "tráeme cuerda", o "busca pólvora" tal y como había señalado RR en su momento; pero al parecer el ente no entendía, o no era capaz de llevar a cabo, nada más allá de traerle objetos señalables físicamente. Aquella era la razón por la que se habían visto obligados a entrar directamente.
-No nos separemos mucho de la entrada, esto se puede caer a pedazos...- dijo no muy convencido. Su intención ideal era encontrar rápidamente lo que el pelirrojo buscaba, acercarse lo justo como para que el lacayo grotesco lo recogiera y volver a casa. Aunque si aquello efectivamente se hundía caerían sobre agua y acabarían nadando después de todo, lo que era de alguna manera consolador.
El navío se encontraba completamente varado junto a un promontorio de rocas, por lo que pudieron acceder al interior sin dificultad a través de uno de los boquetes que el impacto había abierto en el casco de la embarcación. Shizel se asomó el primero, y conjuró una luz mágica en la palma de la mano para que alumbrase el interior. A medida que descendían les asaltó inmediatamente el mohoso olor de la madera en descomposición, aunado con salitre y el aire propio de una atmósfera cerrada. Por suerte, la embarcación estaba lo suficientemente destrozada como para que se colaran rayos de luz desiguales y repentinas ráfagas de viento, lo que impidió que al idrino le asaltara la misma ansiedad que había sentido en el túnel.
A medida que el descenso se fue haciendo más intransitable el joven también se paró a convocar a un lacayo grotesco con el objetivo de apartar de su camino los escombros menos pesados. Antes de entrar al barco había hecho lo mismo, ordenando al lacayo todas las variantes posibles de "tráeme cuerda", o "busca pólvora" tal y como había señalado RR en su momento; pero al parecer el ente no entendía, o no era capaz de llevar a cabo, nada más allá de traerle objetos señalables físicamente. Aquella era la razón por la que se habían visto obligados a entrar directamente.
-No nos separemos mucho de la entrada, esto se puede caer a pedazos...- dijo no muy convencido. Su intención ideal era encontrar rápidamente lo que el pelirrojo buscaba, acercarse lo justo como para que el lacayo grotesco lo recogiera y volver a casa. Aunque si aquello efectivamente se hundía caerían sobre agua y acabarían nadando después de todo, lo que era de alguna manera consolador.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Bahía de los Naufragios
17/03/13, 05:34 pm
Estaba oscuro dentro del barco. El boquete que les había servido de entrada daba a una amplia bodega con un techo muy alto. Al fondo de veía una luz que probablemente viniera de una salida a la cubierta. Según fueron acercándose vieron que, efectivamente, era una salida. Podía verse el cielo a través de los barrotes.
La luz mágica de Shizel ahora iluminaba todo lo que había debajo. Una escalera rota (probablemente para subir a cubierta). Y montones de mesas apretadas entre sí. Tal vez aquello hubiera sido alguna clase de comedor. El caso es que las mesas venían realmente bien para andar por encima de ellas sin tocar el agua, ya que el interior del barco estaba inundado a esa altura. Al fondo había una puerta bastante amplia y rota que daba a lo que sin duda debió ser una cocina. Tan sólo quedaban los hornos y muchas cacerolas amontonadas junto a caparazones de tortuga que debían estar vacíos (probablemente, usadas para hacer sopa). Había tres puertas en la cocina, dos de ellas rotas también. A través del marco de las rotas sólo se veía oscuridad. La tercera daba lugar a una escalera ascendente iluninada por una pequeña ventana en la pared.
De repente, un chapoteo distrajo a los macieleros. A sus espaldas, entre las mesas, había algo nadando. Los cosechados pudieron reconocer la silueta de una tortuga, lo cual fue en gran medida tranquilizador. Hasta que las tortugas de la cocina comenzaron a moverse. Fue muy rápido. Sacaron sus extremidades de los caparazones y se deslizaron al comedor inundado de un salto. Tan rápido que los cosechados no pudieron apreciar ningún detalle.
Ningún detalle hasta que las "tortugas" regresaron nadando desde el comedor hasta la cocina. Al final no eran tortugas. Eran otra cosa. No podía apreciarse ninguna cabeza, tampoco patas. Sólo tentáculos. Seis gruesos y húmedos tentáculos blancos saliendo de los seis orificios de cada caparazón. Era difícil saber si aquello era o no peligroso, pero no parecían tener buenas intenciones. Eran unos quince caparazones que se deslizaban hacia ellos, con lo que los cosechados tuvieron que huir por la puerta luminosa.
Se encontraron con que al otro lado de las escaleras ascendentes había una puerta de aspecto lujoso. Cerraron la puerta de la cocina, esperando que los caparazones no pudieran atravesarla. Al hacerlo, un pestillo se activó automáticamente, dejando imposible ir en ninguna otra dirección. Frente a ellos sólo estaba la salida de la puerta lujosa, así que no les quedó otra que atravesarla.
Al otro lado había una escena de lo más interesante.
Tal vez hubiera sido el camerino de algún capitán o una habitación para viajeros adinerados. El caso es que ahora su centro estaba ocupado por un enorme boquete de cinco metros de diámetro lleno de agua. Entre los bordes del agujero y la pared había más o menos un metro de suelo intacto por el que se podía caminar más o menos bien, aunque en algunos lugares estaba inclinado y en otros era algo más estrecho. Unos ventanales al fondo de la sala la iluminaban. A través de ellos podía verse el mascarón lleno de lapas de un barco muy cercano.
Pero el principal detalle de aquella habitación era que, al fondo del boquete, un banco de peces nadaba. Y lo hacía con una coordinación perfecta. Tan perfecta que no parecía normal. De hecho, no lo era. Ni tampoco aquello eran peces. Eran tentáculos. Tentáculos individuales, como gusanos, que nadaban en círculos dentro de un enorme agujero en un camarote de lujo en un barco encallado en la bahía de aquella ciudad loca.
Uno de los tentáculos se deslizó rápidamente e intentó agarrar el tobillo de Alder. Del susto, la sinhadre dio un brinco que le permitió soltarse. Pero empujó a Branniel, quien perdió el equilibrio y a punto estuvo de caer en la fosa. Sus compañeros lograron agarrarlo, pero otro tentáculo aprovechó entonces para deslizarse por el tobillo del nublino.
La luz mágica de Shizel ahora iluminaba todo lo que había debajo. Una escalera rota (probablemente para subir a cubierta). Y montones de mesas apretadas entre sí. Tal vez aquello hubiera sido alguna clase de comedor. El caso es que las mesas venían realmente bien para andar por encima de ellas sin tocar el agua, ya que el interior del barco estaba inundado a esa altura. Al fondo había una puerta bastante amplia y rota que daba a lo que sin duda debió ser una cocina. Tan sólo quedaban los hornos y muchas cacerolas amontonadas junto a caparazones de tortuga que debían estar vacíos (probablemente, usadas para hacer sopa). Había tres puertas en la cocina, dos de ellas rotas también. A través del marco de las rotas sólo se veía oscuridad. La tercera daba lugar a una escalera ascendente iluninada por una pequeña ventana en la pared.
De repente, un chapoteo distrajo a los macieleros. A sus espaldas, entre las mesas, había algo nadando. Los cosechados pudieron reconocer la silueta de una tortuga, lo cual fue en gran medida tranquilizador. Hasta que las tortugas de la cocina comenzaron a moverse. Fue muy rápido. Sacaron sus extremidades de los caparazones y se deslizaron al comedor inundado de un salto. Tan rápido que los cosechados no pudieron apreciar ningún detalle.
Ningún detalle hasta que las "tortugas" regresaron nadando desde el comedor hasta la cocina. Al final no eran tortugas. Eran otra cosa. No podía apreciarse ninguna cabeza, tampoco patas. Sólo tentáculos. Seis gruesos y húmedos tentáculos blancos saliendo de los seis orificios de cada caparazón. Era difícil saber si aquello era o no peligroso, pero no parecían tener buenas intenciones. Eran unos quince caparazones que se deslizaban hacia ellos, con lo que los cosechados tuvieron que huir por la puerta luminosa.
Se encontraron con que al otro lado de las escaleras ascendentes había una puerta de aspecto lujoso. Cerraron la puerta de la cocina, esperando que los caparazones no pudieran atravesarla. Al hacerlo, un pestillo se activó automáticamente, dejando imposible ir en ninguna otra dirección. Frente a ellos sólo estaba la salida de la puerta lujosa, así que no les quedó otra que atravesarla.
Al otro lado había una escena de lo más interesante.
Tal vez hubiera sido el camerino de algún capitán o una habitación para viajeros adinerados. El caso es que ahora su centro estaba ocupado por un enorme boquete de cinco metros de diámetro lleno de agua. Entre los bordes del agujero y la pared había más o menos un metro de suelo intacto por el que se podía caminar más o menos bien, aunque en algunos lugares estaba inclinado y en otros era algo más estrecho. Unos ventanales al fondo de la sala la iluminaban. A través de ellos podía verse el mascarón lleno de lapas de un barco muy cercano.
Pero el principal detalle de aquella habitación era que, al fondo del boquete, un banco de peces nadaba. Y lo hacía con una coordinación perfecta. Tan perfecta que no parecía normal. De hecho, no lo era. Ni tampoco aquello eran peces. Eran tentáculos. Tentáculos individuales, como gusanos, que nadaban en círculos dentro de un enorme agujero en un camarote de lujo en un barco encallado en la bahía de aquella ciudad loca.
Uno de los tentáculos se deslizó rápidamente e intentó agarrar el tobillo de Alder. Del susto, la sinhadre dio un brinco que le permitió soltarse. Pero empujó a Branniel, quien perdió el equilibrio y a punto estuvo de caer en la fosa. Sus compañeros lograron agarrarlo, pero otro tentáculo aprovechó entonces para deslizarse por el tobillo del nublino.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Bahía de los Naufragios
17/03/13, 07:18 pm
Shizel no tenía muy claro cuándo habían empezado a tener lugar las bizarradas, pero más tarde se diría a sí mismo que tendrían que haberlo previsto mucho antes. Llevaban demasiado tiempo tranquilos.
Desenvainó la espada, aunque se sintió inmediatamente ridículo. Hasta cierto punto podía anticiparse a los movimientos de oponentes antropomorfos, y en eso residía su principal ventaja cuando entrenaba contra los demás; si no Karime probablemente le habría dado una paliza desde el primer día. Sin embargo, las masas informes de tentáculos estaban fuera de su dominio. Aquello quedó inmediatamente corroborado cuando sendos pares de tentáculos atraparon a Alder y Branniel sin que él pudiese preverlo en absoluto. Descargó un mandoble con todas sus fuerzas sobre el apéndice blancuzco que aprisionaba el tobillo del nublino, con el objetivo de cercenarlo limpiamente.
[EN OTRO TIEMPO Y ESPACIO]
Dama Aroma solía usar como referentes para orientarse lugares con fragancias notables, tales como los Jardines de la Memoria. Esa mañana la Bahía de los Naufragios despedía una brisa particularmente cortante y salina, por lo que la nublina pudo llegar hasta ella sin ninguna dificultad.
La bahía nunca solía estar despejada a esas horas desde hacía bastante tiempo, ya que cierto grupito de mercenarios la había elegido como punto fijo de prácticas. Dama Aroma sonrió al reconocer entre todas aquellas voces aquélla familiar a la que estaba buscando.
Levitando a unos imperceptibles dos centímetros del suelo arenoso para no mancharse los zapatos, y aún con los ojos vendados, la bruja se abrió paso sin miramientos en mitad de la zona de prácticas sin aparentemente importarle un comino que algún hechizo suelto le diese por error. Más les valía a los novatillos hacer todo lo que estuviera en su mano por no darle, y si no lo hacían... bueno, el pitoste que se formaría no sería bonito.
Olisqueó el aire, lleno de fragancias diferentes. Al cabo de un momento localizó a Wen y se acercó a ella, no sin antes asegurarse experimentalmente de que el olor era el mismo.
-Infusión, querida- la llamó-. Me he enterado de que andas con compañías... particulares, y además desempleadas- añadió con cierta diversión-. Creo que tengo un trabajo pendiente que podría interesarles, y estas cosas quedan mejor en familia, ¿no te parece?
Desenvainó la espada, aunque se sintió inmediatamente ridículo. Hasta cierto punto podía anticiparse a los movimientos de oponentes antropomorfos, y en eso residía su principal ventaja cuando entrenaba contra los demás; si no Karime probablemente le habría dado una paliza desde el primer día. Sin embargo, las masas informes de tentáculos estaban fuera de su dominio. Aquello quedó inmediatamente corroborado cuando sendos pares de tentáculos atraparon a Alder y Branniel sin que él pudiese preverlo en absoluto. Descargó un mandoble con todas sus fuerzas sobre el apéndice blancuzco que aprisionaba el tobillo del nublino, con el objetivo de cercenarlo limpiamente.
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[EN OTRO TIEMPO Y ESPACIO]
Dama Aroma solía usar como referentes para orientarse lugares con fragancias notables, tales como los Jardines de la Memoria. Esa mañana la Bahía de los Naufragios despedía una brisa particularmente cortante y salina, por lo que la nublina pudo llegar hasta ella sin ninguna dificultad.
La bahía nunca solía estar despejada a esas horas desde hacía bastante tiempo, ya que cierto grupito de mercenarios la había elegido como punto fijo de prácticas. Dama Aroma sonrió al reconocer entre todas aquellas voces aquélla familiar a la que estaba buscando.
Levitando a unos imperceptibles dos centímetros del suelo arenoso para no mancharse los zapatos, y aún con los ojos vendados, la bruja se abrió paso sin miramientos en mitad de la zona de prácticas sin aparentemente importarle un comino que algún hechizo suelto le diese por error. Más les valía a los novatillos hacer todo lo que estuviera en su mano por no darle, y si no lo hacían... bueno, el pitoste que se formaría no sería bonito.
Olisqueó el aire, lleno de fragancias diferentes. Al cabo de un momento localizó a Wen y se acercó a ella, no sin antes asegurarse experimentalmente de que el olor era el mismo.
-Infusión, querida- la llamó-. Me he enterado de que andas con compañías... particulares, y además desempleadas- añadió con cierta diversión-. Creo que tengo un trabajo pendiente que podría interesarles, y estas cosas quedan mejor en familia, ¿no te parece?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Bahía de los Naufragios
18/03/13, 02:34 am
Wednesday
Wen siguió mucho tiempo más hablando con Noel. Cuando quiso darse cuenta ya era muy tarde y el draco se despidió con la promesa de repetir al día siguiente.
En los días siguientes todo fue más rutinario: las mañanas las pasaba en la bahía entrenando, las tardes trabajando y las noches con Noel, que seguía viniendo después de la cena, pero yéndose cuando se hacía tarde. Ese día, se encontraba entrenando en la bahía, peleando esa vez contra Adara que le estaba enseñando a perfeccionar unos movimientos que había aprendido hace poco cuando oyó una voz a sus espaldas que no le costó reconocer.
- Es un placer verla de nuevo, mi querida dama Aroma. - la saludó mientras colocaba su arma a su espalda haciendo uso para ambas cosas de sus refinados y escasamente usados modales.- Parece ser que en esta ciudad no puede una permanecer en el anonimato durante mucho tiempo. - comentó con una sonrisa amable, aunque por dentro tuvo unos instantes de miedo. Sabía que no muchas personas la habían visto en forma de serpiente y menos la habían visto transformarse, pero cabía la posibilidad de que la hubieran espiado o alguien la hubiera traicionado. Miró durante unos instantes a la bruja analizando su expresión sin dejar de mostrarse amable. No parecía que supiera la verdad, por lo que continuó.- Si me lo permite, le presentaré a mis amigos con los cuales podrá concretar los términos del trabajo. Nunca dudaría de que su oferta será tentadora, por lo que estarán encantados de conocerla y escucharla. - con un movimiento elegante de mano bastante estudiado, la vouivre fue señalando uno a uno a sus amigos.- Dama Adara, Noel, Gael, Vacuum y Mathew. Chicos, os presento a dama Aroma. - terminó diciendo, lanzando una mirada significativa al último de sus amigos, que claramente decía “no la líes.” Y esperó a que la mujer expusiera su propuesta.
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DIFERENTE TIEMPO Y ESPACIO
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Karime
Karime contestó a las palabras de Branniel con una mirada que claramente decía “No te metas conmigo o acabarás mal.” y dando una vuelta brusca y muy digna, haciendo que sus coletas golpearan el rostro del nublino, siguió al grupo hacia el interior del barco. La líbense nunca había visto un barco y menos por dentro, por lo que, aunque mantenía sus espadas en las manos, miró con curiosidad a su alrededor, intentando no perderse ni un detalle y soñando que viajaba por aquel precioso mar en uno de ellos. Cuando Shiz advirtió de mantenerse cerca de la puerta, Karime soltó una risa socarrona.
- Claro, porque para evitar que esto se caiga lo normal es entrar todos y mantenernos cerca de la puerta y no entrar solo dos o tres para poder movernos con mayor soltura.- dijo irónicamente. Al dar un paso, se dio cuenta que sus pies chapoteaban en el agua que inundaba la estancia, por lo que se subió de un salto a una de las mesas.- ¡Ey! Podíais haber avisado, ¿no? No me dejáis entrar al agua, pero permitís que mis preciosas botas se mojen. ¡Hombres teníais que ser!- exclamó indignada por el trato que estaban teniendo con ella y, acto seguido, se acercó a la puerta que parecía ser la cocina.- ¡Ey, Saren! Acabo de encontrar algo muy parecido a lo que debe ser tu casa. ¡Una hermosa cocina y para ti solito! Venga, haz los honores y sé el primero en entrar.- se mofó mientras le hacía una reverencia al idrino. Parecía ser que por fin recuperaba su humor desde su encuentro con la diosa felina.- oh, mirad, han hecho tortuga al horno con adorno. ¡Mi favorita! Espero que me hayan dejado un poco por alguna parte.- bromeó mientras se acercaba al caparazón de la encimera, pero entonces oyó el chapoteo y miró en la dirección de la tortuga. Al instante, todos los caparazones se movieron y se comenzó a palpar la hostilidad que emanaban esos bichos.- Creo que a ellos no les hace mucha gracia que me los quiera comer.- comentó antes de huir tras sus compañeros. A la líbense no le hubiera importando quedarse y pelear, pero todos habían huido y hasta la descerebrada de Karime era consciente que no podía contra quince tortugas con seis tentáculos cada una.
Cuando dejó a tras la cocina, y con ella las tortugas, Karime estuvo a punto de tomar la palabra para trazar un plan con el que atacar a los seres que les esperaban al otro lado de la puerta, pero esa habitación también les iba a presentar problemas. Al ver saltar a Alder, la líbense fue consciente del problema y enseguida su mente se puso en movimiento. Lo primero que se dispuso a hacer fue liberar a Branniel. El nublino no era de su completo agrado, por el momento ninguno lo era, pero Karime nunca dejaba a ningún compañero en manos del enemigo siempre que pudiera evitar que esto sucediera. Al ver que Shizel se le adelantaba, la Karime cambió de posición rápidamente a una más protectora con el resto del grupo y se dispuso a dar las pertinentes ordenes.
- Que vuestro objetivo no sean todos los tentáculos, sino solo uno. Elegid uno y no ataquéis a otros siempre que podáis evitarlo. Filo por tentáculo. Una espada, un tentáculo. Tenéis que dar a conocer vuestra elección de alguna manera para que no haya confusiones. Mantener la posición en fila y no os adelantéis heroicamente o entrareis en una más que posible muerte. Creo que seremos suficientes para abarcar todos los tentáculos.- decía mientras sacaba sus espadas y atacaba con ellas a dos tentáculos diferentes, marcando así su elección.- Venga, chicos, que empiece el juego.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bahía de los Naufragios
18/03/13, 03:59 am
---Tiempo y espacio cochitrilero pls---
Noel estaba prácticando una vez más con su hermano, quien le estaba dando algún consejo sobre como utilizar más eficazmente su hacha, entre otras cosas, cuando la presencia de una mujer con los ojos vendados interrumpió el entrenamiento de esa mañana. La nublina, o eso era lo que parecía por sus rasgos, no parecía encontrarse allí precisamente por casualidad, por lo que el grupo dejó lo que estaba haciendo para acercarse a ella. Al draco le sorprendió cuando se dirigió a Wen, aunque en principio no supo de que hablaba debido al extraño mote con el que se había referido a la vouivre, evidenciando que ya se conocían. Arqueó una ceja divertido al oír como Wen hacía gala de los mismos modales que había utilizado cuando engañaron al mercader, pudiendo suponer el por qué y por ello no hizo ningún comentario al respecto. Sin embargo si que le lanzó una mirada de suspicacia a la chica después de que los presentase, justo antes de dirigirse a dama Aroma que había conseguido captar toda su atención con el último comentario que sin duda se refería a ellos.
-Encantado, yo soy Noel, draco de estínfalo -dijo adelantándose un poco tras dejar de observar a la vouivre. Dado que la mujer tenía los ojos vendados, cosa que el draco supuso que se debía a que era ciega, consideró que aunque Wen ya había dicho su nombre tal vez debería repetírselo-. Sin duda estamos interesados en oír lo que quieres proponernos. ¿De qué se trata?
El draco se rascó distraídamente la cabeza, sitiéndose un tanto fuera de lugar debido al contraste de sus propias palabras con los ensayados modales de Wen. ¿De qué conocería la vouivre a dama Aroma? Quizás pudiera preguntárselo más tarde, lo cierto era que le picaba la curiosidad.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Bahía de los Naufragios
18/03/13, 06:28 pm
RR estaba ocupado inspeccionando una vieja pipa que había sobre el suelo del camarote en el que habían quedado atrapados cuando los tentáculos asaltaron a las dos muchachas. Alzó rápidamente la vista hacia el agujero del suelo y se tomó el lujo de suspirar imperceptiblemente de forma suspicaz. Iba a ser un día movido, desde luego, Y le estaban entrando unas ganas tremendas de comer tentáculos.
Milisegundos después, volvía a la realidad y su cerebro comenzaba a priorizar, y era evidente para él que la necesidad estrella era salir de allí cuanto antes. Sabía que su amiguita la sexista kamikaze se lo podía pasar en grande inmolándose cortando pescado y condenando a sus compañeros y a ella misma a convertirse irremediablemente en comida para peces. Pero él estimaba demasiado su pellejo como para dejárselo en una sima burbujeante llena de tentáculos homicidas. E igualmente, aunque consiguieran cortarlos a todos sin sufrir ni una sola baja, tendrían que salir de allí. Con lo cual, ¿para qué dilatar innecesariamente la espera con mutilaciones intrascendentes y combates absurdos? Para nada, se dijo mientras desenfundaba el hacha que en su día había lanzado con tanta tranquilidad a aquel bicho estridente y enclenque con tanto gusto y comenzaba a repartirle hachazos a la pared, abriendo un creciente boquete en la madera podrida.
Cabía la posibilidad de que la puerta estuviera protegida por algún tipo de sortilegio que lo fulminara, fundiera o transmutara en algún bicho extraño y con extremidades de más. La ciudad había actualizado sus precauciones paranoicas para que incluyeran las tretas mágicas, y el hecho de que cerrara tan perfectamente tras de ellos no le hacía especial gracia. Pero era mucho menos probable que aquellas precauciones se aplicaran a las paredes.
Cuando el agujero fue suficientemente grande como para que cupieran sendos brazos a través de él, el foner dejó de usar el hacha por unos segundos para centrarse en agrandarlo a patadas, partiendo sin mucha dificultad los ya de por sí deteriorados tablones.
-¡Eh, cabrones! ¡Por aquí!- les gritó a sus compañeros con total tranquilidad tras cruzar el improvisado umbral que se había fabricado. Comprobó que su escopeta estaba a punto y, blandiéndola en una mano mientras con la otra empuñaba el hacha, continuó explorando el barco, alerta por si un nuevo o conocido horror lo asaltaba. Estaba muy decidido a encontrar pólvora, y no iba a permitir que una aberración cualquiera se interpusiera entre él y su objetivo.
Milisegundos después, volvía a la realidad y su cerebro comenzaba a priorizar, y era evidente para él que la necesidad estrella era salir de allí cuanto antes. Sabía que su amiguita la sexista kamikaze se lo podía pasar en grande inmolándose cortando pescado y condenando a sus compañeros y a ella misma a convertirse irremediablemente en comida para peces. Pero él estimaba demasiado su pellejo como para dejárselo en una sima burbujeante llena de tentáculos homicidas. E igualmente, aunque consiguieran cortarlos a todos sin sufrir ni una sola baja, tendrían que salir de allí. Con lo cual, ¿para qué dilatar innecesariamente la espera con mutilaciones intrascendentes y combates absurdos? Para nada, se dijo mientras desenfundaba el hacha que en su día había lanzado con tanta tranquilidad a aquel bicho estridente y enclenque con tanto gusto y comenzaba a repartirle hachazos a la pared, abriendo un creciente boquete en la madera podrida.
Cabía la posibilidad de que la puerta estuviera protegida por algún tipo de sortilegio que lo fulminara, fundiera o transmutara en algún bicho extraño y con extremidades de más. La ciudad había actualizado sus precauciones paranoicas para que incluyeran las tretas mágicas, y el hecho de que cerrara tan perfectamente tras de ellos no le hacía especial gracia. Pero era mucho menos probable que aquellas precauciones se aplicaran a las paredes.
Cuando el agujero fue suficientemente grande como para que cupieran sendos brazos a través de él, el foner dejó de usar el hacha por unos segundos para centrarse en agrandarlo a patadas, partiendo sin mucha dificultad los ya de por sí deteriorados tablones.
-¡Eh, cabrones! ¡Por aquí!- les gritó a sus compañeros con total tranquilidad tras cruzar el improvisado umbral que se había fabricado. Comprobó que su escopeta estaba a punto y, blandiéndola en una mano mientras con la otra empuñaba el hacha, continuó explorando el barco, alerta por si un nuevo o conocido horror lo asaltaba. Estaba muy decidido a encontrar pólvora, y no iba a permitir que una aberración cualquiera se interpusiera entre él y su objetivo.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Bahía de los Naufragios
18/03/13, 07:19 pm
Antes siquiera de darse cuenta se encontró solo en esa extraña playa con una enorme columna de roca tras el y un inmenso mar y cielo enfrente, que prefería observar lo menos posible, prácticamente solo, pues todos los demás habían entrado a barco destartalado. Era irónico que el fuese uno de los primeros en siempre decir que no era seguro ir solo e iba a ahora y se quedaba allí solo voluntariamente.
-Espero que no pase nada mientras estoy por aquí...- murmuro rascándose la nuca, sin mirar hacia el horizonte para observar la playa, especialmente aquellas extrañas piedrecitas de diferentes tamaños y colores, se agacho tomando algunas de ellas con curiosidad, algunas tenían colores imposibles de describir. "¿Que estoy haciendo? Esto es un poco estúpido" pensó sintiéndose idiota de estar ahí mirando un montón de piedras brillantes mientras sus compañero exploraban. Distraidamente comenzó a juguetear con un par de piedras entre lo dedos mientras observaba alrededor, intentando tal vez dejar su mente distraída en algo antes de que siquiera flagelándose mentalmente por su estupidez y cobardía. Comenzó a hacer una montaña de peidrecitas que iba escarbando intentando que no se cayera mientras la hacia cada vez mas alta, terminando por no poder poner ni una mas, observando su obra con distracción
-¿Que hago haciendo esto?...-dijo avergonzado al sentirse tan estúpidamente feliz de hacer algo tan extraño como una torre de peidrecitas, definitivamente el no tener su mente ocupada con algo era algo fatal para el. Suspiro profundamente sentándose finalmente pero levantándose de golpe asustado al notar algo moverse bajo el, notando tras algunos segundos de sorpresa que se trataba de una especie de crustáceo con unas pinzas un tanto intimidatorias, si como el, casi se había sentado encima. por suerte se levanto rápido- No se que es eso...pero...me pregunto si esto es comestible, ademas esas pinzas...tal vez se le pueda dar uso - murmuro al ver al crustáceo alejándose rápidamente en dirección al agua. "Bueno, solo hay una forma de averiguarlo" pensó mientras se ponía bien los guantes de cota de malla que le ahorraría el poderse quedar sin dedos, aun tenia que atraparlos, pues como pudo ver tras algunos minutos había mucho de esos animales por la playa pero era veloces.
El verlos ya era difícil pues se camuflaban entre las piedras pero el cogerlo ya parecía imposible, DL no tuvo claro cuantas vueltas se dio por toda la condenada playa solo para conseguir atrapas a dos o tres de esos bichos, definitivamente eran muy rápidos y en mas de una ocasión consiguió atraparlos solo por hacerlos levitar que sino ni así, para al final noquearlos para que se estuviesen quietos con una de las rocas mas grandes que encontró. Tras eso les ato las pinzas y los metió en el saco, no eran muchos pero siendo que era la primera vez que conseguía algo así se sentía plenamente satisfecho y animado.
-Espero que no pase nada mientras estoy por aquí...- murmuro rascándose la nuca, sin mirar hacia el horizonte para observar la playa, especialmente aquellas extrañas piedrecitas de diferentes tamaños y colores, se agacho tomando algunas de ellas con curiosidad, algunas tenían colores imposibles de describir. "¿Que estoy haciendo? Esto es un poco estúpido" pensó sintiéndose idiota de estar ahí mirando un montón de piedras brillantes mientras sus compañero exploraban. Distraidamente comenzó a juguetear con un par de piedras entre lo dedos mientras observaba alrededor, intentando tal vez dejar su mente distraída en algo antes de que siquiera flagelándose mentalmente por su estupidez y cobardía. Comenzó a hacer una montaña de peidrecitas que iba escarbando intentando que no se cayera mientras la hacia cada vez mas alta, terminando por no poder poner ni una mas, observando su obra con distracción
-¿Que hago haciendo esto?...-dijo avergonzado al sentirse tan estúpidamente feliz de hacer algo tan extraño como una torre de peidrecitas, definitivamente el no tener su mente ocupada con algo era algo fatal para el. Suspiro profundamente sentándose finalmente pero levantándose de golpe asustado al notar algo moverse bajo el, notando tras algunos segundos de sorpresa que se trataba de una especie de crustáceo con unas pinzas un tanto intimidatorias, si como el, casi se había sentado encima. por suerte se levanto rápido- No se que es eso...pero...me pregunto si esto es comestible, ademas esas pinzas...tal vez se le pueda dar uso - murmuro al ver al crustáceo alejándose rápidamente en dirección al agua. "Bueno, solo hay una forma de averiguarlo" pensó mientras se ponía bien los guantes de cota de malla que le ahorraría el poderse quedar sin dedos, aun tenia que atraparlos, pues como pudo ver tras algunos minutos había mucho de esos animales por la playa pero era veloces.
El verlos ya era difícil pues se camuflaban entre las piedras pero el cogerlo ya parecía imposible, DL no tuvo claro cuantas vueltas se dio por toda la condenada playa solo para conseguir atrapas a dos o tres de esos bichos, definitivamente eran muy rápidos y en mas de una ocasión consiguió atraparlos solo por hacerlos levitar que sino ni así, para al final noquearlos para que se estuviesen quietos con una de las rocas mas grandes que encontró. Tras eso les ato las pinzas y los metió en el saco, no eran muchos pero siendo que era la primera vez que conseguía algo así se sentía plenamente satisfecho y animado.
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