Bahía de los Naufragios
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Leonart
Rocavarancolia Rol
31 participantes
- Rocavarancolia Rol
Bahía de los Naufragios
02/08/11, 06:21 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Esta playa no es de arena, sino que está hecha de diminutos trozos de concha y cristal pulido que brillan cuando les da la luz, algo que no pasa muy a menudo, pues la playa está a la sombra de los acantilados, y solo se puede llegar a ella a través de un estrecho pasaje entre la roca. Una ingente cantidad de barcos naufragados y maderos descansan allí.
- InvitadoInvitado
Re: Bahía de los Naufragios
22/12/12, 07:49 pm
-Peces...
Yrio había visto pocos peces, en parte porque siempre había preferido mantenerse alejado del río y en parte también por la manía que les había cogido gracias a las bromas pesadas de su edeel. Le dio patadas al agua para formar ondas y salpicaduras y con el movimiento desenterró algo brillante. Era una piedra de colores perlados, rosas y blancos, algo mayor que una uña. La miró y remiró embobado por el brillo mientras movía la arena con al pie. Podría haber más.
-Alder, vamos a coger piedras bonitas para Seon- dijo enseñándole la que había cogido y luego metiéndosela a la chica en el escote para ''ponerla a salvo'' -Y también hay mucha madera, podríamos recoger algo para el horno- propuso
Tap ya había echado a volar, refunfuñando. Seguramente todo aquel paisaje no era nuevo para él, pero si ya lo conocía podría haberse quedado en el torreón. No pensaba ir con prisas porque a aquel bicho parlante se le antojase. Escupió en su dirección y le lanzó un insulto que sonaba mucho peor en su idioma. << Que se largue, yo voy a recoger piedras y madera>> Tras haber reunido un montón decente pero transportable y haberse llenado los bolsillos con piedrecitas brillantes emprendieron la marcha de vuelta.
Yrio había visto pocos peces, en parte porque siempre había preferido mantenerse alejado del río y en parte también por la manía que les había cogido gracias a las bromas pesadas de su edeel. Le dio patadas al agua para formar ondas y salpicaduras y con el movimiento desenterró algo brillante. Era una piedra de colores perlados, rosas y blancos, algo mayor que una uña. La miró y remiró embobado por el brillo mientras movía la arena con al pie. Podría haber más.
-Alder, vamos a coger piedras bonitas para Seon- dijo enseñándole la que había cogido y luego metiéndosela a la chica en el escote para ''ponerla a salvo'' -Y también hay mucha madera, podríamos recoger algo para el horno- propuso
Tap ya había echado a volar, refunfuñando. Seguramente todo aquel paisaje no era nuevo para él, pero si ya lo conocía podría haberse quedado en el torreón. No pensaba ir con prisas porque a aquel bicho parlante se le antojase. Escupió en su dirección y le lanzó un insulto que sonaba mucho peor en su idioma. << Que se largue, yo voy a recoger piedras y madera>> Tras haber reunido un montón decente pero transportable y haberse llenado los bolsillos con piedrecitas brillantes emprendieron la marcha de vuelta.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Bahía de los Naufragios
23/12/12, 02:18 am
- espero que no quieras meterme troncos en el escote, porque tampoco tengo tanto pecho- dijo con media risa.
Tap parecía aburrirse, y no gustarle mucho todo aquello. El agua esta no debe ser util para su huerto. Sin embargo ella ayudó a Yrio a coger madera. La idea de platos ricos preparados por Atol o su aurva se le hacía muy tentadora. También le hubiera gustado buscarle una utilidad a las piedras. Algo bonito para hacerle a Seon, pero ella era demasiado torpe en todo lo artistico como para intentarlo.
Tap parecía aburrirse, y no gustarle mucho todo aquello. El agua esta no debe ser util para su huerto. Sin embargo ella ayudó a Yrio a coger madera. La idea de platos ricos preparados por Atol o su aurva se le hacía muy tentadora. También le hubiera gustado buscarle una utilidad a las piedras. Algo bonito para hacerle a Seon, pero ella era demasiado torpe en todo lo artistico como para intentarlo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Bahía de los Naufragios
16/01/13, 04:32 pm
Nia
Tras seguir un rato en el torreón Letargo, se dieron un tiempo para opinar entre ellos y comentar algunas cosas más de los cosechados. La gran mayoria siguio, intrigada a Nia, quien les condujo brevemente al burdel en el cual, para sorpresa de los ocupantes del mismo, salio acompañada de Erika y juntas, se encabezaron hacia la playa.
El sonido de las olas rompiendo contra la costa arenosa era lo único que sonaba de fondo mientras Nia les explicaba lo que iba a hacer a continuación. Por extraño que pareciera, todos estuvieron de acuerdo con la idea y pronto Erika conjuró numerosas burbujas de gran tamaño. Poco a poco lograron entrar todos y cada uno de ellos en sus respectivas burbujas. La ulterana, al no necesitar una, procedio a ayudar a los demás a entrar en las suyas. Buscó con la mirada a Gael, quien seria el que más problemas tendria más problemas para entrar y adaptarse en la burbuja. Pero el chico ya se las habia apañado, usando un cadaver, encontró su manera de entrar dentro y ya estuvieron todos listos.
El pelo de Nia se sacudia de un lado al otro, dotado de vida, excitada como estaba, no podia controlarse de la emoción. Tantas personas les habia picado la curiosidad aquello que, por primera vez en su vida, los nervios hicieron que un sin fin de tics aparecieran en ella. Con una palmada, les llamó la atención y le dio una señal a Erika. Acto seguido, estaban sumergiendose en el agua a gran velocidad. Las burbujas, controladas por su creadora, eran bastante estables y lo suficientemente transparentes para que se pudiera ver a través de ellas. Nia encendio sus luces y entonces vieron el fondo de la playa iluminado. Varios peces, asustados, encontraron refugio en unos arrecifes. A lo lejos se podia apreciar varios navios hundidos.
La nayade nadaba entre las burbujas a gran velocidad, con una gran sonrisa, comprobaba que, en efecto, aguantaban bien y se giró hacia Elunin para darle las direcciones de hacia donde iban. Por el camino, sortearon uno o dos bancos de peces que, curiosos, se habian acercado a la luz de Nia. Entre aquellos peces, dos seres alargados se separaron y se enrollaron junto a Nia quien les recibio con caricias y risas. Llegaron a cierta parte en la que los rayos del sol no tocaban. Tan oscura y negra cuyo final no podia verse. Nia se paró en seco y se giró hacia el grupo con una cara de enfado. Algo les habia seguido. Una de las sirenas que todavia decidia acercarse tanto a la costa les habia seguido todo el trayecto. Nia la echó con un hechizo de impulso que la mandó lejos. Resoplando fuertemente, volvio a encabezar al grupo. Siendo un camino que habia recorrido infinidad de veces, sabia que no habia un mayor peligro que una sirena o dos solitarias y por tanto no se molestó en apagar sus luces sino que, más bien, hizo que iluminaran incluso más, siendo ella su guia en aquel abismo oscuro. Nadaron descendiendo en círculos, para que las burbujas se acostumbraran a la nueva presión poco a poco. Nia se pasaba entre las burbujas contestando a cualquier pregunta que les pudiera surgir.
Aunque se lo estaba pasando bien, sabia que sus amigos no podrian estar mucho tiempo en aquellas burbujas, por falta de aire, asi que sin remolonear más, llegaron al final de aquel abismo. Algo se movio rápidamente en el umbral de la luz que despedia la nayade y pasó a observarles con ojos maliciosos en la oscuridad. El sonido de cadenas dio a entender que estaba atado. Un sonido que salio de la boca de Nia, parecido a un siseo aspero hizo que aquella criatura se internase más en la oscuridad, solo oyendose las cadenas. La ulterana se giró ante los presentes, sonriendo ampliamente.
-Bueno... ¿entramos?-dijo felizmente.
Porque aquello que estaba puesto ante ellos, a modo de una losa lisa y grande era una puerta. Varias runas podian verse grabadas en ella y los entendidos en runas de los presentes supieron que se trataban de runas de alerta y defensa, pero nada demasiado complicado. A un movimiento de su mano, la losa enorme que componia una puerta se abrio en dos, dejando escapar una tenue luz de su interior. Expuesto ante ellos, habia una larga sala abierta en la roca, una gruta, que Nia habia aprovechado para usar como almacén. Esparcidas por todos los lados, habia numerosos tanques y vidrieras sellados, conteniendo aguas de diferentes colores, salinidades y densidades y dentro de estos, habia una larga seleccion de algas, plantas y animales expuestos. Algunos de los animales estaban vivos, otros estaban muertos y en conserva. Tras que la última burbuja pasara, las puertas se cerrarón tras ellos con un último gruñido, por asi describirlo, de la criatura encadenada de afuera. La ulterana se abrio de brazos y con una amplia sonrisa, les dio la bienvenida.
-¡Tachan! ¡Bienvenidos a mi laboratorio!-
Al oir su voz, un animal parecido a una anguila terrestre se sacudio en su tanque y terminó pegandose a una de las cristaleras revelando que su panza estaba compuesta de numerosas bocas que se abrian y cerraban lentamente. Las dos morenas se descolgaron de la ulterana y fueron más alla de donde la vista de ninguno de los presentes pudo apreciar. La ulterana siguio hablando.
-¡Aqui es donde he estado viviendo mucho tiempo!-explicó.-Cuando decidi volverme a instalar en Serpentaria, lo empecé a usar como almacen y, por el momento, tambien investigo y desarrollo mis medicinas aquí, acompañada por Floatfred y Jetfred.-tosio un poco y unas burbujas buscaron su camino por un hueco de la puerta.-Y digo de momento, porque pienso trasladarlo a la ciudad...-pausó un momento antes de dar las buenas noticias.-Voy a abrir una tienda en la ciudad, una botica, y voy a intentar ganarme la vida vendiendo medicinas que ayuden a los que las necesiten.-dijo, con ilusión.
Pausó de nuevo unos instantes y continuó con una pregunta.
-¿Qué... ¿Qué os parece?-dijo, interesada en la opinion de sus amigos y allegados. Su cara estaba iluminada entre dos peceras grandes que contenian dos tipos de algas, unas rojas y unas doradas. El nerviosismo y la emocion podian verse reflejada en ella.
Tras seguir un rato en el torreón Letargo, se dieron un tiempo para opinar entre ellos y comentar algunas cosas más de los cosechados. La gran mayoria siguio, intrigada a Nia, quien les condujo brevemente al burdel en el cual, para sorpresa de los ocupantes del mismo, salio acompañada de Erika y juntas, se encabezaron hacia la playa.
El sonido de las olas rompiendo contra la costa arenosa era lo único que sonaba de fondo mientras Nia les explicaba lo que iba a hacer a continuación. Por extraño que pareciera, todos estuvieron de acuerdo con la idea y pronto Erika conjuró numerosas burbujas de gran tamaño. Poco a poco lograron entrar todos y cada uno de ellos en sus respectivas burbujas. La ulterana, al no necesitar una, procedio a ayudar a los demás a entrar en las suyas. Buscó con la mirada a Gael, quien seria el que más problemas tendria más problemas para entrar y adaptarse en la burbuja. Pero el chico ya se las habia apañado, usando un cadaver, encontró su manera de entrar dentro y ya estuvieron todos listos.
El pelo de Nia se sacudia de un lado al otro, dotado de vida, excitada como estaba, no podia controlarse de la emoción. Tantas personas les habia picado la curiosidad aquello que, por primera vez en su vida, los nervios hicieron que un sin fin de tics aparecieran en ella. Con una palmada, les llamó la atención y le dio una señal a Erika. Acto seguido, estaban sumergiendose en el agua a gran velocidad. Las burbujas, controladas por su creadora, eran bastante estables y lo suficientemente transparentes para que se pudiera ver a través de ellas. Nia encendio sus luces y entonces vieron el fondo de la playa iluminado. Varios peces, asustados, encontraron refugio en unos arrecifes. A lo lejos se podia apreciar varios navios hundidos.
La nayade nadaba entre las burbujas a gran velocidad, con una gran sonrisa, comprobaba que, en efecto, aguantaban bien y se giró hacia Elunin para darle las direcciones de hacia donde iban. Por el camino, sortearon uno o dos bancos de peces que, curiosos, se habian acercado a la luz de Nia. Entre aquellos peces, dos seres alargados se separaron y se enrollaron junto a Nia quien les recibio con caricias y risas. Llegaron a cierta parte en la que los rayos del sol no tocaban. Tan oscura y negra cuyo final no podia verse. Nia se paró en seco y se giró hacia el grupo con una cara de enfado. Algo les habia seguido. Una de las sirenas que todavia decidia acercarse tanto a la costa les habia seguido todo el trayecto. Nia la echó con un hechizo de impulso que la mandó lejos. Resoplando fuertemente, volvio a encabezar al grupo. Siendo un camino que habia recorrido infinidad de veces, sabia que no habia un mayor peligro que una sirena o dos solitarias y por tanto no se molestó en apagar sus luces sino que, más bien, hizo que iluminaran incluso más, siendo ella su guia en aquel abismo oscuro. Nadaron descendiendo en círculos, para que las burbujas se acostumbraran a la nueva presión poco a poco. Nia se pasaba entre las burbujas contestando a cualquier pregunta que les pudiera surgir.
Aunque se lo estaba pasando bien, sabia que sus amigos no podrian estar mucho tiempo en aquellas burbujas, por falta de aire, asi que sin remolonear más, llegaron al final de aquel abismo. Algo se movio rápidamente en el umbral de la luz que despedia la nayade y pasó a observarles con ojos maliciosos en la oscuridad. El sonido de cadenas dio a entender que estaba atado. Un sonido que salio de la boca de Nia, parecido a un siseo aspero hizo que aquella criatura se internase más en la oscuridad, solo oyendose las cadenas. La ulterana se giró ante los presentes, sonriendo ampliamente.
-Bueno... ¿entramos?-dijo felizmente.
Porque aquello que estaba puesto ante ellos, a modo de una losa lisa y grande era una puerta. Varias runas podian verse grabadas en ella y los entendidos en runas de los presentes supieron que se trataban de runas de alerta y defensa, pero nada demasiado complicado. A un movimiento de su mano, la losa enorme que componia una puerta se abrio en dos, dejando escapar una tenue luz de su interior. Expuesto ante ellos, habia una larga sala abierta en la roca, una gruta, que Nia habia aprovechado para usar como almacén. Esparcidas por todos los lados, habia numerosos tanques y vidrieras sellados, conteniendo aguas de diferentes colores, salinidades y densidades y dentro de estos, habia una larga seleccion de algas, plantas y animales expuestos. Algunos de los animales estaban vivos, otros estaban muertos y en conserva. Tras que la última burbuja pasara, las puertas se cerrarón tras ellos con un último gruñido, por asi describirlo, de la criatura encadenada de afuera. La ulterana se abrio de brazos y con una amplia sonrisa, les dio la bienvenida.
-¡Tachan! ¡Bienvenidos a mi laboratorio!-
Al oir su voz, un animal parecido a una anguila terrestre se sacudio en su tanque y terminó pegandose a una de las cristaleras revelando que su panza estaba compuesta de numerosas bocas que se abrian y cerraban lentamente. Las dos morenas se descolgaron de la ulterana y fueron más alla de donde la vista de ninguno de los presentes pudo apreciar. La ulterana siguio hablando.
-¡Aqui es donde he estado viviendo mucho tiempo!-explicó.-Cuando decidi volverme a instalar en Serpentaria, lo empecé a usar como almacen y, por el momento, tambien investigo y desarrollo mis medicinas aquí, acompañada por Floatfred y Jetfred.-tosio un poco y unas burbujas buscaron su camino por un hueco de la puerta.-Y digo de momento, porque pienso trasladarlo a la ciudad...-pausó un momento antes de dar las buenas noticias.-Voy a abrir una tienda en la ciudad, una botica, y voy a intentar ganarme la vida vendiendo medicinas que ayuden a los que las necesiten.-dijo, con ilusión.
Pausó de nuevo unos instantes y continuó con una pregunta.
-¿Qué... ¿Qué os parece?-dijo, interesada en la opinion de sus amigos y allegados. Su cara estaba iluminada entre dos peceras grandes que contenian dos tipos de algas, unas rojas y unas doradas. El nerviosismo y la emocion podian verse reflejada en ella.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Bahía de los Naufragios
16/01/13, 07:31 pm
Para poder ir al lugar que Nia les quería enseñar primero se pasaron por el burdel a buscar a Erika. Gael hacía mucho tiempo que no hablaba con ella y se alegró de que se les uniera una vieja compañera a aquella pequeña excursión. Ya que estaban cerca del cuchitril y la visita tenía que ver con agua, se acercó rápidamente a la vieja posada y volvió vestido con el cuerpo del muchacho para que no hubiera problemas.
Fueron guiados hasta la bahía, pero el trayecto no terminaba allí, sino que se adentraba en las aguas, y precisamente para eso estaba allí Erika. Era una experiencia extraña desplazarse dentro de una burbuja que ni siquiera tenía aspecto de aguantar. Sin embargo era muchísimas veces mejor que ver el fondo marino desde la cristalera sucia de un catamarán, la única experiencia semejante que el fuego fatuo recordaba de la tierra. Mientras se sumergían empezó a ser consciente de hasta qué punto había desarrollado una incontrolable fobia al agua. A cada metro descendido se sentía cada vez peor dentro de aquella burbuja, queriendo salir y al mismo tiempo deseando encogerse y cerrar los ojos hasta que todo acabase. Pero sabía perfectamente que no había nada que temer, y además sus llamas estaban a buen recaudo, por lo que como pudo logró contener la ansiedad y trató de distraerse observando las profundidades y a Nia. La náyade nadaba con total soltura entre las burbujas, parecía muy contenta de poder enseñar por fin su mundo. Cuando pasaba por su lado con una sonrisa en la cara, Gael se la devolvía. No quería que notase su incomodidad en el que era su hogar.
Descendieron por un abismo durante lo que le pareció una eternidad, y en un momento sus nervios se crisparon todavía un poco más al sentir una criatura donde la luz ya no llegaba. Sin embargo Nia no pareció preocuparse por ello, y Gael se preguntó qué sería exactamente. Cuando por fin atravesaron la losa que servía de puerta, todavía seguía con la mosca detrás de la oreja, pero lo que había al otro lado le hizo dejar de pensar en ello. «¿Así que tenía todo aquí? Pues claro, dónde si no». Emitió un silbido de admiración.
-Bonito laboratorio, Nia.
Ella empezó a contar la historia del lugar y terminó por anunciar que también abriría una botica.
-¡Felicidades! Por fin vamos estando colocados todos por la ciudad –comentó alegrándose sinceramente por ella-. Si necesitas ayuda para cualquier cosa, de mudanza o lo que sea, solo dilo.
Fueron guiados hasta la bahía, pero el trayecto no terminaba allí, sino que se adentraba en las aguas, y precisamente para eso estaba allí Erika. Era una experiencia extraña desplazarse dentro de una burbuja que ni siquiera tenía aspecto de aguantar. Sin embargo era muchísimas veces mejor que ver el fondo marino desde la cristalera sucia de un catamarán, la única experiencia semejante que el fuego fatuo recordaba de la tierra. Mientras se sumergían empezó a ser consciente de hasta qué punto había desarrollado una incontrolable fobia al agua. A cada metro descendido se sentía cada vez peor dentro de aquella burbuja, queriendo salir y al mismo tiempo deseando encogerse y cerrar los ojos hasta que todo acabase. Pero sabía perfectamente que no había nada que temer, y además sus llamas estaban a buen recaudo, por lo que como pudo logró contener la ansiedad y trató de distraerse observando las profundidades y a Nia. La náyade nadaba con total soltura entre las burbujas, parecía muy contenta de poder enseñar por fin su mundo. Cuando pasaba por su lado con una sonrisa en la cara, Gael se la devolvía. No quería que notase su incomodidad en el que era su hogar.
Descendieron por un abismo durante lo que le pareció una eternidad, y en un momento sus nervios se crisparon todavía un poco más al sentir una criatura donde la luz ya no llegaba. Sin embargo Nia no pareció preocuparse por ello, y Gael se preguntó qué sería exactamente. Cuando por fin atravesaron la losa que servía de puerta, todavía seguía con la mosca detrás de la oreja, pero lo que había al otro lado le hizo dejar de pensar en ello. «¿Así que tenía todo aquí? Pues claro, dónde si no». Emitió un silbido de admiración.
-Bonito laboratorio, Nia.
Ella empezó a contar la historia del lugar y terminó por anunciar que también abriría una botica.
-¡Felicidades! Por fin vamos estando colocados todos por la ciudad –comentó alegrándose sinceramente por ella-. Si necesitas ayuda para cualquier cosa, de mudanza o lo que sea, solo dilo.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Bahía de los Naufragios
16/01/13, 08:31 pm
Nia nos lleva a la bahía aún sin revelarnos el motivo. Creyendo que el viajecito había terminado, busco con la mirada algo en especial que hiciera a la bahía distinta de cómo era. Lejos de mi idea, Erika empieza a convocar burbujas en las que nos vamos metiendo por petición de la náyade. Me cuesta un poco hacerme caber con las alas –no son precisamente pequeñas–, pero con ayuda de la bruja logro espacio extra dentro.
Vaya, lo cierto es que nunca se me había ocurrido una forma de viajar por el agua así. Aunque también es cierto que nunca me lo había planteado. ¿Dónde nos lleva? No hace falta que me gire para saber que la misma pregunta está en cara de mis compañeros. Cada vez vamos más, más y más abajo. Noto raras las orejas, pero supongo que esto me pasa por el cambio de presión –aunque descendamos lentamente, se nota–. No he viajado pocas veces en avión, y aun así nunca he logrado acostumbrarme esta sensación extraña. Aparte, aquí dentro casi no puedo moverme por las alas. Ojalá no tardemos mucho en llegar, ya no se ve casi nada fuera y… oh, espera, parece que nos detenemos.
Nia abre unas puertas sobre las que hay impresas runas que logro identificar con facilidad. ¿Es aquí donde nos quería llevar? ¿Qué hay? Cuando estamos dentro, observo todo a mi alrededor. Por la clase de objetos que hay por la sala, los líquidos diversos, plantas, animales… esto sólo puede ser…
—¡Un laboratorio de drogas! ¿Qué clase de arma biológica piensas crear aquí abajo con tanto secretismo, pequeña traficante? Es sospechoso… ¡eres muy sospechosa! –alzo la voz mientras señalo a la anfitriona con un gesto dramático. Al instante, no puedo evitar reírme–. En fin, sea lo que sea, pues la moral y la ética en esta ciudad son conceptos profundamente subjetivos o, directamente, inexistentes; me alegro de que hayas encontrado algo con lo que ganarte unas perras, que siempre vienen bien.
Vaya, lo cierto es que nunca se me había ocurrido una forma de viajar por el agua así. Aunque también es cierto que nunca me lo había planteado. ¿Dónde nos lleva? No hace falta que me gire para saber que la misma pregunta está en cara de mis compañeros. Cada vez vamos más, más y más abajo. Noto raras las orejas, pero supongo que esto me pasa por el cambio de presión –aunque descendamos lentamente, se nota–. No he viajado pocas veces en avión, y aun así nunca he logrado acostumbrarme esta sensación extraña. Aparte, aquí dentro casi no puedo moverme por las alas. Ojalá no tardemos mucho en llegar, ya no se ve casi nada fuera y… oh, espera, parece que nos detenemos.
Nia abre unas puertas sobre las que hay impresas runas que logro identificar con facilidad. ¿Es aquí donde nos quería llevar? ¿Qué hay? Cuando estamos dentro, observo todo a mi alrededor. Por la clase de objetos que hay por la sala, los líquidos diversos, plantas, animales… esto sólo puede ser…
—¡Un laboratorio de drogas! ¿Qué clase de arma biológica piensas crear aquí abajo con tanto secretismo, pequeña traficante? Es sospechoso… ¡eres muy sospechosa! –alzo la voz mientras señalo a la anfitriona con un gesto dramático. Al instante, no puedo evitar reírme–. En fin, sea lo que sea, pues la moral y la ética en esta ciudad son conceptos profundamente subjetivos o, directamente, inexistentes; me alegro de que hayas encontrado algo con lo que ganarte unas perras, que siempre vienen bien.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bahía de los Naufragios
16/01/13, 08:41 pm
El grupo siguió a la náyade primero al burdel y luego a la bahía. La visita al burdel se debió a que al parecer Nia quería llevarlos a mucha presión bajo el mar y sólo tenían a su alcance una única posible solución, Erika, una bruja de las burbujas que había sido compañera de cosecha de sus amigos, podía encerrarlos a todos con su dominio en burbujas gigantes que al parecer serían su soporte vital en el fondo del mar. Noel observó con curiosidad como los encerraba a cada uno de ellos en las enormes esferas trasparentes, pensando en lo interesante que era el dominio de la bruja.
Una vez estuvieron todos listos, comenzaron a descender bajo las aguas. Al draco le resultó una experiencia extraña, de naturaleza casi onírica debido a la forma en la que percibía el entorno bajo el agua, alimentada esa sensación por la omnipresente bioluminiscencia de la náyade que era quien los estaba guiando en aquel, de otro modo, laberinto insondable. Aunque estaba demasiado ocupado observado el entorno, de vez en cuando observó al resto de sus compañeros. Se fijó especialmente en Gael dado a que el fuego fatuo parecía estar pasando un mal ratol, aunque se esforzase en ocultarlo. Al draco no le extrañaba, al fin y al cabo a él mismo la experiencia le estaba resultando agobiante en cierta medida. Mirar hacia todas partes y no ver más que agua, al principio, y según ahondaban únicamente los cristales luminosos de Nia no era precisamente una sensación tranquilizadora. Por suerte se notaba que las burbujas no se romperían y Erika estaba allí de todas formas, por lo que con ese pensamiento pudo sobrellevar la experiencia centrándose solamente en lo emocionante de la novedad.
Finalmente por fin llegaron a su destino, al draco le pareció una eternidad cuando por fin Nia los invitó a pasar a una especie de estancia improvisada allí en el fondo del mismo mar. <<Así que aquí es donde pasó Nia tanto tiempo mientras estuvo desaparecida...>>, pensó el draco mientras observaba bastante impresionado el lugar.
-Estás hecha toda una científica loca -bromeó el draco. Después sonrió a la náyade cuando les contó sus planes-. Eso es genial, Nia, y además así ya podrás ayudar a la gente como querías. Seguro que nosotros nos pasamos por tu botica a menudo. Cuenta con nosotros si necesitas ayuda.
Una vez estuvieron todos listos, comenzaron a descender bajo las aguas. Al draco le resultó una experiencia extraña, de naturaleza casi onírica debido a la forma en la que percibía el entorno bajo el agua, alimentada esa sensación por la omnipresente bioluminiscencia de la náyade que era quien los estaba guiando en aquel, de otro modo, laberinto insondable. Aunque estaba demasiado ocupado observado el entorno, de vez en cuando observó al resto de sus compañeros. Se fijó especialmente en Gael dado a que el fuego fatuo parecía estar pasando un mal ratol, aunque se esforzase en ocultarlo. Al draco no le extrañaba, al fin y al cabo a él mismo la experiencia le estaba resultando agobiante en cierta medida. Mirar hacia todas partes y no ver más que agua, al principio, y según ahondaban únicamente los cristales luminosos de Nia no era precisamente una sensación tranquilizadora. Por suerte se notaba que las burbujas no se romperían y Erika estaba allí de todas formas, por lo que con ese pensamiento pudo sobrellevar la experiencia centrándose solamente en lo emocionante de la novedad.
Finalmente por fin llegaron a su destino, al draco le pareció una eternidad cuando por fin Nia los invitó a pasar a una especie de estancia improvisada allí en el fondo del mismo mar. <<Así que aquí es donde pasó Nia tanto tiempo mientras estuvo desaparecida...>>, pensó el draco mientras observaba bastante impresionado el lugar.
-Estás hecha toda una científica loca -bromeó el draco. Después sonrió a la náyade cuando les contó sus planes-. Eso es genial, Nia, y además así ya podrás ayudar a la gente como querías. Seguro que nosotros nos pasamos por tu botica a menudo. Cuenta con nosotros si necesitas ayuda.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Bahía de los Naufragios
16/01/13, 09:15 pm
Al salir de Letargo, pasaron por el burdel a buscar a Erika para poner rumbo a la bahía, donde Nia les enseñaría eso que con tanto secretismo ocultaba. Cuando Erika comenzó a crear burbujas, la vuoivre frunció el ceño. “No me gusta la idea de tener el agua salada tan cerca. Reseca.” Pensó molesta, pero cedió y se metió en la burbuja.
La náyade los guió por las profundidades del mar, feliz y excitada por enseñarles su lugar secreto a sus amigos. Tan profundo estaba el lugar que, si no fuera por la luz que creó la náyade, se hubieran sumido en la más completa negrura. Cuando llegaron, Wen no se creía lo que veía: un laboratorio de lo más completo escondido bajo el mar. La vouivre quedó impresionada con el lugar y felicitó a la náyade por su iniciativa.
- A mí me parece una estupenda idea, Nia. - dijo con una sonrisa de aprobación.- Es como tu forma de encontrar tu sitio y, además, no creo que te vaya mal. En esta ciudad no todos tienen magia para curarse. Aunque ten en cuenta que en el mercado habrá mucha competencia, vas a tener que hacerte conocer a ti y a la calidad de tus productos.
La náyade los guió por las profundidades del mar, feliz y excitada por enseñarles su lugar secreto a sus amigos. Tan profundo estaba el lugar que, si no fuera por la luz que creó la náyade, se hubieran sumido en la más completa negrura. Cuando llegaron, Wen no se creía lo que veía: un laboratorio de lo más completo escondido bajo el mar. La vouivre quedó impresionada con el lugar y felicitó a la náyade por su iniciativa.
- A mí me parece una estupenda idea, Nia. - dijo con una sonrisa de aprobación.- Es como tu forma de encontrar tu sitio y, además, no creo que te vaya mal. En esta ciudad no todos tienen magia para curarse. Aunque ten en cuenta que en el mercado habrá mucha competencia, vas a tener que hacerte conocer a ti y a la calidad de tus productos.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Bahía de los Naufragios
16/01/13, 10:10 pm
Al acabar de apostar en Letargo y ver el pequeño espectáculo, Nia nos invitó a acompañarla para que nos enseñase algo, y como casi todos se apuntaron y no tenía nada planeado, me uní. La "expedición" mejoró al pasar por el Burdel para recoger a Erika, que al parecer tramaba algo con Nia, pero no soltó palabra por más que la interrogase, juguetón.
Llegamos a la Bahía y allí, Erika empezó a modelar burbujas resistentes pero lo curioso era que eran para sumergirnos en el agua <<Como submarinos... Vaya, ¿qué querrá enseñarnos?>> Una vez dentro de mi burbuja, desgraciadamente individual, tanteo su resistencia mientras aún estamos fuera del agua. No es que no me fíe, es que la idea de bajar a tanta profundidad me asusta un poco... Pero en fin, abajo que vamos...
Bajamos y bajamos, atravesando la mole de agua y vislumbrando a los grotescos seres que viven aquí abajo, aunque sospecho que no hemos visto a los peores. Los demás hablan con Nia, o al menos les veo mover las bocas. Yo, en un principio, seguí tanteando la superficie de la burbuja, nervioso, pero ahora estoy en el centro, sentado y rígido, excepto por mis ojos, que miran al infinito abismal. Si la burbuja reventase, no habría una jodida forma de salir, sin contar con la presión que podría dispersarme para siempre... Joder, joder... ¿Eso cómo sería? Creo que no quiero saberlo...
-No va a pasar tal cosa, relax...-me digo a mí mismo, buscando a los demás con la mirada hasta dar con Erika y agarrarme a su confianza.
Bajando en círculos, la presión comienza a notarse <<Diablos... Si hubiésemos hecho esto cuando aprendí lo del humo, ya estaría transformado sin darme cuenta>> pienso, riendo en voz alta intentando soltar tensión, sin éxito ya que dura dos segundos. <<Y aunque sigamos bajando paso de transformarme...>> Pero no es necesario, pues al rato llegamos a una pared con runas grabadas y Nia abrió un pasaje, para luego guiarnos a través de este, hacia lo que parecía una gruta y... <<¡Es un laboratorio!>> La multitud de objetos, plantas, productos en general, llama mi atención y olvido el mal rato de antes, curioso. Lo mejor es cuando anuncia que montará una botica en la ciudad. <<Qué coincidencia, yo hoy pensando en venenos agresivos y justo hoy nos enseña su botica de productos curativos>>. Y a su pregunta, respondo, animado:
-Si necesitas ayuda con la mudanza, solo dilo. Y si recuerdas la salida a Libo, si me encargan algo de ese tipo, ya te avisaré.-añado, sonriendo y pensando ya en negocios <<¿Socios? Je, ¿por qué no? ¡Ya veremos! Pero antes, salgamos a la superficie... >>
Llegamos a la Bahía y allí, Erika empezó a modelar burbujas resistentes pero lo curioso era que eran para sumergirnos en el agua <<Como submarinos... Vaya, ¿qué querrá enseñarnos?>> Una vez dentro de mi burbuja, desgraciadamente individual, tanteo su resistencia mientras aún estamos fuera del agua. No es que no me fíe, es que la idea de bajar a tanta profundidad me asusta un poco... Pero en fin, abajo que vamos...
Bajamos y bajamos, atravesando la mole de agua y vislumbrando a los grotescos seres que viven aquí abajo, aunque sospecho que no hemos visto a los peores. Los demás hablan con Nia, o al menos les veo mover las bocas. Yo, en un principio, seguí tanteando la superficie de la burbuja, nervioso, pero ahora estoy en el centro, sentado y rígido, excepto por mis ojos, que miran al infinito abismal. Si la burbuja reventase, no habría una jodida forma de salir, sin contar con la presión que podría dispersarme para siempre... Joder, joder... ¿Eso cómo sería? Creo que no quiero saberlo...
-No va a pasar tal cosa, relax...-me digo a mí mismo, buscando a los demás con la mirada hasta dar con Erika y agarrarme a su confianza.
Bajando en círculos, la presión comienza a notarse <<Diablos... Si hubiésemos hecho esto cuando aprendí lo del humo, ya estaría transformado sin darme cuenta>> pienso, riendo en voz alta intentando soltar tensión, sin éxito ya que dura dos segundos. <<Y aunque sigamos bajando paso de transformarme...>> Pero no es necesario, pues al rato llegamos a una pared con runas grabadas y Nia abrió un pasaje, para luego guiarnos a través de este, hacia lo que parecía una gruta y... <<¡Es un laboratorio!>> La multitud de objetos, plantas, productos en general, llama mi atención y olvido el mal rato de antes, curioso. Lo mejor es cuando anuncia que montará una botica en la ciudad. <<Qué coincidencia, yo hoy pensando en venenos agresivos y justo hoy nos enseña su botica de productos curativos>>. Y a su pregunta, respondo, animado:
-Si necesitas ayuda con la mudanza, solo dilo. Y si recuerdas la salida a Libo, si me encargan algo de ese tipo, ya te avisaré.-añado, sonriendo y pensando ya en negocios <<¿Socios? Je, ¿por qué no? ¡Ya veremos! Pero antes, salgamos a la superficie... >>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- InvitadoInvitado
Re: Bahía de los Naufragios
16/01/13, 11:05 pm
Ante la negativa de merienda Cain acaba por apuntarse a la propuesta de Nia, un tanto mosca por el ''contacto'' del burdel. Van a recoger a Erika, para sorpresa de todos << ¿Cuando se han visto? Esa rubia mojigata no ha vuelto a poner un pie en el burdel en años...>> Dándole vueltas a esto y mirando de reojo a la chica y a Jack haciendo el payaso llegan a la bahía y allí descubre para qué quería la ayuda de Erika. Antes entrar en su burbuja, Cain invoca a Vepar para que les siga por el agua.
-No es que no me fie de vosotras, es que ahí abajo no podré invocar sin romper la burbuja y nunca se sabe lo que puede pasar- se justificó
Intentó no parecer impresionado cuando bajaron a las profundidades. El brillo de Nia le daba a todo un toque místico y siniestro, era como estar dentro de un sueño extraño. Llegaron a la cueva de Nia, donde Vepar pasó unos minutos gruñéndose con la criatura de la entrada, y allí se descubrió lo que la nayade quería mostrarles. Cain frunció el ceño << Muy bien Erika, ¿para qué vas a contarme que has estado ayudando a una posible competencia?>> le lanzó una mirada significativa a la bruja y esta pareció captar el mensaje pues giró la cabeza para evitar los ojos de Cain. Mientras la nayade hablaba y todos comentaban con entusiasmo la gran idea que había tenido, Cain trazaba planes.
-Creo que tú y yo podríamos hacer negocios- dijo con una sonrisa después de mucho meditar- ¿Qué me dices? Tengo bastante influencia en la ciudad, podría ayudarte y a cambio... bueno, algunos ingredientes para ritos no son fáciles de conseguir, y los lubricantes y otros... productos que usamos en el burdel no duraran eternamente.
-No es que no me fie de vosotras, es que ahí abajo no podré invocar sin romper la burbuja y nunca se sabe lo que puede pasar- se justificó
Intentó no parecer impresionado cuando bajaron a las profundidades. El brillo de Nia le daba a todo un toque místico y siniestro, era como estar dentro de un sueño extraño. Llegaron a la cueva de Nia, donde Vepar pasó unos minutos gruñéndose con la criatura de la entrada, y allí se descubrió lo que la nayade quería mostrarles. Cain frunció el ceño << Muy bien Erika, ¿para qué vas a contarme que has estado ayudando a una posible competencia?>> le lanzó una mirada significativa a la bruja y esta pareció captar el mensaje pues giró la cabeza para evitar los ojos de Cain. Mientras la nayade hablaba y todos comentaban con entusiasmo la gran idea que había tenido, Cain trazaba planes.
-Creo que tú y yo podríamos hacer negocios- dijo con una sonrisa después de mucho meditar- ¿Qué me dices? Tengo bastante influencia en la ciudad, podría ayudarte y a cambio... bueno, algunos ingredientes para ritos no son fáciles de conseguir, y los lubricantes y otros... productos que usamos en el burdel no duraran eternamente.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Bahía de los Naufragios
17/01/13, 02:15 pm
A Giz no le sorprendió que la ulterana les llevara a la bahía, siendo su transformación la que era y, sobretodo, después de que Erika se les uniera. No conocía a la bruja en persona, pero había oído acerca de su dominio y el resto fue cuestión de lógica. Era o la bahía o el río.
En cuanto llegaron a la playa, Erika formó una burbuja para cada uno y se sumergieron mar adentro. Giz permaneció todo el trayecto abstraído, con la mirada curiosa saltando entre los peces y lo extraño del paisaje que se abría ante él, a pesar de que el agua turbia a veces impedía ver con claridad. Fue el cosquilleo que las runas provocaron en su gola lo que le sacó de su ensimismamiento, más que las palabras de la náyade.
Lo que se encontró en el interior de la gruta lo sorprendió bastante. Nia había conseguido apañarse un laboratorio impresionante. Giz tuvo que contener sus ganas de salir de la burbuja y cotillear todo lo que tenía Nia ahí abajo, más que nada para no morirse como el gato del refrán. Porque sabía de la existencia de hechizos para respirar bajo el agua, pero de ahí a poder realizarlos así, sin más, había un trago.
-No es mala idea-comentó con aire ausente el futuro laboral de la náyade-. Y este sitio es genial para evitar dedos largos- << Aunque te saldría más rentable si fabricaras venenos, con sus correspondientes antídotos, y otro tipo de sustancias menos benignas, en lugar de centrarte en los remedios >> continuó mentalmente. Prefirió no exponer ese detalle en voz alta, pues tampoco quería desilusionar a la chica antes siquiera de abrir la botica.
En cuanto llegaron a la playa, Erika formó una burbuja para cada uno y se sumergieron mar adentro. Giz permaneció todo el trayecto abstraído, con la mirada curiosa saltando entre los peces y lo extraño del paisaje que se abría ante él, a pesar de que el agua turbia a veces impedía ver con claridad. Fue el cosquilleo que las runas provocaron en su gola lo que le sacó de su ensimismamiento, más que las palabras de la náyade.
Lo que se encontró en el interior de la gruta lo sorprendió bastante. Nia había conseguido apañarse un laboratorio impresionante. Giz tuvo que contener sus ganas de salir de la burbuja y cotillear todo lo que tenía Nia ahí abajo, más que nada para no morirse como el gato del refrán. Porque sabía de la existencia de hechizos para respirar bajo el agua, pero de ahí a poder realizarlos así, sin más, había un trago.
-No es mala idea-comentó con aire ausente el futuro laboral de la náyade-. Y este sitio es genial para evitar dedos largos- << Aunque te saldría más rentable si fabricaras venenos, con sus correspondientes antídotos, y otro tipo de sustancias menos benignas, en lugar de centrarte en los remedios >> continuó mentalmente. Prefirió no exponer ese detalle en voz alta, pues tampoco quería desilusionar a la chica antes siquiera de abrir la botica.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Bahía de los Naufragios
17/01/13, 04:04 pm
Nia
La ulterana abrio los ojos con sorpresa de que a todos les encantara la idea, e incluso que la animaran a perseguirla. Si alguna vez necesitaria ayuda con ello sabia que podria contar con ellos. Agradeció todas las respuestas y el apoyo que le mostraron. Sin embargo la respuesta de Adara hizo que se pusiera nerviosa unos instantes.
-Si... droga...-dijo dejando escapar una risa nerviosa. La sala se sumio en un incómodo silencio.
Fue Cain quien entonces rompio el silencio, con unas oferta que le pilló desprevenida. Nia sabia de lo importante que era ser conocido por el lugar y que la reputación siempre venia bien. Por otra parte, seria establecer un trato con alguien en quien tenia confianza y serviria mayoritariamente para y por los habitantes del burdel. Nia no se lo tuvo que pensar más de un instante antes de acceder.
-Esta bien, Cain. Trato hecho.-dijo extendiendo su mano para estrecharsela pero acto seguido se dio cuenta de que estaba en una burbuja y la retiró rápidamente, riendo.
Los ojos de la ulterana volaron entre las estanterias, parandose en un viejo reloj de cuerda que el mar ya habia carcomido. Dio un respingo al darse cuenta de cuanto tiempo llevaban bajo el agua. Ya apenas les quedaria menos de cuarto de hora de oxígeno en aquellos orbes. Se apuró a despedirse de ellos y mandó a una de sus morenas a que les guiara a la salida. Mientras salian de aquella galeria, algunos pudieron escuchar a Nia dando ordenes a la otra morena.
-¡No! ¡Tratalo con cuidado! ¡Seria un desastre que se derramara por el lugar!-
A las puertas, un ser de gran cabeza y un cuerpo ridiculamente pequeño que recordaba a una piraña mezclada con una salamandra estaba atado con multiples cadenas a varios postes clavados en la roca. Sus exageradas mandibulas se abrian y cerraban con un estruendo mientras intentaba abalanzarse a por las numerosas personas en bolas brillantes que salian del lugar, al parecer habia intentado abalanzarse más de una vez contra Vepar, fruto de su nerviosismo, explicación para que hubiera abandonado su amada oscuridad. Los ojos ciegos del animal sondearon el lugar captando trazas de luz de aqui y allá. No cesó el estruendo hasta que Nia se asomó tras la puerta y dio otro siseo. La reacción fue la misma y el ser retrocedio a la oscuridad.
-Perdonadle, solo sabe morder y nunca distingue a quien.-dijo en un suspiro. Entonces, dio ordenes a la morena para que guiara a Erika hasta la playa de nuevo, alegando que debia trabajar en algo, se despidio con la mano hacia sus amigos, una flagrante sonrisa cruzó su cara cuando habló, despidiendose.
-¡Adios! ¡Hasta mañana en la fiesta!-dijo despidiendose con la mano. Cuando desaparecieron de vista entró dentro del almacén y volvio a salir al rato con un gran filetón de carne que sangraba y se lo arrojó a la piraña-salamandra de la entrada que no tardó en darse un alegre festín con él. De un suspiro, las puertas volvieron a cerrarse tras ella.
La ulterana abrio los ojos con sorpresa de que a todos les encantara la idea, e incluso que la animaran a perseguirla. Si alguna vez necesitaria ayuda con ello sabia que podria contar con ellos. Agradeció todas las respuestas y el apoyo que le mostraron. Sin embargo la respuesta de Adara hizo que se pusiera nerviosa unos instantes.
-Si... droga...-dijo dejando escapar una risa nerviosa. La sala se sumio en un incómodo silencio.
Fue Cain quien entonces rompio el silencio, con unas oferta que le pilló desprevenida. Nia sabia de lo importante que era ser conocido por el lugar y que la reputación siempre venia bien. Por otra parte, seria establecer un trato con alguien en quien tenia confianza y serviria mayoritariamente para y por los habitantes del burdel. Nia no se lo tuvo que pensar más de un instante antes de acceder.
-Esta bien, Cain. Trato hecho.-dijo extendiendo su mano para estrecharsela pero acto seguido se dio cuenta de que estaba en una burbuja y la retiró rápidamente, riendo.
Los ojos de la ulterana volaron entre las estanterias, parandose en un viejo reloj de cuerda que el mar ya habia carcomido. Dio un respingo al darse cuenta de cuanto tiempo llevaban bajo el agua. Ya apenas les quedaria menos de cuarto de hora de oxígeno en aquellos orbes. Se apuró a despedirse de ellos y mandó a una de sus morenas a que les guiara a la salida. Mientras salian de aquella galeria, algunos pudieron escuchar a Nia dando ordenes a la otra morena.
-¡No! ¡Tratalo con cuidado! ¡Seria un desastre que se derramara por el lugar!-
A las puertas, un ser de gran cabeza y un cuerpo ridiculamente pequeño que recordaba a una piraña mezclada con una salamandra estaba atado con multiples cadenas a varios postes clavados en la roca. Sus exageradas mandibulas se abrian y cerraban con un estruendo mientras intentaba abalanzarse a por las numerosas personas en bolas brillantes que salian del lugar, al parecer habia intentado abalanzarse más de una vez contra Vepar, fruto de su nerviosismo, explicación para que hubiera abandonado su amada oscuridad. Los ojos ciegos del animal sondearon el lugar captando trazas de luz de aqui y allá. No cesó el estruendo hasta que Nia se asomó tras la puerta y dio otro siseo. La reacción fue la misma y el ser retrocedio a la oscuridad.
-Perdonadle, solo sabe morder y nunca distingue a quien.-dijo en un suspiro. Entonces, dio ordenes a la morena para que guiara a Erika hasta la playa de nuevo, alegando que debia trabajar en algo, se despidio con la mano hacia sus amigos, una flagrante sonrisa cruzó su cara cuando habló, despidiendose.
-¡Adios! ¡Hasta mañana en la fiesta!-dijo despidiendose con la mano. Cuando desaparecieron de vista entró dentro del almacén y volvio a salir al rato con un gran filetón de carne que sangraba y se lo arrojó a la piraña-salamandra de la entrada que no tardó en darse un alegre festín con él. De un suspiro, las puertas volvieron a cerrarse tras ella.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- InvitadoInvitado
Re: Bahía de los Naufragios
26/02/13, 09:03 pm
Nada más llegar a la bahia buscaron un lugar a la sombra donde comer. El sol estaba demasiado alto, pero por suerte encontraron un huevo pegado a la roca de los acantilados y allí soltaron los trastos y se sentaron. Comieron en silencio, con la mirada perdida en las olas, Seon absorta en sus propios pensamientos e Yrio demasiado cansado todavía como para sacar tema de conversación.
-Voy a hacer calentamientos. Tú repasa las runas- le dijo en cuanto acabó su bocadillo. Sería más prundente reposar la comida, pero Yrio necesitaba movimiento.
Corrió hacia la orilla e hizo algunos ejercicios dentro del agua. Seon ya estaba practicando movimientos con los escudos. Eran difíciles de controlar, por lo que empezó con dos, sin activar los hechizos todavía, y probaron algunos juegos para que cogiese soltura. En uno Yrio tenía un trozo de carbón en la mano y tenía que intentar pintarle la cara a Seon, mientras que esta debía mantenerlo lejos de ella valiéndose de los escudos. Yrio había ganado bastante velocidad con sus entrenamientos pero Seon aprendía rápido y era bastante menos confiada que el niño, así que la ''pelea'' estuvo bastante igualada. Otro juego era mantener un escudo reforzado en el aire, uno le lanzaba dagas mientras que el otro activaba el hechizo protector. Los escudos funcionaban bien, incluso el hechizo ignífugo, pero comprobaron que tenían que reescribir las runas en cada sesión. Cuando Yrio se quedó sin magia continuó el entrenamiento físico hasta que ninguno de los dos pudo con su alma. Se tiraron en la arena a descansar unos minutos antes de volver al torreón, Yrio lleno de moratones y heridas hechas por el choque de los escudos y Seon con un corte en la mejilla al haberle rebotado una daga contra un escudo. Decidieron curarse cuando llegasen al torreón, pues era preferible reservar algo de magia para la vuelta.
-Las sirenas no nos van a dejar bañarnos antes de volver- gimoteó Yrio ladeando la cabeza perezosamente hacia el agua
Cuando la marea subía las sirenas se acercaban peligrosamente a la orilla con la esperanza de conseguir alguna presa despistada por las olas. Yrio les hizo una mueca, eran criaturas realmente desagradables, y el hecho de que tuviesen forma más o menos humana las hacía más grotescas en su opinión. << Hubiese preferido que fueran como las sirenas de los cuentos de la Tierra...>>
Seon ya se había levantado y estaba recogiendo. Yrio rodó sobre sí mismo reuniendo fuerzas para levantarse también pero solo lo logró al tercer aviso de su compañera. Recogió sus cosas, se puso las botas y ambos emprendieron el camino hacia el torreón.
-Ya verás cuando le contemos nuestro invento al grupo- dijo orgulloso- Y cuando vuelva Alder... No se lo va a esperar.
-Voy a hacer calentamientos. Tú repasa las runas- le dijo en cuanto acabó su bocadillo. Sería más prundente reposar la comida, pero Yrio necesitaba movimiento.
Corrió hacia la orilla e hizo algunos ejercicios dentro del agua. Seon ya estaba practicando movimientos con los escudos. Eran difíciles de controlar, por lo que empezó con dos, sin activar los hechizos todavía, y probaron algunos juegos para que cogiese soltura. En uno Yrio tenía un trozo de carbón en la mano y tenía que intentar pintarle la cara a Seon, mientras que esta debía mantenerlo lejos de ella valiéndose de los escudos. Yrio había ganado bastante velocidad con sus entrenamientos pero Seon aprendía rápido y era bastante menos confiada que el niño, así que la ''pelea'' estuvo bastante igualada. Otro juego era mantener un escudo reforzado en el aire, uno le lanzaba dagas mientras que el otro activaba el hechizo protector. Los escudos funcionaban bien, incluso el hechizo ignífugo, pero comprobaron que tenían que reescribir las runas en cada sesión. Cuando Yrio se quedó sin magia continuó el entrenamiento físico hasta que ninguno de los dos pudo con su alma. Se tiraron en la arena a descansar unos minutos antes de volver al torreón, Yrio lleno de moratones y heridas hechas por el choque de los escudos y Seon con un corte en la mejilla al haberle rebotado una daga contra un escudo. Decidieron curarse cuando llegasen al torreón, pues era preferible reservar algo de magia para la vuelta.
-Las sirenas no nos van a dejar bañarnos antes de volver- gimoteó Yrio ladeando la cabeza perezosamente hacia el agua
Cuando la marea subía las sirenas se acercaban peligrosamente a la orilla con la esperanza de conseguir alguna presa despistada por las olas. Yrio les hizo una mueca, eran criaturas realmente desagradables, y el hecho de que tuviesen forma más o menos humana las hacía más grotescas en su opinión. << Hubiese preferido que fueran como las sirenas de los cuentos de la Tierra...>>
Seon ya se había levantado y estaba recogiendo. Yrio rodó sobre sí mismo reuniendo fuerzas para levantarse también pero solo lo logró al tercer aviso de su compañera. Recogió sus cosas, se puso las botas y ambos emprendieron el camino hacia el torreón.
-Ya verás cuando le contemos nuestro invento al grupo- dijo orgulloso- Y cuando vuelva Alder... No se lo va a esperar.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Bahía de los Naufragios
02/03/13, 11:33 pm
Alder nos estaba guiando a través de un estrecho pasaje entre la roca. Acostumbrado a los anchos pasajes de Nubla, el lugar no terminaba de agradarme. Los nublos no estábamos preparados ni para lugares estrechos ni para demasiadas multitudes, y en eso agradecía el despoblamiento de la ciudad.
El despoblamiento... El misterio de la decadencia de la ciudad seguía rondándome la cabeza. Indudablemente, hacía casi cuarenta años había sucedido algo, que probablemente tenía relación con el ejército cadáver que había en la cicatriz. «¿Acaso el reino entró en una guerra civil que acabó con el bando perdedor cerrando los vórtices por despecho?», pensé. «O quizás sea lo contrario: quizás alguien o algo cerró los vórtices y aquello originó alguna clase de crisis interna que acabase en una guerra civil». Pero todavía quedaba un misterio por resolver: ¿quién y cómo volvió a abrir los portales que unía el reino de las maravillas con otros mundos?
Pensando en estas cuestiones, recordé algo que había dicho Shizel en Maciel. «Una biblioteca... Seguro que hay libros de historia allí. Y algo tan importante como para cerrar la conexión de Rocavarancolia con sus mundos vinculados y provocar tal decadencia en la ciudad tiene que estar plasmado en alguno». Me acerqué a Shizel, preguntándole dónde estaba la biblioteca que mencionó en el Torreón.
—Oye Shizel, creo que antes mencionaste algo sobre una biblioteca. ¿Dónde está exactamente?
No obstante, antes de escuchar la respuesta, Alder nos llevó a la salida del pasaje. Me quedé maravillado ante la vista de la playa. Aquello no era arena: eran trozos de conchas y de cristal. La boca se me quedó reseca ante la maravilla que se extendía delante de mí. Si en el pasado Rocavarancolia se había parecido aunque fuera lejanamente a esta vista, desde luego, se merecía el apodo de "ciudad de los portentos".
El despoblamiento... El misterio de la decadencia de la ciudad seguía rondándome la cabeza. Indudablemente, hacía casi cuarenta años había sucedido algo, que probablemente tenía relación con el ejército cadáver que había en la cicatriz. «¿Acaso el reino entró en una guerra civil que acabó con el bando perdedor cerrando los vórtices por despecho?», pensé. «O quizás sea lo contrario: quizás alguien o algo cerró los vórtices y aquello originó alguna clase de crisis interna que acabase en una guerra civil». Pero todavía quedaba un misterio por resolver: ¿quién y cómo volvió a abrir los portales que unía el reino de las maravillas con otros mundos?
Pensando en estas cuestiones, recordé algo que había dicho Shizel en Maciel. «Una biblioteca... Seguro que hay libros de historia allí. Y algo tan importante como para cerrar la conexión de Rocavarancolia con sus mundos vinculados y provocar tal decadencia en la ciudad tiene que estar plasmado en alguno». Me acerqué a Shizel, preguntándole dónde estaba la biblioteca que mencionó en el Torreón.
—Oye Shizel, creo que antes mencionaste algo sobre una biblioteca. ¿Dónde está exactamente?
No obstante, antes de escuchar la respuesta, Alder nos llevó a la salida del pasaje. Me quedé maravillado ante la vista de la playa. Aquello no era arena: eran trozos de conchas y de cristal. La boca se me quedó reseca ante la maravilla que se extendía delante de mí. Si en el pasado Rocavarancolia se había parecido aunque fuera lejanamente a esta vista, desde luego, se merecía el apodo de "ciudad de los portentos".
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Bahía de los Naufragios
03/03/13, 01:45 pm
Pasar de encontrarse rodeado de edificios y a pleno aire libre, a encontrarse en un estrecho pasaje, fue un evidente cambio para DL, mas acostumbrado a dichos espacios estrechos que a otra cosa, siguiendo a Alder atento de donde pisaba.
-Este sitio parece el lugar perfecto para una emboscada- comento DL observando las paredes que lo rodeaban, no sintiéndose demasiado agobiado en realidad, notando luz colándose desde mas adelante. Cuando unos segundos después, consiguió por fin divisar el exterior de aquel especie de túnel en la roca se quedo paralizado en el lugar sin ser capaz de salir con los ojos muy abiertos del espanto. Ante sus ojos se veía un amplio paisaje perdiéndose en el horizonte, aquella masa de lo que parecía ser agua que se fundía con el cielo en donde la vista no alcanzaba, produciendole un vértigo impresionante, anclándose en el interior del pasaje sin ser capaz de salir. Una cosa era bueno, estar rodeado de edificios que daban cierta tranquilidad en un espacio abierto pues de alguna forma mientras no mirase hacia arriba le recordaba a su mundo, otra cosa...era no ver nada y solo estar rodeado de....ese maldito cielo y ese "mar" hasta donde la vista alcanzaba.
-¿¡Pero que demonios es esto!?- exclamo sorprendido y sintiendo un peso en el estomago y en sus pies que parecían no querer moverse, asustado y nervioso sin poder evitarlo en lo mas mínimo no esperándose encontrarse algo así cuando Alder hablo el día anterior sobre el "mar", sin moverse de la entrada del túnel que le parecía ahora el único lugar seguro de ese maldito sitio. Se había hecho a la idea de tener un cielo sobre su cabeza, pero eso...era muy diferente a lo que sus ojos veían ahora, ahí no había nada donde anclarse, mas allá de aquellos trozos de madera flotantes destruidos no había nada, era como un profundo horizonte que parecía querer tragárselos y eso le inquietaba- ¡Estáis todos locos, aquí no hay nada¡, que tiene de impresionante este....paisaje infinito - exclamo aunque sin alzar mucho el tono, en algún lugar de su mente no podía obviar el hecho de que estaban en zona desconocida, donde podía aparecer cualquier cosa para intentar comérselos como parte del almuerzo.
-¿De verdad podéis ser capaces de estar en un lugar tan poco tranquilizador que tiene....lo que sea que sea eso que flota, destruidos? -pregunto un poco incrédulo de ver que sus compañeros parecían en cierta forma tranquilos ante la visión, el por el momento no tomaba confianza alguna de salir de su pasaje, tenia la impresión que algo parecería de esa enorme cantidad de agua y se los tragaría, para luego esculpirlos a trozos, como había pasado con los cacharros flotantes. Y ademas eso....¿piedras brillantes? ¿Porque demonios había piedras brillantes por suelo?, ese sitio empezaba a ponerle la piel de gallina por segundos, mas que cualquier otra cosa que hubiera visto hasta ahora en aquella ciudad. Miraba con desconfianza a su alrededor quedándose en la entrada del pasaje sin salir, agobiado por aquello, en absoluto silencio mientras intentaba procesar en su mente la peligrosidad de ese sitio.
-Este sitio parece el lugar perfecto para una emboscada- comento DL observando las paredes que lo rodeaban, no sintiéndose demasiado agobiado en realidad, notando luz colándose desde mas adelante. Cuando unos segundos después, consiguió por fin divisar el exterior de aquel especie de túnel en la roca se quedo paralizado en el lugar sin ser capaz de salir con los ojos muy abiertos del espanto. Ante sus ojos se veía un amplio paisaje perdiéndose en el horizonte, aquella masa de lo que parecía ser agua que se fundía con el cielo en donde la vista no alcanzaba, produciendole un vértigo impresionante, anclándose en el interior del pasaje sin ser capaz de salir. Una cosa era bueno, estar rodeado de edificios que daban cierta tranquilidad en un espacio abierto pues de alguna forma mientras no mirase hacia arriba le recordaba a su mundo, otra cosa...era no ver nada y solo estar rodeado de....ese maldito cielo y ese "mar" hasta donde la vista alcanzaba.
-¿¡Pero que demonios es esto!?- exclamo sorprendido y sintiendo un peso en el estomago y en sus pies que parecían no querer moverse, asustado y nervioso sin poder evitarlo en lo mas mínimo no esperándose encontrarse algo así cuando Alder hablo el día anterior sobre el "mar", sin moverse de la entrada del túnel que le parecía ahora el único lugar seguro de ese maldito sitio. Se había hecho a la idea de tener un cielo sobre su cabeza, pero eso...era muy diferente a lo que sus ojos veían ahora, ahí no había nada donde anclarse, mas allá de aquellos trozos de madera flotantes destruidos no había nada, era como un profundo horizonte que parecía querer tragárselos y eso le inquietaba- ¡Estáis todos locos, aquí no hay nada¡, que tiene de impresionante este....paisaje infinito - exclamo aunque sin alzar mucho el tono, en algún lugar de su mente no podía obviar el hecho de que estaban en zona desconocida, donde podía aparecer cualquier cosa para intentar comérselos como parte del almuerzo.
-¿De verdad podéis ser capaces de estar en un lugar tan poco tranquilizador que tiene....lo que sea que sea eso que flota, destruidos? -pregunto un poco incrédulo de ver que sus compañeros parecían en cierta forma tranquilos ante la visión, el por el momento no tomaba confianza alguna de salir de su pasaje, tenia la impresión que algo parecería de esa enorme cantidad de agua y se los tragaría, para luego esculpirlos a trozos, como había pasado con los cacharros flotantes. Y ademas eso....¿piedras brillantes? ¿Porque demonios había piedras brillantes por suelo?, ese sitio empezaba a ponerle la piel de gallina por segundos, mas que cualquier otra cosa que hubiera visto hasta ahora en aquella ciudad. Miraba con desconfianza a su alrededor quedándose en la entrada del pasaje sin salir, agobiado por aquello, en absoluto silencio mientras intentaba procesar en su mente la peligrosidad de ese sitio.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Bahía de los Naufragios
06/03/13, 05:40 pm
RR habría corroborado de forma ocurrente, con el humor sarcástico que le era propio, para expresar el evidente descontento que sentía ante el paisaje que se abría ante ellos. Pero estaba demasiado ocupado agarrándose a una piedra con todas sus extremidades en una potente pinza, cerrando los ojos tan fuerte como podía y dándole la espalda al accidente geográfico en cuestión.
-Si pensáis que voy a ir ahí fuera estáis más zumbados de lo que pensaba. Y os advierto que ponéis el listón muy alto.- comentó con la voz aguda de aquel que se ve al borde de un ataque de nervios y un colapso mental que podría desembocar en un desmayo o en un tiroteo.
Había pasado semanas soportando aquella agobiante falta de techumbre sobre su cabeza. El patio del torreón le ponía los pelos de punta, e incluso los callejones, con sus tranquilizadoras estrecheces, le habían reportado ya un susto desagradable desde arriba. La cicatriz del mordisco de aquel maldito lagarto en su torso y espalda le recordaban todos los días que, aunque solía estar jodido por los cuatro costados, los peores males siempre acudían a ensanchar un poco más su ano desde arriba. A duras penas aguantaba la cicatriz, y prefería acudir a ella el tiempo justo para tomar los recursos que necesitara. Pero aquella locura era directamente inaceptable.
En F.O.N.E.R.A había visto algunos lagos subterráneos de dimensiones más que considerables un par de veces, cierto. Pero no dejaban de ser eso: Subterráneos, provistos de un muy tranquilizador techo y aguas tranquilas, sólo perturbadas por algún que otro ser aberrante y hambriento. Y a decir verdad, ahora tenía el ánimo más adecuado para lidiar con un bicho de esos que con aquella cosa infinita que se abría ante ellos, con sus aguas bravías y lo que suponía que eran embarcaciones prehistóricas aplastadas sin piedad contra unas fauces de piedra que parecían rugir a la gran laguna infinita. Y era eso lo que más lo perturbaba, el infinito. Los foners de castas más altas normalmente habían visto o habían vivido en niveles desde dónde se contemplaba la cúpula: aquel constructo arquitectónico de proporciones colosales que, ahora que sabía de qué los separaba, apreciaba con amor y respeto hondos como los túneles. Pero él había visto las alcantarillas y los niveles bajos que, aun teniendo diámetros intimidatorios y longitudes impresionantes, no podían compararse con aquel húmedo infierno sin fin en ninguna dirección. RR se sentía , con una intensidad mayor a la habitual, pequeño, insignificante; y asustado.
-Si pensáis que voy a ir ahí fuera estáis más zumbados de lo que pensaba. Y os advierto que ponéis el listón muy alto.- comentó con la voz aguda de aquel que se ve al borde de un ataque de nervios y un colapso mental que podría desembocar en un desmayo o en un tiroteo.
Había pasado semanas soportando aquella agobiante falta de techumbre sobre su cabeza. El patio del torreón le ponía los pelos de punta, e incluso los callejones, con sus tranquilizadoras estrecheces, le habían reportado ya un susto desagradable desde arriba. La cicatriz del mordisco de aquel maldito lagarto en su torso y espalda le recordaban todos los días que, aunque solía estar jodido por los cuatro costados, los peores males siempre acudían a ensanchar un poco más su ano desde arriba. A duras penas aguantaba la cicatriz, y prefería acudir a ella el tiempo justo para tomar los recursos que necesitara. Pero aquella locura era directamente inaceptable.
En F.O.N.E.R.A había visto algunos lagos subterráneos de dimensiones más que considerables un par de veces, cierto. Pero no dejaban de ser eso: Subterráneos, provistos de un muy tranquilizador techo y aguas tranquilas, sólo perturbadas por algún que otro ser aberrante y hambriento. Y a decir verdad, ahora tenía el ánimo más adecuado para lidiar con un bicho de esos que con aquella cosa infinita que se abría ante ellos, con sus aguas bravías y lo que suponía que eran embarcaciones prehistóricas aplastadas sin piedad contra unas fauces de piedra que parecían rugir a la gran laguna infinita. Y era eso lo que más lo perturbaba, el infinito. Los foners de castas más altas normalmente habían visto o habían vivido en niveles desde dónde se contemplaba la cúpula: aquel constructo arquitectónico de proporciones colosales que, ahora que sabía de qué los separaba, apreciaba con amor y respeto hondos como los túneles. Pero él había visto las alcantarillas y los niveles bajos que, aun teniendo diámetros intimidatorios y longitudes impresionantes, no podían compararse con aquel húmedo infierno sin fin en ninguna dirección. RR se sentía , con una intensidad mayor a la habitual, pequeño, insignificante; y asustado.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Bahía de los Naufragios
07/03/13, 12:53 am
Shizel notaba las ráfagas de aire húmedo en contacto con su piel a medida que se acercaban a la bahía, y cada vez estaba más impaciente por llegar a su origen. No era la misma brisa de lago propia de su ciudad, el aire era más salino y cargado, pero no dejaba de ser la familiar atmósfera húmeda cercana a una fuente de agua. Entre la marabunta de cambios más urgentes que había entrañado Rocavarancolia, apenas había sido consciente hasta ahora de que en aquel mundo incluso el aire que respiraba le era extraño.
Sin embargo se le cayó el alma a los pies en cuanto vio el estrecho pasaje que daba acceso a la bahía. De inmediato su cuerpo procesó una respuesta tajantemente negativa y el idrino frenó en seco. La sola idea de internarse en aquel agujero le pareció de repente una tarea colosal.
Shizel se había convencido a sí mismo con los años de que la claustrofobia sólo había sido una niñería pasajera, pero ahora dicha firmeza flaqueaba alarmantemente. Escaneó los alrededores frenéticamente en busca de otro acceso al interior que no fuese un jodido túnel cerrado, dejando que todos los demás pasasen por delante de él para hacer tiempo. No obstante sus súplicas silenciosas no tuvieron respuesta y el idrino vaciló unos momentos, ahora solo al otro lado y clavado en el sitio, sintiéndose incapaz de dar un paso más.
Sobresaltado se dio cuenta de que le estaba pasando eso, y en presencia de un grupo entero de gente. El inmediato pánico a que se dieran cuenta fue tan intenso que sobrepasó el irracional.
"No. Ni hablar", pensó apretando los dientes con tozudez. Era cosa sabida en Idris: las fobias eran una fantasmada, un cuento que la gente sin autocontrol se inventaba para defenderse o llamar la atención, o en el peor de los casos una tara mental. Más le valía a Shizel que no fuese así: sus padres y el resto del mundo ya se lo habían dejado claro en su momento.
Cerró los puños con tanta fuerza que se hizo daño. "No soy un maldito enfermo."
Sin darse tiempo a pensar en lo que estaba haciendo se adentró a paso fuerte en el interior del túnel en pos de los otros.
Apenas avanzó un par de metros hacia el interior el deseo de volver le asaltó inmediatamente. A su mente volvió con la fuerza de una bola de demolición la asfixiante sensación, que creía relegada a un rincón olvidado de su mente, de que cualquier espacio en el que pudiera tocar las dos paredes a la vez con las manos estaba mal. Empezó a respirar más rápido e incluso la visión de la luz al otro lado apenas ayudó a mitigar la repentina sensación de sudor frío. Oyó de lejos la pregunta de Branniel pero hizo caso omiso, concentrándose en apartar de su mente pensamientos morbosos sobre qué pasaría si de repente y contra toda lógica aquello se derrumbaba, dejándole encerrado. El comentario de DL no contribuyó en absoluto a mejorarlo y el idrino probablemente habría acabado espetándole de malos modos que se callara de no tener la boca demasiado seca.
Al otro lado del túnel le llegaban el sonido del mar y las vaharadas de aire fresco, y Shizel se aferró a aquello como una tabla salvadora. Volvió a acelerar inconscientemente el paso y acabó abriéndose paso sin miramientos entre los pocos que aún bloqueaban la salida.
Los quince o veinte metros a través de los que se extendía aquel túnel a través del acantilado le parecieron interminables. Cuando llegó al otro lado la sensación de alivio fue tan abrumadora que apartó temporalmente de su mente el puñetazo psicológico que acababa de sufrir.
Por una vez ni siquiera se le ocurrió reparar en lo ruinoso de los barcos, en los restos que ensuciaban el agua o cualquier aspecto desagradable de aquel lugar en general. Cerró los ojos y respiró lo más profundamente que pudo, llenándose los pulmones con el aire húmedo y liberando al exhalar toda la tensión que llevaba acumulando sin saberlo hasta ese momento. Por primera vez casi un mes, se sentía en casa.
-No muy lejos de aquí- contestó finalmente a Branniel, embargado de aquella nueva calma nostálgica-. Ahora es un poco tarde, pero pensaba ir mañana durante unas cuantas horas... Si quieres apuntarte, adelante.
Algo un poco más atrás le distrajo: concretamente las protestas de DL y RR, cada uno en su particular grado de pánico.
"No puede ser..." Era el maldito mar, lo único medianamente familiar o bonito de ver en aquel estercolero de ciudad, ¿y ahora resultaba que no les gustaba?
No obstante, no necesitó más que abrir los ojos y echar un vistazo a la escena para recordar de repente el pánico del primer día de cosecha. Si habían reaccionado así ante la mera vista de cielo abierto, aquello debía provocarles aquel miedo irracional multiplicado por diez.
"No soy el único tocado de ahí arriba entre los presentes...", pensó con cierta tristeza.
-Es como un estanque, pero más grande, eso es todo- le explicó pacientemente a DL. Prefirió no hacer menciones a su extensión verdadera: no haría más que empeorar las cosas-. Lo que flota son barcos viejos, servían para desplazarse de una orilla a otra. Aunque éstos son una ruina, van a vela...- añadió. El hecho de tener que explicar justamente algo que daba tan por sentado en su vida anterior sólo añadía más surrealismo al asunto. Alzó la vista hacia el faro-. Y descuida, no los hundió ningún monstruo, si eso estabas pensando. Los barcos suelen estrellarse en sitios así, es lo que tiene que haya un faro justo encima de un maldito promontorio de rocas- se le coló cierta frustración en la voz. ¿De qué honda sima de la estupidez humana había salido el arquitecto que había dado aprobación a aquello?
Distinguió la voz semihistérica de RR en alguna parte y tras localizarlo decidió que aquello era prioritario; DL parecía llevarlo visiblemente mejor. O quizá no, pero al menos no amenazaba con hacerse una madriguera entre las rocas.
Antes de que su mente pudiese registrar la cansina reacción aprendida de vergüenza ajena frente a un acto irracional, a ella acudió de inmediato la indefensión que había sentido apenas unos minutos atrás, por algo que creía haber tenido superado hacía años.
Quizá fue eso lo que le hizo rodear la roca a la que se agarraba el foner con todas sus fuerzas, y agacharse hasta quedar a su altura. Con el dedo dio par de toquecitos a la frente de RR, con delicadeza, para que se enterase de que estaba allí.
-Cerrar los ojos no ayuda- dijo en voz baja. Demasiado bien lo sabía-. Sólo para que te lo imagines peor de lo que es.
Miró atrás para asegurarse de que nadie les escuchaba. Sufrir un ataque de pánico en público sería una pesadilla para él, y quería sacar de esa al foner cuanto antes. Además de que no había gastado horas de su vida y parte de su magia en aquella escopeta para que ahora su propietario entrara en coma por el trauma de ver un charco grande.
-Todos los sitios de esta ciudad son igual de peligrosos- añadió con calma. No valía la pena andarse con eufemismos, y estaba seguro de que el foner no era el tipo de persona que los apreciaba-, y estarás de acuerdo en que en un sitio peligroso lo peor que puedes hacer es darle la espalda. El mar no va a salirse de su sitio y atacarte- añadió en tono tranquilizador-. Es agua, sólo agua, y se acaba en alguna parte. Ni siquiera tienes que mirarla, puedes caminar mirando al acantilado...
Era curioso, y a la vez bastante inquietante, ver a RR tan vulnerable. Shizel esperaba que su intento hubiese servido de algo y que el problema del foner fuese menos irracional que el suyo propio.
Sin embargo se le cayó el alma a los pies en cuanto vio el estrecho pasaje que daba acceso a la bahía. De inmediato su cuerpo procesó una respuesta tajantemente negativa y el idrino frenó en seco. La sola idea de internarse en aquel agujero le pareció de repente una tarea colosal.
Shizel se había convencido a sí mismo con los años de que la claustrofobia sólo había sido una niñería pasajera, pero ahora dicha firmeza flaqueaba alarmantemente. Escaneó los alrededores frenéticamente en busca de otro acceso al interior que no fuese un jodido túnel cerrado, dejando que todos los demás pasasen por delante de él para hacer tiempo. No obstante sus súplicas silenciosas no tuvieron respuesta y el idrino vaciló unos momentos, ahora solo al otro lado y clavado en el sitio, sintiéndose incapaz de dar un paso más.
Sobresaltado se dio cuenta de que le estaba pasando eso, y en presencia de un grupo entero de gente. El inmediato pánico a que se dieran cuenta fue tan intenso que sobrepasó el irracional.
"No. Ni hablar", pensó apretando los dientes con tozudez. Era cosa sabida en Idris: las fobias eran una fantasmada, un cuento que la gente sin autocontrol se inventaba para defenderse o llamar la atención, o en el peor de los casos una tara mental. Más le valía a Shizel que no fuese así: sus padres y el resto del mundo ya se lo habían dejado claro en su momento.
Cerró los puños con tanta fuerza que se hizo daño. "No soy un maldito enfermo."
Sin darse tiempo a pensar en lo que estaba haciendo se adentró a paso fuerte en el interior del túnel en pos de los otros.
Apenas avanzó un par de metros hacia el interior el deseo de volver le asaltó inmediatamente. A su mente volvió con la fuerza de una bola de demolición la asfixiante sensación, que creía relegada a un rincón olvidado de su mente, de que cualquier espacio en el que pudiera tocar las dos paredes a la vez con las manos estaba mal. Empezó a respirar más rápido e incluso la visión de la luz al otro lado apenas ayudó a mitigar la repentina sensación de sudor frío. Oyó de lejos la pregunta de Branniel pero hizo caso omiso, concentrándose en apartar de su mente pensamientos morbosos sobre qué pasaría si de repente y contra toda lógica aquello se derrumbaba, dejándole encerrado. El comentario de DL no contribuyó en absoluto a mejorarlo y el idrino probablemente habría acabado espetándole de malos modos que se callara de no tener la boca demasiado seca.
Al otro lado del túnel le llegaban el sonido del mar y las vaharadas de aire fresco, y Shizel se aferró a aquello como una tabla salvadora. Volvió a acelerar inconscientemente el paso y acabó abriéndose paso sin miramientos entre los pocos que aún bloqueaban la salida.
Los quince o veinte metros a través de los que se extendía aquel túnel a través del acantilado le parecieron interminables. Cuando llegó al otro lado la sensación de alivio fue tan abrumadora que apartó temporalmente de su mente el puñetazo psicológico que acababa de sufrir.
Por una vez ni siquiera se le ocurrió reparar en lo ruinoso de los barcos, en los restos que ensuciaban el agua o cualquier aspecto desagradable de aquel lugar en general. Cerró los ojos y respiró lo más profundamente que pudo, llenándose los pulmones con el aire húmedo y liberando al exhalar toda la tensión que llevaba acumulando sin saberlo hasta ese momento. Por primera vez casi un mes, se sentía en casa.
-No muy lejos de aquí- contestó finalmente a Branniel, embargado de aquella nueva calma nostálgica-. Ahora es un poco tarde, pero pensaba ir mañana durante unas cuantas horas... Si quieres apuntarte, adelante.
Algo un poco más atrás le distrajo: concretamente las protestas de DL y RR, cada uno en su particular grado de pánico.
"No puede ser..." Era el maldito mar, lo único medianamente familiar o bonito de ver en aquel estercolero de ciudad, ¿y ahora resultaba que no les gustaba?
No obstante, no necesitó más que abrir los ojos y echar un vistazo a la escena para recordar de repente el pánico del primer día de cosecha. Si habían reaccionado así ante la mera vista de cielo abierto, aquello debía provocarles aquel miedo irracional multiplicado por diez.
"No soy el único tocado de ahí arriba entre los presentes...", pensó con cierta tristeza.
-Es como un estanque, pero más grande, eso es todo- le explicó pacientemente a DL. Prefirió no hacer menciones a su extensión verdadera: no haría más que empeorar las cosas-. Lo que flota son barcos viejos, servían para desplazarse de una orilla a otra. Aunque éstos son una ruina, van a vela...- añadió. El hecho de tener que explicar justamente algo que daba tan por sentado en su vida anterior sólo añadía más surrealismo al asunto. Alzó la vista hacia el faro-. Y descuida, no los hundió ningún monstruo, si eso estabas pensando. Los barcos suelen estrellarse en sitios así, es lo que tiene que haya un faro justo encima de un maldito promontorio de rocas- se le coló cierta frustración en la voz. ¿De qué honda sima de la estupidez humana había salido el arquitecto que había dado aprobación a aquello?
Distinguió la voz semihistérica de RR en alguna parte y tras localizarlo decidió que aquello era prioritario; DL parecía llevarlo visiblemente mejor. O quizá no, pero al menos no amenazaba con hacerse una madriguera entre las rocas.
Antes de que su mente pudiese registrar la cansina reacción aprendida de vergüenza ajena frente a un acto irracional, a ella acudió de inmediato la indefensión que había sentido apenas unos minutos atrás, por algo que creía haber tenido superado hacía años.
Quizá fue eso lo que le hizo rodear la roca a la que se agarraba el foner con todas sus fuerzas, y agacharse hasta quedar a su altura. Con el dedo dio par de toquecitos a la frente de RR, con delicadeza, para que se enterase de que estaba allí.
-Cerrar los ojos no ayuda- dijo en voz baja. Demasiado bien lo sabía-. Sólo para que te lo imagines peor de lo que es.
Miró atrás para asegurarse de que nadie les escuchaba. Sufrir un ataque de pánico en público sería una pesadilla para él, y quería sacar de esa al foner cuanto antes. Además de que no había gastado horas de su vida y parte de su magia en aquella escopeta para que ahora su propietario entrara en coma por el trauma de ver un charco grande.
-Todos los sitios de esta ciudad son igual de peligrosos- añadió con calma. No valía la pena andarse con eufemismos, y estaba seguro de que el foner no era el tipo de persona que los apreciaba-, y estarás de acuerdo en que en un sitio peligroso lo peor que puedes hacer es darle la espalda. El mar no va a salirse de su sitio y atacarte- añadió en tono tranquilizador-. Es agua, sólo agua, y se acaba en alguna parte. Ni siquiera tienes que mirarla, puedes caminar mirando al acantilado...
Era curioso, y a la vez bastante inquietante, ver a RR tan vulnerable. Shizel esperaba que su intento hubiese servido de algo y que el problema del foner fuese menos irracional que el suyo propio.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Bahía de los Naufragios
07/03/13, 04:34 pm
Sonreí cuando conseguí que mi mente dejase de estar tan maravillada como para dejar entrar aire a mis pulmones. Aquel lugar era hermoso, y esperaba poder encontrar algún grabado en la biblioteca que mostrase a Rocavarancolia en sus años de esplendor: estaba seguro de que la visión de la ciudad sería tan magnífica como la que tenía ante nuestros ojos. Casi ni escuché la respuesta de Shizel a mi pregunta.
—Sí, creo que me uniré mañana —le dije, esperando poder encontrar lo que buscaba allí—. Quiero ver si encuentro un libro que explique la decadencia de la ciudad, y—
Sin embargo, en ese momento me di cuenta que Shizel no estaba conmigo. Me giré y vi una escena que me dejó a cuadros.
DL estaba gritando nuestra locura a los cuatro vientos, aterrado por los barcos y extrañado por que nos gustase el "paisaje infinito", como él decía.
—¿En serio no te gusta el mar? —mi pregunta venía con auténtica sorpresa, mezclada con cierta gracia, no podía evitarlo al ver al chico tan aterrado—. ¡Pero si es hermoso! Venga, el agua parece bastante limpia, y los trozos de conchas y cristal hacen que el suelo sea toda una maravilla.
No obstante, justamente entonces vi qué estaba haciendo Shizel. No pude evitar contener una corta risa ante la imnagen de RR, que parecía tan seguro en el torreón, agarrado en las rocas de tal manera que parecía querer hacerse uno con ellas. Me giré para que nadie viese la sonrisa que tenía, dudaba que si RR se enterase se lo tomase bien una vez saliésemos de allí. Y dudaba más todavía que le gustase a Shizel, que ni siquiera tenía los problemas de los foners.
—Bueno, ¿cojemos lo que RR necesita? Cuanto más rápido lo hagamos, antes nos iremos —pesperaba que eso ayudase a los foners a superar su momentánea parálisis, aunque tampoco es que yo tuviese muchas ganas de dejar de contemplar el paisaje—.
—Sí, creo que me uniré mañana —le dije, esperando poder encontrar lo que buscaba allí—. Quiero ver si encuentro un libro que explique la decadencia de la ciudad, y—
Sin embargo, en ese momento me di cuenta que Shizel no estaba conmigo. Me giré y vi una escena que me dejó a cuadros.
DL estaba gritando nuestra locura a los cuatro vientos, aterrado por los barcos y extrañado por que nos gustase el "paisaje infinito", como él decía.
—¿En serio no te gusta el mar? —mi pregunta venía con auténtica sorpresa, mezclada con cierta gracia, no podía evitarlo al ver al chico tan aterrado—. ¡Pero si es hermoso! Venga, el agua parece bastante limpia, y los trozos de conchas y cristal hacen que el suelo sea toda una maravilla.
No obstante, justamente entonces vi qué estaba haciendo Shizel. No pude evitar contener una corta risa ante la imnagen de RR, que parecía tan seguro en el torreón, agarrado en las rocas de tal manera que parecía querer hacerse uno con ellas. Me giré para que nadie viese la sonrisa que tenía, dudaba que si RR se enterase se lo tomase bien una vez saliésemos de allí. Y dudaba más todavía que le gustase a Shizel, que ni siquiera tenía los problemas de los foners.
—Bueno, ¿cojemos lo que RR necesita? Cuanto más rápido lo hagamos, antes nos iremos —pesperaba que eso ayudase a los foners a superar su momentánea parálisis, aunque tampoco es que yo tuviese muchas ganas de dejar de contemplar el paisaje—.
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