Bahía de los Naufragios

La señal fue un claro resplandor rojo en el aire y Zarpa salió disparada. Había tenido un mejor tiempo de reacción que Adru gracias a sus reflejos felinos pero el gamusino no tardó en dejarla atrás, dejando una brillante estela de formas suyas en carrera. La leoparda aceleró todo lo que pudo pero aún así Adru llegó primero que ella por unos segundos.

Al llegar se sentó para recuperar un poco el oxígeno y se fijó en que había aparecido una mochila al lado de la naga.

Strix abrió la mochila y extrajo dos botellas con dando una a cada una.

-No está mal - les dijo.- Esas botellas contienen agua mezclada con una poción que os ayudará a mejorar los músculos. No tenéis magia y en el caso de Adru no sé si tus amigos sabrán ya como ayudarte a recuperarte de la fatiga tras un entrenamiento intenso.

>>Veo que serás mucho más rápida que Zarpa, a pesar de su tiempo de entrenamiento no has tardado en dejarla atrás y eso apenas dominando tu transformación. De todas formas ninguna ha mostrado su verdadera velocidad. No, no por vuestra propia mano - señaló la arena y le dio unos toquecitos con la cola.- Siempre cuesta más esfuerzo y ralentiza ligeramente moverse sobre una superficie que no es del todo sólida. Correr sobre arena es un buen entrenamiento.

-Ahora quiero que hagáis lo mismo, Zarpa irás alternando entre tus diversas formas. Y Adru, quiero que tú intentes ir más lento, me gustaría comprobar a qué velocidad empiezas a generar y mantener remanencias constantes - les dijo antes de despacharlas de vuelta al principio de la playa.

"¿Qué te parece si esta tarde te pasas por mi habitación y te dejo algunos de mis libros sobre dragones? Tienen dibujos muy buenos sobre los distintos tipos y los describen muy bien". le comentó por el camino.

Agradeció entre jadeos la botella que le tendió la naga y la bebió de un trago, atragantándose un poco en el proceso. Al terminar observó la botella vacía como si pudiera ver la magia a la que se refería la naga dentro de ella.
—Guau, sí que me siento mucho mejor de pronto —aseguró tendiéndole la botella vacía de vuelta—. Neil sabe hacer un hechizo que hace que te sientas mejor, pero no sé si es ese.

A continuación Strix les explicó acerca de la carrera que habían hecho y el gamusino se enorgulleció de saber cómo de rápido podía llegar a ser: le encantaba correr con sus nuevas capacidades. Observó la arena cuando la ulterana hizo mención a ella y tomó nota: tenía que volver a probar a esprintar de la misma manera pero en las calles de la ciudad. Aunque se preguntaba si había algún lugar con suficiente espacio para no chocarse…

Estaba divagando y se estiró de pronto al oír su nombre, a tiempo para escuchar sus instrucciones personales.
—¡A la orden! —dijo realizando un saludo militar.

>>¡Oh, sí! —respondió a la pregunta telepática—. ¡Quiero verlos!
Una vez volvieron al punto de inicio anterior, el gamusino dudó unos instantes antes de empezar a trotar, aumentando progresivamente la velocidad. Las primeras remanencias no tardaron en aparecer, aunque a intervalos mucho más amplios que antes.

Que el gamusino aceptase puso de mucho mejor humor a la licántropa. Los dragones habían sido una de sus mayores aficiones desde que había llegado a la ciudad, y poder compartir aquello con alguien al que parecía que le gustaban tanto como a ella era algo genial.

Salió corriendo en cuando vio la señal y a medio camino fue cambiando de aspecto hasta que llegó a la meta completamente en su anterior forma. Jadeaba pero se sentía bien.

Strix les mandó repetir aquella misma prueba dos veces más. Cuando llegaba la naga anotaba unas cosas en una libreta que sostenía con sus mechones de pelo.

-Bien, ahora que ya hemos terminado el calentamiento quizá sea hora de aumentar el nivel - les dijo volviendo a beber de su botella.- Vas a correr sobre el agua, Adru. Te pondré una serie de protecciones para que no sea peligroso. Tampoco quiero que te adentres mucho en el agua, apenas unos metros pero quiero que corras paralela a la costa, ¿crees que podrás?

Strix les indicó parar para cambiar de ejercicio, y Adru no podía estar más contento de lo que oía: podría por fin correr sobre el agua.
—Nunca lo he hecho antes, pero creo que sí —respondió a la naga con convencimiento—. En paralelo a la costa y sin meterme mucho. Lo pillo —repitió más para sí que para su entrenadora.
Esperó a que la ulterana conjurase sobre ella las protecciones que había mencionado y trotó hasta estar a unos metros de la orilla desde el lugar donde Strix les había mandado iniciar la carrera del principio. Le dedicó un gesto de asentimiento a Zarpa y echó a correr. Al principio no muy rápido, pero después aceleró hasta que empezaron a aparecer las remanencias. Un poco más. Entró al agua.

—¡Wooooo!
El agua salpicaba con fuerza a su alrededor mientras se adentraba en esta sin dejar de correr. Tuvo que realizar un giro muy amplio para volver hacia la orilla, pues no sabía si al decelerar demasiado se iba a hundir y no sabía nadar. Esperaba que Strix no se enfadase porque se hubiera adentrado tanto al principio: no había podido evitarlo. Haciendo la parábola consiguió colocarse a una distancia que esperaba fuera suficiente cerca de la orilla y corrió sobre el océano hasta llegar al punto en el que le esperaba la ulterana, haciendo un zigzag algo más amplio que en tierra para asegurarse de que no se iba a hundir. Salió del agua aun corriendo, acabando unos metros alejada de Strix por el mismo motivo que antes. Volvió junto a ella con una breve carrera y miró hacia el mar haciendo visera con la mano.
>>Mirad todas esas Adru —dijo con una gran sonrisa mientras las remanencias empezaban a desaparecer una tras otra—. Menos mal que no se pueden hundir: no creo que sepan nadar tampoco —bromeó.

Strix y Zarpa observaron los progresos del gamusino. Ciertamente era impresionante aquello de poder correr sobre el agua, ciertamente tanto la licántropa como la naga sabían nadar bastante bien pero ¿correr? La Luna no les había concedido tal don.

La entrenadora apuntó más cosas en su libreta y finalmente miró a la leoparda.

-¿Qué haces aún aquí? - preguntó frunciendo el ceño.

"No me has dicho qué hacer a continuación y yo..."

-Sigue corriendo - la cortó.- ¿Crees que no me he fijado en que has pillado un par de kilos? De una punta a otra de la playa, cada vuelta en una forma distinta. Venga, venga - la despachó.

-Impresionante - respondió Strix al gamusino.- Tengo tu siguiente tarea. Volverás a correr sobre el agua, pero irás decelerando hasta que te hundas en el agua, de esa forma sabremos cuál es la velocidad mínima a la que debes ir para poder hacer esto - dijo tras tomar otro sorbo de su té.- No te preocupes, tendré un hechizo de levitación preparado para recogerte, no voy a dejar que te ahogues.

Observó a Strix con una ligera duda en un principio: el gamusino no solía tenerle miedo a nada, pero el océano era algo que le resultaba totalmente ajeno y hundirse de repente no creía que fuese a ser demasiado agradable. Se le disiparon las dudas en cuanto le aseguró que le sacaría con magia, pues se fiaba de ella y si era lo mejor para su entrenamiento estaba más que dispuesto a correr el riesgo. Además seguro que al final resultaría una experiencia emocionante.
—¡A la orden!

Repitió el proceso anterior y empezó corriendo a bastante velocidad, dando quiebros amplios sobre el agua y aminorando la velocidad cada vez hasta que en uno de los quiebros no hubo ninguna remanencia y la edeel notó un repentino tirón. La gravedad le reclamaba al no oponer más resistencia el agua bajo sus pies y pronto se vio sumergida bajo el mar. Una ristra de burbujas salieron de su nariz y boca e intentó abrir los ojos para poder ver qué estaba pasando a su alrededor, pero otra fuerza tiró de ella: el hechizo de la naga.

Adru salió del agua tosiendo entre risas, con el pelo y las orejas pegados a su cabeza debido a lo mojados que estaban.
—Fue divertido pero creo que debería aprender a nadar antes de repetir. ¿Cómo te va, Zarpa? —Elevó la voz para que la varmana que corría por la playa le pudiese oír.

La naga tomaba notas con calma y cuando vio a Adru hundirse liberó el hechizo de levitación sacando al gamusino del agua. Lo trajo hasta su lado y lo posó con cuidado sobre la arena.

-Bien, bien - le dijo.- Una última prueba Adru y con esto habremos acabado con la parte de correr - secó al gamusino con un hechizo.- Quiero que corras en círculo generando remanencias constantes hasta que no puedas más. Mediremos tu resistencia a esa velocidad para ver de donde partimos, así podré saber con qué trabajo y te haré un sistema de ejercicios y una dieta especializados - comentó.- Sobre todo proteína para que ganes músculo.

Zarpa seguía corriendo de una punta a la otra de la playa, sin parar.

"Hasta las orejas de tanta arena. Cuando llegue la ducha va a ser larguísima para quitarme toda la arena" respondió sólo para el gamusino.

Adru rió ante la respuesta de Zarpa.
—Bueno, las duchas sientan muy bien.
Era cierto que la arena podía llegar a ser un poco molesta, pero la de aquella playa no era demasiado fina así que el gamusino no tenía queja realmente por entrenar allí. Se giró para seguir atendiendo a Strix, haciendo como que trotaba en el sitio ante la mención de la última prueba sobre correr. Dedicó a la naga otro saludo militar y empezó a correr como le había indicado. Hizo el círculo muy amplio para poder hacer quiebros sin problema ni marearse. Estuvo corriendo durante unos minutos forzándose al máximo hasta que tuvo que bajar el ritmo poco y a poco y las remanencias dejaron de aparecer. Se detuvo entonces, jadeando fuertemente y arrastrándose hacia Strix.
>>¿Qgu…? Ah… No uef… —dejó de intentar hablar para respirar más profundamente y recuperar el aliento.

Strix siguió de cerca los esfuerzos del gamusino, no estaba nada mal. No partía de una mala base para trabajar con él. Cuando por fin terminó de dar vueltas visiblemente cansado la naga le dirigió una sonrisa.

-Descansa cinco minutos - dijo mientras tomaba apuntes en su libreta.- Tú no - reprendió a Zarpa que pasaba por allí y tenía intención de tomar aquellos cinco minutos si no le decían nada. A su pesar siguió corriendo.

-Dime, Adru. ¿Qué conocimientos tienes de combate? ¿Algún tipo de arte marcial o estilo de combate? ¿Algún arma predilecta? - por supuesto Strix había visto con qué armas había llegado, pero aquello podía ser por la costumbre del uso mientras era cosechado.

Mientras tanto Strix seguía tomando apuntes en su libreta, esta vez elaborando un plan de entrenamientos.

Se sentó en una piedra todavía jadeando fuertemente, no poniendo ninguna pega al descanso de cinco minutos que le habían mandado. Poco a poco consiguió regresar su respiración a un ritmo más normal y su corazón ya no parecía que fuese a salírsele por la boca y pudo responder a la naga.
—Ain nos enseñó un poco de artes marciales antes de… —Se detuvo, no queriendo rememorar aquello—. Bueno, él no sobrevivió, pero seguimos practicando por nuestra cuenta algunos. Y… Me gusta usar lanzas y bastones como ese —señaló el bō que había llevado—. Y dos espadas cortas. Además también uso el arco… Pero no tengo tan buena puntería, aunque me gustaría mejorar.

Strix asintió mirando al gamusino y evaluándolo. No preguntó por su compañero caído, a nadie le gustaba rememorar aquello, pero ese chico podía haber hecho algo bien antes de morir.

-Estoy de acuerdo con tu elección de armas, son armas basadas en la agilidad y la velocidad antes que la fuerza - comentó con una sonrisa amable en los labios.- Con las lanzas y los bastones podría convenirte aprender a hacer piruetas en el combate, y desde luego tendrás que aprender a extraer toda la fuerza que puedas de tu aceleración pero es un buen punto de inicio. Oh - dijo recordando otra cosa que le podía venir bien.- Quizá quieras hablar con Zarpa, últimamente está aprendiendo a hacer carrera libre por los edificio de la ciudad y es algo que te puede interesar aprender.

-Respecto al arco... - comentó un poco desdeñando el hecho.- No te interesa ahora mismo centrarte en ese arte, llegar a ser realmente bueno lleva mucho tiempo y no lo tenemos. Quizá cuando pases las pruebas y llegues a ser jinete puedas retomarlo. Por supuesto no me niego a que dediques tu tiempo libre a ello.

-¿Te importaría mostrarme lo que os enseño vuestro compañero? Yo seré tu sparring - finalizó dejando la libreta levitando y poniéndose en posición.

Casi se podía ver como le brillaban los ojos al gamusino con cada cosa que decía la naga. ¿Piruetas en el combate? ¿Correr por los edificios en carrera libre? ¿Dónde había que firmar?
—¡Oh, qué guay! Se lo diré luego a Zarpa porque hemos quedado para que me preste sus libros de dragones —le explicó a la ulterana.

Asintió cuando le dijo que no se centrase por el momento en el arco, aunque sin duda iba a seguir practicando por su cuenta porque sentía que un arma a distancia también era importante. Se levantó de un salto cuando Strix le pidió que le mostrase lo que había aprendido de Ain y se puso en pose de combate: un pie adelantado y los puños a la altura correcta. El humano había insistido mucho sobre aquello y el gamusino no lo había olvidado.
—Nos enseñó cómo dar buenos puñetazos y patadas.
La edeel hizo una demostración de los diferentes tipos de puñetazo y la forma correcta de dar patadas que le habían enseñado, aunque no se atrevía a golpear a su entrenadora y simplemente detenía la trayectoria justo antes de darle.

Strix estaba preparada para detener el golpe del gamusino pero éste nunca llegó. La edeel detenía los golpes antes de que llegasen a tocarla, razón por la cual la naga relajó ligeramente su postura. Observó la forma que le habían enseñado y asintió ligeramente corrigiendo la postura del gamusino alguna vez.

-No está mal, no es mala base - dijo volviendo a apuntar algunas cosas en su libreta.- Falta pulir algunas cosas. Por ejemplo estás demasiado rígida a la hora de golpear, pero no es algo preocupante. La fluidez llega con la práctica. Debes trabajar hasta que esas cosas te salgan por instinto, memoria muscular.

>>Pero como ya he dicho es algo que vendrá con la práctica. Por hoy hemos terminado - le dijo recogiendo la mochila del suelo.- El próximo día veremos cómo te desenvuelves con las armas. Esta tarde te daré una tabla de ejercicios y la dieta. Si tienes cualquier duda acude a mí o en su defecto a Zarpa si no me encuentras. Si tienes alguna otra pregunta la resolveré de camino a la Sede.

Varsai se desplomó resoplando en la arena cerca de ellas. Profería ciertas maldiciones en un murmullo mental. Se levantó y se acercó con ganas de irse ya a la ducha y luego a comer algo.

Adru se alegró de escuchar las palabras de Strix: la necesidad de práctica no era algo a lo que le tenía ningún miedo, pues cuando el gamusino había afirmado que se iba a esforzar lo decía completamente en serio.
—¡Vale, muchas gracias por todo! —respondió a la naga con entusiasmo. Después se dirigió hacia Varsai—. Si quieres podemos descansar unos minutos y me cuentas cómo son esos libros de dragones que tienes —propuso al ver a la licántropo extenuada.

Tras charlar un rato con la varmana sentados en la arena tomándose un merecido respiro, el gamusino volvió corriendo a la sede. No es que no estuviese agotado también, pero tenía todavía la adrenalina en el cuerpo.