Bahía de los Naufragios

Toima, Tania y Nia

La ulterana, tras haber vuelto del viaje a Libo, entró en su cuarto directamente, muerta de sueño despidiendose de todos hasta el siguiente dia. Tirada en su lecho, mientras la consciencia se resbalaba de su mente, se acordó de lo que le dijo a Gael un dia antes y se durmio con una sonrisa.

Cuando se despertó, se puso a prepararse para los entrenamientos, dispuesta a pedirle a Gael una fecha para cuando fuesen a esa escapada que tenia planeada. Mientras, los guerreros de la sede salian bostezando de sus camas. El enorme ulterano estaba de mejor humor que en el dia anterior, por la resaca y se dio cuenta de que entonces aquel iba a ser el dia en el que empezarian con el grupo de incursión. Bostezó de sueño mientras cogia una tostada ofrecida por la nublina quien estaba radiante, como cualquier otro dí.

Ambos torreones pusieron rumbo a los entrenamientos, Nia le preguntó a Gael de camino cuando tendría tiempo para aquello de lo que le habló y el chico contestó que en el día más próximo lo harian. Nia contenta con eso, no sabia lo que estaba por pasar. Todo ocurrio muy rápido. Alterando la rutina habitual de los entrenamientos, la cara poco esperada de Giz aparecio y reveló una inquietante noticia: Noel y Vacuum hermanos. Nia se llevó las manos a la boca mientras dejaba escapar una exhalacion de sorpresa mientras miraba incrédula a los dos mencionados. Por otra parte, Toima se quedó de piedra, sin reaccionar, salvo sus ojos, que se movian como rayos de un hermano a otro.

-Vaya...-dijo Nia al fin.-Se ve que esta ciudad no deja de sorpender... ¿Quien dijo que ibas a encontrar un hermano aqui, Vacuum?-fueron las palabras de la niña cuando se enteró de la noticia. Pero su voz pronto quedó ensombrecida por la de Noel quien insultó, inconscientemente, a sus padres y, por defecto a los de Vacuum, provocando la ira del hermano mayor quien inicio una pelea entre hermanos. En el rostro de Nia y de Tania se veia la preocupación. ¿Porque se peleaban por aquella noticia? Sin embargo, la cara de poquer del ulterano observaba a ambos combatientes con indiferencia, casi como quien contemplaba a dos animales salvajes pelearse. El brillo de la confusión en sus ojos le delataba, pero su lenguaje corporal era reducido. Cuando la pelea terminó e hicieron las paces, Toima se sostuvo sobre sus pies y andó calmado hacia aquellos dos chicos, maugullados y llorando. Las palabras de Wed le confundieron. Le hicieron pensar que en la tierra era normal que los hermanos tuvieran luchas tan crueles cosa que le hizo repleantearse tu teoria de que los humanos eran, en general, débiles y blanditos de espiritu. Se acercó a ambos y les dio un capón sonoro, aunque el hado apenas se movio del sitio por la resistencia de su piel.

-Yo... No se de hermanos. Nunca los he tenido. Pero dudo mucho que sea costumbre entre ellos el hacerse daño. En ulterania los hermanos se quieren. O eso creo. No seais tiburones y haced caso a Adara coño, que lo ha puesto de puta madre dicho, ya sabeis que las palabras no son lo mio.-acto seguido, siguieron hablando un rato, el ulterano a su lado. Una sonrisa se asomaba en sus labios discretamente, pues habia sido una sorpresa para él que dos de sus mejores amigos fueran familia. Noel cayó rendido, muerto de sueño y Toima le revolvio el pelo antes de girarse al griego.-Te tengo el ojo puesto, Vacuum...-le dijo en un tono amenazante de broma que terminó con una sonrisa, pues sabia de sobra que necesitarian tiempo para hablar. Alcanzó al otro grupo, mientras estaba pensativo. El enorme albino solo salio de sus pensamientos cuando la voz del vampiro resonó su apodo.

-¿Eh? ¿Qué?-dijo al principio, algo confundido. Para alcanzó el tema de la conversación chasqueó la lengua y sus ojos rodaron.-Claro, cuando quieras...-le contestó, revolviendose el flequillo que estaba ligeramente crispado.

A Wen no le costó mucho darse cuenta que lo que había dicho no había sido lo adecuado, solo tuvo que mirar la reacción de los demás. La británica no sabía cómo solucionarlo y era, prácticamente, la primera vez en su vida que le importaba el efecto que habían tenido sus palabras en los demás. Cuando Vac durmió a Noel y pidió que los dejaran solos.

- Si, lo sé, no hace falta que me miréis así. - les dijo la morena a sus amigos al ver las expresiones que le dedicaban.- Tranquilo, Giz, era algo que tenías que contar. Hubiera sido peor si ni lo hubieras hecho, pero no es una noticia que tomarse a la ligera. - le contestó al asreniano ante su preocupación.

Wen anduvo un trozo de camino detrás de sus amigos, apartada de ellos pensando en sus cosas. “Padres, padres, padres…” era la única palabra que revoloteaba por su mente. Si hubiera estado en la tierra, seguramente habría fumado para abstraerse. La británica paró en seco. Con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, jugó con una moneda, la cual no sabía por qué había metido ahí, entre los dedos.

- Os veo mañana. - se despidió de sus amigos, de forma apenas audible, y puso rumbo al único sitio donde sabía que encontraría lo que buscaba.

Sigue en el Antiguo Mercado.

Empiezo a recuperar la consciencia poco a poco y lentamente abro los ojos. Me siento extañamente descansado, pero cuando mi visión enfoca por completo lo primero que veo es el cielo. << ¿Dónde estoy, por qué no estoy en mi habitación? >> Es lo primero que se me viene a la cabeza durante los primeros instantes en los que estoy aturdido y desorientado. Pronto noto que hay alguien a mi lado. Al instante recuerdo de quien se trata y qué hago ahí. Sigo en la bahía con Vac. Me incorporo algo bruscamente, tirando al suelo mi propia gabardina con la que estaba tapado. Durante unos segundos no digo nada y me limito a observar el horizonte, sumido en mis pensamientos. El cansancio que sentía por todas las noches sin dormir había desaparecido en buena medida y noto que, aunque todavía estoy bastante dolorido, también había remitido buena parte del dolor producido por los golpes de nuestra violenta pelea hacía… ¿cuánto? No tenía ni idea de cuanto tiempo había pasado, pero en el cielo se adivinaba el atardecer. Los recuerdos de lo acontecido por la mañana se me agolpan en la mente y siento una extraña mezcla de arrepentimiento, confusión y alivio. Esto último creo que se debía al sueño en el que me había sumido el hado infernal. Tengo un vago recuerdo de haber soñado algo agradable, pero no recuerdo mucho. Tan sólo una imagen de estar todos reunidos en la taberna riéndonos. Miro de reojo al hado infernal mientras me estiro ligeramente. << Mi hermano… >>, pienso por primera vez desde que me despierto. La palabra se me hacía ajena, todavía me costaba asimilar que ahora, de pronto, un amigo al que conocía desde hacía poco más de un año y encima en Rocavarancolia, resulta ser mi hermano. Yo ya había desistido de intentar averiguar algo sobre mis orígenes, pues sabía que en la Tierra no quedaría ni rastro de información. Era paradójico que se hubiesen dado las circunstancias necesarias para que pudiéramos obtener tal información.

-¿Cuántas horas he dormido? –rompo el silencio finalmente sentándome cerca de Vac, sin mirarlo todavía.
Después de oír su respuesta suspiro y, tras otros segundos de silencio, vuelvo a hablar.
-Oye… Siento mucho lo que sucedió –empiezo a decir mirando hacia el hado por primera vez-. No estoy en mi mejor momento y… bueno… Estarás de acuerdo conmigo en que la situación no podía ser más surrealista y… -hago una larga pausa sin saber muy bien como seguir-. Entonces… ¿esa era nuestra madre? –pregunto finalmente en voz más baja.

Vac llevaba varias horas sentado, con la mirada perdida más allá del mar, como había dicho, esperaría lo que hiciera falta a que Noel se despertara. Un movimiento brusco a su lado le sacó de su ensimismamiento y, tras parpadear enfocando la vista, miró al chico expectante. El draco no dijo nada durante unos segundos, sumido en sus pensamientos. Vac no le interrumpió mientras meditaba, esperando con paciencia lo que tuviese que decir. El hado respondió a su pregunta con un leve sonrisa mientras el chico se sentaba a su lado. Vac escuchó su disculpa en silencio, mirando el oleaje distraído.

-No te preocupes, no es necesario que te disculpes, yo tampoco debería haber saltado, como dices fue lo extraño de la situación –secundó con otra pequeña sonrisa.

Sus siguientes palabras le sumieron en un silencio reflexivo en el que media sus palabras, sin saber que contarle. Había tenido muchas horas para pensar desde que le había dormido, pero aun no había aclarado sus recuerdos y sus emociones. Se le hacia difícil hablar de su madre, le dolía no ser capaz de recordar su rostro, temía acabar olvidándose de ella por completo. Sonrió con tristeza y se paso las manos por el pelo, suspirando. Al menos no sería el único en recordarla si se lo contaba a su hermano.

-Si, lo era… era nuestra madre -confirmó Vac en el mismo tono de voz del draco.

Procedió entonces a contarle cosas sobre ella, describiéndole su aspecto, al menos lo que recordaba. Le hablo de su amabilidad, de su dulzura, de la luz con la que brillaba… También le contó como a veces se sumía en largos silencios en los que perdía la noción del tiempo y centraba su mirada muy lejos, en un lugar que solo ella parecía ver.

-¿Sabes una cosa? -le dijo a Noel con una media sonrisa-. Estoy seguro de que en esos momentos pensaba en ti.

Escucho todo lo que me cuenta Vac acerca de nuestra madre con la mirada perdida en el horizonte. Sabía que le resultaba doloroso recordarla, lo había sentido en su mente cuando utilizó la telepatía para mostrármela. Lo miro cuando finaliza sin saber muy bien como reaccionar.
-¿Tú crees? -digo simplemente antes de volver a sumirme en mis propios pensamientos.
Todo era muy difícil de asimilar. De la noche a la mañana había encontrado a mi hermano y me estaba contando cosas de nuestros padres. Toda mi vida, hasta la noche que llegué a Rocavarancolia, no había tenido ni idea de que no estaba viviendo con mis padres biológicos. Y no le había vuelto a dar importancia apenas a ese hecho ni pensado en ello más de la cuenta. Ahora de repente cobraba mucha relevancia en tan sólo unas horas.
-Es extraño... imaginar que alguien cuya existencia desconocía hasta hoy pudiera estar pensando en mí -vuelvo a hablar por fin cuando encuentro las palabras-. Como dije antes, yo sólo supe que era adoptado unas pocas horas antes de que me cosecharan... Me enfadé mucho con mis padres por haber esperando tantos años para decírmelo. Me molestó que me tratasen como a un crío, o algo así. -suelto un bufido de fastidio al recordar mi actitud-. Pero pronto dejó de importarme. Además mis padres siempre me trataron bien... Si estoy en lo cierto creo que se puede afirmar que tú has tenido una vida más difícil que yo, paradójicamente.
Hago una pausa antes de continuar hablando, seguro que Vac necesitaba ordenar sus pensamientos tanto como yo.
-Hay algo que no entiendo muy bien... -comienzo a hablar de nuevo, pensativo, con expresión reflexiva-. ¿Cómo he acabado en Suecia?
Sabía que Vac era griego por lo que me desconcertaba bastante la separación geográfica. Por otra parte no estaba muy seguro de que lo supiera ya que era evidente que él no sabía que tenía un hermano hasta el día de hoy, exactamente igual que yo.

-Seguro –dijo con otra sonrisa, hasta el momento esos lapsus de su madre no habían tenido sentido para él, pero ahora que sabía de la existencia de su hermano, muchas cosas cobraban sentido.

El hado escuchó las palabras del draco en silencio, sin hacer ningun comentario al respecto de lo duro de su vida, eso era agua pasada, lo importante era que estaban allí, y era bueno que sus padres adoptivos le hubieran tratado bien. Estaba seguro de que había sido su padre el que tomó la decisión de dar en adopción a Noel, y aunque no sabía los motivos, podía intuirlos. Seguro que el principal aliciente fue el dinero, ese era el pilar de todas sus decisiones. Recordar a su padre con claridad le cabreaba sobremanera, y antes de dejarse llevar por el enfado, decidió contestar a la pregunta de su hermano.

-Bueno, yo siempre digo que soy griego, pero realmente se podría decir que también soy sueco –rió por lo bajo-. Veras, la realidad es que nuestra familia es de ascendencia sueca, yo nací en Grecia, pero por muy poco. Supongo que nuestros padres decidieron darte en adopción en nuestro país de origen. Pero no se, tampoco conozco sus motivos, solo puedo especular.

Permaneció unos segundos en silencio, pero antes de que Noel pudiera decir algo, el hado se le adelanto, preguntándole algo que había meditado durante las horas muertas, pero a lo que no había encontrado respuesta.

-¿Qué es lo que te ha quitado el sueño los últimos días? –se interesó-, en verdad estabas agotado, se te notaba la ausencia de sueño a la legua.

Escucho con interés la respuesta de Vac y me sorprende un poco lo que me dice. Nunca había mencionado que su familia fuese sueca.
-Entiendo... -digo cuando termina de hablar.
Los dos volvemos a sumirnos en nuestros pensamientos de nuevo. Parecía que de algún modo las piezas empezaban a encajar, aunque para muchas cosas sólo podíamos hacer hipótesis. Apoyo las manos en el suelo y suspiro mientras todavía seguimos callados. Quería preguntarle muchas cosas y al mismo tiempo no sabía qué es lo que debería preguntar. Noté que no me había contado nada acerca de nuestro padre, pero la única vez que lo mencionó lo había hecho con tono de desagrado. Tal vez no debería sacar el tema.

Estaba a punto de decir algo cuando es el hado quien me hace una pregunta a mí. La pregunta me coge por sorpresa aunque ya me la habían preguntado en otras ocasiones a lo largo de los últimos días. Había sido siempre bastante escueto con la respuesta, todavía no me había decidido a expresar en voz alta lo que me había estado rondando por la cabeza. Le había dado muchas vueltas y mi conclusión era que no sabía que debía hacer. Tampoco sabía si contárselo a alguien o no, pues más o menos me esperaba lo que me dirían. Me siento tentado a volver a ser escueto con la respuesta como había hecho con todos los que me habían preguntado hasta ahora, pero estaba seguro de que Vac insistiría. Habían pasado ya demasiados días y seguía igual. Me paso una mano por la barba con nerviosismo antes de decidirme a hablar.

-Supongo... que será mejor que te lo cuente. Tendría que acabar hablándolo con alguien de cualquier forma -empiezo a hablar con tono cansado-. Te acordarás de lo que os conté en Serpentaria la mañana siguiente al día de la taberna... Pues... Le he estado dando vueltas, muchas vueltas a lo que sucedió -hago una pausa para ordenar mis pensamientos-. Me descontrolé mucho, Vac. Desmesuradamente y sin intención de evitarlo. Tengo miedo de descontrolarme más veces así... y llegar a intentar haceros daño -la expresión de mi cara se había vuelto cada vez más afligida según hablaba y me costaba expresar lo que quería decir-. Además... me siento muy egoísta porque os estoy obligando a contener vuestras risas cuando estoy cerca y... he pensado... He pensado que tal vez lo mejor sería que me fuese a vivir yo solo porque... Y tal vez vaya a peor y... -pronuncio las últimas frases atropellada e incoherentemente sin ser capaz de continuar debido a que se me había formado un nudo en la garganta.
Me mantengo en tensión mientras espero a que Vac hable, apretando los puños sobre las piernas con nerviosismo.

Vac escucho en silencio la explicación de Noel, atendiendo sin interrumpir su discurso. A las pocas palabras de empezar a hablar, el hado ya se imaginaba por donde iban a ir los tiros, pero decidió esperar para opinar. Cuanto mas avanzaba, mas angustiado parecía, y al final casi no era capaz de intercalar las freses con coherencia. El draco se quedó en silencio, pero se notaba su tensión y su nerviosismo mientras esperaba la respuesta del griego. Vac lo miro sin decir nada unos instantes, para luego soltarle una colleja sin mas.

-Como se te ocurra irte a vivir solo por eso, seré yo mismo el que te haga daño –le dijo, pasándole el brazo por los hombros con afecto, riendo en su mente-. Conmigo no tienes problemas con lo de las risas, y seguro que a la larga encontraremos una forma de solucionarlo, vivimos en una ciudad bastante poco normal, ¿no crees?. Seguro que hay una forma en algún sitio –afirmó convencido-. Y si en el peor de los casos no la hay, ten en cuenta que tus amigos prefieren contener sus risas antes que perderte, además de que creo que son lo suficientemente fuertes para contener a un draco desbocado, hermanito –pronunció la última palabra con un tono de burla afectuosa, aunque aun le resultaba extraño tener un hermano pequeño, estaba seguro de que iba a ser divertido-. Y además, ¿qué hare yo si tengo que ir a despertaros a todos en dos viajes?, ¿cómo os tomaré el pelo entonces? –rió Vac en su mente, frotando su coronilla con el puño cerrado, sin hacer fuerza realmente-, la broma no tendría gracia.

Sonreía ampliamente, transmitiéndole su afecto, restándole importancia a sus problemas. Podía contar con el para cualquier problema que tuviera, Vac siempre estaría ahí para hacer lo que estuviera en su mano.

La colleja de Vac no se hizo esperar. La recibo sin decir nada y oigo su risa en mi mente mientras me pasa un brazo por los hombros. Sus palabras no me sorprendieron demasiado, pero a pesar de eso me reconfortaron más de lo que pensaba que lo harían. Tal vez sí que necesitaba contárselo a alguien. Noto como se me quita un gran peso de encima conforme escuchaba hablar a Vac de forma desenfadada. La consternación de mi cara desaparece según habla y no puedo evitar reírme de forma nerviosa ante sus últimos comentarios. Cuando me frota en la coronilla con el puño cerrado agacho un poco la cabeza y luego lo miro con fingido enfado.
-Somos hermanos desde hace unas pocas horas y ya me estás tocando las narices -le digo con tono de falsa reprobación-. Bueno, en realidad ya lo hiciste antes de saberlo -me río haciendo alusión a lo que menciona sobre despertarnos.
Tras unos instantes en los que me limito a sonreír de forma triste, me dirijo de nuevo a Vac.
-Ojalá tengas razón y haya algún tipo de solución... -suspiro tras pronunciar la frase-. Y ya sé que no podría llegar a hacer daño a nadie, pero me odiaría a mí mismo sólo por intentarlo si quiera... Por eso yo no sabía qué hacer y se me pasó por la cabeza que lo mejor sería aislarme y... -dejo la frase en el aire y miro hacia abajo con expresión afligida-. La verdad es que creo que en ningún momento pensé que pudiera ser capaz de hacer eso. Y tampoco me sentía bien por ello, me sentía egoísta... Pero creo que me he dado cuenta de una cosa. Estos días no era yo mismo y estaba cada vez más amargado -comienzo a contar tratando de ordenar mis pensamientos-. Me parece que yo mismo estaba provocando agriar mi propio carácter, con lo cual entonces sí que podrían ir las cosas a peor tal y como temía -tras una breve pausa suelto una carcajada contenida con tinte sarcástico-. Es irónico, ¿verdad? Una vez más acabo de confirmar que soy idiota.

Me echo a reír de nuevo, esta vez de mí mismo y me levanto del sitio. Mi última frase me reuerda algo.
-Gracias, Vac. No ha estado mal del todo nuestro primer día como hermanos, a pesar de lo mal que empezó -le sonrío-. A propósito de eso... Tengo que disculparme con los demás por mi reacción. Sé que me tomé las cosas como no debiera en su momento. No debió de resultar agradable. Pero sé que nadie dijo nada con mala intención. Díselo a Jack y Wen de mi parte, por favor...
Recordaba el comentario que había hecho Wen y lo mal que me había sentado, especialmente porque fue ella quien lo hizo. << Sí, Noel, eres idiota >>.

-Será mejor que vuelva ya a Serpentaria. Nos vemos mañana aquí de nuevo, como siempre -me despido finalmente-. Hasta mañana, hermano.
Al despedirme imito el tono de voz burlesco al pronunciar la palabra y su gesto de frotar en su coronilla con el puño mientras me río y, después, salgo volando sin darle tiempo a hacer nada en dirección a Serpentaria.


Sigue en la Torre Serpentaria.

Cuando nos reunimos todos los que íbamos a ir ese día a los entrenamientos salimos en grupo de Serpentaria, aunque no como otros días, sino más silenciosos de lo habitual. No tengo la concentración suficiente para el entrenamiento así que solamente me llevo un cuerpo, el del muchacho. Las conversaciones no duran demasiado, pero eso sí, tras separarse Wen del grupo para pasar por el burdel, aprovecho una de ellas para retrasar un poco a Noel y susurrarle con tono divertido:
-Hey, casanova, ¿algo que declarar?

En la bahía Adara y Toima nos están esperando ya, y un poco más tarde llegan Wen y Vac del burdel. Ya estamos todos listos para empezar. Y para mi sorpresa el entrenamiento del que apenas tenía ganas me resulta gratificante. Creía que la bahía me recordaría a Azura, pero no ha sido tanto así debido a sus largas ausencias, y además el ejercicio sienta bien. Hoy tengo sobre todo ganas de entrenar en mi forma expuesta, aunque siempre es extraño porque aunque tenga técnica me falta la fuerza necesaria. Al pelear contra otra persona con espadas y sentir el agotamiento la cabeza no tiene tiempo de lamentarse ni de dudar. También trato de perforar una diana a flechazos, y mientras pienso en que me gustaría conseguir una maza para usar con las quimeras más grandes. Al final, estando cerca el mediodía, mi estado de ánimo se parece un poco más al de cualquiera de los días anteriores. Aunque hay otros que no parecen olvidar ni distrayéndose... Adara está extraña para ser ella, y otro tanto de lo mismo para el ulterano. Me sienta mal verlos así. Claro, en la sede sucedió todo y ellos estaban allí, tanto Adara como Toima. Los miro a ellos y luego a los del grupo de esta mañana en la cocina. Me pregunto si... ya que vamos a hablar con Vac de todos modos...

Salimos todos hacia la Bahía un tanto más silenciosos que de costumbre. Por el camino se me vienen a la cabeza algunas imágenes de haber recorrido este mismo camino acompañados por Azura, después también con Yloh. Desde que había llegado este último fue más o menos cuando la bruja escindida comenzó a tener cada vez menos contacto con el resto del mundo, obsesionándose cada vez más con matar a su hermana. Salgo de mis pensamientos cuando Wen dice que tiene que volver un momento al burdel y, poco después, Gael me lleva a parte para hablar conmigo. No me coge por sorpresa que me pregunte al respecto, pero sí que sea tan directo.
-¡Eh, no te hagas ideas equivocadas! -le respondo también en susurros pero con bastante énfasis-. Sólo vino a hablar conmigo, para disculparse. Aunque era yo quien se tenía que disculpar, pero en fin... El caso, que como se hizo tarde se quedó a dormir en Serpentaria.
No le doy más explicaciones, estaba bastante seguro de que Wen no querría que le contase a nadie lo que me había contado sobre ella, ni pensaba entrar en más detalles. Especialmente porque contar algo seguro que provocaría que me hiciera falsas ilusiones al respecto de lo que había ocurrido.

El entrenamiento transcurrie de forma un tanto extraña. Entreno con bastante vehemencia y tratando de centrarme todo lo que puedo en lo que estoy haciendo. Gael parece actuar de forma parecida pero no se puede decir lo mismo de Adara y Toima. Se los nota raros. Adara no está tan centrada como siempre y parece muy abstraída. Según pasa el tiempo, intercambio algunas miradas con Gael, que parece haberse dado cuenta también de la situación.
Una vez llega la hora de irse, decido no esperar demasiado para actuar. Me acerco a Vac para decirle que queremos hablar con él y me dirijo hacia Matt y Nia.
-Gael y yo vamos a quedarnos un momento hablando con Vac, id tirando si eso... -digo tratando de evitar que se note demasiado que no quería que nos esperasen.
Cuando se van me acerco primero a Gael para comentarle acerca de Adara y Toima. Ambos estamos de acuerdo en que tal vez sea mejor hablar con ellos también, finalmente.
-Maestra, Toima... No os vayáis vosotros tampoco -les digo para atraer su atención.
Una vez estamos todos reunidos Gael, Wen y yo comenzamos a exponer el tema.
-No pretendíamos implicar a nadie más pero necesitamos tu ayuda, Vac. Y bueno, hemos llegado a la conclusión de que vosotros también querréis ser partícipes de todo esto... -digo mirando a Adara y a Toima.
Procedemos a contarles entre los tres lo que hablamos esta mañana en Serpentaria, haciendo hincapié en que Giz también está de acuerdo y en que hemos pensado en utilizar un saquito de polvos de Vac para atraer el interés del mercader.

Al contrario de lo que me imaginaba, los chicos de Serpentaria se sienten con ánimos de entrenar, y estas ganas hacen que se esfuercen más. ¿Es posible que intenten evadir el recuerdo de lo que sucedió? Tal vez…

Por mi parte, no logro centrarme. La cabeza se me va hacia Alicia, hacia el veneno, el mercader, Yloh… Una noche de reflexión de poco me ha servido, parece, y no he conseguido ni aplacar mis ansias por conocer más, ni centrarme en nada… como ahora. ¿Por qué no logro dejar de lado el tema y concentrarme en los entrenamientos como ellos? No es que esté ya enfadada, ni triste, ni… ni… Sólo no me puedo quitar de la cabeza el descubrir quién ha sido. ¿Puedo sentir cierta atracción por esta… caza?

Los dos de Serpentaria se dan cuenta, sin ninguna duda. Pero al finalizar la sesión, no es sólo a mí a quien piden hablar; también Vaccum y Toima. ¿Acaso quería ir sola a buscar el mercader o qué? Oigo sin decir palabra alguna, esperando una respuesta de Vaccum que se revela afirmativo ante la propuesta.

—Entonces Wen y los polvos harán de gancho –afirmo ya completamente comprometida con el plan–. No está mal, la verdad, el problema puede ser pillarlo desprevenido y, sin que nos vea venir, dormirlo. Eligiendo el lugar adecuado podemos no tener demasiados problemas –me quedo un rato pensativa recordando las diferentes zonas que ya he sobrevolado infinidad de veces–. ¿Os parece bien el barrio en ruinas? Se me ocurren otras zonas, pero no tan discretas o lógicas para hacerle acudir. Para la sorpresa tal vez incluso nos podría ayudar alguna runa trampa, pues es muy peligroso el tiempo entre que lo enganchamos y cae dormido. Alguna cosa se me ocurrirá... –Cierro la boca de repente y observo a los demás. Igual me he dejado llevar demasiado, ni siquiera sé si tengo algo que realizar, así que escucho a los demás.

Después de que todos desayunaran tranquilamente, salieron hacia la bahía para entrenar, como todas las mañanas. Wen pasó antes por el burdel para cambiarse de ropa, donde Kaethe le preguntó por qué había estado desaparecida esos dos últimos días. Wen le explicó un poco por encima lo de que Vac y Noel eran hermanos; que ella se había ido a pensar; la muerte de las Alicias, y, finalmente, que había pasado la noche en Serpentaria porque quería pedirle perdón a Noel. Kaethe sonrió con picardía y la vouivre la miró reprobatoriamente, para luego ignorarla. “Maldita niña de mente sucia.” Pensó mientras salía del burdel junto a Vac.

El entrenamiento pasó sin problemas, de forma un poco decaída por parte de los de la Sede, pero no del todo mal. Al terminar, y cuando se fueron Nia y Matt, Gael, Noel y Wen se acercaron a Vac, Adara y Toima, con intención de exponerles el plan. Wen solo explicó su acto como cebo y dejó el resto del plan a los otros dos. Tras mucho debatir, quedaron en concretar detalles después de comer y, en ese mismo momento, comenzar con el plan, por lo que Wen decidió irse pronto al burdel. “A ver si convenzo a alguna de las chicas a que me dejen ropa elegante. Combinada con alguno de mis pocos vestidos podré dar la imagen que necesito.” Reflexionó mientras se ponía rumbo a su casa.


Sigue en el Antiguo Mercado.

Giz había llegado un pelín tarde al Castillo y Miloslava no había dudado en reprenderle, tenía un genio difícil a veces, pero al asreniano le caía bien. Hoy además era un día especial, pues tocaba el primer experimento serio desde que habían empezado las clases con ella. Habían tenido que ir a la casa de ventas de Garoni a por semen de íncubo y, para ello, había cubierto a la pobre profesora de amuletos y runas por todo el cuerpo, fue como un escudo mágico andante. Afortunadamente todo fue al dedillo.

Salió del castillo unas horas más tarde con la alegría de que su primer experimento estaba saliendo bien. Tenía a una gata preñada de tres pequeños gatitos con espolones venenosos en las zarpas delanteras. O eso serían si nacían bien. En el peor de los casos, nacerían muertos o incluso matarían a la madre con el veneno, pero eso eran gajes del oficio y Giz tenía confianza plena en que le saldría bien, de todas formas. La gata se encontraba en una mazmorra acondicionada previamente y un sirviente prestado le llevaría de comer cuando tocase. Giz además había anclado varios hechizos para tener conocimiento casi pleno del estado del animal. Si algo iba mal, se enteraría.

Y de momento no había pasado nada. Giz estaba llegando a la bahía, dónde había quedado con sus amigos para seguir hablando del tema de anoche (a una temperatura menos aletargante). Se acercó hasta el grupo, que acababa ya de entrenar por hoy, y los saludó a todos con gesto alegre.

-¿Sabéis que viene una nueva camada de gatos en camino?-no pudo evitar informarles nada más llegar-. Son venenosos, de arañazos urticantes-añadió divertido. Luego dejó sus experimentos genemágicos aparcados y volvió al tema que les interesaba ahora-. Y bien, ¿habéis concretado algo?-mudarse de Serpentaria le hacía tanta ilusión como crear especies nuevas.

El día en los entrenamientos transcurre con relativa normalidad. Aunque el ambiente todavía se notaba algo enrarecido, en general la mayoría parecía estar más o menos como siempre. Lo cual en mi caso era una novedad. Hacía ya más o menos una semana desde la última vez que había estado de mi humor habitual. A pesar de todo de vez en cuando me acordaba de Alicia y mi estado de ánimo decaía, pero hacía todo lo posible por que no me afectase demasiado.

Cuando terminamos, Gael y yo les pedimos al resto que esperen. Giz no tarda en llegar y lo saludo cuando se acerca y comienza a contarnos sus avances en sus clases de genemagia.
-¿Gatos que te envenenan cuando te arañan? Espero que nunca confundas a Odin con uno de tus sujetos de prueba o serás culpable de mi asesinato -bromeo con una pequeña carcajada-. Todavía no hemos dicho nada, estábamos esperándote.
Tras intercambiar algunas palabras con Giz y Gael, me dirijo hacia los demás para contarles lo que habíamos hablado anoche.
-...Así pues, finalmente llegamos a la conclusión de que deberíamos abandonar Serpentaria cuanto antes. Muy pronto. Y ganarnos la vida por nuestra cuenta de una vez por todas. No es sólo que creamos que es lo adecuado, sino que es lo que queremos hacer. Hemos pensado que tal vez a alguno os interesase... -digo con entusiasmo tras resumir entre los tres nuestra conversación de anoche-. Y bueno, también queríamos informaros a todos sobre nuestros planes, claro.
Los miro a todos sonriente esperando su reacción, tengo muchas ganas de comenzar a llevarlo a cabo.

El entrenamiento de hoy transcurre con una cierta normalidad, aunque esté algo cansada de esta noche en que casi no he dormido. A pesar de esto, me cuesta algo arrancar pero una vez he tomado el ritmo ofrezco el nivel habitual en los entrenamientos y, de paso, disfruto de este. Cuando terminamos estos, oigo a Giz mencionar una nueva camada de gatos… venenosos.

—Oye, Giz, ni se te ocurra acercar esos gatos a los muebles o podemos quedar bien escaldados. ¡Imagínate si se dedican a probar las garras en la cama!

Veo como él, Noel y Gael intercambian unas palabras y, al volver con nosotros, nos cuentan de su plan de ir a vivir fuera de los lugares asignados por el Consejo.

—¿Que si me interesa? –Respondo mirándole fijamente con una sonrisa en los labios–. Estimado discípulo, usted me debe haber leído la mente o algo por el estilo… Esta mañana pensé yo en algo similar, así que sólo me queda añadir una cosa: ¿para cuando la mudanza? También tenemos que buscar un lugar, claro. –Suelto una breve risita y añado–: Como quien diría, mis jóvenes polluelos, es hora de dejar el nido. Si es que existe algo similar en Rocavarancolia.

Nia

La ulterana confirmó sus sospechas al oir de labios de Noel como Gael y él se irian de la torre Serpentaria. Un pequeño suspiro se le escapó. No llegaba a entender que tenia de malo el quedarse en la torre. Cierto era que pronto estaria a rebosar de nuevos cosechados y que iba a ser temporaneo, pero pensaria que se quedarian al menos unos años más. La niña tambien sabia que no podria irse con ellos, no con los planes que tenian pensados. Pero decidio no preocuparse por aquello, ya que si queria visitarles no tendria más que recorrerse la ciudad. Tras un breve momento de silencio, sonrio y habló, dando su opinion.
-Pues mira que bien. Ya bastaba de estar todo el dia en la torre. Asi podreis crearos un ambiente cómodo para vosotros y poderlo llamar hogar. Eso es muy importante.-dijo.
Aquello le hizo pensar. ¿Qué deberia hacer ella con todo aquello que tenia planeado? Los chicos se mudaban, en la sede al parecer muchos tomaban su camino y quedaban atrás los nuevos cosechados, con los que Nia no tenia mucho contacto. Se encogio de hombros mientras se metia en el agua de la bahia para pensar mejor y más calmada, acariciada por la corriente. Se recogio el pelo dorado en una coleta trenzada que le colgaba por delante y echó la cabeza hacia atrás.
-Todos tienen que dejar el nido alguna vez...-se dijo a si misma.

Toima y Tania

El ulterano continuó con un ejercicio de estiramiento cuando todos los demás terminaron, pues estaba algo cansado y distraido, bostezaba. Cuando escuchó las noticias de Noel se cayó de morros contra el suelo, llenandose la boca de arena. Tras mucho toser y escupir, ayudado por unas palmaditas en la espalda por parte de la nublina miró a los chicos incredulos.
-¡Cómo os pireis sin mi os seguiré y os colgaré de las orejas!-exclamó mientras escupia con cara de desagrado por la salinidad de la arena. Pero su mala leche solo se vio creada por el hecho de haberse tragado arena y no por que la idea le pareciera mal. Tras aquello, comentó la noticia de mejor humor.
-Pues me parece genial esto, estaba harto de vivir con gente me importa bien poco ya que Adara se va, y con la gente con la que quiero estar tenga que tirarme a pata por la ciudad. Asi que ya estas contando ¿qué más tenias pensado?-comentó con una sonrisa.

La nublina por su parte no le importaba mucho el lugar donde viviese mientras siguiese en la ciudad y con Toima. Bueno, quizás echaba de menos a alguien más que se uniera a ellos en aquella aventura, pero no iba a ser tan egoista como para ofrecerselo directamente. Aun conservaba la esperanza que cualquiera de los presentes pensara en lo mismo que ella. Cuando miró al ulterano, se le veia tan emocionado que ni se habia dado cuenta que aun tenia la cara y pelo lleno de arena y no pudo evitar soltar una risilla. Por su parte el albino la miró, y se acordó de otra cosa.
-¡Ah! Pues perfecto. ¡Tania! Hoy mismo iremos a hablar con el consejo y traeremos "eso".-dijo con un aire de complicidad.
La nublina fruncio el ceño antes de responder.
-¿"Eso"? No querrá decir...-contestó sin terminar.
-"Eso".-dijo asintiendo con la cabeza hacia la nublina. Se giró hacia los demás con una amplia y traviesa sonrisa, como la de un niño que planeaba una travesura.-"Eso" es aun una sorpresa, asi que no pregunteis. Solo puedo decir que lo conocereis cuando tengamos esa casa asentada y nos hallamos mudado.-dijo y añadio.-Prometo que será algo bueno y que merecerá la pena el secretismo.-