Plaza de los Colaespina
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Rocavarancolia Rol
42 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de los Colaespina
02/08/11, 06:15 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Plaza pequeña y rectangular rodeada de casas abandonadas donde los colaespinas han hecho sus madrigueras. Allí aterriza una de las bañeras de suministros.
- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
29/11/16, 07:23 pm
Ningún colaespina les sale al paso cuando entran en la plaza, lo cual no es buena señal. Rena se puso en guardia en cuanto vió a los encapuchados, no le dijo nada a Adru, la sinhadre conocía el riesgo.
-Detrás de mi, no os alejéis- le dijo al resto.
Dieron un rodeo para acercarse a las cestas manteniendo las distancias con los encapuchados, fue Ain quien le avisó del cuerpo en el suelo. Rena corrió hacia él sin pensar. Un último estertor, tal vez aire que había quedado dentro del cadáver, salió por sus labios hinchados cuando lo levantó. Era imposible saber de qué mundo vinculado había venido, estaba irreconocible. Había otros dos, parecían terrícolas a simple vista, una de ellas ya echaba mano a la comida de las cestas. Rena apretó los dientes. Aún sujetaba el cadáver, no se atrevñia a soltarlo, sentía que si lo soltaba todas las posibilidades de que se levantara se desvanecerían, aunque no hubiese realmente ninguna. Le temblaba el pulso, pero no la voz.
-¡Eh, vosotros!- gritó- ¿De dónde habéis salido?
''¡Esa comida es nuestra!'' estuvo a punto de añadir. Entonces vio al crío. No se había fijado en él, era tan pequeño, perfectamente podría tener la edad de Nime, pero estaba claro que no tenía su arrojo. Quería ponerse en pie e ir hacia él, queria también quitarle la comida a los dos desconocidos; su comida, pero no quería soltar el cadáver.
-Detrás de mi, no os alejéis- le dijo al resto.
Dieron un rodeo para acercarse a las cestas manteniendo las distancias con los encapuchados, fue Ain quien le avisó del cuerpo en el suelo. Rena corrió hacia él sin pensar. Un último estertor, tal vez aire que había quedado dentro del cadáver, salió por sus labios hinchados cuando lo levantó. Era imposible saber de qué mundo vinculado había venido, estaba irreconocible. Había otros dos, parecían terrícolas a simple vista, una de ellas ya echaba mano a la comida de las cestas. Rena apretó los dientes. Aún sujetaba el cadáver, no se atrevñia a soltarlo, sentía que si lo soltaba todas las posibilidades de que se levantara se desvanecerían, aunque no hubiese realmente ninguna. Le temblaba el pulso, pero no la voz.
-¡Eh, vosotros!- gritó- ¿De dónde habéis salido?
''¡Esa comida es nuestra!'' estuvo a punto de añadir. Entonces vio al crío. No se había fijado en él, era tan pequeño, perfectamente podría tener la edad de Nime, pero estaba claro que no tenía su arrojo. Quería ponerse en pie e ir hacia él, queria también quitarle la comida a los dos desconocidos; su comida, pero no quería soltar el cadáver.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Plaza de los Colaespina
29/11/16, 10:44 pm
El trayecto fue tranquilo, tal vez demasiado tranquilo conforme fueron acercándose a aquella plaza donde aquellas, rataespinas o colaespinas, o como se llamaran, siempre parecían. Ni siquiera podían ver a las criás de siempre y conforme andaban aquello empezó a incomodar seriamente a Pam, pues la ultima vez que vieron un descenso tan obvio de aquellas criaturas fue cuando aquellas capuchas rojas aparecieron por primera y única vez. Única hasta ahora.
Fue lo primero que Pam vio al llegar ala plaza anda mas capto su atención, espantada ante la visión de aquella masa roja en movimiento y que aprecian no prestarles atención, aun recordando lo que podían llegar a hacer con el mas mínimo roce. Cundo dijo aquello en el torreón deseando no volver a toparse con aquellas capuchas rojas, no eran palabras invitándolas aparecer precisamente. Pam empezaba a tener la sospecha de que contra mas deseabas algo, ya fuese que ocurriera como sino, mas probabilidades parecía haber de que se le diera la contra. Estaba gafada.
Aquellas criaturas le inspiraban un temor evidente, habiendo sido perseguida por una de ellas, no podía evitar sentir la inquietud de que volviera a ocurrir y esta vez, por error o infortunio, se acercaran mas de la cuenta. Tal vez por eso la reacción de Adru, disparándolas con sus flechas, pudiendo atraer su atención, le hizo rechinar los dientes << ¡No hagas eso, maldita sea! >> pensó escondiéndose un poco mas tras Milo, sujetando firmemente su en su mano, por mas que sabia ya que eso no servia contra esos seres. Recordaba , por lo que Rox y Milo habían contando y por sus propias experiencias, que atacando a una capucha roja que te perseguía esta huía, pero cuando no lo hacía...y era alguien ajeno...no parecía tenerse la misma suerte. Por suerte Adru no provoco algo catastrófico y Pam apenas se encontraba suspirando de alivio, cuando vio por fin lo que antes no había podido ver por culpa de aquellas criaturas.
La visión de aquel cuerpo hinchado, rojizo y deforme, un cuerpo que poco o nada quedaba de lo que había sido originalmente. << Ese es el grado de poder de esos seres...yo pude acabar así >> no pudo evitar pensarlo, sintiendo el sudor frio bajando por su espalda, viendo a Rena correr en dirección al cuerpo, tomándolo entre sus brazos. Algo inútil, era imposible que alguien sobreviviera a eso. Pam no sentía lastima por ese...quien fuese, tal vez fuese egoísta pensar así, pero prefería que fuese ese desconocido el que cayera y no ella misma. No sentía lastima y no sentía apego alguno como para pensar mas allá de que era algo desafortunado acabar de esa forma, era una muerte horrible.
Se acercó a Rena y al cuerpo, percatándose al fin de que aparte de ese cuerpo deforme de lo que antes fue una criatura pensante, había tres personas mas, chicos si su definición de genero no estaba confundida y que lucían parecidos a Rox o Ain, aunque tampoco podía asegurar nada a esas alturas. La mona del queso les miro frunciendo el ceño, confundida, notando como cogía las cosas de sus cestas, cosa que no le hizo ni pizca de gracia << ¿Quienes son esta gente? Lucen hechos un asco... ¿y ese pequeñajo? Parece tener la edad de Eitne >> todo aquello no tenia sentido ¿de donde habían salido? No parecían monstruos habitantes de la ciudad, sino gente como ellos, aunque bien podría ser algún tipo de engaño dado que no tenia sentido alguno que parecieran ahora...no...que hubieran sobrevivido hasta ahora estando en vete tu a saber donde.
No soltó su cuchillo, firmemente agarrado dentro de su delantal, viéndolos a los tres fijamente esperando ver alguna reacción a la pregunta de Rena. Pues si como sospechaba, que tampoco lo aseguraba, eran como ellos, quedaba ver si habían llegado a beber de la fuente mágica << Que teniendo en cuenta lo que han tardado en dejarse ver, mucho sentido de la orientación no deben tener como para haber siquiera llegado a esta>> pensó analizándolos con suspicacia.
Fue lo primero que Pam vio al llegar ala plaza anda mas capto su atención, espantada ante la visión de aquella masa roja en movimiento y que aprecian no prestarles atención, aun recordando lo que podían llegar a hacer con el mas mínimo roce. Cundo dijo aquello en el torreón deseando no volver a toparse con aquellas capuchas rojas, no eran palabras invitándolas aparecer precisamente. Pam empezaba a tener la sospecha de que contra mas deseabas algo, ya fuese que ocurriera como sino, mas probabilidades parecía haber de que se le diera la contra. Estaba gafada.
Aquellas criaturas le inspiraban un temor evidente, habiendo sido perseguida por una de ellas, no podía evitar sentir la inquietud de que volviera a ocurrir y esta vez, por error o infortunio, se acercaran mas de la cuenta. Tal vez por eso la reacción de Adru, disparándolas con sus flechas, pudiendo atraer su atención, le hizo rechinar los dientes << ¡No hagas eso, maldita sea! >> pensó escondiéndose un poco mas tras Milo, sujetando firmemente su en su mano, por mas que sabia ya que eso no servia contra esos seres. Recordaba , por lo que Rox y Milo habían contando y por sus propias experiencias, que atacando a una capucha roja que te perseguía esta huía, pero cuando no lo hacía...y era alguien ajeno...no parecía tenerse la misma suerte. Por suerte Adru no provoco algo catastrófico y Pam apenas se encontraba suspirando de alivio, cuando vio por fin lo que antes no había podido ver por culpa de aquellas criaturas.
La visión de aquel cuerpo hinchado, rojizo y deforme, un cuerpo que poco o nada quedaba de lo que había sido originalmente. << Ese es el grado de poder de esos seres...yo pude acabar así >> no pudo evitar pensarlo, sintiendo el sudor frio bajando por su espalda, viendo a Rena correr en dirección al cuerpo, tomándolo entre sus brazos. Algo inútil, era imposible que alguien sobreviviera a eso. Pam no sentía lastima por ese...quien fuese, tal vez fuese egoísta pensar así, pero prefería que fuese ese desconocido el que cayera y no ella misma. No sentía lastima y no sentía apego alguno como para pensar mas allá de que era algo desafortunado acabar de esa forma, era una muerte horrible.
Se acercó a Rena y al cuerpo, percatándose al fin de que aparte de ese cuerpo deforme de lo que antes fue una criatura pensante, había tres personas mas, chicos si su definición de genero no estaba confundida y que lucían parecidos a Rox o Ain, aunque tampoco podía asegurar nada a esas alturas. La mona del queso les miro frunciendo el ceño, confundida, notando como cogía las cosas de sus cestas, cosa que no le hizo ni pizca de gracia << ¿Quienes son esta gente? Lucen hechos un asco... ¿y ese pequeñajo? Parece tener la edad de Eitne >> todo aquello no tenia sentido ¿de donde habían salido? No parecían monstruos habitantes de la ciudad, sino gente como ellos, aunque bien podría ser algún tipo de engaño dado que no tenia sentido alguno que parecieran ahora...no...que hubieran sobrevivido hasta ahora estando en vete tu a saber donde.
No soltó su cuchillo, firmemente agarrado dentro de su delantal, viéndolos a los tres fijamente esperando ver alguna reacción a la pregunta de Rena. Pues si como sospechaba, que tampoco lo aseguraba, eran como ellos, quedaba ver si habían llegado a beber de la fuente mágica << Que teniendo en cuenta lo que han tardado en dejarse ver, mucho sentido de la orientación no deben tener como para haber siquiera llegado a esta>> pensó analizándolos con suspicacia.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Plaza de los Colaespina
30/11/16, 01:56 pm
El primer trozo de bollo le dio al irrense en la nuca, pues le pilló totalmente por sorpresa, pero el segundo lo atrapó con la boca sin problemas y le dirigió al medio australiano una mirada inquisitiva.
—¿Y este ataque tan gratuito? —inquirió con fingida indignación. La mención de la magia, sin embargo, impidió que continuara con la broma—. ¿Qué habéis hecho qué? —preguntó con una media sonrisa, preguntándose si había escuchado bien. La curiosidad que reflejaban sus ojos traicionaba su aparente tranquilidad.
Tenían que darse prisa, sin embargo, o cualquier bestia podía llevarse su comida, así que dejó las averiguaciones para más tarde y salió con sus compañeros al exterior guardando silencio.
El norteño estuvo pendiente de Adru durante todo el trayecto, pues estaba más que acostumbrado a sus impulsos explosivos y su talento para correr riesgos inecesarios, pero cuando llegaron a la plaza la sinhadre se adelantó antes de que pudiera impedírselo.
—Maldita sea —murmuró para sí, siguiendo sus pasos con el resto de letarguinos mientras observaba los alrededores con atención. En cuanto avistó a los encapuchados el irrense se acercó a la pelimorada para cubrirla, preocupado porque sus flechazos llamaran la atención de aquellos seres, pero estos, por suerte, prefirieron alejarse. La visión de lo que habían dejado atrás marchito cualquier expresión de alivio y le provoco un horrible escalofrío—. No vuelvas a alejarte del grupo, Adru. —murmuró unos instantes después, su expresión mucho más seria de lo habitual mientras la sujetaba por el hombro.
Para cuando Rena se lanzó sobre el cuerpo sin vida y lo tomó en sus brazos como si aún se pudiera hacer algo por ella, el norteño ya se había percatado de la presencia de los tres humanos. Eran, presumiblemente, los compañeros del cadáver que su compatriota sujetaba entre los brazos: un niño y dos adultos. La chica humana no parecía muy afectada por la perdida, sin embargo, y ya estaba echando mano a la comida de las cestas sin ningún tipo de reparo.
—Menuda sangre fría... —murmuró el norteño, dirigiéndole a Hiss una mirada entre incrédula y asqueada. La pregunta de Rena resonó en la silenciosa plaza como un cañonazo y Milo se acercó a ella y a Pam tirando de Adru con suavidad. Mantuvo a la sinhadre a su espalda, pues quería evitar que se acercara a los desconocidos en uno de sus habituales ataques de imprudencia, y cuando llegó a la altura de la peliverde se posicionó a su lado por si las cosas se ponían feas. No parecían una amenaza, pero en aquella ciudad nunca se era demasiado prudente.
—¿Y este ataque tan gratuito? —inquirió con fingida indignación. La mención de la magia, sin embargo, impidió que continuara con la broma—. ¿Qué habéis hecho qué? —preguntó con una media sonrisa, preguntándose si había escuchado bien. La curiosidad que reflejaban sus ojos traicionaba su aparente tranquilidad.
Tenían que darse prisa, sin embargo, o cualquier bestia podía llevarse su comida, así que dejó las averiguaciones para más tarde y salió con sus compañeros al exterior guardando silencio.
El norteño estuvo pendiente de Adru durante todo el trayecto, pues estaba más que acostumbrado a sus impulsos explosivos y su talento para correr riesgos inecesarios, pero cuando llegaron a la plaza la sinhadre se adelantó antes de que pudiera impedírselo.
—Maldita sea —murmuró para sí, siguiendo sus pasos con el resto de letarguinos mientras observaba los alrededores con atención. En cuanto avistó a los encapuchados el irrense se acercó a la pelimorada para cubrirla, preocupado porque sus flechazos llamaran la atención de aquellos seres, pero estos, por suerte, prefirieron alejarse. La visión de lo que habían dejado atrás marchito cualquier expresión de alivio y le provoco un horrible escalofrío—. No vuelvas a alejarte del grupo, Adru. —murmuró unos instantes después, su expresión mucho más seria de lo habitual mientras la sujetaba por el hombro.
Para cuando Rena se lanzó sobre el cuerpo sin vida y lo tomó en sus brazos como si aún se pudiera hacer algo por ella, el norteño ya se había percatado de la presencia de los tres humanos. Eran, presumiblemente, los compañeros del cadáver que su compatriota sujetaba entre los brazos: un niño y dos adultos. La chica humana no parecía muy afectada por la perdida, sin embargo, y ya estaba echando mano a la comida de las cestas sin ningún tipo de reparo.
—Menuda sangre fría... —murmuró el norteño, dirigiéndole a Hiss una mirada entre incrédula y asqueada. La pregunta de Rena resonó en la silenciosa plaza como un cañonazo y Milo se acercó a ella y a Pam tirando de Adru con suavidad. Mantuvo a la sinhadre a su espalda, pues quería evitar que se acercara a los desconocidos en uno de sus habituales ataques de imprudencia, y cuando llegó a la altura de la peliverde se posicionó a su lado por si las cosas se ponían feas. No parecían una amenaza, pero en aquella ciudad nunca se era demasiado prudente.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Plaza de los Colaespina
30/11/16, 11:03 pm
En la salida Rox prefirió no hablar demasiado para evitar montar mucho jaleo. No por la rutina podían bajar la guardia. Todavía notaba el cansancio del hechizo, así que independientemente de eso no estaba como para ponerse a tirar cohetes.
Especialmente con el jaleo que se estaba montado en la plaza. Era consciente de lo que estaba pasando, pero su cuerpo y su mente trabajaban en planos diferentes. Los encapuchados había vuelto, y en cantidades generosas. Sabía como espantarlos gracias a su experiencia anterior, pero el recuerdo le congeló las extremidades. No esperaba volver a verlos más. Al darse cuenta de que Adru salía dispara en la peor dirección posible, ochenta insultos diferentes se le vinieron de golpe a la cabeza. De su boca lo único que salió fue un ruido de sorpresa antes de articular palabra.
—¡Adru! —su tono era de alerta y severidad. Se aferró con fuerza a su alabarda, haciendo el ademán de ir tras ella, solo deteniéndose en cuanto vio la distancia demasiado pronunciada. Apretó los dientes para murmurar más para sí que para que se le oyera—. ¿Es que no piensa?
Al ver que había personas en la plaza su tensión y dudas no hicieron más que aumentar. Siguió al resto de cerca, vigilando en todo momento cualquier movimiento de la sinhadre. Milo la detuvo, cosa que agradeció internamente. En esos momentos podría haber regañado a Adru en diez idiomas diferentes, mas la alarma de Ain respecto al cuerpo le hizo olvidar momentáneamente el enfado. Cuando Rena lo cogió en brazos se le descompuso el cuerpo. Aquellos moratones... ya los había visto antes.
Un escalofrío le recorrió la espalda, obligándole a apartar la mirada a los pocos segundos. No quería pensar en lo que acababa de ver, en si estaba muerto o en si eso es lo que les podría haber pasado a todos tiempo atrás, pero cuanto más lo rehuía más lo tenía en mente. La voz de la irrense le hizo volver en sí, fijándose ahora en detalle en los desconocidos. Hasta que no vio al niño pequeño no bajó su alabarda.
—Humanos... Creo que son humanos. —las preguntas se acumulaban rápidamente: ¿desde cuándo estaban en Rocavarancolia?, ¿cómo habían sobrevivido todo ese tiempo? Dio varios pasos al frente, posicionándose, tratando de verse lo menos amenazante posible para el niño, pero lo suficientemente seguro de sí mismo para los dos mayores—. ¿Entendéis lo que decimos?
Especialmente con el jaleo que se estaba montado en la plaza. Era consciente de lo que estaba pasando, pero su cuerpo y su mente trabajaban en planos diferentes. Los encapuchados había vuelto, y en cantidades generosas. Sabía como espantarlos gracias a su experiencia anterior, pero el recuerdo le congeló las extremidades. No esperaba volver a verlos más. Al darse cuenta de que Adru salía dispara en la peor dirección posible, ochenta insultos diferentes se le vinieron de golpe a la cabeza. De su boca lo único que salió fue un ruido de sorpresa antes de articular palabra.
—¡Adru! —su tono era de alerta y severidad. Se aferró con fuerza a su alabarda, haciendo el ademán de ir tras ella, solo deteniéndose en cuanto vio la distancia demasiado pronunciada. Apretó los dientes para murmurar más para sí que para que se le oyera—. ¿Es que no piensa?
Al ver que había personas en la plaza su tensión y dudas no hicieron más que aumentar. Siguió al resto de cerca, vigilando en todo momento cualquier movimiento de la sinhadre. Milo la detuvo, cosa que agradeció internamente. En esos momentos podría haber regañado a Adru en diez idiomas diferentes, mas la alarma de Ain respecto al cuerpo le hizo olvidar momentáneamente el enfado. Cuando Rena lo cogió en brazos se le descompuso el cuerpo. Aquellos moratones... ya los había visto antes.
Un escalofrío le recorrió la espalda, obligándole a apartar la mirada a los pocos segundos. No quería pensar en lo que acababa de ver, en si estaba muerto o en si eso es lo que les podría haber pasado a todos tiempo atrás, pero cuanto más lo rehuía más lo tenía en mente. La voz de la irrense le hizo volver en sí, fijándose ahora en detalle en los desconocidos. Hasta que no vio al niño pequeño no bajó su alabarda.
—Humanos... Creo que son humanos. —las preguntas se acumulaban rápidamente: ¿desde cuándo estaban en Rocavarancolia?, ¿cómo habían sobrevivido todo ese tiempo? Dio varios pasos al frente, posicionándose, tratando de verse lo menos amenazante posible para el niño, pero lo suficientemente seguro de sí mismo para los dos mayores—. ¿Entendéis lo que decimos?
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Re: Plaza de los Colaespina
30/11/16, 11:13 pm
Su cerebro llego a una conclusión " Es un muñeco, no es real, no tiene sentido, debe ser falso, es un títere feo".
Mientras se colocaba el gorro intentado así colocarse las ideas y librarse de los pensamientos que habían rondado por su cabeza, pudo escuchar unas voces que gritaban hacia su dirección. Hablaban en un idioma que el niño desconocía, musical a la par que complejo.
Fue a girarse para ver de donde provenían, cuando una flecha se acerco a su dirección. Parecía venir de una chica de apariencia humana; una india apache que claramente había tenido un terrible malentendido en la peluquería. En ese momento un Cyber-Pitbull humanoide se acerco corriendo hacia el muñeco del suelo. Parecía el personaje principal de un libro de ciencia ficción. Mientras Guille intentaba procesar toda la información que estaba llegando su cabeza, vio llegar un mecha-Husky y alado un Alien-TraigoLaPaz con unos penetrantes ojos morados. Una estrella del rock de esas que le gustaban a su hermano y de las que decía que tenían mucho suaj, fuera lo que fuera eso, se acerco y le pregunto algo. Y en ese momento fue cuando lo entendió todo " los aliens, los aliens han venido por mi ". De un momento a otro comenzó a correr con la manos en alto. Sin saber muy bien hacia dónde ir se dedicó a correr en círculos sin sentido, agitando las manos.
-AAAAAAAAAAAAAAHHH!!!...- gritó hasta que tropezó y cayó de una manera completamente ridícula y dolorosa, ya que no le había dado tiempo a protegerse la cara.
Mientras se colocaba el gorro intentado así colocarse las ideas y librarse de los pensamientos que habían rondado por su cabeza, pudo escuchar unas voces que gritaban hacia su dirección. Hablaban en un idioma que el niño desconocía, musical a la par que complejo.
Fue a girarse para ver de donde provenían, cuando una flecha se acerco a su dirección. Parecía venir de una chica de apariencia humana; una india apache que claramente había tenido un terrible malentendido en la peluquería. En ese momento un Cyber-Pitbull humanoide se acerco corriendo hacia el muñeco del suelo. Parecía el personaje principal de un libro de ciencia ficción. Mientras Guille intentaba procesar toda la información que estaba llegando su cabeza, vio llegar un mecha-Husky y alado un Alien-TraigoLaPaz con unos penetrantes ojos morados. Una estrella del rock de esas que le gustaban a su hermano y de las que decía que tenían mucho suaj, fuera lo que fuera eso, se acerco y le pregunto algo. Y en ese momento fue cuando lo entendió todo " los aliens, los aliens han venido por mi ". De un momento a otro comenzó a correr con la manos en alto. Sin saber muy bien hacia dónde ir se dedicó a correr en círculos sin sentido, agitando las manos.
-AAAAAAAAAAAAAAHHH!!!...- gritó hasta que tropezó y cayó de una manera completamente ridícula y dolorosa, ya que no le había dado tiempo a protegerse la cara.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
01/12/16, 12:44 am
Por fortuna para el grupo los encapuchados se habían comenzado a dispersar cuando Adru comenzó su ataque y a la imprudente niña no le dio tiempo a ponerse en peligro. Dicha inconsciente continuaba gritando improperios contra los seres, saltando en el sitio inquieta y realizando gestos indignados.
—¡Cobardes, volved aquí! ¡Vosotros tenéis la culpa de…!
Se giró con expresión inquisitiva cuando notó la mano en su hombro y la petición de Milo le sonó como una regañina de su madre, por lo que miró hacia otro lado, cruzándose de brazos y con rostro serio.
>>Yo recordaba cómo los habíais ahuyentado la última vez, ¡tenía que hacer algo!
Sus protestas fueron totalmente ahogadas por Rena preguntándole a aquellos niños desconocidos quiénes eran. Rox dijo que también eran humanos.
—Vaya, no sabía que los humanos podíais ser tan distintos. Hubiera apostado que esa chica también era libense, como Nime —comentó señalando hacia la desconocida que se había dedicado a recoger comida—. A propósito, ¿qué es…?
Aunque llegó a pronunciar la palabra “eso” enmudeció instantáneamente al darse cuenta de qué era lo que estaba mirando. El cadáver de… algo. Algo que había estado vivo. Pero no podía tratarse de una persona. La edeel, al contrario que aquel niño pequeño, no podía engañarse diciéndose que era un muñeco, pero se negaba a creer que el cuerpo completamente deformado que tenía ante sí había sido otro niño como ellos. Tenía que tratarse de un monstruo humanoide. O quizás incluso era el aspecto de los malvados encapuchados si se quitaban su túnica roja. Adru permaneció observando el cuerpo durante largos segundos más, con expresión seria. Fue el grito del niño lo que la devolvió bruscamente a la realidad. Con paso firme y una leve sonrisa en la cara, le ofreció su mano.
>>¿Estás bien? No vayas a echarte a llorar ahora que ya se fueron los encapuchados.
—¡Cobardes, volved aquí! ¡Vosotros tenéis la culpa de…!
Se giró con expresión inquisitiva cuando notó la mano en su hombro y la petición de Milo le sonó como una regañina de su madre, por lo que miró hacia otro lado, cruzándose de brazos y con rostro serio.
>>Yo recordaba cómo los habíais ahuyentado la última vez, ¡tenía que hacer algo!
Sus protestas fueron totalmente ahogadas por Rena preguntándole a aquellos niños desconocidos quiénes eran. Rox dijo que también eran humanos.
—Vaya, no sabía que los humanos podíais ser tan distintos. Hubiera apostado que esa chica también era libense, como Nime —comentó señalando hacia la desconocida que se había dedicado a recoger comida—. A propósito, ¿qué es…?
Aunque llegó a pronunciar la palabra “eso” enmudeció instantáneamente al darse cuenta de qué era lo que estaba mirando. El cadáver de… algo. Algo que había estado vivo. Pero no podía tratarse de una persona. La edeel, al contrario que aquel niño pequeño, no podía engañarse diciéndose que era un muñeco, pero se negaba a creer que el cuerpo completamente deformado que tenía ante sí había sido otro niño como ellos. Tenía que tratarse de un monstruo humanoide. O quizás incluso era el aspecto de los malvados encapuchados si se quitaban su túnica roja. Adru permaneció observando el cuerpo durante largos segundos más, con expresión seria. Fue el grito del niño lo que la devolvió bruscamente a la realidad. Con paso firme y una leve sonrisa en la cara, le ofreció su mano.
>>¿Estás bien? No vayas a echarte a llorar ahora que ya se fueron los encapuchados.
- Lobo_Negro
Ficha de cosechado
Nombre: Mike
Especie: Humano
Habilidades: Reflejos, rapidez mental (decisiones), agilidadPersonajes : Mike
Re: Plaza de los Colaespina
01/12/16, 07:53 pm
Mike se quedó pasmado mirando al cadáver hasta que unas voces le sacaron de su ensimismamiento.
La primera voz provenía de un niño pequeño llevando un peluche de un osito. Mike no entendió ni una palabra de lo que le decía el pequeño, pero pudo ver cómo se tensó cuando su mirada se posó en el cadáver de aquella chica. Antes de poder hacer nada por él, unos gritos le hicieron voltearse de nuevo. Los gritos provenían de una chica de pelo violeta que empuñaba un arco y disparaba hacia los encapuchados, que ya se retiraban, mientras bramaba cosas incoherentes sobre robar magia. ¿Qué magia iban a robar de un pobre diablo? ¿Era por eso por lo que habían atacado y matado a aquella chica?
Por el rabillo del ojo vio a la traidora empezar a recoger la comida que habían ido tirando desde la bañera voladora. No pudo evitar pensar en la clase de cosas por las que habría pasado la traidora para ser capaz de mantener la calma y preocuparse por la comida en esa situación. Aquello cada vez era más surrealista, y Mike empezaba a creer que se había vuelto loco y que nada de lo que estaba pasando era real.
Otro grito hizo que Mike girara su cabeza hacia el cadáver, y pudo ver a una criatura con hocico por nariz y piel de color canela sujetando al cadáver mientras les preguntaba "¿De dónde habéis salido?". No la había visto acercarse al cadáver, pero si vio entrar en la plaza a una extraña criatura de ojos grandes, seguida de otro ser con hocico y de lo que parecía una humana, que se encaminaron hacia la chica del pelo violeta para reprenderla.
El niño pequeño que estaba a su lado se dejó llevar por el pánico y empezó a correr mientras gritaba. Por desgracia para él, no miró por dónde pisaba y se cayó estrepitosamente, aunque no parecía haber empezado a llorar. A Mike le pareció una broma cruel que un niño tan pequeño hubiera acabado ahí.
Mike llegó a la conclusión de que la huida no le estaba reportando ningún beneficio: Volvía a estar atrapado. La idea de echar a correr se esfumó en cuanto vio el arco. La distancia no era la suficiente como para confiar en que la chica no tuviera suficiente buena puntería como para poder evitar las flechas. Sin muchas opciones, Mike levantó las manos para intentar calmar el ambiente, tragó saliva y empezó a explicarse:
-Venimos del otro lado de esa grieta enorme, creo que la habían llamado Cicatriz de algo. Viajábamos con un grupo que nos encontró en las Mazmorras, después de que despertáramos hoy, hasta que unos bichos enormes que empezaron a salir del suelo nos separamos en la grieta. Mientras huíamos, una chica del grupo nos gritó que siguiéramos a las bañeras voladoras, y por suerte al poco de separarnos vimos a esa que está ahí flotando y la seguimos hasta aquí. Luego... - Mike miró hacia el cadáver, y se le ensombreció la cara cuando pensó en cómo los encapuchados se habían abalanzado sobre aquella chica en cuanto entró en la plaza. Las palabras se le atragantaron y no pudo continuar.
La primera voz provenía de un niño pequeño llevando un peluche de un osito. Mike no entendió ni una palabra de lo que le decía el pequeño, pero pudo ver cómo se tensó cuando su mirada se posó en el cadáver de aquella chica. Antes de poder hacer nada por él, unos gritos le hicieron voltearse de nuevo. Los gritos provenían de una chica de pelo violeta que empuñaba un arco y disparaba hacia los encapuchados, que ya se retiraban, mientras bramaba cosas incoherentes sobre robar magia. ¿Qué magia iban a robar de un pobre diablo? ¿Era por eso por lo que habían atacado y matado a aquella chica?
Por el rabillo del ojo vio a la traidora empezar a recoger la comida que habían ido tirando desde la bañera voladora. No pudo evitar pensar en la clase de cosas por las que habría pasado la traidora para ser capaz de mantener la calma y preocuparse por la comida en esa situación. Aquello cada vez era más surrealista, y Mike empezaba a creer que se había vuelto loco y que nada de lo que estaba pasando era real.
Otro grito hizo que Mike girara su cabeza hacia el cadáver, y pudo ver a una criatura con hocico por nariz y piel de color canela sujetando al cadáver mientras les preguntaba "¿De dónde habéis salido?". No la había visto acercarse al cadáver, pero si vio entrar en la plaza a una extraña criatura de ojos grandes, seguida de otro ser con hocico y de lo que parecía una humana, que se encaminaron hacia la chica del pelo violeta para reprenderla.
El niño pequeño que estaba a su lado se dejó llevar por el pánico y empezó a correr mientras gritaba. Por desgracia para él, no miró por dónde pisaba y se cayó estrepitosamente, aunque no parecía haber empezado a llorar. A Mike le pareció una broma cruel que un niño tan pequeño hubiera acabado ahí.
Mike llegó a la conclusión de que la huida no le estaba reportando ningún beneficio: Volvía a estar atrapado. La idea de echar a correr se esfumó en cuanto vio el arco. La distancia no era la suficiente como para confiar en que la chica no tuviera suficiente buena puntería como para poder evitar las flechas. Sin muchas opciones, Mike levantó las manos para intentar calmar el ambiente, tragó saliva y empezó a explicarse:
-Venimos del otro lado de esa grieta enorme, creo que la habían llamado Cicatriz de algo. Viajábamos con un grupo que nos encontró en las Mazmorras, después de que despertáramos hoy, hasta que unos bichos enormes que empezaron a salir del suelo nos separamos en la grieta. Mientras huíamos, una chica del grupo nos gritó que siguiéramos a las bañeras voladoras, y por suerte al poco de separarnos vimos a esa que está ahí flotando y la seguimos hasta aquí. Luego... - Mike miró hacia el cadáver, y se le ensombreció la cara cuando pensó en cómo los encapuchados se habían abalanzado sobre aquella chica en cuanto entró en la plaza. Las palabras se le atragantaron y no pudo continuar.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Plaza de los Colaespina
01/12/16, 09:30 pm
Hacia poco que había emprendido el camino de vuelta a la casa que había ocupado este golpe en su ultima visita a Rocavancolia. Kora había decidido parar en la bahía de los naufragios a contemplar y entristecerse por las miles de almas que se había llevado esa escarpada ensenada de muerte y desasosiego por la esperanza de la vida que se escapa entre las fauces de los animales y el agua inundando los sistemas respiratorios de las pobres criaturas que arrastran las corrientes marinas.
Le gustaba notar su lacio pelo largo ondear y revolverse con el viento mientras lloraba y gritaba un poco. Poco quedaba de la Daeliciana que llegó a la ciudad hace tanto tiempo. Sus curvas se habían difuminado en un cuerpo liso, con un aire a persona mal nutrida. Su piel había palidecido de su sano violeta natural a un azul violáceo muy tenue. Gracias a sus reservas mágicas sus facciones no se habían visto muy demacradas aunque las pequeñas ojeras y los pómulos algo hundidos dan sensación de estar incubando algo.
Cada vez que venía a Rocavarancolia le gustaba pasearse por toda la ciudad. La desesperación y dolor que fluía por la ciudad era casi comparable a la sensación de muerte en Krabelin. Kora tenia muy lastimosos recuerdos de todas las incursiones a mundos vinculados y sus desgracias gracias a sus estudios de nigromancia. Fué gracias a Biblios por el que tuvo sus primeros contactos con la nigromancia en la biblioteca y desde entonces comenzó su búsqueda por los mundos vinculados para conocer las enseñanzas oscuras de tal don.
Aun recordaba los primeros días vagando por las calles de la ciudad sin rumbo definido dejándose llevar por la afluencia del sufrimiento y sin haberlo querido se había visto de nuevo caminando hacia la nada en dirección a un fuerte punto de dolor cerca de donde se encontraba.
Sus pasos la llevaron a la plaza de los colaespinas donde un grupo de cosechados se encontraba. El olor de la muerte repentina y la desesperación por una perdida la hicieron sonreir levemente mientras que una lagrima comenzaba a surcar su mejilla. "¿Que desgracia me encontraré con vosotros cosechados?" Pensó mientras caminaba lentamente hacia donde se encontraban los chicos. La poca brisa hacia ondear los picos de su vestido blanco sucio manchado por los bajos de unas manchas a caballo entre la sangre seca y tierra mojada mientras se acercaba a la entrada de la plaza donde empezaban a resonar el traqueteo del calzado negro como el onix.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En la plaza se escuchan las voces de los cosechados pero poco a poco mis tacones y pequeños sollozos entrecortados comienzan a resonar por la plaza. Me acerco intentando no echarme a llorar por la cantidad de frustración y odio que percibo en el ambiente. Los cadáveres de los colaespinas dispersados por la zona me hacen respirar profundo. "Hay algo mas triste por aquí. Puedo sentirlo." Me digo mientras me acerco al punto caliente que parece ser que se encuentra cerca de los cosechados.
-Pobres colaespinas. Tantas historias truncadas por la insensatez de unos pocos. ¿No es una pena?- Mascullo entre dientes mientras busco la fuente de tanta lastima entre esa carnicería-
Detengo mi camino a escasos metros del grupo y respirando profundamente intentando ahogar un sollozo por lo patéticos que me parecen sus existencias me dirijo a ellos. -¿No es Rocavarancolia un lugar tan duro y cruel que os deja sin esperanza?- Al acabar la pregunta inhalo aire y sonrió mientras me limpio con la manga las lagrimas que brotan de mis ojos. -¿Es acaso ese hedor a muerte lo que me ha guiado hasta aqui? La desesperación de eso es enorme en esta plaza- Digo señalando a los restos de la Varmana muerta. -Parece ser que un futuro brillante se ha disipado hace poco por aqui. ¿No es cierto?- Pregunto al aire mientras recuerdo el cántico perfecto para llevarme esa fuente de magia que se me había presentado tan gratuitamente.
Le gustaba notar su lacio pelo largo ondear y revolverse con el viento mientras lloraba y gritaba un poco. Poco quedaba de la Daeliciana que llegó a la ciudad hace tanto tiempo. Sus curvas se habían difuminado en un cuerpo liso, con un aire a persona mal nutrida. Su piel había palidecido de su sano violeta natural a un azul violáceo muy tenue. Gracias a sus reservas mágicas sus facciones no se habían visto muy demacradas aunque las pequeñas ojeras y los pómulos algo hundidos dan sensación de estar incubando algo.
Cada vez que venía a Rocavarancolia le gustaba pasearse por toda la ciudad. La desesperación y dolor que fluía por la ciudad era casi comparable a la sensación de muerte en Krabelin. Kora tenia muy lastimosos recuerdos de todas las incursiones a mundos vinculados y sus desgracias gracias a sus estudios de nigromancia. Fué gracias a Biblios por el que tuvo sus primeros contactos con la nigromancia en la biblioteca y desde entonces comenzó su búsqueda por los mundos vinculados para conocer las enseñanzas oscuras de tal don.
Aun recordaba los primeros días vagando por las calles de la ciudad sin rumbo definido dejándose llevar por la afluencia del sufrimiento y sin haberlo querido se había visto de nuevo caminando hacia la nada en dirección a un fuerte punto de dolor cerca de donde se encontraba.
Sus pasos la llevaron a la plaza de los colaespinas donde un grupo de cosechados se encontraba. El olor de la muerte repentina y la desesperación por una perdida la hicieron sonreir levemente mientras que una lagrima comenzaba a surcar su mejilla. "¿Que desgracia me encontraré con vosotros cosechados?" Pensó mientras caminaba lentamente hacia donde se encontraban los chicos. La poca brisa hacia ondear los picos de su vestido blanco sucio manchado por los bajos de unas manchas a caballo entre la sangre seca y tierra mojada mientras se acercaba a la entrada de la plaza donde empezaban a resonar el traqueteo del calzado negro como el onix.
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En la plaza se escuchan las voces de los cosechados pero poco a poco mis tacones y pequeños sollozos entrecortados comienzan a resonar por la plaza. Me acerco intentando no echarme a llorar por la cantidad de frustración y odio que percibo en el ambiente. Los cadáveres de los colaespinas dispersados por la zona me hacen respirar profundo. "Hay algo mas triste por aquí. Puedo sentirlo." Me digo mientras me acerco al punto caliente que parece ser que se encuentra cerca de los cosechados.
-Pobres colaespinas. Tantas historias truncadas por la insensatez de unos pocos. ¿No es una pena?- Mascullo entre dientes mientras busco la fuente de tanta lastima entre esa carnicería-
Detengo mi camino a escasos metros del grupo y respirando profundamente intentando ahogar un sollozo por lo patéticos que me parecen sus existencias me dirijo a ellos. -¿No es Rocavarancolia un lugar tan duro y cruel que os deja sin esperanza?- Al acabar la pregunta inhalo aire y sonrió mientras me limpio con la manga las lagrimas que brotan de mis ojos. -¿Es acaso ese hedor a muerte lo que me ha guiado hasta aqui? La desesperación de eso es enorme en esta plaza- Digo señalando a los restos de la Varmana muerta. -Parece ser que un futuro brillante se ha disipado hace poco por aqui. ¿No es cierto?- Pregunto al aire mientras recuerdo el cántico perfecto para llevarme esa fuente de magia que se me había presentado tan gratuitamente.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Personajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Plaza de los Colaespina
01/12/16, 10:11 pm
Fue a levantarse cuando miró a la apache, se acercó a ayudarle, extendió su mano. Guille, con la cara roja, sonrió con una gran sonrisa enseñando sus dientes, algunos caídos, para corresponder a la sonrisa de esta, no parecía tan peligrosa, quitando el echo que había lanzado una flecha en su dirección.
-No te entiendo nada de nada- dijo mientras cogía su mano, sin dejar de sonreír, para que la apache no se sintiera decepcionada por no entenderla. Justo al levantarse sus tripas rugieron de hambre, se acababa de dar cuenta que tenia mucha hambre. Se quedó parado un segundo con vergüenza, pero rompió el silencio con una sonora carcajada, era una risa producida por el desencadenamiento de tantas emociones; podría haber dado como resultado en llanto, pero Guille se alegró de estar riendo en lugar de llorar. No le gustaría estar llorando delante de unos desconocidos.
Esto estaba siendo un día de locos. Cogió a Lechuga del suelo y se lo colocó detrás de la espalda intentando ocultarlo.
El pirata se puso a hablar con ellos. Ahora que los miraba más detenidamente no parecían peligrosos, un poco desaliñados, pero parecían buena gente.
"Si pudiera hablar con ellos quizás me puedan decir dónde estoy y cómo volver a casa "
-Si esto es un sueño es el sueño más raro que he tenido nunca.
Alguien se dirija hacia ellos, se escuchaban sus pasos, "parece que esta apunto de llorar" parecía un flor de pantano, hermosa, pero a Guille no le trasmitió confianza, aunque no entendiera que decía. Pero visto lo que había visto ya no sabia que pensar.
"Y yo que pensaba que esta ciudad estaba abandonada, pero esta llena de seres extraños, monstruos y aliens" pensó, estaba siendo un día muy largo,su cuerpo no estaba completamente despejado,junto con el hambre y todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, no acababa de pensar con claridad, deseaba volver a su casa.
-No te entiendo nada de nada- dijo mientras cogía su mano, sin dejar de sonreír, para que la apache no se sintiera decepcionada por no entenderla. Justo al levantarse sus tripas rugieron de hambre, se acababa de dar cuenta que tenia mucha hambre. Se quedó parado un segundo con vergüenza, pero rompió el silencio con una sonora carcajada, era una risa producida por el desencadenamiento de tantas emociones; podría haber dado como resultado en llanto, pero Guille se alegró de estar riendo en lugar de llorar. No le gustaría estar llorando delante de unos desconocidos.
Esto estaba siendo un día de locos. Cogió a Lechuga del suelo y se lo colocó detrás de la espalda intentando ocultarlo.
El pirata se puso a hablar con ellos. Ahora que los miraba más detenidamente no parecían peligrosos, un poco desaliñados, pero parecían buena gente.
"Si pudiera hablar con ellos quizás me puedan decir dónde estoy y cómo volver a casa "
-Si esto es un sueño es el sueño más raro que he tenido nunca.
Alguien se dirija hacia ellos, se escuchaban sus pasos, "parece que esta apunto de llorar" parecía un flor de pantano, hermosa, pero a Guille no le trasmitió confianza, aunque no entendiera que decía. Pero visto lo que había visto ya no sabia que pensar.
"Y yo que pensaba que esta ciudad estaba abandonada, pero esta llena de seres extraños, monstruos y aliens" pensó, estaba siendo un día muy largo,su cuerpo no estaba completamente despejado,junto con el hambre y todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, no acababa de pensar con claridad, deseaba volver a su casa.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Plaza de los Colaespina
02/12/16, 10:40 pm
La reacción del mas pequeño de ese extraño grupo no se dejó esperar y fue lo suficientemente alterada para conseguir que Pam dejara de prestarle atención al cuerpo hinchado que Rena aun cargaba. Los gritos repentinos de aquel niño, hicieron que la mona del queso mirara alrededor, inquieta por que aquello pudiera llamar la atención de algo tan o mas indeseado que las capuchas rojas.
Por suerte la propia torpeza del no hizo que se callara, con un golpe seco contra el suelo que probablemente debió dolerle. EL niño por suerte no comenzó a berrear ante el golpazo, cosa que Pam agradeció, pues no le apetecía lo mas mínimo tener que callarle por la fuerza. Lo que menos les convenía era montar escándalo en medio de una plaza ala vista de cualquier cosa. El cadáver que Rena sostenía era una prueba de los peligros que allí podían aguardar.
Uno de los humanos mas grandes empezó a explicar de donde habían salido y la mención de "otro grupo" desconcertó totalmente a Pam << ¿Espera ¿hay mas chicos como nosotros rondando por allí afuera? >> resultaba increíble de pensar, pues nunca vieron a nadie mas que ellos mismos en esas salidas, aunque también era cierto que nunca se habían alejado lo suficiente del torreón y que tampoco revisaron muy a fondo la mazmorras donde se habían despertado en la búsqueda de otros recién llegados. << ¿Despertaron hoy? >> ese dato dejo a Pam igualmente desconcertada, no es como si hubiera pasado solo un día desde que llegaron a ese lugar ¿Llevaban tanto tiempo dormidos? ¿Era tan siquiera posible? << Incluso si la magia consiguió dormirlos, como a nosotros, ¿también puede mantenerlos vivos? Una persona muere sino come ni bebe >> no entendía como podía hacer semejante cosa, mas cuando nunca habían visto a mas habitantes en la ciudad que las capuchas rojas, si se podían considerar habitante y no ser sin inteligencia; y aquellos que les dieron el discurso. Eran demasiadas dudas, y mordiéndose el labio inferior, entendió que aquel no era el mejor lugar para ponerse a preguntarles.
Igualmente no sabia que pensar con todo aquello, no sabia si confiar aun pues resultaba demasiado extraño. Un grupo mas aparte de ellos, acabando de despertarse estaba aun intentando llegar a una conclusión, cuando alguien mas se unió a la fiesta. La visión de aquella chica puso a Pam en guardia, sosteniendo firmemente la daga en su mano, pues a pesar de no lucir violenta, estaba a punto de ponerse a llorar al parecer, había surgido de la anda, era desconocida al parecer no solo para ellos y lo que decía no tenia sentido alguno , aparte de sonar inquietante al hablar de “hedor a muerte que la atrajo”. << Puede ser...¿una habitante? >> pensó incrédula, pues suponía que había mas habitantes en la ciudad, por supuesto, pero resultaba por demás curiosos que encontraran a un nuevo grupo ya su vez a un habitante de la ciudad, tras mas de de un mes sin toparse a nadie. Y no tenia claro si todos esos acontecimientos eran tener buena suerte o mas bien lo contrario.
Fuera como fuera esa mujer, hablando de muerte y desesperanza, no le gustaba ni un pelo. Era como si la rodeada un aura de mala suerte impresionante, una que atraía a la muerte, o mas bien ella se sentía atraída por esta al parecer, como a los carroñeros a los cadáveres, que desde luego no le daban muchas ganas de mantener una conversación amena con ella.-
-Deberíamos recoger las cestas e irnos....y llevárnoslo con nosotros, hay pegunta que hacerles -sugirió Pam en voz baja a sus compañeros mas cercanos, refiriéndose a los recién llegados, no a la supuesta habitante melancólica- Ella...no me da buena espina -aseguró suave refiriéndose a la habitante porque dudaba de verdad que a alguien se la diera.
Por suerte la propia torpeza del no hizo que se callara, con un golpe seco contra el suelo que probablemente debió dolerle. EL niño por suerte no comenzó a berrear ante el golpazo, cosa que Pam agradeció, pues no le apetecía lo mas mínimo tener que callarle por la fuerza. Lo que menos les convenía era montar escándalo en medio de una plaza ala vista de cualquier cosa. El cadáver que Rena sostenía era una prueba de los peligros que allí podían aguardar.
Uno de los humanos mas grandes empezó a explicar de donde habían salido y la mención de "otro grupo" desconcertó totalmente a Pam << ¿Espera ¿hay mas chicos como nosotros rondando por allí afuera? >> resultaba increíble de pensar, pues nunca vieron a nadie mas que ellos mismos en esas salidas, aunque también era cierto que nunca se habían alejado lo suficiente del torreón y que tampoco revisaron muy a fondo la mazmorras donde se habían despertado en la búsqueda de otros recién llegados. << ¿Despertaron hoy? >> ese dato dejo a Pam igualmente desconcertada, no es como si hubiera pasado solo un día desde que llegaron a ese lugar ¿Llevaban tanto tiempo dormidos? ¿Era tan siquiera posible? << Incluso si la magia consiguió dormirlos, como a nosotros, ¿también puede mantenerlos vivos? Una persona muere sino come ni bebe >> no entendía como podía hacer semejante cosa, mas cuando nunca habían visto a mas habitantes en la ciudad que las capuchas rojas, si se podían considerar habitante y no ser sin inteligencia; y aquellos que les dieron el discurso. Eran demasiadas dudas, y mordiéndose el labio inferior, entendió que aquel no era el mejor lugar para ponerse a preguntarles.
Igualmente no sabia que pensar con todo aquello, no sabia si confiar aun pues resultaba demasiado extraño. Un grupo mas aparte de ellos, acabando de despertarse estaba aun intentando llegar a una conclusión, cuando alguien mas se unió a la fiesta. La visión de aquella chica puso a Pam en guardia, sosteniendo firmemente la daga en su mano, pues a pesar de no lucir violenta, estaba a punto de ponerse a llorar al parecer, había surgido de la anda, era desconocida al parecer no solo para ellos y lo que decía no tenia sentido alguno , aparte de sonar inquietante al hablar de “hedor a muerte que la atrajo”. << Puede ser...¿una habitante? >> pensó incrédula, pues suponía que había mas habitantes en la ciudad, por supuesto, pero resultaba por demás curiosos que encontraran a un nuevo grupo ya su vez a un habitante de la ciudad, tras mas de de un mes sin toparse a nadie. Y no tenia claro si todos esos acontecimientos eran tener buena suerte o mas bien lo contrario.
Fuera como fuera esa mujer, hablando de muerte y desesperanza, no le gustaba ni un pelo. Era como si la rodeada un aura de mala suerte impresionante, una que atraía a la muerte, o mas bien ella se sentía atraída por esta al parecer, como a los carroñeros a los cadáveres, que desde luego no le daban muchas ganas de mantener una conversación amena con ella.-
-Deberíamos recoger las cestas e irnos....y llevárnoslo con nosotros, hay pegunta que hacerles -sugirió Pam en voz baja a sus compañeros mas cercanos, refiriéndose a los recién llegados, no a la supuesta habitante melancólica- Ella...no me da buena espina -aseguró suave refiriéndose a la habitante porque dudaba de verdad que a alguien se la diera.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Hiss
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Velocidad, reflejos y buen oído.
Personajes : Hiss: Humana extremadamente prudente, discreta y silenciosa.
Unidades mágicas : -/-
Armas : Papel y pluma.
Status : ヽ(╹ ⌓╹)ノ
Humor : memeborn
Re: Plaza de los Colaespina
03/12/16, 08:13 pm
Apenas he empezado a recoger comida cuando, a falta de una expresión mejor, se monta un circo. Una niña de aspecto muy llamativo se pone a disparar ¡flechas! a lo loco, de forma no precisamente discreta. Abro la boca en un gesto horrorizado, aunque el “¡serás imbécil!” nunca llega a salir de allí; en su lugar solo siento como se me escapa el aire. ¿Es que quiere morir?
La chica en cuestión no está sola; al contrario. La acompaña el grupo más extravagante que haya visto en la vida. ¿Qué... son esas... “personas”? La mayoría tiene un aspecto extraño, a cada cual más raro. ¿Es que hay algo en el aire de este lugar que haga mutar a la gente? ¿O vienen de otro planeta? Algunos miembros de su grupo deben de pensar lo mismo que yo hace unos momentos porque corren a detenerle y le recriminan sus acciones. En cualquier caso, ver tantos de ellos y tan poco de los nuestros me resulta muy amenazador.
Espera, “los nuestros”. ¿Desde cuándo somos un grupo? Además, solo está el otro chico, Nadir se...
Mierda. No pienses.
Una voz más me obliga a apartar la mirada de forma brusca, pero no es ninguna amenaza. Creo. Un niño pequeño, uno normal. Da vueltas, dice tonterías y... No sé, hace cosas de niños. Mi primer pensamiento es despectivo: Nunca me han caído bien los niños; no entienden el concepto de respeto y lloran a la mínima. No obstante, tras verlo caerse me empieza a dar pena. ¿Qué clase de monstruo traería a alguien tan joven a un lugar tan horrible? ¿Cómo esperan que sobreviva?
Respiro más tranquila (pero no mucho) una vez veo a los silenciosos asesinos desaparecer. Vale, no hay peligro. De momento. De momento. Los recién llegados —diría los intrusos pero aunque solo sea por su número probablemente debería pensar al revés y no me parece muy cauto— hablan de cosas que no entiendo. Tampoco seré yo quien se acerque a preguntarl de qué hablan. Lo interesante es que les entiendo.
Uno de las personas animaloides me está mirando. ¿Ira, desprecio, odio? No lo tengo muy claro. He debido de hacer algo para ofend... Ah, la comida, sí.
(A todo esto, ¿es un él o una ella? Nota mental: Tengo que sonsacárselo de forma sutil si llego a hablar con alguien. Hay otra persona parecida, pero ni idea.)
Viendo a Mike levantar las manos, decido hacer lo mismo, poniéndolas a los lados de mi cara y encogiendo los hombros mientras trato de transmitir la idea de que no soy nadie. Espero que lo entiendan como un gesto amistoso.
Después, vuelvo a sacar lo que he guardado y lo voy dejando lentamente donde estaba hasta que solo queda... Otra manzana. Me aparto de la cesta con ella en la mano y me debato entre la idea de intentar romper el hielo y la de volver a marcharme lentamente cuando aparece otra rara.
La peliazul es mucho más amenazadora que los demás, que parecen inquietos ante su visión. No es una de ellos. Parece peligrosa. Doy dos pasos hacia atrás, hacia el grupo y les dedico una mirada preocupada, con los ojos muy abiertos, girando la cabeza hacia la otra periódicamente.
Definitivamente los raros. Me acerco más y paso a mi mejor cara de póker.
—Buenas— comentó sin saber qué decir, aún más bajo de lo que esperaba. Me pregunto si me habrán oído, pero no me gané el nombre por nada. Qué patético. Argh. Sentiría vergüenza de no ser porque ahora mismo es el instinto quien manda. Ya habrá tiempo de tirarse de los pelos cuando esté lejos del peligro.
La chica en cuestión no está sola; al contrario. La acompaña el grupo más extravagante que haya visto en la vida. ¿Qué... son esas... “personas”? La mayoría tiene un aspecto extraño, a cada cual más raro. ¿Es que hay algo en el aire de este lugar que haga mutar a la gente? ¿O vienen de otro planeta? Algunos miembros de su grupo deben de pensar lo mismo que yo hace unos momentos porque corren a detenerle y le recriminan sus acciones. En cualquier caso, ver tantos de ellos y tan poco de los nuestros me resulta muy amenazador.
Espera, “los nuestros”. ¿Desde cuándo somos un grupo? Además, solo está el otro chico, Nadir se...
Mierda. No pienses.
Una voz más me obliga a apartar la mirada de forma brusca, pero no es ninguna amenaza. Creo. Un niño pequeño, uno normal. Da vueltas, dice tonterías y... No sé, hace cosas de niños. Mi primer pensamiento es despectivo: Nunca me han caído bien los niños; no entienden el concepto de respeto y lloran a la mínima. No obstante, tras verlo caerse me empieza a dar pena. ¿Qué clase de monstruo traería a alguien tan joven a un lugar tan horrible? ¿Cómo esperan que sobreviva?
Respiro más tranquila (pero no mucho) una vez veo a los silenciosos asesinos desaparecer. Vale, no hay peligro. De momento. De momento. Los recién llegados —diría los intrusos pero aunque solo sea por su número probablemente debería pensar al revés y no me parece muy cauto— hablan de cosas que no entiendo. Tampoco seré yo quien se acerque a preguntarl de qué hablan. Lo interesante es que les entiendo.
Uno de las personas animaloides me está mirando. ¿Ira, desprecio, odio? No lo tengo muy claro. He debido de hacer algo para ofend... Ah, la comida, sí.
(A todo esto, ¿es un él o una ella? Nota mental: Tengo que sonsacárselo de forma sutil si llego a hablar con alguien. Hay otra persona parecida, pero ni idea.)
Viendo a Mike levantar las manos, decido hacer lo mismo, poniéndolas a los lados de mi cara y encogiendo los hombros mientras trato de transmitir la idea de que no soy nadie. Espero que lo entiendan como un gesto amistoso.
Después, vuelvo a sacar lo que he guardado y lo voy dejando lentamente donde estaba hasta que solo queda... Otra manzana. Me aparto de la cesta con ella en la mano y me debato entre la idea de intentar romper el hielo y la de volver a marcharme lentamente cuando aparece otra rara.
La peliazul es mucho más amenazadora que los demás, que parecen inquietos ante su visión. No es una de ellos. Parece peligrosa. Doy dos pasos hacia atrás, hacia el grupo y les dedico una mirada preocupada, con los ojos muy abiertos, girando la cabeza hacia la otra periódicamente.
Definitivamente los raros. Me acerco más y paso a mi mejor cara de póker.
—Buenas— comentó sin saber qué decir, aún más bajo de lo que esperaba. Me pregunto si me habrán oído, pero no me gané el nombre por nada. Qué patético. Argh. Sentiría vergüenza de no ser porque ahora mismo es el instinto quien manda. Ya habrá tiempo de tirarse de los pelos cuando esté lejos del peligro.
I hit the ground and I'm still running
But I need a place to stay tonight
I swear I'll be gone in the morning
I just need somewhere warm to close my eyes
- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
10/12/16, 10:13 pm
Adru atiende al crío, que debía tener algún tipo de problema a juzgar por sus reacciones. O puede que fuera algo cultural, Rena no lo sabía. Estaba claro que no había bebido de la fuente, pero un viaje hasta la otra plaza con un niño tan pequeño no le parecía una buena idea.
<< Hay más>>
El chico de piel oscura les explica su situación: vienen de otro grupo, se han separado. No solo eso, se han despertado hace poco. Las preguntas se agolparon en la cabeza de la irrense, pero no era el momento ni el lugar para hacerlas. Buscó a Milo y Rox con la mirada, y vio a la extraña. Sus palabras le pusieron los pelos de punta.
-A mi tampoco me gusta un pelo- le dijo a Pam- Deberíamos largarnos. Yo puedo ir con alguien más a la fuente a por agua para el crío y que el resto lleve las cestas al torreón. Supongo que estos- señaló a los nuevos- Pueden venirse, no los vamos a dejar aquí fuera para que se los coman, ¿no?
<< Hay más>>
El chico de piel oscura les explica su situación: vienen de otro grupo, se han separado. No solo eso, se han despertado hace poco. Las preguntas se agolparon en la cabeza de la irrense, pero no era el momento ni el lugar para hacerlas. Buscó a Milo y Rox con la mirada, y vio a la extraña. Sus palabras le pusieron los pelos de punta.
-A mi tampoco me gusta un pelo- le dijo a Pam- Deberíamos largarnos. Yo puedo ir con alguien más a la fuente a por agua para el crío y que el resto lleve las cestas al torreón. Supongo que estos- señaló a los nuevos- Pueden venirse, no los vamos a dejar aquí fuera para que se los coman, ¿no?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Plaza de los Colaespina
11/12/16, 02:05 pm
La mona del queso miraba aun de forma desconfiada a la mujer peliazul y estuvo e acuerdo con Rena, sobretodo al notar que aparentemente el menor del otro grupo no era capaz de entenderlos. En su caso, seria mas de ayuda yendo por agua que cargando las cestas.
-Yo voy contigo Rena, que soy mas rápida y no puedo cargar peso- añadió tomando rápidamente la decisión, pues aunque no sabia si esa mujer peliazul con comentarios tan inquietantes era peligrosa, tampoco quería pararse a averígualo en primera fila. Con esa conclusión sus ojos se fijaron en Adru y el pequeño al que sostenía de la mano- ¿Adru, podrías encargarte de llevar al niño con vosotros sin que se asuste? Es pequeño se sentirá mas cómodo con alguien joven. Vosotros dos iros con ellos - sugirió Pam con rapidez a los recién llegados, esperando que todos estuvieran de acuerdo y no pusieran muchas negativas, aunque uno de esos humanos ya se había unido al grupo igualmente. Miró de reojo a la peliazul, pues estaba deseando salir de allí lo antes posible que sentía una inquietud latente que no le gustaba ni un pelo. Eso o estaba algo paranoica.
-Si alguien mas va a venir a la fuente, mejor irnos ya -pidió esperando que hicieran rápido la división sobre quien iría a cada lado. En cuanto el grupo se formara, pues ella y Rena solo eran carne de caño, aunque pudieran ser mas rápida, por lo que se largarían de ahí si es que la por suerte, la peliazul no lo impedía.
-Yo voy contigo Rena, que soy mas rápida y no puedo cargar peso- añadió tomando rápidamente la decisión, pues aunque no sabia si esa mujer peliazul con comentarios tan inquietantes era peligrosa, tampoco quería pararse a averígualo en primera fila. Con esa conclusión sus ojos se fijaron en Adru y el pequeño al que sostenía de la mano- ¿Adru, podrías encargarte de llevar al niño con vosotros sin que se asuste? Es pequeño se sentirá mas cómodo con alguien joven. Vosotros dos iros con ellos - sugirió Pam con rapidez a los recién llegados, esperando que todos estuvieran de acuerdo y no pusieran muchas negativas, aunque uno de esos humanos ya se había unido al grupo igualmente. Miró de reojo a la peliazul, pues estaba deseando salir de allí lo antes posible que sentía una inquietud latente que no le gustaba ni un pelo. Eso o estaba algo paranoica.
-Si alguien mas va a venir a la fuente, mejor irnos ya -pidió esperando que hicieran rápido la división sobre quien iría a cada lado. En cuanto el grupo se formara, pues ella y Rena solo eran carne de caño, aunque pudieran ser mas rápida, por lo que se largarían de ahí si es que la por suerte, la peliazul no lo impedía.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
11/12/16, 04:33 pm
El niño parecía no haber bebido de la fuente mágica, porque no entendió una sola palabra de lo que le dijo. Ya estaba dispuesta a ofrecerse a ir a buscarla, pero el chico de piel oscura les empezó a explicar cómo habían llegado hasta allí y su atención se centró en él.
—¿Os trajeron hoy a vosotros? ¿Y no llegaron unos magos para deciros cosas misteriosas? —Le preguntó resumiendo pobremente el momento en el que habían recibido el discurso anual por parte del Consejo.
La mirada significativa que el humano le dirigió al cadáver le hizo recordar su presencia y su mano se cernió con mayor fuerza a la del pequeño. Quizás con demasiada fuerza. Por suerte para el niño, la edeel no tardó en soltarle, incapaz de mantenerse más de medio minuto quieta en el mismo sitio.
Una nueva desconocida irrumpió entonces en la plaza, diciendo palabras que tenían poco sentido para Adru, pero consiguiendo distraerla de pensar en el cadáver una vez más. En cierto modo le recordaba a Eitne en los llamativos tonos de todos sus rasgos, aunque su piel era muy pálida en comparación con la de su pequeño amigo.
—Hola, ¿y tú quién eres? —Le dijo acercándose unos pasos a ella—. ¿Perteneces a ese otro grupo del que habló este chico? —Señaló al humano de piel oscura y después se dirigió a él—. ¿Te suena de algo?
El resto, no obstante, no parecía muy por la labor de hablar con la desconocida. La edeel no entendía por qué, ya que podía ser otra chica perdida como aquellos tres humanos, pero confiaba en el criterio de los mayores. La mona del queso se dirigió a ella directamente, a lo que respondió de inmediato realizando un saludo militar.
—Déjamelo a mí, cabo Pelusa —aseguró con una gran sonrisa mientras recogía una de las cestas de comida—. Ven conmigo, pequeño, me acaban de asignar la misión de llevarte sano y salvo al torreón. Ya verás, le diré a Neil que te prepare algo rico para comer —le comunicó al niño aún a sabiendas de que no podía entender lo que decía—. ¡Adelante! —Se dirigió por último a los otros dos humanos desconocidos—. A propósito, ¿cómo os llamáis? Podéis dirigiros a mí como “la Capitana” —dijo riendo entre dientes.
No pudo evitar mientras se ponían en marcha, no obstante, echar un último vistazo al cadáver deformado. El chico había confirmado que se trataba de una compañera suya. La semilla de la duda empezó a germinar por fin en el despreocupado cerebro de la sinhadre: por primera vez era consciente de que podían correr cierto peligro allí. Estaba claro que tenían que hacérselo pagar a aquellos encapuchados.
—¿Os trajeron hoy a vosotros? ¿Y no llegaron unos magos para deciros cosas misteriosas? —Le preguntó resumiendo pobremente el momento en el que habían recibido el discurso anual por parte del Consejo.
La mirada significativa que el humano le dirigió al cadáver le hizo recordar su presencia y su mano se cernió con mayor fuerza a la del pequeño. Quizás con demasiada fuerza. Por suerte para el niño, la edeel no tardó en soltarle, incapaz de mantenerse más de medio minuto quieta en el mismo sitio.
Una nueva desconocida irrumpió entonces en la plaza, diciendo palabras que tenían poco sentido para Adru, pero consiguiendo distraerla de pensar en el cadáver una vez más. En cierto modo le recordaba a Eitne en los llamativos tonos de todos sus rasgos, aunque su piel era muy pálida en comparación con la de su pequeño amigo.
—Hola, ¿y tú quién eres? —Le dijo acercándose unos pasos a ella—. ¿Perteneces a ese otro grupo del que habló este chico? —Señaló al humano de piel oscura y después se dirigió a él—. ¿Te suena de algo?
El resto, no obstante, no parecía muy por la labor de hablar con la desconocida. La edeel no entendía por qué, ya que podía ser otra chica perdida como aquellos tres humanos, pero confiaba en el criterio de los mayores. La mona del queso se dirigió a ella directamente, a lo que respondió de inmediato realizando un saludo militar.
—Déjamelo a mí, cabo Pelusa —aseguró con una gran sonrisa mientras recogía una de las cestas de comida—. Ven conmigo, pequeño, me acaban de asignar la misión de llevarte sano y salvo al torreón. Ya verás, le diré a Neil que te prepare algo rico para comer —le comunicó al niño aún a sabiendas de que no podía entender lo que decía—. ¡Adelante! —Se dirigió por último a los otros dos humanos desconocidos—. A propósito, ¿cómo os llamáis? Podéis dirigiros a mí como “la Capitana” —dijo riendo entre dientes.
No pudo evitar mientras se ponían en marcha, no obstante, echar un último vistazo al cadáver deformado. El chico había confirmado que se trataba de una compañera suya. La semilla de la duda empezó a germinar por fin en el despreocupado cerebro de la sinhadre: por primera vez era consciente de que podían correr cierto peligro allí. Estaba claro que tenían que hacérselo pagar a aquellos encapuchados.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de los Colaespina
11/12/16, 07:15 pm
Milo observó en silencio los aspavientos del mas pequeño, torciendo la boca cuando se puso a gritar, pero por suerte Adru intervino rápidamente y se acercó al niño para hacerle callar. La sinhadre le ofreció la mano y le dirigió unas palabras amistosas, pero por la respuesta del humano pudieron deducir que no había bebido de la fuente mágica. Los otros dos, sin embargo, si que lo habían hecho, y después de escuchar las palabras del de piel oscura la expresión del irrense se suavizó un tanto. Al parecer habían despertado en las mazmorras aquel mismo día y formaban parte de otro grupo, pero se habían separado y ahora estaban perdidos. Aquellas noticias inquietaron un poco al norteño, pues no entendía porque habían traído más cosechados a la ciudad después de tanto tiempo, pero ahora lo importante era ayudar a aquellas personas. Dejarlos a su suerte no era una opción y en el torreón había espacio de sobra para todos.
—Podríamos... —empezó, pero la aparición de la rocavarancolesa le hizo enmudecer.
Quizás fueran sus andares, sus palabras sin sentido o su expresión demacrada, pero había algo en aquella chica que la diferenciaba de las personas normales, y el irrense estaba completamente seguro de que se trataba de una ciudadana de Rocavarancolia. Fue Adru la que se dirigió a ella, como no podía ser de otra manera, y el rostro de Milo palideció visiblemente ante la impulsividad de la sinhadre.
—No creo que sea una cosechada, Adru, no la molestes. —le dijo a la sinhadre en voz baja, tirando de su brazo para alejarlos a ella y al niño de la daeliciana.
Rena no tardó en trazar un plan, dividiendo el grupo para que la mayoría regresara al torreón con la comida y los recién llegados mientras el resto iba a recoger agua para el pequeño español. Milo no quería perder de vista a Adru, pues se sentía responsable de ella, pero que Pam y Rena fueran solas era una auténtica locura, así que se ofreció a acompañarlas tras unos instantes de duda. La mona del queso le dirigió a la sinhadre unas palabras muy similares a las que el irrense pensaba emplear para convencer a su amiga de que fuera a Letargo con los demás, pero le dirigió una mirada significativa a Rox para que le echara un ojo durante el trayecto.
—Tened cuidado de camino a casa, ¿de acuerdo? —les instó a todos, pero dirigiéndose sobre todo a la hiperactiva muchacha—. Quedan todos a tu cargo hasta que regresemos, capitana, así que se prudente —añadió en un susurro solo para ella antes de revolverle el pelo con ligereza—. Nos vemos en el torreón. —concluyó con una media sonrisa, despidiéndoles con la mano mientras se alejaban.
Rena aún sujetaba el cadáver de la varmana cuando perdieron al grupo de vista y la banshee seguía observándoles a unos metros de distancia. Milo no sabía que quería exactamente, pero no pensaba quedarse a averiguarlo y secundó las palabras de la mona del queso.
—Vamonos ya, si, y ya de paso alejemos el cuerpo de la plaza por si atrae a algún carroñero. —añadió en un susurro, sin perder de vista a la rocavarancolesa.
El norteño no había dado muestras de que aquello le afectara, pero le alteraba tanto como a los demás. No conocía a la varmana personalmente, pero lo que le había pasado era terrible y confirmaba de nuevo lo peligrosa que era aquella ciudad para los cosechados. Sacar el cuerpo de allí, sin embargo, era lo más lógico dada la situación, pues sus suministros podían depender de ello. Los irrenses no enterraban a sus muertos y en su lugar los quemaban, pero no tenían tiempo para improvisar una pira funeraria, así que tendrían que dejar el cuerpo en algún lugar apartado.
—¿Te echo una mano para llevarlo? —le preguntó a Rena. Si aceptaba la ayudaría a cargar con la chica muerta, si no abriría la marcha en dirección a la plaza de la fuente.
Continúa en la Cicatriz de Arax.
—Podríamos... —empezó, pero la aparición de la rocavarancolesa le hizo enmudecer.
Quizás fueran sus andares, sus palabras sin sentido o su expresión demacrada, pero había algo en aquella chica que la diferenciaba de las personas normales, y el irrense estaba completamente seguro de que se trataba de una ciudadana de Rocavarancolia. Fue Adru la que se dirigió a ella, como no podía ser de otra manera, y el rostro de Milo palideció visiblemente ante la impulsividad de la sinhadre.
—No creo que sea una cosechada, Adru, no la molestes. —le dijo a la sinhadre en voz baja, tirando de su brazo para alejarlos a ella y al niño de la daeliciana.
Rena no tardó en trazar un plan, dividiendo el grupo para que la mayoría regresara al torreón con la comida y los recién llegados mientras el resto iba a recoger agua para el pequeño español. Milo no quería perder de vista a Adru, pues se sentía responsable de ella, pero que Pam y Rena fueran solas era una auténtica locura, así que se ofreció a acompañarlas tras unos instantes de duda. La mona del queso le dirigió a la sinhadre unas palabras muy similares a las que el irrense pensaba emplear para convencer a su amiga de que fuera a Letargo con los demás, pero le dirigió una mirada significativa a Rox para que le echara un ojo durante el trayecto.
—Tened cuidado de camino a casa, ¿de acuerdo? —les instó a todos, pero dirigiéndose sobre todo a la hiperactiva muchacha—. Quedan todos a tu cargo hasta que regresemos, capitana, así que se prudente —añadió en un susurro solo para ella antes de revolverle el pelo con ligereza—. Nos vemos en el torreón. —concluyó con una media sonrisa, despidiéndoles con la mano mientras se alejaban.
Rena aún sujetaba el cadáver de la varmana cuando perdieron al grupo de vista y la banshee seguía observándoles a unos metros de distancia. Milo no sabía que quería exactamente, pero no pensaba quedarse a averiguarlo y secundó las palabras de la mona del queso.
—Vamonos ya, si, y ya de paso alejemos el cuerpo de la plaza por si atrae a algún carroñero. —añadió en un susurro, sin perder de vista a la rocavarancolesa.
El norteño no había dado muestras de que aquello le afectara, pero le alteraba tanto como a los demás. No conocía a la varmana personalmente, pero lo que le había pasado era terrible y confirmaba de nuevo lo peligrosa que era aquella ciudad para los cosechados. Sacar el cuerpo de allí, sin embargo, era lo más lógico dada la situación, pues sus suministros podían depender de ello. Los irrenses no enterraban a sus muertos y en su lugar los quemaban, pero no tenían tiempo para improvisar una pira funeraria, así que tendrían que dejar el cuerpo en algún lugar apartado.
—¿Te echo una mano para llevarlo? —le preguntó a Rena. Si aceptaba la ayudaría a cargar con la chica muerta, si no abriría la marcha en dirección a la plaza de la fuente.
Continúa en la Cicatriz de Arax.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Plaza de los Colaespina
12/12/16, 02:01 am
Al coreano por poco se le cae la alabarda de la impresión con el grito y el numerito del pequeño. No pudo sino mirar a su alrededor al segundo, alarmado, ya que aquel alarido probablemente se hubiera escuchado en kilómetros a la redonda de la desolada ciudad. Solo un motivo más para querer salir de ahí cuanto antes.
En cuanto el humano dio su explicación de lo que había pasado Rox prestó suma atención. Se acababan de despertar, lo cual dejaba abiertas muchas posibilidades. Pensar que cada día podían llegar nuevos cosechados removió algo en su interior, parte de responsabilidad e impulso de volver a las mazmorras a comprobar si era cierto. La ciudad podía estar plagada de otros como ellos, más supervivientes o gente que necesitara ayuda, y sabiendo eso no se quedaría tranquilo hasta que visitaran de nuevo aquel lugar. Por el lenguaje corporal de los dos humanos y el idioma extraño del pequeño, a Rox no le quedaba duda de que no mentían. Devolvió la mirada a Rena, preguntándose si tendría las mismas dudas que él.
No pudo pensar mucho más en ello, ya que una nueva presencia les instaba a algo más urgente. El aspecto y las palabras de la recién llegada hicieron de aquel encuentro más incómodo si cabía. La inocencia (por así llamarla) de la sinhadre a la hora de dirigirse a la de piel azul le puso los pelos de punta. La respiración se le detuvo en cuanto esta dio unos pasos al frente, solo recordando como respirar en cuanto Milo la detuvo y Pam le encomendó una nueva causa.
Atrapó la mirada del irrense y asintió con firmeza, sabiendo perfectamente a que se refería.
—Vale. —dirigió un vistazo fugaz a la daeliciana, evitando al instante que se notase que la miraba. Su curiosidad era muy fuerte, pero el aura de la joven era, por lo menos, inquietante y poco natural. Si no habían llamado ya su atención era buen momento para escabullirse—. Tened cuidado vosotros también. No tardéis.
Finalmente hizo un gesto con la cabeza a los dos humanos para ponerse en marcha, pasando también una mano por el pelo a Adru tras haberse fijado en como miraba al cadáver. Quizás así lograra alejarla de aquella visión. Esbozó una pequeña sonrisa, manteniéndola todo lo posible con tal de aliviar y mostrar una faceta no hostil a los nuevos. La tarea era un tanto difícil con una extraña que parecía ir a romper a llorar en cualquier momento a escasos metros de allí.
—Bajo techo seguro podremos hablar con más calma y presentarnos en condiciones. —bajó el tono de voz, haciendo un movimiento disimulado con la alabarda hacia la banshee—. Además, algo me dice que esa no viene con vosotros... —se llevó una mano al pecho mientras caminaba, recuperando el tono de voz e inclinándose levemente—. Yo soy Rox. A la capi también podéis llamarla Adru.
En cuanto el humano dio su explicación de lo que había pasado Rox prestó suma atención. Se acababan de despertar, lo cual dejaba abiertas muchas posibilidades. Pensar que cada día podían llegar nuevos cosechados removió algo en su interior, parte de responsabilidad e impulso de volver a las mazmorras a comprobar si era cierto. La ciudad podía estar plagada de otros como ellos, más supervivientes o gente que necesitara ayuda, y sabiendo eso no se quedaría tranquilo hasta que visitaran de nuevo aquel lugar. Por el lenguaje corporal de los dos humanos y el idioma extraño del pequeño, a Rox no le quedaba duda de que no mentían. Devolvió la mirada a Rena, preguntándose si tendría las mismas dudas que él.
No pudo pensar mucho más en ello, ya que una nueva presencia les instaba a algo más urgente. El aspecto y las palabras de la recién llegada hicieron de aquel encuentro más incómodo si cabía. La inocencia (por así llamarla) de la sinhadre a la hora de dirigirse a la de piel azul le puso los pelos de punta. La respiración se le detuvo en cuanto esta dio unos pasos al frente, solo recordando como respirar en cuanto Milo la detuvo y Pam le encomendó una nueva causa.
Atrapó la mirada del irrense y asintió con firmeza, sabiendo perfectamente a que se refería.
—Vale. —dirigió un vistazo fugaz a la daeliciana, evitando al instante que se notase que la miraba. Su curiosidad era muy fuerte, pero el aura de la joven era, por lo menos, inquietante y poco natural. Si no habían llamado ya su atención era buen momento para escabullirse—. Tened cuidado vosotros también. No tardéis.
Finalmente hizo un gesto con la cabeza a los dos humanos para ponerse en marcha, pasando también una mano por el pelo a Adru tras haberse fijado en como miraba al cadáver. Quizás así lograra alejarla de aquella visión. Esbozó una pequeña sonrisa, manteniéndola todo lo posible con tal de aliviar y mostrar una faceta no hostil a los nuevos. La tarea era un tanto difícil con una extraña que parecía ir a romper a llorar en cualquier momento a escasos metros de allí.
—Bajo techo seguro podremos hablar con más calma y presentarnos en condiciones. —bajó el tono de voz, haciendo un movimiento disimulado con la alabarda hacia la banshee—. Además, algo me dice que esa no viene con vosotros... —se llevó una mano al pecho mientras caminaba, recuperando el tono de voz e inclinándose levemente—. Yo soy Rox. A la capi también podéis llamarla Adru.
- ♪♫♬:
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Plaza de los Colaespina
12/12/16, 05:51 pm
La apache sujeto su mano. A Guille le sorprendió que no le soltara , aunque el tampoco la soltó, le tranquilizaba.
Aunque pudo sentir su nerviosismo , debido al cadáver, ya que apretó con fuerza su mano. Guille estuvo apunto dirigirse a ella para decirle que no pasaba nada que solo era un muñeco, pero le dejo de apretar.
Sin soltarle la mano comienzo a hablar con las personas de la plaza, a Guille no le gustaba no entenderlo que decían, le hacía sentir como cuando eres el único que no pilla una broma.
Entonces la apache se dirigió a él y comenzó a tirar de él para llevarlo a una dirección, por lo que pudo ver el grupo se estaba dividiendo. Guille no entendía nada ,dudo por un instante debía ser por el cansancio o el hambre,ya había incumplido muchas de las normas, se había alejado de casa y estaba en pijama por la calle ,así que no pasaba nada por incumplir alguna norma mas y decidió seguirla "Quizás vive aquí y me puede ayudar a volver a casa". Además tampoco quería es solo por esa ciudad.
-Voy contigo , pero no te pierdas, que hoy ya he perdido una luciérnaga- dijo, y al terminar de hablar miro ha la gente de le plaza preguntándose que harían aquí.
Aunque pudo sentir su nerviosismo , debido al cadáver, ya que apretó con fuerza su mano. Guille estuvo apunto dirigirse a ella para decirle que no pasaba nada que solo era un muñeco, pero le dejo de apretar.
Sin soltarle la mano comienzo a hablar con las personas de la plaza, a Guille no le gustaba no entenderlo que decían, le hacía sentir como cuando eres el único que no pilla una broma.
Entonces la apache se dirigió a él y comenzó a tirar de él para llevarlo a una dirección, por lo que pudo ver el grupo se estaba dividiendo. Guille no entendía nada ,dudo por un instante debía ser por el cansancio o el hambre,ya había incumplido muchas de las normas, se había alejado de casa y estaba en pijama por la calle ,así que no pasaba nada por incumplir alguna norma mas y decidió seguirla "Quizás vive aquí y me puede ayudar a volver a casa". Además tampoco quería es solo por esa ciudad.
-Voy contigo , pero no te pierdas, que hoy ya he perdido una luciérnaga- dijo, y al terminar de hablar miro ha la gente de le plaza preguntándose que harían aquí.
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