Plaza de los Colaespina
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Rocavarancolia Rol
42 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de los Colaespina
02/08/11, 06:15 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Plaza pequeña y rectangular rodeada de casas abandonadas donde los colaespinas han hecho sus madrigueras. Allí aterriza una de las bañeras de suministros.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Plaza de los Colaespina
11/12/16, 02:05 pm
La mona del queso miraba aun de forma desconfiada a la mujer peliazul y estuvo e acuerdo con Rena, sobretodo al notar que aparentemente el menor del otro grupo no era capaz de entenderlos. En su caso, seria mas de ayuda yendo por agua que cargando las cestas.
-Yo voy contigo Rena, que soy mas rápida y no puedo cargar peso- añadió tomando rápidamente la decisión, pues aunque no sabia si esa mujer peliazul con comentarios tan inquietantes era peligrosa, tampoco quería pararse a averígualo en primera fila. Con esa conclusión sus ojos se fijaron en Adru y el pequeño al que sostenía de la mano- ¿Adru, podrías encargarte de llevar al niño con vosotros sin que se asuste? Es pequeño se sentirá mas cómodo con alguien joven. Vosotros dos iros con ellos - sugirió Pam con rapidez a los recién llegados, esperando que todos estuvieran de acuerdo y no pusieran muchas negativas, aunque uno de esos humanos ya se había unido al grupo igualmente. Miró de reojo a la peliazul, pues estaba deseando salir de allí lo antes posible que sentía una inquietud latente que no le gustaba ni un pelo. Eso o estaba algo paranoica.
-Si alguien mas va a venir a la fuente, mejor irnos ya -pidió esperando que hicieran rápido la división sobre quien iría a cada lado. En cuanto el grupo se formara, pues ella y Rena solo eran carne de caño, aunque pudieran ser mas rápida, por lo que se largarían de ahí si es que la por suerte, la peliazul no lo impedía.
-Yo voy contigo Rena, que soy mas rápida y no puedo cargar peso- añadió tomando rápidamente la decisión, pues aunque no sabia si esa mujer peliazul con comentarios tan inquietantes era peligrosa, tampoco quería pararse a averígualo en primera fila. Con esa conclusión sus ojos se fijaron en Adru y el pequeño al que sostenía de la mano- ¿Adru, podrías encargarte de llevar al niño con vosotros sin que se asuste? Es pequeño se sentirá mas cómodo con alguien joven. Vosotros dos iros con ellos - sugirió Pam con rapidez a los recién llegados, esperando que todos estuvieran de acuerdo y no pusieran muchas negativas, aunque uno de esos humanos ya se había unido al grupo igualmente. Miró de reojo a la peliazul, pues estaba deseando salir de allí lo antes posible que sentía una inquietud latente que no le gustaba ni un pelo. Eso o estaba algo paranoica.
-Si alguien mas va a venir a la fuente, mejor irnos ya -pidió esperando que hicieran rápido la división sobre quien iría a cada lado. En cuanto el grupo se formara, pues ella y Rena solo eran carne de caño, aunque pudieran ser mas rápida, por lo que se largarían de ahí si es que la por suerte, la peliazul no lo impedía.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Plaza de los Colaespina
11/12/16, 04:33 pm
El niño parecía no haber bebido de la fuente mágica, porque no entendió una sola palabra de lo que le dijo. Ya estaba dispuesta a ofrecerse a ir a buscarla, pero el chico de piel oscura les empezó a explicar cómo habían llegado hasta allí y su atención se centró en él.
—¿Os trajeron hoy a vosotros? ¿Y no llegaron unos magos para deciros cosas misteriosas? —Le preguntó resumiendo pobremente el momento en el que habían recibido el discurso anual por parte del Consejo.
La mirada significativa que el humano le dirigió al cadáver le hizo recordar su presencia y su mano se cernió con mayor fuerza a la del pequeño. Quizás con demasiada fuerza. Por suerte para el niño, la edeel no tardó en soltarle, incapaz de mantenerse más de medio minuto quieta en el mismo sitio.
Una nueva desconocida irrumpió entonces en la plaza, diciendo palabras que tenían poco sentido para Adru, pero consiguiendo distraerla de pensar en el cadáver una vez más. En cierto modo le recordaba a Eitne en los llamativos tonos de todos sus rasgos, aunque su piel era muy pálida en comparación con la de su pequeño amigo.
—Hola, ¿y tú quién eres? —Le dijo acercándose unos pasos a ella—. ¿Perteneces a ese otro grupo del que habló este chico? —Señaló al humano de piel oscura y después se dirigió a él—. ¿Te suena de algo?
El resto, no obstante, no parecía muy por la labor de hablar con la desconocida. La edeel no entendía por qué, ya que podía ser otra chica perdida como aquellos tres humanos, pero confiaba en el criterio de los mayores. La mona del queso se dirigió a ella directamente, a lo que respondió de inmediato realizando un saludo militar.
—Déjamelo a mí, cabo Pelusa —aseguró con una gran sonrisa mientras recogía una de las cestas de comida—. Ven conmigo, pequeño, me acaban de asignar la misión de llevarte sano y salvo al torreón. Ya verás, le diré a Neil que te prepare algo rico para comer —le comunicó al niño aún a sabiendas de que no podía entender lo que decía—. ¡Adelante! —Se dirigió por último a los otros dos humanos desconocidos—. A propósito, ¿cómo os llamáis? Podéis dirigiros a mí como “la Capitana” —dijo riendo entre dientes.
No pudo evitar mientras se ponían en marcha, no obstante, echar un último vistazo al cadáver deformado. El chico había confirmado que se trataba de una compañera suya. La semilla de la duda empezó a germinar por fin en el despreocupado cerebro de la sinhadre: por primera vez era consciente de que podían correr cierto peligro allí. Estaba claro que tenían que hacérselo pagar a aquellos encapuchados.
—¿Os trajeron hoy a vosotros? ¿Y no llegaron unos magos para deciros cosas misteriosas? —Le preguntó resumiendo pobremente el momento en el que habían recibido el discurso anual por parte del Consejo.
La mirada significativa que el humano le dirigió al cadáver le hizo recordar su presencia y su mano se cernió con mayor fuerza a la del pequeño. Quizás con demasiada fuerza. Por suerte para el niño, la edeel no tardó en soltarle, incapaz de mantenerse más de medio minuto quieta en el mismo sitio.
Una nueva desconocida irrumpió entonces en la plaza, diciendo palabras que tenían poco sentido para Adru, pero consiguiendo distraerla de pensar en el cadáver una vez más. En cierto modo le recordaba a Eitne en los llamativos tonos de todos sus rasgos, aunque su piel era muy pálida en comparación con la de su pequeño amigo.
—Hola, ¿y tú quién eres? —Le dijo acercándose unos pasos a ella—. ¿Perteneces a ese otro grupo del que habló este chico? —Señaló al humano de piel oscura y después se dirigió a él—. ¿Te suena de algo?
El resto, no obstante, no parecía muy por la labor de hablar con la desconocida. La edeel no entendía por qué, ya que podía ser otra chica perdida como aquellos tres humanos, pero confiaba en el criterio de los mayores. La mona del queso se dirigió a ella directamente, a lo que respondió de inmediato realizando un saludo militar.
—Déjamelo a mí, cabo Pelusa —aseguró con una gran sonrisa mientras recogía una de las cestas de comida—. Ven conmigo, pequeño, me acaban de asignar la misión de llevarte sano y salvo al torreón. Ya verás, le diré a Neil que te prepare algo rico para comer —le comunicó al niño aún a sabiendas de que no podía entender lo que decía—. ¡Adelante! —Se dirigió por último a los otros dos humanos desconocidos—. A propósito, ¿cómo os llamáis? Podéis dirigiros a mí como “la Capitana” —dijo riendo entre dientes.
No pudo evitar mientras se ponían en marcha, no obstante, echar un último vistazo al cadáver deformado. El chico había confirmado que se trataba de una compañera suya. La semilla de la duda empezó a germinar por fin en el despreocupado cerebro de la sinhadre: por primera vez era consciente de que podían correr cierto peligro allí. Estaba claro que tenían que hacérselo pagar a aquellos encapuchados.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Plaza de los Colaespina
11/12/16, 07:15 pm
Milo observó en silencio los aspavientos del mas pequeño, torciendo la boca cuando se puso a gritar, pero por suerte Adru intervino rápidamente y se acercó al niño para hacerle callar. La sinhadre le ofreció la mano y le dirigió unas palabras amistosas, pero por la respuesta del humano pudieron deducir que no había bebido de la fuente mágica. Los otros dos, sin embargo, si que lo habían hecho, y después de escuchar las palabras del de piel oscura la expresión del irrense se suavizó un tanto. Al parecer habían despertado en las mazmorras aquel mismo día y formaban parte de otro grupo, pero se habían separado y ahora estaban perdidos. Aquellas noticias inquietaron un poco al norteño, pues no entendía porque habían traído más cosechados a la ciudad después de tanto tiempo, pero ahora lo importante era ayudar a aquellas personas. Dejarlos a su suerte no era una opción y en el torreón había espacio de sobra para todos.
—Podríamos... —empezó, pero la aparición de la rocavarancolesa le hizo enmudecer.
Quizás fueran sus andares, sus palabras sin sentido o su expresión demacrada, pero había algo en aquella chica que la diferenciaba de las personas normales, y el irrense estaba completamente seguro de que se trataba de una ciudadana de Rocavarancolia. Fue Adru la que se dirigió a ella, como no podía ser de otra manera, y el rostro de Milo palideció visiblemente ante la impulsividad de la sinhadre.
—No creo que sea una cosechada, Adru, no la molestes. —le dijo a la sinhadre en voz baja, tirando de su brazo para alejarlos a ella y al niño de la daeliciana.
Rena no tardó en trazar un plan, dividiendo el grupo para que la mayoría regresara al torreón con la comida y los recién llegados mientras el resto iba a recoger agua para el pequeño español. Milo no quería perder de vista a Adru, pues se sentía responsable de ella, pero que Pam y Rena fueran solas era una auténtica locura, así que se ofreció a acompañarlas tras unos instantes de duda. La mona del queso le dirigió a la sinhadre unas palabras muy similares a las que el irrense pensaba emplear para convencer a su amiga de que fuera a Letargo con los demás, pero le dirigió una mirada significativa a Rox para que le echara un ojo durante el trayecto.
—Tened cuidado de camino a casa, ¿de acuerdo? —les instó a todos, pero dirigiéndose sobre todo a la hiperactiva muchacha—. Quedan todos a tu cargo hasta que regresemos, capitana, así que se prudente —añadió en un susurro solo para ella antes de revolverle el pelo con ligereza—. Nos vemos en el torreón. —concluyó con una media sonrisa, despidiéndoles con la mano mientras se alejaban.
Rena aún sujetaba el cadáver de la varmana cuando perdieron al grupo de vista y la banshee seguía observándoles a unos metros de distancia. Milo no sabía que quería exactamente, pero no pensaba quedarse a averiguarlo y secundó las palabras de la mona del queso.
—Vamonos ya, si, y ya de paso alejemos el cuerpo de la plaza por si atrae a algún carroñero. —añadió en un susurro, sin perder de vista a la rocavarancolesa.
El norteño no había dado muestras de que aquello le afectara, pero le alteraba tanto como a los demás. No conocía a la varmana personalmente, pero lo que le había pasado era terrible y confirmaba de nuevo lo peligrosa que era aquella ciudad para los cosechados. Sacar el cuerpo de allí, sin embargo, era lo más lógico dada la situación, pues sus suministros podían depender de ello. Los irrenses no enterraban a sus muertos y en su lugar los quemaban, pero no tenían tiempo para improvisar una pira funeraria, así que tendrían que dejar el cuerpo en algún lugar apartado.
—¿Te echo una mano para llevarlo? —le preguntó a Rena. Si aceptaba la ayudaría a cargar con la chica muerta, si no abriría la marcha en dirección a la plaza de la fuente.
Continúa en la Cicatriz de Arax.
—Podríamos... —empezó, pero la aparición de la rocavarancolesa le hizo enmudecer.
Quizás fueran sus andares, sus palabras sin sentido o su expresión demacrada, pero había algo en aquella chica que la diferenciaba de las personas normales, y el irrense estaba completamente seguro de que se trataba de una ciudadana de Rocavarancolia. Fue Adru la que se dirigió a ella, como no podía ser de otra manera, y el rostro de Milo palideció visiblemente ante la impulsividad de la sinhadre.
—No creo que sea una cosechada, Adru, no la molestes. —le dijo a la sinhadre en voz baja, tirando de su brazo para alejarlos a ella y al niño de la daeliciana.
Rena no tardó en trazar un plan, dividiendo el grupo para que la mayoría regresara al torreón con la comida y los recién llegados mientras el resto iba a recoger agua para el pequeño español. Milo no quería perder de vista a Adru, pues se sentía responsable de ella, pero que Pam y Rena fueran solas era una auténtica locura, así que se ofreció a acompañarlas tras unos instantes de duda. La mona del queso le dirigió a la sinhadre unas palabras muy similares a las que el irrense pensaba emplear para convencer a su amiga de que fuera a Letargo con los demás, pero le dirigió una mirada significativa a Rox para que le echara un ojo durante el trayecto.
—Tened cuidado de camino a casa, ¿de acuerdo? —les instó a todos, pero dirigiéndose sobre todo a la hiperactiva muchacha—. Quedan todos a tu cargo hasta que regresemos, capitana, así que se prudente —añadió en un susurro solo para ella antes de revolverle el pelo con ligereza—. Nos vemos en el torreón. —concluyó con una media sonrisa, despidiéndoles con la mano mientras se alejaban.
Rena aún sujetaba el cadáver de la varmana cuando perdieron al grupo de vista y la banshee seguía observándoles a unos metros de distancia. Milo no sabía que quería exactamente, pero no pensaba quedarse a averiguarlo y secundó las palabras de la mona del queso.
—Vamonos ya, si, y ya de paso alejemos el cuerpo de la plaza por si atrae a algún carroñero. —añadió en un susurro, sin perder de vista a la rocavarancolesa.
El norteño no había dado muestras de que aquello le afectara, pero le alteraba tanto como a los demás. No conocía a la varmana personalmente, pero lo que le había pasado era terrible y confirmaba de nuevo lo peligrosa que era aquella ciudad para los cosechados. Sacar el cuerpo de allí, sin embargo, era lo más lógico dada la situación, pues sus suministros podían depender de ello. Los irrenses no enterraban a sus muertos y en su lugar los quemaban, pero no tenían tiempo para improvisar una pira funeraria, así que tendrían que dejar el cuerpo en algún lugar apartado.
—¿Te echo una mano para llevarlo? —le preguntó a Rena. Si aceptaba la ayudaría a cargar con la chica muerta, si no abriría la marcha en dirección a la plaza de la fuente.
Continúa en la Cicatriz de Arax.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Plaza de los Colaespina
12/12/16, 02:01 am
Al coreano por poco se le cae la alabarda de la impresión con el grito y el numerito del pequeño. No pudo sino mirar a su alrededor al segundo, alarmado, ya que aquel alarido probablemente se hubiera escuchado en kilómetros a la redonda de la desolada ciudad. Solo un motivo más para querer salir de ahí cuanto antes.
En cuanto el humano dio su explicación de lo que había pasado Rox prestó suma atención. Se acababan de despertar, lo cual dejaba abiertas muchas posibilidades. Pensar que cada día podían llegar nuevos cosechados removió algo en su interior, parte de responsabilidad e impulso de volver a las mazmorras a comprobar si era cierto. La ciudad podía estar plagada de otros como ellos, más supervivientes o gente que necesitara ayuda, y sabiendo eso no se quedaría tranquilo hasta que visitaran de nuevo aquel lugar. Por el lenguaje corporal de los dos humanos y el idioma extraño del pequeño, a Rox no le quedaba duda de que no mentían. Devolvió la mirada a Rena, preguntándose si tendría las mismas dudas que él.
No pudo pensar mucho más en ello, ya que una nueva presencia les instaba a algo más urgente. El aspecto y las palabras de la recién llegada hicieron de aquel encuentro más incómodo si cabía. La inocencia (por así llamarla) de la sinhadre a la hora de dirigirse a la de piel azul le puso los pelos de punta. La respiración se le detuvo en cuanto esta dio unos pasos al frente, solo recordando como respirar en cuanto Milo la detuvo y Pam le encomendó una nueva causa.
Atrapó la mirada del irrense y asintió con firmeza, sabiendo perfectamente a que se refería.
—Vale. —dirigió un vistazo fugaz a la daeliciana, evitando al instante que se notase que la miraba. Su curiosidad era muy fuerte, pero el aura de la joven era, por lo menos, inquietante y poco natural. Si no habían llamado ya su atención era buen momento para escabullirse—. Tened cuidado vosotros también. No tardéis.
Finalmente hizo un gesto con la cabeza a los dos humanos para ponerse en marcha, pasando también una mano por el pelo a Adru tras haberse fijado en como miraba al cadáver. Quizás así lograra alejarla de aquella visión. Esbozó una pequeña sonrisa, manteniéndola todo lo posible con tal de aliviar y mostrar una faceta no hostil a los nuevos. La tarea era un tanto difícil con una extraña que parecía ir a romper a llorar en cualquier momento a escasos metros de allí.
—Bajo techo seguro podremos hablar con más calma y presentarnos en condiciones. —bajó el tono de voz, haciendo un movimiento disimulado con la alabarda hacia la banshee—. Además, algo me dice que esa no viene con vosotros... —se llevó una mano al pecho mientras caminaba, recuperando el tono de voz e inclinándose levemente—. Yo soy Rox. A la capi también podéis llamarla Adru.
En cuanto el humano dio su explicación de lo que había pasado Rox prestó suma atención. Se acababan de despertar, lo cual dejaba abiertas muchas posibilidades. Pensar que cada día podían llegar nuevos cosechados removió algo en su interior, parte de responsabilidad e impulso de volver a las mazmorras a comprobar si era cierto. La ciudad podía estar plagada de otros como ellos, más supervivientes o gente que necesitara ayuda, y sabiendo eso no se quedaría tranquilo hasta que visitaran de nuevo aquel lugar. Por el lenguaje corporal de los dos humanos y el idioma extraño del pequeño, a Rox no le quedaba duda de que no mentían. Devolvió la mirada a Rena, preguntándose si tendría las mismas dudas que él.
No pudo pensar mucho más en ello, ya que una nueva presencia les instaba a algo más urgente. El aspecto y las palabras de la recién llegada hicieron de aquel encuentro más incómodo si cabía. La inocencia (por así llamarla) de la sinhadre a la hora de dirigirse a la de piel azul le puso los pelos de punta. La respiración se le detuvo en cuanto esta dio unos pasos al frente, solo recordando como respirar en cuanto Milo la detuvo y Pam le encomendó una nueva causa.
Atrapó la mirada del irrense y asintió con firmeza, sabiendo perfectamente a que se refería.
—Vale. —dirigió un vistazo fugaz a la daeliciana, evitando al instante que se notase que la miraba. Su curiosidad era muy fuerte, pero el aura de la joven era, por lo menos, inquietante y poco natural. Si no habían llamado ya su atención era buen momento para escabullirse—. Tened cuidado vosotros también. No tardéis.
Finalmente hizo un gesto con la cabeza a los dos humanos para ponerse en marcha, pasando también una mano por el pelo a Adru tras haberse fijado en como miraba al cadáver. Quizás así lograra alejarla de aquella visión. Esbozó una pequeña sonrisa, manteniéndola todo lo posible con tal de aliviar y mostrar una faceta no hostil a los nuevos. La tarea era un tanto difícil con una extraña que parecía ir a romper a llorar en cualquier momento a escasos metros de allí.
—Bajo techo seguro podremos hablar con más calma y presentarnos en condiciones. —bajó el tono de voz, haciendo un movimiento disimulado con la alabarda hacia la banshee—. Además, algo me dice que esa no viene con vosotros... —se llevó una mano al pecho mientras caminaba, recuperando el tono de voz e inclinándose levemente—. Yo soy Rox. A la capi también podéis llamarla Adru.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Re: Plaza de los Colaespina
12/12/16, 05:51 pm
La apache sujeto su mano. A Guille le sorprendió que no le soltara , aunque el tampoco la soltó, le tranquilizaba.
Aunque pudo sentir su nerviosismo , debido al cadáver, ya que apretó con fuerza su mano. Guille estuvo apunto dirigirse a ella para decirle que no pasaba nada que solo era un muñeco, pero le dejo de apretar.
Sin soltarle la mano comienzo a hablar con las personas de la plaza, a Guille no le gustaba no entenderlo que decían, le hacía sentir como cuando eres el único que no pilla una broma.
Entonces la apache se dirigió a él y comenzó a tirar de él para llevarlo a una dirección, por lo que pudo ver el grupo se estaba dividiendo. Guille no entendía nada ,dudo por un instante debía ser por el cansancio o el hambre,ya había incumplido muchas de las normas, se había alejado de casa y estaba en pijama por la calle ,así que no pasaba nada por incumplir alguna norma mas y decidió seguirla "Quizás vive aquí y me puede ayudar a volver a casa". Además tampoco quería es solo por esa ciudad.
-Voy contigo , pero no te pierdas, que hoy ya he perdido una luciérnaga- dijo, y al terminar de hablar miro ha la gente de le plaza preguntándose que harían aquí.
Aunque pudo sentir su nerviosismo , debido al cadáver, ya que apretó con fuerza su mano. Guille estuvo apunto dirigirse a ella para decirle que no pasaba nada que solo era un muñeco, pero le dejo de apretar.
Sin soltarle la mano comienzo a hablar con las personas de la plaza, a Guille no le gustaba no entenderlo que decían, le hacía sentir como cuando eres el único que no pilla una broma.
Entonces la apache se dirigió a él y comenzó a tirar de él para llevarlo a una dirección, por lo que pudo ver el grupo se estaba dividiendo. Guille no entendía nada ,dudo por un instante debía ser por el cansancio o el hambre,ya había incumplido muchas de las normas, se había alejado de casa y estaba en pijama por la calle ,así que no pasaba nada por incumplir alguna norma mas y decidió seguirla "Quizás vive aquí y me puede ayudar a volver a casa". Además tampoco quería es solo por esa ciudad.
-Voy contigo , pero no te pierdas, que hoy ya he perdido una luciérnaga- dijo, y al terminar de hablar miro ha la gente de le plaza preguntándose que harían aquí.
- Lobo_Negro
Ficha de cosechado
Nombre: Mike
Especie: Humano
Habilidades: Reflejos, rapidez mental (decisiones), agilidad
Personajes : Mike
Re: Plaza de los Colaespina
13/12/16, 07:28 pm
A Mike le pareció que no iba a tener voz ni voto en lo que iban a hacer con ellos, pero ya no le importaba. Estaba demasiado desanimado para protestar. Apenas había conocido a aquella chica, y la había dejado abandonada junto con la traidora, pero verla morir delante de él y de aquella forma fue demasiado duro.
La chica del arco hablaba y se comportaba de manera despreocupada, como si no le afectara en lo más mínimo lo que había ocurrido en la plaza. Mike no sabía qué pensar sobre ella. Podría estar loca, o quizá simplemente actuara así para intentar sobrellevar su estancia en aquel sitio.
Les preguntó si les habían traído hoy, y si unos magos les habían ido a contar cosas misteriosas. Mike se preguntó a qué se referiría con "cosas misteriosas" y luego le respondió con lo que sabía.
-Despertamos hoy, pero por lo que nos contaron los que nos encontraron en las mazmorras, parece que nos trajeron hace semanas y estuvimos todo este tiempo dormidos. También nos dijeron que uno de ellos tenía visiones mientras dormía, y que por eso habían ido hoy a las mazmorras, pero aparte de ellos, la paliducha y...- volvió a señalar con la cara hacia el cadáver, y apartó la vista apesadumbrado - no había nadie más.
La chica del arco se dirigió a aquella extraña criatura que había llegado a la plaza en medio del barullo. Después de oír como le preguntaba si era parte del otro grupo y si conocía a la chica fallecida, Mike abrió los ojos como platos. Intentó llamar la atención de la chica, para decirle por señas que no la habían visto antes, pero no supo si ella se fijó en él o si le entendió.
La vio intercambiar despedidas con una chica calva chiquitita, antes de dirigirse al niño pequeño. La chica se presentó como la Capitana, aunque Mike esperó que fuera por hacer la gracia. La idea de tener que acatar órdenes no le gustaba nada.
Un chico alto y de piel pálida que contrastaba con su pelo se despidió también de la Capitana, y se acercó a la chica que sujetaba el cadáver para ofrecerse a llevárselo de la plaza. Mike estuvo a punto de decirles que dejaran en paz el cadáver de aquella pobre chica, pero al oírle decir que querían evitar que se lo comiera algún carroñero se contuvo.
A Mike le pareció que confiaban bastante unos en otros, ya que se estaban dividiendo para repartirse las tareas.
Un asiático bastante alto y delgaducho les hizo un gesto a él y a la traidora, para que les siguieran y se presentó como Rox, además de decirles que el nombre de la Capitana era Adru.
-Mi nombre es Mike.-le respondió, y echó a andar tras ellos.
La chica del arco hablaba y se comportaba de manera despreocupada, como si no le afectara en lo más mínimo lo que había ocurrido en la plaza. Mike no sabía qué pensar sobre ella. Podría estar loca, o quizá simplemente actuara así para intentar sobrellevar su estancia en aquel sitio.
Les preguntó si les habían traído hoy, y si unos magos les habían ido a contar cosas misteriosas. Mike se preguntó a qué se referiría con "cosas misteriosas" y luego le respondió con lo que sabía.
-Despertamos hoy, pero por lo que nos contaron los que nos encontraron en las mazmorras, parece que nos trajeron hace semanas y estuvimos todo este tiempo dormidos. También nos dijeron que uno de ellos tenía visiones mientras dormía, y que por eso habían ido hoy a las mazmorras, pero aparte de ellos, la paliducha y...- volvió a señalar con la cara hacia el cadáver, y apartó la vista apesadumbrado - no había nadie más.
La chica del arco se dirigió a aquella extraña criatura que había llegado a la plaza en medio del barullo. Después de oír como le preguntaba si era parte del otro grupo y si conocía a la chica fallecida, Mike abrió los ojos como platos. Intentó llamar la atención de la chica, para decirle por señas que no la habían visto antes, pero no supo si ella se fijó en él o si le entendió.
La vio intercambiar despedidas con una chica calva chiquitita, antes de dirigirse al niño pequeño. La chica se presentó como la Capitana, aunque Mike esperó que fuera por hacer la gracia. La idea de tener que acatar órdenes no le gustaba nada.
Un chico alto y de piel pálida que contrastaba con su pelo se despidió también de la Capitana, y se acercó a la chica que sujetaba el cadáver para ofrecerse a llevárselo de la plaza. Mike estuvo a punto de decirles que dejaran en paz el cadáver de aquella pobre chica, pero al oírle decir que querían evitar que se lo comiera algún carroñero se contuvo.
A Mike le pareció que confiaban bastante unos en otros, ya que se estaban dividiendo para repartirse las tareas.
Un asiático bastante alto y delgaducho les hizo un gesto a él y a la traidora, para que les siguieran y se presentó como Rox, además de decirles que el nombre de la Capitana era Adru.
-Mi nombre es Mike.-le respondió, y echó a andar tras ellos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
15/12/16, 01:34 am
—Por supuesto, puedes contar conmigo —le respondió a Milo volviendo a ponerse firme.
Le dedicó una mirada ausente a Rox al principio, cuando le pasó la mano por el pelo, pero no tardó en devolverle la sonrisa. Sin duda no podían regresar al torreón con una actitud derrotista. Neil se preocuparía mucho si eso sucedía.
El niño le dijo algo que, por supuesto, no entendió, pero asintió igualmente en su dirección antes de atender de nuevo al otro chico que estaba explicando su despertar.
—Entonces, ¿os trajeron al mismo tiempo que a nosotros? ¿Cómo habéis sobrevivido sin comer hasta ahora? —La sinhadre estaba genuinamente perpleja—. Seguro que han utilizado magia… ¡Eh! ¿Entonces todavía hay más niños como nosotros en alguna parte? —Ya habían mencionado antes el hecho, pero hasta ese instante no se había dado verdadera cuenta de lo que significaba.
Continuaron el camino hacia el torreón sin detenerse, Adrune todavía sintiendo una gran curiosidad por aquellos niños nuevos. Miraba de reojo a veces a la chica que había creído libense en un principio, pues todavía no había dicho apenas nada.
—Jo, Rox, yo quería que solo me conociesen como “la capitana” durante un par de días, por mantener el misterio —le dijo al coreano componiendo una expresión de ligera decepción, pero sin dejar de sonreír—. ¿Y tú, cómo te llamas? —Se dirigió entonces a la chica nueva una vez Mike se hubo presentado—. Ya casi hemos llegado —añadió.
Sigue en el Torreón Letargo.
Le dedicó una mirada ausente a Rox al principio, cuando le pasó la mano por el pelo, pero no tardó en devolverle la sonrisa. Sin duda no podían regresar al torreón con una actitud derrotista. Neil se preocuparía mucho si eso sucedía.
El niño le dijo algo que, por supuesto, no entendió, pero asintió igualmente en su dirección antes de atender de nuevo al otro chico que estaba explicando su despertar.
—Entonces, ¿os trajeron al mismo tiempo que a nosotros? ¿Cómo habéis sobrevivido sin comer hasta ahora? —La sinhadre estaba genuinamente perpleja—. Seguro que han utilizado magia… ¡Eh! ¿Entonces todavía hay más niños como nosotros en alguna parte? —Ya habían mencionado antes el hecho, pero hasta ese instante no se había dado verdadera cuenta de lo que significaba.
Continuaron el camino hacia el torreón sin detenerse, Adrune todavía sintiendo una gran curiosidad por aquellos niños nuevos. Miraba de reojo a veces a la chica que había creído libense en un principio, pues todavía no había dicho apenas nada.
—Jo, Rox, yo quería que solo me conociesen como “la capitana” durante un par de días, por mantener el misterio —le dijo al coreano componiendo una expresión de ligera decepción, pero sin dejar de sonreír—. ¿Y tú, cómo te llamas? —Se dirigió entonces a la chica nueva una vez Mike se hubo presentado—. Ya casi hemos llegado —añadió.
Sigue en el Torreón Letargo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de los Colaespina
17/06/17, 07:55 pm
Milo sopesó el guardapelo que le había dado Rox con cierto reparo, preguntándose como algo tan pequeño podía tener tal capacidad de destrucción. El irrense no se sentía demasiado cómodo portando un arma de tal calibre, pero era cierto que les podía ser de mucha utilidad si las cosas se ponían feas, así que se lo colgó del cuello y lo ocultó debajo de la camiseta. Esperaba no tener que utilizarlo, sin embargo, y no se quedó del todo tranquilo hasta que el medio australiano no le hubo explicado una vez más la forma correcta de activarlo.
Mike y Drusar se unieron al grupo poco antes de los demás estuvieran listos, lo que engrosó las posibilidades de que todos volvieran de una pieza, y en cuanto se pertrecharon se pusieron en marcha. Milo caminaba tenso, aunque no se le notara demasiado, y no paraba de mirar alrededor con todos los sentidos alerta. Iba tan concentrado en que nada se les echara encima que se le pasaron por alto varios detalles, como que Eitne iba demasiado cargado o que Guille se agachaba cada cierto tiempo a recoger cosas del suelo que luego echaba en su zurrón. A pesar de todo había acordado con los otros dos adultos del equipo que se encargarían de vigilar que ninguno de los pequeños se alejara de la formación, y para cuando avistaron el punto de suministro aún no había ocurrido nada malo.
—Bien, es ahí delante —indicó, pensando sobretodo en los que aún no habían estado allí—. Ahora hay que ir en silencio, pues no queremos que más cosas aparte de los colaespinas se percaten de nuestra presencia. —añadió, bajando el tono de voz y acercándose sigilosamente hasta la entrada de la plaza para echar un vistazo. La canción del espantapájaros ya podía oírse en la distancia.
A primera vista todo parecía tranquilo y no había movimiento en las inmediaciones, pero no se podían confiar. Aunque tenían una suerte de acuerdo tácito de no agresión con los rataespines gracias a la idea que había tenido Rena tiempo atrás, el resto de criaturas que pululaba por aquellos lares seguían siendo hostiles, y ahora que la manada había sido considerablemente reducida a veces se internaban en el territorio de los roedores. Tenían que andarse con cuidado, pues un descuido podía significar problemas serios, pero en cuanto el capitán de la bañera empezó a bajar los suministros los cosechados se pusieron en marcha.
—Tenemos que seleccionar la parte de los colaespinas —dijo en voz baja, preparándose para recoger la primera cesta antes de que tocara el suelo—. Les dejamos lo suyo y nos volvemos al torreón cuanto antes, ¿de acuerdo? —inquirió—. Es muy fácil y lo hemos hechos muchas veces. —añadió para si, tratando de convencerse de que todo iba a ir como la seda.
Mike y Drusar se unieron al grupo poco antes de los demás estuvieran listos, lo que engrosó las posibilidades de que todos volvieran de una pieza, y en cuanto se pertrecharon se pusieron en marcha. Milo caminaba tenso, aunque no se le notara demasiado, y no paraba de mirar alrededor con todos los sentidos alerta. Iba tan concentrado en que nada se les echara encima que se le pasaron por alto varios detalles, como que Eitne iba demasiado cargado o que Guille se agachaba cada cierto tiempo a recoger cosas del suelo que luego echaba en su zurrón. A pesar de todo había acordado con los otros dos adultos del equipo que se encargarían de vigilar que ninguno de los pequeños se alejara de la formación, y para cuando avistaron el punto de suministro aún no había ocurrido nada malo.
—Bien, es ahí delante —indicó, pensando sobretodo en los que aún no habían estado allí—. Ahora hay que ir en silencio, pues no queremos que más cosas aparte de los colaespinas se percaten de nuestra presencia. —añadió, bajando el tono de voz y acercándose sigilosamente hasta la entrada de la plaza para echar un vistazo. La canción del espantapájaros ya podía oírse en la distancia.
A primera vista todo parecía tranquilo y no había movimiento en las inmediaciones, pero no se podían confiar. Aunque tenían una suerte de acuerdo tácito de no agresión con los rataespines gracias a la idea que había tenido Rena tiempo atrás, el resto de criaturas que pululaba por aquellos lares seguían siendo hostiles, y ahora que la manada había sido considerablemente reducida a veces se internaban en el territorio de los roedores. Tenían que andarse con cuidado, pues un descuido podía significar problemas serios, pero en cuanto el capitán de la bañera empezó a bajar los suministros los cosechados se pusieron en marcha.
—Tenemos que seleccionar la parte de los colaespinas —dijo en voz baja, preparándose para recoger la primera cesta antes de que tocara el suelo—. Les dejamos lo suyo y nos volvemos al torreón cuanto antes, ¿de acuerdo? —inquirió—. Es muy fácil y lo hemos hechos muchas veces. —añadió para si, tratando de convencerse de que todo iba a ir como la seda.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Plaza de los Colaespina
18/06/17, 03:15 pm
En cuanto se alejaron del torreón, Eitne sintió un miedo atroz subirle por la espalda. Estaba medio dormido y bien acompañado, pero sintió el susto como si hubiera estado solo y bien despierto. Abandonar Letargo le habia hecho ver lo importante que eran sus paredes bendecidas por el Huesped.
Había salido convencido de que dos escudos era lo mejor que podía llevar, porque le daba miedo hacerse daño con las armas; pero ahora no estaba seguro. El niño se arrepintió de no haber pintado ojos en las rodelas y se sintió intranquilo todo lo que duró el paseo. A pesar de su esfuerzo por mantenerse entero, Eitne andaba con torpeza y con los brazos caídos por el peso.
Aun asi, el niño guardaba un par de miradas de asombro para las bañeras flotantes y las cestas que colgaban. La canción del espantapájaros era horrible, como las historias de la Carandela que le cantaba su abuela, y de forma retorcida, Eitne se sintió por un instante como en casa.
—¿Podremos ver a los colaespinas? —preguntó a Milo.
El niño se agachó para cotillear las cestas y hubo una disputa entre lo que su cuerpo debía y lo que quería hacer. Sus piernas dijeron que fallaban, su cerebro pidió que lo arreglaran a tiempo y su mente somnolienta se preguntó qué pasaba con demasiado retraso. La respuesta fue un culetazo contra el suelo de piedra de la plaza. El niño soltó un quejido pero, lejos de avergonzarse o pedir ayuda, se sentó en el mismo suelo para hurgar más de cerca entre la comida. Quería coger todos los botes de miel para llevárselos a casa.
Había salido convencido de que dos escudos era lo mejor que podía llevar, porque le daba miedo hacerse daño con las armas; pero ahora no estaba seguro. El niño se arrepintió de no haber pintado ojos en las rodelas y se sintió intranquilo todo lo que duró el paseo. A pesar de su esfuerzo por mantenerse entero, Eitne andaba con torpeza y con los brazos caídos por el peso.
Aun asi, el niño guardaba un par de miradas de asombro para las bañeras flotantes y las cestas que colgaban. La canción del espantapájaros era horrible, como las historias de la Carandela que le cantaba su abuela, y de forma retorcida, Eitne se sintió por un instante como en casa.
—¿Podremos ver a los colaespinas? —preguntó a Milo.
El niño se agachó para cotillear las cestas y hubo una disputa entre lo que su cuerpo debía y lo que quería hacer. Sus piernas dijeron que fallaban, su cerebro pidió que lo arreglaran a tiempo y su mente somnolienta se preguntó qué pasaba con demasiado retraso. La respuesta fue un culetazo contra el suelo de piedra de la plaza. El niño soltó un quejido pero, lejos de avergonzarse o pedir ayuda, se sentó en el mismo suelo para hurgar más de cerca entre la comida. Quería coger todos los botes de miel para llevárselos a casa.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Plaza de los Colaespina
18/06/17, 04:46 pm
Guille caminó por la calles de Rocavarancolia al principio con miedo, pero al poco rato ese miedo se transformó en curiosidad una curiosidad que le permitían ver todo con otros ojos y el hecho de ir con sus amigos le hacía sentirse seguro.
Guille quería aprovechas su viaje para conseguir cosas que no tenía en el torreón y le podíeran servir, así que se dedicó a buscar, recoger y guardar en el zurrón, todo lo que en su opinión podría servirle.
Cuando se acercaron a la plaza, pudo ver las bañeras voladoras y las cestas, fue detrás de Eitne y se puso a hurgar con él en la cestas.
-Chocolatee- dijo más alto de que devia teniendo en cuenta la situación en la que estaban, mientras sacaba de la cesta una tableta de chocolate.- mirar mirar hay chocolate.- mientras se le hacía la boca agua y miraba fijamente la tableta.
Guille quería aprovechas su viaje para conseguir cosas que no tenía en el torreón y le podíeran servir, así que se dedicó a buscar, recoger y guardar en el zurrón, todo lo que en su opinión podría servirle.
Cuando se acercaron a la plaza, pudo ver las bañeras voladoras y las cestas, fue detrás de Eitne y se puso a hurgar con él en la cestas.
-Chocolatee- dijo más alto de que devia teniendo en cuenta la situación en la que estaban, mientras sacaba de la cesta una tableta de chocolate.- mirar mirar hay chocolate.- mientras se le hacía la boca agua y miraba fijamente la tableta.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Plaza de los Colaespina
18/06/17, 05:37 pm
Cualquier otro día habría ido tarareando la melodía del espantapájaros, tal vez acompañándola de un pequeño bailecito. Ese día no había nada de eso. Aunque Nime prácticamente no dejó de hablar todo el rato, preguntándole a Guille por las cosas que recogía o señalándole al grupo algo que le hubiese llamado la atención. En el fondo no paraba de mirar a su alrededor por pura preocupación.
Nime dejó de hablar cuando Milo pidió silencio. Había procurado no alzar mucho la voz desde el principio, algo que ya era toda una hazaña para ella, y pasó al silencio asintiendo con la cabeza. La bañera se oía cada vez más cerca. Por suerte, no se oía nada más. Era una buena señal.
—Esas verduras amargas violetas todas para los rataespines, porfi —pidió en susurros, pensando en el suministro que más odiaba.
Cuando por fin bajaron las cestas, se adelantaron al botín. Nime no podía evitar sentir tensión a pesar de que todo parecía ir bien. De hecho, se sobresaltó cuando Eitne se golpeó contra el suelo.
—¡Qué susto! —soltó. El daeliciano estaba tan centrado en las cestas que ni siquiera parecía importarle el golpe. Nime escuchó entonces a Guille y se volvió hacia él para ver el paquete que sostenía—. ¿Qué es eso? Es la primera vez que viene.
La niña se acercó y tocó el paquete sin quitárselo al humano. Contenía algo duro, y el envoltorio era extraño y muy colorido. Al menos a Guille parecía gustarle, así que Nime comenzó a crearse expectativas.
Nime dejó de hablar cuando Milo pidió silencio. Había procurado no alzar mucho la voz desde el principio, algo que ya era toda una hazaña para ella, y pasó al silencio asintiendo con la cabeza. La bañera se oía cada vez más cerca. Por suerte, no se oía nada más. Era una buena señal.
—Esas verduras amargas violetas todas para los rataespines, porfi —pidió en susurros, pensando en el suministro que más odiaba.
Cuando por fin bajaron las cestas, se adelantaron al botín. Nime no podía evitar sentir tensión a pesar de que todo parecía ir bien. De hecho, se sobresaltó cuando Eitne se golpeó contra el suelo.
—¡Qué susto! —soltó. El daeliciano estaba tan centrado en las cestas que ni siquiera parecía importarle el golpe. Nime escuchó entonces a Guille y se volvió hacia él para ver el paquete que sostenía—. ¿Qué es eso? Es la primera vez que viene.
La niña se acercó y tocó el paquete sin quitárselo al humano. Contenía algo duro, y el envoltorio era extraño y muy colorido. Al menos a Guille parecía gustarle, así que Nime comenzó a crearse expectativas.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de los Colaespina
18/06/17, 07:56 pm
Milo, guiñándole un ojo a Nime para confirmarle que estaba de acuerdo con ella, le tendió la cesta que había recogido a sus compañeros y se dedicó a reunir las otras tres mientras los más pequeños revolvían entre los alimentos de la primera. Seguía observando los alrededores con una mirada suspicaz, pero ante la sensación de que todo parecía ir bien se relajó un tanto. Cuando Eitne se cayó de culo el irrense se alarmó, pero solo había sido un tropiezo y el peliazul se sentó por sus propios medios.
—Les veremos ahora enseguida, cuando les dejemos la comida, pero no podemos acercarnos mucho a ellos o se alterarán. —le respondió al pequeño daeliciano con una sonrisa, revolviéndole el pelo antes de agacharse frente a la cesta que utilizarían para reunir toda la comida que le dejarían a los colaespinas.
Durante unos segundos el irrense trabajó en silencio, echando en su saco los suministros que no iban a dejar atrás, pero al oír la conversación que había iniciado Guille se percató de que si que había algo nuevo en las cestas. Cogió una de las tabletas de chocolate y la observó con curiosidad, pues aunque la forma no le era conocida el nombre si que le resultaba familiar.
—El chocolate es un tipo de dulce, pero en Irraria es tremendamente caro y no tiene esta forma —le respondió a la libense ligeramente emocionado, llevándose aquel manjar al hocico para olfatearlo. Olía de maravilla—. Seguro que esta delicioso... —murmuró, disfrutando del aroma durante unos instantes más—. ¿Hay cuatro tabletas, verdad? —inquirió al final, volviendo a la realidad y recordando donde se encontraban—. Reunámoslas todas en el saco y acabemos de organizar el resto de la comida, ¿de acuerdo? En el torreón le podemos preguntar a Neil como podemos aprovechar al máximo todo el chocolate, seguro que se le ocurre algo. —añadió sonriente, acabando con la ayuda de los niños la distribución de los alimentos.
Una vez todo estuvo listo procedieron a repartir el peso, y mientras Mike y Drusar se hacían cargo de una cesta cada uno la tercera quedó a cargo de los pequeños. Milo, mientras tanto, improvisó una mochila con el saco lleno y las cuerdas que se había traído y se la colgó a la espalda, llevando a continuación la comida de los colaespinas hasta el punto en el que solían dejarla cerca de la entrada de las madrigueras.
—Saldrán ahora enseguida—les anuncio a Eitne y Guille, retrocediendo con el resto del grupo hacia la entrada de la plaza—. ¿Verdad que si, Nime? —le preguntó a la morena. Para el daeliciano y el humano aquella era la primera vez, pero la libense ya era toda una veterana de aquel tipo de expediciones.
—Les veremos ahora enseguida, cuando les dejemos la comida, pero no podemos acercarnos mucho a ellos o se alterarán. —le respondió al pequeño daeliciano con una sonrisa, revolviéndole el pelo antes de agacharse frente a la cesta que utilizarían para reunir toda la comida que le dejarían a los colaespinas.
Durante unos segundos el irrense trabajó en silencio, echando en su saco los suministros que no iban a dejar atrás, pero al oír la conversación que había iniciado Guille se percató de que si que había algo nuevo en las cestas. Cogió una de las tabletas de chocolate y la observó con curiosidad, pues aunque la forma no le era conocida el nombre si que le resultaba familiar.
—El chocolate es un tipo de dulce, pero en Irraria es tremendamente caro y no tiene esta forma —le respondió a la libense ligeramente emocionado, llevándose aquel manjar al hocico para olfatearlo. Olía de maravilla—. Seguro que esta delicioso... —murmuró, disfrutando del aroma durante unos instantes más—. ¿Hay cuatro tabletas, verdad? —inquirió al final, volviendo a la realidad y recordando donde se encontraban—. Reunámoslas todas en el saco y acabemos de organizar el resto de la comida, ¿de acuerdo? En el torreón le podemos preguntar a Neil como podemos aprovechar al máximo todo el chocolate, seguro que se le ocurre algo. —añadió sonriente, acabando con la ayuda de los niños la distribución de los alimentos.
Una vez todo estuvo listo procedieron a repartir el peso, y mientras Mike y Drusar se hacían cargo de una cesta cada uno la tercera quedó a cargo de los pequeños. Milo, mientras tanto, improvisó una mochila con el saco lleno y las cuerdas que se había traído y se la colgó a la espalda, llevando a continuación la comida de los colaespinas hasta el punto en el que solían dejarla cerca de la entrada de las madrigueras.
—Saldrán ahora enseguida—les anuncio a Eitne y Guille, retrocediendo con el resto del grupo hacia la entrada de la plaza—. ¿Verdad que si, Nime? —le preguntó a la morena. Para el daeliciano y el humano aquella era la primera vez, pero la libense ya era toda una veterana de aquel tipo de expediciones.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Plaza de los Colaespina
19/06/17, 12:59 am
Eitne sonrió al ver que todos los demás acababan en el suelo (aunque con más gracia que él). No era algo que pensara de forma consciente, pero el niño se sentía agradecido de haberse encontrado con todos sus compañeros de torreón. Le gustaba verse con ellos en mitad de una ciudad peligrosa teniendo un momento tan casero y agradable.
—¿Se habrán e-equivocado? —a Eitne le parecía perfecto tener cacao, pero era la primera vez en meses.
No lo dijo, porque era algo que había hablado con el Huesped. Pero tal vez el chocolate era porque empezaban a crecer. Tal vez era un premio. O tal vez era un consuelo, pues acababan de perder a dos amigos. El niño arrugó el gesto y se quedó mirando al suelo mientras se movían los productos de un lado a otro.
Una vez acabaron, a Eitne le volvieron a brillar los ojos. Milo había dejado la comida para los colaespinas y esperaban desde lejos. Cuando salió el primero, el daeliciano se sobrecogió levemente, pero luego pudo disfrutar de los pequeños roedores comiendo. Eitne acabó sintiendo incluso lástima, esos ratoncillos no se diferenciaban tanto de ellos. También eran niños abandonados.
—¿Creeis que so-sobrevivirán? —preguntó en general, pero Eitne miraba a Milo, que era el mayor del grupo con quien más confianza tenía y que mejor lo podía saber.
—¿Se habrán e-equivocado? —a Eitne le parecía perfecto tener cacao, pero era la primera vez en meses.
No lo dijo, porque era algo que había hablado con el Huesped. Pero tal vez el chocolate era porque empezaban a crecer. Tal vez era un premio. O tal vez era un consuelo, pues acababan de perder a dos amigos. El niño arrugó el gesto y se quedó mirando al suelo mientras se movían los productos de un lado a otro.
Una vez acabaron, a Eitne le volvieron a brillar los ojos. Milo había dejado la comida para los colaespinas y esperaban desde lejos. Cuando salió el primero, el daeliciano se sobrecogió levemente, pero luego pudo disfrutar de los pequeños roedores comiendo. Eitne acabó sintiendo incluso lástima, esos ratoncillos no se diferenciaban tanto de ellos. También eran niños abandonados.
—¿Creeis que so-sobrevivirán? —preguntó en general, pero Eitne miraba a Milo, que era el mayor del grupo con quien más confianza tenía y que mejor lo podía saber.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Plaza de los Colaespina
20/06/17, 04:45 pm
A Guille le costó soltar la tableta de chocolate, le parecía que habían pasado siglos desde la última vez que tomo chocolate "¿Cuando tome la última vez chocolate?...¿En casa?...Antes salir a dar un vuelta por Halloween...Pero no fui a la fiesta, no conseguí ningún caramelo...¿porque?.." sus pensamientos fueron interrumpidos por Milo cuando repartió las cestas para cargar con ellas, y se dispuso a dar a los colaespinas de comer.
Guille se colocó cerca de Eitne y Nime, y se quedó mirandolos.
-Parecen buenos, si te fijas son monos y todo.-"también hay cosas buenas en este lugar" pensó mientras miraba a los colaespina - ¿ahora que vamos a hacer?- dijo
Guille se colocó cerca de Eitne y Nime, y se quedó mirandolos.
-Parecen buenos, si te fijas son monos y todo.-"también hay cosas buenas en este lugar" pensó mientras miraba a los colaespina - ¿ahora que vamos a hacer?- dijo
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Plaza de los Colaespina
20/06/17, 10:25 pm
A Nime se le hizo la boca agua oyendo a los demás decir que era un dulce rico lo de aquel paquetito. Fue de aquí para allá viendo lo que había en las cestas pero no llegó ni a participar en la división de la comida. Al menos Milo le había tomado la palabra con lo de las verduras que odiaba.
Y la salida parecía estar yendo bien. La niña empezaba a sentirse un poco más optimista. Lo siguiente era la ofrenda a los rataespines, y Nime hinchó el pecho cuando Milo se dirigió a ella específicamente.
—¡Sí! Deben de tener buen olfato, porque siempre saben cuándo hay comida.
Ya hacía un tiempo que Nime no recogía cestas, así que se sorprendió al ver que se notaba que los rataespines habían crecido. No tardarían mucho en ser como los adultos que habían visto el primer día, y se preguntaba si entonces seguirían siendo igual de tranquilos.
—Claro que sobrevivirán. Hasta ahora lo han hecho. Aunque cada día son más feos —añadió con una sonrisa torcida—. Ahora… volvemos, ¿no? —respondió a las palabras de Guille, aunque con otra pregunta. No quería que se notara demasiado, pero estaba ansiosa por volver a la seguridad del torreón.
Y la salida parecía estar yendo bien. La niña empezaba a sentirse un poco más optimista. Lo siguiente era la ofrenda a los rataespines, y Nime hinchó el pecho cuando Milo se dirigió a ella específicamente.
—¡Sí! Deben de tener buen olfato, porque siempre saben cuándo hay comida.
Ya hacía un tiempo que Nime no recogía cestas, así que se sorprendió al ver que se notaba que los rataespines habían crecido. No tardarían mucho en ser como los adultos que habían visto el primer día, y se preguntaba si entonces seguirían siendo igual de tranquilos.
—Claro que sobrevivirán. Hasta ahora lo han hecho. Aunque cada día son más feos —añadió con una sonrisa torcida—. Ahora… volvemos, ¿no? —respondió a las palabras de Guille, aunque con otra pregunta. No quería que se notara demasiado, pero estaba ansiosa por volver a la seguridad del torreón.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Plaza de los Colaespina
21/06/17, 12:47 am
La sangre encharca los suelas de los zapatos de quien esté más lejos del centro de la plaza, y más tarde y poco a poco las de los demás si ninguno nota el olor ferroso primero.
Mana, tranquila pero constante, desde el resquicio que queda bajo la puerta de entrada a una de las casas de la plaza. No hay nada de atípico en ella que la distinga de las demás: es simplemente un edificio.
El charco de sangre aumenta muy despacio, pero sin dar indicios de parar.
Mana, tranquila pero constante, desde el resquicio que queda bajo la puerta de entrada a una de las casas de la plaza. No hay nada de atípico en ella que la distinga de las demás: es simplemente un edificio.
El charco de sangre aumenta muy despacio, pero sin dar indicios de parar.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de los Colaespina
21/06/17, 11:12 pm
—Crecen muy rápido y dentro de poco serán capaces de valerse por si mismos —comentó, dándole la razón a Nime con un asentimiento de cabeza mientras observaba las evoluciones de los roedores—. Esperemos que no nos ataquen a nosotros cuando ese momento llegue —rió con suavidad, descartando dicha idea casi de inmediato. De no ser por lo letarguinos aquellas criaturas habrían sucumbido al hambre sin remedio—. Ahora deberíamos irnos, si, porque prometimos a los demás que regresaríamos pronto a... —se interrumpió al percibir un penetrante olor ferroso y arrugó el hocico con una mueca de desagrado—. ¿A qué huele?—preguntó, girando sobre los talones para mirar a sus compañeros. Lo que vio le hizo enmudecer.
De debajo del quicio de la puerta de una casa cercana manaba un reguero de sangre que ya lamía los zapatos de Eitne. El irrense tardó unos segundos en reaccionar, pero cuando lo hizo su primer impulso fue dar dos pasos a un lado para evitar que el icor le rozara las botas.
—Eso es demasiada sangre —señaló lo obvio en voz alta. Su rostro se había transformado en una mascara rígida y sus ojos reflejaban preocupación y horror a partes iguales—. ¿Creéis que alguien ahí dentro necesita ayuda... ? —preguntó, mirando sobre todo a los otros dos adultos. La lógica le dictaba que lo más sensato era poner tierra de por medio, pero Milo se resistía a abandonar a alguien que a lo mejor estaba en apuros.
Posiblemente se iba a arrepentir de aquella decisión, pero el norteño se adelantó al grupo y se encaró a sus compañeros.
—Manteneos detrás y echad a correr si algo sale mal, ¿de acuerdo? —les pidió en voz baja, volviéndose a continuación hacia la casa y echando a andar hacia ella tras dudar unos segundos. El moreno, evitando el reguero de sangre, se acercó a la puerta de entrada con paso sigiloso y cogió aire para hablar cuando la alcanzó—. ¿Hola... ? —inquirió con voz firme a pesar de la situación, aguzando el oído mientras alargaba la mano izquierda hacia el picaporte—. ¿Hay alguien ahí?
De debajo del quicio de la puerta de una casa cercana manaba un reguero de sangre que ya lamía los zapatos de Eitne. El irrense tardó unos segundos en reaccionar, pero cuando lo hizo su primer impulso fue dar dos pasos a un lado para evitar que el icor le rozara las botas.
—Eso es demasiada sangre —señaló lo obvio en voz alta. Su rostro se había transformado en una mascara rígida y sus ojos reflejaban preocupación y horror a partes iguales—. ¿Creéis que alguien ahí dentro necesita ayuda... ? —preguntó, mirando sobre todo a los otros dos adultos. La lógica le dictaba que lo más sensato era poner tierra de por medio, pero Milo se resistía a abandonar a alguien que a lo mejor estaba en apuros.
Posiblemente se iba a arrepentir de aquella decisión, pero el norteño se adelantó al grupo y se encaró a sus compañeros.
—Manteneos detrás y echad a correr si algo sale mal, ¿de acuerdo? —les pidió en voz baja, volviéndose a continuación hacia la casa y echando a andar hacia ella tras dudar unos segundos. El moreno, evitando el reguero de sangre, se acercó a la puerta de entrada con paso sigiloso y cogió aire para hablar cuando la alcanzó—. ¿Hola... ? —inquirió con voz firme a pesar de la situación, aguzando el oído mientras alargaba la mano izquierda hacia el picaporte—. ¿Hay alguien ahí?
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