Plaza de los Colaespina
+38
Raven
Isma
Hiss
Cuervo
Lobo_Negro
Kanyum
Red
Lathspell
Manasard
Kial
Zarket
Evanna
Dal
Matt
Muffie
Naeryan
Lops
Giniroryu
Martalar
Salokin
Lala
PeloVerde
Eliel
Reisha
LEC
Jack
Yber
Carmesí
alpeca
Leonart
liam
Tak
Elliot
RoX
Jau
Administración
Fundador
Rocavarancolia Rol
42 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de los Colaespina
02/08/11, 06:15 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Plaza pequeña y rectangular rodeada de casas abandonadas donde los colaespinas han hecho sus madrigueras. Allí aterriza una de las bañeras de suministros.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Plaza de los Colaespina
02/11/12, 05:40 pm
Elliot parece tan sorprendida como cabe esperar al escuchar la historia. Cuando hace el comentario sobre telenovelas no puedo evitar sentir una pequeña punzada de amargura intermente, pero trato de que no se refleje en mi expresión.
-Sí, una telenovela... eso me han dicho -la respuesta me sale casi de forma automática y lo digo sin mirar a nadie y de forma casi anecdótica.
Todavía tenía que disculparme con Wen por haber reaccionado de esa forma ante el comentario. << ¿Habrá vuelto ya al Burdel? >>, me pregunto. Pero la Dulahan me hace más preguntas así que tengo que volver a centrarme en la conversación.
-Pues según Giz sí, es algo seguro... Tiene una científica humana que le da clases, supongo que ella sabrá de lo que habla. Y por lo que he podido hablar con Vac no es tan descabellado en realidad... -digo de forma un tanto distraída-. Él está igual de confuso que yo, pero nos alegramos de saberlo. Aún así todavía es muy extraño, pasó de ser mi amigo a mi hermano de un día para otro -me encojo de hombros.
Nia, por su parte, estalla debido a los comentaros de Elliot que, en mi opinión, son bastante hirientes. Si no fuera porque ya estaba advertido acerca del carácter de la Dulahan me sentiría incluso tentado de replicarle. Pero sabía por lo que me había contado Gael que era mejor que no. Cuando Nia finalmente sale de la casa, se hace un silencio un tanto incómodo. Creo que lo mejor es que nos vayamos cuanto antes.
-Bueno, Elliot... -comienzo a decir mientras me levanto del asiento-. Gracias por el té y las pastas. Será mejor que nos vayamos... -digo mirando a Gael.
Una vez fuera nos reunimos con Nia y de camino a casa comentamos lo sucedido.
-Yo no sé que sucedió durante vuestra cosecha pero creo que con lo poco que la conozco me basta para saber que ese trato es bastante injustificado. No hay más que ver como habló sobre su "visita" a Maciel. No dan muchas ganas de volver a visitarla, la verdad, no es que me guste mucho que haga esos comentarios acerca de Nia o de nadie que conozca -digo con el ceño fruncido-. Aunque lo que sí me ha resultado interesante es a lo que se dedica, tiene pinta de molar...
Volvemos a Serpentaria charlando sobre ello y sobre lo que Nia quería enseñarnos, que por lo visto iba a tener que aplazarse para otro día.
Sigue en la Torre Serpentaria.
-Sí, una telenovela... eso me han dicho -la respuesta me sale casi de forma automática y lo digo sin mirar a nadie y de forma casi anecdótica.
Todavía tenía que disculparme con Wen por haber reaccionado de esa forma ante el comentario. << ¿Habrá vuelto ya al Burdel? >>, me pregunto. Pero la Dulahan me hace más preguntas así que tengo que volver a centrarme en la conversación.
-Pues según Giz sí, es algo seguro... Tiene una científica humana que le da clases, supongo que ella sabrá de lo que habla. Y por lo que he podido hablar con Vac no es tan descabellado en realidad... -digo de forma un tanto distraída-. Él está igual de confuso que yo, pero nos alegramos de saberlo. Aún así todavía es muy extraño, pasó de ser mi amigo a mi hermano de un día para otro -me encojo de hombros.
Nia, por su parte, estalla debido a los comentaros de Elliot que, en mi opinión, son bastante hirientes. Si no fuera porque ya estaba advertido acerca del carácter de la Dulahan me sentiría incluso tentado de replicarle. Pero sabía por lo que me había contado Gael que era mejor que no. Cuando Nia finalmente sale de la casa, se hace un silencio un tanto incómodo. Creo que lo mejor es que nos vayamos cuanto antes.
-Bueno, Elliot... -comienzo a decir mientras me levanto del asiento-. Gracias por el té y las pastas. Será mejor que nos vayamos... -digo mirando a Gael.
Una vez fuera nos reunimos con Nia y de camino a casa comentamos lo sucedido.
-Yo no sé que sucedió durante vuestra cosecha pero creo que con lo poco que la conozco me basta para saber que ese trato es bastante injustificado. No hay más que ver como habló sobre su "visita" a Maciel. No dan muchas ganas de volver a visitarla, la verdad, no es que me guste mucho que haga esos comentarios acerca de Nia o de nadie que conozca -digo con el ceño fruncido-. Aunque lo que sí me ha resultado interesante es a lo que se dedica, tiene pinta de molar...
Volvemos a Serpentaria charlando sobre ello y sobre lo que Nia quería enseñarnos, que por lo visto iba a tener que aplazarse para otro día.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Plaza de los Colaespina
02/11/12, 11:55 pm
La visita solo fue a peor según avanzaba la conversación. Creo que todos queríamos que no fuese a peor y por eso nadie quería decir nada. Noel no pareció encajar muy bien el comentario de la telenovela de nuevo, pero lo disimuló como pudo. Sin embargo Nia sí que no pudo aguantar más. Y lo entendí perfectamente cuando vi el regalo que tenía pensado hacerle. Realmente apreciaba mucho a Elliot y esta no había hecho más que decirle cosas hirientes desde que entró por la puerta. La actitud de la Dulahan había acabado por enfadarme a mí también. Y cuando Nia salió por la puerta se quedó quieta y callada, era imposible saber el motivo al no poder leer su expresión.
Cuando Noel se despide y me mira, empieza a andar hacia la puerta pero me retraso un momento para alcanzarlo después.
-Elliot... -digo girándome hacia ella, aún sin saber muy bien cómo decirlo-, eso no ha estado bien. Han venido aquí de buenas a hacer una visita... y lo de Nia... en fin, para tratarla siempre como a un cría, no sé quién se comporta más como tal últimamente. -Me empieza a pesar lo que estoy diciendo, Elliot me impone demasiado respeto y no sé por qué, a pesar de que ha estado hiriendo los sentimientos de los demás constantemente, no quiero herir los suyos tampoco-. No sé qué te pasa... bueno... debería irme con los demás. Espero que te vaya bien, cuidate.
Me vuelvo y sigo a los demás hasta afuera. Me seguía inquietando que no hubiera transmitido ni un pensamiento, ni cambiado de postura. No me gusta no saber si está enfadada, arrepentida, fuera de sí o si, incluso, le hacía gracia. A saber. En el camino de vuelta, de hecho, hablamos de ello.
-No sé qué le pasa con la gente -le contesto a Noel-, desde siempre ha sido así... pero no sé, se ha pasado hoy con Nia. Si le molestaba, que lo hubiera dejado claro, que dijese claramente que no quiere seguir teniendo contacto. -Miro a la náyade preguntándome cómo le habrá sentado lo sucedido. Antaño solía ignorar el trato que le daba Elliot y seguía considerándola una amiga. Pero ahora las cosas eran un tanto diferentes, y ya no era una niña-. No le des importancia. Desde que se fue del burdel no es ella... supongo que está claro el por qué.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Cuando Noel se despide y me mira, empieza a andar hacia la puerta pero me retraso un momento para alcanzarlo después.
-Elliot... -digo girándome hacia ella, aún sin saber muy bien cómo decirlo-, eso no ha estado bien. Han venido aquí de buenas a hacer una visita... y lo de Nia... en fin, para tratarla siempre como a un cría, no sé quién se comporta más como tal últimamente. -Me empieza a pesar lo que estoy diciendo, Elliot me impone demasiado respeto y no sé por qué, a pesar de que ha estado hiriendo los sentimientos de los demás constantemente, no quiero herir los suyos tampoco-. No sé qué te pasa... bueno... debería irme con los demás. Espero que te vaya bien, cuidate.
Me vuelvo y sigo a los demás hasta afuera. Me seguía inquietando que no hubiera transmitido ni un pensamiento, ni cambiado de postura. No me gusta no saber si está enfadada, arrepentida, fuera de sí o si, incluso, le hacía gracia. A saber. En el camino de vuelta, de hecho, hablamos de ello.
-No sé qué le pasa con la gente -le contesto a Noel-, desde siempre ha sido así... pero no sé, se ha pasado hoy con Nia. Si le molestaba, que lo hubiera dejado claro, que dijese claramente que no quiere seguir teniendo contacto. -Miro a la náyade preguntándome cómo le habrá sentado lo sucedido. Antaño solía ignorar el trato que le daba Elliot y seguía considerándola una amiga. Pero ahora las cosas eran un tanto diferentes, y ya no era una niña-. No le des importancia. Desde que se fue del burdel no es ella... supongo que está claro el por qué.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Plaza de los Colaespina
20/11/12, 12:38 am
En la bahía también hablamos sobre qué hacer al respecto de la muerte de Azura y Pyro. Decidimos que trataríamos de averiguar algo cuando pudiéramos, una vez estuviésemos asentados y cuando el tiempo lo permitiese. Después de comer en Serpentaria hacemos algunas preguntas a Yloh sobre lo que había estado haciendo Azura últimamente, por si había hecho algo por lo que realmente alguien podría tener interés en acabar con las escindidas. No sacamos absolutamente nada en claro de sus palabras, lo único que había hecho la bruja escindida había sido trazar el plan ella sola para matar a su hermana. No me esperaba otra cosa, por otra parte.
Después de habernos puesto todos de acuerdo, decidimos visitar la zona norte para mirar el estado de las casas y tratar de encontrar alguna que podamos seleccionar como futura vivienda. En el grupo se notaba el entusiasmo por la empresa, personalmente me había puesto de muy buen humor al comprobar la buena acogida que había tenido nuestro plan, incluso uniéndose a nosotros Adara y Toima tal y como pensábamos.
Comenzamos a entrar en las casas que parecían estar en mejor estado al menos aparentemente. Tras descartar enseguida un par de ellas, entramos en una que prometía ser mejor. Exploramos la planta baja y todo parecía estar en condiciones aceptables. Había unas escaleras de madera que habrían visto mejores días para acceder al piso superior. Las escaleras se tambaleaban bastante, pero aún así subimos a explorar la planta de arriba ya que era la mejor opción que habíamos encontrado. Pronto pudimos comprobar, tras examinar las habitaciones, que la planta de arriba no se conservaba ni de lejos en tan buen estado como la de abajo. De hecho algunas vigas daban la impresión de encontrarse a punto de caer y el suelo crujía estrepitosamente a cada paso que dábamos sobre él. Ya nos dirigíamos hacia las escaleras para irnos cuando el suelo bajo nosotros comenzó a chirriar todavía más fuerte. Un paso después ya no había suelo. La madera bajo nuestros pies cede por completo hacia abajo.
-¡Pero qué cojones...! -exclamo cuando de pronto caigo hacia abajo rodeado de una nube de polvo y astillas.
Aterrizo en el suelo, por supuesto no me había dado tiempo a intentar mantenerme en el aire, dándome un buen golpe el cual amortiguo en parte con las manos. Comienzo a toser debido a la polvareda mientras me pongo de pie. Observo a los demás con cara de circunstancias primero y después esbozo una sonrisa.
-Descartada por psicópata, ¿no?
Después de habernos puesto todos de acuerdo, decidimos visitar la zona norte para mirar el estado de las casas y tratar de encontrar alguna que podamos seleccionar como futura vivienda. En el grupo se notaba el entusiasmo por la empresa, personalmente me había puesto de muy buen humor al comprobar la buena acogida que había tenido nuestro plan, incluso uniéndose a nosotros Adara y Toima tal y como pensábamos.
Comenzamos a entrar en las casas que parecían estar en mejor estado al menos aparentemente. Tras descartar enseguida un par de ellas, entramos en una que prometía ser mejor. Exploramos la planta baja y todo parecía estar en condiciones aceptables. Había unas escaleras de madera que habrían visto mejores días para acceder al piso superior. Las escaleras se tambaleaban bastante, pero aún así subimos a explorar la planta de arriba ya que era la mejor opción que habíamos encontrado. Pronto pudimos comprobar, tras examinar las habitaciones, que la planta de arriba no se conservaba ni de lejos en tan buen estado como la de abajo. De hecho algunas vigas daban la impresión de encontrarse a punto de caer y el suelo crujía estrepitosamente a cada paso que dábamos sobre él. Ya nos dirigíamos hacia las escaleras para irnos cuando el suelo bajo nosotros comenzó a chirriar todavía más fuerte. Un paso después ya no había suelo. La madera bajo nuestros pies cede por completo hacia abajo.
-¡Pero qué cojones...! -exclamo cuando de pronto caigo hacia abajo rodeado de una nube de polvo y astillas.
Aterrizo en el suelo, por supuesto no me había dado tiempo a intentar mantenerme en el aire, dándome un buen golpe el cual amortiguo en parte con las manos. Comienzo a toser debido a la polvareda mientras me pongo de pie. Observo a los demás con cara de circunstancias primero y después esbozo una sonrisa.
-Descartada por psicópata, ¿no?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Plaza de los Colaespina
20/11/12, 02:10 am
Cuando por fin llegamos a la zona donde pensábamos buscar casa olvido por fin un poco todos los problemas de los últimos días y me dejo llevar. Prometía ser una buena tarde, y de momento iba cumpliendo con lo esperando. Nos acercamos a algunas casas, pero de tan ruinosas que estaban ni siquiera llegamos a entrar en ellas, aunque más adelante no habría que descartarlas por si se podía salvar algo de dentro de ellas... aunque iba a ser difícil en las que tenían el techo hundido.
En la primera que entramos la cosa parece un poco más halagüeña, aunque el olor a moho inunda todo, seguramente haya mucha madera podrida, pero por lo de pronto las escaleras no ceden ante el peso de los demás cuando intentamos subir a la segunda planta. Quizá es por estar vacía, pero tiene un tamaño notable y no me desagrada en principio. Pero el hilo de mis pensamientos se corta al escuchar un fuerte chasquido seguido del sonido atronador de un derrumbe. En cuestión de segundos me encuentro flotando sobre un montón de polvo y lo poco que queda de suelo. Debajo se escuchan quejidos e insultos. La risa no tarda en salir. Después de intentar contenerme unos segundos malamente se me escapa una estruendosa carcajada y a duras penas consigo envolverme en una burbuja de silencio, donde por fin me rio hasta llorar y sin tapujos. Por culpa de eso no puedo decirles nada a los demás hasta que me encuentro con la entereza suficiente para romper la burbuja.
-¡Teníais que veros las caras al caer! -Me froto los ojos inconscientemente-. Ha sido tan bueno... Que pena, la casa no estaba nada mal. Aunque se pasa de bromista.
Cuando todos terminan de sacudirse el polvo y dejamos por fin de bromear sobre la situación volvemos afuera y seguimos buscando para entrar en la próxima casa que parecía lo suficientemente entera. De nuevo el olor mohoso, pero esta casa aún tenía algunos muebles en pie. Una estantería roída por la carcoma, una cocina de leña cubierta de suciedad, algunos cubiertos por allí abandonados... Pero prácticamente eso era todo, era una casa demasiado pequeña para todos los que pretendíamos vivir allí. Las habitaciones eran enanas y engañaba desde fuera, no había las suficientes. Sin embargo, cuando volvemos a pasar por la primera estancia, señalo los utensilios de cocina.
-¿Y si vamos reuniendo nuestro ajuar desde ya? -pregunto a los demás. A simple vista era difícil pensar en aquellos útiles abandonados como algo utilizable, pero todo era limpiarlos y pulirlos de nuevo. Me quito la camiseta y la anudo para usarla de saco, recordando que no era la primera vez que tenía que hacer eso por no tener bolsas a mano.
Rescato un trío de tenedores torcidos que parecen haber visto mejores días, y otras manos van trayendo cubiertos recogidos por el suelo de la habitación. Lo último que tomamos de esa casa es una olla vieja y pesada de cerámica que Noel se ofrece a ir cargando. La única lo suficientemente entera. En algunas otras casas volvemos a repetir la operación, y acabamos cargando un buen número de cubiertos y demás, aunque vamos escasos de platos, ya que los únicos en relativo buen estado que encontramos fueron unas escudillas de un metal color cobre.
En la primera que entramos la cosa parece un poco más halagüeña, aunque el olor a moho inunda todo, seguramente haya mucha madera podrida, pero por lo de pronto las escaleras no ceden ante el peso de los demás cuando intentamos subir a la segunda planta. Quizá es por estar vacía, pero tiene un tamaño notable y no me desagrada en principio. Pero el hilo de mis pensamientos se corta al escuchar un fuerte chasquido seguido del sonido atronador de un derrumbe. En cuestión de segundos me encuentro flotando sobre un montón de polvo y lo poco que queda de suelo. Debajo se escuchan quejidos e insultos. La risa no tarda en salir. Después de intentar contenerme unos segundos malamente se me escapa una estruendosa carcajada y a duras penas consigo envolverme en una burbuja de silencio, donde por fin me rio hasta llorar y sin tapujos. Por culpa de eso no puedo decirles nada a los demás hasta que me encuentro con la entereza suficiente para romper la burbuja.
-¡Teníais que veros las caras al caer! -Me froto los ojos inconscientemente-. Ha sido tan bueno... Que pena, la casa no estaba nada mal. Aunque se pasa de bromista.
Cuando todos terminan de sacudirse el polvo y dejamos por fin de bromear sobre la situación volvemos afuera y seguimos buscando para entrar en la próxima casa que parecía lo suficientemente entera. De nuevo el olor mohoso, pero esta casa aún tenía algunos muebles en pie. Una estantería roída por la carcoma, una cocina de leña cubierta de suciedad, algunos cubiertos por allí abandonados... Pero prácticamente eso era todo, era una casa demasiado pequeña para todos los que pretendíamos vivir allí. Las habitaciones eran enanas y engañaba desde fuera, no había las suficientes. Sin embargo, cuando volvemos a pasar por la primera estancia, señalo los utensilios de cocina.
-¿Y si vamos reuniendo nuestro ajuar desde ya? -pregunto a los demás. A simple vista era difícil pensar en aquellos útiles abandonados como algo utilizable, pero todo era limpiarlos y pulirlos de nuevo. Me quito la camiseta y la anudo para usarla de saco, recordando que no era la primera vez que tenía que hacer eso por no tener bolsas a mano.
Rescato un trío de tenedores torcidos que parecen haber visto mejores días, y otras manos van trayendo cubiertos recogidos por el suelo de la habitación. Lo último que tomamos de esa casa es una olla vieja y pesada de cerámica que Noel se ofrece a ir cargando. La única lo suficientemente entera. En algunas otras casas volvemos a repetir la operación, y acabamos cargando un buen número de cubiertos y demás, aunque vamos escasos de platos, ya que los únicos en relativo buen estado que encontramos fueron unas escudillas de un metal color cobre.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Plaza de los Colaespina
20/11/12, 12:27 pm
No habían empezado la búsqueda de casas con demasiado buen pie, literalmente. Parecía que habían ido a meterse primero en la única casa con el suelo de madera carcomido y en un penoso estado. Y como no podía ser de otra forma, acabaron bajando un piso de manera más torpe que espectacular, entre polvo y madera astillada. Gael no paraba de reír en el aire. Giz por su parte no sabía si reír o quejarse por el golpe. Se levantó agitando la mano para apartar el polvo y se sacudió el poncho.
-Razón de la muerte: Casa-acabó optando por tomárselo con humor.
Tras ese primer intento fallido, el resto de edificios que visitaron fueron más benévolos con el grupo. No solo no intentaron matarles, sino que incluso estando en mal estado, había cosas en ellos que eran perfectamente rescatables. Tenedores, cucharas, alguna olla vieja... Entre todos fueron cargándose con lo que podían. Visto que la camiseta de Gael ya no daba para más, Giz puso a orbitar a su alrededor unos cuantos cuchillos de punta redonda.
Una de las casas que más llamó la atención a Giz tardó poco más en ser visitada por ellos. Giz había olido algo raro y la curiosidad le pudo como siempre. Por no tener no tenía ni puerta. La casa había sido desvalijada ya antes y no había nada más que el edificio en sí. Sin embargo, el asreniano siguió el rastro hasta una de las habitacione más al fondo. A diferencia del resto, esta sí que tenía muebles. E inquilinos. Eran unos bichos parecidos a los erizos de mar que Giz había visto en algún libro, como unas pequeñas bolas negras cubiertas de pinchos. El techo y una de las paredes estaban cubiertos de esos animalillos. Giz dejó escapar una exclamación de sorpresa en voz baja, pues parecían estar todos como dormidos (aunque no era más que una suposición, pues Giz no les encontraba ni los ojos) y no sabía si quería despertarlos. Uno de los cuchillos que flotaban a su alrededor le pasó frente a la cara y el asreniano cambió de opinión, haría una comprobación improvisada. Agarró el cubierto y lo lanzó al interior de la habitación.
La respuesta no se hizo de esperar y varios de esos animales se descolgaron hasta cubrir por completo el cuchillo. Giz acababa de descubrir cómo cazaban y decidió que lo mejor sería no tratar de averiguar nada más, de momento. Salió de la casa con una expresión divertida mal disimulada y negó con la cabeza al resto del grupo.
-Aquí tampoco hay nada interesante-comentó-. Salvo unos curiosos animales viviendo dentro.
-Razón de la muerte: Casa-acabó optando por tomárselo con humor.
Tras ese primer intento fallido, el resto de edificios que visitaron fueron más benévolos con el grupo. No solo no intentaron matarles, sino que incluso estando en mal estado, había cosas en ellos que eran perfectamente rescatables. Tenedores, cucharas, alguna olla vieja... Entre todos fueron cargándose con lo que podían. Visto que la camiseta de Gael ya no daba para más, Giz puso a orbitar a su alrededor unos cuantos cuchillos de punta redonda.
Una de las casas que más llamó la atención a Giz tardó poco más en ser visitada por ellos. Giz había olido algo raro y la curiosidad le pudo como siempre. Por no tener no tenía ni puerta. La casa había sido desvalijada ya antes y no había nada más que el edificio en sí. Sin embargo, el asreniano siguió el rastro hasta una de las habitacione más al fondo. A diferencia del resto, esta sí que tenía muebles. E inquilinos. Eran unos bichos parecidos a los erizos de mar que Giz había visto en algún libro, como unas pequeñas bolas negras cubiertas de pinchos. El techo y una de las paredes estaban cubiertos de esos animalillos. Giz dejó escapar una exclamación de sorpresa en voz baja, pues parecían estar todos como dormidos (aunque no era más que una suposición, pues Giz no les encontraba ni los ojos) y no sabía si quería despertarlos. Uno de los cuchillos que flotaban a su alrededor le pasó frente a la cara y el asreniano cambió de opinión, haría una comprobación improvisada. Agarró el cubierto y lo lanzó al interior de la habitación.
La respuesta no se hizo de esperar y varios de esos animales se descolgaron hasta cubrir por completo el cuchillo. Giz acababa de descubrir cómo cazaban y decidió que lo mejor sería no tratar de averiguar nada más, de momento. Salió de la casa con una expresión divertida mal disimulada y negó con la cabeza al resto del grupo.
-Aquí tampoco hay nada interesante-comentó-. Salvo unos curiosos animales viviendo dentro.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Plaza de los Colaespina
30/06/13, 02:53 pm
En la plaza se reunió con los demás y pusieron rumbo a la grieta guiados por Noel. No fue fácil llegar por tierra a aquel lugar, las hordas de los subterráneos estaban más concentradas en torno al agujero. Le costó abrirse paso y fue consciente de recibir varias heridas. Aquella pelea sí le superaba, no como la anterior, el caos no ayudaba a aclararse con lo que tenía delante. Mantuvo las defensas y apartó a los atacantes que se acercaban en grupo con hechizos de impulso con las dos quimeras capaces de realizar magia. Lo demás era un simple tanteo en busca de carne que desgarrar por los medios disponibles.
Tenían la grieta ya al alcance pero no podía pensar con claridad. Se vio obligado a abandonar algunos de los cadáveres, que juntó alrededor del dragón de los subterráneos para que los protegiera con los apéndices de sus alas. Solo se quedó poseyendo a ese y al alado. Tenían dos opciones, o cubrir la grieta con piedras o moldear la materia alrededor de esta. No sabía si sería capaz de recordar el hechizo, que no había usado ni una milésima parte de veces que el de moldear materia orgánica. Pero la presión ayudó a hacer memoria, porque veía desesperado como el dragón no era suficiente para proteger los cuerpos que tenía debajo. Le hizo una señal a sus amigos para que se alejaran de la grieta e invocó el hechizo, sin pensar en el poder mágico que podía requerir moldear tal cantidad de materia. Los bordes de la grieta empezaron a vibrar y aplanarse lentamente, juntándose como una herida que cicatrizase a velocidad vertiginosa. Seguían saliendo poco a poco algunas alimañas, ni siquiera asustadas por la disminución del hueco que atravesaban. Cuando las dos partes se juntaron, varias criaturas quedaron atrapadas profiriendo agudos alaridos. El tórax de un poseído quedó atrapado por la mitad y aulló y se retorció hasta quedar sin vida. Por encima de aquella escena de tierra cambiante, la quimera voladora perdió altura poco a poco hasta que se posó a lomos del dragón, combatiendo el cansancio que el hechizo le había producido. Saltó de cuerpo en cuerpo caído de la plaza antes de regresar a los suyos propios, y con energías renovadas se lanzó a exterminar cada criatura de aquella explanada.
Sigue en la Botica de la náyade.
Tenían la grieta ya al alcance pero no podía pensar con claridad. Se vio obligado a abandonar algunos de los cadáveres, que juntó alrededor del dragón de los subterráneos para que los protegiera con los apéndices de sus alas. Solo se quedó poseyendo a ese y al alado. Tenían dos opciones, o cubrir la grieta con piedras o moldear la materia alrededor de esta. No sabía si sería capaz de recordar el hechizo, que no había usado ni una milésima parte de veces que el de moldear materia orgánica. Pero la presión ayudó a hacer memoria, porque veía desesperado como el dragón no era suficiente para proteger los cuerpos que tenía debajo. Le hizo una señal a sus amigos para que se alejaran de la grieta e invocó el hechizo, sin pensar en el poder mágico que podía requerir moldear tal cantidad de materia. Los bordes de la grieta empezaron a vibrar y aplanarse lentamente, juntándose como una herida que cicatrizase a velocidad vertiginosa. Seguían saliendo poco a poco algunas alimañas, ni siquiera asustadas por la disminución del hueco que atravesaban. Cuando las dos partes se juntaron, varias criaturas quedaron atrapadas profiriendo agudos alaridos. El tórax de un poseído quedó atrapado por la mitad y aulló y se retorció hasta quedar sin vida. Por encima de aquella escena de tierra cambiante, la quimera voladora perdió altura poco a poco hasta que se posó a lomos del dragón, combatiendo el cansancio que el hechizo le había producido. Saltó de cuerpo en cuerpo caído de la plaza antes de regresar a los suyos propios, y con energías renovadas se lanzó a exterminar cada criatura de aquella explanada.
Sigue en la Botica de la náyade.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
30/06/13, 05:35 pm
Una vez Yloh y los animales fueron llevados al burdel, Noel condujo al grupo formado por Adara, Gael, Wen y él mismo hacia la grieta que se encontraba entorno a la Plaza de los Colaespinas con intención de seguir la propuesta del fuego fatuo. Las alimañas no dejaban de surgir incesantemente y por lo tanto la lucha no cesó en ningún momento mientras se dirigían a la abertura.
Durante el camino la mayoría de seres no representaron demasiados problemas, ya que los más problemáticos parecían sentirse atraídos hacia el burdel y Noel optó por lanzar oleadas de plumas desde el aire mientras iba y venía a considerable velocidad. Calcular la distancia y el momento exacto en el que lanzar los proyectiles eran el resultado de todo el entrenamiento al que se sometían día tras día desde hacía ya dos años y rara vez tenía la ocasión de comprobar los avances como aquella noche. Sus plumas se regeneraban a mayor velocidad que nunca, cosa que no tardó en advertir y que le llevó a aumentar la cantidad que incluía en cada lanzamiento. Las criaturas voladoras que intentaban embestir contra él se encontraban con sus garras o su puño, el cual casi siempre iba acompañado de su cortante antebrazo.
En una ocasión en la que una de las quimeras de Gael se encontraba demasiado cerca de una bestia que había marcado como su objetivo, varias de sus plumas se clavaron en el "traje" de su amigo, por lo que para evitar más accidentes de ese tipo si estaba alguien cerca, conjuró sobre todos ellos un campo de fuerza especialmente reforzado a prueba de proyectiles cortantes que hacía que las plumas fuesen repelidas en caso de alcanzarles.
Para cuando avistaron la grieta, el sueco descendió a tierra e invocó su hacha, apareciendo esta cuando su mano ya se encontraba en la posición de descargar un contundente tajo que hundió el filo del arma en la columna vertebral de un desafortunado ser anfibioide junto al que aterrizó. El implacable avance del grupo acababa con todo lo que salía a su paso, que no era poco, pero aquello parecía que no iba a tener fin a menos que se ocupasen de la grieta.
Gael les pidió que se alejasen de la abertura para conjurar el hechizo que le permitiría cerrar el origen de aquel caos, por lo que Noel se retiró a una distancia prudencial desde la cual continuó cubriendo a su amigo. Se centraba en abatir desde lejos con hechizos de impacto o lanzando plumas cuya trayectoria era acelerada con hechizos de impulso mientras casi sin fijarse se defendía de las criaturas que lo acosaban a corta distancia a patadas o con el hacha.
Sonrió con sádica satisfacción cuando el fin del trabajo realizado por el fuego fatuo atrapó a un poseído al cual había lanzado un hechizo de corte para deshacerse de una de sus extremidades y cancelar la conjuración de un sortilegio ofensivo que estaba a punto de descargar sobre el nigromante. Los gritos del poseído ensancharon su pérfida sonrisa paulatinamente y para cuando quiso darse cuenta aquel área estaba prácticamente despejada.
Y por ello la diversión debía continuar en la zona circundante al burdel, donde todavía podía oír a lo lejos el estruendo de la batalla. Los desgarradores gritos de los hombres bestia, tan deliciosamente familiares para sus oídos, ejercieron de imán para el draco, que por enésima vez aquella noche alzó un frenético vuelo en dirección al núcleo del ataque.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
Durante el camino la mayoría de seres no representaron demasiados problemas, ya que los más problemáticos parecían sentirse atraídos hacia el burdel y Noel optó por lanzar oleadas de plumas desde el aire mientras iba y venía a considerable velocidad. Calcular la distancia y el momento exacto en el que lanzar los proyectiles eran el resultado de todo el entrenamiento al que se sometían día tras día desde hacía ya dos años y rara vez tenía la ocasión de comprobar los avances como aquella noche. Sus plumas se regeneraban a mayor velocidad que nunca, cosa que no tardó en advertir y que le llevó a aumentar la cantidad que incluía en cada lanzamiento. Las criaturas voladoras que intentaban embestir contra él se encontraban con sus garras o su puño, el cual casi siempre iba acompañado de su cortante antebrazo.
En una ocasión en la que una de las quimeras de Gael se encontraba demasiado cerca de una bestia que había marcado como su objetivo, varias de sus plumas se clavaron en el "traje" de su amigo, por lo que para evitar más accidentes de ese tipo si estaba alguien cerca, conjuró sobre todos ellos un campo de fuerza especialmente reforzado a prueba de proyectiles cortantes que hacía que las plumas fuesen repelidas en caso de alcanzarles.
Para cuando avistaron la grieta, el sueco descendió a tierra e invocó su hacha, apareciendo esta cuando su mano ya se encontraba en la posición de descargar un contundente tajo que hundió el filo del arma en la columna vertebral de un desafortunado ser anfibioide junto al que aterrizó. El implacable avance del grupo acababa con todo lo que salía a su paso, que no era poco, pero aquello parecía que no iba a tener fin a menos que se ocupasen de la grieta.
Gael les pidió que se alejasen de la abertura para conjurar el hechizo que le permitiría cerrar el origen de aquel caos, por lo que Noel se retiró a una distancia prudencial desde la cual continuó cubriendo a su amigo. Se centraba en abatir desde lejos con hechizos de impacto o lanzando plumas cuya trayectoria era acelerada con hechizos de impulso mientras casi sin fijarse se defendía de las criaturas que lo acosaban a corta distancia a patadas o con el hacha.
Sonrió con sádica satisfacción cuando el fin del trabajo realizado por el fuego fatuo atrapó a un poseído al cual había lanzado un hechizo de corte para deshacerse de una de sus extremidades y cancelar la conjuración de un sortilegio ofensivo que estaba a punto de descargar sobre el nigromante. Los gritos del poseído ensancharon su pérfida sonrisa paulatinamente y para cuando quiso darse cuenta aquel área estaba prácticamente despejada.
Y por ello la diversión debía continuar en la zona circundante al burdel, donde todavía podía oír a lo lejos el estruendo de la batalla. Los desgarradores gritos de los hombres bestia, tan deliciosamente familiares para sus oídos, ejercieron de imán para el draco, que por enésima vez aquella noche alzó un frenético vuelo en dirección al núcleo del ataque.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Plaza de los Colaespina
30/06/13, 07:24 pm
Una ofensiva directa contra el centro de las criaturas, el que nos ha marcado Noel en la Plaza de los colaespina. Es muy razonable, muy correcto, eliminar el problema en su raíz… o podríamos vernos en defensa durante días. Noel, Gael y Wen, adelante. Criaturas aquí y allí, estoy rodeada de toda clase de espantajos. Abrir hueco, abrir hueco. Soy una pieza más de la cuña, un lateral del ariete, que se abre paso a través de carne, tendones, músculos. No hay criaturas, solo una masa disforme que extiende sus tentáculos. Sí, pensarlo así es más sencillo: un único y gran monstruo subterráneo, una criatura aturdida en la superficie, violenta, mortífera… Oh, pero yo lo soy más.
*********
Una cabeza menos, mis alas desgarran otro exoesqueleto, tonfa arriba, la otra remata la faena, este ha salido volando solo de la patada, pesa menos de lo que pensaba. Todo mi cuerpo es un arma, no dudo que lo mismo sucede por el otro lado. Esa criatura… ¡fuego! Lo he hecho antes de pensarlo, creo, de paso he incendiado unos cuantos más. ¿Qué hacen esos insectos? Se apilan unos encima de otros… no quiero ver más: un hechizo de impulso; adióoos. Demasiado cerca, especie de felino o lo que quiera que seas, acabaste partido por la mitad. Preparo un lanzazo de magia… no mejor un relámpago. Menuda churrascada, morir así no debe ser muy agradable. La piel de esa criatura parece muy resistente, esta vez sí que necesito un lanzazo. Preparación, el semicírculo, direccionamiento… deja que se acerque… apunta… En pleno esternón, ahí donde quería. No está muerta, pero no tardará. ¡Mi brazo! Quita de ahí, maldición. Muere. Tú y todos. Menuda dentadura tenía, parecía solo compuesto por ella y las dos patitas… si no llega a ser por la tonfa me hubiera partido los huesos, menuda fuerza. No tengo tiempo para restauraciones, más se acercan. Uno, dos, tres fuera…
*********
¿Cuántos llevo ya? Da igual, la prioridad es que no lleguen a Gael mientras tapa el agujero. Grito, mi grito es para alentar, para intimidar, un significado claro sin significante definido. ¡Arriba todos!
—¡No podéis pasar! —Creo que acabo de decir algo, algo que me recuerda… Da igual, mis tonfas, alas, piernas… es como un lenguaje no verbal, un lenguaje violento, destructivo, pero expresado de forma calculada, con una calma sin respiro. Todo mi cuerpo es un arma y ella dice para mí y para las alimañas—: ¡no podéis pasar!—. Ahora sí sé qué he gritado, y sé de dónde viene. Y bien adecuado que es para la situación.
*********
Hemos acabado aquí. ¿Dónde estamos? Debemos seguir en la misma plaza, pero está irreconocible. No, si al final va a ser verdad lo de la masa disforme que pensé antes. No hay más que cadáveres y cadáveres… Hoy los carroñeros van a estar de banquete. Agh, necesito…
—Un momento, por favor. —Una restauración general, sí. No estoy herida de gravedad, pero tengo algunas lesiones no desestimables—. Os recomendaría hacer lo mismo, creo que pueden prescindir un minuto más de nuestra ayuda —Debo estar hasta arriba de sangre, de ceniza, de polvo… pero no quiero limpiarme, no aún. Es la esencia de la contienda, de los supervivientes que pisan a los muertos—. Está resultando una buena batalla, ¿no? —No es una pregunta que precise respuesta verbal, no, vuestros rostros me dicen todo…
[Sigue en: Burdel de Dama Espasmo.]
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
04/07/13, 09:16 pm
Mientras una buena parte de los bendecidos por la Luna se las veían con las alimañas de la ciudad, Elliot permanecía en su casa deseando formar parte de ese caos.
-No puedes -la voz de Deatach resonó tajante en su mente-. A este paso nunca te recuperarás.
La Dullahan se cruzó de brazos y se volvió a tumbar en el lecho, donde se había incorporado manifestando su intención de salir desoyendo toda precaución.
Elliot estaba débil, muy débil. La pelea contra dama Áurea la había dejado peor de lo que había creído. Uno de los dardos envenenados de las creaciones de la demiurga contenían un potente veneno de acción lenta y, creyéndose que había eliminado todo rastro de sustancias mortales de su cuerpo con hechizos y su regeneración, a pesar de que había notado cierta debilidad impropia de ella, Elliot no tomó ninguna medida al respecto hasta que hacía una semana había caído desmayada en medio del mercado.
Un mercader experto en venenos y sus remedios no tardó en hacer negocio a costa de la salud de Elliot, quien apenas se pudo permitir regatear. Una breve investigación acerca de lo que le sucedía bastó para convencerla de que necesitaba la cura o su muerte sería inminente.
Y aún así la chica seguía pensando en toda la diversión que se estaba perdiendo, aún a sabiendas de que necesitaba reposo y su dragón no dejaba de recordárselo.
-------
Dos figuras acechaban la casa de Elliot desde las sombras en un edificio ruinoso de la plaza. Se habían desplazado hasta allí evitando cruzarse con nadie, en aquel barrio vivían unos cuantos transformados que tal vez fuese mejor evitar, al menos hasta que hubieran reunido suficiente información sobre ellos. Y el grupo de cazarrecompensas al que pertenecían Verkan y Virius no dejaba nada al azar.
-Ya se han ido -susurró el ángel negro a su compañero-. Ahora es el momento.
Su compañero, un fornido ochrorio con numerosas cicatrices en los brazos y la cara tan sólo asintió mientras mostraba una amplia sonrisa en la que estaba conteniendo sus ganas por saltar al combate. Ellos no eran una excepción entre los que se habían visto afectados por la Luna aquella noche, pero el ángel negro, mucho más calmado y calculador que su compañero, le obligó a contenerse.
Con las protecciones mágicas y algún que otro útil para detectar hechizos que les había proporcionado Rodar, pudieron entrar en casa de Elliot sin más problemas que el que la Dullahan fuese advertida de su presencia. Pero tampoco les importaba, no pretendían sorprenderla mientras dormía.
-Recuerda, tú te encargas de entretener al dragón -le dijo Verkan a su compañero mientras el varmano ya afilaba sus alas.
-Sí, sí, la muerte la dejo a tu cuenta.
Virius se rió, ahora ya sin rastro alguno de prudencia, y su risa acabó transformándose en un rugido cuando su cuerpo cambió para dejar paso al de una pantera de considerables proporciones.
-------
La Dullahan se incorporó de golpe en la cama, obteniendo un mareo como resultado que la obligó a doblarse sobre sí misma.
-Esto no me gusta nada... -la voz de Deatach sonó anormalmente inquieta pero no pudo añadir nada más.
Cuando el ángel negro y la pantera irrumpieron en el cuarto, Elliot ya se encontraba en pie en actitud desafiante y con una espada invocada que amenazaba a los asaltantes. Sin embargo, la fachada que trataba de mantener se veía distorsionada por la evidente carencia de la solidez que debería hacer gala su arma, detalle que no pasó por alto a los escrutadores ojos de Verkan.
-Volved por donde habéis venido. Ahora -fue el mensaje telepático cargado de amenaza que Elliot envió a la mente de ambos desconocidos.
-Lo siento, Dullahan, pero no es nuestro estilo dejar un trabajo a medias -contestó el varmano en un tono neutro, como si estuviera comentando la buena noche de Luna que hacía.
Deatach se lanzó sobre el ángel negro en ese mismo instante, pero Virius se interpuso entre ambos con un potente rugido y chocó contra el dragón de humo arremetiendo con saña contra él. Verkan no se hizo esperar y saltó en dirección a Elliot con sus afiladas alas por delante. La Dullahan paró el ataque defendiéndose con su espada y conteniendo las ganas de doblarse sobre sí misma nuevamente por el malestar que sentía.
La refriega continuó por unos minutos en los que Elliot y Deatach aguantaban fieramente el ataque del licántropo y el ángel negro pero su debilitado estado haciéndose cada vez más patente. Deatach consiguió zafarse del acoso de Virius y evitó que el ángel negro clavase la lanza que acababa de invocar en la carne de Elliot. Verkan rechinó los dientes e hizo un barrido con la lanza que consiguió alcanzar a Deatach, momento que la Dullahan aprovechó para cambiar de arma y descargar un contundente golpe con una maza que abrió una herida en el hombro del ángel negro. Por un breve instante, Elliot se permitió una breve exclamación de triunfo que tan sólo ella y el dragón pudieron oír. En aquel momento estaba convencida de que podían derrotarlos.
Fue tan sólo un espejismo.
Elliot y Deatach habían aguantado hasta aquel momento debido al influjo de la Luna y a su férrea determinación, pero ya se hallaban al límite de sus fuerzas. Un campo de fuerza fue completamente destrozado por un lanzazo de Verkan, mientras que su compañero mantenía a raya con cada vez menos esfuerzo a Deatach. A la Dullahan ya no le quedaban fuerzas. Un prematuro hechizo que ni siquiera fue capaz de terminar de conjurar y la visible fragilidad de sus armas invocadas lo hizo patente.
-Se acabó -anunció Verkan acercándose a ella mientras apretaba la dolorosa herida de su hombro que ya había comenzado a regenerarse.
-Tal vez si ruegas clemencia te concedamos una muerte completamente indolora.
La irritante risilla de Virius se convirtió en un rugido de dolor al clavársele en un costado una daga que Elliot había sacado de entre sus ropas y lanzó al límite de sus fuerzas.
-Cierra la puñetera boca, escoria -las palabras de Elliot resonaron tan envenenadas como lo estaba su cuerpo.
El ángel negro no hizo ningún gesto para detener los movimientos de la chica y tan sólo siguió aproximándose lentamente a la Dullahan cada vez más humeante por diversas partes de su cuerpo. Deatach, al que casi no le quedaba consistencia, trató de detenerlo al verse libre de Virius, pero apenas consiguió rozarlo cuando las alas se clavaron en el cuerpo de Elliot. Las afiladas membranas buscaron su carne con saña y repetidas veces. El dragón comenzaba a desaparecer poco a poco y Elliot tan sólo podía maldecir telepáticamente.
-¡Cabrones, malnacidos! ¡Os mataré aunque sea después de la muerte!
-Hasta nunca, Dullahan.
Las alas de Verkan atravesaron limpiamente el pecho de Elliot. Deatach susurró una despedida dedicada sólo a la chica que nadie más pudo oír justo antes de desvanecerse por completo. El cuerpo de la Dullahan, supurando una considerable cantidad de humo proveniente del pecho, sin vida, se desplomó sobre el suelo de la habitación.
Virius volvió a su forma ochroria, cayéndosele la daga en el proceso y quejándose del dolor. Verkan, tras dirigir una larga mirada al cadáver de Elliot, lo instó a volver por donde habían venido con un empujón carente de delicadeza. Una leve sonrisa, una rareza en él, asomó en sus labios. Había conseguido un buen caudal mágico aquella noche.
-No puedes -la voz de Deatach resonó tajante en su mente-. A este paso nunca te recuperarás.
La Dullahan se cruzó de brazos y se volvió a tumbar en el lecho, donde se había incorporado manifestando su intención de salir desoyendo toda precaución.
Elliot estaba débil, muy débil. La pelea contra dama Áurea la había dejado peor de lo que había creído. Uno de los dardos envenenados de las creaciones de la demiurga contenían un potente veneno de acción lenta y, creyéndose que había eliminado todo rastro de sustancias mortales de su cuerpo con hechizos y su regeneración, a pesar de que había notado cierta debilidad impropia de ella, Elliot no tomó ninguna medida al respecto hasta que hacía una semana había caído desmayada en medio del mercado.
Un mercader experto en venenos y sus remedios no tardó en hacer negocio a costa de la salud de Elliot, quien apenas se pudo permitir regatear. Una breve investigación acerca de lo que le sucedía bastó para convencerla de que necesitaba la cura o su muerte sería inminente.
Y aún así la chica seguía pensando en toda la diversión que se estaba perdiendo, aún a sabiendas de que necesitaba reposo y su dragón no dejaba de recordárselo.
-------
Dos figuras acechaban la casa de Elliot desde las sombras en un edificio ruinoso de la plaza. Se habían desplazado hasta allí evitando cruzarse con nadie, en aquel barrio vivían unos cuantos transformados que tal vez fuese mejor evitar, al menos hasta que hubieran reunido suficiente información sobre ellos. Y el grupo de cazarrecompensas al que pertenecían Verkan y Virius no dejaba nada al azar.
-Ya se han ido -susurró el ángel negro a su compañero-. Ahora es el momento.
Su compañero, un fornido ochrorio con numerosas cicatrices en los brazos y la cara tan sólo asintió mientras mostraba una amplia sonrisa en la que estaba conteniendo sus ganas por saltar al combate. Ellos no eran una excepción entre los que se habían visto afectados por la Luna aquella noche, pero el ángel negro, mucho más calmado y calculador que su compañero, le obligó a contenerse.
Con las protecciones mágicas y algún que otro útil para detectar hechizos que les había proporcionado Rodar, pudieron entrar en casa de Elliot sin más problemas que el que la Dullahan fuese advertida de su presencia. Pero tampoco les importaba, no pretendían sorprenderla mientras dormía.
-Recuerda, tú te encargas de entretener al dragón -le dijo Verkan a su compañero mientras el varmano ya afilaba sus alas.
-Sí, sí, la muerte la dejo a tu cuenta.
Virius se rió, ahora ya sin rastro alguno de prudencia, y su risa acabó transformándose en un rugido cuando su cuerpo cambió para dejar paso al de una pantera de considerables proporciones.
-------
La Dullahan se incorporó de golpe en la cama, obteniendo un mareo como resultado que la obligó a doblarse sobre sí misma.
-Esto no me gusta nada... -la voz de Deatach sonó anormalmente inquieta pero no pudo añadir nada más.
Cuando el ángel negro y la pantera irrumpieron en el cuarto, Elliot ya se encontraba en pie en actitud desafiante y con una espada invocada que amenazaba a los asaltantes. Sin embargo, la fachada que trataba de mantener se veía distorsionada por la evidente carencia de la solidez que debería hacer gala su arma, detalle que no pasó por alto a los escrutadores ojos de Verkan.
-Volved por donde habéis venido. Ahora -fue el mensaje telepático cargado de amenaza que Elliot envió a la mente de ambos desconocidos.
-Lo siento, Dullahan, pero no es nuestro estilo dejar un trabajo a medias -contestó el varmano en un tono neutro, como si estuviera comentando la buena noche de Luna que hacía.
Deatach se lanzó sobre el ángel negro en ese mismo instante, pero Virius se interpuso entre ambos con un potente rugido y chocó contra el dragón de humo arremetiendo con saña contra él. Verkan no se hizo esperar y saltó en dirección a Elliot con sus afiladas alas por delante. La Dullahan paró el ataque defendiéndose con su espada y conteniendo las ganas de doblarse sobre sí misma nuevamente por el malestar que sentía.
La refriega continuó por unos minutos en los que Elliot y Deatach aguantaban fieramente el ataque del licántropo y el ángel negro pero su debilitado estado haciéndose cada vez más patente. Deatach consiguió zafarse del acoso de Virius y evitó que el ángel negro clavase la lanza que acababa de invocar en la carne de Elliot. Verkan rechinó los dientes e hizo un barrido con la lanza que consiguió alcanzar a Deatach, momento que la Dullahan aprovechó para cambiar de arma y descargar un contundente golpe con una maza que abrió una herida en el hombro del ángel negro. Por un breve instante, Elliot se permitió una breve exclamación de triunfo que tan sólo ella y el dragón pudieron oír. En aquel momento estaba convencida de que podían derrotarlos.
Fue tan sólo un espejismo.
Elliot y Deatach habían aguantado hasta aquel momento debido al influjo de la Luna y a su férrea determinación, pero ya se hallaban al límite de sus fuerzas. Un campo de fuerza fue completamente destrozado por un lanzazo de Verkan, mientras que su compañero mantenía a raya con cada vez menos esfuerzo a Deatach. A la Dullahan ya no le quedaban fuerzas. Un prematuro hechizo que ni siquiera fue capaz de terminar de conjurar y la visible fragilidad de sus armas invocadas lo hizo patente.
-Se acabó -anunció Verkan acercándose a ella mientras apretaba la dolorosa herida de su hombro que ya había comenzado a regenerarse.
-Tal vez si ruegas clemencia te concedamos una muerte completamente indolora.
La irritante risilla de Virius se convirtió en un rugido de dolor al clavársele en un costado una daga que Elliot había sacado de entre sus ropas y lanzó al límite de sus fuerzas.
-Cierra la puñetera boca, escoria -las palabras de Elliot resonaron tan envenenadas como lo estaba su cuerpo.
El ángel negro no hizo ningún gesto para detener los movimientos de la chica y tan sólo siguió aproximándose lentamente a la Dullahan cada vez más humeante por diversas partes de su cuerpo. Deatach, al que casi no le quedaba consistencia, trató de detenerlo al verse libre de Virius, pero apenas consiguió rozarlo cuando las alas se clavaron en el cuerpo de Elliot. Las afiladas membranas buscaron su carne con saña y repetidas veces. El dragón comenzaba a desaparecer poco a poco y Elliot tan sólo podía maldecir telepáticamente.
-¡Cabrones, malnacidos! ¡Os mataré aunque sea después de la muerte!
-Hasta nunca, Dullahan.
Las alas de Verkan atravesaron limpiamente el pecho de Elliot. Deatach susurró una despedida dedicada sólo a la chica que nadie más pudo oír justo antes de desvanecerse por completo. El cuerpo de la Dullahan, supurando una considerable cantidad de humo proveniente del pecho, sin vida, se desplomó sobre el suelo de la habitación.
Virius volvió a su forma ochroria, cayéndosele la daga en el proceso y quejándose del dolor. Verkan, tras dirigir una larga mirada al cadáver de Elliot, lo instó a volver por donde habían venido con un empujón carente de delicadeza. Una leve sonrisa, una rareza en él, asomó en sus labios. Había conseguido un buen caudal mágico aquella noche.
- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
06/07/13, 06:09 pm
No había medidas de seguridad. La puerta estaba abierta, arrancada de sus goznes. Cain desmontó y corrió al interior de la vivienda con el cozarón en la garganta. Tenía miedo, por primera vez en mucho tiempo tenía verdadero pavor de lo que pudiese haber ocurrido. Había signos de pelea en todas las habitaciones, manchas de sangre en el suelo.
El cadaver de Elliot estaba tirado en el suelo. Tenía un corte oscuro cruzándole el pecho verticalmente. No tenía rastros de sangre, su piel era pálida y limpia como siempre había sido, no llevaba armas, no llevaba ropa, ni había rastro del dragón.
-¿Elliot?
Era inutil llamarla, Cain sabía perfectamente que estaba muerta. Se acercó a ella y la levantó con suavidad. El cuerpo le pesó una tonelada, se sentía debil y temblaba hasta el punto de las convulsiones, pero no había lágrimas. Sus ojos estaban secos, sus sentimientos estaban bloqueados, era una situación demasiado absurda, algo imposible. Hacía mucho que no tenía ningún contacto con Elliot, el vínculo entre ambos se había roto hacía mucho, sin embargo a Cain nunca se le había pasado por la cabeza que la chica pudiera morir. Incluso con lo peligroso de su profesión, incluso conociendo el temperamento de la chica y por mucho que comentase que algún día le saldría el tiro por la culata, una parte de él tenía la seguridad de que la chica era demasiado cabezota para morir.
Invocó a un diablillo mensajero y lo mandó al burdel con la orden de avisar a Vacuum de lo ocurrido. En cuanto el diablillo desapareció, Cain abrazó con fuerza el cadáver de la que una vez fue su esposa. Besó su piel fría y muerta varias veces, como si eso fuese a devolverle la vida. Permaneció así, vacío en inmóvil, hasta que pensó en que los demás llegarían, y Elliot estaba desnuda. Buscó ropa y al no encontrarla la envolvió con una sábana negra. La única de sus pertenencias que había quedado junto al cuerpo; el saquito sin fondo donde la chica guardaba su cabeza. Cain la cogió y la presionó contra su pecho, abrazando de nuevo el cadáver, aguardando. No mostró debilidad, y por lo tanto su montura permaneció en la puerta.
El cadaver de Elliot estaba tirado en el suelo. Tenía un corte oscuro cruzándole el pecho verticalmente. No tenía rastros de sangre, su piel era pálida y limpia como siempre había sido, no llevaba armas, no llevaba ropa, ni había rastro del dragón.
-¿Elliot?
Era inutil llamarla, Cain sabía perfectamente que estaba muerta. Se acercó a ella y la levantó con suavidad. El cuerpo le pesó una tonelada, se sentía debil y temblaba hasta el punto de las convulsiones, pero no había lágrimas. Sus ojos estaban secos, sus sentimientos estaban bloqueados, era una situación demasiado absurda, algo imposible. Hacía mucho que no tenía ningún contacto con Elliot, el vínculo entre ambos se había roto hacía mucho, sin embargo a Cain nunca se le había pasado por la cabeza que la chica pudiera morir. Incluso con lo peligroso de su profesión, incluso conociendo el temperamento de la chica y por mucho que comentase que algún día le saldría el tiro por la culata, una parte de él tenía la seguridad de que la chica era demasiado cabezota para morir.
Invocó a un diablillo mensajero y lo mandó al burdel con la orden de avisar a Vacuum de lo ocurrido. En cuanto el diablillo desapareció, Cain abrazó con fuerza el cadáver de la que una vez fue su esposa. Besó su piel fría y muerta varias veces, como si eso fuese a devolverle la vida. Permaneció así, vacío en inmóvil, hasta que pensó en que los demás llegarían, y Elliot estaba desnuda. Buscó ropa y al no encontrarla la envolvió con una sábana negra. La única de sus pertenencias que había quedado junto al cuerpo; el saquito sin fondo donde la chica guardaba su cabeza. Cain la cogió y la presionó contra su pecho, abrazando de nuevo el cadáver, aguardando. No mostró debilidad, y por lo tanto su montura permaneció en la puerta.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de los Colaespina
08/07/13, 02:48 am
El vuelo hasta la casa de la dullahan fue rápido, y en apenas unos minutos estuvo a la entrada del edificio en el que se había establecido Elliot hacia ya tanto tiempo. Junto a la puerta desencajada de la vivienda estaba el león albino de Cain, y el hado se plantó a su lado sin decidirse aun a entrar. Sabía lo que iba a encontrar allí dentro, el mensaje del italiano había sido muy claro, pero aunque una parte de si mismo quería confirmarlo, otra se resistía a creerlo. Hacía mucho tiempo que no veía a la pelirroja, prácticamente desde que se había ido del burdel tras la ruptura, y había terminado aceptando la decisión de la muchacha de no verlos por el momento, pero la posibilidad de no volver a verla nunca se abría ante él como un abismo, y el griego no quería dar aquel paso.
Habían pasado unos minutos cuando Vac se decidió a entrar. El interior del edificio estaba destrozado, había señales de lucha en todas las habitaciones, y la escena que se encontró en la última de ellas detuvo sus pasos de nuevo. La visión del cadáver de la dullahan envuelto en la sabana negra provocaba sentimientos enfrentados en el hado: por una parte hacía casi un año que no la veía y no esperaba encontrarla después de tanto tiempo de aquella manera, pero la forma en la que le afectaba no era la misma en que lo hubiera hecho si su relación no se hubiera enfriado tanto. Aun con todo, algo dentro del griego pugnaba por rasgarse, por soltar aquellos sentimientos reprimidos que querían liberarse y llevarse consigo el dolor. Dio un par de pasos y se agachó junto al invocador y su carga, tendiendo una mano indecisa hacia el lugar que debía ocupar el humo negro en el cuello de la británica. Sus dedos se cerraron en el aire y el chico retiró el puño cerrado sin ser capaz de rozar aquella piel muerta.
Se dejó caer en el suelo, sentándose frente a Cain, y permaneció unos instantes en silencio, observando la estancia con ojos apagados. Su mirada se posó en la bolsa sin fondo que contenía la cabeza de la pelirroja, y el griego tendió los brazos hacia ella, sosteniéndola sobre su regazo sin hacer amago de abrirla.
-La última vez que la vi fue el día en el que Gael y mi hermano cantaron aquella canción tan peculiar -dijo sin apartar la mirada de la bolsa con voz monocorde, sin saber exactamente porque recordaba aquello, tratando simplemente de romper aquel silencio-, no creía que hubiera entonces nada capaz de derrotarla, incluso converse con ella un rato y parecía estar bien -lo que el hado decía empezaba a no tener sentido, así que se cayó.
En el suelo, junto al chico, había varias gotas de sangre, pertenecientes presumiblemente al asesino de la muchacha. Vac sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió unas gotas con él, observando la tela teñida de rojo antes de guardársela de nuevo; quizás Jack hubiera olido aquella sangre antes.
-¿Por qué? -preguntó, alzando la vista por fin hacia el invocador. En los ojos del hado se mezclaban la confusión y los sentimientos encontrados, y su pregunta era demasiado ambigua para la situación en la que se encontraban.
Habían pasado unos minutos cuando Vac se decidió a entrar. El interior del edificio estaba destrozado, había señales de lucha en todas las habitaciones, y la escena que se encontró en la última de ellas detuvo sus pasos de nuevo. La visión del cadáver de la dullahan envuelto en la sabana negra provocaba sentimientos enfrentados en el hado: por una parte hacía casi un año que no la veía y no esperaba encontrarla después de tanto tiempo de aquella manera, pero la forma en la que le afectaba no era la misma en que lo hubiera hecho si su relación no se hubiera enfriado tanto. Aun con todo, algo dentro del griego pugnaba por rasgarse, por soltar aquellos sentimientos reprimidos que querían liberarse y llevarse consigo el dolor. Dio un par de pasos y se agachó junto al invocador y su carga, tendiendo una mano indecisa hacia el lugar que debía ocupar el humo negro en el cuello de la británica. Sus dedos se cerraron en el aire y el chico retiró el puño cerrado sin ser capaz de rozar aquella piel muerta.
Se dejó caer en el suelo, sentándose frente a Cain, y permaneció unos instantes en silencio, observando la estancia con ojos apagados. Su mirada se posó en la bolsa sin fondo que contenía la cabeza de la pelirroja, y el griego tendió los brazos hacia ella, sosteniéndola sobre su regazo sin hacer amago de abrirla.
-La última vez que la vi fue el día en el que Gael y mi hermano cantaron aquella canción tan peculiar -dijo sin apartar la mirada de la bolsa con voz monocorde, sin saber exactamente porque recordaba aquello, tratando simplemente de romper aquel silencio-, no creía que hubiera entonces nada capaz de derrotarla, incluso converse con ella un rato y parecía estar bien -lo que el hado decía empezaba a no tener sentido, así que se cayó.
En el suelo, junto al chico, había varias gotas de sangre, pertenecientes presumiblemente al asesino de la muchacha. Vac sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió unas gotas con él, observando la tela teñida de rojo antes de guardársela de nuevo; quizás Jack hubiera olido aquella sangre antes.
-¿Por qué? -preguntó, alzando la vista por fin hacia el invocador. En los ojos del hado se mezclaban la confusión y los sentimientos encontrados, y su pregunta era demasiado ambigua para la situación en la que se encontraban.
- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
08/07/13, 01:37 pm
Cain no alzó la vista cuando Vac entró en la casa, no necesitó hacerlo para saber que era él. Su vista permanecía clavada en el cuerpo sin vida de Elliot. Las palabras del hado no se diferenciaban mucho de sus propios pensamientos, salvo en la última pregunta. Cain soltó una risilla amarga. Falsa y vacía.
-¿Y por qué no? Le ha pasado a ella igual que nos podría pasar a cualquiera de nosotros. Es la vida que hemos elegido, y ella conocía los riesgos, igual que los conocemos nosotros. Sencillamente alguien vio la oportunidad y la aprovechó.- dijo, y añadió en tono fatalista- Probablemente nosotros acabemos algún día igual que ella...
Se puso en pie trabajosamente, pues se le habían dormido las piernas, y cogió el saquito sin fondo del regazo de Vac, tendiéndole antes el cadáver.
-Cárgala tú- pidió, sabiendo que él era más débil físicamente, incluso que cuando era un cosechado.
Dio un par de vueltas por la casa, buscando objetos de valor, recuerdos de la chica, y se llevó todo lo que pudo.
-Volveré más tarde a por el resto- dijo en un susurro. Salió por la puerta, abriendole paso a Vacuum por el camino, y puso dos centinelas en la puerta de la casa para protegerla de los ladrones.
-¿Y por qué no? Le ha pasado a ella igual que nos podría pasar a cualquiera de nosotros. Es la vida que hemos elegido, y ella conocía los riesgos, igual que los conocemos nosotros. Sencillamente alguien vio la oportunidad y la aprovechó.- dijo, y añadió en tono fatalista- Probablemente nosotros acabemos algún día igual que ella...
Se puso en pie trabajosamente, pues se le habían dormido las piernas, y cogió el saquito sin fondo del regazo de Vac, tendiéndole antes el cadáver.
-Cárgala tú- pidió, sabiendo que él era más débil físicamente, incluso que cuando era un cosechado.
Dio un par de vueltas por la casa, buscando objetos de valor, recuerdos de la chica, y se llevó todo lo que pudo.
-Volveré más tarde a por el resto- dijo en un susurro. Salió por la puerta, abriendole paso a Vacuum por el camino, y puso dos centinelas en la puerta de la casa para protegerla de los ladrones.
- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
11/07/13, 01:54 am
Cain llegó y los centinelas que había no le comunicaron ninguna novedad. Nadie se había acercado al edificio. Entró en la casa, que aún desprendía cierto olor a muerte, a peligro... A pérdida.
Invocó a un demonio de carga, bajito y ancho, con un marsupio mágico. Empezó a recorrer las habitaciones una por una, registrando todos los cajones y armarios, en busca de pertenencias de la dullahan que no quería ver en manos de desconocidos. Algunos podía sepultarlos junto con Elliot, otros tal vez los conservaría, o no sabía muy bien qué hacer con ellos. Los muebles tendría que dejarlos, pero no le hacía gracia que la casa se echase a perder después del trabajo que le había llevado a la chica reformarla. Recordó cómo se enfadaba cuando los nuevos cosechados no limpiaban los torreones a su gusto y rió por lo bajo. Oyó un ruido. << No puede haber entrado alguien, los centinelas aún están fuera>> pensó, envarándose y mirando en derredor. Levitó a unos centímetros del suelo para no hacer ruido al andar y buscó entre los muebles, tratando de recordar de donde había llegado el sonido. Era un rasguñeo, como cuando se camina sobre papel viejo. Cain se agachó para mirar debajo de una cómoda y unos ojazos verdes le devolvieron la mirada. Un bufido le alertó de un posible ataque y Cain se apartó justo a tiempo para no recibir un zarpazo. El invocador no recordaba que Elliot tenía un gato, regalo cuchitrilero, que milagrosamente había sobrevivido a la horda de monstruos de la Luna y al ataque que había acabado con la vida de su ama. << Supongo que lleva escondido todo este tiempo>>
Cain se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y lo llamó con suavidad. No tenía comida para darle... ¿O si? Elliot debía tener comida para alimentar al gato en algún sitio, y al final la encontró; conservas de carne en gelatina. Abrió el frasco y puso un poco de comida en el suelo, aguardando a que el gato saliera. El animal se tomó su tiempo, tanto que al final Cain se cansó de esperar y decidió acabar con lo que estaba haciendo. La casa quedó limpia. Tal vez podría ofrecérsela al Consejo para asegurarse de que alguien decente vivía allí.
-¿Qué? ¿Quieres más?
El gato se había acercado a él, maullando. Cain le puso un poco más de carne y el gato comió con avidez. Al acabar Cain aprovechó para tratar de acariciarlo, pero tan solo se dejó un par de caricias.
-¿Vas a venir a despedirte de tu ama?- preguntó con voz dulce y triste. El gato le miró con la misma tristeza, como si comprendiese sus palabras- Pero debes portarte bien...
No tenía tiempo para dedicarle al gato, ni para ganarse su confianza, así que lo durmió con un hechizo y se lo llevó en brazos, saliendo de la casa seguido de su demonio de carga.
Sigue en el Cementerio.
Invocó a un demonio de carga, bajito y ancho, con un marsupio mágico. Empezó a recorrer las habitaciones una por una, registrando todos los cajones y armarios, en busca de pertenencias de la dullahan que no quería ver en manos de desconocidos. Algunos podía sepultarlos junto con Elliot, otros tal vez los conservaría, o no sabía muy bien qué hacer con ellos. Los muebles tendría que dejarlos, pero no le hacía gracia que la casa se echase a perder después del trabajo que le había llevado a la chica reformarla. Recordó cómo se enfadaba cuando los nuevos cosechados no limpiaban los torreones a su gusto y rió por lo bajo. Oyó un ruido. << No puede haber entrado alguien, los centinelas aún están fuera>> pensó, envarándose y mirando en derredor. Levitó a unos centímetros del suelo para no hacer ruido al andar y buscó entre los muebles, tratando de recordar de donde había llegado el sonido. Era un rasguñeo, como cuando se camina sobre papel viejo. Cain se agachó para mirar debajo de una cómoda y unos ojazos verdes le devolvieron la mirada. Un bufido le alertó de un posible ataque y Cain se apartó justo a tiempo para no recibir un zarpazo. El invocador no recordaba que Elliot tenía un gato, regalo cuchitrilero, que milagrosamente había sobrevivido a la horda de monstruos de la Luna y al ataque que había acabado con la vida de su ama. << Supongo que lleva escondido todo este tiempo>>
Cain se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y lo llamó con suavidad. No tenía comida para darle... ¿O si? Elliot debía tener comida para alimentar al gato en algún sitio, y al final la encontró; conservas de carne en gelatina. Abrió el frasco y puso un poco de comida en el suelo, aguardando a que el gato saliera. El animal se tomó su tiempo, tanto que al final Cain se cansó de esperar y decidió acabar con lo que estaba haciendo. La casa quedó limpia. Tal vez podría ofrecérsela al Consejo para asegurarse de que alguien decente vivía allí.
-¿Qué? ¿Quieres más?
El gato se había acercado a él, maullando. Cain le puso un poco más de carne y el gato comió con avidez. Al acabar Cain aprovechó para tratar de acariciarlo, pero tan solo se dejó un par de caricias.
-¿Vas a venir a despedirte de tu ama?- preguntó con voz dulce y triste. El gato le miró con la misma tristeza, como si comprendiese sus palabras- Pero debes portarte bien...
No tenía tiempo para dedicarle al gato, ni para ganarse su confianza, así que lo durmió con un hechizo y se lo llevó en brazos, saliendo de la casa seguido de su demonio de carga.
Sigue en el Cementerio.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Plaza de los Colaespina
09/08/13, 03:21 am
Rodar había hecho sus deberes, y hacía tiempo que tenía fichada la vibración particular que emitía la gema de Wen a aquellos con los medios para detectarla. El goliat había dejado hacía mucho de tener en cuenta que los demás no tenían su misma percepción extrasensorial, y se preguntaba en aquellos momentos cómo es que nadie se volvía a mirar a la vouivre a su paso con la cantidad de hechizos encubridores que proclamaban a gritos que tenía algo valioso encima.
Llevaban mucho tiempo vigilando al objetivo y sus movimientos. Tenía ganas de terminar con aquello pronto y cobrar pronto su parte de la recompensa.
Un hechizo de desmayo surcó el aire en dirección a Wen, salido de las expertas manos del idrino desde un callejón aledaño. En cada salida de la plaza que atravesaba la chica se apostaba uno de los contactos de confianza de Rodar. La fornida asreniana que se había enfrentado a Toima y que portaba el nombre de Zisana custodiaba la primera desde un doblez en las calles que ocultaba la mole de su cuerpo. Verkan, el ángel negro, estaba apostado sobre un tejado a la espera de entrar en acción inmediatamente si la presa les daba problemas. Si Wen decidía dar marcha atrás se toparía con Barch, un impresionante minotauro que con su mera masa de músculo bloqueaba la escapada al fondo de la calle que acababa de recorrer la vouivre.
Llevaban mucho tiempo vigilando al objetivo y sus movimientos. Tenía ganas de terminar con aquello pronto y cobrar pronto su parte de la recompensa.
Un hechizo de desmayo surcó el aire en dirección a Wen, salido de las expertas manos del idrino desde un callejón aledaño. En cada salida de la plaza que atravesaba la chica se apostaba uno de los contactos de confianza de Rodar. La fornida asreniana que se había enfrentado a Toima y que portaba el nombre de Zisana custodiaba la primera desde un doblez en las calles que ocultaba la mole de su cuerpo. Verkan, el ángel negro, estaba apostado sobre un tejado a la espera de entrar en acción inmediatamente si la presa les daba problemas. Si Wen decidía dar marcha atrás se toparía con Barch, un impresionante minotauro que con su mera masa de músculo bloqueaba la escapada al fondo de la calle que acababa de recorrer la vouivre.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Plaza de los Colaespina
10/08/13, 03:45 am
Wen no había bajado la guardia a pesar de lo cerca que se encontraba de su casa y eso había hecho que percibiera la leve vibración de su gema, a la que ya se había acostumbrado, como fuera de lugar. Si hubiera estado transformada no habría necesitado ni estar alerta para notarlo, pero en su forma humana su gema solía vibrar de esa manera, como si quiera cargarse aunque no pudiera. Gracias a sus precauciones y a su natural desconfianza, nunca salía de casa sin algún que otro hechizo de protección encima, por lo que el desmayo rebotó contra su escudo y no la alcanzó.
Ante el inminente peligro, la vouivre tejió entre sus dedos un hechizo que reforzaba su escudo y cargó su arco con un rápido movimiento. Aunque en un principio no vió a nadie no se dejó engañar, ese ataque había sido premeditado, su intuición se lo había estado diciendo esos días, alguien la estaba siguiendo y había esperado el momento ideal para abalanzarse sobre ella. Y aquel momento había sido el elegido.
La británica dio unas cuantas vueltas en derredor con el arco alzado y listo para disparar. Sabía que había más de uno y que debían ser profesionales. Cuando se tenían el trabajo, el jefe y los amigos que ella tenía no era fácil pasar desapercibido. Estaba claro que no había nadie lo suficientemente tonto como para atacarla en soledad a pleno día. Y, por la misma razón, no había nadie lo suficientemente estúpido como para querer hacerlo sin un gran y brillante motivo. Había muchos, eran profesionales y buscaban su gema. “Estoy jodida.”
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Plaza de los Colaespina
10/08/13, 06:46 pm
Fue Verkan el que descendió sobre la vouivre. Era el único que podía moverse con rapidez en el aire, y que por tanto sería un blanco difícil para sus flechas. Se abatió sobre la muchacha desde el aire, decidido a terminar con aquello de forma rápida y silenciosa.
Rodar tejió en torno a la plaza una campana de silencio, para evitar la intromisión de elementos no deseados. Mientras Verkan minaba sistemáticamente las protecciones físicas de la muchacha el goliat se encargó de aguijonear las mágicas.
Rodar tejió en torno a la plaza una campana de silencio, para evitar la intromisión de elementos no deseados. Mientras Verkan minaba sistemáticamente las protecciones físicas de la muchacha el goliat se encargó de aguijonear las mágicas.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Plaza de los Colaespina
10/08/13, 09:36 pm
Toima
Toima, acompañado por Tania, estaban corriendo a una velocidad bastante apretada, alzando las piernas en repetitivos trazos, en lo que popularmente podria reconocerse como footing. Tania estaba sudando a chorros y sentia que tenia el cuerpo encendido en llamas. Toima estaba al borde del bostezo. Sin embargo, en esta rutina, tenia la oportunidad de observar a fondo la ciudad y normalmente encontraba cosas muy curiosas, como una vez que pudo encontrar una botella a medio acabar que contenia un fuerte ron. La promesa de más alcohol o algo incluso mejor le forzaba a seguir haciendolo.
La nublina queria mantenerse en forma, asi que ambos repetian aquel ejercicio, cada uno por sus motivos bien diferentes.
Aquella vez era especial. Toima detectó movimiento en aquella parte de la ciudad. Sus ojos se volvieron como locos al comprobar la cantidad de personas que rodeaban a tan solo una. Por culpa de varias capas de paredes y roca, no podia distinguir bien los rasgos, pero podia cerciorarse de que habia varios monstruos rodeando a un ser antropomorfico que parecia estar siendo acorralado. Toima frunció el ceño y pidio el alto a su compañera que de buen gusto lo aceptó, doblandose sobre si misma, jadeando.
Toima dejó entonces a la nublina en la calle, recuperándose, mientras subia unas escalinatas de granito que antes habian pertenecido a un caserón de piedra dura pero cuya fachada ahora se veia casi derruida y la estructura parecia pobremente estable, pero lo suficiente para que el ulterano echara un vistazo rápido a lo que se estaba cociendo en el patio.
No tardó en reconocer a Wen. Era caracteristico su pelo negro, como el de Noel. Sus ojos entonces enloquecieron. ¿Quién y porque estaba atacando a la vouivre? Su respuesta vino en forma visual cuando reconoció a varios de los mercenarios de la última vez. ¡La gema! ¡Por supuesto! Grindó los dientes varias veces, mientras exploraba la forma más rápida de bajar a ayudar a la británica.
Entonces, una jadeante Tania se reunió con él en aquella planta elevada y le preguntó que habia visto. Sin mucho tiempo para explicarle, corrió hacia la nublina y se la cargó al hombro, cual saco de patatas y bajó las escaleras en un abrir y cerrar de ojos, saltando un par de escalones en ocasiones, haciendo que la nublina soltase un chillido ahogado.
Por el camino le explicó con brevedad a la nublina lo que habia visto y le pidió que corriera de vuelta al cuchitril, para avisar al resto. La nublina asintio, entendiendo la gravedad de la situación y echó a correr de vuelta al cuchitril, aunque ya estuviera cansada.
El ulterano grindó los dientes una vez más mientras su rostro se fue cargando de más y más ira. Siguiendo un caminillo entre los tejados, llegó a parar justo encima de Wen, justo cuando estaba siendo atacada por un ángel negro que se habia tirado en picado a ella. Estaban en medio de un forcejeo y no pudo ver a Toima a tiempo.
El ulterano se abalanzó sobre él, en una caida de más de tres metros con la pesada bota revestida de metal por delante, cayendo con todo su peso encima del desgraciado de alas rojas. Aquello, le causó un dolor agudo en la pierna ya de por si castigada. Por pura tozudez y resistencia al dolor, pudo seguir de pie, aunque la rodilla le temblaba, destrozada por ese golpe. El inconmensurable dolor le hizo que durante unos instantes se mareara, pero el ulterano no se movio del sitio, interponiendose entre la británica y las figuras que se acercaban a ellos.
Sin girarse hacia Wen, comenzó a hablarla, mientras sacaba cuchillos de los sitios más insólitos de su cuerpo y varios ojos la examinaban de arriba a abajo.
-¿Estás bien? ¿Te han hecho daño?-dijo en su tono seco y directo, mostrando consternación por el bienestar de la chica.
El mal humor del albino era cada vez más presente y ahora, acorralado frente a un peligro del cual no podria sobreponerse sacó su mejor sonrisa torva, mostrando sus afilados dientes en señal de amenaza y se dirigio al grupo que les cercaba con una voz seca y estridente que denotaba peligrosidad, una voz que Toima no habia usado desde su tiempo de cosecha. Una voz que Wen nunca habia oido.
-¿Sabeis? Estaba yo paseando tan tranquilo por nuestra bonita ciudad ¿Y que me encuentro? Una panda de pájaros bobalicones que creen que pueden ponerle un dedo encima a la persona más importante de uno de mis amigos.-la risotada seca y estridente que afloró en su garganta tan solo fueron seguidos por más palabras.- Volved al nido de donde venis, con la cabeza bien bajada, pajarillos... No quereis saber cuan enfadado estoy ahora mismo...-dijo, acentuando su pelo erizado, como un erizo y la cantidad de armas que estaba mostrando. Cada uno de los cuatro tentáculos de Toima blandian dos o tres cuchillos de vertiginoso filo. En una mano llevaba el mayal extendido y en otro, llevaba, a falta de su sable malefico, un cuchillo más largo que los demás, de aspecto militar.
Toima, acompañado por Tania, estaban corriendo a una velocidad bastante apretada, alzando las piernas en repetitivos trazos, en lo que popularmente podria reconocerse como footing. Tania estaba sudando a chorros y sentia que tenia el cuerpo encendido en llamas. Toima estaba al borde del bostezo. Sin embargo, en esta rutina, tenia la oportunidad de observar a fondo la ciudad y normalmente encontraba cosas muy curiosas, como una vez que pudo encontrar una botella a medio acabar que contenia un fuerte ron. La promesa de más alcohol o algo incluso mejor le forzaba a seguir haciendolo.
La nublina queria mantenerse en forma, asi que ambos repetian aquel ejercicio, cada uno por sus motivos bien diferentes.
Aquella vez era especial. Toima detectó movimiento en aquella parte de la ciudad. Sus ojos se volvieron como locos al comprobar la cantidad de personas que rodeaban a tan solo una. Por culpa de varias capas de paredes y roca, no podia distinguir bien los rasgos, pero podia cerciorarse de que habia varios monstruos rodeando a un ser antropomorfico que parecia estar siendo acorralado. Toima frunció el ceño y pidio el alto a su compañera que de buen gusto lo aceptó, doblandose sobre si misma, jadeando.
Toima dejó entonces a la nublina en la calle, recuperándose, mientras subia unas escalinatas de granito que antes habian pertenecido a un caserón de piedra dura pero cuya fachada ahora se veia casi derruida y la estructura parecia pobremente estable, pero lo suficiente para que el ulterano echara un vistazo rápido a lo que se estaba cociendo en el patio.
No tardó en reconocer a Wen. Era caracteristico su pelo negro, como el de Noel. Sus ojos entonces enloquecieron. ¿Quién y porque estaba atacando a la vouivre? Su respuesta vino en forma visual cuando reconoció a varios de los mercenarios de la última vez. ¡La gema! ¡Por supuesto! Grindó los dientes varias veces, mientras exploraba la forma más rápida de bajar a ayudar a la británica.
Entonces, una jadeante Tania se reunió con él en aquella planta elevada y le preguntó que habia visto. Sin mucho tiempo para explicarle, corrió hacia la nublina y se la cargó al hombro, cual saco de patatas y bajó las escaleras en un abrir y cerrar de ojos, saltando un par de escalones en ocasiones, haciendo que la nublina soltase un chillido ahogado.
Por el camino le explicó con brevedad a la nublina lo que habia visto y le pidió que corriera de vuelta al cuchitril, para avisar al resto. La nublina asintio, entendiendo la gravedad de la situación y echó a correr de vuelta al cuchitril, aunque ya estuviera cansada.
El ulterano grindó los dientes una vez más mientras su rostro se fue cargando de más y más ira. Siguiendo un caminillo entre los tejados, llegó a parar justo encima de Wen, justo cuando estaba siendo atacada por un ángel negro que se habia tirado en picado a ella. Estaban en medio de un forcejeo y no pudo ver a Toima a tiempo.
El ulterano se abalanzó sobre él, en una caida de más de tres metros con la pesada bota revestida de metal por delante, cayendo con todo su peso encima del desgraciado de alas rojas. Aquello, le causó un dolor agudo en la pierna ya de por si castigada. Por pura tozudez y resistencia al dolor, pudo seguir de pie, aunque la rodilla le temblaba, destrozada por ese golpe. El inconmensurable dolor le hizo que durante unos instantes se mareara, pero el ulterano no se movio del sitio, interponiendose entre la británica y las figuras que se acercaban a ellos.
Sin girarse hacia Wen, comenzó a hablarla, mientras sacaba cuchillos de los sitios más insólitos de su cuerpo y varios ojos la examinaban de arriba a abajo.
-¿Estás bien? ¿Te han hecho daño?-dijo en su tono seco y directo, mostrando consternación por el bienestar de la chica.
El mal humor del albino era cada vez más presente y ahora, acorralado frente a un peligro del cual no podria sobreponerse sacó su mejor sonrisa torva, mostrando sus afilados dientes en señal de amenaza y se dirigio al grupo que les cercaba con una voz seca y estridente que denotaba peligrosidad, una voz que Toima no habia usado desde su tiempo de cosecha. Una voz que Wen nunca habia oido.
-¿Sabeis? Estaba yo paseando tan tranquilo por nuestra bonita ciudad ¿Y que me encuentro? Una panda de pájaros bobalicones que creen que pueden ponerle un dedo encima a la persona más importante de uno de mis amigos.-la risotada seca y estridente que afloró en su garganta tan solo fueron seguidos por más palabras.- Volved al nido de donde venis, con la cabeza bien bajada, pajarillos... No quereis saber cuan enfadado estoy ahora mismo...-dijo, acentuando su pelo erizado, como un erizo y la cantidad de armas que estaba mostrando. Cada uno de los cuatro tentáculos de Toima blandian dos o tres cuchillos de vertiginoso filo. En una mano llevaba el mayal extendido y en otro, llevaba, a falta de su sable malefico, un cuchillo más largo que los demás, de aspecto militar.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.