Plaza de los Colaespina
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Rocavarancolia Rol
42 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de los Colaespina
02/08/11, 06:15 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Plaza pequeña y rectangular rodeada de casas abandonadas donde los colaespinas han hecho sus madrigueras. Allí aterriza una de las bañeras de suministros.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
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Habilidades:
Re: Plaza de los Colaespina
17/08/13, 05:12 am
El desvanecimiento de la campana de silencio hizo las veces de gong que marcase el final de la contienda. Los mercenarios que estaban lo suficientemente cerca unos de otros intercambiaron sendas miradas de contrariedad. El alboroto de la refriega se estaba colando libremente por las calles aledañas, y habían perdido su oportunidad de terminar aquello rápida y eficientemente sin que acudiese nadie más a meter las narices.
Verkan terminó su maniobra alzando el ala justo a tiempo para desviar las flechas de Wen. Sin embargo no tuvo tiempo de endurecerla y dos de ellas se quedaron clavadas, mientras que la tercera se desvió un tanto de su trayectoria y le acertó en el hombro. Se las arrancó sin miramientos; el hechizo de curación agresiva ya producía dolor de por sí y la operación le resultó absolutamente indiferente.
-Se acabó- gruñó-. Nos largamos de aquí.
Haciendo caso omiso de las protestas de Virius, que aún ostentaba la cabeza de la quimera de Gael como un trofeo y estaba ansioso por arremeter contra ésta de nuevo, el ángel negro le hizo una señal a dama Ardid. Ésta asintió y puso en marcha su plan de escape, activando un brazalete de runas que levaba y que estaba conectado a una serie de gemelos que sus compañeros llevaban grabados en la piel o en algún accesorio o arma que llevasen. Llevaban anclados sortilegios de teletransporte para no perder tiempo y energías convocando uno para cada uno en el fragor de las batallas, así que los mercenarios de la plaza desaparecieron en pleno aire. Las seis copias de la bruja se quedaron allí unos segundos más, como un mal chiste estirado de más, y posteriormente se desvanecieron.
Rodar recibió el aviso telepático de la ulterana e hizo una mueca. Ya se haría un paraguas con la gola del novato más tarde.
Trazó un perímetro en torno a él y a su compañera, y ambos se teletransportaron frente a las mismas narices de Vac y Giz. El hechizo de consunción terminó de hacer pedazos la pared del callejón y hubo una explosión, moderada en cierta medida por el mismo escudo que el hado había conjurado en torno a la bruja.
Verkan terminó su maniobra alzando el ala justo a tiempo para desviar las flechas de Wen. Sin embargo no tuvo tiempo de endurecerla y dos de ellas se quedaron clavadas, mientras que la tercera se desvió un tanto de su trayectoria y le acertó en el hombro. Se las arrancó sin miramientos; el hechizo de curación agresiva ya producía dolor de por sí y la operación le resultó absolutamente indiferente.
-Se acabó- gruñó-. Nos largamos de aquí.
Haciendo caso omiso de las protestas de Virius, que aún ostentaba la cabeza de la quimera de Gael como un trofeo y estaba ansioso por arremeter contra ésta de nuevo, el ángel negro le hizo una señal a dama Ardid. Ésta asintió y puso en marcha su plan de escape, activando un brazalete de runas que levaba y que estaba conectado a una serie de gemelos que sus compañeros llevaban grabados en la piel o en algún accesorio o arma que llevasen. Llevaban anclados sortilegios de teletransporte para no perder tiempo y energías convocando uno para cada uno en el fragor de las batallas, así que los mercenarios de la plaza desaparecieron en pleno aire. Las seis copias de la bruja se quedaron allí unos segundos más, como un mal chiste estirado de más, y posteriormente se desvanecieron.
Rodar recibió el aviso telepático de la ulterana e hizo una mueca. Ya se haría un paraguas con la gola del novato más tarde.
Trazó un perímetro en torno a él y a su compañera, y ambos se teletransportaron frente a las mismas narices de Vac y Giz. El hechizo de consunción terminó de hacer pedazos la pared del callejón y hubo una explosión, moderada en cierta medida por el mismo escudo que el hado había conjurado en torno a la bruja.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Plaza de los Colaespina
17/08/13, 11:45 pm
Toima
El ulterano se defendia como bien podia ante los embites de los golpes del minotauro conmbinados con las intervenciones punzantes de la asreniana. Bloqueaba los primeros con sus propias armas y se centraba en esquivar las punzadas de la guerrera con movimientos rápidos, ya que siempre era capaz de predecir por donde iba a venir el ataque. El problema era que mientras que ellos podian seguir esta estrategia ilimitadamente, el watahré no. Sus piernas se resentian y simplemente el dolor de la pierna izquierda le nublaba la vista unos instantes de vez en cuando. No cedio ante el dolor y no se rindió.
Viendo una inflexión en los músculos del minotauro, lanzó un mechón de su pelo armado con un amenazador cuchillo, apuntando hacia la palpitante arteria de su cuello. Por instinto, el hombre de minos esquivó el ataque, teniendo ambos brazos enfrascados con los del ulterano. Pero aquel acto, el esquivar el golpe, dejó a la vista a la guerrera que no se habia esperado que su compañero se apartara en ningún momento. Aprovechando la inercia y la sorpresa, albino descargó un poderoso rodillazo con su pierna derecha, la que todavia no se habia roto del todo. El tierno sonido de los huesos resquebrajandose inundó el oido interno del ulterano mientras su rodilla encontraba la cara de la guerrera.
Acto seguido, el ulterano soltó sus armas que cayeron al suelo con el restallar tipico del metal y se abrazó la pierna, aullando de dolor. El minotauro no tardó en contraatacar, puesto que la asreniana se estaba agarrando la cara, casi tan dolorida o más que el watahré. Toima esquivó el hachazo dirigido a su cabeza con un ligero movimiento de cabeza que le seccionó dos puntas de sus mechones. Chasqueando con la lengua, rodó por la calle, no sin antes aferrarse a sus armas en el último instante. Habia visto acercarse a Gael para ayudarle. Y, aunque no esperaba para nada el hechizo sanador de este, le vino de perlas. Logrando ponerse en pie una última vez, comenzó a descargar una lluvia de metal sobre sus dos atacantes que no tuvieron más remedio que ponerse a cubierto. El castigo del ulterano les llegaba allá donde se exponia un solo centímetro de piel y un simple movimiento rápido bien se ganaba un trio de metal afilado con dirección al miembro más vulnerable.
Toima no tenia infinitos cuchillos, pero esto era algo que los otros dos no sabian así que decidieron no probar suerte y de hacer de diana viva hasta que se le acabaran los cuchillos al ulterano.
De pronto, a lo largo y ancho del campo de batalla, los mercenarios abandonaron la misión y en cuestión de segundos se largaron haciendo uso de alguna magia teletransportadora. Toima lanzó su último cuchillo que se clavó entre el hueco de dos piedras con un respingo metálico. Sus ojos se pusieron en blanco entonces y cayó al suelo seco. Una vez allí, comenzó a toser, bocaabajo, sangre y dientes. Bastantes heridas se le reabrieron y comenzó a sangrar. Mientras, se quejaba en voz baja por el dolor en general del cuerpo. Sus rodillas, los dos cortes que iban desde sus omóplatos hasta la clavícula y su pelo. Hablaba casi delirante por el dolor, aún bocaabajo, que lo hacia aún más inteligible si fuese posible.
-Me caho en tofo.... noder...-soltó.-uta fierda de zafia... malditas codillas de zierda... futido najarracos de col nofones... gaaaaaaaaah...-exclamó al final, haciendo un intento por levantarse, en vano, pues pronto volvió a encontrarse con el suelo de morros.-...noder...-y una vez ahí, se rindió y tosió más sangre, observando en todas direcciones los movimientos de los demás.
El ulterano se defendia como bien podia ante los embites de los golpes del minotauro conmbinados con las intervenciones punzantes de la asreniana. Bloqueaba los primeros con sus propias armas y se centraba en esquivar las punzadas de la guerrera con movimientos rápidos, ya que siempre era capaz de predecir por donde iba a venir el ataque. El problema era que mientras que ellos podian seguir esta estrategia ilimitadamente, el watahré no. Sus piernas se resentian y simplemente el dolor de la pierna izquierda le nublaba la vista unos instantes de vez en cuando. No cedio ante el dolor y no se rindió.
Viendo una inflexión en los músculos del minotauro, lanzó un mechón de su pelo armado con un amenazador cuchillo, apuntando hacia la palpitante arteria de su cuello. Por instinto, el hombre de minos esquivó el ataque, teniendo ambos brazos enfrascados con los del ulterano. Pero aquel acto, el esquivar el golpe, dejó a la vista a la guerrera que no se habia esperado que su compañero se apartara en ningún momento. Aprovechando la inercia y la sorpresa, albino descargó un poderoso rodillazo con su pierna derecha, la que todavia no se habia roto del todo. El tierno sonido de los huesos resquebrajandose inundó el oido interno del ulterano mientras su rodilla encontraba la cara de la guerrera.
Acto seguido, el ulterano soltó sus armas que cayeron al suelo con el restallar tipico del metal y se abrazó la pierna, aullando de dolor. El minotauro no tardó en contraatacar, puesto que la asreniana se estaba agarrando la cara, casi tan dolorida o más que el watahré. Toima esquivó el hachazo dirigido a su cabeza con un ligero movimiento de cabeza que le seccionó dos puntas de sus mechones. Chasqueando con la lengua, rodó por la calle, no sin antes aferrarse a sus armas en el último instante. Habia visto acercarse a Gael para ayudarle. Y, aunque no esperaba para nada el hechizo sanador de este, le vino de perlas. Logrando ponerse en pie una última vez, comenzó a descargar una lluvia de metal sobre sus dos atacantes que no tuvieron más remedio que ponerse a cubierto. El castigo del ulterano les llegaba allá donde se exponia un solo centímetro de piel y un simple movimiento rápido bien se ganaba un trio de metal afilado con dirección al miembro más vulnerable.
Toima no tenia infinitos cuchillos, pero esto era algo que los otros dos no sabian así que decidieron no probar suerte y de hacer de diana viva hasta que se le acabaran los cuchillos al ulterano.
De pronto, a lo largo y ancho del campo de batalla, los mercenarios abandonaron la misión y en cuestión de segundos se largaron haciendo uso de alguna magia teletransportadora. Toima lanzó su último cuchillo que se clavó entre el hueco de dos piedras con un respingo metálico. Sus ojos se pusieron en blanco entonces y cayó al suelo seco. Una vez allí, comenzó a toser, bocaabajo, sangre y dientes. Bastantes heridas se le reabrieron y comenzó a sangrar. Mientras, se quejaba en voz baja por el dolor en general del cuerpo. Sus rodillas, los dos cortes que iban desde sus omóplatos hasta la clavícula y su pelo. Hablaba casi delirante por el dolor, aún bocaabajo, que lo hacia aún más inteligible si fuese posible.
-Me caho en tofo.... noder...-soltó.-uta fierda de zafia... malditas codillas de zierda... futido najarracos de col nofones... gaaaaaaaaah...-exclamó al final, haciendo un intento por levantarse, en vano, pues pronto volvió a encontrarse con el suelo de morros.-...noder...-y una vez ahí, se rindió y tosió más sangre, observando en todas direcciones los movimientos de los demás.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Plaza de los Colaespina
18/08/13, 12:43 am
Giz no pudo sentir un mayor alivio al ver a los mercenarios teletransportarse. Había caído en el truco más viejo de todos y se sentía tonto. Con la campana de silencio a su alrededor, se habría visto vendido y habría tenido que recurrir a las dos canicas explosivas que, por cierto, había tenido tiempo de sacar. En inusual ataque de rabia, muy posiblemente generado por la impotencia del goliat, abrió la gola y lanzó un gruñido amenazador al lugar en el que hasta hace nada había estado su colega de luna roja.
Respiró hondo un par de veces, apretó los puños y, tras una lectura de los escasos rastros mágicos que habían dejado, hizo un gesto a Vac con la mano y caminó con celeridad hasta el punto de la plaza en el que se encontraba el resto.
-Estáis bien-en su mente se había formulado como una pregunta, pero para cuando esta llegó a su lengua, el propio Giz sabía ya la respuesta y no quiso malgastar el tiempo con entonaciones innecesarias. Noel tenía restos de sangre, pero parecía haberse curado la herida, fuera la que fuese; la ropa de Wen mostraba evidencias de haber estado en plena trifulca, pero también se mantenía en pie. Toima estaba tirado en el suelo, farfullando en el que Giz empezaba a creer que era un idioma especial del argos. Sin mediar palabra, se agachó a su lado y comenzó a curarle las heridas, a pesar de las quejas crecientes del ulterano-. Te aguantas-soltó casi con sequedad como única respuesta a todas las maldiciones de Toima.
Respiró hondo un par de veces, apretó los puños y, tras una lectura de los escasos rastros mágicos que habían dejado, hizo un gesto a Vac con la mano y caminó con celeridad hasta el punto de la plaza en el que se encontraba el resto.
-Estáis bien-en su mente se había formulado como una pregunta, pero para cuando esta llegó a su lengua, el propio Giz sabía ya la respuesta y no quiso malgastar el tiempo con entonaciones innecesarias. Noel tenía restos de sangre, pero parecía haberse curado la herida, fuera la que fuese; la ropa de Wen mostraba evidencias de haber estado en plena trifulca, pero también se mantenía en pie. Toima estaba tirado en el suelo, farfullando en el que Giz empezaba a creer que era un idioma especial del argos. Sin mediar palabra, se agachó a su lado y comenzó a curarle las heridas, a pesar de las quejas crecientes del ulterano-. Te aguantas-soltó casi con sequedad como única respuesta a todas las maldiciones de Toima.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Plaza de los Colaespina
18/08/13, 03:41 am
El único resultado remarcable para Noel de su ofensiva fue el incremento de su ira, acompañado de una buena dosis de frustración. De poco le había servido al draco su combinación de hechizos a parte de para minar por completo las defensas del contrario. Casi cortarle un brazo a un ángel negro no servía de gran cosa, en su opinión, pues conocía perfectamente por cuestiones evidentes las capacidades regenerativas de estas criaturas. La única respuesta del sueco al gesto de varmano fue una mirada cargada de odio intenso.
Wen comenzó a curarle mientras el ángel negro también aprovechaba para realizar un complejo sortilegio de restauración.
—No era necesario, la regeneración ya había empezado a hacer efecto... —le dijo a la vouivre mientras, sin embargo, se dejaba curar a pesar de que creía que tal vez podrían estar desperdiciando una buena oportunidad para tirar de las picudas orejas del varmano y arrancarle la cabeza.
Una vez su herida estuvo curada, la británica comenzó a atacar al ángel negro con su arco y Noel recordó el estado tan precario en el que se encontraba Toima. Aunque se sentía verdaderamente tentado a elevarse en el aire y volver a intentar arremeter contra el varmano, dadas las circunstancias tal vez lo mejor fuera aprovechar aquel momento para evaluar la situación general. El ulterano había sido ayudado por Gael, quien parecía estar teniendo bastantes problemas con la maga y el licántropo pantera. Aún así, el argos necesitaba urgentemente ayuda por lo que tras una última mirada a Wen y su adversario, decidió que ayudaría a su amigo. Pero entonces volvió a ocurrir.
El sueco se giró justo a tiempo para ver como el varmano hacía señales a la ulterana y se desvanecía sin más, al igual que el resto del grupo agresor. Noel apretó los dientes y conformó una expresión de incredulidad mientras se quedaba parado en medio del vuelo a ras de suelo que había emprendido para después aterrizar pesadamente en el sitio.
—Se han largado... —evidenció casi en un susurro conteniendo un evidente cabreo en la voz— ¡Han vuelto a hacer lo mismo! —acompañó el elevamiento de su tono arrojando su espada al suelo.
El repiqueteo metálico del arma contra el suelo de la plaza resonó en medio del relativo silencio que había envuelto el lugar al desaparecer la mitad de los que estaban congregados en ella segundos antes, eclipsando en parte el gruñido de frustración que emergió de la garganta del draco.
—¡Mierda, mierda! No podemos dejarlos con vida sabiendo lo que saben.
Noel comenzó entonces a buscar algo con la mirada frenéticamente a su alrededor, hasta que la llegada de Giz y Vac le hizo levantar la vista del suelo.
>>¿Cuántos había en vuestra posición? —inquirió observando como el asreniano se dirigía hacia Toima.
Aprovechó entonces para observar el estado de los demás. En general no parecían presentar daños graves, con la clara excepción del argos que hacía gala de un estado bastante lamentable. Por suerte Wen no había salido muy mal parada, tal y como constató acercándose de nuevo a ella. Al hacerlo fue cuando atisbó una brizna verde en la ropa de la chica que al principio había tomado por una hierba llamó su atención. Se trataba de un cabello del ángel negro sin duda alguna. Se lo quitó a la vouivre, cogiéndolo entre dos dedos con cierta dificultad.
—¡Giz! ¿Puedes utilizar esto para localizar a esos desgraciados, verdad? —le apremió al goliat dejando caer el cabello sobre su mano.
Ante los resultados infructuosos que obtuvo el asreniano debido a que parecían estar protegidos contra métodos mágicos de rastreo, Noel tan solo pudo dar un puñetazo al suelo con rabia para después localizar sus armas sin prestarles demasiada atención y a continuación desinvocarlas. Las quejas de Toima debido al uso de magia sobre él le hicieron girar la cabeza hacia donde el argos se encontraba tirado en el suelo mientras el fuego fatuo y el asreniano estaban enfrascados en la tarea de ignorarle abiertamente.
El comportamiento del ulterano fue la gota que colmó el vaso. Noel se acercó a paso rápido al argos y se encaró con él mientras Giz le informaba de que no iban a atender sus constantes reclamaciones. El draco, en cambio, furioso como estaba no se conformó con ello. Contuvo las ganas de soltarle un puñetazo al fijarse una vez más en su desastroso estado y se limitó a encararse con él para hablarle en un tono tan ácido como tajante.
—Perfecto, Toima. Has conseguido que casi te maten por culpa de tu puto orgullo que te impide hacernos caso y tu absurda concepción sobre lo diabólica que es la magia. Lo peor es que eso podría haberle costado la vida también a otros. ¿Qué habría pasado si hubieses sido el único que hubiese podido acudir a ayudar a Wen? ¿Cómo pretendías ayudarla si no podías ni ayudarte a ti mismo? Todo por tu jodida cabezonería de mierda, que incluso en el lamentable estado que te encuentras ahora mismo tienes los cojones de patalear como un crío en el dentista —soltó un breve bufido conteniendo una carcajada seca al darse cuenta de que había hecho una especie de chiste malo debido a que al ulterano le faltaban unos cuantos dientes—. ¿Eres consciente de dónde estamos y a qué nos dedicamos? Adaptarse o morir. El día que te mueras no seré yo quien desmienta un “se lo ha buscado”.
Sin esperar ninguna respuesta, le dedicó al argos una última mirada en la que se podía adivinar el cabreo que sentía el draco en ese momento y se dio la vuelta para después patear una piedra y sentarse pesadamente en el suelo dándoles la espalda a los demás. Enseguida volvió a darle vueltas a lo que acababa de ocurrir. Se pasó una garra por la cara con cansancio, sin saber muy bien cómo actuar a partir de ese momento. Aunque una cosa estaba clara, no podían seguir siendo tan despreocupados como hasta ahora. Noel había tratado de no mostrarse demasiado paranoico al respecto de su seguridad como grupo y, especialmente, con la de Wen. Pero ese propósito se había derrumbado en unas pocas horas.
—Tenemos que establecer una forma de permanecer en contacto unos con otros en todo momento —volvió a hablar al cabo de unos segundos sin girarse, con el tono sensiblemente menos alterado que cuando se había dirigido a Toima, aparentando una calma que estaba lejos de sentir—. Y hay que averiguar más sobre esos desgraciados.
Wen comenzó a curarle mientras el ángel negro también aprovechaba para realizar un complejo sortilegio de restauración.
—No era necesario, la regeneración ya había empezado a hacer efecto... —le dijo a la vouivre mientras, sin embargo, se dejaba curar a pesar de que creía que tal vez podrían estar desperdiciando una buena oportunidad para tirar de las picudas orejas del varmano y arrancarle la cabeza.
Una vez su herida estuvo curada, la británica comenzó a atacar al ángel negro con su arco y Noel recordó el estado tan precario en el que se encontraba Toima. Aunque se sentía verdaderamente tentado a elevarse en el aire y volver a intentar arremeter contra el varmano, dadas las circunstancias tal vez lo mejor fuera aprovechar aquel momento para evaluar la situación general. El ulterano había sido ayudado por Gael, quien parecía estar teniendo bastantes problemas con la maga y el licántropo pantera. Aún así, el argos necesitaba urgentemente ayuda por lo que tras una última mirada a Wen y su adversario, decidió que ayudaría a su amigo. Pero entonces volvió a ocurrir.
El sueco se giró justo a tiempo para ver como el varmano hacía señales a la ulterana y se desvanecía sin más, al igual que el resto del grupo agresor. Noel apretó los dientes y conformó una expresión de incredulidad mientras se quedaba parado en medio del vuelo a ras de suelo que había emprendido para después aterrizar pesadamente en el sitio.
—Se han largado... —evidenció casi en un susurro conteniendo un evidente cabreo en la voz— ¡Han vuelto a hacer lo mismo! —acompañó el elevamiento de su tono arrojando su espada al suelo.
El repiqueteo metálico del arma contra el suelo de la plaza resonó en medio del relativo silencio que había envuelto el lugar al desaparecer la mitad de los que estaban congregados en ella segundos antes, eclipsando en parte el gruñido de frustración que emergió de la garganta del draco.
—¡Mierda, mierda! No podemos dejarlos con vida sabiendo lo que saben.
Noel comenzó entonces a buscar algo con la mirada frenéticamente a su alrededor, hasta que la llegada de Giz y Vac le hizo levantar la vista del suelo.
>>¿Cuántos había en vuestra posición? —inquirió observando como el asreniano se dirigía hacia Toima.
Aprovechó entonces para observar el estado de los demás. En general no parecían presentar daños graves, con la clara excepción del argos que hacía gala de un estado bastante lamentable. Por suerte Wen no había salido muy mal parada, tal y como constató acercándose de nuevo a ella. Al hacerlo fue cuando atisbó una brizna verde en la ropa de la chica que al principio había tomado por una hierba llamó su atención. Se trataba de un cabello del ángel negro sin duda alguna. Se lo quitó a la vouivre, cogiéndolo entre dos dedos con cierta dificultad.
—¡Giz! ¿Puedes utilizar esto para localizar a esos desgraciados, verdad? —le apremió al goliat dejando caer el cabello sobre su mano.
Ante los resultados infructuosos que obtuvo el asreniano debido a que parecían estar protegidos contra métodos mágicos de rastreo, Noel tan solo pudo dar un puñetazo al suelo con rabia para después localizar sus armas sin prestarles demasiada atención y a continuación desinvocarlas. Las quejas de Toima debido al uso de magia sobre él le hicieron girar la cabeza hacia donde el argos se encontraba tirado en el suelo mientras el fuego fatuo y el asreniano estaban enfrascados en la tarea de ignorarle abiertamente.
El comportamiento del ulterano fue la gota que colmó el vaso. Noel se acercó a paso rápido al argos y se encaró con él mientras Giz le informaba de que no iban a atender sus constantes reclamaciones. El draco, en cambio, furioso como estaba no se conformó con ello. Contuvo las ganas de soltarle un puñetazo al fijarse una vez más en su desastroso estado y se limitó a encararse con él para hablarle en un tono tan ácido como tajante.
—Perfecto, Toima. Has conseguido que casi te maten por culpa de tu puto orgullo que te impide hacernos caso y tu absurda concepción sobre lo diabólica que es la magia. Lo peor es que eso podría haberle costado la vida también a otros. ¿Qué habría pasado si hubieses sido el único que hubiese podido acudir a ayudar a Wen? ¿Cómo pretendías ayudarla si no podías ni ayudarte a ti mismo? Todo por tu jodida cabezonería de mierda, que incluso en el lamentable estado que te encuentras ahora mismo tienes los cojones de patalear como un crío en el dentista —soltó un breve bufido conteniendo una carcajada seca al darse cuenta de que había hecho una especie de chiste malo debido a que al ulterano le faltaban unos cuantos dientes—. ¿Eres consciente de dónde estamos y a qué nos dedicamos? Adaptarse o morir. El día que te mueras no seré yo quien desmienta un “se lo ha buscado”.
Sin esperar ninguna respuesta, le dedicó al argos una última mirada en la que se podía adivinar el cabreo que sentía el draco en ese momento y se dio la vuelta para después patear una piedra y sentarse pesadamente en el suelo dándoles la espalda a los demás. Enseguida volvió a darle vueltas a lo que acababa de ocurrir. Se pasó una garra por la cara con cansancio, sin saber muy bien cómo actuar a partir de ese momento. Aunque una cosa estaba clara, no podían seguir siendo tan despreocupados como hasta ahora. Noel había tratado de no mostrarse demasiado paranoico al respecto de su seguridad como grupo y, especialmente, con la de Wen. Pero ese propósito se había derrumbado en unas pocas horas.
—Tenemos que establecer una forma de permanecer en contacto unos con otros en todo momento —volvió a hablar al cabo de unos segundos sin girarse, con el tono sensiblemente menos alterado que cuando se había dirigido a Toima, aparentando una calma que estaba lejos de sentir—. Y hay que averiguar más sobre esos desgraciados.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Plaza de los Colaespina
18/08/13, 04:13 am
Toima
El ulterano tosió una vez más, llenando de sangre su propia cara. Parpadeó con varios ojos. Estaba mareado, a causa de la pérdida de sangre, que en estos momentos se encontraba debajo de él, formando un pequeño charco. Aunque la mayoria de sus heridas habian cerrado o parado de sangrar, seguian siendo muy graves y, el hecho de que el ulterano no se quedase quieto solo empeoraba las cosas, abriendo de nuevo las heridas más humildemente sanadas. Se aquejó de un dolor en los omóplatos cuando logró rodar sobre si mismo, quedándose boca arriba. Los dos lacerantes cortes de la espalda le dolian, escocian mucho y dejarlos en contacto con el suelo solo garantizaba una infección. Hizo un último esfuerzo por incorporarse, pero al hacerlo, le fallaron las fuerzas y los musculos del abdomen se quedaron tensos, provocandole de nuevo un fuerte dolor caliente en su estómago. Tras quejarse en voz alta, pudo apreciar la figura de Giz, de pie frente a él.
Pudo reconocer aquellos malditos movimientos de manos, y aquellas desdeñosas palabras que pronunciaba el goliat en esos momentos y pronto palabras malsonantes afloraron en su garganta, pero, por el cansancio, no pudo hacer mucho más que retorcerse cual una anguila, manoteando torpemente para apartar al asreniano. Sus intentos fueron en vano, pues en esos momentos estaba gravemente mareado y no llegaba a vislumbrar cual era el verdadero Giz de los tres que se sacudian ante sus ojos. El simple hecho de utilizar su visión le dio ganas de vomitar asi que abdicó el moverse por el momento y cerró casi todos los ojos, salvo un par de ellos en los pectorales, para vigilar lo que pasaba a su alrededor.
Notaba la sanación del goliat y fue aún más fuerte cuando Gael se unió a él la tarea, en pos de terminar cuanto antes. Finalmente el argos pudo incorporarse, apoyandose sobre sus rodillas, mantuvo una paz relativa mientras los dos magos seguian con sus curaciones, tan solo rota ocasionalmente por alguna que otra protesta del ulterano mientras este se arrancaba algún que otro diente suelto y lo arrojaba bien lejos. Su espalda estaba cubierta de marcas, heridas y sangre seca, al igual que su cara que hacia unos minutos habia estado terriblemente abultada por los poderosos golpes de sus adversarios. Finalmente, pudo ponerse de pie por su cuenta, algo tambaleante. Pudo apreciar como Noel se acercaba a él con paso firme y su cara. Su cara lo decia todo.
Toima se mantuvo firme, con la mirada perdida, mientras Noel continuaba en regañarle sin cesar, exponiendo palabras que Toima no podia contraatacar puesto que no eran mentira, pero tampoco desdeñaba su faceta tozuda para reconocerlos. Cruzado de brazos esperó a que Noel terminase para alejarse de los dos magos de una zancada. Entonces, usando un tono de voz seco y casi silencioso dijo:
-Basta... ¡Basta!-terminó por levantar la voz, alejandose tambaleandose como un zombi de los dos sanadores. No pudo sino, resistir la tentación de responderle a Noel, algo confuso y mareado por la falta de sangre, pero con una intención muy clara.
-Yo no quiero que sea así... Nunca lo he querido.-comenzó a decir, lo suficientemente alto para que los demás le oyeran. En su tono de voz comenzaba a hervir la furia y la angustia-Pero... mientras consiga cumplir la misión, mientras logre que no me maten ¿qué más da los medios que use? Yo no tengo alas, ni más armas que con las que he peleado toda mi vida ni magia... Ni poderes raros, salvo mis ojos, y no es que pueda mirar a alguien hasta que caiga desplomado.-dijo casi en un ladrido , con rabia e impotencia.
-Las cosas me han estado funcionando muy bien a mi manera hasta ahora. Y no necesito que nadie me diga como deba o no de hacerlas.-dijo con el pecho henchido. Su cabezoneria le obligaba a ignorar lo obvio. A arrojar toda defensa para centrarse en la única vida que sabia vivir: la autodestructiva. Haria mucho más que un par de palabras hirientes para hacerle cambiar de opinion.
Se detuvo un momento, para recuperar fuerzas y observó a cada uno de los de la plaza. Todos se encontraban bastante mejor que él mismo asi que pudo sentirse un poco aliviado. Entonces, comenzó a emprender la vuelta al cuchitril, cogeando aún de la pierna derecha.
-Yo me adelanto ya en volver... No vaya a ser que querais echarme más abracadabras encima...-soltó, furioso, denotando ira en cada palabra que salia despedida de su boca.
<< La magia no es ni siquiera natural, no tengo nada que ver con ella ni ninguna de sus formas. Si me espera la muerte por ello, la recibiré como aprendí a hacerlo, con los brazos bien abiertos. >>
El ulterano tosió una vez más, llenando de sangre su propia cara. Parpadeó con varios ojos. Estaba mareado, a causa de la pérdida de sangre, que en estos momentos se encontraba debajo de él, formando un pequeño charco. Aunque la mayoria de sus heridas habian cerrado o parado de sangrar, seguian siendo muy graves y, el hecho de que el ulterano no se quedase quieto solo empeoraba las cosas, abriendo de nuevo las heridas más humildemente sanadas. Se aquejó de un dolor en los omóplatos cuando logró rodar sobre si mismo, quedándose boca arriba. Los dos lacerantes cortes de la espalda le dolian, escocian mucho y dejarlos en contacto con el suelo solo garantizaba una infección. Hizo un último esfuerzo por incorporarse, pero al hacerlo, le fallaron las fuerzas y los musculos del abdomen se quedaron tensos, provocandole de nuevo un fuerte dolor caliente en su estómago. Tras quejarse en voz alta, pudo apreciar la figura de Giz, de pie frente a él.
Pudo reconocer aquellos malditos movimientos de manos, y aquellas desdeñosas palabras que pronunciaba el goliat en esos momentos y pronto palabras malsonantes afloraron en su garganta, pero, por el cansancio, no pudo hacer mucho más que retorcerse cual una anguila, manoteando torpemente para apartar al asreniano. Sus intentos fueron en vano, pues en esos momentos estaba gravemente mareado y no llegaba a vislumbrar cual era el verdadero Giz de los tres que se sacudian ante sus ojos. El simple hecho de utilizar su visión le dio ganas de vomitar asi que abdicó el moverse por el momento y cerró casi todos los ojos, salvo un par de ellos en los pectorales, para vigilar lo que pasaba a su alrededor.
Notaba la sanación del goliat y fue aún más fuerte cuando Gael se unió a él la tarea, en pos de terminar cuanto antes. Finalmente el argos pudo incorporarse, apoyandose sobre sus rodillas, mantuvo una paz relativa mientras los dos magos seguian con sus curaciones, tan solo rota ocasionalmente por alguna que otra protesta del ulterano mientras este se arrancaba algún que otro diente suelto y lo arrojaba bien lejos. Su espalda estaba cubierta de marcas, heridas y sangre seca, al igual que su cara que hacia unos minutos habia estado terriblemente abultada por los poderosos golpes de sus adversarios. Finalmente, pudo ponerse de pie por su cuenta, algo tambaleante. Pudo apreciar como Noel se acercaba a él con paso firme y su cara. Su cara lo decia todo.
Toima se mantuvo firme, con la mirada perdida, mientras Noel continuaba en regañarle sin cesar, exponiendo palabras que Toima no podia contraatacar puesto que no eran mentira, pero tampoco desdeñaba su faceta tozuda para reconocerlos. Cruzado de brazos esperó a que Noel terminase para alejarse de los dos magos de una zancada. Entonces, usando un tono de voz seco y casi silencioso dijo:
-Basta... ¡Basta!-terminó por levantar la voz, alejandose tambaleandose como un zombi de los dos sanadores. No pudo sino, resistir la tentación de responderle a Noel, algo confuso y mareado por la falta de sangre, pero con una intención muy clara.
-Yo no quiero que sea así... Nunca lo he querido.-comenzó a decir, lo suficientemente alto para que los demás le oyeran. En su tono de voz comenzaba a hervir la furia y la angustia-Pero... mientras consiga cumplir la misión, mientras logre que no me maten ¿qué más da los medios que use? Yo no tengo alas, ni más armas que con las que he peleado toda mi vida ni magia... Ni poderes raros, salvo mis ojos, y no es que pueda mirar a alguien hasta que caiga desplomado.-dijo casi en un ladrido , con rabia e impotencia.
-Las cosas me han estado funcionando muy bien a mi manera hasta ahora. Y no necesito que nadie me diga como deba o no de hacerlas.-dijo con el pecho henchido. Su cabezoneria le obligaba a ignorar lo obvio. A arrojar toda defensa para centrarse en la única vida que sabia vivir: la autodestructiva. Haria mucho más que un par de palabras hirientes para hacerle cambiar de opinion.
Se detuvo un momento, para recuperar fuerzas y observó a cada uno de los de la plaza. Todos se encontraban bastante mejor que él mismo asi que pudo sentirse un poco aliviado. Entonces, comenzó a emprender la vuelta al cuchitril, cogeando aún de la pierna derecha.
-Yo me adelanto ya en volver... No vaya a ser que querais echarme más abracadabras encima...-soltó, furioso, denotando ira en cada palabra que salia despedida de su boca.
<< La magia no es ni siquiera natural, no tengo nada que ver con ella ni ninguna de sus formas. Si me espera la muerte por ello, la recibiré como aprendí a hacerlo, con los brazos bien abiertos. >>
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Plaza de los Colaespina
18/08/13, 04:54 am
No llegó ni a rozar con la espada a aquella mujer escurridiza. Sus dos rivales se desvanecieron prácticamente a la vez, permaneciendo solo como prueba de su existencia las copias de la maga. Gael dejó caer los brazos, abrumado por el repentino vacío que habían dejado. Escasos segundos antes buscaba carne que golpear donde ya no había nada, y ahora no podría hacer pagar a nadie su furia. Frustración era lo que sentía, y miedo por lo que les esperaba a partir de entonces.
Abandonando las quimeras se aproximó abatido a la cabeza cercenada y la recogió para examinar la piel desgarrada y difícil de reparar del cuello. Después la dejó caer y suspiró «¿qué diría Siloco si viera que usé de carnaza su quimera?». Fue un alivio ver que al menos todos estaban bien, a excepción de Toima, aunque no tenía nada que no se pudiera reparar. En ello estaba Giz, haciendo caso omiso de las quejas del argos, y para que pudiera terminar antes de que este saliera corriendo se puso a ayudarle. Terminaba la última salmodia de curación cuando Noel comenzó a atacar al argos por su actitud habitual con la magia. Cansado como estaba, Gael no tenía ganas de que encima terminasen culpándose unos a otros.
—Estás nervioso, joder, como todos, pero no es excusa para decir cosas que lamentar después —dijo con tono cansado cuando el draco terminó de hablar. Se le quitaron un tanto las ganas de defender a Toima después de su respuesta, pero ya daba igual—. Este es el peor momento que podemos escoger para ponernos con discusiones, así que mejor volvemos todos y nos tranquilizamos —dijo cuando el ulterano empezó a alejarse—. Tenemos que organizarnos e investigar, como dice Noel, así que larguémonos de esta plaza antes de que llamemos aún más la atención.
La frustración se filtraba en su voz con cada palabra. Había llegado tarde y no había hecho nada útil, salvo estropear una valiosa quimera. Maldijo de mil formas al otro grupo de mercenarios y, lo que era aún peor, sintió la impotencia y el miedo, ya que estaban mejor organizados y claramente más curtidos.
Abandonando las quimeras se aproximó abatido a la cabeza cercenada y la recogió para examinar la piel desgarrada y difícil de reparar del cuello. Después la dejó caer y suspiró «¿qué diría Siloco si viera que usé de carnaza su quimera?». Fue un alivio ver que al menos todos estaban bien, a excepción de Toima, aunque no tenía nada que no se pudiera reparar. En ello estaba Giz, haciendo caso omiso de las quejas del argos, y para que pudiera terminar antes de que este saliera corriendo se puso a ayudarle. Terminaba la última salmodia de curación cuando Noel comenzó a atacar al argos por su actitud habitual con la magia. Cansado como estaba, Gael no tenía ganas de que encima terminasen culpándose unos a otros.
—Estás nervioso, joder, como todos, pero no es excusa para decir cosas que lamentar después —dijo con tono cansado cuando el draco terminó de hablar. Se le quitaron un tanto las ganas de defender a Toima después de su respuesta, pero ya daba igual—. Este es el peor momento que podemos escoger para ponernos con discusiones, así que mejor volvemos todos y nos tranquilizamos —dijo cuando el ulterano empezó a alejarse—. Tenemos que organizarnos e investigar, como dice Noel, así que larguémonos de esta plaza antes de que llamemos aún más la atención.
La frustración se filtraba en su voz con cada palabra. Había llegado tarde y no había hecho nada útil, salvo estropear una valiosa quimera. Maldijo de mil formas al otro grupo de mercenarios y, lo que era aún peor, sintió la impotencia y el miedo, ya que estaban mejor organizados y claramente más curtidos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
18/08/13, 08:46 pm
Noel ni siquiera se giró mientras Toima hablaba salvo cuando terminó su diatriba particular, confirmando que pensaba continuar haciendo lo que le diese la gana.
—Vete a la mierda —fue todo lo que dijo, utilizando un tono neutro tras unos segundos de silencio fulminándolo con la mirada antes de volver la cabeza de nuevo.
Las palabras de Gael tampoco produjeron ningún efecto remarcable en el draco. Se limitó a levantarse del suelo, sacudiéndose la suciedad por inercia ya que no mucho después realizó un hechizo de limpieza sobre sí mismo.
—No estoy nervioso; estoy cabreado, por si no se había notado —le replicó al fuego fatuo entonces—. Y no voy a lamentar nada más tarde, porque no he dicho nada que no piense, por muy hiriente que resulte —bufó y se cayó durante unos segundos antes de añadir una última apreciación—. Es un egoísta.
El draco no estaba dispuesto a darle más vueltas por el momento a aquel asunto. Tal vez había pagado una buena parte de su cabreo con el argos, pero en ningún momento se arrepintió de lo que había dicho. En aquel momento, de todas formas, lo único que quería era comenzar a pensar en como atajar el problema que se les había presentado prácticamente en la puerta de casa. Sabía que existían formas mágicas de mantener cierta comunicación a distancia y se aseguraría de que a partir de aquel día podría contactar con cualquiera de ellos y, especialmente con Wen, en todo momento.
—Vete a la mierda —fue todo lo que dijo, utilizando un tono neutro tras unos segundos de silencio fulminándolo con la mirada antes de volver la cabeza de nuevo.
Las palabras de Gael tampoco produjeron ningún efecto remarcable en el draco. Se limitó a levantarse del suelo, sacudiéndose la suciedad por inercia ya que no mucho después realizó un hechizo de limpieza sobre sí mismo.
—No estoy nervioso; estoy cabreado, por si no se había notado —le replicó al fuego fatuo entonces—. Y no voy a lamentar nada más tarde, porque no he dicho nada que no piense, por muy hiriente que resulte —bufó y se cayó durante unos segundos antes de añadir una última apreciación—. Es un egoísta.
El draco no estaba dispuesto a darle más vueltas por el momento a aquel asunto. Tal vez había pagado una buena parte de su cabreo con el argos, pero en ningún momento se arrepintió de lo que había dicho. En aquel momento, de todas formas, lo único que quería era comenzar a pensar en como atajar el problema que se les había presentado prácticamente en la puerta de casa. Sabía que existían formas mágicas de mantener cierta comunicación a distancia y se aseguraría de que a partir de aquel día podría contactar con cualquiera de ellos y, especialmente con Wen, en todo momento.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Plaza de los Colaespina
21/08/13, 03:38 am
Wen ya había sacado la cuarta flecha del carcaj cuando se percató de la orden y la posterior desaparición de los mercenarios. La vouivre, aun en tensión, observó su alrededor manteniéndose alerta y con el arco aun cargado. Cuando Giz y Vac aparecieron, se tranquilizó. A pesar de las heridas de Toima, todos parecían estar bien. “Y vivos.” Se dijo aliviada. Wen no se podía creer lo que había ocurrido, como había pasado de amanecer sonriente junto a Noel a que unos mercenarios amenazaran sus vidas. “Y todo por mi culpa.” Se dijo consternada. No podía creerse como había sido tan estúpida. Algo había hecho mal y unos mercenarios habían descubierto su secreto, poniendo en peligro a todas las personas que le importaban en la ciudad, que arriesgarían su vida para salvarla como habían demostrado hacía apenas unos segundos. “No lo puedo permitir.” Se dijo convencida y en unos segundos miles de planes se crearon en su mente, pero ninguno valía. Conocía suficientemente bien a sus amigos como para saber que no le permitirían llevar a cabo la mitad de esos planes y en la otra mitad cabía el riesgo de que los atacaran a ellos como medio para encontrarla a ella.
No sabía qué hacer. La única vez que se había sentido tan tremendamente vulnerable había sido el día en que su familia adoptiva la había devuelto al orfanato. Se sentía débil y mareada. Sintió a Noel a su lado y se agarró a su brazo en un intento por estabilizarse. Al notar la tensión en el cuerpo del draco, se percató de la pelea que se había sucedido y que ella había pasado por alto. Se sintió estúpida y avergonzada por la debilidad que mostraba y que sentía, tan poco propia de ella, pero no podía evitarlo: eran profesionales que harían cualquier cosa por conseguir su gema, sus amigos intentarían defenderla y ella no podría hacer nada para protegerlos.
No tardó en abordarla una sensación del todo conocida y tiró del brazo de Noel incitándolo a que comenzaran a caminar. Quería desaparecer cuanto antes de aquel lugar y sacar de su cabeza la idea de que todos los que la habían repudiado en su vida en la tierra al final tenían razón.
Sigue en el Cuchitril.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de los Colaespina
21/08/13, 10:54 pm
Vac vio como su objetivo desaparecía de su vista justo antes de que el hechizo explotara. El hado maldijo por lo bajo, notando como sus reservas de energía disminuían drasticamente después del último sortilegio, aun no se había recuperado de la noche de Luna.
-Tanto gasto para nada, putos cobardes de mierda -casi escupió, hundiendo su puño en los restos de la pared derruida y apoyándose a continuación un instante para recuperar el aliento.
Regresó junto a Giz a la plaza, y solo abrió la boca para contestar a la pregunta de su hermano.
-Dos, una bruja muda y un goliat -dijo de forma escueta, para después volver a callar. Asistió a la "discusión" entre Toima y Noel en silencio, no tenía nada que aportar, y conocía la postura de ambos como para saber que tratar de poner paz no iba a servir de nada. Tampoco a él le gustaba que el argos fuera así de cabezota, pero podía entender en parte sus motivos, y sabía que no iba a ser fácil hacerle cambiar de idea. Por otra parte le preocupaba mas el estado de Wen, y cuando percibió el ligero temblor que le recorría el cuerpo cuando se acercó al draco, los puños de griego se cerraron por la impotencia.
Siguió a sus amigos de camino al Cuchitril sin decir nada, mientras grababa a fuego en su mente los rostros de los mercenarios que había enfrentado. Estaba claro que aquello no había acabado, y el hado se aseguraría de encontrarlos uno a uno a cualquier precio, no podían dejarlos sueltos sabiendo lo que sabían. Tal vez alguno de los contactos del griego le podría decir algo si les daba una descripción detallada de aquellos individuos.
-Tanto gasto para nada, putos cobardes de mierda -casi escupió, hundiendo su puño en los restos de la pared derruida y apoyándose a continuación un instante para recuperar el aliento.
Regresó junto a Giz a la plaza, y solo abrió la boca para contestar a la pregunta de su hermano.
-Dos, una bruja muda y un goliat -dijo de forma escueta, para después volver a callar. Asistió a la "discusión" entre Toima y Noel en silencio, no tenía nada que aportar, y conocía la postura de ambos como para saber que tratar de poner paz no iba a servir de nada. Tampoco a él le gustaba que el argos fuera así de cabezota, pero podía entender en parte sus motivos, y sabía que no iba a ser fácil hacerle cambiar de idea. Por otra parte le preocupaba mas el estado de Wen, y cuando percibió el ligero temblor que le recorría el cuerpo cuando se acercó al draco, los puños de griego se cerraron por la impotencia.
Siguió a sus amigos de camino al Cuchitril sin decir nada, mientras grababa a fuego en su mente los rostros de los mercenarios que había enfrentado. Estaba claro que aquello no había acabado, y el hado se aseguraría de encontrarlos uno a uno a cualquier precio, no podían dejarlos sueltos sabiendo lo que sabían. Tal vez alguno de los contactos del griego le podría decir algo si les daba una descripción detallada de aquellos individuos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de los Colaespina
25/08/13, 03:06 am
Seguimos la misma ruta que seguía día sí, día no, para hacerme con materiales. Y como siempre, en silencio.Pero esta vez cruzamos la Cicatriz directos hacia la Plaza en torno a la que tenían las madrigueras. Había un grupito de cuatro que nos vio acercarnos con las armas listas. Dieron un chillido de alarma y prepararon las colas mientras tejía un campo de fuerza a mi alrededor (sin usar las uñas). En otra situación habría hecho lo contrario, pero, dadas las circunstancias, me desentendí de Tap.
La protección resistió algunas de las púas antes de caer, pero logré esquivar a la mayoría de las que pasaron o, al menos, logré que no se clavaran en mala zona.
Cuando logré arrancar la última, blandí el espontón y lo esgrimí hacia la primera que me llegaba de frente. No lo clavé, sino que le di un tajo en el morro al tiempo que giraba para cubrir el flanco derecho. Contaba ya con el mordisco en la pierna izquierda, asi que me ocupé de la derecha: esta vez el acero sesgó el cuello de la nueva. criatura. Faltaba la del morro herido, que chillaba sin parar, y la de la pierna a la cual clavé el arma en la cabeza.
-¿Te gustó la "pierna libense en su sangre"? Fin del aperitivo.-dije mientras tanto.
Después me curé, desenvainé las cimitarras y las monté en los agarres de los guanteletes. No aguantarían tanto como para bloquear pero al menos cortarían. Y si no, preguntadle al colaespina sin cabeza ni morro.
-¡Tap! ¿Cómo lo llevas?-grité por puro divertimento, buscando la maza.
La protección resistió algunas de las púas antes de caer, pero logré esquivar a la mayoría de las que pasaron o, al menos, logré que no se clavaran en mala zona.
Cuando logré arrancar la última, blandí el espontón y lo esgrimí hacia la primera que me llegaba de frente. No lo clavé, sino que le di un tajo en el morro al tiempo que giraba para cubrir el flanco derecho. Contaba ya con el mordisco en la pierna izquierda, asi que me ocupé de la derecha: esta vez el acero sesgó el cuello de la nueva. criatura. Faltaba la del morro herido, que chillaba sin parar, y la de la pierna a la cual clavé el arma en la cabeza.
-¿Te gustó la "pierna libense en su sangre"? Fin del aperitivo.-dije mientras tanto.
Después me curé, desenvainé las cimitarras y las monté en los agarres de los guanteletes. No aguantarían tanto como para bloquear pero al menos cortarían. Y si no, preguntadle al colaespina sin cabeza ni morro.
-¡Tap! ¿Cómo lo llevas?-grité por puro divertimento, buscando la maza.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Plaza de los Colaespina
25/08/13, 03:35 am
La maza casi bailaba en el aire, llena de la energía e impaciencia que había despertado en Tap ante la idea de causar daño indirecto al pelirrojo. No es que se sintiera orgulloso de lo que iba a hacer. Pero era dar un paso hacia lo que sí le henchiría de orgullo y satisfacción, que sería cuando pasara de las simples ratas al maestro ratero.
En el momento que llegaron a la plaza, Tap se fue por su cuenta y, en lo poco que tardó en ver uno de esos roedores enormes, descargó con fuerza la maza por primera vez. Con la euforia de la primera rata muerta del día, el arma pareció dar un par de saltos de alegría. <<No tan rápido, que todavía no se han extinguido los roedores>> se auto reprendió. Y no tardó en buscar una nueva víctima. Lejos de mantener la suerte de precisión que tuvo con el primero, el arco que describió la maza acabó golpeando el suelo de piedra. Probablemente Tap solo hubiera matado a una rata vieja o tullida en primer lugar.
Erró varios ataques más y apenas había acabado con una segunda esclava del Tulipán para cuando Atol le preguntó que qué tal iba. <<¿Tengo cara de poder responder a eso, estúpido?>> suspiró, o realizó su equivalente mental. <<De hecho ni siquiera tengo cara. Soy una puta maza>> y no demasiado sorprendido del coeficiente intelectual del helión, volvió a la carga. No tenía ni idea de cuánto tiempo tendría que estar así. Pero realmente no le importaba. Perseguir a los colaespina era bastante entretenido.
En el momento que llegaron a la plaza, Tap se fue por su cuenta y, en lo poco que tardó en ver uno de esos roedores enormes, descargó con fuerza la maza por primera vez. Con la euforia de la primera rata muerta del día, el arma pareció dar un par de saltos de alegría. <<No tan rápido, que todavía no se han extinguido los roedores>> se auto reprendió. Y no tardó en buscar una nueva víctima. Lejos de mantener la suerte de precisión que tuvo con el primero, el arco que describió la maza acabó golpeando el suelo de piedra. Probablemente Tap solo hubiera matado a una rata vieja o tullida en primer lugar.
Erró varios ataques más y apenas había acabado con una segunda esclava del Tulipán para cuando Atol le preguntó que qué tal iba. <<¿Tengo cara de poder responder a eso, estúpido?>> suspiró, o realizó su equivalente mental. <<De hecho ni siquiera tengo cara. Soy una puta maza>> y no demasiado sorprendido del coeficiente intelectual del helión, volvió a la carga. No tenía ni idea de cuánto tiempo tendría que estar así. Pero realmente no le importaba. Perseguir a los colaespina era bastante entretenido.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de los Colaespina
25/08/13, 05:00 pm
Solté una carcajada al ver la maza asestando golpes y me lo tomé como una respuesta. Luego miré a las criaturas que me chillaban y preparaban las colas y, recordando las anteriores, me eché hacia atrás con paso calculador. En cuanto la última golpeó el suelo, eché a correr (con cuidado de las uñas) hacia las colaespinas, a la vez que estas se dividían para rodearme.
La estrategia habría sido la misma de antes de no haber recibido un mordisco en la mano izquierda mientras hacía el arco con el espontón. El resultado fue que la criatura herida de frente recibió un hechizo de impacto y salió rodando. No llegué a acabar el movimiento sino que bloqueé otro mordisco por la derecha y, mientras la criatura mordía el palo del espontón, desenvainé una cimitarra y, sin montarla, lancé un par de tajos a la cabeza de la que me mordió antes. Ahora sí, monté ambas armas para hacer frente a la que me quitó el espontón. A esta la liquidé dejando el brazo izquierdo a tiro de morderlo y clavando la cimitarra derecha en la base del cuello. Para cuando recuperé el espontón, sin embargo, la que recibió el hechizo se había colocado a mi espalda. Por lo tanto, cuando saltó solo tuve que girar mi arma y lanzarla hacia atrás y arriba por debajo de mi brazo herido. AL notar el peso del cuerpo inerte, llamé a Tap
-¡Tap! ¡Yo ya he tenido bastante, ¿nos vamos?!
Dicho eso, sin esperar respuesta, me alejé de la plaza lo justo para que no hubiese peligro por las púas. Eso sí, me curé y me eché al hombro el colaespina muerto. <<Ya tenemos menú para hoy>> Y lo habría dicho, pero Tap no comía y, conociéndole, capaz era de molestarse por hablarle sin poder responderme.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
La estrategia habría sido la misma de antes de no haber recibido un mordisco en la mano izquierda mientras hacía el arco con el espontón. El resultado fue que la criatura herida de frente recibió un hechizo de impacto y salió rodando. No llegué a acabar el movimiento sino que bloqueé otro mordisco por la derecha y, mientras la criatura mordía el palo del espontón, desenvainé una cimitarra y, sin montarla, lancé un par de tajos a la cabeza de la que me mordió antes. Ahora sí, monté ambas armas para hacer frente a la que me quitó el espontón. A esta la liquidé dejando el brazo izquierdo a tiro de morderlo y clavando la cimitarra derecha en la base del cuello. Para cuando recuperé el espontón, sin embargo, la que recibió el hechizo se había colocado a mi espalda. Por lo tanto, cuando saltó solo tuve que girar mi arma y lanzarla hacia atrás y arriba por debajo de mi brazo herido. AL notar el peso del cuerpo inerte, llamé a Tap
-¡Tap! ¡Yo ya he tenido bastante, ¿nos vamos?!
Dicho eso, sin esperar respuesta, me alejé de la plaza lo justo para que no hubiese peligro por las púas. Eso sí, me curé y me eché al hombro el colaespina muerto. <<Ya tenemos menú para hoy>> Y lo habría dicho, pero Tap no comía y, conociéndole, capaz era de molestarse por hablarle sin poder responderme.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
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- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
17/09/13, 04:34 pm
Después de la pelea entre mercenarios la zona no era muy transitada, y a esas horas aún menos. Dama Circe caminaba cogida del brazo de Virius, dando tumbos al son del borracho y riéndose de sus horribles bromas. La prostituta llevaba unos shorts de leopardo y un corpiño negro, y le costaba no tropezar con los altos tacones al estar prácticamente soportando el peso del licántropo. Virius ya tenía dos chupetones en el cuello y la camisa desabrochada. Los habían echado de la taberna en la que habían estado bebiendo, y ante la negativa del hombre de ir al burdel, ella le propuso la casa abandonada de un antiguo comerciante. Debió gustarle la idea, y hacia allí iban.
Circe miraba nerviosa en tods direcciones, agradeciendo lo borracho y drogado que iba el mercenario. Le hbaía metido una buena dosis de polvos de hado infernal en la copa para facilitar el trabajo y llevaba una gema protectora en el escote por si las cosas se torcían. Estaba asustada, pero ya no había vuelta atrás.
Circe miraba nerviosa en tods direcciones, agradeciendo lo borracho y drogado que iba el mercenario. Le hbaía metido una buena dosis de polvos de hado infernal en la copa para facilitar el trabajo y llevaba una gema protectora en el escote por si las cosas se torcían. Estaba asustada, pero ya no había vuelta atrás.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Plaza de los Colaespina
18/09/13, 12:29 am
Todo debería estar yendo según lo acordado. Desde donde estaban no podían ver la taberna, pero esperaban pacientemente dentro de una casa abandonada para ver regresar a la pareja de licántropos. En silencio, preparados y, seguramente, nerviosos. Al menos Gael lo estaba. Lo ocultaba lo mejor que podía, pero estaba preocupado por todo lo que podía salir mal. Solo se había traído el cuerpo del varmano y armado. No creía que lo fuese ni a necesitar, pero como siempre, estaba más tranquilo así.
Pasaron interminables minutos hasta que se oyeron los crujidos irregulares de las pisadas acercándose. Circe sostenía como podía a un grandullón adormilado, y siguieron sus pasos en silencio hasta que el licántropo se desplomó al suelo, resbalando de entre los brazos de su acompañante. Esa era la señal, y ya no había vuelta de hoja. El grupo abandonó su refugio y rodeó al cazarrecompensas dormido. Ya sabían el tipo de protecciones que solían llevar encima, así que procedieron igual que en las anteriores batallas contra el grupo. Las plumas de Noel para desactivar las físicas, hechizos para las mágicas. Gael conjuró una llama, dispuesto a repetirlo hasta que se quemase la piel del licántropo. De reojo miró a Circe, preocupado por el riesgo de la situación para ella. Si todo salía bien, saldría impune, pero el mal trago se lo iba a llevar de todos modos.
Pasaron interminables minutos hasta que se oyeron los crujidos irregulares de las pisadas acercándose. Circe sostenía como podía a un grandullón adormilado, y siguieron sus pasos en silencio hasta que el licántropo se desplomó al suelo, resbalando de entre los brazos de su acompañante. Esa era la señal, y ya no había vuelta de hoja. El grupo abandonó su refugio y rodeó al cazarrecompensas dormido. Ya sabían el tipo de protecciones que solían llevar encima, así que procedieron igual que en las anteriores batallas contra el grupo. Las plumas de Noel para desactivar las físicas, hechizos para las mágicas. Gael conjuró una llama, dispuesto a repetirlo hasta que se quemase la piel del licántropo. De reojo miró a Circe, preocupado por el riesgo de la situación para ella. Si todo salía bien, saldría impune, pero el mal trago se lo iba a llevar de todos modos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
18/09/13, 02:16 am
Noel no paraba de dar vueltas como un animal enjaulado, repasando una y otra vez en su cabeza todos los pasos a seguir que habían acordado la noche anterior. No dejaba de pensar en todas las cosas que podían salir mal en aquel plan, que contenía una buena dosis de engaños detallados todo lo posible para que funcionasen. Realmente, el draco estaba de acuerdo en aprovechar aquella oportunidad para reducir el número de sus rivales a ocho, pero solo porque contaban con una relativa tranquilidad de haber ideado una manera de intentar evitar una posible represalia inmediata. Aun así, era imposible estar seguros de que estuviesen haciendo lo más adecuado y ello contribuía más que ninguna otra cosa a su nerviosismo.
Cuando por fin se pusieron en marcha, siguiendo a una distancia prudencial y totalmente en silencio a la pareja de licántropos, el sueco se adelantó lentamente mientras observaban los avances del estado de Virius. Por fin cayó profundamente dormido y el grupo entero se acercó. Noel advirtió a Circe de que se mantuviera alejada por si las protecciones del otro licántropo contenían alguna cláusula de desvío o cualquier otra eventualidad similar y fue el primero en actuar, tal y como habían dispuesto. Mimetizando lo que ya había hecho durante su primer encuentro con aquel grupo de mercenarios durante su trabajo más reciente, el draco lanzó una serie de plumas a distintos puntos del cuerpo de Virius y Gael se le unió enseguida para desactivar de este modo los dos tipos de protecciones que a buen seguro llevaba encima.
En cuanto el fuego fatuo consiguió desgastar por completo sus defensas mágicas y la primera pluma del sueco se clavó limpiamente en un hombro del licántropo, comenzó el segundo asalto. El registro de Virius se llevó a cabo rápido pero con precisión, asegurándose de que no quedaba un solo rastro de objetos, runas o cualquier cosa que pudiera comprometer sus planes, su seguridad o que permitiera escapar al licántropo. Mientras partía en varios trozos un papel que llevaba inscrita una runa, Noel no pudo evitar recordar a Valenz. Se obligó a dejar de pensar en el mercader y continuar con lo que tenían por delante. No se estaban equivocando, ellos no habían declarado la guerra ni tampoco podían quedarse de brazos cruzados. De hecho, de no ser por la experiencia pasada no habría ninguna duda que cuestionase las constantes imágenes vengativas que cruzaban su mente desde el día que se habían atrevido a amenazar la vida de Wen.
Una vez finalizó el registro y mientras se decidía quien cargaría con el mercenario durmiente, Noel le recordó a Circe que debía hacerse la dormida cuando despertasen a Virius mientras dejaban algún que otro polvo de las alas de Vac sobre ellos, acción que formaba parte del pequeño engaño que habían tramado para tratar de evitar que la licántropo se viese involucrada en todo aquello más allá de su colaboración de esa noche.
Cuando por fin se pusieron en marcha, siguiendo a una distancia prudencial y totalmente en silencio a la pareja de licántropos, el sueco se adelantó lentamente mientras observaban los avances del estado de Virius. Por fin cayó profundamente dormido y el grupo entero se acercó. Noel advirtió a Circe de que se mantuviera alejada por si las protecciones del otro licántropo contenían alguna cláusula de desvío o cualquier otra eventualidad similar y fue el primero en actuar, tal y como habían dispuesto. Mimetizando lo que ya había hecho durante su primer encuentro con aquel grupo de mercenarios durante su trabajo más reciente, el draco lanzó una serie de plumas a distintos puntos del cuerpo de Virius y Gael se le unió enseguida para desactivar de este modo los dos tipos de protecciones que a buen seguro llevaba encima.
En cuanto el fuego fatuo consiguió desgastar por completo sus defensas mágicas y la primera pluma del sueco se clavó limpiamente en un hombro del licántropo, comenzó el segundo asalto. El registro de Virius se llevó a cabo rápido pero con precisión, asegurándose de que no quedaba un solo rastro de objetos, runas o cualquier cosa que pudiera comprometer sus planes, su seguridad o que permitiera escapar al licántropo. Mientras partía en varios trozos un papel que llevaba inscrita una runa, Noel no pudo evitar recordar a Valenz. Se obligó a dejar de pensar en el mercader y continuar con lo que tenían por delante. No se estaban equivocando, ellos no habían declarado la guerra ni tampoco podían quedarse de brazos cruzados. De hecho, de no ser por la experiencia pasada no habría ninguna duda que cuestionase las constantes imágenes vengativas que cruzaban su mente desde el día que se habían atrevido a amenazar la vida de Wen.
Una vez finalizó el registro y mientras se decidía quien cargaría con el mercenario durmiente, Noel le recordó a Circe que debía hacerse la dormida cuando despertasen a Virius mientras dejaban algún que otro polvo de las alas de Vac sobre ellos, acción que formaba parte del pequeño engaño que habían tramado para tratar de evitar que la licántropo se viese involucrada en todo aquello más allá de su colaboración de esa noche.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Plaza de los Colaespina
18/09/13, 03:42 am
Toima
Toima permanecia en silencio, en una aparente calma. Con los brazos cruzados, observaba a los demás con miradas fugaces mientras seguia con sus ojos a aquel beodo desgraciado que iba a desear en breves no haberse levantado de la cama aquel día. Se crujió los nudillos cuando el borrachó encontró el suelo y salio a su encuentro, dando pasos firmes en su dirección. Sabia lo que tenia que hacer. Echando su peso muerto a su espalda, hizo una mueca debido al terrible olor corporal del licantropo y lo cargó hasta uno de los edificios. Sin ninguna delicadeza, lo volcó sobre una silla robusta de madera que le sentaba bastante grande. No tardó mucho en empezar con la siguiente parte de lo que habia planeado. Sacando cuatro clavos de cabeza de una pulgada y un martillo se puso a trabajar. Cada clavo tenia un lugar especifico y el sonido del metal abriendose paso en la carne del licantropo a golpe de martillo llenó la sala.Toima los clavó y amartilló brutalmente en sus muñecas y espinillas a los reposabrazos y patas de la silla, literalmente clavandolo a esta. Una vez que sus movimientos y posibles transformaciones estuviesen bajo control el ulterano le cruzó la cara de un puñetazo para despertarle y le escupió unas palabras a la cara, agarrando y tirando de su pelo cruelmente.
-Buenos dias maldito hijo de perra. ¿Que tal te sienta la cogorza?-esperó unos segundos, como si fuera a dejarle contestar pero no tardó en añadir.-No veas cuanto me alegro, pero ¿sabes que? Tengo malas noticias para tí: Tienes una suerte de pena, capullo.-
Y a continuación el ulterano le arreó un duro cabezazo contra la robusta silla de madera. Escupiendo un lardo en su cara, dió unos pasos atrás, para dejar que otro se encargara de seguir, él ya habia cobrado su parte por lo que estaban sufriendo y por la muerte de Yloh. A ojos del albino, tan solo quedaba reunir al resto y hacerles lo mismo para que luego sus putrefactos cuerpos inertes alimentaran a las alimañas de la ciudad.
Toima permanecia en silencio, en una aparente calma. Con los brazos cruzados, observaba a los demás con miradas fugaces mientras seguia con sus ojos a aquel beodo desgraciado que iba a desear en breves no haberse levantado de la cama aquel día. Se crujió los nudillos cuando el borrachó encontró el suelo y salio a su encuentro, dando pasos firmes en su dirección. Sabia lo que tenia que hacer. Echando su peso muerto a su espalda, hizo una mueca debido al terrible olor corporal del licantropo y lo cargó hasta uno de los edificios. Sin ninguna delicadeza, lo volcó sobre una silla robusta de madera que le sentaba bastante grande. No tardó mucho en empezar con la siguiente parte de lo que habia planeado. Sacando cuatro clavos de cabeza de una pulgada y un martillo se puso a trabajar. Cada clavo tenia un lugar especifico y el sonido del metal abriendose paso en la carne del licantropo a golpe de martillo llenó la sala.Toima los clavó y amartilló brutalmente en sus muñecas y espinillas a los reposabrazos y patas de la silla, literalmente clavandolo a esta. Una vez que sus movimientos y posibles transformaciones estuviesen bajo control el ulterano le cruzó la cara de un puñetazo para despertarle y le escupió unas palabras a la cara, agarrando y tirando de su pelo cruelmente.
-Buenos dias maldito hijo de perra. ¿Que tal te sienta la cogorza?-esperó unos segundos, como si fuera a dejarle contestar pero no tardó en añadir.-No veas cuanto me alegro, pero ¿sabes que? Tengo malas noticias para tí: Tienes una suerte de pena, capullo.-
Y a continuación el ulterano le arreó un duro cabezazo contra la robusta silla de madera. Escupiendo un lardo en su cara, dió unos pasos atrás, para dejar que otro se encargara de seguir, él ya habia cobrado su parte por lo que estaban sufriendo y por la muerte de Yloh. A ojos del albino, tan solo quedaba reunir al resto y hacerles lo mismo para que luego sus putrefactos cuerpos inertes alimentaran a las alimañas de la ciudad.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Plaza de los Colaespina
18/09/13, 05:00 pm
Y finalmente cayó. Bien. No me voy a demorar, no tengo nada que hacer contigo de momento, así que me pondré con la tarea siempre imprescindible. Aunque es la más aburrida. ¿Qué le vamos a hacer? Alguien debe ocuparse de vigilar el perímetro. No levanto el vuelo, sería más vistosa, pero el alto de un edificio me ofrece cobertura suficiente. ¡Arriba! Nunca tuve muchas ocasiones de escalar, pero lo cierto es que tardo más bien poco. Aunque no muchos escaladores se ven ayudados de alas, mala suerte para ellos. Veamos… nadie por este lado, nadie por el otro… espera, sí. No es una alimaña, pero tampoco le conozco. Está demasiado lejos para ver ni detectar nada de lo que sucede debajo, pero si se acerca demasiado tendré que intervenir. Maldito… espera, no: maldita. Oh, se desvía. Tengo que echar un vistazo en otras direcciones, pero también ir mirando que no le dé por venir hacia aquí de nuevo. No, parece que cada vez se aleja más. Adiós, mujer desconocida.
*********
—Ningún problema con esta runa, me basto yo sola —les digo ya en la casa mientras me aparto a hacer mi trabajo.
Es tal como me esperaba que fuera. ¡Pero qué buena soy! Lo que había planeado me sirve por completo, así que establezco la finalización de la runa de transporte como condición… con un retraso de un segundo, no quiero arriesgarme a que nos estalle en la cara. Y ahora, la explosión. Debo hacerlo, pues no lograremos nada dejándolo vivo. Es lo más correcto, es lo que debo. Esto no terminará hasta que dejen de respirar todos, y dejar uno vivo cuando está a nuestra merced es darle aviso al enemigo y una posible fuerza extra. Tienen que pagar, no nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras vemos cómo terminan con nosotros uno a uno. Debemos adelantarnos. Así está bien la runa, perfecta.
Me levanto y me dirijo hacia la víctima, he de meter la runa en el bolsillo antes de que despierte. Concretamente, el mismo en el que estaba antes. Ya quedan menos.
Me levanto y me dirijo hacia la víctima, he de meter la runa en el bolsillo antes de que despierte. Concretamente, el mismo en el que estaba antes. Ya quedan menos.
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