Taberna del Mago Tuerto

Tania apenas podia mantener la mirada con nadie, tan roja como el borracho ulterano se escudó detrás del ebrio guerrero, no pudiendo mantener la mirada de pura verguenza. Toima por otra parte lucia una sonrisa estúpida en su rostro. Un chico entró en la taberna y armó un jaleo para mandar volando a Vacuum con un enorme puño metálico. Toima se puso de pie tan rápido que se mareo algo y perdio equilibrio. Gracias una vez más a Tania, recuperó el equilibrio.
-¡Eh! ¡Nada de meterse en peleas!-gritó con un tono afectado por la embiagradez. Cogio una silla y la alzó por encima de su cabeza.-¡No sin antes invitarme!-se abalanzó sobre el chico que habia atacado al hado, ignorando el aura de este.-¡Te me has adelantado rubiales! ¡Yo soy quien tiene que hacerle polvo!-
Con el paso más inseguro del mundo corrio la distancia entre los dos blandiendo la silla pero, a mitad de camino, se tropezó con una humedad en el suelo y cayó rotundamente al suelo, partiendo la silla con la cabeza. Tania estaba quieta pues el aura que desprendia el chico la dejó paralizada en el sitio. Cuando este se fue, corrio hacia el lugar del ulterano.
Toima escupio un par de dientes. Tenia la frente herida asi como la nariz y la boca. Algunos dientes partidos, otros que se le habian salido y otros clavados en el paladar. Se incorporó y escupio sangre. Extrajo los dientes uno a uno y se los dio a Tania que no pudo hacer otra cosa que quedarse miradole perpleja. Toima le acaricio la cabeza, pringandola el pelo con su sangre.
-Fiempre eref tam compfrensifa y dulfe conmigo...-hipó.-Eref una buena chica... Quedate con mif piñof... Fon de guerrero...- y se puso de pie, desorientado, buscando al hado con un trozo de la silla con la que se habia quedado en la mano y vio como el hado salia por la puerta, aparentemente tras el chico que le habia atacado.
-¡Oh... mierfda! ¡Nunca configo meterme en fuenas peleafs!- y se giró al grupo, con la cara y ropa manchada de sangre. Tania a sus pies contemplando el montón de dientes que tenia entre las manos perpleja y algo mareada por tanta sangre.
-¿Quien efra efe maripofon? Baf, ya fa igual...¿Alfien quiere pelearf comigo?-dijo con un gallo al final de la frase mientras sostenia levantando el trozo de silla.

Elunin pregunta y pregunta cosas de la ciudad, pero son solo para responder "sí" o "no", ya que sabe que yo no quito ojo de encima a la discusión de Cain y Vac. Pero incluso el nublino se medio incorpora al ver a Cain levantando al griego sobre él. Yo ya estoy de pie, acercándome a ellos, aunque el violinista se me adelanta y logra que el rubiales no estampe a Vac contra nada. No me atrevo a hablarles así que les sigo con la mirada mientras se marchan. No puedo evitar sentirme mal cuando veo el estado del chico, al menos lo que aparenta no es nada bueno... <<< Cain está hecho polvo físicamente... Y psicológicamente...si los demonios le costan trozos de su alma...>>> Sacudo la cabeza <<< Eso debieran tenerlo en cuenta los otros dos con más razón que nadie... Y yo, sin duda, pero si son tres será por algo... >>>

Pero de pronto noto el olor del ulterano corriendo hacia la pareja, gritando algo de peleas. <<< Ya estamos >>> Me interpongo en su camino pero antes de que llegue, le veo tropezar y caer, destrozándose la boca contra el suelo y haciendo astillas la silla que llevaba. Su nublina le ayuda y mientras escupe sangre y dientes, sigue farfullando algo de pelear. ¿Quiere pelear? Lo miro de arriba abajo, como evaluándolo y pensando qué ocurriría si le anegase los ojos con oscuridad. Se volvería aún más loco, sin duda. Me caerá bien, pero cuando se le pase el efecto del alcohol no recordará nada. Miro hacia los lados, pensativo, y me fijo en la mirada que Elunin me dirige, como recordándome lo que le dije antes. <<< Sí, nada de meterse en peleas, pero se ha tirado contra mis amigos. No es igual que la otra vez... >>> Y mientras tanto, el violinista pregunta qué música queremos.

-Algo relajante, por favor.-susurro, pero no sé si me escuchará ya que tengo otro interés ahora mismo.

Vuelvo a mirar al kaiser, me paso las manos por la cara, hastiado, y decido hacerle un hechizo de curación sencillo, sin arreglarle lo de los dientes. <<< Un recuerdo de su pelea, ya se apañará él si quiere >>> Y luego le quito el trozo de silla que quedaba en su mano, apretándolo bajo mi látigo <<< Ya repararé la maldita silla...>>> Mientras tanto, le digo tranquilamente, sin que se me note el cabreo:
-El que rompe, paga.
En apenas unos segundos voy y vengo de la barra, escoba y recogedor en mano junto con un trapo. Se lo doy todo, casi le obligo a coger las cosas y vuelvo a decirle:
-El que rompe, paga.-pero más serio que antes.-Y como no tienes dinero, trabajas. Arreando. ¿No querías luchar? Lucha contra el alcohol, guerrero.-le siseo, pero no me alejo, no pienso alejarme un segundo de él. También miro a los demás con mirada cansada, pensando si prohibirle la entrada al ulterano.

En pocos minutos el ambiente en la taberna cambia radicalmente. Un chico al que no conozco entra en la taberna con cara de pocos amigos, acompañado de una extraña chica de pelo rosa y se dirge a Vac con evidente cabreo en su voz. Por lo que pude escuchar, debía tratarse de Cain. Vac nos había mencionado acerca de él y Elliot, y Gael nos había hablado de sus compañeros de cosecha en algunas ocasiones. Fui testigo, atónito, de como un enorme brazo metálico aparecía detrás suyo y le propinaba un terrible puñetazo a Vac. La violencia casi se podía palpar en el ambiente. Cuando el Dulahan se acercó a decirles algo, salieron de la taberna. Vac volvió un rato después hecho un asco para recoger sus cosas y volvió a irse. Miré a mis compañeros en silencio.
-No me gustaría hacer enfadar a Cain... -dije poniendo cara de genuino asombro.

Antes de irse, Vac había despertado a Alicia ahora que Pyro ya no estaba. No parecía nada contenta por nuestra intervención, y me sentí un poco culpable. Pero no podíamos dejar que se intentasen matar... y que además matasen a otra persona por error.
-Lo siento, Alicia... pero es que podíais hacer daño a alguien -aun más, pensé-. Y creo que después de lo de Caillech y el señor káiser nos tienen "fichados" aquí.

Durante este tiempo, hablando del diablo, el señor káiser se las había ingeniado para tropezar y partirse los dientes. Al principio lo contemplé horrizado, pero luego recordé que a los ulteranos los dientes volvían a crecerles. Aún así ha tenido que dolerle horrores. Jack lo increpa, parece bastante tenso aunque se esfuerza en mantener la calma. Preocupado, me levanto y me acerco a él.
-Señor káiser -digo con tono firme-. ¿Quieres parar ya? Mira lo que has conseguido -digo señalando el lugar donde se había caído y partido los dientes-. Jack, por favor, traenos un vaso de agua bien grande.
Jack me lo trae. Se lo agradezco mientras una sonrisa pícara se forma en mis labios. Entonces sin esperar mucho más se lo lanzo a la cara del señor káiser.
-Tendrás que perdonarme -digo con fingido tono inocente-. Es que el agua va bien para despejar las borracheras -me dirijo a Tania, que probablemente estaría un tanto conmocionada-. Es lo mejor para él, la última vez casi se mete en una pelea con un troll enorme -le digo divertido con una amplía sonrisa-. Señor káiser, estate quietecito o te paralizo en menos de lo que puedas decir "Rocavarancolia".
La situación me resulta terriblemente divertida, aunque también temo que el señor Káiser se descontrole y por ello decido no quitarle ojo de encima.

La diversión no me duró mucho pues de pronto Alicia se acerca y empieza a gritarme. Escucho sus gritos con cara de idiota. Acabo desviando la mirada, pues aunque sabía que había hecho lo correcto no podía evitar sentirme mal. Para mí no era una cuestión de "elegir bando". Había convivido un año entero con Alicia mientras éramos cosechados. No me parecía correcto tener preferencias. Es cierto que Azura vivía conmigo y por eso tenía más confianza con ella, pero no podía odiar a Pyro.

-¿Y qué mierda querías que hiciera? ¿Que me pelease con ella para tener la moneda? ¡Sabes que no podría hacer eso! ¡No me puedes pedir que le haga daño a nadie! -la violencia con la que me había gritado me alteró más de lo que qusiera.
<< Tiene tu cara, al fin y al cabo >>, pensé mordiéndome la lengua para evitar decir eso en voz alta. Apreté lo dientes antes de continuar. No soportaba discutir con mis amigos.
-¡Trae a alguien de Nubla si es lo que quieres, pero ya deberías saber que puedes confiar en nosotros! No se trata sólo de "lealtad"... Somos tus amigos, joder... Alicia, yo te comprendo, te lo dije anoche, comprendo lo que sientes. Pero no todo es blanco o negro.

Decidí dejar en el aire la idea, no me atrevía a decirle directamente que debería controlarse, que podían odiarse sin tener que intentar matarse cada vez que se veían. Valoraba demasiado su amistad como para fastidiarlo todo por ser demasiado sincero. Al fin y al cabo se lo había dicho indirectamente... Volví a desviar la mirada, con el rostro ensombrecido mientras el corazón me latía muy deprisa. Casi podía tocar el nerviosismo a mi alrededor.

Alicia parecía más calmada, pero sus palabras siguieron siendo igual de duras. Me sentó mal lo que dijo acerca de nuestra desintarés por intervenir. Ella sabía de sobra que no podía pedirnos eso, estaba seguro. Y para colmo sabía perfectamente lo que estaba pensando y no quise decir. Me encaré a ella nuevamente, algo de lo que dijo me hizo reaccionar enseguida.
-¿Programado? -pronuncié la palabra con asombro evidente-. Yo no creo que esté programado para nada. Sí, es cierto que tengo un instinto que vino con el cambio de mi cuerpo, un instinto que si no lo tuviera probablemente no duraría mucho en Rocavarancolia. Pero yo no creo que esté programado para nada. Puedo elegir lo que quiero hacer con ello. Tú estás entre los que asben mejor que nadie lo mucho que me costó tomar la decisión de conseguir magia por primera vez... y las dudas que aún me genera. Pero no intento torturar al primero con el que me cruzo, porque no estoy "programado" para nada, es mi decisión -hice una pausa antes de seguir-. Alicia, he leído acerca de lo que eres aunque quizás no lo sepas. En ningún lado dice que tengan que matarse, sólo el odio es instintivo. Y yo entiendo eso, y entiendo que sientas odio al igual que yo me sentí bien ayer haciendo sufrir a los hombres bestia -apreté un poco los labios, era la primera vez que lo ponía en palabras de una forma tan despreocupada-. Obviamente no todo está en los libros, pero precisamente por eso... tú puedes tomar tus propias decisiones. Entiéndenos... -dije con tristeza-. Yo no te voy a pedir que no la odies, sería un hipócrita. Pero no queremos que os matéis. Y no me importa tener este problema por ser tu amigo... Los amigos están para lo bueno y lo malo, o eso me gusta creer.
Agaché la cabeza de nuevo. No sabía como se lo iba a tomar. Quizás había metido aún más la pata. Pero era lo que sentía. Y no me había gustado que dijera que estuviésemos "programados".

Asisto con asombro el incidente del chico con alas y el hombre de aspecto demacrado con un parche que acababa de ejecutar una puesta en escena repentina. Tras un intento de pelea, que es básicamente una zurra de parte del chico de tan solo un ojo y sus amigos a Vac, acaban saliendo de la taberna. A esto le sigue un segundo incidente, Kaiser ha bebido. << Otra vez >>. Al ver que Jack lo manda a trabajar no puedo evitar esbozar una sonrisa entre tanto caos << Si hubiera bebido yo también.. >>.

Sin embargo, poco dura la sonrisa entre mis comisuras. Alicia parece repentinamente enfadada y comienza a discutir, al principio a gritos, con Noel, después "ligeramente" más calmada (o, al menos, ya no grita tanto), refiriéndose a todos nosotros con su reprimenda. Escucho con atención sin abrir la boca en un principio. En parte entiendo su enfado, porque conozco los síntomas de ser un mago escindido.

-Ali... Azura-acabo por hablar-. Podemos intentar comprender tus motivos, pero es normal que nos cueste ver la situación de la misma forma que tú. Yo no puedo sentir ese odio irracional tuyo, igual que no puedo sentir lo que Noel al hacerse con magia. Pero lo que sí siento es un gran aprecio por Alicia, y Alicia ahora es tanto Pyro como Azura. Ambas lo sois-comienzo a sentirme incómodo. Estoy hablando mucho para mi gusto y no se me da bien-. No odio a ninguna y no me gustaría que ninguna me odiara- << y por eso me siento tan cohibido con ambas cerca >>-. Además, aunque ese sentimiento es algo que no puedes evitar, no todo el odio tiene que acabar en un asesinato, podrías intentar controlar eso al menos...-carraspeo, lo que viene ahora podría sentarle mal a pesar de que no lo diga con esa intención-. Sabes mejor que yo lo que pasaría si Pyro muriera...-<< reaparecería de nuevo >> decido no seguir el hilo de mis pensamientos en voz alta y freno la lengua antes de acabar la frase-. Sabemos que puedes controlarte-mi tono de voz no da lugar a dudas en esa afirmación-. Y tú deberías saber que ninguno de nosotros trataría de hacerle daño a Alicia, a ninguna de sus particiones. Tú incluída.

Después de irse Pyro Vac despierta a Azura, que parece furiosa al ver que Pyro ha desaparecido. Veo que le dirige miradas fulminantes a Vac, pero mi atención está dividida, también estoy atento a lo que le dice este al Kaiser, especialmente porque después decide beberse de un trago la botella que había sobre la mesa. Al recordar lo que pasó la última vez decido no quitarle ojo de encima mientras empieza a decir cosas raras. Meneo la cabeza con desaprobación. Ojalá nos hubiese dado tiempo a decirle a Vac que el Kaiser no tolera muy bien el alcohol.

Pero cuando me iba a acercar a ellos para intentar disuadir al ulterano de buscarse peleas alguien entra por la puerta y va directo a Vac. Al primer vistazo no lo reconocí, pero terminé por darme cuenta de que era Cain justo antes de que se plantara frente a Vac. ¿Qué le había pasado? Lleva un parche en el ojo, estaba demacrado y lleno de tatuajes que parecen círculos para invocar a sus demonios. Hace mucho tiempo desde que lo vi por última vez pero... ¿eso es lo que hacen de uno el invocar demonios? Realmente hizo que me estremeciera, pero no tuve tiempo de pensar más en ello cuando empezaron los problemas. Un brazo metálico agarró a Vac en el aire y otra demonio de pelo rosa salió también pero no lo atacó. Por un momento todo el bar centró su atención en ellos. La situación es demasiado tensa, pero al final el violinista se atreve a intervenir y los dos salen afuera.

En realidad el Dulahan no es el único, porque el Kaiser trató ya de meterse en peleas, y se acaba de romper la boca contra el suelo. Me acerco a él preocupado y de reojo veo queVac termina volviendo para pagar antes de irse, aunque no me da tiempo ni de despedirme. Tenía mala cara, pero normal... Y lo peor es que sé de sobra que, como dijo Cain, Elliot puede montarle una escena aún peor. Pensarlo hasta me hace temblar a mí. Por el otro lado, Jack y Noel ya están lidiando con el ulterano, y me uno a ellos.
-Menudo estropicio has hecho con los dientes, madre mía -murmuro asombrado al ver la sangre. Tiene suerte de que le crezcan de nuevo.
Entonces veo que Noel le lanza un vaso de agua a la cara y tapo la boca conteniendo la risa, no solo por Noel, sino por no ofender más a un guerrero borracho. No parece que le haya hecho ni una pizca de gracia, pero amenazado ha quedado.

Sin previo aviso, Azura explota delante de todos, gritando tanto que diría que todos los de la taberna pueden escucharla. Por las cosas que dice me quedo petrificado. Puedo entender como se siente, pero ella... claro, ella no puede mirar desde el punto de vista de Pyro. Después de haber estado con ella esta noche estaba decidido a no verla nunca como enemiga. Y aunque yo no sé qué decir ni crea que sea apropiado abrir la boca, Noel es el primero en tomar la palabra, además de con quien Azura empezó a gritar inicialmente. Estoy de acuerdo en todo lo que dice, y la discusión acaba derivando al tema de las transformaciones. Al final incluso Giz se une, y espero que las palabras de los dos la hayan tranquilizado un poco. Yo también estoy cerca de ellos, y me siento estúpido por haber estado callado hasta ahora con cara de desear que me trague la tierra. No se me da bien arreglar desaguisados, pero quiero que Azura confíe en mí también. Es mi amiga, después de todo.
-Azura... -murmuro, tratando de subir el tono de voz después-. Podemos entender cómo te sientes, de verdad. Pero... pero no es fácil desde nuestro punto de vista, es como dice Giz. Incluso yo me siento así sin apenas conocerla. Haz caso a Noel... os odiáis, pero eso no tiene por qué ser el centro de tu vida.
La miro con preocupación sin saber qué más decir. Parece que siempre que venimos a la taberna nos surgen problemas, y al pensar en esto recuerdo que no estamos en el mejor lugar para discutir algo como esto.

Mientras espero a que el nublino se ponga a currar, Noel me pide un vaso de agua y cuando se lo llevo con gusto, lo lanza contra Kaiser, para bajarle los efectos del alcohol. Me vuelvo a pasar las manos por la cara mientras suspiro, deseando que eso no provoque la ira del calamar, y por ende, la mía. Pero de pronto a Azura se le va la pinza y empieza a gritar a todo el mundo, en especial a Noel, y acaba mandándonos a...bueh...
-¿Pero de qué va esto?-susurro, mirando la escena perplejo.

Sin embargo empiezo a comprender de qué va la discusión a medida que avanza. En un par de veces me habría gustado intervenir. ¿Qué se cree la cría esta montando el drama? Noel, Gael y Giz hablan con ella intentando hacerla entender, pero la chica acaba destrozando todos sus comentarios y entendiéndolos mal. ¿Por qué no puede ir bien la noche? ¿Acaso soy gafe? (Grito mental). Me adelanto a la chica de azul y una vez se calla y le corto el paso por si intentase irse:

-Lamento decir que no voy a dejar que te vayas. Así no.-ahora me cruzo de brazos.-Creo recordar que me has nombrado.-empiezo con mucha calma, sin que se note mi crispación y midiendo cada palabra.-Mira, dices que estamos programados. Mira qué cosa tan sencilla-sonrío, enseñando los colmillos.-Ahora mismo me muero por desangraros a todos, lenta y placenteramente.-chasqueo la lengua.

Acerco una silla y me siento, por mera comodidad, aún cortándole el paso, y sigo hablando sin dejar de mirarla:
-Me moría. Estoy programado para asesinar, mi cuerpo, mis habilidades, incluso mi magia racial; todo está hecho para matar y desangrar. Y además, me encanta. Pero no por ello voy desangrando a todo el que se me cruza. ¿Primer punto aclarado? Segundo: aunque estemos programados, somos libres. Yo podría elegir aislarme en las montañas y morirme de sed con tal de no matar, pero no lo haré. Puedo racionalizar mi sed, alargarla. En estas dos noches he bebido lo que podría beber en una semana, por ejemplo. ¿Y sabes lo peor? La sed hace que me odie. Es odioso veros como barriles de sangre. Pero puedo contener ese odio y dirigirlo hacia otras cosas. Igualmente tú, que tu vida no depende de matar a Pyro, puedes contenerte.-y aquí sonrío.-Porque como habréis averigüado, no solo saco la magia de la sangre, me alimento exclusivamente de ella. Al contrario que tú y casi todos aquí. Todos podéis comer comida normal.-y en estas giro la silla sobre una pata para mirar a todos.-Pero, eh, prefiero lo mío.-digo riendo.

Y luego vuelvo a levantarme, recordando lo último que dijo y apoyando las manos en el respaldo de la silla, aún de pie:
-Y no, bonita, no eres un trozo de nada. Tú eres un todo y Pyro es otro. Antes de la Luna érais dos en una, ahora sois una en una, una en cada cuerpo. Y no tenéis por qué ir matándoos. Podéis aprender a controlaros. Incluso Caillech aprendió a controlar a la bestia que lleva dentro. Y encima, lo que fastidia es que no necesitáis mataros. Yo necesito matar. Pero vosotras no. Es solo una carga, pero podéis soportarla. Llevo un maldito año matando. Aunque os cueste un año, podéis controlaros. Tiempo al tiempo, señorita.-para rematar, miro a los tres y vuelvo a mirarla.-Y harías bien en confiar en tus amigos. Imagínate lo que tiene que ser para ellos atacar a alguien idéntica a ti excepto en esto.-con el dedo en la sien.-Y tampoco seréis tan diferentes en esto. Así que ahora, Azura, no digas de marcharte. ¿Dónde vas a encontrar algo más leal que en aquellos quienes te quieren, tus amigos? No puedes controlar si ellos también se llevan bien con Pyro. Céntrate en ti, en quién eres, y en quién tienes a tu alrededor. ¿Un consejo? Adaptarse o sucumbir. No es fácil, pero es posible. Y todo es más sencillo con amigos cerca. Todo.

De nuevo vuelvo a dejarme caer en la silla, algo agotado de hablar tanto. Miro hacia un lado y descubro a Elunin cerca de nosotros, pero sin atreverse a meterse en el grupo. Le hago un gesto, hace de tripas corazón, da un par de pasos y se acerca a la chica.
-Mi Amo Jack tiene toda la razón. La amistad es muy importante, no la pierda solo por su transformación, señorita. Lo de su odio entre sí... Lograrán controlarlo, no lo dude.
-¿Qué llevas a la espalda?
-¿El Amo lo ha olido? Se dejó la botella en la mesa.-dice, tendiéndomela para que le de un largo sorbo.
-No me he muerto. Llegará un día en que pueda sobrevivir con un trago al año.-murmuro, mirando a la chica.-Es todo cabeza y voluntad. Ánimo.

Azura se quedó perpleja al ver que quien le cortaba el paso era Jack. El vampiro fue más allá de lo que habían ido sus amigos y le repitió lo que ya había oído y más, sin dejar nada para malentender. Sin embargo, Azura ya sabía todo eso, aunque fingiese no hacerlo. Estaba tan saturada de emociones que solo había querido cortar las cosas antes de que fueran a peor. Sabía que al día siguiente podría pensar en las cosas con más claridad, pero no ahora. Ahora no.
Le crispaba que el vampiro no viese eso. Que necesitaba un poco de silencio para pensar. Que estaba hasta el culo de palabras de animo y broncas. Aguantó mirandole a los ojos mientras se clavaba las uñas en la palma de la mano para controlarse. Supo que se había hecho un poco de sangre al final, cuando para colmo se acercó el "asistente" de Jack. ¿Todos se creían su Pepito Grillo?
Se apartó de él.
- Ya he dicho que lo sentía. Me he disculpado. Teneis razón, ¿que más quereis de mí? Pyro se tiró dos meses desaparecida y nadie le ha echado broncas a su regreso, imagino. ¿no tengo yo derecho a frustrarme, o enfadarme o gritar de vez en cuando? Sí, estoy segura de que aquí todos sois unos estoicos heroes capaces de controlarse desde el primer día. Sigo queriendome marchar. Lo que os faltaba es obligarme a quedarme aqui contra mi voluntad. Mañana pensaré con claridad. Ya me he disculpado, asi que ¡ dejadme en paz de una vez, coño!
Y salió de la taberna.

Toima aceptó a regañadientes lo que Jacky le habia dicho. El vaso de agua de Noel le habia sentado como eso mismo, un vaso de agua fria. Gruñendo cosas incoerentes mientras se tocaba las encias sangrantes de vez en cuando, limpiaba un mismo area una y otra vez, por pereza más que por otra cosa. Tania no sabia si dejarle que lo hiciera solo o ir y ayudarle. Seguia teniendo aquel montón de dientes en las manos. Eran afilados. Muy afilados. Recibir un mordisco del ulterano no seria para nada saludable. O al menos lo era, porque habia perdido bastante porcion de la dentadura y él mismo se habia arrancado unos cuantos.
Toima refunfuñaba. Mientras se iba espabiliando, el dolor venia a él. Terminando de recoger se dio cuenta de que estaban discutiendo con la escindida azul que, al parecer, se habia levantado en algún momento. Toima se aquejó de confiado. Normalmente tendria la razón de estar vigilante pero sus ojos se encontraban bastante vagos bajo su estado de embriagadez y el ulterano estaba seguro de que si abria algún otro, vomitaria y eso seria otra cosa a limpiar. Se sentó contra la pared dejando escapar un suspiro de descanso mientras la habitación daba vueltas. A lo lejos, la escindida azul se fue de la misma manera que se fue la roja. Toima no pudo inibirse ante la situación.
-¡Si ef que fois clavaditaz!-la chica corrio hacia la puerta y se fue.-¡No te olfidez de efcribir!-y a Toima le vino una risita estúpida e intermitente, a medida que luchaba por no reir. Tania miraba a los demás transformados, preocupada por no poder hacer nada por su amo.

Todo ha pasado verdaderamente rápido, la verdad. Bueno, no, al principio la charla fue animada y Vaccum nos dio bastante información de la ciudad y de mundos vinculados por sus experiencias vividas en los últimos meses. Yo me serví una copa mientras le oía. Una pena que se marchara Pyro mientras el hado nos contaba cosas, pero en parte entiendo por qué lo hizo. Después de la charla, he visto por primera vez al káiser borracho. Es curioso lo poco que aguanta, lo creía más “entrenado” con este tipo de bebidas —aunque no puedo negar que esta es bastante fuerte—.

La cosa se complicó una cosa con la llegada de Cain… Al principio pensé en saludarle, pero él sólo tenía ojos para su “maridito”. Mal asunto, aunque no puedo negar que me divertí de lo lindo viendo la escena. No puedo negar que el invocador tiene algo de razón… aunque pobre Vac, le está dando de lo lindo. Cuando se van, no puedo evitar sonreírles con sorna y despedirme con la mano de la forma más inquietante que puedo.
Todo muy divertido, aunque el de los ojos ha destrozado una de las sillas al intentar meterse entre la disputa de la pareja. Jack se ha molestado, y sin duda le hará pagar por lo que ha roto. Nos mira a todos con mirada cansada después de la regañina y yo no puedo hacer más que responderle con una expresión condescendiente.

—Déjalo, Jack, cuando esté sobrio ya le harás trabajar aunque tenga que ayudarte a traerlo atado.

Noel ha tenido una buena idea: un jarro de agua bien fría es lo mejor en estos casos. No puedo evitar reírme —aunque bajito, que no me oiga el draco— cuando veo la reacción sorprendida del káiser.

Pero el despertar de Azura rompe este ambiente extraño pero divertido que se había creado. Se pone a discutir sobre su “gemela”, pero no puede pedirnos que nos volvamos contra ella, y menos a los que fueron sus amigos durante la criba. Ellas son la misma persona, no hay real y copia: las dos piensan y reaccionan prácticamente igual. Nadie puede ayudarle en esta batalla, porque las dos son amigas. No sé si hará caso de los consejos que le han proporcionado los demás o no, lo único que es seguro es que ahora está demasiado ofendida para escuchar y reflexionar sobre lo que le dicen.

—Dejadle que se vaya —digo antes de que nadie más la intente detener, aunque el consejo del vampiro ha sido muy acertado. La sigo hasta la puerta y le digo algo más mientras empieza a alejarse—. No sé si vas a controlarte o a seguir intentando asesinar a Pyro, pero no nos pidas que nos metamos en tu guerra interminable. No podemos luchar contra ella como tampoco lo haríamos contra ti.

Dicho lo que quería, entro en la taberna de nuevo. Mientras observo el estado de todo, me siento en la silla que ocupaba y me sirvo otro vaso más de la bebida que pidió el hado infernal.

—Debo decir que esto está realmente bueno.

Giz y Gael me ayudan en la discursión dándime la razón, lo cual agradezco silenciosamente. Alicia parece bastante más calmada después de eso y admite algunos de nuestros argumentos, aunque también malinterpreta algunas cosas. Estoy a punto de abrir la boca para decir algo cuando Jack interviene. Escucho atentamente sus palabras. Todo lo que dijo era cierto. Él sí que lo tenía difícil, igual que Caillech. Los dos lo habían pasado muy mal al principio para controlar sus instintos, en su caso necesarios para sobrevivir. Sin embargo Alicia reacciona mal a sus palabras. En parte también la entiendo, está enfadada y no le apetece recibir lecciones de moral. Se da la vuelta para irse y por un momento estoy tentado de seguirla, pero Adara nos detiene. Se acerca ella misma a la puerta para decirle algo y vuelve con nosotros cuando Alicia ya se ha ido. Sólo espero que se vaya a Serpentaria y no deambule por la ciudad. Y que recapacite.

-Jack, maestra, perdonadla, está enfadada... No sé si lo sabéis pero Pyro le robó la moneda. Era una moneda muy importante para Alicia y por eso ha actuado de esa forma tan violenta. Mañana estará mejor, espero -les explico.
Después de esto trato de apartar la discursión de mi mente. Odiaba discutir... pero no serviría de nada darle vueltas. Ya le había dicho todo lo que tenía que decirle. Mañana tendría tiempo de preocuparme de nuevo, decido tratar de divertirme un poco en el tiempo que nos queda.

Observo como Adara se sirve un vaso de la bebida que estaba tomando Vac, la cual parecía ser bastante fuerte.
-Espero que tengas mucho más aguante que el señor káiser, maestra -digo sonriendo.
El señor káiser se había quejado de nuestras reprimendas pero nos había hecho bastante caso para mi alivio. Tan sólo le había gritado una tontería a Alicia de la que me había reído si el ambiente fuera propicio. Centré mi atención en él de nuevo para evitar que la armase si fuera necesario.
-Oye, señor káiser, sin dientes tienes una sonrisa verdaderamente inquietante -dije fijándome en su cara-. De hecho no pega nada con alguien que se hace llamar "káiser"...
Me detuve, pensativo, pues lo que acababa de decir me recordó algo. Sonreí pícaramente.
-Y ya que no te pega nada podrías decirnos tu nombre real, ¿no crees? -dije pensando que quizás estando borracho fuese más fácil sonsacárselo. El nombre del señor káiser me picaba la curiosidad desde que se convirtió en nuestro amigo-. Oye, Tania, ¿a ti te lo dijo? Debería haberlo hecho, tienes derecho a saberlo -me dirigí a la nublina para intentar atraer más la atención sobre el asunto al señor káiser-. Además si nos lo dices tú podremos entenderlo, ahora mismo él tiene un grave problema de vocalización -dije divertido alzando la mirada hacia el ulterano.

Toima hipó al ver a Noel acercarse. La cabeza la daba vueltas y vueltas. No entendio mucho lo que dijo al principio pero sonrio y asintio. Mencionó algo de su nombre y entonces el ulterano recordó que aún no les habia dicho el nombre. Habia estado todo su tiempo siendo referido como Kaiser para su gusto y disfrute. Él no era merecedor de su nombre. La última de las bondades de su madre fue uno de sus primeros martirios. Irónico que su difunta madre le diera el nombre de "Vida" al que era su hijo y acabó con su vida. Habia llegado al mundo matando a la única persona que alguna vez le amó. Aquello condicionó el resto de su vida. Su nombre era su peor enemigo y, a la vez, ni lo merecia. Puso un semblante serio y la mirada perdida.
-Kaifer ha funfionado bien. Kaifer efta bien.-dijo cruzandose de brazos, dando por zanjado el asunto.
Noel astutamente recurrío a Tania a quien no le faltó tiempo para decir que su amo nunca le habia contado un nombre o mote con cual llamarle y mucho menos que pretendia esconderselo.
-Yo... no... No lo se, señor...-dijo muy tímida, cabizbaja.-Nunca me ha dicho su nombre...-
Toima grindó los pocos dientes que lo quedaban. No era un tullido y pensaba dejarlo bien claro. Si tan obsesionados estaban con saber su nombre iba a hacer que reventasen. Se metio un dedo en la boca y se abrio una de las heridas manchando el dedo con sangre. Luego metio el otro dedo indice en la boca tambien, solo que para llgar lo más a fondo que pudo. Cuando lo sacó tenia el dedo pringado de una sustancia negruzca. Tinta.
-¡OBFEFOS DE LOF NOMBREFS QUE FOIS OFTIAS!-
Comenzó a escribir con el dedo manchado de tinta en el suelo que dejaba un rastro seco de esta, formando lo que parecian glifos extraños. Ulterano. Abajo, escribio en rocavarancolés las formas de pronunciarlo para demostrar sus conocimientos (recientes) de fonética.

Spoiler:

Tras terminar, comprobó la cara de los presentes que estaban mucho más interesados de lo que le hubiera gustado al ulterano. Vaciló. No sabia si explicarles el completo significado tras sus nombres. Quizás... quizás...Quizás puediera ocultarselo. Pero no. Algunos de ellos sabian sobre ulterania, su cultura, sus costumbres y además era un libro abierto y ellos demasiado listos. No podia guardar ese secreto para siempre.

-Toima...-empezó, tartamudeante.-Toima... fignifica...fignifica...-tragó saliva y acabó por escribirlo. La mano le temblaba. La sangre del dedo estaba seca. La renovó de nuevo con la herida en la boca. Debajo de la explicación y nomenclatura de su nombre habia unas palabras marcadas con el rojo con brillos verdosos de la sangre del ulterano.
" VIDA "

Respiraba tranquilo y pausadamente. Era como si se hubiera quitado un peso de encima y, a pesar de su ebriedad, era plenamente consciente de lo que habia hecho. Ya solo quedaba ver su reacción.
-Un nombre eftúpido que fue elegido por la primera perfona que maté: Mi madre.-
Sus ojos se humedecieron y el ulterano se abrazó a si mismo, recordando cosas que odiaba recordar.

Después de todo lo que hemos dicho Azura parece calmarse un poco. Es cierto que parece no sentarle bien, y que no puede verlo de ninguna manera como nosotros, pero acaba disculpándose, y sé que pronto volverá a estar con nosotros como siempre, o eso quiero pensar. Aunque También interviene Jack después, y aunque dice verdades como puños no le sienta muy bien que la sigan aleccionando hoy. Solo Adara le dice algo más cuando sale por la puerta. Espero que no le de por hacer ninguna tontería por la ciudad. Aunque eso sí, por culpa del Kaiser el momento pierde parte de su gravedad, porque con los comentarios desacertados que hace me acaba sacando una sonrisa involuntaria. Y Adara también empieza a beber, pero por suerte sé que ella no llegará a los extremos del ulterano, o eso creo.

Entonces escucho a Noel hablándole al Kaiser sobre su sonrisa desdentada. Aunque le crezcan debe de doler un montón, y él está ahí como si nada. Aunque Noel aprovecha para sacar un tema interesante y de paso meter a Tania en la conversación.
-Venga Kaiser, dilo. Yo os he dicho el mío -termino con tono cantarín. Por muy tontería que sea en Rocavarancolia, sí que me reconcome.
Y al final parece que no hay que insistir más, pues se mete el dedo en la boca y después farfulla a voz en grito su rendición.
-¡Bieeeen! -exclamo con voz infantil mientras el ulterano empieza a dibujar en el suelo. Primero usa unos caracteres pero también pone cómo se leen. Así que "Toima", pienso. Por extraño que parezca me siento emocionado, es como si hubiera descubierto un secreto importante. Y cuando explica como puede su significado pienso que es un nombre muy bonito. -Me gusta tu nombre, Toima -le digo con una enorme sonrisa por poder usarlo por primera vez. Iba a decirle también que me gustaba su significado, pero entonces cuenta algo bastante extraño y parece afectado. ¿Matar? ¿De qué estará hablando?

Aunque ahora me quedo preocupado, me doy cuenta de que no estamos en el mejor lugar ni momento para hacer preguntas. Me gustaría saber muchas cosas de su pasado, pero por hoy lo mejor sería llevar al pobre Toima a dormir a un lugar tranquilo... Y también limpiar el estropicio del suelo.
-Será mejor que volvamos a las torres... -digo. Aunque Toima todavía le debe la silla a la taberna, así que me dirijo a Jack-. Oye... ¿crees que podrían fiarle lo de la silla? Porque hoy... para trabajar mucho no está. -Miro como se abraza a sí mismo sintiendo una punzada de lástima por lo que sea que le carcoma por dentro-. Siempre podemos intentar pagarlo nosotros o algo... a mí no me importaría quedarme y ayudar o lo que sea.
En momentos como este es cuando me da rabia no tener ni una pizca de dinero. Los refugios están bien si no sabes ganarte la vida, pero no van a ser para siempre. Debería empezar a pensar seriamente en eso pronto.