Antiguo Mercado

02/08/11, 06:11 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Área llena de puestos y negocios de todo tipo que ha ido creciendo con el paso de los años y cada nueva Luna ve amentado su trajín. La mayoría de comerciantes establecen tenderetes temporales que recogen a diario o con cierta frecuencia, pero el número de pequeños locales fijos también ha empezado a aumentar cada vez más debido a su prosperidad como punto de abastecimiento. El bullicio ha provocado que los negocios más turbios de la ciudad se trasladasen a lugares menos concurridos y obvios.

01/07/12, 11:53 pm

Elliot permaneció completamente callada mientras escuchaba hablar al comerciante. Se quedó asombrada cuando notó el tono de burla en sus palabras y a punto estuvo de darle un buen guantazo y salir de aquel mugriento mercado antes de cabrearse aun más. ese trato bien merecía un castigo, si no la muerte. Pero por suerte, no lo hizo y eso hizo que pudiese escuchar la ultima parte.

Muchas veces había oido hablar sobre la antigua Rocavarancolia, esa llena de prestigio, esa que era temida y admirada. Una ciudad rica y próspera. Ella nunca había conocido esa ciudad de la que tantos habitantes hablaban. Ella había llegado a un monton de ruinas humeantes y las había convertido en su hogar sin pararse a pensar demasiado en como deberia de haber sido antes, pero sentía un verdadero deseo de verla renacer de sus cenizas, incluso aunque nunca había contemplado la maravilla a la que quería volver, cada vez que alguien la mencionaba.

A punto estuvo de irse. Pero se quedó. En ese momento no supo demasiado bien si no se había marchado por escuchar hablar al mercader, o por las tres monedas de más que puso sobre la mesa. Fuese lo que fuese, permanecio de pie mientras el mercader describía a la victima. Elliot sonrió en la mente del comerciante mientras con un movimiento rápido recogía las monedas y se las guardaba en su bolsa sin fondo. Luego se giró y mientras se alejaba de allí dijo - Hay trato.

Sigue en el Torreón Maciel.

16/07/12, 10:33 am

Por la noche, el mercado tenía incluso más vida que por el día, solo que ésta se ocultaba tras las sombras. Los mercaderes esperaban ocultos a que gente con no tan buenas intenciones llevaran a cabo sus oscuros negocios.

Elliot paseaba alerta. Era una costumbre que no había conseguido eliminar de cuando era una cosechada. Muy poca gente en la ciudad se atrevería a hacerle daño pero aun asi nunca se podía confiar.

La chica buscó a Valenz durante un rato y terminó encontrandolo a un par de calles de donde había estado el otro día. Antes de llegar, sacó el brazo y el botecito que el ladrón habia robado y se dirigió hacia alli. Dejó ambas cosas encima de la mesa del mercader y le miró con cierto aire de autosufuciencia esperando su respuesta.

18/07/12, 06:37 pm

Se había enterado, por supuesto que lo había hecho. Los rumores se propagaban por la ciudad con mayor rapidez que un hechizo de peste, especialmente en aquel mercado. Además, una cabeza clavada en lo alto de la fuente de las serpientes no era un juguetito precisamente discreto.
El golpe sordo de una pareja de objetos pesados sobre su mesa le sobresaltó, ensimismado como estaba Valenz en tratar de localizar a la dullahan entre el gentío que se acumulaba a la entrada del mercado. Había olvidado lo endemoniadamente silenciosos que podían llegar a ser los de su clase.
Contempló el botín que su improvisada mercenaria le había traído con falsa afectación, como si se encontrase evaluando el resultado de su encargo y no lo considerase todo lo limpio que pudiera haber llegado a ser.
Hizo desaparecer el botecito de la mesa con la rapidez de un prestidigitador, y manipuló el brazo con una delicadeza y remilgos que parecieron cómicamente fuera de lugar entre la mugre de aquella calleja del mercado. Sin embargo, pronto quedó claro que no se debía a melindres sino más bien a examen del género, ya que una vez hubo concluido sus dataciones lo hizo desaparecer sin contemplaciones en el interior de un saco de esparto, con un golpe sordo que hacía intuir que aquél no había sido el primer trato del comerciante que incluyese extremidades.
-Bastante bien- dijo en un tono estudiadamente neutro-. Yo habría elegido un lugar más abierto que la plaza de la fuente, pero está bastante concurrido a estas horas.
Sin embargo, los resultados de aquel trabajito habían salido mejor de lo esperado. Siendo mercader, Valenz era un buen juez de carácter, y tampoco le costó trabajo sopesar los beneficios y pérdidas de aquella "transacción". El encargo se había llevado a cabo sin distracciones y con una mayor dosis de discreción de la que esperaba teniendo en cuenta el carácter belicoso de la dullahan; quizá tuviera madera de mercenaria. Y en caso de que, efectivamente, así fuera, Valenz no quería arriesgarse a que el día menos pensado él se hallase en el lado equivocado del encargo.
Valenz extrajo del mostrador un saquito de monedas ya separadas a tal efecto, haciéndolas tintinear al depositarlas sobre la mesa para demostrar que el resonar cantarín del metal era inconfundible. Le dejaba un mal sabor de boca haber tenido que aflojar más dinero del razonable por eliminar a un ladronzuelo, pero quizá aún estuviera a tiempo de salir ganando.
-Tu paga, y un pequeño plus por rapidez- sabía por experiencia que con un incentivo todo el mundo trabajaba más eficazmente, ya fuese positivo o negativo-. No parece que se te dé mal, ¿tienes pensado seguir trabajando en esto?- era un comerciante lo suficientemente experimentado como para saber que no podía proponer su oferta de buenas a primeras; había que preparar el terreno.

18/07/12, 10:15 pm

Cuando Elliot puso el brazo y el frasco sobre la mesa, el mercader, que parecia estar ausente, se giró hacia ella. Luego comenzó a examinar los dos objetos y guardó el bote rapidamente. Miro concienzudamente el brazo, como si realmente pretendiese encontrar algun fallo. Pero no lo había. El brazo había sido cortado de un solo tajo. Era un corte completamente liso, recto y limpio... y, ademas, como el cuerpo había estado congelado, ni siquiera se había manchado demasiado de sangre.

-No por darle mas vueltas vas a encontrar algun fallo ¿eh? - Le recriminó con los brazos cruzados sobre el pecho. Ella no era una chapuzas, lo que hacía lo hacía bien y odiaba que la gente tratase de encontrarle errores.El hombre tiró el brazo dentro de un saco.

-Dijiste algun lugar concurrido. No especificaste más. Si querías otro lugar, haberlo dicho. - Contestó en un tono neutro aunque con un deje de frustración al final.

El hombre sacó otra bolsa con dinero. Elliot cojió la bolsa sin mirar el contenido. Despues de ver el brazo del ladrón, estaba segura de que el mercader no se arriesgaria a probar de su propia medicina. Escuchó a Valenz y sonrió mentalmente. Luego sopesó sus palabras durante un segundo. - Si, siempre y cuando las ofertas sean buenas... - contestó ella dejando claro que se movería por el dinero ante todo. La Dullahan guardó el dinero dentro de la bolsa sin fondo y miró al hombre un segundo. Parecía un tipo con recursos. No conocía a demasiados mercaderes en la ciudad pero por lo que había visto en los puestos, Valenz tenía bastante dinero... no le convenía perderle.

-Ahora tengo que irme, pero estoy segura que sabrás donde encontrarme si vuelves a necesitarlo. - Dijo recordando que el hombre conocia bastante mas sobre ella de lo que le gustaría. - Y estare encantada de ayudarte... mientras las propinas sean tan generosas. - Acabó con una risa de suficiencia mezclada con algo de sorna. Luego la chica volvio a perderse entre las sombras de la noche, deseando encontrar las luces de su hogar encendidas.

Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.

16/08/12, 04:44 pm

Cuando diviso el Mercado, abarrotado e iluminado de diferentes formas según donde mire, dejo de lado la velocidad y a un paso más calmo me adentro entre sus puestos y calles imaginarias, sorteando a la muchedumbre con total delicadeza, sin rozar a nadie, casi sonriendo por la especie de baile que ejecutan mis pies. Pero no por ello no estoy alerta. Las dagas van preparadas con las runas por si acaso.

Busco un peletero o algún puesto que elabore ropa o similar, o cualquiera que me sirva. A medida que avanzo, las voces de los vendedores me llaman para que les compre algo, o algunos incluso para que les venda algo de mi sangre. Hago caso omiso a estos últimos pero me hacen adoptar un comportamiento aún más precavido. Pero eso sí, con todos los tipos de mercancías que aquí se venden, nada de lo que yo pudiera conseguir o fabricar de momento podría venderlo aquí, sería una tontería.

Por fin llego a una especie de peletero, que muestra sus productos colgando del tenderete y clavados a una pared de madera. Hay pieles de todo tipo, peludas, escamadas, de cuero lisas, algunas resplandecen, otras son de una oscuridad perfecta... Logro acercarme al vendedor y preguntarle por encima del jaleo, pero la respuesta es negativa así que me giro y justo me choco de lado con alguien. No me fijo en el individuo, me disculpo y sigo mi camino buscando...

16/08/12, 07:40 pm

-¿Andamos con prisas, eh?
La sombra con la que había chocado Jack volvió a interponerse en su camino sin brusquedad, pero sí con decisión. La luz titilante de la antorcha de un sospechoso puesto cercano de fuegos comestibles ("¡Delicias para piromantes, tentempiés para dragones!") dejó a la vista sus rasgos bajo la capucha calada que llevaba. Parecía humanoide, pero un vistazo más atento a sus manos cuando gesticulaba permitía discernir unas delgadas membranas rosáceas entre los dedos.
-Pareces estar buscando algo- un par de ojos enrojecidos escudriñaron al joven-. Y no eres precisamente muy discreto al respecto. Todo el mercado está elucubrando por cuánto pueden timarte por lo que buscas a cambio unas gotitas de tu sangre. Eres escaso, vampiro, y eso no suele ser bueno para uno.
Aquel casual discurso estaba en realidad tan cuidadosamente estudiado como el choque "accidental". Los ojos bajo la capucha destellaron con malicia antes de volver a su indolente estado natural.
-Yo también busco algo, ¿sabes?- bajó la voz, probablemente como signo de que el objeto de su deseo no era precisamente algo que pudiese encontrarse en un puestucho cualquiera-. Quizá podamos ayudarnos mutuamente, ¿qué me dices?

16/08/12, 07:58 pm

Pero el individuo vuelve a bloquearme el paso, para nada accidentalmente, así como tampoco lo es el gesto rápido de mis manos a las dagas.
-¿De qué va esto?-suelto de sopetón al mismo tiempo, siseando.

Sin embargo, el humanoide empieza a hablar, diciendo un par de cosas que me hacen enervarme y mirar alrededor, nervioso. <<< ¿Tanto valgo? Maldita sea... Hay que andar con más cuidado, Jack... Y subiré ciertos precios... >>> Alejo las manos de las armas para disimular y miro a los ojos enrojecidos del otro. Este ha bajado el tono misteriosamente... Todos mis sentidos me dicen que no me fíe y que me vaya por donde he venido pero la idea de hacer algo en la ciudad me anima. Es más, antes de responder le hago un gesto para alejarnos de la marabunta y así no correr peligro por los cuatro costados, por si fuera una trampa o algo similar. A la mínima, hechizos, runas y a volar lejos.
-¿Qué quieres?-inquiero con tono serio, sabedor de que puede ser algo para nada limpio.-Es obvio lo que busco; una forma de protegerme del sol. ¿Y tú? ¿Cómo podemos ayudarnos?

16/08/12, 10:11 pm

Se había puesto nervioso, y el hecho de que aún en ese estado se estuviera tomando el tiempo para escucharle era buena señal. Seguramente era un cachorro de la Luna, aburrido de deambular por la ciudad y en busca de nuevos estímulos que quizá le quedasen un poco grandes.
-Outhal, alquimista- se presentó; había llegado el momento de mostrar buenas maneras. Escuchó la escueta respuesta del joven y asintió para sus adentros; su forma de caminar inconscientemente buscando las sombras de los edificios y puestos era muy característica de un vampiro que acababa de consolidar el hábito de huir de la luz solar.
-Hay maneras de protegerse, desde luego- adoptó un tono pensativo a propósito-. No hay hechizo que te haga invulnerable a la luz del sol, pero sí los hay que te permiten protegerte de él durante periodos de tiempo cortos, envolviéndote en sombra para poder caminar bajo él. Antes también era posible entretejer un hechizo similar en una capa o algo similar de manera que fuese permanente, pero incluso entonces te costaría una fortuna- divagó.
Cuando Jack le preguntó qué era lo que buscaba él, el alquimista sonrió dejando al descubierto unos dientes ligeramente más afilados de lo normal.
-Mi profesión me exige estar constantemente a la caza de objetos...peculiares- dejó deslizar la palabra en su lengua con deje despreocupado-. Objetos que no pueden encontrarse sencillamente deambulando por la ciudad; objetos que en ocasiones deben importarse de mundos vinculados. Verás, el problema de buscar lo que necesito en pleno mercado es que el género bien no es fresco, bien no es puro o bien me están dando gato por liebre en cuanto al precio. Lo ideal es recolectarlos tú mismo, ¿entiendes? Pero estoy demasiado enfermo y viejo para ir a buscarlos yo, y ellos lo saben- expuso con una risa seca que asemejaba una tos-. Así que ambos podemos beneficiarnos, ¿sí? Encontrar el grimorio que pueda facilitarte esos hechizos que buscas no es imposible, pero te verás obligado a dar demasiadas vueltas antes de por fin encontrar una información fiable. Tú vas a buscar lo que necesito a un par de mundos vinculados, y yo hago uso de unos cuantos contactos para darte un empujoncito en la dirección adecuada. ¿Te interesa?

16/08/12, 10:41 pm

Hago un gesto como inclinando la cabeza cuando se presenta y hago otro tanto, omitiendo información.
-Jack, sin oficio fijo.
Luego escucho con atención todo lo que dice de hechizos, sin pasar por alto el hecho de que ahora es como más agradable, aunque sigo alerta. <<< Caminar bajo el sol... vaya... Pero demasiado peligroso, mejor lo de la capa... Una fortuna se puede conseguir... >>> Pero no me deja tiempo para pensar, ya que pronto responde a mi pregunta, más animado con el tema que con lo mío. Me cruzo de brazos de forma que con la mano derecha pueda arreglarme el bigote, pensativo, mientras voy reteniendo algunas cosas de las que dice, como material fresco, puro, lo de timarle, por mi propio bien. <<< ¿Enfermo? Hum... ¿Grimorio? Eso me vendría bastante bien, habrá infinidad de hechizos ahí, además de los de ocultarme... >>> Termina su discursito y respondo:

-Me interesará siempre y cuando no nos demos gato por liebre. Trato limpio, no es que no me fíe de ti ni para parecer maleducado, pero por si acaso. Y todos contentos.-y sigo, curioso y un tanto impulsivo.-¿Qué debería buscar y traerte? Necesitaré toda la información necesaria sobre el peculiar género, más aún si no he explorado el mundo vinculado pertinente.

18/08/12, 02:21 am

Outhal sintió una creciente satisfacción interna ante la buena disposición de Jack.
-Por supuesto, un trato limpio- coincidió. Le convenía tener un aliado fiable en la búsqueda de sus encargos, y si el vampiro lo hacía bien quizá les viniera bien a ambos mantenerse en contacto. Hacía tiempo que no llegaba un nuevo al mercado que no fuese consciente del escaso respeto que Outhal inspiraba entre los comerciantes, y timarle sería contraproducente si quería establecer una asociación futura.
Escuchó sus preguntas acerca del mundo vinculado que debería visitar y el material que debía traerle, creyendo captar una nota de entusiasmo en su voz.
-Estoy trabajando en varios proyectos a la vez, y me temo que ninguno tiene prioridad sobre los otros- la incontenible ansia de parlotear sobre los usos y procesos utilizados para cada uno le invadió, pero Outhal logró contenerse por miedo a perder el interés de su interlocutor-. Así que voy a ser generoso y dejarte escoger.
>>El primer material que necesito se encuentra en Libo. Consiste en una planta medicinal extremadamente rara y valiosa, que crece únicamente en grutas a los pies de las montañas. La variedad que necesito se localiza en una cordillera al este de la Capital. Sin ánimo de ser pesimista, pero los habitantes de allí son bastante belicosos, y no tienen a Rocavarancolia en alta estima. Te aconsejo que no te dejes ver en absoluto a menos que quieras acabar empalado en lo alto de alguna torre.
>>El segundo está en Ochroria, y se trata de ciertas sales minerales que pueden encontrarse en las desembocaduras de los ríos más caudalosos. Si vas a un pantano te costará más encontrarlas en forma no cristalizada, pero si vas a un río corres más riesgo de que te descubran; tú eliges.
>>Ninguno de los dos está conquistado, así que vas a tener que ir con sigilo- explicó-. Ninguno de los ingredientes de los que te he hablado está a demasiado tiempo de camino del portal de entrada; volver a tiempo antes del amanecer no debería suponerte ningún problema si calculas bien tu hora de entrada y haces buen uso de tu magia. Puede que incluso tengas ocasión de hacer turismo.
>>Si quieres más información es recomendable que te dés un garbeo por la Biblioteca, aunque buena suerte si quieres que ese espíritu te busque algo- recordó con cierto rencor los rodeos interminables por la biblioteca que Biblios le había indicado alguna vez por pura diversión-. A mayor cantidad y calidad de lo que me traigas más específica será la información que yo te proporcione; y desde luego no me voy a quejar si me traes los dos ingredientes. Cuando tengas el material que sea date un garbeo por aquí; me enteraré.
Sin una palabra más el alquimista desapareció entre el gentío, deslizando antes un papel con las especificaciones de ambos encargos entre los dedos de Jack.

Off-rol: Si decides ir a la Biblioteca, esas especificaciones (qué sales y plantas más concretamente, aspecto y dónde se encuentran exactamente) te serán informadas allí de una manera u otra. Si vas directo al mv que sea, te las concreto por privado. Me echarán en cualquier momento así que no me arriesgo a alargar el post indefinidamente con ellas xD

18/08/12, 01:21 pm

Sonreí para mis adentros cuando coincidió en lo de trato limpio, y luego atendí como alumno a lo que decía de sus proyectos. No niego que sentía curiosidad sobre dichos proyectos, pero no interrumpí. Empieza situando el material en Libo, el cual no he explorado pero leí algo en la Biblioteca... <<< ¿No había una transformada reciente de allí? Creo que sí... ¿Y magia tenían? Eso es vital... >>> Después le toca a Ochroria, del que también he leído y oído pero no explorado, pero por lo que recuerdo es árido, así que tendré que ir con más cuidado. También me informa de la cercanía a los portales, cosa que agradezco con un asentimiento de cabeza. <<< Plantas medicinales y sales minerales... ¿Nia no trabajaba con cosas así? Punto para nosotros >>> Iré a la biblio, sin duda. Cuando acaba, sonrío y respondo:

-Comprendido todo. Nos veremos pronto.-luego cojo el papelito, lo guardo en un bolsillo a buen seguro y me volatilizo sin más.

Asciendo hacia el cielo a toda velocidad hasta que veo la muchedumbre como hormigas, indeciso. <<< ¿Voy primero a donde Nía o a la biblioteca? No tengo ni idea de dónde para ni he habado con la chica de Libo, así que a esta la descartamos... ¿Serpentaria, acantilados y Biblioteca? Es lo que más cerca de casa me queda... ¡Decidido! >>> A continuación me dejo caer en picado, sólido, para luego aprovechar la velocidad de caída al transformarme en humo, hacia la Torre Serpentaria.

20/08/12, 01:24 pm

Pyro llegó al mercado con pisadas firmes, pero según se acercaba a la tienda que necesitaba la vacilación entre paso y paso aumentaba, flaqueaba su determinación. Ahora que tenía en sus manos la manera de acabar con su hermana, dudaba. A pesar del odio que la corroía, de la ira, de la rabia porque su amigo había pagado por ella, matar seguía siendo un trago díficil. Cuando finalmente se detuvo frente al puesto, su corazón estaba encogido y su estomago se retorcía.
- Hola Valenz.- su voz en cambio no temblaba.- vengo a proponerte un trato.
- Ah, el perro callejero. - suspiró con una sonrisa burlona el mercader. No tenía mas clientes en ese momento, y arqueó las cejas ante sus palabras. - gusto en verte... siempre que lo que quieras proponerme sea algo bueno. ¿conseguiste una fuente de ingresos, por fin?
- No. Vengo a cambiar un favor por otro. - Pyro apretó la mandibula. Sacó el libro y lo abrió por la pagina que había marcado. Lo puso frente a él.- tienes esto, o algo con consecuenías similares? Porque lo quiero para ahora y para ya.
El mercader echó un vistazo al papel sucio de las páginas y soltó un resoplido que podía significar cualquier cosa. En cambio no parecía descartar la idea del todo:
- ¿Que puede ofrecer una brujilla sin fondos y demasiado maquillaje a un honorable mercader como yo? Nada, eso es lo que veo.- pero sus ojos pedían respuesta. Su sonrisa burlona era un poco menos desdeñosa.
- Mi fuente de magia es infinita. No me importa que clase de servicio me pidas mientras no quieras sexo.- ahi, no iba a transigir, en cambio la mera idea pareció hacer reír al mercader. Mas aliviada siguió con lo ensayado: - tendrás un favor a cambio del tuyo. Ademas ambos sabemos que no es nada valioso lo que te pido. Un favor de "una brujilla sin fondos" debería ser precio suficiente.
- Que sabras tu del valor de las cosas.- dijo ofendiendose de manera teatral. Su sonrisa ahora era canina, depredadora.- ¿de que es la moneda que tienes? Corren rumores de que es tuya ahora.
Por primera vez, Pyro balbuceó:- moneda? ... no... ¿para que? - su mano fue al bolsillo como is necesitara constatarse de su presencia.
- La palabra de una chica con precio por su cabeza no vale de nada. Si pasara cualquier cosa, ¿quien me devolvería el favor? No, chss, yo digo, ¿quien quiere palabras? Mi precio no se cambia, otra cosa es un robo y tengo fama de ser poco bondadoso con los ladrones. ¿de que es la moneda?
Pyro dudó, pero la palabra ladrón hundió el dedo en la llaga. Al menos ya no será para ella. La sacó del bolsillo. Vieja, grande, redonda y liviana. Creía recordar que era plata. Valenz la tomó entre los dedos sin perder la sonrisa.
- No es mucho para lo que te voy a dar. Mantendre tu palabra respecto al favor, que al menos, ahora tiene precio. ¿hay trato?
Aquello hinchó las aletas de la nariz de Pyro. Se mordió el labio en una duda final, y apretó la mano que tendía el mercader hacia ella.

27/08/12, 09:00 pm

Toima y Tania

Llegaron al mercado con el sol en lo alto. Debia de ser la hora de comer, pero Toima no daba muestras de tener hambre. Por otra parte, a Tania le rugia algo el estómago.
-¿Magia? Pero si nosotros no...-comenzó diciendo la nublina, intrigada.
Toima esbozó una torva sonrisa y pasó a explicarle.
-En mi tiempo como Watarhé aprendí muchas cosas sobre hacer trampas. Miles de ciudadanos lo suficientemente estúpidos como para creer que engañarian al emperador si le mostraban que ellos podian hacer tambien milagros. Claro está, eran trucos. La mayoria de ellos baratos: Espejos, pócimas, falsos fondos. Los que le intentaban timar eran ejecutados en el acto.-dijo Toima, restandole importancia a ese punto.-Lo que viene a ser es, esos milagros que hace el emperador, no es más que magia. Magia quizás no como la de rocavarancolia, pero me recuerda bastante a ella y es un dato que no me he dado cuenta hasta ahora.-
Pasaron entre los puestos. Gente alborotando, ruido de obras de fondo, miradas sospechosas, el ulterano se encontraba alerta. Tania permanecia pegado a él todo el rato y atenta a lo que le contaba.
-Vamos a crear nuestros propios trucos de magia. No necesitarán energia, pero sin duda costará mucho más prepararlos.-a continuación, vio como un mercader pregonaba la cantidad de elementos raros y especias que tenia. Su puesto, rodeado de frasquitos y demás parafernalia, estaba rodeado de gente y de monstruos. Toima se abrio paso, apartando brazos, hombros y, a veces cabezas, de su trayectoria. Cuando llegó a donde el mercader, le llamó la atención y le explicó lo que buscaba.
-Mira, busco una cosa amarilla, que se encuentra en volcanes. Es amarillo como la bilis y apesta a pedo. ¿lo tienes?-el mercader, algo intimidado por el colosal ulterano ante él, decidio no marearle como los demás y le dio un no rotundo. Toima suspiró y salio del gentio.
-No lo tiene.-le explicó a la nublina.

28/08/12, 12:01 am

En las sombras Outhal casi echó a reír al presenciar la escena. Era azufre, simplemente azufre: cualquier idiota que vendiese a alquimistas, invocadores o brujos especializados debería tenerlo a espuertas. Sin embargo la combinación de las pintas intimidantes del ulterano unido a la estrafalaria descripción que había hecho del producto habían hecho que el mercader se apresurase a alejar a aquel individuo de su comercio.
Resopló desdeñoso. Tenía una pobre opinión de aquel embaucamasas en concreto, como solía llamarlos en su fuero interno. Outhal se enorgullecía de poseer unos clientes (contactos, más bien) mucho más selectos. Sin embargo, no podía evitar sentirse resentido por la nutrida clientela del mercader.
Sabedor del impersonal servicio que éste solía dispensar pero incapaz de hacerle la competencia, solía apostarse cerca de los puestos aledaños, acechando pacientemente a la espera de los compradores decepcionados por tanto rodeo y regateo inútil, que estarían ansiosos de encontrar a alguien que les dijese directamente dónde podían conseguir lo que querían.
Su espera se había probado fructífera: aquél parecía ser su día de suerte. El ulterano no parecía ser del tipo que tenía mucha paciencia, y por todo lo que sabía aquel material que buscaba podría ser increíblemente raro en Rocavarancolia. Outhal no sólo traficaba con materiales, sino con información: cómo, dónde y a qué precio podían conseguirse. Sin embargo, daba la casualidad de que el material por el que estaba preguntando Toima entraba dentro de su especialidad: un alquimista siempre debía llevar encima compuestos semejantes, y ni siquiera era demasiado raro de encontrar. Podría sacar un buen pellizco de aquello.
Ni corto ni perezoso Outhal les salió al paso a la pareja. Primero a la nublina y luego al otro una vez hubo bajado la marcha a ver qué pasaba; había captado el porte de guerrero del ulterano y no era la primera vez que alguno de esos salvajes estaba a punto de pisotearlo.
-No he podido evitar fijarme en vuestro intercambio unos puestos más atrás- dijo con una sonrisa en los labios-, y he creído conveniente indicarte que preguntando por los puestos no vas a conseguir nada, o como mucho un timo. Resulta que soy alquimista y he reconocido lo que buscas- consciente de que podía perder el interés de su "presa", sacó un saquito -. Se llama azufre- le explicó con un ligero sonsonete de burla-. Te aconsejo que de ahora en adelantes preguntes por los productos por su nombre. Volviendo al tema, el caso es que lo tengo y puedo permitirme vendértelo.
>>¿Cuánto necesitas y cuánto llevas encima para pagar por ello?- preguntó, adoptando un tono profesional-. Y ya por curiosidad, ¿para qué lo necesitas? Con todos los respetos, no tienes pinta de ser un compañero de oficio...

28/08/12, 02:14 am

Toima

El ulterano se paró en seco cuando el hombre de aquel puesto les comenzó a hablar. Detrás de él quedó la nublina que pronto andó para ponerse al lado del albino. Toima escaneó al hombre de arriba a abajo. Parecia desenvolverse con experiencia y, como en todo tema de comercio, desconfió. Escuchó lo que tenia que decir, tranquilo, pero con aires de que tenia prisa.
-Azufre...-repitio.-Nunca me dijeron el nombre de esa cosa...-dijo algo pensativo.-¡cientificos!-exclamó, encogiendose de hombros.-Si es eso, es lo que busco y necesito. Ah y tambien, necesitaria esta otra cosa, se que es un líquido que es transparente, amarillo-marron si está podrido, que tiñe la piel de amarillo y la quema... Creo que tampoco se el nombre, pero tambien lo necesito.-
Toima se dio cuenta de lo poco que un soldado de a pie sabia de ciencia. Les entrenaban para saber lo justo. Entre el equipamento de un soldado, habia dos viales de un tamaño pequeño. Vial 1 y vial 2. Así es como lo hacian llamar. Mezclandolos, conseguias un potente arma que al prender explotaba. Claro que solo habia un intento por soldado. Era un arma de última opción.

Llego a darse cuenta de que no tenia, ni conocia forma de pago alguna. Pensó en intimidarle por la fuerza, para conseguir lo que queria, pero tenia suficiente consciencia para saber que algo así no seria tan facil, ni tan productivo como esperaria que fuera. Suspiró.
-No tengo dinero de por aquí.-remarcó el aquí, pues tenia una cuenta bancaria bastante nutrida en ulterania, perteneciendo su familia a la nobleza. Claro que tampoco sabia que, gracias al contrato del consejo, era como si su nombre en aquella cuenta hubiera sido borrado.-Es más, en mi vida he tenido que pagar por algo.-dijo con un tono más siniestro, hinchando el pecho y estirandose.-No se si imaginarás porque...-

Se dejó de rodeos.
-Pero... Consideralo una inversión. Necesito esas cosas para una misión del consejo. Una misión que me dará bastantes tierras. Me imagino más o menos cuanto beneficio puede dar una tierra firme... ¿que tal una futura comisión sobre los beneficios de esa tierra? Todo se puede negociar...-dijo, intentando sonar todo lo carismatico que podia permitirse. El viejo Toima hubiera decapitado al mercader y habria saqueado la tienda.-O, sino te vale una promesa de un tio con ojos por todo el cuerpo, puedo pagarte con servicios. Pero nada que no sea algo relacionado con dar palizas, que otra cosa no se.-dijo algo rotundo.-¿Que me dices?-

28/08/12, 07:03 pm

Servicios. Outhal sonrió. Comerciar con favores, aunque fuesen del tipo mercenario, en ocasiones se probaba mucho más valioso que cualquier otra mercancía. Las tierras no le interesaban, menos en un mundo vinculado. Rocavarancolia era su hogar y allí permanecería.
-Ácido nítrico- dijo pensativo al oír la descripción del ulterano-. Muchos reactivos de por aquí responden a lo que describes, pero teniendo en cuenta que también me pides azufre creo que eso es lo que buscas, y es también lo que te va a salir mejor de precio. No llevo encima más que un frasquito, comprenderás que cargar con más es algo... arriesgado- esbozó una sonrisa perezosa-. Vas a tener que acompañarme si quieres comprar; te concederé ese adelanto.
Guió al ulterano y a la nublina por un mareante entramado de puestos hasta llegar a uno de los múltiples almacenes de bienes que utilizaba por toda la ciudad. Entró solo en el edificio durante un momento, para que la presencia de sus clientes no perturbara el hechizo de alarma que había apostado sobre él, y a su salida le acompañaron levitando un vitral y un saco cuyos contenidos deberían resultarle familiares al ulterano.
-Dime cuánto necesitas de cada cosa- dijo, dejando de lado la cháchara y manejando con soltura un equipo de instrumentos de peso y medida-. No me interesan las tierras, ulterano, pero me basta con saber que seguiremos en contacto y que podré cobrar esa deuda en servicios en cualquier momento. No te preocupes, te haré buscar cuando crea que ha llegado el momento de saldarla.

29/08/12, 07:01 pm

Toima y Tania

El mercader debia saber que era lo otro que buscaba aparte del azufre pues pronto vino con un nombre. Un nombre que recordó.
-Ácido Nítrico...-repitio, por lo bajo. Parecio aceptar intercambiar sus materiales por un favor, un favor que Toima deberia pagar en el futuro. Pero le daba igual. Tenia la suficiente confianza como para matar a quien fuera en la ciudad. Resopló, algo más tranquilo de saber que eso estaba saldado. Acompañó al mercader a donde guardaba varios de sus materiales. Volvio con un vial y un saco, haciendolos levitar con magia. Preguntó cuanto necesitarian y Toima fruncio el ceño.
-Tanto como puedas darnos... Pero empezar por un kilo y un litro de cada bastará por el momento...-
La nublina le lanzaba miradas de preocupación al ulterano y después se fijó en toda la parafernalia que trajo el mercader. Todavia no sabia que iba hacer con él, pero el ulterano se hallaba bastante contento por la transacción. ¿Para que necesitaria el mercader los servicios de un ulterano que ni si quiera tiene magia? Temia porque le pusiera una pago que no pudiera cumplir. Temia por la vida del albino, sentimiento que no era compartido por él.

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