Supervivencia y liderazgo (adiestramiento)

Escucho el discurso que dio la profesora.
Sea como sea, estoy dispuesta a asistir a esa clase.
Miro un segundo a mis compañeros, y, como nadie reacciona, yo misma me adelanto un paso.

Escuché atento a Cicatriz, he intentaba no mirar a las jóvenes lobas que tenía al lado porque su olor despertaba en mí un tremendo hambre y mi instinto me pedía que cazara esas lobas...
Una de ellas me miró amenazante y gruñó al grupo y yo le enseñé los dientes, agresivo, intentando que Cicatriz no me viera.

Después dio un pequeño discurso, que más que discurso, era una advertencia para los menos valientes. Me gustaba la actitud de esta persona, era concreta y seria.
Yo no tenía ninguna duda que en esas características que había citado Cicatriz las tenía yo. Yo y mi instinto.

Sin dudarlo, dí un paso al frente después de una compañera le guiñé un ojo a las lobas, moviendo mi cola como era habitual en mí cuando quería hacerme notar.
Después miré hacía atrás, para ver si algún compañero nos seguía a mi compañera y ami.

Sonrío divertido,por fin algo directo. Supervivencia,era algo necesario,duro pero imprescindible,la mayoría tardarán en darse cuenta de que en esta clase van a tener que dejar de lado su humanidad. En cuanto al liderazgo,no se me da demasiado bien,soy anarquista,pero cuando nos quedamos solos Boonie,Will y Marta no lo hice mal. Marta sale la 1ª,no puedo evitar reirme,esa es mi chica.
-Estoy dispuesto-digo decidido dando un paso al frente-No podría ser de otra manera- respondo a sus condiciones- Cuenta conmigo.
Me sitúo al lado de Marta,pero que mona es! Espera Alexander,concéntrate,no quieras quedar como un pringado sentimental el primer día de clase. Pongo una cara seria y aguardo expectante.

Frente a una casa medio en ruinas, cuya puerta parecía fuera de lugar se paseaba nuestra nueva instructora, su paso era firme y altivo, reflejaba una seguridad increíble. Era, o eso creía, un mujer lobo, distinta a los lobos que nos atacaron, sin embargo iba acompañada de dos de esas lobas ... , pero al fijarme mejor me di cuenta de que eran algo distintas ... los del ataque estaban rabiosos y parecían tener alguna enfermedad. Cuando una de ellas gruño hacia nosotros la ignore, no creía que atacara, y si lo hacia la estaría esperando, había muy pocas cosas que temiera realmente, y la loba no estaba entre ellas. Escuche con atención el discurso de la profesora, tenia las cosas claras, y no aceptaría a cualquiera en el entrenamiento, nos catalogo en dos tipos de personas. Por desgracia yo no estaba entre las del segundo grupo, como dice Elliot me arriesgo demasiado y siempre me pongo delante, a pesar del peligro. Siempre me he comportado así, no se por que, hasta hace nada creía que solo me preocupaba por mi, pero resulta que me preocupan mas los demás que mi persona, es absurdo y me considero gilipollas por ello. La mayoría de la gente no se preocuparía por mi, pero yo soy así ... es un rasgo estúpido, pero no puedo cambiarlo, al menos no de la noche al día, y necesito aprender mas, saber mas para poder proteger a los que quiero, a los que realmente quiero proteger. Pero no me veo capaz de ello si no aprendo, si no mejoro ... aun no puedo hacer frente ha esta ciudad, si no mejoro caeré, y no me preocupa mas eso que el hecho de fallarles a los míos. Varios de mis compañeros se me adelantan, no me fijo quienes son, no se sus motivos y tampoco me importan, espero que les vaya bien y aprendan algo, yo necesito centrarme en lo mio, pienso dedicarle todo mi esfuerzo ha estudiar lo que me enseñen, aquí y en los demás entrenamientos. Di un paso al frente y retire la capucha como muestra de respeto, sus palabras no me iban ha echar atrás, mi vida había tenido mucho de Infierno, ¿realmente importaba un poco mas?. Sus palabras aun resonaban en mi cabeza, dolor y miedo, horror sin perder la razón ... quizás yo estaba destinado a la locura, aun recordaba las palabras de mi "hermano" y de la mujer, pero aun no, aun no me tenían, y no sería fácil que lo consiguieran, peleare hasta el final. Los términos de la instructora me resultan familiares, estoy tan habituado que casi ni les presto atención ... dolor, pienso en mis innumerables cicatrices, ... miedo, no tengo muchos, pero los que tengo son muy fuertes, y horrores ... ver morir a los que quieres es sin poder hacer nada es un horror que puede hacer perder la razón ciertamente, pero no es mi caso ... aun quedan personas que proteger. La instructora también esta cubierta de cicatrices, cicatrices abiertas que no parecían sangrar surcaban su pelaje negro, mi expresión era neutra, pero mis ojos brillantes sobre las ojeras por el esfuerzo que le dedicaba a los entrenamientos, delataban mi determinación. No era momento para flaquear, ya habría tiempo para eso cuando no me enseñaran mas ...

Una casa en ruinas, desvencijada, que me recuerda a aquella que se me cayó encima...No me da muy buena espina. Pero delante pasea la que será la instructora de "Supervivencia y liderazgo"... Hum... Supervivencia me interesa, pero liderazgo... no me veo liderando nada, si acaso un grupo pequeño de seres como Vacuum, que no me den ganas de desangrarlos... Buen ¿discurso? No, advertencia. Pero esas dos lobas huelen demasiado bien, son jóvenes por el olor y su sangre será fresca. Me relamo inconscientemente y cuando me percato de esto, no intento disimularlo pero sí apreto la mascarilla contra mis labios, para olvidarme del lobuno aroma. Y sigo mirando a la "instructora". ¿Infierno? No creo en un infierno ni temo a la muerte, aunque prefiero vivir lo máximo posible. <<Es más, no tengo pulso ni respiro>>, pienso divertido pero sin mostrarlo en forma de sonrisa. ¿Quién más ha venido? Martalar es reconocible, la vi en el faro...¿Y ese...esa especie de tigre? Es el que olía tan deliciosamente peligroso en el torreón cuando desperté... También está Vacuum, espero que no se me acerque si tengo que luchar o similar, pues me dejará atontado, así que mejor alejarse. Y ese...¿Alex? ¿Qué diantres es? Tiene dos cristales en vez de ojos, qué raro. Pero mientras no me influya, no me importa. Solo importa sobrevivir a esta lección y sobrevivir a esta maldita ciudad, aparte de conseguir controlarme... ¿Que demos un paso adelante?
-¿Y si fuese una trampa? He visto calles que desaparecen mientras caminas por ellas, conduciéndote al abismo. Pero quién sabe.-digo serio, cruzado de brazos.
Dicho esto, doy una zancada al frente y me quedo ahí, rígido pero con los brazos relajados en la cintura, por si acaso. Si pasa algo, actuaré en consecuencia. Aunque de vez en cuando se me desvía la mirada a las criaturas que hay junto a la instructora, hambriento...

Supervivencia y Liderazgo... o eso nos habían dicho. Estábamos todos juntos esperando delante de una casa en ruinas. La profesora parece muy decidida, y creo que quiere acobardarnos a todos. Su discurso ha sido de los mejores que he oído de presentación.

A su lado hay dos lobos que se parecen bastante a los que nos atacaron en el Torreón. Aunque tienen alguna diferencia, podría ser que lo que matamos aquel día fueran otras personas que se transformaron en lobos? Prefiero no pensar en eso...

Marta, Jau, Jack, alguien que se parece a... Vac? y otro que no conozco... aunque creo que me lo he cruzado alguna vez en el torreón... Todos han dado un paso hacia delante, y no pienso ser menos, después de todo lo que hemos hecho creo que la supervivencia es algo muy importante, y no me importa sufrir más ahora que se que por lo menos vamos a aprender algo que en otro momento que podría ser mortal...

Decidido, me adelanto y me pongo a la altura del resto.

¿Sangre, muerte y destrucción? Esta clase me va a gustar... Al menos mientras no nos pongan a luchar contra lobos...

Las dos lobas que acompañan a la profesora me intimidan bastante, pero con un par de hechizos de paralizar y dos golpes bien dirigidos con la lanza no supondrían un problema, además de que parecen mas interesadas en el chico tigre que en mi.

Para cuando me doy cuenta ya hay 6 personas adelantadas, así que me doy prisa en ponerme a su altura.

Espero que no nos mande matarnos entre nosotros para ver cual consigue sobrevivir...
O que si lo hace, al menos me deje ir a buscar humanos para no estar en desventaja.

Desde el principio tenía claro que este no iba a ser un entrenamiento fácil, pero escuchar a la intimidante loba todavía desinfló más mi ánimo. Hasta ahora he sido un pusilánime y un niño de mamá, como ella misma ha dicho. Pero también juré que eso dejaría de ser así, que no podía continuar siendo tan débil. Tengo decidido que daré un paso adelante antes incluso de pensar bien en las consecuencias. Pero no me muevo, me quedo esperando a que los demás lo hagan. Y mientras, no paro de darle vueltas a la decisión. Posiblemente acabe quedando en ridículo. No, seguramente lo haga. Incluso puede que me marche de aquí llorando como un idiota, pero tengo que intentarlo. Las cosas no van a ser fáciles de aquí en adelante, este entrenamiento va a ser muy útil. No quiero que nadie tenga que cuidar de mí, y quiero ser útil... sin fastidiarla una y otra vez.

Sin pensarlo, doy un paso adelante y me pongo a la altura de los demás que han decidido participar en este entrenamiento. Me siento estúpido entre los demás, pequeño y débil, a excepción quizás de la chica ciervo, porque desconozco sus habilidades, aunque no parezca muy intimidante. Todos los demás sé seguro que son fuertes, valientes y decididos. Definitivamente voy a hacer el ridículo. Entonces miro hacia atrás y busco a Nia. ¿Se apuntará a esto también? Por un momento me entra miedo, ¿y si le pasa algo? No, no creo que corramos peligro real, solo es un entrenamiento. ¿O me equivoco? Miro de nuevo a la profesora, de reojo, no quiero que se fije en mí. Su mirada no me dice nada sobre sus intenciones, está completamente seria. Su aspecto me resulta aterrador, aunque en esta ciudad ya nada debería sorprenderme. Está plagada de heridas abiertas, algunas parecen graves. Debe de llevar un tipo de vida que... si tiene algo que ver con el entrenamiento, me hace plantearme retroceder de nuevo y marcharme de aquí.

A mi espalda puedo reconocer a Niko, el chico de aquella ballesta, y a... ¿Gael? Pero... ¡Está ardiendo! Y ninguno huele a sangre, no del todo. Niko huele a metal, no logro identificarlo. Y el chico huele a quemado, nunca mejor dicho. Aunque no parece que se queme... Ambos dan un paso adelante, aunque Gael lo hace como dudando. Pero tengo que pensar en mí, no podré ayudar a nadie que huela a sangre y aunque estos dos no huelan a tal, por sus venas seguramente corra sangre... Y el otro chico, ¿cómo se llamaba? No recuerdo... Pero este sí que huele bastante bien, maldito sea. No aparto la mirada del cuerpo de la instructora, surcado por decenas de cicatrices. Quizá acabemos así estas lecciones, aunque... cuando me arañé la barbilla en el torreón, no me quedó marca... Da igual. Lo importante es aprender a sobrevivir y sobrevivir a esto, el aspecto físico posterior no es importante, siempre y cuando no me falte un brazo o algo...
Y por fin, hay que ponerse en acción. Todos obedecemos y entramos en la casa, alerta aunque no lo suficiente pues caemos en algún sitio, quizá uno de los túneles que recorren la ciudad por debajo. E inconscientemente me relamo, recordando a aquella criatura que cacé. Pero los ruiditos que escucho no son de pezuñas, son garras. Me incorporo con rapidez y preparo la mano izquierda sobre el cinturón, presta a coger uno de mis cuchillos, mientras la diestra irá por libre. Desenvainaría la espada, pero en la oscuridad podría cargarme a alguno de los otros... Zumbidos, garras y fauces que se abren y cierran, ansiosas. Y un aroma a sangre embriagador. Sobre nosotros, una voz se eleva. ¿Que no nos domine el miedo? Pero hay otra cosa más interesante. Ha dicho "ellos". ¿Por qué? ¿Acaso son como nosotros, transformados pero tiempo atrás? No importará si me atacan. Y dudo que pueda controlarme si se me acercan más. Que huelen el miedo, dice.
-Yo huelo a sangre.-se me escapa un susurro mientras me relamo y flexiono brazos y piernas, preparado.
Y siempre puedo convertirme en humo, si la situación es demasiado desesperada. Aunque quizá la instructora lo tome como cobardía... Sacudo la cabeza, pues pensar en eso ahora no va a ayudarme. Y espero...

—¡Llego tarde, lo sientoooo! —gritó Drew a lo lejos. Sin pararse siquiera a preguntar, se tiró al agujero como un hombre perdido en un desierto se tiraria a un pozo. Oyó pasos, los demás le sacaban delantera. Les saludó con otro grito. Una estampida de pequeñas criaturas voladoras les obligó a todos a agacharse.