Biología mágica (instrucción)

Recuerdo del primer mensaje :

En el anfiteatro Sepalian Xila extendió el gran papiro sobre la base de madera con cuatro movimientos en aspa. Tras esto subió a las gradas para tenderle a la dullahan un papiro y una pequeña tabla de madera, así como un tintero lleno de un pigmento naranja y una pieza de madera con forma de pluma.
Luego fue a por una caja en cuyo interior yacía un ser a caballo entre pez y ave. Lo agarró por el pescuezo y lo alzó, era imposible saber si estaba muerto o dormido. Luego, colocándolo sobre una gruesa tabla, le cortó el pico con un limpio golpe de cuchillo.
Algunos de los asistentes hicieron muecas de asco ante las que Sepalian, esta vez sin máscara, sonrió. Eso era exactamente lo que quería conseguir el brujo. No quería remilgados en clase.
Del hueco que había quedado en la criatura al quitarle el pico asomaba algo rosado y palpitante. Sepalian estiró de aquello con unas pinzas de madera para sacar algo más asqueroso todavía. Era algo rosa, viscoso y muy grande, tanto que parecía imposible que hubiera estado guardado dentro de aquella piel de plumas y escamas. Tenía dos ojos diminutos y mal formados y parecía una foca sangrienta. Dejó caer al engendro en un tanque de agua dentro del cual éste se deshilachó en venas sueltas en una imagen vomitiva, ya que mientras se deshacía, aquella especie de foca temblaba violentamente de vez en cuando.
Sepalian Xila dejó los tres objetos bien a la vista de los presentes: El pico, la piel y las venas en agua, que todavía parecían moverse.
-Buenas noches, soy Sepalian Xila, brujo de las plantas con flor y vuestro mentor de biología mágica. Una de estas cosas es un veneno. Otra es una valiosa fuente de poder. Y otra, un punto débil. Explicadme cuál es cual y razonad vuestra explicación -exigió.

¿Purificar? ¿Proporciones? ¿Qué significa esto?
Todos se juntan en una misma mesa, así que me acerco también con mis materiales.
-Me apunto- murmuro.
Vamos a ver... Proporciones. ¿Cómo las calculamos?
-Calcular las proporciones a ojo va a ser muy difícil... -murmuro, con el ceño fruncido.
Entonces, el ángel negro, cuyo nombre aún no conozco, reconoce a Vacuum.

Aún no me había dado tiempo a sacar la glándula venenosa de la criatura cuando Kaila se rocío la cara con el veneno, el profesor la ayudo y, mientras, conseguí extraer la bolsa de veneno, con mucho esfuerzo, y entregarla. Ahora tenemos que encontrar unos antídotos sin instrucciones, aunque no me sorprende teniendo en cuenta como ha sido el ritmo de la clase. Al menos sabemos parte de la poción que ya es algo...

Me pongo a trabajar con los ingredientes que nos ha dado, al principio no tengo ni idea de como medirlos y me pongo a vigilar a los demás para ver que hacen, todo el mundo se ha juntado alrededor de la mesa de Vac, supongo que le estarán pidiendo ayuda, ya que sabe mucho de plantas medicinales, pero aunque me siento tentado decido que tengo que intentar hacerlo solo, me parece la mejor manera de aprender... Justo mientras pienso en esto responde a la pregunta de Jack y menciona algo sobre la alquimia, de repente se me ocurre algo... "A lo mejor tengo la respuesta en el libro..." Me pongo a hojear antídotos pero no encuentro nada que se parezca a lo que estoy preparando... "Pues vaya... Con la pinta que tiene el libro pensé que sería más completo... aunque claro, ahora que lo pienso... a lo mejor quiere que hagamos esto sin ayuda... que en realidad es una poción poco práctica como ha dicho y, por eso, no es algo que podamos encontrar fácilmente en lo que hemos leído o ya sabemos... lo que quiere, como ha mencionado antes es ver si tenemos intuición..."

No se como "intuir" la respuesta, lo que si se es que Vac ya ha terminado y ha entregado lo suyo, así que pienso que tampoco puede ser algo muy complicado de averiguar por prueba y error... Empiezo a hacer cálculos basándome en lo que nos ha dicho de las proporciones "Tenemos un 77 % seguro de la poción... así que para calcular el resto tampoco hay muchas más posibilidades..." Me pongo a mirar los ingredientes, no tengo ni idea de lo que son ni para que sirven, pero se me pasa una idea por la cabeza y no soy capaz de pensar en otra cosa, así que lo intento... "Al fin y al cabo, ha dicho que hace falta intuición... vamos a seguirla..."

Por alguna razón me siento convencido de que va a salir bien y de que tengo la razón así que empiezo a mezclar los ingredientes midiéndolos con los botes y un poco a ojo. Mezclo con cuidado la pulpa de la fruta y los brotes, después añado el jugo de algunos de los tallos y unos líquidos de color verdoso, para terminar espolvoreo parte del animal de la primera práctica sobre la pócima y lo dejo reposar un poco.

Una vez parece terminada cojo un poco y la aplico sobre el animal rígido. Poco a poco su rigidez disminuye y los zarcillos van desapareciendo. "Funciona! genial!" Intento recordar los ingredientes que he usado por si los pregunta después, aunque no recuerdo las cantidades exactas... Una vez los apunto todos entrego mi muestra de antídoto dejándola sobre la mesa del profesor.

Me siento en mi silla y empiezo a repasar lo que hemos visto hoy y a leer mi libro de Alquimia mientras los demás terminan. "Me esta gustando mucho esta clase..."-pienso antes de enfrascarme en la lectura.

Estoy de acuerdo con Vac, si nos hemos reunido es para solventar las dudas de algunos, yo tampoco creo que sea correcto entregar una entre todos, creo que el maestro intenta que cada uno sea capaz de crear el remedio por su cuenta, aunque pongamos ideas en común.
Presto atención a lo que nos explica y vuelvo a mi mesa. Sigo dudoso en algunas cosas, pero no voy a desistir. Si tengo que probar mil mejunjes, se prueban. Así creó Edison la primera bombilla... o eso se dice.

Hiervo los brotes y hago la mezcla en las cantidades que veo adecuadas. Decido coger un cuchillo y contar las gotas para preparar la base. Es lento, lo sé, pero es lo que mejor se me ocurre...
Al cabo de unas horas, cuando estimo necesario parar para que me de tiempo a pensar la mezcla, obtengo diez pequeñas muestras con la base ya mezclada. Hay poca cantidad, pero los trozos de carne que tengo son también muy pequeños. Agarro un poco de cada uno de los materiales y los llevo a la mesa. Tengo en total un 77% de la mezcla, así que no me queda ni un cuarto de ella por llenar...
Tallos, sales, polvo y algunos líquidos de colores. No sé como son, pero al menos apetecibles no parecen. Decido hacer una primera prueba juntando todos los ingredientes en cantidades proporcionales y llenando el resultado con la base. Lo aplico sobre todos los trozos de carne y el resultado es lo que esperaba. Nada, aunque en el de la sangre azul algo cambia, se ennegrece y empieza a soltar tufo... ese mejor lo tiro enseguida.

Hago otras seis pruebas usando mayoritariamente los tallos y las sales. Los resultados es una no variación o empeoramiento de las infecciones o enfermedades. Entonces se me ocurre... ¿y si pruebo por separado los ingredientes? No tengo conocimientos científicos, aunque supongo que los resultados de mirarlos por separado poco tendrán que ver con lo que pueda obtener con la mezcla, pero por probar... Mejor eso que ir mezclando de forma alocada.
Así que pruebo los tallos, las sales, el polvo y los líquidos por separado. Observo varias mejoras beneficiosas al echar algunos ingredientes sobre trozos de carnes, pero me fijo que el líquido amarillo, uno de color salmón y las sales parecen actuar bien con los hongos. No es mucha la mejora, o es muy lenta, pero algo parecen hacer. Decido mezclarlos de dos en dos (en partes 50% - 50%) y vuelvo a probar en otros trozos con hongos. Los resultados son mejores, así que pruebo los tres juntos y mejora más la mezcla, aunque tengo que añadir algo más de sales a la mezcla (quedando, aproximadamente, un 50% de sales y un 25% de los demás líquidos). Bien, bien.

Llega el momento de probarlo todo junto, pero... Fracaso. Los hongos no muestran ninguna reacción hacia la mezcla -que se ha desarrollado hasta constituir una sustancia pastosa-. No lo entiendo, ¡lo demás funcionaba! Me empiezo a poner nerviosa y eso no es bueno. Me falta tiempo, pero... aún no tengo ni una pista para lograrlo, aunque... No he probado la mezcla en los otros trozos. Dudo mucho que funcione, pero puedo probar.
Curiosamente, parece que la carne podrida con manchas verdes empieza a recuperar el color cuando le aplico algo de la mezcla. Sigo aplicándole y noto como mejora más. Parece ser que, por pura casualidad, he descubierto una mezcla que logra solventar el problema. Esa es la intuición de la que hablaría el maestro... si no se me hubiera ocurrido probar con otros trozos, no habría encontrado la solución para reconstruir esta carne. Algo nuevo para aprender, sin duda.

Descanso. He tardado muchísimo pero al final he encontrado una solución, además de aprender una lección que, aunque se contradice con todos mis esquemas mentales, me demuestra una faceta más de esta ciudad tan distinta a donde provengo.

Poco a poco todos se van congregando a nuestro alrededor, tan perdidos como nosotros. Jack no lo hace, pero en parte lo entiendo, su transformación no debe de ser fácil de controlar. Sin embargo es él el que nos da la primera pista sonsacándole al profesor los detalles de los porcentajes. Aun así sigo teniendo la duda de cómo completar lo que falta hasta llegar al 100%.

Vacuum nos aleja un poco para trabajar tranquilo, sin embargo explica en voz alta lo que opina del remedio, y le escucho con atención parado a su lado. Cuando termina agradezco muchísimo su explicación, pero aún así estoy completamente confuso. Ni siquiera había ido a un laboratorio o algo parecido en mi vida... Pero, no, no pasa nada. Voy a pensar que esto se parece a cocinar. Tampoco he cocinado nunca, pero así es todo mucho más fácil. Sobre los porcentajes adecuados no se me ocurren muchas formas de acertarlos, porque aunque pueda echar medio bote como dice el profesor no sé cómo medir luego el resto de cantidades. Haré lo de las gotas aunque me lleve toda la clase.

Me pongo frente a los materiales que ya tengo y suspiro. Cojo el cuchillo y empiezo a pasar gotas con el líquido que escurre por su filo. Una, dos, tres... hasta cuarenta del jugo que extraje de los brotes hervidos. Después hago lo mismo con la pulpa, pero contando hasta treinta y siete gotas. Queda muy poco líquido, menos del que esperaba. Ahora tenía que completar con veintitrés de todos los demás ingredientes. Pero... ¿cuáles? Según Vacuum un veneno es un antídoto a su vez. Miro a los diversos animales con atención. Todos ellos tienen algún tipo de sustancia dañina en sus organismos. Cada una afecta de una manera. Como las medicinas para los parásitos... o algo así tengo entendido. Lo que importa es la cantidad. Si lo que tiene en la sangre uno es un veneno para el animal y lo que otro de ellos tiene a su vez... en menor cantidad tal vez purifique la carne. Me froto las sienes antes de ponerme manos a la obra. Corto carne de varios de los animales, y cojo una muestra de sangre azulada y espesa. En esa sangre hay alguna sustancia muy extraña. Ando con mucho cuidado para no tocarla.

Con todo delante de nuevo empiezo a pensar. Esa cosa azul parece muy concentrada en la sangre para dejarla de ese modo. Así que debería utilizar cantidades muy pequeñas. Tal vez un uno por ciento sea suficiente. Incluso tal vez menos. Añado una gota por lo de pronto y miro de reojo a Vacuum. Antes señaló a unas plantas anticoagulantes y unas sales que según él serían necesarias. Las sales no sé cómo hacerlas equivaler a gotas. Aproximadamente echo un pellizco del tamaño de tres y agito el recipiente. Los tallos Vac los había triturado, así que hago lo mismo y utilizo las gotas de jugo que le caen, esto en más proporción, unas quince. Las siete gotas que quedan las añado de otros tallos medicinales que dijo Vacuum. Tal vez debería haber puesto algo de agua, pero tampoco se iba a diluír mucho por unas gotas. Revuelvo con el cuchillo la primera solución hasta que está más o menos homogénea. Entonces, por no descartar nada, empiezo a echar unas gotas encima de cada pedazo de carne de los diferentes animales. Ninguno de ellos parece sufrir ningún cambio aparente. Los toco incluso, pero hasta el rígido sigue igual. Desecho la mezcla y vuelvo a empezar.

Repito el procedimiento de las gotas hasta tener la base que ha dicho el profesor. Repito los mismos ingredientes bajando la proporción de sal, añadiendo agua, y bajando también la de los tallos secundarios. Los tallos que ha señalado Vacuum los pongo en la misma proporción. Cuando esa falla repito la operación tomando las sales y mezclándolas con la cosa que salió del pico del animal entre pájaro y pez. Vi que Vacuum la había usado también y tenía curiosidad. No cambio nada de lo demás, pero esto tampoco sive. Cambio de sales y repito la operación sin añadir agua, solo jugo de tallos. Tampoco sirve. En la siguiente ocasión incremento una gota a la cantidad de sangre azul y se la reduzco al jugo de tallos, pero como sospechaba era lo mismo. La clase pronto llegará a su final y pocos lo han conseguido. Vacuum es uno de ellos, y le miro fijamente sin darme cuenta. No puedo pedirle ayuda, lo sé de sobra. Me centro, si a él le ha salido, es que su teoría era correcta y las plantas que ha señalado, útiles.

Pruebo una, dos, tres veces más. Pronto se acabará la clase, y ya no sé qué hacer. Esto de tantear es ridículo. Me he empeñado en utilizar la sangre del animal, pero eso no tiene por qué ser útil realmente. Añado de nuevo el polvo que había visto usar a Vac, más sal sangre, y el jugo de diferentes tallos hasta echar cien gotas en total. Me duelen ya los brazos y tengo la impresión de que mis llamas están más encendidas que de costumbre, de extenuación, las noto incluso calientes. Remuevo el recipiente con el cuchillo y empiezo a echar gotas en los diferentes pedazos de carne. El rígido continúa rígido, el de aspecto enmohecido... ¿Cómo? Me fijo en los cachos de carne que todavía tenía detrás de los que estaba utilizando ahora, junto a un recipiente todavía lleno de intento de antídoto sin limpiar. La carne aparentemente mohosa anterior parecía estar recuperando un tono normal. No dejaba de estar podrida, por supuesto, pero algo estaba cambiando, sin llegar a hacer un efecto total. Trato de recordar rápidamente qué había hechado en esa mezcla... Una gota de la sangre azul... un pellizco de dos tipos de sales, los brotes que había dicho Vacuum y algo de agua. Repito la operación variando las proporciones. Esos ingredientes parecen correctos, pero igual es solo una tontería mía. Reduzco el agua de modo que quedan una gota de sangre, tres "gotas" del primer tipo de sal y una del segundo, y nueve gotas de cada tipo de hierba. Remuevo con nerviosismo. Casi se ha acabado el tiempo. He hecho esta combinación tantas veces que ya no sé si la estoy repitiendo. Mucha gente ha acabado ya, y yo todavía estoy tanteando. Termino de aplicar la toma que dejé a medias, por si acaso, y echo también la que acabo de preparar en otros trozos. Entonces espero.

Para mi sorpresa la carne que empieza a cambiar ahora es la que he preparado antes, la que casi me olvido de echar. La otra también, pero se queda como a medias, igual que la anterior. Centro mis esperanzas en el cacho que cambia más rápido, y no le quito ojo de encima. La especie de moho está desapareciendo. Me da un vuelco el corazón, ¿significa eso que funciona? Miro a mi alrededor, nervioso. No sé a quién puedo preguntarle, lo normal sería hacerlo al profesor. Hago de tripas corazón y llevo mi cacho de carne y mi antídoto ante el hombre.
-Ummm... ¿Esta reacción significa que está purificada la carne? -pregunto con timidez, tendiéndole ambas cosas.

Que cansancio, no saben lo que hacer, no se lo que hacer ajjj que estres, miro a Gael el cual ya habia logrado purificar el animal, yo aun ni habia podido hacer nada, de verdad esto era demasido dificil, vamos Will vamos. Me dije a mi mismo inutilmente pero aun y asi inseguramente me levanta y cogi el bebedizo y cogiendo los tallos empeze a fabricar una nueva pocima

-Dios...que dificil

Los desmenuce en pequeños trozos sobre el bebedizo ya fuabricado anteriormente, la verdad es que no me resulto nada facil calcular su proporcion esta vez, aunque las anteriores tampoco fueron muy faciles que se dijera, pero esta cantidad era tan minuscula......

Luego de eso le hecho un extraño liquido rosa y uno violaceo que cambio de color radicalmente al bebedizo

Luego de eso se lo Aplico al animal y parece que se cura

-Ya...ya esta?


(Lo siento por el minipodt pero tngo examen y de veras que el siguiente lo hare mucho mas largo de veras )

Miro a Sepalian y atiendo a lo que me dice, fijándome en los botes y asintiendo. <<Algo es algo>> Intuición...vale, perfecto... ¿Hechizo térmico? Bueno, probaré. Rebusco en mi lista de hechizos y doy con él, pero aún no lo necesito. Echo un vistazo a los demás y les veo trabajar cerca de... olor con somnífero...Vacuum. Vaya. <<Podré acercarme sin peligro, si inspiro mucho me quedaré atontado>> pienso sonriendo y cómo no, me acerco sin disimular nada. Ha hecho un tubillo con un hueso, vaya, buena idea. ¿Por qué diantres coge muestras de los venenos? Padre y yo no profundizamos casi nada en el tema de antídotos y venenos, maldita sea... Pero no pierdo nada por imitarle y me dispongo a ello, pero antes hiervo en uno de los botes el jugo de los brotes, que lo dejo reposar luego. Después vuelvo a fijarme en el griego pero esto es una locura... ¿De veras de esta amalgama de ingredientes ha de salir un antídoto? Uf... El chico empieza a hablar y aunque me cuesta seguirle por el aroma relajante, presto atención. Es interesante eso de que todos los antídotos tienen base en un veneno... Miro mis materiales mientras le escucho hablar sobre sus características y no pierdo detalle de lo que hace. ¿Dará resultado? Los demás se alejan, pero sigo mirándole aunque a este paso me duermo, pienso divertido. Vale, dos fallos y un acierto. Me toca. Retorno a mis ingredientes y me quito la mascarilla de la cara, la empapo con la sangre de la palangana y esta la uso para dejar reposar los brotes hervidos. Reparto los ingredientes restantes en los botes, añadiendo a cada uno un poco del veneno base y... ¿Por qué no? A uno le añado el polvillo resultante de media garra del pseudociervo y a otro bote un poco de su sangre. Vierto en los tres la parte de los brotes hervidos y contemplo las mezclas con recelo <<A saber qué pasaría si me lo tomase o tocase o...>> Ahora tomo muestras de los animales enfermos y las mojo en los diferentes botes, de una en una. Pero ni idea de si han cambiado para mejor o para peor... <<Solo espero que no eche a arder ninguno de mis botes...>> Y vuelvo a taparme boca y nariz con la tira de piel ensangrentada, la cual olfateo y lamo un poco. Luego miro a Sepalian con una mueca bajo la "mascarilla" y enseñándole los tres intentos de "antídotos" y las muestras enfermas en ellos introducidas, que ahora reposan en la palangana. Algo han cambiado, pero ni idea...

Observo a los demás, y viendo que todos lo consiguen. Todos menos yo, que me veo incapaz de hacer nada por lo idiota que soy. En fin...habrá que intentarlo. Escucho a Vacuum, lo que dice tiene sentido. Y lo que hace funciona en uno de los bichos. Me acerco a los animales y cojo un trozo de carne de cada uno, aparte de algunos botecitos e ingredientes. Vale… Si esto es la mitad que esto, puedo intentar calcular el 40%. Hago un hechizo simple de fuego y empiezo a trocear los tallos. Luego meto los trocitos de tallo en el bote y lo pongo sobre el fuego. Empieza a formarse un líquido, parece que voy bien. El bote no está lleno del todo, para mí es un 40% muy chapucero, pero es todo lo que tengo. Ahora toca calcular ese 37%. Eso es mucho más difícil. Pero no puedo parar ahora, tengo que hacer esto bien. Empiezo a llenar otro bote con pulpa de fruta, a ojo es un poco menos que el líquido de brotes ese. Lo mezclo con lo anterior en el bote más grande, y pienso que más puedo echar. Aún algo nerviosa, empiezo a echar lo que parecen sales, algún que otro líquido de color llamativo y un poco del polvo que antes había sido la foca esa que me daba tanto asco. Cuando termino de echar todo y de remover un buen rato, vierto un poco de mi pócima en cada uno de los trozos de carne, y espero a que pare algo. Cuando empieza a funcionar, miro con los ojos muy abiertos a los trozos de carne. ¿Lo habré hecho bien? Espero que funcione… Vale, en el primer trozo no ha funcionado. No pasa nada, aún quedan tres… En el segundo tampoco. Ahora es más difícil que funcione… En el tercero tampoco sirve. Y no me da tiempo a hacer otra. En fin, lo poco que me queda de dignidad en esta clase reside en que funcione en el cuarto trozo. A diferencia de los demás, este trozo no empeora. Lo contrario, empieza a funcionar muy despacio. Va, va, puede funcionar… El antídoto acaba de funcionar, o eso parece. Lo he conseguido. Sonrío, parece que esta clase no se me da tan mal. Llevo lo que queda de antídoto y la carne purificada al instructor. Espero que esté bien y que no me echen.

Sepalian cerró de golpe el catálogo de plantas trepadoras cuando vio el primer brillo en el cielo.
-¡Tiempo! -advirtió. Quienes aún no habían terminado sus remedios tuvieron que quedarse sin entregarlos.
-A ver que tenemos aquí -dijo revisando los frascos-. Parece que están bien por lo general -dijo agitando con unas pinzas de un lado a otro el pedazo de carne que Vacuum le había traído-. Bien, bien -observó cuando doblaba la pata del animal que Nikolas había purificado. Luego pasó una lupa por la carne que le había traído Adara-. Una limpieza suave pero eficiente, no ha herido el tejido. Sí, la reacción significa que se está purificando del todo -le indicó a Gael-. Esta es un poco agresiva pero muy fuerte -apreció a Will. Luego se dirigió a Elliot-. No está mal, no -Con unas pinzas extrajo los trozos de carne de Jack de los antídotos-. Vaya, buena limpieza. Pero cuidado con hacer esto de sumergir la próxima vez, a veces se forman burbujas tóxicas. Justo a tiempo, ¿eh? -le dijo entonces a Kaila- Una proporción muy exacta -admitió.
-La clase ha terminado -anunció-. La próxima noche será en otro lugar del que se os avisará por carta.
Luego dejó a los alumnos partir tras entregarle a Jack un viejo grabado con diseños similares a muchos árboles cuyas raíces se asentaban en el perímetro de una circunferencia y cuyas ramas se unían en su centro.
-Tú estás aquí -dijo señalándole una rama muy alta de un árbol llamado "Tierra" en la que ponía "humano"-. Cuanto más cerca esté una víctima, tanto horizontal como verticalmente, más te saciará su sangre.

Ya habiamos acabado la clase, estaba contento, ya era hora de descansar un rato, la verdad es que todos esos ejercicios me habian hecho polvo, si estuviera vivo ahora estaria manchadisimo, por una vez me alegraba de estar muerto

Mire a mi alrededor, todos los alumnos estaban hablando con sus respectivos amigos, yo no conocia a nadie, bueno si; a Gael pero me daba demasiada vergüenza hablar con el, solo habiamos hablado dos veces, parece mentira que hasta en rocavarancolia me pase lo mismo, parece que el destino quiere que este solo

-en fin...-suspiré

Como muchas otras veces sali de clase solo, esta vez con una diferencia no sabia a donde ir....

El instructor anuncia el fin del tiempo de trabajo. Todos ocupan sus asientos y esperan la respuesta y valoración del profesor. En general lo hemos hecho bastante bien, ha sido un ejercicio satisfactorio, las muestras entregadas han sido purificadas en mayor o menor medida. Cuando el profesor concluye nos anuncia que la clase a llegado a su fin por hoy, nos anunciara el lugar de la próxima clase por carta. Se marcha y mis compañeros murmuran entre ellos, comentando las clases. Yo me recuesto en la mesa, apoyando la cabeza en los brazos, estoy cansado, muy cansado, unas ojeras oscuras se confunden en el contorno de mis ojos con mi piel, el sueño y el agotamiento me pesan en los hombros, pero no consigo dormir, no sabiendo que los entrenamientos aun no han acabado, la sensación de que si me duermo no llegare a la siguiente clase es penosa y no me deja cerrar los ojos. Saco de mi capa el saquito que contiene el polvo que cayó de mis alas al volar en la clase de magia,abro el saco y añado lo que ha caído hoy, una cantidad relativamente menor que la de la primera vez, se ha quedado adherido a la capa y ha sido fácil recogerlo. Hurgo en el polvo escarlata con un dedo, distraído, observando los destellos de la Luna Roja sobre el. Es curioso la capacidad de dormir que tiene, aunque a mi no me afecta ... pero ese no es su único efecto, o eso creo, ¿por qué si no es tan valioso?, o eso deduzco de la actitud del hombre de la taberna. Un somnífero no es tan valioso. Guardo el saquito de nuevo y dejo vagar la mirada por la estancia, pensando en Elliot y en Cain, la chica se fue al acabar la clase, no se donde ha ido, y al italiano ... hace tiempo que no le veo, algo me presiona el pecho, la respiración se me entrecorta y los ojos se me nublan, necesito verle ... ¿hace cuanto que no le veo?, ¿qué estará haciendo?. Las preguntas me martillean la cabeza, una detrás de otra, sin respuesta por ahora, demasiadas sin duda. ¿En qué se habrá transformado?, se que no cambio por fuera, ¿pero por dentro?, ¿que clase de cambios habrá tenido?. Suspiro y trato de pesar en otra cosa, pero mi fuerza mental esta por los suelos y imágenes de Cain y Elliot me asaltan en mi soledad particular, el agotamiento es enorme, si esto sigue así me acabara consumiendo ... No, basta de pensar así, no me lo puedo permitir, no si quiero ser alguien en esta ciudad, no si quiero sobrevivir,no si quiero seguir estando con ellos, no si ...

A la noche siguiente el anfiteatro estaba vacío. Había desaparecido toda prueba de que allí jamás se hubiera impartido ninguna clase de biología mágica para nuevos ciudadanos. Sin embargo, en los Jardines de la Memoria, el brujo se había reunido con algunos de los alumnos anteriores. Esta vez tampoco llevaba máscara.
-En la anterior clase tuvimos una practica sobre venenos y antídotos así como seres comestibles. Ahora veremos la forma de combatir animales y aquellos cuyas partes pueden ser valiosas.
Hay criaturas mágicas muy impredecibles, y lo primero que estudiaremos será la forma de no provocar respuestas violentas en éstas.
Sepalian se volvió y cogió una pesada caja negra de la mesa de madera que había colocado entre las plantas. La dejó en el centro del círculo de bancos de piedra en el que estaban sentados los alumnos.
-Aquí dentro hay una rémora de Almaviva. No creo que exista ser más horrible que éste, pues extrae la esencia de su víctima y la deja totalmente incapacitada para la magia y para recuperar su poder. No voy a sacarla de la caja, pero quiero que os acerquéis y recordéis su olor y su esencia, porque es algo de lo que hay que estar muy advertido. Luego será quemada convenientemente porque su polvo puede ser valioso en alquimia.

Por fin, todos acaban con sus muestras y Sepalian comienza a pasearse, examinando la labor de cada uno. No presto atención a casi ninguno de los demás, hasta que el instructor llega a mis "antídotos". Le miro, con una mezcla de curiosidad y vergüenza, pues a los otros les ha salido mejor. Pero sonrío cuando da su veredicto. Recojo mis cosas, materiales, la piel del pseudociervo y demás, pero se me acerca y me da un grabado. Lo miro curioso y miro luego a Sepalian, mientras me habla.
-Vaya...Gracias, gracias.-le digo, realmente agradecido.
Examino el dibujo, como memorizándolo, para después enrollarlo con cuidado y guardarlo en el cinturón. Después marcho a casa, por fin. . .

La carta llegó, un tanto extraña, indicándome que fuera a aquellos jardines, llamados "Jardines de la Memoria". Parece que ese lugar le gusta a Sepalian, ya nos lo encontramos allí la última vez. Pues bien, aquí estamos de nuevo, todos los del último día. El instructor empieza la lección de hoy y atiendo concentrado, pues esta vez sí que me interesa de verdad. Sobre todo la parte de combatir animales y cuáles son "comestibles". Lo de las partes valiosas...bueno, quizá me sirvan para hacerme un hueco en la ciudad, cazando y vendiendo o a saber qué... Se gira y vuelve con una caja negra que al parecer, pesa bastante. La deja en el centro del círculo de bancos donde estamos sentados (ya no siento tanta sed al estar con ellos) y vuelve a hablar, explicándonos qué hay dentro. ¿Esencia de la víctima? Es como un vampiro de esencias... Solo que eso es peor que alimentarse de sangre... Nos dice que la olamos y guardemos su olor y esencia, cosa sencilla para mí. Lo que dice de la alquimia no me interesa, no me veo como alquimista. Y si llega a interesarme la alquimia, siempre puedo ir a la biblioteca o preguntarle de nuevo. Así pues, me acerco un poco a la caja y aspiro el olor extraño que despide, memorizándolo con fuerza, aunque un tanto asqueado. Pero se me plantean dos preguntas, así que alzo la mano como en el colegio y pregunto:
-Señor, ¿es así como huelen las esencias de los seres vivos? ¿Ese bicho huele así por sí mismo o por su alimento?

Después de la intensa clase de preparar los antídotos tuve que ir de mala gana a la siguiente, esperándome ya los más terribles ejercicios a base de plantas y desdichados animalillos. Nos reunimos en unos jardines impresionantes que no recordaba haber visitado con anterioridad. Y lástima, porque es un lugar hermoso que al principio me distrae de mis compañeros y del maestro. Pero el tema de hoy es también interesante, aunque me pese admitirlo. Será de gran utilidad en el futuro. Empiezo a centrarme en atender justo cuando el profesor decide ir a por una caja negra. La miro con curiosidad, pero no llega a abrirla. Resulta que contiene un ser potencialmente peligroso y debemos memorizar su esencia. No soy capaz de detectar nada. Preocupado, me acerco a la caja a tratar de detectar su olor o esencia. De hecho sí detecto un olor peculiar al acercarme más, pero lo de la esencia ya me resulta más complicado. No quiero molestar en el camino de mis compañeros para acercarse a la caja, así que me retiro al poco rato. Creo que podré recordar el olor... y algo extraño, una sensación peculiar, pero no sabría decir el qué. Pero el contenido de la caja me da muy mala espina. Por nada del mundo querría encontrarme con una de esas rémoras. Solo de pensarlo se me hace un nudo en el pecho.

Escucho que Jack hace una pregunta, y me doy cuenta de que yo también quiero hacer algunas, pero espero turno pacientemente. Cuando queda un hueco para hablar llamo la atención del profesor alzando la mano, gesto que no sé si es adecuado en Rocavarancolia pero del que no soy capaz de deshacerme.
-Perdone pero... ¿podríamos saber qué aspecto tiene esta rémora? -señalo la caja, preguntándome al mismo tiempo si no se enfadará conmigo por hacer una pregunta tan tonta, si no lo había dicho tal vez fuese por algo-. Y... una cosa más, ¿cuáles son sus propiedades después de ser quemada? Para... para la alquimia, quiero decir. ¿Es útil? -Trago saliva mientras aparto disimuladamente la mirada del profesor-. Si es que... importa, bueno -añado bajando la voz.

-Este ser huele así porque así es su esencia. Las esencias son muy variadas y es muy difícil hacer una regla general en ellas. Y no, no vamos a destaparlo. Puede que sea una medida de seguridad excesiva pero comprended que con las rémoras de Almaviva no quiero arriesgarme nada de nada. Su utilidad es principalmente para hechizos muy costosos, sobretodo si ha absorbido muchas esencias.
El brujo se dirigió hacia el papiro sobre la gran tabla de madera y comenzó a dibujar al monstruo de la caja.
-Este es el aspecto que tienen. Copiadlo, memorizadlo o lo que queráis. Pero mucho cuidado con acercaros a una.
Después Sepalian, en un nuevo papiro, dibujó una tabla de puntos débiles de dragones y otros monstruos principales. Esperó a que la copiaran y después se levantó.
-En estos jardines he dejado tres flores sueltas muy valiosas. Quien las encuentre se las queda. Pero mucho, muchísimo cuidado con las otras flores. Si arrancáis demasiadas de las que no debéis, activaréis las trampas. Quiero ver cómo reconocéis por instinto cosas valiosas. Ah, una última cosa: Podéis robarles las flores a vuestros compañeros.

Después de memorizar la esencia, el olor, y el aspecto de la criatura de la caja me siento de nuevo y sigo atendiendo a la clase. Tomo apuntes sobre criaturas curiosas y sigo la explicación con curiosidad, resulta ser una lección interesante. Cuando concluye se pone en pie y se dirige a nosotros, hace un gesto que abarca el jardín y nos anuncia algo. ¿Tres flores valiosas?, ¿si las encontramos nos las podemos quedar? ... interesante, dice que nos guiemos por el instinto, sin estar seguro del todo de a que se refiere me pierdo entre las estatuas. Deambulo sin saber que hacer durante un rato, hasta llegar a una plazoleta, me siento en un banco y me pongo a pensar, le do vueltas al asunto. En Letargo me desenvolvía bastante bien, solía encontrar lo que quería en nada de tiempo, aunque no supiera donde se encontraba lo que buscaba. Pero esto es distinto, todo esta lleno de flores, de aspecto tropical y variopintos colores, no hay dos iguales. y dan la impresión de tener mil matices de color. Cierro los ojos sin saber que hacer, estoy muy cansado y los entrenamientos me están pasando factura, ¿como hacia yo para encontrar lo que quería?, ... pues no lo se, simplemente me dejaba llevar ... eso es, simplemente seguía mi instinto, ya lo entiendo. En entonces mis sentidos estaban mas atrofiados, ahora debería ser distinto. Me pongo en pie con los ojos aun cerrados y me quedo inmóvil, como una estatua mas, prestando atención a lo que mis demás sentidos me muestran. El aire sabe al olor de las flores, el sabor del néctar satura mi lengua y el susurro del viento entre las flores inunda mis oídos. Al principio no siento nada mas, pero de pronto mis dedos extendidos captan una pulsación, un leve latido, una perturbación realmente insignificante en el aire, algo que no se como he captado. Al instante la pierdo, pero se la dirección de proveniencia, encamino mis pasos hacia allí con decisión, aun con los ojos cerrados. Llego hasta una fuente, miro a mi alrededor, buscando flores, pero curiosamente, en esta zona no hay ninguna. Vuelvo a sentir el latido, esta vez en todo mi cuerpo, miro y veo la fuente. Me acerco a ella con lentitud, y efectivamente, hay flores bajo el agua. Las miro extrañado ... ¿cuál es la que busco?, ¿cuál de todas ellas? ... meto la mano bajo el agua, y al cabo de unos instantes siento las oscilaciones del agua. Guío mi mano bajo la superficie cristalina del agua hasta un lugar donde no hay flores, solo negro lodo, pero el latido viene de ahí. Muevo la mano bajo el agua, apartando el lodo con cuidado y si, ahí esta lo que busco, una flor negras, igual que las demás pero de una tonalidad mas oscura aparece bajo el lodo, el centro de la flor se aclara hasta adquirir una tonalidad plateada. La agarro con el tallo con cuidado y la saco del agua, cortando el tallo con cuidado, en el exterior la luz de la luna saca destellos rojos de las perlas de agua, destellos que se mezclan con el casi imperceptible resplandor del centro de la planta. Con ella en la mano camino de vuelta hasta el profesor, recuerdo sus palabras, si alguien me la intenta robar le cortare la mano, y lo haré ...
Le enseño la flor al instructor y espero su explicación, mientras dirijo una mirada de advertencia cargada de amenazas a mis compañeros, por si se les ocurre la genial idea de intentar quitármela ...

Copio y memorizo la forma de esas rémoras. Con el respecto que nos están metiendo por ellas creo que no lo voy a olvidar en la vida. El contenido de la caja es tan inquietante que no me atrevo ni a acercarme demasiado. Por suerte pronto esta queda de lado. Ahora tenemos que buscar flores, pero no sabemos cuáles. Desde luego en esta clase vamos a aprender mucho de intuición. Pero no sé ni por dónde empezar... es un jardín, está repleto de plantas. Decido echarme a pasear sin más por la zona, atravesando los caminos y contemplando las estatuas, sin perder de vista cada una de las plantas. Hay flores de diversos tipos, desde las más comunes hasta las más exóticas. Estas últimas son las que más me llaman la atención, con sus colores vivos y sus formas extrañas. Al lado de una estatua de una criatura con escamas y su jinete veo un ramillete de lo que parecen una especie de minúsculas orquídeas con manchas negras y despropocionados estambres sobresaliendo. Acerco la mano tímidamente para sentir la textura de esos pétalos blancos, pero la retiro antes de llegar. Si tiene pinta de algo, es de venenosa. Han dicho que nos guiásemos por el instinto, y aunque no tengo ni idea de nada, esa planta me da mala espina.

Me acerco a otra flor que nace en el borde del camino, con pétalos redondos y combados que daban la impresión de formar un degradado de tonos malva. Ésa sí parecía inofensiva, pero no tenía nada de especial. Recordaba a una margarita con pétalos de rosa y multitud de estambles diminutos en el centro, sin ningún pistilo aparentemente. Sientiéndome más relajado por este ejercicio tan simple y entretenido, me acerco tarareando a la siguiente flor que veo, naciendo al lado de un matorral de hojas diminutas parecido a un seto. Tiene unos tonos azulados que me encantan. Hay varias, naciendo de un mismo tallo carnoso. Son pequeñas y tienen multitud de pétalos superpuestos, formando un capullo cerrado. Tampoco les veo nada de especial y me dispongo a marcharme cuando un movimiento en el matorral me sobresalta. Retrocedo un paso de forma instintiva y entonces veo lo que hay allí agazapado. Una especie de rata, aunque algo más pequeña. Un roedor con el pelo sucio y un hocico y orejas extrañamente grandes. Da unos rápidos pasos y se acerca a roer el tallito de la planta que estaba mirando, y eso me da una idea. Alzo la mano lentamente y murmuro el hechizo de parálisis, y aunque lo asusté y empezó a huir, lo alcanza y se queda detenido bajo las ramas del arbusto. Alargo la mano y lo agarro por el tronco cerrando la mano sobre su pelaje. Lo miro a los ojos congelados y entonces con la otra mano sujeto la cabeza por sus laterales. Extingo el hechizo y mientras el animal empieza a revolverse le retuerzo el pescuezo con un golpe lo más seco que puedo. Lo dejo caer al suelo y sin poder mirarlo siquiera lo poseo.

Abro los ojillos en el suelo, viendo una pequeña mano delante de mis narices, con unas pequeñas garras blanquecinas. Me pongo de pie y empizo a mover a la vez las cuatro patitas del animal, avanzando a una velocidad que me parece vertiginosa para mi nuevo tamaño. Muevo el hocico de un lado para otro en busca de los aromas que hay por la zona. Montones de flores y plantas se entremezclan en mi nariz, y apenas puedo distinguir un olor de otro. Muchos de ellos me parecen apetitosos, y otros repulsivos. Me voy guiando por mi vista y mi olfato hacia las plantas más particulares que me encuentro. Capullos multicolor, pétalos con aspecto raído, estambres gigantes recubiertos de polvos de colores, tallos carnosos, brillantes... todo me llama la atención. Me detengo a olfatear una planta muy especial en cuyas flores parecen nacer otras. En su tallo hay capullos de tonos pardos y aspecto suave de los cuales salen otros tallos que en la parte superior contienen una flor amarilla. Me levanto sobre las patas traseras y me doy cuenta de que es amarilla por estar recubierta de polen, y que su auténtico color es blanco. Ni siquiera parece una flor convencionar, no tiene pétalos, pero sí pistilo, estambres y una especie de sépalos descoloridos. Pero ni siquiera esa planta parece de las que pide el profesor. No resulta apetitosa para el animal que poseo, y algo me dice que aunque parece inofensiva no lo es del todo.

Regreso sobre mis pasos metiéndome entre los arbustos y revisando todos los huecos que veo. Como una flor que veo a lo lejos naciendo sobre la propia roca de una estátua. Me aproximo con curiosidad para ver que entre los huecos de la piedra hay pequeñas porciones de tierra cubierta de musgo. Y allí mismo crece una planta de tallo endeble y corto, que apenas tiene unas pocas hojas oscuras y finas como agujas. La cabeza de la flor cae hacia delante, dejando más a la vista los sépalos que los pétalos. La forma de ambos es similar, también como agujas, pero más anchas en su base. Los sépalos son de color verde oscuro, casi negro, pero clarean en la punta hacia un tono rojizo. Olfateo el aire con curiosidad, hay algo en esa planta que me atrae, pero a mí, no al roedor. Además, mis sentidos no reaccionan en contra, no parece ser una flor peligrosa, a pesar... o mejor dicho, debido a su aspecto poco agradable. Estoy tentado de salir del roedor y cogerla con mis propias manos, pero me doy cuenta de que si produce urticaria o algo por el estilo, es mejor que se la producza al cadáver y no a mí. Trepo con cuidado por las piedras y agarro su tallo con las dos manos. Para poder separarlo empiezo a roer, sin notar nada extraño. Antes de que la flor caiga abandono mi cuerpo de rata y tomo entre mis manos la planta. Será mejor que le pregunte al profesor si es la flor que estamos buscando.

Mintras avanzo al lugar donde continúa el instructor, esperando nuestros resultados, recuerdo algo que dijo antes de empezar con la nueva tarea. Miro alrededor y no veo a nadie por aquí cerca, todos buscan plantas a cierta distancia. No quiero ser un paranoico pero tal vez será mejor que haga algo para proteger la flor, incluso si no es la que busco. Tal vez baste con el viejo truco que siempre empleo. Hechizo la flor para que levite delante de mis ojos y después le lanzo, cuando nadie se fija en mí, el hechizco de intangibilidad. Es precedible, pero más o menos puede servir. Espero que el profesor no quiera tomar la flor entre sus manos. Continúo mi avance hasta presentarme ante él y pongo la planta a la altura de sus ojos.
-¿Qué opina de esta flor? -pregunto tragando saliva. Como no sea voy a quedar como un auténtico idiota.