Biblioteca Mágica
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Rocavarancolia Rol
49 participantes
- Rocavarancolia Rol
Biblioteca Mágica
02/08/11, 04:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de mármol gris de tamaño medio visto desde el exterior, pero que en realidad cuenta con una gran cantidad de espacio en el interior debido a un hechizo. Dos grandes portones de madera permiten el acceso al interior.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
- Cómo se creó la Biblioteca Mágica:
- El proyecto inicial de construcción de la Biblioteca Mágica fue llevado a cabo por el Consejo tras la finalización del conflicto del regreso de Hárex y Hurza. Se recopilaron una enorme cantidad de libros y manuscritos a lo largo de los años con la colaboración de una buena parte de los ciudadanos y decenas de magos ayudaron en la elaboración del entramado de hechizos anclados que contiene el edificio. Uno de estos magos, Littero Ara, que se involucró tanto en el proceso como para perder la vida tras invocar a Bilbios y anclarlo a la biblioteca, culminó el proyecto con lo que es hoy en día. El catálogo de la Biblioteca siguió y sigue aumentando año tras año.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Biblioteca Mágica
10/11/15, 01:13 am
Kirés permaneció impasible ante la conversación que se había iniciado. ¿De verdad quería el fantasma hacer las paces? Quizás. No veía que pudiera sacar nada intentando pedir disculpas, y si su intención fuera la de hacerles la vida imposible su condición de fantasma le permitía hacerlo sin pedir permiso. Sin embargo decirlo ahora sin más no cambiaba nada, y el roquense no podía esperar que aquel discurso bastara para poder hacer borrón y cuenta nueva. No era tan sencillo, y la reacción de Twix no hizo sino probar aquello.
–Coincido con Ayne –Acabó diciendo tras unos instantes de pensar su decisión. –No puedes esperar que todo se olvide y se deje atrás sin más. –Hizo una pausa mientras mantenía una mirada seria y penetrante, hasta que finalmente cerró los ojos y suspiró. – Sin embargo, si de verdad lo lamentas y si de verdad quieres lo que has dicho supongo que se te puede dar una oportunidad de demostrarlo.
Si aquello hubiera pasado siete meses atrás el Enderth no se lo habría pensado y se habría negado directamente. Sin embargo la criba y tener que convivir con tanta gente de otros mundos y con culturas tan diferentes le había abierto los ojos en algunas cosas, y le había enseñado a no dar sus propias ideas como las únicas verdaderas. ¿Por qué no podía ser posible que Tesón aprendiera lo mismo? Le daría una oportunidad a su difunto compañero, pero solo una.
–Coincido con Ayne –Acabó diciendo tras unos instantes de pensar su decisión. –No puedes esperar que todo se olvide y se deje atrás sin más. –Hizo una pausa mientras mantenía una mirada seria y penetrante, hasta que finalmente cerró los ojos y suspiró. – Sin embargo, si de verdad lo lamentas y si de verdad quieres lo que has dicho supongo que se te puede dar una oportunidad de demostrarlo.
Si aquello hubiera pasado siete meses atrás el Enderth no se lo habría pensado y se habría negado directamente. Sin embargo la criba y tener que convivir con tanta gente de otros mundos y con culturas tan diferentes le había abierto los ojos en algunas cosas, y le había enseñado a no dar sus propias ideas como las únicas verdaderas. ¿Por qué no podía ser posible que Tesón aprendiera lo mismo? Le daría una oportunidad a su difunto compañero, pero solo una.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Biblioteca Mágica
11/11/15, 11:51 am
El roquense recibió todo de buena gana, aunque una parte impaciente de él les habría gritado que no tenía tiempo para tonterías. Entendía tanto a Twix como a los demás, aunque se quejó mentalmente de la frivy pues <<ni que a ella le haya hecho tanto, ni que fuera Hal>>. Pero lo importante es que les entendía: si él había estado cegado tanto tiempo y le había costado tanto ver de verdad, era obvio que ellos necesitaran tiempo para creerle.
–Lo entiendo. Os demostraré que lo que digo es cierto. Hasta entonces... ¡Buena suerte!
Se despidió con un gesto de la mano derecha y luego se impulsó hacia arriba... Pero se detuvo y alzó la voz:
–No olvidéis hablar con los demás, anda. Me voy que tengo que ir a Roca Sagrada –les recordó. Luego siguió hablando a nadie concreto y subiendo a la vez–. A saber quién le puso semejante nombre, que no es sagrada para todos siquiera...
–Lo entiendo. Os demostraré que lo que digo es cierto. Hasta entonces... ¡Buena suerte!
Se despidió con un gesto de la mano derecha y luego se impulsó hacia arriba... Pero se detuvo y alzó la voz:
–No olvidéis hablar con los demás, anda. Me voy que tengo que ir a Roca Sagrada –les recordó. Luego siguió hablando a nadie concreto y subiendo a la vez–. A saber quién le puso semejante nombre, que no es sagrada para todos siquiera...
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Biblioteca Mágica
11/11/15, 02:38 pm
Ayne, que ya se temía que ni siquiera lo que habían dicho fuese suficiente, se quedó patidifuso ante la respuesta del roquense. O de verdad había cambiado algo, o había algo extraño con todo ese asunto. Y además se iba. Estaba convencido de que los pensaba seguir mientras parloteaba durante todo el camino de vuelta.
—¿Dice que vuelve a su mundo? Miedo me da —soltó a Kirés y Eara por lo bajo.
—Se lo diremos, ¡hasta la próxima, Tesón! —Eara tuvo que terminar alzando la voz porque el fantasma estaba cada vez más lejos de ellos según seguía hablando. La sinhadre tampoco estaba mucho menos extrañada, pero el cambio de Tesón le permitía ser un poco optimista. Había momentos en que el roquense se había portado bien. Quería creer que ni él ni Armonía eran malos, simplemente habían venido de un lugar muy diferente, uno que ya habían podido entrever que no era precisamente un paraíso.
Ambos se despidieron con la mano y miraron en la dirección que se había perdido Twix. Probablemente ya no la podían alcanzar, pero en cualquier caso llegarían poco después que ella.
—¿Dice que vuelve a su mundo? Miedo me da —soltó a Kirés y Eara por lo bajo.
—Se lo diremos, ¡hasta la próxima, Tesón! —Eara tuvo que terminar alzando la voz porque el fantasma estaba cada vez más lejos de ellos según seguía hablando. La sinhadre tampoco estaba mucho menos extrañada, pero el cambio de Tesón le permitía ser un poco optimista. Había momentos en que el roquense se había portado bien. Quería creer que ni él ni Armonía eran malos, simplemente habían venido de un lugar muy diferente, uno que ya habían podido entrever que no era precisamente un paraíso.
Ambos se despidieron con la mano y miraron en la dirección que se había perdido Twix. Probablemente ya no la podían alcanzar, pero en cualquier caso llegarían poco después que ella.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Biblioteca Mágica
13/11/15, 12:40 pm
Kirés tampoco esperaba que Tesón se lo tomara tan bién, pero mantuvo su expresión neutra. Asintió ante lo que dijo Tesón y se despidió de él con un gesto. Otro detalle era que volvía a su mundo. Sus razones le eran desconocidas pero irrelevantes, lo que le interesaba de aquella información era que al menos la parte en la que les dejaban volver a sus mundos de origen parecía ser cierta, otra cosa a la lista de las que investigar.
Echó a andar junto a ambos Sinhadres. Ya habían gastado mucho tiempo en aquel viaje.
Sigue en la torre Serpentaria.
Echó a andar junto a ambos Sinhadres. Ya habían gastado mucho tiempo en aquel viaje.
Sigue en la torre Serpentaria.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Biblioteca Mágica
30/12/15, 02:38 pm
Finalmente se unieron todos los presentes, por lo que el grupo formado por Kimbra, Sekkeh, Jace y la propia Irianna salió de la Torre en dirección a la biblioteca en cuanto todos hubieron terminado de desayunar. La idrina, tras asegurarse de que a nadie le resultaría especialmente molesto, decidió desplegar parte de su banco de niebla alrededor de ellos, controlándolo para que siempre se encontrase algunos metros en todas las direcciones adelantado al grupo y así poder estar prevenida de cualquier posible peligro. La niebla le hacía sentirse segura de forma casi ilógica, pues aunque nadie podía negar que sentir todo lo que había en ella era útil, en realidad no ofrecía ningún tipo de protección. Si algo se les acercaba de improvisto dependía únicamente de sí misma para enfrentarse a la amenaza, con los mismos recursos de siempre. Sabía que podía cambiar esto en un futuro si se esforzaba con sus estudios de magia y seguía entrenándose, pero por el momento ella misma no podía hacer mucho más que cuando era una simple cosechada. El arco afianzado a su espalda, no obstante, también le transmitía cierta confianza pues en el manejo de aquella arma si había tenido una mejoría notable a lo largo de los interminables siete meses hasta que la Luna Roja iluminó la ciudad.
De todos modos sabía que podía contar con los demás en caso de que sucediese algo, aunque tenían que estar pendientes de Sekkeh, pues a pesar de que era a quien la Luna le había conferido mayor capacidad de autodefensa innata, las características de su nueva forma de ser lo podían convertir en una amenaza en sí mismo. La lacustre se sentía mucho más tranquila tras haber sabido que Krono Rádem le había ayudado tal y como le había pedido y en cualquier caso trataba de actuar como si el intara no hubiese cambiado cuando trataba con él. Sumida como estaba en sus pensamientos, la biblioteca apareció frente a ellos casi sin que se diera cuenta y ni siquiera había detectado nada peligroso acercándose a ellos en el interior de la niebla. Ello no quería decir que fuese a bajar la guardia a la vuelta, si algo seguía teniendo muy claro era que Rocavarancolia no se podía predecir. Solo podías plantarle cara como mejor pudieras.
Olvidando en un principio que se suponía que el interior de aquel edificio era completamente seguro, la idrina siguió dejando que el banco de niebla se colase entre los pasillos cercanos, atravesando los huecos bajo y sobre los estantes y flotando alrededor de los muebles disgregados por la enorme sala. Estaba a punto de absorberla al asaltarle el pensamiento de que probablemente al bibliotecario no le haría gracia su despliegue, cuando sintió algo. Algo conocido. Dejó que un jirón de niebla se extendiese algunos centímetros más, tanteando y finalmente la niebla envolvió por completo a la figura cuya identidad ahora podía confirmar. No sabía cómo iba a reaccionar la persona en cuestión, por lo que decidió que aquel sí era el momento de retirar el banco de niebla. Los demás habrían podido observar su expresión de sorpresa si se estaban fijando en ella, que permaneció hasta después de haberse despejado el interior de la biblioteca. Tras unos segundos, Irianna se dirigió hacia sus compañeros.
—Roaxen Tenvrai está aquí.
No lo habían buscado, pues tras haber hablado sobre ello en una ocasión, habían decidido que por el momento dejarían que decidiese por sí mismo lo que quería hacer. Si algo sabía la idrina, era que el xolnita podía ser muy odioso, pero no era estúpido. La afirmación se diluía considerablemente al recordar la noche en la que tuvieron que salvarle la vida, ¿pero qué otra cosa podían hacer? Había desaparecido sin avisar la noche en la que se transformaron, era obvio que no quería ser encontrado. La lacustre ni siquiera estaba segura por qué le preocupaba tanto si seguía o no con vida: el cizaña, pues había encontrado los cambios de Roaxen en uno de los libros de Serpentaria, ni squiera había tenido la deferencia de considerarlos sus iguales y en general se había comportado como un energúmeno a lo largo de una dura convivencia de siete meses. Se recordaba a sí misma que se trataba simplemente de que ella no era así y por eso no podía simplemente ignorar a alguien con quien había compartido penurias a su suerte y desentenderse de él. A fin de cuentas a ella siempre la había tratado un poco diferente. No es que eso le gustase, no sabía el porqué de la preferencia y probablemente la respuesta fuese desagradable fuera cual esta fuera, pero quería decir que tal vez se le podía hacer entrar en razón. Pero Irianna tenía miedo de equivocarse tal y como lo había hecho antes con Sigrún, y por eso había preferido no hacer nada al respecto.
Y ahora estaba allí, muy cerca de ellos. La idrina miró al resto, insegura sobre qué hacer. No quería volver a desplegar la niebla y por lo que sabía, el xolnita podría haberse perdido entre el laberinto de estanterías alertado por la presencia de la niebla si no quería ser encontrado. Claro que ella también podía volver a encontrarlo cuando quisiera. Suspiró, resignada.
—¿Creéis que deberíamos tratar de hablar con él?
Ella no estaba segura de lo que sería mejor, pero creía que debía al menos, intentarlo.
De todos modos sabía que podía contar con los demás en caso de que sucediese algo, aunque tenían que estar pendientes de Sekkeh, pues a pesar de que era a quien la Luna le había conferido mayor capacidad de autodefensa innata, las características de su nueva forma de ser lo podían convertir en una amenaza en sí mismo. La lacustre se sentía mucho más tranquila tras haber sabido que Krono Rádem le había ayudado tal y como le había pedido y en cualquier caso trataba de actuar como si el intara no hubiese cambiado cuando trataba con él. Sumida como estaba en sus pensamientos, la biblioteca apareció frente a ellos casi sin que se diera cuenta y ni siquiera había detectado nada peligroso acercándose a ellos en el interior de la niebla. Ello no quería decir que fuese a bajar la guardia a la vuelta, si algo seguía teniendo muy claro era que Rocavarancolia no se podía predecir. Solo podías plantarle cara como mejor pudieras.
Olvidando en un principio que se suponía que el interior de aquel edificio era completamente seguro, la idrina siguió dejando que el banco de niebla se colase entre los pasillos cercanos, atravesando los huecos bajo y sobre los estantes y flotando alrededor de los muebles disgregados por la enorme sala. Estaba a punto de absorberla al asaltarle el pensamiento de que probablemente al bibliotecario no le haría gracia su despliegue, cuando sintió algo. Algo conocido. Dejó que un jirón de niebla se extendiese algunos centímetros más, tanteando y finalmente la niebla envolvió por completo a la figura cuya identidad ahora podía confirmar. No sabía cómo iba a reaccionar la persona en cuestión, por lo que decidió que aquel sí era el momento de retirar el banco de niebla. Los demás habrían podido observar su expresión de sorpresa si se estaban fijando en ella, que permaneció hasta después de haberse despejado el interior de la biblioteca. Tras unos segundos, Irianna se dirigió hacia sus compañeros.
—Roaxen Tenvrai está aquí.
No lo habían buscado, pues tras haber hablado sobre ello en una ocasión, habían decidido que por el momento dejarían que decidiese por sí mismo lo que quería hacer. Si algo sabía la idrina, era que el xolnita podía ser muy odioso, pero no era estúpido. La afirmación se diluía considerablemente al recordar la noche en la que tuvieron que salvarle la vida, ¿pero qué otra cosa podían hacer? Había desaparecido sin avisar la noche en la que se transformaron, era obvio que no quería ser encontrado. La lacustre ni siquiera estaba segura por qué le preocupaba tanto si seguía o no con vida: el cizaña, pues había encontrado los cambios de Roaxen en uno de los libros de Serpentaria, ni squiera había tenido la deferencia de considerarlos sus iguales y en general se había comportado como un energúmeno a lo largo de una dura convivencia de siete meses. Se recordaba a sí misma que se trataba simplemente de que ella no era así y por eso no podía simplemente ignorar a alguien con quien había compartido penurias a su suerte y desentenderse de él. A fin de cuentas a ella siempre la había tratado un poco diferente. No es que eso le gustase, no sabía el porqué de la preferencia y probablemente la respuesta fuese desagradable fuera cual esta fuera, pero quería decir que tal vez se le podía hacer entrar en razón. Pero Irianna tenía miedo de equivocarse tal y como lo había hecho antes con Sigrún, y por eso había preferido no hacer nada al respecto.
Y ahora estaba allí, muy cerca de ellos. La idrina miró al resto, insegura sobre qué hacer. No quería volver a desplegar la niebla y por lo que sabía, el xolnita podría haberse perdido entre el laberinto de estanterías alertado por la presencia de la niebla si no quería ser encontrado. Claro que ella también podía volver a encontrarlo cuando quisiera. Suspiró, resignada.
—¿Creéis que deberíamos tratar de hablar con él?
Ella no estaba segura de lo que sería mejor, pero creía que debía al menos, intentarlo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Biblioteca Mágica
23/01/16, 07:29 pm
Sin Nombre
No habia sino cambiado por completo. Sin objetivo, sin más que motivaciones destructivas, el xolnita se habia convertido en una sombra de lo que entonces fue. Habia logrado uno de sus objetivos más loados, sin embargo. Que era, sobrevivr sin la ayuda del consejo. Le costó bastante esfuerzo y más de un susto, pero vendiendo unas de sus joyas con algo de inteligencia y cazando para comer, habia logrado susbsistir aquellos meses de espera hasta que pudiera volver a Ulterania. Claro esta, no sabia muy bien que haria una vez ahí, pero tenia múltiples asuntos pendientes y demasiadas preguntas que necesitaban respuestas.
Por lo general evitaba a otros ciudadanos y solia alejarse de los bullicios, al ser bastante debil en comparación a otros monstruos y otros malintencionados de la ciudad, aunque tuvo que aprender aquello de malas. Aun asi, solia visitar y matar su tiempo en la biblioteca. Leyendo, estudiando y aprendiendo. La historia de la ciudad le llamaba, lo mismo de un fuero interno, una dosis de adrenalina al ver a un depredador cazar en un documental. Sentia las batallas que circulaban sus páginas y, sorprendentemente, podia ver cierto grado de similitud con algunos de los personajes historicos que narraban aquellos polvorientos libros.
Aprendio de magia, pero no de una manera muy convencional, pues al faltarle una mano, tenia que pasar por un proceso complicado a cada nuevo gesto hasta hallar el que le funcionase. Lo que más descubrió y aprendió, fue de su afinidad con el mentalismo, quien no tardó en ponerse manos a la obra a sacarle provecho. Otras dos doctrinas que le llamaron fue la transmutamagia y la nigromancia, aunque de esa última no encontró mucho que le fuera de uso para el. Si alguien le hubiera preguntado, el sistema de grimorios le habria parecido una soberana pamplina.
Aquella mañana, sin embargo, no todo fue segun su rutina de siempre. Una niebla para nada normal se extendió por la biblioteca. Se extrañó, pero conectó los puntos una vez esa misma niebla retrocedio lejos. Se levantó de su silla y cogió uno de los libros más gruesos que acababa de terminar.
Sin prisa, pero con algo de expectación, se dirigió a la entrada. No fue hasta entonces que se percató de sus apariencias, tan radicalmente diferentes de las de Roaxen Tenvrai. Vestia un ajustado keitan con capucha, ajustado con un cinto de pana a la cintura. Los guantes y botas que habian pertenecido a Roaxen Tenvrai era de las pocas cosas que habia conservado de su pasado, llenos de agujeros y remiendos. Un parche de cuero negro cubria su ojo herido, mientras que una espesa babra ulterana pendia de todo el contorno de su mandibula. La mayoria de sus pelos, ahora con puntas abiertas y nudos salvajes, eran una parodia del pelo que en el pasado le habia pertenecido al capellán. Con poca o ninguna higiene, el xolnita era uno con la mugre de su ropa. Al mismo tiempo, sin embargo, se dio cuenta que no habia caido antes en sus apariencias porque hacia tiempo que le habian dejado de importar. Olor, mugre y suciedad, eso era el ulterano en aquel momento.
Pero, extasiado no pudo sino sonreir. No sabia porque estaba tan alegre. ¿Por una reunion? Quizas. Pero su estado de humor le impedia alegrarse por nada que no le diera placer, a su vez, nada que le diese placer era positivo para terceras personas y la cizaña bien sabia lo placentero que iba a volver a encontrarse a Irianna.
Abrió bien el ojo para contemplar a los ahí presentes.
-No suponia que vendrias sola, Irianna, pero tampoco esperaba que estuvieras tan...-siseo con una sonrisa imperfecta de dientes serrados.-...bien acompañada.-sentenció, con una casi muda risotada.
Y, con naturalidad, empleo una de sus nuevas adquisiciones sobre la idrina: La Telepatia.
Le sonrio una vez más y tras un parpadeo, se dirigió a los demás.
-Sekkeh Reikayame, Kimbra y Jace...-les nombró a modo de saludo.-¿Que haceis los cuatro aquí? Dudo que este reencuentro haya sido intencionado... aunque tampoco dudo que haya sido fortuito-meló, con una mirada contemplativa.
No habia sino cambiado por completo. Sin objetivo, sin más que motivaciones destructivas, el xolnita se habia convertido en una sombra de lo que entonces fue. Habia logrado uno de sus objetivos más loados, sin embargo. Que era, sobrevivr sin la ayuda del consejo. Le costó bastante esfuerzo y más de un susto, pero vendiendo unas de sus joyas con algo de inteligencia y cazando para comer, habia logrado susbsistir aquellos meses de espera hasta que pudiera volver a Ulterania. Claro esta, no sabia muy bien que haria una vez ahí, pero tenia múltiples asuntos pendientes y demasiadas preguntas que necesitaban respuestas.
Por lo general evitaba a otros ciudadanos y solia alejarse de los bullicios, al ser bastante debil en comparación a otros monstruos y otros malintencionados de la ciudad, aunque tuvo que aprender aquello de malas. Aun asi, solia visitar y matar su tiempo en la biblioteca. Leyendo, estudiando y aprendiendo. La historia de la ciudad le llamaba, lo mismo de un fuero interno, una dosis de adrenalina al ver a un depredador cazar en un documental. Sentia las batallas que circulaban sus páginas y, sorprendentemente, podia ver cierto grado de similitud con algunos de los personajes historicos que narraban aquellos polvorientos libros.
Aprendio de magia, pero no de una manera muy convencional, pues al faltarle una mano, tenia que pasar por un proceso complicado a cada nuevo gesto hasta hallar el que le funcionase. Lo que más descubrió y aprendió, fue de su afinidad con el mentalismo, quien no tardó en ponerse manos a la obra a sacarle provecho. Otras dos doctrinas que le llamaron fue la transmutamagia y la nigromancia, aunque de esa última no encontró mucho que le fuera de uso para el. Si alguien le hubiera preguntado, el sistema de grimorios le habria parecido una soberana pamplina.
Aquella mañana, sin embargo, no todo fue segun su rutina de siempre. Una niebla para nada normal se extendió por la biblioteca. Se extrañó, pero conectó los puntos una vez esa misma niebla retrocedio lejos. Se levantó de su silla y cogió uno de los libros más gruesos que acababa de terminar.
Sin prisa, pero con algo de expectación, se dirigió a la entrada. No fue hasta entonces que se percató de sus apariencias, tan radicalmente diferentes de las de Roaxen Tenvrai. Vestia un ajustado keitan con capucha, ajustado con un cinto de pana a la cintura. Los guantes y botas que habian pertenecido a Roaxen Tenvrai era de las pocas cosas que habia conservado de su pasado, llenos de agujeros y remiendos. Un parche de cuero negro cubria su ojo herido, mientras que una espesa babra ulterana pendia de todo el contorno de su mandibula. La mayoria de sus pelos, ahora con puntas abiertas y nudos salvajes, eran una parodia del pelo que en el pasado le habia pertenecido al capellán. Con poca o ninguna higiene, el xolnita era uno con la mugre de su ropa. Al mismo tiempo, sin embargo, se dio cuenta que no habia caido antes en sus apariencias porque hacia tiempo que le habian dejado de importar. Olor, mugre y suciedad, eso era el ulterano en aquel momento.
Pero, extasiado no pudo sino sonreir. No sabia porque estaba tan alegre. ¿Por una reunion? Quizas. Pero su estado de humor le impedia alegrarse por nada que no le diera placer, a su vez, nada que le diese placer era positivo para terceras personas y la cizaña bien sabia lo placentero que iba a volver a encontrarse a Irianna.
Abrió bien el ojo para contemplar a los ahí presentes.
-No suponia que vendrias sola, Irianna, pero tampoco esperaba que estuvieras tan...-siseo con una sonrisa imperfecta de dientes serrados.-...bien acompañada.-sentenció, con una casi muda risotada.
Y, con naturalidad, empleo una de sus nuevas adquisiciones sobre la idrina: La Telepatia.
Ad Interim, Irianna escribió: ₪ <<Dioses si de veras no has cambiado nada... Te envidio sumamente...>>
Le sonrio una vez más y tras un parpadeo, se dirigió a los demás.
-Sekkeh Reikayame, Kimbra y Jace...-les nombró a modo de saludo.-¿Que haceis los cuatro aquí? Dudo que este reencuentro haya sido intencionado... aunque tampoco dudo que haya sido fortuito-meló, con una mirada contemplativa.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Biblioteca Mágica
17/02/16, 11:20 pm
Tras acordar que irían a la biblioteca juntos los presentes terminaron de desayunar, poniéndose en marcha poco después tras prepararse adecuadamente. La torre de los hechiceros no estaba especialmente bien equipada en cuanto a armas se refería, por eso el berserker solo llevaba un cuchillo grande, pero si algo lograba sorprenderles superando el sistema de alarma de la nebulomante el intara confiaba en sus nuevas aptitudes para defender a sus compañeros. Ellos no es que estuvieran indefensos, pero el rubio no era un buen aliado en batalla, así que si conseguía desviar la mayor parte de la atención hacia su persona sus amigos podrían ganar cierta ventaja de la situación. Si luego sentía la necesidad de partirles el cuello siempre podía hacer uso del amuleto que le había prestado Krono Rádem. O al menos eso quería creer.
Sekk apenas habló durante el trayecto y, mientras caminaban, mantuvo la mirada perdida entre los jirones de niebla que les rodeaban. Aquel fenómeno meteorológico le había ensimismado desde que tenía uso de razón, haciendo que su mente volara muy lejos de la cubierta de su hogar e imaginara aventuras imposibles. Nunca se lo había contado a nadie, ni siquiera a la idrina cuando se había manifestado su dominio, pero la bruma le tranquilizaba y, en cierta modo, era un alivio para su mal humor tener una amiga con semejante dominio. Cuando la biblioteca surgió de la nada frente a ellos el ulterano regresó a la realidad, siguiendo a los demás al interior del edificio.
El chico aún no había decidido que iba a leer, por lo que se puso a repasar las filas de estanterías con la mirada, y aun estaba tratando de decidirse cuando las palabras de Irianna atrajeron su atención. No habían vuelto a saber nada de Roaxen Tenvrai desde que la Luna Roja se había alzado en el cielo, y aunque habían sopesado la opción de ir en su búsqueda al final habían decidido que lo mejor era que el xolnita decidiera que era lo que quería hacer. Encontrárselo de repente después de tanto tiempo era bastante extraño.
—Pues lo cierto es que no estoy seguro... —empezó con un murmullo, pero se cayó cuando una figura mugrienta surgió de las profundidades de la biblioteca.
De no ser por el inconfundible color de su cabellera al berserker le habría costado reconocer al antaño estirado capellán en aquella criatura, pues aunque sus cambios físicos no destacaban significativamente más allá de la cola de escorpión, la fachada de dejadez que ofrecía era muy impropia de él. Se había dejado barba, detalle que en aquel momento no le sorprendió demasiado, casi podía imaginarse los gritos que habría dado su cabellera de tener voz y apenas se podían identificar sus antiguos ropajes bajo los harapos que llevaba.
—¿Cuanto tiempo llevas sin darte un baño, Roaxen? —preguntó el intara a modo de saludo, arrugando la nariz ante la varada de aire apestoso que le alcanzó cuando la cizaña se aproximó.
Algo en su actitud y sus palabras le crispaba, avivando la chispa iracunda que le acompañaba a todas partes, pero no habría sabido decir que era exactamente. Logró controlarse, sin embargo, y solo su ceño fruncido reflejaba la tensión que sentía en aquel momento. A pesar de todo el ulterano se alegraba de ver a su díscolo compatriota sano y salvo, pues durante todo aquel tiempo se había sentido intranquilo respecto a su estado e integridad.
Sekk apenas habló durante el trayecto y, mientras caminaban, mantuvo la mirada perdida entre los jirones de niebla que les rodeaban. Aquel fenómeno meteorológico le había ensimismado desde que tenía uso de razón, haciendo que su mente volara muy lejos de la cubierta de su hogar e imaginara aventuras imposibles. Nunca se lo había contado a nadie, ni siquiera a la idrina cuando se había manifestado su dominio, pero la bruma le tranquilizaba y, en cierta modo, era un alivio para su mal humor tener una amiga con semejante dominio. Cuando la biblioteca surgió de la nada frente a ellos el ulterano regresó a la realidad, siguiendo a los demás al interior del edificio.
El chico aún no había decidido que iba a leer, por lo que se puso a repasar las filas de estanterías con la mirada, y aun estaba tratando de decidirse cuando las palabras de Irianna atrajeron su atención. No habían vuelto a saber nada de Roaxen Tenvrai desde que la Luna Roja se había alzado en el cielo, y aunque habían sopesado la opción de ir en su búsqueda al final habían decidido que lo mejor era que el xolnita decidiera que era lo que quería hacer. Encontrárselo de repente después de tanto tiempo era bastante extraño.
—Pues lo cierto es que no estoy seguro... —empezó con un murmullo, pero se cayó cuando una figura mugrienta surgió de las profundidades de la biblioteca.
De no ser por el inconfundible color de su cabellera al berserker le habría costado reconocer al antaño estirado capellán en aquella criatura, pues aunque sus cambios físicos no destacaban significativamente más allá de la cola de escorpión, la fachada de dejadez que ofrecía era muy impropia de él. Se había dejado barba, detalle que en aquel momento no le sorprendió demasiado, casi podía imaginarse los gritos que habría dado su cabellera de tener voz y apenas se podían identificar sus antiguos ropajes bajo los harapos que llevaba.
—¿Cuanto tiempo llevas sin darte un baño, Roaxen? —preguntó el intara a modo de saludo, arrugando la nariz ante la varada de aire apestoso que le alcanzó cuando la cizaña se aproximó.
Algo en su actitud y sus palabras le crispaba, avivando la chispa iracunda que le acompañaba a todas partes, pero no habría sabido decir que era exactamente. Logró controlarse, sin embargo, y solo su ceño fruncido reflejaba la tensión que sentía en aquel momento. A pesar de todo el ulterano se alegraba de ver a su díscolo compatriota sano y salvo, pues durante todo aquel tiempo se había sentido intranquilo respecto a su estado e integridad.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Biblioteca Mágica
26/02/16, 10:35 pm
Durante aquellos meses Jace había pasado probando su transformación sin pena ni gloria, practicando como podía con esta. A penas salía por la incapacidad de poder hacer nada, sintiéndose como cuando estaban en Letargo pero con la desventaja añadida de tener la cabeza separada del cuerpo. Sekk, para variar, era su compañero en penas, pero el neoyorquino al menos no perdía la cabeza en sentido metafórico cuando se enfadaba. Irianna, por otro lado, le había ido enseñando a usar magia, complementando el vacío en su tiempo libre a pesar de que hasta que no le rebanase la cabeza a alguien no podría practicar de verdad.
Con el tiempo había conseguido controlar a quien le enviaba sus pensamientos e invocar su primer objeto vinculado (mandando gritos eufóricos mentalmente a cada persona presente en la torre), pero comparado con como estaba evolucionando el resto, Jace se sentía tremendamente inservible y tortuga a su lado.
«De todas las armas posibles, habidas y por haber creo que tengo la más jodidamente inútil. A ver, mola, pero, ¿por qué un puto bate de béisbol y no una motosierra o algo así?»
Peor que un niño pequeño, Jace había disfrutado con su bate cubierto en pinchos 48 horas, pensando las 72 horas siguientes como demonios iba a cortar cabezas con eso. De su montura aún no había ni rastro, y empezaba a creer que había salido retrasado incluso en el tema de las transformaciones.
Con la rutina hasta el cuello (porque no puede ir más arriba), el dullahan se alistó sin pensarlo dos veces a la excursión a la biblioteca, considerando que tan loco se había vuelto como para que una visita a tal sitio le resultase tan emocionante. La imagen del edificio fue prácticamente un camión de nostalgia, entrando tras los demás con la idea de sacar algún libro más sobre dullahanes, o algún "Monturas para Dummies" si existía.
Tuvo que frenarse antes de perderse sin pensar por los pasillos en el momento que la idrina habló, dejándole descolocado.
«¿Roaxen? ¿Pero sigue vivo?» —no le era necesario tener expresiones en la cara para que se notase que estaba asombrado. Quizás sus palabras no eran la mejor elección, y la sensación de arrepentimiento que sintió se extendió en seguida a sus compañeros—. «Quiero decir, hace mucho no lo vemos... No sé si querrá vernos a nosotros.»
Se encogió de hombros y esperó las respuestas del resto, dándole la espalda al pasillo de entrada, justo de donde apareció Roaxen. Le vio llegar de todas formas gracias a tener "ojos en la nuca", aunque fue realmente el olor lo que le chocó primero.
Por costumbre, se giró como quien todavía tiene la cabeza y los ojos en su santo lugar, dando varios pasos atrás para dejar correr el aire entre ellos, algo tenso.
«Joder tío, que mal te veo. No sé si es que voy a necesitar gafas en el humo o es que de verdad te ves así de descuidado.»
Tras lo acostumbrado que estaba al xolnita pulcro en sus siete meses en Letargo, verlo con cola de escorpión, parche y manco no era lo impactante. ¿Verlo sucio? Demonios, eso sí. Sobre todo sumando la cantidad de higiene y "lujos" de vida que tenían ahora en Serpentaria.
Con la cabeza bajo el brazo como quien lleva una pelota de baloncesto, abrió conversación con todos menos el cizaña.
«¿El encuentro este es de chiripita, no? ¿Qué se supone que hacemos con él ahora? ¿Le decimos hola y adiós como a un vecino incómodo o nos lo llevamos a una ducha contra su voluntad?»
Con el tiempo había conseguido controlar a quien le enviaba sus pensamientos e invocar su primer objeto vinculado (mandando gritos eufóricos mentalmente a cada persona presente en la torre), pero comparado con como estaba evolucionando el resto, Jace se sentía tremendamente inservible y tortuga a su lado.
«De todas las armas posibles, habidas y por haber creo que tengo la más jodidamente inútil. A ver, mola, pero, ¿por qué un puto bate de béisbol y no una motosierra o algo así?»
Peor que un niño pequeño, Jace había disfrutado con su bate cubierto en pinchos 48 horas, pensando las 72 horas siguientes como demonios iba a cortar cabezas con eso. De su montura aún no había ni rastro, y empezaba a creer que había salido retrasado incluso en el tema de las transformaciones.
Con la rutina hasta el cuello (porque no puede ir más arriba), el dullahan se alistó sin pensarlo dos veces a la excursión a la biblioteca, considerando que tan loco se había vuelto como para que una visita a tal sitio le resultase tan emocionante. La imagen del edificio fue prácticamente un camión de nostalgia, entrando tras los demás con la idea de sacar algún libro más sobre dullahanes, o algún "Monturas para Dummies" si existía.
Tuvo que frenarse antes de perderse sin pensar por los pasillos en el momento que la idrina habló, dejándole descolocado.
«¿Roaxen? ¿Pero sigue vivo?» —no le era necesario tener expresiones en la cara para que se notase que estaba asombrado. Quizás sus palabras no eran la mejor elección, y la sensación de arrepentimiento que sintió se extendió en seguida a sus compañeros—. «Quiero decir, hace mucho no lo vemos... No sé si querrá vernos a nosotros.»
Se encogió de hombros y esperó las respuestas del resto, dándole la espalda al pasillo de entrada, justo de donde apareció Roaxen. Le vio llegar de todas formas gracias a tener "ojos en la nuca", aunque fue realmente el olor lo que le chocó primero.
Por costumbre, se giró como quien todavía tiene la cabeza y los ojos en su santo lugar, dando varios pasos atrás para dejar correr el aire entre ellos, algo tenso.
«Joder tío, que mal te veo. No sé si es que voy a necesitar gafas en el humo o es que de verdad te ves así de descuidado.»
Tras lo acostumbrado que estaba al xolnita pulcro en sus siete meses en Letargo, verlo con cola de escorpión, parche y manco no era lo impactante. ¿Verlo sucio? Demonios, eso sí. Sobre todo sumando la cantidad de higiene y "lujos" de vida que tenían ahora en Serpentaria.
Con la cabeza bajo el brazo como quien lleva una pelota de baloncesto, abrió conversación con todos menos el cizaña.
«¿El encuentro este es de chiripita, no? ¿Qué se supone que hacemos con él ahora? ¿Le decimos hola y adiós como a un vecino incómodo o nos lo llevamos a una ducha contra su voluntad?»
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Biblioteca Mágica
29/02/16, 07:22 pm
Parecía que sus compañeros compartían con ella las dudas acerca de cómo proceder en aquella situación. No obstante y para su sorpresa, el propio Roaxen resolvió aquel dilema acercándose él mismo al grupo: era obvio que había asociado la niebla con su presencia. Llevó largos segundos, sin embargo, convencerse a sí misma de que el que tenía delante se trataba efectivamente del xolnita con el que habían compartido criba y no de algún otro ulterano con su mismo color de pelo y transformación. Sus dudas tan solo se disiparon por completo cuando habló, reconociendo su voz y a su vez el cizaña refiriéndose a ella por su nombre. Tuvo que arrugar la nariz ante la proximidad de su antiguo compañero debido a lo que parecían varias semanas sin ducharse, pero se abstuvo de hacer comentarios al respecto, ya que de todos modos Jace se encargó de saltarse el protocolo de cortesía haciendo mención directa al mal aspecto de Roaxen de buenas a primeras.
Y a pesar de todo lo que más le sorprendió fue escuchar no una sino dos voces en su cabeza. La pregunta del dullahan que no podían responder debido a que ninguno de los presentes dominaba la telepatía por el momento fue seguida de una nueva intrusión en su mente, haciéndole saber que había una excepción a ello. Si bien su primer comentario había levantado una alarma en la mente de la idrina, insegura sobre el significado del saludo que le había dirigido pero diciéndose que no era posible que el xolnita hubiese averiguado nada acerca de su problema, pudo comprender por qué afirmaba sentir envidia de ella. Sabía en qué se había convertido Roaxen y, aunque no se trataba de algo tan radical como lo que Kimbra tenía qué hacer, seguía siendo poco agradable. Aunque Irianna se encontró dudando momentáneamente si en realidad aquella “envidia” no se refería más bien a su falta de cambios externos más allá de unos ojos inocuamente más claros, pero en el fondo poco importaba en aquel momento. Irianna apartó la mirada del rostro, ahora poblado por una barba, del ulterano una vez se recuperó de la breve sorpresa inicial de haber recibido un mensaje telepático suyo y agradeció que a continuación se dirigiese al resto del grupo, concediéndole tiempo para sopesar la situación.
—No teníamos ni idea de que te encontraríamos aquí —le confirmó finalmente dando un paso al frente—. No te hemos estado buscando, pero si nos preguntábamos si te encontrabas bien. Es bueno saber que así es… obviando el hecho de que no pareces haberte establecido en las mejores condiciones.
Simple y clara, sin mentir en ningún momento, tratando de mostrar claramente que así era, y dejando cuestiones en el aire para que su interlocutor decidiese qué quería responder y qué no.
Y a pesar de todo lo que más le sorprendió fue escuchar no una sino dos voces en su cabeza. La pregunta del dullahan que no podían responder debido a que ninguno de los presentes dominaba la telepatía por el momento fue seguida de una nueva intrusión en su mente, haciéndole saber que había una excepción a ello. Si bien su primer comentario había levantado una alarma en la mente de la idrina, insegura sobre el significado del saludo que le había dirigido pero diciéndose que no era posible que el xolnita hubiese averiguado nada acerca de su problema, pudo comprender por qué afirmaba sentir envidia de ella. Sabía en qué se había convertido Roaxen y, aunque no se trataba de algo tan radical como lo que Kimbra tenía qué hacer, seguía siendo poco agradable. Aunque Irianna se encontró dudando momentáneamente si en realidad aquella “envidia” no se refería más bien a su falta de cambios externos más allá de unos ojos inocuamente más claros, pero en el fondo poco importaba en aquel momento. Irianna apartó la mirada del rostro, ahora poblado por una barba, del ulterano una vez se recuperó de la breve sorpresa inicial de haber recibido un mensaje telepático suyo y agradeció que a continuación se dirigiese al resto del grupo, concediéndole tiempo para sopesar la situación.
—No teníamos ni idea de que te encontraríamos aquí —le confirmó finalmente dando un paso al frente—. No te hemos estado buscando, pero si nos preguntábamos si te encontrabas bien. Es bueno saber que así es… obviando el hecho de que no pareces haberte establecido en las mejores condiciones.
Simple y clara, sin mentir en ningún momento, tratando de mostrar claramente que así era, y dejando cuestiones en el aire para que su interlocutor decidiese qué quería responder y qué no.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Biblioteca Mágica
06/03/16, 02:21 am
Sin Nombre
Se quedó congelado ante tal irrelevante pregunta como era la formulada. Si era por sus apariencias, estaba bastante seguro que Sekkeh Reikayame debia estar pensando en otras cosas en aquellos momentos. Aunque la reacción de los demás era algo más previsible. La previsibilidad era buena.
-Se conoce que los colaespinas no respetan mucho los turnos de baños.-replicó ácidamente con una sonrisa rota, dando a entender lo que era una broma un tanto obvia. Pero lo cierto era, que hacia tiempo que ya no le importaba su apariencia en absoluto y, sin contar con razones higienicas, no tenia muchas razones por mantener la costosa estetica del capellán.
No hubo duda la segunda vez que usó su telepatia con otra persona mientras, algo achaparrado, se acercaba arrastrando los pies al grupo.
Giró la cabeza con muy poca naturalidad, casi como si lo hiciera un animal asustado, cuando Irianna aclaró que de hecho, se habían preocupado por el. Una mezcla de sorpresa y disgusto se mostraron en su dañado rostro, tan solo por unos segundos, antes de que de sus labios se virtiera más ácido.
-Bueno, bueno... Que generoso por vuestra parte de preocuparos por mi lo suficiente para perder algo de sueño, pero no para salir a buscarme una segunda vez...-dejó caer al tirar del velo de aquella situación.-No, de hecho, estoy agradecido que no me hayais buscado todo este tiempo. La soledad... me ha hecho pensar en muchas cosas y cada día me fortalezco más, tanto mental como físicamente, todo gracias a que decidí renunciar a muletas, baños y demás lujos.-dijo, mirando de arriba a abajo a cada uno de los integrantes del grupo, como si les estuviera echando algo en cara.
-¡Sin embargo!-intercedió, sus propios comentarios salinosos, mientras se rascaba debajo del parche.-Olvidemonos del pasado, de hecho, contadme sobre el presente, ¿Que tal van las cosas con el resto? ¿Ha muerto alguien ya?-preguntó con total casualidad, como si fuera algo inevitable e incluso deseado a sus ojos.
Se quedó congelado ante tal irrelevante pregunta como era la formulada. Si era por sus apariencias, estaba bastante seguro que Sekkeh Reikayame debia estar pensando en otras cosas en aquellos momentos. Aunque la reacción de los demás era algo más previsible. La previsibilidad era buena.
-Se conoce que los colaespinas no respetan mucho los turnos de baños.-replicó ácidamente con una sonrisa rota, dando a entender lo que era una broma un tanto obvia. Pero lo cierto era, que hacia tiempo que ya no le importaba su apariencia en absoluto y, sin contar con razones higienicas, no tenia muchas razones por mantener la costosa estetica del capellán.
No hubo duda la segunda vez que usó su telepatia con otra persona mientras, algo achaparrado, se acercaba arrastrando los pies al grupo.
Ad Interim, Sekk escribió: ₪Contigo quiero hablar en privado más tarde. Hay mucho... de lo que ponerse al día, el uno al otro, amigo mio...
Giró la cabeza con muy poca naturalidad, casi como si lo hiciera un animal asustado, cuando Irianna aclaró que de hecho, se habían preocupado por el. Una mezcla de sorpresa y disgusto se mostraron en su dañado rostro, tan solo por unos segundos, antes de que de sus labios se virtiera más ácido.
-Bueno, bueno... Que generoso por vuestra parte de preocuparos por mi lo suficiente para perder algo de sueño, pero no para salir a buscarme una segunda vez...-dejó caer al tirar del velo de aquella situación.-No, de hecho, estoy agradecido que no me hayais buscado todo este tiempo. La soledad... me ha hecho pensar en muchas cosas y cada día me fortalezco más, tanto mental como físicamente, todo gracias a que decidí renunciar a muletas, baños y demás lujos.-dijo, mirando de arriba a abajo a cada uno de los integrantes del grupo, como si les estuviera echando algo en cara.
-¡Sin embargo!-intercedió, sus propios comentarios salinosos, mientras se rascaba debajo del parche.-Olvidemonos del pasado, de hecho, contadme sobre el presente, ¿Que tal van las cosas con el resto? ¿Ha muerto alguien ya?-preguntó con total casualidad, como si fuera algo inevitable e incluso deseado a sus ojos.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Biblioteca Mágica
06/03/16, 10:12 pm
Sekk esbozó una sonrisa torcida cuando Roaxen respondió a su pregunta, guardándose unos cuantos comentarios acerca de lo que pensaba sobre su aspecto. El problema no era la mugre que le cubría o los harapos que vestía, era el descuido con el que trataba su cabellera, como si no le importara nada. El berseker, a pesar de su problema neuronal, cuidaba su pelo todos los días, y aunque lo llevaba corto siempre tenía un aspecto lustroso. Que la cizaña se hubiera dejado hasta aquel extremo se le antojaba absurdo y de muy mal gusto.
Estos pensamientos le habían distraído un tanto, pero cuando la voz del xolnita resonó en su cabeza el chico regresó al momento presente enarcando una ceja frente a la nueva habilidad del compatriota. De no haber estado acostumbrado a aquella forma de comunicación por Jace su reacción habría sido muy distinta, pero se limitó a asentir levemente para darle a entender que estaba de acuerdo y empezó a prestar atención a la conversación.
Irianna fue la primera en aclarar que le habían buscado y habían estado preocupados por su destino, pero aquello pareció alterar de alguna forma a la cizaña, pues no tardó en responder de forma un tanto cáustica. La mirada que les dirigió, como si les acusara de algo, encendió el inflamable humor del intara, pero este logró controlar su primer impulso de partirle la boca al pelimorado y se limitó a gruñir por lo bajo.
—Ahora que sabemos de ti podemos asegurar con certeza que no ha muerto nadie desde lo de Sigrún —respondió con la misma acidez de la que hacía gala su compatriota—. ¿Decepcionado? —preguntó, dando un par de pasos atrás mientras hundía las manos en los bolsillos de su cazadora.
De forma inconsciente el berseker empezó a regular su respiración, poniendo en práctica uno de los muchos ejercicios de autocontrol que había aprendido en los últimos tiempos. La leve presencia perturbadora característica de las cizañas le estaba afectando demasiado rápido y él aún no era capaz de controlar su naturaleza rabiosa, pero la seguridad que le transmitía el talismán que estaba rozando con los dedos le permitió mantener la compostura.
Estos pensamientos le habían distraído un tanto, pero cuando la voz del xolnita resonó en su cabeza el chico regresó al momento presente enarcando una ceja frente a la nueva habilidad del compatriota. De no haber estado acostumbrado a aquella forma de comunicación por Jace su reacción habría sido muy distinta, pero se limitó a asentir levemente para darle a entender que estaba de acuerdo y empezó a prestar atención a la conversación.
Irianna fue la primera en aclarar que le habían buscado y habían estado preocupados por su destino, pero aquello pareció alterar de alguna forma a la cizaña, pues no tardó en responder de forma un tanto cáustica. La mirada que les dirigió, como si les acusara de algo, encendió el inflamable humor del intara, pero este logró controlar su primer impulso de partirle la boca al pelimorado y se limitó a gruñir por lo bajo.
—Ahora que sabemos de ti podemos asegurar con certeza que no ha muerto nadie desde lo de Sigrún —respondió con la misma acidez de la que hacía gala su compatriota—. ¿Decepcionado? —preguntó, dando un par de pasos atrás mientras hundía las manos en los bolsillos de su cazadora.
De forma inconsciente el berseker empezó a regular su respiración, poniendo en práctica uno de los muchos ejercicios de autocontrol que había aprendido en los últimos tiempos. La leve presencia perturbadora característica de las cizañas le estaba afectando demasiado rápido y él aún no era capaz de controlar su naturaleza rabiosa, pero la seguridad que le transmitía el talismán que estaba rozando con los dedos le permitió mantener la compostura.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Biblioteca Mágica
07/03/16, 06:17 pm
El humo que salía de su cuello pareció alejarse, como la dirección que toma la llama de una vela a la le están soplando, procurando no aspirar demasiado del nuevo aroma del xolnita. Tiempo atrás no hubiese esperado que Roaxen le fuese a dar asco más allá del sentido metafórico.
«No, si se nota...» —con ningún disimulo, Jace apartó el aire frente su cuello con una mano. La forma en la que se arrastraba, sonreía y escupía ácido, hacían que se le helara la nuca, retrocediendo según el cizaña se acercaba—. «Fuiste tú quien se largó por voluntad propia. No solo la soledad, los colaspinas deben de haberte tratado mejor que nosotros, seguro.»
Se calló varios pensamientos más, sintiendo que no era necesario empeorar las cosas. Ya estaba alerta por un posible cabreo del berseker.
Infundir serenidad no era el punto fuerte de Jace, y el dullahan también se estaba molestando por la acidez con la que respondía el de la cola de escorpión. Lanzó un vistazo y envió una sensación de súplica a Irianna, esperando que ella supiera como salir del paso mejor que él.
«¡Que alegría amigos, ay que día más feliz!» —aplaudió una sola vez, canturreando y haciendo un intento de reverencia torpe a Roaxen—. «¡Y ahora que sabes que no ha muerto nadie, tranqui, que a los demás les va de puta madre. Siempre te puedes pasar a dar una vuelta, Serpentaria es un sinvivir frenético que ni te imaginas. Qué, ¿nos movemos ya?»
Su tono oscilaba entre irritado e irónico, meciendo el cuerpo con nerviosismo.
«No, si se nota...» —con ningún disimulo, Jace apartó el aire frente su cuello con una mano. La forma en la que se arrastraba, sonreía y escupía ácido, hacían que se le helara la nuca, retrocediendo según el cizaña se acercaba—. «Fuiste tú quien se largó por voluntad propia. No solo la soledad, los colaspinas deben de haberte tratado mejor que nosotros, seguro.»
Se calló varios pensamientos más, sintiendo que no era necesario empeorar las cosas. Ya estaba alerta por un posible cabreo del berseker.
Infundir serenidad no era el punto fuerte de Jace, y el dullahan también se estaba molestando por la acidez con la que respondía el de la cola de escorpión. Lanzó un vistazo y envió una sensación de súplica a Irianna, esperando que ella supiera como salir del paso mejor que él.
«¡Que alegría amigos, ay que día más feliz!» —aplaudió una sola vez, canturreando y haciendo un intento de reverencia torpe a Roaxen—. «¡Y ahora que sabes que no ha muerto nadie, tranqui, que a los demás les va de puta madre. Siempre te puedes pasar a dar una vuelta, Serpentaria es un sinvivir frenético que ni te imaginas. Qué, ¿nos movemos ya?»
Su tono oscilaba entre irritado e irónico, meciendo el cuerpo con nerviosismo.
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Biblioteca Mágica
13/03/16, 04:05 am
El primer comentario ácido la dejó bastante indiferente, no estaba segura de si el ulterano buscaba echarles en cara o no el hecho de que no hubiesen hecho esfuerzos por encontrarle, pero la idrina tenía la convicción de que todos sabían que probablemente el xolnita no hubiese querido ser encontrado y por tanto tenía la conciencia tranquila al respecto. Él mismo pareció confirmarlo, aunque la forma de expresarse del cizaña le hacía dudar, e Irianna no tenía muchas ganas de soportar un peso más encima, uno que probablemente ni siquiera se merecía tanta deferencia. De todos modos el dullahan no vaciló en recalcar aquello por si todavía quedaba alguna duda al respecto.
Su última pregunta, no obstante, le hizo fruncir los labios con desagrado y por suerte para ella fue otro quien se encargó de responder a una cuestión destinada probablemente a tantear alguna reacción que le interesaba en ellos. Le preocupó subrepticiamente que aquello pudiese alterar al berserker, no obstante, pero Sekkeh parecía poder controlarse por el momento y desde que Krono Rádem le había fabricado el artefacto rúnico se sentía bastante más segura. Además ahora ella también sabía inducir al sueño mediante un sortilegio que no requería contacto en caso de que fuese preciso.
No obstante, parecía que el intara no era el único de quien debía temer su reacción hacia las palabras del xolnita, pues Jace no dudó en expresar su desagrado ante lo que suponía era humor negro por parte del pelimorado. Tampoco pondría la mano en el fuego porque no se tratase de genuino interés en la posibilidad de recibir una respuesta diferente. Es por ello que Irianna aprovechó la sugerencia del humano para asentir en su dirección.
—Será mejor que empecemos a buscar entre las estanterías, encontrar algo aquí puede llevarnos horas —comentó en tono neutro—. Espero que volvamos a vernos, Roaxen Tenvrai —añadió sin modular la voz más allá de lo estrictamente necesario para evitar sonar excesivamente fría.
La lacustre echó a andar sin mirar atrás, seguida de cerca por Kimbra. Una parte de ella quería desplegar su niebla para conocer el momento exacto en el que se alejaban lo suficiente del xolnita como para saber que podían hablar sobre aquel encuentro sin tapujos, ya que aunque ella tenía intención de decir poco al respecto probablemente Jace o Sekkeh sí hiciesen algún comentario. Pronto se dio cuenta de que tan solo el primero las acompañaba y se giró hacia el humo de su cuello.
—¿Sekkeh se ha quedado atrás? —preguntó con evidente preocupación. El berserker seguía descontrolándose con relativa facilidad.
Su última pregunta, no obstante, le hizo fruncir los labios con desagrado y por suerte para ella fue otro quien se encargó de responder a una cuestión destinada probablemente a tantear alguna reacción que le interesaba en ellos. Le preocupó subrepticiamente que aquello pudiese alterar al berserker, no obstante, pero Sekkeh parecía poder controlarse por el momento y desde que Krono Rádem le había fabricado el artefacto rúnico se sentía bastante más segura. Además ahora ella también sabía inducir al sueño mediante un sortilegio que no requería contacto en caso de que fuese preciso.
No obstante, parecía que el intara no era el único de quien debía temer su reacción hacia las palabras del xolnita, pues Jace no dudó en expresar su desagrado ante lo que suponía era humor negro por parte del pelimorado. Tampoco pondría la mano en el fuego porque no se tratase de genuino interés en la posibilidad de recibir una respuesta diferente. Es por ello que Irianna aprovechó la sugerencia del humano para asentir en su dirección.
—Será mejor que empecemos a buscar entre las estanterías, encontrar algo aquí puede llevarnos horas —comentó en tono neutro—. Espero que volvamos a vernos, Roaxen Tenvrai —añadió sin modular la voz más allá de lo estrictamente necesario para evitar sonar excesivamente fría.
La lacustre echó a andar sin mirar atrás, seguida de cerca por Kimbra. Una parte de ella quería desplegar su niebla para conocer el momento exacto en el que se alejaban lo suficiente del xolnita como para saber que podían hablar sobre aquel encuentro sin tapujos, ya que aunque ella tenía intención de decir poco al respecto probablemente Jace o Sekkeh sí hiciesen algún comentario. Pronto se dio cuenta de que tan solo el primero las acompañaba y se giró hacia el humo de su cuello.
—¿Sekkeh se ha quedado atrás? —preguntó con evidente preocupación. El berserker seguía descontrolándose con relativa facilidad.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Biblioteca Mágica
27/03/16, 01:41 am
Kimbra realmente necesitaba consultar varios libros. La krabelinense se estaba tomando muy en serio su trabajo y estaba realizando una exhaustiva investigación en torno a su transformación y la biblioteca de la torre había comenzado a resultarle escasa de información. Para su suerte, la biblioteca mágica estaba excepcionalmente surtida y la Hija de Lunas no perdió tiempo en comenzar a buscar en cuanto estuvo en ella, siempre manteniéndose cerca de Irianna, tanto por si en algún momento requería de su ayuda como por la seguridad que le otorgaba la niebla que despegaba, ya que le otorgaba cierta ventaja ante las posibles amenazas.
La engendro se encontraba consultando un libro sobre criaturas inmorales cuando Irianna indicó de la presencia de Roaxen en la biblioteca. La demonio dejó el libro y se tensó al instante, tiñéndose sus ojos de rojo formando una visión general de su aspecto bastante amenazante. Cuando el xolnita apareció ante ellos tanto el rojo de sus ojos como su tensión vaciló por un momento ante la imagen de sí mismo que Roaxen mostraba. Kimbra no había visto de primera mano los cambios del ulterano, pero ciertamente le impactó más la imagen descuidada que mostraba, tan contraria a como se había visto durante toda su convivencia.
Durante toda la tensa conversación se mantuvo callada y alerta, con su vista vagando de un ulterano a otro, atenta a la posible amenaza que podía suponer uno y a la alteración de los nervios del otro. La krabelinense no tenía nada especial que decir del cizaña, dado que a su entender era irrelevante si ellos habían salido en su búsqueda o no, ya que él era el que conocía la ubicación de todos ellos de primera mano y no había hecho ningún intento de ponerse en contacto con ellos lo que a la demonio le decía claramente que no quería que dicho contacto diera lugar. Y era precisamente por eso por lo que no le agradaba el tono usado por el ulterano.
Kimbra asintió hacia Irianna cuando esta dio una breve despedida y procedió a seguirla quedando quieta al ver que Sekkeh no se movía. La Hija de Lunas supuso que deseaba mantener la conversación por su parte con el cizaña por algún tiempo más así que solo le miró brevemente a la espera de una confirmación afirmativa de que sus nervios se encontraban bajo control, tras la cual miró una última vez a Roaxen confirmando que tampoco se encontraba alterado de ninguna forma y siguió su camino tras Irianna.
- Si- contestó a la pregunta de Irianna, aunque esta no parecía estar dirigida a ella-. Parece ser que quería mantener una conversación de carácter más privado con Roaxen, puesto que no ha indicado que quisiera incluirnos en ella. Creo, a pesar de ello, que deberíamos mantenernos cerca para poder actuar en caso de que algún problema surja, aunque Sekkeh parecía mantenerse de forma eficiente bajo control.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Biblioteca Mágica
28/03/16, 02:33 am
Jace agradeció para sus adentros que Irianna hubiese terminado de sacarles la pata del barro. Alzó la mano como despedida al cizaña. Si quería seguirles, él no se lo iba a impedir, pero el mensaje quedaba bastante claro. Echó a andar hasta que se percató de algo: Sekkeh no se movía del sitio. No tuvo necesidad de voltearse a comprobarlo, y reduciendo la marcha, habló en privado con el intara.
«¿Estás bien tío?» —ignoraba el hecho de que Roaxen supiera comunicarse por telepatía—. «Mierda, se me olvida que no me puedes responder. Como sea. Si necesitas ayuda pega un grito, aunque de pasar eso creo que lo pegaría Roaxen primero. No nos alejaremos mucho, no tardes.»
Se metió una mano en los bolsillos, algo fastidiado por el peso de su cabeza. En cuanto se detuvieron la dejó sobre la mesa más cercana, pensando la opción de guardarla aunque fuese en una mochila normal y corriente a partir de entonces. Se sentó en el borde del mueble, demasiado pendiente de cualquier grito que pudiera escucharse de fondo como para ponerse a ojear libros sin perder concentración.
«Eeeeso parece. No te rayes, confío en que se controle. Lo justo, pero confío. Ya no se lanza a romper cuellos tan rápido.» —no sonaba muy convencido, pero lo que dijo Kimbra sirvió para asentar mejor sus palabras. Inclinó el cuerpo hacia la krabelinense y la señaló con la palma de la mano para darle la razón—. «Pero sí, por si acaso... vamos a no alejarnos más. Si lo dejamos atrás también se puede cabrear con nosotros.»
Miró a su alrededor, observando el camino por el que habían venido sin levantarse. De todas formas, supuso que estaban lo suficientemente apartados como para poder hablar en condiciones.
«Justo cuando pensé que me empezaba a caer bien... bueno. Normal. El reencuentro de hoy me ha recordado lo enfermo que me pone ese tío. Tampoco me sorprende que se haya vuelto más raro. Le pega.» —imitó el sonido de chasquear la lengua y luego se crujió los puños—. «Como nos siga y vuelva a soltar una gilipollez como la última no prometo no darle un puñetazo.»
Echó la espalda hacia atrás, suspirando de forma que su humo parecía el resoplido de una ballena. Seguramente Irianna también estuviese de mal humor, pero no sabía hasta que punto quería hablar de lo que acababa de pasar. Estiró los brazos hasta su cabeza para ponerla en su regazo y peinarla, destensándose.
«Y... ¿Qué libros buscáis? Cuanto antes lo encontremos antes nos largamos.»
«¿Estás bien tío?» —ignoraba el hecho de que Roaxen supiera comunicarse por telepatía—. «Mierda, se me olvida que no me puedes responder. Como sea. Si necesitas ayuda pega un grito, aunque de pasar eso creo que lo pegaría Roaxen primero. No nos alejaremos mucho, no tardes.»
Se metió una mano en los bolsillos, algo fastidiado por el peso de su cabeza. En cuanto se detuvieron la dejó sobre la mesa más cercana, pensando la opción de guardarla aunque fuese en una mochila normal y corriente a partir de entonces. Se sentó en el borde del mueble, demasiado pendiente de cualquier grito que pudiera escucharse de fondo como para ponerse a ojear libros sin perder concentración.
«Eeeeso parece. No te rayes, confío en que se controle. Lo justo, pero confío. Ya no se lanza a romper cuellos tan rápido.» —no sonaba muy convencido, pero lo que dijo Kimbra sirvió para asentar mejor sus palabras. Inclinó el cuerpo hacia la krabelinense y la señaló con la palma de la mano para darle la razón—. «Pero sí, por si acaso... vamos a no alejarnos más. Si lo dejamos atrás también se puede cabrear con nosotros.»
Miró a su alrededor, observando el camino por el que habían venido sin levantarse. De todas formas, supuso que estaban lo suficientemente apartados como para poder hablar en condiciones.
«Justo cuando pensé que me empezaba a caer bien... bueno. Normal. El reencuentro de hoy me ha recordado lo enfermo que me pone ese tío. Tampoco me sorprende que se haya vuelto más raro. Le pega.» —imitó el sonido de chasquear la lengua y luego se crujió los puños—. «Como nos siga y vuelva a soltar una gilipollez como la última no prometo no darle un puñetazo.»
Echó la espalda hacia atrás, suspirando de forma que su humo parecía el resoplido de una ballena. Seguramente Irianna también estuviese de mal humor, pero no sabía hasta que punto quería hablar de lo que acababa de pasar. Estiró los brazos hasta su cabeza para ponerla en su regazo y peinarla, destensándose.
«Y... ¿Qué libros buscáis? Cuanto antes lo encontremos antes nos largamos.»
- ♪♫♬:
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Biblioteca Mágica
28/03/16, 05:11 pm
Sin Nombre
Le respondió Sekkeh, la sonrisa de expectativa se desvaneció, mientras sus facciones entristecian y el labio inferior caia, todo intencionalmente elaborado, como un cuadro lo suficientemente obvio para que sus antiguos compañeros leyeran en el.
-Pues la verdad, es que si.-empezó.-De veras esperaba que alguno cometiera algun que otro fallo típico como los de la cosecha y acabase enojando a un local con mucha más experiencia... ¡Vaya decepción!-admitió, casi con un tono infantil.
-Pero bueno, paciencia, eventualmente pasará.-se dijo por lo bajo, tras lo cual sonrió hacia Sekkeh, quien podia notarsele cierta alteración. Jugaria con fuego, pero no era un idiota, dejó de hurgar la llaga.
No dijo nada mientras se despedian y hacian intención de irse, pero, casi cuando ya estaba apunto de perderles de vista, decidió añadir algo más, por telepatia, más alto y claro que usando su lengua.
Y dicho aquello, miró a Sekk y le regaló una sonrisa un tanto más amistosa.
-Sigueme.-le indicó.
No muy lejos, a unos pasillos de ahí, habia una mesa con pergaminos, pluma y tintero. Varias montañas de libros apilados de temás tan distantes como el mentalismo, la alquimia y la necromancia, asi como uno o dos extremadamente gruesos tomos de historia abiertos. Hizo hueco en la mesa, recolocando alguno de los libros y acercó una segundia silla, colocandola enfrentada a la suya propia, donde se sentó.
-Si gustas.-le dijo, indicandole la silla vacia con un movimiento de cabeza.
Tanto si se sentase o no, procedió de inmediato a explicar sus motivos por los cuales queria hablar con el. Hablaba con una voz un tanto ausente, como si de una entrevista de trabajo se tratase.
-Llevamos un tiempo un tanto separados y, como es comprensible, hay cosas que me he perdido. Me gustaria hacerte unas preguntas sobre vuestra situación, ambiente y tus experiencias bebiendo del manantial del consejo.-fue a entrelazar sus dedos, como si tuviera una segunda mano fantasma, pero al fallar, inconscientemente, se cubrió el muñón descansando su mano sobre este. Su voz recuperó algo de calor entonces.- ¡Mejor aun! Podemos hacer un juego de esto, si tu tambien tienes alguna pregunta para mi, podremos turnarnos, ¿que te parece?-
Le respondió Sekkeh, la sonrisa de expectativa se desvaneció, mientras sus facciones entristecian y el labio inferior caia, todo intencionalmente elaborado, como un cuadro lo suficientemente obvio para que sus antiguos compañeros leyeran en el.
-Pues la verdad, es que si.-empezó.-De veras esperaba que alguno cometiera algun que otro fallo típico como los de la cosecha y acabase enojando a un local con mucha más experiencia... ¡Vaya decepción!-admitió, casi con un tono infantil.
-Pero bueno, paciencia, eventualmente pasará.-se dijo por lo bajo, tras lo cual sonrió hacia Sekkeh, quien podia notarsele cierta alteración. Jugaria con fuego, pero no era un idiota, dejó de hurgar la llaga.
No dijo nada mientras se despedian y hacian intención de irse, pero, casi cuando ya estaba apunto de perderles de vista, decidió añadir algo más, por telepatia, más alto y claro que usando su lengua.
Ad Interim, omnes escribió: ₪ No os preocupeis camaradas. Muy pronto nos volveremos a ver, de una manera, u otra. Quizás, hasta os haga una visita inesperada algún día...
Y dicho aquello, miró a Sekk y le regaló una sonrisa un tanto más amistosa.
-Sigueme.-le indicó.
No muy lejos, a unos pasillos de ahí, habia una mesa con pergaminos, pluma y tintero. Varias montañas de libros apilados de temás tan distantes como el mentalismo, la alquimia y la necromancia, asi como uno o dos extremadamente gruesos tomos de historia abiertos. Hizo hueco en la mesa, recolocando alguno de los libros y acercó una segundia silla, colocandola enfrentada a la suya propia, donde se sentó.
-Si gustas.-le dijo, indicandole la silla vacia con un movimiento de cabeza.
Tanto si se sentase o no, procedió de inmediato a explicar sus motivos por los cuales queria hablar con el. Hablaba con una voz un tanto ausente, como si de una entrevista de trabajo se tratase.
-Llevamos un tiempo un tanto separados y, como es comprensible, hay cosas que me he perdido. Me gustaria hacerte unas preguntas sobre vuestra situación, ambiente y tus experiencias bebiendo del manantial del consejo.-fue a entrelazar sus dedos, como si tuviera una segunda mano fantasma, pero al fallar, inconscientemente, se cubrió el muñón descansando su mano sobre este. Su voz recuperó algo de calor entonces.- ¡Mejor aun! Podemos hacer un juego de esto, si tu tambien tienes alguna pregunta para mi, podremos turnarnos, ¿que te parece?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Biblioteca Mágica
27/04/16, 01:25 am
La respuesta de la cizaña a su comentario no le sorprendió en absoluto, pero el hecho de esperarse algo así no suavizo el impacto de la misma en su incipiente mal humor. No quería cabrearse, había ido a la biblioteca con sus amigos para pasar el rato sin malos rollos, pero la aparición del xolnita amenazaba con echarlo todo al traste. Debía tranquilizarse cuanto antes o alguien acabaría herido.
—Os sigo en breve. —murmuró entre dientes en dirección a sus compañeros cuando se despidieron, en voz tan baja que no se le llegó a escuchar. La mirada que le dirigió a Kimbra dejaba claro que todo iba relativamente bien, y cuando Jace se dirigió a él por telepatía le dedicó un ligero asentimiento de conformidad antes de seguir a su compatriota entre las estanterías.
Roaxen le condujo hasta una mesa llena de pergaminos y libros de los mas diversos temas y empezó a hacer hueco, apartando unos cuantos tomos y ofreciéndole una silla. Sekk declinó el ofrecimiento y permaneció de pie, las manos hundidas en los bolsillos de la cazadora y la mirada expectante. Escuchó al capellán en silencio, frunciendo el entrecejo ante el cambio de tono a uno mas relajado que tenía algo de inadecuado. La sugerencia de que se lo tomara como un juego le dejó ligeramente perplejo.
—Creo que prefiero un interrogatorio normal, Roaxen —respondió midiendo su tono—. Sabes perfectamente que tengo un problema serio de autocontrol y ahora mismo no estoy de humor para un intercambio de preguntas —sentenció—. Dime que es lo que quieres saber y así podre salir cuanto antes a que me de el aire, ¿de acuerdo? —inquirió, cambiando el peso de una pierna a otra.
Los dedos del intara jugueteaban con el amuleto de radém que le había hecho Krono, listo para activarlo si la conversación acababa en malos términos. Sabía de sobra que su amigo, al que aun consideraba en dichos términos a pesar de todo, no era estúpido, así que esperaba que no tentara a su suerte jugando con fuego. Lo cierto era, sin embargo, que sabía poco sobre la naturaleza de las cizañas y su gusto por el malestar psicológico ajeno, pero confiaba en que todo fuera bien. Sus compañeros de Serpentaria estaban cerca por si algo salía mal, y saber eso lo tranquilizaba en cierto grado.
—Os sigo en breve. —murmuró entre dientes en dirección a sus compañeros cuando se despidieron, en voz tan baja que no se le llegó a escuchar. La mirada que le dirigió a Kimbra dejaba claro que todo iba relativamente bien, y cuando Jace se dirigió a él por telepatía le dedicó un ligero asentimiento de conformidad antes de seguir a su compatriota entre las estanterías.
Roaxen le condujo hasta una mesa llena de pergaminos y libros de los mas diversos temas y empezó a hacer hueco, apartando unos cuantos tomos y ofreciéndole una silla. Sekk declinó el ofrecimiento y permaneció de pie, las manos hundidas en los bolsillos de la cazadora y la mirada expectante. Escuchó al capellán en silencio, frunciendo el entrecejo ante el cambio de tono a uno mas relajado que tenía algo de inadecuado. La sugerencia de que se lo tomara como un juego le dejó ligeramente perplejo.
—Creo que prefiero un interrogatorio normal, Roaxen —respondió midiendo su tono—. Sabes perfectamente que tengo un problema serio de autocontrol y ahora mismo no estoy de humor para un intercambio de preguntas —sentenció—. Dime que es lo que quieres saber y así podre salir cuanto antes a que me de el aire, ¿de acuerdo? —inquirió, cambiando el peso de una pierna a otra.
Los dedos del intara jugueteaban con el amuleto de radém que le había hecho Krono, listo para activarlo si la conversación acababa en malos términos. Sabía de sobra que su amigo, al que aun consideraba en dichos términos a pesar de todo, no era estúpido, así que esperaba que no tentara a su suerte jugando con fuego. Lo cierto era, sin embargo, que sabía poco sobre la naturaleza de las cizañas y su gusto por el malestar psicológico ajeno, pero confiaba en que todo fuera bien. Sus compañeros de Serpentaria estaban cerca por si algo salía mal, y saber eso lo tranquilizaba en cierto grado.
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