Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

No durmió en tods la noche,no quería recordar más cosas,solo quería descansar,y si para éllo tenía que estar despierto,que así fuera. Le dió por ponerse a cocinar,Cain le dijo que había trigo,por lo que podría hacer harina. Nunca lo había hecho,pero tenía toda la noche. Cogió 2 piedras y empezó la molienda,le llevó más de lo previst,pero tengo horas por delante. Calculo el agua que necesito,y un puñado de sal y se lo echo a la harina. Levadura no tengo,pero tecnicamente está en el ambiente,solo hay que esperar,dejo la masa encima del horno y me pongo a escuchar música https://www.youtube.com/watch?v=lgT1AidzRWM al cabo de unas horas,la masa ha subido lo suficiente. La meto en el horno,un olor a pan recién hecho invade la casa.

Realmente, anoche quedé preocupada. Alexander parecía muy triste, y yo... Bueno, no quiero que esté mal. Es una persona que me importa.
Así, que, cuando abro los ojos, bajo rápidamente al salón, deseando que esté allí... Pero está en la cocina, sacando del horno un pan recién hecho.
-Buenos días- murmuro-. ¿Cómo estás hoy?

-Hoy? Bien,tranquilo,me he puesto en modo ama da casa frustrada,en vez de pensar cocino-la miro un breve momento antes de dejar el pan sobre la encimera-¿Y tu que tal estás? ¿Polo negativo,o positivo?-bromeo.
No puedo evitar pensar en Kate,Marta me recuerda mucho a élla.

-Positivo- contesto, sonriendo-. Siempre me levanto de buen humor y luego... pues ya depende del día. Como suele decirse... Odio ser bipolar... ¡Es lo mejor que me ha pasado nunca!- añado, sin dejar de sonreír.
Cojo un trozo de pan, aún caliente, y me lo meto a la boca, saboreándolo lentamente. Está realmente delicioso.
-Vaya, ya podrías poner el modo de ama de casa frustrada más a menudo- digo, entre carcajadas-. Está muy bueno.

-Sabes que no deberías comerte el pan ardiendo? -digo sin dejar de sonreir-Pero para alcanzar ese modo tengo que estar depre,borracho e insomne-hago una pausa-creo que soy multipolar o algo así.
"Oh no,estamos entrando en modo just friends,aclárate ya Alexander,¿qué es lo que quieres? Te diré que es lo que no quiero,que me hagan daño otra vez."

Los gritos se oían por toda la casa. Llevaba un rato así, gritándo al teléfono, y el teléfono grtándole a él. La voz se le quebraba a ratos y de pronto, silencio... Debieron pasar horas hasta que salió de la habitación, con los ojos hinchados y enrojecidos de llorar. Se pasó la mano por el cabello violeta y entró en la cocina; allí, sobre la encimera, le esperaba una taza de chocolate caliente. El joven quedó perplejo, alzó una ceja suspicaz y se asomó al salón, para ver al niño rubio que jugaba con la consola, completamente inmerso en su mundo. Se acercó a él lentamente y se le quedó mirando, inmediatamente el niño se puso nervioso y trató de disimular. Bingo. No fallaba. Le rodeó con los brazos evitando cualquier intento de escapada por parte del rubio. <<Gracias>> dijo riendo. En niño se desentendió y trató de huir, pero al final desistió y se dejó abrazar, sin mirar al otro y sin decir palabra.

Cain se despertó con el olor de Vacuum en la nariz y un recuerdo agradable. La luz del día entraba por la ventana semi abierta. Se levantó y salió al balcón, varios anillos dorados se veían a lo lejos. Su curiosidad iba en aumento...

-Olía demasiado bien como para esperar unos minutos- digo, volviendo a sonreír-. Supongo que, en el fondo, todos tenemos una parte multipolar. Solo que pocas veces nos atrevemos a sacarla.
Noto que me mira de forma extraña. El corazón me late rápidamente. ¿Pero qué...?
Sin embargo, no dejo que mi sonrisa se desvanezca. Aunque mi voz suena algo rara, pregunto, de la forma más natural que me es posible:
-Va, en serio. ¿Qué te pasa?

Me empiezo a ailslar como siempre he hecho:
-¿Qué si me pasa algo? Nunca he estado mej...-a la mierda-Creo que me gustas-hala,ya lo he dicho-pero si quieres que sigamos siendo amigos lo entiendo y respeto y jamás volveré a mencionarlo y...-me acelero como siempre que estoy nervioso.

Durante unos segundos, me quedo en silencio, sintiendo como oigo... ¿es mi propio corazón que me ha subido a los oídos?
Finalmente, bajando la mirada y sintiendo la boca seca, murmuro:
-No, no quiero- y vuelvo a sonreír de forma casi imperceptible, mientras levanto la vista de nuevo-. No conozco exactamente tu pasado. Pero me da igual. Lo único que sé es que me importas, más de lo que puedas imaginar. Y yo...
La voz se me quiebra entonces.

No se que decir y/o hacer,no me esperaba que alguien pudiera sentir nada por mí. Lentamente,como con miedo a estropearlo todo me acerco a Marta y le doy un suave beso mientra la rodeo con mis brazos,no se me ocurre nada que comentar,simplemente,disfruto del momento como si no volviese a vivirlo más.

Cuando me besa, intento decir algo.Entonces, me doy cuenta de que en ese momento las palabras sobran por completo.
Y cuando me abraza me refugio entre sus brazos, con el corazón latiéndome con fuerza. Verdaderamente, tengo una razón para estar allí en Rocavarancolia. Porque aunque me llevasen allí a base de engaños, esa razón es una persona.
Simplemente, deseo que ese momento sea eterno.

Todo el odio,toda la agresividad desaparecen,en este momento solo puedo pensar en élla,en la calidez de su cuerpo,en el tacto de sus labios. He estado demasiado tiempo solo y enfadado para recordar que la vida es algo más que sufrimiento. Una lágrima se me escapa y me separo un momento.
-Perdona-digo sonriendo mientras me limpio la lágrima-me hace muy feliz que quieras estar conmigo.
Ojalá este momento no acabase nunca.

Me acerco a él, aunque él mismo se me adelanta al limpiar esa lágrima que acaba de escaparse de su ojo.
-Eso está bien- contesto, con voz suave, como si quisiera arrullarlo-. Aunque todo esto esté lleno de... ¿oscuridad?, sea como sea, quiero que seas feliz.
Sonrío. En aquel momento siento como si fuese a estallar. Me siento realmente bien, y quiero que él también se sienta así.

-Tienes razón,saldremos adelante,juntos-digo mientras la abrazo con firmeza.-Y si lloro,es de alegría.
La beso con una pasión que nunca creí posible. Y sonrío,ya no estaba solo en el infierno.
-Y si me disculpas un momento-digo mientras me doy la vuelta aunque sigo abrazandola con el brazo derecho-voy a probar el pan que he hecho para tí.
Cojo un trozo y lo pruebo.
-Mmm rico...-me vuelvo hacia ella y finjo estar despistado- emmm...¿por dónde íbamos?

-Verás como sí- contesto, sonriendo-. ¿Ves como te dije que está muy bueno?- respondo, cuando prueba el pan que él mismo ha cocinado. Y, cuando vuelve y hace esa última pregunta, le digo:
-¿Que por dónde íbamos? Por aquí.
Y vuelvo a besarle, esta vez con una serie de besos cortos y continuados.

Mis manos se deslizan sobre su espalda sin bajar de cierto punto,no quiero que piense que soy un cerdo,se puede disfrutar yendo poco a poco,¿no? Me separo un momento.
-Marta,perdón por interrumpir,pero quería dejar claro-sueno un poco cohibido-que no hace falta que vayamos con prisas,haremos las cosas a su tiempo y cuando te sientas prepaparada,no quiero agobiarte-mec! Error,no quiero perderte.

Sonrío. Parece estar nervioso.
-Me parece bien- susurro, sin dejar de sonreír, abrazándole con fuerza.
Lentamente, aspiro su olor, como si quisiera respirar de él, esnifarle para no tener que separarme de él nunca más.