La fiesta de la mansión - RV Gakuen

Recuerdo del primer mensaje :



La casa estaba de las últimas dentro de la urbanización privada, pero incluso si alguno no tenía la dirección exacta sería fácil saber cual de todas era. Había tantas luces encendidas dentro y fuera del edificio que brillaba en la distancia. Según se fueran acercando al destino los invitados notarían la vibración de la música en el ambiente, que dadas las dimensiones de los terrenos del resto de viviendas no debería suponer un problema para los vecinos. A pesar de ser una urbanización antigua las calles parecían totalmente nuevas, casi todas las casas eran de estilo victoriano e iban de chalets a mansiones pasando por putos palacetes, y si bien la de los hermanos no era la más grande no se quedaba atrás en impresionante: parecía una casa señorial sacada de la Habana. Las verjas eran altas pero permitían ver el interior, bordeadas de arbustos de hibiscos, palmeras y otras plantas tropicales, un inmenso sauce llorón asomaba por detrás de la construcción y el portón estaba abierto de par en par en un exceso de confianza por la seguridad del vecindario. La imagen podría parecer de otra época si le restabas que estuviera sonando Bad Bunny a todo trapo o que en la calle ya hubiera varios coches de este siglo aparcados.

En las escaleras que daban a la puerta principal Kahlo atendía a los recién llegados mientras esperaba a que todos sus invitados apareciesen. La chica estaba perfectamente maquillada para la ocasión y llevaba el pelo -teñido de blanco como ya venía siendo habitual- recogido en un elaborado moño trenzado. Vestía con una camisa blanca con rayas muy abierta (no era a posta, el primer botón estaba a la altura en la que estaría el 3er o 4to botón en una camisa normal), unos pantalones de talle alto y unos zapatos con un poco de tacón. En las orejas llevaba los aros de oro más grandes que tenía, una cadena de oro que encajaba con el escote, uno o dos anillos por cada dedo de su mano izquierda, las uñas pintadas de un rojo muy oscuro y tantísimas pulseras y brazaletes como para que cualquier gesto que hiciera con esta sonase como el trineo de Papá Noel.
Al sol le faltaba muy poco para ocultarse del todo y la brisa hacía que apuntase a ser una noche de verano perfecta… si su hermano y sus amigos no la liaban.

Y pensando en el rey de Roma, apareció detrás suya. Vestía parecido a ella, aunque había rebajado el nivel de elegancia: una camisa veraniega negra con estampados de hojas de palma y flores rojas, de momento cerrada hasta arriba, unos pantalones marrones y unas vans negras. Llevaba dos anillos en cada mano, un colgante con una moneda de oro y sus aretes de siempre. Ya tenía pintalabios en la mejilla, y por lo pronto solo en la mejilla.

—¿Cuántos faltan?
—A mi que me cuentas, Nohlem. No me has dado una lista de gente —dijo lamiéndose el pulgar para borrarle el pintalabios como si de un niño manchado de helado se tratase—. Yo estoy esperando a los míos y diciéndole a tus amigos que se ahoguen en la piscina.
—I mi qui mi cuintis Nihlim- espera, ¿les estás diciendo qué?
A Kahlo se le escapó una risa con el tono preocupado que puso.
—Solo hazme el favor de no perderte tan pronto, que la gente llega y no sabe donde estás. Y si rompen algo es responsabilidad tuya.

Nota:

Adam se sumó a él, algo más afectado por el alcohol pero con la misma idea. Le devolvió la mirada, asintiendo con una sonrisa al ver que su pareja pensaba lo mismo. -Exacto- afianzó lo dicho. Era justo eso, hubo y habrían baches por el camino, pero seguirían unidos trabajando para mantener la relación como el primer día. Al menos parecía que Tayron lo había captado, eso calmaba algo la situación.

Por supuesto el pegaso notó que algo no iba bien, no le extrañaba. Sus palabras ayudaban a terminar de calmarlo, aunque el mal sabor de boca por lo anterior seguía rondando por su cabeza. Apretó al ruso un poco más, respondiendo cariñósamente en el mismo volumen: -Lo se, lo se, Adam. Es solo que... no se, me ha parecido raro y no sabía muy bien qué decir.- Aceptaría el beso, aunque esta vez más por inercia, las dudas no le dejaron disfrutarlo. Confiaba plenamente en su pareja, no iba a pasar nada malo. Pero la actitud de Tayron... Le había caído bien, pero no se explicaba ese movimiento delante de los dos ¿Le daba igual que estuvieran juntos? ¿No molestaría aquello también a Colmillo? Estaba muy confuso.

El chico decidió que era el momento de ausentarse para saludar al resto de sus conocidos. -Oh, claro- dijo el ochrorio cortésmente mientras el de la cola de lémur salía de la piscina. No sabía si había sido una coincidencia o había leído el ambiente enrarecido que había creado, pero Chromsa pensó que tal vez le vendría bien a todos un descansito. Puede ser que hubiera sido un desliz por tanto alcohol y no había ninguna maldad. Tal vez luego volvería y seguirían como si no hubiera pasado nada. Pero claro, el guiño antes de girarse volvió a tensarlo. Porque obviamente sabía a quien iba dirigido. Se limitó a levantar una mano tímidamente y una sonrisilla sin demasiado ánimo.

El brujo no tenía ni idea de qué estaba pasando, pero no iba a ser él quien le dijera a Tay que se quedara con ellos. Ahora mismo lo único que quería era un poco de tranquilidad para olvidar aquello. Seguían en una fiesta, la idea era pasárselo bien. Aunque ahora mismo no se le ocurría como romper la incomodidad que sentía. Buscó sutilmente con la mirada a Amira, por si tenía alguna idea de como salvar el buen rollo.

Kalna quiso interpretar la sonrisa de Rick como un signo de que no iba a borrar los emoticonos para dejar su contacto en la agenda como un soso nombre sin más. De hecho, que Rick se defendiera de una crítica que no había hecho fue como una confirmación de que era de esos de contactos serios y funcionales sin chorradas, solo con nombres. Le hacía cierta gracia verle intentando salvar unos muebles que no necesitaban ser salvados, y es que el cómo guardase sus contactos en el teléfono era al final una tontería y una cosa tan personal que no iba a juzgarle por ello.

Sonrió mientras le enseñaba el móvil, en cuya pantalla se mostraba el contacto de Rick.
—Te había puesto el del detective, creo que te pega. Pero no sé de qué color ponerte el corazón, ¿cuál te gusta
Era una cosa con tan poca importancia que a lo mejor a Rick le sorprendía la pregunta tonta, pero es que necesitaba que hasta el más mínimo detalle de todo estuviera medido, y ya que se había ofrecido a ayudar iba a aceptar su oferta para solucionar la duda.

Connor solo podía darle la razón a Colmillo, cuando dijo que para qué necesitaban tantas habitaciones. Aunque luego se sobresaltó un poco al ver al cánido molesto por su griterío.

-¡OH, joeer Gonilloo perdona!- Le diría mientras le ponía una mano en el hombro.- Me jode lo de esos dos carbones y me pongo como un puto loco...- Intentaría excusarse con la lengua algo desobediente por el alcohol. Seguía sin entendérsele del todo, aunque a partir de ese momento se le iría bajando un poco la borrachera. Aunque aún era muy pronto para notarse los cambios.- ¡Venga vamos los tenemeos coño!-

Connor iría dando tumbos para acercarse a las puertas, y nada mas llegar hasta una aleatoria se daría la vuelta para mirar a Colmillo.- Voy a gritar.- Avisaría antes de hacerlo, no fuera que se sobresaltara de nuevo su amigo. Cogió aire como si fuera un submarinista antes de una inmersión.- ¡DONDE CONJES ETÁIS! ¡QUE VOY PUERTA POR PUERTA! ¡ME CGAO EN MI PUÑETERA MARDE!- Connor se daría varios segundos de descanso, porque le faltaba el aire como si fuera un pez fuera del agua. Después se giró hacia Colmillo con una mirada bobalicona como solo te lo da la borrachera del siglo.- Voy a gritar de nuevo, ¿vale? ¡QUE SALGIAS YA HSOTIAAAA!- Connor avanzaría más hasta quedarse enfrente de una de las puertas, pero sin saber si era era la correcta. Aunque en su cabeza era esa porque sí.- Hermnao, atento que grito de nue...- Pero antes de que pudiera hacer nada no pudo evitar doblarse en dos.

Y allí, en medio del pasillo lleno de habitaciones, empezó a vomitar como una fuente. Aunque entre descanso y descanso seguía gritando insultos a Ethan y Nohlem, o pidiendo ayuda de Colmillo.

Colmillo aceptó las disculpas de Connor meneando un poco la cabeza, teniendo que parar al momento por el mareo que le dió. Mientras seguía a su amigo, se preguntó vagamente cuánto había bebido y cuándo había sido. A Szczenyak le encantaba alardear de su resistencia al alcohol, pero la realidad era que, si bien podía beber cantidades ingentes de alcohol y seguir pareciendo fresco como una lechuga, su efecto solía caerle de forma retardada. Podía beberse una botella entera de vodka a palo seco y parecer que simplemente había bebido un par de cubatas, pero luego de un tiempo en vez de que se le fueran pasando los efectos del alcohol, estos iban apareciendo por fin.

Desinhibición, arrastre de palabras, lagunas,...

Por alguna razón, Colmillo tenía la sensación de que había algo importante de lo que se estaba olvidando, que hace un momento había sido muy relevante para él, pero que ahora era incapaz de recordar. ¿Realmente cuánto había pasado desde que Ethan y Nohlem se habían ido? ¿Dónde exactamente estaba Rick? ¿Había llegado a preparar los Long Island con los que había estado fantaseando antes de la fiesta?

Si algo tenía claro es que no podía hacerle ninguna de esas preguntas a Connor, no al menos como parecía empecinado en encontrar a sus amigos y evitar que... ¿se revolcaran de alguna manera que les hiciera abandonarlos a todos? Estaba claro que Colmillo había perdido partes cruciales de la misión, pero no por ello iba a abandonar al motero en su cruzada... Al menos porque creía recordar que había estado de acuerdo con él en algún momento de la noche.

Tapándose los oídos por segunda vez tras la advertencia de su amigo mientras seguía a este por el pasillo, Colmillo casi soltó una carcajada cuando este empezó a gritar de nuevo, pensando para sí mismo que, joder, Connor podía ser un energúmeno, pero era un amigo de puta madre.

"Un amigo de mierda. El peor amigo del puto mundo. El peor, joder, el peor" pensó frenéticamente ni dos minutos después mientras sujetaba con una mano el brazo de Connor y con la otra impedía que las mechones más largos de la cresta rosa de su amigo se le metieran en la cara.

-Joder, los cojones de Cristo, joder, joder, joder.

Kahlo le dedicó una pequeña pero sincera sonrisa a Connor y Colmillo, haciendo a un lado el vocabulario que tuvieran. Sabía que era todo positivo, pero viniendo de unos amigos mucho más modositos como los suyos (si acaso Amira era más directa…) ser llamada una tía cojonuda de puta madre era cuanto menos inusual para ella. Como fuera, bien está lo que bien acaba, y borrachos resueltos pudo volver con Fleur y Maila.

Recuperar el mood que había dejado aparcado no era tan fácil como hacer borrón y cuenta nueva, por lo que después de cercionarse un cóctel la varmana les propuso la segunda parte de su plan inicial: meterse en la piscina. No sabía cuantos pelos soltaba un caballo y esperaba que en cualquier caso el filtro de su piscina fuese potente, pero ahora que Adam parecía haber vuelto a la normalidad sus ganas de juntarse con ellos también ganaban fuerzas. A lo mejor podían hacer piña, entre pitos y flautas había pasado nulo tiempo con aquellos que eran sus invitados… todo después de disfrutar un rato de la fantasía que serían Maila, Fleur y ella bailando en el agua, claro.

Tener piscina te hacía dejar de valorarla tanto -igual que le pasaba con otras cosas por niña rica- por lo que esa parte de la fiesta era posiblemente la que menos le apasionaba, motivo por el que no había llegado a ponerse el bañador siquiera. Meterse en el agua no había sido una idea hasta entonces. Se excusó una última vez, o al menos así lo esperaba, para poder ir a su cuarto a cambiarse, inocente ella al creer que el asunto de los amiguitos de su hermano estaba resuelto.

Primero acribilló con la mirada a esa chica que reconocía como uno de los líos de Nohlem con tantísima intensidad que la echó de las escaleras, luego… Luego escuchó los gritos, y lo peor de todo: los reconoció. “No”. Kahlo se paró en seco en el último escalón, mentalizándose a entrar en conflicto y permitiendo que sus pupilas se adaptasen al mal genio que estuviera por venir. Ya bastante tenía con regañar a su hermano semana sí semana también, ¿por qué tenía que hacerlo también con sus amigos? Pensó en dejarlo estar, en desentenderse, le había hecho suficientes favores a Nohlem esa noche y no tenía porqué haber visto nada, pero… Había tratado con ellos amablemente, ¡de verdad que lo había hecho! Y habían ignorado sus palabras, su buena fe, y- aaah no, eso era personal.

Pero si algo te parece malo es porque no piensas que puede ser peor, tal como pudo comprobar al aparecer por el pasillo. No solo el pelirrosa estaba amenazando con ir puerta con puerta, es que… estaba vomitando en la que daba al cuarto de sus padres. Ni siquiera en el suyo se habría molestado tanto, pero una sola mancha sospechosa ahí y la cabeza que rodaría sería la suya y la de su mellizo.

—Os mato. —masculló— Os juro que os voy a matar a los dos.

Caminó hasta ellos pisando fuerte para que sus tacones advirtiesen de su presencia, con la rabia contenida de quien quiere hacerse oír. No se iba a acercar al vómito, de hecho lo limpiaría con un hechizo de limpieza tan pronto estuviera en su rango de alcance que para algo no solo Adam y Chromsa estaban fundidos en magia, pero Santos, como le hubiera gustado teletransportar el potingue a los bolsillos del canadiense. Que se lo guardase de recuerdo.

—¡Hola! Disculpad pero, ¿qué estáis haciendo aquí?

Su tono tenía un muy muy pero que MUY mal fingido cariño. ¿Y si hacía levitar a Connor y lo pegaba al techo? ¿Y si lo tiraba por una ventana con suficiente cadencia para que cayera a la piscina? ¡Balconing! Se cruzó de brazos, llevándose una mano a la barbilla para tapar parcialmente su boca, pensativa. Si las pupilas de uno crecen al ver algo de agrado, las de Kahlo eran tres píxeles contados.

—Pensé que os había dicho que no molestárais. Que mala memoria tienen algunos con las cosas que les digo, jaja… ¡A veces pienso que es como si tuviera poderes! Mira tú que cosas, eh… —canturreó. El inicio de una sonrisa murió en cuanto hubiera el más mínimo contacto visual con ninguno. El monólogo era más para ella que para los borrachos, tal como estaban ni contaba con que la oyesen, lo importante venía después. Una sola orden dura, clara y firme—. Fuera. Fuera de aquí. Me da igual dónde os caigais muertos, me la REPAMPINFLA lo que coño os pase con mi hermano para querer pillarle con los putos pantalones bajados: fu-e-ra.

Connor seguía y seguía vomitando, con quejidos casi guturales saliendo de su garganta y doblándose más y cada vez más, como si fuera una de las figuritas de origami de Ethan. En algún momento pudo notar las manos de Colmillo agarrándolo y echando su cresta para atrás.-¡COLMI- GGUUGUUGUU!- Intentó decir antes de que un nuevo ataque le hiciera manchar más aún aquel suelo tan previamente limpio. El motero se encontraba blanco como un fantasma, y  debido al mal rato que estaba pasando solo podía pensar en una cosa: <<¿Qué cojones llevaba la puta mezcla de Colmillo?>> Siendo capaz de razonar aquello y no que se pudiera deber también a la cantidad consumida. De fondo podía escuchar los "Joder, joder" de su amigo.- ¡OS VAIS A CAGAR HIJOP-GAGAGGGA!- Exclamó en relación a Ethan y Nohlem, pero una nueva arcada lo hizo doblarse.

Cuando parecía que no podía ir a peor apareció alguien en el pasillo. Y aunque en un principio Connor no se dio cuenta, sus pisadas fuertes revelaron su presencia y llamó su atención por completo.  Era Kahlo. <<MIERDA. MIERDA. Y PUTA MIERDA.>> Pensó mientras intentaba incorporarse como podía. Su tono fingía cariño, pero de tan mala manera que era evidente su jodido y gélido enfado. Mientras iba hablando Connor tendría múltiples amagos de vómitos, tapándose como podía la boca con la mano.

- Nos... ¿hemod pefido?-Mentiría tan ineptamente que hasta un niño se daría cuenta, con una sonrisa casi moribunda en su borracho rostro. Las siguientes palabras las entendió a la perfección. "Fue-ra". Connor no quería irse, no joder, no después de estar tan cerca de llegar a sus amigos. Pero la verdad es que se encontraba jodidamente mal, y la reprimenda tan fría y autoritaria de Kahlo había conseguido rebajarle un mínimo los humos, porque podía enfadarse con sus amigos, pero los familiares de cada uno no se tocaban. Jodidamente moribundo como estaba, se apoyó un poco más en Colmillo aguantando las ganas de potar, y dejaría que éste hablara y controlara la situación en la que se encontraban. Aunque no tardaría en vomitar de nuevo.- Oh... miegda...-

Si bien Colmillo se estaba cagando en todo lo cagable, no pensaba dejar a Connor solo mientras echaba los órganos por la boca entre grito y grito, por lo que se resignó a sujetarle con fuerza mirando al techo mientras se concienciaba para ser capaz de vivir sin respirar ni una gota de aire.

-Joder, Connor, ¿cuánto has bebido? -murmuró genuinamente confundido, ya que solo recordaba un par de copas y algunos chupitos.

No fue hasta que se encontró casi alcanzando el Nirvana de la inmunidad de los sentidos, que el sonido de los tacones resonaron en los oídos de Colmillo como las trompetas del juicio final.

-Puta mierda -susurró como una exhalación, notando como el pelo de su nuca se erizaba del puro horror ante el tono fingidamente cariñoso, lo que lo asustó mucho más que si hubiera comenzado a gritarles.

A cámara lenta, esperando que fuera mentira, se giró a sus espaldas, sin soltar en ningún momento a Connor, solo para ver la mirada gélida en los afilados ojos de Kahlo. Casi como si fuera un salvavidas y no el que los había metido en este lío, Colmillo se aferró con fuerza al brazo de Connor, quien por mucho que intentara evitarlo, seguía vomitando como si no tuviera fondo. “¿¡Cuánto más puede caberle en el estómago a este hombre!?” pensó frenético al ver que la cantidad de vómito ya era insultante.

-Eh, je je, K-Kahlo, ¡Q-qué bueno v-verte! Justo la p-persona q-que necesitábamos… ¿N-no habrás v-visto un b-baño? ¿P-por c-casualidad? -tartamudeó con su mejor mirada inocente, pero claramente con el terror plasmado en sus ojos.

Adam no estaba notando demasiado que todo lo que se le pasaba por la cabeza lo andaba diciendo como quien no quiere la cosa. Era un juego muy peligroso del que no estaba siquiera consciente, es más, el alcohol lo incitaba a hacerlo y soltarse de las ataduras de introversión que siempre llevaba bien apretadas en su cabeza.

Por eso le preguntó a Chromsa, del tirón y sin segundas lo de qué le estaba pasando, acentuando que era su novio concretamente porque Adam tenía la sospecha, no, la certeza de que Tayron estaba haciendo más cosas que ser muy amistoso y eso… lo hizo dudar mucho. La respuesta de Chromsa le resultó más dolorosa de lo que esperaba, un dolor originado por haber pensado, aunque haya sido por momentos, que Tayron era un chico atractivo e interesante. El pegaso si bien le costó salir del armario, le costaba salir del molde de no ver muy normal pensar en el atractivo de otro chico teniendo pareja. Quizás desde otros puntos de vista no estaba haciendo nada malo pero para Adam, pensar siquiera esas cosas relacionadas con el chico de la cola rayada…

Hasta el beso con su novio le supo raro.

No sabía muy bien que decir, estaba tal cual Chormsa dijo al final y quería pensar bien sus palabras ahogadas en su cerebro intoxicado. Por eso la palmada al aire de Tayron no se la esperó para nada, girándose hacia él con mucha impresión y los ojos muy abiertos. Se estaba despidiendo, quería buscar al resto de sus amigos pero Adam, en su filtro de alcohólico, lo tradujo en que lo habían incomodado o que quizás no eran entretenidos para el belga. Se le vino a la cabeza su accidente con los efectos de su forma de pegaso, encogiendo las cejas levemente algo lastimero porque se sentía del culo todavía.

Pero un ataque, un disparo furtivo en forma de guiño junto al comentario de Tayron atacaron al ya agitado Adam quien se puso colorado, tanto que parecía echar vapor por toda su cara—. O-okay, nos vemos haha —se despidió con sum mano que tardó bastante en bajar, un pelín aturdido por todo en lo que estaba pensando. Replicó la reverencia de Tayron, sin dejar de mirarlo un solo segundo hasta que se diese la vuelta.

Cuando ya se fue, deseaba darse de cabezazos contra el bordillo de la piscina. Se dedicó todos y cada uno de los insultos que conocía a sí mismo, lamentando cada pensamiento proyectado en que Tayron, de hecho, le parecía guapo. ¡No! Solo tenía ojos para el que más quería en su mundo. Chromsa era su mundo, su todo, y no dejaría que nada lo estropease. Tampoco sabía donde diablos meterse, observando a Chromsa quien miraba a Amira. Adam la miró por detrás de Chromsa, con una expresión incómoda no, lo siguiente. Tampoco sabía si decir nada, no quería liarla más.

—Chromsa, eeehhh una cosa —no podía ponerse las ataduras con el alcohol, simplemente no podía—. Queee entre eshhe chico y yoo… no… no… no hay nadffa de verdadddd. Noo me gushhta naada, buenooo.. no es feoo pero tu eres especial para mi. Osea… que shii me puede parecer guapoo… atractivoo... tiene unos ojos curioshos p-pero nooo quiero… Я ничего не хочу от этого парня (No quiero nada con ese tío). Eshh que me guiñña el ojo y esas mierdas, me rrallo un huevo amor, pero no mme quitará de ti, prometido —dijo lo que se le venía a la cabeza, escupiendo sus pensamientos en una parrafada que perfectamente podría haber soltado como pegaso. En todo momento tuvo cara de perro pequeño ante ambos—. Esshh normal eso, ¿no Amira? Lo que digo eshh normal, seguro —añadió a Amira, buscando aprobación desesperadamente.

Por saber no sabía ni lo que decía, todo preparado para estar en una preciosa laguna de memoria para cuando el mañana llegase, si llega.

Lo mataba. Los mataba. Apretó los dientes en una mueca de asco bastante evidente y repitió el hechizo de limpieza, con tanta velocidad que no todo el vómito de Connor tuvo tiempo a manchar el suelo nuevamente. Una cosa era pillarles en pleno apogeo y otra muy distinta que tuvieran el valor de mentirle a la cara. De Connor ahora mismo esperaba cualquier cosa, pero fue la excusa de Colmillo la que terminó por romper cualquier esperanza que tuvieran esos dos a que los dejara bajar por cuenta propia. Ambos podrían ver el morro de Kahlo ensancharse mientras tomaba aire lenta y profundamente a máxima capacidad pulmonar. Necesitó un par de segundos para responder.

—Un baño. Claro. Un baño. Os habéis perdido. Buscando un baño. Un baño —asintió un par de veces con la cabeza y se cruzó de brazos. Podía lanzarles un hechizo de levitación y llevarles igual que llevaría dos bolsas de basura escaleras abajo para no mancharse las manos, podía llamarles un taxi para que se fueran en ese mismo instante de su casa, pero… “cálmate, cálmate”—. ¡Un baño! ¡Pobrecitos míos! ¡Claro! ¡Porque os habéis perdido en la última planta, donde casualmente está mi hermano, porque los dos baños que tenemos abajo no eran suficientes! ¡Ay! ¡Mijos! —juntó ambas manos como si fuera un rezo y se posicionó al otro lado, cortando el paso entre el resto del pasillo y por ende el cuarto de su hermano y ellos. Dirección a la escalera—. Yo os llevo a un baño, ¿vale…?

E inclinada sobre ellos con una sonrisa lastimosa que indicaba de todo menos compasión, Kahlo deslizó la mano izquierda hasta su hombro derecho. Cerró los dedos y giró con fuerza en el sentido contrario a las agujas de un reloj y, con una serie de clicks metálicos, la varmana se quitó la prótesis hasta sacarla de la manga de su ropa. Sin dar tiempo alguno a reacción la alzó por encima de su cabeza y empezó a arrear a uno y a otro con esta como si fuera la fusta de un pastor o el guante de un caballero cuya honra ha sido insultada.

—¡FUERA! —dorsazo—. ¡DE! —bofetada—. ¡AQUÍ! —uno, y otro, y otro—. ¡LARGO! ¡NO VOLVER A VEROS EN LO QUE QUEDA DE NOCHE! ¡Váyanse pal carajo no me van a hacer sacar la escopeta coño’e’su madre! ¡’CHALE PA’LLÁ!

No importa cuanto tardasen en levantarse o correr, Kahlo no solo no pararía, es que les seguiría hasta el borde de las escaleras lanzando improperios en español, esgrimiendo su diestra con la zurda. La elegancia era un arma demasiado elaborada para aquellos como ellos. Ese lenguaje casaba más con su nivel.

Vaya.

Vaya vaya.

Adam era mono. Más mono de lo que pensaba. Y no lo había dejado tirado como sí había hecho Colmillo. Bueno, no lo había dejado tirado porque desde luego no tenía ningún tipo de intención con él. Estaba en una relación de pareja.

Estaba en una

relación

de pareja.

Se obligó a repetirse. A pesar de haber salido de la piscina y encontrarse más despejado el chico percibió como el alcohol hacía mellas en él. Su aliento era pesado. Su cuerpo sentía un calor allá en los hombros como si le estuvieran poniendo una manta térmica por encima de esas que se enchufan. Y lo peor de todo. No tenía remordimientos, ni filtro, ni pollas en vinagre.

De no ser por el respeto que sentía hacia Chromsa, el lémur habría girado en ciento ochenta grados sobre sus pies para regresar por donde había venido y comerle toda la boca al ruso. Pero se conocía y acabaría arrepintiéndose.

—Menudo puto pedo llevas, colega —se dijo, mirando su reflejo en el espejo de uno de los baños, mientras metía su bañador mojado en una bolsita que tenía para la ropa sucia.

Así que el peliverde solo quiso regresar a casa. Ya se encargaría de preguntarle a Nohlem por alguna red social de Colmillo cuando le viera en el Campus, así podría mandarle fueguitos por Instagram... ¿Esas indirectas sí que las pillaría, no?

Por suerte para él se encontró con Räg y Airi, sus colegas de bicicletas. Pasó parte de la noche con ellos entre bromas más sosegadas y luego, en algún punto de la madrugada, desaparecería para dar rienda a su desfase.

Bebió más, y bailó más. Todo lo que el ciego le permitiera. Cualquier rastro de si se había liado con alguien o no solo quedaría registrado en las historias que alguno de los invitados pudiera subir a sus perfiles porque estaba claro que su mente no alcanzaba para recordar lo sucedido.

Si es que los mellizos sabían montarla cuando querían. Tremendo fiestón.

Connor dejó que fuera Colmillo quien hablara, mientras él se permitía el lujo de estar apoyado en su hombro para intentar mantener dignamente el poco equilibrio que le quedaba. Por suerte los vómitos habían terminado, pero eso no significaba que se encontrara bien. De hecho, el motero estaba pálido y por la expresión de su cara y sus ojos entrecerrados no había lugar a dudas sobre su estado de mierda. Aún así se las ingenió para sonreír "inocente" cuando Colmillo mintió sobre que estaban buscando el baño, una sonrisa jodidamente ridícula y falsa. Como la de un crío cuando dice que no ha hecho nada malo pero puedes ver la puta cocina ardiendo.

En un primer momento a ojos de Connor la mentira estaba saliendo de puta madre. A pesar de las evidentes señales de que no era así, como el morro de Kahlo ensanchándose o su sarcasmo... Connor estaba como una jodida cuba y estúpidamente sonrió mientras asentía con la cabeza, para reforzar el engaño tanto como podía. Le jodía que ahora quisiera acompañarlos a un baño de verdad... pero era eso mejor qu-<<¿QUÉ COJONES ESTÁ HACIENDO?>> Pensó de forma fugaz en cuanto vio a Kahlo sacarse la prótesis y empezar a...

-¡MIERDA MIERDA MIERDA!- Gritó el motero en cuanto el primer golpe sonó completamente seco y contundente en su cuerpo. Connor iría dando pequeños saltos para intentar esquivar en vano los ataques, tan rápido como se lo permitía su borracho y alcoholizado cuerpo. -¡CORRE, COLMILLO, CORRE CABRÓN! ¡ÉSTA TÍA ESTÁ COMO UNA PUTA CABR- AAAAARGH-! Otra hostia con aquel brazo protésico. Tras un tropezón y un golpe más Connor volvió a abrir la bocaza.- ¡QUE YA NOS VAMOS, COJONES! ARRRH... HOSTIA PUTA... OHGGG!-

El motero empezaría a bajar las escaleras como podía, a veces solo y otras apoyándose en Colmillo, todo el tiempo sin dejar de mirar para atrás por si Kahlo los seguía y frotándose la cadera baja dónde le había impactado uno de sus golpes. Finalmente cuando terminaron de bajar volvió a mirar su amigo a los ojos.

-JODER... Creo que la última vez que me dispararon lo pasé jodidamente mejor.- Diría el motero sin dejar de frotarse las zonas heridas. Se sentía como una mierda: borracho y torpe por el alcohol, enfadado y frustrado por el fracaso de aquella misión, y preocupado y algo culpable porque empezaba a ser consciente del problemón que se le podía venir encima con sus amigos. Sobre todo teniendo en cuenta a Kahlo echándoles a patadas de la planta con esa arma improvisada.

El motero se quedaría un rato más en la fiesta pensando en todo lo acontecido en aquellas horas, y eventualmente cuando se encontrara mejor decidiría irse de una puñetera vez a su cuarto en el club de los Wyverns. No sin antes ofrecer a Colmillo parte de su asiento, sólo por si acaso quería irse también. A esas alturas, tenía claro que entre los planes de Ethan no estaba dormir en otro lugar que no fuera la mansión... Connor se iría de allí con muchas dudas en mente y sin saber si debía pedir perdón o volver otro día y cantarles las cuarenta a Ethan y Nohlem. Cuando no estuviera Kahlo.

A medida que Kahlo iba soltando palabras, Colmillo sintió como algo le zumbaba en la oreja gritándole "¡PELIGRO! ¡PELIGRO!" Por desgracia, no es como si pudiera echarse a correr pasillo arriba dejando tirado a Connor, que parecía en ese momento más cerca del arpa que de la guitarra, y salvar su vida hacia las montañas. Primero porque probablemente se perdería en aquella enorme mansión y segundo porque la mirada asesina de la hermana de su amigo prometía una muerte lenta y dolorosa sin escapatoria posible.

-¡No! ¡Espera! -intentó parar a Kahlo al ver como esta comenzaba a quitarse la prótesis, pero supo que había sido en vano al recibir la primera bofetada -. ¡Joder! ¡Mierda! -siguió quejándose mientras intentaba esquivar los golpes del brazo, con no mucha más pericia que su amigo, tirando de este para que los dos pudieran huir más rápido-. ¡EN LA CABEZA NO, QUE ESTOY ESTUDIANDO!

Evitando tropezar por las escaleras por el pelo de un conejo, Colmillo consiguió llegar ileso al final de estas sin dejar de mirar al inicio , todavía resoplando del esfuerzo, por si Kahlo los había seguido.

-Joder, con lo pequeña que parece, lo fuerte que está la hija de puta. Ahora entiendo por qué Nohlem parece tenerle terror -comentó mientras se frotaba el brazo donde un golpe particularmente duro había impactado.

Tras el ataque y con la borrachera por fin bajándole, Colmillo no estaba muy dispuesto a quedarse más tiempo en la fiesta, adolorido y con los primeros indicios de la resaca amenazantes en el horizonte, por lo que decidió hacer su único acto inteligente del día y fue en busca de un par de botellas de agua para que Connor y él pudieran espabilar un poco antes de meterse de nuevo en carretera. Si bien un Connor borracho no era la mejor opción de viaje, el agua y la paliza lo habían centrado lo suficiente y Szczenyak no dudó en aceptar el viaje de vuelta.

Ni de coña pensaba quedarse en un radio a 10 kilómetros de Kahlo hasta que hubieran pasado, al menos, cinco días. Además, si Connor era algo, además de un buen colega, un liante y un borracho, era un motero de puta madre y Colmillo estaba seguro de que podía llevarle hasta casa con los ojos cerrados.

Mientras la moto salía a toda hostia de los terrenos de la mansión de Nohlem y Kahlo, Colmillo pensó que había algo muy importante de lo que se estaba olvidando.

—¡SÍ, LO ESTOY! —respondió a Connor en su mismo tono. “Y porque no me han visto con una espada”—. ¡VAMOS!

A Kahlo no le faltaban ganas de perseguirlos, y cada vez que uno de los dos miraba atrás se aseguraba de dar un paso alante, bajar un escalón más, para que no se les pasara por la cabeza ni por medio segundo que podían darse la vuelta. Ya no era una cuestión de amor fraternal, era orgullo puro y duro. Esta era su casa y si había dado una orden esperaba que la cumpliesen. Igual que las avispas advertían de su carácter con rayas negras y amarillas, ella había sido muy clara cuando habían hablado en el jardín. El que avisa no es traidor, y si a otro le hubiera dado pena castigar así a dos amigos de un ser querido a Kahlo casi le gustaba, porque como bien concluiría Colmillo abajo, ser tan pequeña pero verse capaz de espantar a tremendas torres armada de una prótesis y su enfado era una sensación de poder maravillosa.

Cuando los chicos salieron de su ángulo de visión la varmana se cruzó de brazos (o de brazo más bien) y resopló por la nariz como un toro bravo. Volvió sobre sus pasos a la espera de que el numerito no hubiese interrumpido a los tórtolos, comprobando (para su desgracia) que distaba de ser el caso. En el nuevo silencio que sumía la entrada al pasillo podía oírlos, apenas un murmullo aislado por las paredes gruesas de su casa, mas lo suficiente para saber que no se estaban cortando un pelo. No era la primera vez ni sería la última, vivía con Nohlem y estaba curada de espanto, pero… Eso no la quitaba de rodar los ojos y gruñir mentalmente para no escucharlos.

—De nada huevón —masculló entre dientes con tal de oírse por encima de ellos, antes de meterse en su cuarto.

En la calma que le brindaba la privacidad la varmana se encajó su brazo de nuevo (con una mueca de dolor porque recuperar los nervios de golpe nunca era agradable) y se puso uno de sus mejores bañadores. No tardó en bajar, no solo por asegurarse de que Colmillo y Connor estuvieran fuera de su territorio o querer alejarse de ningún maullido de gato en celo, sino porque Fleur y Maila ya habían esperado demasiado por ella.

Kahlo entró a la piscina con ambas y pasó la noche como tendría que haberla pasado desde un comienzo: sin preocupaciones. De tantas pausas y poco alcohol, por mucho baile, tonteo y piel descubierta que hubiera, la granta no se atrevería a dar el paso que le faltaba con Fleur. Mucho menos lo daría de nuevo con Maila, por puro enfríamiento y una consciencia demasiado ganada de vuelta. Aunque le daba pena la oportunidad perdida tampoco le quitaba el sueño: le gustaban las cosas tal y como estaban, y a veces el premio era más atractivo cuando no podías tocarlo.

Mientras nadie rompiera su casa, Adam mantuviera las riendas de su caballo borracho interior sujetas y pudiera echar a los más pesados a tiempo… bueno, podría considerar la fiesta de su hermano -sin su hermano- todo un éxito.

A la mañana siguiente, Nohlem se despertaría con 65 mensajes de WhatsApp de la misma persona, recibidos no haría ni 15 minutos.

Tío

Tiiiiiioooo

Tu fiesta

Tu puta fiesta

Joder, que desfase

Aunque fue una mierda no poder probar la piscina

Joder, tu puta hermana

Me dejó destrozado

Me duelen partes de mi cuerpo que ni sabía que tenía

Tío, me da a mí que a Connor no le pareció muy bien que Ethan y tú os pirarais

Creo recordar que se mosqueó un poco

Oye, tú qué ligas mazo. Cómo le dices a alguien que eres muy joven para casarte pero que eso no quiere decir que no quieras enrrollarte con ese alguien?

Quiero decir, si esa persona quiere

Porque yo quiero

Mucho

Pero si no quiere no pasa nada. Eh?

Soy un niño grande, puedo asumir un rechazo

No me voy a echar a llorar si no está interesado ni nada

Crees que está interesado?

Ah, por cierto, Connor vomitó en uno de tus pasillos

Pero no sé decirte en cuál de ellos

Principalmente porque no me acuerdo

Pero tampoco sabría distinguirlos, la verdad

Tu hermana dijo que tenéis más de mil

Con Ethan todo bien, no?

Joder, espero que hayáis arreglado vuestra mierda y no tener que sufrir más vuestras caras de perritos apaleados

Las caras de perro son mi mierda, no la vuestra

Entonces, eso

No la cagueis, vale?

NO LA CAGUES, VALE?

Porque si la cagas nos tocará al resto elegir entre mamá y papá

Y no quiero tener que elegir entre mamá y papá

Nunca he tenido que elegir eso

Tengo al menos treinta personas en mi familia que hacen ese papel, sabes?

Es una putada enorme. Son muchos ojos mirándote

60 al menos

Bueno, 59 si contamos al tío Eustaquio y su ojo bizco. Porque parece que te mira, pero solo es un ojo, el otro está
mirando como a dos metros a tu derecha

Es raro, pero es buena pana

Siempre te pasaba un vasito de vino de contrabando en las cenas familiares

Y nunca le pillaban

Ya sabes, porque puede vigilar en varias direcciones

Crees que podrías darme su WhatsApp o su insta?

No el del tío Eustaquio, esos ya los tengo

Por desgracia

No sabes las jodidas cosas que sube

Cree que todavía tiene 20

En cada dedo, cabrón!

No, WhatsApp no

Mejor su insta

Es menos invasivo

Creo

Y además tiene fotos

Da igual, no me lo des, lo busco yo entre tus seguidores

Porque te sigue, no?

O le sigues tú?

Da igual, lo busco igualmente

Tío, muchas gracias

Eres un amigo genial!

Saluda a Ethan de mi parte y dile que también es un amigo genial!

Y dile que creo que usé su casco ayer por la noche cuando Connor me trajo

Pero que no sé preocupe. Da igual lo que diga mi hermana Susi, no tengo piojos

Ni garrapatas

Ni nada de lo que diga que tenga

No le creáis, es una perra mentirosa

*5 minutos más tarde*

Oye, Tairon es con i o con y?

Tayron

A la mañana siguiente esos no serían los únicos mensajes que recibiría Nohlem en WhatsApp. Un perfil con la cara del belga haciendo el tonto y un estado de Linkin Park aparecerían diciendo lo siguiente:



Fleur

Para su amiga Kahlo la noche parecía querer torcerse constantemente. Ambas chicas se la encontraron bastante alterada un rato después de haber echado a manotazos a aquel hombre tan grande de pelo rosa y a su amigo. Sus dudas se aliviaron solo por tener ahora la certeza de que algo estaba ocurriendo de lo que no tenía noción.

Por suerte ni ella ni su novia iban a permitir que personas con tan poco saber estar estropearan la fiesta a su anfitriona. No pasó nada más entre ellas, y eso estaba bien, había servido para comprobar la estabilidad de su relación con Maila y echarse unas risas con Kahlo, a quien apreciaba por encima de muchísima gente.

Y también pudo soltarse. Montar en moto fue toda una experiencia. Liarla un poquito en el vecindario pijo también. Y es que por mucho que al encender el móvil a la mañana siguiente se encontrara con sesenta llamadas de su madre nadie podría borrar aquella sonrisa estúpida de su rostro.

Besó a la hawaiana en los labios algo somnolienta con los primeros rayos de sol alumbrándolas con timidez.

—Cómo cambian las cosas... ¿verdad? Podría acostumbrarme a esto.

Y ni siquiera ella misma sabía a qué se refería exactamente. Puede que a todo o a nada en absoluto.

Después de estar un rato bailando las dos y contándole lo que había ocurrido con la varmana, ya que la propia francesa le había preguntado, Kahlo volvería a reunirse con ellas bastante alterada. La cara de la hawaiana expresaría con facilidad el enfado que estaba sintiendo, por ver cómo dos estúpidos niñatos habían podido ser tan irrespetuosos con su anfitriona y haberla molestado tanto.

Sin embargo, pronto la diversión volvería a danzar entre las tres. Como por ejemplo cuando se montaron en moto y dieron vueltas por aquellas urbanizaciones tan lujosas. Maila nunca había montado en una de esas, pero fue una experiencia divertida. Sobre todo por la compañía de su novia y de su amiga. No pasó nada más entre ellas, pero a la hawaiana no le importó demasiado. Kahlo era su amiga por encima de todo lo demás y eso era lo que de verdad le importaba. Así que al final, incluso con aquellos contratiempos que las mantuvieron alejadas de Kahlo durante un rato, fue una noche para recordar y que le encantaría repetir.

Maila respondería al beso de Fleur con una sonrisa en los labios, y luego se encogió de hombros.

-No sé a qué te refieres con lo de "poder acostumbrarte a esto", pero ya sabes que me cuesta mucho decirte que no... Así que sí, contigo lo que sea.- Le diría con un brillo especial en los ojos y una risa nerviosa, antes de abrazarla y observar con una sonrisa el amanecer.

Chromsa

Al menos dio gracias a la Acromía cuando Adam se dio cuenta de la situación e intentó solucionar aquella incomodidad. Ya si lo consiguió... no sabía decir con certeza. El ochrorio no es que fuera muy vocal al respecto y Tayron no era su tipo aunque tuviera claro que no era feo, pero no tenía ningún problema que a Adam le pareciera guapo él u otra persona. Tal como decía, eso no quitaba que lo quisiera a él, pero las formas... Puede que fuera culpa del alcohol, pero algo le chirriaba un poco por cómo lo estaba explicando y lo que había visto.

Aunque no convencido del todo, decidió que era mejor pasar página al menos por esa noche. Tal vez había sido todo un enorme malentendido y no quería fastidiarse la fiesta por ello. -Está bien, tranquilo. Aún queda mucha noche por delante, nada de venirse abajo, ¿vale?- dijo para intentar calmar todo con una sonrisilla, en el fondo no muy seguro del todo con ello.

El resto de la noche, para su suerte, fue mejor. El buen ambiente hizo que con su pareja y sus amigos Chromsa olvidara el percance y pudiera disfrutar de nuevo de la fiesta, aunque en alguna que otra ocasión echó una mirada a los alrededores por si aparecía el chico con cola de lémur. Si lo hizo, al menos no lo vio, así que su preocupación se esfumó. Al menos en ese respecto, porque la borrachera de Adam le hacía estar pendiente de su novio por si se encontraba mal o necesitaba ayuda. Además, no volvió a ver a Erknest por allí, lo cual no era buena señal en cuanto a que pudieran volver en su coche. Menos mal que estaban los taxis, aunque esa noche no se irían. En cierto momento Adam se quedó dormido en un sofá y Chromsa decidió quedarse al ver que no conseguía despertarlo. Con todo el alboroto no llegó a descansar bien del todo, menos mal que al día siguiente no había clase. Había estado muy guay la fiesta.

Ya por la mañana, ambos despiertos, se fueron en taxi a casa, reventados de toda la noche. El fauno se metió en su habitación, directo a la cama para poder recuperar algo de energía para lo que quedaba de día. Aunque antes de dormir le llegó un extensísimo mensaje de su novio disculpándose por la cogorza. Con cariño, le contestó que no pasaba nada y, una vez todo aclarado, se fue a dar una cabezadita.