Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
+20
Lathspell
Bellota
Lops
Tak
Giniroryu
Yber
Merodeador
Seth
Aes
Zarket
Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
Poblo
Muffie
Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 10:36 pm
Rena reprimió una sonrisa estúpida, Le hacía mucha ilusión saber que de verdad podría volver a su mundo. Las normas que comentó, al menos las que entendió, le parecieron razonables.
-Buah, si me dejan ir a casa podré pagarte tu ayuda con las empanadas de carne de mi madre. Son las mejores empanadas del universo.
La irrense ya era conocida por comer bastante en su mundo, algo que se hacía mucho más visible al compararlo con el apetito de sus compañeros de otros mundos, ¿y ahora le dicen que va a comer más? Rena daba gracias a que la comida allí corriese a cuenta del Consejo. << Los voy a arruinar >> pensó con malicia. Era una idea pueril pero iba a cobrarse todos los malos tragos que les habían hecho pasar.
-Vamos a picar algo. No creo que los cocinillas de mi grupo se hayan puesto con el almuerzo, seguro que todavía están leyendo en la zona común. Así de paso me aseguro de que no se saltan ninguna comida.
Bajaron los dos pisos que las separaban de la planta baja y fueron a la cocina. Rena repasó las alacenas en busca de algo que no tuviera que cocinar. Había bollos varios y pan integral en la encimera, también una especie de nevera anticuada enorme de donde sacó un queso graso y algo que olía jodidamente bien y que estaba etiquetado como ‘’salmón ahumado’’. Montó un par de bocatas y los dejó a un lado cubiertos por un trapo
-Vale, esos son mis bocatas, si alguien los toca me lo comeré en su lugar -dijo a nadie en particular mientras sacaba vasos y los colocaba en una bandeja, junto con una gran jarra de agua.
Fue con la bandeja a la sala común. Era increíble que pudiera sujetarla con una mano teniendo en cuenta de que la jarra era de barro y de por sí ya debía pesar. Pensó en lo que le había dicho Zarpa sobre la nueva fuerza física y en los muñecos rotos y sonrió.
-¡A hidratarse! -ordenó, dejando la bandeja en una mesa -Ya se me ha pasado el rebote. Esta es Zarpa, tiene la misma transformación que yo pero con otro animal y va a echarme una mano con toda la movida. Es maja.
-Buah, si me dejan ir a casa podré pagarte tu ayuda con las empanadas de carne de mi madre. Son las mejores empanadas del universo.
La irrense ya era conocida por comer bastante en su mundo, algo que se hacía mucho más visible al compararlo con el apetito de sus compañeros de otros mundos, ¿y ahora le dicen que va a comer más? Rena daba gracias a que la comida allí corriese a cuenta del Consejo. << Los voy a arruinar >> pensó con malicia. Era una idea pueril pero iba a cobrarse todos los malos tragos que les habían hecho pasar.
-Vamos a picar algo. No creo que los cocinillas de mi grupo se hayan puesto con el almuerzo, seguro que todavía están leyendo en la zona común. Así de paso me aseguro de que no se saltan ninguna comida.
Bajaron los dos pisos que las separaban de la planta baja y fueron a la cocina. Rena repasó las alacenas en busca de algo que no tuviera que cocinar. Había bollos varios y pan integral en la encimera, también una especie de nevera anticuada enorme de donde sacó un queso graso y algo que olía jodidamente bien y que estaba etiquetado como ‘’salmón ahumado’’. Montó un par de bocatas y los dejó a un lado cubiertos por un trapo
-Vale, esos son mis bocatas, si alguien los toca me lo comeré en su lugar -dijo a nadie en particular mientras sacaba vasos y los colocaba en una bandeja, junto con una gran jarra de agua.
Fue con la bandeja a la sala común. Era increíble que pudiera sujetarla con una mano teniendo en cuenta de que la jarra era de barro y de por sí ya debía pesar. Pensó en lo que le había dicho Zarpa sobre la nueva fuerza física y en los muñecos rotos y sonrió.
-¡A hidratarse! -ordenó, dejando la bandeja en una mesa -Ya se me ha pasado el rebote. Esta es Zarpa, tiene la misma transformación que yo pero con otro animal y va a echarme una mano con toda la movida. Es maja.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 10:59 pm
"Suena bien lo de las empanadas. Pero no tienes que pagarme de ninguna forma, hago esto porque quiero. Entre licántropos debemos ayudarnos" le dijo a Rena con buen humor rezumando de sus palabras.
Asintió a la sugerencia de la irrense y bajó las escaleras con ella. Mientras ella rebuscaba en el interior de la despensa Varsai fue a tiro fijo, cogió un tarro con grillos cubiertos de chocolate, un cuenco y leche de la nevera. Lo puso todo en una bandeja y luego la cogió entre los dientes y la llevó al salón.
"Hola chicos" saludó la leoparda mientras dejaba la bandeja sobre la mesa. Su voz audible en todas las mentes allí reunidas. "Un placer conocer a los compañeros de Rena" dijo con su habitual sonrisa felina.
Asintió a la sugerencia de la irrense y bajó las escaleras con ella. Mientras ella rebuscaba en el interior de la despensa Varsai fue a tiro fijo, cogió un tarro con grillos cubiertos de chocolate, un cuenco y leche de la nevera. Lo puso todo en una bandeja y luego la cogió entre los dientes y la llevó al salón.
"Hola chicos" saludó la leoparda mientras dejaba la bandeja sobre la mesa. Su voz audible en todas las mentes allí reunidas. "Un placer conocer a los compañeros de Rena" dijo con su habitual sonrisa felina.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/12/18, 01:14 am
Había iniciado ya una exclamación de sorpresa cuando se vio obligado a suprimirla a regañadientes. No era tan descabellado que hubiera más cosechados en Rocavarancolia aparte de ellos y los del faro, teniendo en cuenta la cantidad de camas que había habido en las mazmorras. Y de alguna parte tenía que haber salido Hyun, que siempre había mantenido la boca firmemente cerrada al respecto.
Aun así la idea se le hacía extraña, pero había más noticias que dar y no tuvo tiempo ni de plantearse qué aspecto tendrían los nuevos a los que no conocía. ¿Los sinhadres estaban vivos? La estupefacción le dejó plantado en el umbral. Hacía meses que Rocavarancolia no les daba una buena noticia. ¿Vivos y bien?, alcanzó a preguntar incrédulo antes de que Eriel siguiera contándole más noticias.
—¡¿Qué?! —se quedó mirando al nublino boquiabierto ante la mención de Fahran—. ¿Adónde? ¿Está alguien haciendo algo al respecto?
Había estado a un pelo de pronunciar el nombre de Tuétano, antes de recordar que la quebrantahuesos ahora había dejado las cosas en paz. Sox se pasó una mano por el pelo tratando de encajar toda aquella información nueva.
—Bajaré luego a... —¿a qué? ¿A presentarse a todo el mundo? ¿Iba a hacer falta? Cicatriz había dado a entender que aquel lugar sí iba a ser como una residencia. ¿No tenían ya que trabajar juntos para nada?
Casi agradeció la interrupción.
—¿A mí? —repitió con curiosidad—. Pasa —le invitó con retraso haciéndose a un lado en la puerta. Era incongruente la cantidad de espacio que ocupaban ahora entre los dos comparado con antes. La habitación parecía más pequeña y ya no cabían a la vez en el umbral; el carabés no le había cogido el tranquillo del todo a plegar las alas por completo.
La habitación estaba espartana e impersonal tal y como Sox la había encontrado. Las sábanas revueltas y las botas en el suelo eran el único indicio de que allí dormía alguien. Una vez dentro cogió el libro que le tendía Eriel con delicadeza, reconociendo enseguida la imagen que le señalaba.
—Así que se me va a quedar la piel entera negra —murmuró. Lo había intuido al ver los parches de piel curada a su espalda y no sabía qué pensar de ello. Parecía un color morboso. Le recordaba a su sangre. Señaló los puntos brillantes de la ilustración—. Se parecen a los de Rad, sólo que en blanco. ¿Lo has leído? —alzó la mirada del papel—. ¿Y lo tuyo? ¿Lo de gárgola?
Aun así la idea se le hacía extraña, pero había más noticias que dar y no tuvo tiempo ni de plantearse qué aspecto tendrían los nuevos a los que no conocía. ¿Los sinhadres estaban vivos? La estupefacción le dejó plantado en el umbral. Hacía meses que Rocavarancolia no les daba una buena noticia. ¿Vivos y bien?, alcanzó a preguntar incrédulo antes de que Eriel siguiera contándole más noticias.
—¡¿Qué?! —se quedó mirando al nublino boquiabierto ante la mención de Fahran—. ¿Adónde? ¿Está alguien haciendo algo al respecto?
Había estado a un pelo de pronunciar el nombre de Tuétano, antes de recordar que la quebrantahuesos ahora había dejado las cosas en paz. Sox se pasó una mano por el pelo tratando de encajar toda aquella información nueva.
—Bajaré luego a... —¿a qué? ¿A presentarse a todo el mundo? ¿Iba a hacer falta? Cicatriz había dado a entender que aquel lugar sí iba a ser como una residencia. ¿No tenían ya que trabajar juntos para nada?
Casi agradeció la interrupción.
—¿A mí? —repitió con curiosidad—. Pasa —le invitó con retraso haciéndose a un lado en la puerta. Era incongruente la cantidad de espacio que ocupaban ahora entre los dos comparado con antes. La habitación parecía más pequeña y ya no cabían a la vez en el umbral; el carabés no le había cogido el tranquillo del todo a plegar las alas por completo.
La habitación estaba espartana e impersonal tal y como Sox la había encontrado. Las sábanas revueltas y las botas en el suelo eran el único indicio de que allí dormía alguien. Una vez dentro cogió el libro que le tendía Eriel con delicadeza, reconociendo enseguida la imagen que le señalaba.
—Así que se me va a quedar la piel entera negra —murmuró. Lo había intuido al ver los parches de piel curada a su espalda y no sabía qué pensar de ello. Parecía un color morboso. Le recordaba a su sangre. Señaló los puntos brillantes de la ilustración—. Se parecen a los de Rad, sólo que en blanco. ¿Lo has leído? —alzó la mirada del papel—. ¿Y lo tuyo? ¿Lo de gárgola?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/12/18, 12:42 am
Mientras sus compañeros comentaban cosas nuevas de sus transformaciones Nime volvió a poder coger el libro que contenía la suya y se enfrascó a leer con más calma, aun sin dejar de escuchar la conversación. Se había pasado muchos detalles por alto, aparte de haber ignorado párrafos enteros. No sabía si acababa de entender todos los detalles, pero por lo que parecía era normal que le costase enfocar la vista, ya que ahora podía ver muchísimo más de lo que había sido capaz antes. No sabía cómo controlarlo, pero podía. Por otro lado, sus cristales todavía se iban a seguir multiplicando y creciendo, cubriendo muchas más zonas de su piel, que se iba a oscurecer más. No fue hasta que leyó aquello que se dio cuenta de que no era tan pálida como antes.
Mientras leía en la sala común no se enteró de que Rena había vuelto a bajar ni de que lo había hecho acompañada, pero cuando escuchó su voz presentando a otra persona se giró de inmediato. A su lado había un gran felino de color blanco y pelo muy mullido que sujetaba una bandeja con la boca como si nada. Nime miró sorprendida al animal, hasta que sus ojos se desenfocaron accidentalmente. Se levantó y dio varios pasos hacia Zarpa y Rena, todavía con el libro abierto entre sus manos y sin quitarle los ojos de encima a la primera. ¿Cómo se había podido comunicar? ¿Acaso era una transformada? Probablemente eso era todo, pero no dejaba de ser sorprendente que un felino se dirigiese a ellos con aquella familiaridad.
—¡Hola! Yo soy Nime, hija de Salima —la saludó, con una pequeña reverencia y una gran sonrisa—. E… es un placer conocerte. ¿Eres una transformada como nosotros o… o… otra cosa?
Tal vez un espíritu sagrado reencarnado en felino, o algún ente de las leyendas de su mundo. Pero ya no estaban en Libo, sino en Rocavarancolia, y Nime se sentía tonta expresándolo en voz alta.
Mientras leía en la sala común no se enteró de que Rena había vuelto a bajar ni de que lo había hecho acompañada, pero cuando escuchó su voz presentando a otra persona se giró de inmediato. A su lado había un gran felino de color blanco y pelo muy mullido que sujetaba una bandeja con la boca como si nada. Nime miró sorprendida al animal, hasta que sus ojos se desenfocaron accidentalmente. Se levantó y dio varios pasos hacia Zarpa y Rena, todavía con el libro abierto entre sus manos y sin quitarle los ojos de encima a la primera. ¿Cómo se había podido comunicar? ¿Acaso era una transformada? Probablemente eso era todo, pero no dejaba de ser sorprendente que un felino se dirigiese a ellos con aquella familiaridad.
—¡Hola! Yo soy Nime, hija de Salima —la saludó, con una pequeña reverencia y una gran sonrisa—. E… es un placer conocerte. ¿Eres una transformada como nosotros o… o… otra cosa?
Tal vez un espíritu sagrado reencarnado en felino, o algún ente de las leyendas de su mundo. Pero ya no estaban en Libo, sino en Rocavarancolia, y Nime se sentía tonta expresándolo en voz alta.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/12/18, 01:49 pm
Guille fue corriendo a abrazar a Pam, la achucho con todo el amor que pudo, intentado no tocar sus alas por si le molestaban, le encanto que todo el mundo se uniera, aunque quedo aplastado entre el abrazo grupal, por lo que no pudo evitar empezar a reír.
-Jajajajaja ¡Vamos a ahogar a Pam! - pero su diversión fue corta, a la primera que Hyun fue nombrado, el ambiente cambio de golpe. Guillermo se quedó detrás de los mayores, no sabía que estaba pasando, quedando bloqueado intentando conseguir la suficiente información para poder dar una explicación a todo esto, no le reconoció a la primera no parecía él, la Luna también le había trasformado.
Al igual que Eitne a Guille no le gusto el enfrentamiento, debían estar contentos por el retorno de Hyun, pero ni siquiera Hyun parecía contento que no hacía más que moverse hacia atrás. Fue cuando Naeleth entro en acción cuando Guillermo empezó a entenderlo todo, Hyun había sido hechizado, Naeleth era una mentalista, por lo que pudo deshacer el hechizo con facilidad. Pero parecía que Hyun tenía que descansar y cuando dejo la habitación la tensión que se había formado bajo de repente y poco a poco se recuperaron las conversaciones normales.
“Me alegro que Hyun esté bien, hoy están saliendo muy bien las cosas ese sitio no parece tan malo…¡! Naeleth me estas escuchando?” pensó mientras la miraba fijamente “tiene poderes de mentalista, si me estas escuchando haz una señal, no entraras en mi menteeee” y continúo pensando en un sonidito muy molesto por si Naeleth le estuviera escuchando.
Cuando vio que había a Neil con Pam, y la chica que se parecía a Lapis, se acercó a ver que hacían, justo a tiempo de ver como acababa la magia de Neil.
- ¡Eso es súper guay! Puedes hacer cosas bonitas- dijo mirando ilusionado, y se fue a buscar una de sus Pendicularias y la dio golpecitos para que se moviera- Hola, me llamo Guille, se supone que soy Brujo de vosotras ¿cómo te llamas? - el brazo parecía prestarle atención, pero al ver que no contestaba nada-… pues te voy a llamar Kétchup, espera un segundo…- y trajo corriendo una pulsera roja que había improvisado- para que te pueda distinguir. Un placer- dijo al extender la mano, pero Ketchup no se movió, y parecia no saber que hacer y al verlo Guillermo cambio su rostro- no no no, no puede ser!.. ¡trae a todas las que puedas, K reunión de urgencia!
Unos minutos despues alrededor de seis manos estaban delante de Guillermo, mientras él las miraba con mirada seria.
-Aquí está pasando algo muy grave, que tenemos que solucionar, esto no puede seguir así.
-Jajajajaja ¡Vamos a ahogar a Pam! - pero su diversión fue corta, a la primera que Hyun fue nombrado, el ambiente cambio de golpe. Guillermo se quedó detrás de los mayores, no sabía que estaba pasando, quedando bloqueado intentando conseguir la suficiente información para poder dar una explicación a todo esto, no le reconoció a la primera no parecía él, la Luna también le había trasformado.
Al igual que Eitne a Guille no le gusto el enfrentamiento, debían estar contentos por el retorno de Hyun, pero ni siquiera Hyun parecía contento que no hacía más que moverse hacia atrás. Fue cuando Naeleth entro en acción cuando Guillermo empezó a entenderlo todo, Hyun había sido hechizado, Naeleth era una mentalista, por lo que pudo deshacer el hechizo con facilidad. Pero parecía que Hyun tenía que descansar y cuando dejo la habitación la tensión que se había formado bajo de repente y poco a poco se recuperaron las conversaciones normales.
“Me alegro que Hyun esté bien, hoy están saliendo muy bien las cosas ese sitio no parece tan malo…¡! Naeleth me estas escuchando?” pensó mientras la miraba fijamente “tiene poderes de mentalista, si me estas escuchando haz una señal, no entraras en mi menteeee” y continúo pensando en un sonidito muy molesto por si Naeleth le estuviera escuchando.
Cuando vio que había a Neil con Pam, y la chica que se parecía a Lapis, se acercó a ver que hacían, justo a tiempo de ver como acababa la magia de Neil.
- ¡Eso es súper guay! Puedes hacer cosas bonitas- dijo mirando ilusionado, y se fue a buscar una de sus Pendicularias y la dio golpecitos para que se moviera- Hola, me llamo Guille, se supone que soy Brujo de vosotras ¿cómo te llamas? - el brazo parecía prestarle atención, pero al ver que no contestaba nada-… pues te voy a llamar Kétchup, espera un segundo…- y trajo corriendo una pulsera roja que había improvisado- para que te pueda distinguir. Un placer- dijo al extender la mano, pero Ketchup no se movió, y parecia no saber que hacer y al verlo Guillermo cambio su rostro- no no no, no puede ser!.. ¡trae a todas las que puedas, K reunión de urgencia!
Unos minutos despues alrededor de seis manos estaban delante de Guillermo, mientras él las miraba con mirada seria.
-Aquí está pasando algo muy grave, que tenemos que solucionar, esto no puede seguir así.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/12/18, 04:33 pm
La mona del queso atendió con curiosidad a la explicación de Neil y aun mas a lo que llego a hacer con la cera de las velas. Parecía ser una forma de obtener magia fácil siempre que tuviera esa cera con el, al parecer...y encima podía darle otros usos de por si.
-Siempre fuiste el que mas facilidad tuvo para hacer magia entre nosotros...tal vez fue porque siempre hubo velas en el torreón- dijo Pelusa como posibilidad ante el planteamiento de que era brujo de la cera- Imagino que Milo entonces es brujo también ¿no? De esa cosita que va con el que parece de algún tipo de metal...- añadió Pelusa echando también un vistazo a Mónica cuando menciono que ella tenia espejos un poco curiosa sobre que uso podría darle exactamente a eso.
Mientras espero su respuesta, Adru se adelanto encontrando por fin que leches era eso de gamusino en lo que se había convertido y Pelusa alzo una ceja ante la de “remanencias” un poco pensativa, se acerco un poco para poder leer lo que la propia Adru había leído.
-¿No es algo así como dejar un rastro de ti misma estático en el tiempo que aun conserva cierta solidez? Dice que eres mas rápida, tal vez es por eso. Que seas demasiado rapida.- sugirió Pelusa pues también le parecía un poco raro, suponía que seria cosa de ver exactamente como funcionaba o si podría escoger dejar rastros de Adrus por ahí o no.
Aun estaba pensando un poco en ello, cuando vio la figura de Rena parecer por ahí de nuevo, trayendo lo que parecia algo de comer y el estomago de Pelusa rugió recordandole que se había pasado desde la noche anterior con el estomago vacío, por culpa de los mareos que aun sentía punzantes en su cabeza a morir pero que intentaba evitar con todas sus fuerzas para concentrarse. Tal vez por eso daba gracias que Adru estuviese quieta, o lo mas quieta que podía, por velocidad y movimiento con ella no iba a congeniar bien. Tendría que ir por algo de comer en cuanto pudiera, aun así no rechazo un vaso de agua, mientras sus ojos se posaban en la figura de un felino bastante peludito y de larga cola que acompañaba a Rena, que se encontraba siendo ya mucho mas Rena y menos oso que cuando subió.
Que para su sorpresa, no hablo con su boca, sino que lo hizo en su mente, igual a como habia estado escuchando hacerlo a Erolir. << Se ve mi nivel de adaptación...ya no me sorprende que un animal hable...lo que me sorprende es que no lo haga con la boca >> pensó no sin cierta ironía, mientras la miraba extrañada, por que Rena dijese tener misma trasformación pero sin embargo la propia Rena no pudiera hacer eso.<< ¿Es algo obtenido con practica, tal vez?...O simplemente es magia >> pensó la niña mirando a Zarpa, cuyo nombre no le parecía mas extraño que el suyo propio, realmente.
-Me llamo Pelusa – se presento la niña miran dolo con sus ojos atentos, no perdiendo las palabras de Nime que aprecia un poco cohibida de alguna manera. <<Oh...es un felino ¿no menciono alguna vez algo sobre felinos en su mundo? >> pensó Pelusa acordándose un poco, aunque no con demasiado detalle. La spriggan no fue capaz de decir mucho mas pues algo mas capto su atención. Algo difícil que no ocurriera cuando había cogido por costumbre mantener un ojo sobre el niño humano.
Tal vez por eso verlo de pronto rodeado de esas manos alargadas y negras, hablando algo de una reunión de emergencia hizo que Pelusa le mirase con el ceño ligeramente fruncido. Ya entendía que esas cosas debían ser su dominio o algo así, como la cera lo era de Neil. Pero igual le preocupaba...a Guille ya le costaba cuidar de si mismo con cabeza, ya ni decir de mantener orden en un montón de manos extras que al parecer parecían poder salir de reconditos oscuros por doquier. Igual al menos estaba haciendo el intento...y eran manos...no tenían expresión...pero casi podía jurar que se sentían enormemente confundidas con el brujo que les había tocado. <<Ese momento donde sientes un poco de lastimas por un montón de manos inquietantes y no por su brujo...Hay que tener paciencia para lidiar con Guille y aun mas entenderle>> pensó la niña rodando levemente ellos ojos, observando al niño por un momento mas antes de dirigirse a el.
>>-Guille, si quieres que hagan algo...¿has probado a mostrarles primero lo que quieres que hagan al mismo tiempo que lo dices? - dijo Pelusa como idea viendo como se lo planteaba como sugerencia- Es como cuando no eramos capaces de entendernos antes de tomar agua de la fuente, que la única forma que teníamos de hacerlo era de forma gestual. Parecen poder “verte” u “oírte” de alguna forma, no pierdes nada por probar. Son manos, así que bueno...debe haber algo vivo y pensante tras ellas, sea donde sea- sugirió Pelusa mas por lógica que porque tuviera una idea. Osea, eran manos ¿debían estar unidas a algo aunque no pudieran verlo, no?.
-Siempre fuiste el que mas facilidad tuvo para hacer magia entre nosotros...tal vez fue porque siempre hubo velas en el torreón- dijo Pelusa como posibilidad ante el planteamiento de que era brujo de la cera- Imagino que Milo entonces es brujo también ¿no? De esa cosita que va con el que parece de algún tipo de metal...- añadió Pelusa echando también un vistazo a Mónica cuando menciono que ella tenia espejos un poco curiosa sobre que uso podría darle exactamente a eso.
Mientras espero su respuesta, Adru se adelanto encontrando por fin que leches era eso de gamusino en lo que se había convertido y Pelusa alzo una ceja ante la de “remanencias” un poco pensativa, se acerco un poco para poder leer lo que la propia Adru había leído.
-¿No es algo así como dejar un rastro de ti misma estático en el tiempo que aun conserva cierta solidez? Dice que eres mas rápida, tal vez es por eso. Que seas demasiado rapida.- sugirió Pelusa pues también le parecía un poco raro, suponía que seria cosa de ver exactamente como funcionaba o si podría escoger dejar rastros de Adrus por ahí o no.
Aun estaba pensando un poco en ello, cuando vio la figura de Rena parecer por ahí de nuevo, trayendo lo que parecia algo de comer y el estomago de Pelusa rugió recordandole que se había pasado desde la noche anterior con el estomago vacío, por culpa de los mareos que aun sentía punzantes en su cabeza a morir pero que intentaba evitar con todas sus fuerzas para concentrarse. Tal vez por eso daba gracias que Adru estuviese quieta, o lo mas quieta que podía, por velocidad y movimiento con ella no iba a congeniar bien. Tendría que ir por algo de comer en cuanto pudiera, aun así no rechazo un vaso de agua, mientras sus ojos se posaban en la figura de un felino bastante peludito y de larga cola que acompañaba a Rena, que se encontraba siendo ya mucho mas Rena y menos oso que cuando subió.
Que para su sorpresa, no hablo con su boca, sino que lo hizo en su mente, igual a como habia estado escuchando hacerlo a Erolir. << Se ve mi nivel de adaptación...ya no me sorprende que un animal hable...lo que me sorprende es que no lo haga con la boca >> pensó no sin cierta ironía, mientras la miraba extrañada, por que Rena dijese tener misma trasformación pero sin embargo la propia Rena no pudiera hacer eso.<< ¿Es algo obtenido con practica, tal vez?...O simplemente es magia >> pensó la niña mirando a Zarpa, cuyo nombre no le parecía mas extraño que el suyo propio, realmente.
-Me llamo Pelusa – se presento la niña miran dolo con sus ojos atentos, no perdiendo las palabras de Nime que aprecia un poco cohibida de alguna manera. <<Oh...es un felino ¿no menciono alguna vez algo sobre felinos en su mundo? >> pensó Pelusa acordándose un poco, aunque no con demasiado detalle. La spriggan no fue capaz de decir mucho mas pues algo mas capto su atención. Algo difícil que no ocurriera cuando había cogido por costumbre mantener un ojo sobre el niño humano.
Tal vez por eso verlo de pronto rodeado de esas manos alargadas y negras, hablando algo de una reunión de emergencia hizo que Pelusa le mirase con el ceño ligeramente fruncido. Ya entendía que esas cosas debían ser su dominio o algo así, como la cera lo era de Neil. Pero igual le preocupaba...a Guille ya le costaba cuidar de si mismo con cabeza, ya ni decir de mantener orden en un montón de manos extras que al parecer parecían poder salir de reconditos oscuros por doquier. Igual al menos estaba haciendo el intento...y eran manos...no tenían expresión...pero casi podía jurar que se sentían enormemente confundidas con el brujo que les había tocado. <<Ese momento donde sientes un poco de lastimas por un montón de manos inquietantes y no por su brujo...Hay que tener paciencia para lidiar con Guille y aun mas entenderle>> pensó la niña rodando levemente ellos ojos, observando al niño por un momento mas antes de dirigirse a el.
>>-Guille, si quieres que hagan algo...¿has probado a mostrarles primero lo que quieres que hagan al mismo tiempo que lo dices? - dijo Pelusa como idea viendo como se lo planteaba como sugerencia- Es como cuando no eramos capaces de entendernos antes de tomar agua de la fuente, que la única forma que teníamos de hacerlo era de forma gestual. Parecen poder “verte” u “oírte” de alguna forma, no pierdes nada por probar. Son manos, así que bueno...debe haber algo vivo y pensante tras ellas, sea donde sea- sugirió Pelusa mas por lógica que porque tuviera una idea. Osea, eran manos ¿debían estar unidas a algo aunque no pudieran verlo, no?.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/12/18, 01:27 pm
Asintió a la fascinante voz de Eitne con entusiasmo y le tendió el libro sin pensarlo ni un momento. La “reunión de urgencia” de Guille distrajo su atención de todo a su alrededor durante un instante, observando al humano rodeado de aquellas manos y dándoles ordenes como si fuese algo que llevaba haciendo mucho tiempo. Volvió a fijarse en Neil y sonrió: al aurva se lo veía contento con sus nuevos poderes también y en ese momento le explica a Mónica lo que había averiguado acerca de su dominio. Como el daeliciano tenía el libro en aquel momento su aurva le dijo que más tarde leería sobre gamusino y trataría de explicarle cómo funcionaba.
—No hay prisa, podemos leer tranquilamente en nuestra habitación… Tenemos que elegirla, por cierto.
Pelusa también leyó acerca de su transformación y trató de arrojar algo de luz sobre el asunto.
>>Pues no sé si lo entendí bien, pero creo que sí es algo así…
La edeel en aquel momento, en realidad, estaba dándole vueltas a otras cuestiones. Como, por ejemplo, que “Capitán Gamusino” sonaba mejor que “Capitana Gamusino” aunque “la Capitana” le gustaba más que “el Capitán”.
No pudo darle demasiadas vueltas, no obstante, porque en ese momento volvió Rena. La sinhadre se hubiera entusiasmado solo por volver a ver la irrense, que se había ido claramente enfadada todavía por lo de Hyun, pero el animal que la acompañaba atrajo inevitablemente su atención. Y especialmente cuando oyó la voz en su cabeza, comprendiendo que no era un animal, sino una persona. <<¿Es lo mismo que Eorlir pero en otro animal?>>.
La reacción de Nime la divirtió, acordándose de que la libense les había hablado de los felinos de su mundo y de la consideración que tenían como animales sagrados. Rena les presentó a la chica leopardo entonces y se acercó a toda prisa mientras de nuevo la voz de Zarpa, nombre que le pareció muy propicio, sonaba de nuevo en su cabeza.
—¡Hola, yo soy Adrune y este es mi aurva Neil! ¿Eres lo mismo que él? —Señaló al otro edeel—. También puede hablarnos a la cabeza, pero Rena no y Naeleth dijo que no era la misma transformación…
—No hay prisa, podemos leer tranquilamente en nuestra habitación… Tenemos que elegirla, por cierto.
Pelusa también leyó acerca de su transformación y trató de arrojar algo de luz sobre el asunto.
>>Pues no sé si lo entendí bien, pero creo que sí es algo así…
La edeel en aquel momento, en realidad, estaba dándole vueltas a otras cuestiones. Como, por ejemplo, que “Capitán Gamusino” sonaba mejor que “Capitana Gamusino” aunque “la Capitana” le gustaba más que “el Capitán”.
No pudo darle demasiadas vueltas, no obstante, porque en ese momento volvió Rena. La sinhadre se hubiera entusiasmado solo por volver a ver la irrense, que se había ido claramente enfadada todavía por lo de Hyun, pero el animal que la acompañaba atrajo inevitablemente su atención. Y especialmente cuando oyó la voz en su cabeza, comprendiendo que no era un animal, sino una persona. <<¿Es lo mismo que Eorlir pero en otro animal?>>.
La reacción de Nime la divirtió, acordándose de que la libense les había hablado de los felinos de su mundo y de la consideración que tenían como animales sagrados. Rena les presentó a la chica leopardo entonces y se acercó a toda prisa mientras de nuevo la voz de Zarpa, nombre que le pareció muy propicio, sonaba de nuevo en su cabeza.
—¡Hola, yo soy Adrune y este es mi aurva Neil! ¿Eres lo mismo que él? —Señaló al otro edeel—. También puede hablarnos a la cabeza, pero Rena no y Naeleth dijo que no era la misma transformación…
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/12/18, 01:38 am
El daeliciano cogió el libro que le tendió la capitana y leyó lo que ponía vagamente, incapaz de concentrarse en la lectura con la escena tan divertida que estaba montando Guille con sus pendicularias. Aun así, lo que entendió le parecía muy interesante (y estaba seguro de que gracias a las remanencias, Adru se haría menos daño en general).
—Ahora sabemos para qué sirven tus copias, ¡es super chulo! —se rio y devolvió el libro, bien a Adru o bien a la mesa, si ya no lo necesitaba. Luego se giró hacia el humano. En esos momentos solo la escucharían Adru primero y Guille después—. A lo mejor las manos tienen su propio idioma, como las ovejas, que balan, y los vhadkhas, que mugen... ¿Cómo se llamará el ruido que hacen? ¿Manear? ¿Pendiculismos? ¿Y si hablan con los dedos?
Se quedó mirándolas, irónicamente hipnotizado, mientras su pensamiento vagaba por el catálogo de animales que conocía, tanto de Daelicia como de Rocavarancolia. Fue entonces cuando una idea (una idea genial, si le preguntaban) apareció en su mente con luces de colores. Iba a ponerla en voz alta cuando una persona nueva entró en la habitación y se vio obligado a interrumpirse, para saludar. No le sorprendió la telepatía porque ya la había experimentado con Eorlir.
—¡Hola, Zarpas! ¡Yo soy Eitne y bestia del crepúsculo! —le dijo, las campanillas de su voz impregnadas de su aura hipnótica. Con un gesto amplio de mano se aseguró de saludar también a Rena.
Eitne parecía vivir dentro de un ambiente de festividad constante y no era para menos: se habían convertido en cosas muy chulas, podían defenderse mejor de los bichos y por fin conocían a gente que no les quería matar. Todo era mejor ahora, ¡incluso sentía un gustirrinín raro por el cuerpo! Miró por la ventana y supo que había algo más: quedaba poco para cambiar de forma.
—¡Chicas, chicos! —llamó la atención de sus compañeros, aunque su voz sonó por toda la sala—. ¿Podemos buscar un sitio chulo fuera y ver cómo se hace de noche? —preguntó. De forma consciente, puso su mejor tono de niño bueno para que hiciera juego con su aura. Por si acaso no funcionaba, se aseguró de exponer sus argumentos a favor: todos puramente egoístas—. Porfa, porfa, que quiero correr y encontrar animales para afinidarlos.
El niño se conformaba con que se apuntaran unos pocos y se aseguraría de llenarse la panza antes de salir. Todavía no sabía solidificarse en su forma bestial y eso quería decir que no comería en toda la noche, casi con toda seguridad.
—Ahora sabemos para qué sirven tus copias, ¡es super chulo! —se rio y devolvió el libro, bien a Adru o bien a la mesa, si ya no lo necesitaba. Luego se giró hacia el humano. En esos momentos solo la escucharían Adru primero y Guille después—. A lo mejor las manos tienen su propio idioma, como las ovejas, que balan, y los vhadkhas, que mugen... ¿Cómo se llamará el ruido que hacen? ¿Manear? ¿Pendiculismos? ¿Y si hablan con los dedos?
Se quedó mirándolas, irónicamente hipnotizado, mientras su pensamiento vagaba por el catálogo de animales que conocía, tanto de Daelicia como de Rocavarancolia. Fue entonces cuando una idea (una idea genial, si le preguntaban) apareció en su mente con luces de colores. Iba a ponerla en voz alta cuando una persona nueva entró en la habitación y se vio obligado a interrumpirse, para saludar. No le sorprendió la telepatía porque ya la había experimentado con Eorlir.
—¡Hola, Zarpas! ¡Yo soy Eitne y bestia del crepúsculo! —le dijo, las campanillas de su voz impregnadas de su aura hipnótica. Con un gesto amplio de mano se aseguró de saludar también a Rena.
Eitne parecía vivir dentro de un ambiente de festividad constante y no era para menos: se habían convertido en cosas muy chulas, podían defenderse mejor de los bichos y por fin conocían a gente que no les quería matar. Todo era mejor ahora, ¡incluso sentía un gustirrinín raro por el cuerpo! Miró por la ventana y supo que había algo más: quedaba poco para cambiar de forma.
—¡Chicas, chicos! —llamó la atención de sus compañeros, aunque su voz sonó por toda la sala—. ¿Podemos buscar un sitio chulo fuera y ver cómo se hace de noche? —preguntó. De forma consciente, puso su mejor tono de niño bueno para que hiciera juego con su aura. Por si acaso no funcionaba, se aseguró de exponer sus argumentos a favor: todos puramente egoístas—. Porfa, porfa, que quiero correr y encontrar animales para afinidarlos.
El niño se conformaba con que se apuntaran unos pocos y se aseguraría de llenarse la panza antes de salir. Todavía no sabía solidificarse en su forma bestial y eso quería decir que no comería en toda la noche, casi con toda seguridad.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
23/12/18, 02:43 pm
- Es lo que iba a hacer- contestó a Pam con una sonrisa- Aaa y Gracias por ofrecerte a ayudarme, extiende una mano- Guillermo se aclaro la voz y fingiendo tono de profesor dijo- Bienvenidas a la primera clase de juego de Manos!... Lo pillas Pam, juego de manos de manos...Bueno empecemos por lo más fácil esto es un apretón de manos.
Continúo el tiempo que pudo, realmente la única Pendicularias atenta era Ketchup las demás iban y venían o se quedaban ancladas en anteriores ejércitos jugando. Les enseño lo que se le ocurría, los gestos con una mano, piedra papel y tijeras, pulsos, juegos de palmas, saludos y despedidas. Aunque Guillermo lo hacia por divertirse sería útil para mejorar la comunicación con las Pendicularias, aunque sea por gestos. Apartado a un lado no fue consciente del alboroto hasta que no se le ocurrieron más ideas y dio por terminada la clase. El hecho que Neil supiera tan rápidamente controlar la cera le dió envidia. Así intentó esforzarse un poco más, aunque ahora que las veia cochando los cinco entre ellas no estaba seguro si le habían echo caso del todo o solo se aburrían.
-Renaaa no te habia vistoooo volver!!- y fue corriendo a abrazarla ya volviéndose a incorporar con al grupo- y has venido con una gato grande- y fue corriendo a acariciar a Zarpa con las dos manos.
- Que buena idea Eitne, y podemos llevar comida y hacer un picnic- dijo sin un ápice de ironía como si se hubiera olvidado de lo peligroso que era Rocavarancolia.
Las Pendicularias sabiendo de sus peligros, pararon con las bromas, y empezaron a sujetarle, tirando de él para sentarle en el sofá , mientras Guillermo de dejaba arrastrar, donde comenzaron a hacerle señales con el pulgar hacia abajo, o formando "x" entre dos, intentando quitarle esa idea de la cabeza, su deber era protegerlo.
Continúo el tiempo que pudo, realmente la única Pendicularias atenta era Ketchup las demás iban y venían o se quedaban ancladas en anteriores ejércitos jugando. Les enseño lo que se le ocurría, los gestos con una mano, piedra papel y tijeras, pulsos, juegos de palmas, saludos y despedidas. Aunque Guillermo lo hacia por divertirse sería útil para mejorar la comunicación con las Pendicularias, aunque sea por gestos. Apartado a un lado no fue consciente del alboroto hasta que no se le ocurrieron más ideas y dio por terminada la clase. El hecho que Neil supiera tan rápidamente controlar la cera le dió envidia. Así intentó esforzarse un poco más, aunque ahora que las veia cochando los cinco entre ellas no estaba seguro si le habían echo caso del todo o solo se aburrían.
-Renaaa no te habia vistoooo volver!!- y fue corriendo a abrazarla ya volviéndose a incorporar con al grupo- y has venido con una gato grande- y fue corriendo a acariciar a Zarpa con las dos manos.
- Que buena idea Eitne, y podemos llevar comida y hacer un picnic- dijo sin un ápice de ironía como si se hubiera olvidado de lo peligroso que era Rocavarancolia.
Las Pendicularias sabiendo de sus peligros, pararon con las bromas, y empezaron a sujetarle, tirando de él para sentarle en el sofá , mientras Guillermo de dejaba arrastrar, donde comenzaron a hacerle señales con el pulgar hacia abajo, o formando "x" entre dos, intentando quitarle esa idea de la cabeza, su deber era protegerlo.
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
23/12/18, 11:38 pm
Varsai asistió a las presentaciones y clavó su mirada felina en Nime.
"Encantada Nime hija Salima, yo soy Zarpa hija Liara. Soy una transformada como vosotros pero la Luna me convirtió en un gran felino. No hace mucho estuve en tu tierra natal visitando la corte, si quieres hablar estaré encantada, así como de ayudarte en lo que necesites" le dijo con tranquilidad.
"No, no soy lo mismo que él" respondió Varsai echándole un vistazo al chico que mencionaban. Si tenía telepatía innata no era un licántropo, así de fácil. "Soy lo mismo que Rena, pero un animal distinto. Mi telepatía procede de un amuleto mágico" le explicó con tranquilidad.
Varsai se volvió hacia el chico que hablaba con campanillas en la voz. Había algo hipnótico en aquella voz pero el influjo se rompió cuando sintió el contacto de las manos del brujo pequeño contra su pelo. Un ronroneo surgió de la leoparda que movió la cola de forma rítmica.
"Rena, ¿recuerdas lo que dije de que no llamarlas peluche a otros transformados? Controla a este niño, ¿de acuerdo? Hay muchos transformados que al simple tacto pueden hacer cosas muy peligrosas. No quiero que le pase nada" esas palabras iban dirigidas sólo para la orden de así que sólo las oiría ella.
Se restregó contra el niño antes de separarse de él. "Salir de noche es peligroso, pero si queréis yo puedo acompañaros. Ya no hay nada que me impida protegeros".
"Encantada Nime hija Salima, yo soy Zarpa hija Liara. Soy una transformada como vosotros pero la Luna me convirtió en un gran felino. No hace mucho estuve en tu tierra natal visitando la corte, si quieres hablar estaré encantada, así como de ayudarte en lo que necesites" le dijo con tranquilidad.
"No, no soy lo mismo que él" respondió Varsai echándole un vistazo al chico que mencionaban. Si tenía telepatía innata no era un licántropo, así de fácil. "Soy lo mismo que Rena, pero un animal distinto. Mi telepatía procede de un amuleto mágico" le explicó con tranquilidad.
Varsai se volvió hacia el chico que hablaba con campanillas en la voz. Había algo hipnótico en aquella voz pero el influjo se rompió cuando sintió el contacto de las manos del brujo pequeño contra su pelo. Un ronroneo surgió de la leoparda que movió la cola de forma rítmica.
"Rena, ¿recuerdas lo que dije de que no llamarlas peluche a otros transformados? Controla a este niño, ¿de acuerdo? Hay muchos transformados que al simple tacto pueden hacer cosas muy peligrosas. No quiero que le pase nada" esas palabras iban dirigidas sólo para la orden de así que sólo las oiría ella.
Se restregó contra el niño antes de separarse de él. "Salir de noche es peligroso, pero si queréis yo puedo acompañaros. Ya no hay nada que me impida protegeros".
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
24/12/18, 01:09 am
Rena se echó a reír con ganas cuando vio la reacción de Nime ante Zarpa. Había merecido la pena que bajara ya solo por la expresión de la cría, ni se le había ocurrido que pudiese ser tan educada. La reacción de Guille ya no le gustó tanto. Incluso si la había presentado ella como alguien amigable no podía creer que el humano corriese a toquetearla tan alegremente. Lo agarró de la camiseta en cuanto lo tuvo a mano y casi lo levantó del suelo para apartarlo de la leopardo.
-Guille, no toques a la peña sin pedir permiso antes. A ver si te vas a quedar sin dedos un día de estos -le regañó. Le lanzó una mirada incómoda a Zarpa como disculpa.
La propuesta de Eitne le gustó y no a partes iguales, y había muchos factores influyendo en ello; Por un lado la voz del pequeño, de cuyo efecto aún no era totalmente conciente, luego el miedo a la ciudad de noche, atenuado por el recuerdo de la noche anterior y la influencia de la Luna Roja. Las reacciones de las manos raras de Guille dispararon más de una alarma,aunque si Zarpa se ofrecía a acompañarles correrían menos peligro.
-No sé, Eitne…
Como solía ser costumbre, buscó con la mirada a Milo y Rox para saber qué opinaban del asunto.
-Guille, no toques a la peña sin pedir permiso antes. A ver si te vas a quedar sin dedos un día de estos -le regañó. Le lanzó una mirada incómoda a Zarpa como disculpa.
La propuesta de Eitne le gustó y no a partes iguales, y había muchos factores influyendo en ello; Por un lado la voz del pequeño, de cuyo efecto aún no era totalmente conciente, luego el miedo a la ciudad de noche, atenuado por el recuerdo de la noche anterior y la influencia de la Luna Roja. Las reacciones de las manos raras de Guille dispararon más de una alarma,aunque si Zarpa se ofrecía a acompañarles correrían menos peligro.
-No sé, Eitne…
Como solía ser costumbre, buscó con la mirada a Milo y Rox para saber qué opinaban del asunto.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
24/12/18, 08:36 pm
La spriggan escucho silenciosamente la presentación de sus amigos...aun se le hacia raro llamarlos de esa forma realmente, atendiendo especialmente cuando Eitne sobre salir a pasear por la ciudad, algo que hizo que Pelusa le mirase no muy convencida en principio. Igual imaginaba que el niño se refería a hacerlo durante la noche, que era cuando podría andar sin ninguna dificultad o ayuda extra. Entendía su emoción porque salir, pero igualmente le parecía arriesgado cuando apenas llevaba un día de transformados y no podía casi controlar lo que hacían.
Pero su mayor preocupación y dolor de cabeza no fue eso exactamente , sino que fue ver a Guille acercarse como loco a Zarpa para acariciarla como si la transformada se tratase de algún tipo de mascota. Pelusa se tuvo que contener para no soltar una gruñido bajo de frustración y desespero. <<Definitivamente esas manos que no tiene unidas al cuerpo son mas prudentes que todo el niño en si >> pensó Pelusa con una ceja alzada al ver como estas intentaban atarlo al sofá en cuanto este menciono algo de salir también.
-Si por mi fuera...os diría de no salir, pero no es como si pudiera impedíroslo- dijo Pelusa mirando a los niños primero y luego a Rena que tampoco parecía del todo convencida y a Zarpa- Yo no iré, sigo mareada en el fondo...y ahora mismo soy totalmente inútil. Así que si al final de verdad salís, ser prudentes. Que estéis transformado no o eximes de algún peligro. Y nada de andar de locuras- advirtió Pelusa mirándolo con ojos estrechos especialmente a los mas pequeños- No me hagáis tener que obtener magia porque habéis salido y alguien os ha hecho algo malo por imprudentes, que ahora mismo poco puedo hacer...- añadió Pelusa severa, mirando a Rena que parecía aun pocos convencida- Creo que si vas tu Rena, con Milo o Rox...y Zarpa acepta acompañaros no creo que haya problemas...a unas malas puedes llevarlos atados con cuerdecita...sobretodo a ese de ahí- dijo señalando a Guille poco convencida de que le dejasen ir, tanto las manos como cualquiera de los demás. Lo cual realmente preferiría. Por lo demás era cosa de estos decidir. Ya que ella no saldría en si, quedaba a disposición de lo que el resto decidieran al final, que eran los que estarían a cargo.
Ella aprovecharía ese tiempo para conocer un poco mas su nuevo cuerpo y los limites que tenia, no iba a marearse mucho al respecto pero tampoco era algo que quisiera dejar pasar por mucho que aun la cabeza le diera vueltas.
Pero su mayor preocupación y dolor de cabeza no fue eso exactamente , sino que fue ver a Guille acercarse como loco a Zarpa para acariciarla como si la transformada se tratase de algún tipo de mascota. Pelusa se tuvo que contener para no soltar una gruñido bajo de frustración y desespero. <<Definitivamente esas manos que no tiene unidas al cuerpo son mas prudentes que todo el niño en si >> pensó Pelusa con una ceja alzada al ver como estas intentaban atarlo al sofá en cuanto este menciono algo de salir también.
-Si por mi fuera...os diría de no salir, pero no es como si pudiera impedíroslo- dijo Pelusa mirando a los niños primero y luego a Rena que tampoco parecía del todo convencida y a Zarpa- Yo no iré, sigo mareada en el fondo...y ahora mismo soy totalmente inútil. Así que si al final de verdad salís, ser prudentes. Que estéis transformado no o eximes de algún peligro. Y nada de andar de locuras- advirtió Pelusa mirándolo con ojos estrechos especialmente a los mas pequeños- No me hagáis tener que obtener magia porque habéis salido y alguien os ha hecho algo malo por imprudentes, que ahora mismo poco puedo hacer...- añadió Pelusa severa, mirando a Rena que parecía aun pocos convencida- Creo que si vas tu Rena, con Milo o Rox...y Zarpa acepta acompañaros no creo que haya problemas...a unas malas puedes llevarlos atados con cuerdecita...sobretodo a ese de ahí- dijo señalando a Guille poco convencida de que le dejasen ir, tanto las manos como cualquiera de los demás. Lo cual realmente preferiría. Por lo demás era cosa de estos decidir. Ya que ella no saldría en si, quedaba a disposición de lo que el resto decidieran al final, que eran los que estarían a cargo.
Ella aprovecharía ese tiempo para conocer un poco mas su nuevo cuerpo y los limites que tenia, no iba a marearse mucho al respecto pero tampoco era algo que quisiera dejar pasar por mucho que aun la cabeza le diera vueltas.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/12/18, 12:30 am
Nime estaba muy interesada en la recién llegada por su cultura, por lo que cuando presenció a Guille acariciarla se le quedó una cara de entre desconcierto y miedo. Por muy suave que pareciese, no se le pasaba por la cabeza hacerle aquello a un felino. Zarpa, por otro lado, no parecía molesta por el gesto de Guille. Nime aprovechó a responderle cuando Rena apartó al humano.
—Me encantaría hablar más veces contigo, muchas gracias —dijo con una cierta timidez que para cualquiera que la conociese resultaría extraña.
Eitne, entre tanto, había comentado que le gustaría salir a vivir su segundo cambio en plena calle. Los primeros pensamientos de Nime fueron alarmarse, imaginando las noches oscuras y frías de la ciudad, llenas de peligros. Luego recordó que la noche anterior habían salido, que la luz de la Luna permitía ver en las calles de noche y, sobre todo, que ya no estaban tan indefensos. Pero ella ni siquiera sabía cómo usar sus ráfagas de destrucción, o lo que fuera aquello. Por suerte Zarpa se ofreció a acompañarlos y eso la hizo terminar de decidirse. No había nada que temer, y se dispuso a ayudar a Eitne a convencer a quienes no parecían demasiado por la labor de dejarlos salir.
—¡No va a pasar nada! Y menos si viene Zarpa con nosotros. Seguro que Eitne se lo pasa muy bien teniendo espacio para correr —argumentó—. Y los demás podemos practicar las cosas que aprendimos de los libros, también.
Mientras los neotransformados hablaban en el interior de la sede, Archi y Kin se acercaban al edificio cargando un par de maletines metálicos. Venían de Serpentaria, donde les habían explicado que no se había presentado ningún irrense. Kin no podía evitar temerse lo peor, pero por lo que habían oído no se había presentado casi nadie todavía en Serpentaria y, o bien los neotransformados estaban en la sede, o todavía no habían abandonado sus refugios.
No necesitaba hablar con Archi para compartir sus preocupaciones, suponía. Era fácil imaginarse que podría no haber llegado ningún compatriota vivo a la Luna, y le ponía nervioso conocer el número exacto de los que habían sido cosechados. A veces preferiría no haber hablado con Ippon sobre aquello.
—Bueno, allá vamos —le dijo a Archi. Según atravesaron la puerta se empezaron a escuchar muchas voces armando barullo que provenían del salón; no solo eran más de lo habitual, sino desconocidas para él, que vivía allí.
Se le hacía difícil hablarle de repente a los nuevos. Con la remesa pasada se había limitado a convivir con ellos y solo hablarse si hacía falta para algo. Era la forma de convivir irrense, después de todo. Hizo de tripas corazón y se asomó al salón sin atravesar el marco de la puerta. Durante un instante no dijo nada, ya que estaba examinando rápidamente a la gente de la sala. Muchas transformaciones desconocidas, caras nuevas… y dos irrenses. No se detuvo en nadie demasiado para evitar ser descortés, pero no pudo evitar notar que incluso había niños que parecían demasiado pequeños para aquella ciudad. Obviamente no eran bebés, como los de Lara, pero le trajo malos recuerdos.
—Hola. —Su mirada se desvió hacia Zarpa y la saludó también con un movimiento de cabeza. Era la única persona conocida de la sala. Dio un paso adelante y se hizo a un lado para que Archi también pudiese entrar y ver lo mismo que él. La irrense había perdido el implante completo—. Perdón por interrumpir, pero queríamos ayudar y hemos traido algunas herramientas y tal para arreglar implantes irrenses. Supongo que ya conocéis la ley de no intervención, sentimos que no haya podido ser antes. —Al decir aquello miró a la irrense sin brazo. Él mismo se había pasado el final de la cosecha con solo un brazo, podía imaginarse por lo que había pasado y estaba seguro de que en esa misma situación le habría cabreado que sus compatriotas le hubiesen ignorado hasta entonces. El peso de la ley de no intervención no calaba en un día.
Su mirada también se desvió hacia el otro irrense. Ninguno parecía tener cambios físicos, así que no sabía si sus transformaciones afectaban a sus implantes de alguna forma como había sido su caso. Además había reconocido a Milo del video que le había enseñado su amigo en Irraria, y se sintió aliviado de saber que estaba bien. Quería hablarle, pero decidió esperar a ver cómo reaccionaban primero.
—Me encantaría hablar más veces contigo, muchas gracias —dijo con una cierta timidez que para cualquiera que la conociese resultaría extraña.
Eitne, entre tanto, había comentado que le gustaría salir a vivir su segundo cambio en plena calle. Los primeros pensamientos de Nime fueron alarmarse, imaginando las noches oscuras y frías de la ciudad, llenas de peligros. Luego recordó que la noche anterior habían salido, que la luz de la Luna permitía ver en las calles de noche y, sobre todo, que ya no estaban tan indefensos. Pero ella ni siquiera sabía cómo usar sus ráfagas de destrucción, o lo que fuera aquello. Por suerte Zarpa se ofreció a acompañarlos y eso la hizo terminar de decidirse. No había nada que temer, y se dispuso a ayudar a Eitne a convencer a quienes no parecían demasiado por la labor de dejarlos salir.
—¡No va a pasar nada! Y menos si viene Zarpa con nosotros. Seguro que Eitne se lo pasa muy bien teniendo espacio para correr —argumentó—. Y los demás podemos practicar las cosas que aprendimos de los libros, también.
* * * *
Mientras los neotransformados hablaban en el interior de la sede, Archi y Kin se acercaban al edificio cargando un par de maletines metálicos. Venían de Serpentaria, donde les habían explicado que no se había presentado ningún irrense. Kin no podía evitar temerse lo peor, pero por lo que habían oído no se había presentado casi nadie todavía en Serpentaria y, o bien los neotransformados estaban en la sede, o todavía no habían abandonado sus refugios.
No necesitaba hablar con Archi para compartir sus preocupaciones, suponía. Era fácil imaginarse que podría no haber llegado ningún compatriota vivo a la Luna, y le ponía nervioso conocer el número exacto de los que habían sido cosechados. A veces preferiría no haber hablado con Ippon sobre aquello.
—Bueno, allá vamos —le dijo a Archi. Según atravesaron la puerta se empezaron a escuchar muchas voces armando barullo que provenían del salón; no solo eran más de lo habitual, sino desconocidas para él, que vivía allí.
Se le hacía difícil hablarle de repente a los nuevos. Con la remesa pasada se había limitado a convivir con ellos y solo hablarse si hacía falta para algo. Era la forma de convivir irrense, después de todo. Hizo de tripas corazón y se asomó al salón sin atravesar el marco de la puerta. Durante un instante no dijo nada, ya que estaba examinando rápidamente a la gente de la sala. Muchas transformaciones desconocidas, caras nuevas… y dos irrenses. No se detuvo en nadie demasiado para evitar ser descortés, pero no pudo evitar notar que incluso había niños que parecían demasiado pequeños para aquella ciudad. Obviamente no eran bebés, como los de Lara, pero le trajo malos recuerdos.
—Hola. —Su mirada se desvió hacia Zarpa y la saludó también con un movimiento de cabeza. Era la única persona conocida de la sala. Dio un paso adelante y se hizo a un lado para que Archi también pudiese entrar y ver lo mismo que él. La irrense había perdido el implante completo—. Perdón por interrumpir, pero queríamos ayudar y hemos traido algunas herramientas y tal para arreglar implantes irrenses. Supongo que ya conocéis la ley de no intervención, sentimos que no haya podido ser antes. —Al decir aquello miró a la irrense sin brazo. Él mismo se había pasado el final de la cosecha con solo un brazo, podía imaginarse por lo que había pasado y estaba seguro de que en esa misma situación le habría cabreado que sus compatriotas le hubiesen ignorado hasta entonces. El peso de la ley de no intervención no calaba en un día.
Su mirada también se desvió hacia el otro irrense. Ninguno parecía tener cambios físicos, así que no sabía si sus transformaciones afectaban a sus implantes de alguna forma como había sido su caso. Además había reconocido a Milo del video que le había enseñado su amigo en Irraria, y se sintió aliviado de saber que estaba bien. Quería hablarle, pero decidió esperar a ver cómo reaccionaban primero.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/12/18, 03:13 am
Los enanos parecían realmente ilusionados con la salida. En cierto modo lo entendía; habían pasado meses aterrorizados por la ciudad y ahora de pronto tenían armas con las que defenderse y un montón de novedades a las que no habían tenido acceso como cosechados. Eitne además tenía el extra de poder correr de nuevo. Rena se preguntaba por qué Eitne recuperaba su pierna en su forma bestial y ella no. Al final cayó rendida ante el entusiasmo y los argumentos de mierda de sus amigos. Ella también quería salir, aunque no lo reconociera.
-Vale, supongo que si viene Zarpa podemos esquivar las zonas de más peligro. Pero nada de irse corriendo al primer bicho esponjoso con el que nos crucemos -advirtió, y señaló con un dedo acusador tanto a Eitne como a Guille.
Pensaba acabarse el bocadillo y prepararse de nuevo para salir. Pero entonces aparecieron los otros irrenses.
A Rena le dio un vuelvo el corazón. Los reconocía, más o menos. Estaban cambiados pero no tanto como para que no pudiera relacionar sus caras con los vídeos que había visto mil veces dando vueltas por internet. Eran Cio y Archi, los habína cosechado un par de años atrás pero le daba la impresión de que habían pasado veinte años desde que vio el primer vídeo con su amiga e hicieron bromas y comentarios y deseó en voz alta que a ella también se la llevaran. No había vuelto a saber de ellos y en el poco tiempo que llevaba transformada tampoco se había preguntado dónde estarían. Se sintió mal por ello. Ni siquiera le molestó la mención a la ley de no intervención.
-Hola -saludó de vuelta. Durante unos instantes se quedó muda, no sabía qué debía decir o cómo reaccionar. Tenía una sonrisa bailándole en los labios, de puro alivio, de emoción, de muchas cosas. No solo tenía delante a lo más parecido a celebridades que había conocido en su vida sino que ofrecían justo la ayuda que no podía darles nadie de allí, por mucha magia o poderes chulos que tuvieran -Joder, lo siento -rió incómoda -Nos venis del carajo, se me cayó brazo justo ayer cuando salió la Luna y ya pensé que iba a tener que quedarme manca hasta que pudiese volver a Irraria.
De pronto Rena cayó en la cuenta de la magnitud del problema que tenía. Que le volviesen a enchufar el brazo y le hiciesen un mantenimiento básico no iba a ser suficiente, sabía que en cuanto volviese a convertirse en oso le pasaría lo mismo que la noche anterior. Se mordió el labio inferior.
-Casi… que mejor os sentéis… y le vayáis echando un ojo aquí a mi colega. Yo voy a por mi brazo y ahora os explico.
-Vale, supongo que si viene Zarpa podemos esquivar las zonas de más peligro. Pero nada de irse corriendo al primer bicho esponjoso con el que nos crucemos -advirtió, y señaló con un dedo acusador tanto a Eitne como a Guille.
Pensaba acabarse el bocadillo y prepararse de nuevo para salir. Pero entonces aparecieron los otros irrenses.
A Rena le dio un vuelvo el corazón. Los reconocía, más o menos. Estaban cambiados pero no tanto como para que no pudiera relacionar sus caras con los vídeos que había visto mil veces dando vueltas por internet. Eran Cio y Archi, los habína cosechado un par de años atrás pero le daba la impresión de que habían pasado veinte años desde que vio el primer vídeo con su amiga e hicieron bromas y comentarios y deseó en voz alta que a ella también se la llevaran. No había vuelto a saber de ellos y en el poco tiempo que llevaba transformada tampoco se había preguntado dónde estarían. Se sintió mal por ello. Ni siquiera le molestó la mención a la ley de no intervención.
-Hola -saludó de vuelta. Durante unos instantes se quedó muda, no sabía qué debía decir o cómo reaccionar. Tenía una sonrisa bailándole en los labios, de puro alivio, de emoción, de muchas cosas. No solo tenía delante a lo más parecido a celebridades que había conocido en su vida sino que ofrecían justo la ayuda que no podía darles nadie de allí, por mucha magia o poderes chulos que tuvieran -Joder, lo siento -rió incómoda -Nos venis del carajo, se me cayó brazo justo ayer cuando salió la Luna y ya pensé que iba a tener que quedarme manca hasta que pudiese volver a Irraria.
De pronto Rena cayó en la cuenta de la magnitud del problema que tenía. Que le volviesen a enchufar el brazo y le hiciesen un mantenimiento básico no iba a ser suficiente, sabía que en cuanto volviese a convertirse en oso le pasaría lo mismo que la noche anterior. Se mordió el labio inferior.
-Casi… que mejor os sentéis… y le vayáis echando un ojo aquí a mi colega. Yo voy a por mi brazo y ahora os explico.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/12/18, 10:28 am
Mónica asintió despacio a lo que Abejonejo le había dicho.
—Sí-í. Creo. La verdad es que no entiendo bien qué hago o cómo —sacó uno de sus espejos y se puso a darle vueltas, para luego mirar al Cachorrillo—. Puedo meterme en ellos. Me quedé encerrada en uno cuando salió la Luna —frunció el ceño ante el recuerdo, y sin que se diera cuenta, solo por unos segundos, la imagen del espejo que sostenía onduló, pero no se vio nada claro en él. Hizo una pausa y luego sonrió, incómoda—. Fue confuso. También puedo mover imágenes, creo.
Se entretuvo un rato mirando al rubiales, que jugaba con su colección de manos, y riendo por lo bajo, al menos hasta que entró la osa (aunque ya no en forma «Kenai») acompañada de un leopardo que les habló en la mente. La chica ya no se sorprendió, el día estaba resultando de lo más extraordinario. Si hubiera entrado una patata cantando, Mon no habría ni parpadeado.
—Yo me llamo Mónica —respondió al saludo del animal.
Al comentar Cachorrillo lo de salir, Mon se acercó a Sinceridad para susurrarle que a ella le gustaría salir de nuevo, y que si se apuntaba… y en esas estaba cuando nuevas personas entraron a donde estaban ellos.
—Sí-í. Creo. La verdad es que no entiendo bien qué hago o cómo —sacó uno de sus espejos y se puso a darle vueltas, para luego mirar al Cachorrillo—. Puedo meterme en ellos. Me quedé encerrada en uno cuando salió la Luna —frunció el ceño ante el recuerdo, y sin que se diera cuenta, solo por unos segundos, la imagen del espejo que sostenía onduló, pero no se vio nada claro en él. Hizo una pausa y luego sonrió, incómoda—. Fue confuso. También puedo mover imágenes, creo.
Se entretuvo un rato mirando al rubiales, que jugaba con su colección de manos, y riendo por lo bajo, al menos hasta que entró la osa (aunque ya no en forma «Kenai») acompañada de un leopardo que les habló en la mente. La chica ya no se sorprendió, el día estaba resultando de lo más extraordinario. Si hubiera entrado una patata cantando, Mon no habría ni parpadeado.
—Yo me llamo Mónica —respondió al saludo del animal.
Al comentar Cachorrillo lo de salir, Mon se acercó a Sinceridad para susurrarle que a ella le gustaría salir de nuevo, y que si se apuntaba… y en esas estaba cuando nuevas personas entraron a donde estaban ellos.
- Los motes de los letarguinos… hasta que Mon se acostumbre a ellos:
- -Adru: ¿? (entre Abejonejo y Flash).
-Eitne: Cachorrillo.
-Neil: ¿? (barajando Grititos).
-Guille: ¿?
-Nime: ¿? (por ahora «con la que soñó Since»).
-Pam: ¿?
-Rena: ¿? (por ahora «OMG no me mates» o «Kenai»).
-Milo: ¿?
-Rox: ¿? (barajando Kpop).
-Zob: ¿?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/12/18, 05:09 pm
Adrune
—Hala, eso tiene que ser súper guay —le había dicho a Mónica cuando le explicó qué cosas podía hacer con los espejos—. Es como vivir una aventura ahí dentro. —Se agachó un poco para ver su reflejo en el pequeño espejo que sostenía la bruja. De pronto esbozó una sonrisa divertida—. ¿Puedes meter a otras personas dentro?
El gamusino miró a Zarpa de forma inquisitiva ante su respuesta acerca de la telepatía y los licántropos.
—Entonces… ¿Hay varios tipos de personas que se transforman en animales? Bueno, Eitne es un león de humo y solo se transforma por la noche, pero Eorlir parece como Rena…
La edeel no entendía el porqué de las diferencias y se disponía a buscarle algún sentido a su manera, pero la propuesta del daeliciano llamó poderosamente la atención tanto por sí misma como por la hipnótica voz de la bestia del crepúsculo. Además Neil también expresó su interés por salir. Se disponía a pedirle a Rena que les dejase ir que no pasaría nada, sobre todo si los acompañaba la licántropa leopardo, pero entonces otras personas entraron al salón. Eran irrenses, como Rena y Milo, aunque uno de ellos tenía cuernos distintos a los suyos y en un principio no lo había reconocido como tal. Le alegró oír que venían a ayudarles.
—¡Hola, soy Adru y Neil es mi aurva! Gracias por venir a ayudarles con sus brazos de metal.
Krono Rádem
El kairós cargaba con bastantes herramientas, ya que el estado de los implantes de los neotransformados podía ser altamente variable. Sabía que ambos solo llevaban el implante estándar, aunque el de aquel amigo común que Kin tenía con Ippon estaba modificado. Probablemente ello no afectase a las tareas de reparación que tendría que llevar a cabo previsiblemente aquel día, pero lo había tenido en cuenta por si acaso. Tras visitar la Torre Serpentaria se planteó la posibilidad de que ningún irrense hubiese sobrevivido, pero le alegró comprobar que no era así.
Dejó que Kin iniciase la conversación mientras observaba a aquel nutrido grupo de recién transformados. Había varias transformaciones que no distiguía, y aparentemente varios brujos. Su atención se centró en Rena, la irrense que les hablaba en ese momento y de la cual conocía su nombre gracias a la red de Irraria. Aunque de quien más se hablaba era de Remilo, el otro irrense, por tratarse de uno de los hackers más buscados del planeta. Cuando la chica se disculpó, el biomecánico desvió la mirada hacia el demonio raigaurum un instante, buscando una reacción que le indicase el motivo de ello. Asintió, en cambio, al ofrecimiento: si tal y como sospechaba la chica era algún tipo de cambiaformas la reparación de su brazo iba a resultar mucho más complicada que la de su compañero. La sinhadre efusiva se presentó entonces y el irrense le devolvió el saludo con un asentimiento de cabeza antes de volver su atención sobre sus compatriotas.
—Saludos. Yo soy Archime. O Krono Rádem si preferís: es mi nombre de negocios. —El ingeniero era consciente de que lo más probable era que ya conociesen su nombre irrense, pero quería que supiesen a quién buscar si necesitaban encontrar su clínica—. ¿Me permites que inspeccione tu brazo? —Le dijo a Remilo mientras comenzaba a sacar las herramientas básicas para empezar a trabajar.
—Hala, eso tiene que ser súper guay —le había dicho a Mónica cuando le explicó qué cosas podía hacer con los espejos—. Es como vivir una aventura ahí dentro. —Se agachó un poco para ver su reflejo en el pequeño espejo que sostenía la bruja. De pronto esbozó una sonrisa divertida—. ¿Puedes meter a otras personas dentro?
El gamusino miró a Zarpa de forma inquisitiva ante su respuesta acerca de la telepatía y los licántropos.
—Entonces… ¿Hay varios tipos de personas que se transforman en animales? Bueno, Eitne es un león de humo y solo se transforma por la noche, pero Eorlir parece como Rena…
La edeel no entendía el porqué de las diferencias y se disponía a buscarle algún sentido a su manera, pero la propuesta del daeliciano llamó poderosamente la atención tanto por sí misma como por la hipnótica voz de la bestia del crepúsculo. Además Neil también expresó su interés por salir. Se disponía a pedirle a Rena que les dejase ir que no pasaría nada, sobre todo si los acompañaba la licántropa leopardo, pero entonces otras personas entraron al salón. Eran irrenses, como Rena y Milo, aunque uno de ellos tenía cuernos distintos a los suyos y en un principio no lo había reconocido como tal. Le alegró oír que venían a ayudarles.
—¡Hola, soy Adru y Neil es mi aurva! Gracias por venir a ayudarles con sus brazos de metal.
Krono Rádem
El kairós cargaba con bastantes herramientas, ya que el estado de los implantes de los neotransformados podía ser altamente variable. Sabía que ambos solo llevaban el implante estándar, aunque el de aquel amigo común que Kin tenía con Ippon estaba modificado. Probablemente ello no afectase a las tareas de reparación que tendría que llevar a cabo previsiblemente aquel día, pero lo había tenido en cuenta por si acaso. Tras visitar la Torre Serpentaria se planteó la posibilidad de que ningún irrense hubiese sobrevivido, pero le alegró comprobar que no era así.
Dejó que Kin iniciase la conversación mientras observaba a aquel nutrido grupo de recién transformados. Había varias transformaciones que no distiguía, y aparentemente varios brujos. Su atención se centró en Rena, la irrense que les hablaba en ese momento y de la cual conocía su nombre gracias a la red de Irraria. Aunque de quien más se hablaba era de Remilo, el otro irrense, por tratarse de uno de los hackers más buscados del planeta. Cuando la chica se disculpó, el biomecánico desvió la mirada hacia el demonio raigaurum un instante, buscando una reacción que le indicase el motivo de ello. Asintió, en cambio, al ofrecimiento: si tal y como sospechaba la chica era algún tipo de cambiaformas la reparación de su brazo iba a resultar mucho más complicada que la de su compañero. La sinhadre efusiva se presentó entonces y el irrense le devolvió el saludo con un asentimiento de cabeza antes de volver su atención sobre sus compatriotas.
—Saludos. Yo soy Archime. O Krono Rádem si preferís: es mi nombre de negocios. —El ingeniero era consciente de que lo más probable era que ya conociesen su nombre irrense, pero quería que supiesen a quién buscar si necesitaban encontrar su clínica—. ¿Me permites que inspeccione tu brazo? —Le dijo a Remilo mientras comenzaba a sacar las herramientas básicas para empezar a trabajar.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
27/12/18, 09:09 pm
Milo enredó en la cocina un rato, curioseando la despensa y memorizando la disposición de todo para futuras expediciones culinarias. Le fascinaba lo nutrido que estaba la sede en cuanto a menaje de cocina después de haber vivido siete meses en un torreón medieval, pero lo más increíble era la cantidad de alimentos disponibles. Se le hacía la boca agua solo de pensar en las posibilidades, pero el rugido de su estómago le recordó a que había ido allí y se decantó por prepararse algo sencillo: un par de bocadillos de queso y aguacate con un poco de sal.
Una vez listos salió a la entrada del edificio, pues necesitaba tomar un poco el aire, y dio buena cuenta de ellos sentado en una piedra cerca de la puerta. Durante un rato observó la Luna Roja en el cielo con aire ausente, muy lejos de allí, pero acabó aburriéndose y decidió regresar al salón con los demás, topándose con la reunión con el leopardo blanco de improvisto. Durante unos instantes se tensó, pero enseguida se dio cuenta de que no podía ser un animal cualquiera por como se relacionaban con él sus compañeros y procedió a presentarse con una ligera sonrisa. Seguía chocándole lo fácil que era tratar con los ciudadanos ahora que la luna los había transformado, pero también comprendía que la ley de no intervención era un tema peliagudo. Que él mismo tuviera una guillotina colgando sobre el cuello por haberla roto al hacer un trato con Rutilante le volvía más predispuesto a entender a los rocavarancoleses que pedían disculpas por no haberse arriesgado a quebrantarla.
Tenia ciertos reparos a lo de la salida e intercambió miradas con Rox y Rena, pero si la veterana salía con ellos estarían relativamente seguros.
—Pero solo si no os alejáis demasiado, ¿de acuerdo? Yo voy a quedarme porque estoy algo cansado, pero me quedo mas tranquilo si permanecéis cerca. —aclaró, dejándose caer en un sofá libre mientras su bola de cobre rodaba y se elevaba hasta quedarse entre sus rodillas.
Antes de que se fueran, sin embargo, otras dos personas desconocidas hicieron su aparición. Esta vez eran compatriotas de la ursántropa y el brujo del cobre, sin embargo, y a ninguno de los dos les resultó difícil reconocerles. El hacker nunca había prestado demasiada atención a la cosecha anual, pues siempre había considerado que los problemas del planeta eran mucho más importantes que Rocavarancolia, pero Ippon le había hablado de su amigo cosechado, Cío, y también había leído sobre Archime, el famoso biomecánico que los rocavarancoleses se habían llevado a su “maravillosa” ciudad.
—Yo soy Milo, un placer. —se presentó con una leve sonrisa efectuando el saludo irrense por acto reflejo, agradecido de que se hubieran acercado a echarles una mano con sus implantes. El caso de Rena era el más preocupante, no obstante, pero accedió a que le echaran un ojo a su prótesis mientras la irrense iba a buscar la suya al cuarto.
Tendió su brazo izquierdo al biomecáncio cuando este se lo pidió y observó un rato en silencio. El norteño siempre había cuidado bien de su implante, y había intentado mantener ese hábito en la ciudad, aunque la falta de herramientas adecuadas se notaba y había leves signos de desgaste. A pesar de todo estaba en bastantes buenas condiciones, aunque le preocupaba una cosa.
—Últimamente ha dejado de funcionar durante periodos cortos a intervalos irregulares, pero desconozco el motivo. Hasta donde yo se no le he dado ningún mal golpe... —informó en un momento dado, observando alternativamente los cambios de los dos irrenses veteranos con la suficiente sutileza como para no resultar demasiado maleducado.
Una vez listos salió a la entrada del edificio, pues necesitaba tomar un poco el aire, y dio buena cuenta de ellos sentado en una piedra cerca de la puerta. Durante un rato observó la Luna Roja en el cielo con aire ausente, muy lejos de allí, pero acabó aburriéndose y decidió regresar al salón con los demás, topándose con la reunión con el leopardo blanco de improvisto. Durante unos instantes se tensó, pero enseguida se dio cuenta de que no podía ser un animal cualquiera por como se relacionaban con él sus compañeros y procedió a presentarse con una ligera sonrisa. Seguía chocándole lo fácil que era tratar con los ciudadanos ahora que la luna los había transformado, pero también comprendía que la ley de no intervención era un tema peliagudo. Que él mismo tuviera una guillotina colgando sobre el cuello por haberla roto al hacer un trato con Rutilante le volvía más predispuesto a entender a los rocavarancoleses que pedían disculpas por no haberse arriesgado a quebrantarla.
Tenia ciertos reparos a lo de la salida e intercambió miradas con Rox y Rena, pero si la veterana salía con ellos estarían relativamente seguros.
—Pero solo si no os alejáis demasiado, ¿de acuerdo? Yo voy a quedarme porque estoy algo cansado, pero me quedo mas tranquilo si permanecéis cerca. —aclaró, dejándose caer en un sofá libre mientras su bola de cobre rodaba y se elevaba hasta quedarse entre sus rodillas.
Antes de que se fueran, sin embargo, otras dos personas desconocidas hicieron su aparición. Esta vez eran compatriotas de la ursántropa y el brujo del cobre, sin embargo, y a ninguno de los dos les resultó difícil reconocerles. El hacker nunca había prestado demasiada atención a la cosecha anual, pues siempre había considerado que los problemas del planeta eran mucho más importantes que Rocavarancolia, pero Ippon le había hablado de su amigo cosechado, Cío, y también había leído sobre Archime, el famoso biomecánico que los rocavarancoleses se habían llevado a su “maravillosa” ciudad.
—Yo soy Milo, un placer. —se presentó con una leve sonrisa efectuando el saludo irrense por acto reflejo, agradecido de que se hubieran acercado a echarles una mano con sus implantes. El caso de Rena era el más preocupante, no obstante, pero accedió a que le echaran un ojo a su prótesis mientras la irrense iba a buscar la suya al cuarto.
Tendió su brazo izquierdo al biomecáncio cuando este se lo pidió y observó un rato en silencio. El norteño siempre había cuidado bien de su implante, y había intentado mantener ese hábito en la ciudad, aunque la falta de herramientas adecuadas se notaba y había leves signos de desgaste. A pesar de todo estaba en bastantes buenas condiciones, aunque le preocupaba una cosa.
—Últimamente ha dejado de funcionar durante periodos cortos a intervalos irregulares, pero desconozco el motivo. Hasta donde yo se no le he dado ningún mal golpe... —informó en un momento dado, observando alternativamente los cambios de los dos irrenses veteranos con la suficiente sutileza como para no resultar demasiado maleducado.
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