Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
+20
Lathspell
Bellota
Lops
Tak
Giniroryu
Yber
Merodeador
Seth
Aes
Zarket
Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
Poblo
Muffie
Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
12/12/18, 02:50 pm
Eitne trató de acercarse, pero una oscuridad más sólida que la suya propia la noche anterior se lo impidió. El niño, que había vivido en sus carnes lo difícil que era controlar algo así, no pensó que el coreano los rechazara. Al menos, no hasta que oyó lo que todos y descartó los problemas de monstruos principiantes. Se quedó patidifuso, con las palabras atropellándose entre sí en su cabeza. Quería saber por qué los temía, por qué los rechazaba, si los culpaba porque creía que le habían abandonado… Pero no tuvo tiempo de preguntar nada.
Las palabras de Rena lo helaron y bajó la mirada brevemente al vacío que se iniciaba en su rodilla.
—¡Oye! —saltó enseguida. Su exclamación fue oída por todos, pero sus siguientes palabras surgieron inusualmente tímidas y quedaron solo para sí mismo. El resto solo vería a Eitne mover la boca—: ¡No puedes decirle eso!
Eitne se apoyó en la mesa y dio un par de pasos hacia atrás. No le había gustado nada que usara su accidente como un arma arrojadiza. Era algo que solo le pertenecía a él y la bestia del crepúsculo jamás haría uso de ello. Quería dejar de verse y sentirse víctima, dejar de sentir que habían mutilado su estética y lo habían convertido en algo peor de lo que era, e iba por muy buen camino, pero resultaba dificil si el resto no hacía el mismo esfuerzo que él. El único culpable era un lagarto que probablemente murió ese mismo día.
Por suerte, mientras él se mordía las uñas y trataba de poner el foco en lo bueno de que Hyun siguiera vivo, Naeleth se encargó de arreglar lo que fuera que ocurriera en la mente del coreano. Pam ayudó a que Rena se calmara y a Eitne se le pasó el enfado en un santiamén, al fin y al cabo seguía bullendo de curiosidad por su nueva esencia y esa chispa de alegría electrica que traía la Luna Roja.
El daeliciano tenía una conversación pendiente con Hyun (una de muchas, esperaba), pero entendió que era mejor que descansara, igual que él mismo necesitó su espacio tras su accidente.
En su lugar se dirigió a la nublina:
—Muchas gracias por curarlo, Naeleth —su voz sonaría alta y clara para todos, un tañido inocente colmado de amabilidad y agradecimiento.
De haber estado en casa, la yaya le habría sacado pasteles y todos se habrían sentado a la mesa a comer, pero Rocavarancolia no tenía nada que ver y Eitne aún no sabía hacer pasteles tan bonitos como los de su abuela. También estaba el detalle de que se moría de impaciencia por buscar en los libros para ver qué podían hacer él y todos sus amigos. Ahora que sabía que Hyun estaba vivo y sano, solo existían motivos para estar contento.
Eitne se sentó en el sofá, esperando el momento en el que retomar la lectura no fuera incómodo.
Las palabras de Rena lo helaron y bajó la mirada brevemente al vacío que se iniciaba en su rodilla.
—¡Oye! —saltó enseguida. Su exclamación fue oída por todos, pero sus siguientes palabras surgieron inusualmente tímidas y quedaron solo para sí mismo. El resto solo vería a Eitne mover la boca—: ¡No puedes decirle eso!
Eitne se apoyó en la mesa y dio un par de pasos hacia atrás. No le había gustado nada que usara su accidente como un arma arrojadiza. Era algo que solo le pertenecía a él y la bestia del crepúsculo jamás haría uso de ello. Quería dejar de verse y sentirse víctima, dejar de sentir que habían mutilado su estética y lo habían convertido en algo peor de lo que era, e iba por muy buen camino, pero resultaba dificil si el resto no hacía el mismo esfuerzo que él. El único culpable era un lagarto que probablemente murió ese mismo día.
Por suerte, mientras él se mordía las uñas y trataba de poner el foco en lo bueno de que Hyun siguiera vivo, Naeleth se encargó de arreglar lo que fuera que ocurriera en la mente del coreano. Pam ayudó a que Rena se calmara y a Eitne se le pasó el enfado en un santiamén, al fin y al cabo seguía bullendo de curiosidad por su nueva esencia y esa chispa de alegría electrica que traía la Luna Roja.
El daeliciano tenía una conversación pendiente con Hyun (una de muchas, esperaba), pero entendió que era mejor que descansara, igual que él mismo necesitó su espacio tras su accidente.
En su lugar se dirigió a la nublina:
—Muchas gracias por curarlo, Naeleth —su voz sonaría alta y clara para todos, un tañido inocente colmado de amabilidad y agradecimiento.
De haber estado en casa, la yaya le habría sacado pasteles y todos se habrían sentado a la mesa a comer, pero Rocavarancolia no tenía nada que ver y Eitne aún no sabía hacer pasteles tan bonitos como los de su abuela. También estaba el detalle de que se moría de impaciencia por buscar en los libros para ver qué podían hacer él y todos sus amigos. Ahora que sabía que Hyun estaba vivo y sano, solo existían motivos para estar contento.
Eitne se sentó en el sofá, esperando el momento en el que retomar la lectura no fuera incómodo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
12/12/18, 11:44 pm
Milo se había dejado caer en un sillón vacío nada mas regresar de la biblioteca, exhausto tras la caminata, y había seguido manteniendo el mismo perfil bajo que gastaba desde que se habían encontrado con los fareros de camino a la Sede de los Taumaturgos. La bola de cobre que le seguía desde que la Luna había abierto los cielos de Rocavarancolia descansaba entre sus rodillas, brillante tras el paseo bajo el chaparrón, y aunque su superficie ondulaba de vez en cuando siguiendo patrones del todo aleatorios no dejaba de parecer un capricho demasiado pesado para cualquiera que no conociera el dominio del brujo recién transformado. Ni siquiera él, que había escuchado con atención todas las palabras de la bruja nublina, entendía el alcance del cambio que había experimentado, pero cedió su turno para consultar los libros al resto de sus compañero y se limitó a observar a los ocupantes del salón en silencio.
Sus pocas ganas de destacar frente a tantos desconocidos respondían en principio a un acto reflejo que arrastraba desde que en Irraria se había salido del sistema, pero a medida que se comentaban las capacidades mágicas de sus compañeros y todos teorizaban sobre las cosas de las que serían capaces el norteño se atrincheró aún mas tras su mutismo. No quería llamar la atención sobre el hecho de que era incapaz de ejecutar ningún hechizo a pesar de que en teoría su transformación se lo permitía, pues hacerlo plantearía preguntas que no quería ni debía responder por el bien de sus amigos. Había intentado lanzar alguno cuando nadie miraba, rogando estar equivocado, pero no había tenido éxito. Notaba como su reserva mágica crecía ante la proximidad de su dominio, aunque desconociera los entresijos del proceso, pero al mismo tiempo sentía como todo aquel caudal de poder se le escurría entre los dedos a una velocidad pareja. Rutilante lo había engañado vilmente aprovechándose de su desesperación, pero en el fondo el hacker sabía que habría actuado de igual manera aún sabiendo que había gato encerrado tras aquel trato. Había obtenido una cura para Rox, a fin de cuentas, y sentirse vacío y exhausto la mayor parte del tiempo era un precio más que aceptable a cambio de la vida de uno de sus compañeros.
A pesar de su situación no estaba demasiado preocupado por el futuro inmediato, pues sus compañeros parecían felices, y eso en cierto modo le restaba importancia a sus propios problemas. El entusiasmo en la hipnótica voz de Eitne, el rostro satisfecho y visiblemente masculino de Rox, la hiperactividad de Adru, el nerviosismo de Zob o el comportamiento inusual de la cera que ahora rodeaba a Neil hacían amena aquella extraña situación e incluso llegó a sentirse cómodo con tantos extraños presentes. No todo era risa y satisfacción, sin embargo, pues Nime se sentía decepcionada por haber perdido sus capacidades mágicas y Pelusa tuvo un rebote al leer acerca de su transformación. Fueron Rena y Naeleth las que se encargaron de tranquilizar un poco a la libense con sus comentarios, devolviéndole en parte la ilusión, y cuando Guille se acercó a la mona del queso se desató una escena entre enternecedora y desconcertante que tuvo que descolocar mucho los macieleros.
—Yo diría que más que amigos somos familia. —comentó en voz baja con una sonrisa torcida, solo para sus compañeros, uniéndose al abrazo grupal de rigor y riendo cuando la spriggan se revolvió agobiada.
Volvió a dejarse caer sobre el sillón, relajado, pero su tranquilidad no duró demasiado. La aparición de un nuevo individuo rodeado por una especie de sombra viscosa atrajo la atención del irrense por lo peculiar de lo que suponía era su transformación, y la escena que se desató a continuación le perturbó sobremanera. Reconocer al coreano perdido en aquella figura embozada fue como si le dieran una patada en el estómago, pues a pesar de que se alegraba muchísimo de verlo no podía evitar sentirse culpable por haberse rendido y haber dejado de buscarle. El irrense se levantó tan rápido que le sobrevino un mareo repentino y se quedó por detrás de sus compañeros, apoyado contra una mesita, pero su confusión se vio ahogada por la rabia tras las palabras del aura oscura. En el fondo era una vía de escape, una forma fácil de ignorar que era responsabilidad suya por haberlo perdido de vista en aquel bosque fantasmal, pero el estallido de la ursántropa se hizo eco en el brujo del cobre y su brazo mecánico empezó a chispear debido a su repentino cambio de humor mientras su bola de cobre burbujeaba a sus pies violentamente.
—Mierda. —maldijo para si, sujetándose el implante repentinamente inutilizado con la mano derecha sin dejar de fulminar a Hyun con la mirada. No era necesario añadir nada más, pues su compatriota había expresado contundentemente casi todo lo que él pensaba al respecto, pero la intervención de la bruja de la congelación del agua dio un giro de 180º a toda aquella situación.
«¿Que un conjuro ha envenenado su mente?» pensó, pálido ante la posibilidad de que llevara tanto tiempo hechizado. La explicación de Naeleth había extinguido su rabia por completo, pero aún quedaban rescoldos de decepción, y cuando todo acabó no pudo evitar mirar al coreano con ojos entristecidos. Estaba claro que aquel no era un buen momento para hablar de todo aquello, pero Rena se resistía a dejarlo estar y el chico empezó a temer un enfrentamiento. Por suerte Pelusa intervino, tranquilizándola, y con los cascabeles de su voz Eitne extendió su agradecimiento por la habitación como una suerte de bálsamo reparador.
—Gracias, si... —murmuró, dirigiéndose a la nublina con una sonrisa cansada.
Su “mascota” metálica había recuperado su aspecto habitual y reposaba a su lado en calma, completamente inmóvil, pero empezó a rodar tras él cuando se encaminó hacia la cocina con un gesto de disculpa dirigido a quien le estuviera prestando atención. Habían sido muchas cosas y necesitaba comer algo, así que decidió que era un buen momento para explorar la despensa y tal vez ignorar un rato aquel doloroso episodio de su corta vida como transformado.
Sus pocas ganas de destacar frente a tantos desconocidos respondían en principio a un acto reflejo que arrastraba desde que en Irraria se había salido del sistema, pero a medida que se comentaban las capacidades mágicas de sus compañeros y todos teorizaban sobre las cosas de las que serían capaces el norteño se atrincheró aún mas tras su mutismo. No quería llamar la atención sobre el hecho de que era incapaz de ejecutar ningún hechizo a pesar de que en teoría su transformación se lo permitía, pues hacerlo plantearía preguntas que no quería ni debía responder por el bien de sus amigos. Había intentado lanzar alguno cuando nadie miraba, rogando estar equivocado, pero no había tenido éxito. Notaba como su reserva mágica crecía ante la proximidad de su dominio, aunque desconociera los entresijos del proceso, pero al mismo tiempo sentía como todo aquel caudal de poder se le escurría entre los dedos a una velocidad pareja. Rutilante lo había engañado vilmente aprovechándose de su desesperación, pero en el fondo el hacker sabía que habría actuado de igual manera aún sabiendo que había gato encerrado tras aquel trato. Había obtenido una cura para Rox, a fin de cuentas, y sentirse vacío y exhausto la mayor parte del tiempo era un precio más que aceptable a cambio de la vida de uno de sus compañeros.
A pesar de su situación no estaba demasiado preocupado por el futuro inmediato, pues sus compañeros parecían felices, y eso en cierto modo le restaba importancia a sus propios problemas. El entusiasmo en la hipnótica voz de Eitne, el rostro satisfecho y visiblemente masculino de Rox, la hiperactividad de Adru, el nerviosismo de Zob o el comportamiento inusual de la cera que ahora rodeaba a Neil hacían amena aquella extraña situación e incluso llegó a sentirse cómodo con tantos extraños presentes. No todo era risa y satisfacción, sin embargo, pues Nime se sentía decepcionada por haber perdido sus capacidades mágicas y Pelusa tuvo un rebote al leer acerca de su transformación. Fueron Rena y Naeleth las que se encargaron de tranquilizar un poco a la libense con sus comentarios, devolviéndole en parte la ilusión, y cuando Guille se acercó a la mona del queso se desató una escena entre enternecedora y desconcertante que tuvo que descolocar mucho los macieleros.
—Yo diría que más que amigos somos familia. —comentó en voz baja con una sonrisa torcida, solo para sus compañeros, uniéndose al abrazo grupal de rigor y riendo cuando la spriggan se revolvió agobiada.
Volvió a dejarse caer sobre el sillón, relajado, pero su tranquilidad no duró demasiado. La aparición de un nuevo individuo rodeado por una especie de sombra viscosa atrajo la atención del irrense por lo peculiar de lo que suponía era su transformación, y la escena que se desató a continuación le perturbó sobremanera. Reconocer al coreano perdido en aquella figura embozada fue como si le dieran una patada en el estómago, pues a pesar de que se alegraba muchísimo de verlo no podía evitar sentirse culpable por haberse rendido y haber dejado de buscarle. El irrense se levantó tan rápido que le sobrevino un mareo repentino y se quedó por detrás de sus compañeros, apoyado contra una mesita, pero su confusión se vio ahogada por la rabia tras las palabras del aura oscura. En el fondo era una vía de escape, una forma fácil de ignorar que era responsabilidad suya por haberlo perdido de vista en aquel bosque fantasmal, pero el estallido de la ursántropa se hizo eco en el brujo del cobre y su brazo mecánico empezó a chispear debido a su repentino cambio de humor mientras su bola de cobre burbujeaba a sus pies violentamente.
—Mierda. —maldijo para si, sujetándose el implante repentinamente inutilizado con la mano derecha sin dejar de fulminar a Hyun con la mirada. No era necesario añadir nada más, pues su compatriota había expresado contundentemente casi todo lo que él pensaba al respecto, pero la intervención de la bruja de la congelación del agua dio un giro de 180º a toda aquella situación.
«¿Que un conjuro ha envenenado su mente?» pensó, pálido ante la posibilidad de que llevara tanto tiempo hechizado. La explicación de Naeleth había extinguido su rabia por completo, pero aún quedaban rescoldos de decepción, y cuando todo acabó no pudo evitar mirar al coreano con ojos entristecidos. Estaba claro que aquel no era un buen momento para hablar de todo aquello, pero Rena se resistía a dejarlo estar y el chico empezó a temer un enfrentamiento. Por suerte Pelusa intervino, tranquilizándola, y con los cascabeles de su voz Eitne extendió su agradecimiento por la habitación como una suerte de bálsamo reparador.
—Gracias, si... —murmuró, dirigiéndose a la nublina con una sonrisa cansada.
Su “mascota” metálica había recuperado su aspecto habitual y reposaba a su lado en calma, completamente inmóvil, pero empezó a rodar tras él cuando se encaminó hacia la cocina con un gesto de disculpa dirigido a quien le estuviera prestando atención. Habían sido muchas cosas y necesitaba comer algo, así que decidió que era un buen momento para explorar la despensa y tal vez ignorar un rato aquel doloroso episodio de su corta vida como transformado.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
13/12/18, 05:16 pm
Eriel asintió a las palabras de la bruja, agradecido por la ayuda prestada a Hyun. Respiró tranquilo cuando lo vio irse escaleras arriba con Tay.
Durante unos instantes, durante el estallido de Rena, el propio gárgola tuvo deseos de gritarle a su compañero de criba. La ira le infectó de una forma tan rápida y tan brutal que el nublino tubo que apoyarse en un mueble. No lo hizo adrede pero cuando pasó sus garras se habían quedado marcadas en la madera.
<<Tengo que aprender a controlar esto. O me va a dificultar la vida>> pensó tranquilizándose. Tendría que buscar en la biblioteca algún libro más especializado acerca de su transformación.
Por el momento quiso terminar de leer, así que recogió el libro y pasó las páginas en busca de las suyas. Algo sin embargo le llamó la atención. Un ser de piel negra y alas rojas. Se parecía increíblemente a Sox, y ciertamente había partes de la piel de su amigo que se habían vuelto negras.
Pidió permiso para llevarse el libro un rato prometiendo devolverlo a no mucho tardar. Subió las escaleras y picó en la puerta de su amigo.
-Sox, abre. Tengo algo que enseñarte - el nublino estaba contento por haber podido ayudar a alguien del grupo. No había leído nada del mortífero precio que conllevaba el cambio del carabés.
Durante unos instantes, durante el estallido de Rena, el propio gárgola tuvo deseos de gritarle a su compañero de criba. La ira le infectó de una forma tan rápida y tan brutal que el nublino tubo que apoyarse en un mueble. No lo hizo adrede pero cuando pasó sus garras se habían quedado marcadas en la madera.
<<Tengo que aprender a controlar esto. O me va a dificultar la vida>> pensó tranquilizándose. Tendría que buscar en la biblioteca algún libro más especializado acerca de su transformación.
Por el momento quiso terminar de leer, así que recogió el libro y pasó las páginas en busca de las suyas. Algo sin embargo le llamó la atención. Un ser de piel negra y alas rojas. Se parecía increíblemente a Sox, y ciertamente había partes de la piel de su amigo que se habían vuelto negras.
Pidió permiso para llevarse el libro un rato prometiendo devolverlo a no mucho tardar. Subió las escaleras y picó en la puerta de su amigo.
-Sox, abre. Tengo algo que enseñarte - el nublino estaba contento por haber podido ayudar a alguien del grupo. No había leído nada del mortífero precio que conllevaba el cambio del carabés.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
13/12/18, 06:03 pm
Cuando Naeleth se fue los ánimos ya se habían apaciguado un poco, aunque Adrune seguía inquieta. No solo por Hyun y la situación, si no también debido a que estaba ansiosa por retomar lo que estaban haciendo antes del reencuentro con el coreano. Quería saber cosas de su transformación, pero su libro lo tenía que compartir con algunos más de sus compañeros y en realidad también quería saber qué podía hacer Neil, que en aquel momento se encontraba leyendo sobre sí mismo.
—¿Qué dice, qué dice? ¿Ya has averiguado lo que puedes hacer? —Revoloteó alrededor de su aurva intentando mirar por encima de su hombro—. ¡Pasadme el libro donde salen los gamusinos cuando acabéis, porfa!
—¿Qué dice, qué dice? ¿Ya has averiguado lo que puedes hacer? —Revoloteó alrededor de su aurva intentando mirar por encima de su hombro—. ¡Pasadme el libro donde salen los gamusinos cuando acabéis, porfa!
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/12/18, 01:16 am
Rena aceptó a regañadientes que Hyun se fuera con el cola anillada. Tanto lo que decía Naeleth como Pelusa tenía sentido, no iba a servir de nada agobiar al coreano si tenía la cabeza hecha un lío por culpa de ese hechizo, sin embargo seguía enfadada, y ya no tenía muy claro por qué.
Naeleth se marchó y los grupos se dedicaron a los libros. Rena leyó por enésima vez la misma línea que había leído en sus consultas anteriores sobre su carencia de magia. Estaba muy harta, no podía concentrarse y no tenía ganas de saber sobre su transformación, a pesar de que era evidente que le hacía falta. Esta vez sí que se había dado cuenta de su cambio físico motivado por el cabreo y no había logrado cambiar a su forma original así que iba con hocico y garra de oso (lo que ademas le dificultaba pasar las páginas). Apartó el libro a un lado con un resoplido y se levantó de la silla.
-Me voy a pegarle a algo. Adru, ¿de dónde sacaste las armas antes?
Una vez tuvo su respuesta desapareció escaleras arriba.
La sala de entrenamiento estaba encima de sus dormitorios. Era una estancia enorme y bien iluminada, con suelos que alternaban madera y tatami y muñecos de entrenamientos decentes, nada que ver con los peleles cutres que usaban en el torreón para practicar. Eligió uno que ya estaba colocado al fondo de la sala y que parecía ser de los que menos posibilidades tenían de romperse y le dió un puñetazo. Dar puñetazos con las garras era muy complicado, se clavó las uñas en la mano y se hizo daño en los nudillos por haber dado mal el golpe. Rena gritó frustrada y soltó un zarpazo que partió al poner muñeco por la mitad.
-¡JODER! ¡MALDITO MUÑECO BLANDENGUE! ¡MIERDA DE TRASTO INUTIL!
Empezó a darle patadas al trozo de muñeco que se había caído al suelo. No siquiera era consciente de lo mucho que había aumentado su fuerza física, ella solo quería romper cosas y eso hacía. Cuando el muñeco quedó hecho astillas la tomó con otro que tenía cerca.
Naeleth se marchó y los grupos se dedicaron a los libros. Rena leyó por enésima vez la misma línea que había leído en sus consultas anteriores sobre su carencia de magia. Estaba muy harta, no podía concentrarse y no tenía ganas de saber sobre su transformación, a pesar de que era evidente que le hacía falta. Esta vez sí que se había dado cuenta de su cambio físico motivado por el cabreo y no había logrado cambiar a su forma original así que iba con hocico y garra de oso (lo que ademas le dificultaba pasar las páginas). Apartó el libro a un lado con un resoplido y se levantó de la silla.
-Me voy a pegarle a algo. Adru, ¿de dónde sacaste las armas antes?
Una vez tuvo su respuesta desapareció escaleras arriba.
La sala de entrenamiento estaba encima de sus dormitorios. Era una estancia enorme y bien iluminada, con suelos que alternaban madera y tatami y muñecos de entrenamientos decentes, nada que ver con los peleles cutres que usaban en el torreón para practicar. Eligió uno que ya estaba colocado al fondo de la sala y que parecía ser de los que menos posibilidades tenían de romperse y le dió un puñetazo. Dar puñetazos con las garras era muy complicado, se clavó las uñas en la mano y se hizo daño en los nudillos por haber dado mal el golpe. Rena gritó frustrada y soltó un zarpazo que partió al poner muñeco por la mitad.
-¡JODER! ¡MALDITO MUÑECO BLANDENGUE! ¡MIERDA DE TRASTO INUTIL!
Empezó a darle patadas al trozo de muñeco que se había caído al suelo. No siquiera era consciente de lo mucho que había aumentado su fuerza física, ella solo quería romper cosas y eso hacía. Cuando el muñeco quedó hecho astillas la tomó con otro que tenía cerca.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/12/18, 01:25 am
Varsai
Varsai escuchó un estruendo proveniente del piso inferior justo del suyo. Alarmada dejó un cuadro a medio hacer y salió de la habitación, desnuda.
Mientras bajaba las escaleras cambió de forma y entró a cuatro patas en la sala de entrenamiento. Se sentó a contemplar el destrozo provocado por una novata. Una novata que claramente era licántropa.
"¿Sabes? No creo que esos muñecos tengan la culpa de lo que te haya pasado" dijo en su mente aún sentada sobre sus cuartos traseros.
"Quizá yo pueda ayudarte a que te desahogues. O al menos a volver a tu forma inicial" le ofreció a la chica.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/18, 12:49 am
Nime no tuvo tiempo de alegrarse por la reacción positiva de Pelusa –por otro lado, muy suya– antes de que se desatase el caos. No había reconocido al chico tapado porque ni siquiera reparó demasiado en él. No le importaba cuántos fuesen en el otro grupo, hasta que el de la cola enorme mencionó su nombre. La niña sintió que palidecía al darse cuenta de que no se había acordado de preguntar a aquellos chicos por Hyun, pero enseguida desapareció aquel sentimiento de culpa al darse cuenta de que habían tenido razón en buscarlo todo aquel tiempo. Que había esperanza, como le había pasado a los otros con Ina y Eorlir.
Apenas se había unido a quienes rodearon al chico y su nueva aura viscosa berreando su nombre con una gran sonrisa acuando se llevó el segundo gran chasco de ese día. Se paró en seco al escuchar las palabras del coreano y su sonrisa desapareció. «¿De qué habla?» se preguntó con desconcierto. Y se enfadó. No entendía a qué venía todo aquello, cuando antes de marcharse quienes tenían motivos para estar enfadados con él eran los niños.
Pero su enfado no llegó a hacerse visible para los demás porque la reacción repentina de Rena intimidó a Nime hasta el punto de limitarse a abrir mucho los ojos y apartarse de su camino. Fue una suerte que todo pudiese solucionarse gracias a los trucos de Naeleth. No sabía bien de qué hablaba la bruja, pero había decidido que se podía confiar en ella, y si arreglaba a Hyun era mucho mejor que dejarlo como estaba.
El problema era que tras eso la niña se quedó pensando en aquellas trampas de la ciudad y en cómo podía evitarlas como transformada si seguía sin poder detectarlas. Por un momento se imaginó repudiando a sus compañeros como el coreano y sintió un escalofrío.
—Ojalá Hyun se ponga bien pronto —dijo cuando todo hubo pasado y Naeleth se había marchado, tratando de romper el hielo. Se había quedado cerca de los otros niños y había hablado principalmente para ellos. Rena se había marchado con muy malas pulgas, pero al haberse calmado las cosas podían retomar la lectura o seguir explorando su nuevo hogar. Y eso hicieron.
Nime estuvo ojeando las transformaciones de los demás mirando por encima del hombro mientras leían. Ya no sabía dónde andaba el libro que explicaba la suya, pero tendría que esperar para acabar de leerlo todo en otro momento. Las cosas que podían hacer los demás también le interesaban mucho, e incluso cuando veía transformaciones del bestiario que no pertenecían a nadie se quedaba mirando, asombrada por la cantidad de cosas mágicas que podían hacer los transformados.
Apenas se había unido a quienes rodearon al chico y su nueva aura viscosa berreando su nombre con una gran sonrisa acuando se llevó el segundo gran chasco de ese día. Se paró en seco al escuchar las palabras del coreano y su sonrisa desapareció. «¿De qué habla?» se preguntó con desconcierto. Y se enfadó. No entendía a qué venía todo aquello, cuando antes de marcharse quienes tenían motivos para estar enfadados con él eran los niños.
Pero su enfado no llegó a hacerse visible para los demás porque la reacción repentina de Rena intimidó a Nime hasta el punto de limitarse a abrir mucho los ojos y apartarse de su camino. Fue una suerte que todo pudiese solucionarse gracias a los trucos de Naeleth. No sabía bien de qué hablaba la bruja, pero había decidido que se podía confiar en ella, y si arreglaba a Hyun era mucho mejor que dejarlo como estaba.
El problema era que tras eso la niña se quedó pensando en aquellas trampas de la ciudad y en cómo podía evitarlas como transformada si seguía sin poder detectarlas. Por un momento se imaginó repudiando a sus compañeros como el coreano y sintió un escalofrío.
—Ojalá Hyun se ponga bien pronto —dijo cuando todo hubo pasado y Naeleth se había marchado, tratando de romper el hielo. Se había quedado cerca de los otros niños y había hablado principalmente para ellos. Rena se había marchado con muy malas pulgas, pero al haberse calmado las cosas podían retomar la lectura o seguir explorando su nuevo hogar. Y eso hicieron.
Nime estuvo ojeando las transformaciones de los demás mirando por encima del hombro mientras leían. Ya no sabía dónde andaba el libro que explicaba la suya, pero tendría que esperar para acabar de leerlo todo en otro momento. Las cosas que podían hacer los demás también le interesaban mucho, e incluso cuando veía transformaciones del bestiario que no pertenecían a nadie se quedaba mirando, asombrada por la cantidad de cosas mágicas que podían hacer los transformados.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/18, 04:48 am
Aquella habitación todavía se le hacía extraña. Estaba a punto de salir él mismo cuando oyó la familiar voz al otro lado de la puerta. Sox portaba las ojeras profundas de haber dormido fuera de hora, o tal vez era sólo el cambio el que le difuminaba de inicios de gris oscuro el borde inferior de los párpados. Era consciente en sus entrañas de que cada minuto transcurrido desde la salida de la Luna le estaba cambiando lentamente pero había evitado a propósito buscar un espejo. El peso innegable a su espalda y el haberse dado cuenta de que el negro estaba ascendiendo por sus nudillos era suficiente que asimilar por ahora.
La nueva envergadura de su amigo ahora ocupaba todo el umbral. La piel del nublino seguía siendo gris, pero la consistencia pétrea también ofrecía un contraste notable a la imagen que Sox había completado en su mente sin querer antes de abrir.
—Di —dijo, relajando la tensión momentánea en el entrecejo al reconocerlo. Detectó el libro con el que cargaba su compañero con cierta sorpresa—. ¿Habéis ido a la biblioteca esa ya?
Había vuelto a fruncir el ceño con una mezcla de incredulidad y de pregunta no pronunciada. ¿Y no había pasado nada? ¿No había muerto nadie por el camino ni se había derrumbado nada? Parecía contraintuitivo, pero la expresión del nublino no mentía.
La nueva envergadura de su amigo ahora ocupaba todo el umbral. La piel del nublino seguía siendo gris, pero la consistencia pétrea también ofrecía un contraste notable a la imagen que Sox había completado en su mente sin querer antes de abrir.
—Di —dijo, relajando la tensión momentánea en el entrecejo al reconocerlo. Detectó el libro con el que cargaba su compañero con cierta sorpresa—. ¿Habéis ido a la biblioteca esa ya?
Había vuelto a fruncir el ceño con una mezcla de incredulidad y de pregunta no pronunciada. ¿Y no había pasado nada? ¿No había muerto nadie por el camino ni se había derrumbado nada? Parecía contraintuitivo, pero la expresión del nublino no mentía.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
16/12/18, 06:39 pm
-Sí - respondió a toda prisa.- Bueno, no. Nosotros no hemos ido, aunque Barael sí.
Sabiendo que aquello debía ser confuso para su amigo procedió a explicarse.
-Verás, resulta que había gente en otro torreón parecido al nuestro. Parecen majos - le dijo.- Y adivina qué, Inna y Eorlir estaban con ellos. Están bien - le soltó con una sonrisa de oreja a oreja.
-También nos hemos reunido con Mónica y los demás, al parecer a Fahran la ha secuestrado un ciudadano cuando salió la Luna - continuó explicando.- Aunque Lebra no lo ha conseguido.
-Pero, la cosa es que la gente del otro grupo fueron a la biblioteca esa, y han traído libros para todos - dijo aún sonriente.- Y creo que te he encontrado a ti en las páginas de este libro.
Buscó rápidamente la página y le enseñó la ilustración al carabés.
Sabiendo que aquello debía ser confuso para su amigo procedió a explicarse.
-Verás, resulta que había gente en otro torreón parecido al nuestro. Parecen majos - le dijo.- Y adivina qué, Inna y Eorlir estaban con ellos. Están bien - le soltó con una sonrisa de oreja a oreja.
-También nos hemos reunido con Mónica y los demás, al parecer a Fahran la ha secuestrado un ciudadano cuando salió la Luna - continuó explicando.- Aunque Lebra no lo ha conseguido.
-Pero, la cosa es que la gente del otro grupo fueron a la biblioteca esa, y han traído libros para todos - dijo aún sonriente.- Y creo que te he encontrado a ti en las páginas de este libro.
Buscó rápidamente la página y le enseñó la ilustración al carabés.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
16/12/18, 07:20 pm
Pelusa no dijo ya nada sobre Hyun, tenía una limite de cuanto podía fingir que alguien le importaba realmente y por suerte Naeleth tomo el relevo para intentar terminar de calamar a Rena, o que al menos esta decidiera dejarlo ir junto a Tayron porque visiblemente calmada no estaba. Las emociones fuertes aprecian trabajar con su trasformación ¿o tal vez simplemente era no saber controlarlo? Bien podría estar ligado...pues cuando Rena se exaltaba su cuerpo empezaba a sufrir los cambios a esa enorme osa. <<Al menos aun mantiene la razón cuando esta así o acercarme como me acerque podría haber sido un suicidio >> pensó la mona del queso viendo a Rena marcharse de la sala, no mucho antes que la propia Naeleth, dejándolos al fin solos en la salas intentando recuperar el ambiente anterior a la aparición de Hyun.
La mona del queso recorrió la sala con la mirada, Adru había recuperaba su actividad y rodeaba a Neil en busca de saber como iba su trasformación de la que aun no sabia demasiado su funcionamiento, Milo se había perdido en algún lugar de la cocina por lo que había podido ver, Eitne estaba ahí sentadito en el sofá como esperando que un campanita sonara al ritmo de su voz para volver al ambiente anterior... La mona del queso suspiro profundamente mientras iba a tomar asiento. <<Ese tipo, causando estragos ya sea que desaparezca de la faz de este mundo, como si aparece...>> pensó la niña, recordando ahora, en la frialdad del momento, las palabras de Naeleth. No sobre el estado del humano en si, sino el trasfondo de sus palabras...hablo de trampas, hablo de mentalismo en algún momento y ahora que Pelusa podía pararse a pensar calmadamente sobre eso, frunció un poco el ceño.
<<Mentalismo...¿que es exactamente? Hizo algo para cambiar lo que el hechizo metió dentro de su dura mollera, ¿significa que puedes manipular la mente ajena?¿saber lo que piensa? ¿comunicarte a travez de la mente como hacia Eorlir? ¿O son cosas diferentes?>> no era un poder que le agradase demasiado, al menos las primeras opciones no le agradaban. Naeleth en principio parecía inofensiva, y había entrado en la mente de Hyun con fines de ayudar. Pero Pelusa no era igual de confiada en lo que otros podrían hacer y ella tenia bastante que esconder en ese aspecto.
Su mente era un templo, el lugar donde podía pensar lo que quisiera de cualquiera sin miedo a ser juzgada o a que le manipularan de algún modo. <<No tengo idea si hay formas de protegerse ante eso...pero una vez descubra como va exactamente eso de ser Spriggan investigare sobre el tema. No soy estúpida...si mas de alguno aquí supiera lo que he llegado a pensar sobre ellos, no me tendrían el mismo aprecio >> pensó Pelusa con simplicidad.
<<Dañar a otros física o psicologicamente con el fin de proteger a alguien que aprecias, estimas so por quien sientes lealtad ¿eh?>> recordó Pelusa las palabras del libro que el chico gárgola se había llevado consigo. No se veía como algo realmente tan sencillo de hacer, no por la parte de defender o cuidar, que de algún modo era una emoción que sentía sin mas junto con el deseo de provocar el mismo daño que sus amigos en este caos recibieran, sino por la parte en si de dañar como tal. <<Físicamente ahora mismo no me siento capaz de dañar ni a un mosquito, incluso si el mareo menguo un poco aun lo siento al fondo de mi cabeza, martilleandome cada vez que alguien se mueve demasiado, esta el hecho de que sigo siendo una canija...incluso ahora parezco un poco mas musculosa que antes, creo. ¿Ponía algo de tener mas fuerza física y todo eso, no?... uff, tengo que probarlo para a asegurarme...igual , bueno, también esta el daño psicologico....tch, voy a tener que volverme de lengua aun mas afilada de lo normal y dejar un poco de lado las buenas formas o no habrá manera, porque no si puedo provocar mucho miedo que se diga >>, pensó la mona del queso sentada casi sin moverse sobre el sofa abrazando sus rodillas y con la barbilla sobre estas mirando a ningún lugar en particular, quieta y silenciosa como una muñeca.
<<Son bastantes cosas que ver como funciona...y también que hacer con estas cosas >> pensó Pam llevando una de sus manos hacia atrás para tocar el extremo inferior de las alas que plegadas y caídas como estaban, rozando el sofá tras ellas, no podían verse realmente como lucían abiertas. Pues igual ni siquiera sabia que se hacia, ni lo había intentado aun. También estaba el hecho de verse bastante frágiles ¿podrían con su peso tan siquiera? <<¡Ah! Se supone que debería poder volar con ellas? Pero...¿como demonios consigo volar si a la mínima que hay corrientes de aire las antenas me destruyen la existencia? >> pensó con el ceño fruncido ante ese singular problema.
<<Hasta que mínimo, la información que las antenas reciben no me den mareos ni dolores de cabeza, y sepa que me esta intentando transmitir sin que todo sea un caos absoluto... volar está descartado en principio. Lo que si estaría bien es aprender a desplegar estas cosas y ver como funciona este nuevo cuerpo, esta noche me pondré a ello...porque con la magia...no me queda mas remedio que esperar y ver que ocurre, a ver si consigo ver exactamente como funciona esto del precio>> pensó Pelusa de forma bastante calmada ahora, pero también ansiosa y algo emocionada, analizando los pros y contra y viendo cual era el camino mas sencillo para ella.
Tenia bastante cosas en las que pensar y bastante cosas que hacer, todo eso mientras mantenía una oído y un ojo de nuevo pendiente de los demás y de lo que lograban descubrir sobre sus trasformación. Prefirió centrarse en esos ultimo por el momento, lo demás tenia ya planteado sus principales puntos con los que lidiar por lo que nos e complicaría mas al respecto.
-¿Habéis descubierto algo mas sobre como funcionan vuestra trasformaciones? -pregunto Pelusa en ese momento a sus compañeros viendo que Adru aun parecía confundida sobre el y Eitne igualmente. También estaba enormemente perdida sobre que ocurría con Rox- Estaría bien saber como va a eso de que a Milo le acompañe una bola de cobre o que tu no pares de coger velas ¿imagino podéis hacer magia, no? ...¿Y como va exactamente lo tuyo, Rox? Digo es evidente cambiaste a como eras cuando llegamos, pero lo de mas ¿Descubriste algo mas en los libros?...– dijo Pelusa interesada en ellos ahora que había puesto en orden en sus cabeza lo que haría ya luego en al tranquilidad de su nueva habitación. Era objetiva y teniendo ya una planteamiento, no iba a obsesionarse demasiado por el proceso de ejecución. Simplemente lo haría y ya.
La mona del queso recorrió la sala con la mirada, Adru había recuperaba su actividad y rodeaba a Neil en busca de saber como iba su trasformación de la que aun no sabia demasiado su funcionamiento, Milo se había perdido en algún lugar de la cocina por lo que había podido ver, Eitne estaba ahí sentadito en el sofá como esperando que un campanita sonara al ritmo de su voz para volver al ambiente anterior... La mona del queso suspiro profundamente mientras iba a tomar asiento. <<Ese tipo, causando estragos ya sea que desaparezca de la faz de este mundo, como si aparece...>> pensó la niña, recordando ahora, en la frialdad del momento, las palabras de Naeleth. No sobre el estado del humano en si, sino el trasfondo de sus palabras...hablo de trampas, hablo de mentalismo en algún momento y ahora que Pelusa podía pararse a pensar calmadamente sobre eso, frunció un poco el ceño.
<<Mentalismo...¿que es exactamente? Hizo algo para cambiar lo que el hechizo metió dentro de su dura mollera, ¿significa que puedes manipular la mente ajena?¿saber lo que piensa? ¿comunicarte a travez de la mente como hacia Eorlir? ¿O son cosas diferentes?>> no era un poder que le agradase demasiado, al menos las primeras opciones no le agradaban. Naeleth en principio parecía inofensiva, y había entrado en la mente de Hyun con fines de ayudar. Pero Pelusa no era igual de confiada en lo que otros podrían hacer y ella tenia bastante que esconder en ese aspecto.
Su mente era un templo, el lugar donde podía pensar lo que quisiera de cualquiera sin miedo a ser juzgada o a que le manipularan de algún modo. <<No tengo idea si hay formas de protegerse ante eso...pero una vez descubra como va exactamente eso de ser Spriggan investigare sobre el tema. No soy estúpida...si mas de alguno aquí supiera lo que he llegado a pensar sobre ellos, no me tendrían el mismo aprecio >> pensó Pelusa con simplicidad.
<<Dañar a otros física o psicologicamente con el fin de proteger a alguien que aprecias, estimas so por quien sientes lealtad ¿eh?>> recordó Pelusa las palabras del libro que el chico gárgola se había llevado consigo. No se veía como algo realmente tan sencillo de hacer, no por la parte de defender o cuidar, que de algún modo era una emoción que sentía sin mas junto con el deseo de provocar el mismo daño que sus amigos en este caos recibieran, sino por la parte en si de dañar como tal. <<Físicamente ahora mismo no me siento capaz de dañar ni a un mosquito, incluso si el mareo menguo un poco aun lo siento al fondo de mi cabeza, martilleandome cada vez que alguien se mueve demasiado, esta el hecho de que sigo siendo una canija...incluso ahora parezco un poco mas musculosa que antes, creo. ¿Ponía algo de tener mas fuerza física y todo eso, no?... uff, tengo que probarlo para a asegurarme...igual , bueno, también esta el daño psicologico....tch, voy a tener que volverme de lengua aun mas afilada de lo normal y dejar un poco de lado las buenas formas o no habrá manera, porque no si puedo provocar mucho miedo que se diga >>, pensó la mona del queso sentada casi sin moverse sobre el sofa abrazando sus rodillas y con la barbilla sobre estas mirando a ningún lugar en particular, quieta y silenciosa como una muñeca.
<<Son bastantes cosas que ver como funciona...y también que hacer con estas cosas >> pensó Pam llevando una de sus manos hacia atrás para tocar el extremo inferior de las alas que plegadas y caídas como estaban, rozando el sofá tras ellas, no podían verse realmente como lucían abiertas. Pues igual ni siquiera sabia que se hacia, ni lo había intentado aun. También estaba el hecho de verse bastante frágiles ¿podrían con su peso tan siquiera? <<¡Ah! Se supone que debería poder volar con ellas? Pero...¿como demonios consigo volar si a la mínima que hay corrientes de aire las antenas me destruyen la existencia? >> pensó con el ceño fruncido ante ese singular problema.
<<Hasta que mínimo, la información que las antenas reciben no me den mareos ni dolores de cabeza, y sepa que me esta intentando transmitir sin que todo sea un caos absoluto... volar está descartado en principio. Lo que si estaría bien es aprender a desplegar estas cosas y ver como funciona este nuevo cuerpo, esta noche me pondré a ello...porque con la magia...no me queda mas remedio que esperar y ver que ocurre, a ver si consigo ver exactamente como funciona esto del precio>> pensó Pelusa de forma bastante calmada ahora, pero también ansiosa y algo emocionada, analizando los pros y contra y viendo cual era el camino mas sencillo para ella.
Tenia bastante cosas en las que pensar y bastante cosas que hacer, todo eso mientras mantenía una oído y un ojo de nuevo pendiente de los demás y de lo que lograban descubrir sobre sus trasformación. Prefirió centrarse en esos ultimo por el momento, lo demás tenia ya planteado sus principales puntos con los que lidiar por lo que nos e complicaría mas al respecto.
-¿Habéis descubierto algo mas sobre como funcionan vuestra trasformaciones? -pregunto Pelusa en ese momento a sus compañeros viendo que Adru aun parecía confundida sobre el y Eitne igualmente. También estaba enormemente perdida sobre que ocurría con Rox- Estaría bien saber como va a eso de que a Milo le acompañe una bola de cobre o que tu no pares de coger velas ¿imagino podéis hacer magia, no? ...¿Y como va exactamente lo tuyo, Rox? Digo es evidente cambiaste a como eras cuando llegamos, pero lo de mas ¿Descubriste algo mas en los libros?...– dijo Pelusa interesada en ellos ahora que había puesto en orden en sus cabeza lo que haría ya luego en al tranquilidad de su nueva habitación. Era objetiva y teniendo ya una planteamiento, no iba a obsesionarse demasiado por el proceso de ejecución. Simplemente lo haría y ya.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 12:11 am
Rena se sobresaltó cuando oyó la voz extraña en su cabeza y se giró hacia ella con la garra lista. Desde luego no esperaba encontrarse una especie de peluche gigante mirándola fijamente. Retrocedió un par de pasos, desconfiada.
-Mejor ellos que cualquier otro -gruñó. No tenía muy claro si esa era la forma de comunicarse con el peluche telepático o si era ese peluche quien le estaba hablando realmente.
Miró el destrozo que había formado y se sintió avergonzada. Acababa de llegar al refugio y ya había causado problemas. Apartó un trozo de madera con el pie y suspiró.
-Lo siento. Ahora limpio todo.
Al bajársele los humos también se revertió su transformación parcial. Esta vez su camiseta se había desgarrado al ensanchársele la espalda, por lo que iba a tener que cambiarse de nuevo. Definitivamente era un día de mierda.
-Mira, al final no me vas a tener que ayudar con lo de destransformarme… -comentó con una risa amarga.
Empezó a recoger trozos de muñeco del suelo, algo realmente engorroso teniendo en cuenta que solo tenía un brazo, y de pronto algo hizo click en su cabeza y paró en seco.
-¿Eres como yo? -preguntó mirando al peluche a los ojos.
No estaba segura, pero mientras buscaba su propia transformación habia pasado por muchas variaciones con distintos animales, la mayoría grandes y peludos.
-Mejor ellos que cualquier otro -gruñó. No tenía muy claro si esa era la forma de comunicarse con el peluche telepático o si era ese peluche quien le estaba hablando realmente.
Miró el destrozo que había formado y se sintió avergonzada. Acababa de llegar al refugio y ya había causado problemas. Apartó un trozo de madera con el pie y suspiró.
-Lo siento. Ahora limpio todo.
Al bajársele los humos también se revertió su transformación parcial. Esta vez su camiseta se había desgarrado al ensanchársele la espalda, por lo que iba a tener que cambiarse de nuevo. Definitivamente era un día de mierda.
-Mira, al final no me vas a tener que ayudar con lo de destransformarme… -comentó con una risa amarga.
Empezó a recoger trozos de muñeco del suelo, algo realmente engorroso teniendo en cuenta que solo tenía un brazo, y de pronto algo hizo click en su cabeza y paró en seco.
-¿Eres como yo? -preguntó mirando al peluche a los ojos.
No estaba segura, pero mientras buscaba su propia transformación habia pasado por muchas variaciones con distintos animales, la mayoría grandes y peludos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 12:28 am
"Estoy de acuerdo con eso" dijo en la mente de Rena mientras se acercaba para contemplar el destrozo. "Es difícil controlar tus instintos animales, sobre todo al principio" le explicó sentándose cerca. "Pero se Puede".
"Soy una licántropa si es a lo que te refieres" para demostrarlo la niña cambió de forma parcialmente, mostrando una forma más varmana pero sin llegar a perder todo el pelaje. "Pero no somos el mismo animal. No tienes garras de felino".
"No te molestes en recoger eso" le comentó cuando la vio intentarlo. "Ya lo reparará alguien con magia. Raro es el día que no se rompa algo cuando se entrena" explicó volviendo a su forma animal completa.
"¿Te ha dicho alguien lo que eres?" preguntó curiosa devolviendo la mirada de la irrense. Le faltaba un brazo, el metálico. Claramente no era compatible con el cambio de forma, pero Varsai no se había parado a pensarlo.
"Me llamo Zarpa. Mucho gusto" se presentó haciendo sonar su voz en la cabeza de la otra chica.
"Soy una licántropa si es a lo que te refieres" para demostrarlo la niña cambió de forma parcialmente, mostrando una forma más varmana pero sin llegar a perder todo el pelaje. "Pero no somos el mismo animal. No tienes garras de felino".
"No te molestes en recoger eso" le comentó cuando la vio intentarlo. "Ya lo reparará alguien con magia. Raro es el día que no se rompa algo cuando se entrena" explicó volviendo a su forma animal completa.
"¿Te ha dicho alguien lo que eres?" preguntó curiosa devolviendo la mirada de la irrense. Le faltaba un brazo, el metálico. Claramente no era compatible con el cambio de forma, pero Varsai no se había parado a pensarlo.
"Me llamo Zarpa. Mucho gusto" se presentó haciendo sonar su voz en la cabeza de la otra chica.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 12:33 am
Cuando Hyun se fue, Neil aún se encontraba inquieto, asustado y sorprendido. Ellos habían llorado su desaparición y supuesta muerte, y él había pensado todo el tiempo que eran unos asesinos por culpa de una trampa de la ciudad. El aurva se acongojó al pensar lo mal que lo debió de pasar Hyun al tener la mente llena de esos horribles pensamientos, la paranoia y el terror.
El brujo, en un intento de serenarse y tranquilizarse, abrió de nuevo el libro que había estado leyendo en la biblioteca y siguió investigando sobre lo que él era. No le sorprendió tener a Adru revoloteando a su alrededor al momento.
- Pues... - comenzó, buscando las palabras adecuadas para que su edeel lo entendiera sin que se aburriera al instante y a la vez que pudiera ser lo suficientemente explicativo para el resto, ya que Pelusa se había interesado por su transformación también-. Puedo hacer lo que quiera con la cera. Y además tengo mucha magia. Y cuanta más cera tenga, más magia tendré. Pero lo que puedo hacer con la cera no necesita de magia. Es decir, no necesita de hechizos, puedo hacerlo solo porque quiero, porque es mía y me obedece. Mirad.
A continuación, en el charco de cera que había en el suelo comenzaron a brotar un grupo de pequeños montículos que comenzaron a tomar forma de figuras del tamaño de la palma de una mano. Aunque las figuras eran algo toscas y faltas de detalle, se podían identificar a cada uno de sus compañeros de Letargo después de su transformación en ellas o rodeadas de su dominio como en el caso de Guille y Milo.
- Creo que si practico podría hacer cosas muy grandes y bonitas- explicó con una amplia sonrisa.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 12:48 am
El peluche cambió de forma a una… ¿chica? Eso parecía, no se le ocurría de qué mundo podía provenir pues su forma seguía siendo bastante animal pero teniendo en cuenta que no llevaba ropa Rena no la culpaba por no cambiar del todo. No se le escapó la fluidez con la qu elo hacía. ¿Ella podría llegar a cambiar a su gusto y no cuando solo cuando se cabreaba?
-Buah -fue lo único que acertó a decir. Se sintió un poco lerda.
El comentario de la chica peluche le confirmó que nadie de su transformación tenía magia, y aunque ella lo había dicho con toda naturalidad a la irrense le seguía escociendo. Apartó un poco los muñecos rotos para que no estorbasen y se acercó a la desconocida para saludar debidamente.
-Ursántropo o algo así -respondió. -Soy un jodido oso cojo. Y me llamo Rena, por cierto. Encantada, Zarpa.
Se preguntó si su nombre lo había elegido después de la Luna como en los rituales sobre los que habían leído o si era el nombre que le pusieron en su mundo y su transformación había sido una extraña y muy conveniente coincidencia.
-Y… ¿cuánto llevas aquí? ¿Dices que esta mierda se controla? ¿Hacemos algo aparte de convertirnos en bichos grandes y peludos?
No pretendía ofender a Zarpa, ya que estaba siendo amable con ella, pero lo que había leído sobre su transformación en los libros no parecía especialmente impresionante si lo comparaba con sus compañeros.
-Buah -fue lo único que acertó a decir. Se sintió un poco lerda.
El comentario de la chica peluche le confirmó que nadie de su transformación tenía magia, y aunque ella lo había dicho con toda naturalidad a la irrense le seguía escociendo. Apartó un poco los muñecos rotos para que no estorbasen y se acercó a la desconocida para saludar debidamente.
-Ursántropo o algo así -respondió. -Soy un jodido oso cojo. Y me llamo Rena, por cierto. Encantada, Zarpa.
Se preguntó si su nombre lo había elegido después de la Luna como en los rituales sobre los que habían leído o si era el nombre que le pusieron en su mundo y su transformación había sido una extraña y muy conveniente coincidencia.
-Y… ¿cuánto llevas aquí? ¿Dices que esta mierda se controla? ¿Hacemos algo aparte de convertirnos en bichos grandes y peludos?
No pretendía ofender a Zarpa, ya que estaba siendo amable con ella, pero lo que había leído sobre su transformación en los libros no parecía especialmente impresionante si lo comparaba con sus compañeros.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 01:01 am
La risa de la leoparda llenó la mente de Rena por su asombro.
"Oh, que interesante. Una osa" respondió maravillada. "He leído algo por encima cosas de tu animal. Proviene del mismo mundo que el mío" le dijo. No pudo evitar reírse cuando dijo que estaba coja.
"Bueno, tu eres una osa coja y yo una leoparda muda. Ya tenemos algo en común" comentó entre risas.
"Ya llevo un año en la ciudad. Mi cosecha fue la anterior a la vuestra justo" explicó con tranquilidad mientras su cola se movía de forma hipnótica. "Claro que se puede controlar el cambio. Puedo enseñarte si quieres, a mí también me ayudaron en su momento" se ofreció con una sonrisa felina en los labios.
"¿Te parece poco?" preguntó un poco sorprendida. "Gozamos de una fuerza y una velocidad envidiables. Esos muñecos que tan fácilmente has destrozado están reforzados. Probablemente antes de la Luna habrías necesitado un hacha y unos cuantos minutos. Y lo has hecho con las manos desnudas".
"Oh, que interesante. Una osa" respondió maravillada. "He leído algo por encima cosas de tu animal. Proviene del mismo mundo que el mío" le dijo. No pudo evitar reírse cuando dijo que estaba coja.
"Bueno, tu eres una osa coja y yo una leoparda muda. Ya tenemos algo en común" comentó entre risas.
"Ya llevo un año en la ciudad. Mi cosecha fue la anterior a la vuestra justo" explicó con tranquilidad mientras su cola se movía de forma hipnótica. "Claro que se puede controlar el cambio. Puedo enseñarte si quieres, a mí también me ayudaron en su momento" se ofreció con una sonrisa felina en los labios.
"¿Te parece poco?" preguntó un poco sorprendida. "Gozamos de una fuerza y una velocidad envidiables. Esos muñecos que tan fácilmente has destrozado están reforzados. Probablemente antes de la Luna habrías necesitado un hacha y unos cuantos minutos. Y lo has hecho con las manos desnudas".
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 01:29 am
-En mi mundo también había osos, pero nunca había visto un… lo que sea que seas tú -dijo, y señaló a Zarpa entera.
Le sorprendió saber que la otra chica era muda. Pensaba que usaba la telepatía para hablar porque (como ella misma había comprobado) no podían hacerlo en su forma animal. No le pareció apropiado preguntar si ya venía muda de su mundo o si lo estaba por culpa de la ciudad así que buscó otra pregunta.
-Hmm ¿entonces la cosa esa mental que haces también podría hacerla yo? Y no me malinterpretes, ser un bicho con garras mola y tal pero… no sé, una de las enanas de mi grupo lanza rayos de la muerte y eso es la repolla.
Estaba empezando a sentirse como una llorica con tanto quejarse. Volvió a mirar los muñecos destrozados; sí que se había sorprendido de su propia fuerza, durante la criba ni de coña había podido hacer algo así.
-¿De verdad puedes ayudarme a controlarlo? -preguntó. -Llevo dos camisetas rotas solo hoy y es un coñazo. ¿Y si alguien te ayudó significa que hay más peña peluche en la ciudad? ¿Es como algo normal? ¿Somos muchos?
Saber que Zarpa había pasado por lo mismo que ella la tranquilizó bastante. Le parecía lógico que quisiera ayudar a una recién llegada, ella posiblemente haría lo mismo.
Le sorprendió saber que la otra chica era muda. Pensaba que usaba la telepatía para hablar porque (como ella misma había comprobado) no podían hacerlo en su forma animal. No le pareció apropiado preguntar si ya venía muda de su mundo o si lo estaba por culpa de la ciudad así que buscó otra pregunta.
-Hmm ¿entonces la cosa esa mental que haces también podría hacerla yo? Y no me malinterpretes, ser un bicho con garras mola y tal pero… no sé, una de las enanas de mi grupo lanza rayos de la muerte y eso es la repolla.
Estaba empezando a sentirse como una llorica con tanto quejarse. Volvió a mirar los muñecos destrozados; sí que se había sorprendido de su propia fuerza, durante la criba ni de coña había podido hacer algo así.
-¿De verdad puedes ayudarme a controlarlo? -preguntó. -Llevo dos camisetas rotas solo hoy y es un coñazo. ¿Y si alguien te ayudó significa que hay más peña peluche en la ciudad? ¿Es como algo normal? ¿Somos muchos?
Saber que Zarpa había pasado por lo mismo que ella la tranquilizó bastante. Le parecía lógico que quisiera ayudar a una recién llegada, ella posiblemente haría lo mismo.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/12/18, 01:49 am
"Soy un tipo de animal terrestre conocido como felino. Dentro de esa categoría soy una leoparda. Más concretamente una leoparda de las nieves" explicó con tranquilidad dando vueltas alrededor de Rena moviendo la cola.
"La telepatía no es algo innato para los licántropos. Pero tú podrás conservar tu aparato fonador cuando te transformes, de esa forma podrás hablar sin necesidad de un amuleto como yo". Una garra se convirtió en mano y señaló el cascabel que llevaba al cuello. "Claro que eso requiere práctica".
Ignoró la queja de Rena. Era obvio que podía estar descontenta con su transformación. Pero aquello era algo pasajero. Una vez aceptara su parte animal no querría otra cosa.
"Puedo ayudarte. Es fácil aprender, la velocidad de cambio viene con la práctica. Pero al principio es fácil perder el control, sucumbir al instinto animal y dejar que te controle. La ira suele ser el desencadenante primario del cambio. Yo te enseñaré otras formas, a convivir con tu parte animal. Si tú quieres" le dijo sentándose otra vez frente a ella.
La risa de la chica volvió a oírse en la cabeza de Rena. "Sí, la ropa puede ser un problema al principio". Varsai inició el cambio pero esta vez no lo detuvo. Volvió a su forma original con el añadido de las orejas y la cola. Sin embargo a medio camino tocó la runa de su cuello y la ropa apareció por arte de magia.
"Puedo presentarte a alguien para que te haga lo mismo que a mí. Una runa contenedora capaz de almacenar tu ropa cuando comiences el cambio. Deberás pedir ayuda a un amigo con magia para grabar otra runa en tu ropa que hará que se ponga sola en tu cuerpo. Pero merece la pena".
"Peluche..." Varsai saboreó la palabra de buen humor. Nunca se había parado a pensarlo pero era cierto que en su otra forma debía de parecer tal cosa. "Sí, somos unos cuantos. Puedo presentarte a alguno, pero no sé si hay alguien más como tú" respondió con un encogimiento de hombros.
"La telepatía no es algo innato para los licántropos. Pero tú podrás conservar tu aparato fonador cuando te transformes, de esa forma podrás hablar sin necesidad de un amuleto como yo". Una garra se convirtió en mano y señaló el cascabel que llevaba al cuello. "Claro que eso requiere práctica".
Ignoró la queja de Rena. Era obvio que podía estar descontenta con su transformación. Pero aquello era algo pasajero. Una vez aceptara su parte animal no querría otra cosa.
"Puedo ayudarte. Es fácil aprender, la velocidad de cambio viene con la práctica. Pero al principio es fácil perder el control, sucumbir al instinto animal y dejar que te controle. La ira suele ser el desencadenante primario del cambio. Yo te enseñaré otras formas, a convivir con tu parte animal. Si tú quieres" le dijo sentándose otra vez frente a ella.
La risa de la chica volvió a oírse en la cabeza de Rena. "Sí, la ropa puede ser un problema al principio". Varsai inició el cambio pero esta vez no lo detuvo. Volvió a su forma original con el añadido de las orejas y la cola. Sin embargo a medio camino tocó la runa de su cuello y la ropa apareció por arte de magia.
"Puedo presentarte a alguien para que te haga lo mismo que a mí. Una runa contenedora capaz de almacenar tu ropa cuando comiences el cambio. Deberás pedir ayuda a un amigo con magia para grabar otra runa en tu ropa que hará que se ponga sola en tu cuerpo. Pero merece la pena".
"Peluche..." Varsai saboreó la palabra de buen humor. Nunca se había parado a pensarlo pero era cierto que en su otra forma debía de parecer tal cosa. "Sí, somos unos cuantos. Puedo presentarte a alguno, pero no sé si hay alguien más como tú" respondió con un encogimiento de hombros.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
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