Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
+20
Lathspell
Bellota
Lops
Tak
Giniroryu
Yber
Merodeador
Seth
Aes
Zarket
Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
Poblo
Muffie
Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
10/11/18, 01:01 am
No pudo mas que decir no a lo de salir a la biblioteca, por mas que le había encantado verla, revisar sus libros, buscar lo que necesitaba y mas, pero solo saber que tendría que atravesar la ciudad hasta vete a saber donde y luego volver bajo la lluvia y el viento le ponía el vello de punta. No aguantaría otro viaje cito así sin echar lo poco o nada que le quedaba en el estomago. Por lo que acepto sin mas remedio que sus compañeros trajeran un libro para ella donde pudiera informase sobre que era eso “hada infernal “ y parecidos.
El mareo la tenía realmente agotada y aunque ansiaba meterse en un rinconcito tranquilo, se negaba hacerlo, porque quería enterarse de cosas y descubrir cosas de lo que le rodeaba, sin contar que necesitaba encontrar habitaciones disponibles para ellas y el resto.
Ademas, muchas cosas pasaban a su alrededor y pese a no ser capaz de intervenir en ellas, no perdía vista ni oído, especialmente cuando llegaron aquellos dos recién llegados que tenían apariencias tan singulares como las de ellos mismos y que parecía evidente eran compañeros de grupo de Sinceridad. << ¿Llegaron antes y no les esperaron o vivían separados? >> se pregunta Pam algo confusa no siendo capaz de escuchar apenas la conversación que mantenía, frustrada. No haba podido evitar verlos con sobresaltos y suspicacia al notarlos bajar. Aquellas alas de uno y aquella extraña apariencia del otro le causaba por igual curiosidad y un cierto grado de precaución. No quería confiarse sin mas de nadie, no era una cuestión de paranoia sin mas, era simplemente que no quería confiar de lo que le era desconocido en el estado como se encontraba, incapaz de protegerse a ella ni a nadie mas.
<< Como si mis compañeros necesitasen que les cuidara. Eitne tiene mas fuerza que yo en su forma nocturna y sigue teniendo magia, Zob paraliza con los ojos, Rena tiene esa espectacular forma de oso...aunque no la controle...todos tienen aun forma de cuidarse por si mismos >> le alegraba de alguna forma eso, que todos aun fuese capaz de protegerse. Hasta Guille de alguna forma podría tenerla si esas manos que tenía le obedecieran. La única que se sentía en seria desventaja y mas frágil que nunca antes era ella. Era completamente inútil en esos momentos y eso realmente le ponía de mal humor, odiaba estarse quieta, no estar activa haciendo cosas y no tener la mente clara por todo lo que percibía y que no lograba comprender.
Pelusa, con un profundo suspiro de hastió, agarro firmemente las cosas que Nime le había entregado para que pudiera llevarlas a los cuartos que ya asignaría ella y se dispuso a subir las escaleras, para buscar habitaciones libres. No sabia como pero improvisaría sobre la marcha. O esa fue la intención inicial pues justo se dirigía hacia allá acompañada de Eorlir e Inna, que se habían quedado con ella igual que Rox, cuando vio a otro chico desconocido que se quedo mudo y paralizado en el sitio cuando sus ojos se posaron en la pareja sinhadre.
Pam alzo una ceja en silencio, observándole, imaginando por su expresión de sorpresa que debía ser otro de los grupo de Eorlir e Inna <<¿Pero cuantos eran y en cuantos subgrupos se han dividido? >> pregunto Pam extrañada del sin sentido que parecía ser un reencuentro a tres partes, como si un enorme grupo se hubiera dividido varias veces en grupitos mas pequeños, riesgoso a su parecer, a juzgar por la reacción los dos anteriores cuyos nombres no recordaba, al ver a Sinceridad y compañía, y a Eorlir e Inna.
Pam no pudo mas que rodar los ojos ante la pregunta, sabiendo que el chico ni había notado que la pequeña ella también estaba ahí a pocos pasos de los otros dos. Aun así se mordió la lengua sobre lo que pensaba decir, imaginando que su sorpresa era genuina y que seria malo de su parte decir cualquier cosa minimamente sarcástica. Sabia que buena parte de su actitud arisca actual, mas de lo habitual con desconocidos, era por lo fastidiada que estaba por todo, así que no iba a dejarse vencer por su propia mala leche. Menos cuando tenia la capacidad de protección de un insecto, literalmente...y el chico frente a sus ojos bien podrían doblarla en altura y quintuplicarla en todo lo demás, como poco.
Era necesario ser agradable, dentro de lo posible, le había ido bien en la convivencia siendo menos puntillosa de lo que era realmente, así que iría por el mismo camino ahora mientras pudiera..
-Nosotros lo encontramos, mi grupo y yo vivíamos en otro punto de la ciudad al parecer- dijo Pelusa desde abajo buscando captar la atención del chico que no sabría discernir de ningún mundo en particular, sinceramente. Ni si había recibido algún cambio sustancial- Han estado viviendo con nosotros los últimos meses pues no sabían como volver - indico observándolo atentamente cargando en sus brazos las cosas de Nime y las propias, prefiriendo dejar a Rox decidir como presentarse al recién llegado si eso quería-Mi nombre es Pelusa, buena parte de nuestros compañeros fueron a la biblioteca a buscar libros que pudieran ayudarnos a saber que somos ahora...- indico Pelusa viéndolo detenidamente antes de añadir ladeando levemente la cabeza- Si necesitas saber algo mas...¿podrías decirnos antes si sabes que habitaciones están libres? Seria de gran ayuda, esto pesa- dijo la niña sin mucho reparos en intentar aprovechar un poco la situación para ver si así encontraban fácilmente habitaciones libres sin tener que ir puerta por puerta.
El mareo la tenía realmente agotada y aunque ansiaba meterse en un rinconcito tranquilo, se negaba hacerlo, porque quería enterarse de cosas y descubrir cosas de lo que le rodeaba, sin contar que necesitaba encontrar habitaciones disponibles para ellas y el resto.
Ademas, muchas cosas pasaban a su alrededor y pese a no ser capaz de intervenir en ellas, no perdía vista ni oído, especialmente cuando llegaron aquellos dos recién llegados que tenían apariencias tan singulares como las de ellos mismos y que parecía evidente eran compañeros de grupo de Sinceridad. << ¿Llegaron antes y no les esperaron o vivían separados? >> se pregunta Pam algo confusa no siendo capaz de escuchar apenas la conversación que mantenía, frustrada. No haba podido evitar verlos con sobresaltos y suspicacia al notarlos bajar. Aquellas alas de uno y aquella extraña apariencia del otro le causaba por igual curiosidad y un cierto grado de precaución. No quería confiarse sin mas de nadie, no era una cuestión de paranoia sin mas, era simplemente que no quería confiar de lo que le era desconocido en el estado como se encontraba, incapaz de protegerse a ella ni a nadie mas.
<< Como si mis compañeros necesitasen que les cuidara. Eitne tiene mas fuerza que yo en su forma nocturna y sigue teniendo magia, Zob paraliza con los ojos, Rena tiene esa espectacular forma de oso...aunque no la controle...todos tienen aun forma de cuidarse por si mismos >> le alegraba de alguna forma eso, que todos aun fuese capaz de protegerse. Hasta Guille de alguna forma podría tenerla si esas manos que tenía le obedecieran. La única que se sentía en seria desventaja y mas frágil que nunca antes era ella. Era completamente inútil en esos momentos y eso realmente le ponía de mal humor, odiaba estarse quieta, no estar activa haciendo cosas y no tener la mente clara por todo lo que percibía y que no lograba comprender.
Pelusa, con un profundo suspiro de hastió, agarro firmemente las cosas que Nime le había entregado para que pudiera llevarlas a los cuartos que ya asignaría ella y se dispuso a subir las escaleras, para buscar habitaciones libres. No sabia como pero improvisaría sobre la marcha. O esa fue la intención inicial pues justo se dirigía hacia allá acompañada de Eorlir e Inna, que se habían quedado con ella igual que Rox, cuando vio a otro chico desconocido que se quedo mudo y paralizado en el sitio cuando sus ojos se posaron en la pareja sinhadre.
Pam alzo una ceja en silencio, observándole, imaginando por su expresión de sorpresa que debía ser otro de los grupo de Eorlir e Inna <<¿Pero cuantos eran y en cuantos subgrupos se han dividido? >> pregunto Pam extrañada del sin sentido que parecía ser un reencuentro a tres partes, como si un enorme grupo se hubiera dividido varias veces en grupitos mas pequeños, riesgoso a su parecer, a juzgar por la reacción los dos anteriores cuyos nombres no recordaba, al ver a Sinceridad y compañía, y a Eorlir e Inna.
Pam no pudo mas que rodar los ojos ante la pregunta, sabiendo que el chico ni había notado que la pequeña ella también estaba ahí a pocos pasos de los otros dos. Aun así se mordió la lengua sobre lo que pensaba decir, imaginando que su sorpresa era genuina y que seria malo de su parte decir cualquier cosa minimamente sarcástica. Sabia que buena parte de su actitud arisca actual, mas de lo habitual con desconocidos, era por lo fastidiada que estaba por todo, así que no iba a dejarse vencer por su propia mala leche. Menos cuando tenia la capacidad de protección de un insecto, literalmente...y el chico frente a sus ojos bien podrían doblarla en altura y quintuplicarla en todo lo demás, como poco.
Era necesario ser agradable, dentro de lo posible, le había ido bien en la convivencia siendo menos puntillosa de lo que era realmente, así que iría por el mismo camino ahora mientras pudiera..
-Nosotros lo encontramos, mi grupo y yo vivíamos en otro punto de la ciudad al parecer- dijo Pelusa desde abajo buscando captar la atención del chico que no sabría discernir de ningún mundo en particular, sinceramente. Ni si había recibido algún cambio sustancial- Han estado viviendo con nosotros los últimos meses pues no sabían como volver - indico observándolo atentamente cargando en sus brazos las cosas de Nime y las propias, prefiriendo dejar a Rox decidir como presentarse al recién llegado si eso quería-Mi nombre es Pelusa, buena parte de nuestros compañeros fueron a la biblioteca a buscar libros que pudieran ayudarnos a saber que somos ahora...- indico Pelusa viéndolo detenidamente antes de añadir ladeando levemente la cabeza- Si necesitas saber algo mas...¿podrías decirnos antes si sabes que habitaciones están libres? Seria de gran ayuda, esto pesa- dijo la niña sin mucho reparos en intentar aprovechar un poco la situación para ver si así encontraban fácilmente habitaciones libres sin tener que ir puerta por puerta.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
10/11/18, 07:24 pm
Tayron decía la verdad, aunque en cada historia había cientos de versiones y verdades. Lo comprendió muy a regañadientes, inmerso e una marabunta de sensaciones que amenazaban con desbordarle de un momento a otro.
-Ya- agradeció las palabras de Barael en silencio. Los entendía, de veras que sí, y se sentía egoísta pero era incapaz de pensar en cualquiera que no fuera él, o Dafne. Podría haber pasado los sentimientos de sus amigos por alto, sus nuevas percepciones sobre cómo eran. Si bien no negaría que el recibimiento de Dafne por encontrarla “viva” brillaba por su ausencia... tampoco podía pretender que todos encajaran la noticia tan rápido, o a su modo.
El belga agachó la cabeza compungido cuando Eriel se marchó afectado. Quizás había sido demasiado inconsciente. Chasqueó la lengua asqueado y contrariado. Contrariado porque seguía albergando furia en su interior. La verdadera pregunta era si sus compañeros eran los culpables o estaba verdaderamente enfadado con su suerte. Solo sabía que Sox no ayudaba a distinguir.
-No es solo un fantasma- consiguió articular sin lastimarse la muñeca contra la cara del carabés, no por falta de ganas. Decidió marcharse sin aspavientos, aquello le quemaba por dentro, a pesar de haber avistado un pequeño remordimiento en Sox. Solo esperaba que al surgir la cuestión en otro momento la idea general sobre la noruega fuera otra.
Ocultar algo a Dafne era casi misión imposible, pero tras varios intentos de la chica por sonsacar cualquier retazo de información sobre lo que había alterado tanto su estado de humor decidieron dormir. Una vez lo dejaron estar Tayron se sumió en un sueño profundo donde soñaba con lunas, espectros y temblores.
La mañana fue un buen despertar sin duda. Tras incorporarse y aún legañoso fue convencido por Dafne para bajar a ver que causaba aquel rumor en la planta baja. Rumor que fue convirtiéndose en alboroto. El humano llegó a tiempo para ver como un grupo más grande que el suyo se marchaba. Pero la verdadera sorpresa le esperaba a la vuelta de la esquina. Tay aceleró el ritmo con dificultad, la cola que pendía tras de sí le hacía tambalearse con frecuencia.
-¡Inna! ¡Eorlir!- notó como sus ojos se empañaron con sutileza, nunca intimó con ellos. Pero la idea de verlos de nuevo tras tomarlos por muertos durante tanto tiempo despertaba en él un ardor inimaginable. Parecía ser tiempo de ver caras pasadas, primero Dafne, ahora ellos dos. Y por último... .- ¿Mon?- susurró, separándose del abrazo doble con la pareja sinhadre. A penas podía asimilar tanta información, todos estaban muy cambiados. ¿Esa era Sinceridad?.
Tuvo tiempo de saludarlas con afecto antes de que alguien le pusiera al día de los acontecimientos del faro y que ambas conocían ya lo pasado en Maciel. Quería apartar todo eso, centrarse únicamente en que estaban allí, como antaño, pero faltaba demasiada gente.
-Me flipa que estéis aquí- les dijo aún con la voz ronca y analizando cambios sin disimulo. ¿Ojos?. Intentó que no se notara repulsión en él. Aunque con la española no era tan difícil, a excepción de sus ojos nada parecía haber cambiado en ella- esto...- la nostalgia acudía a él al mismo tiempo que la pena. Que las emociones batallasen entre sí dentro de él empezaba a desesperarle- y siento lo que pasó.
-Ya- agradeció las palabras de Barael en silencio. Los entendía, de veras que sí, y se sentía egoísta pero era incapaz de pensar en cualquiera que no fuera él, o Dafne. Podría haber pasado los sentimientos de sus amigos por alto, sus nuevas percepciones sobre cómo eran. Si bien no negaría que el recibimiento de Dafne por encontrarla “viva” brillaba por su ausencia... tampoco podía pretender que todos encajaran la noticia tan rápido, o a su modo.
El belga agachó la cabeza compungido cuando Eriel se marchó afectado. Quizás había sido demasiado inconsciente. Chasqueó la lengua asqueado y contrariado. Contrariado porque seguía albergando furia en su interior. La verdadera pregunta era si sus compañeros eran los culpables o estaba verdaderamente enfadado con su suerte. Solo sabía que Sox no ayudaba a distinguir.
-No es solo un fantasma- consiguió articular sin lastimarse la muñeca contra la cara del carabés, no por falta de ganas. Decidió marcharse sin aspavientos, aquello le quemaba por dentro, a pesar de haber avistado un pequeño remordimiento en Sox. Solo esperaba que al surgir la cuestión en otro momento la idea general sobre la noruega fuera otra.
Ocultar algo a Dafne era casi misión imposible, pero tras varios intentos de la chica por sonsacar cualquier retazo de información sobre lo que había alterado tanto su estado de humor decidieron dormir. Una vez lo dejaron estar Tayron se sumió en un sueño profundo donde soñaba con lunas, espectros y temblores.
La mañana fue un buen despertar sin duda. Tras incorporarse y aún legañoso fue convencido por Dafne para bajar a ver que causaba aquel rumor en la planta baja. Rumor que fue convirtiéndose en alboroto. El humano llegó a tiempo para ver como un grupo más grande que el suyo se marchaba. Pero la verdadera sorpresa le esperaba a la vuelta de la esquina. Tay aceleró el ritmo con dificultad, la cola que pendía tras de sí le hacía tambalearse con frecuencia.
-¡Inna! ¡Eorlir!- notó como sus ojos se empañaron con sutileza, nunca intimó con ellos. Pero la idea de verlos de nuevo tras tomarlos por muertos durante tanto tiempo despertaba en él un ardor inimaginable. Parecía ser tiempo de ver caras pasadas, primero Dafne, ahora ellos dos. Y por último... .- ¿Mon?- susurró, separándose del abrazo doble con la pareja sinhadre. A penas podía asimilar tanta información, todos estaban muy cambiados. ¿Esa era Sinceridad?.
Tuvo tiempo de saludarlas con afecto antes de que alguien le pusiera al día de los acontecimientos del faro y que ambas conocían ya lo pasado en Maciel. Quería apartar todo eso, centrarse únicamente en que estaban allí, como antaño, pero faltaba demasiada gente.
-Me flipa que estéis aquí- les dijo aún con la voz ronca y analizando cambios sin disimulo. ¿Ojos?. Intentó que no se notara repulsión en él. Aunque con la española no era tan difícil, a excepción de sus ojos nada parecía haber cambiado en ella- esto...- la nostalgia acudía a él al mismo tiempo que la pena. Que las emociones batallasen entre sí dentro de él empezaba a desesperarle- y siento lo que pasó.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
11/11/18, 02:18 am
Lo que devino en la Sede tras la partida del grupo nuevo fue inesperado. No, no esperaba hablar de las muertes tan pronto, tan de repente, justo después de reencontrarse todos. No lo hubiera planteado así. Le dividía el ánimo, aunque entendía que la situación se hubiera desarrollado así. Se alegraba de ver a los nublinos, Rad y Tay vivos, por supuesto, igual que ellos, pero no conseguía que eso se impusiera sobre la pérdida de Lebra o los otros compañeros... Aunque las reacciones por ver a los sinhadres le sentaron bien para distraerse. No podía entristecerse tanto cada vez que hablasen de su amiga... Pero acabaría pasando la sensación, o eso esperaba, porque cada vez que perdía a alguien era peor y arrastraba varias desde Tierra Bruja. No quería "acostumbrarse" a ver morir a amistades, no quería mostrarse indiferente, pero tampoco podía afectarle durante tanto tiempo. Necesitaba encontrar un equilibrio.
Y aún quedaba el dilema de Fahran, quien para bien o para mal había convivido con ellos y se la habían arreb... <<No. No se opuso a irse, al contrario>> No recordaba bien la desastrosa noche de la Luna, pero sí recordaba el silencio.
Mónica les hizo un resumen y cuando Eriel puso algo de comer, Sinceridad no pudo evitar callarse.
—A Fahran se la llevó un tipo raro, pero ella no nos dirigió la palabra lo más mínimo. Fue muy extraño... —No confiaba en ella, ¿pero a lo mejor la había silenciado como a ellos?
Pero no estaban solos. Una del otro grupo se quedó y se acercó a ellos. Pelusa, que así se llamaba, les contó que habían encontrado a Eorlir e Inna y que habían estado con ellos desde entonces. Se alegraba y aún se emocionaba cuando les veía enteros, pero aún tenía una gran espina de culpa clavada. Encontrarles había sido su misión y aunque estuvieran vivos, les habían fallado. O al menos así lo sentía.
—Estuvimos semanas y semanas saliendo a buscaros... Menos mal que os encontrasteis, pero nosotros nos rendimos y... Lo siento. Siento haberme rendido, pero menos mal... —Los sinhadres le quitaron hierro al asunto y después miró a Pelusa—. ¿Vosotros también salíais a por cestas de provisiones? Quizá si hubiera explorado más lejos os habría visto... —cerró los ojos de las manos, pensativa, y ese gesto le hizo sonreír—. Pero, oye, ahora tengo ojos de sobra para no quitaros ni uno de encima y que nadie se vuelva a perder. ¡Y veo a través de las paredes! —intentó bromear con una sonrisa—. Gracias por acogerlos, Pelusa. Tu grupo se va a aburrir de que os lo agradezcamos —dijo medio en serio, medio en broma.
Lo que sí iba en serio era lo de cuidar de los suyos. No sabía si tendría magia, pero mantenía sus alas, veía a través de las paredes y a saber qué más sería capaz de hacer. Y para colmo, había visto un aumento en su forma física y se había percatado (¡como para no, con la carrera de Capitana Adru cargando con tantas!) de que los otros habían encontrado una buena cantidad de armas en aquel sitio. Si ya ninguna ley les protegía, y pese a eso la criba había sido una pesadilla, la ciudad se los comería vivos si no se adaptaban y protegían. Hasta que supiera cómo volver a Tierra Bruja, su futuro más inmediato lo dedicaría a entrenar sus nuevas habilidades y conocer la ciudad.
Se sirvió un vaso de agua y se miró en el reflejo. Necesitaba un espejo. Grande.
—Debo tener una pinta horrible con tantos ojos entre las plumas... No sé quién da más mal rollo de nuestro grupo, pero podríamos preguntar a los peques del otro grupo y ganar un concurso —y ahora sí que se rió con ganas.
Y aún quedaba el dilema de Fahran, quien para bien o para mal había convivido con ellos y se la habían arreb... <<No. No se opuso a irse, al contrario>> No recordaba bien la desastrosa noche de la Luna, pero sí recordaba el silencio.
Mónica les hizo un resumen y cuando Eriel puso algo de comer, Sinceridad no pudo evitar callarse.
—A Fahran se la llevó un tipo raro, pero ella no nos dirigió la palabra lo más mínimo. Fue muy extraño... —No confiaba en ella, ¿pero a lo mejor la había silenciado como a ellos?
Pero no estaban solos. Una del otro grupo se quedó y se acercó a ellos. Pelusa, que así se llamaba, les contó que habían encontrado a Eorlir e Inna y que habían estado con ellos desde entonces. Se alegraba y aún se emocionaba cuando les veía enteros, pero aún tenía una gran espina de culpa clavada. Encontrarles había sido su misión y aunque estuvieran vivos, les habían fallado. O al menos así lo sentía.
—Estuvimos semanas y semanas saliendo a buscaros... Menos mal que os encontrasteis, pero nosotros nos rendimos y... Lo siento. Siento haberme rendido, pero menos mal... —Los sinhadres le quitaron hierro al asunto y después miró a Pelusa—. ¿Vosotros también salíais a por cestas de provisiones? Quizá si hubiera explorado más lejos os habría visto... —cerró los ojos de las manos, pensativa, y ese gesto le hizo sonreír—. Pero, oye, ahora tengo ojos de sobra para no quitaros ni uno de encima y que nadie se vuelva a perder. ¡Y veo a través de las paredes! —intentó bromear con una sonrisa—. Gracias por acogerlos, Pelusa. Tu grupo se va a aburrir de que os lo agradezcamos —dijo medio en serio, medio en broma.
Lo que sí iba en serio era lo de cuidar de los suyos. No sabía si tendría magia, pero mantenía sus alas, veía a través de las paredes y a saber qué más sería capaz de hacer. Y para colmo, había visto un aumento en su forma física y se había percatado (¡como para no, con la carrera de Capitana Adru cargando con tantas!) de que los otros habían encontrado una buena cantidad de armas en aquel sitio. Si ya ninguna ley les protegía, y pese a eso la criba había sido una pesadilla, la ciudad se los comería vivos si no se adaptaban y protegían. Hasta que supiera cómo volver a Tierra Bruja, su futuro más inmediato lo dedicaría a entrenar sus nuevas habilidades y conocer la ciudad.
Se sirvió un vaso de agua y se miró en el reflejo. Necesitaba un espejo. Grande.
—Debo tener una pinta horrible con tantos ojos entre las plumas... No sé quién da más mal rollo de nuestro grupo, pero podríamos preguntar a los peques del otro grupo y ganar un concurso —y ahora sí que se rió con ganas.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
12/11/18, 04:55 pm
Mónica vaciló unos segundos ante el ofrecimiento del nublino, pero la vacilación se desvaneció rápidamente. Aunque el físico hubiera cambiado y le impusiera mucho más, era un gesto bonito, por lo que se acercó a Barael y le dio un rápido abrazo mientras Sinceridad se encargaba de explicar por encima lo de Fahran. Rechazó la oferta de comida de los hermanos y, cuando se acercaba a Sinceridad para comentar con ella los cambios de los hermanos, otro conocido más apareció. Mónica achinó los ojos. ¿Rad? Era… ¿Rad? Y no hubo tiempo para recuperarse de la sorpresa: Tay siguió al carabés. Un Tay con cola peluda y esponjosa, entre otras cosas.
La humana movió la mano y se rascó la nuca, esbozando una sonrisa antes de acercarse a saludarlos también con un abrazo. —Os dije que estaban vivos. ¡Y no me hicisteis caso!
La niña extraña del otro grupo, la que parecía malhumorada, intervino en ese momento, sobresaltando a la humana, que se había olvidado, con tantas emociones, que había gente del otro grupo que no se había marchado y todavía pululaba por allí. Con su aporte, y el de Since, Mon se giró como un resorte hacia los sinhadres y hacia la tal Pelusa, agradeciéndole también el haber cuidado de sus compañeros.
—¡A todo esto! Empapelamos la ciudad con carteles sobre vosotros, ¿no visteis ninguno? Eran grandes obras de arte. Los pinté yo —bromeó.
Finalmente al recaer la charla en las transformaciones, la chica miró pensativamente a Sinceridad.
—No te sabría decir, Since —le apoyó una mano en el hombro—. Es verdad que al principio cuando te vi tras todo esto sí me impactó. Pero sigues siendo tú. No estás horrible, solo diferente. Es raro. Pero eres tú. Eres mi amiga—. El sonido de los cascos de Lorenzo, que se había acercado a saludar a todos también, hizo que se girara y buscara apoyo en él—. ¿A que tengo razón?
»Además, si quieres mirarte en un espejo… bueno, tengo mogollón ahora. O si prefieres mirarme a los ojos… —le guiñó uno.
La humana movió la mano y se rascó la nuca, esbozando una sonrisa antes de acercarse a saludarlos también con un abrazo. —Os dije que estaban vivos. ¡Y no me hicisteis caso!
La niña extraña del otro grupo, la que parecía malhumorada, intervino en ese momento, sobresaltando a la humana, que se había olvidado, con tantas emociones, que había gente del otro grupo que no se había marchado y todavía pululaba por allí. Con su aporte, y el de Since, Mon se giró como un resorte hacia los sinhadres y hacia la tal Pelusa, agradeciéndole también el haber cuidado de sus compañeros.
—¡A todo esto! Empapelamos la ciudad con carteles sobre vosotros, ¿no visteis ninguno? Eran grandes obras de arte. Los pinté yo —bromeó.
Finalmente al recaer la charla en las transformaciones, la chica miró pensativamente a Sinceridad.
—No te sabría decir, Since —le apoyó una mano en el hombro—. Es verdad que al principio cuando te vi tras todo esto sí me impactó. Pero sigues siendo tú. No estás horrible, solo diferente. Es raro. Pero eres tú. Eres mi amiga—. El sonido de los cascos de Lorenzo, que se había acercado a saludar a todos también, hizo que se girara y buscara apoyo en él—. ¿A que tengo razón?
»Además, si quieres mirarte en un espejo… bueno, tengo mogollón ahora. O si prefieres mirarme a los ojos… —le guiñó uno.
- Los motes de los letarguinos… hasta que Mon se acostumbre a ellos:
- -Adru: ¿? (entre Abejonejo y Flash).
-Eitne: Cachorrillo.
-Neil: ¿? (barajando Grititos).
-Guille: ¿?
-Nime: ¿? (por ahora «con la que soñó Since»).
-Pelusa: ¿?
-Rena: ¿? (por ahora «OMG no me mates»).
-Milo: ¿?
-Rox: ¿?
-Zob: ¿?
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
13/11/18, 05:32 pm
No se había fijado en la pequeña... persona, o lo que fuera, que estaba allí. Su cara mostró curiosidad y desconfianza al reparar en ella, que se relajó bastante conforme hablaba. Lo que al principio podía considerarse otro monstruoso habitante más de aquella ciudad de monstruos era, al igual que ellos, una cosechada. O, al menos, una cosechada en proceso de ser otro engendro más de la ciudad, como ellos mismos eran en aquel momento.
—Otro grupo... —suspiró. Demasiada información de golpe, información que resultaba demasiado extraña—. ¿De dónde habéis salido? Los de las mazmorras no llegaron a despertar, no la mayoría, al menos —fue una corrección hecha sobre la marcha, recordando el día que encontraron a Fahran y Charlie. Día que nunca olvidaría, aunque no por ellos.
Tampoco se había fijado en Mónica y... Sinceridad... cuyo aspecto no podía definirse como menos que extraño. La noticia del secuestro de Fahran lo puso en alerta, volviendo a espolear un estado de furia y miedo, como cuando murió Nad, como cuando Tuétano les acechaba. Una vez más quedaban a expensas de los seres que habitaban Rocavarancolia, y en esta ocasión sin protección legal alguna. Su sangre hervía ante aquella barbarie.
—Bueno, las condiciones apuntaban a que estaban muertos. La existencia de otro grupo no entraba en mis cálculos —le respondió a la humana con una ceja alzada, marcando, sin darse cuenta, sus cicatrices. También se permitió examinarla por unos segundos, comprobando que parecía tan poco cambiada como él mismo. O menos, quizás.
—Pues... puedo decirte cuáles escogimos nosotros, y cuáles parecen vacías, aunque no puedo garantizar que todas lo estén. Solo llevamos aquí unas pocas horas —respondió a Pelusa antes de indicarle que le siguiera. Se giró en las escaleras hacia Mon, todavía no del todo seguro de poder mirar a Sinceridad sin mostrar una expresión de asqueada fascinación—. No sé si os lo han dicho, pero Maciel ahora es una hermosa montaña de cascotes. ¿Luego nos tenemos que poner al día, eh?
Lo cierto es que ardía en curiosidad por investigar los secretos que Rocavarancolia pudiera ofrecerle, pero todavía recelaba. No se atrevía a alejarse demasiado de su grupo, con quien al menos todavía estaba a salvo.
—Otro grupo... —suspiró. Demasiada información de golpe, información que resultaba demasiado extraña—. ¿De dónde habéis salido? Los de las mazmorras no llegaron a despertar, no la mayoría, al menos —fue una corrección hecha sobre la marcha, recordando el día que encontraron a Fahran y Charlie. Día que nunca olvidaría, aunque no por ellos.
Tampoco se había fijado en Mónica y... Sinceridad... cuyo aspecto no podía definirse como menos que extraño. La noticia del secuestro de Fahran lo puso en alerta, volviendo a espolear un estado de furia y miedo, como cuando murió Nad, como cuando Tuétano les acechaba. Una vez más quedaban a expensas de los seres que habitaban Rocavarancolia, y en esta ocasión sin protección legal alguna. Su sangre hervía ante aquella barbarie.
—Bueno, las condiciones apuntaban a que estaban muertos. La existencia de otro grupo no entraba en mis cálculos —le respondió a la humana con una ceja alzada, marcando, sin darse cuenta, sus cicatrices. También se permitió examinarla por unos segundos, comprobando que parecía tan poco cambiada como él mismo. O menos, quizás.
—Pues... puedo decirte cuáles escogimos nosotros, y cuáles parecen vacías, aunque no puedo garantizar que todas lo estén. Solo llevamos aquí unas pocas horas —respondió a Pelusa antes de indicarle que le siguiera. Se giró en las escaleras hacia Mon, todavía no del todo seguro de poder mirar a Sinceridad sin mostrar una expresión de asqueada fascinación—. No sé si os lo han dicho, pero Maciel ahora es una hermosa montaña de cascotes. ¿Luego nos tenemos que poner al día, eh?
Lo cierto es que ardía en curiosidad por investigar los secretos que Rocavarancolia pudiera ofrecerle, pero todavía recelaba. No se atrevía a alejarse demasiado de su grupo, con quien al menos todavía estaba a salvo.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/11/18, 01:44 pm
Eriel miró raro a su hermano cuando éste salió por la puerta de la cocina. Algo le pasaba, el nublino estaba completamente seguro de ello. Iba a tener que enfrentarse a ello tarde o temprano. Por suerte sabía exactamente dónde encontrarlo cuando volviera.
Cogió algo de comida para el resto y volvió con una bandeja. Le habían dicho que no querían nada, pero mejor prevenir. Había queso, pan, una jarra con agua y varios vasos y Eriel había cogido un tarro de cristal que parecía tener dulces, pero que en realidad eran grillos cubiertos de chocolate.
Llegó a tiempo para oír la disculpa de Sinceridad.
-No es cierto Since, nosotros nos rendimos. Fuisteis vosotros quienes decíais que seguían vivos. La disculpa os la debo yo a todos - dijo dejando la bandeja sobre una mesa.- Vosotros teníais razón. Y no sabéis cuánto me alegro de haberme equivocado - terminó mirando hacia los sinhadres.
-Y ahora contadme exactamente lo de Fahran - pidió.
Dejó que fuese Rad el que se encargase de la niña del otro Torreón. Saludó a Tay cuando bajó y se rió a carcajadas cuando el carabés sacó a colación el derrumbe de Maciel.
-Sí, anoche el torreón se cayó sobre nuestras cabezas. Por suerte tuvimos ayuda, de Tuétano nada menos. Nos protegió con sus alas y soportó el derrumbe de Maciel ella sola. Luego Tersa nos ayudó a quitar los escombros y aquí estamos - les explicó al resto.
Cogió algo de comida para el resto y volvió con una bandeja. Le habían dicho que no querían nada, pero mejor prevenir. Había queso, pan, una jarra con agua y varios vasos y Eriel había cogido un tarro de cristal que parecía tener dulces, pero que en realidad eran grillos cubiertos de chocolate.
Llegó a tiempo para oír la disculpa de Sinceridad.
-No es cierto Since, nosotros nos rendimos. Fuisteis vosotros quienes decíais que seguían vivos. La disculpa os la debo yo a todos - dijo dejando la bandeja sobre una mesa.- Vosotros teníais razón. Y no sabéis cuánto me alegro de haberme equivocado - terminó mirando hacia los sinhadres.
-Y ahora contadme exactamente lo de Fahran - pidió.
Dejó que fuese Rad el que se encargase de la niña del otro Torreón. Saludó a Tay cuando bajó y se rió a carcajadas cuando el carabés sacó a colación el derrumbe de Maciel.
-Sí, anoche el torreón se cayó sobre nuestras cabezas. Por suerte tuvimos ayuda, de Tuétano nada menos. Nos protegió con sus alas y soportó el derrumbe de Maciel ella sola. Luego Tersa nos ayudó a quitar los escombros y aquí estamos - les explicó al resto.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/11/18, 04:46 pm
De alguna forma empezaron a congregarse mas gente en la sala y Pelusa, dado que en términos prácticos era la única originalmente de otro grupo, observo el reencuentro con ojos atentos, mente algo agotada y brazos cargados. La imagen de aquel chico de larga cola a rayas atrajo su atención, no pudiendo evitar mirar esta ultima como hipnotizada <<¿Mm imagino es parte de cambio también? Como con Zobriel... debió doler entonces bastante o tal vez es como yo que no sentir dolor alguno cuando slaieorn las antenas o las alas>> pensó viéndoles no sin cierta curiosidad, queriendo averiguar mas cosas y enterarse de mucho mas. Cosa que igualmente dudaba fuesen a decirle confiadamente cuando ni la conocían.
Ademas tenia otra prioridades a corto plazo. Quería poder llegar alguna habitación pronto y ver cuales mas había libres cuando el resto volvieran y ya cuando terminase con eso, analizarse así misma un poco mas a fondo y ver si algo mas había cambiado aparte de lo evidente. <<¿Podría intentar hacer magia ahora? Nunca perdí la esperanza de poder...pero dado que la suerte últimamente parece haberme abandonado probablemente ni convirtiéndome en bicho me diera eso >> pensó con un chasqueo de lengua incomodo, viendo que el chico de piel rosada oscura con pecas le prestaba atención y accedía ayudarle, no sin antes cuestionar de donde habían salido.
-De las mazmorras. Llegamos...a la fuente mágica, vinieron ciudadanos...a darnos un discurso y acabamos cruzando...una brecha en el suelo llena de huesos...hasta encontrar donde quedagnos...- respondió la niña sin duda extrañada por la pregunta ¿salieron tal vez antes que ellos? ¿justos después? No podía asegurarlo -Uno de nuestros compañeros...que encontramos mas tagde nos dijo que habían muchos mas niños en aquel lugag...pero cuando quisimos averiguar tiempo después que había ocurrido, tuvimos un incidente que hizo que nos olvidáramos de eso- dijo Pelusa con dificultad e intención de negar con la cabeza pero conteniéndose en el ultimo momento. Mejor no darle mas motivos a las antenas de marearla. Al menos controlaba mejor su lengua aunque con lo larga que era parecía que fuese a atragantarse cada vez que hablaba, era muy fastidioso, por eso hablaba de forma entrecortada y no de seguido.
Pam agradeció con voz suave al chico cuando le dijo que le intentaría ayudar con las habitaciones y tras dirigibles una mirada hacia el resto que seguían reunidos, siguió al chico, que a todas esta no había dicho ni como se llamaba. Así que en su mente le diría "Pecas" hasta que tuviera la decencia de decir como narices se llamaba.
-Esta bien...cualquier ayuda, sera bien recibida ahora -aseguro la niña siguiendole, pues mucho mas no podía hacer en ese momento. No estaba en capacidad de andar ni de confiada ni de temeraria, incluso si realmente nunca había sido así, ahora se sentía incluso menos. Pero no por ello no escucho lo de Maciel derrumbándose y alzo una ceja con sorpresa, imaginando que hablaban de su refugio. El hecho de que hablasen con aparente humor del asunto le decía que probablemente todos sobrevivieron a aquello.
No sabia si Inna o Eorlir la seguirían o se quedarían ahí con el reencuentro, lo mismo con Rox al que buscó por un momento con la mirada como preguntándole con esta que haría, mientras escuchaba por otro lado a Pecas.
Ademas tenia otra prioridades a corto plazo. Quería poder llegar alguna habitación pronto y ver cuales mas había libres cuando el resto volvieran y ya cuando terminase con eso, analizarse así misma un poco mas a fondo y ver si algo mas había cambiado aparte de lo evidente. <<¿Podría intentar hacer magia ahora? Nunca perdí la esperanza de poder...pero dado que la suerte últimamente parece haberme abandonado probablemente ni convirtiéndome en bicho me diera eso >> pensó con un chasqueo de lengua incomodo, viendo que el chico de piel rosada oscura con pecas le prestaba atención y accedía ayudarle, no sin antes cuestionar de donde habían salido.
-De las mazmorras. Llegamos...a la fuente mágica, vinieron ciudadanos...a darnos un discurso y acabamos cruzando...una brecha en el suelo llena de huesos...hasta encontrar donde quedagnos...- respondió la niña sin duda extrañada por la pregunta ¿salieron tal vez antes que ellos? ¿justos después? No podía asegurarlo -Uno de nuestros compañeros...que encontramos mas tagde nos dijo que habían muchos mas niños en aquel lugag...pero cuando quisimos averiguar tiempo después que había ocurrido, tuvimos un incidente que hizo que nos olvidáramos de eso- dijo Pelusa con dificultad e intención de negar con la cabeza pero conteniéndose en el ultimo momento. Mejor no darle mas motivos a las antenas de marearla. Al menos controlaba mejor su lengua aunque con lo larga que era parecía que fuese a atragantarse cada vez que hablaba, era muy fastidioso, por eso hablaba de forma entrecortada y no de seguido.
Pam agradeció con voz suave al chico cuando le dijo que le intentaría ayudar con las habitaciones y tras dirigibles una mirada hacia el resto que seguían reunidos, siguió al chico, que a todas esta no había dicho ni como se llamaba. Así que en su mente le diría "Pecas" hasta que tuviera la decencia de decir como narices se llamaba.
-Esta bien...cualquier ayuda, sera bien recibida ahora -aseguro la niña siguiendole, pues mucho mas no podía hacer en ese momento. No estaba en capacidad de andar ni de confiada ni de temeraria, incluso si realmente nunca había sido así, ahora se sentía incluso menos. Pero no por ello no escucho lo de Maciel derrumbándose y alzo una ceja con sorpresa, imaginando que hablaban de su refugio. El hecho de que hablasen con aparente humor del asunto le decía que probablemente todos sobrevivieron a aquello.
No sabia si Inna o Eorlir la seguirían o se quedarían ahí con el reencuentro, lo mismo con Rox al que buscó por un momento con la mirada como preguntándole con esta que haría, mientras escuchaba por otro lado a Pecas.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/11/18, 03:36 pm
-Nos rendimos nosotros- reafirmó el belga con la mirada hacia el suelo mientras abrazaba a la española, como avergonzado- no ellos- le habría gustado irse al faro, a pesar de tener que contemplar la muerte de Lebra y los sucesos de Fahran no podía quitarse de la cabeza qué habría pasado si ese día no hubieran estado allí. A lo mejor no se habrían topado con el colgante, o sí pero a ellos dos no les habría afectado de manera directa. Quizás no hubiera estado Dafne para ayudarlos al haberlo tocado ella primero, o estaría cualquier otro.
Sacudió la cabeza, ya era tarde para pensar en esas cosas.
Después de un rato las conversaciones múltiples se agruparon a su alrededor con velocidad abrumadora y Tayron se vio superado pronto, incapaz de introducirse totalmente en ellas a pesar de alegrarse de verlos a todos vivos. No quería hablar de Dafne, de cómo se sentía o escuchar que Sinceridad podía ver a través de las paredes y en consecuencia, responder que a él le había salido una cola enorme. Que le gustaba acariciar, sí, pero no parecía poder prender fuego o transformarse en cualquier cosa molona de pinchos. Era, sencillamente, un lastre esponjoso y punto.
Por todo eso su atención se vio desvíada con alivio a la superviviente de otro grupo. A pesar de parecer una niña se desenvolvía con fluidez al hablar con el carabés. Tay se acercó ilusionado de ver a alguien de tan poca edad sobrevivir, no había tanta oscuridad después de todo y estaba deseando conocer al grupo que había acogido a los sinhadres durante todo ese tiempo.
-¡Hola! Encantado peque, soy Tayron, gracias por ayudar a nuestros amigos, sois la hostia- sonrió, sin dejar pasar el respeto que desprendían sus ojos y aquellas antenas raras. ¿En qué la habría transformado la Luna? ¿O ya era así de antes como los que provenían de otros mundos?- no te preocupes, con los grandes no te pasará nada, estás a salvo- y le tendió la mano para que se la estrechara aún sin que la chica pareciera asustada.
Sacudió la cabeza, ya era tarde para pensar en esas cosas.
Después de un rato las conversaciones múltiples se agruparon a su alrededor con velocidad abrumadora y Tayron se vio superado pronto, incapaz de introducirse totalmente en ellas a pesar de alegrarse de verlos a todos vivos. No quería hablar de Dafne, de cómo se sentía o escuchar que Sinceridad podía ver a través de las paredes y en consecuencia, responder que a él le había salido una cola enorme. Que le gustaba acariciar, sí, pero no parecía poder prender fuego o transformarse en cualquier cosa molona de pinchos. Era, sencillamente, un lastre esponjoso y punto.
Por todo eso su atención se vio desvíada con alivio a la superviviente de otro grupo. A pesar de parecer una niña se desenvolvía con fluidez al hablar con el carabés. Tay se acercó ilusionado de ver a alguien de tan poca edad sobrevivir, no había tanta oscuridad después de todo y estaba deseando conocer al grupo que había acogido a los sinhadres durante todo ese tiempo.
-¡Hola! Encantado peque, soy Tayron, gracias por ayudar a nuestros amigos, sois la hostia- sonrió, sin dejar pasar el respeto que desprendían sus ojos y aquellas antenas raras. ¿En qué la habría transformado la Luna? ¿O ya era así de antes como los que provenían de otros mundos?- no te preocupes, con los grandes no te pasará nada, estás a salvo- y le tendió la mano para que se la estrechara aún sin que la chica pareciera asustada.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/11/18, 01:15 pm
La mona del queso atendió a una de las cuestiones que el chico Pecas le hizo, extrañandole un poco porque preguntara algo tan puntual como lo era la hora aproximada en la que despertaron de las mazmorras. la niña le miro por unos largos 10 segundos antes de finalmente responderle.
-Era temprano...no debía hacer mucho que amaneció -articulo la niña buscando no trabarse demasiado, pero bastante segura de sus palabras, estaba acostumbrada a madrugar y aunque su cuerpo en ese momento no estaba sufriendo un sueño normal sino uno influido por drogas, este se resentía bastante cuando se levantaba mas tarde de lo habitual. No estaba acostumbrada a dormir muchas horas seguidas, por lo que de hacerlo se levantaba incluso mas cansada-Los ciudadanos que nos dieron el discurso...eran pagte del consejo, ¿no tuvisteis uno?- cuestiono la niña mirándole con una ceja alzada. Si decía que no entonces es que deberían haberse despertado después de ellos o simplemente lo hicieron antes pero llegaron a la fuente mas tarde, porque dudaba un poco que siendo como eran en la ciudad los que le dieron el discurso se tomaran la molestia de darlo, irse y luego volver para darlo de nuevo a otro grupo diferente. Demasiado esfuerzo por unos cosechados que aun eran considerados indignos según la mentalidad de la ciudadanía de Rocavarancolia.
Una voz acercándose a ellos atrajo su atención y la niña volvió su mirada hacia el chico de largo cola a rayas que anteriormente había atraído parte de su atención. Pero con diferencia lo que mas llamó la atención de la mona del queso e hizo que estrechase ligeramente la mirada en un ceño fruncido por la indignación, fue aquel “peque”. Para “peque” los repobladores en todo caso, no ella.
-Pelusa- corrigió la niña suavemente pero con cierta dignidad en la voz, sin apartar sus ojos lavandas rodeado de negrura de los ojos extrañamente amarillos de Tayron, al que debía mirar prácticamente levantando por completo la cabeza para poder ver su cara, como le pasaba con la mayoría de la gente- Mi nombre es Pelusa, no peque...y esta bien, no íbamos a dejarlos por ahí tirados para que algo les pasase...imagino habríais hecho lo mismo de ocurrir al revés -indico Pelusa no teniéndolas igual todas consigo. Podían llamarla desconfiada, aunque mas bien era analítica y prudente, pues ciertamente no los conocía lo suficiente como hacerse una imagen de como eran, por mas agradable que estuvieran siendo ahora. El tiempo, y el trato con ellos diría si se equivocaba o no.
Las siguiente palabras de Tayron hicieron que la niña alzara ligeramente una ceja, viendo su mano extendida. No veía como algo malo sus palabras ni le molestaban, sabía que todo el que la veía de primeras pensaba que era un niña pequeña frágil a la que había que cuidar y proteger como si tuviese una edad muy inferior a la que poseía debido a su altura. Pero claro, hacía tanto tiempo que sus compañeros de torreón no la trataban de esa forma, sino mas bien como alguien casi tan capaz como muchos de los mayores, aunque necesitase ayuda en ciertos campos obvios; que recibir ese trato de “no te preocupes de nada que los mayores te cuidaran” como si fuese pequeña, y una 'Guille' con todo lo que eso significaba, le era algo genuino.
-Mmm, ¿gracias?- dijo Pelusa no sin algo de extrañeza viendo aun su mano, la extendió hacia el para que la tomara equilibrando las cosas que llevaba en su otro brazo contra su pecho. No le gustaba mucho ser tocada realmente pero imaginaba que no aceptar su saludo seria visto como algo bastante feo y no quería empezar con mal pie. Su mano en comparación a la de Tayron era sumamente pequeña- Pero no me preocupo, se cuidagme bastante bien sola...aunque no rechazare la ayuda de nadie si quiere hacerlo. - añadió la niña observándole con atención. Sabía que en ese momento aquello era un mentira de alguna forma porque era inútil en muchos aspectos, pero tampoco era plan de ir publicándolo por toda la ciudad-Soy mayor de lo que mi altura da a entendeg, no tienes que intentar tranquilizagme como si fuese mas pequeña, no estoy asustada, solo soy de naturaleza prudente... mmm aun así...te agradezco la buena intención...- añadió de ultimas intentando suavizar un poco el tono, pues sabia que estaba siendo bastante cortante. No lo hacia a malas realmente simplemente le costaba un poco ser natural hablando con desconocidos. Mas ahora que tras tantos meses se había acostumbrado a ser un poco mas ella misma y ser un poco menos servicial y por tanto le salia la lengua respondona- Igual hay niños y niñas mucho mas pequeños que yo en edad en mi grupo...
-Era temprano...no debía hacer mucho que amaneció -articulo la niña buscando no trabarse demasiado, pero bastante segura de sus palabras, estaba acostumbrada a madrugar y aunque su cuerpo en ese momento no estaba sufriendo un sueño normal sino uno influido por drogas, este se resentía bastante cuando se levantaba mas tarde de lo habitual. No estaba acostumbrada a dormir muchas horas seguidas, por lo que de hacerlo se levantaba incluso mas cansada-Los ciudadanos que nos dieron el discurso...eran pagte del consejo, ¿no tuvisteis uno?- cuestiono la niña mirándole con una ceja alzada. Si decía que no entonces es que deberían haberse despertado después de ellos o simplemente lo hicieron antes pero llegaron a la fuente mas tarde, porque dudaba un poco que siendo como eran en la ciudad los que le dieron el discurso se tomaran la molestia de darlo, irse y luego volver para darlo de nuevo a otro grupo diferente. Demasiado esfuerzo por unos cosechados que aun eran considerados indignos según la mentalidad de la ciudadanía de Rocavarancolia.
Una voz acercándose a ellos atrajo su atención y la niña volvió su mirada hacia el chico de largo cola a rayas que anteriormente había atraído parte de su atención. Pero con diferencia lo que mas llamó la atención de la mona del queso e hizo que estrechase ligeramente la mirada en un ceño fruncido por la indignación, fue aquel “peque”. Para “peque” los repobladores en todo caso, no ella.
-Pelusa- corrigió la niña suavemente pero con cierta dignidad en la voz, sin apartar sus ojos lavandas rodeado de negrura de los ojos extrañamente amarillos de Tayron, al que debía mirar prácticamente levantando por completo la cabeza para poder ver su cara, como le pasaba con la mayoría de la gente- Mi nombre es Pelusa, no peque...y esta bien, no íbamos a dejarlos por ahí tirados para que algo les pasase...imagino habríais hecho lo mismo de ocurrir al revés -indico Pelusa no teniéndolas igual todas consigo. Podían llamarla desconfiada, aunque mas bien era analítica y prudente, pues ciertamente no los conocía lo suficiente como hacerse una imagen de como eran, por mas agradable que estuvieran siendo ahora. El tiempo, y el trato con ellos diría si se equivocaba o no.
Las siguiente palabras de Tayron hicieron que la niña alzara ligeramente una ceja, viendo su mano extendida. No veía como algo malo sus palabras ni le molestaban, sabía que todo el que la veía de primeras pensaba que era un niña pequeña frágil a la que había que cuidar y proteger como si tuviese una edad muy inferior a la que poseía debido a su altura. Pero claro, hacía tanto tiempo que sus compañeros de torreón no la trataban de esa forma, sino mas bien como alguien casi tan capaz como muchos de los mayores, aunque necesitase ayuda en ciertos campos obvios; que recibir ese trato de “no te preocupes de nada que los mayores te cuidaran” como si fuese pequeña, y una 'Guille' con todo lo que eso significaba, le era algo genuino.
-Mmm, ¿gracias?- dijo Pelusa no sin algo de extrañeza viendo aun su mano, la extendió hacia el para que la tomara equilibrando las cosas que llevaba en su otro brazo contra su pecho. No le gustaba mucho ser tocada realmente pero imaginaba que no aceptar su saludo seria visto como algo bastante feo y no quería empezar con mal pie. Su mano en comparación a la de Tayron era sumamente pequeña- Pero no me preocupo, se cuidagme bastante bien sola...aunque no rechazare la ayuda de nadie si quiere hacerlo. - añadió la niña observándole con atención. Sabía que en ese momento aquello era un mentira de alguna forma porque era inútil en muchos aspectos, pero tampoco era plan de ir publicándolo por toda la ciudad-Soy mayor de lo que mi altura da a entendeg, no tienes que intentar tranquilizagme como si fuese mas pequeña, no estoy asustada, solo soy de naturaleza prudente... mmm aun así...te agradezco la buena intención...- añadió de ultimas intentando suavizar un poco el tono, pues sabia que estaba siendo bastante cortante. No lo hacia a malas realmente simplemente le costaba un poco ser natural hablando con desconocidos. Mas ahora que tras tantos meses se había acostumbrado a ser un poco mas ella misma y ser un poco menos servicial y por tanto le salia la lengua respondona- Igual hay niños y niñas mucho mas pequeños que yo en edad en mi grupo...
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/11/18, 04:48 pm
El dato de que les habían dado un discurso a los otros cosechados le hizo apretar los dientes, pensando en por qué a ellos no. Su mente se puso de inmediato a trabajar en posibles teorías, y para confirmarlas decidió preguntar a la otra cosechada si se acordaba de la hora a la que habían recibido el otro discurso. Confirmar sus temores no hizo nada para acrecentar su ira, más bien todo lo contrario.
—Era por la tarde cuando despertamos. No tardó mucho en anochecer, y no, no tuvimos discursos —«imbéciles de mierda» pensó, aunque intentó relajar la fuerza de su mordisco, que empezaba a provocar dolor en la mandíbula—. Supongo que no calibraron bien las dosis de drogas y luego decidieron que total, para qué repetir el discurso simplemente por haber cometido un error básico. Qué alegría la despreocupación rocavarancolesa.
¿Habrían provocado por accidente un shock a los que quedaron en coma o desde el principio habían querido experimentar con distintas dosis? El misterio de los despertares a diferentes horas volvía con fuerza, y Rad quedaba frustrado al ser incapaz de dar respuestas a su curiosidad. Se maldijo por no haberse despertado antes y no haber ido a la biblioteca. Ahora ya no se atrevía a perderse solo por las calles de Rocavarancolia.
Entonces intervino Tayron. La escena ante él le provocó a medias diversión y a medias algo de exasperación. Las palabras del humano eran, en cierta forma, graciosa. Decirle a una desconocida que no le pasaría nada después de que pasara meses soportando los horrores de Rocavarancolia no era lo primero que se le pasaría por la cabeza.
El carabés se acercó a Tay, susurrándole algo al oído, una vez Pelusa respondió a su compañero.
—Te das cuenta de que, además de llevar meses viendo los encantos de esta ciudad, no dejarían a un niño pequeño encargándose del equipaje sin nadie que vigile, ¿verdad?
—Era por la tarde cuando despertamos. No tardó mucho en anochecer, y no, no tuvimos discursos —«imbéciles de mierda» pensó, aunque intentó relajar la fuerza de su mordisco, que empezaba a provocar dolor en la mandíbula—. Supongo que no calibraron bien las dosis de drogas y luego decidieron que total, para qué repetir el discurso simplemente por haber cometido un error básico. Qué alegría la despreocupación rocavarancolesa.
¿Habrían provocado por accidente un shock a los que quedaron en coma o desde el principio habían querido experimentar con distintas dosis? El misterio de los despertares a diferentes horas volvía con fuerza, y Rad quedaba frustrado al ser incapaz de dar respuestas a su curiosidad. Se maldijo por no haberse despertado antes y no haber ido a la biblioteca. Ahora ya no se atrevía a perderse solo por las calles de Rocavarancolia.
Entonces intervino Tayron. La escena ante él le provocó a medias diversión y a medias algo de exasperación. Las palabras del humano eran, en cierta forma, graciosa. Decirle a una desconocida que no le pasaría nada después de que pasara meses soportando los horrores de Rocavarancolia no era lo primero que se le pasaría por la cabeza.
El carabés se acercó a Tay, susurrándole algo al oído, una vez Pelusa respondió a su compañero.
—Te das cuenta de que, además de llevar meses viendo los encantos de esta ciudad, no dejarían a un niño pequeño encargándose del equipaje sin nadie que vigile, ¿verdad?
- Piel de Rad:
Tono original | Tono actual
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/11/18, 07:51 pm
Tayron enseguida se vio juzgado por aquella negrura con matices lavanda, no notaba desafío en las palabras de la extraña, pero sí cierto orgullo. Probablemente porque había metido la pata en algo.
-Supongo, Pelusa- dijo con cierto estupor y llevándose una mano a la nuca para rascarse la coronilla. La verdad es que el nombre le venía al pelo. Pelusa. Repitió mentalmente. Como si al soplarle fuerte fuera a echar a volar, aunque aquella chica parecía anclarse bien fuerte al suelo. Lo cierto es que le parecía un nombre extraño, y desconocía si había hecho bien en descifrar el suyo de verdad tan pronto. En cualquier caso ya estaba hecho, ese parecía ser su nuevo lema.
Cuando la mono del queso se quedó mirando su mano extendida no pudo evitar cierto temor. “A que me muerde, esta me hinca los dientes”. Pensaba, al tiempo que miraba a Rad. Pero nada de eso ocurrió, Pelusa correspondió el saludo y el belga se vio tentado a envolver su mano en la de ella, solo para ver si podía por lo pequeña que le parecía.
-¡Cojones!- intentó tomárselo bien, revolviendo su propio pelo como haría Dafne- lo siento- se disculpó de forma breve con la chica. Qué bocazas, vaya patada en la boca tenía. Buena forma de presentarse- seguro que sabes defenderte por tí misma claro que sí. Todos los que estamos aquí hemos debido hacerlo en algún momento ¿no?. Porque esta ciudad nos trata como una mierda... ¿a vosotros también os ha pasado cosas?- intentó arreglar. La verdad es que ahora que lo sabía, Pelusa no parecía una niña, al menos a juzgar por su comportamiento. Todo eso no le pasaría si hubiese sido más precavido. Si hasta había usado un tono casi condescendiente como cuando hablaba con los niños del pueblo y les decía “¿Quién quiere una piruleta?”. Reprimió el querer marcharse de allí solo por el bien de socializar.
-Llegas demasiado tarde para darme sermones, señor del reloj- susurró con rapidez al carabés en un tono de excusa clara y de querer quitarle hierro al asunto- Y bien... ¿Cúantos niños dices que son en tu grupo?- preguntó con verdadera curiosidad, ellos no habían sabido cuidar de una sola siquiera.
-Supongo, Pelusa- dijo con cierto estupor y llevándose una mano a la nuca para rascarse la coronilla. La verdad es que el nombre le venía al pelo. Pelusa. Repitió mentalmente. Como si al soplarle fuerte fuera a echar a volar, aunque aquella chica parecía anclarse bien fuerte al suelo. Lo cierto es que le parecía un nombre extraño, y desconocía si había hecho bien en descifrar el suyo de verdad tan pronto. En cualquier caso ya estaba hecho, ese parecía ser su nuevo lema.
Cuando la mono del queso se quedó mirando su mano extendida no pudo evitar cierto temor. “A que me muerde, esta me hinca los dientes”. Pensaba, al tiempo que miraba a Rad. Pero nada de eso ocurrió, Pelusa correspondió el saludo y el belga se vio tentado a envolver su mano en la de ella, solo para ver si podía por lo pequeña que le parecía.
-¡Cojones!- intentó tomárselo bien, revolviendo su propio pelo como haría Dafne- lo siento- se disculpó de forma breve con la chica. Qué bocazas, vaya patada en la boca tenía. Buena forma de presentarse- seguro que sabes defenderte por tí misma claro que sí. Todos los que estamos aquí hemos debido hacerlo en algún momento ¿no?. Porque esta ciudad nos trata como una mierda... ¿a vosotros también os ha pasado cosas?- intentó arreglar. La verdad es que ahora que lo sabía, Pelusa no parecía una niña, al menos a juzgar por su comportamiento. Todo eso no le pasaría si hubiese sido más precavido. Si hasta había usado un tono casi condescendiente como cuando hablaba con los niños del pueblo y les decía “¿Quién quiere una piruleta?”. Reprimió el querer marcharse de allí solo por el bien de socializar.
-Llegas demasiado tarde para darme sermones, señor del reloj- susurró con rapidez al carabés en un tono de excusa clara y de querer quitarle hierro al asunto- Y bien... ¿Cúantos niños dices que son en tu grupo?- preguntó con verdadera curiosidad, ellos no habían sabido cuidar de una sola siquiera.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/11/18, 11:21 pm
La respuesta de 'Pecas' se acercaba bastante a lo que había imaginado por lo que no se sorprendió en lo mas mínimo. Había tenido algún que otro encontronazo con habitantes de la ciudad como para saber ya un poco como se manejaban. Casi podía ver estallar ante sus ojos el sarcasmo usado en cada una de las palabras dichas por este.
La niña podría decir muchas cosas al respecto con un tonto tan o mas sarcástico que el suyo pero se lo ahorro, al menos en gran medida.
-¿Despreocupados? Claro que no...¿que te hace pensag eso? Mira que se aseguraron de que estuviéramos calentitos y seguros en esa abandonada mazmorra - comento Pelusa rodando los ojos con tal matiz de sarcasmo y acidez en su suave voz que casi chirriaba con su apariencia de muñeca- Incluso con discurso no nos dijeron mas que lo que ya imaginábamos con el panorama que nos rodeaba: Hay un refugio, encontrarlo...y arreglaosla para sobrevivir...no os pegdisteis demasiado- aseguro la niña ante las palabras de 'Pecas', que seguidamente se dirigió a Tayron en un murmullo que Pelusa medio logro oír y que básicamente le informaba de lo mismo que ella ya había hecho.
Decir que el chico de larga cola había recibido un doble corte tanto suyo como de su compañeros por hablar sin saber, era quedarse corto. Pelusa aun así no estaba molesta, menos cuando lo escuchó disculparse e intentar solventar su error al expresarse. 'Intentar' era la palabra principal, porque dudaba que querer hacerle rememorar recuerdos no muy alegres de sus días de cosecha, fuesen un buen inicio de conversación para la gran mayoría de la gente. Por suerte para el, Pam ya había llorado todo lo que tenía que llorar por los compañeros muertos, como para ser capaz de hablar de ellos en cierta medida sin alterarse.
-¿Cosas? Si...bastantes, no solos la misma cantidad que llegamos al refugio...fueron cayendo por la ciudad y sus monstruos o por los propios ciudadanos,...algunas muegtes aun son difíciles de olvidar. Imagino que os paso algo similar- añadió la mona del queso bajando un poco la mirada sin mover mucho la cabeza, al pasar por su mente por escenas cada una de las muertes que habían sufrido, algunas sintiéndolas mucho mas pesadas que otras, incluyendo la desaparición de Hyun que personalmente no había vivido, y al que nunca lograron encontrar- Las heridas de algunos de esos encuentros aun son visibles en algunos de mis compañeros -suavemente terminó de hablar levantando la vista para mirarle con una mirada clara. No iba a explicarse demasiado, no daría detalles morbosos sobre lo que vivido, no creía que fuese momento ni lugar. Porque no solo era ella, ahí también se encontraba involucradas la intimidad y emociones de sus compañeros. Tanto de Rox, que se había quedado con ella, como de los que no estaban allí.
Pam tomó de nuevo cuidadosamente las cosas en ambos brazos, cuando Tayron soltó su mano y le miro con atención ante la pregunta y la curiosidad que se dejaba ver en ella.
-Hay tres, dos niños y una niña, todos son mas jóvenes que yo...el resto son mayores- explico Pelusa no viendo mucha necesidad en ocultar ese punto, aunque tan curiosidad al respecto le hacia pensar que o era uno de esos gigantes con instintos protectores con los niños pequeños, que de esos tenían unos pocos entre sus compañeros o había algo mas-Tengo 13 años, ninguno de los mas pequeños supegan los 10, creo.-añadió Pam con un aire pensativo al final. Sabía que Nime tenía 9 años porque había celebrado su cumpleaños durante la cosecha y estaba segura que Eitne también era mas pequeño. El que no le quedaba claro era Guille, porque aparentaba por su comportamiento ser bastante pequeño, pero según recordaba tenia 9 años también ¿no?.
La niña podría decir muchas cosas al respecto con un tonto tan o mas sarcástico que el suyo pero se lo ahorro, al menos en gran medida.
-¿Despreocupados? Claro que no...¿que te hace pensag eso? Mira que se aseguraron de que estuviéramos calentitos y seguros en esa abandonada mazmorra - comento Pelusa rodando los ojos con tal matiz de sarcasmo y acidez en su suave voz que casi chirriaba con su apariencia de muñeca- Incluso con discurso no nos dijeron mas que lo que ya imaginábamos con el panorama que nos rodeaba: Hay un refugio, encontrarlo...y arreglaosla para sobrevivir...no os pegdisteis demasiado- aseguro la niña ante las palabras de 'Pecas', que seguidamente se dirigió a Tayron en un murmullo que Pelusa medio logro oír y que básicamente le informaba de lo mismo que ella ya había hecho.
Decir que el chico de larga cola había recibido un doble corte tanto suyo como de su compañeros por hablar sin saber, era quedarse corto. Pelusa aun así no estaba molesta, menos cuando lo escuchó disculparse e intentar solventar su error al expresarse. 'Intentar' era la palabra principal, porque dudaba que querer hacerle rememorar recuerdos no muy alegres de sus días de cosecha, fuesen un buen inicio de conversación para la gran mayoría de la gente. Por suerte para el, Pam ya había llorado todo lo que tenía que llorar por los compañeros muertos, como para ser capaz de hablar de ellos en cierta medida sin alterarse.
-¿Cosas? Si...bastantes, no solos la misma cantidad que llegamos al refugio...fueron cayendo por la ciudad y sus monstruos o por los propios ciudadanos,...algunas muegtes aun son difíciles de olvidar. Imagino que os paso algo similar- añadió la mona del queso bajando un poco la mirada sin mover mucho la cabeza, al pasar por su mente por escenas cada una de las muertes que habían sufrido, algunas sintiéndolas mucho mas pesadas que otras, incluyendo la desaparición de Hyun que personalmente no había vivido, y al que nunca lograron encontrar- Las heridas de algunos de esos encuentros aun son visibles en algunos de mis compañeros -suavemente terminó de hablar levantando la vista para mirarle con una mirada clara. No iba a explicarse demasiado, no daría detalles morbosos sobre lo que vivido, no creía que fuese momento ni lugar. Porque no solo era ella, ahí también se encontraba involucradas la intimidad y emociones de sus compañeros. Tanto de Rox, que se había quedado con ella, como de los que no estaban allí.
Pam tomó de nuevo cuidadosamente las cosas en ambos brazos, cuando Tayron soltó su mano y le miro con atención ante la pregunta y la curiosidad que se dejaba ver en ella.
-Hay tres, dos niños y una niña, todos son mas jóvenes que yo...el resto son mayores- explico Pelusa no viendo mucha necesidad en ocultar ese punto, aunque tan curiosidad al respecto le hacia pensar que o era uno de esos gigantes con instintos protectores con los niños pequeños, que de esos tenían unos pocos entre sus compañeros o había algo mas-Tengo 13 años, ninguno de los mas pequeños supegan los 10, creo.-añadió Pam con un aire pensativo al final. Sabía que Nime tenía 9 años porque había celebrado su cumpleaños durante la cosecha y estaba segura que Eitne también era mas pequeño. El que no le quedaba claro era Guille, porque aparentaba por su comportamiento ser bastante pequeño, pero según recordaba tenia 9 años también ¿no?.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/11/18, 02:05 pm
Desde la óptima de Rad Tayron siguió cubriéndose de gloria, ahora preguntando por si les habían sucedido sucesos traumáticos en su criba. El carabés se pasó una mano por su cara, preguntándose si el belga estaba intencionadamente tratanto de hacer que aquella chica le tuviera tirria. Incluso con su educación carabesa tenía claro que había cosas que no se debería preguntar en aquella ciudad a alguien que no conocía. En especial si aquel alguien era, igual que ellos, un monstruo recién nacido a la luz de la Luna Roja.
La mención a que los ciudadanos también les habían atacado aceleró su pulso, volviendo a sentir cierta ira latiendo en sus venas. Aquella ciudad se tomaba muy en serio la prohibición de ayudarles, pero parecía tener infinitos agujeros a la hora de no poder perjudicarles. Agujeros que no se explicaban, lo peor de todo desde su óptica. Daba igual lo brutal que fuera una norma, si la conocías, si la podías conocer, al menos tenías la oportunidad de cumplirla.
Que hubieran sobrevivido niños en su grupo era algo que le aliviaba algo. Un poco. Todavía recordaba el peso del cadáver de Nad en sus brazos, todavía recordaba aquella absurda injusticia. Y todo por la manía de Rocavarancolia de no hacer normas claras, de límites inequívocos para todo el mundo. Parecía que en aquella ciudad costaba la misma vida dejar los hechos sin traza alguna de ambigüedad.
—¿Podemos seguir la charla mientras le indicamos las habitaciones libres? —dirigió la pregunta principalmente a Tayron, al ser el que estaba continuamente siguiendo con aquellas torpezas sociales—. Por interesante que pueda ser hablar de los numerosos traumas que nos ha provocado esta encantadora ciudad, imagino que ponerse al día después de realizar las tareas será infinitamente más cómodo.
La mención a que los ciudadanos también les habían atacado aceleró su pulso, volviendo a sentir cierta ira latiendo en sus venas. Aquella ciudad se tomaba muy en serio la prohibición de ayudarles, pero parecía tener infinitos agujeros a la hora de no poder perjudicarles. Agujeros que no se explicaban, lo peor de todo desde su óptica. Daba igual lo brutal que fuera una norma, si la conocías, si la podías conocer, al menos tenías la oportunidad de cumplirla.
Que hubieran sobrevivido niños en su grupo era algo que le aliviaba algo. Un poco. Todavía recordaba el peso del cadáver de Nad en sus brazos, todavía recordaba aquella absurda injusticia. Y todo por la manía de Rocavarancolia de no hacer normas claras, de límites inequívocos para todo el mundo. Parecía que en aquella ciudad costaba la misma vida dejar los hechos sin traza alguna de ambigüedad.
—¿Podemos seguir la charla mientras le indicamos las habitaciones libres? —dirigió la pregunta principalmente a Tayron, al ser el que estaba continuamente siguiendo con aquellas torpezas sociales—. Por interesante que pueda ser hablar de los numerosos traumas que nos ha provocado esta encantadora ciudad, imagino que ponerse al día después de realizar las tareas será infinitamente más cómodo.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/11/18, 03:53 pm
Rena reaccionó instintivamente; su único brazo comenzó a transmutar en una garra, pero se quedó a medio camino al ver que Barael se calmaba y se disculpaba por su reacción. La irrense dijo que no importaba, aun así todavía notaba erizado el vello de la nuca. No le quitó el ojo de encima a Barael en todo el camino de vuelta.
-Te oímos alto y claro, Eitne -dijo en voz alta, con algo de burla en el tono. No se había dado cuenta de las particularidades de la voz del pequeño ni había oído la conversación que tuvo con Adru y Naeleth así que daba por hecho que el daeliciano solo estaba susurrando demasiado alto. Si acaso lo único raro eran esos cascabeles que acompañaban sus palabras, pero la parte hipnótica era automáticamente atribuida a la debilidad que sentía Rena por Eitne. Era un bollito de crema.
Llegaron a la Sede sin ningún percance. Naeleth acabó cargando con todos los libros, cosa que a Rena no le hizo mucha gracia a pesar de que era la forma más eficiente de hacerlo.
-¡Gente, estamos de vuelta! -anunció. Luego bajó el tono y se dirigió al grupo: -Vamos a pillar driv calentito y a mirar los libros en el salón ese enorme, así podemos saber todos los cambios de todos. ¿Os parece?
-Te oímos alto y claro, Eitne -dijo en voz alta, con algo de burla en el tono. No se había dado cuenta de las particularidades de la voz del pequeño ni había oído la conversación que tuvo con Adru y Naeleth así que daba por hecho que el daeliciano solo estaba susurrando demasiado alto. Si acaso lo único raro eran esos cascabeles que acompañaban sus palabras, pero la parte hipnótica era automáticamente atribuida a la debilidad que sentía Rena por Eitne. Era un bollito de crema.
Llegaron a la Sede sin ningún percance. Naeleth acabó cargando con todos los libros, cosa que a Rena no le hizo mucha gracia a pesar de que era la forma más eficiente de hacerlo.
-¡Gente, estamos de vuelta! -anunció. Luego bajó el tono y se dirigió al grupo: -Vamos a pillar driv calentito y a mirar los libros en el salón ese enorme, así podemos saber todos los cambios de todos. ¿Os parece?
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/11/18, 05:47 pm
Al final se disculparon o justificaron todos, pero se dio cuenta de que, o quiso convencerse de que, realmente, ya daba igual. Todos habían tenido su razón, en buscarles o no, dadas las circunstancias. Y había salido bien al final, ¿no? Ella seguiría con su espinita una temporada, eso sin duda, pero no había sacado ese tema para acabar en un cruce de quién se rindió más o menos o por qué decidieron intentarlo o no. Así que dejó correr el asunto y luego respondió a Mónica. Claro que seguía siendo ella. No necesitaba los espejos, sin embargo, ya que le sobraban ojos. Se lo agradeció, no obstante.
Pero borró la sonrisa de su cara sin ojos cuando escuchó a Rad y al nublino. No sabía qué era peor, si contarles lo de Fahran o preguntarles por el torreón. Contó con detalles cómo había sido el momento de empezar a transformarse. Mónica encerrada en el espejo, ella bajando con él al salón y Lorenzo retorciéndose con su nuevo cuerpo.
—Acabamos juntándonos en el salón del Faro, como ves, pero Fah se quedó arriba, a saber dónde. Y de la nada la puerta se abrió como por arte de magia. Entró un tipo, nos quitó la voz con más magia, y se fue escaleras arriba. Yo ya no veía bien, estaba cambiando los ojos de la cara por los demás —se le ocurrió rematar la frase colocando las manos sobre las cuencas vacías de sus ojos, como si fuera una broma triste.
>>Volvió con Fahran, la animó a despedirse de nosotros pero no la escuchamos decir nada. Y se largó con ella, sin más. No hemos sabido nada de ella desde entonces —se encogió de hombros. No sabían más, no sabían quién era ni si había accedido a irse con él o si había sido un secuestro.
Al detener su relato, vio a los otros escaleras arriba y se quedó perpleja un rato. Les miraba, pero también vio a más gente en otras habitaciones. Era fascinante. Y útil. Y peigroso. ¿No podría controlarlo para no vulnerar la intimidad de los demás? Había mucha gente allí y el grupo de la biblioteca también viviría allí con ellos. No podía pasarse la vida viendo todo lo que hacían, pero siempre podía adaptar la ropa para tapar sus ojos y ver solo con los de las manos sin accidentes indiscretos, mientras se acostumbrase a llevarlos todos menos dos o tres bien cerrados. Pero fuera del torreón era abrumadoramente útil. Qué pena que los roquenses no tuvieran los conceptos "radar" o "dron", o podría haber bromeado con ello.
Se dio cuenta de su "ausencia ocular indiscreta" y volvió a mirar al grupo. Recordó el hilo de la conversación, su narración de los hechos y las palabras de sus compañeros. Casi se podría decir que revivió el día del mensaje de Tersa poco después de la muerte de Lebra y se dirigió a Mónica. No tenía un buen recuerdo de esos nombres, por muy justificada que estuviera la carta de Tersa, ¿por qué los ciudadanos no se oponían a esa ley si tanta rabia les daba no poder ayudarles? Su fastidio se reflejó en su forma de hablar.
—¿Cuándo nos visitará nuestra amiguita de los caracoles? ¿Y qué plumas es eso de que se os vino el torreón encima? Aunque os ayudase después, ¿fue Tuétano? —inquirió después mirando a Eriel. Estaba alucinando <<¿A lo mejor se arrepintió o la ley de no intervenir seguía vigente? ¿A saber?>>
No mucho después regresó el otro grupo. Venían cargados con libros, ¡por fin! Se acercó a donde decían y esperó. Su agitación, visible, iba por otro lado: ¡libros! Le urgía más saber qué podían averiguar sobre sus nuevas habilidades, obviamente, pero necesitaba ir a aquel lugar, aquella Biblioteca. No solo sería la mayor herejía que podría describir a los miembros del Coro cuando volviera a hostigarlos con su tribu, sino que debía ser una maravilla digna de contemplar.
Recordó algo.
—Le dije a Pelusa que os vais a aburrir de que os agradezca cosas, ¡así que gracias por los libros!
Pero borró la sonrisa de su cara sin ojos cuando escuchó a Rad y al nublino. No sabía qué era peor, si contarles lo de Fahran o preguntarles por el torreón. Contó con detalles cómo había sido el momento de empezar a transformarse. Mónica encerrada en el espejo, ella bajando con él al salón y Lorenzo retorciéndose con su nuevo cuerpo.
—Acabamos juntándonos en el salón del Faro, como ves, pero Fah se quedó arriba, a saber dónde. Y de la nada la puerta se abrió como por arte de magia. Entró un tipo, nos quitó la voz con más magia, y se fue escaleras arriba. Yo ya no veía bien, estaba cambiando los ojos de la cara por los demás —se le ocurrió rematar la frase colocando las manos sobre las cuencas vacías de sus ojos, como si fuera una broma triste.
>>Volvió con Fahran, la animó a despedirse de nosotros pero no la escuchamos decir nada. Y se largó con ella, sin más. No hemos sabido nada de ella desde entonces —se encogió de hombros. No sabían más, no sabían quién era ni si había accedido a irse con él o si había sido un secuestro.
Al detener su relato, vio a los otros escaleras arriba y se quedó perpleja un rato. Les miraba, pero también vio a más gente en otras habitaciones. Era fascinante. Y útil. Y peigroso. ¿No podría controlarlo para no vulnerar la intimidad de los demás? Había mucha gente allí y el grupo de la biblioteca también viviría allí con ellos. No podía pasarse la vida viendo todo lo que hacían, pero siempre podía adaptar la ropa para tapar sus ojos y ver solo con los de las manos sin accidentes indiscretos, mientras se acostumbrase a llevarlos todos menos dos o tres bien cerrados. Pero fuera del torreón era abrumadoramente útil. Qué pena que los roquenses no tuvieran los conceptos "radar" o "dron", o podría haber bromeado con ello.
Se dio cuenta de su "ausencia ocular indiscreta" y volvió a mirar al grupo. Recordó el hilo de la conversación, su narración de los hechos y las palabras de sus compañeros. Casi se podría decir que revivió el día del mensaje de Tersa poco después de la muerte de Lebra y se dirigió a Mónica. No tenía un buen recuerdo de esos nombres, por muy justificada que estuviera la carta de Tersa, ¿por qué los ciudadanos no se oponían a esa ley si tanta rabia les daba no poder ayudarles? Su fastidio se reflejó en su forma de hablar.
—¿Cuándo nos visitará nuestra amiguita de los caracoles? ¿Y qué plumas es eso de que se os vino el torreón encima? Aunque os ayudase después, ¿fue Tuétano? —inquirió después mirando a Eriel. Estaba alucinando <<¿A lo mejor se arrepintió o la ley de no intervenir seguía vigente? ¿A saber?>>
No mucho después regresó el otro grupo. Venían cargados con libros, ¡por fin! Se acercó a donde decían y esperó. Su agitación, visible, iba por otro lado: ¡libros! Le urgía más saber qué podían averiguar sobre sus nuevas habilidades, obviamente, pero necesitaba ir a aquel lugar, aquella Biblioteca. No solo sería la mayor herejía que podría describir a los miembros del Coro cuando volviera a hostigarlos con su tribu, sino que debía ser una maravilla digna de contemplar.
Recordó algo.
—Le dije a Pelusa que os vais a aburrir de que os agradezca cosas, ¡así que gracias por los libros!
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/11/18, 12:15 am
Naeleth
La nublina pasó al salón tras Rena y comenzó a sacar los libros de su bolsa sin fondo. Notó que junto al grupo que se había quedado había dos personas más que todavía no conocía: un lémur y un carabés cuya transformación deconocía. Se presentó a ellos también mientras colocaba los libros sobre la mesa.
—En estos libros encontraréis información sobre vuestras transformaciones: Barael me escribió cosas sobre vosotros para que las buscase —les indicó mientras se sentaba en uno de los sillones.
Adrune
La sinhadre entró a la sede corriendo, como no podía ser de otra manera. Se había preocupado un poco por el estado de Barael, pero supuso que le estaría ocurriendo algo parecido a Pelusa y tampoco le dio mucha importancia.
—¡Driv! ¡Claro! Neil y yo lo prepararemos.
Después de eso, la gamusino había desaparecido llevándose a su aurva del brazo en busca de la cocina, que por suerte no resultó difícil de encontrar porque no sabía dónde estaba en realidad. Lo único que hizo, realmente, fue abrir todas las alacenas hasta encontrar driv y mostrárselo a Neil sin dejar de moverse de un lado a otro parloteando con él acerca de las posibilidades y de lo que podrían descubrir sobre sus transfomaciones. Insistió en ayudar a llevar tazas, aunque tuvo que prometerle al chico que tendría cuidado. Así pues, la edeel apareció por el salón rebosando entusiasmo y colocó varias tazas sobre la mesa donde Naeleth había empezado a sacar los libros.
—¡No es nada! —Le respondió a Sinceridad colocando los brazos en jarras y balanceándose ligeramente en el sitio, moviendo inconscientemente también sus orejas y cola de conejo—. Preséntanos a tus amigos en recompensa—añadió riéndose mientras señalaba a aquel chico lleno de pecas y al otro con una cola muy larga y peluda—. Hola, yo soy la Capitana.
La nublina pasó al salón tras Rena y comenzó a sacar los libros de su bolsa sin fondo. Notó que junto al grupo que se había quedado había dos personas más que todavía no conocía: un lémur y un carabés cuya transformación deconocía. Se presentó a ellos también mientras colocaba los libros sobre la mesa.
—En estos libros encontraréis información sobre vuestras transformaciones: Barael me escribió cosas sobre vosotros para que las buscase —les indicó mientras se sentaba en uno de los sillones.
Adrune
La sinhadre entró a la sede corriendo, como no podía ser de otra manera. Se había preocupado un poco por el estado de Barael, pero supuso que le estaría ocurriendo algo parecido a Pelusa y tampoco le dio mucha importancia.
—¡Driv! ¡Claro! Neil y yo lo prepararemos.
Después de eso, la gamusino había desaparecido llevándose a su aurva del brazo en busca de la cocina, que por suerte no resultó difícil de encontrar porque no sabía dónde estaba en realidad. Lo único que hizo, realmente, fue abrir todas las alacenas hasta encontrar driv y mostrárselo a Neil sin dejar de moverse de un lado a otro parloteando con él acerca de las posibilidades y de lo que podrían descubrir sobre sus transfomaciones. Insistió en ayudar a llevar tazas, aunque tuvo que prometerle al chico que tendría cuidado. Así pues, la edeel apareció por el salón rebosando entusiasmo y colocó varias tazas sobre la mesa donde Naeleth había empezado a sacar los libros.
—¡No es nada! —Le respondió a Sinceridad colocando los brazos en jarras y balanceándose ligeramente en el sitio, moviendo inconscientemente también sus orejas y cola de conejo—. Preséntanos a tus amigos en recompensa—añadió riéndose mientras señalaba a aquel chico lleno de pecas y al otro con una cola muy larga y peluda—. Hola, yo soy la Capitana.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/11/18, 10:08 am
Aunque Mon había dicho en tono de broma el reproche a sus compañeros por pensar que los sinhadres perdidos estaban muertos, parte de ella, al igual que sentía cierta rabia todavía para con Fahran y Lorenzo por no estar presentes en el suceso con Lebra, sintió un pinchazo de rabia también con sus excusas. Al menos ellos lo habían intentado. Sin embargo, camufló todos estos sentimientos bajo una sonrisa que se borró rápidamente con el relato del ¿secuestro? de Fahran.
—Y cuando pude salir de mi espejo —ni siquiera se dio cuenta del uso del posesivo— yo estaba herida y ellos ya se habían marchado. Solo pude gritar —acotó al final de la historia de Since.
Apretó la mano de la roquense cuando esta mencionó a Tersa, pero sonrió, incrédula, al saber que Tuétano había salvado a sus excompañeros al derrumbarse el torreón. —¿Sí? A lo mejor fue gracias a mis dulces… —fantaseó con ojos soñadores.
Se perdió la interacción Pelusa-Tay-Rad al estar distraída (se habría reído bastante de haberla presenciado), pero entonces fue cuando el grupo ausente regresó, cargados de libros.
—Bienvenidos —respondió tímidamente a la (anteriormente) osa (que todavía le intimidaba) antes de unirse a los agradecimientos de Sinceridad. Los pequeños sinhadres del grupo nuevo corretearon entonces a preparar algo de beber y, cuando la Abejonejo regresó cargada de tazas, Mónica se dirigió a la cocina a lavarse las manos y brazos concienzudamente. Inconscientemente, al volver al salón con un trapo entre manos, se puso a frotar los recipientes.
—¡Oh! Claro —respondió a la niña con una sonrisa, dejando una taza al considerar que estaba lo más limpia posible y cogiendo otra—. Esos son Rad y Tay. Rad y Tay… la Capitana.
—Y cuando pude salir de mi espejo —ni siquiera se dio cuenta del uso del posesivo— yo estaba herida y ellos ya se habían marchado. Solo pude gritar —acotó al final de la historia de Since.
Apretó la mano de la roquense cuando esta mencionó a Tersa, pero sonrió, incrédula, al saber que Tuétano había salvado a sus excompañeros al derrumbarse el torreón. —¿Sí? A lo mejor fue gracias a mis dulces… —fantaseó con ojos soñadores.
Se perdió la interacción Pelusa-Tay-Rad al estar distraída (se habría reído bastante de haberla presenciado), pero entonces fue cuando el grupo ausente regresó, cargados de libros.
—Bienvenidos —respondió tímidamente a la (anteriormente) osa (que todavía le intimidaba) antes de unirse a los agradecimientos de Sinceridad. Los pequeños sinhadres del grupo nuevo corretearon entonces a preparar algo de beber y, cuando la Abejonejo regresó cargada de tazas, Mónica se dirigió a la cocina a lavarse las manos y brazos concienzudamente. Inconscientemente, al volver al salón con un trapo entre manos, se puso a frotar los recipientes.
—¡Oh! Claro —respondió a la niña con una sonrisa, dejando una taza al considerar que estaba lo más limpia posible y cogiendo otra—. Esos son Rad y Tay. Rad y Tay… la Capitana.
- Los motes de los letarguinos… hasta que Mon se acostumbre a ellos:
- -Adru: ¿? (entre Abejonejo y Flash).
-Eitne: Cachorrillo.
-Neil: ¿? (barajando Grititos).
-Guille: ¿?
-Nime: ¿? (por ahora «con la que soñó Since»).
-Pelusa: ¿?
-Rena: ¿? (por ahora «OMG no me mates»).
-Milo: ¿?
-Rox: ¿?
-Zob: ¿?
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