Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
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24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Rocavarancolia Rol
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
27/11/16, 06:44 pm
El miembro 'Yber' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 19
'Dado de 100 caras' : 19
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
28/11/16, 06:01 pm
El draco se lo estaba pasando en grande intercambiando comentarios plagados de referencias con Gael y por estar contemplando algo que le había apasionado durante toda su vida humana y que sin duda echaba en falta en su día a día desde que la mayoría de aspectos relacionados con el proceso de cambio y adaptación habían pasado a tratarse de algo rutinario.
—Ah, ya veo, es un juego con cierta libertad de decisiones. Eso siempre está bien —comentó tras la explicación de Kin.
Tras la decisión tomada por la moneda de Saria, la respuesta tuvo el efecto de molestar a la tal Birca, quien se fue ofendida, y su amiga se disculpó nuevamente en su nombre.
>>¿No podemos elegir a esta como compañera? Parece bastante más simpática que la otra —preguntó con diversión.
Mientras siguiesen con aquel juego, el sueco siempre estaría a favor de tomar las decisiones con cierta controversia “por poner las cosas un poco más interesantes”.
—Ah, ya veo, es un juego con cierta libertad de decisiones. Eso siempre está bien —comentó tras la explicación de Kin.
Tras la decisión tomada por la moneda de Saria, la respuesta tuvo el efecto de molestar a la tal Birca, quien se fue ofendida, y su amiga se disculpó nuevamente en su nombre.
>>¿No podemos elegir a esta como compañera? Parece bastante más simpática que la otra —preguntó con diversión.
Mientras siguiesen con aquel juego, el sueco siempre estaría a favor de tomar las decisiones con cierta controversia “por poner las cosas un poco más interesantes”.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
03/12/16, 05:58 pm
Kin no abrió la boca mientras tomaban la decisión, y observó con nostalgia cómo transcurría la escena.
—Os voy a contar la gracia de la elección esta. La peor de las cuatro opciones era la primera. La segunda y la tercera la ofenden pero te toma por una persona normal; la cuarta la ofende y se dedica a ignorarte; con la primera directamente te toma por idiota y se dedica a burlarse de ti; sabe perfectamente que tiene la culpa, pero es más terca que una mula. De cualquier manera tienes que ganártela en las misiones. A Imara no, se une pronto. Sí, también se la puede escoger —apuntó mirando a Noel—. De hecho ahora viene por fin el tutorial de las magias, que era mínimo a lo que quería que llegaseis porque si no es demasiado que explicar antes de empezar con el multijugador.
—Podías haber avisado, yo quería la peor reacción —masculló Gael.
Imara llevó a Xalkito 0 a conocer a otros novatos que estaban haciendo sus primeros pinitos con la magia antes de empezar oficialmente las lecciones. Eran los alumnos veteranos, curiosos por ver qué tipo de magia desarrollaban, quienes les enseñaban sus primeros hechizos. Fue Imara quien comenzó a explicar el funcionamiento de los controles y quien les enseñó el hechizo más básico y esencial. Como habían elegido un mago de la materia muerta, este permitía localizar la materia muerta en un pequeño radio, que aumentaría según se especializase el personaje y subiese de nivel. De la presencia del tipo de materia de la especialidad mágica dentro de ese rango era de donde se sacaba el potencial de ataque, por lo que cada mago requería lugares estratégicos para colocarse durante los combates. A más difícil era de encontrar una energía en el medio, mayor era el rango de carga del tipo de mago, por tanto los magos de la materia muerta tenían los mayores, y les convenía situarse en zonas con más acúmulo de materia orgánica.
—El resto de magos tienen energía de sobra durante los combates, pero el mago de la materia muerta gana más cuantos más enemigos derrota. Además, puede usarlos como títeres después. El mago de la materia viva puede hacer títere a cualquier enemigo en cualquier momento, salvo otros magos, pero los vivos se resisten más, así que no es muy conveniente salvo que tu enemigo esté bastante debilitado o tenga poco nivel. Aunque escasee la energía, creo que son mejores los de la materia muerta. —Kin calló porque no quería dar demasiadas explicaciones, y los demás probablemente estarían intentando atender. La sobrecarga de información podía ser aburrida, así que no tardó en hacer una sugerencia—. Ahora que ya han explicado lo básico y falta un cuanto hasta que te echen al primer bicho encima… ¿qué tal si nos pasamos ya al multijugador? Creo que la forma más rápida de aprender es probando directamente. Si os queda curiosidad por la Rocavarancolia de pacotilla os cuento lo que queráis, porque tampoco es que fuésemos a avanzar mucho en la historia aunque siguiésemos.
«Y aún menos avanzaremos teniendo en cuenta que a Saria no le gusta dejar un rincón sin mirar».
Si volvían al menú y entraban en la partida de Iqelor, verían que este era un sira, mago de la materia inerte especializado en control del terreno. Vestía de tal forma que parecía gritar “me he pasado el juego por lo menos tres veces”, sobre todo si se comparaba con las pintas de Xalkito 0. Todos los personajes y todos los terrenos para combatir estaban desbloqueados; había quince de cada. Diferentes tipos de paisajes podían tener ventajas o inconvenientes para cada tipo de mago, así que Kin les recomendaría empezar en un bosque, para que nadie tuviese seria desventaja. Sería un terreno ideal para jugar al escondite, eso sí.
—Os voy a contar la gracia de la elección esta. La peor de las cuatro opciones era la primera. La segunda y la tercera la ofenden pero te toma por una persona normal; la cuarta la ofende y se dedica a ignorarte; con la primera directamente te toma por idiota y se dedica a burlarse de ti; sabe perfectamente que tiene la culpa, pero es más terca que una mula. De cualquier manera tienes que ganártela en las misiones. A Imara no, se une pronto. Sí, también se la puede escoger —apuntó mirando a Noel—. De hecho ahora viene por fin el tutorial de las magias, que era mínimo a lo que quería que llegaseis porque si no es demasiado que explicar antes de empezar con el multijugador.
—Podías haber avisado, yo quería la peor reacción —masculló Gael.
Imara llevó a Xalkito 0 a conocer a otros novatos que estaban haciendo sus primeros pinitos con la magia antes de empezar oficialmente las lecciones. Eran los alumnos veteranos, curiosos por ver qué tipo de magia desarrollaban, quienes les enseñaban sus primeros hechizos. Fue Imara quien comenzó a explicar el funcionamiento de los controles y quien les enseñó el hechizo más básico y esencial. Como habían elegido un mago de la materia muerta, este permitía localizar la materia muerta en un pequeño radio, que aumentaría según se especializase el personaje y subiese de nivel. De la presencia del tipo de materia de la especialidad mágica dentro de ese rango era de donde se sacaba el potencial de ataque, por lo que cada mago requería lugares estratégicos para colocarse durante los combates. A más difícil era de encontrar una energía en el medio, mayor era el rango de carga del tipo de mago, por tanto los magos de la materia muerta tenían los mayores, y les convenía situarse en zonas con más acúmulo de materia orgánica.
—El resto de magos tienen energía de sobra durante los combates, pero el mago de la materia muerta gana más cuantos más enemigos derrota. Además, puede usarlos como títeres después. El mago de la materia viva puede hacer títere a cualquier enemigo en cualquier momento, salvo otros magos, pero los vivos se resisten más, así que no es muy conveniente salvo que tu enemigo esté bastante debilitado o tenga poco nivel. Aunque escasee la energía, creo que son mejores los de la materia muerta. —Kin calló porque no quería dar demasiadas explicaciones, y los demás probablemente estarían intentando atender. La sobrecarga de información podía ser aburrida, así que no tardó en hacer una sugerencia—. Ahora que ya han explicado lo básico y falta un cuanto hasta que te echen al primer bicho encima… ¿qué tal si nos pasamos ya al multijugador? Creo que la forma más rápida de aprender es probando directamente. Si os queda curiosidad por la Rocavarancolia de pacotilla os cuento lo que queráis, porque tampoco es que fuésemos a avanzar mucho en la historia aunque siguiésemos.
«Y aún menos avanzaremos teniendo en cuenta que a Saria no le gusta dejar un rincón sin mirar».
Si volvían al menú y entraban en la partida de Iqelor, verían que este era un sira, mago de la materia inerte especializado en control del terreno. Vestía de tal forma que parecía gritar “me he pasado el juego por lo menos tres veces”, sobre todo si se comparaba con las pintas de Xalkito 0. Todos los personajes y todos los terrenos para combatir estaban desbloqueados; había quince de cada. Diferentes tipos de paisajes podían tener ventajas o inconvenientes para cada tipo de mago, así que Kin les recomendaría empezar en un bosque, para que nadie tuviese seria desventaja. Sería un terreno ideal para jugar al escondite, eso sí.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
10/01/17, 01:43 am
Saria hizo un mohín. Quería ver aquella Rocavarancolia falsa, sentía curiosidad por aquel mundo que se habían inventado a partir de cuatro cosas mal sabidas y a la vez sentía ganas de superar el reto que suponía el juego. Por suerte para ella (solía ser así así con la mala sombra), iban a pasar al modo multijugador o algo así: iban a pelearse entre ellos. Y, aunque la pena por perderse el mundo seguía ahí, el reto de ganar a sus compañeros le llamaba la atención mucho más que la historia del juego.
Sus habilidades le daban información extra y Saria no dudó en aprovecharla. La ordesa cogió al personaje que mejor fortuna le brindaba de todos: una lire cubierta de armadura ligera y una capa con muchas filigranas. Saria habría preferido más capa y más filigranas y menos armatoste, pero no se quejó. Su personaje era maga de la materia inerte y se especializaba en el uso de protecciones, aprovechando los materiales del entorno para levantar defensas en torno a ella y reforzar su armadura o la de sus posibles compañeros.
—¡Dad la bienvenida a Cari 40! ¡Levantadora de islas, baluarte de la naturaleza y pateadora de cráneos (los de vuestros personajes)! —y soltó una carcajada como pocas veces de un tiempo a esta parte—. Es broma, os prometo que es maja, ¡ya veréis!
A pesar de que se tomaba las competiciones muy en serio, la ordesa estaba disfrutando como la niña que aun era, en cierto modo. Sus ojos, como no, estaban esperando para lanzar todo su infortunio sobre los mandos ajenos, si sus rivales se lo permitían.
Sus habilidades le daban información extra y Saria no dudó en aprovecharla. La ordesa cogió al personaje que mejor fortuna le brindaba de todos: una lire cubierta de armadura ligera y una capa con muchas filigranas. Saria habría preferido más capa y más filigranas y menos armatoste, pero no se quejó. Su personaje era maga de la materia inerte y se especializaba en el uso de protecciones, aprovechando los materiales del entorno para levantar defensas en torno a ella y reforzar su armadura o la de sus posibles compañeros.
—¡Dad la bienvenida a Cari 40! ¡Levantadora de islas, baluarte de la naturaleza y pateadora de cráneos (los de vuestros personajes)! —y soltó una carcajada como pocas veces de un tiempo a esta parte—. Es broma, os prometo que es maja, ¡ya veréis!
A pesar de que se tomaba las competiciones muy en serio, la ordesa estaba disfrutando como la niña que aun era, en cierto modo. Sus ojos, como no, estaban esperando para lanzar todo su infortunio sobre los mandos ajenos, si sus rivales se lo permitían.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
16/01/17, 09:21 pm
No continuaron con el modo de un jugador durante mucho más tiempo, pero Noel trató de prestar atención al tutorial ya que no quería tener que pasarse los primeros minutos importunando a Kin para que le recordase qué hacía cada botón. De todas formas ya iba a tener que afrontar un problema difícilmente salvable: sus garras. Cuando se le pasó un mando lo cogió con todo el cuidado que pudo.
—Discúlpame de antemano si el mando termina con algún arañazo. Intentaré solventarlo antes de irnos —le advirtió al demonio Raigaurum—. Creo que yo escogeré a un mago de la materia viva. Probaría con el de las fuerzas físicas, pero me gustaría poder hacer algo más aparte de manquear —bufó con sorna.
Tenía asumido que partía con desventaja y que la mentalidad competitiva no le iba a servir más que para frustrarse en aquella situación.
El sueco escogió un qiro y lo nombró “Griz”.
—No sé, es lo primero que se me vino a la cabeza tratando de pensar cómo sería tu nombre irrensizado —le dijo al goliat con diversión, intentando que participase en la conversación ya que había permanecido completamente en silencio hasta ese momento—. Descuida, Saria, yo no tengo dudas de que a mí me vas a machacar tanto como quieras.
La ordesa se había hecho con el videojuego con gran facilidad pese a que se trataba de algo totalmente nuevo para ella.
—Discúlpame de antemano si el mando termina con algún arañazo. Intentaré solventarlo antes de irnos —le advirtió al demonio Raigaurum—. Creo que yo escogeré a un mago de la materia viva. Probaría con el de las fuerzas físicas, pero me gustaría poder hacer algo más aparte de manquear —bufó con sorna.
Tenía asumido que partía con desventaja y que la mentalidad competitiva no le iba a servir más que para frustrarse en aquella situación.
El sueco escogió un qiro y lo nombró “Griz”.
—No sé, es lo primero que se me vino a la cabeza tratando de pensar cómo sería tu nombre irrensizado —le dijo al goliat con diversión, intentando que participase en la conversación ya que había permanecido completamente en silencio hasta ese momento—. Descuida, Saria, yo no tengo dudas de que a mí me vas a machacar tanto como quieras.
La ordesa se había hecho con el videojuego con gran facilidad pese a que se trataba de algo totalmente nuevo para ella.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
04/03/17, 03:10 am
Kin no podía evitar divertirse con la competitividad y las bromas que surgían naturalmente durante los preparativos. Había echado de menos los videojuegos y haber recuperado los suyos lo ponía de excelente humor. Ni siquiera le preocupó el problema que tenía Noel con sus garras; desdeñó su comentario con un gesto que lo invitaba a no preocuparse por ello. El mando que tenía entre manos ya estaba tan gastado por los años que no tenía sentido preocuparse por la posibilidad de unos rayazos.
Durante las primeras partidas Gael se limitó a observar, aunque procurando aprender lo máximo posible de las experiencias de los demás. Cuando le pusieron por primera vez un mando entre las manos incluso se puso un poco nervioso. No quería que le saliese demasiado mal aunque no estuviesen tomándose aquello en serio ni de lejos.
No llegaron a probar otro juego porque, cuando quisieron darse cuenta, se había hecho bastante tarde. Después de haber trabajado varios en la obra todo el día, más de uno necesitaba dejarse caer en una cama cuanto antes, así que decidieron dejar la videoconsola por aquel día. El raigaurum les recordó a todos que la invitación a jugar se extendía a cualquier otro día. Al fin y al cabo, sin posibilidad de jugar online, solo podía competir contra la gente que se acercase a por un mando. Y la verdad era que no le apetecía jugar siempre solo.
Cuando los cuchitrileros se despidieron y echaron a andar hacia su casa, Gael todavía iría haciendo bromas sobre el sistema de magia del juego, entre bostezo y bostezo.
Durante las primeras partidas Gael se limitó a observar, aunque procurando aprender lo máximo posible de las experiencias de los demás. Cuando le pusieron por primera vez un mando entre las manos incluso se puso un poco nervioso. No quería que le saliese demasiado mal aunque no estuviesen tomándose aquello en serio ni de lejos.
No llegaron a probar otro juego porque, cuando quisieron darse cuenta, se había hecho bastante tarde. Después de haber trabajado varios en la obra todo el día, más de uno necesitaba dejarse caer en una cama cuanto antes, así que decidieron dejar la videoconsola por aquel día. El raigaurum les recordó a todos que la invitación a jugar se extendía a cualquier otro día. Al fin y al cabo, sin posibilidad de jugar online, solo podía competir contra la gente que se acercase a por un mando. Y la verdad era que no le apetecía jugar siempre solo.
Cuando los cuchitrileros se despidieron y echaron a andar hacia su casa, Gael todavía iría haciendo bromas sobre el sistema de magia del juego, entre bostezo y bostezo.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
30/04/17, 08:01 pm
La gloria, la fama, el honor, sueños de caballero andante, miles de oportunidades de demostrar su valía al mundo. Ese camino dorado se hacía palpable día tras día, cada vez más cercano a cumplirse, y dama Estribo no podía sino sentirse orgullosa de sí misma por sus progresos, por el valor que había demostrado a la gente que la quería y a sí misma. Noche tras noche soñaba con ese objetivo, igual que una niña.
Lástima que la crueldad de la ciudad no entendiese de grandes promesas ni futuros brillantes.
La noche se teñía de sangre y miedo, las tinieblas entraban en las mentes durmientes, incluso las de aquellos que no tenían una cabeza que posar sobre la almohada. Un único grito, sostenido como una nota aguda en el plano mental, colándose sin remedio en los cerebros de aquellos que no los protegían contra la telepatía. Luego silencio. No hubo más niebla oscura saliendo del limpio corte de su cuello, ni armas ni monturas ni legado. La última heredera de su estirpe había fallecido, sin dejar más pista que ese último grito, la miasma macabra de una pesadilla.
Lástima que la crueldad de la ciudad no entendiese de grandes promesas ni futuros brillantes.
La noche se teñía de sangre y miedo, las tinieblas entraban en las mentes durmientes, incluso las de aquellos que no tenían una cabeza que posar sobre la almohada. Un único grito, sostenido como una nota aguda en el plano mental, colándose sin remedio en los cerebros de aquellos que no los protegían contra la telepatía. Luego silencio. No hubo más niebla oscura saliendo del limpio corte de su cuello, ni armas ni monturas ni legado. La última heredera de su estirpe había fallecido, sin dejar más pista que ese último grito, la miasma macabra de una pesadilla.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
08/07/17, 02:33 am
Aquella noche Kin se despertó con la sensación de haber vivido una pesadilla muy realista. El grito mental lo había alcanzado dormido, pero su sensación al despertar era la de no haber oído ningún sonido fuerte. Se sentó en la cama, obnubilado, tratando de discernir si habían sido o no imaginaciones suyas, porque en la sede solo había silencio.
Hasta que empezaron a salir personas de sus habitaciones, y no una ni dos. El propio raigaurum decidió que sí pasaba algo, y se asomó al pasillo. Al preguntar supo que no eran imaginaciones suyas, sino un grito mental. Eso no dejaba muchas dudas sobre a qué persona buscar primero.
Cuando alcanzó la puerta de la habitación de Marsi ya estaba entreabierta. Podía ver la cola de Sura, y por un segundo eso le tranquilizó, pero no duró mucho. No quería entrar sin permiso, como parecía pasarle a otros que también se habían levantado a curiosear, pero era evidente que algo iba mal. Desde el marco de la puerta llamó a la naga con voz entrecortada, pero cuando esta se giró a mirarle, Kin ya había visto a Marsi inmóvil, sin rastro de humo saliendo de su cuello. La cara de Sura solo confirmaba lo que estaba pasando.
Todo se vino abajo. La sorpresa, el dolor, la confusión, martillearon en su cabeza e hicieron que sus piernas perdieran fuerza.
—¿Está…? ¿Cómo ha…?
Nadie tenía respuestas. Más tarde, el propio Kin vería que no había signos de violencia, ni pistas que delatasen una causa de muerte. Solo el grito. Todo aquello era tan irreal que necesitó sentarse un momento en el suelo.
Sura se marchó. Había que avisar a los demás, y no iba a ser fácil. Él se quedó con el cuerpo, pero al otro lado de la puerta, esperando al regreso de la naga. Sura tardaba, y en aquel ambiente no había mucho espacio a la conversación entre los que se habían quedado. Posiblemente todos pensaban cosas similares: ¿qué había pasado? ¿de qué podía haber muerto? ¿o había sido asesinada? Aquello era Rocavarancolia, sí, pero era difícil encontrar a una persona que pudiese provocar tan pocos rencores como Estribo. Simplemente, no se podía creer que estuviese muerta. Era su amiga, una persona que tenía toda la vida por delante. Y había pasado delante en la cara de todos los habitantes de la sede, sin que nadie pudiese llegar a tiempo siquiera para verla morir.
Hasta que empezaron a salir personas de sus habitaciones, y no una ni dos. El propio raigaurum decidió que sí pasaba algo, y se asomó al pasillo. Al preguntar supo que no eran imaginaciones suyas, sino un grito mental. Eso no dejaba muchas dudas sobre a qué persona buscar primero.
Cuando alcanzó la puerta de la habitación de Marsi ya estaba entreabierta. Podía ver la cola de Sura, y por un segundo eso le tranquilizó, pero no duró mucho. No quería entrar sin permiso, como parecía pasarle a otros que también se habían levantado a curiosear, pero era evidente que algo iba mal. Desde el marco de la puerta llamó a la naga con voz entrecortada, pero cuando esta se giró a mirarle, Kin ya había visto a Marsi inmóvil, sin rastro de humo saliendo de su cuello. La cara de Sura solo confirmaba lo que estaba pasando.
Todo se vino abajo. La sorpresa, el dolor, la confusión, martillearon en su cabeza e hicieron que sus piernas perdieran fuerza.
—¿Está…? ¿Cómo ha…?
Nadie tenía respuestas. Más tarde, el propio Kin vería que no había signos de violencia, ni pistas que delatasen una causa de muerte. Solo el grito. Todo aquello era tan irreal que necesitó sentarse un momento en el suelo.
Sura se marchó. Había que avisar a los demás, y no iba a ser fácil. Él se quedó con el cuerpo, pero al otro lado de la puerta, esperando al regreso de la naga. Sura tardaba, y en aquel ambiente no había mucho espacio a la conversación entre los que se habían quedado. Posiblemente todos pensaban cosas similares: ¿qué había pasado? ¿de qué podía haber muerto? ¿o había sido asesinada? Aquello era Rocavarancolia, sí, pero era difícil encontrar a una persona que pudiese provocar tan pocos rencores como Estribo. Simplemente, no se podía creer que estuviese muerta. Era su amiga, una persona que tenía toda la vida por delante. Y había pasado delante en la cara de todos los habitantes de la sede, sin que nadie pudiese llegar a tiempo siquiera para verla morir.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
08/07/17, 07:59 pm
Kin y algunos más estaban allí cuando la bruja alcanzó la puerta de su dormitorio. Cuántas horas, cuántos días había pasado allí, cuántas noches había dormido allí... Había conseguido mantener a raya los pensamientos sobre Marsi y ella por el camino a la torre. Más o menos. Se había forzado a pensar en el peligro que suponía salir así, de noche y con el ánimo destrozado, en qué podría haber pasado, en cómo iban a investigarlo, en qué harían después sin ell... Y vuelta a empezar. Su tren de pensamiento era un bucle, una serpiente que se muerde la cola, volvía al inicio una y otra vez, al camino empedrado hasta la Sede, en que podrían atacarles, que podrían ser los siguientes... Pero lo prefería. Mejor perderse en la obsesión infinita que pensar en todos los sueños rotos.
Pero no pudo evitar echarse a temblar cuando entraron a la torre. Ni cuando subieron las escaleras, ni mucho menos cuando atisbó la puerta en el pasillo. Casi se podría decir que acarició el marco de madera cuando puso un pie en el dormitorio. Había abierto la boca para saludar a los que allí estaban, pero no pudo, sencillamente no pudo. No cuando la vio en la cama, tendida como si durmiera, como tantas veces la había visto, pero no salía humo del cuello. Solo eso fue necesario para que, por fin, pudiera llorar. Había conseguido retrasar las lágrimas durante el trayecto, pero ya no era necesario. Llegó a la cama, temblando de pies a cabeza, algo apenas imperceptible por las onyces que la cubrían, y se sentó junto a la varmana. Las sombras la abandonaron y algunas salieron de la torre, otras se quedaron pegadas al techo. Ajena a ellas, y como si fuera una autómata, comprobó que su cabeza seguía en su sitio, que no la habían robado, y entonces se recostó a su lado. Hacía frío, pero no le importaba. Alice se abrazó con fuerza al cuerpo de Marsi y lloró en su hombro como nunca había llorado, ni en ese mundo ni en ninguno.
Pero no pudo evitar echarse a temblar cuando entraron a la torre. Ni cuando subieron las escaleras, ni mucho menos cuando atisbó la puerta en el pasillo. Casi se podría decir que acarició el marco de madera cuando puso un pie en el dormitorio. Había abierto la boca para saludar a los que allí estaban, pero no pudo, sencillamente no pudo. No cuando la vio en la cama, tendida como si durmiera, como tantas veces la había visto, pero no salía humo del cuello. Solo eso fue necesario para que, por fin, pudiera llorar. Había conseguido retrasar las lágrimas durante el trayecto, pero ya no era necesario. Llegó a la cama, temblando de pies a cabeza, algo apenas imperceptible por las onyces que la cubrían, y se sentó junto a la varmana. Las sombras la abandonaron y algunas salieron de la torre, otras se quedaron pegadas al techo. Ajena a ellas, y como si fuera una autómata, comprobó que su cabeza seguía en su sitio, que no la habían robado, y entonces se recostó a su lado. Hacía frío, pero no le importaba. Alice se abrazó con fuerza al cuerpo de Marsi y lloró en su hombro como nunca había llorado, ni en ese mundo ni en ninguno.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
11/07/17, 03:05 am
La vision de la sede fue suficiente para que a la mala sombra se le pusieran los pelos de punta. No había nada peligroso en el aire, ningún riesgo que gritara "Yo he matado a la dullahan"; el panorama era tan inocuo como aterrador. No habia nada peor que estar ciego al peligro. Saria caminó lenta y se quedó atrás, retrasando su entrada en el edificio tanto como le era ordesamente posible.
La visión del cadáver hizo trenzas con sus tripas y la ordesa tuvo que contenerse para no llorar. La habitación estaba tan tranquila como el resto del lugar y dama Estribo se veia en paz. Una paz prematura y desconcertante. Saria se acercó a Kin y alzó la cabeza para mirarle a los ojos con un gesto sentido y silencioso: un saludo y un lo siento mucho que no necesitaban palabras.
Saria estaba apunto de romperse, pero no eran ni su lugar, ni su momento; la mala sombra había tenido cinco de cada. Estos eran para Alice y sus compañeros. Respiró hondo y cruzó el umbral. Su mirada inquieta revoloteó por la habitación. La mala sombra escudriñó sin pudor las esquinas, las mesas, los muebles (sin abrirlos) e incluso se agachó ligeramente para buscar bajo la cama. Como se temía, no había malos presagios escondidos.
Tal vez había sido algo natural, se mintió a sí misma, y se acercó a la onycemante. Sentía a su dominio vigilante, pero en aquel momento no habia porcentaje de catástrofe que la pudiera frenar. Saria posó su mano con suavidad sobre la espalda de Alice y, tras varios segundos, dibujó con ella una caricia; un gesto de apoyo y comprensión.
—Tómate todo el tiempo que necesites, cariño —le habló en voz baja, con el mismo cuidado que habría tenido si alguna vez hubiera sido madre, y de alguna manera sintió que funcionaba. El llanto de la bruja pareció perder fuerza.
Sin embargo, no había nada más que decirle. Rocavarancolia aún no conocía un milagro capaz de curar el mal de Alice y no existían palabras de consuelo reales. "Tenía tanta vida por delante", "Siento tu pérdida", "Está en un lugar mejor", "Que la Suerte la guíe en su nuevo camino"... Todo basura cuando te las dicen a ti. La ordesa apretó la mandíbula y los ojos. <<Pobre niña>> pensó, y se refirió a la viva y no a la muerta.
Acto seguido, Saria despegó la mano con dulzura y salió de la habitación con pena.
La visión del cadáver hizo trenzas con sus tripas y la ordesa tuvo que contenerse para no llorar. La habitación estaba tan tranquila como el resto del lugar y dama Estribo se veia en paz. Una paz prematura y desconcertante. Saria se acercó a Kin y alzó la cabeza para mirarle a los ojos con un gesto sentido y silencioso: un saludo y un lo siento mucho que no necesitaban palabras.
Saria estaba apunto de romperse, pero no eran ni su lugar, ni su momento; la mala sombra había tenido cinco de cada. Estos eran para Alice y sus compañeros. Respiró hondo y cruzó el umbral. Su mirada inquieta revoloteó por la habitación. La mala sombra escudriñó sin pudor las esquinas, las mesas, los muebles (sin abrirlos) e incluso se agachó ligeramente para buscar bajo la cama. Como se temía, no había malos presagios escondidos.
Tal vez había sido algo natural, se mintió a sí misma, y se acercó a la onycemante. Sentía a su dominio vigilante, pero en aquel momento no habia porcentaje de catástrofe que la pudiera frenar. Saria posó su mano con suavidad sobre la espalda de Alice y, tras varios segundos, dibujó con ella una caricia; un gesto de apoyo y comprensión.
—Tómate todo el tiempo que necesites, cariño —le habló en voz baja, con el mismo cuidado que habría tenido si alguna vez hubiera sido madre, y de alguna manera sintió que funcionaba. El llanto de la bruja pareció perder fuerza.
Sin embargo, no había nada más que decirle. Rocavarancolia aún no conocía un milagro capaz de curar el mal de Alice y no existían palabras de consuelo reales. "Tenía tanta vida por delante", "Siento tu pérdida", "Está en un lugar mejor", "Que la Suerte la guíe en su nuevo camino"... Todo basura cuando te las dicen a ti. La ordesa apretó la mandíbula y los ojos. <<Pobre niña>> pensó, y se refirió a la viva y no a la muerta.
Acto seguido, Saria despegó la mano con dulzura y salió de la habitación con pena.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
11/07/17, 12:57 pm
Siguió la procesión de sus compañeros con la mente en otra parte. Sentía una enorme inquietud, un cierto nerviosismo, y tristeza, una profunda tristeza que no parecía que fuese a irse nunca. Le dolía mas aquella perdida, que lo que le habría podido doler la muerte de una de sus verdaderas hermanas.
Cuando al fin llegaron todos a la Sede, la primera en adelantarse fue Saría, intuyendo lo que buscaba ahora que era conocedor de las habilidades de la ordesa. Dhelian se mantuvo afuera, mirando la puerta como si de una guillotina oculta se escondieran entre sus marcos. Sentía un peso en el estomago, como si este le avisara de lo que se avecinaba en el momento que diera esos paso dentro de la habitación. Su nariz cosquilleaba, como la de un sabueso captando algo que otros muchos no podían captar hasta pasado un tiempo adecuado.
Pero debía entrar, necesitaba verla, despedirse de su amiga, asegurarse que su muerte había sido tranquila, incluso si eso no le consolaba en lo mas mínimo. Se adentro en la habitación temeroso, con la garganta encogida, advirtiéndole que estaba a punto de llorar de nuevo incluso sino le quedaban lagrimas. Vio el apoyo de Saria a Alice, su salida. La visión de Marsi tendida, con Alice abrazándose a ella. No fue capaz de acercarse mas.
No había nada anormal, nada que advirtiera de que algo allí hubiese ocurrido. Lo único diferente era el cuerpo de Marsi, cuyo pecho no subía y bajaba...y la sensación de su estomago revolviéndose, pinchando su interior con un signo de interés tan conocido como espantoso. La respiración del ghoul se agito, incapaz de poder respirar incluso si eso ya no podía matarle, con alarma al ver cumplido sus peores temores.
Pues no había nada mas certero, mas incuestionable para Dhelian, que la muerte de Masi era tan real como su tristeza, que su instinto. Uno tan primario como indeseado de tener en aquellos instante de luto, uno a la que no le importaba que su mente la viera como alguien apreciado, como un ser querido; ni que su corazón, que ni siquiera latía realmente ya, llorara ante la muerte de una amiga, de una hermana. Al instinto le daba igual su dolor, el solo veía allí carne.
Dhelian no lo soporto mas, con las lagrimas cayendo por sus mejillas salio apresuradamente de la habitación, con las arcadas apretando su garganta, incluso si sabia que nada saldría. Se dejo caer hasta acabar sentado en el suelo del pasillo, junto a la pared de la habitación de su amiga. Sus lagrimas ya no solo eran de tristeza por su muerte, incomprensible y dolorosa, era por el. Incapaz de despedirla como se merecía, de mostrarle cuanto la había apreciado y lo importante que había sido para el...no sin sentir aquel interés en la boca del estomago que le hacia sentir sucio. De no ser merecedor de estar allí dentro llorándole, no cuando una parte de el, pequeña e instintiva, solo deseaba morder.
-Lo siento Marsi...lo siento- susurro cubriendo su rostro con las manos, queriendo esconderse, no sabiendo si de sus amigos o de si mismo. No deseaba que sus recuerdos de Marsi se vieran contaminados por aquella sensación que le roía el estomago. Ella no se lo merecía.
Las dos estirges que lo había acompañado en todo momento, no eran capaces de entender enteramente lo que le ocurría, incluso si sus mentes estaba ya conectadas con la de el, con sus emociones. Pero si eran capaces de sentir la simple y llana tristeza. Hugin se mantuvo sobre su hombro, acurrucada, apoyando su pico afilada contra su mejilla en un mudo consuelo. Munin se mantuvo junto a el, vigilando el pasillo, custodiando protectora a su brughou con el afán de una madre a su polluelo.
Lo odiaban y apreciaban por igual, un desprecio afectuoso genuino debido al control que este ejercía sobre ellas, pero siendo lo suficientemente inteligentes y lo suficientemente empaticas, como para saber cuando debían darle un descanso. Ya lo molestarían en otro momento cuando este no estuviera tan roto.
Cuando al fin llegaron todos a la Sede, la primera en adelantarse fue Saría, intuyendo lo que buscaba ahora que era conocedor de las habilidades de la ordesa. Dhelian se mantuvo afuera, mirando la puerta como si de una guillotina oculta se escondieran entre sus marcos. Sentía un peso en el estomago, como si este le avisara de lo que se avecinaba en el momento que diera esos paso dentro de la habitación. Su nariz cosquilleaba, como la de un sabueso captando algo que otros muchos no podían captar hasta pasado un tiempo adecuado.
Pero debía entrar, necesitaba verla, despedirse de su amiga, asegurarse que su muerte había sido tranquila, incluso si eso no le consolaba en lo mas mínimo. Se adentro en la habitación temeroso, con la garganta encogida, advirtiéndole que estaba a punto de llorar de nuevo incluso sino le quedaban lagrimas. Vio el apoyo de Saria a Alice, su salida. La visión de Marsi tendida, con Alice abrazándose a ella. No fue capaz de acercarse mas.
No había nada anormal, nada que advirtiera de que algo allí hubiese ocurrido. Lo único diferente era el cuerpo de Marsi, cuyo pecho no subía y bajaba...y la sensación de su estomago revolviéndose, pinchando su interior con un signo de interés tan conocido como espantoso. La respiración del ghoul se agito, incapaz de poder respirar incluso si eso ya no podía matarle, con alarma al ver cumplido sus peores temores.
Pues no había nada mas certero, mas incuestionable para Dhelian, que la muerte de Masi era tan real como su tristeza, que su instinto. Uno tan primario como indeseado de tener en aquellos instante de luto, uno a la que no le importaba que su mente la viera como alguien apreciado, como un ser querido; ni que su corazón, que ni siquiera latía realmente ya, llorara ante la muerte de una amiga, de una hermana. Al instinto le daba igual su dolor, el solo veía allí carne.
Dhelian no lo soporto mas, con las lagrimas cayendo por sus mejillas salio apresuradamente de la habitación, con las arcadas apretando su garganta, incluso si sabia que nada saldría. Se dejo caer hasta acabar sentado en el suelo del pasillo, junto a la pared de la habitación de su amiga. Sus lagrimas ya no solo eran de tristeza por su muerte, incomprensible y dolorosa, era por el. Incapaz de despedirla como se merecía, de mostrarle cuanto la había apreciado y lo importante que había sido para el...no sin sentir aquel interés en la boca del estomago que le hacia sentir sucio. De no ser merecedor de estar allí dentro llorándole, no cuando una parte de el, pequeña e instintiva, solo deseaba morder.
-Lo siento Marsi...lo siento- susurro cubriendo su rostro con las manos, queriendo esconderse, no sabiendo si de sus amigos o de si mismo. No deseaba que sus recuerdos de Marsi se vieran contaminados por aquella sensación que le roía el estomago. Ella no se lo merecía.
Las dos estirges que lo había acompañado en todo momento, no eran capaces de entender enteramente lo que le ocurría, incluso si sus mentes estaba ya conectadas con la de el, con sus emociones. Pero si eran capaces de sentir la simple y llana tristeza. Hugin se mantuvo sobre su hombro, acurrucada, apoyando su pico afilada contra su mejilla en un mudo consuelo. Munin se mantuvo junto a el, vigilando el pasillo, custodiando protectora a su brughou con el afán de una madre a su polluelo.
Lo odiaban y apreciaban por igual, un desprecio afectuoso genuino debido al control que este ejercía sobre ellas, pero siendo lo suficientemente inteligentes y lo suficientemente empaticas, como para saber cuando debían darle un descanso. Ya lo molestarían en otro momento cuando este no estuviera tan roto.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
12/07/17, 10:34 pm
Saria no pudo contener las ganas de llorar mucho más, ver al daeliciano destrozado fue el detonante. La ordesa se enjuagó los ojos con las manos desnudas y el sabor salado de sus lágrimas le produjo una fuerte sensación de desagrado. Nisiquiera lloraba por Marsi, no enteramente; lloraba por la gente que la había perdido y que acababa de descubrir que jamás volverían a verla, a escucharla o a tocarla.
Con cuidado de no espantar a las estirges, la mala sombra se acercó despacio a Dhelian y se acuclilló a su lado. Buscó una zona lejana de sus aves y acabó acariciándole en la pierna. Si su intuición no le fallaba, la mala sombra creía saber qué había pasado. El daeliciano había tenido uno de los cambios más extraños, morir había afectado a su apetito.
—¿Puedo pedirte un favor, Evelhan? —le preguntó con voz suave, triste—. Estoy echando de menos a Archi, a Krono Rádem, y quería saber si tus amigas podrían llevarle un mensaje.
Saria se acabó sentando a su lado y suspiró. Las lágrimas volvían a sus ojos, pero ella se hizo la fuerte.
—Avísame si quieres que te acompañe, si decides volver a entrar a la habitación. También podemos salir fuera si necesitas aire, ¿Vale? —La ordesa le pasó la mano por el pelo y se lo despeinó un poco en un gesto amable—. Estoy aquí para ti, para todos, y para lo que sea.
Con cuidado de no espantar a las estirges, la mala sombra se acercó despacio a Dhelian y se acuclilló a su lado. Buscó una zona lejana de sus aves y acabó acariciándole en la pierna. Si su intuición no le fallaba, la mala sombra creía saber qué había pasado. El daeliciano había tenido uno de los cambios más extraños, morir había afectado a su apetito.
—¿Puedo pedirte un favor, Evelhan? —le preguntó con voz suave, triste—. Estoy echando de menos a Archi, a Krono Rádem, y quería saber si tus amigas podrían llevarle un mensaje.
Saria se acabó sentando a su lado y suspiró. Las lágrimas volvían a sus ojos, pero ella se hizo la fuerte.
—Avísame si quieres que te acompañe, si decides volver a entrar a la habitación. También podemos salir fuera si necesitas aire, ¿Vale? —La ordesa le pasó la mano por el pelo y se lo despeinó un poco en un gesto amable—. Estoy aquí para ti, para todos, y para lo que sea.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/07/17, 06:07 pm
Las estirges conocían la mala sombra, solo por eso, Munin no se lanzo inmediatamente a intentar arrancarle lo dos enormes ojos ordeses por atreverse a acercarse al brugho sino que la vigilo con ojos figo graznando bajito en un sonido de sutil advertencia. Hugin sobre el hombro de Dhelian, azo la cabeza para mirar a la ordesa por encima de la cabeza del niño, que en algún había medio ocultado su rostro entre sus brazos, que abrazaba sus rodillas. Hugin observo el movimiento de la mano de Saria como un gato miraría una punto rojo, de forma fija, como si intentara calcular el momento exacto donde esa mano podría ser un peligro para el brugho y fuera menester picotearla.
Pero el ave se contuvo, aunque ambas aun observaban fijamente a Saria cuando este empezó a hablar. Dhelian tembló ligeramente al sentir la mano de la ordesa sobre su cabeza, entendido el gesto de consuelo que no sabia si merecerse. Con cuidado mostró su rostro, sorbiendo por la nariz para mirarla, con los ojos levemente hinchados por tanto llorar.
Escucho su voz triste, su intento de consuelo, allí sentada junto a el. Cierto, Archi no estaba. Debían avisarle. El también había compartido tiempo con Marsi.
-C-creo que si puedo...ya...ya lo conocen- susurro Dhelian aun medio aturdido, alzo suavemente una mano para acaricia el pico de Hugin que por fin dejo de mirar fijamente a la ordesa para prestarle atención- Hugin...busca a Archi, debe estar en su taller – indico con voz pausada pero siendo una clara orden para la estirge, mostrandole una imagen mental de su amigo y del lugar, gracias a la conexión que tenia con sus estirges mas cercanas, que se deslizo desde su hombro hasta su brazo a regañadientes para escucharle, mientras Dhelian con mano temblorosa sacaba de su inseparable bolsito del cinturón un trozo de papel para escribir un sencillo 'Archi, ven a la sede, estamos todos aquí...Marsi ha muerto' pues no había forma de suavizar aquello- Y dale esto- dijo mientras escribía
La letra le quedo temblorosa con las ultimas palabras, costandole escribirlas, pero eran entendible, al terminar enrollo el pequeño pergamino, y se lo entrego a la estirge que lo cogió con la pata. Iba a tener que mejorar la forma de enviar mensajes, pues el pico de sus estirges los perforaban parcialmente y la garra era muy grande para mensajes pequeños. Tal vez en un futuro cuando la tristeza no lo superase pensaría en ello.
-No te lo comas, ni lo tires. No vuelvas hasta que Archilo haya leído...vamos, ve Hugin- indico Dhelian con tono cansado pero siendo claro en su orden, pues aunque sus estirges mas cercanas ya no le desobedecían tan a menudo como antes, no quería arriesgarse. Hugin le miro fijamente, antes de desplegar las alas y volar por el pasillo hasta colarse por uno de los ventanales, sujetando el mensaje firmemente entre una de sus garras. Tras eso Dhelian vio a Munin acercarse mas a el, custodiándolo y se giro a mirar a Saria.
-Gracias Saria – susurro el niño apoyándose un poco en ello, era cálida, suave,no apaciguaba su tristeza pero ese tipo de serenidad que solo podían dar las madres-Voy a quedarme aquí...estar cerca, incluso sino puedo entrar- susurro con tristeza-Quiero saber que ha ocurrido...las muertes naturales en esta ciudad, nunca son naturales- aseguro el brugho mordiéndose el labio inferior, mirando hacia la puerta abierta donde podían escuchar el llanto de sus amigos- Marsi no se merecía esto...jamas hizo daño a nadie- susurro decaído sintiendo aun ganas de llorar pero siendo ya imposible que pudiera.
Pero el ave se contuvo, aunque ambas aun observaban fijamente a Saria cuando este empezó a hablar. Dhelian tembló ligeramente al sentir la mano de la ordesa sobre su cabeza, entendido el gesto de consuelo que no sabia si merecerse. Con cuidado mostró su rostro, sorbiendo por la nariz para mirarla, con los ojos levemente hinchados por tanto llorar.
Escucho su voz triste, su intento de consuelo, allí sentada junto a el. Cierto, Archi no estaba. Debían avisarle. El también había compartido tiempo con Marsi.
-C-creo que si puedo...ya...ya lo conocen- susurro Dhelian aun medio aturdido, alzo suavemente una mano para acaricia el pico de Hugin que por fin dejo de mirar fijamente a la ordesa para prestarle atención- Hugin...busca a Archi, debe estar en su taller – indico con voz pausada pero siendo una clara orden para la estirge, mostrandole una imagen mental de su amigo y del lugar, gracias a la conexión que tenia con sus estirges mas cercanas, que se deslizo desde su hombro hasta su brazo a regañadientes para escucharle, mientras Dhelian con mano temblorosa sacaba de su inseparable bolsito del cinturón un trozo de papel para escribir un sencillo 'Archi, ven a la sede, estamos todos aquí...Marsi ha muerto' pues no había forma de suavizar aquello- Y dale esto- dijo mientras escribía
La letra le quedo temblorosa con las ultimas palabras, costandole escribirlas, pero eran entendible, al terminar enrollo el pequeño pergamino, y se lo entrego a la estirge que lo cogió con la pata. Iba a tener que mejorar la forma de enviar mensajes, pues el pico de sus estirges los perforaban parcialmente y la garra era muy grande para mensajes pequeños. Tal vez en un futuro cuando la tristeza no lo superase pensaría en ello.
-No te lo comas, ni lo tires. No vuelvas hasta que Archilo haya leído...vamos, ve Hugin- indico Dhelian con tono cansado pero siendo claro en su orden, pues aunque sus estirges mas cercanas ya no le desobedecían tan a menudo como antes, no quería arriesgarse. Hugin le miro fijamente, antes de desplegar las alas y volar por el pasillo hasta colarse por uno de los ventanales, sujetando el mensaje firmemente entre una de sus garras. Tras eso Dhelian vio a Munin acercarse mas a el, custodiándolo y se giro a mirar a Saria.
-Gracias Saria – susurro el niño apoyándose un poco en ello, era cálida, suave,no apaciguaba su tristeza pero ese tipo de serenidad que solo podían dar las madres-Voy a quedarme aquí...estar cerca, incluso sino puedo entrar- susurro con tristeza-Quiero saber que ha ocurrido...las muertes naturales en esta ciudad, nunca son naturales- aseguro el brugho mordiéndose el labio inferior, mirando hacia la puerta abierta donde podían escuchar el llanto de sus amigos- Marsi no se merecía esto...jamas hizo daño a nadie- susurro decaído sintiendo aun ganas de llorar pero siendo ya imposible que pudiera.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/07/17, 10:14 pm
Kin no sabía ni cuánto tiempo había pasado hasta que escuchó gente llegando a la torre, un grupo grande, en mitad de la noche. Solo podían ser los de Serpentaria. Se restregó la camiseta por los ojos húmedos y esperó a que subiesen las escaleras. No sabía ni con qué cara mirarlos. Se preguntó si no les verían como culpables. A los de la sede. Por haber estado allí en el momento en que había sucedido y no haber hecho nada.
Podía habérselo imaginado, pero a Alice era a quien más costaba mirar. Ella tampoco parecía fijar la vista en nadie concreto. En aquel momento no le habría importado que alguien le increpase por no haber ayudado a Marsi. Él mismo no se explicaba qué había pasado y se sentía culpable al mismo tiempo.
El grupo entró en la habitación, pero Kin se quedó fuera. No sabía en qué podía ayudar, ni cómo. Escuchaba sollozos al otro lado; probablemente su presencia solo sería una molesta. Esperó pegado al marco de la puerta hasta que salió alguien. La primera fue Saria. Le hizo recordar que ella había tenido suficiente luto para toda una vida. La miró al pasar, pero no supo preguntarle si se encontraba bien. ¿Cómo hacerlo? No era capaz de revivir el pasado de la ordesa con aquella pregunta, pues de tratarse de Marsi, lo mismo se podía aplicar a cualquiera de los presentes, a los que no había dirigido la palabra todavía.
Acto seguido salió Dhelian. Por un momento pensó que iba a huir lejos, pero no fue así. El raigaurum hizo ademán de acercarse a él, pero la inseguridad sobre qué decir no ayudaba. Saria se hizo cargo de la situación mil veces mejor de lo que lo habría hecho él. La entereza con que lo estaba llevando era admirable, después de todo lo que había vivido la mala sombra.
Uno de los pájaros del daeliciano se marchó en busca de Archi. De aquel modo el kairós aparecería por allí enseguida. Kin pensó que quizá él sí pudiese encontrar pistas que a los demás se le habían pasado por alto. «Date prisa, pajarraco» apremió para sí a la estirge. Finalmente, logró unirse a la conversación.
—Ha sido algo muy extraño, no sé ni qué ha pasado —explicó, evitando sin pretenderlo el contacto visual—. No parece que la hayan atacado… ni envenenado, porque gritó. Todos la oímos en nuestras cabezas. Pero cuando llegamos aquí ya era demasiado tarde.
Podía habérselo imaginado, pero a Alice era a quien más costaba mirar. Ella tampoco parecía fijar la vista en nadie concreto. En aquel momento no le habría importado que alguien le increpase por no haber ayudado a Marsi. Él mismo no se explicaba qué había pasado y se sentía culpable al mismo tiempo.
El grupo entró en la habitación, pero Kin se quedó fuera. No sabía en qué podía ayudar, ni cómo. Escuchaba sollozos al otro lado; probablemente su presencia solo sería una molesta. Esperó pegado al marco de la puerta hasta que salió alguien. La primera fue Saria. Le hizo recordar que ella había tenido suficiente luto para toda una vida. La miró al pasar, pero no supo preguntarle si se encontraba bien. ¿Cómo hacerlo? No era capaz de revivir el pasado de la ordesa con aquella pregunta, pues de tratarse de Marsi, lo mismo se podía aplicar a cualquiera de los presentes, a los que no había dirigido la palabra todavía.
Acto seguido salió Dhelian. Por un momento pensó que iba a huir lejos, pero no fue así. El raigaurum hizo ademán de acercarse a él, pero la inseguridad sobre qué decir no ayudaba. Saria se hizo cargo de la situación mil veces mejor de lo que lo habría hecho él. La entereza con que lo estaba llevando era admirable, después de todo lo que había vivido la mala sombra.
Uno de los pájaros del daeliciano se marchó en busca de Archi. De aquel modo el kairós aparecería por allí enseguida. Kin pensó que quizá él sí pudiese encontrar pistas que a los demás se le habían pasado por alto. «Date prisa, pajarraco» apremió para sí a la estirge. Finalmente, logró unirse a la conversación.
—Ha sido algo muy extraño, no sé ni qué ha pasado —explicó, evitando sin pretenderlo el contacto visual—. No parece que la hayan atacado… ni envenenado, porque gritó. Todos la oímos en nuestras cabezas. Pero cuando llegamos aquí ya era demasiado tarde.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/07/17, 10:26 pm
Apareció ligeramente fuera del punto exacto donde solía traslocarse al interior de aquel edificio debido a que se había precipitado un instante, aunque no hubiese sucedido nada porque el ingeniero tenía totalmente automatizado el hecho de lanzarse un hechizo de intangibilidad de la forma más rápida posible justo antes de utilizar su don. Lo recibió el silencio, y por un instante dudó hacia donde debía dirigirse hasta que cayó en la cuenta de que quizás hubiesen colocado el cadáver en su lecho. No obstante, desconocía cuál era el cuarto de Marsi, por lo que decidió dirigirse hacia los pasillos de los dormitorios uno por uno hasta encontrar indicios del lugar donde se habían reunido sus amigos. No le costó demasiado, pues cerca de uno de los cuartos dio con Evelhan, Kin y Saria Omen. Archime se acercó todo lo rápido que sus cortas piernas le permitieron, notando un ambiente que incluso él sabía calificar como apesadumbrado. Inseguro de si debía decir algo al llegar o no, pues no conocía el protocolo en aquella clase de situaciones, decidió ahorrarse el saludo por si resultaba de mal gusto. Sus pasos le condujeron a la puerta, todavía en silencio.
—¿Está dentro? —acabó por preguntar al cabo de unos segundos decidiendo cuál sería una forma adecuada de inquirir sobre algo tan delicado.
Tras recibir una respuesta afirmativa el kairós se encaminó al interior, dedicando una rápida mirada a los vivos, deteniéndose en Alice quien parecía encontrarse especialmente mal y, dubitativo, se acercó a la cama. El cuerpo inmóvil de la dullahan junto a su cabeza parecía completamente intacto y libre de violencia de ningún tipo. Examinó el cuarto en busca de alguna pista, pero nada indicaba que allí hubiese habido ningún tipo de refriega. No había restos de alimentos ni indicios de que la varmana hubiese estado ingiriendo comida o bebida en su cuarto mediante la cual hubiese podido resultar envenenada. Casi parecía que hubiese muerto durmiendo… Aunque tal vez eso fuera exactamente lo que había sucedido dadas las circunstancias y la hora. Ello no descartaba por completo la posibilidad del envenenamiento, ya que podía tratarse de alguna sustancia de acción lenta. Por desgracia, el biomecánico solo contaba con algunos conocimientos teóricos pero no prácticos que pudiesen resultar útiles. De todas formas no podía comenzar a realizar ninguna hipótesis sin conocer los detalles, por lo que decidió volver a salir, ya que no creía conveniente molestar a Alice.
—¿Qué se conoce acerca de las circunstancias de la muerte? —preguntó a los presentes sin apenas alzar la voz.
—¿Está dentro? —acabó por preguntar al cabo de unos segundos decidiendo cuál sería una forma adecuada de inquirir sobre algo tan delicado.
Tras recibir una respuesta afirmativa el kairós se encaminó al interior, dedicando una rápida mirada a los vivos, deteniéndose en Alice quien parecía encontrarse especialmente mal y, dubitativo, se acercó a la cama. El cuerpo inmóvil de la dullahan junto a su cabeza parecía completamente intacto y libre de violencia de ningún tipo. Examinó el cuarto en busca de alguna pista, pero nada indicaba que allí hubiese habido ningún tipo de refriega. No había restos de alimentos ni indicios de que la varmana hubiese estado ingiriendo comida o bebida en su cuarto mediante la cual hubiese podido resultar envenenada. Casi parecía que hubiese muerto durmiendo… Aunque tal vez eso fuera exactamente lo que había sucedido dadas las circunstancias y la hora. Ello no descartaba por completo la posibilidad del envenenamiento, ya que podía tratarse de alguna sustancia de acción lenta. Por desgracia, el biomecánico solo contaba con algunos conocimientos teóricos pero no prácticos que pudiesen resultar útiles. De todas formas no podía comenzar a realizar ninguna hipótesis sin conocer los detalles, por lo que decidió volver a salir, ya que no creía conveniente molestar a Alice.
—¿Qué se conoce acerca de las circunstancias de la muerte? —preguntó a los presentes sin apenas alzar la voz.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/07/17, 12:19 am
—Gracias a ti, cariño —fue la respuesta de Saria a Evelhan.
La ordesa sonrió con tristeza y dejó que el niño se apoyara sobre ella. Las ganas de llorar iban y venían y Saria hizo un esfuerzo inhumano por mantener su serenidad aparente. Suspiró al escuchar hablar a Kin. La muerte de Marsi no era natural, no, el brujo ghoul llevaba razón. Y el hecho de que lo pareciera tanto tan solo añadía aun más incertidumbre.
—En su habitación no hay signos de infortunio, ni fluctuaciones porcentuales que señalen en ninguna dirección —se atrevió a hablar—. La única lectura que se puede hacer de su cuarto es tan pacífica que asusta. Un asesinato siempre deja alguna huella, una variación de la que tirar: seguir el rastro de un asesino es caminar en contra de la Suerte, al fin y al cabo. Pero aquí no hay camino, no hay nada.
Archi llegó en ese momento y Saria calló. Lo saludó con un gesto de manos y una sonrisa triste y dejó que el kairós hiciese lo mismo que habia hecho ella antes que él.
—Hubo un grito mental que despertó a casi toda la sede —explicó según lo que ella había entendido—. Antes de que vinieras les decía que no percibo nada inusual dentro de la habitación. Absolutamente nada. —Saria suspiró—. Sea lo que sea lo que ha ocurrido, la Suerte tampoco se ha enterado.
La ordesa sonrió con tristeza y dejó que el niño se apoyara sobre ella. Las ganas de llorar iban y venían y Saria hizo un esfuerzo inhumano por mantener su serenidad aparente. Suspiró al escuchar hablar a Kin. La muerte de Marsi no era natural, no, el brujo ghoul llevaba razón. Y el hecho de que lo pareciera tanto tan solo añadía aun más incertidumbre.
—En su habitación no hay signos de infortunio, ni fluctuaciones porcentuales que señalen en ninguna dirección —se atrevió a hablar—. La única lectura que se puede hacer de su cuarto es tan pacífica que asusta. Un asesinato siempre deja alguna huella, una variación de la que tirar: seguir el rastro de un asesino es caminar en contra de la Suerte, al fin y al cabo. Pero aquí no hay camino, no hay nada.
Archi llegó en ese momento y Saria calló. Lo saludó con un gesto de manos y una sonrisa triste y dejó que el kairós hiciese lo mismo que habia hecho ella antes que él.
—Hubo un grito mental que despertó a casi toda la sede —explicó según lo que ella había entendido—. Antes de que vinieras les decía que no percibo nada inusual dentro de la habitación. Absolutamente nada. —Saria suspiró—. Sea lo que sea lo que ha ocurrido, la Suerte tampoco se ha enterado.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/07/17, 05:42 pm
El brughou apenas levanto la vista cuando Kin comenzó a hablar pero si que presto atención a sus palabras. Sintió un leve estremecimiento ante la mención del grito mental, porque implicaba que si Marsi había gritado era porque algo antinatural había ocurrido allí. ¿Pero el que? En el breve instante que había estado en la habitación, no había visto por ningún lado signos de luchas, ni nada que pudiera considerarse el causante de su muerte. Y no solo era eso, Marsi no tenía enemigos. No podía tenerlos, nunca había hecho daño a nadie.
-Su muerte no beneficia a n-nadie, no tiene sentido- era un pensamiento algo crudo, ponerle valor a la vida de alguien. Pero en esa ciudad era así. Ademas existía también algo obvio en aquella historia a lo que nadie había podido darle explicación. Cosquillas. Su montura, capaz de protegerla incluso si esta dormía- Cosquillas también estaba aquí, estoy seguro que Marsi lo mantendría afuera, el...le habría protegido si algo hubiese entrado.- susurro el daeliciano mirando a Saria y a Kin, hasta que una figura llegando por el pasillo capto su atención. Archi se adentro en el cuarto y Dhelian lo siguió apenas con la mirada. No necesitaba verle para saber lo que seguramente haría, investigar todo, el cuarto, igual que Saria. Cuando salio al pasillo de nuevo, Dhelian le miro con ojos tristes, pero expectante, nervioso, ansiosos por saber si el había descubierto algo que les diera una explicación para aquello, pero a juzgar por su pregunta no parecía ser el caso.
El brughou bajo la vista, desolado, cuando Saria comenzó a hablar abrazándose aun mas a ella. Allí dentro, Alice sufría, mas que el, mas que cualquiera pudiera imaginar. Y el niño no era capaz de brindarle ningún consuelo, únicamente tomando el cuidado del resto solo para el. Se sentía mal, un niño desesperado y egoísta.
Las palabras de Saria explicando lo que ella misma era capaz de captar no había sido esperanzadoras. Sabía del poder de la mala sombra. Una muerte jamas debería pasar desapercibida para ella si era cierto que veía la mala suerte de lo que le creada, lo vestigios de lo malo que podía ocurrir o había ocurrido.
-Eso no puede ser-añadió Dhelian levantando un poco la vista para verle, restregándose las manos nervioso. Munin se acercó, subiéndose en su pierna notando su nerviosismo. Hugin debería estar al llegar también- No, no es que crea que mientas, Saria- susurro algo apresurado, viendo a la ordesa- Pero no existen muertes indetectables, no a tu ojos...no con magia, si nada ha dejado huella por su paso por la habitación...¿no sera porque nada, ni nadie ha estado aquí para dejarlo?- susurro el niño incomodo, sintiendo que no estaba siendo de ayuda, que solo decía tonterías con el único fin de intentar buscarle una explicación a algo que dolía tanto- Parece....parece que murió durmiendo ¿un fantasma pudo haber sido? No deberían tener rastro...o alguna transformación capaz de hurgar en la mente...No tenía enemigos pero ¿sería posible? No se como funciona eso...-murmuro Dhelian medio ido, sin mirarlos, acariciando la cabeza de estirge en pleno intento de calmarse y que el dolor menguara aunque fuese un poco. Tal vez pensando que alguien pudo matarla, tendrían la oportunidad de desquitarse con una venganza. No disminuiría la perdida, pero al menos algo se podría hacer. Cosa que seria imposible de haber sido algo natural, mucho mas inevitable.
-Su muerte no beneficia a n-nadie, no tiene sentido- era un pensamiento algo crudo, ponerle valor a la vida de alguien. Pero en esa ciudad era así. Ademas existía también algo obvio en aquella historia a lo que nadie había podido darle explicación. Cosquillas. Su montura, capaz de protegerla incluso si esta dormía- Cosquillas también estaba aquí, estoy seguro que Marsi lo mantendría afuera, el...le habría protegido si algo hubiese entrado.- susurro el daeliciano mirando a Saria y a Kin, hasta que una figura llegando por el pasillo capto su atención. Archi se adentro en el cuarto y Dhelian lo siguió apenas con la mirada. No necesitaba verle para saber lo que seguramente haría, investigar todo, el cuarto, igual que Saria. Cuando salio al pasillo de nuevo, Dhelian le miro con ojos tristes, pero expectante, nervioso, ansiosos por saber si el había descubierto algo que les diera una explicación para aquello, pero a juzgar por su pregunta no parecía ser el caso.
El brughou bajo la vista, desolado, cuando Saria comenzó a hablar abrazándose aun mas a ella. Allí dentro, Alice sufría, mas que el, mas que cualquiera pudiera imaginar. Y el niño no era capaz de brindarle ningún consuelo, únicamente tomando el cuidado del resto solo para el. Se sentía mal, un niño desesperado y egoísta.
Las palabras de Saria explicando lo que ella misma era capaz de captar no había sido esperanzadoras. Sabía del poder de la mala sombra. Una muerte jamas debería pasar desapercibida para ella si era cierto que veía la mala suerte de lo que le creada, lo vestigios de lo malo que podía ocurrir o había ocurrido.
-Eso no puede ser-añadió Dhelian levantando un poco la vista para verle, restregándose las manos nervioso. Munin se acercó, subiéndose en su pierna notando su nerviosismo. Hugin debería estar al llegar también- No, no es que crea que mientas, Saria- susurro algo apresurado, viendo a la ordesa- Pero no existen muertes indetectables, no a tu ojos...no con magia, si nada ha dejado huella por su paso por la habitación...¿no sera porque nada, ni nadie ha estado aquí para dejarlo?- susurro el niño incomodo, sintiendo que no estaba siendo de ayuda, que solo decía tonterías con el único fin de intentar buscarle una explicación a algo que dolía tanto- Parece....parece que murió durmiendo ¿un fantasma pudo haber sido? No deberían tener rastro...o alguna transformación capaz de hurgar en la mente...No tenía enemigos pero ¿sería posible? No se como funciona eso...-murmuro Dhelian medio ido, sin mirarlos, acariciando la cabeza de estirge en pleno intento de calmarse y que el dolor menguara aunque fuese un poco. Tal vez pensando que alguien pudo matarla, tendrían la oportunidad de desquitarse con una venganza. No disminuiría la perdida, pero al menos algo se podría hacer. Cosa que seria imposible de haber sido algo natural, mucho mas inevitable.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
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