Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
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Bellota
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Yber
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Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
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Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/11/15, 06:38 pm
Samika no se dio en un principio cuenta de la apariencia del rubio, llegando a pensar por una fracción de segundo que el chico llevaba ropa bastante ajustada. El desconcierto tan solo duro eso, el tiempo necesario para que su cerebro procesara el surrealista momento de que alguien te abrierá la puerta en bolas. Y al darse cuenta la primera reacción de Samika fue sobresaltarse a igual que sus compañeros sinhadre y que toda la sangre se le subiera de golpe al rostro.
Y es que la evaki se esperaba ya de todo, de todo menos que alguien te habrá la puerta desnudo. Era de esperar que aquello le incomodara, no es como viera gente del genero opuesto desnudo todos los días y muchísimo menos en esa situación tan...anormal. <<Esto no es bueno para mi corazón>> Solo veía borroso y ya estaba como un tomate, no quería ni pensar de ver perfectamente. La gente de ese lugar estaba mas loca por momentos y esperaba que el hecho de ir como dios le trajo al mundo tuviese alguna explicación, así que agradeció la pregunta de Ayne.
Sus ojos se desviaron, por suerte para su vergüenza, a terreno menos vergonzoso, cuando Rasqa habló escuchando de fondo la parrafada de Ergot que parecía encantado de encontrarse con Dirke que en esencia parecía buen tipo, sorprendiendo aun mas a Samika al enterarse que era su cosechador. Aquel detalle atrajo un poco la atención de esta que quería preguntar algo pero no tenia claro cuando hacerlo, devolviéndola a realidad. Al final decidió mejor hablar primero con Rasqa, al que sonrió sintiendo aun el calor en su rostro y que seguramente tardaría aun un ratillo en abandonarla.
-Lamentamos no haber venido antes, queríamos ver como era la Sede y darles una visita ¿Como te fue con esos trabajillos que tenias que hacer en letargo? -pregunto la evaki, observando por primera vez de cerca la increíble figura del moloch cuando al fin consiguieron adentrarse dentro del torreón- Es la primera vez que te veo realmente...¡molas muchísimo Rasqa, pareces un dragón espinoso! -exclamó la humana viendo curiosa la apariencia del parquio, que siendo un reptil ya de serie se había vuelto incluso mas intimidante.
>>-A todo esto, mi nombre es Samika. Ellos son Eara y Ayne -dijo mirando a Dirke, presentándolos tras acordarse que no lo había hecho al entrar por el shock de la peculiar bienvenida- Uhm..¿eres el único cosechador que vive aquí?- pregunto tras un momento de duda, pues a decir verdad no tenía idea donde se alojaban estos y era al primero que conocía.
Y es que la evaki se esperaba ya de todo, de todo menos que alguien te habrá la puerta desnudo. Era de esperar que aquello le incomodara, no es como viera gente del genero opuesto desnudo todos los días y muchísimo menos en esa situación tan...anormal. <<Esto no es bueno para mi corazón>> Solo veía borroso y ya estaba como un tomate, no quería ni pensar de ver perfectamente. La gente de ese lugar estaba mas loca por momentos y esperaba que el hecho de ir como dios le trajo al mundo tuviese alguna explicación, así que agradeció la pregunta de Ayne.
Sus ojos se desviaron, por suerte para su vergüenza, a terreno menos vergonzoso, cuando Rasqa habló escuchando de fondo la parrafada de Ergot que parecía encantado de encontrarse con Dirke que en esencia parecía buen tipo, sorprendiendo aun mas a Samika al enterarse que era su cosechador. Aquel detalle atrajo un poco la atención de esta que quería preguntar algo pero no tenia claro cuando hacerlo, devolviéndola a realidad. Al final decidió mejor hablar primero con Rasqa, al que sonrió sintiendo aun el calor en su rostro y que seguramente tardaría aun un ratillo en abandonarla.
-Lamentamos no haber venido antes, queríamos ver como era la Sede y darles una visita ¿Como te fue con esos trabajillos que tenias que hacer en letargo? -pregunto la evaki, observando por primera vez de cerca la increíble figura del moloch cuando al fin consiguieron adentrarse dentro del torreón- Es la primera vez que te veo realmente...¡molas muchísimo Rasqa, pareces un dragón espinoso! -exclamó la humana viendo curiosa la apariencia del parquio, que siendo un reptil ya de serie se había vuelto incluso mas intimidante.
>>-A todo esto, mi nombre es Samika. Ellos son Eara y Ayne -dijo mirando a Dirke, presentándolos tras acordarse que no lo había hecho al entrar por el shock de la peculiar bienvenida- Uhm..¿eres el único cosechador que vive aquí?- pregunto tras un momento de duda, pues a decir verdad no tenía idea donde se alojaban estos y era al primero que conocía.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/11/15, 10:45 pm
Mientras Rasqa bostezaba y prestaba más atención a los cambios que habían sufrido Ergot, Samika y Ayne, Dirke escuchaba con curiosidad real todo lo que el repoblador le narraba. Le acarició un hombro en cuanto escuchó sobre Emmit y se ofreció a ayudarle con sus cuidados en el futuro. Dirke sabía lo que era perder gente y sabía que el hacer piña con otras personas ayudaba mucho a superar la pérdida. O la permanencia vegetativa, en este caso particular.
—Muy floreado, sí —respondió Ramas, no muy seguro de a qué se refería el repoblador—. Floreadamente perfecto, diría yo.
Se fijó en Rasqa, que miraba de un lado a otro con un gesto evidenciaba que se estaba empezando a aburrir y le sonrió. Entre el uno y el otro, al moloch le estaban dando ganas de hacer una hoguera completamente ecológica y Dirke, bueno, por algún motivo se lo podía imaginar.
—¿Os molesta? —preguntó el hombre árbol en cuanto escuchó la pregunta del tipo sin ojos. Antes de que le llegara respuesta alguna, la entrepierna del alemán quedó trapada por varias flores de colores—. No llevo ropa porque se rompe cada vez que cambio, soy un hombre árbol—para demostrarles a qué se refería, hizo que varias ramas crecieran de su torso desnudo.
La siguiente en hablar fue Samika y a Rasqa se le iluminó la cara. ¡Lo sabía! Ahora era más dragón que nunca y que hasta una persona ciega lo pudiera distinguir le llenaba de orgullo. <<Espera, ¿me está viendo?>>. Rasqa pestañeó confuso.
—¿Qué sois vosotros exactamente? ¿Y qué hacéis? Yo soy un moloch y quemo cosas —respondió entusiasmado a su propia pregunta—. Los trabajos aburridos. Volvió a venir la Dragona que nos recibió en Serpentaria pero resultó ser una sosa silenciosa...
Mientras Rasqa narraba aquello, Dirke aprovechó para presentarse formalmente y les tendió la mano.
—Solo vive alguno más aquí, pero si queréis buscar a alguien en concreto, os puedo ayudar —respondió Dirke a Samika—. De hecho, el vuestro, es amigo mío, el capitán Jackitín —explicó con una sonrisa de oreja a oreja a los sinhadres. ¿Estaba intentando dar mala impresión de Jack a sus cosechados? Probablemente.
—¿Que tal están los demás? —se preocupó Rasqa por los que no habían venido. Especialmente los que él consideraba su manada.
—Muy floreado, sí —respondió Ramas, no muy seguro de a qué se refería el repoblador—. Floreadamente perfecto, diría yo.
Se fijó en Rasqa, que miraba de un lado a otro con un gesto evidenciaba que se estaba empezando a aburrir y le sonrió. Entre el uno y el otro, al moloch le estaban dando ganas de hacer una hoguera completamente ecológica y Dirke, bueno, por algún motivo se lo podía imaginar.
—¿Os molesta? —preguntó el hombre árbol en cuanto escuchó la pregunta del tipo sin ojos. Antes de que le llegara respuesta alguna, la entrepierna del alemán quedó trapada por varias flores de colores—. No llevo ropa porque se rompe cada vez que cambio, soy un hombre árbol—para demostrarles a qué se refería, hizo que varias ramas crecieran de su torso desnudo.
La siguiente en hablar fue Samika y a Rasqa se le iluminó la cara. ¡Lo sabía! Ahora era más dragón que nunca y que hasta una persona ciega lo pudiera distinguir le llenaba de orgullo. <<Espera, ¿me está viendo?>>. Rasqa pestañeó confuso.
—¿Qué sois vosotros exactamente? ¿Y qué hacéis? Yo soy un moloch y quemo cosas —respondió entusiasmado a su propia pregunta—. Los trabajos aburridos. Volvió a venir la Dragona que nos recibió en Serpentaria pero resultó ser una sosa silenciosa...
Mientras Rasqa narraba aquello, Dirke aprovechó para presentarse formalmente y les tendió la mano.
—Solo vive alguno más aquí, pero si queréis buscar a alguien en concreto, os puedo ayudar —respondió Dirke a Samika—. De hecho, el vuestro, es amigo mío, el capitán Jackitín —explicó con una sonrisa de oreja a oreja a los sinhadres. ¿Estaba intentando dar mala impresión de Jack a sus cosechados? Probablemente.
—¿Que tal están los demás? —se preocupó Rasqa por los que no habían venido. Especialmente los que él consideraba su manada.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/11/15, 02:09 pm
Los días siguientes para Ruth fueron lo más extraños que pasó, para empezar dormía tranquila, algo inusual, y tenía una corte de gente por conocer distribuidos en el edificio en el que ahora vivía. Se había adaptado a su habitación y debía reconocer que le gustaba, su cama era más amplia que la de Letargo y los muebles estaban dotados de hechizos de inmunidad al fuego, bastante práctico a tener en cuenta en su transformación. Además su nuevo cuarto no estaba muy lejos del de Devoss, y siempre que se aburriera podría visitar a los dos licántropos, y por supuesto a Rasqa, con el que las conversaciones no pueden dejar ser interesantes.
Mientras pasaba el tiempo allí la joven israelita iba desprendiéndose del velo apenado que sufrió la primera noche, aún se sentía extraña pero no dejaba de pensar que Serpentaria no estaba tan lejos, ella misma la había cruzado a pie el primer día, sus compañeros estaban a salvo, y ella también, solo había algo que le rondaba en la mente, no le preocupaba, ni siquiera se sentía mal por sentirse indiferente, pero ¿Dónde estaba Roaxen?, estaba completamente segura de que en ninguno de los torreones, pero era hora de dejar de pensar en los demás, y hacerlo en sí misma.
Aunque la mayor parte del tiempo la había pasado en su habitación, en la que se encontraba más cómoda que nunca, tenía la necesidad de investigar, descubrir, encontrar respuestas útiles. Más que por curiosidad necesitaba hacerlo por seguridad, su transformación se le antojaba compleja, y aunque tenía miedo de encontrar algo que la aterrorizase toda su vida en los libros no podía ignorar que era más importante encontrar todos los datos que les fuese posible. Más allá del descontento de su físico siempre habría algo que la atemorizaba si no ponía remedio, y por supuesto, para evitar quemar al tocar quería ir al origen. De lo que ahora simbolizaba solo sabía su nombre, hubiera preferido evitar que la nombrasen a sí, pero Ruth era una persona a la que le gustaba llamar las cosas por como eran, y ella se había convertido en una Demonio.
Para su sorpresa descubriría la primera característica apreciable del lugar que había escogido, la Sede de los Taumaturgos carecía de biblioteca y conocimientos, así que no le quedaría más remedio que ir a otro lado, quizás la Biblioteca, aquel lugar que visitaron meses atrás, puede que más tarde organizara una expedición en busca del saber junto con el holandés y quien quisiera acompañarles, por el momento quería estar tranquila, y aunque lo negara tenía una excusa para atrasar cualquier aspecto malo que la Luna le había otorgado.
Quién sabe lo que habría pasado si la israelita hubiera encontrado información, el caso es que dependía de lo poco que sabía de sí misma y de lo que el brujo de las enredaderas le había desvelado, así que cometió un error que su cabeza lamentaría por varios días. Intentó algo, imposible en los demonios de fuego, al menos hasta el punto que lo quiso llevar. Fue en la segunda noche cuando se esforzó por controlar su temperatura y disminuirla hasta niveles humanos, no tardó en marearse pero su tozudez la traicionó y continuó hasta que las piernas le temblaron y cayó al suelo prácticamente inconsciente, su cabeza se golpeó contra el suelo, de ahí surgió el bulto que le salió en la sien izquierda y que tapó con disimulo a la mañana siguiente. No lo intentaría de nuevo, y cuando despertó dio gracias a que la caída no fue peor, nunca había tenido tantas náuseas y lo peor de todo fue darse cuenta de que quizá era pedir demasiado. Sin duda tenía pensado descubrir cual era su temperatura actual.
En el día de hoy se despertó de lado, escuchó voces abajo y pasó de puntillas por la puerta del holandés para no despertarlo, sonrió al escuchar a Samika y bajó, ignorando la impresión que podría dar su nuevo aspecto.
-Cuidado con las alas- bromeó bajando las escaleras, allí se encontraban los sinhadres, contuvo una mueca de miedo al ver de nuevo las cuencas vacías de Ayne, Eara en cambio parecía normal, >>¿Algo como Irianna?<<, y Ergot no paraba de hablar con un muchacho extraño que no había visto en sus días de inquilina, Rasqa no estaba mucho más lejos- y bueno, ¿Os va todo bien en Serpentaria? ¿Y a los de Letargo?, no hemos podido hablar en condiciones- prosiguió mirándolos a todos y conteniendo un abrazo para la Evaki- me alegro de ver que no todos hemos cambiado- opinó, mirando a Eara con media sonrisa- y lo siento si no os doy la mano, no sé que podríais hacerme vosotros pero hasta que no lo controle me temo que mi piel puede tostar el pan.
Mientras pasaba el tiempo allí la joven israelita iba desprendiéndose del velo apenado que sufrió la primera noche, aún se sentía extraña pero no dejaba de pensar que Serpentaria no estaba tan lejos, ella misma la había cruzado a pie el primer día, sus compañeros estaban a salvo, y ella también, solo había algo que le rondaba en la mente, no le preocupaba, ni siquiera se sentía mal por sentirse indiferente, pero ¿Dónde estaba Roaxen?, estaba completamente segura de que en ninguno de los torreones, pero era hora de dejar de pensar en los demás, y hacerlo en sí misma.
Aunque la mayor parte del tiempo la había pasado en su habitación, en la que se encontraba más cómoda que nunca, tenía la necesidad de investigar, descubrir, encontrar respuestas útiles. Más que por curiosidad necesitaba hacerlo por seguridad, su transformación se le antojaba compleja, y aunque tenía miedo de encontrar algo que la aterrorizase toda su vida en los libros no podía ignorar que era más importante encontrar todos los datos que les fuese posible. Más allá del descontento de su físico siempre habría algo que la atemorizaba si no ponía remedio, y por supuesto, para evitar quemar al tocar quería ir al origen. De lo que ahora simbolizaba solo sabía su nombre, hubiera preferido evitar que la nombrasen a sí, pero Ruth era una persona a la que le gustaba llamar las cosas por como eran, y ella se había convertido en una Demonio.
Para su sorpresa descubriría la primera característica apreciable del lugar que había escogido, la Sede de los Taumaturgos carecía de biblioteca y conocimientos, así que no le quedaría más remedio que ir a otro lado, quizás la Biblioteca, aquel lugar que visitaron meses atrás, puede que más tarde organizara una expedición en busca del saber junto con el holandés y quien quisiera acompañarles, por el momento quería estar tranquila, y aunque lo negara tenía una excusa para atrasar cualquier aspecto malo que la Luna le había otorgado.
Quién sabe lo que habría pasado si la israelita hubiera encontrado información, el caso es que dependía de lo poco que sabía de sí misma y de lo que el brujo de las enredaderas le había desvelado, así que cometió un error que su cabeza lamentaría por varios días. Intentó algo, imposible en los demonios de fuego, al menos hasta el punto que lo quiso llevar. Fue en la segunda noche cuando se esforzó por controlar su temperatura y disminuirla hasta niveles humanos, no tardó en marearse pero su tozudez la traicionó y continuó hasta que las piernas le temblaron y cayó al suelo prácticamente inconsciente, su cabeza se golpeó contra el suelo, de ahí surgió el bulto que le salió en la sien izquierda y que tapó con disimulo a la mañana siguiente. No lo intentaría de nuevo, y cuando despertó dio gracias a que la caída no fue peor, nunca había tenido tantas náuseas y lo peor de todo fue darse cuenta de que quizá era pedir demasiado. Sin duda tenía pensado descubrir cual era su temperatura actual.
En el día de hoy se despertó de lado, escuchó voces abajo y pasó de puntillas por la puerta del holandés para no despertarlo, sonrió al escuchar a Samika y bajó, ignorando la impresión que podría dar su nuevo aspecto.
-Cuidado con las alas- bromeó bajando las escaleras, allí se encontraban los sinhadres, contuvo una mueca de miedo al ver de nuevo las cuencas vacías de Ayne, Eara en cambio parecía normal, >>¿Algo como Irianna?<<, y Ergot no paraba de hablar con un muchacho extraño que no había visto en sus días de inquilina, Rasqa no estaba mucho más lejos- y bueno, ¿Os va todo bien en Serpentaria? ¿Y a los de Letargo?, no hemos podido hablar en condiciones- prosiguió mirándolos a todos y conteniendo un abrazo para la Evaki- me alegro de ver que no todos hemos cambiado- opinó, mirando a Eara con media sonrisa- y lo siento si no os doy la mano, no sé que podríais hacerme vosotros pero hasta que no lo controle me temo que mi piel puede tostar el pan.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/11/15, 02:55 pm
Ergot sonrió con verdadero aprecio cuando Dirke le dijo lo floreadamente perfecto que estaba y le dio un sincero agradecimiento por la futura ayuda con Emmit. Todo esto sin darse cuenta de las crecientes ganas de barbacoa del Moloch.
Hasta que no habló Ayne el repoblador no se soltó del hombre árbol para volver al suelo. Cuando este último demostró sus capacidades, el véspido soldado se quedó maravillado otra vez con sus habilidades y automáticamente alargó las patas para tocar una de las flores que habían salido del cuerpo del alemán.
-Son preciosas y sus pétalos están perfectos.- Y mirando el pelo y la entrepierna de Dirke se giró hacia sus compañeros de torreón y les pregunto: -¿Debería ponerme yo también flores?
Pero pronto la voz de Samika hizo que se concentrase en su amigo volador. Ahora Rasqa estaba repleto de pnchos y su aspecto se había vuelto en cierto modo agresivo, pero ya cuando hablo el parqio, este se volvió aterrador. “¿Se ha convertido en un esbirro del demonio floral? ¡Oh no!” Sólo el hecho de que lo conociese con anterioridad y lo considerase un amigo hizo que no se alejase corriendo, todos sus instintos le gritaban “ataca y luego huye como si no hubiese un mañana, pero primero dale con el aguijón”. En todo caso se puso a temblar y a rebotar ligeramente en el sitio, tanto que mientras el parqio seguía hablando Ergot saltó a los brazos de Eara en busca de refugio. No escuchó mucho más del discurso del dragoncillo, concentrándose en la presentación de Ramas y en el tal “Capitán Yaquetin”.
Cuando Rasqa preguntó por el resto, Ergot ya estaba lo suficientemente calmado como para responder:
-Yo soy un véspido soldado, soy venenoso y vuelo muy rápido, pero aún no se volar y sobre el resto creo que están bien… no les he visto mucho.-
Fue en ese momento cuando apareció Ruth, que no se había transformado en un esbirro del demonio floral sino en la reina misma de los demonios florales. Ni siquiera escuchó lo que esta decía pues sus instintos le aullaban algo así como “a esta no intentes pincharla, huye directamente, ya, venga, estas tardando, corre”. No tardó ni medio segundo, tras verla, en saltar de los brazos de la sinhadre para “alzar el vuelo” a gran velocidad al grito histérico de “Fuego. Fuego. Fuego. Fuego...” y acabar estampándose contra el minarete que era la sede.
-Aaaaaaay… auuuu.- Lloriqueo en el suelo. Ergot temblaba de puro pánico pero se quedó dónde estaba completamente dolorido. Del golpetazo se había roto las dos antenas, las cuales se agarraba y acariciaba con delicadeza.
Hasta que no habló Ayne el repoblador no se soltó del hombre árbol para volver al suelo. Cuando este último demostró sus capacidades, el véspido soldado se quedó maravillado otra vez con sus habilidades y automáticamente alargó las patas para tocar una de las flores que habían salido del cuerpo del alemán.
-Son preciosas y sus pétalos están perfectos.- Y mirando el pelo y la entrepierna de Dirke se giró hacia sus compañeros de torreón y les pregunto: -¿Debería ponerme yo también flores?
Pero pronto la voz de Samika hizo que se concentrase en su amigo volador. Ahora Rasqa estaba repleto de pnchos y su aspecto se había vuelto en cierto modo agresivo, pero ya cuando hablo el parqio, este se volvió aterrador. “¿Se ha convertido en un esbirro del demonio floral? ¡Oh no!” Sólo el hecho de que lo conociese con anterioridad y lo considerase un amigo hizo que no se alejase corriendo, todos sus instintos le gritaban “ataca y luego huye como si no hubiese un mañana, pero primero dale con el aguijón”. En todo caso se puso a temblar y a rebotar ligeramente en el sitio, tanto que mientras el parqio seguía hablando Ergot saltó a los brazos de Eara en busca de refugio. No escuchó mucho más del discurso del dragoncillo, concentrándose en la presentación de Ramas y en el tal “Capitán Yaquetin”.
Cuando Rasqa preguntó por el resto, Ergot ya estaba lo suficientemente calmado como para responder:
-Yo soy un véspido soldado, soy venenoso y vuelo muy rápido, pero aún no se volar y sobre el resto creo que están bien… no les he visto mucho.-
Fue en ese momento cuando apareció Ruth, que no se había transformado en un esbirro del demonio floral sino en la reina misma de los demonios florales. Ni siquiera escuchó lo que esta decía pues sus instintos le aullaban algo así como “a esta no intentes pincharla, huye directamente, ya, venga, estas tardando, corre”. No tardó ni medio segundo, tras verla, en saltar de los brazos de la sinhadre para “alzar el vuelo” a gran velocidad al grito histérico de “Fuego. Fuego. Fuego. Fuego...” y acabar estampándose contra el minarete que era la sede.
-Aaaaaaay… auuuu.- Lloriqueo en el suelo. Ergot temblaba de puro pánico pero se quedó dónde estaba completamente dolorido. Del golpetazo se había roto las dos antenas, las cuales se agarraba y acariciaba con delicadeza.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/11/15, 05:20 pm
Les permitieron el paso mientras hablaban, y de un vistazo averiguaron que la sede por dentro también resultaba muy acogedora. El que decía ser un hombre árbol se tapó más o menos –menos que más– con unas pocas flores, y Ayne estuvo a punto de negar con la cabeza, alucinado, hasta que recordó que trataba con un completo desconocido. De todos modos, no era un chico desagradable, solo excéntrico, y su transformación era muy curiosa. A Eara le llamó mucho la atención que fuese capaz de hacer crecer partes de planta sobre sí mismo como quisiese. Eso le hizo pensar en Emmit, aun si no tenía mucho sentido relacionarlos.
Ambos sinhadres, al ver cómo reaccionaba Ergot a la aparición de las flores, trataron de decirle algo al repoblador antes de que tocase nada, pero en cuanto se hizo tarde para avisar, ambos callaron, dejando el asunto entre cosechador y cosechado. Se miraron el uno al otro un segundo, en parte divertidos por haber reaccionado a la vez, pero devolvieron enseguida la atención a sus anfitriones.
—Creo que paso de encontrarme con el… capitán Jackitin. Pero gracias —le respondió Ayne al hombre árbol todo lo cordialmente que pudo. «¿Qué clase de mote es ese?». Si aquel chico no dijese ser amigo de Jack, probablemente le habría dedicado alguna que otra palabra más al tema. No podía perdonarle que hubiese arrastrado a Eara hasta Rocavarancolia sin motivo, pero cuando pensaba en ello se daba cuenta de que él mismo la habría hecho acompañarlo de todos modos, de haberles dejado la elección a ellos.
Mientras hablaban de sus transformaciones, Ruth apareció desde el fondo del corredor. Los cambios en ella también eran chocantes, pero en esencia seguía pareciendo ella misma. Ergot se asustó de pronto, y solo Eara entre ambos sinhadres entendió de qué enseguida; cuando saltó a sus brazos le acarició la cabeza y trató de tranquilizarlo.
—No pasa nada. Es Ruth, ¿por qué iba a querer hacerte daño? —«Ya te lo haces tú solo» añadió Ayne para sí por el pequeño espectáculo que acababa de dar el repoblador.
—En mi caso soy un anima —continuó el edeel la conversación. No tenía muchas ganas de especificarlo, pero a fin de cuentas tampoco era ningún secreto—. Robo almas. En cuanto a Eara… exactamente, no ha cambiado —añadió volviendo sus cuencas hacia Ruth.
—No tengo esencia y por eso la Luna no me ha transformado —añadió ella misma. Siempre que pensaba en ello se sentía una intrusa entre los demás.
Ambos sinhadres, al ver cómo reaccionaba Ergot a la aparición de las flores, trataron de decirle algo al repoblador antes de que tocase nada, pero en cuanto se hizo tarde para avisar, ambos callaron, dejando el asunto entre cosechador y cosechado. Se miraron el uno al otro un segundo, en parte divertidos por haber reaccionado a la vez, pero devolvieron enseguida la atención a sus anfitriones.
—Creo que paso de encontrarme con el… capitán Jackitin. Pero gracias —le respondió Ayne al hombre árbol todo lo cordialmente que pudo. «¿Qué clase de mote es ese?». Si aquel chico no dijese ser amigo de Jack, probablemente le habría dedicado alguna que otra palabra más al tema. No podía perdonarle que hubiese arrastrado a Eara hasta Rocavarancolia sin motivo, pero cuando pensaba en ello se daba cuenta de que él mismo la habría hecho acompañarlo de todos modos, de haberles dejado la elección a ellos.
Mientras hablaban de sus transformaciones, Ruth apareció desde el fondo del corredor. Los cambios en ella también eran chocantes, pero en esencia seguía pareciendo ella misma. Ergot se asustó de pronto, y solo Eara entre ambos sinhadres entendió de qué enseguida; cuando saltó a sus brazos le acarició la cabeza y trató de tranquilizarlo.
—No pasa nada. Es Ruth, ¿por qué iba a querer hacerte daño? —«Ya te lo haces tú solo» añadió Ayne para sí por el pequeño espectáculo que acababa de dar el repoblador.
—En mi caso soy un anima —continuó el edeel la conversación. No tenía muchas ganas de especificarlo, pero a fin de cuentas tampoco era ningún secreto—. Robo almas. En cuanto a Eara… exactamente, no ha cambiado —añadió volviendo sus cuencas hacia Ruth.
—No tengo esencia y por eso la Luna no me ha transformado —añadió ella misma. Siempre que pensaba en ello se sentía una intrusa entre los demás.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/11/15, 06:12 pm
La evaki alucino en colores cuando vio las ramas saliendo del cuerpo de Dirke, comprendiendo plenamente la escases de ropa. Ella misma estaba sufriendo en carne lo que era intentar vestirse en con sus alas, contra mas si eres algo que saca partes como lo hacia el hombre árbol. Aun así su presencia le hacia acordarse de Emmit y en lo diferente que era realmente cada uno a pesar de ser ambos arboles en esencia.
-Soy una evaki y hago...mmm vuelo - añadió extendiendo sus alas un momento para que las viera- tengo ultrasonidos -explicándolo así resultaba un poco soso o simplemente estúpido cuando uno decía que sorbe almas y tiene magia y el otro que tiene fuego. Realmente su transformación no era especialmente vistosa viéndolo así y llevando tan poco tiempo con ella tampoco tenia claro aun como sacarle partido-Y anulo magia, se supone -añadió pensativa, pues lo ultimo no tenia idea de como hacerlo-¡Oh y puedo ver con el sonido!- añadió finalmente con una sonrisa enorme, acordándose de sus practicas por el camino.
La llegada de Ruth no paso desapercibida para la Evaki que escucho pasos por las escaleras, estuviera donde estuvieran, mientras respondía.
-¡Ruth, te escuché bajar!- exclamo la humana al verla, yendo a acercarse para abrazarla pero parándose en seco cuando esta dijo lo de chamuscarlos. La visión de Samika le daba una imagen muy roja de la humana, literalmente y la presencia de la cola no paso desapercibida para ella. Samika no era creyente, pero la imagen de la chica le recordaba mucho a la de un demonio y siendo Ruth humana, no sabia si aquella imagen de si misma le desagradaría- Estamos bien, intentando acostumbrarnos como todos, vinimos para visitaros y ver como es la sede, ya que ni Ergot ni yo podemos hacer magia. -añadió señalándose a si misma.
La reacción de Ergot algo mas lejos fue un borrón para Samika, que asustada al perderle de vista, chasqueo la lengua viendo la figurilla intentando volar y cayendo de bruces al suelo. Recordó a Ergot aterrado aquella veces con horno o cuando apareció la calavera en llamas. Tanto Ruth como Rasqa debían ser la personificación del mal para el pobre insecto-planta.
-Ergot, no te asustes ¿recuerdas que queríamos hablar con Rasqa? -susurro Samika intentando calmar al pobre repoblador aterrador, intentando con eso darle otra cosa en la que pensar.
-Soy una evaki y hago...mmm vuelo - añadió extendiendo sus alas un momento para que las viera- tengo ultrasonidos -explicándolo así resultaba un poco soso o simplemente estúpido cuando uno decía que sorbe almas y tiene magia y el otro que tiene fuego. Realmente su transformación no era especialmente vistosa viéndolo así y llevando tan poco tiempo con ella tampoco tenia claro aun como sacarle partido-Y anulo magia, se supone -añadió pensativa, pues lo ultimo no tenia idea de como hacerlo-¡Oh y puedo ver con el sonido!- añadió finalmente con una sonrisa enorme, acordándose de sus practicas por el camino.
La llegada de Ruth no paso desapercibida para la Evaki que escucho pasos por las escaleras, estuviera donde estuvieran, mientras respondía.
-¡Ruth, te escuché bajar!- exclamo la humana al verla, yendo a acercarse para abrazarla pero parándose en seco cuando esta dijo lo de chamuscarlos. La visión de Samika le daba una imagen muy roja de la humana, literalmente y la presencia de la cola no paso desapercibida para ella. Samika no era creyente, pero la imagen de la chica le recordaba mucho a la de un demonio y siendo Ruth humana, no sabia si aquella imagen de si misma le desagradaría- Estamos bien, intentando acostumbrarnos como todos, vinimos para visitaros y ver como es la sede, ya que ni Ergot ni yo podemos hacer magia. -añadió señalándose a si misma.
La reacción de Ergot algo mas lejos fue un borrón para Samika, que asustada al perderle de vista, chasqueo la lengua viendo la figurilla intentando volar y cayendo de bruces al suelo. Recordó a Ergot aterrado aquella veces con horno o cuando apareció la calavera en llamas. Tanto Ruth como Rasqa debían ser la personificación del mal para el pobre insecto-planta.
-Ergot, no te asustes ¿recuerdas que queríamos hablar con Rasqa? -susurro Samika intentando calmar al pobre repoblador aterrador, intentando con eso darle otra cosa en la que pensar.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
24/11/15, 08:55 pm
El comportamiento de los repobladores siempre fascinaba a Dirke, pero sin duda Ergot era un ejemplar particular. El hombre árbol soltó una carcajada cuando el véspido le tocaba las flores de la entrepierna y no hizo nada más porque simplemente no había nada más que tocar. Las flores eran todo lo que había quedado ahí.
—Seguro que te quedan bien las flores, pero ten cuidado —le aconsejó—. No a todo el mundo le gusta que le toquen en la zona floreada.
El hombre árbol se apoyó en una de las paredes para hacer tiempo maravillandose con el encuentro de los nuevos. Le hacía mucha gracia ver cómo compartían los cambios más o menos fascinados o asustados. Le parecían niños a los que les habían regalado un juguete nuevo y muy muy muy caro. Tenía la sensación de que el anima era el que peor lo estaba pasando, mientras que el resto parecía celebrar los cambios.
A pesar lo mucho que le gustaba contemplar aquello, sin embargo, tuvo que levantarse pronto y despedirse de ellos.
—Tengo que irme, hoy toco trabajar y me gustaría pasar antes a comprobar si es cierta una cosa —el muchacho se incorporó, se alejó un instante a la cocina y regresó sobre patines y con sus gafas de aviador puestas—. Para cualquier cosa ya sabéis dónde estoy. ¡Disfrutad del día!
Y el hombre árbol echó a rodar.
Rasqa, por su parte, había escuchado con interés a sus compañeros y comenzó una tanda de preguntas con la intención de satisfacer su curiosidad morbosa.
—¿Qué son las almas? ¿Tengo yo una? ¿Puedes robármela? —no había ni pizca de temor en él—. Siento lo tuyo, Eara, seguro que tu manada cuidará bien de ti —probablemente el caso de la sinhadre era el peor de todos y de verdad lo sentía. Debía de ser una mierda ver como todo el mundo se convertía en algo especial mientras uno permanecía tal y como había estado siempre—. Por aquí veo a demasiada gente con alas, ¿venís a hacerme la competencia, cabrones? —acabó con un gesto de enfado fingido.
Acto seguido se acercó a Ergot y cogió aire con fuerza, esperando que las llamas a su espalda se encendieran para darle un susto. Pero no funcionó y el parqio reculó con gesto de fastidio.
—¿Y qué queréis hablar conmigo? —preguntó de nuevo. Al moloch no se le había pasado el detalle por alto.
—Seguro que te quedan bien las flores, pero ten cuidado —le aconsejó—. No a todo el mundo le gusta que le toquen en la zona floreada.
El hombre árbol se apoyó en una de las paredes para hacer tiempo maravillandose con el encuentro de los nuevos. Le hacía mucha gracia ver cómo compartían los cambios más o menos fascinados o asustados. Le parecían niños a los que les habían regalado un juguete nuevo y muy muy muy caro. Tenía la sensación de que el anima era el que peor lo estaba pasando, mientras que el resto parecía celebrar los cambios.
A pesar lo mucho que le gustaba contemplar aquello, sin embargo, tuvo que levantarse pronto y despedirse de ellos.
—Tengo que irme, hoy toco trabajar y me gustaría pasar antes a comprobar si es cierta una cosa —el muchacho se incorporó, se alejó un instante a la cocina y regresó sobre patines y con sus gafas de aviador puestas—. Para cualquier cosa ya sabéis dónde estoy. ¡Disfrutad del día!
Y el hombre árbol echó a rodar.
Rasqa, por su parte, había escuchado con interés a sus compañeros y comenzó una tanda de preguntas con la intención de satisfacer su curiosidad morbosa.
—¿Qué son las almas? ¿Tengo yo una? ¿Puedes robármela? —no había ni pizca de temor en él—. Siento lo tuyo, Eara, seguro que tu manada cuidará bien de ti —probablemente el caso de la sinhadre era el peor de todos y de verdad lo sentía. Debía de ser una mierda ver como todo el mundo se convertía en algo especial mientras uno permanecía tal y como había estado siempre—. Por aquí veo a demasiada gente con alas, ¿venís a hacerme la competencia, cabrones? —acabó con un gesto de enfado fingido.
Acto seguido se acercó a Ergot y cogió aire con fuerza, esperando que las llamas a su espalda se encendieran para darle un susto. Pero no funcionó y el parqio reculó con gesto de fastidio.
—¿Y qué queréis hablar conmigo? —preguntó de nuevo. Al moloch no se le había pasado el detalle por alto.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/11/15, 12:42 pm
Varsai había dormido muy bien la noche de su llegada a la sede, se durmió con el estómago lleno y sin miedo a que a ella o a alguno de sus compañeros les pasase nada malo. Todos estaban a salvo en los refugios. Al despertarse se alegró de comprobar que no había vuelto a cambiar a la forma animal.
Al bajar a desayunar se encontró con la naga del día anterior tomando un té. Hablando le dijo que le gustaría pasar por la biblioteca pero que no se atrevía a ir sola, sin poder transformarse a su voluntad no distaba mucho de su etapa como cosechada. Sura aceptó acompañarla por varios motivos, el primero que ella misma iba a ir a la biblioteca a por un libro de runas, el segundo que tenía curiosidad por saber el animal de la licántropa y por último que no tenía nada mejor en lo que ocupar su tiempo libre.
En la biblioteca el propio bibliotecario le ayudó a encontrar una sección con libros para licántropos, la niña no esperaba encontrarse algún libro en el que saliera su animal pero no fue así. Resulta que había habido hacía años otra persona con su mismo animal en licantropía. Varsai no sólo se llevó el libro en el que salía su transformación si no que además se llevó un bestiario terrestre donde había encontrado el animal que era. Más contenta que unas pascuas volvió a la sede y se dedicó a leer sobre sí misma. Siguiendo los consejos de libros intentó transformarse en animal con cero resultados, un poco frustrada lo dejó y se bajó a la armería a buscar algún arma que le sirviese de algo. Ya no podía usar el arco, no le serviría de nada en su forma animal y no tenía muy claro como era de eso de las formas intermedias que se describían en el libro. Terminó eligiendo unas dagas.
El día que llegaron los de serpentaria amaneció convertida en leopardo. <<No tengo muy claro si me he convertido en leopardo o en algún animal que se pase el día durmiendo, por que el gatillo debe ser ese, el dormir.>> Le fastidiaba que sólo hubiese logrado cambiar de forma mientras dormía, trató de cambiar de forma sin éxito. Cansada y con ganas de pegarle un mordisco a alguien bajó a la cocina buscando algo de comida. Unas voces le cambiaron el humor e hicieron que se olvidase de la comida.
Entró en la cocina para encontrarse con Rasqa, Ruth, Samika, Ergot, Ayne y Eara. La leopardo se sentó en el suelo, alzó la pata derecha y saludó como buenamente pudo, luego se puso a dos patas y apoyó las dos superiores sobre la mesa para mantenerse así un rato. Observó nuevamente los cambios de los chicos siendo el que más le impresionaba el de Samika, miró a sus compañeros y les hizo un gesto con la cabeza para que se lo explicasen al resto.
Su instinto animal estaba a raya, no había nada que la pusiera en peligro y por eso la chica estaba mucho más tranquila.
Al bajar a desayunar se encontró con la naga del día anterior tomando un té. Hablando le dijo que le gustaría pasar por la biblioteca pero que no se atrevía a ir sola, sin poder transformarse a su voluntad no distaba mucho de su etapa como cosechada. Sura aceptó acompañarla por varios motivos, el primero que ella misma iba a ir a la biblioteca a por un libro de runas, el segundo que tenía curiosidad por saber el animal de la licántropa y por último que no tenía nada mejor en lo que ocupar su tiempo libre.
En la biblioteca el propio bibliotecario le ayudó a encontrar una sección con libros para licántropos, la niña no esperaba encontrarse algún libro en el que saliera su animal pero no fue así. Resulta que había habido hacía años otra persona con su mismo animal en licantropía. Varsai no sólo se llevó el libro en el que salía su transformación si no que además se llevó un bestiario terrestre donde había encontrado el animal que era. Más contenta que unas pascuas volvió a la sede y se dedicó a leer sobre sí misma. Siguiendo los consejos de libros intentó transformarse en animal con cero resultados, un poco frustrada lo dejó y se bajó a la armería a buscar algún arma que le sirviese de algo. Ya no podía usar el arco, no le serviría de nada en su forma animal y no tenía muy claro como era de eso de las formas intermedias que se describían en el libro. Terminó eligiendo unas dagas.
El día que llegaron los de serpentaria amaneció convertida en leopardo. <<No tengo muy claro si me he convertido en leopardo o en algún animal que se pase el día durmiendo, por que el gatillo debe ser ese, el dormir.>> Le fastidiaba que sólo hubiese logrado cambiar de forma mientras dormía, trató de cambiar de forma sin éxito. Cansada y con ganas de pegarle un mordisco a alguien bajó a la cocina buscando algo de comida. Unas voces le cambiaron el humor e hicieron que se olvidase de la comida.
Entró en la cocina para encontrarse con Rasqa, Ruth, Samika, Ergot, Ayne y Eara. La leopardo se sentó en el suelo, alzó la pata derecha y saludó como buenamente pudo, luego se puso a dos patas y apoyó las dos superiores sobre la mesa para mantenerse así un rato. Observó nuevamente los cambios de los chicos siendo el que más le impresionaba el de Samika, miró a sus compañeros y les hizo un gesto con la cabeza para que se lo explicasen al resto.
Su instinto animal estaba a raya, no había nada que la pusiera en peligro y por eso la chica estaba mucho más tranquila.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/11/15, 01:22 am
Tanto Samika como Eara, con sus palabras y con las caricias de esta última, intentaron tranquilizarlo pero lo cierto es que Ergot temblaba como una hoja en las fauces de un huracán. Escondió su rostro en el pecho de Eara y se abrazó a ella con dos de sus brazos mientras que con los otros dos aún se sujetaba las antenas y se lamentaba de la marcha del hombre árbol. A las palabras de la evaki respondió con voz incierta y sin levantar la vista de su refugio:
- Sí, es cierto…
Aún tenía demasiado miedo como parar mirar directamente hacia el fuego, por lo que no creía que pudiese volver a ver a Ruth de la misma forma nunca más. Y cuando se acercó Rasqa, por unos momentos se tensó pensando, con todas las alarmas encendidas y con sus instintos aullando como sirenas, en que este le iba a atacar con más fuego infernal pero se avergonzó de sí mismo al ver que lo había juzgado mal por lo que cuando este pregunto hizo el esfuerzo de mirarlo al responderle:
-Nos preguntábamos si podías enseñarnos a volar a Samika y a mí, no tenemos mucha idea de cómo se debe de hacer… ¿Nos darás lecciones de vuelo?- Se encontraban en la cocina de la sede hablando por lo que no deberían de sorprenderse de ver bajar a gente a desayunar, pero el repoblador se llevó un gran sorpresa al ver aparecer un felino bastante curioso que les hacía gestos y que parecía muy interesado en observarles. Los instintos del repoblador le suplicaban que le clavase el aguijón además ya no le dolían tanto las antenas, pero se contuvo, no parecía peligroso y menos después de haber alzado la pata en lo que el véspido interpretada una señal de son de paz. Miro en todas direcciones en busca de algún habitante más que apareciese por ahí, pero al final se resignó en preguntar directamente a la reina de los demonios florales y al esbirro del fuego Rasqa. Señaló a la licantropa:
-¿Y este animal es mascota de alguien que vive aquí?
- Sí, es cierto…
Aún tenía demasiado miedo como parar mirar directamente hacia el fuego, por lo que no creía que pudiese volver a ver a Ruth de la misma forma nunca más. Y cuando se acercó Rasqa, por unos momentos se tensó pensando, con todas las alarmas encendidas y con sus instintos aullando como sirenas, en que este le iba a atacar con más fuego infernal pero se avergonzó de sí mismo al ver que lo había juzgado mal por lo que cuando este pregunto hizo el esfuerzo de mirarlo al responderle:
-Nos preguntábamos si podías enseñarnos a volar a Samika y a mí, no tenemos mucha idea de cómo se debe de hacer… ¿Nos darás lecciones de vuelo?- Se encontraban en la cocina de la sede hablando por lo que no deberían de sorprenderse de ver bajar a gente a desayunar, pero el repoblador se llevó un gran sorpresa al ver aparecer un felino bastante curioso que les hacía gestos y que parecía muy interesado en observarles. Los instintos del repoblador le suplicaban que le clavase el aguijón además ya no le dolían tanto las antenas, pero se contuvo, no parecía peligroso y menos después de haber alzado la pata en lo que el véspido interpretada una señal de son de paz. Miro en todas direcciones en busca de algún habitante más que apareciese por ahí, pero al final se resignó en preguntar directamente a la reina de los demonios florales y al esbirro del fuego Rasqa. Señaló a la licantropa:
-¿Y este animal es mascota de alguien que vive aquí?
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/11/15, 09:01 pm
Había estado demasiado ilusionada con la llegada de los antiguos macieleros que ni se había fijado en que aquel muchacho rubio estaba prácticamente en cueros, Ruth quitó la vista con velocidad y tragó saliva ante el acontecimiento, no le había pasado nunca y desearía que no volviese a repetirse, dio gracias a que no estaba desnudo al completo o la israelita daría su peor impresión en la historia, probablemente le habría propinado dos tortas.
Recibía las miradas con cierto estupor, consciente de que llamaba la atención, aunque le supiese mal le consolaba que gente como Ayne a su parecer estuvieran peor que ella, había bajado con la idea de “que piensen lo que quieran y me porta poco parecer el diablo” pero los gestos tan feos que le estaba dedicando Ergot no la ayudaban, sintió un latigazo silencioso de dolor en el pecho cuando saltó a manos de Eara y agachó la cabeza algo cohibida por su condición física, estaba claro que jamás nadie que la hubiese conocido antes la miraría igual, pero el día de la luna todos se comportaron con notable naturalidad, no se esperó para nada que asustara hasta tal punto y sintió que no ya no estaba cómoda ni hasta con algunos compañeros de criba.
-Sí, bueno, no voy a hacerte daño- contestó por contra con voz glacial, contemplando el espectáculo que podía causar, debía hacerse a la idea de que mucha gente podría imitar las acciones del repoblador en cuanto la vieran, especialmente nuevos cosechados futuros, pero no esperaba que fuera tan duro, tan solo en ese momento pudo compartir un poco lo que podría estar pasando Ayne, volvió a dirigirse hacia el véspido soldado- supongo que no a todos nos salen preciosas alas en la espalda.
No recuperó la compostura pero respondió a sus compañeros.
-Me alegro de que todo esté en orden- “relativamente”, pensó.- Vaya- murmuró cuando el edeel se presentó a sí mismo, era interesante a la par que aterrador, intentó no parecer asustada cuando el chico la miró directamente y no hacerle al feo y como si comentaba algo seguramente se le notaría en la voz decidió permanecer en silencio y hablar sobre lo de Eara, un punto interesante en la chica del que no estaba al tanto- No sabía que que se podía cosechar a gente sin esencia- dijo con sinceridad, no sabía si era un carácter negativo o positivo para la aurva pero podía resultar un tema espinoso, especialmente ahora que los sentimientos se agravaban, pensó que ya sería suficientemente extraño estar al lado de su amigo bajo su nueva forma tan espeluznante como para tener que dar su opinión, para la demonio era una bendición que la sinhadre no hubiese cambiado, pero ya había comprobado que no todos pensaban así.
-Yo también iré a visitaros alguna vez- le respondió a Samika posando su mirada en ella y agitando la cola a los lados, no podía evitar observar sus alas con detenimiento- me gustan, volar será mágico- daba por hecho que la evaki aún no sabía usar sus nuevas extremidades pero ya se imaginaba a la muchacha surcar el cielo con sus habilidades.- perdón, tengo que desayunar- dijo como dato importante cuando sus tripas aclamaron comida, así que el grupo se desplazó sin el hombre árbol a la cocina, donde al poco entró la varmana, en su forma animal, le pareció curioso que la chica hubiese cambiado otra vez.
-No es una mascota, ni tampoco un animal exactamente- respondió al repoblador sin mirarlo y examinado a la leopardo de arriba a bajo, le pasó un trozo de pan que partió con poco esfuerzo por si tenía hambre- es Varsai y tanto ella como Devoss pueden cambiar de su forma varmana y humana a su animal, son licántropos, tranquilo, no va a morderte, no hace falta que saltes de miedo otra vez.- apostilló
Recibía las miradas con cierto estupor, consciente de que llamaba la atención, aunque le supiese mal le consolaba que gente como Ayne a su parecer estuvieran peor que ella, había bajado con la idea de “que piensen lo que quieran y me porta poco parecer el diablo” pero los gestos tan feos que le estaba dedicando Ergot no la ayudaban, sintió un latigazo silencioso de dolor en el pecho cuando saltó a manos de Eara y agachó la cabeza algo cohibida por su condición física, estaba claro que jamás nadie que la hubiese conocido antes la miraría igual, pero el día de la luna todos se comportaron con notable naturalidad, no se esperó para nada que asustara hasta tal punto y sintió que no ya no estaba cómoda ni hasta con algunos compañeros de criba.
-Sí, bueno, no voy a hacerte daño- contestó por contra con voz glacial, contemplando el espectáculo que podía causar, debía hacerse a la idea de que mucha gente podría imitar las acciones del repoblador en cuanto la vieran, especialmente nuevos cosechados futuros, pero no esperaba que fuera tan duro, tan solo en ese momento pudo compartir un poco lo que podría estar pasando Ayne, volvió a dirigirse hacia el véspido soldado- supongo que no a todos nos salen preciosas alas en la espalda.
No recuperó la compostura pero respondió a sus compañeros.
-Me alegro de que todo esté en orden- “relativamente”, pensó.- Vaya- murmuró cuando el edeel se presentó a sí mismo, era interesante a la par que aterrador, intentó no parecer asustada cuando el chico la miró directamente y no hacerle al feo y como si comentaba algo seguramente se le notaría en la voz decidió permanecer en silencio y hablar sobre lo de Eara, un punto interesante en la chica del que no estaba al tanto- No sabía que que se podía cosechar a gente sin esencia- dijo con sinceridad, no sabía si era un carácter negativo o positivo para la aurva pero podía resultar un tema espinoso, especialmente ahora que los sentimientos se agravaban, pensó que ya sería suficientemente extraño estar al lado de su amigo bajo su nueva forma tan espeluznante como para tener que dar su opinión, para la demonio era una bendición que la sinhadre no hubiese cambiado, pero ya había comprobado que no todos pensaban así.
-Yo también iré a visitaros alguna vez- le respondió a Samika posando su mirada en ella y agitando la cola a los lados, no podía evitar observar sus alas con detenimiento- me gustan, volar será mágico- daba por hecho que la evaki aún no sabía usar sus nuevas extremidades pero ya se imaginaba a la muchacha surcar el cielo con sus habilidades.- perdón, tengo que desayunar- dijo como dato importante cuando sus tripas aclamaron comida, así que el grupo se desplazó sin el hombre árbol a la cocina, donde al poco entró la varmana, en su forma animal, le pareció curioso que la chica hubiese cambiado otra vez.
-No es una mascota, ni tampoco un animal exactamente- respondió al repoblador sin mirarlo y examinado a la leopardo de arriba a bajo, le pasó un trozo de pan que partió con poco esfuerzo por si tenía hambre- es Varsai y tanto ella como Devoss pueden cambiar de su forma varmana y humana a su animal, son licántropos, tranquilo, no va a morderte, no hace falta que saltes de miedo otra vez.- apostilló
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/11/15, 10:45 pm
Eara notó la incomodidad de Ruth mientras trataba de tranquilizar a Ergot. Quería explicarle que el repoblador solía actuar así cada vez que veía fuego, pero las conversaciones se sucedían y no encontró ocasión. El hombre árbol se había retirado y, tras despedirlo, le contestó a Rasqa asintiendo. Sabía que Ayne y sus amigos cuidarían de ella, pero el problema era en qué posición la dejaba eso, y por ello no quiso comentar nada al respecto. Ayne, entre tanto, pensaba cómo responder al parqio. No se lo había puesto muy fácil.
—Tienes un alma, como todos los seres inteligentes. Puedo verla, o algo así, y quitártela. Pero no sé decirte qué es. Ya no lo sé. Pero sí puedo decirte que sin ella te conviertes en un muerto en vida.
Eara lo miró sorprendida. ¿Cómo podía decir que no sabía lo que era un alma? La aurva hacía sus mejores esfuerzos por comprender a Ayne y su cambio, pero le costaba seguirle el ritmo, y le costaba no preocuparse.
Avanzaron hacia la cocina para acompañar a Ruth en su desayuno mientras continuaban hablando. Ayne se sentó en una silla algo apartada y se apoyó en la mesa con aire distraído. Le había sorprendido un poco poder hablar con naturalidad de sus cambios, y respecto a la petición de Samika y Ergot, a él no le iba ni le venía. No se movió hasta que el felino interrumpió la conversación. Eara se sobresaltó en su silla al verlo, pero enseguida comprobaron que no tenía intenciones de atacar.
Fue una sorpresa descubrir que se trataba de Varsai. No era capaz de dominar su capacidad de cambio y por eso se había presentado así. Los sinhadres la saludaron, a pesar de lo extraño que se sentía hablarle a un animal que no podía responder. Si ya era difícil comunicarse con la varmana por norma general, en ese momento no podía ni escribirles de vuelta.
—Tienes un pelaje muy bonito, Varsai —le dijo Eara, tratando de sonreírle. Aquel cambio era, en cierto modo, inofensivo. Podía revertirlo, al menos, y como animal tenía una forma agradable.
—Tienes un alma, como todos los seres inteligentes. Puedo verla, o algo así, y quitártela. Pero no sé decirte qué es. Ya no lo sé. Pero sí puedo decirte que sin ella te conviertes en un muerto en vida.
Eara lo miró sorprendida. ¿Cómo podía decir que no sabía lo que era un alma? La aurva hacía sus mejores esfuerzos por comprender a Ayne y su cambio, pero le costaba seguirle el ritmo, y le costaba no preocuparse.
Avanzaron hacia la cocina para acompañar a Ruth en su desayuno mientras continuaban hablando. Ayne se sentó en una silla algo apartada y se apoyó en la mesa con aire distraído. Le había sorprendido un poco poder hablar con naturalidad de sus cambios, y respecto a la petición de Samika y Ergot, a él no le iba ni le venía. No se movió hasta que el felino interrumpió la conversación. Eara se sobresaltó en su silla al verlo, pero enseguida comprobaron que no tenía intenciones de atacar.
Fue una sorpresa descubrir que se trataba de Varsai. No era capaz de dominar su capacidad de cambio y por eso se había presentado así. Los sinhadres la saludaron, a pesar de lo extraño que se sentía hablarle a un animal que no podía responder. Si ya era difícil comunicarse con la varmana por norma general, en ese momento no podía ni escribirles de vuelta.
—Tienes un pelaje muy bonito, Varsai —le dijo Eara, tratando de sonreírle. Aquel cambio era, en cierto modo, inofensivo. Podía revertirlo, al menos, y como animal tenía una forma agradable.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
30/11/15, 08:37 pm
Ergot pareció tranquilizarse un poco al fin cuando le dijo a Rasqa sobre que le enseñara a volar.
-Aunque sean diferentes, de algo tiene que valer, aunque creo que voy a sentirme un poco estúpida cuando lo intente- dijo mirando los pliegues de sus brazos, pues la única forma que se le ocurría que pudieran usarse para volar era batiendo los brazos como una estúpida. <<Sin contar que no voy a poder coger nada en peso cuando vuele...tendré que idear algo en el futuro, porque ya que vuelo, o lo haré en algún momento, al menos aprovechar>> pensó Samika todo lo positivamente posible.
Serían cosillas con las que lidiara mas adelante, cuando consiguiera alzarse del suelo sin comerse paredes ni suelo como si fuese una mosca, pero refería hacerse una lista mental de antemano para ir poco a poco o luego seria un desastre.
Siguieron a la Ruth hasta la cocina y no tardo en llegar alguien mas al lugar, visto que Dirke se había marchado un poco antes. Ya tendría tiempo para preguntarle en otro momento donde vivía Doce Puntos, no es como si el hombre árbol pareciera tener intenciones de trasplantar sus raíces a otro domicilio en principio.
La presencia de la nueva forma de vida confundió a Samika, porque aunque escucho vagamente los pasos, eran desacompañados, como si su dueño tuviera mas de dos piernas. <<¿Una mascota?>> pensó la humana confundida y sobresaltándose un poco cuando su pregunta fue formulada en voz alta por Ergot. Cuando Ruth explico quien era Samika observo en dirección a la figura sombreada, y chasqueado la lengua, consiguió ver como si su forma sentada se dibujara en su mente. Porque mas que ver en si, era realmente como si la eco-localización dibujara los trazos en su cabeza. Era extraño de alguna forma que supiera interpretarlo a ese grado y aun no terminaba de acostumbrarse.
-Acércate Varsai para que pueda verte -pidió Samika, sonriendo curiosa por que especie sería, porque aun ya había notado que era algún tipo de felino mediano, aquello no decía gran cosa. Que fuese un licántropo le era lo de menos, a pesar de todos las historias que había al respecto sobre esas criaturas en su mundo, así como que supuestamente te podías convertir en una si eras mordido por uno de la especie. Eran simples cuentos, aunque a esas alturas no tenia claro cuanto de realidad podría haber realmente- Por fin una transformación que me suena de algo - dijo Samika sonriendo en dirección a Varsai y cayendo en cuenta que si a ella ya le costaba hacerse entender antes siendo muda, debería ser mas difícil ahora- En momentos como este vendría genial la telepatía. ¿Y que tipo de licantropo es Devoss?
-Aunque sean diferentes, de algo tiene que valer, aunque creo que voy a sentirme un poco estúpida cuando lo intente- dijo mirando los pliegues de sus brazos, pues la única forma que se le ocurría que pudieran usarse para volar era batiendo los brazos como una estúpida. <<Sin contar que no voy a poder coger nada en peso cuando vuele...tendré que idear algo en el futuro, porque ya que vuelo, o lo haré en algún momento, al menos aprovechar>> pensó Samika todo lo positivamente posible.
Serían cosillas con las que lidiara mas adelante, cuando consiguiera alzarse del suelo sin comerse paredes ni suelo como si fuese una mosca, pero refería hacerse una lista mental de antemano para ir poco a poco o luego seria un desastre.
Siguieron a la Ruth hasta la cocina y no tardo en llegar alguien mas al lugar, visto que Dirke se había marchado un poco antes. Ya tendría tiempo para preguntarle en otro momento donde vivía Doce Puntos, no es como si el hombre árbol pareciera tener intenciones de trasplantar sus raíces a otro domicilio en principio.
La presencia de la nueva forma de vida confundió a Samika, porque aunque escucho vagamente los pasos, eran desacompañados, como si su dueño tuviera mas de dos piernas. <<¿Una mascota?>> pensó la humana confundida y sobresaltándose un poco cuando su pregunta fue formulada en voz alta por Ergot. Cuando Ruth explico quien era Samika observo en dirección a la figura sombreada, y chasqueado la lengua, consiguió ver como si su forma sentada se dibujara en su mente. Porque mas que ver en si, era realmente como si la eco-localización dibujara los trazos en su cabeza. Era extraño de alguna forma que supiera interpretarlo a ese grado y aun no terminaba de acostumbrarse.
-Acércate Varsai para que pueda verte -pidió Samika, sonriendo curiosa por que especie sería, porque aun ya había notado que era algún tipo de felino mediano, aquello no decía gran cosa. Que fuese un licántropo le era lo de menos, a pesar de todos las historias que había al respecto sobre esas criaturas en su mundo, así como que supuestamente te podías convertir en una si eras mordido por uno de la especie. Eran simples cuentos, aunque a esas alturas no tenia claro cuanto de realidad podría haber realmente- Por fin una transformación que me suena de algo - dijo Samika sonriendo en dirección a Varsai y cayendo en cuenta que si a ella ya le costaba hacerse entender antes siendo muda, debería ser mas difícil ahora- En momentos como este vendría genial la telepatía. ¿Y que tipo de licantropo es Devoss?
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
01/12/15, 11:59 pm
Rasqa les dedicó una sonrisa a medio camino entre la diversión y la malicia. Aprender a volar de pequeño fue de las cosas más divertidas que pudo hacer en las dichosas islas, pero no era así para todos los parqios. Algunos de sus compañeros recordaban con amargura las caídas, con las magulladuras y las roturas correspondientes. Rasqa no les deseaba que le cogieran tericia a volar, pero sí reirse un rato a su costa.
—Habéis tenido una decisión estupenda —así como él ya había tomado la suya—. Vuestras alas no se parecen a las mías, sí, pero supongo que os podré enseñar ciertos aspectos básicos.
Prestó atención a lo que le comentaba Ayne. Sentía curiosidad por cómo veía "más o menos" las almas. ¿Qué aspecto tenían? ¿Dónde las veía? ¿Estaban entre ellos o dentro o cómo? La curiosidad del parqio abarcaba demasiado y Rasqa estaba acostumbrado a dosificar preguntas. En su lugar, lo que hizo fue lanzar una ligera advertencia que creyó necesaria.
—Entonces mejor deja la mía en su sitio, que apenas me ha dado tiempo a lucir todo esto —desplegó las alas y camufló sus palabras entre bromas porque no creía que Ayne fuera a hacerle nada, pero de intentarlo siquiera, Rasqa tenía claro que defendería su alma a sangre y fuego.
El parqio decidió dejar que continuaran intercambiando detalles sobre sus transformaciones antes de retomar el tema de las clases de vuelo.
—Habéis tenido una decisión estupenda —así como él ya había tomado la suya—. Vuestras alas no se parecen a las mías, sí, pero supongo que os podré enseñar ciertos aspectos básicos.
Prestó atención a lo que le comentaba Ayne. Sentía curiosidad por cómo veía "más o menos" las almas. ¿Qué aspecto tenían? ¿Dónde las veía? ¿Estaban entre ellos o dentro o cómo? La curiosidad del parqio abarcaba demasiado y Rasqa estaba acostumbrado a dosificar preguntas. En su lugar, lo que hizo fue lanzar una ligera advertencia que creyó necesaria.
—Entonces mejor deja la mía en su sitio, que apenas me ha dado tiempo a lucir todo esto —desplegó las alas y camufló sus palabras entre bromas porque no creía que Ayne fuera a hacerle nada, pero de intentarlo siquiera, Rasqa tenía claro que defendería su alma a sangre y fuego.
El parqio decidió dejar que continuaran intercambiando detalles sobre sus transformaciones antes de retomar el tema de las clases de vuelo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/12/15, 01:57 pm
Varsai se acercó a Eara que era la que llevaba a Ergot en brazos y le bufó con exasperación al bicho planta, vale que él no tenía forma de saberlo pero a la niña le fastidiaba que la tildaran de mascota. Por otro lado se restrgó contra la sinhadre ronroneando, a la licántropo también le gustaba su pelaje.
Recogió el trozo de pan que le lanzó Ruth y lo comió en un visto y no visto. Por supuesto seguía con hambre, no parecía que los leopardos se contentasen con un mísero trozo de pan para comer.
Varsai se acercó a Samika por petición de ésta y como la varmana no tenía muy claro el rango de visión de la humana se lo quiso poner fácil. Se alzó sobre sus patas traseras y puso las delanteras sobre los hombros de la chica teniendo cuidado de no sacar las garras, pegó su morro a la cara de la evaki y aprovechó para olerla.
Desde allí oyó lo que dijo Rasqa sobre las almas y vio a Ayne un poco apartado. La niña se acercó a él ronroneando buscando que reaccionase y se acercase más al resto, que no estaba bien autoexcluirse.
Recogió el trozo de pan que le lanzó Ruth y lo comió en un visto y no visto. Por supuesto seguía con hambre, no parecía que los leopardos se contentasen con un mísero trozo de pan para comer.
Varsai se acercó a Samika por petición de ésta y como la varmana no tenía muy claro el rango de visión de la humana se lo quiso poner fácil. Se alzó sobre sus patas traseras y puso las delanteras sobre los hombros de la chica teniendo cuidado de no sacar las garras, pegó su morro a la cara de la evaki y aprovechó para olerla.
Desde allí oyó lo que dijo Rasqa sobre las almas y vio a Ayne un poco apartado. La niña se acercó a él ronroneando buscando que reaccionase y se acercase más al resto, que no estaba bien autoexcluirse.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/15, 06:05 pm
Ayne enarcó levemente una ceja al escuchar la sutil amenaza detrás de las palabras del parqio. Llegó a la conclusión de que lo mejor era no replicar, pero le había ofendido que creyera que podía dedicarse a despojar de su alma al primero que se pusiera a tiro.
Entre tanto Varsai había estado yendo de una a otra persona de la mesa, y cuando prestó atención a Eara, ronroneaba. La sinhadre no sabía qué pensaría la licántropo si la acariciaba, así que optó por palmear su cabeza una sola vez. Su pelaje era tan suave como aparentaba. La aurva encontraba aquella forma de transformación muy agradable.
Cuando fue Ayne el que vio acercarse a la licántropo la miró con extrañeza, preguntándose qué era exactamente lo que la hacía ronronear mientras lo miraba fijamente. Su aspecto desde luego no iba a ser.
—¿Y dónde vais a hacer esas clases de vuelo? Necesitáis un sitio seguro y con mucho espacio, ¿no? —preguntó Eara a los interesados.
Entre tanto Varsai había estado yendo de una a otra persona de la mesa, y cuando prestó atención a Eara, ronroneaba. La sinhadre no sabía qué pensaría la licántropo si la acariciaba, así que optó por palmear su cabeza una sola vez. Su pelaje era tan suave como aparentaba. La aurva encontraba aquella forma de transformación muy agradable.
Cuando fue Ayne el que vio acercarse a la licántropo la miró con extrañeza, preguntándose qué era exactamente lo que la hacía ronronear mientras lo miraba fijamente. Su aspecto desde luego no iba a ser.
—¿Y dónde vais a hacer esas clases de vuelo? Necesitáis un sitio seguro y con mucho espacio, ¿no? —preguntó Eara a los interesados.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
16/12/15, 02:43 am
La descripción que le dio rasqa de la transformación de Devoss le sonaba mucho ala de un tigre, a no ser que fuese algún tipo de criatura desconocida era el único felino terrestre que conocía que tuviera esa descripción. "Tiene que ser gigantesco y impresionanate verlo" pensó esperando poder verlo pronto.
Vio a Varsai un poco antes de que pusiera sus patas sobre sus hombros. Estando preparada de antemano de que era un felino de un tamaño considerable no le asusto tanto, menos sabiendo que bajo todo el pelaje gris y blanco parcheado, se encontraba aquella pequeña niña varmana.
-Un leopardo de las nieves -murmuró Samika fascinada por la hermosa felina frente a sus ojos. Sonrió ampliamente, abrazándose a su tupido cuello- Es cierto lo que dice Eara, tiene un muy bonito pelaje...es realmente real. Resulta increíble saber que bajo este aspecto se encuentra Varsai, es un cambio radical -dijo hundiendo sus rostro un momento en su cuello antes de permitirle ala varmana alejarse en dirección a Ayne, que aprecia aun parcialmente alejados del pequeño grupo. Iba a costar que este se sintiera cómodo entre la gente hasta que no controlase eso de devorar las almas, por lo que Samika se contuvo de soltar un bufido por las palabras de Rasqa, entendía en ciertas forma su poca confianza. Aunque no es como si el sinhadre fuese a hacerlo a posta.
Agradeció las palabras de Eara, SaMika no quería discutir por algo cuando ni el propio mencionado había dicho nada. Todos iban a tener que lidiar con los pros y contras de sus transformaciones, incluso Eara a pesar de no haber cambiado. Tendría que tratar con demasiado bicho raro apra su sanidad mental.
-Oh, oí que hay zonas de entrenamiento en la sede-comentó Samika tras las palabras de Eara- Se que deberíamos empezar en espacios abiertos, pero ni Ergot ni yo estamos preparados para hacer la caída libre desde un tejado. - dijo la evaki con humor. No había que ser muy listo como para saber que obtener alas que antes no tenias no te enseñaba a usarlas de buenas a primeras. Nadie en su sano juicio se lanzaría desde lo alto el primer día, era como pedirle a la muerte que te hiciera una visita de cortesía por adelantado. O como mínimo pedirle a alguien con magia que te repare el destrozo.
-¿Podemos ver lo cuartos de entrenamiento?- pregunto Samika un poco ansiosa, observando al pequeño grupillo residentes de la sede. Seguramente se terminaría mudando en el futuro próximo de serpentaria pero primero iba a ir asegurando ciertas bases- Si es suficientemente grande y no es inconveniente que vengamos...se podría empezar ahí ¿tu que opinas rasqa? - pregunto mirando en dirección al parqio y viendo su nublada figura. El era quien les enseñaría así que el tenia la ultima palabra sobre como seria la mejor forma de que aprendieran. Como este había dicho sus alas diferían unas de otras por lo que la forma de usarlas también seria diferente, y Samika tenia una idea bastante clara de como seria la suya, pues teniéndolas pegada a los brazos no era difícil de imaginar. La imagen resultaba tan falta de cualquier elegancia y estúpida en su mente que la rechazaba inconscientemente.
Vio a Varsai un poco antes de que pusiera sus patas sobre sus hombros. Estando preparada de antemano de que era un felino de un tamaño considerable no le asusto tanto, menos sabiendo que bajo todo el pelaje gris y blanco parcheado, se encontraba aquella pequeña niña varmana.
-Un leopardo de las nieves -murmuró Samika fascinada por la hermosa felina frente a sus ojos. Sonrió ampliamente, abrazándose a su tupido cuello- Es cierto lo que dice Eara, tiene un muy bonito pelaje...es realmente real. Resulta increíble saber que bajo este aspecto se encuentra Varsai, es un cambio radical -dijo hundiendo sus rostro un momento en su cuello antes de permitirle ala varmana alejarse en dirección a Ayne, que aprecia aun parcialmente alejados del pequeño grupo. Iba a costar que este se sintiera cómodo entre la gente hasta que no controlase eso de devorar las almas, por lo que Samika se contuvo de soltar un bufido por las palabras de Rasqa, entendía en ciertas forma su poca confianza. Aunque no es como si el sinhadre fuese a hacerlo a posta.
Agradeció las palabras de Eara, SaMika no quería discutir por algo cuando ni el propio mencionado había dicho nada. Todos iban a tener que lidiar con los pros y contras de sus transformaciones, incluso Eara a pesar de no haber cambiado. Tendría que tratar con demasiado bicho raro apra su sanidad mental.
-Oh, oí que hay zonas de entrenamiento en la sede-comentó Samika tras las palabras de Eara- Se que deberíamos empezar en espacios abiertos, pero ni Ergot ni yo estamos preparados para hacer la caída libre desde un tejado. - dijo la evaki con humor. No había que ser muy listo como para saber que obtener alas que antes no tenias no te enseñaba a usarlas de buenas a primeras. Nadie en su sano juicio se lanzaría desde lo alto el primer día, era como pedirle a la muerte que te hiciera una visita de cortesía por adelantado. O como mínimo pedirle a alguien con magia que te repare el destrozo.
-¿Podemos ver lo cuartos de entrenamiento?- pregunto Samika un poco ansiosa, observando al pequeño grupillo residentes de la sede. Seguramente se terminaría mudando en el futuro próximo de serpentaria pero primero iba a ir asegurando ciertas bases- Si es suficientemente grande y no es inconveniente que vengamos...se podría empezar ahí ¿tu que opinas rasqa? - pregunto mirando en dirección al parqio y viendo su nublada figura. El era quien les enseñaría así que el tenia la ultima palabra sobre como seria la mejor forma de que aprendieran. Como este había dicho sus alas diferían unas de otras por lo que la forma de usarlas también seria diferente, y Samika tenia una idea bastante clara de como seria la suya, pues teniéndolas pegada a los brazos no era difícil de imaginar. La imagen resultaba tan falta de cualquier elegancia y estúpida en su mente que la rechazaba inconscientemente.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
23/12/15, 01:53 pm
Pasaron varios días, en los que el joven holandés no se dedicó a nada en particular. El hecho de estar tan protegido le era casi irónico, después de tantas situaciones de muertes, tantas huidas hacia el torreón y alguna lucha con asquerosas hienas, si, lo parecía. No hacía falta salir en busca de suministros, no te jugabas la vida a cada paso que dieras fuera de los muros, porque no era para nada necesario. Podía dedicarse a pensar qué estarían haciendo sus compañeros de Serpentaria o en qué se habrían transformado sus compañeros fallecidos.
Sin embargo no empleaba todo su tiempo en eso, también hablaba con Ruth. Devoss intentaba disimular su interés, pero era imposible. La israelita era una muchacha con la piel roja, una cola de fuego y una melena con mechas ardientes. ¿Quién puede actuar como si nada ante semejante visión? El licántropo desde luego era incapaz, y lo que más temía era que ella se diera cuenta. Ya debía de resultarle lo bastante duro haber cambiado tanto como para que el chico lo acentuara más aún. Sin embargo había otras transformaciones impactantes. Un chaval con brazos robóticos y cuernos de cabra, una mujer con cintura de serpiente...
Todo esto hacía que Devoss se sintiera más afortunado, puede que aún no fuera capaz...Pero confiaba en el brujo de las enredaderas, le había dicho que podría transformarse cuando le viniera en gana. Y no había motivos para que mintiera, así que se aferró a esa frase, esperando algún día poder ser un tigre. Por otra parte era un pensamiento estúpido, quería ser otra vez un animal peligroso que tuvo que ser controlado el día de la Luna. Pero esa sensación... era imposible de describir. Era fuerza en estado puro, una máquina de cazar con una velocidad increíble. Así era él en realidad, su verdadera apariencia. El licántropo anhelaba volver a repetir, como si fuera un niño queriendo montarse de nuevo en la montaña rusa.
El brujo les había dado la imagen de una muchacha, dijo que podía ayudarles. ¿Cómo podía encontrarla? Rocavarancolia no es que fuera un pueblo que digamos, y aún controlando su poder la ciudad seguía siendo peligrosa. Cuando no hablaba con la demonio de fuego intentaba volverse un tigre a solas en su cuarto, pero solo obtenía dolor de cabeza y tener la cara colorada del inútil esfuerzo.
En el día actual, Devoss se levantó más tarde y se incorporó de la cama bostezando sonoramente, normalmente habría hecho su ejercicio rutinario de “Intento ser un felino pero parezco un tomate”.
Pero a decir verdad estaba cansado de no conseguirlo, y sobre todo tenía hambre. Bajó las escaleras pesadamente y se encontró con varios de sus compañeros. Abajo estaban Ruth, Samika, Ayne y Eara, Rasqa, Ergot y un leopardo de las nieves... <<¿¡Cómo cojones lo hace!?>> Pensó frustrado el chico.
-Buenos días.- Les saludó mirando con poco disimulo las alas y orejas de Samika, el esqueleto que se dejaba ver tras la piel trasparente del sinhadre y el aguijón del repoblador. -¿Cómo vais con lo vuestro?-
Sin embargo no empleaba todo su tiempo en eso, también hablaba con Ruth. Devoss intentaba disimular su interés, pero era imposible. La israelita era una muchacha con la piel roja, una cola de fuego y una melena con mechas ardientes. ¿Quién puede actuar como si nada ante semejante visión? El licántropo desde luego era incapaz, y lo que más temía era que ella se diera cuenta. Ya debía de resultarle lo bastante duro haber cambiado tanto como para que el chico lo acentuara más aún. Sin embargo había otras transformaciones impactantes. Un chaval con brazos robóticos y cuernos de cabra, una mujer con cintura de serpiente...
Todo esto hacía que Devoss se sintiera más afortunado, puede que aún no fuera capaz...Pero confiaba en el brujo de las enredaderas, le había dicho que podría transformarse cuando le viniera en gana. Y no había motivos para que mintiera, así que se aferró a esa frase, esperando algún día poder ser un tigre. Por otra parte era un pensamiento estúpido, quería ser otra vez un animal peligroso que tuvo que ser controlado el día de la Luna. Pero esa sensación... era imposible de describir. Era fuerza en estado puro, una máquina de cazar con una velocidad increíble. Así era él en realidad, su verdadera apariencia. El licántropo anhelaba volver a repetir, como si fuera un niño queriendo montarse de nuevo en la montaña rusa.
El brujo les había dado la imagen de una muchacha, dijo que podía ayudarles. ¿Cómo podía encontrarla? Rocavarancolia no es que fuera un pueblo que digamos, y aún controlando su poder la ciudad seguía siendo peligrosa. Cuando no hablaba con la demonio de fuego intentaba volverse un tigre a solas en su cuarto, pero solo obtenía dolor de cabeza y tener la cara colorada del inútil esfuerzo.
En el día actual, Devoss se levantó más tarde y se incorporó de la cama bostezando sonoramente, normalmente habría hecho su ejercicio rutinario de “Intento ser un felino pero parezco un tomate”.
Pero a decir verdad estaba cansado de no conseguirlo, y sobre todo tenía hambre. Bajó las escaleras pesadamente y se encontró con varios de sus compañeros. Abajo estaban Ruth, Samika, Ayne y Eara, Rasqa, Ergot y un leopardo de las nieves... <<¿¡Cómo cojones lo hace!?>> Pensó frustrado el chico.
-Buenos días.- Les saludó mirando con poco disimulo las alas y orejas de Samika, el esqueleto que se dejaba ver tras la piel trasparente del sinhadre y el aguijón del repoblador. -¿Cómo vais con lo vuestro?-
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