Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
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24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/10/14, 11:48 pm
–Descuida, creo que puedo hacerme a la idea de lo que sois capaces, y voy a ir también así que a las malas peleo yo.
Cuando escuchó mi propuesta, aunque no se rió en mi cara pude notar perfectamente que se estaba conteniendo, lo que me hizo poner los ojos en blanco. –Tú sabrás. –Si quieres dinero te pagaré con él, pero ni esperes una fortuna ni te quejes si luego descubres que podrías haberle dado mejor uso a las preguntas. Sobre lo del peligro: es simple. Supongamos que me preguntas algo como cuáles son mis puntos débiles, por poner un ejemplo. Te los digo, y alguien que quiera hacerme daño te lo sonsaca, o incluso que tú misma decidas chantajearme con esa información. ¿A que sería un problema molesto? Un cosechado solo tiene que preocuparse de las alimañas y las trampas de la ciudad. Una vez te transformas la leyes de la ciudad no te protegen, y cualquier ciudadano puede matarte sin miedo a que haya consecuencias.
Mientras en mi cabeza pensaba en lo irónico que resultaba que los cosechados estuvieran “protegidos” por la ciudad, acompañé a Alice a la puerta mientras ella me hacía una última pregunta. –Nada obligatorio, pero hechizos de levitación y niebla mágica os irían bien.
Y así terminó aquella visita inesperada. Tras despedir a la bruja volví a ponerme con mis diseños. Si todo iba bien podría estrenar uno o dos en aquel viaje a los subterráneos.
Cuando escuchó mi propuesta, aunque no se rió en mi cara pude notar perfectamente que se estaba conteniendo, lo que me hizo poner los ojos en blanco. –Tú sabrás. –Si quieres dinero te pagaré con él, pero ni esperes una fortuna ni te quejes si luego descubres que podrías haberle dado mejor uso a las preguntas. Sobre lo del peligro: es simple. Supongamos que me preguntas algo como cuáles son mis puntos débiles, por poner un ejemplo. Te los digo, y alguien que quiera hacerme daño te lo sonsaca, o incluso que tú misma decidas chantajearme con esa información. ¿A que sería un problema molesto? Un cosechado solo tiene que preocuparse de las alimañas y las trampas de la ciudad. Una vez te transformas la leyes de la ciudad no te protegen, y cualquier ciudadano puede matarte sin miedo a que haya consecuencias.
Mientras en mi cabeza pensaba en lo irónico que resultaba que los cosechados estuvieran “protegidos” por la ciudad, acompañé a Alice a la puerta mientras ella me hacía una última pregunta. –Nada obligatorio, pero hechizos de levitación y niebla mágica os irían bien.
Y así terminó aquella visita inesperada. Tras despedir a la bruja volví a ponerme con mis diseños. Si todo iba bien podría estrenar uno o dos en aquel viaje a los subterráneos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/10/14, 02:45 am
—Oh, no, no, casi que mejor las preguntas, que son información gratis. Y descuida, no te preguntaré nada de ese tipo. Aunque te puedo asegurar que alguna será sobre runas.
Harías bien en sacarle sus debilidades. La opción del chantaje siempre es buena.
Asentí ante la mención de los hechizos y nos encaminamos a la puerta. Oz sabía hacer el de niebla mágica, así que o nos enseñaba o lo haría Valek. Por suerte, la levitación la manejábamos bien. Bastante bien, además, si sumaba a las onyces.
—Pues muchas gracias por todo. Te avisaré cuando hable con Dhelian. Hasta luego.
Una vez en el pasillo, miré varias veces escaleras arriba, escaleras abajo. Escaleras arriba estaban los dormitorios de mis amigas y la sala de entrenamiento. Hacia abajo, la salida, Dhelian, Oz... Hacia arriba estaba Marsi, abajo estudiar magia y libros y... ¿Qué rayos? No iba a desperdiciar una visita, maldita fuera mi estampa si lo hiciera.
Así que me encaminé hacia la sala de entrenamiento, donde esperaba encontrarme con Marsi o Sura. Una de las dos fijo que estaría ahí, aunque quizá lo más probable fuese que estuviera Sura. Mejor, incluso, porque así podría rematar la visita viendo a Marsi y luego a casa. Cuando llegué, llamé a la puerta suavemente y entré. Mentiría si dijera que me decepcionó lo que vi. Maravillada y sorprendida serían mejores términos, mucho más sinceros y realistas. Estaba entrenando con algo que parecía humo, muy similar al que le salía del cuello.
Esa loca puede hacer cualquier arma con su humo, ten cuidado.
<<¿En serio?>>
—Sorpresa —dije, saludando con la mano en cuanto me vio.
Harías bien en sacarle sus debilidades. La opción del chantaje siempre es buena.
Asentí ante la mención de los hechizos y nos encaminamos a la puerta. Oz sabía hacer el de niebla mágica, así que o nos enseñaba o lo haría Valek. Por suerte, la levitación la manejábamos bien. Bastante bien, además, si sumaba a las onyces.
—Pues muchas gracias por todo. Te avisaré cuando hable con Dhelian. Hasta luego.
Una vez en el pasillo, miré varias veces escaleras arriba, escaleras abajo. Escaleras arriba estaban los dormitorios de mis amigas y la sala de entrenamiento. Hacia abajo, la salida, Dhelian, Oz... Hacia arriba estaba Marsi, abajo estudiar magia y libros y... ¿Qué rayos? No iba a desperdiciar una visita, maldita fuera mi estampa si lo hiciera.
Así que me encaminé hacia la sala de entrenamiento, donde esperaba encontrarme con Marsi o Sura. Una de las dos fijo que estaría ahí, aunque quizá lo más probable fuese que estuviera Sura. Mejor, incluso, porque así podría rematar la visita viendo a Marsi y luego a casa. Cuando llegué, llamé a la puerta suavemente y entré. Mentiría si dijera que me decepcionó lo que vi. Maravillada y sorprendida serían mejores términos, mucho más sinceros y realistas. Estaba entrenando con algo que parecía humo, muy similar al que le salía del cuello.
Esa loca puede hacer cualquier arma con su humo, ten cuidado.
<<¿En serio?>>
—Sorpresa —dije, saludando con la mano en cuanto me vio.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/10/14, 03:12 am
La primera arma que había logrado invocar Marsi había sido un látigo de ganadería de tres metros de largo, tal vez porque era el arma más cercana a ella, aunque era mucho más largo que el látigo de doma al que estaba acostumbrada. Había usado de ese tipo en alguna ocasión, con la ayuda de uno de los novios de su padre, hacía ya unos años. Por suerte el látigo se hacía intangible cada vez que perdía el control y se volvía contra ella, o más bien el miedo hacía que se desvaneciera, y no había tenido más accidentes que alguna marca fea en el suelo y un maniquí roto. Estaba dejando marcas en un grueso poste de madera cuando Alice entró a saludar, y su arma se desvaneció en el aire al prestarle Marsi atención a la bruja.
-Hola- proyectó desde su cabeza. El violinista le había dejado un par de trucos útiles para manejar mejor la telepatía, aunque aún se le escapaban pensamientos por accidente.- No sabía que estabas aquí, habría bajado a saludar.
Vestía unos pantalones bombachos de lino basto y un top deportivo, el saco de su cabeza y su látigo físico colgaban del cinturón. Marsi estaba empapada en sudor, pues aunque el látigo había sido por el momento el único objeto que había logrado invocar de su cuello, se había emocionado practicando con él, además de que los nuevos contrincantes, más experimentados, resultaban un desafío estimulante.
-Hola- proyectó desde su cabeza. El violinista le había dejado un par de trucos útiles para manejar mejor la telepatía, aunque aún se le escapaban pensamientos por accidente.- No sabía que estabas aquí, habría bajado a saludar.
Vestía unos pantalones bombachos de lino basto y un top deportivo, el saco de su cabeza y su látigo físico colgaban del cinturón. Marsi estaba empapada en sudor, pues aunque el látigo había sido por el momento el único objeto que había logrado invocar de su cuello, se había emocionado practicando con él, además de que los nuevos contrincantes, más experimentados, resultaban un desafío estimulante.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/10/14, 03:35 am
Me acerqué e hice un gesto de las manos para restarle importancia al asunto.
—Ay, no te preocupes por eso. Vine para pedir consejo a uno de los veteranos, Valek —el vampiro de la Taberna— porque Dhelian... En fin, ya sabes, tiene que comer cadáveres... Aunque pensábamos que tendría que matarlos primero, pero resulta que no así que se le hará más fácil. Y como me ofrecí a ayudarle pasara lo que pasase... Vine yo. Ahora están Oz y él practicando magia —le resumí. No veía por qué no contarle la verdad, pese a que la onyce me insistiera en mentirle. Tomé aire e hice una pausa—. Perdona que venga acelerada. ¿Qué tal estás, cómo te va?
Se ha vuelto peligrosa y cada día lo será más. Acaba con ella ahora que puedes. A esta no necesitas preguntarle sus debilidades; ya las conoces...
—Vete de aquí inmediatamente —la interrumpí.
Lamentarás...
—Que te vayas. Sal de la torre. Esperad todas fuera —susurré con frialdad. Una vez hubo desaparecido de mi vista, miré a Marsi y sacudí la cabeza—. Son un incordio cuando quieren... pero son útiles. Pero mira, ya tenemos algo más en común: tu humo y mis sombras —bromeé para quitarme de la cabeza las palabras de la onyce.
—Ay, no te preocupes por eso. Vine para pedir consejo a uno de los veteranos, Valek —el vampiro de la Taberna— porque Dhelian... En fin, ya sabes, tiene que comer cadáveres... Aunque pensábamos que tendría que matarlos primero, pero resulta que no así que se le hará más fácil. Y como me ofrecí a ayudarle pasara lo que pasase... Vine yo. Ahora están Oz y él practicando magia —le resumí. No veía por qué no contarle la verdad, pese a que la onyce me insistiera en mentirle. Tomé aire e hice una pausa—. Perdona que venga acelerada. ¿Qué tal estás, cómo te va?
Se ha vuelto peligrosa y cada día lo será más. Acaba con ella ahora que puedes. A esta no necesitas preguntarle sus debilidades; ya las conoces...
—Vete de aquí inmediatamente —la interrumpí.
Lamentarás...
—Que te vayas. Sal de la torre. Esperad todas fuera —susurré con frialdad. Una vez hubo desaparecido de mi vista, miré a Marsi y sacudí la cabeza—. Son un incordio cuando quieren... pero son útiles. Pero mira, ya tenemos algo más en común: tu humo y mis sombras —bromeé para quitarme de la cabeza las palabras de la onyce.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/10/14, 10:01 pm
-Ah, sí... los precios...- un sentimiento de tristeza mezclada con desagrado se escapó entre las palabras mentales de Marsi. Debió darse cuenta, pues su canal se cerró de forma súbita. Odiaba sentirse tan expuesta, y tener iedo de sus propios pensamientos por si estos escapaban de su cabeza, incluso si estos iban a la de Alice. Tal vez precisamente porque podrían ir a la de Alice.
Se alejó algo incómoda en busca de una toalla con la que enjugarse el sudor, no prestándole atención a propósito a la expulsión de las onyces. Lo prefería así, odiaba a esas cosas, y sabía que era algo mutuo.
Invocó de nuevo su látigo, brillante y negro como el cuero bien curtido, desprendiendo vapor oscuro. No era un sustituto para el suyo, era diferente, pero le encantaba. Sacó su libreta y lápiz de la bolsa sin fondo donde llevaba su cabeza y escribió:
''Por el momento es la única arma que puedo materializar, pero el violinista me dijo que habría más. También me habló de una montura... Es lo que caracteriza a un dullahan, cada uno tiene la suya. No puedo esperar a ver cómo es, hace tanto tiempo que no cabalgo...''
Se alejó algo incómoda en busca de una toalla con la que enjugarse el sudor, no prestándole atención a propósito a la expulsión de las onyces. Lo prefería así, odiaba a esas cosas, y sabía que era algo mutuo.
Invocó de nuevo su látigo, brillante y negro como el cuero bien curtido, desprendiendo vapor oscuro. No era un sustituto para el suyo, era diferente, pero le encantaba. Sacó su libreta y lápiz de la bolsa sin fondo donde llevaba su cabeza y escribió:
''Por el momento es la única arma que puedo materializar, pero el violinista me dijo que habría más. También me habló de una montura... Es lo que caracteriza a un dullahan, cada uno tiene la suya. No puedo esperar a ver cómo es, hace tanto tiempo que no cabalgo...''
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/10/14, 12:42 pm
Cuando Marsi habló, un sentimiento concreto acompañó sus palabras. Ya había ocurrido otras veces que impregnase sus pensamientos con sentimientos, lo cual era normal, pero en ese momento sí le di importancia pues era tristeza. No sabía, por otro lado, qué era eso del "precio", pero si ella lo había relacionado con lo de Dhelian... ¿Podía ser el "coste" de ciertas transformaciones? ¿Coste de qué, para seguir viviendo? En Dhelian era obvio... ¿Sería eso? <<Espera, espera... ¿Solo algunas? ¿Y si yo tengo precio? ¿Y Marsi?>> Empecé a pensar atropelladamente, algo preocupada por el por qué de esa tristeza acompañando a esas palabras..., además del hecho de que Marsi no había dicho nada más al respecto. ¿Y si le pasaba algo? ¿Y si su precio era peor que el de Dhelian o imposible? ¿Y si...
—¿Una montura? Eso... Eso me recuerda a una leyenda terrícola de un fantasma de un jinete sin cabeza que cabalga por ahí asustando y matando gente. Quizá quien se lo inventó era rocavarancolés —bromeé—. Yo también puedo hacer monturas si junto a muchas sombras... y creo que armas también, pero la solidez depende del número. Pero claro, yo decido la forma y puedo hasta inventármela... ¿Tú sabes qué montura en concreto será? Sea cual sea, será un honor cabalgar a su lado, mi señora —sonreí y bromeé de nuevo, esta vez fingiendo quitarme un sombrero invisible. No sabía si en Varmania harían ese gesto, así que lo exageré y añadí una inclinación.
Por dentro, seguía preocupada <<¿Qué hago? ¿Le pregunto si está bien o paso al tema del nombre? ¿Y si no quiere hablar del tema? ¿Y si es algo totalmente distinto a lo del precio? ¿Y si es una tontería y no pasa nada? ¿Y si...>> Solo hay una forma de saberlo. Me acerqué más y le di con suavidad con el puño en un hombro. Apenas un roce.
—Oye... ¿Estás bien, de verdad, de verdad de la buena? Eres mi amiga, si estás bien, guay, pero si no, estoy aquí, ¿vale? O, bueno, en la Sede, o perdida por ahí de paseo... —dije atropelladamente—. O incluso ahí, pero eso sería gore y demasiado moñas, ¿no? —dije, señalando al corazón— Pero bueno, creo que se entiende. Ya me callo, ya me callo —rematé con una sonrisa.
Más ysis afloraron tras callarme. Pero los ignoré, ya que no servía de nada. La respuesta llegaría o no y punto.
—¿Una montura? Eso... Eso me recuerda a una leyenda terrícola de un fantasma de un jinete sin cabeza que cabalga por ahí asustando y matando gente. Quizá quien se lo inventó era rocavarancolés —bromeé—. Yo también puedo hacer monturas si junto a muchas sombras... y creo que armas también, pero la solidez depende del número. Pero claro, yo decido la forma y puedo hasta inventármela... ¿Tú sabes qué montura en concreto será? Sea cual sea, será un honor cabalgar a su lado, mi señora —sonreí y bromeé de nuevo, esta vez fingiendo quitarme un sombrero invisible. No sabía si en Varmania harían ese gesto, así que lo exageré y añadí una inclinación.
Por dentro, seguía preocupada <<¿Qué hago? ¿Le pregunto si está bien o paso al tema del nombre? ¿Y si no quiere hablar del tema? ¿Y si es algo totalmente distinto a lo del precio? ¿Y si es una tontería y no pasa nada? ¿Y si...>> Solo hay una forma de saberlo. Me acerqué más y le di con suavidad con el puño en un hombro. Apenas un roce.
—Oye... ¿Estás bien, de verdad, de verdad de la buena? Eres mi amiga, si estás bien, guay, pero si no, estoy aquí, ¿vale? O, bueno, en la Sede, o perdida por ahí de paseo... —dije atropelladamente—. O incluso ahí, pero eso sería gore y demasiado moñas, ¿no? —dije, señalando al corazón— Pero bueno, creo que se entiende. Ya me callo, ya me callo —rematé con una sonrisa.
Más ysis afloraron tras callarme. Pero los ignoré, ya que no servía de nada. La respuesta llegaría o no y punto.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/10/14, 11:44 pm
Marsi cerró a cal y canto su mente para evitar que ningún pensamiento ni sentimiento escapase de ella. Por culpa de su descuido Alice se estaba preocupando, pero aun no se sentía cómoda compartiendo sus preocupaciones. Continuó usando la libreta:
''Claro, pero son muchos cambios, es complicado de asimilar...''
Decidió centrarse en temas más agradables, y ya que le había dado pie a hablar de uno de sus favoritos no iba a desaprovechar la oportunidad.
''Y lo cierto es que ni siquiera el violinista lo sabe. Me dijo que se me presentaría cuando estuviese preparada, pero me encantaría que fuese un osogrifo. No monto en osogrifo desde que vine a la ciudad, y la verdad es que lo echo de menos. ¿Crees que podríamos hacer una visita a Varmania? Creo que no hay osogrifos en tu mundo, te gustarían, podríamos ir a verlos.''
''Claro, pero son muchos cambios, es complicado de asimilar...''
Decidió centrarse en temas más agradables, y ya que le había dado pie a hablar de uno de sus favoritos no iba a desaprovechar la oportunidad.
''Y lo cierto es que ni siquiera el violinista lo sabe. Me dijo que se me presentaría cuando estuviese preparada, pero me encantaría que fuese un osogrifo. No monto en osogrifo desde que vine a la ciudad, y la verdad es que lo echo de menos. ¿Crees que podríamos hacer una visita a Varmania? Creo que no hay osogrifos en tu mundo, te gustarían, podríamos ir a verlos.''
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/10/14, 12:49 am
—Entiendo —fue la única reacción de Keiria a la explicación de Kud. Sabía de sobra que si trataba de indagar en el tema solo obtendría una respuesta aun mas críptica y posiblemente el chico acabara yéndose de la cuestión.
No tuvieron ningun problema durante el camino, pero la kitsune no podía evitar sentirse amenazada: el alboroto del mercado había llamado demasiado la atención. Aunque habían escapado rápido era muy posible que se hubieran quedado con sus caras, y tener enemigos en aquella ciudad era de todo menos recomendable. No podía evitar sentirse paranoica, pero la situación lo requería, y aquella sobreatención de lo que le rodeaba le hacía sentirse un poco mas cómoda con todo aquello.
Respiró mas tranquila cuando atravesaron la puerta de la Sede y, mientras el vánara subía a la cría de mono a su habitación, se pasó por la despensa de la cocina para hacerse con unas piezas de fruta y una botella de leche. No sabía exactamente cual era el alimento adecuado para la criatura, pero supuso que aquello estaría bien y, tras envolverlo todo en un paño, fue a reunirse con el humano. Llamó dos veces a la puerta para avisar de que era ella y entró con cuidado, cerrando rápidamente tras de si.
—¿Esto está bien? —le preguntó al chico, tendiéndole todo lo que había traido.
Una vez limpia se podía apreciar la belleza de la renacuaja, y recordar el estado en el que la mantenían cautiva le revolvía el estómago a la ibolense. Había aceptado que formaba parte de aquella ciudad en el mismo momento que contempló la Luna Roja en el cielo, pero había aspectos de la misma que no le gustaban nada, y convivir con ellos era bastante complicado.
No tuvieron ningun problema durante el camino, pero la kitsune no podía evitar sentirse amenazada: el alboroto del mercado había llamado demasiado la atención. Aunque habían escapado rápido era muy posible que se hubieran quedado con sus caras, y tener enemigos en aquella ciudad era de todo menos recomendable. No podía evitar sentirse paranoica, pero la situación lo requería, y aquella sobreatención de lo que le rodeaba le hacía sentirse un poco mas cómoda con todo aquello.
Respiró mas tranquila cuando atravesaron la puerta de la Sede y, mientras el vánara subía a la cría de mono a su habitación, se pasó por la despensa de la cocina para hacerse con unas piezas de fruta y una botella de leche. No sabía exactamente cual era el alimento adecuado para la criatura, pero supuso que aquello estaría bien y, tras envolverlo todo en un paño, fue a reunirse con el humano. Llamó dos veces a la puerta para avisar de que era ella y entró con cuidado, cerrando rápidamente tras de si.
—¿Esto está bien? —le preguntó al chico, tendiéndole todo lo que había traido.
Una vez limpia se podía apreciar la belleza de la renacuaja, y recordar el estado en el que la mantenían cautiva le revolvía el estómago a la ibolense. Había aceptado que formaba parte de aquella ciudad en el mismo momento que contempló la Luna Roja en el cielo, pero había aspectos de la misma que no le gustaban nada, y convivir con ellos era bastante complicado.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/10/14, 02:04 am
Kudryavka
Cargando con la recien bautizada Zira en un brazo, entraron a la Sede. El ruso se veia suspicaz y desconfiado, mientras escudriñaba la presencia de las salas, buscando posibles espias o quizás testigos que pudieran ver a la mona. Tras encontrar la estancia más o menos segura, esprintó hacia su cuarto donde cerró la puerta tras él y dejó a la mona en la cama.
Se crujió los nudillos y procedió a lanzarle hechizo de limpieza tras hechizo de limpieza, para acabar acicalando el pelaje con cierta maestria, pero siempre con delicadeza. Usando la pinza de los dedos, arrancaba pequeños rastros de mugre, parasitos y aprovechaba para adecentar el pelaje de la cría. Cuando detectaba una herida, tardaba poco en sanarla. Ahora solo le quedaria arreglar el mal olor que acarreaba la pobre.
Justo en ese momento entró Keiria con unas piezas de fruta y leche. A Kud se le habia olvidado por completo que aquella criatura iba a necesitar alimentación, acostumbrado de cuando estuvo en la manada que cada uno se buscase las castañas salvo los ancianos o los muy bebés. Si no recordaba mal, pasaba por tres etapas: Primero leche materna, luego fruta masticada por los adultos o zumos y finalmente, insectos, pequeños roedores, lagartos y piezas de fruta enteras. Frunció los labios y se hundió de hombros. Deberian probar su suerte.
Primero le ofreció la pieza de fruta a lo cual se limitó a manosearla y hacerla rodar por la cama, algo distraida pero con curiosidad en sus ojos. No parecia ni conocer como comer. Entonces le señaló a Keiria la botella de leche. Con la ayuda de esta, sostuvieron la botella a la altura del hocico de Zira quien olfateó con curiosidad, lanzandoles varias miradas confusas a los dos rocavarancolenses.
-¡Venga! ¡No te cortes!-le azuzó con una carcajada cálida.
Tras un poco más de vacilación, la mona introdujo la punta de su lengua y la hundió en el interior de la botella, sumirgiendola en el líquido blanco de su interior para luego recoger una modesta cantidad de leche con su lengua a modo de cuchara y entonces lo trajo para adentro de su boca. Paladeó unos instantes, relamiendose los labios como valorandolo. Despues de una breve pausa, volvió a por más, introduciendo esta vez el hocico en la botella y comenzando a beber a lenguetazos. Manoteando torpemente, colocó sus pequeñas manitas a ambos lados del cuello de la botella, palmeandola como si fuera el pezón de su madre.
Kud ensanchó una jubiliosa sonrisa hacia Keiria.
-Lo logramos.-dijo alegre.
;----------------------------------------------------------------;
-¡A-Ay!-se quejó el ruso mientras los colmillos de Zira, afilados como cuatro diabólicos alfileres se hundian en su nariz. La cria solo estaba jugando, pero el indefenso vánara tan solo intentaba dormir algo más, ya que la cria de mono no le dejaba pegar mucho ojo por la noche.-Ziraa...-se quejó cansado, bostezando. La mona no dió cuartel al humano y procedió a abofetearle en un párpado hasta aburrirse y luego volvió a morder, esta vez, en la ceja.-¡Pa-¡Para ya de una vez, mona loca!-la regañó, icorporandose en la cama, fingiendo más enfado que el que tenia por aquel despertar tan particular que tenia la criatura.
En respuesta Zira tan solo mostró los dientes, como en una parodia de una sonrisa humana.
-No me puedo enfadar contigo si encima te disculpas...-se quejó en voz baja, acariciandole la cabeza a la mona, causando que esta hiciese castañear los dientes de alegría.-Si, tu riete, pero cuando crezcas y dejes de ser una bola peluda adorable, te enterarás de que pasa si te lias a mordiscos con todo el mundo.-
Acto seguido se vistió, una simple camisa desbotonada y unos pantalones de pana bastante destrozados. No tuvo ni un solo momento para estirarse, pues los gimoteos de la mona se dejaron oir, mientras esta tiraba de la camisa del chico.
-Qué si... Que no te dejo aquí.-dijo sin mirar hacia la energíca mona. En respuesta más castañeo de dientes.-Venga.-le silbó.-¡Pa'rriba!-y a continuación el vánara le ofreció un brazo para que la mona escalase hacia su hombro.
Sin detenerse, el vánara se echó el bõ a la espalda y salió de la habitación. Al bajar las escaleras, el sonido de los dientes de la mona carcomiendo contra el metal del bõ se dejó adivinar entre los pasos acelerados del ruso. Su objetivo: La cocina. Dos tripas hambrientas con un alto gasto energético deseaban ser saciadas. Quiso la casualidad que encontrase ahí justo al compañero que buscaba: Cio, recien recuperado de la operación que bien pronto habia aliviado a todos por su bienestar y ahora, corazón sano. El ruso le saludó con una gran sonrisa.
-¿Qué tal, Hombre de Hojalata? ¿Como va ese corazón en condición "mint" nuevo?-bromeó con el irrense, aunque tan solo el humano entendiera la doble referencia que acaba de escupirle a Cio mientras le palmeaba los hombros a este.-¡Deberiamos celebrarlo! ¡Por la gran Ciencia! ¿No crees?-le comentó con una carcajada.
Zira que, por su parte, se moria de ganas de conocer y jugar con todas las personas que oia y olia cada día a través de la puerta y cuando Kud le sacaba de paseo, en aquellos momentos sentia algo parecido a la verguenza y se habia pegado a la nuca del vánara y habia enterrado su cabecita entre las melenas de este, mascando uno de los mechones del humano distraidamente, mientras lanzaba miradas de reojo hacia el irrense.
Cargando con la recien bautizada Zira en un brazo, entraron a la Sede. El ruso se veia suspicaz y desconfiado, mientras escudriñaba la presencia de las salas, buscando posibles espias o quizás testigos que pudieran ver a la mona. Tras encontrar la estancia más o menos segura, esprintó hacia su cuarto donde cerró la puerta tras él y dejó a la mona en la cama.
Se crujió los nudillos y procedió a lanzarle hechizo de limpieza tras hechizo de limpieza, para acabar acicalando el pelaje con cierta maestria, pero siempre con delicadeza. Usando la pinza de los dedos, arrancaba pequeños rastros de mugre, parasitos y aprovechaba para adecentar el pelaje de la cría. Cuando detectaba una herida, tardaba poco en sanarla. Ahora solo le quedaria arreglar el mal olor que acarreaba la pobre.
Justo en ese momento entró Keiria con unas piezas de fruta y leche. A Kud se le habia olvidado por completo que aquella criatura iba a necesitar alimentación, acostumbrado de cuando estuvo en la manada que cada uno se buscase las castañas salvo los ancianos o los muy bebés. Si no recordaba mal, pasaba por tres etapas: Primero leche materna, luego fruta masticada por los adultos o zumos y finalmente, insectos, pequeños roedores, lagartos y piezas de fruta enteras. Frunció los labios y se hundió de hombros. Deberian probar su suerte.
Primero le ofreció la pieza de fruta a lo cual se limitó a manosearla y hacerla rodar por la cama, algo distraida pero con curiosidad en sus ojos. No parecia ni conocer como comer. Entonces le señaló a Keiria la botella de leche. Con la ayuda de esta, sostuvieron la botella a la altura del hocico de Zira quien olfateó con curiosidad, lanzandoles varias miradas confusas a los dos rocavarancolenses.
-¡Venga! ¡No te cortes!-le azuzó con una carcajada cálida.
Tras un poco más de vacilación, la mona introdujo la punta de su lengua y la hundió en el interior de la botella, sumirgiendola en el líquido blanco de su interior para luego recoger una modesta cantidad de leche con su lengua a modo de cuchara y entonces lo trajo para adentro de su boca. Paladeó unos instantes, relamiendose los labios como valorandolo. Despues de una breve pausa, volvió a por más, introduciendo esta vez el hocico en la botella y comenzando a beber a lenguetazos. Manoteando torpemente, colocó sus pequeñas manitas a ambos lados del cuello de la botella, palmeandola como si fuera el pezón de su madre.
Kud ensanchó una jubiliosa sonrisa hacia Keiria.
-Lo logramos.-dijo alegre.
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-¡A-Ay!-se quejó el ruso mientras los colmillos de Zira, afilados como cuatro diabólicos alfileres se hundian en su nariz. La cria solo estaba jugando, pero el indefenso vánara tan solo intentaba dormir algo más, ya que la cria de mono no le dejaba pegar mucho ojo por la noche.-Ziraa...-se quejó cansado, bostezando. La mona no dió cuartel al humano y procedió a abofetearle en un párpado hasta aburrirse y luego volvió a morder, esta vez, en la ceja.-¡Pa-¡Para ya de una vez, mona loca!-la regañó, icorporandose en la cama, fingiendo más enfado que el que tenia por aquel despertar tan particular que tenia la criatura.
En respuesta Zira tan solo mostró los dientes, como en una parodia de una sonrisa humana.
-No me puedo enfadar contigo si encima te disculpas...-se quejó en voz baja, acariciandole la cabeza a la mona, causando que esta hiciese castañear los dientes de alegría.-Si, tu riete, pero cuando crezcas y dejes de ser una bola peluda adorable, te enterarás de que pasa si te lias a mordiscos con todo el mundo.-
Acto seguido se vistió, una simple camisa desbotonada y unos pantalones de pana bastante destrozados. No tuvo ni un solo momento para estirarse, pues los gimoteos de la mona se dejaron oir, mientras esta tiraba de la camisa del chico.
-Qué si... Que no te dejo aquí.-dijo sin mirar hacia la energíca mona. En respuesta más castañeo de dientes.-Venga.-le silbó.-¡Pa'rriba!-y a continuación el vánara le ofreció un brazo para que la mona escalase hacia su hombro.
Sin detenerse, el vánara se echó el bõ a la espalda y salió de la habitación. Al bajar las escaleras, el sonido de los dientes de la mona carcomiendo contra el metal del bõ se dejó adivinar entre los pasos acelerados del ruso. Su objetivo: La cocina. Dos tripas hambrientas con un alto gasto energético deseaban ser saciadas. Quiso la casualidad que encontrase ahí justo al compañero que buscaba: Cio, recien recuperado de la operación que bien pronto habia aliviado a todos por su bienestar y ahora, corazón sano. El ruso le saludó con una gran sonrisa.
-¿Qué tal, Hombre de Hojalata? ¿Como va ese corazón en condición "mint" nuevo?-bromeó con el irrense, aunque tan solo el humano entendiera la doble referencia que acaba de escupirle a Cio mientras le palmeaba los hombros a este.-¡Deberiamos celebrarlo! ¡Por la gran Ciencia! ¿No crees?-le comentó con una carcajada.
Zira que, por su parte, se moria de ganas de conocer y jugar con todas las personas que oia y olia cada día a través de la puerta y cuando Kud le sacaba de paseo, en aquellos momentos sentia algo parecido a la verguenza y se habia pegado a la nuca del vánara y habia enterrado su cabecita entre las melenas de este, mascando uno de los mechones del humano distraidamente, mientras lanzaba miradas de reojo hacia el irrense.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
23/10/14, 01:57 am
Sonreí y asentí.
—Ya, es comprensible.
Luego la conversación volvió al asunto de la montura y dejé de lado casi totalmente la preocupación anterior. Mejor así. <<Osogrifos... ¿Creo que nos habló de ellos alguna vez?>> Algo me sonaba, pero no estaba segura. Habíamos hablado de tantas cosas y recordaba tan pocas...
—No veo por qué no podríamos, aunque si acaso mejor cuando nos acostumbremos a todo esto y seamos independientes del todo. Pero sí, iremos a Varmania, a la Tierra, a Daelicia..., hum, ¿Ochroria quizá o demasiado religiosos? En cuanto superemos todo esto, todo lo nuevo, viviremos de verdad.
Dicho eso, me senté, con las piernas cruzadas, y añadí algo que creía más necesario que todo lo dicho hasta ahora:
—Y los amigos que se quedaron atrás vivirán con nosotros.
Luego hice una pausa, suficiente para repetir mentalmente todos los nombres de los amigos que se quedó la ciudad. La ciudad también se había quedado con nosotros, pues no parecíamos querer ni poder volver a nuestros mundos... Pero nosotros estábamos vivos y en cierta medida también nos habíamos quedado con la ciudad, así que la "relación" era distinta.
Después, de forma bastante más rápida, le di vueltas a otro tema que me pesaba desde que había entrado y había visto su reacción a las ónices. No me preocupaba ni importaba que no quisiera "tratar" con ellas, pero si mi nuevo nombre le recordaba a las sombras... Bueno, realmente no tenían que usarlo ellos, solo los desconocidos...
—Hablando de cambios que asimilar y adaptarnos y demás... Dhelian y yo pensamos seriamente lo de los nombres y él creo que aún no lo tiene decidido, pero yo sí. Obviamente, para vosotros seguiré siendo Alice, pero la ciudad me conocerá como Onyx. No tienes que decir que te gusta si no es cierto, porque sé que no tragas a las ónices —cosa comprensible— y se parece demasiado, así que no te preocupes —luego estiré las piernas, más relajada, y añadí, por un impulso repentino— ¿Recuerdas cuando nos conocimos en aquella mazmorra? Dijiste mi nombre y sonó bastante bien, y lo mismo yo con el tuyo. Marsi. Mi ciudad se llama Alice Springs, por eso mis padres me pusieron ese nombre. ¿Marsi significa algo en tu mundo?
No era una pregunta que esperase respuesta. Solo quería hablar y en ese momento había recordado eso. No era descabellado. Estaba hablando de nombres nuevos y recordé el primer día en la ciudad. Por otra parte, la banalidad del tema... No había sido repentino, realmente. Quería estar allí, a pesar de haber venido con la idea de una visita breve. Dhelian me mataría luego, pero quería estar allí. Ahora teníamos todo el tiempo del mundo para hablar, y precisamente ahora vivíamos cada cual en un sitio distinto... Así que no podía desaprovechar la ocasión. De vez en cuando pensaba en que alguien podría querer usar la sala... Pero no había sucedido aún, así que no me importaba. Es más, si alguien intentaba echarnos por no utilizarla, ¡podríamos tomar la ocasión como entrenamiento! No estábamos molestando si nadie la necesitaba, ¡así que se siente!
—Ya, es comprensible.
Luego la conversación volvió al asunto de la montura y dejé de lado casi totalmente la preocupación anterior. Mejor así. <<Osogrifos... ¿Creo que nos habló de ellos alguna vez?>> Algo me sonaba, pero no estaba segura. Habíamos hablado de tantas cosas y recordaba tan pocas...
—No veo por qué no podríamos, aunque si acaso mejor cuando nos acostumbremos a todo esto y seamos independientes del todo. Pero sí, iremos a Varmania, a la Tierra, a Daelicia..., hum, ¿Ochroria quizá o demasiado religiosos? En cuanto superemos todo esto, todo lo nuevo, viviremos de verdad.
Dicho eso, me senté, con las piernas cruzadas, y añadí algo que creía más necesario que todo lo dicho hasta ahora:
—Y los amigos que se quedaron atrás vivirán con nosotros.
Luego hice una pausa, suficiente para repetir mentalmente todos los nombres de los amigos que se quedó la ciudad. La ciudad también se había quedado con nosotros, pues no parecíamos querer ni poder volver a nuestros mundos... Pero nosotros estábamos vivos y en cierta medida también nos habíamos quedado con la ciudad, así que la "relación" era distinta.
Después, de forma bastante más rápida, le di vueltas a otro tema que me pesaba desde que había entrado y había visto su reacción a las ónices. No me preocupaba ni importaba que no quisiera "tratar" con ellas, pero si mi nuevo nombre le recordaba a las sombras... Bueno, realmente no tenían que usarlo ellos, solo los desconocidos...
—Hablando de cambios que asimilar y adaptarnos y demás... Dhelian y yo pensamos seriamente lo de los nombres y él creo que aún no lo tiene decidido, pero yo sí. Obviamente, para vosotros seguiré siendo Alice, pero la ciudad me conocerá como Onyx. No tienes que decir que te gusta si no es cierto, porque sé que no tragas a las ónices —cosa comprensible— y se parece demasiado, así que no te preocupes —luego estiré las piernas, más relajada, y añadí, por un impulso repentino— ¿Recuerdas cuando nos conocimos en aquella mazmorra? Dijiste mi nombre y sonó bastante bien, y lo mismo yo con el tuyo. Marsi. Mi ciudad se llama Alice Springs, por eso mis padres me pusieron ese nombre. ¿Marsi significa algo en tu mundo?
No era una pregunta que esperase respuesta. Solo quería hablar y en ese momento había recordado eso. No era descabellado. Estaba hablando de nombres nuevos y recordé el primer día en la ciudad. Por otra parte, la banalidad del tema... No había sido repentino, realmente. Quería estar allí, a pesar de haber venido con la idea de una visita breve. Dhelian me mataría luego, pero quería estar allí. Ahora teníamos todo el tiempo del mundo para hablar, y precisamente ahora vivíamos cada cual en un sitio distinto... Así que no podía desaprovechar la ocasión. De vez en cuando pensaba en que alguien podría querer usar la sala... Pero no había sucedido aún, así que no me importaba. Es más, si alguien intentaba echarnos por no utilizarla, ¡podríamos tomar la ocasión como entrenamiento! No estábamos molestando si nadie la necesitaba, ¡así que se siente!
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
23/10/14, 11:29 am
El cuerpo de Marsi se sacudió con una carcajada, le agradaba que Alice se preocupase por ella, pero tampoco quería que dejase de hacer algo por ella. Esta vez habló por telepatía, estaba mucho más calmada, la idea de poder viajar con sus comañeros la tranquilizaba.
-No soy una niña pequeña que llora cuando le hablas de fantasmas. Si quieres llamarte así adelante, tus sombras simplemente me dan mala espina, pero ya me acostumbraré.
Ella también quería cambiar de nombre, incluso había hecho una lista, pero no lograba decidirse por ninguno.
-Mi nombre... Es solo un nombre, acorde a mi clase social. A mis padres les pareció bonito, y por eso me lo pusieron. No tiene más misterio.
Realmente, su nombre era un poco más corto que lo habitual en su clase social, más simple, pero su padre había empezado desde bastante bajo, y ella siempre supuso que lo habían elegido así para recordarlo.
-Cuando era niña solían meterse con mi nombre. Decían que era nombre de pobretona, pero mi padre solía contarme cómo había llegado a su posición desde una clase más baja, y había llegado a hacer lo que le gustaba. Yo posiblemente habría acabado heredando el trabajo de mi padre. Quien iba a decirme que acabaría en una ciudad mágica entrenándome para matar monstruos.
Volvió a reir, pero esta vez su cabeza no estaba cerrada, y Alice pudo escuchar su risa.
-No soy una niña pequeña que llora cuando le hablas de fantasmas. Si quieres llamarte así adelante, tus sombras simplemente me dan mala espina, pero ya me acostumbraré.
Ella también quería cambiar de nombre, incluso había hecho una lista, pero no lograba decidirse por ninguno.
-Mi nombre... Es solo un nombre, acorde a mi clase social. A mis padres les pareció bonito, y por eso me lo pusieron. No tiene más misterio.
Realmente, su nombre era un poco más corto que lo habitual en su clase social, más simple, pero su padre había empezado desde bastante bajo, y ella siempre supuso que lo habían elegido así para recordarlo.
-Cuando era niña solían meterse con mi nombre. Decían que era nombre de pobretona, pero mi padre solía contarme cómo había llegado a su posición desde una clase más baja, y había llegado a hacer lo que le gustaba. Yo posiblemente habría acabado heredando el trabajo de mi padre. Quien iba a decirme que acabaría en una ciudad mágica entrenándome para matar monstruos.
Volvió a reir, pero esta vez su cabeza no estaba cerrada, y Alice pudo escuchar su risa.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
24/10/14, 12:00 am
Le deseó suerte a la naga, pues si tenía tan mala fama su compañera de transformación tal vez la iba a necesitar, y declinó la oferta de entrenar ese día. Venía de hacerlo y probablemente ya había tenido suficiente por un día.
Eso lo dejó solo en la cocina, terminándose el bollo a pequeños mordiscos. Se preguntaba dónde andarían los demás, pues aún no les había visto «aunque salí de mi cueva temprano, todo sea dicho». Además también andaba un tanto perdido en lo que respectaba a las nuevas rutinas de sus compañeros.
Mientras comía pensaba en lo que haría esa tarde. Quería conocer la torre Serpentaria, especialmente aquella biblioteca suya. Además de ponerse en forma, su otra prioridad era ahora la magia.
Así lo encontró Kud cuando apareció por la cocina, con su mona al hombro como si fuese un complemento más. El irrense sonrió divertido ante sus siempre energéticos saludos. Aunque no entendía qué era eso de “mint”, lo dedujo por contexto y no hizo ninguna pregunta.
―Mejor que nunca ―respondió―. Por algún motivo cuando dices de celebrarlo solo me imagino ponerlo a prueba. Como en los viejos tiempos. No estaría mal salir ahí fuera a jugársela en cuanto aprenda algunos trucos nuevos ―rio. ¿Sería capaz de devolverle los golpes a la ciudad? ¿Serviría de algo acaso? No lo sabía, pero si quería intentarlo no era por nada en especial sino por sí mismo. Necesitaba comprobar que era mejor que antes, sencillamente―. Por cierto, me voy a pasar por Serpentaria en un rato, quiero mirar esos libros que tienen, ¿quieres echarle un ojo a los de allí? ―«Aunque a Archi yo ya le he echado el ojo hace un rato… en contra de mi voluntad».
Eso lo dejó solo en la cocina, terminándose el bollo a pequeños mordiscos. Se preguntaba dónde andarían los demás, pues aún no les había visto «aunque salí de mi cueva temprano, todo sea dicho». Además también andaba un tanto perdido en lo que respectaba a las nuevas rutinas de sus compañeros.
Mientras comía pensaba en lo que haría esa tarde. Quería conocer la torre Serpentaria, especialmente aquella biblioteca suya. Además de ponerse en forma, su otra prioridad era ahora la magia.
Así lo encontró Kud cuando apareció por la cocina, con su mona al hombro como si fuese un complemento más. El irrense sonrió divertido ante sus siempre energéticos saludos. Aunque no entendía qué era eso de “mint”, lo dedujo por contexto y no hizo ninguna pregunta.
―Mejor que nunca ―respondió―. Por algún motivo cuando dices de celebrarlo solo me imagino ponerlo a prueba. Como en los viejos tiempos. No estaría mal salir ahí fuera a jugársela en cuanto aprenda algunos trucos nuevos ―rio. ¿Sería capaz de devolverle los golpes a la ciudad? ¿Serviría de algo acaso? No lo sabía, pero si quería intentarlo no era por nada en especial sino por sí mismo. Necesitaba comprobar que era mejor que antes, sencillamente―. Por cierto, me voy a pasar por Serpentaria en un rato, quiero mirar esos libros que tienen, ¿quieres echarle un ojo a los de allí? ―«Aunque a Archi yo ya le he echado el ojo hace un rato… en contra de mi voluntad».
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
24/10/14, 02:11 am
Kudryavka
El ruso soltó una carcajada alegre en respuesta a las palabras del motivado irrense.
-¡Ese es el espíritu, si señor!-
Fue entonces cuando Cio le comunicó sus planes sobre ir a visitar Serpentaria y, casi como si un cubo de agua fría le hubiera caido en la cabeza al vánara, Kud llegó a la realización de que no se habia pasado por Serpentaria ni un solo día. No solo quedaban unos cuantos ex letarguinos a los que visitar (y cotillear sus transformaciones), sino que además se habia olvidado por completo de que Archi estaba tambien en la Torre Serpentaria.
>> ¿Pero puede vivir por su cuenta? ¿Se acordará de comer y esas cosas? Igh...
-¡Cl-Claro! ¡Te acompaño y así le enseño a Zira más sitios!-dijo y entonces palmeó la pequeña cabeza de la mona.-Por cierto, ¿sabes algo de Archi? Algo me dice que es capaz de encerrarse a estudiar magia y no ponerse a patear esta ciudad tan llena de aventuras.-le comentó con una sonora carcajada.
Y por "ciudad llena de aventuras" se referia a "monstruos cada vez más hinchados y peligrosos que los anteriores, idoneos para poner su fuerza a juicio".
El ruso soltó una carcajada alegre en respuesta a las palabras del motivado irrense.
-¡Ese es el espíritu, si señor!-
Fue entonces cuando Cio le comunicó sus planes sobre ir a visitar Serpentaria y, casi como si un cubo de agua fría le hubiera caido en la cabeza al vánara, Kud llegó a la realización de que no se habia pasado por Serpentaria ni un solo día. No solo quedaban unos cuantos ex letarguinos a los que visitar (y cotillear sus transformaciones), sino que además se habia olvidado por completo de que Archi estaba tambien en la Torre Serpentaria.
>> ¿Pero puede vivir por su cuenta? ¿Se acordará de comer y esas cosas? Igh...
-¡Cl-Claro! ¡Te acompaño y así le enseño a Zira más sitios!-dijo y entonces palmeó la pequeña cabeza de la mona.-Por cierto, ¿sabes algo de Archi? Algo me dice que es capaz de encerrarse a estudiar magia y no ponerse a patear esta ciudad tan llena de aventuras.-le comentó con una sonora carcajada.
Y por "ciudad llena de aventuras" se referia a "monstruos cada vez más hinchados y peligrosos que los anteriores, idoneos para poner su fuerza a juicio".
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
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戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/10/14, 06:15 pm
Miró a la mona en cuanto la mencionó. No sabía de dónde la había sacado, pero tampoco importaba demasiado. Nunca había visto a un animal como ese, pero parecía de una especie bastante amistosa. Si lo había encontrado en la ciudad, eso debía ser casi un milagro. «Va a cagarse en todo como crezca mucho».
―Le he visto toda la semana. Está haciendo un intensivo de magia avanzada, sí, pero aún se acuerda de hacer cosas mundanas. ―Se preguntó si el humano había estado últimamente tan aislado como él mismo para no haberse topado con Archi por la sede―. Aunque eso no incluye pasear, me temo. Pero podemos llevárnoslo cuando nos vayamos de “celebración”, aunque sea por la fuerza ―sonrió, divertido.
Sin embargo, durante la conversación había empezado a pensar en el motivo por el que sentía cierto reparo por ir a la sede, pero no sabía si mencionarlo en voz alta siquiera. Se había acordado mucho de Lara aquellos días, pero al no haber convivido con la ordesa directamente, ahora no sabía cómo comportarse con ella después de todo lo que había pasado. Aunque hubiera querido hacer algo por Lara, no habría podido. No le hizo preguntas a Kud, porque estaba aún menos informado que él, aparentemente, pero sí podía haberle preguntado por lo que haría al respecto.
―Decidido entonces, vayamos después de comer. Si no estás por aquí voy a tu habitación a llamarte.
Se levantó y recogió los platos que había manchado, dejándolos lavados al lado de la pileta. Ya no había escaqueo posible tras meses librándose de todo tipo de tareas de casa.
―Le he visto toda la semana. Está haciendo un intensivo de magia avanzada, sí, pero aún se acuerda de hacer cosas mundanas. ―Se preguntó si el humano había estado últimamente tan aislado como él mismo para no haberse topado con Archi por la sede―. Aunque eso no incluye pasear, me temo. Pero podemos llevárnoslo cuando nos vayamos de “celebración”, aunque sea por la fuerza ―sonrió, divertido.
Sin embargo, durante la conversación había empezado a pensar en el motivo por el que sentía cierto reparo por ir a la sede, pero no sabía si mencionarlo en voz alta siquiera. Se había acordado mucho de Lara aquellos días, pero al no haber convivido con la ordesa directamente, ahora no sabía cómo comportarse con ella después de todo lo que había pasado. Aunque hubiera querido hacer algo por Lara, no habría podido. No le hizo preguntas a Kud, porque estaba aún menos informado que él, aparentemente, pero sí podía haberle preguntado por lo que haría al respecto.
―Decidido entonces, vayamos después de comer. Si no estás por aquí voy a tu habitación a llamarte.
Se levantó y recogió los platos que había manchado, dejándolos lavados al lado de la pileta. Ya no había escaqueo posible tras meses librándose de todo tipo de tareas de casa.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/10/14, 06:51 pm
No pasaba nada cuando hablaba por escrito, pero me gustaba más cuando lo hacía mentalmente. Se la notaba cómoda y segura, y el hecho de que estuviera mejorando me alegraba bastante. Me sorprendió bastante que los nombres estuvieran tan relacionados con la clase social, pero quieras que no, al ser otro mundo... No debería haberme sorprendido, realmente. Pero era curioso.
—De niños se es muy cruel a veces... —mascullé, recordando fugazmente escenas similares de mi niñez, pero me olvidé del asunto según Marsi hablaba. Cuando acabó, me uní a su risa. Estaba encantada—. ¡Puedes reír telepáticamente! Cuando vayamos a Varmania, van a alucinar todos. Yo incluida cuando me enseñes a montar osogrifos. La de vueltas que da la vida... yo en casa ayudaba a mis padres en una reserva de animales, os podría llevar también —acabé, sonriendo.
Luego, sentada como estaba, me tumbé en el suelo.
—Tenemos que hablar así más a menudo. Y me alegro mucho de que vayas mejorando con la telepatía.
Después me levanté. Debería ir volviendo ya... ¡Eh! ¿Y si le decía de unirse a lo de Valek? ¿Mejor hablarlo con el vampiro primero, no? <<Por si acaso>> Decidí ir a preguntar, así que me levanté.
—Voy a salir dos minutos; ahora vuelvo y te digo una cosa.
* * * *
Volví al cabo de unos minutos. El vampiro lo había pensado un poco pero al final había aceptado. Le conté a Marsi lo de la oferta de "trabajo" que nos había hecho a cambio de información útil. Y luego ya sí que sí pensé en despedirme.
—Bueno, querida Marsi, tienes dos opciones: o me secuestras un poquito más, que no me resistiré, o vuelvo a Serpentaria.
—De niños se es muy cruel a veces... —mascullé, recordando fugazmente escenas similares de mi niñez, pero me olvidé del asunto según Marsi hablaba. Cuando acabó, me uní a su risa. Estaba encantada—. ¡Puedes reír telepáticamente! Cuando vayamos a Varmania, van a alucinar todos. Yo incluida cuando me enseñes a montar osogrifos. La de vueltas que da la vida... yo en casa ayudaba a mis padres en una reserva de animales, os podría llevar también —acabé, sonriendo.
Luego, sentada como estaba, me tumbé en el suelo.
—Tenemos que hablar así más a menudo. Y me alegro mucho de que vayas mejorando con la telepatía.
Después me levanté. Debería ir volviendo ya... ¡Eh! ¿Y si le decía de unirse a lo de Valek? ¿Mejor hablarlo con el vampiro primero, no? <<Por si acaso>> Decidí ir a preguntar, así que me levanté.
—Voy a salir dos minutos; ahora vuelvo y te digo una cosa.
* * * *
Volví al cabo de unos minutos. El vampiro lo había pensado un poco pero al final había aceptado. Le conté a Marsi lo de la oferta de "trabajo" que nos había hecho a cambio de información útil. Y luego ya sí que sí pensé en despedirme.
—Bueno, querida Marsi, tienes dos opciones: o me secuestras un poquito más, que no me resistiré, o vuelvo a Serpentaria.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/10/14, 08:02 pm
Kudryavka
El oir de parte de Cio que Archi andaba bien le fue en parte un alivio y en parte un poco molestia consigo mismo. Habia conseguido perder contacto con todo el mundo durante una semana y media en sus salidas de exploración por la ciudad combinadas con las intensivas horas de estudio.
-Suena bien.-le respondió con una sonrisa.
Habian quedado para salir después de comer, asi que Kud volvio a su cuarto con desayuno y empezó a recoger las cosas. Quiso el destino que Zira aun no controlase sus necesidades y que hiciera un verdadero estropicio "jugando" con sus propias heces. Tras regañar (y limpiar) a la mona, el aprendiz se dió una ducha el mismo para huir del mal olor y se visitió: Una camisa abierta de color ocre y unos pantalones pirata algo desgastados.
Esperó en la puerta junto a Zira, que en aquellos momentos saltaba frenéticamente entorno a él, excitada por la salida. Y cuando finalmente bajó Cio, salieron hacia serpentaria.
Sigue en Torre Serpentaria.
El oir de parte de Cio que Archi andaba bien le fue en parte un alivio y en parte un poco molestia consigo mismo. Habia conseguido perder contacto con todo el mundo durante una semana y media en sus salidas de exploración por la ciudad combinadas con las intensivas horas de estudio.
-Suena bien.-le respondió con una sonrisa.
Habian quedado para salir después de comer, asi que Kud volvio a su cuarto con desayuno y empezó a recoger las cosas. Quiso el destino que Zira aun no controlase sus necesidades y que hiciera un verdadero estropicio "jugando" con sus propias heces. Tras regañar (y limpiar) a la mona, el aprendiz se dió una ducha el mismo para huir del mal olor y se visitió: Una camisa abierta de color ocre y unos pantalones pirata algo desgastados.
Esperó en la puerta junto a Zira, que en aquellos momentos saltaba frenéticamente entorno a él, excitada por la salida. Y cuando finalmente bajó Cio, salieron hacia serpentaria.
Sigue en Torre Serpentaria.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/10/14, 11:28 pm
-Me encantaría visitar tu mundo...
El tiempo que Alice estuvo ausente le sirvió a Marsi para entrar en calor de nuevo. Había entrenado poco, en realidad, y si perdía el ritmo luego le costaría recuperarlo. Cuando la bruja volvió con una propuesta, Marsi lamentó no tener cara para poder hacer una mueca.
-No me fío. Y realmente el violinista me da la información que ahora mismo necesito, el resto la conseguiré por mi cuenta. Pero prometedme que tendréis cuidado.
Le insistió que quedasen después de la misión, para que en caso de que no saliese bien, Marsi pudiese ir en su ayuda, y no se quedó tranquila hasta que Alice le repitió varias veces que lo harían.
-Y siento no poder quedarme, uno de los veteranos me prometió una sesión de entrenamiento en la casa Gamides. Estoy aprendiendo a usar mi nueva visión en combate.
Podrían quedar para otro momento, y de hecho pensaban hacerlo. Marsi recogió sus cosas y se despidió de Alice, separándose en el pasillo, yendo una hacia su habitación.
El tiempo que Alice estuvo ausente le sirvió a Marsi para entrar en calor de nuevo. Había entrenado poco, en realidad, y si perdía el ritmo luego le costaría recuperarlo. Cuando la bruja volvió con una propuesta, Marsi lamentó no tener cara para poder hacer una mueca.
-No me fío. Y realmente el violinista me da la información que ahora mismo necesito, el resto la conseguiré por mi cuenta. Pero prometedme que tendréis cuidado.
Le insistió que quedasen después de la misión, para que en caso de que no saliese bien, Marsi pudiese ir en su ayuda, y no se quedó tranquila hasta que Alice le repitió varias veces que lo harían.
-Y siento no poder quedarme, uno de los veteranos me prometió una sesión de entrenamiento en la casa Gamides. Estoy aprendiendo a usar mi nueva visión en combate.
Podrían quedar para otro momento, y de hecho pensaban hacerlo. Marsi recogió sus cosas y se despidió de Alice, separándose en el pasillo, yendo una hacia su habitación.
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