Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
+20
Lathspell
Bellota
Lops
Tak
Giniroryu
Yber
Merodeador
Seth
Aes
Zarket
Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
Poblo
Muffie
Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
03/08/14, 10:36 pm
Ka insistió en que quería gastar el premio en compañía del idrino, y el chico acabó cediendo al verla tan convencida.
—Está bien, pero que sepas que no se me ocurre nada... no estoy muy original últimamente —aclaró con una sonrisa apagada. Aun seguía tocado por su estancia con los de Gar.
La licántropa también le habló de la fiesta de Libo, de como su hermano había mostrado interés en conocerle y de que este quería jugar a algo llamado salto desde la ventana con él. No sabía que era, pero se podía hacer una idea, y aunque le parecía una propuesta divertida, había muchas posibilidades de que la dueña de muchacho no le dejara hacerlo. Aun así prometió acompañar a la libense en otra ocasión, manifestando su interés por ver algunas cosas de su mundo.
Ka estaba de acuerdo con las ideas que había comentado con ella acerca de la fachada sobre su transformación, y tener su apoyó le ayudo a decidirse en ese punto. Solo le quedaba decidir que tipo de brujo maldito sería, por si acaso tenía que dar detalles, pero eso lo podía dejar para otro momento. Lo de aprender telepatía también era un buen consejo, así no sería sospechoso que solo pudiera hacerlo en su forma animal, y se prometió a si mismo que empezaría al día siguiente sin falta.
La conversación continuó con temas mas informales, pero Saren estaba cansado, y después de un rato se fue a dormir. Los días pasaron poco a poco, y el norteño se recuperó completamente de sus heridas físicas, le las que solo quedaron una bonita colección de cicatrices que había decidido conservar como recordatorio a pesar de tener la posibilidad de eliminarlas. Su estado anímico, sin embargo, apenas si varió, y no recuperó su buen humor particular. Algunos de sus compañeros le preguntaron que le había ocurrido para desaparecer tanto tiempo, y él les explico lo del secuestro y el cautiverio, omitiendo los motivos y tratando de no ahondar demasiado en el tema. No le hacía gracia recordarlo, pero sus amigos estaban preocupados, y al menos les debía una explicación.
Enterarse del destino de Yrio le golpeó como una maza, y durante unos días se aisló aun más de sus compañeros. No entendía que había conducido al sinhadre a hacer aquello, y pensar que de haber estado tal vez podría haber hecho algo para impedirlo le torturaba. Tardó bastante en asimilarlo, y ni siquiera la presencia constante de Ka le ayudo en el proceso. La libense se le había pegado como una sombra desde que le rescataron, y solo le dejaba solo cuando tenía que ir a trabajar. El chico en parte lo agradecía, pero también apreciaba los momentos a solas, y siempre que podía se escaqueaba de la vigilancia constante de su amiga.
Saren retomó sus estudios y sus entrenamientos, así como su afición por el dibujo y la cocina, empezando a practicar con la telepatía en su forma idrina cuando el tiempo se lo permitía. A pesar de ser innata en su forma de roc, aquella rama de la magia era bastante complicada, pero con paciencia y trabajo empezó a hacer progresos poco antes de la llegada de la Luna Roja.
La noche en la que astro rojo iluminó la ciudad, el chico se despidió de Ka en la puerta de la Sede, pues el instinto de la libense le empujaba a correr hacia la manada para aullar junto a ellos. Ese mismo instinto animal también empujaba al norteño a alzar el vuelo, y en cuanto la perdió de vista, el selkie se puso su piel y ascendió al cielo, persiguiendo la luz rojiza.
Continúa en Rocavaragálago.
—Está bien, pero que sepas que no se me ocurre nada... no estoy muy original últimamente —aclaró con una sonrisa apagada. Aun seguía tocado por su estancia con los de Gar.
La licántropa también le habló de la fiesta de Libo, de como su hermano había mostrado interés en conocerle y de que este quería jugar a algo llamado salto desde la ventana con él. No sabía que era, pero se podía hacer una idea, y aunque le parecía una propuesta divertida, había muchas posibilidades de que la dueña de muchacho no le dejara hacerlo. Aun así prometió acompañar a la libense en otra ocasión, manifestando su interés por ver algunas cosas de su mundo.
Ka estaba de acuerdo con las ideas que había comentado con ella acerca de la fachada sobre su transformación, y tener su apoyó le ayudo a decidirse en ese punto. Solo le quedaba decidir que tipo de brujo maldito sería, por si acaso tenía que dar detalles, pero eso lo podía dejar para otro momento. Lo de aprender telepatía también era un buen consejo, así no sería sospechoso que solo pudiera hacerlo en su forma animal, y se prometió a si mismo que empezaría al día siguiente sin falta.
La conversación continuó con temas mas informales, pero Saren estaba cansado, y después de un rato se fue a dormir. Los días pasaron poco a poco, y el norteño se recuperó completamente de sus heridas físicas, le las que solo quedaron una bonita colección de cicatrices que había decidido conservar como recordatorio a pesar de tener la posibilidad de eliminarlas. Su estado anímico, sin embargo, apenas si varió, y no recuperó su buen humor particular. Algunos de sus compañeros le preguntaron que le había ocurrido para desaparecer tanto tiempo, y él les explico lo del secuestro y el cautiverio, omitiendo los motivos y tratando de no ahondar demasiado en el tema. No le hacía gracia recordarlo, pero sus amigos estaban preocupados, y al menos les debía una explicación.
Enterarse del destino de Yrio le golpeó como una maza, y durante unos días se aisló aun más de sus compañeros. No entendía que había conducido al sinhadre a hacer aquello, y pensar que de haber estado tal vez podría haber hecho algo para impedirlo le torturaba. Tardó bastante en asimilarlo, y ni siquiera la presencia constante de Ka le ayudo en el proceso. La libense se le había pegado como una sombra desde que le rescataron, y solo le dejaba solo cuando tenía que ir a trabajar. El chico en parte lo agradecía, pero también apreciaba los momentos a solas, y siempre que podía se escaqueaba de la vigilancia constante de su amiga.
Saren retomó sus estudios y sus entrenamientos, así como su afición por el dibujo y la cocina, empezando a practicar con la telepatía en su forma idrina cuando el tiempo se lo permitía. A pesar de ser innata en su forma de roc, aquella rama de la magia era bastante complicada, pero con paciencia y trabajo empezó a hacer progresos poco antes de la llegada de la Luna Roja.
La noche en la que astro rojo iluminó la ciudad, el chico se despidió de Ka en la puerta de la Sede, pues el instinto de la libense le empujaba a correr hacia la manada para aullar junto a ellos. Ese mismo instinto animal también empujaba al norteño a alzar el vuelo, y en cuanto la perdió de vista, el selkie se puso su piel y ascendió al cielo, persiguiendo la luz rojiza.
Continúa en Rocavaragálago.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
05/08/14, 05:36 pm
Y allí estaban, acompañados del bizarro cortejo que eran las estirges y sombras, sin haber sufrido ningún percance por el camino pero inseguros y torpes con sus nuevos cuerpos y dones. El edificio era bastante más grande y más bonito que Letargo; las ventanas eran más amplias, estaba decorado con relieves y había macetas y ropa tendida en algunos balcones. Marsi se detuvo unos metros antes de llegar a la puerta, pues alguien les estaba esperando.
Cicatriz tenía un gesto adusto y serio, que no dejaba entrever el aburrimiento que sentía por estar allí de pie toda la mañana. Sus ojos fieros evaluaban a los recién transformados que por fin se habían dignado en aparecer. A su lado, Nasher paseaba su peso de un pie a otro, emocionado por la perspectiva de tener nuevos compañeros.
Marsi vio que no eran los únicos que irían a la Sede. Se avergonzó un poco por no haber pensado en los macieleros, y se alegró de verlos con vida. Ya tendrían tiempo de ponerse al día, pues la enorme loba con armadura de cuero parecía a punto de hablar.
-Bienvenidos y enhorabuena por llegar hasta aquí. Soy Cicatriz la Sangrienta, comandante de los ejércitos de Rocavarancolia. Ahora sois ciudadanos legítimos de Rocavarancolia; milagros en pleno derecho y al mismo nivel que las demás bestias de la ciudad. Aquí se os formará para que podais pulir vuestras nuevas habilidades y sacarles el máximo provecho, y tendréis todas las necesidades básicas cubiertas hasta el día de vuestra muerte, o hasta que decidáis seguir vuestro camino por vuestra cuenta. Os daré la contraseña que necesitareis para entrar, y Nasher aquí presente- señaló a la quimera, que saludó con una reverencia- Os mostrará el interior y os conducirá a vuestras habitaciones. No tengo intención ni ganas de dedicaros todo el día, así que espero que estéis todos aquí ya, porque no pienso repetir este discurso. Mucha suerte.
Nasher se despidió de la comandante y Marsi la vio alejarse sin moverse del sitio. Era realmente imponente, pero de una forma diferente a los monstruos que habían encontrado a en la ciudad.
-Bueno, es un poco brusca, pero creo que una de los miembros del Consejo más tratable- explicó Nasher.- ¿Empezamos?
Marsi se despidió de sus compañeros, un poco insegura. Al menos Sura iba con ella, y había más caras conocidas entre sus futuros compañeros. Abrazó a Alice con fuerza y le dejó una nota prometiendo que pronto se pasarían por Serpentaria. No tuvo mucho tiempo de saludar a los recién llegados, lo que tardó su guía en coquetear con Gres, pero pronto desapareció por la puerta de la Sede, ansioso por empezar.
La decoración era simple pero agradable. La madera resultaba mucho más cogedora que las paredes frías de Letargo. El tal Nasher les mostró las salas comunes, la cocina, los baños, las salas de entrenamiento. Marsi estaba fascinada con lo bien equipada que estaba la Sede, y tantas comodidades, aunque en realidad no fueran nada del otro mundo, se le hacían extrañas. La quimera también hizo las pertinentes advertencias sobre cierto poltergeist y su gusto por las bromas pesadas, además de un montón de referencias a rivalidades con cierto vampiro, explosiones, trampas rúnicas, venenos y demases. Marsi empezó a plantearse si no habría sido mejor ir a Serpentaria.
-Los dormitorios ocupados están marcados en rojo, es un sistema nuevo para evitar situaciones incómodas. De las libres podeis coger la que más os guste y modificarla si así os sentís más cómodos con ella. La ropa es básica y está usada en su mayoría, pero puede servir. Claro que si quereis algo más decente vais a tener que pagarlo. Yo puedo buscaros algo, pero no hago milagros.- explicó Nasher, riendo.- Podeis pedirme ayuda para cualquier cosa, y los demás inquilinos son también bastante majos. Ah, en la sala de entrenamiento hay un calendario con los horarios de cada uno, por si buscais a alguien en particular con quien queráis entrenar o si necesitais una sala vacía. También lo hemos puesto nuevo.
Marsi no se atrevía a preguntar, y tampoco se le ocurría nada que pudiera decir. En general todo estaba bastante claro, y solo quería tiempo para poder instalarse y explorar por su cuenta. Tiempo para ponerse al día con sus amigos y estar tranquila y segura por primera vez en bastante tiempo. Se sentía ansiosa, eran muchos cambios y muy seguidos.
Cicatriz tenía un gesto adusto y serio, que no dejaba entrever el aburrimiento que sentía por estar allí de pie toda la mañana. Sus ojos fieros evaluaban a los recién transformados que por fin se habían dignado en aparecer. A su lado, Nasher paseaba su peso de un pie a otro, emocionado por la perspectiva de tener nuevos compañeros.
Marsi vio que no eran los únicos que irían a la Sede. Se avergonzó un poco por no haber pensado en los macieleros, y se alegró de verlos con vida. Ya tendrían tiempo de ponerse al día, pues la enorme loba con armadura de cuero parecía a punto de hablar.
-Bienvenidos y enhorabuena por llegar hasta aquí. Soy Cicatriz la Sangrienta, comandante de los ejércitos de Rocavarancolia. Ahora sois ciudadanos legítimos de Rocavarancolia; milagros en pleno derecho y al mismo nivel que las demás bestias de la ciudad. Aquí se os formará para que podais pulir vuestras nuevas habilidades y sacarles el máximo provecho, y tendréis todas las necesidades básicas cubiertas hasta el día de vuestra muerte, o hasta que decidáis seguir vuestro camino por vuestra cuenta. Os daré la contraseña que necesitareis para entrar, y Nasher aquí presente- señaló a la quimera, que saludó con una reverencia- Os mostrará el interior y os conducirá a vuestras habitaciones. No tengo intención ni ganas de dedicaros todo el día, así que espero que estéis todos aquí ya, porque no pienso repetir este discurso. Mucha suerte.
Nasher se despidió de la comandante y Marsi la vio alejarse sin moverse del sitio. Era realmente imponente, pero de una forma diferente a los monstruos que habían encontrado a en la ciudad.
-Bueno, es un poco brusca, pero creo que una de los miembros del Consejo más tratable- explicó Nasher.- ¿Empezamos?
Marsi se despidió de sus compañeros, un poco insegura. Al menos Sura iba con ella, y había más caras conocidas entre sus futuros compañeros. Abrazó a Alice con fuerza y le dejó una nota prometiendo que pronto se pasarían por Serpentaria. No tuvo mucho tiempo de saludar a los recién llegados, lo que tardó su guía en coquetear con Gres, pero pronto desapareció por la puerta de la Sede, ansioso por empezar.
La decoración era simple pero agradable. La madera resultaba mucho más cogedora que las paredes frías de Letargo. El tal Nasher les mostró las salas comunes, la cocina, los baños, las salas de entrenamiento. Marsi estaba fascinada con lo bien equipada que estaba la Sede, y tantas comodidades, aunque en realidad no fueran nada del otro mundo, se le hacían extrañas. La quimera también hizo las pertinentes advertencias sobre cierto poltergeist y su gusto por las bromas pesadas, además de un montón de referencias a rivalidades con cierto vampiro, explosiones, trampas rúnicas, venenos y demases. Marsi empezó a plantearse si no habría sido mejor ir a Serpentaria.
-Los dormitorios ocupados están marcados en rojo, es un sistema nuevo para evitar situaciones incómodas. De las libres podeis coger la que más os guste y modificarla si así os sentís más cómodos con ella. La ropa es básica y está usada en su mayoría, pero puede servir. Claro que si quereis algo más decente vais a tener que pagarlo. Yo puedo buscaros algo, pero no hago milagros.- explicó Nasher, riendo.- Podeis pedirme ayuda para cualquier cosa, y los demás inquilinos son también bastante majos. Ah, en la sala de entrenamiento hay un calendario con los horarios de cada uno, por si buscais a alguien en particular con quien queráis entrenar o si necesitais una sala vacía. También lo hemos puesto nuevo.
Marsi no se atrevía a preguntar, y tampoco se le ocurría nada que pudiera decir. En general todo estaba bastante claro, y solo quería tiempo para poder instalarse y explorar por su cuenta. Tiempo para ponerse al día con sus amigos y estar tranquila y segura por primera vez en bastante tiempo. Se sentía ansiosa, eran muchos cambios y muy seguidos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
05/08/14, 06:09 pm
En la biblioteca consigo tres libros que me van a durar lo suyo, uno sobre magia básica, otro de runas tambien básicas y un libro titulado "Nagas: de la cabeza a la punta de la cola" escrito por una tal dama Sierpe.
Llegamos a la aclamada Sede y me quedo conforme, espaciosa y bonita. Me pongo en tensión al ver a una mujer cubierta de cicatrices, en mi oficio una persona que ha pasado por tanto y aún sigue viva es una luchadora, y tengo que contenerme para no ponerme firme ante su tono al hablar. <<No me extraña que ella sea la comandante, infunde respeto solo el mirarla>>. Miro a nuestro guía cuando lo menciona, ella captó toda mi atención y ni siquiera he reparado en el chico, que ahora que me fijo debe ser de la especie de Gres.
Entro con Marsi detrás del chico y tras saludar a los de Maciel, miro a los lados para memorizar lo más rápido que puedo el lugar. En la armería silbo sorprendida por el arsenal que hay dentro, esto va a ser interesante.
Y todo va bien hasta que veo a mi nuevo némesis, las escaleras, ya podrían haber puesto una rampa o algo oye. Me ayudo de una barandilla que hay para subir penosamente por la escalera.
-Eh Marsi - llamo cuando me fijo en algo.- ¿Qué te parecen estas habitaciones? - señalo dos libres que están una frente a otra.
Una vez terminada la explicación del asreniano paso dentro y observo mi nueva habitación. Parece espaciosa y es bastante básica, pero para vivir no está mal. Salgo y me dispongo a explorar cuando sin darme cuenta llego a las escaleras y claro, la cola muy guapa pero agarre ahora mismo cero por lo que las bajo como si fuese una centella.
-¡Naga va! - me da tiempo a gritar por si hay alguien que se aparte. Ciertamente este lugar es más bonito que Letargo, pero el suelo es exactamente igual de duro.
Llegamos a la aclamada Sede y me quedo conforme, espaciosa y bonita. Me pongo en tensión al ver a una mujer cubierta de cicatrices, en mi oficio una persona que ha pasado por tanto y aún sigue viva es una luchadora, y tengo que contenerme para no ponerme firme ante su tono al hablar. <<No me extraña que ella sea la comandante, infunde respeto solo el mirarla>>. Miro a nuestro guía cuando lo menciona, ella captó toda mi atención y ni siquiera he reparado en el chico, que ahora que me fijo debe ser de la especie de Gres.
Entro con Marsi detrás del chico y tras saludar a los de Maciel, miro a los lados para memorizar lo más rápido que puedo el lugar. En la armería silbo sorprendida por el arsenal que hay dentro, esto va a ser interesante.
Y todo va bien hasta que veo a mi nuevo némesis, las escaleras, ya podrían haber puesto una rampa o algo oye. Me ayudo de una barandilla que hay para subir penosamente por la escalera.
-Eh Marsi - llamo cuando me fijo en algo.- ¿Qué te parecen estas habitaciones? - señalo dos libres que están una frente a otra.
Una vez terminada la explicación del asreniano paso dentro y observo mi nueva habitación. Parece espaciosa y es bastante básica, pero para vivir no está mal. Salgo y me dispongo a explorar cuando sin darme cuenta llego a las escaleras y claro, la cola muy guapa pero agarre ahora mismo cero por lo que las bajo como si fuese una centella.
-¡Naga va! - me da tiempo a gritar por si hay alguien que se aparte. Ciertamente este lugar es más bonito que Letargo, pero el suelo es exactamente igual de duro.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
05/08/14, 07:30 pm
Atol
El día de la mudanza tanto de recién transformados que vendrían como de mi partida, había madrugado para terminar de recoger mis cosas. Una alforja bien llena, una mochila a reventar con apuntes y cosas, la ropa que me había comprado en este tiempo y mis armas que había hecho yo mismo en la herrería. Ordené y limpié la habitación, recargué las uñas y desayuné, avisando entre tanto a los demás. Luego esperé a que llegara Cicatriz, para avisarla también si fuera necesario, y entonces salí a la calle con todo a cuestas, pero no me quedé allí a esperar a los novatos sino que me fui directo para Serpentaria. Sin embargo, todos los trastos me ralentizaban y no iba tan rápido como hubiera querido, así que no sería raro que me cruzara con los novatos de Serpentaria.
Alice
Pedazo... de torreón. ¡Eso sí que es un torreón! Era enorme y muchísimo más chulo que Letargo.¡Había hasta ropa tendida de los balcones! Y toda su decoración... <<Wow. ¡Espero que Serpentaria sea igual!>> Pero no solo me impresionó el torreón sino también quién nos recibió. Bueno, recibió a los que se iban a quedar y... <<¡Idiota!>> Había macieleros también... Y me había olvidado de ellos por completo... <<Joder, espero que no nos lo tengan en cuenta...>> Así que me apresuré a saludar mientras me quedaba en segundo plano para que las onyces no molestasen, y observaba el recibimiento. Cuando nos tocó separarnos, abracé con fuerza a Marsi y con la misma intensidad la nota que me dejó, y nos marchamos.
¡Eh! Ese de allí es el de la Taberna—dijo una onyce al rato, señalando a alguien que iba unos metros por delante.
—No sé, parece Sancho Panza, bajito y con tantos trastos...—susurré en broma.
El chico iba bien cargado, así que le alcanzamos en poco tiempo. Y sí que era Skarog. ¿Pero a dónde iba?
—Voy a ver... No os preocupéis, le conozco—dije a los míos. Luego me adelanté y le llamé por detrás—¿Skarog?
Atol y Alice
El chico se giró y nos miró con expresión neutra. Las onyces que me seguían corrieron a intentar molestarle, pero apenas las miró y pronto se cansaron.
—Ah, hola. ¿Serpentaria, verdad? Vamos a ser vecinos.
—¿Pero no vivías en la Sede?—inquirí, señalando con el pulgar hacia atrás, por encima del hombro.
—Sí. Pero ya he entrenado bastante mi parte física. Necesito mejorar en magia, ya que mi transformación es mágica. Lo intenté allí pero la Sede no es muy tranquila para poder concentrarse, y Serpentaria tiene su propia biblioteca—normalmente no hablaría tanto, pero como era ciudadano más "antiguo" que ellos, era mi deber informarles.
—Vaya... Oye, ¿puedo presentarte a los demás?—inquirí en un susurro. Ya había visto lo seco que era con sus amigos, así que mejor preguntar antes.
—Son demasiados. Primero lleguemos a Serpentaria.
Sigue en la Torre Serpentaria
El día de la mudanza tanto de recién transformados que vendrían como de mi partida, había madrugado para terminar de recoger mis cosas. Una alforja bien llena, una mochila a reventar con apuntes y cosas, la ropa que me había comprado en este tiempo y mis armas que había hecho yo mismo en la herrería. Ordené y limpié la habitación, recargué las uñas y desayuné, avisando entre tanto a los demás. Luego esperé a que llegara Cicatriz, para avisarla también si fuera necesario, y entonces salí a la calle con todo a cuestas, pero no me quedé allí a esperar a los novatos sino que me fui directo para Serpentaria. Sin embargo, todos los trastos me ralentizaban y no iba tan rápido como hubiera querido, así que no sería raro que me cruzara con los novatos de Serpentaria.
Alice
Pedazo... de torreón. ¡Eso sí que es un torreón! Era enorme y muchísimo más chulo que Letargo.¡Había hasta ropa tendida de los balcones! Y toda su decoración... <<Wow. ¡Espero que Serpentaria sea igual!>> Pero no solo me impresionó el torreón sino también quién nos recibió. Bueno, recibió a los que se iban a quedar y... <<¡Idiota!>> Había macieleros también... Y me había olvidado de ellos por completo... <<Joder, espero que no nos lo tengan en cuenta...>> Así que me apresuré a saludar mientras me quedaba en segundo plano para que las onyces no molestasen, y observaba el recibimiento. Cuando nos tocó separarnos, abracé con fuerza a Marsi y con la misma intensidad la nota que me dejó, y nos marchamos.
¡Eh! Ese de allí es el de la Taberna—dijo una onyce al rato, señalando a alguien que iba unos metros por delante.
—No sé, parece Sancho Panza, bajito y con tantos trastos...—susurré en broma.
El chico iba bien cargado, así que le alcanzamos en poco tiempo. Y sí que era Skarog. ¿Pero a dónde iba?
—Voy a ver... No os preocupéis, le conozco—dije a los míos. Luego me adelanté y le llamé por detrás—¿Skarog?
Atol y Alice
El chico se giró y nos miró con expresión neutra. Las onyces que me seguían corrieron a intentar molestarle, pero apenas las miró y pronto se cansaron.
—Ah, hola. ¿Serpentaria, verdad? Vamos a ser vecinos.
—¿Pero no vivías en la Sede?—inquirí, señalando con el pulgar hacia atrás, por encima del hombro.
—Sí. Pero ya he entrenado bastante mi parte física. Necesito mejorar en magia, ya que mi transformación es mágica. Lo intenté allí pero la Sede no es muy tranquila para poder concentrarse, y Serpentaria tiene su propia biblioteca—normalmente no hablaría tanto, pero como era ciudadano más "antiguo" que ellos, era mi deber informarles.
—Vaya... Oye, ¿puedo presentarte a los demás?—inquirí en un susurro. Ya había visto lo seco que era con sus amigos, así que mejor preguntar antes.
—Son demasiados. Primero lleguemos a Serpentaria.
Sigue en la Torre Serpentaria
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
05/08/14, 08:21 pm
Dhelian
En la biblioteca había cogido un par de libros, uno sobre criaturas de la ciudad donde se mencionaban a las estirges, un compendio sobre cuervos negros de un tal Topaz, con suerte encontraría algo ahí de crianza o comportamiento, y sino volvería la biblioteca próximamente. También tomo un libro sobre leyendas, cuentos y mitología sobre aves negras del mundo de Alice recomendado por ella. Al parecer existía pájaros negros similares a las estirges en la tierra, informarse un poco de ello no le vendría mal.
No tardaron en llegar al torreón, la bienvenida recibida impresiono al ghoul que observo un poco intimidado a la loba y aquel joven que le recordaba tanto a Gres. Tras que la loba se fuera Dhelian se despidió de Sura y Marsi con un abrazo se marcharon, en el camino pudieron ver a un transformado que de no se porque Alice se acerco repentinamente a hablarle Dhelian lo hubiese dado por un desconocido, confundiendo a Dhelian. Las estirges revoloteaban de aquí allá manteniendo un distancia que Dhelian les había impuesto desde que salieron del torreón temiendo que les atacasen en el camino. Cuando la humana se alejo un poco del chico Dhelian se le acerco mientras se dirigían a Serpentaria.
-¿El es uno de los que mencionaste que conociste en la taberna no?- pregunto Dhelian suponiendo que seria algo así, pues ellos no conocían a muchos mas transformados- ¿Es de fiar?- pregunto bajando la voz mirando ala humana no sabiendo aun como tratar con esos transformados.
Sigue en Torre Serpentaria
-------------
DL
Ese día llegaba los nuevos al torreón y DL estaba curioso sobre quienes se mudarían a la Sede. Nuevos llegaban y veteranos, de un año apenas eso si, se iban. Skarog anuncio durante el desayuno que se mudaría a Serpentaria y siendo que el cambiante pasaba mas tiempo en el otro torreón que en el suyo el cambio no le supondría muchos problemas para verlo de ser necesario.
Se encontraba en su cuarto recostado dibujando circuitos de runas cuando llegaron los novatos y recibieron la charla de Cicatriz y la visita guiada de Nasher, igual a la que ellos mismo tuvieron cuando llegaron por vez primera al torreón. Aparte de los nuevos, venían aquellas sombras y las estirges como comitiva dando una imagen bastante curiosa cuando se despidieron, Skarog aprovecho ese momento para irse uniendo a los novatos en la marcha a Serpentaria.
Ya en el interior del torreón el grito de la naga alerto al cambiante que salio al pasillo encontrándose a la chica reptil estampada contra el suelo cerca de las escaleras. DL tuvo que aguantar las ganas de reírse ante la escena, consciente que las transformaciones físicas podían ser muy puñeteras al inicio.
-El sistema de frenado no viene instalado en la transformación de naga, por lo visto- comentó acercándose a la chica y ayudando a incorporar su torso del suelo, observándola detenidamente ya viendo la cola completamente formada pues el solo la había visto a medias-Veo que tu cola se formo sin problemas. Un placer conocerte ya despierta, ¿a donde querias ir con tanta prisa?- preguntó mirándola entretenido ya notándose que a pesar de saber moverse las escaleras eran un enemigo natural.
En la biblioteca había cogido un par de libros, uno sobre criaturas de la ciudad donde se mencionaban a las estirges, un compendio sobre cuervos negros de un tal Topaz, con suerte encontraría algo ahí de crianza o comportamiento, y sino volvería la biblioteca próximamente. También tomo un libro sobre leyendas, cuentos y mitología sobre aves negras del mundo de Alice recomendado por ella. Al parecer existía pájaros negros similares a las estirges en la tierra, informarse un poco de ello no le vendría mal.
No tardaron en llegar al torreón, la bienvenida recibida impresiono al ghoul que observo un poco intimidado a la loba y aquel joven que le recordaba tanto a Gres. Tras que la loba se fuera Dhelian se despidió de Sura y Marsi con un abrazo se marcharon, en el camino pudieron ver a un transformado que de no se porque Alice se acerco repentinamente a hablarle Dhelian lo hubiese dado por un desconocido, confundiendo a Dhelian. Las estirges revoloteaban de aquí allá manteniendo un distancia que Dhelian les había impuesto desde que salieron del torreón temiendo que les atacasen en el camino. Cuando la humana se alejo un poco del chico Dhelian se le acerco mientras se dirigían a Serpentaria.
-¿El es uno de los que mencionaste que conociste en la taberna no?- pregunto Dhelian suponiendo que seria algo así, pues ellos no conocían a muchos mas transformados- ¿Es de fiar?- pregunto bajando la voz mirando ala humana no sabiendo aun como tratar con esos transformados.
Sigue en Torre Serpentaria
-------------
DL
Ese día llegaba los nuevos al torreón y DL estaba curioso sobre quienes se mudarían a la Sede. Nuevos llegaban y veteranos, de un año apenas eso si, se iban. Skarog anuncio durante el desayuno que se mudaría a Serpentaria y siendo que el cambiante pasaba mas tiempo en el otro torreón que en el suyo el cambio no le supondría muchos problemas para verlo de ser necesario.
Se encontraba en su cuarto recostado dibujando circuitos de runas cuando llegaron los novatos y recibieron la charla de Cicatriz y la visita guiada de Nasher, igual a la que ellos mismo tuvieron cuando llegaron por vez primera al torreón. Aparte de los nuevos, venían aquellas sombras y las estirges como comitiva dando una imagen bastante curiosa cuando se despidieron, Skarog aprovecho ese momento para irse uniendo a los novatos en la marcha a Serpentaria.
Ya en el interior del torreón el grito de la naga alerto al cambiante que salio al pasillo encontrándose a la chica reptil estampada contra el suelo cerca de las escaleras. DL tuvo que aguantar las ganas de reírse ante la escena, consciente que las transformaciones físicas podían ser muy puñeteras al inicio.
-El sistema de frenado no viene instalado en la transformación de naga, por lo visto- comentó acercándose a la chica y ayudando a incorporar su torso del suelo, observándola detenidamente ya viendo la cola completamente formada pues el solo la había visto a medias-Veo que tu cola se formo sin problemas. Un placer conocerte ya despierta, ¿a donde querias ir con tanta prisa?- preguntó mirándola entretenido ya notándose que a pesar de saber moverse las escaleras eran un enemigo natural.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 05:10 pm
Kudryavka
Para el aprendiz, el despedirse de su torreón y de su bõ fue bastante más duro de lo que hubiera creido desde un primer momento. Cierto que no eran perfectos ambos, y que tenian sus fallos, pero estaba acostumbrado a ellos. Con cierto pesar, salió de los últimos, llevandose tan solo con lo que habia venido, sin contar la camiseta, que habia perdido en los subterraneos y la sudadera que estaba en posesión de Lhelian.
Habia estado de acuerdo con Keiria cuando dijo, tras el pregón, que no deberia visitar letargo. El ruso sabia que los otros habrian oido el pregón también y que estos se dirigirian a los nuevos torreones. El joven vánara no tenia muy claro cual seria el torreón indicado para ir, pues deseaba mejorar en magia, pero no queria abandonar su entrenamiento físico. Si algo tenia por seguro, era que los más fuertes se encontrarian en la sede y, debido a la muestra de poderio de la que habia sido testigo el día anterior, aquello lo llamaba por dentro y le empujaba a seguir sus metas con más ganas.
Una vez llegaron, se encontraron al poco con los letarguinos y Kud les observó con tremenda curiosidad. Antes de poder llegar a entablar conversación alguna, una mujer, cubierta de cicatrices que hacian honor a su nombre, habló, dando un pequeño discurso informativo, para luego relegar los detalles en una especie de lagarto de colorines de nombre...
>>¿Como se llamaba? Jurararia haber escuchado que era Nazca o Master & Commander...
O algo por el estilo. Este comenzó a explicar sobre la Sede en si, mientras los letarguinos y macieleros que iban a serpentaria se despedian. Kud se dio cuenta en aquel momento que era este torreón y no el otro el que debia de elegir. Se despidió energicamente de los que se iban, prometiendoles visitas despues de asentarse en aquella localización. De lo primero que pudo darse cuenta el vánara, es que, aunque notablemente espaciosa, se le antojaba pequeña. Sabia de serie que no pasaria mucho tiempo en ella, pero al menos parecia cómoda. Habia, después de todo, mucha ciudad que explorar aún.
Y fue entonces cuando llegaron a la ronda de preguntas. El ruso, con una sonrisa altiva, se dirigió ante la quimera y habló, con un tono misterioso.
-Cualquier duda está al orden del día, ¿verdad, Smasher?-se aclaró la voz.-Necesito saber dos cosas... ¡No, espera! ¡Tres! O... ¡Mejor que sean cuatro!-exclamó con una risotada.-Van en este orden: ¿Dónde hay un enchufe?, ¿Cuál es la contraseña de WiFi?, ¿Por dónde cae la armeria? y, por último, pero no menos importante... ¿Quienes dirias tú que son los más fuertes de aquí? Los tres o cuatro más, vamos.-
El espíritu que ardia detrás de los ojos del vánara se pudo ver reflejado en sus palabras.
Para el aprendiz, el despedirse de su torreón y de su bõ fue bastante más duro de lo que hubiera creido desde un primer momento. Cierto que no eran perfectos ambos, y que tenian sus fallos, pero estaba acostumbrado a ellos. Con cierto pesar, salió de los últimos, llevandose tan solo con lo que habia venido, sin contar la camiseta, que habia perdido en los subterraneos y la sudadera que estaba en posesión de Lhelian.
Habia estado de acuerdo con Keiria cuando dijo, tras el pregón, que no deberia visitar letargo. El ruso sabia que los otros habrian oido el pregón también y que estos se dirigirian a los nuevos torreones. El joven vánara no tenia muy claro cual seria el torreón indicado para ir, pues deseaba mejorar en magia, pero no queria abandonar su entrenamiento físico. Si algo tenia por seguro, era que los más fuertes se encontrarian en la sede y, debido a la muestra de poderio de la que habia sido testigo el día anterior, aquello lo llamaba por dentro y le empujaba a seguir sus metas con más ganas.
Una vez llegaron, se encontraron al poco con los letarguinos y Kud les observó con tremenda curiosidad. Antes de poder llegar a entablar conversación alguna, una mujer, cubierta de cicatrices que hacian honor a su nombre, habló, dando un pequeño discurso informativo, para luego relegar los detalles en una especie de lagarto de colorines de nombre...
>>¿Como se llamaba? Jurararia haber escuchado que era Nazca o Master & Commander...
O algo por el estilo. Este comenzó a explicar sobre la Sede en si, mientras los letarguinos y macieleros que iban a serpentaria se despedian. Kud se dio cuenta en aquel momento que era este torreón y no el otro el que debia de elegir. Se despidió energicamente de los que se iban, prometiendoles visitas despues de asentarse en aquella localización. De lo primero que pudo darse cuenta el vánara, es que, aunque notablemente espaciosa, se le antojaba pequeña. Sabia de serie que no pasaria mucho tiempo en ella, pero al menos parecia cómoda. Habia, después de todo, mucha ciudad que explorar aún.
Y fue entonces cuando llegaron a la ronda de preguntas. El ruso, con una sonrisa altiva, se dirigió ante la quimera y habló, con un tono misterioso.
-Cualquier duda está al orden del día, ¿verdad, Smasher?-se aclaró la voz.-Necesito saber dos cosas... ¡No, espera! ¡Tres! O... ¡Mejor que sean cuatro!-exclamó con una risotada.-Van en este orden: ¿Dónde hay un enchufe?, ¿Cuál es la contraseña de WiFi?, ¿Por dónde cae la armeria? y, por último, pero no menos importante... ¿Quienes dirias tú que son los más fuertes de aquí? Los tres o cuatro más, vamos.-
El espíritu que ardia detrás de los ojos del vánara se pudo ver reflejado en sus palabras.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 05:32 pm
Alguien se acerca y me ayuda a levantarme, un chico al que no he visto en mi vida así que debe de ser de los veteranos.
-Gracias, estoy bien - suelto un bufido por sus palabras.- Ya ves, el sistema de amortiguación tampoco vino instalado - sacudo la ropa y levanto la vista con sus palabras.- ¿Tú eras uno de los dos que vino ayer al torreón? - le examino mejor. No parece un mal tío, ya veremos.- No te creas, no tenía prisa por ir a ningún sitio, pero las escaleras y la cola pensaron lo contrario - digo con una risotada.- Es culpa mía, iba distraída y no me acordé de las escaleras ni de mi nueva condición, supongo que me tomará un tiempo acostumbrarme. Mirándolo por el lado positivo ya no me puedo romper una pierna - y aunque trato de bromear mi voz tiene un tinte amargo.- Pensaba explorar un poco el sitio por mi cuenta, ver el estado de las armas, los baños y demás. En la visita guiada de Nasher apenas me pude parar a mirar.
-Y bueno, creo que tienes un tanto de ventaja - le digo parándome a pensar.- Sabes lo que soy, ¿qué eres tú? - le pregunto mientras termino de examinar si tengo alguna herida. Voy a tener que aprender a subir y bajar escaleras si no quiero más caídas.
-Gracias, estoy bien - suelto un bufido por sus palabras.- Ya ves, el sistema de amortiguación tampoco vino instalado - sacudo la ropa y levanto la vista con sus palabras.- ¿Tú eras uno de los dos que vino ayer al torreón? - le examino mejor. No parece un mal tío, ya veremos.- No te creas, no tenía prisa por ir a ningún sitio, pero las escaleras y la cola pensaron lo contrario - digo con una risotada.- Es culpa mía, iba distraída y no me acordé de las escaleras ni de mi nueva condición, supongo que me tomará un tiempo acostumbrarme. Mirándolo por el lado positivo ya no me puedo romper una pierna - y aunque trato de bromear mi voz tiene un tinte amargo.- Pensaba explorar un poco el sitio por mi cuenta, ver el estado de las armas, los baños y demás. En la visita guiada de Nasher apenas me pude parar a mirar.
-Y bueno, creo que tienes un tanto de ventaja - le digo parándome a pensar.- Sabes lo que soy, ¿qué eres tú? - le pregunto mientras termino de examinar si tengo alguna herida. Voy a tener que aprender a subir y bajar escaleras si no quiero más caídas.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 06:52 pm
Tras reunise todos, finalmente se pusieron en marcha. No fue una caminata agradable en más de un sentido, y la tensión lo llevó a cargarse rápidamente y padecer algún que otro espasmo. Con el mapa de la ciudad a mano, y tras dar algunas vueltas, lograron encontrar el primero de los refugios. Se formó una buena multitud en la entrada, porque aparentemente el grueso de letarguinos también había llegado allí en primer lugar. Sí había cambios entre ellos, fuesen más o menos evidentes. Todos ellos le habían parecido una jauría de monstruos cuando los vio por primera vez en la plaza y, ahora sí, eran más una jauría de monstruos que nunca.
Por primera vez desde su llegada se encontraron con un habitante que se dirigó a ellos para guiarlos. Era una mujer llena de cicatrices. No resultaba de confianza pero, en general, Cío no estaba dipuesto a confiar en nadie. Mucho menos en los que parecían ser gente importante, porque más cerca estaban de ser culpables de sus desgracias. Reconocía que con los supervivientes de anteriores cosechas no tenía caso ser tan duro, eran iguales que ellos. Por eso prefirió la visita guiada por el lagarto. Se parecía a la maga de sendar, pero por varias diferencias, entre ellas la altura, no se había dado cuenta de que venían del mismo mundo.
No tenía ganas de que el grupo se separara ni de mezclarse con gente desconocida o con la que apenas había hablado. Se había acostumbrado a la vida en el torreón y otro cambio en tan poco tiempo le echaba para atrás. Quizá era solo nostalgia por adelantado, o quizá porque no sabía qué iba a ser de su vida. Tras la visita escogió una habitación vacía aleatoria, desganado, y se sentó en la cama. Era cierto que era mejor, como tantas otras cosas, pero no dejaba de sentirse un pelele de quienquiera que fuesen los mandamases. Ahora les daban facilidades, y en los primeros meses… prefería no pensarlo.
Se quedó allí, con la puerta abierta, y terminó por recostarse. No tenía ganas de iniciar ninguna conversación, y a la vez se sentía molesto por no hacer nada. Agradeció relajarse un rato, porque en cuanto se sintió recuperado de la caminata recordó que en realidad tenía que hacer de tripas corazón y encontrar alguien a quien hacerle preguntas. Por ejemplo, al tal Asher, o como quisiera que se llamase. Así llegó al salón, y se asomó para ver a un tipo con un libro. Tenía la piel plateada, no le sonaba haber visto a nadie de su especie… o transformación. Se le hacía extraño considerar eso ahora. No tenía intención de molestarlo, pero se adentró en la estancia porque los tapices de las paredes le llamaron la atención.
Por primera vez desde su llegada se encontraron con un habitante que se dirigó a ellos para guiarlos. Era una mujer llena de cicatrices. No resultaba de confianza pero, en general, Cío no estaba dipuesto a confiar en nadie. Mucho menos en los que parecían ser gente importante, porque más cerca estaban de ser culpables de sus desgracias. Reconocía que con los supervivientes de anteriores cosechas no tenía caso ser tan duro, eran iguales que ellos. Por eso prefirió la visita guiada por el lagarto. Se parecía a la maga de sendar, pero por varias diferencias, entre ellas la altura, no se había dado cuenta de que venían del mismo mundo.
No tenía ganas de que el grupo se separara ni de mezclarse con gente desconocida o con la que apenas había hablado. Se había acostumbrado a la vida en el torreón y otro cambio en tan poco tiempo le echaba para atrás. Quizá era solo nostalgia por adelantado, o quizá porque no sabía qué iba a ser de su vida. Tras la visita escogió una habitación vacía aleatoria, desganado, y se sentó en la cama. Era cierto que era mejor, como tantas otras cosas, pero no dejaba de sentirse un pelele de quienquiera que fuesen los mandamases. Ahora les daban facilidades, y en los primeros meses… prefería no pensarlo.
Se quedó allí, con la puerta abierta, y terminó por recostarse. No tenía ganas de iniciar ninguna conversación, y a la vez se sentía molesto por no hacer nada. Agradeció relajarse un rato, porque en cuanto se sintió recuperado de la caminata recordó que en realidad tenía que hacer de tripas corazón y encontrar alguien a quien hacerle preguntas. Por ejemplo, al tal Asher, o como quisiera que se llamase. Así llegó al salón, y se asomó para ver a un tipo con un libro. Tenía la piel plateada, no le sonaba haber visto a nadie de su especie… o transformación. Se le hacía extraño considerar eso ahora. No tenía intención de molestarlo, pero se adentró en la estancia porque los tapices de las paredes le llamaron la atención.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 07:44 pm
Xalk:
Había pasado su tiempo en el torreón sin saber qué hacer, así que irónicamente para Xalkoth el pregón fue algo bueno y le permitió tener algo que hacer, aunque solo fuera mudarse.
Como era de esperar la llegada a la sede provocó constantes idas y venidas del clinger mientras se movía de un lado para otro guiado por su insana curiosidad. Examinó a todos los letarguinos uno a uno, y a veces tocándolos sin permiso, algo que milagrosamente no coincidió con sus emisiones aleatorias de toxinas. A los desconocidos no llegó a tocarlos, pero si que se puso a dar varias vueltas alrededor de los que le parecieron majos, como pasó con Nasher. No fue hasta más tarde que se dio cuenta de que ya lo conocía.
Aún tenía problemas para ver correctamente, y eso le obligó a subir las escaleras a cuatro patas. Finalmente, tras equivocarse unas cuantas veces de habitación acabó por dar con la suya, pero de lo deprisa que entró perdió el equilibrio con la mala suerte de salir disparado hacia la ventana… y se cayó por ella.
-¡Otra vez nooooo!
Valek:
En cuanto a mí, había dado un par de vueltas por la ciudad aburrido. Normalmente no salía, pero con la luna en el cielo no habría podido quedarme quieto. Cuando escuché el pregón tuve mis dudas sobre si volver o no a la sede a ver a los nuevos, y tras un rato decidido a no hacerlo acabé por resignarme y hacerlo. "Total... tendría que conocerlos igualmente más tarde.
Naturalmente no esperaba que se me tiraran encima antes incluso de entrar en el edificio, pero en honor a mi suerte estaba justo debajo de donde un insecto gigante acorazado había decidido caerse. “¡Pero qué coj…!”
Para esquivarlo solo tuve que saltar hacia atrás, pero eso no cambiaba que acababa de caerme alguien encima, y eso no es algo que te suceda todos los días.
A pesar de la caída el extraño insecto estaba ileso, y pataleaba boca arriba en todas direcciones diciendo incoherencias. Decidí que no había visto nada y lo rodeé despacito y en silencio. Luego entré en la sede.
Dentro ví a Saren y a otro que, al no reconocerlo, supuse que sería otro novato. “Espero que no sea como el de fuera”
-Hola…- Y no dio tiempo a decir más, porque llamaron a la puerta. “Otra vez el bicho no, por favor”
Era el que estaba más cerca de la puerta. Si no la abría me harían preguntas, así que a mi pesar lo hice.
Efectivamente era el insecto, que miraba como sin ser capaz de enfocar bien. “¿Quizás su transformación le afectó la vista? O al cerebro”
-Oh ¡Hola! Esto… se me ha olvidado la contraseña. ¿Alguien me la podría record…- Y en ese momento se fijó directamente en mí. -¡Vaya! Eres feo hasta para ser un simio ¿Cómo es que estás tan pálido?
-Suficiente- Con esa única palabra le cerré la puerta en las narices, y comenzaba a alejarme cuando el insecto comenzó a llamar de nuevo.
“¿Por qué a mí?
Había pasado su tiempo en el torreón sin saber qué hacer, así que irónicamente para Xalkoth el pregón fue algo bueno y le permitió tener algo que hacer, aunque solo fuera mudarse.
Como era de esperar la llegada a la sede provocó constantes idas y venidas del clinger mientras se movía de un lado para otro guiado por su insana curiosidad. Examinó a todos los letarguinos uno a uno, y a veces tocándolos sin permiso, algo que milagrosamente no coincidió con sus emisiones aleatorias de toxinas. A los desconocidos no llegó a tocarlos, pero si que se puso a dar varias vueltas alrededor de los que le parecieron majos, como pasó con Nasher. No fue hasta más tarde que se dio cuenta de que ya lo conocía.
Aún tenía problemas para ver correctamente, y eso le obligó a subir las escaleras a cuatro patas. Finalmente, tras equivocarse unas cuantas veces de habitación acabó por dar con la suya, pero de lo deprisa que entró perdió el equilibrio con la mala suerte de salir disparado hacia la ventana… y se cayó por ella.
-¡Otra vez nooooo!
Valek:
En cuanto a mí, había dado un par de vueltas por la ciudad aburrido. Normalmente no salía, pero con la luna en el cielo no habría podido quedarme quieto. Cuando escuché el pregón tuve mis dudas sobre si volver o no a la sede a ver a los nuevos, y tras un rato decidido a no hacerlo acabé por resignarme y hacerlo. "Total... tendría que conocerlos igualmente más tarde.
Naturalmente no esperaba que se me tiraran encima antes incluso de entrar en el edificio, pero en honor a mi suerte estaba justo debajo de donde un insecto gigante acorazado había decidido caerse. “¡Pero qué coj…!”
Para esquivarlo solo tuve que saltar hacia atrás, pero eso no cambiaba que acababa de caerme alguien encima, y eso no es algo que te suceda todos los días.
A pesar de la caída el extraño insecto estaba ileso, y pataleaba boca arriba en todas direcciones diciendo incoherencias. Decidí que no había visto nada y lo rodeé despacito y en silencio. Luego entré en la sede.
Dentro ví a Saren y a otro que, al no reconocerlo, supuse que sería otro novato. “Espero que no sea como el de fuera”
-Hola…- Y no dio tiempo a decir más, porque llamaron a la puerta. “Otra vez el bicho no, por favor”
Era el que estaba más cerca de la puerta. Si no la abría me harían preguntas, así que a mi pesar lo hice.
Efectivamente era el insecto, que miraba como sin ser capaz de enfocar bien. “¿Quizás su transformación le afectó la vista? O al cerebro”
-Oh ¡Hola! Esto… se me ha olvidado la contraseña. ¿Alguien me la podría record…- Y en ese momento se fijó directamente en mí. -¡Vaya! Eres feo hasta para ser un simio ¿Cómo es que estás tan pálido?
-Suficiente- Con esa única palabra le cerré la puerta en las narices, y comenzaba a alejarme cuando el insecto comenzó a llamar de nuevo.
“¿Por qué a mí?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 08:17 pm
Lara entró tan muerta a la sede como había salido de Maciel. Había conseguido enterarse por el camino de la razón por la que abandonaban el torreón y a dónde iban, pero no lograba forjar una opinión concreta sobre nada. En la sede no pintaba nada y en serpentaria no quería pintar, en aquellos momentos solo quería morirse de alguna desgracia, pero su mala (o su buena) suerte no la quería tanto como para concederle aquel deseo.
La ordesa se retiró a un rincón y se sentó en el suelo mientras la bestia cicatrizada hablaba. <<Qué fea es>> fue todo lo que pensó. En otras circunstancias habría alabado el buen gusto de quien había construido aquel refugio y habria prestado más atención a los cambios que habían sufrido los chicos de Letargo, pero en sus circunstancias actuales Lara no hizo más que perder la mirada en algún punto vacío frente a ella y esperar. Los saquitos de hueso y ceniza que cargaba en el marsupio le pesaban como lápidas y, aunque le doliera, quería separarse de ellos.
La ordesa se retiró a un rincón y se sentó en el suelo mientras la bestia cicatrizada hablaba. <<Qué fea es>> fue todo lo que pensó. En otras circunstancias habría alabado el buen gusto de quien había construido aquel refugio y habria prestado más atención a los cambios que habían sufrido los chicos de Letargo, pero en sus circunstancias actuales Lara no hizo más que perder la mirada en algún punto vacío frente a ella y esperar. Los saquitos de hueso y ceniza que cargaba en el marsupio le pesaban como lápidas y, aunque le doliera, quería separarse de ellos.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 09:31 pm
Marsi siguió a Sura y observó la puerta que le señalaba, dubitativa. Tardó en decidirse a entrar, pues hubiese lo que hubiese al otro lado, iba a ser su nuevo hogar, su santuario. Llevaba tanto tiempo compartiendo cuarto, que tener uno para ella sola se le antojaba absurdo, o tal vez era en ese momento en el que empezaba a plantearse que si que lo había echado un poco de menos.
Era una habitación cuadrada, y de frente se encontró con una ventana de doble hoja, baja, y con un asiento de madera decorada debajo. La cama estaba a la derecha, y aunque tenía un somier bajo que apenas la levantaba unos palmos del suelo, parecñia cien veces más mullida y cómoda que la que había usado los últimos siete meses. También había un pequeño escritorio, con cajones y todo, resguardado tras una estantería. En el lado izquierdo había un pequeño manantial de agua clara, cuyo chorro iba a parar a una pila de azulejos a nivel de suelo. Estuvo tentada de meter los pies. También había una mesita redonda de latón con un cuenco y una pequeña toalla, y sobre esta un espejo ovalado encajado en la pared. Había un par de baúles, uno grande y uno pequeño, incluso un hueco en la pared junto a la cama, como un nicho, donde podía colocar su cabeza. Marsi quería llorar.
Dejó su hatillo sobre la cama, al igual que su látigo y su chaleco, y salió para preguntarle a Sura por su habitación. En el fondo estaba emocionada.
Encontró a Sura en el piso inferior... por los suelos. Bajó corriendo, aunque alguien ya había acudido en su ayuda. Era uno de los chicos que habían ido a visitarles al torreón la noche anterior. Maldijo su estupidez, pues se había dejado la libreta en el bolsillo de su chaleco, y saludó con un gesto al chico, poniéndose juntob a Sura.
---------------------------------------
Los novatos se fueron desperdigando y Nasher se quedó a solas con un tipo peludo y divertido que parecía incluso más ilusionado que él.
-¿Smasher?- preguntó divertido. Precisamente él tenía uno de los nombres más fáciles de pronunciar de la ciudad, quería ver a ese chico desenvolverse con los demás.- Pues... no hay enchufes aquí, solo el castillo tiene electricidad. ¿Eres de la Tierra? Algunos han podido adaptar aparatos de allí para que funcionen con magia, deberías preguntar en Serpentaria. Y bueno, no sé lo que es el wifi y la única contraseña que necesitarás aquí ya te la han dado...
Ya no se sentía tan incómodo con el tema de la tecnología, pues Giz y los demás cuchitrileros le habían dado una clase magistral, pero aún había cosas que se le escapaban. Sentía cierta curiosidad sobre qué tipo de aparatos pretendía usar el novato.
-Y bueno tenemos un par de armerías, la más grande está por aquí...- condujo a Kud por la Sede mientras le explicaba qué armas estaban en mejor estado, y algunos alijos que había en las salas de entrenamiento donde podía reservarse las que más le gustasen.- Si consigues curro puedes comprarte armas mejores, aunque las de aquí no están del todo mal. Respecto a los más fuertes, yo diría que Ramas da buenas palizas. Es un tío genial, te lo presentaré. También hay un grupo de mercenarios que viven cerca de la taberna, algunos vivieron aquí una temporada. Son buenos amigos míos, y también buena gente con la que irte de fiesta.
Miraba el camino con un ojo mientras que el otro no lo apartaba del vánara. Le gustaba ese tipo, parecía enérgico y le faltaba el aire lúgubre y depresivo que traían los novatos últimamente. Quizás entrenaría con él alguna vez.
Era una habitación cuadrada, y de frente se encontró con una ventana de doble hoja, baja, y con un asiento de madera decorada debajo. La cama estaba a la derecha, y aunque tenía un somier bajo que apenas la levantaba unos palmos del suelo, parecñia cien veces más mullida y cómoda que la que había usado los últimos siete meses. También había un pequeño escritorio, con cajones y todo, resguardado tras una estantería. En el lado izquierdo había un pequeño manantial de agua clara, cuyo chorro iba a parar a una pila de azulejos a nivel de suelo. Estuvo tentada de meter los pies. También había una mesita redonda de latón con un cuenco y una pequeña toalla, y sobre esta un espejo ovalado encajado en la pared. Había un par de baúles, uno grande y uno pequeño, incluso un hueco en la pared junto a la cama, como un nicho, donde podía colocar su cabeza. Marsi quería llorar.
Dejó su hatillo sobre la cama, al igual que su látigo y su chaleco, y salió para preguntarle a Sura por su habitación. En el fondo estaba emocionada.
Encontró a Sura en el piso inferior... por los suelos. Bajó corriendo, aunque alguien ya había acudido en su ayuda. Era uno de los chicos que habían ido a visitarles al torreón la noche anterior. Maldijo su estupidez, pues se había dejado la libreta en el bolsillo de su chaleco, y saludó con un gesto al chico, poniéndose juntob a Sura.
---------------------------------------
Los novatos se fueron desperdigando y Nasher se quedó a solas con un tipo peludo y divertido que parecía incluso más ilusionado que él.
-¿Smasher?- preguntó divertido. Precisamente él tenía uno de los nombres más fáciles de pronunciar de la ciudad, quería ver a ese chico desenvolverse con los demás.- Pues... no hay enchufes aquí, solo el castillo tiene electricidad. ¿Eres de la Tierra? Algunos han podido adaptar aparatos de allí para que funcionen con magia, deberías preguntar en Serpentaria. Y bueno, no sé lo que es el wifi y la única contraseña que necesitarás aquí ya te la han dado...
Ya no se sentía tan incómodo con el tema de la tecnología, pues Giz y los demás cuchitrileros le habían dado una clase magistral, pero aún había cosas que se le escapaban. Sentía cierta curiosidad sobre qué tipo de aparatos pretendía usar el novato.
-Y bueno tenemos un par de armerías, la más grande está por aquí...- condujo a Kud por la Sede mientras le explicaba qué armas estaban en mejor estado, y algunos alijos que había en las salas de entrenamiento donde podía reservarse las que más le gustasen.- Si consigues curro puedes comprarte armas mejores, aunque las de aquí no están del todo mal. Respecto a los más fuertes, yo diría que Ramas da buenas palizas. Es un tío genial, te lo presentaré. También hay un grupo de mercenarios que viven cerca de la taberna, algunos vivieron aquí una temporada. Son buenos amigos míos, y también buena gente con la que irte de fiesta.
Miraba el camino con un ojo mientras que el otro no lo apartaba del vánara. Le gustaba ese tipo, parecía enérgico y le faltaba el aire lúgubre y depresivo que traían los novatos últimamente. Quizás entrenaría con él alguna vez.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 09:45 pm
Keiria:
Las expectativas que se abrían ante ellos entusiasmaban a la ulterana, y a diferencia de algunos de sus compañeros, ella estaba deseosa de llegar a los nuevos refugios. Se había decidido por la Sede sin tener que pensárselo demasiado, pues no sabía hacer magia y no estaba al tanto de que su transformación le ofrecía la posibilidad de hacerla, por ese motivo prefería entrenarse en el uso de las armas. Pensaba acompañar a Archi y a Lara a Serpentaria, sin embargo, pues quería saber donde iban a vivir sus dos compañeros: pensaba hacerles visitas a menudo.
La Sede de los Taumaturgos era un edificio magnífico, y los colores y materiales le encantaron a la kitsune desde el primero momento. Le recordaban a su hogar, al color del desierto y la calidez del mismo, y estaba ansiosa por elegir habitación. Lo primero era lo primero, no obstante, y prestó atención a las palabras de la mujer llamada Cicatriz, que hacía honor a su nombre, pues estaba llena de heridas que a pesar de su gravedad no sangraban. Les explicó el funcionamiento del edificio y las normas, proporcionándoles la contraseña y cediéndole a Nasher la tarea de hacerles una visita guiada por el edificio. Habían escuchado el discurso junto a sus compañeros letarguinos, y después de los saludos correspondientes, el grupo que iba a Serpentaria se puso en marcha, y Keiria caminó junto a Archi y Lara, haciéndole una señal a la ordesa para que no se quedara rezagada.
Continúa en la Torre Serpentaria.
Saren:
Saren estaba tirado en uno de los sofás del salón, con un libro entre las manos y la mente en otra parte. La noticia que el helión les había dado en el desayuno le había pillado por sorpresa, pero le entendía, y se había limitado a desearle buena suerte antes de que el chico subiera a hacer las maletas. Por otra parte aquel día llegaban los novatos, y aunque no tenía muchas ganas de estar en primera fila para darles la bienvenida, sentía curiosidad acerca de las transformaciones de sus nuevos compañeros.
Se había aplicado el hechizo de amplitud sensorial para no perderse el discurso de Cicatriz, y cuando los nuevos empezaron a moverse por la sede, el idrino sonrió, volviendo a concentrarse en su lectura. Así permaneció hasta que el irrense con cuernos entró en el salón, y cuando se incorporó con intención de saludarle, Pablo apareció también por allí. Los golpes en la puerta interrumpieron el saludo del vampiro, y gracias a su oído mejorado, el selkie no perdió detalle de lo que pasaba en la puerta.
—Vamos Valek, no te hagas de rogar y dale la contraseña —dijo en voz alta con una sonrisa—, recuerda que los cánones de belleza de un insecto no son los mismos que los de un humano.
Le dirigió una mirada cómplice al raigaurum antes de ponerse en pie y tenderle la mano para presentarse. No pudo evitar percatarse de que uno de los brazos mecánicos del chico estaba averiado, pero no creyó correcto mencionarlo y se guardó las preguntas.
—Mi nombre es Saren, un placer —el norteño sabía perfectamente como eran los primeros días de transformados, la desconfianza y el rencor general hacia la ciudad eran norma, y algunos tardaban mas que otros en aceptar su situación—. Si tienes alguna duda o necesitas ayuda con cualquier cosa no dudes en preguntarme —ofreció—. ¿Qué te parece lo que has visto hasta el momento?
Las expectativas que se abrían ante ellos entusiasmaban a la ulterana, y a diferencia de algunos de sus compañeros, ella estaba deseosa de llegar a los nuevos refugios. Se había decidido por la Sede sin tener que pensárselo demasiado, pues no sabía hacer magia y no estaba al tanto de que su transformación le ofrecía la posibilidad de hacerla, por ese motivo prefería entrenarse en el uso de las armas. Pensaba acompañar a Archi y a Lara a Serpentaria, sin embargo, pues quería saber donde iban a vivir sus dos compañeros: pensaba hacerles visitas a menudo.
La Sede de los Taumaturgos era un edificio magnífico, y los colores y materiales le encantaron a la kitsune desde el primero momento. Le recordaban a su hogar, al color del desierto y la calidez del mismo, y estaba ansiosa por elegir habitación. Lo primero era lo primero, no obstante, y prestó atención a las palabras de la mujer llamada Cicatriz, que hacía honor a su nombre, pues estaba llena de heridas que a pesar de su gravedad no sangraban. Les explicó el funcionamiento del edificio y las normas, proporcionándoles la contraseña y cediéndole a Nasher la tarea de hacerles una visita guiada por el edificio. Habían escuchado el discurso junto a sus compañeros letarguinos, y después de los saludos correspondientes, el grupo que iba a Serpentaria se puso en marcha, y Keiria caminó junto a Archi y Lara, haciéndole una señal a la ordesa para que no se quedara rezagada.
Continúa en la Torre Serpentaria.
Saren:
Saren estaba tirado en uno de los sofás del salón, con un libro entre las manos y la mente en otra parte. La noticia que el helión les había dado en el desayuno le había pillado por sorpresa, pero le entendía, y se había limitado a desearle buena suerte antes de que el chico subiera a hacer las maletas. Por otra parte aquel día llegaban los novatos, y aunque no tenía muchas ganas de estar en primera fila para darles la bienvenida, sentía curiosidad acerca de las transformaciones de sus nuevos compañeros.
Se había aplicado el hechizo de amplitud sensorial para no perderse el discurso de Cicatriz, y cuando los nuevos empezaron a moverse por la sede, el idrino sonrió, volviendo a concentrarse en su lectura. Así permaneció hasta que el irrense con cuernos entró en el salón, y cuando se incorporó con intención de saludarle, Pablo apareció también por allí. Los golpes en la puerta interrumpieron el saludo del vampiro, y gracias a su oído mejorado, el selkie no perdió detalle de lo que pasaba en la puerta.
—Vamos Valek, no te hagas de rogar y dale la contraseña —dijo en voz alta con una sonrisa—, recuerda que los cánones de belleza de un insecto no son los mismos que los de un humano.
Le dirigió una mirada cómplice al raigaurum antes de ponerse en pie y tenderle la mano para presentarse. No pudo evitar percatarse de que uno de los brazos mecánicos del chico estaba averiado, pero no creyó correcto mencionarlo y se guardó las preguntas.
—Mi nombre es Saren, un placer —el norteño sabía perfectamente como eran los primeros días de transformados, la desconfianza y el rencor general hacia la ciudad eran norma, y algunos tardaban mas que otros en aceptar su situación—. Si tienes alguna duda o necesitas ayuda con cualquier cosa no dudes en preguntarme —ofreció—. ¿Qué te parece lo que has visto hasta el momento?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 10:23 pm
La Sede de los Taumaturgos era un torreón de aspecto muy diferente a aquellos que habían habitado hasta el momento. Para Archime aquel era el primer indicio de que habían pasado efectivamente a formar parte de la ciudad, pero no tardó en confirmarlo al escuchar las palabras de la que se había autoproclamado Comandante de los Ejércitos. El irrense se preguntaba qué propósito específico tenía el mencionado ejército y no pudo sino considerar la posibilidad de que el estado ruinoso de la ciudad se debiese a que era constantemente atacada por algún ejército enemigo y si aquella "formación" de la que hablaban se trataba de instrucción militar. Prefirió, no obstante, reservar las preguntas para tratarlas con alguno de los habitantes de los refugios que sin duda habrían estado recientemente en su misma situación y probablemente fuesen más receptivos a responderle.
Memorizó la contraseña para cuando tuviese que volver a la Sede, ya que la mayoría de sus compañeros se alojarían allí, y dedicó el resto del tiempo a observar los cambios producidos en el grupo de Letargo así como el aspecto de los que ya vivían en aquel torreón.
Había varios que, como los sinhadres, no acusaban ningún cambio externo aunque, no obstante, reparó en aquellas criaturas de aspecto sombrío que acompañaban a Alice meditando sobre el significado. ¿No había mencionado Naeleth que algunos cambiaban y otros podían controlar "las fuerzas de la naturaleza"? Probablemente aquella noción era inexacta, al igual que los irrenses desconocían la auténtica naturaleza de Rocavarancolia, pero tal vez de tratase de algo por el estilo... Brujos. A la mente de Archime acudió aquella lectura acerca de lo que había creído que se trataba de una rama de la magia cuando investigaron sobre el tema debido al entusiasmo de Lara.
No pudo profundizar mucho más, pues de pronto el tic-tac volvió a hacer notar su presencia en su mente. Archime permaneció observando un punto en el vacío durante exactamente cinco segundos mientras se percataba de que durante aquellas divagaciones el irritante sonido alojado en su mente no le había supuesto una molestia. Su presencia era siempre obvia en su cabeza, pero por un momento no le había importunado, como si estuviese hecho para mantener el ritmo que se marcaba constantemente sin descanso en su mente mientras esta dirigía el tren de sus pensamientos hacia otras lides. Sacudió ligeramente la cabeza, exactamente una vez por segundo en tres ocasiones y observó a aquellos que se disponían a partir hacia la torre Serpentaria.
Sintió cierto alivio al comprobar que Lara se mudaría al mismo torreón que él, pues no compartía con los del grupo de Letargo y Sendar la misma confianza. Vio a la nublina salir de la Sede cuando estaban a punto de partir, la cual no presentaba cambio externo alguno y le dedicó una breve mirada parpadeante (de exactamente dos parpadeos por segundo), pues se había dado cuenta de la falta de uno de los miembros del que antes había sido su grupo.
—¿Drael no sobrevivió? —se interesó.
La chica le dedicó una mirada triste antes de dirigirla hacia sus pies y negar con la cabeza.
—Lo siento —dijo de pronto tras haber transcurrido exactamente tres segundos, sobresaltando ligeramente a una meditabunda Naeleth que no esperaba ningún comentario—. Nosotros también hemos acusado pérdidas durante la noche.
Y, preguntándose qué le había llevado a mantener aquella conversación con la nublina, aunque sabía que se trataba de una fórmula social esperable en una situación como aquella, el ingeniero echó a andar. Cada dos pasos un tic-tac.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Memorizó la contraseña para cuando tuviese que volver a la Sede, ya que la mayoría de sus compañeros se alojarían allí, y dedicó el resto del tiempo a observar los cambios producidos en el grupo de Letargo así como el aspecto de los que ya vivían en aquel torreón.
Había varios que, como los sinhadres, no acusaban ningún cambio externo aunque, no obstante, reparó en aquellas criaturas de aspecto sombrío que acompañaban a Alice meditando sobre el significado. ¿No había mencionado Naeleth que algunos cambiaban y otros podían controlar "las fuerzas de la naturaleza"? Probablemente aquella noción era inexacta, al igual que los irrenses desconocían la auténtica naturaleza de Rocavarancolia, pero tal vez de tratase de algo por el estilo... Brujos. A la mente de Archime acudió aquella lectura acerca de lo que había creído que se trataba de una rama de la magia cuando investigaron sobre el tema debido al entusiasmo de Lara.
No pudo profundizar mucho más, pues de pronto el tic-tac volvió a hacer notar su presencia en su mente. Archime permaneció observando un punto en el vacío durante exactamente cinco segundos mientras se percataba de que durante aquellas divagaciones el irritante sonido alojado en su mente no le había supuesto una molestia. Su presencia era siempre obvia en su cabeza, pero por un momento no le había importunado, como si estuviese hecho para mantener el ritmo que se marcaba constantemente sin descanso en su mente mientras esta dirigía el tren de sus pensamientos hacia otras lides. Sacudió ligeramente la cabeza, exactamente una vez por segundo en tres ocasiones y observó a aquellos que se disponían a partir hacia la torre Serpentaria.
Sintió cierto alivio al comprobar que Lara se mudaría al mismo torreón que él, pues no compartía con los del grupo de Letargo y Sendar la misma confianza. Vio a la nublina salir de la Sede cuando estaban a punto de partir, la cual no presentaba cambio externo alguno y le dedicó una breve mirada parpadeante (de exactamente dos parpadeos por segundo), pues se había dado cuenta de la falta de uno de los miembros del que antes había sido su grupo.
—¿Drael no sobrevivió? —se interesó.
La chica le dedicó una mirada triste antes de dirigirla hacia sus pies y negar con la cabeza.
—Lo siento —dijo de pronto tras haber transcurrido exactamente tres segundos, sobresaltando ligeramente a una meditabunda Naeleth que no esperaba ningún comentario—. Nosotros también hemos acusado pérdidas durante la noche.
Y, preguntándose qué le había llevado a mantener aquella conversación con la nublina, aunque sabía que se trataba de una fórmula social esperable en una situación como aquella, el ingeniero echó a andar. Cada dos pasos un tic-tac.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 11:11 pm
La pregunta sobre su transformación le hizo mirarla entretenido saludando con un gesto a la dullahan cuando se acerco, alarmada por el golpazo de la naga.
-Es difícil confundirse con ambas- respondió observándolas con tranquilidad mirándolas a ambas-Por eso un consejo, no preguntes a alguien que es así nada más. Os evitareis posibles situaciones incomodas así, no todos querrán responder. Cosas de cada cual- respondió encogiéndose un poco de hombros y mirando pensativo a la dullahan, sin decir nada ante su aparente silencio mental, debía aun costarle todo eso de la telepatía. No tenía realmente problemas en decir su transformación, pero durante su estancia en la ciudad se había vuelto un poco celoso de esta dependiendo con quien tratara. Pero bueno mientras jamas mostrase su apariencia real, aquella dada por la luna, no había problemas.
-Bueno, si queréis os mostrare la sala de entrenamiento y así ya podéis coger armas cuando queráis de la armería, las duchas están también abajo y no os tenéis que preocupar en coger cubos, hay agua corriente y comida en la despensa - añadió explicándoles y mirándolas de reojo mientras las guiaba la sala de entrenamiento preguntándose cómo se tomarían todas esas comodidades que no habían tenido durante la cosecha y que para él al inicio había sido un poco patada al estomago- Y dado que no sabes mi nombre, soy DL, un cambiante. Quedaros con el nombre, pues posiblemente me toque presentarme mas veces durante vuestra estancia ¿Queréis preguntar algo? -añadió con un poco de humor, pues era algo que le pasaba incluso entre sus conocidos mas cercanos.
-Es difícil confundirse con ambas- respondió observándolas con tranquilidad mirándolas a ambas-Por eso un consejo, no preguntes a alguien que es así nada más. Os evitareis posibles situaciones incomodas así, no todos querrán responder. Cosas de cada cual- respondió encogiéndose un poco de hombros y mirando pensativo a la dullahan, sin decir nada ante su aparente silencio mental, debía aun costarle todo eso de la telepatía. No tenía realmente problemas en decir su transformación, pero durante su estancia en la ciudad se había vuelto un poco celoso de esta dependiendo con quien tratara. Pero bueno mientras jamas mostrase su apariencia real, aquella dada por la luna, no había problemas.
-Bueno, si queréis os mostrare la sala de entrenamiento y así ya podéis coger armas cuando queráis de la armería, las duchas están también abajo y no os tenéis que preocupar en coger cubos, hay agua corriente y comida en la despensa - añadió explicándoles y mirándolas de reojo mientras las guiaba la sala de entrenamiento preguntándose cómo se tomarían todas esas comodidades que no habían tenido durante la cosecha y que para él al inicio había sido un poco patada al estomago- Y dado que no sabes mi nombre, soy DL, un cambiante. Quedaros con el nombre, pues posiblemente me toque presentarme mas veces durante vuestra estancia ¿Queréis preguntar algo? -añadió con un poco de humor, pues era algo que le pasaba incluso entre sus conocidos mas cercanos.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/08/14, 11:31 pm
Sintió que levantaba el interés del tipo que leía al pasar, y quizá eso le daba una oportunidad. Todavía no había llegado a acercarse a los tapices cuando otro más, de aspecto sinhadre o, al verle las orejas, más bien humano, llegó y saludó. Cío supuso que saludaba a su compañero de torreón, por lo que solo lo miró como reconocimiento de que le había visto. Alguien llamó a la puerta y, cuando aquel chico se fue a abrir, reconoció al otro lado la voz de Xalk, y se llevó la mano a la cabeza por la que estaba liando ya en su primer día.
El de piel plateada le tendió la mano y se presentó. Al menos parecía un tipo simpático. No desconfió demasiado a la hora de darle la mano, pero a pesar de que su ofrecimiento le venía de perlas, tenía al torpe del clinger al otro lado de la puerta llamando desesperadamente.
―No lo dejes fuera, puede liarla solo por intentar entrar ―alzó la voz para que lo escuchara el tipo que había atendido la puerta. Si no cedía, él mismo se encargaría de abrirle la puerta a Xalk. Después se volvió a dirigir al chico que le había estado hablando―. Yo soy Cío. Venimos de Maciel. El insecto es un dolor en el culo pero te acostumbras tarde o temprano. Más tarde que temprano ―añadió con una media sonrisa―. La verdad es que hasta esta torre es lujosa al lado del torreón, pero… en realidad sí tengo preguntas, pero no son sobre los refugios. ―Comprobó que el chaval no parecía rehuír la conversación e hizo de tripas corazón para explicar su problema sin más a un completo desconocido―. Tengo un problema… un tipo vino ayer al torreón y nos dijo que podíamos ir a Irraria si alguien nos acompañaba. No sé cómo se tramitan las visitas y, aún más importante, no sé cómo no electrocutar a quien me opere ni cómo no volver a fundir el marcapasos. Desde que salió la luna soy una especie de batería descontrolada y se me ha jodido toda la electrónica. ―El irrense torció levemente el morro. Se sentía idiota al exponer aquello, y más a un tipo que poco sabría de la tecnología irrense. A lo mejor tenía alguna pista sobre su problema con la electricidad, eso sí.
El de piel plateada le tendió la mano y se presentó. Al menos parecía un tipo simpático. No desconfió demasiado a la hora de darle la mano, pero a pesar de que su ofrecimiento le venía de perlas, tenía al torpe del clinger al otro lado de la puerta llamando desesperadamente.
―No lo dejes fuera, puede liarla solo por intentar entrar ―alzó la voz para que lo escuchara el tipo que había atendido la puerta. Si no cedía, él mismo se encargaría de abrirle la puerta a Xalk. Después se volvió a dirigir al chico que le había estado hablando―. Yo soy Cío. Venimos de Maciel. El insecto es un dolor en el culo pero te acostumbras tarde o temprano. Más tarde que temprano ―añadió con una media sonrisa―. La verdad es que hasta esta torre es lujosa al lado del torreón, pero… en realidad sí tengo preguntas, pero no son sobre los refugios. ―Comprobó que el chaval no parecía rehuír la conversación e hizo de tripas corazón para explicar su problema sin más a un completo desconocido―. Tengo un problema… un tipo vino ayer al torreón y nos dijo que podíamos ir a Irraria si alguien nos acompañaba. No sé cómo se tramitan las visitas y, aún más importante, no sé cómo no electrocutar a quien me opere ni cómo no volver a fundir el marcapasos. Desde que salió la luna soy una especie de batería descontrolada y se me ha jodido toda la electrónica. ―El irrense torció levemente el morro. Se sentía idiota al exponer aquello, y más a un tipo que poco sabría de la tecnología irrense. A lo mejor tenía alguna pista sobre su problema con la electricidad, eso sí.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
07/08/14, 12:28 am
-Oh, hola Marsi - desvío mi atención hacia la varmana.- ¿Qué tal tu habitación? No sé como lo verás pero mi cama no tiene pinta de ir a soportar mi nuevo peso - comento bromeando aunque posiblemente sí sea cierto que no aguantará. La chica empieza a gesticular y me doy cuenta de que no lleva la libreta para escribir.- Cariño vete a por la libreta y me harás infinitamente más fácil entenderte, venga corre - y dicho y hecho se va corriendo a por ella. A mi se me ocurre un chiste de mal gusto que no pienso decir en voz alta aunque sí esbozo media sonrisa. Me reprendo internamente, no está bien reírse de ello.
-Bien, por mí de acuerdo, tú delante pues - le digo al chico una vez la varmana ha vuelto a mi lado. Miro atentamente a mi alrededor examinando los instrumentos para ejercitarse que tienen en el torreón cuando una palabra del chico me hace detenerme.- ¿Que hay duchas? ¿Con agua caliente incluida? ¿Seguro que no me he muerto y llegado al paraíso? Hace meses que no me doy una ducha en condiciones - me quedo con el nombre y parece que me deja preguntar algo.- Pues mira, ya que estás, esa mujer de antes, Cicatriz, dijo que era la comandante de los ejércitos, ¿qué hay que hacer para entrar? - pregunto sin muchos rodeos. Me fijo en una puerta que hay en el lateral que pone "Armería" y siento deseos de entrar, pero primero acabemos la charla.
-Bien, por mí de acuerdo, tú delante pues - le digo al chico una vez la varmana ha vuelto a mi lado. Miro atentamente a mi alrededor examinando los instrumentos para ejercitarse que tienen en el torreón cuando una palabra del chico me hace detenerme.- ¿Que hay duchas? ¿Con agua caliente incluida? ¿Seguro que no me he muerto y llegado al paraíso? Hace meses que no me doy una ducha en condiciones - me quedo con el nombre y parece que me deja preguntar algo.- Pues mira, ya que estás, esa mujer de antes, Cicatriz, dijo que era la comandante de los ejércitos, ¿qué hay que hacer para entrar? - pregunto sin muchos rodeos. Me fijo en una puerta que hay en el lateral que pone "Armería" y siento deseos de entrar, pero primero acabemos la charla.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
07/08/14, 01:16 am
Kudryavka
-Si, tienes razón. No tienes pinta de ser un Thornberry. Te falta que tengas ojos más pequeños, una nariz bien grande, un bigote bien espeso y los paletos por fuera.-dijo en respuesta a su equivocación del nombre, cruzado de brazos haciendose el interesante. Creia haber esquivado la bala.
El chico le guió entonces a una de las armerias y le indicó que objetos estaban en mejor o peor estado. El joven ruso pudo comprobar por su propia cuenta como habia más variedad y más calidad que en la del torreón Maciel. Pero no habia ningun bõ parecido al su viejo bõ asi que en parte se entristeció. Cogió una vara de metal, más flexible y duro que lo que habia sido su bõ, pero tambien más ligero y menos decorado. Era tambien mucho más fina que su antiguo bõ y no habia espacio para ambos pies, si es que acaso que pudiese poner uno en ello. Por el momento, todo parecia indicar que no tenia ni cabeza ni cola, cosa que entristeció al aprendiz.
-De no ser por las anillas que delimitan los mangos, podria parecerse a una barra de stripper.-comentó algo ido el ruso, para retomar la explicación del asreniano. A mitad del camino, se puso a hacer ciertas virguerias simples, probando la flexibilidad de su nueva arma mientras este le daba referencias.
-Ramas y mercenarios. Suena bien.-comentó con una risotada.-Ardo en ganas de darles un buen golpe con esto.-añadió, alzando su arma con una desorbitada sonrisa.-Y lo de la fiesta tambien. Es importante hallar un equilibrio en todo.-dijo, adoptando una parodia de una postura budhista, imitando a quien fue una vez su maestro.
No pudo evitar fijarse en que el chico de rasgos reptilianos tenia la misma capacidad que un camaleón, al poder separar su mirada en dos. Abrió la boca mientras alzaba una de sus cejas, con cierta curiosidad.
-Y dime Gnasher...-dijo, haciendo enfasis innecesario en una "G" ninja.-¿Cual crees que serian puntos interesantes de visitar en la ciudad para un joven y fuerte mono de... un metro ochenta... metro ochenta y uno, apasionados ojos emeraldinos , brillante sonrisa perlada y agolpados musculos que hace temblar el mundo allá a donde vaya?.-dijo, siendo extremadamente generoso y narcisista, consigo mismo, para finalmente descojonarse vivo.-¡Es broma, es broma! Pero si que necesitaria algunos puntos de referencia para saber por donde moverme. Siento que me queman las manos de abajo si estoy mucho tiempo encerrado.-le confesó con otra carcajada.
-Si, tienes razón. No tienes pinta de ser un Thornberry. Te falta que tengas ojos más pequeños, una nariz bien grande, un bigote bien espeso y los paletos por fuera.-dijo en respuesta a su equivocación del nombre, cruzado de brazos haciendose el interesante. Creia haber esquivado la bala.
El chico le guió entonces a una de las armerias y le indicó que objetos estaban en mejor o peor estado. El joven ruso pudo comprobar por su propia cuenta como habia más variedad y más calidad que en la del torreón Maciel. Pero no habia ningun bõ parecido al su viejo bõ asi que en parte se entristeció. Cogió una vara de metal, más flexible y duro que lo que habia sido su bõ, pero tambien más ligero y menos decorado. Era tambien mucho más fina que su antiguo bõ y no habia espacio para ambos pies, si es que acaso que pudiese poner uno en ello. Por el momento, todo parecia indicar que no tenia ni cabeza ni cola, cosa que entristeció al aprendiz.
-De no ser por las anillas que delimitan los mangos, podria parecerse a una barra de stripper.-comentó algo ido el ruso, para retomar la explicación del asreniano. A mitad del camino, se puso a hacer ciertas virguerias simples, probando la flexibilidad de su nueva arma mientras este le daba referencias.
-Ramas y mercenarios. Suena bien.-comentó con una risotada.-Ardo en ganas de darles un buen golpe con esto.-añadió, alzando su arma con una desorbitada sonrisa.-Y lo de la fiesta tambien. Es importante hallar un equilibrio en todo.-dijo, adoptando una parodia de una postura budhista, imitando a quien fue una vez su maestro.
No pudo evitar fijarse en que el chico de rasgos reptilianos tenia la misma capacidad que un camaleón, al poder separar su mirada en dos. Abrió la boca mientras alzaba una de sus cejas, con cierta curiosidad.
-Y dime Gnasher...-dijo, haciendo enfasis innecesario en una "G" ninja.-¿Cual crees que serian puntos interesantes de visitar en la ciudad para un joven y fuerte mono de... un metro ochenta... metro ochenta y uno, apasionados ojos emeraldinos , brillante sonrisa perlada y agolpados musculos que hace temblar el mundo allá a donde vaya?.-dijo, siendo extremadamente generoso y narcisista, consigo mismo, para finalmente descojonarse vivo.-¡Es broma, es broma! Pero si que necesitaria algunos puntos de referencia para saber por donde moverme. Siento que me queman las manos de abajo si estoy mucho tiempo encerrado.-le confesó con otra carcajada.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.